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ESTRATEGIA
DE RECONSTRUCCIÓN Y
RECUPERACION
DEL TERREMOTO DE CHILE
DEL 27 DE FEBRERO DE 2010
Borrador para discusión
17 de mayo de 2010
Este documento fue preparado por la Unidad de Evaluación de Desastres de la CEPAL .
Los límites y los nombres que figuran en los mapas de este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial ni
terminológica, no implican su apoyo o aceptación oficial por las Naciones Unidas.
3
CONTENIDO
Presentación .....................................................................................................................................4
1. Introducción .................................................................................................................................5
a) Breve descripción resumida del evento ...................................................................................5
b) Aspectos regionales y consideraciones sobre el desarrollo territorial y políticas de
planificación urbana.....................................................................................................................8
c) La situación del país antes del desastre .................................................................................10
d) Visión general de la situación post desastre ..........................................................................10
2. Estrategia y prioridades para la reconstrucción y recuperación.................................................15
3. Recomendaciones para la rehabilitación y la reconstrucción ....................................................21
a) De corte transversal ...............................................................................................................21
i) Para un mayor equilibrio regional ......................................................................................21
ii) Para mayor eficiencia energética.......................................................................................22
b) De carácter sectorial ..............................................................................................................23
i) Sectores sociales.................................................................................................................23
ii) Sectores productivos..........................................................................................................28
-Agropecuario .....................................................................................................................30
-Turismo..............................................................................................................................35
iii) Infraestructura de transporte y servicios básicos..............................................................37
-Diseño, reforzamiento y resiliencia de la infraestructura ..................................................37
-Institucionalidad de la infraestructura de obras públicas...................................................40
iii) Aspectos ambientales ..................................................................................................41
4. Gestión integral del riesgo .........................................................................................................44
a) Antecedentes sobre riesgo y vulnerabilidad de Chile............................................................46
c) Análisis de riesgo (evaluación de amenazas, vulnerabilidad, escenarios de eventos
extremos)....................................................................................................................................48
d) Gestión financiera del riesgo (mecanismos de transferencia del riesgo, seguros y
coaseguros). ...............................................................................................................................48
e) Ordenamiento territorial y planificación urbana.................................................................51
f) El uso de los sistemas más avanzados de comunicación para reducir el riesgo .................53
5. Más allá del terremoto: nuevos vínculos analíticos entre cambio climático y desastres .......55
ANEXO I .......................................................................................................................................58
MECANISMOS Y SUGERENCIAS PARA LA RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN
SOCIO-ECONÓMICA ANTE DESASTRES...............................................................................58
ANEXO II......................................................................................................................................68
ANÁLISIS COSTO-BENEFICIO DE INSTRUMENTOS DE REDUCCIÓN DEL RIESGO....68
ANEXO III.....................................................................................................................................72
CUADRO COMPARATIVO DE PROCESOS INTERNACIONALES DE EVALUACIÓN
POST DESASTRES ......................................................................................................................72
4
Presentación
Este documento ha sido elaborado por CEPAL, con la colaboración del Banco Mundial, a
solicitud del Ministerio de Hacienda de Chile, y tiene como propósito aportar algunos
lineamientos para la reconstrucción y recuperación después del sismo y tsunami sufrido por
varias regiones del país el 27 de febrero de 2010.
Producto de varias reuniones sostenidas entre los equipos técnicos de la CEPAL y del Ministerio
de Hacienda, particularmente el 30 de abril y el 3 de mayo del año en curso, se acordaron el
plazo y una metodología de trabajo ad-hoc para cumplir con la solicitud del Ministerio de
Hacienda.
1. Introducción
El terremoto del 27 de febrero del 2010 que asoló seis regiones de Chile es considerado el
segundo más fuerte de la historia del país y uno de los 5 de mayor intensidad registrados en el
mundo. A nivel nacional es segundo en comparación con el terremoto de Valdivia de 1960, el
terremoto de mayor intensidad alguna vez registrado por sismógrafos. De acuerdo al Servicio
Geológico de Estados Unidos (USGS), el terremoto alcanzó una magnitud de 8,8 en la escala
Mw. La medición de diversos servicios geológicos se presenta en el cuadro 1.
CUADRO 1
DESCRIPCIÓN DEL SISMO DEL 27 DE FEBRERO DE 2010 CONFORME A DIVERSOS SERVICIOS
SISMOLÓGICOS
Tiempo
Profundidad
Agencia Origen Latitud °S Longitud °W Magnitud
(km)
(UTC1)
National Earthquake Information
06:34:14 35.909 72.733 35 8.8
Center (NEIC) (EE.UU.)
Centro Sismológico
Mediterráneo-Europeo EMSC 06:34:14.1 35.888 73.043 30 8.8
(Francia)
Sistema Sismológico Nacional
06: 34:12 36.208 72.963 47 8.8*
(SSN) (Chile)
Fuente: Servicio Sismológico, Universidad de Chile
El epicentro del terremoto fue frente a la costa de la región del Maule, aproximadamente 8 Km.
al oeste de Curanipe y 115 Km. nor-noreste de la segunda ciudad más grande de Chile,
Concepción. Este movimiento telúrico afectó desde Santiago a Temuco, lo que representa
aproximadamente una distancia de 700 kilómetros e incluye las regiones de Valparaíso,
Metropolitana de Santiago, O'Higgins, Maule, Bío Bío y La Araucanía, que acumulan más de 13
millones de habitantes, cerca del 80% de la población del país. Sin embargo, son las regiones de
O'Higgins (VI), Maule (VII), Bío Bío (VIII), donde alcanzó la mayor incidencia. Las ciudades
1
UTC, o tiempo universal coordinado. El tiempo universal coordinado, o UTC, en español, también conocido como
tiempo civil, es el tiempo de la zona horaria de referencia respecto a la cual se calculan todas las otras zonas del
mundo. Es el sucesor del GMT (Greenwich Mean Time: tiempo promedio del Observatorio de Greenwich, en
Londres) aunque todavía coloquialmente algunas veces se le denomina así. La nueva denominación fue acuñada
para eliminar la inclusión de una ubicación específica en un estándar internacional, así como para basar la medida
del tiempo en los estándares atómicos, más que en los celestes. En el caso de Chile, UTC-4 en Chile continental, el
Archipiélago Juan Fernández y el Territorio Chileno Antártico (UTC-3 en Horario de verano)
2
GEOFON Program. E.g. GFZ es un nodo clave del Centro Sismológico Mediterráneo Europeo/European
Mediterranean Seismological Centre (EMSC)
6
que sufrieron la mayor fuerza destructiva del sismo (VIII en la escala de intensidad de Mercali),
fueron Talcahuano, Arauco, Lota, Chiguayante, Cañete, y San Antonio. El terremoto fue sentido
en la capital Santiago con una intensidad 7 en la escala de Mercali (muy fuerte). El terremoto
generó un alerta de tsunami para el Pacífico que se extendió a 53 países localizados a lo largo de
la cuenca, incluidos el Perú, el Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, la Antártida,
Nueva Zelandia, Polinesia Francesa y la costa de Hawai.
Según el USGS, este terremoto ocurrió en la frontera de las placas tectónicas Nazca y
Suramericana. Las dos placas convergen a una tasa de 70mm por año (ver mapa). El terremoto
ocurrió como una solapadura en la interfaz entre las dos placas, con la placa Nazca terminando
por debajo de la placa Suramericana. Como secuela al sismo se produjo un fuerte tsunami que
golpeó la costa chilena, destruyendo o devastando varios pueblos. El archipiélago Juan
Fernández, a pesar de no haber sufrido el terremoto, fue impactado por los tsunamis que
devastaron su única población, San Juan Bautista.
A nivel nacional, el evento afectó un área geográfica donde habita el 80% de la población. Las
tres regiones afectadas suman aproximadamente 4 millones de personas (un 23% de la población
nacional), de las cuales prácticamente la mitad quedaron damnificadas. El número de víctimas
fatales ascendió a 5214.
Tras el evento ocurrieron hasta el 29 de marzo 458 réplicas significativas (ver mapa 2) , con
consecuencias menores pero acumulativas sobre el evento principal, incluso ocasionándose un
corte generalizado de energía eléctrica en el país. El evento y sus secuelas se reflejan en la
cantidad de desplazamiento en el contacto entre las placas de Nazca y Sudamericana, que
alcanza valores máximos del orden de 12 m.5
El impacto territorial y los escenarios de costo (daños y pérdidas) se correlacionan con las
características del evento (terremoto, tsunami o ambos) y sus efectos e impacto en diferentes
3
Servicio Sismológico, Informe Técnico, Terremoto Cauquenes 27 febrero 2010, Universidad de Chile, Santiago, 3
Abril 2010, p. 9
4
Ministerio del Interior, 15 de Mayo de 2010.
5
Servicio Sismológico, Informe Tecnico, Terremoto Cauquenes 27 febrero 2010, Universidad de Chile, Santiago, 3
Abril 2010.
7
áreas. En cada una de las regiones se distinguen básicamente tres áreas: zonas costeras, valles
agrícolas y ciudades de tamaño medio y áreas metropolitanas.
MAPA 1
Cabe apuntar el hecho de que, si bien cada desastre tiene características diferentes en cuanto al
monto y distribución de los efectos sobre una economía y sociedad, que dependen del tipo e
intensidad del fenómeno que lo origina y de las características propias de la sociedad y economía
en que se producen en cuanto a la resiliencia o vulnerabilidad de las mismas, existen tendencias
o grandes marcos acerca del patrón de daños y las pérdidas económicas. Para el caso de un
terremoto, es usual que los mayores daños surjan en los sectores de vivienda, infraestructura de
transporte, industria y comercio. Para los tsunamis, en cambio, serán las instalaciones costeras y
portuarias que se suman a los asentamientos humanos y locales industriales y comerciales en los
bordes costeros expuestos.
8
Todo desastre incide de manera diferencial en distintas regiones, áreas o zonas, lo que se
sobrepone a las características de desigualdad inter e intrarregional previas al mismo. Ello
determina que se tengan que aplicar medidas desiguales para no agrandar las brechas de
desigualdad preexistentes. Destaca que justamente las zonas afectadas presentan
simultáneamente una alta densidad demográfica, índices de pobreza superiores al promedio
nacional (particularmente en la VIII y IX regiones) y una elevada contribución al producto
interno bruto (ver mapa 2)
De otra parte este evento tuvo un impacto territorial en diferentes áreas. En cada una de las
regiones se distinguen básicamente 3 áreas: zonas costeras, valles agrícolas y ciudades de tamaño
medio y áreas metropolitanas. Por lo mismo los efectos son ciertamente más significativos a
nivel regional o local y ello no necesariamente se refleja en un impacto similar a nivel
macroeconómico como consecuencia de los proceso de agregación.
Con la excepción de la Región Metropolitana, las más afectadas por el terremoto tenían un PIB
per cápita por debajo del promedio nacional y con la excepción de las regiones del Maule y la
Araucanía todas las demás presentaron una tasa de crecimiento inferior al promedio nacional en
el citado período (Ver Cuadro 1). Consistente con esta dinámica del PIB per cápita interregional,
el porcentaje de pobreza al 2006 de las Regiones de Valparaíso, 15,3%, Maule, 17,7%,
Araucanía, 20,1%, y Bío Bío, 20,7%,7 superaron al promedio nacional, 13,7%. Por su parte la
Región Metropolitana registró un 10,6% y la de O’Higgins, 11,4%. Adicionalmente Silva et al
(2010) presentan para el 2007 un análisis utilizando el Índice de Desarrollo Social8 interregional
y las Regiones Maule, Araucanía, Bío Bío y Ohiggins aparecen catalogadas como de bajo de
desempeño social.
Igualmente, con relación a la reciente crisis económica, la desaceleración del PIB en 2009 se
tradujo en un incremento del desempleo a nivel nacional de 1,9 puntos porcentuales. Las
Regiones de O’Higgins, 2,1 por ciento, Bío Bío, 2,6 por ciento y Araucanía, 2,4 por ciento
superaron esa cifra.
6
Esta sección está basada en Silva, I., L. Riffo y S, Gónzalez (2010) “La Economía Regional de Chile en el período
1985-2009: Referencia Especial a las Regiones más Afectadas por el Terremoto del 26 de febrero de 2010” Mimeo
ILPES-CEPAL
7
Las regiones de Bío Bío y Araucanía presentaron los máximos registros a nivel nacional.
8
Este es un indicador compuesto de nueve subíndices: mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer, años de
estudio, nivel de alfabetismo, de población entre 18-24 años que asiste a un centro de educación superior, de
población entre 25-34 años que posee educación superior, de hogares que poseen distribución de agua por cañería,
de hogares que poseen acceso a red de alcantarillado y de nivel de ingresos promedio del hogar.
9
CUADRO 2
PIB PER CÁPITA Y TASAS DE CRECIMIENTO REGIONAL EN CHILE, 1985-2007
(promedio anual)
Región 2007 Indice PIB Crec. PIB total Crec. Poblac. Crec. PIB pc
III de Atacama 4,142,962 122 5.8% 1.5% 4.3%
XI de Aysén 4,012,259 118 5.7% 1.6% 4.1%
II de Antofagasta 7,230,055 213 5.7% 1.9% 3.8%
IV de Coquimbo 2,049,987 60 5.4% 2.0% 3.5%
I de Tarapacá 4,730,867 139 5.3% 2.2% 3.1%
Met. de Santiago 4,034,015 119 5.3% 1.7% 3.6%
X de Los Lagos 2,386,252 70 5.3% 1.3% 3.9%
VII del Maule 2,209,812 65 4.9% 1.1% 3.8%
IX de La Araucanía 1,614,457 48 4.7% 1.2% 3.5%
V de Valparaíso 2,859,463 84 4.0% 1.3% 2.6%
VI de O'Higgins 2,587,424 76 3.9% 1.5% 2.5%
VIII del Bío-Bío 2,873,501 85 3.7% 1.0% 2.7%
XII de Magallanes 5,308,785 156 1.7% 0.7% 1.0%
Chile 3,394,814 100 4.9% 1.5% 3.4%
Fuente: ILPES, sobre la base de informaciones del Banco Central.
Como puede desprenderse de todas estas cifras regionales las tres Regiones más afectadas por el
terremoto del 27 de febrero de 2010, Maule, O’Higgins y Bío Bío presentan cierto rezago con
respecto a la mejora en los indicadores sociales y económicos alcanzados por Chile en el pasado
reciente. Esto es importante a tenerse en cuenta en el establecimiento de la línea base debido a
que debe evitarse confundir el efecto causado por el evento natural con las necesidades legítimas
que existían en esas regiones. Es claro, que la reconstrucción podría ser una oportunidad
importante para proceder al cierre de las brechas antes mencionadas.
En el caso de las zonas afectadas por el sismo en Chile, resulta de utilidad contar con un análisis
que muestre la “tipología” diferencial del desarrollo regional observado. En el período 1985-
2007, Chile fue el país latinoamericano que registró la mejora más importante en términos de
crecimiento económico. Sin embargo este resultado no ha sido equitativo cuando se mira al
interior de Chile.( Ver figura 1)
FIGURA 1:
CUADRANTES DE DESEMPEÑO ECONÓMICO Y SOCIAL POR REGIONES DE CHILE,
1985-2007
DINAMICOS Y BAJO PIB PC DINAMICOS Y ALTO PIB PC
(“CONVERGENTES”) (‘GANADORES”)
Deficiente desempeño socia Buen desempeño social Deficiente desempeño social Buen desempeño social
Maule Aysén
Coquimbo Antofagasta
Atacama
Los Lagos Tarapacá
Región Metropolitana
NO DINAMICOS Y BAJO PIB PC NO DINAMICOS Y ALTO PIB PC
(‘ESTANCADOS”) (“DECLINANTES”)
Deficiente desempeño Buen desempeño social Deficiente desempeño Buen desempeño social
social social
Araucanía
Bío Bío Valparaíso Magallanes
O’Higgins
Fuente: ILPES, sobre la base de información del Banco Central.
