Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
VALDIVIA - CHILE
2012
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 3
1.1. Clasificación. 5
2.1. Concepto. 7
a) Sujeto Activo. 13
b) Sujeto Pasivo. 13
c) Conducta Típica. 13
d) Objeto Material. 14
a) Interpretación restringida. 14
b) Interpretación extensiva. 15
3.4. Culpabilidad. 15
1. Consideraciones introductorias. 16
1
2. El desacato en la Ley N° 20.066 de Violencia Intrafamiliar. 18
a) Sujeto Activo. 35
b) Sujeto Pasivo. 36
CONCLUSIONES 45
BIBLIOGRAFÍA 50
2
INTRODUCCIÓN
Gran porcentaje de la labor propia del juez o tribunal se concreta en las resoluciones
judiciales. Es parte de la facultad jurisdiccional que la Constitución les ha otorgado y la finalidad
es que todo lo pronunciado en ellas se cumpla, pues están destinadas a impartir justicia.
En la presente investigación, una de las cosas a analizar, son las resoluciones judiciales en
nuestra legislación y las consecuencias que se derivan de su incumplimiento, poniendo especial
énfasis en el delito de desacato.
Este delito no ha sido desarrollado por la doctrina nacional, por lo que una de las tareas
que se deberá realizar, es desentrañar sus particularidades y naturaleza en busca de un concepto
que lo defina. Asimismo, se confrontará con la Ley N° 20.066 de Violencia Intrafamiliar – en
adelante LVIF-, pues ésta se remite al delito de desacato en varias oportunidades y que en la
práctica ha generado una serie de inconvenientes, a raíz de las opiniones dispares que han tenido
ciertos autores en cuanto al campo de aplicación de este delito, teniendo presente que es un delito
regulado en el Código de Procedimiento Civil – en adelante CPC-. Por lo tanto, habrá que
determinar el campo de aplicación del desacato en el contexto de la LVIF, así como la naturaleza
del reenvío que hacen sus normas a este tipo penal.
Además, se pretende demostrar que el descuido del legislador al redactar las normas de la
LVIF que se remiten al desacato, ha llevado a deficiencias sistemáticas e interpretativas. Por lo
tanto, revisaremos como son superadas esta deficiencias por la jurisprudencia, a la hora de aplicar
la LVIF, es por ello, que será de gran utilidad revisar la jurisprudencia de los tribunales respecto a
este tema.
3
CAPITULO I: LAS CONSECUENCIAS DEL INCUMPLIMIENTO A LAS
RESOLUCIONES JUDICIALES EN LA LEGISLACIÓN CHILENA.
Para poder hablar sobre las consecuencias que trae aparejado un incumplimiento a una
resolución judicial decretada por un juez o tribunal, previamente hay que enfocarse en conocer
las resoluciones judiciales propiamente tales.
La doctrina procesalista más influyente la define como “acto que emana de los agentes
de la jurisdicción y mediante el cual deciden la causa o puntos sometidos a su conocimiento 1”.
Asimismo, se ha dicho que es “todo acto que emana del tribunal destinado a sustanciar o a
fallar una controversia, materia de un juicio”, y que dentro del proceso son las actuaciones
judiciales más importantes, emanadas del propio órgano juzgador2. Sin embargo, se sostiene
también, que no deben confundirse actuaciones judiciales con resoluciones judiciales, pues serían
dos tipos distintos de actos jurídicos procesales, con diferentes consecuencias 3:
Estas distinciones permiten rotular a la resolución judicial como la decisión o dictado del
juez o tribunal sobre un asunto que la Constitución y ley le entregan en uso de las facultades de
conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, consecuencia del poder jurisdiccional, manifestación
externa del poder del Estado.
1
Couture, E., Fundamentos del Derecho Procesal Civil, Editorial Depalma, 3ª Edición, Buenos Aires, 1958, p. 277.
2
Cfr. Casarino, M. Manual de Derecho Procesal, Derecho Procesal Civil, Tomo III, Editorial Jurídica de Chile, 5ª
Edición, Santiago, 1994, p.172.
3
Nuñez, R., Derecho Procesal, Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en internet: https://www.u-
cursos.cl/derecho/2009/1/D124A0417/1/material_alumnos/bajar?id_material=27985
4
Las resoluciones judiciales, son el resultado de una operación intelectual y una expresión
de voluntad, que están sometidas a reglas contenidas en la Constitución y en las demás normas
del ordenamiento jurídico. Asimismo, son una expresión concebida y legitimada en el seno del
debido proceso 4.
1.1. Clasificación.
4
Cfr. Ortells Ramos, M., Derecho Procesal Civil, Editorial Thomson, 7ª Edición, Navarra, España, 2007, pp. 246-
247.
5
Cfr. Díaz Uribe, C., Curso de Derecho Procesal Civil, Tomo I, Editorial LexisNexis, Santiago de Chile, 2006, p.
253.
5
en virtud de las reglas generales, según lo señalado en el artículo 114 COT y 232 CPC. Luego, se
deben distinguir los siguientes casos 6:
Si la ejecución se solicita ante el mismo tribunal que la dictó dentro de un año en que la
ejecución se hizo exigible, se procederá mediante procedimiento incidental regulado en
los artículos 233, 234 y 235 CPC, que dicho sea de paso, su nombre no se ajusta a la
naturaleza jurídica del procedimiento, pues se trata de un procedimiento ejecutivo
especial.
Si la ejecución se inicia ante tribunal distinto, o ante el mismo tribunal pero después de
un año: se sujetará su cumplimiento a las normas del juicio ejecutivo, de acuerdo al
artículo 237 CPC, con la limitación de que no se aceptará ninguna excepción que haya
podido oponerse en el juicio declarativo anterior.
Si la ley ha dispuesto alguna manera especial de cumplir la sentencia, la ejecución debe
someterse a dichas reglas especiales, por ejemplo, la sentencia del juicio de hacienda, de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 752 del CPC.
Si se trata de cumplimiento de resoluciones no comprendidas en los casos anteriores,
corresponderá al juez de la causa dictar las medidas conducentes a dicho cumplimiento,
pudiendo al efecto imponer multas que no excedan de una unidad tributaria mensual o
arresto hasta por dos meses, determinados prudencialmente por el tribunal, sin perjuicio
de repetir el apremio, según lo dispuesto en el artículo 238 del CPC.
Sobre este último punto, cabe destacar que las resoluciones que no estarían comprendidas
en los casos anteriores, y que por lo tanto, no están sujetas a dichas reglas, serían algunas
pertenecientes al derecho de familia. Por ejemplo, el derecho de visitas que pueden tener los
padres separados de sus hijos comunes, para hacer efectivo el cumplimiento, el juez puede
imponer al infractor arresto o sancionarlo con multa.
Por último, el artículo 240 del CPC, nos dice: “Cumplida una resolución, el tribunal
tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que se haga en
contravención a lo ejecutado.” Y en el inciso segundo señala: “El que quebrante lo ordenado a
cumplir será sancionado con reclusión menor en su grado medio a máximo”, que de acuerdo a lo
señalado en el artículo 56 del Código Penal –en adelante CP-, la pena fluctúa entre los 541 días a
los 5 años de reclusión.
La norma recién mencionada contiene, en su inciso segundo, un tipo penal que no tiene
una denominación expresa en la norma, pero que la historia de su establecimiento da cuenta que
se trata del delito de desacato, cuya profundización es el objeto central de las siguientes páginas.
6
Cumplimiento de las resoluciones judiciales en Chile, en internet: http://es.shvoong.com/law-and-
politics/law/1746207-cumplimiento-las-resoluciones-judiciales/
6
2. El delito de desacato en la ley.
Se trata de un tipo penal contenido en el inciso segundo del artículo 240 del CPC, que a
simple lectura refleja varias dudas, como por ejemplo, saber el alcance preciso de la expresión
“quebrantar lo ordenado a cumplir” ¿A qué se está refiriendo el legislador con aquello que
castiga con tanta severidad?
2.1. Concepto.
La mayoría de los diccionarios del uso del español, disponen que el desacato es la acción
de desacatar. Desacatar significa: “no acatar las normas u órdenes que provienen de una
autoridad, también significa insultar o calumniar a una autoridad en el ejercicio de sus
funciones” 7. Desacato en esta misma línea es: “desobedecer o no cumplir una orden o una ley o
faltar el respeto a la autoridad; también se le considera una irreverencia ante una cosa
sagrada”8.
7
Molliner, M., Diccionario del uso del español, Editorial Credos, 2ª Edición, Madrid, 2002, p. 902.
8
Lucena Cayuela, N., et al., Diccionario del Uso del Español de América y España, Spes Editorial, 1ª Edición,
Barcelona, 2002, p.598.
9
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), en internet:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=Desacato
10
Ver Ley N° 20.048 de 31 de agosto de 2005.
7
La situación anterior, es consecuencia directa de la derogación del delito de desacato en la
Ley de Seguridad del Estado, por la ley N° 19.773. Distintas organizaciones nacionales e
internacionales de derechos humanos, reprochaban tal regulación por atentar contra la libertad de
expresión. La finalidad era despenalizar la opinión crítica dirigida a altos cargos del Estado, y lo
coherente fue eliminar el tipo penal de desacato del ordenamiento nacional incluyendo los
descritos en el CP y en el Código de Justicia Militar 11.
Ahora, en relación a la acepción de desacato entendida como, “no acatar las normas u
órdenes de la autoridad”, debemos hacer presente que esto es coherente con lo referido en el
inciso 2º del artículo 240 del CPC, al sancionar el quebrantamiento de lo ordenado a cumplir. La
palabra “quebrantar” usada en la norma, está en armonía con el desacato, entendido como;
“Traspasar, violar una ley, palabra u obligación”12. Por lo tanto, teniendo presente todo lo
anterior, se puede definir al desacato del CPC, como: La voluntad de una persona encaminada
a no acatar las órdenes o normas que provienen del juez o tribunal, contenidas en las
resoluciones judiciales, que hacen merecedor al infractor de una pena.
Ahora surge la duda, por un lado, sobre las reales exigencias de la voluntad manifestada,
para que le afecte la sanción penal del desacato. Y por el otro, a qué tipo de resoluciones se está
refiriendo esta definición. En el inciso 2º del artículo 240 del CPC no hay pistas para resolver
estas interrogantes, será tarea a posteriori en el desarrollo de esta tesis, intentar resolverlas.
La norma que recoge el delito de desacato fue introducida al CPC por la Ley N° 7.760 del
año 1944, es decir, no era parte del proyecto original de 1902. El inciso 2º del artículo 240 del
CPC, que tipifica el desacato, fue modificado más tarde por el artículo 42 de la ley N° 18.705 del
24 de mayo de 1988, que señalaba: “El que quebrante lo ordenado cumplir será responsable del
delito de desacato y será sancionado con la pena contemplada en el Nº1 del artículo 262 del
Código Penal”.
