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La función respiratoria se divide para su estudio en cinco etapas las cuales son:
Ventilación Pulmonar.
Intercambio de gases respiratorios entre los alvéolos y la sangre.
Transporte de gases por la sangre.
Respiración celular.
Regulación de la respiración.
VENTILACIÓN PULMONAR:
Conjunto de mecanismos mediante los cuales el aire entra y sale de los pulmones. Consta de dos
etapas: La inspiración o entrada del aire a los pulmones, y la espiración o salida del aire de los
mismos.
Para lograr la entrada del aire a los pulmones es necesaria la acción de los músculos inspiratorios
que expanden la caja torácica aumentando todos sus diámetros. Al expandirse ésta, los pulmones
adheridos a la cara interna de sus paredes se ven obligados a seguir su movimiento,
expandiéndose también con lo que el aire penetra en su interior.
Al cesar la contracción de los músculos inspiratorios, la elasticidad de las estructuras
tóracopulmonares hace que la caja torácica se retraiga, y con ella los pulmones, disminuyendo
sus diámetros y regresando a su posición de reposo, con lo que se obliga al aire a salir,
produciéndose la espiración.
Para lograr los movimientos característicos tanto de la inspiración como de la espiración
intervienen una serie de factores, de los cuales unos favorecen dichos movimientos y otros se
oponen a ellos o los dificultan.
Entre los factores que intervienen en la mecánica ventilatoria se destacan
1. Los músculos respiratorios.
2. La elasticidad del tórax y los pulmones.
3. Las presiones alveolar, pleural y transpulmonar.
4. La tensión superficial de los líquidos que tapizan las paredes alveolares.
5. El agente tensioactivo o surfactante.
El Volumen de ventilación alveolar minuto es la cantidad total de aire nuevo que llega a los
alvéolos en cada minuto; se obtiene multiplicando la frecuencia respiratoria por el volumen
corriente menos el Volumen del espacio muerto y tiene un valor normal promedio de 4 200 mL. El
Volumen del espacio muerto es el volumen de aire que se queda en las vías respiratorias o sea
que no alcanza los alvéolos y por lo tanto no puede intercambiar su oxígeno con la sangre. Tiene
un valor promedio normal de 150 mL.
Intercambio de gases a través de la membrana respiratoria
Para comprender los mecanismos que caracterizan el intercambio de los gases respiratorios a
través de la barrera aire–sangre o membrana respiratoria debemos tener en cuenta algunos
aspectos de la física de los gases.
El aire atmosférico es una mezcla de gases cuya presión a nivel del mar es de 760 mm Hg. La
presión parcial de un gas es el aporte que hace el mismo a la presión total de la mezcla. El aire
atmosférico y el aire alveolar tienen diferencias cuantitativas importantes para el intercambio
gaseoso. Observen las diferentes presiones parciales de oxígeno y bióxido de carbono existentes
entre ambos.
El aire alveolar intercambia constantemente oxígeno y bióxido de carbono con la sangre a la vez
que es renovado por el proceso de ventilación por tanto las presiones parciales de estos gases en
los alvéolos dependen de la intensidad de la ventilación alveolar y de la intensidad del flujo
sanguíneo pulmonar.
El éxito del intercambio de los gases respiratorios a través de la membrana no solo depende de la
ventilación alveolar, sino también del flujo sanguíneo pulmonar. Ambos son imprescindibles para
la hematosis y de su relación surge un parámetro importante, que es la relación ventilación
pulmonar – flujo sanguíneo pulmonar, o relación ventilación – perfusión.
“Presión parcial de oxígeno – presión parcial de bióxido de carbono, ventilación alveolar – flujo
sanguíneo pulmonar
Cuando la ventilación alveolar es normal y el flujo sanguíneo pulmonar también, las presiones
parciales de oxígeno y bióxido de carbono en los alvéolos son normales y la relación ventilación –
perfusión es normal, existe entonces un intercambio gaseoso adecuado, sin embargo cuando
alguno de estos dos factores se altera, se afecta el intercambio gaseoso.
Partiendo del valor normal de la relación en la curva, si disminuye el valor de la relación, o sea, si
tiende a cero, quiere decir que existe alteración de la ventilación pulmonar.
Contrariamente, si el valor de la relación aumenta, o sea, si tiende a infinito, entonces se
encuentra disminuido el flujo sanguíneo pulmonar.
Una vez que el aire llega a los alvéolos se produce el intercambio de los gases a través de la
membrana respiratoria o barrera aire sangre.
