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La anemia es una afección que se caracteriza por la falta de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un

nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo. Si tienes anemia, es probable que te sientas cansado y fatigado.
Hay muchas formas de anemia, cada una con causas diferentes. La anemia puede ser temporal o prolongada, y
puede variar entre leve y grave. Consulta a un médico si sospechas que tienes anemia, ya que esta puede ser indicio
de una enfermedad grave.
Los tratamientos para la anemia varían desde la toma de suplementos hasta la realización de procedimientos
médicos. Es posible que puedas evitar algunos tipos de anemia si sigues una dieta saludable y variada.
Atención de la anemia en Mayo Clinic
Síntomas
Los signos y síntomas de la anemia varían según la causa de la afección. Algunos de ellos son:
 Fatiga
 Debilidad
 Piel pálida o amarillenta
 Latidos del corazón irregulares
 Dificultad para respirar
 Mareos o aturdimiento
 Dolor en el pecho
 Manos y pies fríos
 Dolor de cabeza
Al principio, la anemia puede ser leve y pasar inadvertida. No obstante, los síntomas empeoran a medida que la
anemia empeora.
Cuándo consultar al médico
Pide una consulta con un médico si te sientes fatigado sin causa aparente. Algunos tipos de anemia, como la anemia
ferropénica o la anemia por deficiencia de vitamina B-12, son frecuentes.
La fatiga tiene muchas causas además de la anemia, así que no debes dar por sentado que si estás cansado, es
porque tienes anemia. Algunas personas descubren que tienen un nivel de hemoglobina bajo (uno de los indicios
de la anemia) cuando van a donar sangre. Si te informan que no puedes donar sangre porque tienes un nivel de
hemoglobina bajo, pide una consulta con el médico.
Solicite una Consulta en Mayo Clinic
Causas
La anemia ocurre cuando la sangre no tiene suficientes glóbulos rojos. Esto puede suceder si:
 El cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos
 Un sangrado provoca que pierdas glóbulos rojos más rápidamente de lo que se pueden reemplazar
 El cuerpo destruye glóbulos rojos
Qué hacen los glóbulos rojos
Tu organismo fabrica tres tipos de células sanguíneas: glóbulos blancos para luchar contra las infecciones,
plaquetas para ayudar en la coagulación y glóbulos rojos para transportar oxígeno por todo el cuerpo.
Los glóbulos rojos contienen hemoglobina; una proteína rica en hierro que le otorga a la sangre su color rojo. La
hemoglobina le permite a los glóbulos rojos transportar oxígeno desde los pulmones hacia otras partes del cuerpo
y dióxido de carbono desde otras partes del cuerpo hacia los pulmones para que pueda ser exhalado.
La mayoría de las células sanguíneas, incluidos los glóbulos rojos, se producen regularmente en tu médula ósea; un
material esponjoso que se encuentra dentro de las cavidades de muchos de los huesos grandes. Para producir
hemoglobina y glóbulos rojos, tu cuerpo necesita hierro, vitamina B-12, ácido fólico y otros nutrientes de los
alimentos que ingieres.
Causas de la anemia
Algunos de los diferentes tipos de anemia y sus causas son:
 Anemia por deficiencia de hierro. Este es el tipo más frecuente de anemia en todo el mundo. La causa de
la anemia ferropénica es una escasez de hierro en el cuerpo. La médula ósea necesita hierro para producir
hemoglobina. Sin la cantidad adecuada de hierro, el cuerpo no puede producir hemoglobina suficiente para
los glóbulos rojos.
Este tipo de anemia suele presentarse en muchas mujeres embarazadas que no toman suplementos de hierro.
También ocurre por pérdida de sangre, como sangrado menstrual importante, úlceras, cáncer y uso periódico de
algunos analgésicos de venta libre, especialmente la aspirina.
 Anemia por deficiencia de vitaminas. Además de hierro, el cuerpo necesita ácido fólico y vitamina B-12
para producir suficientes glóbulos rojos sanos. Una dieta sin una cantidad suficiente de estos y otros
nutrientes clave puede provocar una disminución en la producción de glóbulos rojos.
Asimismo, es posible que algunas personas consuman suficiente B-12, pero sus cuerpos no puedan procesar la
vitamina. Esto puede generar anemia por deficiencia de vitaminas, también conocida como «anemia perniciosa».
 Anemia por enfermedad crónica. Algunas enfermedades (como cáncer, VIH/sida, artritis reumatoide,
enfermedades renales, enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias crónicas) pueden
interferir en la producción de glóbulos rojos.
 Anemia aplásica. Esta anemia inusual y potencialmente mortal se provoca cuando el cuerpo no puede
producir suficientes glóbulos rojos. Las causas de la anemia aplásica comprenden infecciones,
determinados medicamentos, enfermedades autoinmunitarias y exposición a sustancias químicas tóxicas.
 Anemias asociadas con enfermedades de la médula ósea. Diversas enfermedades, como leucemia y
mielofibrosis, pueden provocar anemia al afectar la producción de sangre en la médula ósea. Los efectos de
estos tipos de cáncer y trastornos similares al cáncer pueden variar desde leves hasta potencialmente
mortales.