Esta norma presentaba un error expreso, pues el CP no señala ninguna sanción en el Nº1
del artículo 26213. La referencia que debería haberse hecho, era con el inciso primero de dicho
precepto, que señalaba14: “Los atentados a que se refiere el artículo anterior serán castigados
con la pena de reclusión menor en su grado medio multa de once a quince sueldos vitales,
siempre que concurra alguna de las circunstancias siguientes…”.
11
Cfr. Anguita Ramírez, P., El Derecho a la Información en Chile. Análisis de la Ley Nº 19.773 Sobre Libertades de
Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo (Ley de Prensa), Editorial LexisNexis, 1ª Edición, Santiago de
Chile, 2005, pp.371-381.
12
RAE, en internet: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=quebrantar , Ob.cit
13
El Nº1 de artículo 262 del CP señala: “Si la agresión se verifica a mano armada”.
14
Fue modificado por la letra h) del artículo 1 de la Ley Nº 19.450 del 18 de marzo de 1996.
8
Este error fue reconocido por el Colegio de Abogados en su oportunidad y recomendó
modificarlo. Esta sugerencia fue reiterada en la Comisión Conjunta que discutía las
modificaciones al CPC, por Otero Lathrop, en la sesión 16ª, del 5 de enero de 1988 y se sostuvo
que la finalidad principal que debía tener tal regulación, era darle una “adecuada majestad a las
resoluciones judiciales”15.
El comentario que se hace, referente a la modificación del inciso 2º del artículo 240 del
CPC, da cuenta de la ardua discusión que se tuvo para precisar cuál era su alcance y
principalmente el significado de la voz “quebrantar”, la que se acordó finalmente en mantenerla
como sinónimo de incumplimiento a una norma o disposición ordenada por el tribunal, en cuanto
a una obligación de no hacer, una prohibición que nace del mandato judicial. De esta manera, si
una persona conociendo la existencia de la prohibición contenida en un mandato judicial la viola
o quebranta, está demostrando que ha tenido la intención positiva de hacerlo, por tanto, ha
incurrido en dolo y comete el delito16. De esta manera, la voluntad encaminada a cometer
desacato no admite la posibilidad que sea realizada por la vía culposa.
15
Otero, M., Derecho Procesal Civil, Modificaciones a la Legislación 1988 – 2000, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, 2000, p. 240.
16
Ibídem.
17
Se ha definido en esta tesis al “desacato” del inciso 2º del artículo 240 del CPC, en el penúltimo párrafo del
subtítulo 2.2 de este capítulo, como: “La voluntad de una persona encaminada a no acatar las órdenes o normas que
provienen del juez o tribunal, contenidas en las resoluciones judiciales, que hacen merecedor al infractor de una
pena”.
18
Camiruaga, J. R., De las Notificaciones, Editorial Jurídica de Chile, 4ª Edición, Santiago de Chile, 2004, pp. 9-31.
9
Que la resolución contenga una prohibición: Se trata de una obligación de no
hacer, de acuerdo a la discusión planteada en la historia fidedigna de su
establecimiento. Las obligaciones de no hacer constituyen una abstención de un
hecho, como por ejemplo, no acercarse a la víctima por parte del conviviente ofensor,
en los casos de violencia intrafamiliar.
Según la Comisión Conjunta que discutía las modificaciones al CPC, la finalidad de tal
regulación, era darle una “adecuada majestad a las resoluciones judiciales”, por lo tanto, habrá
que buscar a qué se refiere tal aseveración al desarrollar el delito de desacato, específicamente al
tratar el bien jurídico protegido, ya que es éste el campo propio de la finalidad de un tipo penal.
El tipo penal señalado como desacato, contenido en el inciso 2º del artículo 240 del CPC,
tiene el propósito de darle “adecuada majestad a las resoluciones judiciales”, entonces la labor
será buscar el significado de esto, en el bien jurídico protegido.
El delito de desacato debe construirse sobre la base de un bien jurídico y así llegar a su
determinación material. Por lo tanto, implica que debe configurarse para la protección de bienes
jurídicos y no de otra cosa. Además, que el ámbito descrito por el tipo afecte realmente al bien
jurídico, afecte la relación social, lo cual sólo sucede mediante la lesión o la puesta en peligro de
ese bien jurídico20.
En las próximas líneas, lo fundamental será la búsqueda del bien jurídico que se protege
con el delito de desacato yendo más allá del propósito literal de la sanción expresada en la norma,
que como se puede apreciar se resume en procurar que “no se quebrante lo ordenado a cumplir”
por el juez o tribunal.
En este punto, cabe retomar la interrogante sobre a qué resoluciones se refiere el inciso 2º
del artículo 240 del CPC. De la simple interpretación literal no se distingue y la jurisprudencia
19
Definición dada en el penúltimo párrafo del subtítulo 2.2 de este capítulo.
20
Cfr. Bustos, J., Manual de Derecho Penal - Parte Especial, Editorial Ariel S.A, 2º Edición, Barcelona, 1991, p. 3.
10
tampoco ha consensuado en ello 21. Esto es importante aclararlo, por cuanto debe recordarse que
con la sanción al quebrantamiento se está protegiendo un bien jurídico lesionado y con ello
también las relaciones sociales afectadas. Esta tarea se desarrollará más adelante; primero debe
determinarse el bien jurídico objeto de protección del delito de desacato.
Hasta el momento sólo tenemos indicios del bien jurídico protegido por el desacato.
Habrá entonces que relacionarla con otras normas para aclarar la cuestión.
El artículo 34 del Código Procesal Penal -en adelante CPP-, al regular las “Resoluciones y
otras actuaciones judiciales”, específicamente el “Poder Coercitivo”, señala: “En el ejercicio
de sus funciones, el tribunal podrá ordenar directamente la intervención de la fuerza pública y
disponer todas las medidas necesarias para el cumplimiento de las actuaciones que ordenare y
la ejecución de las resoluciones que dictare”. En el seno de esta regulación, se quiere que la
actividad jurisdiccional de desarrolle sin dilaciones ni entorpecimientos de ningún tipo. Esto se
puede apreciar también del análisis del artículo 299 del mismo cuerpo legal, que sanciona con la
pena que establece el inciso 2º del artículo 240 del CPC, “al testigo que se negare sin causa justa
a declarar”. Por lo tanto, el bien jurídico del desacato en este sentido, es la protección de la
actividad jurisdiccional.
Etcheberry22, circunscribe el desacato dentro de los delitos contra los intereses sociales
que afectan a la administración pública, específicamente dentro de los atentados y desacatos
contra la autoridad judicial. Para Politoff, Matus y Ramírez23, el delito de desacato es subsidiario
respecto a otras formas de cumplimiento caracterizadas coercitivamente dentro del ámbito civil y
lo ubican dentro del epígrafe dedicado a otras formas de obstrucción a la justicia.
Por lo que se aprecia en la doctrina nacional, hay una inclinación a circunscribir el delito
de desacato a la protección y defensa de la actividad jurisdiccional en pro de impartir justicia sin
obstrucciones y dilaciones. Esta apreciación se refuerza, si tomamos en cuenta el derecho y la
doctrina comparada, específicamente la española.
El artículo 369 del Código Penal Español de 1973, sancionaba a quienes se negaren a dar
cumplimiento a sentencias, decisiones u órdenes de la autoridad superior, tratándose por tanto, de
21
Para conocer más sobre las distintas opiniones jurisprudenciales ver Hoyos de la Barrera, M., Código de
Procedimiento Civil - Sistematizado con Jurisprudencia, Editorial Legal Publishing Chile, Santiago de Chile, 2011,
pp. 279 – 281.
22
Etcheverry, A., Derecho Penal Parte Especial, Tomo IV, Editorial Jurídica de Chile, 3ª Edición, Santiago de Chile,
1998, p. 266.
23
Politoff, S., et al, Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte Especial, Editorial Jurídica de Chile, 2ª Edición,
2004, p. 552.
11
un delito inherente al carácter jerarquizado de la administración del Estado, con el requisito de
ser social y democrático de derecho y que no puede ser la consecuencia de un sistema autoritario
ilegítimo, más bien se sustenta en las obligaciones que emanan de las funciones judiciales 24.
Ahora teniendo presente este carácter jerárquico, se puede decir, que el desacato en Chile
protege el ejercicio legítimo de la autoridad judicial y esto viene a significar que dichas
resoluciones están dotadas de potestad y competencia autoritativa atribuida a los jueces en virtud
de un mandato constitucional25, enfocada y dirigida a la recta administración de justicia entendida
como actividad jurisdiccional, digna de protección como bien jurídico preponderante, pues por
medio de ella, a su vez, se protegen otros bienes dotados de significación social, labor propia de
la recta administración de justicia en un Estado Social y Democrático de Derecho.
24
Cfr. Bustos, J., Manual de Derecho Penal, Parte Especial, Editorial Ariel S.A., Barcelona, 1935, p. 442.
25
Artículo 7, 76 y ss. Constitución Política de la República de Chile de 1980.
26
Inciso 1º del artículo 7 e inciso 1º del artículo 76 de la Constitución Política de la República de Chile de 1980.
27
Debe recordarse que este punto es el que faltaba desarrollar para completar el concepto del delito de desacato que
se ha dado en el subtítulo 2.3 de de este capítulo. Teniendo presente que la Comisión Conjunta que discutía las
modificaciones al CPC, en la sesión 16ª, del 5 de enero de 1988. Acordó que la finalidad principal que debía tener
tal regulación -refiriéndose al desacato-, era darle una “adecuada majestad a las resoluciones judiciales”.
12
delito de desacato se debe tener presente la vinculación personal del sujeto con el hecho -
principio de culpabilidad- y la capacidad de lesionar efectivamente al bien jurídico 28. Desde el
punto de vista material, no cualquier quebrantamiento cabe dentro de las hipótesis de desacato,
sino aquella que atente contra el ejercicio legítimo de la autoridad judicial.
a) Sujeto Activo: La expresión “el que quebrante lo ordenado a cumplir” no indica ninguna
calidad especial que requiera el sujeto activo del delito de desacato; entonces cualquiera
puede cometerlo si está afecto a una resolución judicial que le imponga una prohibición.
