Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Resumen
Desde el reconocimiento que de las Uniones Maritales de Hecho hizo la Ley 54 de 1990,
los compañeros permanentes han encontrado una protección evolutiva de sus derechos,
llevando en diversos aspectos, a equiparar los efectos de dicha unión a los otorgados por el
matrimonio con efectos civiles. Sin embargo, en materia de derechos sucesorales aún persiste
una gran desigualdad. Han sido las Altas Cortes quienes a través de sus diferentes
pronunciamientos las que han concedido un trato igualitario de los derechos de los
compañeros permanentes frente a los cónyuges.
Palabras clave:
Abstract
Since the recognition of de facto marital unions became Law 54 of 1990, permanent
colleagues have found an evolutionary protection of their rights, leading in various aspects,
to equate the effects of such binding to those granted by marriage for civil purposes.
However, in terms of rights sucesorales great inequality still persists. Have been the High
Courts who through its various pronouncements which have been granted equal treatment of
the rights of permanent companions against spouses.
Keywords:
Permanent companions, Union Marital Hecho, sucesorales Rights, Inherited Rights, Real.
1
Abogada, Especializada en Derecho de Familia - Universidad Libre, Seccional Cúcuta, año 2016.
2
Abogado, especializado en Derecho de Familia - Universidad Libre, Seccional Cúcuta, año 2016.
INTRODUCCIÓN
Sin embargo, la Ley 54 de 1990 cuando se refiere a todos los efectos civiles, en forma
taxativa limita estos, ya que solo hace alusión a eventos ciertos contemplados en los
numerales que integran la norma en comento, dejando por fuera situaciones concretas que
afectan tanto al patrimonio como a la relación de pareja que se genera con las uniones
maritales de hecho.
Esta investigación tiene una importante proyección social porque aborda una temática
relacionada con el afianzamiento de sólidos conocimientos en materia de derecho sucesoral
que le permitirán a la sociedad, asesorar, evaluar, y resolver las diversas situaciones
problemáticas que en dicho ámbito se pueden suscitar. De igual forma, es importante en el
ámbito académico porque a través de ella se puede desarrollar un concepto crítico que
permita dar solución a los casos concretos desde distintas posiciones doctrinarias y a la luz
de la jurisprudencia permanente ofreciendo una alternativa más adecuada mediante este
trabajo de investigación que sirva de propuesta para futuras interpretaciones legislativas, en
relación al tema.
La importancia para la Universidad Libre con esta investigación, le permite que frente
al derecho sucesoral con los compañeros permanentes; se pueda tomar como marco de
referencia, permitiendo que las parejas que decidan voluntariamente conformar la unión
marital de hecho, tengan como marco de referencia esta investigación para llevarla a la
realidad y su aplicación.
El estudio se aborda examinando la normatividad referente al tema tratado, así como las
reformas en ella introducidas por las jurisprudencias relativas a la unión marital de hecho y
a los derechos que le asisten a los compañeros permanentes. Para ello se utilizaron fuentes
secundarias tales como lectura de códigos, revistas y periódicos que tratan el tema; lectura y
análisis jurisprudencial relativos a la temática objeto de estudio y lectura de libros
especializados, con la finalidad de aprehender las fuentes teóricas necesarias que sirvieran de
soporte y fundamento de la investigación.
Para este estudio de tipo descriptivo se utilizó el análisis documental, lo que permitió
identificar los derechos adquiridos por vía jurisprudencial por esta clase de uniones.
Las uniones libres, hoy denominadas “uniones maritales de hecho”, han existido desde
tiempos pretéritos como un fenómeno social recurrente, pero que hasta hace sólo dos décadas
no contaba siquiera con la aceptación legal y mucho menos con una regulación que
estableciera los efectos civiles y jurídicos para las personas que las conformaban. (Múnera
& Pérez, 2009). Es a partir de la Ley 54 de 1990, que se reconoció en Colombia la unión
marital de hecho como institución jurídica a la que entre otros efectos, le asigno unos de
carácter patrimonial.
1. Por escritura pública ante Notario por mutuo consentimiento de los compañeros
permanentes.
Ahora, como la unión marital de hecho tiene por naturaleza ser un negocio jurídico
donde aflora el acuerdo de voluntades, los requisitos serán los de todo negocio jurídico: 1.
