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LECCIÓN 2

LA INTEGRACION ECONOMICA:
TEORIAS, EFECTOS, Y EXPERIENCIAS

PARTE I: TEORÍAS Y EFECTOS

1. ¿Por qué se desea la integración?


Adam Smith, en su famosa obra Investigación de la naturaleza y causas de la riqueza
de las naciones, ya ponía de manifiesto que la división del trabajo y un mercado amplio
abarataba los costes y permitía la existencia de un volumen de demanda capaz de hacer
atractiva la producción y comercialización de mercancías y servicios. En definitiva, lo
que el economista británico destaca en el capítulo II del Libro 1 de su obra, es que el
tamaño del mercado es una variable trascendente para el funcionamiento de una
economía nacional.

Un mercado interior pequeño y aislado no ofrece muchas posibilidades de inversión,


dado que la demanda nunca podrá alcanzar un nivel que la rentabilice adecuadamente.

En términos generales, para cualquier tipo de país, ya sea desarrollado o no, la


extensión del mercado interno implica una mejor especialización y por ende una más
eficiente asignación de recursos productivos.

En los países en vías de desarrollo la integración de varias economías supone que se


ampliará el estrato de población con una capacidad de compra suficiente para
incentivar la inversión en el sector productivo pudiendo ser éste el motor para un
mayor desarrollo que rompa el círculo vicioso de la pobreza 1 .

En los países desarrollados el objetivo es paralelo, se trataría de mejorar la eficiencia


del sector productivo y obtener un aumento del bienestar para su población.

Así pues, existe una relación entre la dimensión del mercado y el desarrollo que la
podríamos sintetizar en cuatro puntos:

a) Un mercado ampliado y amplio supone una mayor demanda global que


hace viable la existencia de economías de escala en la producción y, en
1
Para ver este concepto véase R. Nurse: "Problemas de formación del capitalismo en los países
insuficientemente desarrollados", F.C.E. México, 1.973.

1
general, podemos esperar que hasta un cierto límite, la mayor capacidad
productiva implique un menor coste medio.

b) Al lograrse economías de escala aparecerán también economías externas,


es decir, que el abaratamiento de costes y precios en determinadas industrias,
al incrementar sus producciones puede implicar un beneficio para otras;
baste poner como ejemplo el hecho de que al reducirse los precios se
incrementa la renta real de los consumidores y por ello su capacidad para
adquirir otro producto o servicio con una renta dada.

c) Cuanto más amplio sea un mercado, mayor será la especialización que


pueda llevarse a cabo en la producción. No hay que olvidar que como A.
Smith argumentó la división del trabajo es una condición necesaria para
aumentar el ritmo de desarrollo y un mercado amplio permite una mejor
división.

d) La integración de varios mercados y con ellos de las economías donde


funcionan ofrece al espacio integrado la posibilidad de aumentar su peso
internacional y con ello su capacidad de aumentar su peso internacional y
con ello su capacidad negociadora, tanto en lo económico como en lo
político.

Llegados a este punto podemos avanzar ya un concepto de integración: Desde un punto


de vista dinámico la integración supone la puesta en vigor de mecanismos que permitan
aunar diferentes espacios económicos, con miras sobre todo a acelerar su tasa de
expansión global y a racionalizar el crecimiento correspondiente.

Cabe, ahora, plantearse algunas cuestiones: ¿a qué espacios económicos nos estamos
refiriendo?. Se trata de los Estados nacionales. En cuanto a la relación que los aúna,
¿de qué tipo?. Puede variar, desde una relación que se fije con el propósito de lograr
unos objetivos comunes, sin renunciar a su propia identidad hasta aquella en la que sí
se renuncie a ella en favor de una entidad superior con unos intereses, fines y objetivos
propios, diferentes incluso a la suma de los de las partes que forman el nuevo espacio
integrado.

Entre ambos extremos y en el camino hacia la integración total hay varias etapas cuya
definición se debe a Bela Balassa y que más adelante veremos.

2. Efectos y etapas de la integración económica

La teoría de la integración económica es una parte de la teoría del comercio


internacional que se ha desarrollado a partir del análisis de las uniones aduaneras.

Jacob Viner dio origen con su obra "Teoría de la integración económica" a la teoría
ortodoxa de las uniones aduaneras, demostrando que desde un punto de vista mundial

2
la unión aduanera puede tener efectos beneficiosos y perjudiciales para el libre
comercio. Se trata de los conocidos efectos de creación y desviación del comercio.