 Anemias hemolíticas. Este grupo de anemias se presenta cuando los glóbulos rojos se destruyen más
rápidamente de lo que la médula ósea puede reemplazarlos. Algunas enfermedades de la sangre aumentan
la destrucción de glóbulos rojos. Las anemias hemolíticas se pueden heredar o contraer con el tiempo.
 Anemia de células falciformes. Esta afección heredada y, en ocasiones, grave es una anemia hemolítica
heredada. La causa es una forma de hemoglobina defectuosa que fuerza a los glóbulos rojos a adoptar una
forma de media luna (falciforme) anómala. Estas células sanguíneas mueren de forma prematura, lo que
tiene como resultado una escasez crónica de glóbulos rojos.
 Otras anemias. Existen muchos otros tipos de anemia, como talasemia y anemia palúdica.
Factores de riesgo
Estos factores aumentan tu riesgo de anemia:
 Una dieta carente de ciertas vitaminas. Tener una dieta que sea consistentemente baja en hierro,
vitamina B12 y folato incrementa tu riesgo de anemia.
 Trastornos intestinales. Tener un trastorno intestinal que afecta la absorción de nutrientes en tu
intestino delgado, como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca, aumenta tu riesgo de anemia.
 Menstruación. En general, las mujeres que no han experimentado la menopausia tienen un riesgo mayor
de anemia por deficiencia de hierro que los hombres y las mujeres posmenopáusicas. Esto se debe a que la
menstruación produce la pérdida de glóbulos rojos.
 Embarazo. Si estás embarazada y no tomas un suplemento multivitamínico con ácido fólico, tienes un gran
riesgo de anemia.
 Afecciones crónicas. Si tienes cáncer, insuficiencia renal u otra afección crónica, tendrás riesgo de anemia
por enfermedad crónica. Estas afecciones pueden causar la disminución de los glóbulos rojos.
La pérdida lenta y crónica de sangre por una úlcera o por otra causa puede consumir todo la reserva de hierro del
cuerpo y transformarse en una anemia por deficiencia de hierro.
 Antecedentes familiares. Si tienes antecedentes familiares de anemia hereditaria, como anemia
falciforme, también tienes un gran riesgo de padecer esta afección.
 Otros factores. Los antecedentes de ciertas infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos
autoinmunitarios, alcoholismo, exposición a químicos tóxicos y el uso de algunos medicamentos pueden
afectar la producción de glóbulos rojos y producir anemia.
 Edad. Las personas mayores de 65 años tienen mayor riesgo de anemia.
Complicaciones
Cuando la anemia no se trata, puede ocasionar muchos problemas de salud, tales como:
 Cansancio intenso. Cuando la anemia es grave, puedes sentir tanto cansancio que no puedes realizar las
actividades cotidianas.
 Complicaciones en el embarazo. Las mujeres embarazadas con anemia por déficit de ácido fólico son más
propensas a experimentar complicaciones, como un parto prematuro.
 Problemas cardíacos. La anemia puede provocar latidos acelerados o irregulares (arritmia). Cuando
tienes anemia, tu corazón debe bombear más sangre para compensar la falta de oxígeno en la sangre. Esto
puede conducir a un agrandamiento del corazón o a una falla cardíaca.
 Muerte. Algunas anemias hereditarias, como la anemia drepanocítica, pueden ser graves y ocasionar
complicaciones potencialmente mortales. La pérdida de gran cantidad de sangre rápidamente conduce a
una anemia aguda grave y puede ser mortal.
Prevención
Sigue una dieta rica en vitaminas
Hay muchos tipos de anemia que no pueden evitarse. No obstante, la anemia ferropénica y las anemias por
deficiencia de vitaminas pueden evitarse mediante una dieta que incluya una variedad de vitaminas y nutrientes,
entre ellos:
 Hierro. Entre los alimentos ricos en hierro se incluyen carne de res y otras carnes, frijoles, lentejas,
cereales fortificados con hierro, vegetales de hojas verdes oscuras y frutas secas.
 Folato. Este nutriente y su forma sintética (ácido fólico) se encuentran en frutas, jugos de frutas, vegetales
de hojas verdes oscuras, guisantes verdes, frijoles, maníes y productos integrales, como pan, cereal, pasta y
arroz.
 Vitamina B-12. Entre los alimentos ricos en vitamina B-12 se incluyen carne, productos lácteos y
productos de soja y cereales fortificados.
 Vitamina C. Entre los alimentos ricos en vitamina C se incluyen frutas y jugos cítricos, pimientos, brócolis,
tomates, melones y frutillas. Estos alimentos ayudan a aumentar la absorción de hierro.
Considera la posibilidad de tomar un complemento multivitamínico
Si te preocupa no saber si obtienes una cantidad suficiente de vitaminas de los alimentos que comes, pregunta al
médico si un complemento multivitamínico podría ser la mejor opción para ti.

