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APORTES PARA PENSAR SOBRE LA VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS

MARIA BEATRIZ GRECO

ACERCA DE UNA LEY ESTRUCTURANTE Y EL “VIVIR JUNTOS” EN LA ESCUELA. PENSAMIENTOS E


TIEMPOS DE TRANSFORMACION.

Estamos en crisis, crisis social, crisis de educación, crisis de valores. Hablar de crisis nos cierra
posibilidades.
Estamos en un tiempo de fuertes transformaciones y lo difícil es historiar el mismo tiempo que
uno vive. Pero es importante hacerlo porque hay que entender dónde estamos parados y poder
pensar desde ahí.
Se nos ha desarmado lo que teníamos muy bien armado.
No encaja como antes el mundo de la escuela y el mundo de lo social. Se descompone la relación
de los chicos con el de los adultos. Antes había relaciones jerárquicas, cada uno tenía su lugar. Hoy
se habla de perdida de jerarquías. Así se pierde el lugar de maestros, alumnos, directivos, etc.
Hay que diferenciar 2 cuestiones: la educación, pensada como institución: aquello que intuye la
posibilidad misma de vivir todos en una comunidad y la escuela como una organización posible
que dé lugar a la educación.
Es Necesario volver a pensar ¿Para que la educación? ¿Qué es un alumno? ¿Qué es un maestro?
Bajo estas nuevas condiciones.
Una crisis es eso que se desarma y deja ver partes sin unidad, partes que antes ofrecían un
sentido.
Hay que recrear el sentido de las cosas: para que educar, para que trabajar y para que vivir junto a
otros.
Existe un pensamiento melancólico de perdida, este pensamiento genera impotencia ante lo
nuevo y nos hace ver solo desorden donde tal vez hay un desafío, algo por rearmar.
Son 3 las preocupaciones que circulan muy fuerte ante las escuelas que hay que rearmarlo con
urgencia:
1) La violencia: es el avasallamiento del cuerpo y del espacio del otro. Se hace imposible
pensar que hay un espacio del otro que no puede ser avasallado y que el propio tampoco
puede serlo.
No importa de dónde viene la violencia, nos involucra a todos. El trabajo de la escuela en ración a
la violencia podrá ser el que instala otros modos de vinculación.
2) Dificultad para entendernos, no solo ente los chicos, también sucede con los adultos. Esta
dificultad se traslada al aula y a las formas de enseñar y aprender.
3) Soledad, aislamiento en las instituciones entre chicos y grandes. La acción de la escuela
nos debe convocar a todos (alumnos y docentes).
Hay que pensar de nuevo como podemos dirigirnos a los chicos. Nos hace falta signos, ayudas
colectivas, signos que nos permita saber de dónde armar de nuevo en conjunto con otros.
Cuando se trabaja colectivamente con estos signos en las escuelas algo se transforma. Lo difícil es
encontrar tiempos en común.
Hay 3 signos claves que nos ayudarían a encontrar este sentido del que hablamos:
1) LA LEY SIMBOLICA. Diversos pensadores coinciden en que el mundo ha cambiado, ha
perdido la solidez, para entrar en un estado de fluidez. La marca de nuestro tiempo es la
velocidad. Se corre el riesgo que esto se traslade a las relaciones entre sujetos.
Como el recibimiento de los recién nacidos o llegados (Hannah Arendt) hace referencia a la
“novedad”. Esta ley simbólica ordena lugares, nos obliga a pensar en diferenciarnos, es una de las
pocas certezas con que contamos.
Una ley simbólica necesita mediaciones para materializarse en lo cotidiano, espacios, tiempos y
encuentros.
2) LA AUTORIDAD: si la ley simbólica tiene que ser sostenida hace falta figuras que la
sostengan (padres, madres, maestros) se llaman “postas parentales”. La autoridad si no se
cuestiona, si no se pregunta, se refuerza en el AUTORITARISMO. Es necesario preguntarse
¿Qué es lo que debe garantizar una autoridad?
Se piensa que una autoridad abre el espacio de lo común. ¿Qué es armar lo común? (que nos
permite vivir juntos y no solo estar uno al lado del otro soportándonos)
La pregunta es a qué precio ¿Y el precio es resignar lo individual para poder estar con los otros?
¿Se trata de vivir juntos como portadores de derechos?
En la unión de derechos y deberes se arma una responsabilidad.