Cabe tener en cuenta también, que otras normas, tanto en el mismo CPC como en otros
cuerpos legales, se remiten al desacato. En este sentido sólo cometerá desacato aquel cuya
conducta reúna los requisitos y se configure el tipo penal que esa norma en particular
estipula, por ejemplo, al artículo 299 del CPC, que sanciona con la pena establecida para el
desacato, “al testigo que se negare sin causa justa a declarar”. Asimismo el artículo 10 de
la LVIF, que regula el incumplimiento de las medidas cautelares y accesorias, otorgándole
al Juez de Familia la obligación para poner los antecedentes al Ministerio Público,
teniendo en cuenta los efectos de lo previsto para el delito de desacato a quien incumple
tales medidas. Por tanto, en el primer caso, el sujeto activo tiene que revestir las
características de testigo, y en el segundo, ser sujeto al cual se le aplica la LVIF29.
b) Sujeto Pasivo: De lo dicho al tratar el bien jurídico que protege el desacato, se puede
decir, que es el Juez o Tribunal con potestad jurisdiccional del cual emana lo ordenado a
cumplir. Dicho de otro modo, el sujeto pasivo, es quien tiene por mandato constitucional la
recta administración de justicia 30. Pero también se puede decir, que el juez o tribunal por
ser administrador de la justicia, procura mantener con ello estables las relaciones sociales y
en este sentido sería la sociedad en general el sujeto pasivo del delito de desacato y que
para cada caso particular, los sujetos sociales debieran cumplir con ciertas características,
como por ejemplo, tener la calidad de víctima de violencia intrafamiliar sujeta a protección
por las medidas cautelares y accesorias al tenor de la LVIF.
28
Cfr. Hormazabal Malaree, H., Bien Jurídico y Estado Social y Democrático de Derecho, El Objeto Protegido por
la Norma Penal, Editorial Cono Sur, Santiago de Chile, 1992, pp.169-170.
29
Otro ejemplo normativo los encontramos en el inciso 5º del artículo 222 del Código Procesal Penal, en cuanto a
aplicar el desacato a quienes no dan las facilidades para la intercepción de llamadas en el periodo de la investigación
criminal hecha por el Ministerio Público.
30
Ver subtítulo 3.1 de este capítulo.
13
desacato31. En la discusión, como se puede recordar, se concluyó que la voz “quebrantar”
es sinónimo de incumplimiento a una norma o disposición ordenada por el tribunal, en
cuanto a una obligación de no hacer y posteriormente al desarrollar el bien jurídico
protegido se destacó la magnitud del incumplimiento, en cuanto tenía que ser socialmente
significativo atentando contra el ejercicio legítimo de la autoridad judicial. De esta manera,
para realizar la conducta típica, habrá que incumplir por la vía de acción una prohibición
contenida en una resolución judicial que emana de un juez y dicho incumplimiento debe
lesionar la recta administración de justicia, no siendo posible realizar el desacato por la vía
de la omisión.
d) Objeto Material: “Lo ordenado a cumplir”, para efectos de aplicar el desacato, es aquella
obligación de no hacer que constituye una prohibición. Dicha prohibición está contenida
en una resolución judicial, por lo tanto, el objeto material, es la resolución judicial
emanada del juez o tribunal, que ordena cumplir una obligación de no hacer.
De la sola interpretación literal del inciso 2º del artículo 240 del CPC, no queda claro el
ámbito de aplicación del desacato. Esto ha llevado a la doctrina a seguir caminos diferentes a la
hora de poder determinar a qué resoluciones se aplica.
31
Ver subtítulo 2.3 de este capítulo.
32
Alessandri, F., Reformas introducidas al Código de Procedimiento Civil por la Ley N° 7.760, Centro de Derecho,
Imprenta Otero, Santiago, 1944, p.81.
33
Harasic, D., et al., Estudio de la Reforma Procesal. Ley n° 18.705 de 24 de mayo de 1988, Editorial Jurídica Ediar
– Conosur Ltda., Santiago, 1988, p. 38.
14
Finalmente se ha dicho, coincidiendo con los procesalistas civiles, que el delito de
desacato al ser peligrosamente amplio, sólo se refiere al quebrantamiento de
resoluciones civiles34.
b) Interpretación extensiva: En una compilación de jurisprudencia sobre violencia
intrafamiliar hecha por el Departamento de Estudios Jurídicos Punto Lex, en la
sección dedicada al delito de desacato, recogiendo las distintas posiciones de los
tribunales frente a la interrogante de aplicarlo al incumplimiento de resoluciones
permanentes, o también a resoluciones de carácter temporal, ha resuelto que el artículo
240 del CPC no distingue, por lo tanto es aplicable a ambos tipos de resoluciones 35,
extendiendo de este modo su campo de aplicación. Esto se constata, por la existencia
actual de cuerpos legales especiales, que mencionan expresamente el delito de
desacato como consecuencia al incumplimiento de determinadas resoluciones
judiciales, que no tendrían el carácter de sentencia definitiva, por ejemplo, en el
artículo 10 de la LVIF36.
c) Interpretación subsidiaria o complementaria: En esta línea y en un punto medio
entre la interpretación amplia y la restringida, se manifiesta que el delito de desacato
se aplicaría a casos en que no existe otra forma de cumplimiento en que se ejerce
coerción de carácter civil, que se regulan en el CPC en los artículos 235 y siguientes, o
en leyes especiales. Por lo tanto, el desacato es subsidiario respecto a otras formas de
cumplimiento37. Esto es coherente si se tiene en cuenta las facultades judiciales en
materia de apremios. Héctor Hernández en un informe hecho para la Defensoría Penal
Pública, sostiene que no parece plausible, que cada vez que se den los presupuestos
para la aplicación de apremios, igualmente se verifique un delito, en consecuencia que
este último sólo se constituirían en casos calificados. El ámbito de aplicación del
delito de desacato comienza donde termina aquel de los apremios 38.
En el capítulo II de esta tesis se tomará una postura y se darán los argumentos referentes
al ámbito de aplicación del desacato que ayuden a entender su relación con la LVIF, por ahora
sólo se han puesto en evidencia las interpretaciones doctrinales existentes.
3.4.-Culpabilidad.
34
Guzmán Dálbora, J.L., Introducción a los delitos contra la administración de justicia. Objeto, sistema y panorama
comparativo, Instituto Centroamericano de Estudios Penales, Managua, en internet:
http://es.scribd.com/nous79/d/39280525-Introduccion-a-los-delitos-contra-la-administracion-de-justicia-dalbora.
35
Departamento de Estudios Jurídicos Punto Lex, Violencia Intrafamiliar, Legislación y jurisprudencia, Editorial
Punto Lex S.A, Santiago de Chile, 2007, p. 214 y ss.
36
Ley N° 20.066, Artículo 10. Sanciones. “En caso de incumplimiento de las medidas cautelares o accesorias
decretadas, con excepción de aquella prevista en la letra d) del artículo 9°, el juez pondrá en conocimiento del
Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo 240 del Código
de Procedimiento Civil, sin perjuicio de imponer al infractor, como medida de apremio, arresto hasta por quince
días…”
37
Politoff, S., et al., Ob. cit., p.552.
38
Hernández, H. Alcances del Delito de Desacato en el Contexto de la Ley de Violencia Intrafamiliar, Informe en
Derecho, Defensoría Penal Pública, Santiago de Chile, 2008, p. 5.
15
En la historia del establecimiento de la norma queda claro que para castigar con desacato
el quebrantamiento de una resolución judicial, el sujeto activo debe conocer la existencia de la
prohibición que ésta contiene. De este modo al incumplir, violar o quebrantar resolución judicial,
ha tenido la intención positiva de hacerlo, por tanto, ha incurrido en dolo y comete el delito,
excluyendo la vía culposa39.
1. Consideraciones introductorias.
Tanto en las relaciones de pareja, en las parentales, como en las relaciones con las
personas de tercera edad, la existencia de diferencias jerárquicas se constituyen en la justificación
para el abuso de poder. Son las mujeres, los niños y niñas, mayores de edad y cualquiera que esté
en posición de desigualdad de poder, vulnerable a vivir abuso que da origen a episodios
violentos. Existen diversas maneras de nombrar esta violencia: violencia doméstica, violencia
conyugal, violencia en la pareja o violencia intrafamiliar40.
La violencia intrafamiliar afecta principalmente a las mujeres, la que puede ser física,
psíquica-emocional, sexual y económica. En la Encuesta de Victimización del año 2008 realizada
por el Ministerio del Interior, en Chile, el 35,7% de las mujeres reconoce haber sufrido violencia
durante su vida y el 85% de las denuncias por violencia intrafamiliar son hechas por mujeres42.
En el año 2010 ingresaron en los Juzgados de Competencia Penal, Familia y Común en nuestro
39
Ver subtítulo 2.3 del capítulo I.
40
Causa, M. P., Análisis y Evaluación de la Ruta Crítica en Mujeres Afectadas por violencia en la Relación de
Pareja, Servicio Nacional de la Mujer, Santiago de Chile, 2007, p. 6 y ss.
41
Cfr. Marchiori, H., Victimología. La víctima desde una perspectiva criminológica, Editorial Universitaria Integral,
1ª Edición, Córdoba Argentina, 2000, pp. 421 y 422.
42
Servicio Nacional de la Mujer SERNAM, en internet: http://estudios.sernam.cl/?m=t&i=6
16
País, un total de 89.443 causas por Violencia Intrafamiliar y fueron terminadas un total de
103.56843.
43
Instituto Nacional de Estadísticas Chile INE. Informe de justicia anual 2010., en internet:
http://www.ine.cl/canales/menu/publicaciones/calendario_de_publicaciones/pdf/07_11_11/justicia_2010.pdf
17
La falta de claridad en algunos artículos junto con el desconocimiento del
problema, implicó una diversidad de criterios de interpretación que en nada
aportaron al mejoramiento del acceso a la justicia de las personas.
No se contemplaron mecanismos de seguimiento de las sanciones ni de los
avenimientos.
44
Historia de la Ley Nº 20.066. En internet: http://www.bcn.cl/histley/histley/lfs/hdl-20066/HL20066.pdf
45
Ibídem.
18
En caso de incumplimiento el tribunal remitirá los antecedentes al Ministerio Público,
conforme a lo dispuesto en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil”.
“Artículo 18.- Sanciones. En caso de incumplimiento de las medidas a que se refieren los
artículos 15, 16 y 17, se aplicará lo dispuesto en el artículo 10”.
“Artículo 15.- Medidas cautelares. En cualquier etapa de la investigación o del
procedimiento sobre delitos constitutivos de violencia intrafamiliar, y aun antes de la
formalización, el tribunal con competencia en lo penal podrá decretar las medidas cautelares
que sean necesarias para proteger a la víctima de manera eficaz y oportuna, tales como las que
establece el artículo 92 de la ley Nº 19.96846 y las aludidas en el artículo 7° de esta ley”.
“Artículo 16.- Medidas accesorias. Las medidas accesorias que establece el artículo 9º
serán aplicadas por los tribunales con competencia en lo penal, cuando el delito constituya un
acto de violencia intrafamiliar, sin perjuicio de las sanciones principales y accesorias que
correspondan al delito de que se trate.