Capacidad; 2. Declaración de voluntad expresa o tácita, objeto y causa; unidos a estos estarán
los elementos de la familia constituida por la unión marital de hecho heterosexual como la
cohabitación, singularidad, notoriedad, permanencia y lazos afectivos. (Sánchez, 1995).
En los últimos años se han venido reconociendo algunos derechos a los compañeros
permanentes, esto a partir de la expedición de la ley 54 de 1990. El legislador paulatinamente
ha venido equiparando a las familias conformadas por vínculos naturales o de hecho, con
aquellas que están ligadas mediante el vínculo del matrimonio. Sin embargo, en algunas
ocasiones ese mejoramiento no ha alcanzado un trato igualitario.
Si bien es cierto, se han regulado varios aspectos que equiparan en alguna medida a la
Unión Marital de Hecho con el matrimonio civil o religioso, también es cierto que hay
algunos aspectos no han sido regulados, ni por la ley ni por la jurisprudencia.
En primer lugar, debe recordarse que para reconocer la existencia de la Unión Marital
de Hecho, deben concurrir los siguientes requisitos:
2- Ser singular, o sea, únicamente con determinado hombre o con determinada mujer.
3- Debe presentarse bien entre personas solteras, o entre casados pero que tengan la
sociedad conyugal disuelta y liquidada.
Existen casos en que se hace necesario que esa unión marital de hecho se declare
mediante Juez de la República, ya se aporque uno de los compañeros falleció y se requiere
que quien quedo vivo (a) demuestre que efectivamente fue su compañero por más de dos
años, o bien porque se requiere demostrar dicha convivencia, y uno de los compañeros no lo
acepta. En el primer caso se está frente a una declaración de unión marital de hecho por causa
de muerte, y en el segundo caso se está frente a una declaración de unión marital de hecho
contenciosa.
De manera concreta los artículos 1047 y 1048 del Código Civil establecen quiénes
conforman el segundo y el tercer orden hereditario dentro de la sucesión intestada, así:
Art. 1046. Modificado por la ley 29 de 1982 art. 5: “Si el difunto no deja posteridad, le
sucederán sus ascendientes de grado más próximo, sus padres adoptantes y su cónyuge.
La herencia se repartirá entre ellos por cabezas”.
Art. 1047.- Modificado por la ley 29 de 1982 art.6. “Si el difunto no deja descendientes
ni ascendientes, ni hijos adoptivos, ni padres adoptantes, le sucederán sus hermanos y su
cónyuge. La herencia se divide la mitad para éste y la otra mitad para aquéllos por partes
iguales. A falta de cónyuge, llevarán la herencia los hermanos, y a falta de éstos aquél”.
Primer orden hereditario: Está constituido por los hijos legitimos, adoptivos y
extramatrimoniales reconocidos legalmente, excluyen a los herederos y recibirán entre ellos
iguales cuotas a una distribución por cabezas, sin perjuicio de la porción conyugal que
equivale a la legítima rigorosa de cualquier hijo. (Art. 1045 C.C., subrogado por el art. 4 de
la ley 29/82).
Segundo orden hereditario: Si el causante no ha dejado descendencia le sucederán sus
ascendientes (padres) y su cónyuge o compañero permanente y la herencia se repartirá entre
ellos por cabezas. Pero en la sucesión del hijo adoptivo pleno los padres adoptantes excluyen
los ascendientes de sangre; en la del hijo adoptivo simple los padres de sangre y los padres
adoptantes recibirán igual cuota. (Art. 1046 C.C., subrogado por la Ley 29/82).
Como se observa la ley establece unos órdenes hereditarios, que a partir del segundo
orden sucesoral y hasta el cuarto, concede al cónyuge vocación hereditaria, la cual se hizo
extensiva a los compañeros permanentes, a partir de la Sentencia C-238 de 2012.
Por su parte, en los artículos 779 y 1401 del C.C., se regula lo referente a la comunidad
herencial y la sociedad conyugal, estableciendo que la muerte de una persona a la vez que
abre la sucesión, disuelve la sociedad conyugal.
Avance a nivel jurisprudencial que se ha dado respecto de los derechos sucesorales de los
compañeros permanentes dentro de la vigencia de la unión marital de hecho en Colombia.
