Você está na página 1de 16

PALABRAS DE MONS.

DIEGO PADRÓN, ARZOBISPO DE CUMANÁ Y


PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA,
EN LA APERTURA DE LA CIX ASAMBLEA ORDINARIA PLENARIA.
CARACAS, 07 DE ENERO DE 2018
Saludo
Saludo cordialmente a los Sres. Cardenales, Jorge Urosa Savino, Arzobispo de
Caracas, y Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida, Presidentes de
honor de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Saludo al Excmo. Mons. Aldo Giordano, Nuncio Apostólico de Su Santidad el
Papa Francisco.
Estimados Hermanos Obispos de la Presidencia de la CEV y de las
Arquidiócesis y Diócesis de Venezuela.
Rvdo. Padre Francisco José Virtuoso, s.j. Rector de esta casa de estudio,
Universidad Católica “Andrés Bello”.
Rvdo. Padre Francisco Méndez, Presidente, y demás miembros de la Junta
Directiva de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Venezuela
(CONVER
Dra. María Elena Febres, Presidenta, y demás miembros de la Junta Directiva
del Consejo Nacional de Laicos (CONALAI).
Sra. María García de Fleury, Secrertaria y demás miembros de la Junta
Directiva de la Academia Internacional de Hagiografía.
Superiores y Superioras Mayores de los diversos Institutos de Vida Religiosa
2

presentes en el país.
Estimados sacerdotes Subsecretarios de la CEV, Sres. Directores y Directoras
de los Departamentos del Secretariado Permanente del Episcopado
Venezolano (SPEV), sacerdotes Secretarios ad casum de las Actas de esta
Asamblea.
Sres. Representantes de los Medios de Comunicación Social.
Sres. Invitados
Sras., Sres.

Exordio
Comienzo agradeciendo a mis hermanos Obispos, sacerdotes, religiosas y
laicos que durante mi enfermedad en los meses de Agosto y Septiembre
elevaron a Dios sus súplicas y oraciones por mi salud y progresiva
recuperación. Dios les pague.
Al concluir este segundo período de servicio a la Iglesia como Presidente de la
Conferencia Episcopal, agradezco profundamente a mis hermanos Obispos de
la Presidencia y a todos los hermanos Obispos, sacerdotes Subsecretarios y
Directores de los Departamentos del Secretariado Permanente por su apoyo,
sugerencias y cordialidad.
El año que acaba de terminar nos deja la alegre doble noticia de la pronta
beatificación de la Madre Carmen Rendiles, Fundadora de la Congregación
de las Siervas de Jesús, tercera religiosa venezolana elevada a los altares, y la
del reconocimiento de las virtudes heroicas de otro venezolano, el Siervo de
Dios Tomás Morales Pérez, sacerdote de la Compañía de Jesús, fundador de
los Institutos Seculares “Cruzados y Cruzadas de Santa María”, nacido en
Macuto el 30 de octubre de 1908 y fallecido el 1 de octubre de 1994 en Alcalá
de Henares (España).
3

Una primera confesión


Los Obispos llegamos a nuestra primera Asamblea Ordinaria del nuevo año
después de una de las Navidades más tristes en la reciente historia de
Venezuela. Es verdad que no traemos tristeza, porque cada uno de nosotros la
dejó en su mesa de noche, pero de nuestras visitas a las parroquias y
comunidades traemos la angustia y el clamor de la gente por pan y remedios,
y más que todo, fe y esperanza en el poder salvador de Dios, palabras de
consuelo y proyectos de solidaridad para nuestro pueblo.
Panorama Eclesial
En el segundo semestre del año pasado, la Iglesia en Venezuela llevó adelante
su programación en conformidad con el Plan Trienal 2015-2018 y las
orientaciones de la Asamblea Nacional de Pastoral en relación con una
mirada global desde la fe a la realidad nacional, que nos compromete a ser
generadores y portadores de la esperanza cristiana (PTr), y a contribuir al
fortalecimiento de la democracia, animando la formación y participación,
especialmente de los laicos, en instancias políticas y económicas que
favorezcan la construcción del bien común (ANP, 4).
Al interior de la comunidad eclesial, pero con repercusiones fuera de ella,
celebramos el quincuagésimo aniversario de Ordenación Sacerdotal de los
Señores Cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porras Cardozo. Su amor
de entrega al santo pueblo de Dios y al país es testimonio vivo de fidelidad a
su vocación de pastores-servidores, que nos motiva e interpela
permanentemente a Obispos, Sacerdotes y fieles. Festejamos también con
hondo sentido de fraternidad la ordenación episcopal de Mons. Helizandro
Terán, Obispo de Ciudad Guayana y de Mons. Luis Enrique Rojas, Obispo
Auxiliar de Mérida, y las Bodas de Plata de las Diócesis de Carora y de Valle
de la Pascua. Gracias a Dios, en este momento no hay diócesis vacantes. El
trabajo del Sr. Nuncio, en comunión con la CEV, ha sido arduo, pero efectivo.
Los obispos y toda la Iglesia en Venezuela se lo agradecemos mucho.
4

