PROGRAMA No.

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PROVERBIOS

Capítulo 14:1-34

Amigo oyente, regresamos hoy al Libro de Proverbios, y nos corresponde el capítulo 14.
No estamos avanzando demasiado rápido en esta sección y no tenemos la intención de
hacerlo porque nos encontramos en una parte muy importante de la Palabra de Dios.
Aquí tenemos la sabiduría de Dios destilada, podemos decir en frases pequeñas y ellas son
aptas para ciertas personas, y también corresponden a personajes que son mencionados en
la Biblia, como hemos dicho y corresponden además a personas que conocemos en el día de
hoy; y hay un Proverbio para nosotros también, quizá mas de uno. Bueno, en el versículo
1 de este capítulo 14 de Proverbios, leemos:

1
La mujer sabia edifica su casa;
Mas la necia con sus manos la derriba. (Pro. 14:1)

No creemos que se esté hablando aquí de la estructura física del edificio. En la primera
parte de este versículo leemos: La mujer sabia edifica su casa. Podemos pensar acerca de varias
mujeres mencionadas en la Palabra de Dios. Creemos que Sara es un ejemplo. Se nos dice que
ella y otras que fueron las esposas de los patriarcas, “edificaron la casa de Israel”.

También podríamos incluir aquí a la madre de Moisés – Jocabed. Usted recuerda que ella,
aunque era una esclava en un país extranjero, tomó a este pequeño muchachito, lo cuidó de una

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manera tierna y finalmente llegó a ser su nodriza. Ella fue la que le enseñó a él acerca del Señor
y de las tradiciones que habían sido pasadas verbalmente de uno a otro. Ella era una madre
maravillosa. Ella edificó su casa, aun cuando no tenía un edificio físico en ese sentido.

Luego, en la segunda parte de este versículo se nos dice: Mas la necia con sus manos la
derriba. Y hay varias mujeres amigo oyente, mencionadas en las Escrituras, a las cuales esto
describe correctamente. La casa que ellas edificaron fue destruida. Permítanos mencionar un
ejemplo en particular que encontramos allá en el Segundo Libro de Crónicas, capítulo 22,
versículos 2 y 3; y allí dice: Cuando Ocozías comenzó a reinar era de cuarenta y dos años, y
reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri. También él anduvo
en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba que actuase impíamente.

Y amigo oyente, la casa de Acab descendió a lugares muy bajos y por cierto que este
Proverbio es una realidad en cuanto a ellos. Usted puede apreciar que estas son cosas que obran
en la vida – y que han obrado en la vida también; existe demostraciones de esto. Usted puede
analizar esto en el laboratorio de la vida. Y han obrado en la vida, en el día de hoy, alrededor
nuestro; de eso estamos seguros ya que podemos ver muchos ejemplos. Ahora, en el versículo 2
de este capítulo 14 leemos:

2
El que camina en su rectitud teme a Jehová;
Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia. (Pro. 14:2)

Su andar va a revelar, en realidad, su relación con Dios. Eso es lo que se nos dice en las
Epístolas. En la Primera Epístola del apóstol Juan, capítulo 2, versículo 6, leemos: El que dice
que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan 2:6) Es decir, que nosotros
debemos andar aquí como anduvo el Señor Jesucristo, en obediencia al Padre.

Usted recuerda a Samuel, él presentó este asunto delante de Saúl, cuando él le dijo:
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los

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carneros. (1 Samuel 5:22) El obedecer es lo importante, amigo oyente. Su religión es falsa si
en ella no existe una realidad y un andar aquí en la tierra. Eso es lo importante. Ahora, en el
versículo 3, nos dice:

3
En la boca del necio está la vara de la soberbia;
Mas los labios de los sabios los guardarán. (Pro. 14:3)

Esto es muy interesante. El necio por lo general se descubre a sí mismo por lo que dice.
Usted lo único que tiene que hacer es escuchar lo suficiente de lo que esta persona tiene que
decir, y se dará cuenta. Y de paso, ¿no es este un buen cuadro de Goliat? El habló demasiado,
usted recordará, y creemos que él tuvo que lamentar eso. En el versículo 4, tenemos algo muy
destacado; allí dice:

4
Sin bueyes el granero está vacío;
Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan. (Pro. 14:4)

Esto es para nosotros algo sorprendente. El buey es utilizado o presentado en las Sagradas
Escrituras una y otra vez, como un ejemplo para nosotros en el día de hoy; y el buey era una
bestia que se utilizaba para el sacrificio también, y nos habla del sacrificio que realizó Cristo. Y
creemos que también se menciona algo del andar. El buey era una clase de siervo del hombre.
El buey era ungido con el yugo. Y nuestro Señor Jesucristo dijo que Él también tenía un yugo.
Y se ha hecho la pregunta: ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por
nosotros? Pues, por nosotros se escribió.