10
El desastre encuentra a Chile en una etapa de transición, empezando a superar las secuelas de la
crisis internacional que, si bien no tuvo el mismo impacto que en otros países de la región, si
tuvo mayor profundidad en algunas zonas del país –algunas de las cuales serían justamente las
que el terremoto y tsunami azotaron con mayor fuerza. Si bien el 2009 fue un año negativo en
términos de crecimiento, las políticas contracíclicas adoptadas y el paulatino mejoramiento en el
entorno externo para Chile permitía prever una considerable mejoría durante 2010, apoyada en la
recuperación de la demanda interna (merced a mejores condiciones crediticias y mejoras en la
expectativas) y en el continuado dinamismo de la demanda externa por las principales
exportaciones chilenas.
De este modo, para el 2010, la CEPAL proyectó un crecimiento de 4,5% con tendencia al alza.
Como consecuencia, las tasas de desempleo, que desde finales de 2009 venían reduciéndose,
continuarían su trayectoria descendente.
El plan del nuevo gobierno10 planteaba en el escenario económico post crisis mantener el
equilibrio macroeconómico y continuar con una inflación controlada, para lo cual el gasto
público debía crecer moderadamente en el futuro. Así, se proyectaba un incremento promedio en
torno al 4 a 5% real en el período 2010-2013. Los ingresos fiscales para financiarlo provendrían
del aumento de recursos generados por el mayor crecimiento económico, la mayor eficiencia del
aparato público, la reducción de la evasión tributaria y los perfeccionamientos tributarios
destinados a gravar actividades que generan externalidades negativas en la sociedad. De esta
forma, el déficit fiscal efectivo de aproximadamente 4% del PIB que se anticipaba tendría el país
en 2010 sería reducido en forma gradual.
Una primera mirada al impacto del desastre evidenció que, si bien no se anticipaban impactos
macroeconómicos que alterasen significativamente el comportamiento previsto de la economía
del país, sí había sectores, actividades productivas, grupos de población y regiones con impactos
diferenciados y de significación. 11
9
Véase CEPAL, Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2009.
10
Programa de gobierno, para el cambio, el futuro y la esperanza Chile 2010 – 2014, Sebastián Piñera
Coalición por el Cambio.
(http://www.face.ubiobio.cl/webfile/media/229/descargas/Programa%20de%20Gobierno.pdf)
11
CEPAL (2010), Terremoto en Chile. Una primera mirada al 10 de marzo de 2010, Publicación de las Naciones
Unidas, LC/R.2159, Copyright © Naciones Unidas, marzo de 2010.
11
La necesaria modificación de las inversiones previstas si bien en el corto plazo tendrá un efecto
dinamizador en ciertos sectores y actividades, podría contribuir a una reducción en la velocidad
del crecimiento potencial de largo plazo. Este es un factor difícil de evaluar dado que las
expectativas de los inversionistas y de los consumidores se alteraron por efecto del desastre, si
bien no afectarían a las principales fuentes de crecimiento del país sino de manera marginal.
Sin constituir un recuento pormenorizado de los daños y las pérdidas, la información de que se
dispuso a la fecha proporcionadas por el Ministerio de Hacienda13, incluyendo el catastro
elaborado por dicho Ministerio a partir de información de diversas fuentes, aporta elementos
parciales sobre dichos daños y pérdidas14 e identifica, en varios sectores, las necesidades de
recursos de algunos componentes del sector público. Con base en esa información parcial se
pueden hacer algunas reflexiones acerca de las características generales del impacto sufrido y su
composición sectorial. Con base en esas informaciones el perfil del terremoto y tsunami del 27
de febrero y sus secuelas se visualizan en los términos siguientes.
Regionalmente la zona más afectada fue el Bío Bío (VIII Región), seguida de la VI, lo cual se
explica tanto por la mayor cercanía al epicentro como por la mayor vulnerabilidad de sus zonas
rurales y costeras. Llama la atención que, con base en la información parcial disponible
desagregada regionalmente, les siga en importancia la Región Metropolitana. Ello se explicaría
por la gran concentración poblacional y la alta densidad económica de la misma, que aglutina el
porcentaje mayor del PIB del país.
12
Programa “Chile Unido Reconstruye Mejor” (http://www.gobiernodechile.cl/informa/2010/03/31/programa-chile-
unido-reconstruye-mejor.htm)
13
Ministerio de Hacienda, Informe: Catastro de daños provocados por el terremoto (documento interno, abril
2010).
14
De acuerdo al Manual de Evaluación de desastres de la CEPAL, los “daños” se refieren a las afectaciones en
acervos o stock de capital, en cambio las “pérdidas” se refieren a variaciones en los flujos debido a menores
ingresos, mayores costos o a producción no realizada debido al desastre.
12
GRÁFICO 1
DISTRIBUCIÓN REGIONAL DEL IMPACTO DEL TERREMOTO DEL 27 DE FEBRERO Y SUS
SECUELAS
RM V VI
IX 15% 5% 9%
1%
VII
20%
VIII
50%
Fuente: CEPAL, sobre la base de cuadros de trabajo proporcionados por el Ministerio de Hacienda
GRÁFICO 2
EL PERFIL PARCIAL DEL DESASTRE
Composición sectorial de la información proporcionada
Turismo
Agua y saneamiento
Minería
Comunicaciones
Transporte
Agricultura
Energía
Salud
Educación
Vivienda
Fuente: CEPAL, sobre la base de cuadros de trabajo proporcionados por el Ministerio de Hacienda
13
Por grandes sectores, serían los sociales los que habrían tenido el mayor impacto si bien, de la
información disponible habría importantes daños en la infraestructura de transporte y
comunicaciones y se producirían cuantiosas pérdidas en los sectores productivos, no solo en el
momento inmediato sino en los meses subsiguientes.
Gráfico 3
Impacto identificado por grandes categorías
Patrimonio
cultural, urbano
y deportivo
1%
Infraestructura
10%
Sociales
54%
Productivos
35%
Fuente: CEPAL, sobre la base de cuadros de trabajo proporcionados por el Ministerio de Hacienda
De estos impactos, una porción importante la asume el sector privado que –en los estratos de
empresas de tamaño medio y grande y en las viviendas de mayor valor—tendrían cobertura de
aseguramiento. Son las pequeñas y microempresas y los hogares de los estratos de ingresos más
bajos los que, sin aseguramiento previo, requerirán el apoyo gubernamental más allá de la
atención en la emergencia y para superar el invierno.
Con este perfil bajo consideración es que requiere ser analizado el presupuesto de reconstrucción
y la estrategia a seguir.
La distribución de las inversiones a ser realizadas hasta el año 2013 principalmente destinadas al
subsidio de las viviendas necesarias para los estratos con escasa capacidad de recuperación,
seguida de cuantiosos recursos destinados a los sectores de la salud y la educación, y de la
reconstrucción de infraestructura. Ello requerirá ser complementado por instrumentos de apoyo
a la recuperación de las actividades productivas que estarían experimentando las mayores
pérdidas y, en consecuencia, las mayores necesidades.
14
GRÁFICO 4
Composición del presupuesto de reconstrucción
Resto 13.76%
Infraesructura 13.88%
Salud 25.41%
Educación 14.30%
Series1
Fuente: CEPAL, sobre la base de cuadros de trabajo proporcionados por el Ministerio de Hacienda
GRÁFICO 5
Fuente: CEPAL, sobre la base de cuadros de trabajo proporcionados por el Ministerio de Hacienda
15
Es con esta óptica que se avanzan algunas propuestas que, derivadas de la experiencia y
evidencia de procesos en otras regiones y países en el mundo tras desastres recientes de
magnitud significativa, delinean cómo hacer más sustentable y viable el proceso post desastre.
Las líneas estratégicas son tanto vinculadas a las necesidades sectoriales como en atención a las
diferencias regionales que el país presenta. Asimismo se hacen algunas recomendaciones en
relación a mecanismos de financiamiento y modalidades de reconstrucciones exitosas o
ensayadas en otras latitudes y se hace referencia a la recolección de información necesaria de
tipo socioeconómico para evaluar el impacto de un desastre, sus características y metodología de
compilación y análisis. Finalmente se alude al rol de los gobiernos locales en todo el proceso.
Por otra parte el proceso reconstructivo o de recuperación post desastre se inserta en déficit pre
existentes o brechas abiertas sobre las cuales, idealmente, las políticas públicas y el sector
16
privado estarían incidiendo para cerrarlas. Es decir que el desastre abre la oportunidad de
revisitar el modelo o paradigma pre existente e identificar brechas en que el avance de cierre era
menor o que, incluso antes del desastre, estaban agravándose (desigualdades regionales o entre
grupo sociales), y permite buscar opciones que combinen la atención a las necesidades
emergentes del desastre con cambios que reviertan tendencias negativas o aceleren el cierre de
brechas anteriores.
• Igualdad / equidad: Ante las desigualdades existente antes del desastre, la recuperación y
reconstrucción tras el mismo permitiría revertir tendencias de desigualdad y cambiar
hacia la generación de sinergias que reduzcan las brechas de desigualdad. En la misma
línea, el desastre no puede alterar condiciones de equidad pre existentes y cambiar
prioridades en el cierre de déficit preexistentes. Un problema frecuente tras desastres es
que en la reconstrucción se solucionan primero las necesidades de las víctimas del último
evento, postergando a aquellos que estaban desde antes en espera de que se atiendan sus
déficit y necesidades reconocidas anteriormente. Todo esfuerzo de cierre de brechas ha
de ser adicional, no en reemplazo o desplazando a la atención a necesidades ya en
proceso de atención anteriormente. Ello plantea problemas de costos de oportunidad y de
trade-off que muchas veces por razones de orden político o presión de medios o grupos
sociales afectados en el último evento, obligan a su atención prioritaria.
El tipo de instrumentos potencialmente aplicables y las áreas de incidencia de los mismos, más
allá de la reposición de lo destruido o la compensación de lo perdido, están resumidos en la
matriz siguiente:
Matriz de dimensiones e instrumentos para políticas de reconstrucción (sostenible, sustentable, con reducción
de brechas de desigualdad, con inclusión social)
Física (climática, sostenibilidad,
gobernabilidad
riesgo a desastres)
económicas (calidad del
Tipo de Sostenibilidad (algunos aspectos proceso de diseño,
Climáticas (ambiental y sociales (por ejemplo empleo)
instrumento fiscales, macro y implementación y
(emisiones y reducción del micro) seguimiento de
resiliencia) riesgo a iniciativas)
desastres)
Especificidad en el
uso de los recursos
Penalizar riesgos
generados a
creados /
Presupuestos plurianuales o regulares para mantener reducción, del
Impuesto a Incentivos fiscales
fondos de compensación a población afectada por riesgo, innovación
emisiones a medidas de
desastres tecnológica
reducción de
ahorradora de
riesgos
energía o reductora
de emisiones
Impuestos
Pago por Tasas diferenciales por sectores
Subsidios al específicos para
servicios (conforme nivel de afectación o
aseguramiento financiar
ambientales tamaño de las empresas)
reconstrucción
Subsidios
Específicos para
Fiscal reposición de Instrumentos específicos para Mecanismos de
Incentivos Subsidios a
acervos perdidos mujeres jefas de hogar, auditoría,
focalizados a procesos
(vivienda, autoempleados, con tenencia fiscalización y
eficiencia adaptativos frente
infraestructura irregular de vivienda, en el sector control y
energética al riesgo
productiva, informal reforzamiento
inventario, capital de institucional, marcos
trabajo) regulatorios cuya
Condicionalidad implementación sea
de exenciones a sujeto de vigilancia
Exenciones
cumplir con y evaluación
Incentivos a temporales de
prácticas de
innovación impuestos (a las Tasas diferenciales por sectores
reducción del
tecnológica para ventas, a la renta, (conforme nivel de afectación o
riesgo, mejoras
mitigación de predial, etc.) durante tamaño de las empresas)
tecnológicas,
emisiones procesos de
aplicación de
reconstrucción
normas
constructivas)
Impuestos prediales Mecanismos de
Ordenamiento Dar prioridad e incentivos a
o sobre la tenencia auditoría,
territorial con Ordenamiento procesos constructivos y de
de acervo fiscalización y
Infraestructural inclusión de territorial con reposición de infraestructura
diferenciales por control y
consideraciones análisis de mediante asignación de obras a
criterios de reforzamiento
de eficiencia amenazas / riesgo PYMES, MYPYMES y con alta
vulnerabilidad o institucional, marcos
energética generación de empleo
riesgo regulatorios cuya
Introducción de implementación sea
Penalización sujeto de vigilancia
criterios de diferenciada por no
eficiencia Capacitación y reentrenamiento y evaluación
cumplimiento de
energética y Normas y códigos normas ambientales, de mano de obra para facilitar su
reducción de de construcción de reducción del empleo en las obras de
emisiones en riesgo, de emisiones, reconstrucción de infraestructura
normas y códigos etc.
de construcción
19
Matriz de dimensiones e instrumentos para políticas de reconstrucción (sostenible, sustentable, con reducción
de brechas de desigualdad, con inclusión social)
Física (climática, sostenibilidad,
gobernabilidad
riesgo a desastres)
económicas (calidad del
Tipo de Sostenibilidad (algunos aspectos proceso de diseño,
Climáticas (ambiental y sociales (por ejemplo empleo)
instrumento fiscales, macro y implementación y
(emisiones y reducción del micro) seguimiento de
resiliencia) riesgo a iniciativas)
desastres)
Internalización Capacitación y reentrenamiento
Incorporación de
del costo de mano de obra en técnicas
costo de riesgo en
energético y apropiadas ("verdes", de
contratos de
valoración reforzamiento o procesos
licitación y
negativa de constructivos acordes con
concesión
emisiones normas reforzadas)
Incremento de
presupuestos para
innovación,
desarrollo
Evaluar diseño tecnológico y
Innovación adecuado vis-a-vis difusión de
tecnológica magnitud o tecnologías
"verde" intensidad del apropiadas
desastre ("verdes", de
eficiencia
energética, MDL, de
reducción del riesgo,
etc.)
Incorporación en
evaluación
Requerimientos de financiera de
redundancia proyectos la gestión Dar mayor peso a los efectos
(medios del riesgo y el sociales de los proyectos de
alternativos o aseguramiento de la reconstrucción de infraestructura
sustitutos) continuidad de
servicios ante
desastres
Fortalecer institucionalidad reguladora o rectora
Mejorar sistemas de recolección de información estadística posdesastre e inclusión de indicadores oportunos y actualizados
Institucional necesarios para la evaluación del impacto de desastres
Reglamentar mecanismos de fiscalización
Establecer líneas jerárquicas de autoridad, responsabilidad o comando y control
Instrumentos
financieros para
promover la Mecanismos de
innovación, auditoría,
desarrollo fiscalización y
Instrumentos financieros de apoyo
tecnológico y Instrumentos macroeconómicos control y
a PYMES y MYPYMES y
difusión de (mecanismos compensatorios, fondos reforzamiento
Financiero establecimiento de condiciones de
tecnologías preventivos, instrumentos "contra institucional, marcos
acceso al crédito apropiadas a sus
apropiadas eventos extremos" (seguros, bonos regulatorios cuya
capacidades gerenciales, de ofrecer
("verdes", de catastróficos, paramétricos, etc.) implementación sea
garantía patrimonial, etc.
eficiencia sujeto de vigilancia
energética, y evaluación
MDL, pago por
servicios
ambientales, etc.)