1. 50 años de la Encíclica Populorum Progressio


En el mes de agosto, en el marco del Centenario del nacimiento del Beato
Mons. Oscar Arnulfo Romero, el Departamento de Justicia y Solidaridad del
CELAM y el Secretariado de Caritas para América Latina y El Caribe se
dieron cita en San Salvador para conmemorar los 50 años de la publicación de
la Encíclica Populorum Progressio (El desarrollo de los pueblos) del Beato
Papa Pablo VI.
En el Mensaje Final del encuentro conmemorativo los participantes destacan
“los diversos desafíos que hoy nos interpelan y nos duelen: La pobreza, y la
tendencia regresiva a ella de millones de personas en nuestros países,
producto de sistemas económicos y políticos que valoran más el tener que el
ser, el beneficio económico más que la vida, las ideologías por encima de las
personas, y que asumen el poder como dominación y no como servicio
liberador. Ante estos desafíos hemos analizado y reflexionado algunos temas
de interés propuestos en la Encíclica. La intuición del Beato Pablo VI al
concebir el desarrollo, no como un simple crecimiento económico, sino como
la promoción integral y solidaria de toda persona en todas sus
potencialidades y de todas las personas y pueblos (PP 14), la necesidad del
desarrollo integral y solidario para que se dé una paz duradera, la
centralidad de la persona humana en todos los procesos de desarrollo desde
un humanismo integral, genera un compromiso y “un imperativo para todos y
cada uno de los hombres y mujeres, para las sociedades y las naciones, en
particular para la Iglesia católica y para las otras Iglesias y Comunidades
eclesiales” (SRS 32). Desde una Iglesia en salida misionera, el Papa
Francisco nos invita a “tomar la iniciativa sin miedo”, a primerear en los
procesos de transformación de la realidad; a involucrarnos como Jesús
cuando lavó los pies a sus discípulos; de igual manera, a realizar un
acompañamiento permanente, paciente y fraterno; a saber recoger los frutos
de vida nueva, “aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados”; y,
finalmente, a celebrar la vida que crece en nuestras comunidades (EG 24).
5

Esta Encíclica, que tuvo en su momento resonancia mundial, no ha perdido


vigencia, porque lo que el Papa planteó en ella a escala mundial se repite hoy
en el interior de cada país. El 24 de marzo de 1987, un venezolano de
excepción, el Dr. Rafael Caldera, en el acto inaugural del Coloquio
conmemorativo de los veinte años de la Encíclica, con gran valentía,
pronunció estas palabras: Veinte años después tenemos que reconocer que ni
se ha logrado el desarrollo ni se ha asegurado la paz, pero el mensaje está
vigente (Editorial, en INFORME ODCA, Nº 152-153 (Abril-Mayo 1987),
Caracas 1987). Hoy podemos añadir: en nuestra situación su actualidad es
dramáticamente interpelante.
2. Los 50 años de la Conferencia de Medellín
Un año después de la Encíclica Populorum Progressio tuvo lugar en la ciudad
de Medellín la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano. Era el final de
la década de los 60, en la que en el mundo entero hubo grandes
manifestaciones de pensamiento y de movimientos y sacudidas sociales que
auguraban una nueva era de cambios y transformaciones. El Episcopado
latinoamericano se adelantó a otras Iglesias de mayor tradición y facilitó la
recepción y aplicación del Concilio Vaticano II. Su actitud fue de gran
apertura a nuevas ideas e iniciativas en el campo teológico-pastoral, de
profunda identificación con las luchas sociales y, sobre todo, con la opción
preferencial por los pobres.
3. La nueva visita del Papa a Latinoamérica
La CEV estuvo muy atenta al desarrollo de la Visita del Papa Francisco a
Colombia por el significado y las circunstancias que la determinaron, por la
proyección de su mensaje en toda América Latina y, en particular, para
nuestro país. Los Obispos de la Presidencia de nuestra Conferencia, menos
quien les habla, (por razones de enfermedad) se hicieron presentes en Bogotá
y fueron recibidos en audiencia por el Santo Padre, quien manifestó que sigue
con preocupación los acontecimientos en Venezuela y les pidió que
6