El tribunal fijará prudencialmente el plazo de esas medidas, que no podrá ser inferior a
seis meses ni superior a dos años, atendidas las circunstancias que las justifiquen. Dichas
medidas podrán ser prorrogadas, a petición de la víctima, si se mantienen los hechos que las
justificaron. En el caso de la letra d) del artículo 9º, la duración de la medida será fijada, y
podrá prorrogarse, tomando en consideración los antecedentes proporcionados por la
institución respectiva”.
“Artículo 17.- Condiciones para la suspensión del procedimiento. Para decretar la
suspensión del procedimiento, el juez de garantía impondrá como condición una o más de las
medidas accesorias establecidas en el artículo 9° 47, sin perjuicio de las demás que autoriza el
artículo 238 del Código Procesal Penal48”.
“Artículo 10.- Sanciones. En caso de incumplimiento de las medidas cautelares o
accesorias decretadas, con excepción de aquella prevista en la letra d) del artículo 9°, el juez
pondrá en conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto
en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de
imponer al infractor, como medida de apremio, arresto hasta por quince días.
La policía deberá detener a quien sea sorprendido en quebrantamiento flagrante de las
medidas mencionadas en el inciso precedente”.
46
Una de las medidas destacadas del artículo 92 de la ley N° 19.968, de 30 de agosto de 2004, sobre Tribunales de
Familia, es la del N° 1, que dispone prohibir al ofensor acercarse a la víctima y prohibir o restringir la presencia de
aquél en el hogar común y en el domicilio, lugar de estudios o de trabajo de ésta.
47
En el Artículo 9 de la LVIF destacan las siguientes medidas accesorias: Obligación de abandonar el ofensor el
Hogar que comparte con la víctima. Prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o estudio,
así como a cualquier otro lugar al que ésta concurra o visite habitualmente, Etc.
48
En el artículo 238 del Código Procesal Penal destacan las siguientes condiciones para la suspensión del
procedimiento: Residir o no residir en un lugar determinado. Abstenerse de frecuentar determinados lugares o
personas, Etc.
19
Como ya se ha dicho, el CPC, en el artículo 240 señala: “Cumplida una resolución, el
tribunal tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que se
haga en contravención a lo ejecutado.
El que quebrante lo ordenado a cumplir será sancionado con reclusión menor en su
grado medio a máximo””, refiriéndose al delito de desacato.
La LVIF señala entonces, que el Ministerio Público debe conocer, para investigar y
perseguir la comisión del delito de desacato, cuando se den los siguientes incumplimientos:
1. Del pago de la multa y su acreditación al condenado por maltrato constitutivo de
violencia intrafamiliar en el plazo fijado por el juez y su respectiva prórroga.
2. De las medidas cautelares establecidas en el artículo 92 de la ley Nº 19.968 y del
artículo 7 del la LVIF.
3. De las medidas accesorias contempladas en el artículo 9 de la LVIF.
4. Y a las condiciones impuestas para la suspensión del procedimiento contempladas
en el artículo 9 de la LVIF y el artículo 238 del CPP.
49
Ver subtítulo 3.3 del Capítulo I.
20
alcance más amplio o más restrictivo del que verdaderamente corresponde o
diverso a su contenido, como lo señala en su recurso su postura no es la de poner
en duda la ocurrencia de los hechos, conforme lo ha entendido el Tribunal que
dictó la sentencia recurrida.
La sentencia ha tenido los fines perseguidos por el legislador y los
criterios mayoritarios de la Doctrina en cuanto el delito contemplado en el
artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, consiste sin más en “quebrantar
lo ordenado cumplir” por un Tribunal, sin distinguir si este precepto tiene
aplicación sólo en las sentencias definitivas o comprende también otras
resoluciones que contengan obligaciones que también puedan incumplirse, en
especial si se trata de obligaciones calificadas en el contexto de Violencia
Intrafamiliar que puedan traer consecuencias graves para la víctima, en el evento
de su quebrantamiento por parte del ofensor, que puedan poner en riesgo su vida
y su salud50.
Los fundamentos de estas hipótesis, Héctor Hernández los sustenta en la larga tradición
del derecho penal chileno de prescindir de aquellos delitos de mera desobediencia a la autoridad
de manera general cometida por los particulares, sólo contemplándolo como delito especial
cometido por empleados públicos, según estipula el artículo 252 de CP52.
50
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel Rol 1526-2010, de 31 de diciembre de 2010.
51
Hernández, H., Ob. cit., p.3 y ss.
52
El artículo 252 del CP dice: “El empleado público que se negare abiertamente a obedecer las órdenes de sus
superiores en asuntos del servicio, será penado con inhabilitación especial perpetua para el cargo u oficio”.
21
Por otro lado, las facultades judiciales en materia de apremios permiten al juez hacer
cumplir compulsivamente lo que ha ordenado, pues cumplida una resolución, el tribunal tendrá
facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto todo lo que contravenga a lo
ejecutado, según al inciso1° del artículo 240 del CPC. Dándose los presupuestos para la
aplicación del apremio, no es idóneo que a la vez se cometa un delito, ambos deben ser
complementarios. De este carácter se dio cuenta en el capítulo I de esta tesis al tratar el ámbito de
aplicación del desacato en general y que también lo ha tenido en cuenta la jurisprudencia. Un
fallo del Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto, sostiene:
53
Sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto RIT 161-2010, de 24 de noviembre de 2010.
22
una pena que va desde los 61 días a los 540 de reclusión. Sin lugar a dudas, en este caso hay una
grave inconsecuencia valorativa en la ley.
Apoyando todo esto, se debe agregar además, que las Hipótesis calificadas de
incumplimiento deben ser asociadas a las consecuencias peligrosas que podrían sucederse,
especialmente si se frustra con ello, el objetivo de la propia ley que es prevenir, sancionar y
erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma, contenidas en
el artículo 1° de la LVIF. En este ámbito la adecuada majestad que se quiere dar a las
resoluciones judiciales con el desacato, dirigida a la recta administración de justicia entendida
como actividad jurisdiccional digna de protección como bien jurídico preponderante, según ya se
había dicho54, justifica la protección de estos otros bienes dotados de significación social en el
marco de la violencia intrafamiliar.
Sobre lo dicho anteriormente, es propicio dar a conocer un caso donde la jurisprudencia
no ha tenido en consideración estos criterios, viéndose frustrado el objeto de la propia LVIF y los
bienes que protege. La Corte de Apelaciones de San Miguel en el año 2009, absolvió del delito de
desacato, a una persona que se le condenó por el Juzgado de Garantía de Talagante, como autor
del delito de lesiones menos graves a una pena corporal, imponiéndosele, a la vez, las accesorias
del artículo 9 de la Ley N° 20.066, específicamente la letra b), consistente en la prohibición
absoluta de acercarse a la víctima, a su domicilio y al lugar que ésta se encuentre por el término
de seis meses. Dicho fallo fue notificado en la misma audiencia de 19 de junio de 2009 al
sentenciado, quién el 24 de junio de 2009 ingresó al domicilio de la ofendida referida y le
agredió.
La Corte fundamentó su fallo, teniendo presente una interpretación restringida de
desacato, de la siguiente forma:
Expuesto todos estos argumentos, la postura asumida en esta tesis, para delimitar la
extensión de la aplicación del desacato en el contexto de la LVIF, se circunscribe dentro de una
interpretación si bien extensiva al incumplimiento de resoluciones de carácter temporal, limitada
a los argumentos materiales dados a conocer.
54
Ver subtítulo 3.1 del capítulo I, a propósito del Bien Jurídico protegido con el Desacato.
55
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel Rol 1029-2009, de 17 de agosto de 2009, Considerandos
segundo, tercero y cuarto.
23
2.2. Naturaleza del reenvío al artículo 240 del CPC que hace el artículo 8 y 10 de la Ley
Nº 20.066 de Violencia Intrafamiliar.
El artículo 8 de la LVIF, sanciona la gravedad del maltrato sufrido por la víctima que
constituye violencia intrafamiliar, con el pago de una multa al agresor, y ante el incumplimiento
del pago de ella y su acreditación en el plazo estipulado y su respectiva prórroga, el tribunal
remitirá los antecedentes al Ministerio Público para que verifique la comisión del respectivo
desacato.
En esta situación, la resolución que contiene la sanción impone al agresor una conducta
positiva, que es pagar la multa y acreditarla – obligación de hacer-. La omisión de tal conducta
sería contraria a la naturaleza misma que se ha dado al desacato, para ello hay que recordar lo
dicho al desarrollar la conducta típica de este delito56. El verbo rector en el tipo lo constituye la
voz “quebrantar” y tras estudiar la historia de su establecimiento, se concluyó que es sinónimo
de incumplimiento a una norma o disposición ordenada por el tribunal, en cuanto a una
obligación de no hacer, por lo tanto, el reenvío que hace el artículo 8 de la LVIF es erróneo, pues
en este caso habría desacato por omisión y como se dijo, esto no era posible57.
Asimismo, hay que tener presente la realidad económica del sujeto sancionado al pago de
la multa. El artículo 49 del CP señala: “Si el sentenciado no tuviere bienes para satisfacer la
multa, sufrirá por vía de sustitución y apremio, la pena de reclusión, regulándose un día por
cada quinto de unidad tributaria mensual, sin que ella pueda exceder de seis meses…”.En este
sentido, la aplicación del delito de desacato, queda subyugado por la posibilidad de aplicar el
apremio. Sobre esto se ha pronunciado la jurisprudencia de la siguiente forma:
Que estando aún pendiente de dictarse por el Tribunal aquo la resolución que
ordene el cumplimiento de la sentencia que impuso la pena de reclusión,
sustitutiva de la pena de multa, no se ha configurado el delito de desacato de que
se ha acusado al condenado, tal como lo determinó el juez de garantía58…”
Por otro lado, tal como se indicó en el subtítulo anterior, existen graves inconsecuencias
valorativas en el artículo 8 de la LVIF, ya que contempla una pena mayor para el
incumplimiento de un hecho que no es delito, que el maltrato constitutivo de delito contemplado
en la misma ley. Sin lugar a dudas, esto es contrario a toda lógica sistemática normativa y no
responde a criterios de proporcionalidad.
Ahora, de una rápida mirada a las normas involucradas con el artículo 10 de la LVIF59,
cualquier incumplimiento constituiría desacato, pero si analizamos con más detalle, se puede
56
Ver subtítulo 3.2 del capítulo I. Tipicidad del delito de desacato, letra c).
57
Al desarrollar el concepto definitivo de desacato se incluyó en la definición, que la resolución emanada del tribunal
lleva consigo una prohibición, para ello ver subtítulo 2.3 del capítulo I.
58
Sentencia de la Corte de Apelaciones de Coyhaique Rol 58-2007, de 25 de junio de 2007.