El aire alveolar tiene una presión parcial de oxígeno de 104 mm Hg, mientras que la sangre
venosa, que llega a los alvéolos por los extremos arteriales de los capilares pulmonares, tiene una
presión parcial de oxígeno de solo 40 mm Hg. Esta diferencia determina la existencia de un
gradiente de presión de oxígeno de 64 mm Hg a ambos lados de la membrana que lo hace
difundir desde el alvéolo al capilar.
Cuando la sangre ha recorrido el primer tercio del capilar casi todo el bióxido de carbono ha
difundido hacia el alvéolo, lo que indica que la sangre permanece en el capilar alrededor de tres
veces el tiempo necesario para deshacerse de dicho gas, lo que constituye una reserva
importante en la capacidad de transporte de bióxido de carbono de los tejidos al exterior.
En la medida en que varía la presión parcial de dióxido de carbono, varía la cantidad del mismo
que se transporta por la sangre, las cuales, como puedes ver, son directamente proporcionales.
El intervalo de funcionamiento normal en un rango de presiones parciales de dióxido de carbono
que oscila entre 40 y 45 mm Hg.
Cuando existen altas presiones parciales de oxígeno, el dióxido de carbono se libera de la
hemoglobina, hecho denominado “Efecto Haldane”, el que aumenta el transporte de este gas.
Una vez concluida la orientación del estudio de los aspectos fundamentales de la ventilación
pulmonar, el intercambio de gases a través de la membrana respiratoria y el transporte de
oxígeno y bióxido de carbono por la sangre; estamos en condiciones de abordar la orientación de
los mecanismos reguladores de estos procesos.
La intensidad de la ventilación varía en dependencia del grado de actividad física que se realiza.
La frecuencia y profundidad de los movimientos ventilatorios no es la misma durante el sueño, que
cuando realizamos una actividad física, ya sea ligera, moderada o intensa.
Estos cambios se deben a que el organismo cuenta con mecanismos que ajustan la profundidad y
frecuencia de la ventilación a sus necesidades de oxígeno.
Los mecanismos reguladores de la ventilación se clasifican en nerviosos y humorales.......
La ventilación tiene un control voluntario y otro automático o involuntario, como sabemos podemos
detener la ventilación a voluntad, pero la mayor parte del tiempo no somos conscientes del control
de nuestra ventilación. El control nervioso de la ventilación se realiza por el centro respiratorio
localizado en el puente y la médula oblongada y formado por cinco grupos bilaterales de
neuronas.
Estos grupos son:
El grupo respiratorio dorsal o área inspiratoria que se localiza dentro del núcleo del
fascículo solitario a lo largo de la médula oblongada, establece el ritmo básico de la
ventilación y el control de la inspiración.
El grupo respiratorio ventral, que se encuentra a ambos lados de la médula oblongada y
participa en el control tanto de la inspiración como de la espiración, especialmente en el
control de la espiración forzada.
El área o centro neumotáxico, localizado dorsalmente en el núcleo parabraquial en la parte
superior del puente participa enviando señales inhibitorias al grupo respiratorio dorsal para
inhibir la señal inspiratoria y con ello limitar la duración de la inspiración y secundariamente
aumentar la frecuencia respiratoria.
Debemos considerar además, la posible existencia de un área o centro apnéustico, situado
en la parte inferior del puente, el que pudiera tener como función enviar señales al grupo
respiratorio dorsal para prolongar la duración de la señal inspiratoria por lo que se cree que
trabaja asociado al centro neumotáxico en el control de la profundidad y la frecuencia de la
ventilación.
Finalmente tenemos el área quimiosensible, localizada muy cerca de la superficie ventral
de la médula oblongada. Es extremadamente sensible a las variaciones de los
hidrogeniones y al ser estimulada por éstos envía señales excitatorias a las demás áreas
del centro respiratorio, especialmente al grupo respiratorio dorsal o área inspiratoria.
Los hidrogeniones no atraviesan fácilmente la barrera hematoencefálica, sin embargo, el bióxido
de carbono sí la atraviesa con facilidad y al hacerlo, se une al agua del líquido cefalorraquídeo
mediante la reacción que ya conocemos, dando lugar a hidrogeniones.
El dióxido de carbono es un estímulo potente para el centro respiratorio, el cual responde con un
gran aumento de las señales inspiratorias y espiratorias que envía a los músculos respiratorios,
sin embargo la capacidad de este gas para atravesar la barrera hematoencefálica y dar lugar a
hidrogeniones que estimulan al área quimiosensible, parece ser la base de su potente efecto
estimulante del centro respiratorio.
Cualquiera que sea el mecanismo íntimo de este efecto, la respuesta es un gran aumento, tanto
de la frecuencia, como de la profundidad de la ventilación que a su vez dan lugar a un gran
aumento de la ventilación alveolar.