mantuvieran su compromiso con el pueblo, le siguieran acompañando y


defendiendo sus derechos.
El 7 de septiembre, en su discurso a los Obispos en Colombia, dijo el Papa:
“Les ruego tener siempre fija la mirada sobre el hombre concreto. No sirvan
a un concepto de hombre, sino a la persona humana amada por Dios, hecha
de carne, huesos, historia, fe, esperanza, sentimientos, desilusiones,
frustraciones, dolores, heridas, y verán que esa concreción del hombre
desenmascara las frías estadísticas, los cálculos manipulados, las estrategias
ciegas, las falseadas informaciones, recordándoles que «realmente, el
misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado»
(Gaudium et spes, 22)”.
El mismo día, en su encuentro con el CELAM, reafirmó esta idea con la
siguiente declaración: “La Iglesia debe reapropiarse de los verbos que el
Verbo de Dios conjuga en su divina misión. Salir para encontrar, sin pasar de
largo; reclinarse sin desidia; tocar sin miedo. Se trata de que se metan día a
día en el trabajo de campo, allí donde vive el Pueblo de Dios que les ha sido
confiado. Es necesario dirigirse al hombre en su situación concreta; de él no
podemos apartar la mirada. La misión se realiza siempre cuerpo a cuerpo”.
Una vez más el Papa sintetizó su pensamiento tanto sobre el Evangelio, al
decir que el Evangelio es siempre concreto, jamás un ejercicio de estériles
especulaciones, como sobre la Iglesia, comunidad enviada por Cristo con la
misión de servir al hombre de todos los tiempos en su contexto vital e
histórico. Misión de servicio que manifiesta la actualización del misterio de la
Encarnación del Hijo de Dios “por nosotros los hombres y por nuestra salud”
(Credo Niceno-constantinopolitano) en el hoy de la historia.
4. Sínodo de los jóvenes y Sínodo para la región Amazónica.
En los días 4 y 15 de octubre respectivamente fueron anunciados por el Papa
Francisco dos eventos eclesiales de significativa importancia para
Latinoamérica y el mundo: el primero, la convocatoria a la reunión pre-
7