LA OBESIDAD es una enfermedad crónica tratable que aparece cuando existe un exceso de tejido
adiposo (grasa) en el cuerpo.
Los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque actúa como un agente que acentúa
y agrava a corto plazo y de forma muy evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las
complicaciones cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos
de cáncer, como los gastrointestinales.
Con excepción de las personas que son muy musculosas, aquellas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más el
punto medio de la escala de peso según el índice de masa corporal (IMC), son consideradas obesas.
Causas
Hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Además de una mala alimentación o la falta de
ejercicio físico, también existen factores genéticos y orgánicos que inducen su aparición.
También pueden influir los factores socioeconómicos. En algunos países desarrollados, la frecuencia de la
obesidad es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto.
El motivo por el cual los factores socioeconómicos tienen una influencia tan poderosa sobre el peso de las mujeres
no se entiende por completo, pero se sabe que las medidas contra la obesidad aumentan con el incremento del
nivel social.
Las mujeres que pertenecen a grupos de un nivel socioeconómico más alto tienen más tiempo y recursos para
hacer dietas y ejercicios que les permiten adaptarse a estas exigencias sociales.
Y, por último, están los factores psicológicos, que durante un tiempo fueron considerados como una importante
causa de la obesidad. Se consideran actualmente como una reacción a los fuertes prejuicios y la discriminación
contra las personas obesas.
Uno de los tipos de trastorno emocional, la imagen negativa del cuerpo, es un problema grave para muchas
mujeres jóvenes obesas. Ello conduce a una inseguridad extrema y malestar en ciertas situaciones sociales.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los
pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo.
La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la
respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda
(lumbalgia) y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.
Los trastornos cutáneos son también frecuentes. Dado que las personas obesas tienen una superficie corporal
escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que
las personas delgadas.
Del mismo modo, es frecuente la tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de
pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).
La obesidad es una enfermedad crónica tratable que aparece cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en el
cuerpo.
Prevención
Llevar una dieta sana y equilibrada, junto con la práctica regular de ejercicio físico son claves para la prevención de
la obesidad.
Los expertos aconsejan realizar un mínimo de cinco ingestas de alimentos al día en raciones reducidas, así como
seguir un patrón alimentario cercano a la dieta mediterránea, es decir, bajo en grasas y rico en frutas y verduras.
En cuanto al deporte, la constancia es fundamental. La recomendación es practicarlo de forma habitual al menos
tres veces por semana durante 45 minutos. La intensidad debe adecuarse a las necesidades y al estado físico de la
persona.
Tipos
La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La primera es la más grave y
puede conllevar importantes complicaciones patológicas.
La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones metabólicas
(especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipemias). La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de
cintura para abajo y produce problemas de sobrecarga en las articulaciones.
Obesidad mórbida
La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro tiempo, sobre todo por el número
de complicaciones que tiene asociadas.
Para tratarla es necesario el empleo de cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Las técnicas para
reducirla son de dos tipos: reseccionistas, encaminadas a inducir una mala absorción de los alimentos,
o restrictivas.
Las segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con reducir el tamaño del estómago
para que el paciente no pueda comer grandes cantidades. La cirugía reseccionista es la única forma de que el
enfermo pierda peso en muchos casos de obesidad mórbida.
Con las técnicas reductoras se producen menos efectos secundarios, pero no se pierde peso con la misma facilidad.
Existen tres técnicas quirúrgicas principales para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de
Maxon, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico.
Obesidad infantil
Entraña alteraciones endocrinometabólicas que condicionan un mayor riesgo cardiovascular en la edad
adulta.
Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad de inicio de la obesidad y con el tiempo de evolución.
Cuando la obesidad se presenta en edades muy tempranas o se extiende durante un tiempo prolongado, el riesgo
de presentar problemas cardiovasculares en la edad adulta es también más elevado.
Los médicos aconsejan que, para prevenir la obesidad en los niños, es bueno que la dieta sea variada y elástica,
reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida industrial, en general. También es fundamental que
hagan ejercicio y que sean conscientes de que deben tener una alimentación sana.
Diagnóstico
La forma más común de determinar si un paciente padece obesidad es calcular su índice de masa corporal, por el
cual se obtiene la cantidad de grasa corporal y, dependiendo de los resultados, cuáles son los posibles riesgos para
la salud.
A partir de esto, el especialista podrá determinar si se ha producido algún daño colateral en el resto del organismo
y diagnosticarlo para su tratamiento.
Tratamientos
La mejor forma de tratar la enfermedad es previniéndola y para ello, debe detectarse precozmente en
los pacientes en los que a partir de los 20-25 años comienza a cambiar el peso.
Los médicos consideran que una persona obesa debe ser considerada como un enfermo crónico que requiere un
tratamiento a largo plazo, con normas alimentarias, modificación de los hábitos de conducta, ejercicio físico y
terapia farmacológica.
Los nuevos enfoques terapéuticos están basados en promover una pérdida de peso con programas de control de
las enfermedades y problemas asociados, que dan lugar a problemas vasculares, cardiacos y metabólicos.