En condiciones normales, el oxígeno juega un papel de escasa importancia en la regulación de la
ventilación, debido a que no ejerce efecto estimulador directo sobre el centro respiratorio y a que
los efectos del bióxido de carbono y el hidrógeno actúan mucho más rápido; sin embargo en
algunos estados patológicos en que permanecen casi constantes las cantidades de bióxido de
carbono e hidrógeno y disminuye la de oxígeno, éste adquiere gran importancia como agente
regulador de la ventilación.
La disminución de la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial, estimula los
quimiorreceptores, los cuales envían señales al centro respiratorio a través de los nervios
glosofaríngeo y vago. El centro respiratorio responde mandando impulsos a los músculos
respiratorios para incrementar la frecuencia y profundidad de la ventilación.
De forma general en la medida que disminuye la presión parcial de oxígeno de la sangre arterial,
aumentas la frecuencia de descarga de impulsos de los quimiorreceptores, pero observen como,
cuando la presión parcial de oxígeno de la sangre arterial cae por debajo de su valor normal de 95
mm Hg., el aumento de la frecuencia de descarga de impulsos de los quimiorreceptores se
acelera considerablemente.
Vean además como el mayor aumento en la frecuencia de descarga de los quimiorreceptores se
produce cuando la presión parcial de oxígeno desciende a valores entre 90 y 60 mm Hg.
El ejercicio físico, es una condición que impone una gran sobrecarga de trabajo al aparato
respiratorio, al incrementarse notablemente la demanda de oxígeno de los músculos.
Durante el ejercicio físico intenso, el suministro de oxígeno puede elevarse hasta 20 veces su
valor normal.
En el mismo aumenta considerablemente la producción de bióxido de carbono, sin embargo éste
no aumenta mucho su presión parcial en los líquidos corporales, debido a que en la misma
medida en que aumenta su producción y paso a la sangre, aumenta casi en proporción lineal, la
ventilación alveolar y con ella su eliminación; de modo que casi no aumenta su presión parcial en
sangre;
Durante el ejercicio físico además de los mecanismos reguladores ya estudiados, actúan factores
de control adicionales que consisten en señales nerviosas que parten de la corteza motora
primaria y llegan al centro respiratorio para incrementar la ventilación. Además, durante el
ejercicio se estimulan propioceptores de músculos, tendones y cápsulas articulares, sobre todo de
las extremidades, que también envían su información al centro respiratorio para excitarlo aún más.
Se considera que estas señales explican la mayor parte del incremento de la ventilación que
caracteriza al ejercicio físico intenso, mientras que los mecanismos humorales establecen el
ajuste final de la regulación.
II. Sobre los valores de las diferentes presiones parciales de los gases, marca con una cruz (X) la
respuesta correcta según corresponda.
a) La presión parcial normal de oxígeno en los alvéolos es de:
a) ____ 40 mm Hg.
b) ____ 95 mm Hg.
c) _X__ 104 mm Hg.
b. La presión parcial normal de CO2 en los alvéolos es de:
a) _X__ 40 mm Hg.
b) ____ 95 mm Hg.
c) ____ 104 mm Hg.
c. La presión parcial normal de oxígeno en el líquido intersticial es de:
a) _X__ 40 mm Hg.
b) ____ 95 mm Hg.
c) ____ 104 mm Hg.
d. La presión parcial normal de CO2 en el líquido intersticial es de:
a) ____ 104 mm Hg.
b) _X__ 45 mm Hg.
c) ____ 6 mm Hg.
e. La presión parcial normal de oxígeno en la sangre arterial es de:
a) ____ 40 mm Hg.
b) _X__ 95 mm Hg.
c) ____ 104 mm Hg.
III. Acerca del intercambio de oxígeno y CO2 a través de la barrera aire sangre o membrana
respiratoria escribe en los espacios correspondientes una (F) si son falsos o una (V) si son
verdaderos, los siguientes planteamientos:
VI. ¿Cuáles son las formas de transporte del CO2 por la sangre y cuál de ellas es la más
importante? Fundamenta tu respuesta.
R/ Las formas de transporte del CO 2 en la sangre son tres: Disuelto en el plasma (7%), unido
a la hemoglobina (23%) y en forma de ión bicarbonato (70%). La más importante es la
tercera por la cantidad que se transporta en esta forma.
VII. Acerca de la regulación de la respiración escribe en los espacios correspondientes (F) si son
falsos o (V) si son verdaderos, los siguientes planteamientos.
a) F El grupo respiratorio dorsal del centro respiratorio participa en la espiración.