Dos años más tarde, la Corte Constitucional en Sentencia C-174 de 1996, Corte
Constitucional, MP. Jorge Arango Mejía., luego del estudio de la demanda de
inconstitucionalidad de algunos artículos del Código Civil Colombiano, la sentencia declaró
que “los compañeros permanentes no heredan”. Sin embargo, lo que es importante destacar
respecto al tema del estado civil, es lo siguiente:
Es claro entonces, que según esta sentencia, los compañeros permanentes sí tienen un
estado civil diferente al de los cónyuges y en este caso, lo que se argumenta es que
precisamente, por esa diferencia en el estado civil, no podrían otorgársele los mismos
derechos y obligaciones ya que son figuras jurídicas disímiles.
De allí que para darle en la materia de que aquí se trata el alcance a tal precepto se
requerirá, de conformidad con lo dispuesto en su último inciso, que sea la ley la que
determine lo relativo al estado civil de las personas y los consiguientes derechos y
deberes, la cual en verdad con ese carácter no se ha expedido respecto de la situación
de la familia constituida por la nueva voluntad de conformarla o dimanante de la Unión
Marital de Hecho establecida en ley anterior.
Tres años más tarde (2005), la Corte Constitucional en su Sentencia C-875 del 2005
M.P. Rodrigo Escobar Gil, igualó la unión marital de hecho y el matrimonio como
instituciones creadoras de familia, así:
El artículo 163 (parcial) de la Ley 100 de 1993 es inconstitucional y decide retirar esta
disposición del ordenamiento jurídico, indicando que el lapso de dos años que se exige
para la declaración de la unión marital de hecho obedece a los efectos patrimoniales
que pueden acaecer de esta, pero que este límite no debe fijarse para los derechos
fundamentales que contiene la seguridad social, pues exigirle al compañero permanente
que debe haber permanecido dos años en comunidad de vida permanente para gozar de
tal beneficio, es una discriminación que atenta contra el derecho a la igualdad respecto
a quienes se encuentran unidos por vínculo matrimonial.
La familia constituida por vínculos naturales o por vínculos jurídicos merece igual
protección y no discriminación, tal como lo estipula nuestra Carta Política, y esta esta
protección debe extenderse a todos los miembros del grupo familiar, incluyendo por
supuesto a los hijastros.
Para la Sala no existe ninguna razón objetiva ni razonable que justifique que para
acceder a lo que la legislación civil denomina “porción conyugal”, el requisito esencial
sea el vínculo matrimonial, hecho que posiblemente se justificaba para la época en que
fue expedida la norma, época en que el contrato de matrimonio era el único reconocido.
Pero hoy, la libertad de autodeterminación reconocida a todos los individuos y que
expresamente nuestra Constitución reconoce, permite sostener que la diferencia de trato
en lo que hace al reconocimiento de esta garantía patrimonial para el supérstite sea
cónyuge o compañero y/o compañera permanente, resulta contraria al artículo 13
constitucional, donde la diferencia de trato proviene de la naturaleza del vínculo con
que dos personas han decidido compartir y hacer realizable su proyecto de vida. De
igual manera, analizada la finalidad que persigue esta garantía patrimonial, no hay
razón que permita afirmar válidamente que ella sólo pueda tener como destinatario a
quien tenga un contrato matrimonial, ya que esta figura tiene su fundamento no en el
contrato de matrimonio sino en la necesidad de proteger al miembro de la relación que
después de una convivencia fundada en el apoyo y las renuncias mutuas, queda con un
patrimonio inferior al de aquel que falleció y que le permite optar por participar en él.
Por su parte la Corte Suprema de Justicia (Sala de Casación Civil M.P. César Julio
Valencia Copete, Marzo 21 del 2006 Ref. Expediente No. 11001-02-03-000-2005-01672-
00), refiriéndose al estado civil de la unión marital de hecho, estableció lo siguiente:
No se puede igualar el estado civil surgido del matrimonio con uno que aún no ha
determinado la Ley, tal como es el que eventualmente podría existir a causa de la
existencia de la unión marital de hecho. Esta sentencia aclara que, […] si bien es cierto
que en la unión marital de hecho existen derechos y obligaciones, incluso algunos
similares a los que se pregonan de quienes son marido y mujer en el matrimonio, lo
cierto es que a términos de la propia Constitución (artículo 42, inciso 13) es la ley la
llamada a determinar “lo relativo al estado civil de las personas y los consiguientes
derechos y deberes”, y ocurre que las uniones que se comentan, por más regulares y
estables que resulten ser, no han sido concebidas por el legislador colombiano como
constitutivas de un estado determinado, toda vez que aquel estatuto jurídico no contiene
norma alguna a través de la cual ello pueda inferirse.