Hay una creación de comercio cuando a consecuencia del establecimiento de una unión
aduanera uno de sus miembros importará bienes por primera vez, procedentes de otro
miembro de la unión. Antes no los importaba porque el precio del bien nacional
protegido por su arancel aduanero era menor que cualquiera del exterior más el arancel
de entrada al país.

La desviación de comercio se produce cuando un miembro de la unión que importaba


determinado bien de un tercer país por ser esta fuente de abastecimiento más barata,
tras pagar el arancel de entrada, pasa, a consecuencia del establecimiento de la unión
aduanera a importarlo de otro país miembro ya que ahora le resulta más barato.

La suma de uno y otro efecto impide que pueda darse una respuesta única y cierta al
cien por cien sobre las consecuencias de una integración aduanera, desde la perspectiva
del fomento del comercio internacional.

Esta ausencia de certeza ha dado lugar a numerosos estudios al respecto, llevados a


cabo por continuadores de J. Viner, tales como Lipsey, Meade, Kraus, etc..., que han
ido completando la teoría.

En 1961, Bela Balassa publicó su libro Teoría de la integración económica, en el cual


establecía una clasificación de las etapas del proceso integrador partiendo de una zona
de librecambio hasta llegar a la integración total. Las etapas aceptadas generalmente
por los teóricos de la integración son las siguientes, de menor a mayor grado de
integración:

1. Zona de librecambio
2. Unión aduanera
3. Mercado Común
4. Unión económica
5. Unión total

Veamos ahora qué caracteriza a cada una de ellas.

Una zona de librecambio es un área formada por varios países que eliminan los
aranceles aduaneros y toda restricción comercial entre ellos, manteniendo cada uno su
propio arancel frente al exterior de la zona.

Como puede suponerse, se trata de una forma muy sencilla de integración que no
precisa que los Estados miembros hagan cesión de su soberanía. No obstante, esta
fórmula de integración presenta problemas para sus miembros y para terceros países.

La principal dificultad que se le puede presentar a una zona de librecambio y que puede
llegar a invalidarla, se deriva de la diversidad de aranceles frente a terceros. Un

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exportador del exterior del área tratará de introducir sus productos a través del país de
menor arancel aduanero y después llevarlo sin pagar derecho aduanero alguno hasta
cualquier otro miembro con mayor arancel frente al exterior.

Para evitar este grave problema se crearon, en el comercio internacional, las


denominadas "reglas de origen" que diferencian entre el origen y la procedencia de una
mercancía permitiendo a las autoridades aduaneras de cada país saber cuáles son
acreedores de las ventajas arancelarias y cuáles no lo son.

Hay varios criterios en la apreciación del origen de una mercancía dependiendo de la


restrictividad que quiera imponerse. Generalmente se consideran bienes originarios de
un área aquellos que incorporan materiales procedentes del exterior sin exceder del
50% del total. También puede adoptarse el criterio de exigir que los bienes, aunque
hayan sido producidos en el exterior, sean manipulados en algún país del área, de tal
modo que se altere su naturaleza y puedan ser incluidos en una partida arancelaria
diferente a la que se aplicó cuando entraron en la zona de librecomercio.

El segundo escalón en el proceso de una integración completa es la unión aduanera.

La unión aduanera añade al área de libre comercio el establecimiento de un arancel


aduanero único frente a terceros, supone por tanto, una integración más efectiva que la
anterior por cuanto se suprime el problema de la entrada de mercancías por el miembro
de menor arancel, como veíamos antes.

La tarifa exterior común implica un mayor grado de cooperación entre los integrantes
de la unión, sin que podamos hablar, aún, de cesión de soberanía por parte de sus
Estados.

Los efectos de una unión aduanera puede dividirse en dos tipos: efectos estáticos y
efectos dinámicos. Los primeros suponen cambios en un momento dado del tiempo, en
la producción, el consumo, el volumen de comercio y las relaciones de precios. Los
segundos se refieren a las variaciones que a lo largo del tiempo se van a producir en el
crecimiento y en el desarrollo. El resultado neto de dichos efectos en el área integrada
puede ser favorable o desfavorable. Dada la cantidad y la diversidad de las variables
económicas de las que dependen dichos efectos es casi imposible calcular "a priori"
cual será el resultado de la unión respecto a la situación de partida.

Los efectos estáticos han sido objeto de numerosos estudios por parte de los teóricos de
las uniones aduaneras.

La siguiente etapa la constituye el mercado común. Varios países forman un mercado


común cuando añaden a su unión aduanera la franquicia para la circulación de los
factores de la producción. Recordemos que estos factores eran la tierra, el capital y el
trabajo. Evidentemente sólo los dos últimos pueden trasladarse y por ello es a éstos a
los que nos estamos refiriendo.