El obeso no debe perder kilos sino masa grasa, con pérdidas pequeñas y duraderas que impliquen
una rentabilidad metabólica. Es necesario consolidar la pérdida de peso a largo plazo, y además, reducir el riesgo
de muerte prematura, de enfermedad cardiaca, metabólica y vascular.
En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además de cambiar la dieta y realizar ejercicio físico, es necesario
completar el tratamiento con fármacos, que deben ser administrados con una dieta moderadamente hipocalórica y
equilibrada.
Otros datos
La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40 por ciento de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por
cien de sobrepeso) o grave (más del cien por cien de sobrepeso). La obesidad es grave en solamente el 0,5 por
ciento de las personas obesas.
Algunos investigadores sugieren que, por término medio, la influencia genética contribuye en un 33 por ciento
aproximadamente al peso del cuerpo, pero esta influencia puede ser mayor o menor dependiendo de la persona.

Síntomas y causas de la diabetes


¿Cuáles son los síntomas de la diabetes?
Los síntomas de la diabetes incluyen:
 aumento de la sed y de las ganas de orinar
 aumento del apetito
 fatiga
 visión borrosa
 entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies
 úlceras que no cicatrizan
 pérdida de peso sin razón aparente
Los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden aparecer rápidamente, en cuestión de semanas. En cambio, los síntomas
de la diabetes tipo 2 suelen progresar muy despacio, a lo largo de varios años, y pueden ser tan leves que a veces ni
siquiera se notan. Muchas personas con diabetes tipo 2 no tienen síntomas. Algunas solo se enteran de que tienen
la enfermedad cuando surgen problemas de salud relacionados con la diabetes, como visión borrosa o problemas
del corazón.
¿Qué causa la diabetes tipo 1?
La diabetes tipo 1 ocurre cuando el sistema inmunitario, que combate las infecciones, ataca y destruye las células
beta del páncreas que son las que producen la insulina. Los científicos piensan que la diabetes tipo 1 es causada por
genes y factores ambientales, como los virus, que pueden desencadenar la enfermedad. Algunos estudios como el
TrialNet están enfocados en identificar las causas de la diabetes tipo 1 y las posibles maneras de prevenir o
retrasar el progreso o comienzo de la enfermedad.
¿Qué causa la diabetes tipo 2?
La diabetes tipo 2, la forma más común de la enfermedad, es causada por varios factores, entre ellos, el estilo de
vida y los genes.
Sobrepeso, obesidad e inactividad física
Una persona tiene mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 si no se mantiene físicamente activa y tiene
sobrepeso u obesidad. Algunas veces, el exceso de peso causa resistencia a la insulina y es frecuente en personas
con diabetes tipo 2. La ubicación de la grasa corporal también tiene importancia. El exceso de grasa en el vientre
está vinculado con la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y las enfermedades del corazón y los vasos
sanguíneos. Para ver si su peso representa un riesgo para la aparición de la diabetes tipo 2, vea estas gráficas de
índice de masa corporal (IMC).
Resistencia a la insulina
La diabetes tipo 2 suele comenzar con resistencia a la insulina, una afección en la que el músculo, el hígado y las
células grasas no usan adecuadamente la insulina. Como resultado, el cuerpo necesita más insulina para que la
glucosa pueda ingresar en las células. Al principio, el páncreas produce más insulina para cubrir el aumento de la
demanda, pero con el tiempo deja de producir suficiente insulina y aumentan los niveles de glucosa en la sangre.
Genes y antecedentes familiares
Igual que sucede con la diabetes tipo 1, ciertos genes pueden hacer que una persona sea más propensa a tener
diabetes tipo 2. La enfermedad tiene una tendencia hereditaria y se presenta con mayor frecuencia en estos grupos
raciales o étnicos:
 afroamericanos
 nativos de Alaska
 indígenas estadounidenses
 estadounidenses de origen asiático
 hispanos o latinos
 nativos de Hawái
 nativos de las Islas del Pacífico
Los genes también pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 al aumentar la tendencia de la persona al
sobrepeso u obesidad.
¿Qué causa la diabetes gestacional?
Los científicos creen que la diabetes gestacional, un tipo de diabetes que se presenta durante el embarazo, es
causada por cambios hormonales, factores genéticos y factores del estilo de vida.
Resistencia a la insulina
Ciertas hormonas producidas por la placenta contribuyen a la resistencia a la insulina, que se presenta en todas las
mujeres hacia el final del embarazo. La mayoría de las mujeres embarazadas pueden producir suficiente insulina
para superar la resistencia a la insulina, pero algunas no. La diabetes gestacional ocurre cuando el páncreas no
produce suficiente insulina.
Igual que sucede con la diabetes tipo 2, el exceso de peso está vinculado a la diabetes gestacional. Las mujeres que
tienen sobrepeso u obesidad tal vez ya tengan resistencia a la insulina cuando quedan embarazadas. El aumento
excesivo de peso durante el embarazo también puede ser un factor.

Los cambios hormonales, el aumento excesivo de peso y los antecedentes familiares pueden contribuir a la
diabetes gestacional.