Instrumentos Instrumentos financieros de apoyo
financieros para Instrumentos microeconómicos a la capacitación y reentrenamiento
promover la (aseguramientos diferenciados por tipo de trabajadores en nuevas
innovación, de evento y características del tecnologías y para fortalecer la
desarrollo "asegurado", protección a PYMES a creación de empleo, incluyendo
tecnológico y MYPYMES) medidas específicas para favorecer
difusión de la contratación de mujeres
20
Matriz de dimensiones e instrumentos para políticas de reconstrucción (sostenible, sustentable, con reducción
de brechas de desigualdad, con inclusión social)
Física (climática, sostenibilidad,
gobernabilidad
riesgo a desastres)
económicas (calidad del
Tipo de Sostenibilidad (algunos aspectos proceso de diseño,
Climáticas (ambiental y sociales (por ejemplo empleo)
instrumento fiscales, macro y implementación y
(emisiones y reducción del micro) seguimiento de
resiliencia) riesgo a iniciativas)
desastres)
tecnologías Instrumentos financieros y de otro
apropiadas tipo que favorezcan la entrada en el
("verdes", de mercado de trabajo y la
eficiencia profundización de mercado de contratación de mujeres,
energética, aseguramiento (incorporación de incluyendo la provisión de
MDL, pago por sectores / grupos excluidos y dar garantía servicios sociales de apoyo
servicios o protección a no sujetos de crédito) (guarderías, etc.) mediante
ambientales, recursos que no incrementen el
etc.), focalizados costo de contratación a las
en PYMS y empresas de menor tamaño
MYPYMES Mecanismos de solidaridad para
Valorar adecuadamente el riesgo compensar el riesgo (transferir el
(internalización del riesgo en precios de riesgo) a sectores, grupos
mercado vs. externalización espuria del poblacionales o regiones con
riesgo) menores capacidades de
adaptación, mitigación o
recuperación
a) De corte transversal
Esto implica por una parte impulsar un conjunto de acciones que impacten de manera simultánea
diversos ejes del desarrollo regional y al mismo tiempo que estas acciones se inserten sobre un
marco nacional de políticas regionales que le den coherencia y sustentabilidad en el tiempo.
Algunas propuestas que pueden considerarse son las siguientes:
• Disponer en el más breve plazo de una política nacional de desarrollo regional que
considere el tema de las desigualdades regionales como factor clave y que, en particular en
esta primera fase, tenga una respuesta específica para las tres regiones más afectadas por el
terremoto. En vista de que la región del Biobío es el segundo polo económico y de población
del país, y que desde 1985, ha perdido su posicionamiento a nivel nacional, en términos
económicos y sociales, es fundamental enfocar estratégicamente la política nacional de
desarrollo regional hacia ella. La política descentralizadora debería fortalecer polos
económicos distintos a Santiago, tales como la región del Biobío, lo que podría permitir
recuperar y ampliar los niveles de desarrollo económico y social en la zona centro-sur del
país y generar una mayor diversidad de centros económicos de escala nacional.
permitirían eliminar las restricciones de acceso comunicacional que tiene el secano costero.
Algunos de los programas de inversión pública que se pueden identificar son: inversiones en
infraestructura vial, comunicación, obras de riego y otros de naturaleza similar, que
permitirían fortalecer y generar nuevas oportunidades de desarrollo productivo.
• Otras medidas que se pueden enumerar son: la aplicación de políticas de incentivos para
fortalecer la localización de empresas en zonas afectadas, el fortalecimiento de las
universidades públicas regionales para transformarlas en actores relevantes de los procesos
de desarrollo regional a partir del mejoramiento de sus capacidades de reflexionar sobre su
entorno y, por último, la utilización del programa Chile Compra, en aquellos ítems donde
exista oferta real, para privilegiar compras locales por parte del Estado, en especial de
pequeñas y medianas empresas.
b) De carácter sectorial
i) Sectores sociales
Una reconstrucción desde la perspectiva social ha de verse de manera integrada desde la
emergencia hasta la recuperación y reconstrucción. La atención a las urgencias en viviendas,
servicios sociales y otros apoyos contingentes adquiere mayor sentido aún en el marco de los
desafíos de mediano y largo plazo. La mirada estratégica radica, pues, en una reconstrucción que
promueva el desarrollo económico y social en las zonas afectadas. Por lo mismo es necesario un
análisis riguroso de las deudas y los desafíos previos al terremoto, así como de los medios de
vida que fueron afectados en las regiones más golpeadas por el sismo. Esta doble mirada de
estructura y emergencia debe ser sensible a las necesidades específicas por localidad, grupo de
edad, género y ocupación. Debe, asimismo, entender que la base de la reconstrucción arraiga en
la cohesión social de las comunidades.
Tras un examen detallado de las dificultades y desafíos preexistentes (desempleo, pobreza, oferta
de servicios sociales y protección social entre otros), es indispensable una perspectiva que vaya
más allá de quienes sufrieron daños directos en sus viviendas, e incorpore la pérdida o afectación
de empleos y activos generadores de ingresos, así como la interrupción y las dificultades para
retomar las actividades laborales y productivas de las personas. Sólo así podrán definirse
estrategias para restablecer y crear medios de vida durables para la población, mediante
24
Se agrupan las recomendaciones en los sectores sociales en torno a tres ejes: i) la provisión de
servicios sociales acorde a las carencias actuales (incrementadas por el desastre en las zonas
afectadas) y las necesidades de mediano plazo, ii) el restablecimiento de los medios de vida y los
empleos de las personas, prestando particular atención a la participación incrementada de las
mujeres en la economía mediante una mayor autonomía de ellas en la sociedad y iii) una
reconstrucción con cohesión social y mayor confianza en las instituciones.
A. Una reconstrucción de los servicios sociales acorde a las carencias actuales y a las necesidades
de mediano plazo
1. La reconstrucción debe verse como una oportunidad para cerrar brechas de desigualdad social y
territorial en el largo plazo. Los costos de la catástrofe son de gran magnitud, y algunas pérdidas no
son recuperables. Otras, particularmente las asociadas al patrimonio cultural, deberán reconstruirse de
la manera más semejante posible para facilitar la recuperación de las personas. En tanto, en otros
ámbitos las nuevas soluciones de inversión deben darse en el marco de estrategias de largo plazo, de
manera que permitan reducir desigualdades y procurar servicios de calidad para garantizar derechos.
En ello deben tomarse en cuenta las características propias de cada región y localidad en cuanto a:
pobreza y vulnerabilidad, mercado de trabajo (capacidad y oportunidades), ruralidad, etnicidad,
género y dinámica demográfica.
2. El capital social es clave para enfrentar la catástrofe y la reconstrucción, no sólo porque coloca a las
personas y sus redes de relaciones en el centro, sino porque es un recurso fundamental para potenciar
la inversión social. La catástrofe produjo impactos negativos y positivos en el capital social de la
población más directamente afectada. A la réplica inicial de desesperación y actos vandálicos le
siguió la solidaridad y ayuda desinteresada en distintas comunidades, tanto a nivel individual como de
organizaciones, comunidades, el país en su conjunto y de gobiernos y pueblos extranjeros. Con la
oportuna orientación de políticas y estrategias comunicacionales el balance puede hacerse cada vez
más positivo en cuanto a construcción y movilización de capital social. Para ello el modelo de
reconstrucción debe potenciar el capital social en el diseño e implementación de la política pública,
particularmente para la población de las zonas urbanas mayores, incorporando activamente a la
comunidad. La reconstrucción física requiere así contar desde sus cimientos con una re-conformación
del tejido social.
3. La reconstrucción de infraestructura de servicios no sólo debe basarse en consideraciones técnico-
económicas sino también calibrar las necesidades propias (sentidas) de las poblaciones atendidas, así
como las necesidades no satisfechas antes del sismo que en adelante podrían atenderse. Por ejemplo,
en una primera evaluación es posible que la importación de módulos constructivos sean más baratos y
más rápidos de implementar; pero sin la participación de la población, en un escenario de alto
desempleo (incluso con cobertura de ingresos mínimos vía Chile Solidario), puede generar rechazo, lo
que limitaría la efectividad y aumentaría los costos sociales.
25
4. La transición demográfica en las distintas regiones tiene un impacto central en las demandas
presentes y futuras en salud, educación y protección social. El INE estima que la población de las
regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, Bio Bio y Araucanía crecerá en 1,1
millones de personas (8,1%) entre el presente año y el 2020 (13,5 millones y 14,6 millones,
respectivamente), lo que supondrá un incremento global de demanda de servicios. Sin embargo, se
espera una disminución de 250 mil personas de 5 a 19 años (-8,1%), lo que redundará en una
disminución de la demanda por servicios de educación primaria y secundaria, particularmente en el
sector rural (-10,7%) y en el urbano de Bio Bio (-10,9%) y Maule (-10,5%). Así, para la
reconstrucción de escuelas hay que ponderar la demanda potencial por comuna y localidad en el
mediano plazo, y avanzar hacia una infraestructura flexible, capaz de generar una oferta con nuevos
servicios y mayor calidad.
5. La población mayor de 65 años crecerá en casi 530 mil personas (42,2%) en los próximos diez años,
lo que implica un importante incremento en la demanda por servicios de salud relacionadas con
enfermedades crónicas. En contrapartida se prevé se mantenga una disminución en la tasa de
natalidad (la que ya disminuyó en torno a 10% entre 2003 y 2007) y de niños y niñas menores de 5
años (-0.6%). Esto implicará una menor demanda por servicios de obstetricia y pediatría. Tales
elementos deberán considerarse en el diseño de los nuevos servicios de atención primaria y
hospitalaria, a fin de adecuar la oferta a los nuevos perfiles epidemiológicos.
6. La catástrofe también es una oportunidad para optimizar la localización y el tamaño de los servicios
de salud y educación. La asignación de recursos puede ser más racional y sustentable con mejor
criterio espacial. A modo de ejemplo, una oferta escolar más cercana a la demanda permite
incrementar la calidad del transporte escolar, disminuir sus costos y lograr externalidades ambientales
positivas.
7. En los servicios, la reconstrucción también presenta una oportunidad para incorporar tecnologías de
información y comunicaciones, tanto en inversión en servicios como en mejoras en los modelos de
gestión y atención a la población que incrementen su eficacia, eficiencia y efectividad. En salud, por
ejemplo, esto supone invertir en herramientas tecnológicas que permitan mejorar la gestión de la
información clínica y administrativa y en herramientas de telemedicina, las que además permitirían
descongestionar los servicios de salud, liberar infraestructura y disminuir los costos de pacientes y sus
familias.
8. En el sector salud los costos derivados del sismo son muy diversos. Están los costos directos en la
capacidad de atención y riesgo de mayor incidencia de enfermedades transmisibles y de origen
ambiental. Están, también, los traumas físicos y su impacto en la salud mental de los habitantes.
Desde los primeros días posteriores al sismo, los operativos de emergencia en salud incorporaron
estas dimensiones; y sin duda deberán hacerse extensivos en el tiempo, considerando que estos
impactos son de “onda larga” y afectan capacidad productiva de la población, particularmente entre
quienes trabajan en lugares costeros.
9. Dado el aumento relativo de la población mayor de 65 años en el decenio que comienza, la mirada
prospectiva de la reconstrucción debe asumir los nuevos desafíos en demanda de servicios cuidado y
de protección social para este segmento de edad.
B. Una reconstrucción que restablezca los medios de vida y el empleo de las personas.
10. La magnitud del terremoto y su impacto en las condiciones de vida de la población pone en evidencia
la importancia de disponer de un sistema integral de protección social, que atienda no sólo las
necesidades de la población pobre sino también de las clases medias, siendo éstas muy vulnerables a
shocks endógenos y exógenos. La pérdida combinada de vivienda y fuente de empleo es causa directa
de caída en la pobreza de sectores medios que viven de su trabajo y cuyo único “stock” es la vivienda.
26
Hoy esto lleva a que muchas familias de clase media enfrentan serios problemas para cubrir los costos
de la educación y salud de sus hijos y miembros.
11. El desafío es atender las necesidades específicas de cada familia, dentro de lineamientos generales de
política social basados en la protección de los derechos fundamentales de todo ciudadano a la
educación, salud, trabajo y vivienda. Para ello, hoy Chile se encuentra en una posición privilegiada al
contar con instrumentos como la red PROTEGE, el sistema Chile Solidario y la Ficha de Protección
Social, que pueden ser de gran utilidad, no sólo para apoyar la reconstrucción sino también el
desarrollo de instrumentos complementarios de protección.
12. En los próximos diez años, en las regiones afectadas la población entre 20 y 64 años se incrementará
en 840 mil personas (10%), sumándose a un desempleo relativo alto para la media nacional y al
impacto del terremoto y del maremoto en pérdida de puestos de trabajo y de unidades productivas. La
concurrencia de estos factores exacerban la demanda y plantean un desafío creciente en generación de
empleo. Esto ratifica aun más la importancia de involucrar a la población adulta en obras de
reconstrucción. Será necesario fomentar actividades intensivas en mano de obra, articuladas con los
encadenamientos productivos propios de cada región, e innovar en nuevos procesos. Para esto último
se requiere invertir en capacitación para los nuevos desarrollos. En este marco, absorber mano de obra
con proyectos de ingresos por capacitación puede ser una oportunidad, siempre y cuando la oferta de
cursos se base en la demanda laboral proyectada con las unidades productivas, y se articule con el
trabajo de las Oficinas Municipales de Intermediación Laboral (OMIL).
13. La alta presencia de hogares con jefatura femenina y la creciente participación de la mujer en el
trabajo, particularmente en actividades recolectoras del sector rural, han permitido incrementar y
diversificar ingresos en familias de bajos recursos. Darle sostenibilidad y progresividad a esta
dinámica requiere de servicios de cuidado y formación infantil que permita mayor disponibilidad de
tiempo en empleos remunerados a las mujeres que llevan toda la carga del cuidado de los hijos
menores. Por lo mismo, la reconstrucción debe expandir la oferta de calidad de centros de cuidado
infantil y educación preescolar, donde la JUNJI tiene un rol prioritario.
C. Una reconstrucción con cohesión social y mayor confianza en las instituciones:
14. Potenciar el sentido de pertenencia y el capital social es clave en la reconstrucción, y compromete a la
población afectada a trabajar junto a los organismos públicos y las ONGs. A dicho sentido de
pertenencia y capital social pueden aportar centralmente la recuperación de la infraestructura, la
restauración del patrimonio cultural y la reconstrucción (o construcción) de espacios de desarrollo
comunitario, deportivo y de esparcimiento.
15. Un elemento que debe ser tomado en consideración en el proceso de reconstrucción es el rol de la
institucionalidad social y de emergencia. La participación activa de las ONG, las empresas y las
personas, de manera individual, es un activo nacional. Pero ello no debe dejar de reconocer el rol
central que le cabe a las instituciones del Estado, tales como las municipalidades y ministerios
especializados. Los aportes e iniciativas que surgen de la sociedad no sólo deben estar fuertemente
articuladas con una estrategia gubernamental clara donde se fijan las prioridades y se coordina la
reconstrucción en el corto y mediano plazo, sino que la sociedad nacional debe percibirlo así.
16. Los problemas surgidos en la institucionalidad ante la emergencia catastrófica son un problema de
confianza en las instituciones también. Este capital social debe recuperarse y para ello deberá mostrar
la oportuna capacidad de respuesta en el futuro próximo.