La movilidad del capital significa que cualquier empresa pueda obtener recursos
financieros, si así lo desea, en el mercado común con la misma libertad que dentro de

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sus propias fronteras nacionales. Asimismo, cualquier ahorrador podrá prestar su
dinero en el país del área donde piense que la rentabilidad es mayor.

Los movimientos de capital en el mercado común estarán influidos, entre otras cosas,
por la política monetaria de cada Estado miembro y por sus diferentes legislaciones en
materia de impuestos sobre beneficios. Así pues, estas dos políticas, la fiscal y la
monetaria, pueden perturbar, si lo penalizan, el normal funcionamiento del mercado de
este factor productivo.

Con relación al factor trabajo hay que distinguir entre trabajadores por cuenta ajena
(asalariados) y trabajadores por cuenta propia (autónomos, profesiones liberales). Cabe,
asimismo, otra distinción entre el trabajo especializado y el trabajo no especializado.
En el trabajo especializado, y desde el punto de vista de la profesión, puede ocurrir que
no se necesite título alguno o que sea necesario un título determinado. Entre los
trabajadores por cuenta propia se pueden también distinguir dos grupos, de acuerdo con
la clase de profesión: los que no exigen título alguno y los que no se pueden practicar si
no se posee la titulación adecuada.

La movilidad de los individuos que, lo mismo trabajando por cuenta ajena que
haciéndolo por cuenta propia, necesitan un título determinado es más complicada, ya
que no les basta que se les reconozca nominalmente su libertad de movimiento si los
títulos obtenidos en un país miembro no son válidos en los restantes.

La libertad de movimientos en el factor trabajo significa que los individuos puedan


acceder, de acuerdo con su capacidad, a cualquier puesto de trabajo donde quiera que
éste se encuentre, sin que la nacionalidad suponga ningún tipo de obstáculo no
cortapisa. Las condiciones en que se trabaje fuera del propio país tienen que ser las
mismas que las que existen para los nacionales del país de recepción.

El cuarto paso en el proceso integrador es unión económica, que es una forma superior
de integración a la del mercado común. Añade a éste un cierto grado de armonización
de las políticas económicas nacionales en un intento de eliminar la discriminación que
puede derivarse de las disparidades en dichas políticas.

A medida que se intenta progresar en la armonización surgen las dificultades pues


implica una importante cesión de soberanía por parte de los Estados miembros.
Armonizar las políticas monetarias, fiscales, etc..., supone que los gobiernos de los
países del área tienen un menor margen de actuación para su política general.

Finalmente, la forma más perfecta de integración es la unión total, que supera la mera
armonización de las políticas económicas suponiendo la unificación monetaria y de las
políticas coyuntural, fiscal y social, requiriendo la aparición de una autoridad
supranacional cuyas decisiones son vinculantes para los Estados miembros, convertidos
ahora en partes de un macro-estado del área integrada, identificable con un Estado
Federal.

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ESQUEMA-RESUMEN DE LAS DISTINTAS ETAPAS DEL PROCESO DE
INTEGRACIÓN SEGÚN B. BALASSA
Unificación
Supresión de Armonización políticas
obstáculos al Arancel común Movilidad de políticas económicas.
intercambio factores económicas Autoridad
Supranacional
Zona de Librecambio X
Unión Aduanera X X
Mercado Común X X X
Unión Económica X X X X
Unión Total X X X X X

Fuente: Requeijo, J.; "La integración de países en desarrollo", ICE n9 466, Madrid 1972.

Como hemos visto, en la teoría de las uniones aduaneras un punto fundamental de su


análisis era la creación y desviación del comercio. Sin embargo, en su planteamiento no
se tenían en consideración aspectos ciertamente importantes, como es el caso del nivel
comercial preexistente.

Si el comercio que había previamente a la unión aduanera entre sus miembros era fluido
y con una fuerte interrelación, el suprimir los obstáculos comerciales y establecer un
arancel común supondrá un incremento del bienestar y se optimizarán los efectos de la
integración.

Por contra, si los lazos comerciales previos son escasos, la unión empeorará, cuando
menos temporalmente, el bienestar porque se mantendrán con mayores dificultades que
antes los flujos comerciales preexistentes.

Esta llamada de atención sobre las condiciones previas a la unión aduanera puede
hacerse extensible para el proceso completo de integración.

Efectivamente, cada intento de integración se lleva a cabo actuando sobre una realidad
ya existente que puede facilitar o dificultar la unión entre los países. Por eso resulta
interesante aquí determinar qué condiciones facilitarán y, por el contrario, cuáles
entorpecerán el proceso de integración.