Genes y antecedentes familiares
Las mujeres con antecedentes familiares de diabetes tienen mayor probabilidad de desarrollar diabetes
gestacional, lo cual sugiere que los genes desempeñan un papel. Los genes también pueden explicar por qué el
trastorno se presenta con mayor frecuencia en las afroamericanas, las indígenas estadounidenses, las asiáticas y las
hispanas o latinas.
¿Qué más puede causar diabetes?
Algunas mutaciones genéticas , otras enfermedades, la lesión del páncreas y ciertas medicinas también pueden
causar diabetes.
Mutaciones genéticas
 La diabetes monogénica es causada por mutaciones o cambios en un solo gen. Estos cambios suelen
transmitirse entre miembros de la familia, pero a veces la mutación genética tiene lugar espontáneamente.
La mayoría de estas mutaciones genéticas causan diabetes porque hacen que el páncreas pierda su
capacidad de producir insulina. Los tipos más comunes de diabetes monogénica son la diabetes neonatal y
la diabetes del adulto de inicio juvenil (MODY, por sus siglas en inglés). La diabetes neonatal se presenta en
los primeros 6 meses de vida. Los médicos suelen diagnosticar la diabetes del adulto de inicio juvenil
durante la adolescencia o la adultez temprana, pero a veces la enfermedad no se diagnostica sino hasta más
adelante en la vida.
 La fibrosis quística produce un exceso de mucosidad espesa que causa cicatrización en el páncreas. Estas
cicatrices pueden impedir que el páncreas produzca suficiente insulina.
 La hemocromatosis hace que el cuerpo almacene demasiado hierro. Si la enfermedad no se trata, el hierro
puede acumularse en el páncreas y otros órganos y dañarlos.
Enfermedades hormonales
Algunas enfermedades hacen que el cuerpo produzca una cantidad excesiva de ciertas hormonas, lo cual algunas
veces causa resistencia a la insulina y diabetes.
 El síndrome de Cushing se presenta cuando el cuerpo produce demasiado cortisol, que con frecuencia se
conoce con el nombre de “hormona del estrés”.
 La acromegalia se presenta cuando el cuerpo produce demasiada hormona del crecimiento.
 El hipertiroidismo se presenta cuando la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroidea.
Lesiones o extracción del páncreas
La pancreatitis , el cáncer de páncreas y los traumatismos pueden dañar las células beta o hacer que pierdan parte
de su capacidad de producir insulina, lo cual da lugar a la diabetes. Si se extirpa el páncreas lesionado, aparece la
diabetes como resultado de la pérdida de las células beta.
Medicinas
Algunas veces, ciertas medicinas pueden dañar las células beta o alterar el funcionamiento de la insulina. Estos
incluyen:
 niacina, un tipo de vitamina B3
 ciertos tipos de diuréticos
 medicinas anticonvulsivos
 medicinas psiquiátricos
 medicinas para tratar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
 pentamidina, una medicina que se usa para tratar un tipo de neumonía
 glucocorticoides, medicinas que se usan para tratar enfermedades inflamatorias como la artritis
reumatoide , el asma , el lupus y la colitis ulcerativa
 medicinas anti-rechazo, que se usan para hacer que el cuerpo no rechace un órgano trasplantado
Las estatinas, que son medicinas para reducir los niveles de colesterol LDL (el “colesterol malo”), pueden aumentar
ligeramente la probabilidad de diabetes. Sin embargo, las estatinas protegen contra las enfermedades del corazón y
los accidentes cerebrovasculares. Por esta razón, los grandes beneficios de tomar estatinas superan la pequeña
probabilidad de desarrollar diabetes.
Si usted toma cualquiera de estas medicinas y le preocupan sus efectos secundarios, hable con su médico.

Anorexia
Qué es
La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por
el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y
por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun
cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso
mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe la falsa creencia de que
engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de
deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la
utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas
pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal. Esta
enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de
la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo.
Causas
Su causa es desconocida, pero los factores sociales parecen importantes. Aunque hay muchos factores
socioculturales que pueden desencadenar la anorexia, es probable que una parte de la población tenga una mayor
predisposición física a sufrir este trastorno, independientemente de la presión que pueda ejercer el entorno. Por
ello existen de factores generales que se asocian a un factor desencadenante o cierta vulnerabilidad biológica, que
es lo que precipita el desarrollo de la enfermedad.
 La propia obesidad del enfermo.
 Obesidad materna.
 Muerte o enfermedad de un ser querido.
 Separación de los padres.
 Alejamiento del hogar.
 Fracasos escolares.
 Accidentes.
 Sucesos traumáticos.

Síntomas
Esta patología se caracteriza por una pérdida significativa de peso provocada por el enfermo y por
una percepción errónea del propio cuerpo. En consecuencia, los problemas endocrinos se hacen evidentes en
un espacio de tiempo relativamente corto. Los principales síntomas que determinan la aparición de la
enfermedad son los siguientes:
 Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la edad y talla del enfermo.