59
De acuerdo al artículo 18 de la LVIF, “En caso de incumplimiento de las medidas a que se refieren los artículos
15, 16 y 17, se aplicará lo dispuesto en el artículo 10”.
24
constatar que dicha conducta, en sí, no trae aparejada consigo una sanción penal, pues el artículo
10 de la LVIF no la señala ni se remite a otra disposición que la tenga 60. Lo que en realidad
contempla el artículo 10, al que se remite al artículo 18 de la LVIF, es a describir una conducta
que debiera realizar el juez que ha impuesto una medida o condición que ha sido incumplida, esto
es, a poner los antecedentes en conocimiento del Ministerio Público para los efectos del desacato
contemplados en el inciso 2° del artículo 240 del CPC. Se ha indicado que en el artículo 10 de la
LVIF sólo se contempla un efecto procesal61, a pesar de que el encabezado de la norma diga que
se trata de una sanción. Sobre esto último, la jurisprudencia ha dicho:
…En efecto, mientras el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, es una
norma que describe y sanciona una determina da conducta, y por consiguiente es
la que debe aplicarse al caso de autos; el artículo 10 de la Ley 20.066, sobre
violencia intrafamiliar, es una norma de naturaleza procesal, que contiene una
obligación para el Tribunal de familia que conoce de una causa sobre violencia
intrafamiliar62.
El desacato relacionado a la LVIF presenta serias dificultades, es por ello, que para buscar
coherencia hay que tener en cuenta el concepto dado en el capítulo I de esta tesis y analizar bajo
esos parámetros las normas que lo involucran.
60
Recordar que el artículo 10 de la LVIF señala: “Sanciones. En caso de incumplimiento de las medidas cautelares o
accesorias decretadas, con excepción de aquella prevista en la letra d) del artículo 9°, el juez pondrá en
conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de imponer al infractor, como medida de apremio, arresto
hasta por quince días.
La policía deberá detener a quien sea sorprendido en quebrantamiento flagrante de las medidas
mencionadas en el inciso precedente”.
61
Hernández, H., Ob. Cit., p.1.
62
Sentencia de la Corte de Apelaciones de Coyhaique Rol 7-2009, de 23 de febrero de 2009.
25
Si bien en su oportunidad se explicó la manera de llegar a este concepto, se puede decir
que los elementos de esta definición se desglosan en los siguientes:
Cuando se habló de la naturaleza del reenvío al artículo 240 del CPC, que hace el artículo
8 de LVIF, se dijo el error que presentaba esta norma teniendo en cuenta el concepto de
desacato, por lo tanto, aquí no se agregará nada más. En las próximas líneas, la atención estará
centrada en analizar el artículo 18 de la LVIF.
El artículo 18 de la LVIF señala las normas que convergen a lo estipulado en el artículo
10 de la misma ley, diciendo: “En caso de incumplimiento de las medidas a que se refieren los
artículos 15, 16 y 17, se aplicará lo dispuesto en el artículo 10”.
El incumplimiento, a raíz de lo anterior, debe darse en:
26
Por lo tanto, el análisis que haremos, será en el orden que se plantean en el artículo 18 de
la LVIF y tal como se han mostrado aquí.
El artículo 92 de la Ley N° 19.968 establece varias medidas que puede aplicar el tribunal
con competencia en lo penal en los casos constitutivos de violencia intrafamiliar. Cada una de
ellas será analizada de acuerdo al concepto de desacato que se dio en esta tesis, con el objeto de
verificar, si el reenvió a este delito contemplado en el artículo 10 de la LVIF, se condice con la
definición.
De los elementos dados en el concepto, el que nos parece esencial, para que esté en
armonía con el desacato, es que se trate efectivamente de una prohibición.
Los demás elementos para aplicar el desacato, pudieran ser cuestionados tomando en
consideración las circunstancias particulares del caso en concreto, por ejemplo, que no exista una
notificación de acuerdo a los requisitos legales. De ser así, no podría perseguirse el desacato por
omisión a los requisitos formales. Asimismo, puede ocurrir que el quebrantamiento no sea de la
gravedad suficiente, para que llegue efectivamente a impedir una recta administración de Justicia
y con ellos no sea merecedor de perseguirlo por desacato. A raíz de esto último hay que recordar
las posibles inconsecuencias valorativas que pudieran sucederse, si se castiga con desacato un
quebrantamiento mínimo o leve, por una simple aplicación mecánica de las normas.
Por lo tanto, teniendo en consideración lo anterior, se analizarán las medidas teniendo
presente que se trate efectivamente de una prohibición.
27
Aquí estamos en presencia de una medida que involucra un actuar positivo, que en
ningún caso es una prohibición. Desde este punto de vista, aplicar el desacato al quebrantamiento
es un error, pues no cumple con el requisito requerido. Por otra parte, no cumplir con el pago de
alimentos provisorios trae como consecuencias los apremios y sanciones estipuladas en la ley Nº
14.908, sobre “Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias”, que desplazarían la
aplicación del desacato, ya que de no ser así, existirían graves inconsecuencias valorativas. Tener
presente el quebrantamiento a esta medida, para aplicar el desacato, atenta contra toda lógica
sistemática y proporcional en la aplicación de sanciones 63.
4. Determinar un régimen provisorio de cuidado personal de los niños, niñas o
adolescentes en conformidad al artículo 225 del Código Civil, y establecer la forma
en que se mantendrá una relación directa y regular entre los progenitores y sus hijos.
Esta medida, tampoco cabe dentro del ámbito de protección del desacato, pues en
ningún caso constituye una prohibición, de tal manera, sería errónea una persecución penal bajo
esta figura.
5. Decretar la prohibición de celebrar actos o contratos.
Deslindando las sanciones civiles, que por vía del objeto ilícito pueden sucederse ante el
quebrantamiento de tal medida, es perfectamente posible constituir el delito de desacato. Se trata
explícitamente de una prohibición.
6. Prohibir el porte y tenencia o incautar cualquier arma de fuego. De ello se informará,
según corresponda, a la Dirección General de Movilización, a la Comandancia de
Guarnición o al Director del Servicio respectivo para los fines legales y
reglamentarios que correspondan.
El desacato que se pudiera realizar con el quebrantamiento de esta medida, está
relacionado con la prohibición de portar y tener armas de fuego.
7. Decretar la reserva de la identidad del tercero denunciante. Y,
8. Establecer medidas de protección para adultos mayores o personas afectadas por
alguna incapacidad o discapacidad.
Estas dos medidas no tienen nada que ver con el desacato. Por un lado, no se relacionan a
ninguna prohibición, y por el otro, están dirigidas al juez o tribunal a quienes el desacato del
inciso 2° del artículo 240 del CPC, no está dirigido.
63
Sobre este punto cabe recordar lo dicho por Héctor Hernández (Hernández, H., Ob. cit.), en el sentido de que no
parece plausible, que cada vez que se den los presupuestos para la aplicación de apremios, igualmente se verifique un
delito, en consecuencia que este último sólo se constituirían en casos calificados. El ámbito de aplicación del delito
de desacato comienza donde termina aquel de los apremios. En este sentido, la Ley N° 14.908 contiene varios
apremios aplicables al no pago de alimentos.
28
Este artículo no señala ninguna medida específica, sólo le indica al tribunal que deberá
adoptar las medidas de protección o cautelares que correspondan, cuando exista un riesgo
inminente para una o más personas de sufrir un maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar y
en los caos en que la víctima esté embarazada, sea una persona con discapacidad o tenga una
condición que la haga vulnerable.
Sólo en el caso, que la medida impuesta por el tribunal contenga una prohibición para el
ofensor, será posible, ante su grave64 quebrantamiento, la respectiva persecución penal del
desacato.
El tribunal con competencia en lo penal podrá aplicar las medidas del artículo 9 de la
LVIF, cuando el delito constituya un acto de violencia intrafamiliar.
Impone al ofensor una conducta positiva, por lo tanto, es contraria a la naturaleza dada
al desacato en los términos que la impuso el legislador, ya que como se ha dicho, debe contener
una prohibición. Si el ofensor no abandona el hogar que comparte con la víctima, comete una
omisión y el delito de desacato sólo se constituye por la vía de acción. Pero asimismo, nos parece
peligroso que no se castigue esta conducta pasiva del ofensor, pues de seguir compartiendo el
mismo hogar con la víctima, puede acarrear nuevos episodios violentos.
La solución, sin embargo, la tiene el mismo artículo 18 de la LVIF, pues bajo el mismo
fundamento de evitar la presencia del ofensor en el hogar que comparte con la víctima, el tribunal
puede decretar la medida cautelar número 1 del artículo 92 de la Ley N° 19.968, que como se
dijo, constituye claramente una prohibición, que de ser quebrantada merece ser perseguida
penalmente por desacato y que se regula en los mismo términos en la letra b) del artículo 9 de la
LVIF, como se puede apreciar a continuación.
64
Hay que tener presente, además, el criterio material, que limita la aplicación del desacato a quebrantamientos que
impiden la recta administración de Justicia con base constitucional digna de protección como bien jurídico
preponderante, pues por medio de ella, a su vez, se protegen otros bienes dotados de significación social, labor
propia de la recta administración de justicia en un Estado Social y Democrático de Derecho y que está en plena
armonía con las hipótesis calificadas de incumplimiento, que sostiene Héctor Hernández.
29
c) Prohibición de porte y tenencia y, en su caso, el comiso, de armas de fuego. De ello
se informará, según corresponda, a la Dirección General de
Movilización, a la Comandancia de Guarnición o al Director de Servicio respectivo,
para los fines legales y reglamentarios que correspondan.
En estas dos letras del artículo 9 de la LVIF hay una prohibición, por lo tanto, el
desacato pudiera ser aplicable ante el quebrantamiento de dichas medidas, en los términos que se
señalaron al analizar los número 1 y 6 de la Ley N° 19.968, pues en la LVIF se repiten de igual
manera. Como se puede apreciar hay redundancia en las medidas aplicables y da cuenta de cierta
ligereza y falta de cuidado sistemático del legislador al regularlas en esta ley.
En estas últimas dos letras del artículo 9 de la LVIF, se impone una conducta positiva a la
persona sujeta a tales medidas, por lo tanto, es improcedente el desacato. En el caso de la letra
d), dichas medidas son efectivas al tratar de solucionar problemas de violencia intrafamiliar que
tienen reparación y no presentan una agudeza insalvable. En este sentido, amenazar el
incumplimiento de ellas con desacato resulta un tanto exagerado, pues se arriesga 541 días a 5
años de presidio, por no asistir a los programas terapéuticos o de orientación. En este caso es más
propicio aplicar los apremios correspondientes ante su quebrantamiento.