27
Las recomendaciones que siguen – para la autonomía física y la autonomía económica de las
mujeres afectadas por la catástrofe – revisten un tono muy general, en base al conocimiento de la
situación general de las mujeres en Chile (cf. Encuestas CASEN/ENCLA), pues no se conoce el
impacto de la catástrofe sobre la situación de las mujeres.
i) Autonomía física:
En la base de la autonomía en las esferas política y económica está la autonomía física, toda vez
que las barreras para su ejercicio por parte de las mujeres, resultan en barreras para las otras dos
autonomías. La barrera de lo personal –el cuerpo y la reproducción- es la más difícil de traspasar
para las mujeres y aquella donde se perpetúa el control sobre sus vidas por parte de los “otros”,
sean estos cónyuges o parejas.
Entre los impactos de catástrofes sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres, se
encuentran el incremento del embarazo adolescente, las infecciones de transmisión sexual y la
violencia sexual. La atención primaria en salud debe comprender al menos cuatro aspectos: (i) el
saneamiento y la prevención de enfermedades transmisibles; (ii) la atención integral en salud
con énfasis en salud sexual y reproductiva; (iii) la atención psicosocial y (iv) la nutrición.
Se trata de dar a las mujeres afectadas por la catástrofe, especialmente a las mujeres jefas de
hogar sin cónyuge presente en el hogar, los medios de tener ingresos propios y de contribuir al
nivel de vida del hogar. Los ejes contemplados deben ser articulados con la política económica
de reconstrucción (inversión pública, programas de empleos temporales, etc).
A corto y a mediano plazo, se requiere una política de apoyo a las trabajadoras independientes que han
perdido parte o la totalidad de sus activos y mercancías: evaluación de las oportunidades de mercado (a
fin de determinar la rama de actividad/el tipo de producto en función de las orientaciones/dinámicas de la
reconstrucción, el tipo de inversión requerido y el tipo de local), crédito para retorno al mercado y
capacitación.
28
Para las mujeres que han perdido su empleo asalariado por los daños y pérdidas sufridos por las empresas
empleadoras, el regreso al empleo dependerá en general de la dinámica de reconstrucción que depende a
su vez del apoyo público brindado a las empresas y de los sesgos de género constituyentes de las
estrategias de éstas. Este apoyo debería contemplar medidas que faciliten la creación de nuevos puestos
de trabajo (o la preservación de los puestos en las empresas) mediante, por ejemplo, la reducción temporal
de los costos de contratación.
A corto plazo (6 meses a un año), los programas públicos de empleos temporales relacionados con tareas
de limpieza/demolición/ reconstrucción deben incluir el acceso igualitario de las mujeres y de los
hombres (50%/50%) a los puestos de trabajo sin discriminación salarial (y con la disponibilidad de
servicios públicos de cuidado). Estos programas deben, también, presentar un componente de
capacitación para las mujeres (en función de los tipos de puestos de trabajo ocupados por éstas), lo cual
permitirá reducir la segmentación anterior al sistema de empleo que se origina en el sistema educativo y
de capacitación profesional.
En todo caso, el retorno (o el ingreso) al sistema de empleo y sobre todo el acceso a empleos productivos
de calidad no se da a muy corto plazo para la mayoría. Mientras las mujeres están buscando un empleo,
y en la medida que no tienen ninguna fuente de ingreso no laboral, la provisión de un ingreso mínimo
básico a éstas durante unos meses es necesaria para minimizar los procesos de
pauperización/empobrecimiento de los hogares ya pobres antes de la catástrofe y de los nuevos hogares
damnificados.
La tasa anterior a la catástrofe era de un 41%. Se supone razonablemente que la tasa se redujo en una
proporción importante en las zonas afectadas. Dado que la asignación de las mujeres al trabajo de
cuidado tanto de la niñez como de los ancianos y de las personas enfermas o discapacitadas es un
obstáculo importante a la inserción de las mujeres en la actividad económica, es preciso proporcionar en
las zonas afectadas servicios públicos de cuidado o facilitar la creación de servicios comunitarios de
cuidado. Cualquier opción puede ser articulada a la reparación, el reemplazo de los jardines infantiles
dañados o destruidos en el caso del cuidado a la niñez.
Bajo las restricciones de presupuesto, la provisión de servicios públicos de cuidado puede focalizarse en
las mujeres pobres que, generalmente, carecen de tiempo a dedicar al trabajo remunerado y de recursos
financieros para pagar servicios privados de cuidado. Esta provisión forma por otro lado parte del
esfuerzo de crear empleos para las mujeres (pero también para hombres que pueden ser cuidadores).
Iván). En otros casos, por efectos acumulados de sucesivos desastres a los que se suman otros
factores endógenos del país o zona afectada en cuestión, el estancamiento puede ser mayor. Por
ejemplo, tras los embates de sucesivas inundaciones en Bolivia (particularmente en las zonas del
Beni y Santa Cruz) la actividad ganadera ha sufrido un revés del que se recupera muy
lentamente. En otro plano, por efecto acumulativo de desastres y condiciones pre-existentes se
prolongan situaciones de crisis como lo evidenciaría la crisis alimentaria o de deficiencia
nutricional crónica en zonas rurales y en grupos poblacionales vulnerables –tal sería el caso de
ciertas áreas de Guatemala que tras el huracán Mitch y otros eventos sigue enfrentando una
agravada crisis alimentaria.15
De otra parte, sin duda, los desastres sí tienen efectos en el largo plazo –siempre de manera
relativa al tamaño, grado de desarrollo relativo, diversificación productiva e inserción del país
afectado así como a la intensidad o fuerza del evento respecto al mismo.16
De acuerdo con la información proporcionada por el Ministerio de Hacienda, no existe ─al
momento de levantamiento de la información─ un catastro de los efectos del terremoto del 27 de
Febrero de 2010 en la estructura productiva de Chile, ni en los subsectores agropecuario,
comercio, industria y turismo -y en consecuencia no se cuenta con una estimación sectorializada
de las pérdidas que de los daños se ocasionen y por cuanto tiempo.
En Chile, como en todos los países de América Latina y el Caribe, las empresas y unidades
productivas son por naturaleza muy heterogéneas en cuanto a su tamaño, productividad y
eficiencia, intensidad y uso de capital y mano de obra, adopción y difusión de tecnologías,
competitividad y ubicación geográfica. Las estimaciones entregadas corresponden a daños o
pérdidas de acervos y activos físicos en tres regiones: O’Higgins, el Maule y Bíobío y no
incluyen estimaciones de disminución de ingresos o producción no realizada.
La experiencia de eventos naturales como los terremotos en otros países de América Latina y el
Caribe sugiere que los daños a la actividad productiva de pequeña y mediana escala inciden por
lo general, en el corto plazo, en una menor capacidad de recuperación del aparato productivo,
contraen la demanda interna al incrementar la porción de la población que perdió su empleo, sus
medios de trabajo y sus negocios. La elevada proporción de mujeres en las actividades
comerciales, en microempresas urbanas y en servicios apunta, como se ha dicho, a la necesidad
de diseñar políticas de desarrollo productivo muy específicas acompañadas de proyectos
focalizados hacia ellas.
Los efectos —en términos de flujos—harían aún más probable una reducción de la actividad
económica en el corto plazo, por reducción de la demanda interna, imponiendo presiones
adicionales sobre los equilibrios fiscal y externo. En los cálculos realizados por el Gobierno, no
se presentan estimaciones de pérdidas de flujo y esto sería un aspecto que se recomienda incluir
en toda evaluación de los efectos de un evento natural.
- Agropecuario
El sector agroalimentario chileno se diferencia de la mayoría de países de América más afectadas
por desastres naturales en razón de al menos tres elementos. De un lado los condicionantes que
impone las especificidades de su configuración geográfica en términos de posibilidades de
especialización agrícola de las diferentes regiones. En segundo lugar la importante orientación a
la exportación del sector, que ha llevado al planteamiento de una política de estado para convertir
al país en una potencia agroalimentaria y forestal. Y en tercer lugar, en cuanto a la solución a la
mayoría de los problemas que más afectan al sector en muchos de los países más vulnerables a
desastre naturales, tales como inversiones básicas en infraestructura de riego, la participación en
los mercados, la monetización del sector y la existencia de mecanismos de gestión de riesgos,
incluyendo el seguro agrícola.17
Los daños generados por el terremoto en el sector agrícola son básicamente de dos tipos. Daños
a la infraestructura predial productiva (que se suma a los daños en las viviendas) y daños de las
obras de riego extra-prediales (canales y embalses).
17
CEPAL-BID. Información para la gestión de riesgo de desastres estudio de caso de cinco países: Chile.
Documento LC/MEX/L.834, Oficina Subregional de la CEPAL, México, diciembre 2007.
18
Gobierno de Chile. Panorama de la Agricultura Chilena 2009. Oficina de Planificación y Políticas, Ministerio
de Agricultura, Santiago, diciembre de 2009, p.12.
19
Gobierno de Chile. Panorama … , p. 27.
31
20
CEPAL-BID, Op. Cit., pp. 140-142.
33
cambio climático y el incremento en la variabilidad climática asociada a éste,21 especialmente por los
efectos previstos en términos de disponibilidad de agua (e.g. Cuencas de los ríos Maipo y Aconcagua) y
la competencia que ello implica entre su asignación para riego y para la generación eléctrica, pues esta
región es también la columna vertebral del sistema interconectado central.
Propuesta 4: Se propone reforzar la Unidad de Emergencias Agrícolas que existe en el Ministerio de
Agricultura. Se considera importante reforzar esta Unidad, para que sirva de base para la articulación de
un Sistema Nacional de Gestión de Riesgos en el sector silvoagropecuario. Este sistema debería
establecerse a partir de una estructura descentralizada de alimentación y distribución de información,
basada en alianzas con entidades públicas y privadas de excelencia, incluyendo el sistema de
universidades públicas y privadas que se extiende por el país. Entre las acciones prioritarias a desarrollar
se incluyen: a) reforzar la estructuras regionales con profesionales especializados adscritos a las SEREMI
y con presupuesto para las Comisiones Regionales de Emergencia Agrícola; b) reforzar programas de
capacitación a la comunidad para prevenir y enfrentar emergencias; c) reforzar programas de formación a
agricultores para que incorporen la gestión de riesgos en sus planes de negocios (e.g. existen modelos que
podrían servir de referencia, como el australiano).
PROPUESTAS PARA REPONER LA INFRAESTRUCTURA AFECTADA EN EL SECTOR
AGROPECUARIO
1. Infraestructura de riego
a) Proveer de fondos a los mecanismos ya existentes, para atender las necesidades de reparación de
la infraestructura dañada, tanto canales como obras de acopio. Estos instrumentos ya existen en
gran medida, y son administrados por INDAP para el caso de los pequeños productores y por la
Comisión nacional de Riego, CNR para el resto.
b) Eliminar las trabas administrativas para acceder a los mecanismos antes mencionados; por
ejemplo para las obras asociativas, se exige la obligación de tener sociedades constituidas, y los
fondos provistos por INDAP no contemplan ese componente o si lo hacen, los recursos asignados
a este fin son muy reducidos.
c) El acceso a estos mecanismos es mediante un sistema de concursos. Sería conveniente modificar
esta disposición y permitir el acceso a los recursos, a todos los productores que hayan sido
identificados como afectados por el terremoto. Tanto INDAP, como la CNR y otros organismos
han hecho catastros en las regiones afectadas, lo cual ayudaría enormemente a agilizar la entrega
de recursos para no afectar el proceso productivo en curso.
d) Aprovechar este evento como una oportunidad para reemplazar obras de riego antiguas y de baja
eficiencia, tales como bocatomas, canales partidores y bocatomas que ya han cumplido
largamente su ciclo de vida.
e) Introducir tecnología para incrementar la capacidad de acumulación nocturna y estacional en
sectores del secano costero con potencial agrícola en rubros hortícolas, frutícolas y vitivinícolas.
f) Impulsar tecnologías para reducir costos energéticos o subsidiar el empleo de energías renovables
en la operación de los sistemas de regadío.
21
CEPAL-Gobierno de Chile. La economía del cambio climático en Chile síntesis. Documento LC/W.288,
Naciones Unidas, Santiago de Chile, noviembre de 2009, pp. 31 y 39-50.
34
para ello.
b) Para los pequeños y medianos productores que no tipifican como beneficiarios de INDAP
(especialmente por tener ingresos provenientes del comercio minorista, por ejemplo), es
necesario abrir una ventanilla en el Banco del Estado con financiamiento del Ministerio de
Economía (CORFO). En las regiones afectadas la infraestructura se dañara adicionalmente por
las precipitaciones invernales, es importante disponer de recursos en la primavera para su
reposición.
3. Infraestructura vitivinícola
a) Reemplazar y/o reparar cuando ello sea factible, los estanques de acero y barricas dañados por el
terremoto. Para el caso de los pequeños productores viñateros, habilitar los fondos de que dispone
para este efecto el INDAP, destrabando el acceso a los mismos. Para los medianos productores
habilitar acceso al financiamiento a través del Banco Estado y CORFO para los estudios de
factibilidad. Esta medida puede ser especialmente importante para los productores de la VII y
VIII Región.
b) Fortalecer la capacidad de acopio y gestión de las cooperativas vitivinícolas que aún funcionan a
través del Departamento de Cooperativas del Ministerio de Economía y con apoyo de CORFO.
- Industria y comercio
De acuerdo con la información disponible en censos de América Latina y el Caribe se ha
producido una tendencia estructural hacia la pérdida en importancia relativa de los
establecimientos pequeños, en cuanto a número y al valor agregado; sin embargo, éstos todavía
generan una cantidad considerable de empleos tanto en la industria como en el comercio,
situación que inclusive ha tendido a acentuarse durante las últimas décadas.
Ello se ha debido principalmente a la baja absorción de mano de obra por parte de las unidades
más altamente productivas —que adoptan y difunden de manera mas eficiente la tecnología y el
progreso técnico— y al consecuente aumento de las actividades informales, especialmente en el
sector comercio de las grandes aglomeraciones urbanas.
Las precarias condiciones en que opera este amplio estrato lo expone, sin lugar a dudas, a una
mayor vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales. Por otra parte, son unidades económicas
de subistencia o acumulación simple por lo que el capital físico sujeto a destrucción en él es
proporcionalmente menor y por ende, su recuperación tiende a ser más rápida.
El efecto del tsunami que se originó producto del terremoto del 27 de Febrero afectó el borde
costero chileno provocando un severo impacto (de magnitud aún no cuantificada) en las
actividades comerciales asentadas en el litoral o muy cerca de él, y donde las actividades
secundarias y terciarias ligadas al turismo tienen un peso relativo importante.
Existen otras características que es preciso señalar. Los grandes establecimientos —por el gran
capital financiero que manejan y la magnitud de sus inversiones en maquinaria y equipo,
edificios, almacenes y existencias— cuentan frecuentemente con seguros contra dicho tipo de
siniestros, por lo que sus pérdidas patrimoniales suelen ser proporcionalmente menores que las
de las medianas y pequeñas industrias y comercios.
En cambio, las microempresas —que en muchos casos funcionan en los mismos domicilios de
sus propietarios y utilizan básicamente insumos nacionales— pueden reaccionar ante un
fenómeno natural con mayor flexibilidad y prontitud para poner a salvo sus insumos y productos
en proceso o terminados, que constituyen el grueso de sus activos. Además, la urgente necesidad
de recuperar su única fuente de ingresos hace que los pequeños comerciantes y artesanos logren
restablecer rápidamente el funcionamiento de sus locales y talleres, restaurando los daños
sufridos a base de esfuerzo propio. De modo que los establecimientos industriales y comerciales
de tamaño medio son los que —de acuerdo con la experiencia acumulada en las evaluaciones
realizadas en la región— requieren de un apoyo proporcionalmente mayor para su recuperación,
en comparación con los de tamaño grande o pequeño.