 Miedo al aumento de peso o a la obesidad incluso cuando el peso se encuentra por debajo de lo
recomendable.
 Percepción distorsionada del cuerpo, su peso y proporciones.
 Ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos en las mujeres (amenorrea).
Los anoréxicos pueden experimentar una serie de síntomas muy variados: estreñimiento, amenorrea, dolor
abdominal, vómitos, etcétera.
Pero es la familia la que detecta los síntomas que dan la voz de alarma:
 Preocupación excesiva por la composición calórica de los alimentos y por la preparación de los alimentos.
 Constante sensación de frío.
 Reducción progresiva de los alimentos.
 Obsesión por la imagen, la báscula, los estudios y el deport
 Utilización de trampas para evitar la comida.
 Hiperactividad.
A estos síntomas se le suman otros rasgos típicos como la irritabilidad, la depresión y los trastornos emocionales o
de la personalidad. Asimismo, se manifiesta una alteración de la sensación de saciedad y plenitud antes de las
comidas, náuseas, hinchazón, o incluso ausencia de sensaciones. En esta patología también se observan numerosos
trastornos cognitivos que se centran en los alimentos, el peso corporal y el aspecto físico:
 Abstracciones selectivas.
 Uso selectivo de la información.
 Generalizaciones.
 Supersticiones.
 Se magnifica el lado negativo de cualquier situación.
 Pensamiento dicotómico.
 Ideas autorreferenciales.
 Inferencia arbitraria.
En cuanto a las consecuencias clínicas, los síntomas son los siguientes:
 Las pulsaciones cardiacas se reducen
 Se producen arritmias que pueden derivar en un paro cardiaco.
 Baja la presión arterial.
 Desaparece la menstruación en las mujeres (amenorrea)
 Disminuye la masa ósea y, en los casos muy tempranos, se frena la velocidad de crecimiento.
 Disminución de la motilidad intestinal.
 Anemia
 Aparece un vello fino y largo, llamado lanudo, en la espalda, los antebrazos, los muslos, el cuello y las
mejillas.
 Estreñimiento crónico.
 La disminución del gasto energético produce una sensación constante de frío.
 La piel se deshidrata, se seca y se agrieta.
 Coloración amarillenta en las palmas de las manos y las plantas de los pies por la acumulación de carótenos
en las glándulas sebáceas.
 Las uñas se quiebran.
 Pérdida de cabello.
 Problemas con los dientes y edemas periféricos. Hinchazones y dolores abdominales.
Prevención
Al tratarse de un trastorno que suele iniciarse en la adolescencia, la observación por parte de la familia es crucial
para detectar en el menor hábitos que supongan una señal de alerta. Estos son algunos factores de riesgo:
 Malos hábitos de comidas: muchos adolescentes comen solos mientras ven la tele o se comunican con sus
amigos vía whatsapp. La falta de horarios fijos y de supervisión por parte de los padres acerca de lo que
comen incrementan las probabiidad de desarrollar un trastorno de la alimentación.
 Mala comunicación con los padres: conocer las preocupaciones de los hijos, sus gustos y su círculo de
amigos puede ayudar a prevenir este tipo de desorden o a detectarlo en una fase inicial.
Tipos
En la anorexia nerviosa se pueden distinguir dos subtipos:
 Subtipo restrictivo: la reducción de peso se consigue mediante dietas o ejercicio físico intenso y el
enfermo no recurre a sobreingestas, atracones o purgas.
 Subtipo bulímico: El enfermo recurre a las purgas aunque haya ingerido una pequeña cantidad de
alimento.
Diagnóstico
La anorexia nerviosa se diagnostica, generalmente, basándose en una intensa pérdida de peso y los síntomas
psicológicos característicos. La anoréxica típicaes una adolescente que ha perdido al menos un 15 por ciento
de su peso corporal, teme la obesidad, ha dejado de menstruar, niega estar enferma y parece sana.
Tratamientos
Los objetivos globales del tratamiento son la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos del
paciente. En primer lugar se intenta conseguir un rápido aumento de peso y la recuperación de los hábitos
alimenticios, ya que pueden implicar un mayor riesgo de muerte. Pero una recuperación total del peso corporal
no es sinónimo de curación. La anorexia es una enfermedad psiquiátrica y debe tratarse como tal. El tratamiento
debe basarse en tres aspectos:
 Detección precoz de la enfermedad: conocimiento de los síntomas por parte de los médicos de atención
primaria y de los protocolos que fijan los criterios que el médico debe observar.
 Coordinación entre los servicios sanitarios implicados: psiquiatría, endocrinología y pediatría.
 Seguimiento ambulatorio una vez que el paciente ha sido dado de alta, con visitas regulares. Las
hospitalizaciones suelen ser prolongadas, lo que supone una desconexión del entorno que puede perjudicar
el desarrollo normal del adolescente. Por ello son aconsejables, siempre que se pueda, los tratamientos
ambulatorios.
El ingreso en un centro médico es necesario cuando:
 La desnutrición es muy grave y hay alteraciones en los signos vitales.