En primer lugar, hay que destacar como muy favorable la existencia de una importante
red de transporte que facilite el comercio y el desplazamiento de las personas por el área
a integrar, pudiendo afirmarse que cuanto mayor y más tupida sea la red dentro del área,
más fácil será el proceso de integración.

El segundo aspecto a tener en cuenta es el nivel medio de desarrollo de los países que se
asocian. Dado que siempre existen intereses creados en el proceso de crecimiento
económico, cuanto más desarrollados estén, mayores serán las dificultades y, por ende,
más se precisará de duras negociaciones para avanzar en la integración.

En tercer lugar, la excesiva diferenciación en los niveles de desarrollo dificultan el


proceso, ya que aparecerán "dos velocidades" en la integración y muy probablemente la

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zona más desarrollada aumentará su diferencia con la más deprimida, actuando de polo
de atracción de inversiones.

Finalmente, y relacionado en parte con lo dicho más arriba, la existencia de un


tratamiento fiscal semejante en todos los miembros facilita el proceso de integración.

Otro tipo de crítica a la teoría tradicional expuesta, entre otros, por Stuart Holland,
eurodiputado británico, es la que hace hincapié en la actitud de la misma. La teoría
tradicional señala lo que obstaculiza la integración y estudia los efectos del proceso,
pero no muestra una actitud positiva en la definición y estudio de las medidas
estructurales y de política económica para favorecer una integración sin tensiones o con
las menos posibles.

El primero que calificó de "negativo" el planteamiento central de la teoría de la


integración fue, sin embargo, J. Tinbergen, el cual resaltaba las limitaciones que para
algunos países presenta la hipótesis de un aumento del bienestar como consecuencia de
la liberalización de la circulación de mercancías y factores de la producción.

No puede asegurarse según afirma Holland, por ejemplo, que una etapa más avanzada
que otra en el proceso de integración implique inequívocamente una mejora en el
bienestar de la población. Sería preciso una acción positiva de los órganos
gubernamentales de cada país y de la unión que fuera encauzando el proceso y
eliminando todo lo que perjudicara a los países miembros y a sus ciudadanos. En este
sentido baste recordar la utilidad de las políticas regional y social en procesos
integradores como la Comunidad Europea.

PARTE II. LAS EXPERIENCIAS DE INTEGRACIÓN EN EL MUNDO

Veíamos al principio de la lección los objetivos prácticos de toda integración, los cuales
podemos agrupar por su cariz en económicos y político-sociales. Sin embargo, hay
matices que los diferencian si se trata de países desarrollados o en vías de desarrollo.

En cuanto a los objetivos puramente económicos, los países no desarrollados persiguen


el constituir un área de defensa frente al exterior, lo que, por otro lado, va contra la
teoría tradicional de la integración, para llevar a cabo un desarrollo hacia dentro, en este
caso del área.

Por contra los países desarrollados, generalmente, buscan el fomento del librecambio
dentro y fuera del área. Así, la C.E. fija un Arancel Exterior Común bajo frente al resto
del mundo.

En lo referente a los objetivos político-sociales, los países desarrollados buscan con sus
procesos integradores metas diversas. Las Comunidades Europeas tienen en su origen el
evitar guerras entre sus miembros y recobrar la importancia en conjunto que las

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naciones miembros perdieron por separado tras la II Guerra Mundial. Asimismo se
intenta crear un nuevo ciudadano europeo en un área con un bienestar cada vez mayor.

La E.F.T.A. tiene entre sus objetivos fundacionales el fomento del comercio y las
relaciones entre sus miembros. Fue la respuesta británica a la C.E.

Para los países no desarrollados, las metas son ganar independencia política y
económica y hacerse respetar por su peso como área en el concierto mundial. También
se intenta, como consecuencia de un crecimiento económico mejorar el bienestar de sus
ciudadanos acercándolos al "standing" de las de los países desarrollados.

1. El proceso de integración en Europa 2

La UE es presentada habitualmente como el proceso de integración económica mas


exitoso del mundo y como un verdadero modelo a seguir. Por ello, vamos a examinarlo
con un cierto detalle. Se trata de un modelo de integración de países desarrollados, si
bien en los últimos años se han incorporado países de un menor nivel de desarrollo.

1.1. Breve repaso histórico

Inducidos por las sucesivas destrucciones bélicas del continente europeo, hace cincuenta
años (1957) Alemania, Francia, Italia y BENELUX firmaron el TCEE por el que se
creaba la CEE y el TCEA creador de la CEEA, ambos Tratados entraron en vigor el 1
de enero de 1958, viniendo a unirse a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero,
existente desde 1952 y cuyo éxito había alentado a los políticos europeos a proseguir en
el proceso de integración económica.