sinodal en la que participarán jóvenes de diferentes lenguas y culturas, junto


con expertos, educadores y formadores juveniles, para una consulta en
referencia a la próxima Asamblea Ordinaria General del Sínodo de los
Obispos sobre el tema Los Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional,
pautada para el mes de octubre de 2018; y el segundo, la convocatoria a una
Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos para la región amazónica,
que tendrá lugar Roma en el mes de octubre de 2019. Estos dos eventos
comprometen desde ahora a nuestra Conferencia Episcopal en su preparación,
sus aportes y sus resultados.
5. I Jornada Mundial de los Pobres
El pasado 19 de Noviembre, la Iglesia en Venezuela se unió con vivo
entusiasmo, a la I Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa
Francisco al final del año jubilar extraordinario de la misericordia, mediante
su carta apostólica Misericordia et misera, publicada el 21 de noviembre de
2016. Esta Jornada, muy cercana a la solemnidad de Cristo Rey, tuvo como
objeto mostrar que el reinado de Cristo no se sustenta en el poder y el lujo,
como los reinos de esta tierra, sino en la proclamación profética de la dignidad
del pobre y su liberación de la pobreza por la acción de la caridad y la
solidaridad. “En ese domingo –escribió el Papa- si en nuestro vecindario viven
pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el
momento propicio para encontrar al Dios que buscamos. De acuerdo con la
enseñanza de la Escritura (cf. Gn 18, 3-5; Hb 13, 2), sentémoslos a nuestra
mesa como invitados de honor” (FRANCISCO, 13 de junio de 2017). Con
innovadoras iniciativas todas nuestras diócesis llevaron a cabo la tarea de
concienciar a los católicos sobre su compromiso social, nacido del Evangelio,
de mejorar la situación social del país mediante la solidaridad, a partir de las
cosas pequeñas de la vida ordinaria de cada día.
6. Encuentro de laicos con responsabilidades políticas en Latinoamérica
Con poco relieve mediático, pero con extraordinaria significación, se llevó a
cabo en Bogotá, durante los días 1 a 3 de diciembre pasado, el Encuentro de
8

Laicos con responsabilidades políticas en Latinoamérica. La idea fue del


propio Papa Francisco, puesta en escena por la Pontificia Comisión para
América Latina (CAL). El Dr. Guzmán Carriquiry, Secretario de la misma con
encargo de Vice-Presidente, desarrolló una Conferencia titulada “Las grandes
prioridades y desafíos de la política en América Latina, según el Magisterio
del Papa Francisco y del Episcopado Latinoamericano”. Fue igualmente
novedoso e interesante el pánel: Qué dicen los políticos a los pastores y a las
comunidades cristianas y Qué dicen los pastores a los políticos. El Encuentro
concluyó con la Conferencia del Cardenal Sergio Da Rocha, Presidente de la
Conferencia Episcopal de Brasil, sobre una interrogante que, al menos, en
nuestro país es aún “materia pendiente” por responder: ¿Cuáles han de ser
las características fundamentales del testimonio y acción del católico en la
política, a la luz del magisterio del Papa Francisco y del servicio a los
pueblos latinoamericanos? De Venezuela participaron en el Encuentro dos
políticos.

7. Congreso latinoamericano en Medellín


En este año, entre el jueves 23 y el domingo 26 de agosto, se celebrará en la
ciudad de Medellín un Congreso latinoamericano que, en palabras del
CELAM, busca reconocer con gratitud la aplicación de [la doctrina de]
Medellín en nuestras iglesias particulares, profundizar en algunos de los
temas fundamentales, que siguen siendo actuales en el presente, examinar
nuevos signos de los tiempos de hoy y proyectar una acción evangelizadora
que tenga en cuenta el espíritu de esa II Conferencia, enriquecido con el
Magisterio de la Iglesia latinoamericana, así como el Magisterio Pontificio,
especialmente con la enseñanza del Papa Francisco (CELAM, Documento
base de organización).
Nuestra Iglesia venezolana se dispone no sólo a recordar el acontecimiento
sino también a revivir el espíritu de Medellín, pues, como dijo el Papa
Francisco, Es más cómodo transformar (estos acontecimientos) en recuerdos,
9

de los cuales se celebran los aniversarios:¡50 años de Medellín, 20 de


Ecclesia in America, 10 de Aparecida! En cambio, es otra cosa: custodiar y
hacer fluir la riqueza de tal patrimonio (Discurso al CELAM, Bogotá, 07-09).
El 17 del presente mes de Enero se abre el Año Jubilar de los ochocientos
años de la Orden de la Merced. Saludo a Mons. Ulises Gutiérrez, Arzobispo
de Ciudad Bolívar, miembro de la Orden.