30
Que se haya adquirido por el ofensor, con el acuerdo de la víctima, el compromiso de
observancia de una o más de las medidas cautelares previstas en la ley y por el plazo
que se establece.
Finalizado el plazo por el cual fueron decretadas las condiciones y cumpliéndose éstas
satisfactoriamente, se extinguirá la acción penal, debiendo el tribunal dictar de oficio o a petición
de parte el sobreseimiento definitivo 65.
El artículo 17 de la LVIF señala, que el Juez de Garantía impondrá como condiciones para
suspender el procedimiento, las medidas accesorias del artículo 9 de la misma ley y las del
artículo 238 del CPP. Respecto al artículo 9 de la LVIF, hay que tener presente lo dicho en el
punto anterior, por lo tanto, a continuación sólo habrá que centrar el análisis exclusivamente en
las condiciones del artículo 238 del CPP, que son las siguientes:
De todas las condiciones que contiene el artículo 238 del CPP, cuyo incumplimiento
pudiera constituir el delito de desacato, porque se quebranta efectivamente una prohibición, sólo
podemos mencionar; la letra a), en el sentido de que exista como condición, la prohibición de
residir en un determinado lugar; la letra b) al establecer la prohibición de frecuentar determinados
lugares o personas, y finalmente; la letra h), que abre la posibilidad de imponer otras condiciones
que perfectamente pudieran contener una prohibición.
Sin embargo, surge la inquietud respecto a sí lo anterior atenta contra el principio non bis
in idem, debido a que de constatarse un incumplimiento a las condiciones impuestas en la forma
65
Artículo 17 de la LVIF y Artículo 237 y siguientes del CPP.
31
que estipula el artículo 239 del CPP, es decir; injustificada, grave o reiterada, o que exista una
nueva formalización por hechos distintos, el juez, a petición del fiscal o la víctima, revocará la
suspensión condicional del procedimiento y este continuará de acuerdo a las reglas generales. Es
decir, si existe un incumplimiento, el juez debe continuar con el proceso suspendido e imponer la
respectiva sanción penal por el delito de violencia intrafamiliar. Asimismo, este hecho, a raíz de
lo contemplado en el artículo 18, que sanciona el incumplimiento de las medidas del artículo 17,
señalando el artículo 10 de la LVIF, también debe perseguirse por desacato. En consecuencia,
tenemos, que un mismo hecho tiene doble persecución penal, en los cuales se arriesgan dos penas
distintas. Uno por el delito primitivo que motivó la suspensión del procedimiento y el otro por el
delito de desacato.
El principio non bis in idem, prohíbe la doble incriminación en los casos en que se aprecie
la identidad del sujeto, hecho y fundamento66. La Convención Americana Sobre Derechos
Humanos o más conocida como Pacto San José de Costa Rica y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, consagran este principio. Dichos instrumentos internacionales han
sido ratificados por Chile y tienen plena vigencia para ser aplicados teniendo en cuenta el artículo
5° de la Constitución Política de 1980 67. Por lo tanto, el Estado no puede someter a proceso a un
imputado dos veces por el mismo hecho en forma sucesiva o simultánea.
32
incumplimiento de la resolución judicial que establece la prohibición de
aproximarse a la víctima y bajo ningún aspecto importa una transgresión al
principio "non bis in ídem", desde que el hecho de la violación de dicha
prohibición, constituye efectivamente un quebrantamiento a la resolución
judicial dictada en el marco de la aplicación de la Ley 20.066 y sancionada
como delito en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, y por su
parte la norma contenida en el artículo 239 del Código Procesal Penal, no le
da tal calidad, sino que sólo permite la reiniciación de la suspendida acción
penal por el delito primitivo68.
Asimismo:
Al parecer el fundamento utilizado para sustentar que no existe una vulneración al non bis
in idem, es que el incumplimiento tiene connotaciones distintas. Por un lado, produce un efecto
procesal al tenor del artículo 238 del CPP, y por el otro, constituye un delito penal a la vista de
una regulación especial, como lo es el artículo 10 y 17 de la LVIF. Si bien existe una misma
persona y un mismo hecho, el fundamento parece diferir, en cuanto transita por carriles de
naturaleza distinta, una procesal y la otra penal.
…se puede concluir que la Ley 20.066 es especial frente a las normas
del Código Procesal Penal y de la Ley 19.968 que Crea los Tribunales de
Familia, y en tal virtud, de existir colisión entre ellas, sus disposiciones priman
sobre estas últimas, y ninguna duda puede caber en ello dada la materia y
objetivos tan particulares que hicieron constar los legisladores en sus
68
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel Rol 1677-2009, de 11 de enero de 2010.
69
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel Rol 1075-2009, de 24 de agosto de 2009.
33
primeras disposiciones y en los debates producidos durante su gestación
parlamentaria.
3.1. Bien Jurídico que protege el desacato en Ley Nº 20.066 de Violencia Intrafamiliar.
70
Sentencia de la Corte Suprema Rol 8467-09, de 26 de enero de 2010.
71
Ver Subtítulo 3del Capítulo I, El delito de desacato y sus elementos penales esenciales.
34
En el caso del artículo 8 de la LVIF, lo que se pretende perseguir con desacato, no es el
maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar, sino, el incumplimiento de la sanción que trae
como consecuencia dicho maltrato. Por lo tanto, el bien jurídico protegido por el desacato, en esta
norma, es la recta administración de justicia, que resuelve imponer una multa al maltratador.
Hasta aquí, todo está bien, pues la amenaza de perseguir con desacato el incumplimiento de la
multa, quiere o por lo menos intenta, prevenir, sancionar o erradicar la violencia intrafamiliar,
para así garantizar la vida, integridad personal y seguridad de los miembros de la familia. Sin
embargo, por una parte, hay que ver en la realidad de los casos en concreto, si efectivamente se
produce este efecto. Y por la otra, debemos recordar que el desacato es erróneo, en cuanto a
cometerse por omisión –no pagar la multa- y además debe asociarse a las graves inconsecuencias
valorativas, que se producirían si se aplicara, ya que la LVIF contempla una pena mayor para el
incumplimiento de un hecho que no es delito, que el maltrato constitutivo de delito.
a) Sujeto activo: Como se trata de una norma especial, el sujeto activo, debe reunir
ciertas características especiales. Primero que todo, debe ser un sujeto al cual se le
aplique la LVIF, por lo tanto, habrá que tener presente al artículo 5. En este
sentido, sólo puede cometer desacato, el cónyuge o conviviente y los parientes que
realicen actos de violencia intrafamiliar en los términos descritos en la norma 72.
Una vez, determinado que efectivamente al sujeto se le aplica la LVIF, hay
que verificar que cumple con las siguientes características: En el caso del artículo
8 de la LVIF, debe ser un sujeto que no acredita el pago de la multa que le ha
impuesto el tribunal, en el plazo correspondiente. Seguidamente, si se toma en
72
El artículo 5 del la LVIF estipula los siguiente: “Será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que
afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una
relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la
colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente.
También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso precedente ocurra entre los
padres de un hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad, adulto mayor o discapacitada que se encuentre
bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar”.
35
consideración el artículo 10 de la LVIF, debe ser un sujeto que incumple las
medidas cautelares y accesorias que se le han decretado. Asimismo, tomando en
consideración el artículo 17 y 18 de la LVIF, el sujeto debe incumplir las medidas
impuestas como condición para la suspensión del procedimiento, dentro del plazo
fijado por el juez, para ser sujeto activo de desacato.
b) Sujeto pasivo: El que impone el pago de la multa, la medida cautelar y accesoria al
tenor de la LVIF, es el juez o tribunal. Por lo tanto, con el incumplimiento se
afecta la potestad jurisdiccional destinada a impartir justicia sin entorpecimientos,
en este sentido, el juez o tribunal pasan a ser sujetos pasivos del delito de desacato.
Con dicho entorpecimiento, la labor del juez o tribunal no puede mantener estables
las relaciones sociales, finalidad última de la recta administración de justicia, y que
para la LVIF, se traduce en no permitir que los bienes que protege se vean en
peligro de ser lesionados, esto es; la vida, integridad personal y seguridad de los
miembros de la familia, de acuerdo al artículo 2. En este sentido, la resolución
judicial que impone multa, medidas precautorias y accesorias en el marco de la
LVIF, está destinada a la protección de la víctima de la violencia intrafamiliar,
siendo ésta en definitiva el sujeto pasivo más afectado, por el desacato.
En consecuencia, tenemos como sujeto pasivo principal, al juez o tribunal
que dicta la resolución al tenor de la LVIF y uno incidental que es la víctima de
violencia intrafamiliar.
La conducta típica del delito de desacato está constituida, por la voz quebrantar, que
como se ha dicho en esta tesis; es el incumplimiento a las resoluciones del juez o tribunal en
cuanto a una obligación de no hacer. Esto sólo se logra, por la vía de acción, excluyendo a la
omisión en la comisión del delito.
73
Ver el subtítulo 2.3 del capítulo II, Análisis del artículo 8 y 18 de la Ley Nº 20.066 de Violencia Intrafamiliar en
base al concepto de desacato.
36
c) Respecto al artículo 92 de la Ley N° 19.968:
d) Respecto a las medidas del artículo 7 del la Ley de Violencia Intrafamiliar: Sólo en
el caso, que la medida impuesta por el tribunal contenga una prohibición para el
ofensor, será posible, ante su quebrantamiento, la persecución penal del desacato.
e) Respecto a las medidas del artículo 9 del la Ley de Violencia Intrafamiliar:
37
debe corresponderse con las Hipótesis calificadas de incumplimiento74. Sobre la acción dolosa,
para que se configure el delito de desacato, la jurisprudencia ha dicho al respecto:
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente dicho, la conducta típica del desacato debiera
cumplir con exhaustivos requisitos, para poder perseguirla con la figura del desacato contemplada
en el inciso 2° del artículo 240 del CPC. En la práctica además, se enfrenta a problemas para ser
aplicado como delito, por ejemplo, el debido emplazamiento de los tribunales de familia al
denunciado respecto a la medida cautelar que se le impone, y que la defensa debe analizar cuando
le han sido remitidos los antecedentes del incumplimiento77. Se debe recordar, que uno de los
requisitos esenciales para que se constituya desacato, es que la resolución que contiene la medida
debe ser notificada. Sobre esto la jurisprudencia ha dicho:
74
Ver subtítulo 2.1del capítulo II, Ámbito de aplicación del delito de desacato en la Ley Nº 20.066 de Violencia
Intrafamiliar.
75
Sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Linares RIT 102-2009, de 8 de enero de 2010, Considerando
décimo.
76
Sentencia de la Corte Suprema Rol 5302-2004, de 12 de diciembre de 2006.