- Turismo
La actividad turística en general —y en Chile en particular— es esencialmente estacional.
En tal sentido, las temporadas típicamente turísticas se dan en épocas distintas del año. El sector
turismo en Chile se clasifica en turismo interno y turismo receptor. El primero se refiere al gasto
en turismo realizado por nacionales en el país y que representa un 60% de la actividad sectorial.
El segundo al gasto que realizan extranjeros en Chile.
Para ambos tipos de turismo, el costo económico del terremoto tiene dos componentes. El
primero corresponde a la destrucción de infraestructura turística, es decir hoteles, restaurantes,
sitios históricos o de interés turístico, etc. El segundo tiene que ver con el gasto en actividades
36
asociadas al turismo que se dejan de realizar producto del sismo. El gasto no realizado en
actividades turísticas puede referirse a turismo interno o bien turismo receptivo. Cualquier
afectación en su infraestructura u operación originada por un desastre tiene además repercusiones
sobre otros sectores afines. En efecto, se verán afectados también aquellos otros servicios
conexos —como restaurantes, servicios de taxis, etc.— que aprovechan los visitantes.
En este aspecto, se recomienda tener en cuenta que el objetivo de los servicios turísticos es
atender las necesidades de los visitantes fuera del lugar de su residencia habitual, sean ellos del
país (turismo doméstico) o del extranjero (turismo internacional, receptor/emisor). Por regla
general, ante un desastre los flujos turísticos desde y hacia el país afectado registran descensos
significativos.
El turismo receptor internacional tiene un alto grado de generación de divisas, atrae inversiones
nacionales y extranjeras, genera empleo tanto masculino como femenino y contribuye a la
captación de recursos para el fisco. El sector produce, además, una serie de encadenamientos
productivos con otros sectores de bienes y servicios, sean éstos locales o importados, entre los
que cabe citar el transporte —por tierra, agua y aire—, las comunicaciones, los servicios
financieros y empresariales, el comercio, la construcción y los sectores productivos en general.
El sector también origina importaciones de bienes y servicios que no se producen localmente y
que son cuantiosas en algunos casos. Por todo ello, el impacto de un desastre sobre el sector tiene
efectos colaterales en los demás.
El turismo debe ser sostenible en el tiempo, por lo que requiere de una serie de acciones,
comportamientos, estrategias, planes, legislaciones y normas adecuados a los requerimientos
económicos, sociales y ambientales. Por ello, es preciso incluir aquellos conceptos que permitan
mejorar las oportunidades económicas del país para beneficio de las empresas y las
comunidades, así como las posibilidades de crecimiento personal, social y económico. Políticas,
planes y campañas adecuadamente diseñadas y dirigidas, suelen ser efectivas y ayudan a restituir
la imagen turística del país en plazos cortos de tiempo.
Vinculado a una dinamización del sector turístico se plantea el vínculo de éste con el patrimonio
cultural y la conveniencia de buscar sinergias entre el turismo y la reconstrucción del acervo cultural
destruido. Con esta perspective se considera pertinente plantear una estrategia con las siguientes
medidas:
a) Puesta en valor de Monumentos Históricos Nacionales: Programa de Reconstrucción de
Monumentos Nacionales y edificios de interés histórico cultural, Creación de Centros de
Interpretación Históricos con el objetivo de generar valor al patrimonio histórico cultural con
desarrollo económico y social.
b) Planificación sostenible de zonas típicas y centros históricos: Plan Maestro Sostenible de
revitalización de las zonas típicas y centros históricos que contiene lineamientos en vivienda,
espacios públicos, edificios patrimoniales, paisajismo, mobiliario, turismo, promoción,
interpretación histórica. Se propone realizar planes pilotos en las regiones tales cómo : Barrio
del poeta Vicente Huidobro en Cartagena, Barrio Yungay de Santiago, Pueblo de Zúniga de San
Vicente de Tagua Tagua, Pueblo de Vichuquén y Casco histórico de Cobquecura.
37
Bajo esa óptica es que se recomienda, en términos generales tras un evento de magnitud por
encima de los niveles esperados --situados en los períodos de retorno más largos-- que los
trabajos previos de ingeniería de terreno deban profundizarse, especialmente las materias
correspondientes a geología, mecánica de suelos, e hidrología. Tales análisis serían guía esencial
para el proceso de reconstrucción y habrían de realizarse específicamente para las diferentes
áreas, suelos y cauces extensivos a toda el área geográfica afectada.
A manera de ejemplo, en el caso de Chile, en el territorio costero de las regiones VII y VII el
énfasis habría de aplicarse a los estudios oceanográficos y mecánica de suelos, con especial
atención en:
a) Levantamiento batimétrico (topografía submarina)
b) Sondaje geológico (roca, ripio, piedras, arena, arcilla, etc.)
c) Estudio de Oleajes (provenientes del mar profundo y abierto),
d) Estudio de Vientos y Corrientes
e) Estudio de mareas (bajamares y pleamares).
Cabe destacar que los estudios propuestos pueden hacerse ahora con bastante mayor precisión y
menor costo que en pasado, gracias a avances científicos y tecnológicos, desconocidos en la
época en que se realizaron los estudios correspondientes a las instalaciones colapsadas y
dañadas. La determinación de los parámetros referidos constituye un pre requisito de los diseños
y selección de sitios de emplazamientos de obras. Nuevamente, a título de ejemplo, ello sería
particularmente relevante en el caso de la Bahía de Concepción, donde están las ciudades de
Talcahuano y Dichato, entre otras, e instalaciones portuarias navales y comerciales, además de
pesqueras. Una vez conocidos estos antecedentes se opte por hacer modificaciones significativas
respecto de emplazamientos. Asimismo, es conveniente no precipitar el inicio de obras, sino
hacerlo a la luz de los antecedentes de ingeniería.
Dada la extensión del impacto en la infraestructura vial y los daños observados en puentes y
pasarelas, Es recomendable reevaluar diversos parámetros viales antes de adoptar decisiones
acerca del necesario proceso de reconstrucción de la infraestructura colapsada y dañada.
Un caso muy frecuente que también se produce en la vialidad chilena es que haya una historia
previa de rehabilitación, reparación y reconstrucción de puentes, terraplenes y obras de arte
anteriores al evento mayor y que se asocien a otros eventos, incluso de otro tipo como crecidas
de ríos, inundaciones o deslizamientos y hundimientos de terrenos. Requiere considerarse si el
sismo dejó en evidencia la vulnerabilidad física de varias de estas estructuras ante embates
sísmicos. En el pasado la adversidad provino de crecidas e inundaciones hídricas. Es conveniente
entonces evaluar trazados y emplazamientos con base en el riesgo existente ante fenómenos
naturales y es necesario tener presentes, además de la reducción la vulnerabilidad, las demandas
esperadas y el plan de desarrollo vial, como también el uso del suelo en el entorno de cada
estructura. De esa manera, ante la recurrencia de fenómenos como el reciente sismo, la
mantención de vulnerabilidades sería ineficiente y ciertamente indeseable. Sería erróneo hacer
estimaciones probabilísticas basadas en la antigua tasa de retorno de desastres naturales, ya que
la realidad post desastre las ha desvirtuado, siendo necesario revisar los antecedentes existentes,
39
Es conveniente entonces aprovechar la actual coyuntura para resolver de una vez los tres
inconvenientes descritos en base a la determinación de mejores trazados y emplazamientos. Ello
conduciría a longitudes físicas y virtuales y a capacidades viales diferentes de las que existían
antes del sismo. Adicionalmente se pueden incorporar mejoras en diseño, materiales,
tecnologías, etc.
En general, los sismos de intensidad media no afectan mayormente a los puertos porque éstos se
han diseñado además para absorber los impactos de los atraques de los buques, lo que implica un
refuerzo estructural adicional, lo que contribuye, en caso de sismos, a absorber sus efectos.
Asimismo, a estas estructuras no las afecta la torsión en planta que se presenta en estructuras
altas y esbeltas con cubierta rígida. El daño más destructivo generalmente es causado por el
maremoto y ocurre por el volcamiento de malecones y espigones, que fue el caso de varios
puertos chilenos que fueron destruidos por los sismos de mayo de 1960. Al respecto, el
recogimiento de las aguas, previo al tsunami, produce el volcamiento de dichas estructuras, toda
vez que están calculadas con base en los efectos compensatorios de fuerzas opuestas causadas
por la presión del relleno de un lado menos la presión de las aguas del lado opuesto, y así, la
estructura sólo resiste la diferencia entre ambas presiones. Al no existir agua, la presión del
relleno vuelca al muro, y ello destruye prácticamente al puerto.
punto de fluencia. Estas estructuras están calculadas también para resistir el efecto de pandeo,
dada su esbeltez. Consecuentemente, es necesario considerar este tipo de estructura portuaria,
que está dando buenos resultados en diversas partes del mundo. Esta opción es aplicable a
puertos navales, comerciales y pesqueros.
La política para la infraestructura y el transporte, además, debe considerar que ciertas obras son
de alta sensibilidad económica, política y social, y sobre ellas deberían existir requisitos acordes.
Por ejemplo, los puentes colapsados causan perjuicios severos por la pérdida de conectividad
interior, de acceso a servicios sociales, de socorro ante emergencias, entre otras, poniendo en
especial consideración las pérdidas de vidas humanas que pudiesen ocasionar los colapsos
mencionados. Por lo mismo los mecanismos públicos de evaluación de proyectos de
infraestructura, deberán incorporar a futuro estos aspectos y considerar el costo alternativo de la
falta de conectividad en su evaluación.
22
Véase CEPAL (2010), Políticas integradas de infraestructura, transporte y logística: experiencias
internacionales y propuestas iniciales, Serie Recursos Naturales e infraestructura 150, para experiencias
internacionales sobre la implementación de este tipo de políticas públicas, que potencian el aporte de los servicios de
infraestructura (electricidad, transporte, agua y saneamiento y telecomunicaciones) al desarrollo económico y social
sostenible del país.
41
• Reconsiderar la institucionalidad del Estado para las políticas públicas de los servicios de
infraestructura. En particular, el proceso de diseño, planeamiento, ejecución, seguimiento y control
de las políticas públicas para los servicios de infraestructura debería tender hacia la integralidad,
que hace más eficiente la provisión de sus servicios y más equitativo el acceso a los mismos, a la
vez que potencia los efectos de aquellos hacia el desarrollo económico y social.
• Tomar las medidas necesarias para asegurar sanas condiciones de competencia en las
licitaciones públicas y evitar actos colusivos entre empresas constructoras, especialmente en
regiones donde por la magnitud de las obras o la dispersión geográfica de las mismas, empresas
internacionales o nacionales de envergadura, pudieran restarse de los procesos, disminuyendo con
ello significativamente los oferentes a estas licitaciones. La fiscalía nacional económica deberá
estar vigilante a este mercado, y constituirse en un instrumento eficiente ante posibles licitaciones
fraudulentas.
• Fiscalizar que los protocolos de emergencias de los concesionarios hayan sido cumplidos y, de ser
necesario, actualizarlos con la experiencia vivida. En todo caso, es esencial precisar y explicitar sus
responsabilidades y las responsabilidades del Estado en condiciones de desastre, de manera congruente
con el marco regulatorio vigente. Del mismo modo, es importante introducir mecanismos que indiquen
claramente el tiempo de reposición de las obras a su operación normal y ajustes a la tarifa de uso
mientras las obras se encuentran en condiciones no operativas, sea total o parcialmente.
iii) Aspectos ambientales
42
Más allá de los temas ambientales más vinculados con la fase de emergencia (principalmente
provisión de agua potable y servicios de saneamiento a los afectados) un problema que se
extiende en el tiempo y que afecta a los lugares donde han sucedido terremotos es la disposición
de los escombros.
Aparentemente no existe una información detallada de los impactos ambientales del terremoto.
Hay riesgos ambientales que también forman parte de la fase de emergencia o de un momento
inmediatamente posterior como la contaminación por vertidos de sustancias tóxicas provenientes
de actividades industriales, mineras, agrícolas (se pueden producir durante el terremoto o
posteriormente, por ejemplo con la llegada de las lluvias) o por problemas con las plantas de
tratamiento de aguas servidas y de emisarios submarinos en zonas costeras.
Teniendo en cuenta que gran parte del impacto se ha producido en zonas costeras es importante
tener información más detallada de cómo han resultado afectados los ecosistemas marinos y su
posible impacto en las actividades pesquera y turística. La investigación de los impactos en
ecosistemas marinos requiere tiempo y recursos por lo que debe plantearse a más largo plazo. En
el ámbito pesquero se debe reforzar el monitoreo de especies por si pudiera afectar al sistema
cuotas establecido y por si ello implicara ayudas al sector (especialmente a los pescadores
artesanales).
Otros posibles impactos a evaluar en zonas costeras se relacionan con la entrada de agua del mar
y el riesgo asociado de salinización de tierras agrícolas y pozos.
recursos hídrico, etc.). En esta línea, las ideas para la reconstrucción en la isla Robinson
Crusoe son muy interesantes.
44
Los principios que fundamentan este marco son: a) que la pérdida humana y el impacto
económico de desastres pueden ser reducidos a través de la planificación pre-desastre y de las
inversiones en prevención, y b) que el marco estratégico y el plan de acción son eficientes en
términos de costo e implementación. Los pilares del Marco de Gestión de Riesgo y su
descripción se presentan en la figura 2.
FIGURA 2
45
Estos cinco elementos conforman los cinco pilares internacionalmente reconocidos para la
gestión y reducción de riesgos frente a desastres. Hay dos aspectos que se desea destacar por su
importancia estratégica: la preparación comunitaria para desastres y las posibilidades de accesar
recursos financieros para la gestión del riesgo. Sobre la primera el recuadro indica el papel
central del liderazgo al interior de la comunidad y su articulación con los niveles formales de
autoridad.
RECUADRO
LA PREPARACIÓN COMUNITARIA PARA DESASTRES (PCPD)
Las comunidades en las zonas afectadas de los desastres no sólo son las víctimas reales, sino también el
personal de primera respuesta. Las comunidades en zonas de alto riesgo a menudo han desarrollado sus
propios mecanismos de supervivencia y las estrategias para reducir el impacto de los desastres. Es
importante tener en cuenta los conocimientos locales, y los recursos y construir sobre ellos con el fin de
mejorar la capacidad de la gente para resistir el impacto de los desastres.
La apropiación de la reducción de desastres no debe ser quitada a la población local, puesto que quedaría
aun más impotente en el caso de que la intervención externa no se produzca. Las actividades de reducción
de desastres deben basarse en enfoques participativos que integren a las comunidades locales tanto como
sea posible, teniéndolos en cuenta como actores proactivos y no receptores pasivos de la ayuda.
Además, no sólo las “grandes” catástrofes destruyen la vida y medios de vida. Las pérdidas acumuladas
de pequeñas inundaciones, sequías y deslizamientos de tierra pueden superar las pérdidas de las
catástrofes grandes y contribuir significativamente a una mayor vulnerabilidad a nivel local. Estos
desastres atraen poca atención de los medios y las comunidades son a menudo abandonadas a su suerte
para hacer frente a la destrucción. Esto constituye otra razón para invertir en PCPD.
Fuente: Ajinder Walia, The Australian Journal of Emergency Management, Vol. 23 No. 2, mayo 2008.