En el mes de Septiembre la Conferencia Episcopal realizará su Visita ad


Limina Apostolorum, la renovación de su fe ante los sepulcros de los santos
Apóstoles Pedro y Pedro, el encuentro con el sucesor de Pedro, el Papa
Francisco, y con los Dicasterios romanos de la Santa Sede.
Este panorama esperanzador de la Iglesia aviva la memoria, anima la misión
de los pastores, nos señala las líneas de acción y nos pide respuestas. Pero, por
otra parte, contrasta con la situación de nuestros pueblos y naciones. Sobre
ella reflexionará nuestra Asamblea, durante estos días, en búsqueda de
conciencia renovada, decisiones oportunas, acciones adecuadas.
PANORAMA NACIONAL
9. Balance del año 2017
El año 2017 los venezolanos no lo hemos vivido; ante todo, lo hemos sufrido.
Entre Abril y Julio más de 130 muertos, 1500 heridos y miles de detenidos,
llevados a la cárcel ilegalmente. En los últimos meses ha crecido y se ha
extendido de modo acelerado el malestar general del país. La comida y la
medicina no sólo escasean sino que, cuando aparecen, aumentan
exorbitantemente de precio cada día.
Pero no hay que resignarse o acostumbrase al mal que viene de las decisiones
erradas, de la violencia, la injusticia o la mentira. La primera reacción ha de
ser de rebeldía interior, como signo de “salud moral”. Porque estos males, y el
mal en sí mismo, cuyo origen está fuera del ser humano, no son, en modo
10

alguno, creación de Dios, sino que fueron sembrados de noche, por el


Maligno, como la cizaña, en el corazón del hombre (cf Mt 13,24-30), cuando
éste, engañado, decidió apartarse de Dios, fuente de todo bien, para seguir un
camino errado.. No es pues, Dios el que inflige daño a los hombres sino el
hombre mismo cuando actúa con un corazón torcido, una inteligencia
distorsionada, una voluntad seducida No hay, por tanto, que someterse, ni
resignarse ni renunciar a la calidad de vida a que todos tenemos derecho.
El sufrimiento actual del pueblo venezolano es de carácter ideológico, ético-
político y económico. La raíz del sistema político que nos gobierna es el
marxismo castrista, traducido en criollo como “Socialismo del Siglo XXI”,
repetidas veces denunciado por nosotros, pastores, en nuestros documentos.
De esa raíz ideológica nacen una política económica equivocada,
científicamente desactualizada, técnicamente superada e históricamente
fracasada en cuantos países ha sido lamentablemente aplicada, una
organización política de manifiesta intención excluyente, una inclinación a
perpetuarse en el poder y una política histórico-cultural y comunicacional de
talante fiscal y centralizador.

Es bueno refrescar la memoria y tener presente que fue justamente la lucha


contra la corrupción, el argumento principal que invocó en 1992 la
nomenclatura cívico/militar que hoy nos rige, para irrumpir contra el
Gobierno legítimo y democrático del momento. Lo que por ahora sucede en
el país constituye una burla trágica de aquel fracasado intento, porque el
actual Gobierno, no democrático en sus decisiones, actuaciones y proyectos,
no es tampoco legítimo en su desempeño
La asamblea nacional constituyente es un engendro estratégico de carácter
político que no es ni originaria, ni plenipotenciaria, puesto que lo originario es
sólo el poder soberano del pueblo. Todos los demás poderes son constituidos
y están regulados por la Constitución vigente hasta tanto el pueblo, en
consulta, decida y manifieste que quiere darse una nueva constitución,
mediante sufragio universal y directo que lo confirme.
11