En el año 2008, la Corte Suprema de Justicia (Sala de Casación Civil. M.P. Jaime
Alberto Arrubla Paucar. Bogotá, D.C., dieciocho (18) de junio del dos mil ocho (2008). Ref:
C-0500131100062004-00205-01, refiriéndose a la unión marital de hecho, expresa:
De lo dicho se sigue que la unión marital de hecho, al igual que el matrimonio, es una
especie de estado civil, pues aparte de no ser una relación cualquiera, no es algo que
sea externo a las personas que la conforman, por el contrario, trasciende a ellas, es
decir, a la pareja misma y a cada uno de sus miembros individualmente considerados,
con cierto estatus jurídico.
Si la familia se constituye por vínculos naturales o jurídicos, bien por la decisión libre
de un hombre y una mujer de contraer matrimonio, ya por la voluntad responsable de
conformarla, es claro que en un plano de igualdad, ambos casos deben recibir el mismo
trato y que “como el matrimonio origina el estado civil de casado, la unión marital de
hecho también genera el de “compañero o compañera permanente”, porque como se
advirtió, la Ley 54 de 1990 no se limita a definir el fenómeno natural en cuestión ni a
señalar sus elementos, sino que precisa el objeto de la definición, al nominar como
compañeros permanentes, ‘para todos los efectos civiles’, al hombre y a la mujer que
deciden en forma voluntaria y responsable conformarla.
Concluyendo, que la unión marital de hecho, al igual que el matrimonio, es una especie
de estado civil, pues aparte de no ser una relación cualquiera, no es algo que sea externo
a las personas que la conforman, por el contrario, trasciende a ellas, es decir, a la
pareja misma y a cada uno de sus miembros individualmente considerados, con cierto
status jurídico en la familia y la sociedad, estado que, como lo dicen los hermanos
Henry, León y Jean Mazeaud, ‘está… unido a la persona, como la sombra al cuerpo.
Más estrechamente todavía. Es la imagen jurídica de la persona’…”. (Auto de 18 de
junio de 2008, Exp. No. 0500131100062004-00205-01).
En forma concreta los artículos 1046 y 1047 del Código Civil establecen quiénes
conforman el segundo y el tercer orden hereditario dentro de la sucesión intestada. En el
caso del segundo orden hereditario se encuentran sus ascendientes de grado más próximo,
sus padres adoptantes y su cónyuge; y el tercer orden, está conformado en ausencia de
descendientes, ascendientes, hijos adoptivos, o padres adoptantes, le sucederán sus hermanos
y su cónyuge. (texto subrayado fue declarado exequible por parte de la Corte Constitucional
en su Sentencia C-238 de 2012, siempre y cuando se entienda que ella comprende al
compañero o compañera permanente de distinto sexo o del mismo sexo que conformó
con el causante, a quien sobrevive, una unión de hecho).
En el año 2006, se inició la discusión de este tema a través del Proyecto de Ley
número 013 de 2006 (Cámara), por medio del cual se reconoce igualdad de derechos
herenciales a los compañeros permanentes en las uniones maritales de hecho, se regulan las
obligaciones alimentarias entre ellos, se hacen los correspondientes ajustes a los órdenes
hereditarios y se dictan otras disposiciones, y el cual buscaba establecer la equiparación de
los compañeros permanentes frente a los cónyuges en los órdenes sucesorales contemplados
en el Código Civil, para lo cual se propone la adición de aquellos en los artículos 1045, 1046,
1047, 1051, 1054, 1073, 1132 y 1133 de dicho estatuto, se adiciona el artículo 2° de la Ley
54 de 1990 y se modifica el artículo 8º de esta última. Así mismo se propone adicionar el
artículo. 1040 del Código Civil, 1230, 1231, 1232, 1233, 1234, 1235, 1236, 1237, 1238 y
411 del mismo Código Civil; sin embargo, este no continuo con su trámite (Ley 5 de 1991,
artículo 190).
Injusto es entonces, que por el hecho de mediar el matrimonio, siempre y cuando haya
vacancia del primer orden hereditario, se obtenga de manera automática vocación hereditaria,
pero si se es compañero permanente no se cuenta con ese derecho sucesoral.
CONCLUSIONES
Luego del análisis de la Ley 54 de 1990 y del estudio de las sentencias de la Corte
Constitucional modificatorias de esta ley, aparece claramente establecido que los derechos
que hoy detentan los integrantes de estas uniones maritales de hecho en Colombia, los han
adquirido a través de las diferentes acciones que le han sido favorables en su petitum, y no
porque exista una normatividad al respecto.