23
Catastrophe Risk Deferred Drawdown Option (DDO), or CAT DDO. Para mayor información ver:
http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/NEWS/0,,contentMDK:21670477~pagePK:64257043~piPK:4373
76~theSitePK:4607,00.html
46
Dentro del proceso de gestión del riesgo financiero, la gestión de las obligaciones contingentes,
es decir, aquellas obligaciones monetarias que dependen de la ocurrencia de eventos futuros e
inciertos, juega un papel cada vez más importante dentro del proceso de planeación, ejecución y
control financiero de las entidades públicas. En razón al impacto económico que causa la
ocurrencia de un desastre natural, los países están empezando a diseñar estrategias financieras
para reducir su vulnerabilidad fiscal.
RECUADRO
FINANCIAMIENTO DEL RIESGO CATASTRÓFICO
a) Evaluación del pasivo contingente del gobierno, a través de modelos de riesgo que reflejen la
exposición a los desastres naturales, y las perdidas asociadas a diferentes eventos.
c) Financiamiento del riesgo soberano. El gobierno puede gestionar su pasivo contingente promoviendo el
aseguramiento de sus activos públicos, y buscando mecanismos para proteger su presupuesto contra crisis
de liquidez. El Banco Mundial, como otros organismos financieros, está en disposición de continuar
apoyando al Gobierno en sus esfuerzos por desarrollar un marco legal e institucional efectivo que
incorpore la gestión integral de riesgo, como un eje transversal en el proceso de planificación nacional,
dentro de los sectores críticos y los diferentes niveles de la administración de gobierno.
24
Tomado de BID-CEPAL (2007), Información para la gestión de riesgo de desastres. Estudio de caso de cinco
países. Estudio de caso, Chile.
47
CUADRO 2
IMPACTO DE TERREMOTOS EN CHILE ENTRE 1975 Y 2005
Fuente: ONEMI
La ausencia de registros válidos, agrega, por una parte, una dificultad a la hora de evaluar las
consecuencias económicas de tales eventos. Una aproximación al impacto de los desastres en el
país se puede apreciar en el perfil que para el país presenta la base de datos internacional del
CRED:
CUADRO 3
RESUMEN DE PRINCIPALES DESASTRES GEOFÍSICOS Y CLIMATÓLOGICOS REGISTRADOS EN
CHILE, 1900-2009
Daños (Millones
Número de Población
Tipo de evento Muertos US$ contantes
eventos afectada
2009)
Sequía Sequía 2 - 120,000 3,891
Terremoto a) 26 58,855 6,031,245 304,570
Movimiento telúrico
Tsunami 1 100 - -
Olas de
frío/Inviernos
Temperatura extrema
condiciones
extremas 5 8 35,000 3
Inundación Lluvias/deshielos 26 1,040 1,438,891 6,304
Movimiento de tierra Avalanchas/desliza
humedos mientos 4 229 82,841 23
Tormenta Tormenta 13 267 503,541 3,615
Volcánica Erupción volcánica 6 110 75,550 58
TOTAL 83 60,609 8,287,068 318,465
a/ Refleja el valor presente de los eventos sísmicos del pasado, no incluye el terremoto del 27 de febrero
Fuente: Desastres "EM-DAT: The OFDA/CRED International Disaster Database.Actualizada: May-12-2010 www.em-dat.net -
Université Catholique de Louvain - Brussels - Belgium".
48
Por otra parte, en la mayoría de los casos los informes técnicos generados post-evento, contienen
mayoritariamente información de la población afectada y sus viviendas, careciendo de
referencias a las pérdidas de los sectores económicos.25
25
A partir del año 1997, la Oficina Nacional de Emergencia, ONEMI, sistematiza la información, elaborando un
registro de todas las emergencias ocurridas a nivel país. Estos compendios están enfocados fundamentalmente a
describir las características actuales de la emergencia, quedando por lo tanto sin desarrollo lo referente al análisis de
las pérdidas económicas. Ver de nuevo CEPAL-BID (2007), P.35-49.
49
que lo recibe. Los recursos necesarios para enfrentar la etapa de reconstrucción por lo general
deben esperar hasta el año presupuestario siguiente, por cuanto son incluidos en los presupuestos
de los respectivos Ministerios Sectoriales.
En cuanto a la prevención, cada año, a través del presupuesto anual de las reparticiones públicas,
se destinan recursos para programas de inversión cuya finalidad es prevenir o mitigar los efectos
de eventuales catástrofes mejorando la infraestructura existente. Lo mismo ocurre con los
programas que tienen por objeto la reconstrucción de infraestructura afectada por un desastre,
que al ser aprobados por el Sistema Nacional de Inversiones, se incorporan al presupuesto anual
de la repartición que los presenta. En cuanto a la transferencia del riesgo por la vía de los
seguros, en la actualidad en Chile no existe ninguna política que fomente la obtención de un
resguardo de la infraestructura pública a través de la contratación de estos. A pesar del alto grado
de penetración del mercado asegurador, en general el nivel de aseguramiento del sector público
es muy bajo, y sólo grandes empresas estatales y parte de los gobiernos locales tienen algún nivel
de resguardo. El Estado ha optado por asumir las pérdidas generadas por sismos o cualquier otro
siniestro que afecte a la infraestructura pública. El argumento general para este tipo de
comportamiento se relaciona con el alto costo de las primas. La mayor presencia está en el
aseguramiento frente a eventos sísmicos, sin embargo, los niveles observados aún son bajos y
normalmente vinculados a grandes empresas e industrias y al sector inmobiliario, en este último
caso como un requerimiento para la obtención de créditos hipotecarios. A nivel de empresas
privadas, muestran una tasa mayor en lo que respecta a grandes firmas, pero es muy bajo en el
caso de las medianas y pequeñas.
En general, se puede decir que existe una práctica del sector público de transferir los costos de
rehabilitación y recuperación al sector privado (empresas y personas). En el caso de desastres
mayores, que involucran a grupos vulnerables, el Estado asume el papel preponderante, con
acciones financieras y materiales. Está establecido el concepto, a nivel nacional, que la
recuperación del desastre es responsabilidad de cada individuo, empresa o institución afectada.
El Estado, si bien participa activamente en el proceso de recuperación a través de sus
instituciones, orienta una parte importante de su política a fomentar la autorecuperación.
Por último desde el punto de vista de pérdidas económicas, a pesar de que pareciera ser que el
país no se encontrara suficientemente preparado para enfrentar una eventual situación de
catástrofe, a la fecha en país a enfrentado eventos de varios tipos (terremotos, inundaciones e
inviernos blancos), sin que por ello se haya visto sobrepasado en su capacidad financiera por
hacer frente a tales situaciones.
A continuación esbozaremos algunas de las soluciones privadas y públicas que se han buscado
en este sentido, enfatizando la experiencia internacional relativa a terremotos.
Dos hechos que resalta la literatura es que en la situación post-desastre no todos los agentes
tienen cobertura y para los que la tienen, ésta no es total.26 En otras palabras, ex ante no habían
adquirido seguro en contra de la eventualidad. En el caso de seguros privados factores de
26
En cifras suministradas por el ministro de Hacienda Felipe Larraín en la presentación que ofreció en el Centro de
Estudios Públicos (CEP) el 29 de abril de 2010 se observa que 12,3% del daño estimado por el gobierno tiene
cobertura de seguros.
50
demanda y de oferta explican los motivos. Con relación a los primeros, hay que destacar que la
longitud del retorno de estos eventos hace que la probabilidad de ocurrencia que los agentes sea
muy baja, por ejemplo, la última vez que la región metropolitana de Santiago fue afectada por un
sismo, antes del que aconteció el 26 de febrero de este año, fue en 1985. En 25 años ese evento
se diluyó en la memoria popular y no es tomado en cuenta en el momento de adquirir un
inmueble, mucho menos como determinante de la adquisición de un seguro. Igualmente, puede
implicar cierto relajamiento de las autoridades competentes en autorizar construcciones sobre
todo en lo referente a la idoneidad de los suelos para edificar. En segundo término, en estas
circunstancias los agentes pueden tener tasas de descuento superiores a las del mercado para
comparar beneficios contingentes futuros con costos presentes. La literatura especializada
supone que todos los agentes tienen el poder adquisitivo para comprar seguros y que por los
motivos anteriores no lo hacen, sin embargo es un hecho inobjetable que muchos hogares o
pequeñas empresas no disponen de los recursos y/o la información para protegerse
financieramente ante las tragedias. Este es el caso de las Regiones afectadas que como se
describió anteriormente están entre las que poseen los mayores índices de pobreza de Chile.
Desde el punto de vista de la oferta tanto la incertidumbre del riesgo27, lo que implica mayores
primas,28 así como los temores a pérdidas importantes por parte de las aseguradoras hace que
estas no sean proclives a ofrecer productos para coberturas ante estas eventualidades.29 Si bien
esto es cierto en términos internacionales en el caso chileno pareciera que esta no ha sido la
principal restricción debido a la presencia de aseguradoras internacionales,30 siendo el mercado
chileno una parte muy pequeña de su cartera total.
El espacio para la acción del sector público es claro en términos de aseguramiento contra
terremotos y tsunamis. A nivel internacional una vertiente de la acción pública se ha orientado a
generar consorcios de seguros o reaseguros públicos. Algunas de las más importantes son las
siguientes:31
27
Ver Kunreuther, H., J. Meszaros, R. Hogarth y M. Spranca (1995) “Ambiguity and Underwriter Decision
Processes” Journal of Economic Behavior and Organization, 26, 337-52.
28
Según información a aprecida en el Diario Financiero (13 de mayo de 2010) pag. 18, las primas de seguros contra
terremoto en Chile podrían incrementar en 50%.
29
Ver Kunreuther, H. (1996) “Mitigating Disaster Losses through Insurance” Journal of Risk and Uncertainty, 12,
171-187.
30
Mapfre Re, Swiss Re, Ace Tempest Re, RSA, New Hampshire -unidad de AIG (NYSE: AIG)- y la Munich Re;
Zurich, Liberty Mutual, Cardif, Chartis cubren un 87% de los seguros del país.
31
Ver OCDE (2007) “Riesgos Ambientales y Seguros: Un Análisis Comparativo del Papel de los Seguros en la
Gestión de Riesgos Relacionados con el Medio Ambiente”.
32
California Earthquake Authority.
51
Nueva Zelanda. En 1994 se creó la Comisión de Terremotos (CT) que es el proveedor más
importante de seguros contra desastres sísmicos, tsunamis, deslizamientos de tierra y actividad
volcánica para los propietarios de viviendas residenciales. La CT gestiona el Fondo de Desastres
Naturales. El seguro contra terremotos es vendido por el sector privado, ya que va atado a las
pólizas contra incendio comercializados por éste. Las primas se adicionan al costo de la póliza
base y las aseguradoras privadas las trasladan a la CT. Esta Comisión se encarga de organizar el
reaseguro y el gobierno garantiza que el Fondo cumplirá todas sus obligaciones.
Turquía. En 2000 fue fundado el Consorcio Turco de Seguros contra Catástrofes (CTSC) en
cooperación con el Banco Mundial. Estableció un seguro obligatorio contra terremotos para
viviendas registradas a través del Programa contra Terremotos. Es el principal proveedor de éste
tipo de seguros en Turquía. La cobertura está establecida en las pólizas cuyas primas varían
según el grado de sismicidad, calidad de construcción y tipo de suelo. La CTSC funciona como
una entidad de transferencia de riesgo catastrófico y de financiación del riesgo. Con aseguradoras
privadas se pueden contratar pólizas por montos que excedan a los de la CTSC.
La reconstrucción ofrece una oportunidad de realizar una gestión integral de riesgo. De ser ese el
caso, se reducirían los riesgos y la participación gubernamental en el tema de seguros de sería
menos onerosa. La experiencia internacional mencionada implica costos fiscales pero la acción
del sector público pareciera ser necesaria en este ámbito ya que contribuiría a mitigar situaciones
sobre todo en el caso de las viviendas como las que actualmente están padeciendo muchas
familias de bajos ingresos en las Regiones más afectadas por el terremoto. Para ese grupo social
su principal activo eran las viviendas que poseían.
Fortalecer la capacidad regional y local, para analizar las condiciones de riesgo de naturales, para
diseñar, negociar e implementar soluciones que reduzcan la vulnerabilidad. Ello implica
incorporar un cambio de visión integral del territorio (suelo, vivienda, espacio público servicios
públicos y empleo e ingreso) valorando la identidad urbana de las ciudades, detectando
oportunidades y mejorando la calidad de vida de sus habitantes, definida ésta en términos de
sustentabilidad y eficiencia en el uso de los recursos, además de la capacidad de generación de
ingresos y medios de vida.
a) Agenda Urbana Sostenible en las zonas afectadas, en el marco de un Ordenamiento Territorial, que
integra la agenda verde + la agenda marrón, e incorpora criterios de eco-eficiencia en vivienda, suelo,
espacios públicos, servicios públicos, empleo e ingresos.
b) Plan Nacional de Construcción y Reconstrucción de Viviendas, que incluye códigos de construcción
sustentables y eco eficientes
c) Elaboración y actualización de Planes Reguladores, y Planes Maestros de Diseño Urbano integrado
para pueblos y localidades menores en las zonas afectadas.
d) Plan de Proyectos Urbanos emblemáticos de alto impacto, por ejemplo la instalación del Centro
Sismológico Internacional ubicado en la ciudad de Concepción y el Proyecto de Antonio Gaudí para
Chile – Rancagua.
e) Mecanismos de Gestión Urbana Sostenible que incorporan:
- Consideraciones para la descentralización, que dan mayor fluidez a la coordinación entre el nivel
nacional y el nivel local.
53
Ante una situación de crisis como la vivida a causa del terremoto, las redes tradicionales de
comunicación presentaron severas limitaciones específicamente en lo que se refiere al manejo de
un incremento masivo de demanda; por otro lado, las redes de banda ancha por sus
características presentarían mejores posibilidades de enfrentar este tipo de situaciones, siendo
además que en la práctica demostraron tener una mayor flexibilidad para generar aplicaciones y
formas alternativas de comunicación permitiendo que no solo instituciones sino principalmente
los propios usuarios sean los que generen servicios de utilidad pública.
Ello es particularmente factible dado que Chile es uno de los países más “conectados” de la
región, con una penetración de Internet cercana al 40% de los hogares, mientras que el promedio
en América Latina se encuentra alrededor del 15%. Sin embargo, al interior presenta diferencias
en cuanto al acceso. A excepción de la telefonía móvil que estaría prácticamente al alcance de
todos, (96,7% de penetración por habitante y 361,72% en hogares) los servicios de telefonía fija
y principalmente Internet muestran disparidades entre zonas dentro del país. De hecho lo
ocurrido tras el desastre demostró su potencialidad: debido al mencionado colapso de los medios
“tradicionales” de comunicación, surgieron algunas alternativas utilizadas como herramientas
para facilitar el contacto entre las personas, como las aplicaciones accesibles a través de Internet
Facebook y Twitter. A través de Facebook, las personas pudieron contactarse con sus familiares
y cercanos para conocer el estado en que se encontraban. También se crearon grupos tanto para
ayudar como para brindar información sobre el terremoto. Algunos de ellos son: Terremoto
Chile-Apoyo Total, con enlaces de la Cruz Roja Internacional para apoyar a los damnificados,
Facebook Achirem, de la Asociación de Chilenos Residentes en México con información sobre
el terremoto, y Terremoto en Chile, también con noticias y palabras de apoyo al pueblo chileno.
En Twitter, a través de #terremotochile, #fuerzachile y #Chileearthquake se gestionaron la
búsqueda de personas, solicitudes de ayuda y obtención de información.