La coyuntura económica en este medio siglo ha influido de un modo muy notable en el


ritmo del avance del proceso integrador, produciéndose éxitos en épocas de bonanza y
parones en momentos de crisis económica. En la actualidad y viendo en conjunto el
proceso, el resultado es que se ha conseguido un muy alto nivel de integración
económica que ha permitido que los ciudadanos de la Unión tengan un alto nivel de
calidad de vida, situándose entre las mas altas del mundo.

1.2. Del Tratado de Roma a la Constitución europea

El éxito de la CECA dio argumentos a los partidarios de proseguir el proceso de


integración, aventurándose en ámbitos como la defensa o la política. Se trabajó para
crear una Comunidad de Defensa Europea con los mismos seis países, vinculándola a
una posterior Comunidad Política Europea, sin embargo estos esfuerzos fracasaron en

2
López Martínez, José Humberto, “El proceso de integración en Europa: breve repaso histórico”. Revista
Universitaria Europea, nº 2, 1999.

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1954, cuando la Asamblea Nacional francesa votó en contra de la aprobación de la
primera, lo que implicaba el rechazo, también, de la segunda.

Estos fracasos en el terreno político eran muestra de que fuera del campo económico las
dificultades para la cesión de soberanía eran insalvables en aquellos años en que la
confrontación Este-Oeste estaban en pleno auge y el sentimiento nacional primaba sobre
el sentido colectivo y sobre todo, independiente, de la defensa y la política europea.

Sin embargo, al año siguiente de este tropiezo, los Ministros de AA. EE. de los “Seis”,
reunidos en Mesina, Italia, acordaron seguir adelante en el terreno mas propicio, en la
economía. Para ello se creó un Comité intergubernamental presidido por Paul Henri
Spaak, notorio político belga que debatió y preparó los Tratados CEE y CEEA.

La firma el 25 de marzo de 1957 de estos Tratados no significó automáticamente un alto


nivel de integración económica, ni eran el colofón de un proceso previo y ya finalizado,
fue el comienzo de un camino bien cimentado pero largo y difícil. Los “Seis” países
signatarios previeron unos períodos transitorios en los que se adaptarían a los Acuerdos
firmados teniendo un amplio abanico de cautelas y salvaguardias para situaciones
comprometidas a nivel nacional o internacional.

De la lentitud del proceso nos da una idea el que los cuatro primeros reglamentos
agrícolas, el primer reglamento financiero y el reglamento de la competencia se
adoptaran en el Consejo de Ministros de 14 de enero de 1962. Además, las tres
Comunidades mantuvieron sus instituciones independientes hasta el 1 de julio de 1967.
No obstante, en otros aspectos, como el de la libertad de circulación de mercancía (uno
de los principios en los que se asienta la CE), la rapidez en aplicarse fue notable, por lo
que la Unión Aduanera pudo entrar en vigor en su totalidad el 1 de julio de 1968.

Otro principio fundamental, la libertad de circulación de trabajadores nacionales de los


“Seis” en el área de integración entró en vigor el 29 de julio de aquel mismo año (1968)
y los otros dos principos fundamentales de las Comunidades, la libertad de circulación
de capitales y la libertad de establecimiento para profesionales son de reciente
consecución.

Además de estas cuatro libertades, el TCEE creaba un mercado común con una serie de
políticas comunes como, por ejemplo, la política agrícola o la política social.

En esta primera etapa del proceso no se logró establecer un autentico mercado común,
aunque en algunos sectores el avance que se realizó lo superó, nos referimos al sector
agrícola, donde las autoridades supranacionales disponían de todos los instrumentos
para actuar sobre los productores y sobre los mercados.

El sentido pragmático de las instituciones comunitarias siempre consideró posible dar


los primeros pasos de etapas posteriores en la dinámica de integración aún cuando la del
momento no estuviera completada, máxime si la coyuntura económica europea e
internacional era favorable.

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La primera reforma de los Tratados fue la llamada Acta Única Europea (AUE). El
Consejo Europeo de Milán, celebrado los días 28 y 29 de junio de 1985 decidió por
mayoría convocar una Conferencia intergubernamental para revisar los Tratados e
introducir aquellas modificaciones que el paso de los años habían demostrado que eran
necesarios y sobre las que había consenso.