 Cuando las relaciones familiares son insostenibles y es mejor aislar al paciente.
 Cuando se agravan los desórdenes psíquicos.
El tratamiento ambulatorio es eficaz cuando:
 Se detecta de manera precoz.
 No hay episodios de bulimia ni vómitos y existe un compromiso familiar de cooperación.
De esta manera se inicia el tratamiento con la realimentación, que en ocasiones puede provocar molestias
digestivas, ya que el cuerpo no está acostumbrado a ingerir alimentos. Con el tiempo se restablece la situación
biológica y vuelve la menstruación. Después comienza el tratamiento psicológico, que intenta reestructurar las
ideas racionales, eliminar la percepción errónea del cuerpo, mejorar la autoestima, y desarrollar las habilidades
sociales y comunicativas entre el enfermo y su entorno. La familia debe tomar parte de manera activa en el
tratamiento porque en ocasiones el factor desencadenante de la enfermedad se encuentra en su seno y, además, la
recuperación se prolonga inevitablemente en el hogar.

LA BULIMIA nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en una falta de control sobre la
comida, con una ingesta de grandes cantidades de alimentos en un corto periodo de tiempo (atracones),
acompañada por conductas compensatorias como consumo excesivo de laxantes o vómitos autoinducidos, lo que la
diferencia de otros trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nerviosa. El enfermo mantiene estas
conductas en secreto, por lo que a veces es difícil que las personas de su entorno detecten el problema.
La bulimia, junto con la anorexia nerviosa, constituyen los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) de más
rápido crecimiento en la población joven, caracterizados por un conjunto de comportamientos dirigidos a
conseguir o mantener lo que el paciente considera como peso aceptable, siguiendo unas dietas totalmente
irracionales y con un angustioso miedo a engordar.
La bulimia no necesariamente conlleva una alteración del peso y genera un sentimiento de culpa y vergüenza.
Se presenta en el 90% de los casos en mujeres; también pueden sufrirla hombres, aunque su proporción es cerca
de diez veces menor, con cifras ascendentes en estas últimas décadas. Es frecuente en adolescentes y en el inicio de
la edad adulta, aunque algunos casos pueden aparecer en la infancia y en mujeres mayores de 40 años. Su
prevalencia se estima en torno a 1-3% de la población, aunque con cifras probablemente no del todo reales pues se
suele mantener oculto, con una clara evolución a la cronicidad. Algunos grupos sociales como modelos, deportistas
o bailarinas, tienen mayor prevalencia de este problema.
Aunque no se ha conseguido encontrar una causa orgánica que origine este trastorno de la conducta alimentaria
(TCA), se cree que existen varios factores que pueden desencadenar la bulimia nerviosa. Por un lado, numerosos
estudios científicos localizan genéticamente el trastorno en el cromosoma 10 de las personas afectadas, con una
alteración en los niveles o en la actividad de sustancias neurotransmisoras en ellas (serotonina, noradrenalina,
dopamina). Por otro, suele haber una susceptibilidad en estos enfermos demostrada seguramente a través de otros
casos familiares o circunstancias determinadas en su ambiente personal.
Una baja autoestima puede conducir a una excesiva preocupación por el aspecto físico, lo que lleva a realizar dietas
restrictivas, que no siempre producen los resultados deseados, alternadas con episodios de consumo incontrolado
de comida, que provocan un desequilibrio metabólico. El paciente tiene sentimientos de culpabilidad a
consecuencia del atracón, y su preocupación por engordar genera otras conductas como el vómito autoinducido y
el abuso de laxantes.
El enfermo puede sentirse también presionado por los patrones de belleza considerados lideales por la sociedad, y
por la necesidad de ser delgado y atractivo para sentirse aceptado. Experiencias de rechazo social o un fracaso
sentimental pueden hacerle creer que perder peso es un requisito indispensable para tener éxito.
Otra causa, presente también en el trastorno de anorexia, es una falsa percepción de la imagen corporal: el enfermo
se ve gordo aunque su peso sea normal para su edad y constitución.
Síntomas de la persona con bulimia
 La persona con bulimina tiene una preocupación continua por la comida, y siente deseos incontrolables de
comer, especialmente alimentos con alto valor calórico (hidratos de carbono, dulces...). Consume grandes
cantidades de comida en cortos periodos de tiempo (cada dos horas o incluso menos).
 Para contrarrestar el aumento de peso, el paciente puede provocarse vómitos, abusar de laxantes (forma
purgativa), consumir fármacos que reducen el apetito o diuréticos. Otras veces recurre al ejercicio físico
para compensarlo (formas no purgativas). Hay, pues, que sospechar, cuando una persona se encierra en el
baño nada más terminar de comer.
 Es característico de este trastorno que el paciente padece un sentimiento de culpa, vergüenza o
autoreproche por esta conducta.
 De la misma forma, otros síntomas de bulimia pueden ser ayunar durante largos periodos de tiempo, seguir
dietas muy restrictivas y realizar ejercicio intenso.
 El sujeto manifiesta un fuerte miedo a engordar, fijándose como meta un peso inferior a su peso óptimo.