54
De los hechos recientes se puede inferir que un entorno de mayor penetración de banda ancha
con usuarios más familiarizados y capacitados en la utilización de aplicaciones y contenidos,
hubiera generado una mayor fluidez de las comunicaciones y el acceso más amplio e inmediato
de la población a servicios informativos vitales en momentos de crisis. En ese sentido, la banda
ancha debía ser considerada un servicio básico de comunicaciones y el proceso de reconstrucción
presentaría la oportunidad de desarrollar masivamente su infraestructura así como universalizar
su uso en las diversas actividades tanto económicas como sociales para, a través de la inclusión
de los segmentos vulnerables de la población, poder multiplicar los beneficios derivados de su
utilización en la sociedad.
33
En Chile se generó el portal www.chileclic.gob.cl, en este portal se concentró información de ayuda para la crisis
incluyendo una aplicación para intercambio de información sobre personas desaparecidas. Este es un claro ejemplo
de un servicio cuya utilidad aumenta al tener más usuarios conectados.
55
Los actuales estilos de desarrollo en general –y hay evidencia empírica de que en Chile como en
el resto de América Latina—muestran una estrecha asociación positive entre ingreso per cápita,
consumo de energía y emisiones de gases de efecto invernadero, para construir una senda baja en
carbón se requiere desacoplar esta trayectoria. Se requiere por lo tanto promover mediante
diversos tipos de políticas y en el manejo macroeconómico un desacoplamiento de esa relación,
es decir utilizar los instrumentos de política monetaria, fiscal, crediticia y de empleo para que la
relación positiva entre crecimiento y emisiones se altere. En este contexto la recuperación y
reconstrucción tras un desastre de la magnitud sufrida por Chile puede abrir opciones nuevas que
se apliquen primero en el proceso reconstructivo para luego ver la viabilidad de su
generalización a la economía y el país en su conjunto. Partiendo del hecho de que la trayectoria
de crecimiento potencial se altera –al menos en el corto plazo—por el desastre, proponer
medidas que a la vez que lleven a una trayectoria de crecimiento más acelerado a fin de retomar
en el corto plazo el crecimiento potencial, lleven a una razón menor entre emisiones y
comportamiento macroeconómico. Para ello se requiere identificar los patrones sistémicos que
tiene el desastre sobre las variables macroeconómicas y cómo se alterarán por el mismo los
déficit (fiscal y externo), las tasas de interés y de retorno de las inversiones, el empleo y los
impactos sociales y cuáles sendas alternativas hay en el proceso de reconstrucción que tengan
efectos sinérgicos con múltiples objetivos: reconstrucción y resiliencia, reconstrucción y
eficiencia energética, reconstrucción y reducción de brechas sociales pre-existentes,
reconstrucción y mejor equilibrio regional, reconstrucción y ampliación de la participación local.
que ello tendría un efecto menor en términos de afectar negativamente la trayectoria del
consumo, pero aumentaría la recaudación fiscal como consecuencia de la baja elasticidad
precio de la demanda de energía.
- Complementar esta estrategia de precios con regulaciones para una mayor eficiencia
energética y en transporte.
- Adoptar tecnologías de construcción y modalidades y patrones de asentamientos y diseño
espacial y de redes vitales consistentes con lo que se conoce como infraestructura verde.
Algunas medidas específicas son:
- En el sector del transporte, por ejemplo, se llevar a cabo
i) rediseño de las rutas no solo con criterios de mayor resiliencia frente a las amenazas de
desastres pero con criterios de eficiencia energética (mayor transitabilidad, menores
distancias, eliminación de retornos y desvíos, etc.),
ii) promover uso de medios de transportes más eficientes en términos de capacidad de carga
y consumo de combustibles, por ejemplo mediante el uso de trenes y promoción del
cabotaje costero, lo cual tendría además el efecto positivo sinérgico de generar
alternativas de transporte en caso de ruptura o interrupción de las vías tradicionalmente
usadas.
iii) Mejorar y desarrollar infraestructura de transporte público.
iv) Mayor diseño urbano, generando ejes y vialidades transversales para evitar rutas largas,
así como reduciendo las distancias y tiempos de recorrido esperables entre lugares de
habitación, centros de trabajo y áreas de comercio y producción.
- Desarrollo de una mejor matriz de generación de energía. Ello implica energías renovables,
como por ejemplo,
i) asociadas a la gestión de cuencas lo que además tendría el efecto sinérgico de controlar
los cauces frente al riesgo de crecidas, avenidas e inundaciones,
ii) el uso de fuentes no convencionales y renovables, tomando en cuenta la posible validez
de alternativas asociadas a bio-combustibles y la energía nuclear.
iii) el aprovechamiento de fuentes naturales existentes vinculadas a la geomorfología y
vulcanología propias del país (energía geotérmica, aprovechamiento del largo borde
costero y las mareas, etc.)
- Reducción de la demanda energética por cambios de tecnología en la iluminación urbana y
doméstica y la promoción de edificios y viviendas verdes (considerando posibles incentivos
iniciales además del beneficio de mediano y largo plazo de reducción de la factura a pagar a
las empresas proveedoras. En la aplicación de instrumentos específicos tales como subsidios
o créditos verdes puede ser oportuno en la reconstrucción incluirlos como parte de los
beneficios y apoyos a los damnificados “condicionado” montos adicionales o menores cobros
al uso de determinadas tecnologías, sistemas de iluminación, insulación térmica, etc.
- Proyectos específicos “verdes”, en sectores en que la competitividad se eleva al incluirse los
temas de sustentabilidad y protección ambiental como en el caso del turismo –más allá de los
desarrollos ecoturísticos propiamente tales, la agricultura orgánica, el desarrollo de proyectos
con baja huella de carbono y con prospectiva para reducir las emisiones futuras asociados a
productos y serviciios de alto valor agregado y con tasas positivas (por encima del promedio
de otros proyectos) de generación de empleo.
57
ANEXO I
Dado que después de todo desastre, es preciso emprender programas para la reconstrucción y
reparación de los acervos destruidos o dañados total o parcialmente, y la recuperación del nivel
de actividades económicas y servicios, y dada la periodicidad elevada de desastres en el país (si
bien no de la fuerza del sismo del 27 de febrero) es preciso tener una mejor gestión de la
información requerida para la toma de decisiones relativas a las necesidades financieras para
lograr esa recuperación y reconstrucción usualmente se estiman con base en el valor de los
acervos destruidos (daños) y de las pérdidas de producción, y deben corresponder a una
estrategia que abarque todos los sectores en correspondencia con el grado de afectación que cada
uno ha sufrido.
Dado que es preciso separar las necesidades financieras que surgen luego del desastre de aquellas
que se refieren al desarrollo normal (sin desastre) del país afectado, para asegurar que ambas se
refuercen mutuamente en lugar de que se produzca una u otra en desmedro de la otra, por lo
tanto, la estimación de las necesidades financieras para la recuperación y reconstrucción post-
desastre deben basarse en una adecuada y sólida evaluación cuantitativa del valor de los acervos
destruidos y de las pérdidas o disminución de la producción y los servicios. Solamente cuando se
dispone de tal valoración de daños y pérdidas es posible abordar la etapa de la formulación de las
necesidades, y determinar los lineamientos generales de la estrategia de recuperación y
reconstrucción.
Se requiere tener una idea clara acerca de los efectos que se deben exclusivamente al terremoto,
excluyendo daños o problemas pre-existentes que deben atenderse con cargo al programa de
desarrollo normal del país. Internacionalmente se han generalizado dos procesos de evaluación
del impacto socioeconómico de los desastres: la metodología de la CEPAL (conocida
internacionalmente por las siglas DALA, que significan en inglés Damage and Loss
Assessment)y, apoyado en ella, un acuerdo trilateral entre el sistema de Naciones Unidas, el
Banco Mundial y la Unión Europea para evaluar las necesidades post desastre (conocido por sus
siglas en inglés: Post Disaster Needs Assessment, PDNA)34
Para ello se precisa uniformar criterios de valoración, sugiriéndose que lo más útil es usar el
costo de reposición de los acervos destruidos empleando las mismas características que tenían
antes del desastre y los precios unitarios prevalecientes en las zonas afectadas antes del desastre,
34
Se anexa un cuadro comparativo de los dos procesos.
59
sino que representan el costo de reconstruir esos acervos en muchos casos bajo circunstancias y
criterios no homogéneos entre sectores de mejoramiento que más bien corresponden al desarrollo
normal del sector bajo análisis. Dado que esos criterios de mejoramiento pueden no son
uniformes entre los sectores, ya que hay algunos que claramente desean la adopción de
estándares de desarrollo distintos a los pre-existentes, y no pueden equipararse con los
propuestos para otros sectores, se requiere adoptar criterios homogenizadores pare evitar que se
tengan ponderaciones diferentes e induzcan a dar peso y prioridades distintas a las que surgirían
de una valoración consistente. Para ello, en cada sector, se requieren los costos unitarios
específicos de valoración del acervo y de reposición. Es preciso obtener los costos unitarios de
construcción de de cada uno de los tipos de infraestructura identificados para la estimación, que
prevalecían en el período previo al terremoto, sin tener todavía en cuenta posibles mejoras en su
calidad.
En el caso de las pérdidas en producción y/o mayores costos de producción es preciso tener una
idea clara acerca del período de suspensión total de actividades, y de la forma en que se espera
recuperar el nivel pre-desastre de producción a lo largo del tiempo y entre sectores. Ello es
preciso para poder estimar las pérdidas y su impacto sobre el comportamiento de la economía y
sobre el empleo e ingreso de las personas y las familias. Solo con ello será factible estimar las
necesidades de la recuperación. Ello permitirá además no mezclar las tareas de la reconstrucción
con las tareas “normales” y las acciones planificadas o previstas en los planes de desarrollo del
país con independencia del desastre, lo que llevaría a no tener una clara noción de las
necesidades de recuperación (como adicionales a las necesidades de desarrollo pre-desastre).
i. Indicadores sociales
Los efectos sobre segmentos específicos, ya sean por sus características (que no son sinónimo de
menores capacidades pero sí pueden ser de menor resiliencia o capacidades diferenciales) son
difíciles de evaluar cuando no se cuenta con información segregada de base pre desastre y/o la
información post desastre no se recopila de manera sistemática con las aperturas por grupos o
segmentos específicos.
En primer lugar se requiere hacer la clara diferenciación del impacto entre hombres y mujeres
como se establece en la metodología desarrollada por CEPAL (DALA). 35 Se recomienda que
se procese información diferenciada por sexo, como se esquematiza en el diagrama siguiente
35
Ver Manual para la evaluación del impacto socioeconómico y ambiental de los desastres, sección sobre “El
impacto de los desastres sobre las mujeres”, sección II en el tomo IV, p.45-56
(http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/7/12707/lcmexg5e_TOMO_IVf.pdf)
60
En los sectores sociales específicos, por lo demás se requieren elementos de comparación entre
la situación post y las disparidades o brechas existentes previamente en las zonas afectadas. A
manera de ilustración:
Salud. En este sector para estimar el valor del daño es indispensable diferenciar el tipo de
instalación hospitalaria o de salud que hayan sido destruidos corresponda al precio que
prevalecía antes del terremoto, tomando en cuenta las mismas características que tenían dichas
edificaciones y servicios, y no referidos a mejores condiciones de construcción o normas de
espacio. También es preciso identificar separadamente aquellos hospitales y centros de salud
que se desea reforzar en su estructura como medida de mayor resistencia antisísmica para el
futuro. Igualmente es preciso separar el costo de reparaciones menores en hospitales solo
parcialmente destruidos o dañados.
El costo del equipamiento, mobiliario, y medicamentos que hayan sido destruidos debe estimarse
en forma separada del valor de la construcción.
Todo lo anterior debe permitir estimar la distribución espacial del daño, por regiones y por
ciudades de importancia, así como la distribución entre sector privado y público, y el monto de
materiales y equipos que requieren de importación por no haber producción nacional.
Para estimar las pérdidas – que en este caso se trata de mayores e imprevistos costos de
operación para proveer atención médica post-terremoto y de menores ingresos por servicios no
prestados hasta que se logre la reconstrucción total – es necesario estimar los siguientes valores:
‐ Costo de tratamiento de los heridos causados por el desastre;
‐ Costo de tratamiento sicológico post-terremoto a la población;
construcción de que disponían. Los estándares mejorados en cuanto a espacio y calidad de los
centros escolares solamente se usarán más adelante, cuando se considere las posibles
necesidades.
Es preciso estimar separadamente el valor de reposición del mobiliario y equipamiento, así como
de material educativo que haya resultado destruido por el terremoto, empleando los costos
unitarios prevalecientes antes del desastre.
Es necesario también estimar la distribución espacial del daño, por regiones y por ciudades de
importancia, así como la distribución entre sector público y privado, al nivel central y regional o
municipal, además de la necesidad de importar algunos elementos que no se dispongan en los
mercados nacionales.
Para estimar las pérdidas en flujos, se requiere:
‐ Costo de demolición y remoción de escombros;
‐ Costo de escuelas temporales (carpas, modulares, etcétera);
‐ Pérdidas de ingreso por suspensión temporal de clases;
‐ Mayores costos de operación (pago de tiempo extraordinario, etc.).
Agricultura. En relación con los canales de regadío, caminos intra finca y otra infraestructura
rural/agrícola que fue destruida, se requiere confirmación de que los costos unitarios de
reparación y construcción corresponden a fecha pre-desastre y con las mismas características de
capacidad, revestimiento de los mismos. Igualmente es preciso saber el período de
reconstrucción o reparación de los sistemas de regadío, y si por ello ocurrirá alguna limitación en
la producción bajo riego de las hectáreas donde los sistemas colapsaron, afectando el ciclo
agrícola. Lo mismo es válido para el caso de los embalses que requieren de reparación.
En relación con las actividades de producción, es preciso definir si ella tiene como destino final
el mercado interno o la exportación, pues en su estimación se deben usar distintos niveles de
precios (I.e. precios pagados al productor o precios de exportación).
En lo referente a la producción vitivinícola se requiere aclarar y separar el valor de la destrucción
de acervos tales como las barricas u otra infraestructura del valor del vino que se perdió al
destruirse las barricas u otros medios de almacenamiento. Para valorar el precio del vino perdido
es preciso reconocer que si bien se trata de producto almacenado (y que por lo tanto corresponde
a daño), en este caso el producto no había sido todavía vendido por lo cual deberá contabilizarse
su valor como un flujo que no se obtendrá. Y su valor deberá medirse a precios de exportación o
de mercado local según habría sido su destino, por lo que el precio unitario de US$ 2 por litro
usado en el documento no es aplicable. Se requerirá un desglose normal de la producción de vino
hacia el mercado interno y hacia el exterior, con sus respectivos valores unitarios de venta en
cada uno de ellos. También se necesitará aclarar si la venta de dichos productos habría ocurrido
en 2010 y/o en años posteriores, con objeto de calendarizar esas pérdidas.
Es necesario aclarar también en los sectores o actividades de colmenas, lechería y de producción
de maíz, si se trata de daños en acervos y/ pérdidas de producción. Además, asegurar que el valor
del daño en acervos esté medido usando valores unitarios de reposición a precios pre-desastre
para las mismas características anteriores y que las pérdidas en producción se estiman a precios
unitarios pagados al consumidor.
63
Pesca. Observamos que se trata esencialmente de pesca de tipo artesanal que ha sufrido
destrucción en las embarcaciones, motores y sus implementos, y por lo tanto también sufrirá de
reducción o merma de los ingresos o ventas hasta que se reponga el acervo. Es preciso estimar
separadamente el valor de los daños usando costos de reposición de acervos con las mismas
características anteriores al desastre y el valor de las pérdidas de captura y ventas e ingresos a lo
largo del período requerido para la reconstrucción.