En el terreno económico, núcleo fundamental del proceso de integración, se trataba de


dar los pasos definitivos para la creación real de un mercado común o único y de
establecer nuevos instrumentos de redistribución de la riqueza ( la solidaridad entre los
miembros es otro signo identificativo del proceso de integración europeo ). Con este
último objetivo se creo el Fondo de Cohesión, destinado a aportar recursos para la
cofinanciación de proyectos de infraestructuras y de protección del medio ambiente en
Estados miembros que tuviesen una renta nacional media inferior al 75% de la renta
media comunitaria.

El AUE permitió dar los pasos definitivos hacia la creación de un mercado común y la
superación del estancamiento de la dinámica de integración que produjo las crisis
económicas derivadas del alza de los precios de las materias primas energéticas. Este
impulsa positivo fue favorecido, además, por los estudios realizados sobre los costes de
no profundizar en el proceso. La presentación, a finales de marzo de 1988, del “Informe
Cecchini” sobre los costes de mantener los mercados nacionales frente a un mercado
único hizo desaparecer las reticencias de los “euroescépticos” y permitió conseguir un
amplio consenso al respecto del camino que había que seguir.

El establecimiento real de un mercado común (que efectivamente entró en vigor el 1 de


enero de 1993) puso de manifiesto que eran necesarias medidas complementarias que
hicieran a este mercado semejante a un mercado nacional. Así, se trabajó para
armonizar los impuestos indirectos y, sobre todo, se dieron los primeros pasos en la
senda definitiva de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

1.3. Maastricht

El Consejo Europeo de Dublín de junio de 1990 acordó convocar una Conferencia


Intergubernamental para la creación de una UEM en tres fases y otra sobre la unión
política.

La fortaleza de la voluntad europeísta de los “Doce” durante la segunda mitad de la


década de los años 80 fue capaz de promover una revisión en profundidad de los
Tratados comunitarios. Se pretendía impulsar la UEM y avanzar sustancialmente en el
terreno político, lo que era y es bastante mas complicado.

La Cumbre del Consejo Europeo de los días 9 y 10 de diciembre de 1991, celebrada en


la ciudad holandesa de Maastricht llegó a un acuerdo sobre el Tratado de la Unión
Europea (TUE). En febrero del año siguiente, el día 7, fue firmado en esta ciudad y
entró en vigor el 1 de noviembre de 1993.

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De forma resumida, este texto legal establece tres pilares o bloques de temas, que
sustentan la Unión Europea. El primer pilar se refiere a la s Comunidades Europeas
(CE, CECA y EURATOM) prexistentes, el segundo pilar contiene la Política Europea
de Seguridad Común (PESC) y el tercero establece la cooperación entre los miembros
en materias de justicia e interior.

Al igual que en otras ocasiones, en el terreno político (pilares segundo y tercero) los
avances fueron mas lentos y dificultosos que en terreno económico (primer pilar), con
parones y fracasos. En cuanto al primer pilar, se fijan las condiciones y los pasos para
llegar a una moneda única con un Banco Central Europeo y una mayoría de países
miembros son capaces de cumplirlas. En aquel momento, once de los quince miembros
de la CE acceden a la tercera fase de la UEM, lo que permitió que en 2002 entrara en
vigor el euro. Hoy en día son ya doce los países del euro.

1.4. Ámsterdam

El TUE remitía a una nueva Conferencia Intergubernamental en 1996 “para que


examine... las disposiciones del presente tratado para las que se prevea una
modificación”. Esta Conferencia se inauguró el 29 de marzo de 1996 dándose un plazo
de doce meses (tuvo que prorrogarse hasta el 2 de octubre de 1997) para elaborar
propuestas sobre justicia y asuntos de interior, proximidad al ciudadano, transparencia,
mejoras en la eficacia institucional y de las estructuras de toma de decisiones en política
exterior.

El Tratado de Ámsterdam ( porque allí se firmó) abordaba reformas en los tres pilares
de la Unión. En resumen son las siguientes: en el campo de lo político, el Tratado se
encamina a mejorar la eficacia de la PESC, dotándola de una infraestructura dirigida por
el Secretario General del Consejo Europeo que actuaría como Alto Representante de la
PESC frente a terceros y da asistencia al Presidente del Consejo. En lo que se refiere al
tercer pilar de la UE, se incrementa la coordinación entre las Justicias de los miembros y
entre sus policías, creándose la Europol. Finalmente, en el terreno de la economía, se
incorpora al Tratado de la Unión los derechos de los trabajadores que se contenían en la
Carta de 1989 y se fomenta la educación y la formación profesional como elementos
que permitirían elevar la competitividad europea en los mercados mundiales. Asimismo,
se señala que el Consejo Europeo coordinará las políticas económicas de Estados.