Así entonces, para ajustarnos de manera apropiada a nuestra legislación, se hace
necesaria e indispensable la inclusión en los artículos 1047 y 1048 del Código Civil
Colombiano a los compañeros permanentes, dentro de los órdenes hereditarios del segundo
y el tercero respectivamente, para que cuando las mencionadas normas se refieran al cónyuge
también se indique “o compañero permanente”, articulando así igualdad de derechos
hereditarios frente a las personas que cobijadas por un mandato constitucional, deciden
conformar familia no bajo el vínculo del matrimonio, sino por la unión marital de hecho de
conformidad con las tantas veces mencionadas ley 54 de 1990.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Colombia. Cámara de Representantes. Proyecto de Ley número 013 de 2006. Por medio del
cual se reconoce igualdad de derechos herenciales a los compañeros permanentes en
las uniones maritales de hecho, se regulan las obligaciones alimentarias entre ellos,
se hacen los correspondientes ajustes a los órdenes hereditarios y se dictan otras
disposiciones.
Colombia. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-075 del 2007, M.P. Rodrigo
Escobar Gil.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-029 de 2009, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-403 de 2011, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-700 de 2013, M.P. Alberto Rojas Ríos.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-521 de 2007, M.P. Clara Inés Vargas
Hernández.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-875 de 2005, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-477 de 1999, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-167 de 2012, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo.
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-1033 de 2002, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
Colombia. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-239 de 1994, M.P. Jorge Arango
Mejía.
Colombia. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-174 de 1996, M.P. Jorge Arango
Mejía.
Colombia. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-283 del 2011, M.P. Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub.
Colombia. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-238 del 2012, M.P. Gabriel
Eduardo Mendoza Martelo.
Colombia. Corte Suprema de Justicia de Colombia. Sala de Casación Civil. Proceso 2004-
205, M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar.
Colombia. Corte Suprema de Justicia de Colombia. Sala de Casación Civil. Proceso 2002-
197, M.P. William Namén Vargas.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Proceso 2005-1672, M.P.
César Julio Valencia Copete.
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Proceso 2008-1484, M.P.
Edgardo Villamil Portilla.
Colombia. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Proceso 2002-197, M.P.
William Namén Vargas.
Colombia (2010). Código Civil. Vigésima Cuarta edición. Bogotá: Legis Editores.
Colombia (2009). Constitución Política. Vigésima segunda edición. Bogotá: Legis Editores.
Colombia. Ley 90 de 1946. Por la cual se establece el seguro social obligatorio y se crea el
Instituto Colombiano de Seguros Sociales.
Colombia. Ley 5 de 1991. Por la cual se expide el Reglamento del Congreso; el Senado y la
Cámara de Representantes.
Colombia. Ley 54 de 1990. Por la cual se definen las uniones maritales de hecho y régimen
patrimonial entre compañeros permanentes. Promulgada el 28 de Diciembre de 1990.
Colombia. Ley 979 de 2005. Por medio de la cual se modifica parcialmente la Ley 54 de
1990 y se establecen unos mecanismos ágiles para demostrar la unión marital de hecho
y sus efectos patrimoniales entre compañeros permanentes.
Colombia. Ley 29 de 1982. Por la cual se otorga la igualdad de derechos herenciales a los
hijos legítimos, extramatrimoniales y adoptivos y se hacen los correspondientes
ajustes a los diversos órdenes hereditarios.
Múnera García, E. A. & Pérez Yela, M. A. (2009). ¿Constituye la Unión Marital de Hecho
un Estado Civil? En: Interpretación Jurisprudencial desde la perspectiva de los Jueces
y las Juezas en Colombia. Consejo Superior de la Judicatura. 2011. Recuperado de
http://ejrlb.com/sites/default/files/pdfs/lineas_familiar.pdf
Sánchez, C. (1995). Unión marital de hecho. Primera edición. Cali: Editorial Jurídica
Equidad.
Vergara Tobón, P. C. (2009). Derecho sucesoral de los compañeros permanentes a la luz del
derecho civil colombiano. Grupo de investigación: GISOR. Línea de investigación en
Derecho Privado. Recuperado
http://fer.uniremington.edu.co/ojs/index.php/PYP/article/download/110/120.