Es necesario separar los costos de reposición de aquellos de reparación, pues los primeros serían
contabilizados como daño y los segundos como una pérdida de flujos, e incluir tanto la captura
por pesca como la producción piscícola relevante.
Toda comparación se hará respecto a los niveles “normales” de producción sin desastre, con la
mayor precisión en su estimación del impacto, además, porque su dominio recae esencialmente
en el sector privado. Ello permitirá determinar las necesidades de apoyo que el gobierno tendrá
que determinar así como las modalidades de apoyo que se ofreceran, por ejmplo por medio de
incentivos fiscales y financiamiento canalizados adecuadamente en términos de montos,
condiciones y duración.
64
Turismo. Se requiere de la misma información anterior para el caso del subsector de turismo, en
cuanto al monto de los daños a los acervos y su distribución espacial. Además, para estimar las
pérdidas en ingresos y ventas se requerirá de información acerca del volumen y valor de las
ventas bajo condiciones normales o sin desastre, con detalle de si se refiere a turismo nacional
y/o internacional (considerando el carácter estacional de los flujos turísticos). Igualmente se
requiere tener una estimación del período requerido para la reconstrucción de los acervos
destruidos o dañados y del tiempo requerido para que los turistas potenciales recuperen su
confianza y comiencen a retornar a los centros turísticos afectados.
Bajo este renglón se reúnen diversos sectores de actividad, que se tratan de ordenar por su
función y no por su ubicación en términos institucionales. Se trata de sectores en los que luego
de este terremoto y algunos otros eventos desastrosos recientes ha quedado demostrado que los
criterios de diseño empleados originalmente para su construcción, deben ser revisados y hechos
más estrictos para asegurar su resiliencia ante desastres, por lo que el valor del daño deberá ser
deberá incrementarse a la hora de estimar las necesidades para la reconstrucción.
Transporte. Se requiere de mayor detalle acerca del valor del daño, así como de la duración de la
reconstrucción y de las normas mejoradas que deberían adoptarse para ello. Solamente así será
factible estimar los mayores costos en que los usuarios incurrirán debido al daño de las obras.
Se precisa desglosar los daños por transporte carretero, ferrocarrilero, aéreo y marítimo para
tener una clara idea de las repercusiones del terremoto, así como por propiedad pública o
privada, y su distribución espacial por región y en algunas ciudades de importancia.
También es preciso estimar el daño en el parque vehicular que, de acuerdo con informes de
prensa, parece haber sido objeto de destrucción en número significativo de unidades de diverso
tipo y tamaño. Lo anterior también se ve apoyado por el aumento en las ventas del comercio de
automóviles para reponer los vehículos destruidos.
Con objeto de estimar las pérdidas en ingreso operacional de estas obras, será preciso disponer
de información acerca de las cifras normales de operación, por año o por mes, en cada uno de los
subsectores u obras de importancia, así como del período requerido para su reposición o
recuperación de la operacionalidad. Esto último es también de significación y utilidad para
estimar posibles pérdidas de producción y exportación en sectores productivos debidas a la
ausencia temporal o parcial de las obras o servicios de infraestructura.
Comunicaciones. De igual manera es preciso disponer del valor de los daños en los sistemas de
correo y comunicaciones, tanto de línea fija como del tipo celular, que puedan haber sufrido las
instalaciones y los equipos. Para ello, nuevamente se precisa disponer de información sobre el
número de acervos destruidos, y los costos unitarios de reposición o construcción referidos a
obras de las mismas características a las existentes antes del terremoto.
Para estimar las pérdidas en ventas se requiere conocer los períodos de suspensión completa de
los servicios, los tiempos en que se produjo una demanda de servicio a tasas más reducidas que
las normales, y las correspondientes tarifas cargadas a cada sector o tipo de usuario, todo en
comparación con el nivel normal de ventas en esos servicios.
65
Energía. En este sector debe discriminarse entre los efectos del desastre sobre el subsector
eléctrico y el de hidrocarburos, tanto para los daños a los acervos como en las pérdidas de
operación.
Agua potable y saneamiento. Para la estimación de los daños y pérdidas en este sector es preciso
disponer de información primaria proveniente de las empresas que se encargan del servicio en las
zonas afectadas, tanto en el ámbito urbano como rural, teniendo en cuenta sus características y
coberturas distintas.
En el caso de los daños, al igual que en los demás sectores, se requiere disponer del número de
unidades destruidas o dañadas, su costo de reposición con características de servicio iguales a las
existentes antes del desastre, y medidos a precios unitarios prevalentes antes del desastre. Para
estimar las pérdidas, es necesario tener información sobre los rubros siguientes:
‐ Período de suspensión total de los servicios;
‐ Período requerido para la restitución de los servicios hasta lograr su reconstrucción total;
‐ Mayores costos de distribución de agua mediante empleo de camiones cisterna para
alcanzar a la población afectada que no puede servirse mediante las líneas de distribución
en vista de su daño, a lo largo del período de reconstrucción; y
‐ Menores ingresos esperados por la no venta de servicios a lo largo de ese mismo período
de reconstrucción.
Para la estimación de pérdidas, habría que disponer de información acerca de los costos
requeridos y su duración para arrendar edificaciones alternas mientras se reconstruyen los
edificios destruidos o dañados, así como los costos de demolición y remoción segura de
escombros cuando sea requerido.
Solamente luego de hacer tanto la estimación del monto de los daños y las pérdidas o cambios en
los flujos, y de analizar el impacto al nivel macro y sobre el empleo e ingresos, será factible
efectuar estimaciones acerca de las necesidades o requerimientos financieros para asegurar tanto
la recuperación de la actividad económica como la reconstrucción, y el tiempo que requerirán
estos procesos.
Estas necesidades no se limitan a los requerimientos de inversión pública sino también a los
flujos privados requeridos. Para ello, será preciso disponer de información adicional acerca de la
disponibilidad de seguros que financien parcialmente la reconstrucción y/o las pérdidas de
ingresos y ventas, y la proporción existente entre daños y pérdidas en el sector público y privado.
Dado que el gobierno ya ha anunciado los montos de financiamiento que estima necesario
movilizar para la reconstrucción y recuperación, será preciso determinar las prioridades sobre las
que se basarán dichos procesos y cuáles de las necesidades no serán cubiertas por ese
financiamiento.
Las necesidades para la recuperación, como ya se señaló previamente, se estiman en función del
monto de las pérdidas o cambios en los flujos y se expresan en términos de los gastos que será
necesario realizar para lograr una pronta recuperación de los niveles de producción y de ingresos
en todos los sectores de actividad económica, incluyendo las del sector privado.
• el nivel de resiliencia que deberían tener los acervos en el futuro para resistir el embate de
nuevos eventos catastróficos,
• la uniformización o no de los grados de prevención entre los diversos sectores (ya que podría
pensarse en dotar de mayor resiliencia a aquellos que tengan mayor importancia estratégica),
• el mejoramiento por ejemplo de la calidad de la vivienda de los estratos más vulnerables y
pobres, a partir de lo cual s e define el grado de subsidios a otorgar en la reconstrucción, y el
67
tipo y condiciones de las líneas de crédito por otorgar al sector privado, etcétera, a fin de no
ampliar brechas y disparidades sociales,
• el mejoramiento o cambio tecnológico que sea coherente con procesos más sostenibles y
eleven la productividad y competitividad de los sectores productivos afectados.
ANEXO II
Aún cuando el Estado chileno cuenta con instituciones serias y comprometidas en estos temas,
estas no son suficientes, pues se enfocan aún demasiado en la parte reactiva, la cual es
indispensable e irreductible, pero, sin embargo, poco se ha avanzado en la parte preventiva. Lo
anterior requiere de un análisis permanente de vulnerabilidad económica y social frente a
amenazas de origen natural con base en información científica sólida, así como del análisis
financiero y de ingeniería para la evaluación de los distintos instrumentos de reducción del
riesgo.
1. Objetivo
El objetivo de esta sección consiste en mostrar cómo puede realizarse la internalización del costo
de los desastres dentro de los proyectos de inversión a fin de permitir una toma de decisiones que
optimice los recursos destinados a la reconstrucción, así como para la identificación preventiva
de riesgos hacia el futuro. Ello implica implementar acciones para la reducción estructural de la
vulnerabilidad de la población y la economía provocada por amenazas de origen natural.
Hemos agrupado la variedad de instrumentos de reducción del riesgo en las siguientes cuatro
categorías:
A. Protección: red de advertencia y respuesta inmediata a desastres así como para evitar estados
de crisis, misma que se basa en intervenciones técnicas y logísticas que incluyen:
- Monitoreo (estaciones meteorológicas, sismógrafos, entre otros).
- Mapeo (imágenes satelitales, sistemas de información geográfica, etc.)
- Comunicación del riesgo: alertamiento a la comunidad y sectores productivos en situación de
riesgo.
- Sistemas de alerta temprana: se basan en el monitoreo, uso de medios de comunicación, sirenas,
etc. Se encargan de advertir a la población sobre eventos por venir y de coordinar labores de
protección civil, incluyendo planes de evacuación.36
- Preparación: consiste en la capacidad de manejo del desastre antes de que este ocurra con el fin
de proveer una efectiva y eficiente reacción (pronta y debida) para enfrentar el desastre. Ello
incluye la previsión de albergues, instalaciones de primeros auxilios (fijas y móviles), equipos de
limpieza, equipos de búsqueda y salvamento, entre otros.
B. Mitigación del riesgo: inversiones físicas para transformar activos económicos y/o el medio
ambiente dentro de una zona de riesgo con el fin de prevenir o suavizar el impacto negativo de
los desastres. Incluye:
36
Como es el caso de las oficinas (nacionales, provinciales y municipales) de emergencia y protección civil
(CENAPRED en México, ONEMI en Chile, etc.), así como de asociaciones intergubernamentales como el
CEPREDENAC en Centroamérica y CDERA en el Caribe.
70
C. Transferencia del riesgo: mecanismos financieros para transferir el riesgo de una a otra parte.
Sus principales esquemas incluyen:
Seguros (públicos, privados y subsidiados)
• Seguros de Propiedad (casa, vehículos y activos productivos).
• Seguros catastróficos: cubren hasta ya sea cierto nivel de daños o hasta cierto umbral de
un fenómeno natural.
• Seguro agrícola/industrial: cubre las pérdidas asociadas a un evento climático
independientemente de su intensidad. Generalmente, si criterio de decisión consiste en
cierto rendimiento observado o cultivo esperado.41
• Seguro paramétrico: las indemnizaciones de este tipo de seguro son pagadas a los
37
Ejemplo de estos instrumentos son FOPREDEN, en México y la cartera de proyectos de la Comunidad Andina de
Naciones (bajo iniciativa original de la extinta CAPRADE).
38
Como es el caso del programa Habitat en México, administrado por la SEDESOL.
39
Como es el caso del programa Pro-Arbol en México, administrado por la SEMARNAT.
40
Como PIARSE, programa del gobierno mexicano para la reconversión productiva de los productores agrícolas
localizados en zonas de alto riesgo de sequía.
41
Tal es el caso de los Fondos Agroasemex en México, COMSA en Chile, Autoseguro Agrícola en Uruguay, entre
otros.
71
42
Como es el caso del Fondo para Atender a la Población Rural Afectada por Contingencias Climatológicas
(FAPRACC) del gobierno mexicano, operado por SAGARPA, así como el Caribbean Catastrophe Risk Insurance
Facility (CCRIFB). Mientras que el primero cubre población rural, el segundo cubre Estados miembros.
43
Como es el caso del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) del gobierno mexicano, mismo que consiste en un
fondo permanente (desde 1996) del gobierno federal mexicano para la ágil transferencia de recursos a otras
entidades de la administración pública a los tres niveles de gobierno.
72
ANEXO III
PDNA DALA
Qué es Metodología acordada por Banco Mundial, Es una evaluación basada en la metodología
Naciones Unidas y la Comunidad Europea para desarrollada por CEPAL DE de evaluación de
ayudar a los países que se ven afectados por daños y pérdidas post desastre para
desastres en realizar una evaluación de determinar necesidades de reconstrucción (a
necesidades post-desastre, que incluyen las de partir de cuantificar el valor de reposición de
desarrollo humano, las de recuperación los daños) y recuperación (a partir de
económica y las de reconstrucción, pudiendo cuantificar las pérdidas y costos adicionales
desembocar – si el país lo estima conveniente – en que genera un desastre en el país
una conferencia de donantes para buscar (zona/región/sector afectado. Se lleva a cabo
financiamiento para ellas. en coordinación con otras instituciones y
agencias nacionales e internacionales
Que El PDNA tiene dos pilares de acción: de una Mide los efectos de un desastre a partir del
metodología parte, la metodología para estimar necesidades análisis de acervo (destruido total o
usa tempranas de desarrollo humano (HRNA, parcialmente, valorado a costos de reposición) y
"Human Recovery Needs Assessment"), cuya de los flujos afectados por el desastre (pérdidas
elaboración está en evolución por parte de de producción, ingresos, utilidades, ganancias,
Naciones Unidas, y de la otra, la metodología de impuestos, exportaciones, etc. y gastos
estimación de necesidades de recuperación incrementados para la prestación de bienes y
económica que se basa en la medición de daños y servicios como consecuencia del desastre),
pérdidas, desarrollada por la CEPAL (Véase la incluyendo las pérdidas de empleo y bienestar
segunda columna). Se nutre de la información de social, determinando el marco macroeconómico
44
El Comité Interagencial de Naciones Unidas para la ayuda humanitaria (IASC por sus siglas en ingles, “Inter
Agency Standing Committee”), ha acordado once grupos temáticos o “clusters” que agrupan a agencias del sistema
de Naciones Unidas para la actividad humanitaria en que se requiere reforzar la capacidad de respuesta: (1.
Agricultura (coordinado por la FAO), 2. Coordinación y gestión de campamentos (para personas internas
desplazadas (EPD/IDPs en estados de conflicto) y para situaciones de desastre el Alto Comisionado de Naciones
Undias para los Refugiados ACNUR/UNHCR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM/IOM), 3.
Recuperación Temprana (PNUD/UNDP), 4. Educación (UNICEF, ONG Save The Children del Reino Unido), 5.
Albergues de Emergencia (EPD/IDPs en estados de conflicto y para situaciones de desastres ACNUR y la
Federación Internacional de la Cruz y Media Luna Rojas (FICR/IFRC, que lo conovoca), 6. Telecomunicaciones de
Emergencia (OCHA/UNICEF/PMA-WFP), 7. Salud (OMS/WHO), 8. Logistica (PMA/WFP), 9. Nutrción
(UNICEF), 10. Protección: EPD/IDPs en situaciones de conflicto y en desastres, población civil afectada por
conflcito, no EPD, ACNUR-UNHCR, Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACDH/ /OHCHR) y
UNICEF, 11. Agua, Saneamiento e Higiene (UNICEF). A nivel global el grupo de protección tiene cinco agencias
como puntos focales responsables de áreas técnicas específicas al ACDH-OHCHR/UNDP para la aplicación de la
ley y la justicia, FNUAP-UNFPA/UNICEF para la prevención y respuesta en violencia de género; UN-HABITAT
73
PDNA DALA
los "clusters” humanitarios de Naciones Unidas44 post desastre resultante
(Continúa)
para vivienda, tenencia y propiedad de la tierra; UNICEF para protección de la infancia; y UNMAS para acción
contra minas. En el nivel nacional el conglomerado o “cluster” de protección puede instalar procesos similares.Estos
clusters aportan en la fase humanitaria apoyo y referencias internacionales para la respuesta nacional.
74
75