El Tratado de Ámsterdam trata de sentar las bases en la economía, la política y las


instituciones de la Unión para la ampliación hacia el Este. Sus logros, no obstante
fueron bastante limitados.

1.5. Niza

Firmado el 26 de febrero de 2001, entró en vigor el 1 de febrero de 2003 tras ser


ratificado por los entonces quince Estados miembros. Su propósito fundamental era
reformar las instituciones para que la UE pudiera funcionar eficazmente cuando se
produjese la nueva ampliación. En este sentido, tres Estados miembros, Bélgica, Francia

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e Italia, hicieron incluir una declaración por la que consideraban que el fortalecimiento
de las instituciones constituía una “condición indispensable para la conclusión de las
primeras negociaciones de adhesión”.

La Conferencia intergubernamental que dio lugar al Tratado de Niza tenía como


objetivos revisar principalmente cuatro ámbitos de los anteriores Tratados:

-el tamaño y la composición de la Comisión,


-la ponderación de los votos del Consejo,
-la ampliación de la votación por mayoría cualificada,
-la cooperación reforzada.

En cuanto a los logros del Tratado, se han calificado como esencialmente “técnicos”, no
se trata de profundizar sustancialmente en la integración, si no mas bien reformar
aquello que dificulte el funcionamiento de una futura, en aquel momento, Unión
ampliada hacia el Este. Las reformas giraron en torno a dos ejes, por una parte, las
cuestiones relativas al funcionamiento y a la composición de las instituciones y por otra,
las cooperaciones reforzadas.

Desde el punto de vista económico, la reforma de los procesos de decisión son las
cuestiones mas relevantes. El Tratado flexibiliza las cooperaciones reforzadas entre
grupos de Estados miembros para avanzar sin que todos participen, requiriéndose
condiciones menos estrictas para emprenderlas, suprimiéndose el derecho de veto y
ampliando los ámbitos en los que se puede aplicar. Por lo que se refiere a la votación
por mayoría cualificada, se amplían los temas a los que se aplica.

1.6. Tratado por el que se establece una Constitución para Europa

Adoptada en el Consejo Europeo de Bruselas de 17 y 18 de junio de 2004, la aún no


nata Constitución europea es en realidad un nuevo Tratado que sustituirá a todos los
anteriores. Se trata, de dar un único fundamento jurídico a la Unión que unifique los
distintos textos (Tratados) que a lo largo de las distintas etapas del proceso de
integración se han ido aprobando. La Constitución fusiona los tres pilares de Maastricht,
aun cuando persistirán particularidades en la PESD.

Asimismo, facilitará la toma de decisiones, permitiendo que se amplíe la aplicación de


la mayoría cualificada por acuerdo unánime del Consejo de Ministros. También se
facilitan las cooperaciones reforzadas.

En cuanto al “procedimiento de codecisión” Consejo-Parlamento, se amplía a la gran


mayoría de las leyes europeas, pasando a denominarse ahora “procedimiento
legislativo”. Evidentemente, todas estas clarificaciones tienen su trascendencia en el
terreno político, pero también son muy importantes en el aspecto económico.

En lo económico, hay que destacar el carácter transversal que adquiere la política social
y búsqueda del pleno empleo, esto es que todas acciones de la Unión en el terreno
económico deberán tener presente siempre estos objetivos. Además, el Consejo Europeo

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supervisará la coordinación comunitaria de las políticas nacionales de empleo. Las
demás políticas económicas nacionales, en mayor o menor grado, deberán incrementar
su armonización dentro de la Unión, siendo esta mas intensa en el grupo de países del
euro.

2. El Mercado Común del Sur (MERCOSUR)

Como ejemplo de proceso de integración entre países de menor desarrollo podemos


destacar la iniciativa que se desarrolla en el cono sur latinoamericano. Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay instituyeron este grupo con la firma, el 26 de marzo de 1991, del
Tratado de Asunción.

El objetivo propuesto es consolidar el libre comercio intrazona y dotar de una política


comercial común al área para alcanzar un Mercado Común y así acelerar sus procesos
de desarrollo económico, aprovechando el efecto multiplicador de la especialización, las
economías de escala y el mayor poder de negociación del bloque. Sin embargo, por el
momento, el MERCOSUR es una unión aduanera imperfecta con numerosas
excepciones arancelarias, si bien se hacen esfuerzos por conseguir la liberalización
comercial total dentro del grupo.

