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Lucas 2:1-7
INTRODUCCION
Pero también en estas fechas existe otra cara de la moneda. Mientras que unos
identifican la navidad con alegría, otros la pasan en dolor. Paradójicamente, los
intentos de suicidios aumentan en estas fechas. Al no obtener la felicidad
prometida por los medios de comunicación y por las fiestas que ven por doquier,
muchos entran en depresión. Al compararse con la alegría de otros, ven agrandada
su miseria. Para otros, aunque no intenten suicidarse o entren en depresión las
navidades son tiempos de tristeza, pues es cuando más recuerdan a sus seres
queridos que ya no están con ellos. Son momentos en los que más sentimos la
soledad cuando nos falta alguien a quien amamos. Quizás no sea la muerte lo que
nos separa de ellos, también la lejanía geográfica puede ser motivo de tristeza. O, a
lo mejor son rencores y resentimientos lo que nos aleja de aquellos que deberían
estar a nuestro lado.
También en la navidad se pasan momentos difíciles. Pues aunque este sea tiempo
en que hasta los ejércitos hacen tregua, que muchos dejan de lado sus diferencias
por unos días, lo cierto es que la vida no tiene por qué ser fácil o darnos un respiro
momentáneo. En realidad la primera Navidad, fue un tiempo de prueba. Pensemos
un poco en la historia que acabamos de leer. José y María tienen que viajar
desde Nazaret hasta Belén. Hoy en día, no es un viaje tan largo, si vamos por
tierra, podríamos tardar unas dos horas, si vamos en avión, muchísimo menos.
Pero tener que hacer más de 150 km en aquella época no era cosa tan fácil. Y
mucho menos con una mujer embarazada. Normalmente los médicos
recomiendan andar para tener un parto más fácil, pero… ¡150 kilómetros es
demasiado! Cuando llegan a Belén no encuentran un lugar decente para
hospedarse. María comienza a dar a luz. Pero en esta historia siguen las
dificultades. Tienen que huir a Egipto porque los perseguían y en medio de
esto miles de niños fueron asesinados por los soldados de Herodes.
A pesar de que era un viaje difícil. A pesar de que había muchos inconvenientes. A
pesar de que la oposición sería fuerte, Dios tenía un plan perfecto y todo estaba
bajo su control.
Los gobiernos están bajo su control. Es por ello que nosotros debemos orar por
aquellos que dirigen nuestro país. Dios llevó a José y María a Belén por medio de
los que le gobernaban. Fue el gobierno que estaba en ese momento en Judea el
que hizo que se movilizasen todos aquellos que estaban viviendo en otros lugares
de los cuales no procedían.
Dios dirige la historia, pero también tiene bajo su control y cuidado nuestras vidas. Él
guía nuestro camino. Como dice el libro de proverbios El corazón del hombre se
propone un camino, pero Jehová endereza sus pasos.[2] Por ello nos recordaba
Santiago que no debíamos ser jactanciosos y planificar sin consultar a Dios.
Siempre tendríamos que tener presente la voluntad de Dios. “Si Dios quiere…”
debe estar presente en nuestras mentes cada vez que queramos hacer planes de
futuro.
Un profeta le dice a Maria cuando fue a presentar al niño Jesus, este niño esta
puesto para levantamiento y caída de muchos en Israel, y una espada
traspasara tu mismo corazón….María tuvo que ver a su propio Hijo colgado
de una cruz.
No fue fácil. Pero Dios nunca falló a sus promesas. Pues aunque Dios no nos haya
prometido una vida sin problemas sí que nos ha dado otras promesas. Recordemos
sólo dos de ellas especialmente útiles cuando la vida se vuelve dura.
Aunque las personas nos abandonasen, aún cuando nuestros propios padres se
olvidasen de nosotros Dios permanecerá a nuestro lado si nosotros no nos
apartamos de Él y de su voluntad. Dios estará con nosotros. Dios estará caminando
a nuestro lado aunque pasemos por el fuego. Aunque las aguas intenten
anegarnos siempre podremos contar con Él. Dios es nuestro pronto auxilio y
nuestro refugio en la tribulación. Y por grande que sea la prueba siempre
podremos refugiarnos en Él.
La segunda promesa que Dios nos ha dado es que todo los que nos pase a los que
le amamos será para nuestro bien. Con lo cual podemos estar confiados en que
aquello que vivimos tiene un propósito y un fin. Dios es soberano y por mucho que
nos quieran perseguir, por más mal que nos quieran hacer, Él ha decidido que será
para nuestro bien y así será.
Comprende lo que significa ser humano. Nació como otro cualquiera. Y vivió como
cualquiera de nosotros. No hace falta que expliquemos con detalle para qué sirven
los pañales. Todos lo sabemos y todos los hemos usado, aunque ni nos acordemos
de ello. Jesús tuvo que vivir como un niño cualquiera. Le tocó llorar cada vez que
estaba sucio su pañal. Lloró cuando tenía hambre. Pero la humanidad de Cristo no
finaliza ahí, sino que aún de adulto, seguía siendo humano. Tuvo hambre, lloró
ante la pérdida de un ser querido, fue tentado como cada uno de nosotros, sufrió y
sintió el dolor en sus propias carnes. Dios comprende nuestra humanidad porque
la ha experimentado. Comprende nuestros sentimientos, nuestras limitaciones,
nuestras miserias.
Conclusión
Hoy hemos visto tres verdades que no debemos olvidar cuando pasemos por
dificultades. Tres verdades que tenemos que tener presente siempre que tengamos
que estar pasando por tribulaciones. La historia de la Navidad no fue un cuento de
hadas. Fue una historia real, y como tal hubo momentos buenos y no tan buenos.
Hubo momentos de alegría, pero también dificultades. No obstante, Dios tenía
todo bajo control. Estaba presente en cada detalle de esta historia. Así que
recordemos que, aunque Dios no nos ha prometido una vida sin problemas, el
nos ha prometido su ayuda y que toda circunstancia nos ayudará para bien.
Recordemos que él se identifica con nosotros porque vivió siendo uno de
nosotros. Recordemos que en cada momento de nuestra vida Dios nos ama,
nos comprende y nos prepara el camino. Confiemos plenamente en Dios.