77
Cfr. Estudios y Capacitación, La defensa de los caso de violencia intrafamiliar, Disponible en internet:
http://www.defensoriapenal.cl/Documentos/estandares/genero_defensa/LIBRO-VIF.pdf , p.158.
38
la población notificó personalmente a Barrera Castillo de las medidas cautelares
impuestas por este Tribunal y firmó para constancia”.
Sin embargo, tal atestado resulta insuficiente para acreditar que el
acusado haya tomado real y efectivo conocimiento de la medida cautelar
decretada y de las consecuencias de su incumplimiento. Es así que el oficio N°
310 emanado del Juzgado de Familia ordenó a Carabineros notificar la cautelar
al acusado personalmente; en consecuencia, debe colegirse que dicha diligencia
debía cumplir los requisitos propios de una notificación personal, los que se
encuentran establecidos en el artículo 40 del Código de Procedimiento Civil…
Por el contrario, como la Fiscalía no demostró que el acusado tuviera
cabal conocimiento de las prohibiciones a que estaba afecto, no es posible
castigarlo como autor del delito de desacato, por el hecho de haberlas infringido,
pues bien sabido es que una resolución judicial sólo produce efectos respecto de
terceros desde que la misma es notificada legalmente, lo que no ocurrió en este
caso, por lo que el imputado será absuelto de los cargos formulados en su
contra78.
Por otra parte, cabe preguntarse respecto a la conducta típica del delito de desacato, sí esta
permite la posibilidad de tentativa. Todo esto a raíz de una consulta de la Defensoría Penal
Público respecto al siguiente hecho: Al imputado X lo estaban notificando en la comisaria de la
medida cautelar del tribunal familia de no acercarse a la cónyuge y él les señaló a los
funcionarios "que no la cumpliría", entonces lo detienen -en la misma comisaria- por desacato, y
en audiencia el fiscal, formaliza por tentativa de desacato.
La respuesta a tal consulta por parte de la Defensoría abarcó varios puntos, del cual se
resalta el siguiente: Lo que se puede esgrimir en este caso, dice relación con la errada
comprensión del Ministerio Público de la materialización del delito. Por una parte, la
manifestación de la intencionalidad de comisión de un delito no da lugar al principio de
ejecución. En este caso el desacato vendría por la supuesta infracción de la medida cautelar
impuesta por el tribunal, correspondiente a la prohibición de acercarse a 200 metros a la redonda
del domicilio de la víctima.
La mera comunicación de la intención de incumplir una orden no constituye desacato en
el sentido del artículo 240 C.P.C., pues el tipo exige una manifestación externa en el mundo que
sea constatable por los sentidos. Entender que basta decir que “no se cumplirá una determinada
resolución judicial” para concebir ese hecho como desacato, equivale a que decir “tengo la
intención de robar un cuadro del Museo de Bellas Artes” y esto implica una tentativa de robo.
Ni siquiera su consideración como una voluntad seria de cometer desacato es punible
como tentativa de amenaza de cometer un desacato, pues en este caso el tipo de amenazas
78
Sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Villarrica RIT 42-2008, de 2 de enero de 2009.
39
condicionales –artículo 296 CP- requeriría que el sujeto activo amenace al juez con causar a él
mismo o a su familia, en su persona, honra o propiedad, un mal que constituya delito79.
Por lo tanto, no cabe la posibilidad de tentativa en el delito de desacato en el contexto de
la LVIF.
Hay que tener presente, que la vida en familia y pareja, donde se da la violencia, presenta
una serie de particularidades, como por ejemplo, la dependencia económica que tiene la víctima y
sus hijos con el maltratador, unida a lazos afectivos que se involucran. Esto conlleva muchas
veces a que la víctima perdone al ofensor, permitiéndole el ingreso al hogar, siendo que este
último está sujeto a medidas cautelares de prohibición de acercarse, por ejemplo. Esta situación
se ha denominado como perdón privado de la víctima al maltratador.
79
Defensoría Penal Pública, Consulta N° 24 – 2009.
40
llamado por la jurisprudencia perdón privado. Si el agresor está sometido a alguna medida
cautelar o accesoria, de suceder tal situación, se está incumpliendo con la orden del juez o
tribunal y daría pie para perseguir el delito de desacato. A continuación se revisará la manera de
tratar este asunto por parte de la jurisprudencia.
41
consentimiento de la víctima sea otorgado libremente, y 3) Que este sea
otorgado antes de la consumación de la actividad lesiva del bien jurídico80.
Los hechos que dieron motivo a la persecución penal son los siguientes: El día 10 de
octubre de 2009, en circunstancias que la víctima, se encontraba en su domicilio, comuna de La
Florida, llegó al lugar su cónyuge en compañía de su hijo, quien ingresó a la casa y dejó sus
pertenencias y se retiró al sur de Chile, regresando con fecha 15 de octubre de 2009,
permaneciendo en el mismo hasta la actualidad. Fiscalía señala que el imputado quebrantó lo
ordenado cumplir por el 14° Juzgado de Garantía de Santiago, con fecha 20 de noviembre de
2008, en causa RUC 080071477-7, RIT 8363-2008, en la que el imputado fue formalizado por el
delito de maltrato habitual dentro del contexto de violencia intrafamiliar y la causa se suspendió
condicionalmente, quedando sujeto por el periodo de un año, entre otras a las condiciones
establecidas en el artículo 9º letras a) y b) de la Ley 20.066, esto es abandono del hogar común y
la prohibición de aproximarse a la víctima, y a su domicilio. La resolución fue notificada
personalmente al imputado en la misma audiencia. El Tribunal absolvió al imputado
argumentando:
80
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel Rol 1591-2009, de 22 de diciembre de 2009.
42
encausado de controvertir lo resuelto por un tribunal, ello pues dio cabal
cumplimiento al grueso de la condición establecida y además, porque no se
determinó en qué momento se realizó denuncia por parte de su cónyuge,
referente a la permanencia del acusado en el domicilio común, todo lo que
motivó en estos jueces la duda razonable respecto de haber permanecido el
acusado en la casa habitación de que se trata, con la aquiescencia de la
beneficiada por la medida, lo que obviamente descarta la intención dolosa en
cuanto a la comisión del ilícito por el cual fue traído a estrados…
Que, si bien es cierto se acreditó la existencia de una audiencia en la cual
se suspendió condicionalmente un procedimiento por violencia intrafamiliar
respecto del acusado, con fecha 20 de noviembre de 2008, según lo dispone el
artículo 238 del Código Procesal Penal, siendo un hecho de la causa no
controvertido, que el afectado por aquélla la cumplió hasta el día 10 de octubre
de 2009, fecha en la cual su hijo lo fue a buscar al domicilio donde entonces
habitaba y lo llevó de regreso al hogar común, en donde dejó sus pertenencias y
se fue por unos días al sur, regresando el día 15 del mismo mes y permaneciendo
en él hasta la fecha de la audiencia, aspecto de que dio cuenta tanto el hijo, la
propia víctima, como el acusado, reiniciando la vida en común en el domicilio
familiar…
En consecuencia, tal como se plasmó en los hechos acreditados, la
conducta, no motivada por el dolo de incumplir la resolución dictada por el 14º
Juzgado de Garantía, elimina la existencia del delito imputado, por carecer
aquel acto de una motivación punible, siendo entonces lógico acoger lo
planteado por la defensa en tanto a absolver a su defendido por esta figura, por
existir a su respecto error de prohibición81.
El perdón privado en este caso lo constituye, por un lado, el deseo del hijo de que su
padre regrese al hogar, y por el otro, la anuencia de la mujer para permanecer en la casa, una vez
materializado el regreso. No hay en esta acción, el dolo necesario que requiere la comisión del
delito de desacato.
También se ha dicho, que desde el momento en que la víctima perdona al ofensor, pone
término a la prohibición o medida y renuncia de esta manera a la protección judicial. En este
sentido se pronuncia la siguiente jurisprudencia:
81
Sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Santiago RIT 152-2010, de 1 de septiembre de 2010.
43
domicilio en razón de las condiciones deplorables en que se encontraba y
porque el mayor daño temido por la víctima eran las lesiones que el agresor
podía autoinferirse.
…el incumplimiento de la prohibición impuesta al agresor en el marco de
violencia intrafamiliar, debe implicar un peligro concreto para el objeto de
protección de la respectiva resolución judicial. De esta forma, para que se
pueda calificar de desacato la conducta que se ha descrito en el fallo que se
revisa, esta debe ser capaz de poner en riesgo la integridad física o psíquica
de la víctima, lo que en este caso no se produjo porque la madre autorizó a su
hijo el ingreso al domicilio en que ella habita, por las razones consignadas en
el motivo precedente82.
82
Sentencia de la Corte de Apelaciones de San Miguel Rol 235-2010, de 31 de marzo de 2010.
83
Más jurisprudencia en este sentido: Sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Santiago RIT 127-2009.
44
CONCLUSIONES
45
Respecto del bien jurídico, se concluyó que el delito de desacato protege la recta
administración de justicia, esto es la función jurisdiccional con base constitucional. Estas
apreciaciones contribuyeron a entender la expresión, “adecuada majestad de las resoluciones
judiciales”, que era la finalidad que buscó el legislador cuando reguló el delito de desacato en el
CPC.
Con todos estos elementos tenidos en cuenta, se definió el delito de desacato como: La
voluntad de una persona encaminada a no acatar las órdenes o normas que le han sido notificadas
y que llevan consigo una prohibición proveniente del juez o tribunal, contenidas en una
resolución judicial, que hacen merecedor al infractor de una pena cuya finalidad es procurar la
recta administración de justicia con base constitucional. De esta manera la conducta típica debe
estar impregnada de significación social, que solo una lesión dolosa le puede dar. Desde el punto
de vista material, no cualquier quebrantamiento cabe dentro de las hipótesis de desacato, sino
aquel que atente contra el ejercicio legítimo de la autoridad judicial.
Dentro de la tipicidad del delito, se estableció que el sujeto activo puede ser cualquier
persona, pero si hay una norma especial que se refiera al artículo 240 del CPC, para castigar con
desacato, el sujeto debe cumplir con los requisitos que esa norma especial establece. Ahora,
Respecto al sujeto pasivo, se determinó que es el juez o tribunal, con potestad jurisdiccional, que
dicta la resolución y que por ser administrador de justicia, procura con ello mantener estable las
relaciones sociales y en este sentido es la sociedad en general el sujeto pasivo del delito de
desacato y que para cada caso particular los sujetos tiene características especiales, como por
ejemplo, la víctima de violencia intrafamiliar.