A pesar de todo, este proceso de integración es el mas importante en América Latina, de


ahí el interés del resto de los países del subcontinente por mantener algún tipo de
relación con él. En este sentido son países con el estatuto de asociados Bolivia desde
1997, Chile desde 1996, Colombia y Ecuador desde 2004, Perú desde 2003 y Venezuela
desde 2004. Este último país firmó su incorporación como miembro de pleno derecho el
4 de julio de 2006.

En diciembre de 1994, se celebró una Cumbre de Presidentes que aprobó un Protocolo


adicional al Tratado de Asunción por el que se estableció la estructura institucional del
MERCOSUR y se le dota de personalidad jurídica.

2.1. La estructura del MERCOSUR

El MERCOSUR es el proceso de integración latinoamericano mas institucionalizado,


quizás debido a que pretende seguir los pasos de la Unión Europea.

Tiene tres órganos decisorios:

El Consejo del Mercado Común (CMC), órgano supremo cuya función es la conducción
política del proceso de integración. Está formado por los Ministros de Relaciones
Exteriores y de Economía de los Estados miembros y se pronuncia por medio de
Decisiones. Esta institución cuenta con una Comisión de Representantes Permanentes
del MERCOSUR, que es un órgano permanente del CMC, integrado por representantes
de los Estados Parte y cuya función es presentar iniciativas al CMC sobre temas
relacionados con el proceso de integración.

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El Grupo Mercado Común (GMC), órgano ejecutivo, responsable de fijar los programas
de trabajo y de negociar acuerdos con terceros en nombre del MERCOSUR, por medio
de delegación expresa del CMC. El GMC se pronuncia mediante Resoluciones y está
integrado por los Ministros de Relaciones Exteriores y de Economía, y por
representantes de los Bancos Centrales de los Estados Parte.

La Comisión de Comercio del MERCOSUR (CCM), órgano técnico, apoya al GMC en


lo que respecta a la política comercial del bloque. Se pronuncia mediante Directivas.

Existen , además otros órganos consultivos tales como la Comisión Parlamentaria


Conjunta o el Foro Consultivo Económico Social.

Dando apoyo técnico a toda la estructura institucional el MERCOSUR cuenta con una
Secretaria del MERCOSUR que tiene carácter permanente y está ubicada en
Montevideo, Uruguay.

2.2. El Arancel Externo Común (AEC)

Como toda Unión Aduanera, el grupo de países hace desaparecer los aranceles dentro
del área y establece un AEC frente a terceros.

El AEC del MERCOSUR se creó en 1994, por la Decisión 22/94 del CMC. La
Nomenclatura Común del arancel se basa en el Sistema Armonizado de la Organización
Mundial de Aduanas. El AEC está elaborado con el principio general de que los
productos con mayor valor agregado tienen un mayor arancel, aunque se contemplan
otros aspectos como la posibilidad o no de abastecerse regionalmente de insumos.

Desde el establecimiento del AEC, el MERCOSUR previó un período de transición


hacia la Unión Aduanera, proyectando una convergencia al AEC. Esta convergencia se
tradujo en la inclusión de listas de excepciones nacionales y listas sectoriales. Las listas
nacionales las define cada país y el MERCOSUR regula su extensión. En 2003 las
regulaba una Decisión CMC que fijaba un máximo de 100 productos exceptuados para
Argentina y Brasil, 225 para Uruguay y 649 para Paraguay.

Las listas de Excepciones Sectoriales prevén un período de convergencia para productos


de los sectores de bienes de capital y de informática y telecomunicaciones. En estos
bienes los países no están obligados a aplicar el AEC.

Otros sectores también presentaron problemas desde el inicio de la negociación para


establecer el AEC, estos son, el sector automotriz que se rige solo por acuerdos
bilaterales y el azucarero que no se reglamentó hasta las Decisiones CMC 19/94 y
16/96.

En definitiva, el Mercado Común del Sur dista mucho todavía de ser un mercado
común y aún de haber concluido una unión aduanera, no obstante, se está constituyendo
como la estructura de integración mas duradera y con mas éxito de América Latina.

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BIBLIOGRAFIA

Pensamiento Iberoamericano nº 15 enero-junio 1.989. Monográfico: "Nuevos procesos


de integración económica".

Requeijo, J.; "La integración de países en desarrollo", Información Comercial Española,


nº 466, 1972.

Salgado, Germánico; "Integración Latinoamericana y apertura externa"; Rev. Síntesis nº


14 mayo, agosto 1991.

Tamames, Ramón, La Unión Europea, Alianza Editorial Textos. Madrid, 1994.

Nieto Solís, José Antonio, La Unión Europea, Pirámide. Madrid, 2001.

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