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David Hume

Teoría del conocimiento


Percepciones inmediatas: impresiones simples o compuestas.
Ideas: son imágenes de las percepciones. Copias, tanto de las
impresiones simples como de las compuestas.

Sustancia: todo indica que no existen como tales. Responden a


asociaciones de ideas a partir de las impresiones.

Sólo existen los seres particulares, no las categorías conceptuales.

Objetos de la razón humana:


- relaciones de ideas: relaciones de afinidad / contraste /
grados de cualidad (las tres relaciones son evidentes
intuitivamente) / cuantitativas o de número (álgebra, matemáticas,
geometría... son de carácter demostrativo; no tienen que ver nada
con la realidad).
- cuestiones de hecho. Son de carácter intuitivo.

Relaciones filosóficas:
- variables: pueden cambiar sin que cambien sus objetos o
las ideas sobre ellos. No podemos tener un conocimiento cierto de
éstas por puro razonamiento; es decir por puro análisis y
demostración a priori.
- invariables: sólo cambian cuando cambian los objetos o
las ideas sobre los mismos: relaciones matemáticas.

Las proposiciones que afirman relaciones entre ideas son


las proposiciones analíticas. Todas las proposiciones a priori son
analíticas.
Las proposiciones que afirman cuestiones de hecho son las
proposiciones sintéticas. No existen para los empiristas,
proposiciones sintéticas a priori. (siempre pueden variar si varían
los objetos). Se niega la inferencia lógica en los procesos de
regularidad.

Todo razonamiento de hecho envuelve una inferencia


causal. (Si no, no es razonamiento, es simplemente percepción en
base a los sentidos o a la memoria).

Aproximación a la causalidad:

La idea de causación no responde a una cualidad de las


cosas que llamamos causas, sino a alguna relación entre objetos.

La primera que hay que considerar es la de continuidad,


que, sin embargo, no es siempre necesaria para hablar de
causalidad.
La segunda es la de prioridad temporal: la causa debe ser
temporalmente anterior al efecto.

Ambas relaciones son necesarias, pero no suficientes para


hablar de relación causal. Hace falta una tercera: la conexión
necesaria.

No es ni evidente ni demostrable que de la existencia de


algo se derive necesariamente la idea de causa. Obedece, más que
nada a la costumbre, al hábito, pensar que de una repetición de
fenómenos se puede inferir una causa.

La impresión de conexión necesaria, deriva de una idea


subjetiva, es decir, de una impresión de reflexión. Deriva de una
impresión que es la propensión de la mente a establecer una
regularidad a partir repetición de hechos, de la costumbre; y la
idea de conexión necesaria es su reflejo o imagen en la
conciencia.

No hay distinción entre causalidad mental y física.


Además, sólo hay en Hume causalidad eficiente.
Para Hume no puede haber juicios sintéticos a priori. No
puede haber proposiciones metafísicas que informen con certeza
sobre la realidad.

La creencia es una idea vívida, puesta en relación con una


impresión presente.

Habla de la costumbre no como si dominara de facto la


vida humana, sino como algo que debe ser así. Hay determinadas
creencias consuetudinarias fundamentales que dominan y deben
dominar la vida humana.

Creencia en la existencia de los cuerpos

No existe justificación racional de la existencia independiente de


los cuerpos. Sólo podemos aproximarnos a través de las
percepciones, y éstas son parciales y variables. Pero existe una
creencia generalizada incontestable, y eso produce la certeza de la
existencia real y continua de los objetos reales.

Hume minimiza la justificación racional y da un lugar


preponderante a las creencias naturales.

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