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como las hojas amarillentas de un frondoso árbol durante un ventoso otoño. Sin
embargo pensando en positivo, todo otoño pasa y es cuando en nuestra mente se filtra
a esperanza de una vuelta de los valores humanos. EL respeto al derecho ajeno es la
PAZ. Aquella célebre frase encierra una gran verdad, pues, cuanto más respetuoso
seamos de los derechos de los vecinos, más en Paz y Armonía viviremos. El gran
MAESTRO JESUS de Galilea nos dijo: “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO
YO OS AMADO” Es lamentable que nosotros los hombres hayamos prestado oídos
sordos y seguimos apegados a los perjuicios sociales. Vivimos endiosando las cosas
materiales, y nos tornamos ambiciosos de fama y fortuna ambiciosos de poder político
y social, dañando el honor y dignidad de las personas. Empecemos a amar a este
templo que es muestra Talara respetando a aquellos a quienes moran más allá de los
muros de nuestra casa Antes los valores humanos se respetaban y eran transmitidos
de generación en generación, pero lamentablemente ahora se han perdido. Miramos
las cosas extranjeras, teniendo tan cerca la moral que practicaron los INCAS, estuvo
orientada al cultivo de valores supremos que normaban rígida y obligatoriamente la
conducta moral de nuestros antepasados pueblo sobrio, austero y trabajador, sus
principios supremas eran: “AMA LLULLA” (no mientas) - “AMA SUA” (NO ROBES) -
“AMA QUELLA” ( no seas ocioso) Los cinco valores humanos, que se pueden
encontrar en todas las culturas, todas las sociedades y en todas las religiones, son la
Honestidad, Humildad, el Amor, la Paz y la No Violencia. Estos valores son eternos,
que elevan la vida humana a su más alta expresión, su mayor capacidad.