10. La Iglesia es pueblo


La Iglesia, aunque por naturaleza trasciende toda noción étnica de “pueblo” y
no puede identificarse con ninguno en particular, es también “pueblo”, tanto
en el sentido religioso-cultual como en el político-social, por ser una amplia
comunidad, encarnada en la cultura y abierta a todos, pero que se distingue de
la sociedad común. . Ella levanta su voz, la de sus fieles y pastores, en defensa
de la vida y de los derechos del mismo pueblo. Esta postura es una opción
justa y necesaria de la Iglesia en Venezuela; es lo propuesto hace cincuenta
años por la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en
Medellín y más recientemente por el magisterio pontificio, y hoy,
particularmente, del Papa Francisco.
A nosotros, Pastores, nos preocupa sobremanera la vida de nuestro pueblo: su
salud, su alimentación, sus medicinas, su seguridad, su empleo, su educación,
pero de modo particular, su identidad espiritual de autenticidad cristiana y su
consecuente vida moral. Nos duele la situación inhumana en que viven la
mayoría de los presos, comunes y políticos, acrecentado este dolor con la pena
de que el sistema penitenciario ni siquiera nos permite visitarlos.
11. Las consecuencias socio-políticas del anuncio del Evangelio.
La Iglesia no tiene como tarea propia el cambio directo de las estructuras
sociales y políticas por sí mismas en cada pueblo o nación sino, ante todo, el
anuncio del Evangelio. Pero como consecuencia inmediata de ese anuncio, el
discernimiento de su identidad y misión a partir de una opción explícita por el
pueblo pobre y su cultura.
A su vez, el anuncio evangélico, si es íntegro, conduce a la liberación del
pueblo de cualquier clase de opresión, política, social, moral o económica. La
Iglesia, por tanto, no es neutral ni en el anuncio ni en su praxis
evangelizadora. Los destinatarios de su mensaje y su acción son, en primer
lugar, los pobres, los oprimidos y los excluidos. Ella tiene sus preferencias,
12

aunque no excluyentes, como las tuvo el mismo Jesucristo. El inauguró su


misión profética y evangelizadora en la sinagoga de Nazaret con este
llamativo anuncio liberador: El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado con su unción para anunciar a los
pobres la Buena Nueva; me ha enviado a proclamar la
liberación de los oprimidos, a dar la vista a los ciegos, a poner
en libertad a los presos y a proclamar un año de gracia del
Señor (Lc 4,18-19).

Jesús –comenta el Beato Papa Pablo VI -como núcleo y centro de su Buena


Nueva anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es liberación de todo
lo que oprime al hombre (cf Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 9).
Hoy en Venezuela, como en tiempos de Jesús, los oprimidos son la mayoría
del pueblo, sin distinciones de clase o ideología. El anuncio evangelizador,
por consiguiente, no puede desentenderse de la suerte de nuestro pueblo ni
dejar de apoyar todo lo que evangélica y legítimamente lleve a su liberación.
Este es uno de los principales desafíos de nuestra Iglesia en el momento
actual. Un desafío que no nace de una opción política sino del corazón mismo
del Evangelio, del corazón de Cristo, pues, junto a las Bienaventuranzas del
Reino de Dios, su proclama imperecedera es: Vengan a mí todos los que
están cansados y agobiados y yo los aliviaré (Mt 11,28).
En la actual coyuntura –escribe Mons. José Luis Azuaje Ayala, actual primer
Vicepresidente de esta Conferencia Episcopal- los Obispos han sido
conscientes de lo que sucede en el país, han compartido diagnósticos con
diversos sectores, han asumido responsabilidades que quizás se sitúan en la
frontera de su misión, y han sufrido también los vaivenes del mundo de la
coyuntura política por decir verdades que duelen y que muchas veces no se
quieren oír. Y concluye con esta cita de la Encíclica de San Juan Pablo II,
Pastores de la grey: Ante estas situaciones de injusticia …, que abren
inevitablemente la puerta a conflictos y a la muerte, el Obispo es defensor de
los derechos del hombre…Predica la doctrina moral de la Iglesia, defiende el
13