¿Qué pasaría si tomamos estos principios de acción en las escuelas? Ley simbólica es una
delimitación de lugares. La ley simbólica es la que dice (con palabras, actos) que los lugares no son
intercambiables (no es lo mismo ser hijo que se padre). Existe una asimetría necesaria que no se
puede desarmar porque se perdería el sentido del que hablamos. Aquí la asimetría significa
distancia, diferencia.
La ley simbólica no es algo que se pueda negociar ni pactar ni discutir. Los adultos deben sostener
algo para las nuevas generaciones para que estos tengan un lugar.
La ley simbólica no diferencia los lugares, son intercambiables: el niño no puede tener el lugar del
adulto, pero en un tiempo lo tendrá.
Si el adulto no construye ese espacio simbólico donde se sienta constructor y creador, se sentir
ahogado en un orden de dominación. Difícilmente pueda otorgar lugares.
El dominado piensa así: bueno, ahora me toca a mí, paso de ser dominado a dominar.
La ley simbólica prohíbe esa confusión de lugares, abre a la autonomía y a la libertad de
pensamiento.
MEIRIEU: se pregunta si la educación puede ser pensada como creación entre iguales. Se pregunta
también si es posible no caer en la violencia que se desencadena cuando se está en un callejón sin
salida.
Donde no hay ley simbólica aparece la violencia como imposibilidad de espacio.
Violencia también es no estar, no participar. Porque tampoco hay un adulto, autoridad que ofrezca
ese lugar.
AUTORIDAD PEDAGOGIGA: autoridad centrada en cuestiones pedagógicas. Hay un riesgo en dividir
espacios, hay que pensar en articular que estén unidas.
La convivencia se juega con el corazón mismo de la escuela tiene que ver con el enseñar y el
aprender mismo (se desarrolló una investigación sobre este tema).
En la investigación se puede ver que chicos de sectores vulnerables, que habían sido violentaos,
les costaba que un docente les dijera: “vení que yo te explico” “vení que yo sé”. Esto lo perciben
como una situación de violencia. Se debía encontrar otra forma de enseñar y aprender.
Cuando se tiene pasión por lo que se enseña se transmite de otra forma.
“El maestro ignorante” (Ranciere), pone en relación 2 conceptos que son contradictorios: LA
AUTORIDAD Y LA IGUALDAD. La igualdad es un punto de partida y no de llegada” “la igualdad dice
que todos tenemos las mismas posibilidades de desplegar una inteligencia, la inteligencia es un
trabajo es un trabajo que se hace en torno a libros, objetos y no en algo que se posee y que se
mide. Se propone pensar a la inteligencia como un trabajo entre maestro y alumno, como
invitación a algo.
La ley simbólica tiene que ver con que se le dé la autorización de que el otro construya y ocupe su
propio espacio. Es el maestro quien pone las pautas de ese espacio.
Hay maneras y maneras de darle lugar a las palabras, cuando enseñamos y cuando intentamos
pensar.
La autoridad hay que ponerlo en términos de transmisión.
No se debe separar individuo-institución y no separar convivencia de enseñanza.
El ejercicio de la autoridad habilitante y la construcción de convivencia democrática está en el
corazón del aula, de la enseñanza y el aprendizaje, es otra manera de convivir en la escuela.
En vez de preguntarnos ¿Quién es ese niño que no puede, que se porta mal o que viene de tal
barrio? Es mejor preguntarse por lo que si puede, que puedo yo con él, con su aprendizaje y mi
enseñanza. Es importante hacerles lugar a los alumnos.
Hay que pensar otros modos de organización escolar, tanto en lo pedagógico como en lo
normativo.
Hay que tener la posibilidad de hablar antes de que aparezcan los conflictos. Cuando se habla de
sanciones con fin educativo como limites estamos hablando de la ley simbólica. Son límites que
dicen hasta acá, son prohibiciones y habilitaciones las dos cosas a la vez.

LA SOCIALIZACION TECNOLOGICA: LOS JOVENES MEDIATICOS QUE RECIBE LA ESCUELA.


LUIS ALBERTO QUEVEDO

Son importantes 3 ejes:


1) Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. El modo en el cual se están
articulando los cambios de época.
2) La televisión. La importancia que tiene desde su creación

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