Respecto al ámbito de aplicación, este no es fácil de determinar, puesto que existen
posturas doctrinales distintas en cuanto al tema. Está la postura que sólo circunscribe el desacato
a resoluciones que contienen sentencias definitivas y que se encuentren ejecutoriadas,
refiriéndose sólo a resoluciones de carácter civil. Por otro lado, existe la postura que dice que el
artículo 240 del CPC no hace distinción, por lo tanto, se aplica también a resoluciones de carácter
temporal y que además, existen hoy en día, cuerpo normativos especiales que castigan con la
pena del desacato al incumplimiento de resoluciones y que no son sentencias definitivas.
Finalmente dimos cuenta de la existencia de una interpretación subsidiaria y complementaria, que
dice que el desacato se aplica a casos donde no existe otra forma de cumplimiento en que se
ejerce coerción civil.
Dentro de las leyes especiales que se remiten al desacato del CPC, encontramos a la
LVIF. Esta normativa es consecuencias de las deficiencias que presentó su antecesora, la Ley N°
19.325 de Violencia Intrafamiliar. Si bien la nueva normativa, vino a rectificar los errores y
deficiencias anteriores, esto no dice que esté exenta de problemas en su aplicación, especialmente
cuando se refiere al desacato.
Del análisis normativo de la LVIF, se concluyó que ésta se refiere al desacato, si se dan
los siguientes incumplimientos:
46
1. Del pago de la multa y su acreditación al condenado por maltrato constitutivo de
violencia intrafamiliar en el plazo fijado por el juez y su respectiva prórroga.
2. De las medidas cautelares establecidas en el artículo 92 de la ley Nº 19.968 y del
artículo 7 del la LVIF.
3. De las medidas accesorias contempladas en el artículo 9 de la LVIF.
4. Y a las condiciones impuestas para la suspensión del procedimiento contempladas
en el artículo 9 de la LVIF y el artículo 238 del CPP.
Las normas que se refieren a estos incumplimientos son el artículo 8 y 18 – teniendo en
cuenta el artículo 10- de la LVIF.
Concluimos que el ámbito de aplicación del delito de desacato en el contexto de la LVIF,
es extensivo, pero limitado a criterios materiales. Por un lado, se deben tener en cuenta las
“Hipótesis calificadas de incumplimiento”. Esto es, que el incumplimiento sea grave, relacionado
al peligro inminente de frustración del objeto de la resolución que se deduce de la gravedad y
circunstancias del incumplimiento y que el sistema de apremios fracase. Y que, tal
incumplimiento implique un peligro concreto para el objeto de protección de la respectiva
resolución judicial. Todo esto, ya que siempre, dándose los presupuestos para que el juez
imponga apremios, es inidóneo que con esto también se cometa un delito, ambos son
complementarios. Por otra parte, aplicando restrictivamente el desacato, se evitan
inconsecuencias valorativas en el ordenamiento jurídico, por la pena que trae consigo este delito a
raíz de otras sanciones menos drásticas aplicables a las mismas circunstancias de hecho. Este
razonamiento, como se dijo, es armónico con la significación social que tiene que tener la
conducta dolosa dirigida hacia el incumplimiento, para ser perseguida con desacato, pues debe
pretender frustrar la recta administración de justicia.
Respecto al reenvío al desacato que realiza el artículo 8 de la LVIF, se concluyó que la
conducta que se persigue con el delito está enmarcada en una obligación de hacer, por lo tanto, es
contraria a la naturaleza del desacato, ya que éste se refiere a obligaciones de no hacer.
Asimismo, esta norma no ha tenido en cuenta la realidad económica del sujeto sancionado, al
tenor del artículo 49 del CP, donde se establece que si no se paga una multa, se sancionará por vía
de sustitución y apremio, con la pena de reclusión que no puede ser más allá de seis meses.
Resultando una incongruencia valorativa si se aplicara el desacato.
Respecto al artículo 18, relacionado con el 10 de la LVIF, teniendo en cuenta los
elementos del concepto de desacato que se dio en la tesis, especialmente que la medida impuesta
por el tribunal contenga una prohibición, se concluyó que las medidas contempladas en los
números 1, 2, 5 y 6 del artículo 92 de la Ley N° 19.968, podría perseguirse por el delito de
desacato. Respecto a las medidas del artículo 9 de la LVIF las de la letra a), b), y c). Respecto a
las condiciones del artículo 238 del CPC, las letras a), b) y h). Cabe mencionar que del análisis de
estas normas, se da cuenta de la redundancia de alguna de ellas, especialmente las del artículo 92
47
de la Ley N° 19.968 con las del artículo 9 de la LVIF, manifestando una clara incoherencia
sistemática de las normas.
Referente a las condiciones del artículo 9 de la LVIF y del artículo 238 del CP, en el
marco de la suspensión del procedimiento, se dijo que se podría vulnerar el principio del “non bis
in idem” cuando con el incumplimiento de la medida se comete desacato y a su vez constituye un
requisito para seguir conociendo el proceso suspendido, este último puede terminar en una pena,
dando a entender que con un mismo hecho se podría tener doble sanción penal para un mismo
sujeto. Sin embargo, se estableció que la jurisprudencia entiende que tal incumplimiento, por un
lado, produce un efecto procesal al tenor del artículo 238 del CPP, y por el otro, constituye un
delito penal a la vista de una regulación especial, como lo es el artículo 10 y 17 de la LVIF. Si
bien existe una misma persona y un mismo hecho, el fundamento parece diferir, en cuanto
transita por carriles de naturaleza distinta, una procesal y la otra penal.
Al tratar los elementos del delito de desacato en la LVIF, se especificó de manera
sistemática cada uno de ellos. Respecto al bien jurídico que protege el desacato en la LVIF se
señaló que éste se encuentra en el artículo 2 y son la vida, integridad personal y seguridad de los
miembros de la familia y que son estos elementos los que se deben tomar en cuenta a la hora de
verificar la comisión del delito de desacato. Se concluyó, que respecto del artículo 8 de la LVIF,
se persigue el incumplimiento de la sanción y que el bien jurídico protegido es la recta
administración de justicia, y que con ello se intenta prevenir, sancionar o erradicar la violencia
intrafamiliar, para así garantizar la vida, integridad personal y seguridad de los miembros de la
familia. Pero hay que tener en cuenta que castigar con desacato tal incumplimiento, no es
armónico con la naturaleza del desacato y la penalidad que se establece para este delito. Respecto
al artículo 10 de la LVIF, la protección del bien jurídico con el desacato es indirecta, pues se
concluyó que no contiene ninguna sanción y sólo un efecto procesal.
Referente a los sujetos procesales, como se trata de una norma especial, al sujeto activo
debe aplicársele la LVIF, por lo tanto, hay que tener presente el artículo 5 y los demás requisitos
que estipula la misma ley para el caso del artículo 8 y el 18 relacionado con el 10. Respecto al
sujeto pasivo, el juez o tribunal es el principal y la víctima de violencia intrafamiliar, el sujeto
pasivo incidental o indirecto.
Ahora, la conducta típica debe cumplir con los requisitos formales que establecen tanto el
artículo 8 de la LVIF y el artículo18 relacionado con el artículo 10, sumado a ello a los criterios
sustanciales del delito de desacato que se han expuesto en estas conclusiones. Asimismo, se
concluyó que la conducta típica en el contexto de la violencia intrafamiliar, tiene ciertas
particularidades a la hora de producirse, una de ellas es que se produzca un perdón privado de la
víctima al ofensor sujeto a medidas cautelares. Este fenómeno, de acuerdo a la revisión
jurisprudencial hecha, se encuadra dentro de las causales de justificación de la conducta típica,
específicamente como error de prohibición, teniendo en cuenta que la conducta no sea dolosa y
medie el consentimiento libre de la víctima.
48
Para finalizar, hay que decir, que si bien se trataron de abarcar los temas trascendentales,
hay cosas que no se tocaron debido a la extensión que ello significaba. Dentro de estos temas se
pueden mencionar, las discusiones que se han dado referente a la legitimación activa de los
tribunales para perseguir el delito de desacato, esto da pie para preguntarse si ¿es necesario para
el ejercicio de la acción penal por el delito de desacato, el requerimiento previo del Tribunal de
Familia? esto debido a que el artículo 10 de la LVIF pareciera contener este requisito. Por otro
lado, respecto al tipo penal de desacato también surge la duda, de si ¿es un delito de peligro
abstracto o concreto? esto tomando en cuenta que para algunas situaciones, bastaría sólo
incumplir para cometerlo y en otros casos se requiere un resultado lesivo.
En suma, se puede decir, que la LVIF presenta ciertas irregularidades, que sólo la doctrina
y jurisprudencia intentan solucionar, pero que en el fondo requiere de cambios legislativos
concretos.
49
BIBLIOGRAFÍA
50
HARASIC, DAVOR, et al. Estudio de la Reforma Procesal. Ley n° 18.705 de 24 de mayo de
1988. Editorial Jurídica Ediar – Conosur Ltda. Santiago, 1988.
HERNÁNDEZ, HECTOR. Alcances del Delito de Desacato en el Contexto de la Ley de
Violencia Intrafamiliar. Informe en Derecho. Defensoría Penal Pública, Santiago de Chile,
2008.
HORMAZABAL MALAREE, HERMAN, Bien Jurídico y Estado Social y Democrático de
Derecho, El Objeto Protegido por la Norma Penal, Editorial Cono Sur, Santiago de Chile,
1992.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICAS (INE). Informe de justicia anual 2010., en
internet:
http://www.ine.cl/canales/menu/publicaciones/calendario_de_publicaciones/pdf/07_11_11/ju
sticia_2010.pdf
LÓPEZ BARJA DE QUIRAGA, JACOBO. “El Principio Non Bis in Idem”. Editorial
Dykinson, Madrid 2004.
LUCENA CAYUELA. NÚRIA et al., Diccionario del Uso del Español de América y España,
1ª Edición, Spes Editorial, Barcelona, 2002.
MARCHIORI, HILDA. Victimología. La víctima desde una perspectiva criminológica.
Primera Edición. Editorial Universitaria Integral. Córdoba Argentina, 2000.
MOLLINER, MARÍA. Diccionario del Uso del Español. 2ª Edición, Editorial Credos,
Madrid, 2002.
NUÑEZ, RAÚL. Derecho Procesal. Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en
internet: https://www.u-
cursos.cl/derecho/2009/1/D124A0417/1/material_alumnos/bajar?id_material=27985
ORTELLS RAMOS, MANUEL. Derecho Procesal Civil, Editorial Thomson, 7ª Edición,
Navarra, España, 2007.
OTERO, M., Derecho Procesal Civil, Modificaciones a la Legislación 1988 – 2000, Editorial
Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2000.
POLITOFF, S., et al, Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte Especial, Segunda Edición,
Editorial Jurídica de Chile, 2004.
SERVICIO NACIONAL DE LA MUJER (SERNAM), en internet:
http://estudios.sernam.cl/?m=t&i=6
51