derecho a la vida desde la concepción hasta su muerte natural…., asume la


defensa de los débiles, haciéndose voz de los que no tienen voz para hacer
valer sus derechos… (PG, 67) (J.L. Azuaje: El magisterio episcopal ante una
realidad interpelante, Cáritas de Venezuela, Colección Mensaje Social 2,
Caracas, 2009.
Esta Conferencia Episcopal ha intentado, y en parte lo está logrando, ofrecer
al país, desde Cáritas, Invecapi y Apep una ayuda efectiva e inmediata en
alimentos, medicinas, educación y capacitación para el trabajo. No se ha
quedado en el mero asistencialismo. Ha implementado el análisis, la
investigación y diversos programas socio-educativos, todos vigentes. Marca
pauta en este momento el Programa SAMAN, de Cáritas, es decir, el Sistema
de Alerta, Monitoreo y Atención en nutrición y salud, cuya finalidad es librar
a los niños comprendidos entre 0 y 5 años de edad de la desnutrición
galopante. Este programa hace ver la inhumana realidad de centenares de
infantes, ayuda a las familias de menos recursos y alerta a la población y al
Gobierno sobre los riesgos de predecibles enfermedades cerebrales que
pueden causar estragos –ya hay, desgraciadamente, más de un indicio en ese
sentido - en una generación que da sus primeros pasos para incorporarse
sana e integralmente a la sociedad.
12. Proceso de negociación política.
Aunque el problema fundamental de Venezuela no es sólo político, los
venezolanos hemos dejado que la política lo invada todo o casi todo, lo
coloree y lo determine. De tal modo que si cambia la política, todo o casi todo
cambia. El proceso de negociación política que está previsto continuar en
República Dominicana dentro de pocos días es en sí válido y necesario,
porque la búsqueda de entendimiento entre adversarios, en concreto el
Gobierno y la representación partidista de la Oposición democrática, es
razonable, y se justifica en la medida en que contribuya a cambiar la
calamitosa situación del país. Una negociación sin resultados favorables para
el pueblo sería un fracaso.
14

No obstante, este proceso de negociación no tiene el favor mayoritario del


pueblo. Genera, por el contrario, suspicacia, pues el pueblo no tiene confianza
ni en los actores ni en la claridad de los objetivos ni en la consistencia de sus
condiciones. Ha faltado comunicación asequible y transparencia sobre todo el
proceso. Nuestro mejor deseo, sin embargo, es que la negociación llegue a un
acuerdo creíble, ponderado y realizable: por ejemplo, la reestructuración
equilibrada del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la garantía internacional
de las elecciones presidenciales libres, justas, y confiables, en un clima de
suficiente paz social sostenida por el respeto efectivo al pluralismo y la
diversidad.
Si la negociación no llega a un acuerdo, reitero, aumentarán la desilusión de
la gente y la amenaza de que se suelten los demonios del poder.
13. Las protestas por el hambre.
Desde hace algunos días, en numerosos sitios del país, se vienen realizando
contra el régimen manifestaciones de protesta, con destrozos y saqueos de
negocios, motivadas por el desabastecimiento de alimentos y gasolina. Puede
decirse que se va desarrollando paulatinamente en el país un proceso de
convulsión social.
El hambre de un pueblo, en particular, no se logra resolver estructuralmente
ni con bolsas de comida, ni con bonos mensuales. Estas son medidas de
emergencia aplicadas en poblaciones que han sufrido grandes inundaciones,
terremotos y tsunamis. Esas bolsas si, por una parte son un paliativo, por otra
crean hábitos de mendicidad. A este desastre económico, cuyos nefastos
resultados padecemos todos, sin distinción, se añade la más inescrupulosa
corrupción en los dominios del oficialismo y en su vecindario dependiente.
¡Un cuadro dantesco! O los tribunales del país la castigan con justicia o se
escribirá en el frontispicio de los mismos aquella sentencia condenatoria de la
Divina Comedia: Lasciate qui ogni speranza!
15

Puesto que los pronósticos de los analistas e intérpretes sociales son


desalentadores para los días por venir, es tarea de los venezolanos, encontrar
la justa y pronta respuesta al hambre en la solidaridad. ¡A los cristianos, la
caridad de Cristo nos urge a socorrer a los más necesitados! (2 Co 5,14). Y
nos obliga también en conciencia a evitar acciones que contribuyan a
aumentar la violencia, dañar la propiedad ajena y responder con odio y con
armas las injurias sufridas. El perdón y la reconciliación son la base de la
solidaridad y la paz.
14. Conclusión
Los Obispos comenzamos hoy nuestra Centésima Novena Asamblea
Ordinaria con profunda fe en el Dios liberador y con gran fe en el pueblo
venezolano. Sabemos de su nobleza, de su jovialidad para enfrentar los
reveses, de su capacidad de resistencia frente a dictaduras y malos gobiernos,
de su espíritu indómito con el que canta: sobre la tierra, la palma y sobre la
palma, los cielos; sobre mi caballo yo, y sobre yo mi sombrero. Un pueblo,
sobre todo, que profesa su fe, y hace su camino con Dios y la Virgen.
Muchas gracias.
16

Você também pode gostar