Você está na página 1de 3

CAMBIOS EN EL SISTEMA INMUNOLOGICO EN EL ADULTO MAYOR.

Durante el proceso natural de envejecimiento el sistema inmune se deteriora de manera


ostensible, al igual que lo hacen otros órganos, ojos, oídos, músculos, huesos, etc. Que
conforman el cuerpo humano. Con la edad comúnmente ocurren alteraciones en el sistema
inmune; estas modificaciones se conocen como “inmunosenescencia”. Se trata de un
fenómeno de disminución de la función que implica cambios, tanto en los mecanismos
inespecíficos de defensa, como en la inmunidad adaptativa.

Entre las manifestaciones de este deterioro se señala susceptibilidad incrementada a las


enfermedades infecciosas (influenza y tuberculosis), condiciones patológicas relacionadas
con inflamación (enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Alzheimer), enfermedades
autoinmunes (artritis reumatoide), al cáncer, y respuesta reducida ante la vacunación.

El declive del sistema inmunitario es progresivo partir de los 25 años a medida que
avanzamos en edad. Esto produce un deterioro fisiológico de la función inmune y que
contribuye al aumento de la morbilidad y mortalidad en la tercera edad debido al aumento
en la incidencia de enfermedades infecciosas, cánceres, enfermedades de tipo autoinmune
y degenerativo.

EFECTOS DEL ENVEJECIMIENTO EN LA TIMOPOYESIS.

El timo es un órgano linfoide central donde ocurren la diferenciación y maduración de los


timocitos y es, por tanto, la principal fuente de linfocitos T del organismo.

Al ser el timo el sitio de maduración y diferenciación de las células T, es nombrado “el reloj
inmunológico del envejecimiento”. La involución del timo y la disminución de la salida de
linfocitos T son dos importantes cambios que ocurren en el sistema inmunitario con el
envejecimiento. Generalmente, la involución del timo comienza en la pubertad. Sin
embargo, se ha reportado que la atrofia del espacio epitelial en el hombre comienza al año
de edad.

Aunque el tejido tímico funcional se mantiene al menos hasta los 60 años de edad, al cabo
de los 50 años la mayoría del tejido parenquimal es remplazado por grasa. Esta involución
del timo, debida al envejecimiento, trae como consecuencias que se reduzcan la producción
de células T, así como su salida a los órganos linfoides secundarios, además de afectar el
mantenimiento del repertorio de células vírgenes en el compartimiento de células T
periféricas.

Hoy sabemos que con la edad el timo involuciona infiltrándose de grasa y con menos
células útiles. Esto hace que deteriore su participación en formación de linfocitos T. En
concreto, las células inmaduras ingresan en el timo proveniente de la médula ósea y en el
mismo maduran y se diferencian hasta convertirse e linfocitos T maduros y aptos para
intervenir en la defensa del individuo.
CAMBIOS RELACIONADOS CON LAS CÉLULAS T

Los cambios críticos, característicos de la inmunosenescencia, ocurren en las poblaciones


de células T. Los tres cambios más importantes que se han observado son:

1. La disminución en el número de células vírgenes.


2. El incremento en el número de células de memoria, que resulta en un aumento de la
producción de citocinas.
3. La acumulación de células efectoras disfuncionales activadas con un repertorio limitado.

CAMBIOS RELACIONADOS CON LAS CÉLULAS B

Estas células son muy importantes en la defensa del organismo ya que son las encargadas
de producir anticuerpos. Como consecuencia, la respuesta inmune de las personas ancianas
se ve disminuida frente a algunos microorganismos, como por ejemplo el virus de la gripe.

Durante el envejecimiento la respuesta inmune humoral disminuye al ser comparada con la


que se genera en individuos jóvenes, tanto cuantitativa como cualitativamente. Varios
autores han reportado que se manifiesta reducida especificidad, afinidad y cambio de
isotipo en los anticuerpos de los adultos mayores.

Como consecuencia, los ancianos manifiestan pobre protección contra agentes infecciosos
con los cuales no se ha tenido experiencia anterior, y respuesta disminuida ante la
vacunación.
El análisis de la respuesta de anticuerpos y en el número total de células B que se une a
antígenos foráneos, demuestran que la inmunosenescencia no es un estado de deficiencia
inmune, sino de desregulación inmunológica. De hecho, ha sido demostrado que aunque la
respuesta contra antígenos extraños es menor que con respecto a individuos jóvenes, el
número de células B secretoras de autoanticuerpos está muy aumentado.

DESCONTROL OXIDACIÓN EN MAYORES

El envejecimiento implica un serio problema de descontrol de la oxidación metabólica de tal


manera que los productos, no controlados de la misma, están produciendo daños muy
significativos en el sistema inmune por exceso de radicales libres.
ACORTAMIENTO DE LOS CROMOSOMAS

En general, la hipótesis más aceptada que da explicación de cómo se deteriora el sistema


inmune, indica que está relacionado con la acumulación de daño (mutaciones) en nuestro
material genético (DNA), que se produce asociado al proceso mismo de la vida. Las células,
al irse dividiendo para dar lugar a nuevas células, van transmitiendo un DNA dañado e
incompleto debido a la pérdida progresiva de unas estructuras que protegen al DNA
llamadas telómeros. Todo parece indicar que los cromosomas de las células inmunitarias
son más susceptibles a las agresiones y menor capacidad de reparación del DNA.

Cuando los telómeros se acortan por debajo de una longitud mínima, las células no pueden
seguir dividiéndose y dejan de regenerar los tejidos, produciéndose así el envejecimiento
de todo el organismo. Se ha visto que en los ancianos se produce una acumulación de
linfocitos maduros que se han dividido muchas veces y tienen unos telómeros más cortos.
Estas células ya no pueden seguir dividiéndose por haber alcanzado la senescencia
(envejecimiento) celular.
CONCLUSIONES.

Se ha demostrado que durante el envejecimiento no solo haya cambios en la apariencia física de


las personas, si no que va más allá, acentuando cambios en células, tanto en su producción como
en su diferenciación, los procesos cambian, degeneran y limitan funciones celulares como la
protección ante agentes agresores y los procesos de involucion de órganos.

Se han identificado una gran variedad de cambios dependientes de la edad en el desarrollo y


función del sistema inmunitario. Sin embargo, los mecanismos moleculares que median estos
cambios aún no se conocen del todo. Un estudio más completo de las modificaciones que sufre el
sistema inmunitario durante el envejecimiento tendría una gran aplicación en el campo de la
prevención de enfermedades, ya que se podrían elaborar nuevas y mejores vacunas o generar
mejores estrategias terapéuticas.

BIBLIOGRAFIA.

1.- Saavedra D, García B. Inmunosenescencia: efectos de la edad sobre el sistema inmune.


Revista Cubana de Hematol, Inmunol y Hemoter. 2014;30(4):332-345
2.- Pera A, Solana R y Peña J. Envejecimiento y deterioro del Sistema Inmune

Você também pode gostar