 La bulimia generalmente se presenta en pacientes con antecedentes previos de anorexia nerviosa, y con un
intervalo entre ambos trastornos de varios meses o años.
 Los pacientes con bulimia manifiestan apatía, fatiga, irritabilidad y cambios en el ritmo del sueño, lo que
genera una pérdida del rendimiento laboral o escolar, y el abandono del cuidado personal.
 Otros síntomas que se pueden apreciar en un reconocimiento médico son: una ligera distensión
abdominal con presencia de estreñimiento, hipertrofia de las glándulas parótidas, pérdida del esmalte
dental, lesiones en la garganta, desequilibrio de electrolitos, edemas en extremidades y abrasiones en el
dorso de las manos; todo esto debido a la inducción al vómito. El uso de laxantes y diuréticos también
produce desequilibrio de los fluidos y electrolitos.
 En los bulímicos se presentan, además, alteraciones endocrinas; en las mujeres es frecuente la aparición de
irregularidades en el ciclo menstrual o amenorrea.
Es necesario emplear un tratamiento multidisciplinario para abarcar todas las complicaciones físicas y psicológicas
que presentan los pacientes de bulimia. El objetivo del tratamiento es que la persona mejore su autoestima y se
acepte a sí misma, para restaurar su equilibrio emocional y que sea capaz de adoptar un estilo de vida saludable.

Durante las últimas décadas se han desarrollado un gran número de estrategias terapéuticas para este tipo de
trastorno. Las terapias más aplicadas son la psicoterapia individual, en grupo, o familiar, los grupos de autoayuda, y
el tratamiento farmacológico.

El método que se utiliza con mayor frecuencia en el tratamiento de esta enfermedad es la combinación de fármacos
antidepresivos con la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Los antidepresivos inhibidores de la serotonina (fluoxetina) son eficaces para reducir la frecuencia de los episodios
en los que el paciente come desenfrenadamente durante cortos periodos de tiempo, y los vómitos autoinducidos,
influyendo en la mejoría de la ansiedad, la depresión y el deterioro global, aunque no ayuda a solucionar el problema
de fondo acerca de la sobrevaloración del peso y la figura corporal. Por tal razón, se suelen presentar recaídas a largo
plazo.
La terapia cognitivo conductual, por su parte, es el método más efectivo y el que mejores resultados ha conseguido
en el tratamiento de la bulimia. La terapia cognitivo-conductual, además de mejorar los síntomas, también modifica
la tendencia a realizar dietas extremas e influye en las actitudes hacia el peso y la figura, así como otros síntomas
psicopatológicos como la depresión, la baja autoestima, el deterioro de las relaciones sociales del paciente, etcétera);
de esta forma, los resultados se mantienen a largo plazo.
Finalmente, aunque con menor calado que las personas con anorexia, se necesita una restauración del equilibrio
metabólico y, por tanto, de una rehabilitación dietética para evitar y recomponer aquellos desajustes nutricionales
ocasionados por esta situación.
Hablamos de un peligroso trastorno de la conducta alimentaria, que tanto jóvenes como adultos deberían
evitar. Estos consejos deberían ser tomados en cuenta por todo aquel que quiera prevenir la bulimia:
 Descubre qué te gusta de tu cuerpo, recuérdalo, y potencia ese atractivo con la ropa que mejor se adapte a
tu físico. También puedes disimular los aspectos negativos. Es normal que ciertas partes del cuerpo no te
agraden, y querer mejorar o esconder esos defectos no es malo, siempre que no se convierta en
una obsesión.
 No te compares con los demás. El físico es, sobre todo, cuestión de genes, y aunque se puede mejorar
practicando deporte y con una dieta equilibrada, la estructura ósea y la estatura no se pueden modificar.
Aprende a sentirte cómodo con tu físico porque esa seguridad se transmite y resultarás más atractivo.
 Conoce y valora tus cualidades, y muéstralas cuando conozcas gente nueva. Cuando alguien es simpático,
ingenioso, amable, dice cosas interesantes y sabe escuchar, el físico queda en un segundo plano.
 No critiques la apariencia de los demás. Valóralos por sus cualidades y su carácter, al margen de su belleza.
 Si te sientes mal con tu cuerpo, no comiences una dieta por tu cuenta sin consultar primero con un
profesional. No te aísles, habla con tu familia y amigos. Siempre hay alternativas para mejorar sin necesidad
de caer en hábitos perjudiciales para tu salud, que son un problema grave y no una solución.
Existe o debe existir un compromiso de toda la sociedad, medios de comunicación, educadores, etcétera de reflejar
los hábitos saludables de vida no mediante la pérdida de peso o cuerpos delgados, sino sanos. Fomentar el ejercicio
regular y adaptado a cada persona, el consumo de dieta variada y equilibrada, evitando el consumo de alcohol y
tabaco, como pilares de una vida saludable.
La vigilancia familiar y escolar de situaciones de riesgo en etapas como la adolescencia es de vital importancia para
detectar precozmente cualquier inicio de estas conductas.

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