El buey era un animal fuerte. En realidad era el tractor y el automóvil de la familia de

aquellos días. Ellos usaban el buey para hacer el viaje al mercado o a la ciudad, y también
usaban el mismo buey para arar en el campo. Ahora, el buey era un animal un poco sucio, uno
tenía que limpiar el pesebre. Y la única forma de librarse de limpiar el pesebre, por supuesto,
era librándose de los bueyes. Uno tendría así un pesebre limpio, pero sin bueyes el granero está

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vacío. Aquí pues, tenemos una lección espiritual tremenda que nos sirve para el día de hoy.

Muchas personas hoy tratan de resolver los problemas en una Iglesia donde existe una
división y donde también existe grupos y camarillas. Y la forma de lograr esto es librándose de
ciertos grupos; y a veces estas camarillas están formadas por aquellos que uno no llamaría
buenos apoyadores de la obra, o que son en realidad buenos obreros. Están activos, están
activos como las termitas o polillas (y probablemente con el mismo resultado), pero estas
personas están queriendo librarse de otros que insisten en tener enseñanzas bíblicas, y ellos
insisten que las cosas tienen que ser correctas y honestas en la Iglesia. Y la pequeña camarilla
no gusta de cosas como estas, se oponen a eso. Ellos se enfadan mucho acerca de cosas como
estas y lo que hacen es tratar de limpiar el pesebre, quitar de ese lugar a los bueyes. Pero son los
bueyes los que están pagando todas las cuentas; ellos son los que están ofrendando regularmente.

Y ahora, estos otros se dan cuenta que se encuentran con la gran deuda en sus manos. Quizá
usted tenga en su propia Iglesia a una persona que no le agrada demasiado, porque es demasiado
recto, es estricto y riguroso. Esa persona insiste en que se predique la Palabra de Dios. Esa
persona insiste en que debe haber estudio bíblico, y quizá a usted no le guste esto, no esté de
acuerdo con eso. Pero no conviene dejar que una persona como esta abandone la Iglesia, porque
si esto sucede, usted va a tener problemas, ya que es el buey el que tiene que llevar el arado, y
entonces hay abundancia de pan. Él es esa persona que le va a ayudar a enviar el misionero al
campo misionero. Él es quien ayuda a pagar la cuenta de la electricidad. Es muy importante
amigo oyente, el descubrir quienes son los bueyes que se encuentran en la obra del Señor en el
día de hoy. Notemos ahora lo que dice el versículo 5:

5
El testigo verdadero no mentirá;
Mas el testigo falso hablará mentiras. (Pro. 14:5)

Esto es algo que nosotros deberíamos notar con mucha atención. El Señor Jesucristo ha sido
llamado el testigo fiel y verdadero (Apo. 3:14). Y es así como deben ser los testigos. Hay dos

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clases de testigos: el testigo fiel y el testigo falso.

Escuchamos hoy a muchas personas hablar acerca de ser “testigos de Cristo”, y existe un
cursillo en cuanto a esto también: “Testifique por Cristo” – y cosas parecidas. Amigo oyente,
permítanos decirle que es maravilloso si usted puede tomar un cursillo como este, y si sale a la
calle y llama a las puertas de las casas. No podemos pensar en otra cosa que sea más
maravillosa que esa. Pero, amigo oyente, cuando usted le dice a alguien que Jesús salva, y
guarda y satisface, ¿está usted diciendo la verdad? ¡Ah!, dice usted, esa es la verdad. Sí, claro
que lo es. ¿Pero es eso una realidad en su propia vida? ¿O es usted un testigo falso? Oiga,
esos Proverbios son realmente tremendos, ¿no le parece? Sigamos adelante entonces. Quizá
debemos avanzar un poco más rápido aquí. Leamos el versículo 9, ahora, de este capítulo 14 de
Proverbios:

9
Los necios se mofan del pecado;
Mas entre los rectos hay buena voluntad. (Pro. 14:9)

Los necios se mofan del pecado. ¿Quién hizo eso? Bueno, Jezabel lo hizo. Ella es uno de
los mejores ejemplos que tenemos en la Palabra de Dios. Y se nos dice que nosotros debemos
apartarnos de personas como esas, y que no tenemos que tener nada que hacer con ellos.
Notemos lo que dice el versículo 10:

10
El corazón conoce la amargura de su alma;
Y extraño no se entremeterá en su alegría. (Pro. 14:10)

Cada corazón hoy tiene un gozo secreto o una amargura, y no existe una persona con la cual
pueda compartir eso. No hay nadie. En el día de hoy, quizá queramos compartirlo. Quizá hay
cosas en nuestras vidas que debemos guardar como nuestros propios secretos, aun cuando sea
una experiencia espiritual muy real que nos haya ayudado mucho en nuestra relación con Dios.
Hay algunas personas que quizá no aprecian esas cosas, y quizá puedan ser secretos que uno

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debería guardarse para sí mismo y no compartirlos con los demás. ¿Ha tenido usted alguna vez
una experiencia maravillosa y usted trató de contárselo a alguien, alguno de sus seres amados?

Alguien cuenta que cuando era joven en cierta ocasión escribió un poema, y fue a leer el
poema a algunos de sus parientes y les dijo: “Miren, he escrito un poema y quiero leérselo; y lo
leyó y para él era algo muy gozoso. Pero dice que no les brindó ningún gozo a ellos. Ellos se
ocuparon en otra cosa rápidamente ni bien había comenzado a leer él su poema. Y eso provocó
que él dejara de escribir poesías; y quien sabe, dice él, eso quizá haya evitado que se hubiera
desarrollado una carrera como poeta. Pero, de cualquier forma, la actitud de ellos hizo que él no
escribiera más. Y, amigo oyente, hay algunas otras cosas que uno aprende en la vida, que no
puede compartir con los demás, y otras, que sí las puede compartir. Ahora, el versículo 12 dice:

12
Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte. (Pro. 14:12)

Este es un versículo que debería colocarse en los lugares donde se realizan cultos de
religiones falsas en el día de hoy. Lo que estas personas dicen parece tan razonable; parecen tan
buenos y atractivos. Alguien dijo en cierta ocasión: ¿por qué es que cierto culto sigue creciendo
en la forma en que lo hace? Bueno, es sencillamente porque tiene cierto atractivo para la vieja
naturaleza del hombre. Tiene atractivo para la carne. Simplemente le dice a uno que es bueno,
que es dulce, y que si uno se acicala el cabello y cambia su camisa y se mantiene limpio, que
usted no tendrá ninguna clase de problemas porque es una persona tan buena, y también tiene
que seguir ciertas reglas y normas.

Amigo oyente, hay camino que al hombre le parece derecho; pero siga hacia adelante y mire
el final de ese camino, pero su fin es camino de muerte. – la separación eterna de Dios. Es muy
importante encontrarse en el camino correcto. Veamos ahora, lo que nos dice el versículo 15:

15
El simple todo lo cree;

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 Mas el avisado mira bien sus pasos. (Pro. 14:15)

De paso debemos decir que hay muchas personas que son muy ingenuas. Para el mundo
hoy, el punto de vista común de un creyente es que esta es la persona que tiene un cuociente muy
bajo de inteligencia, que es una persona sencilla, y que cree todo lo que se le dice. Ahora, un
verdadero hijo de Dios en el día de hoy (y existe solo una clase de hijo de Dios, y ellos son los
verdaderos), no es sencillo en este sentido. No cree cada palabra que se le dice.

¿Ha notado usted que los apóstoles siempre hacían preguntas al Señor Jesucristo? Uno de
ellos, Tomás, está siempre haciendo preguntas. Lo podemos leer en las Sagradas Escrituras. Y
Simón Pedro también preguntaba: “¿Por qué no te podemos seguir ahora? Yo puedo entregar
mi vida por Ti”. Y también Felipe, un hombre muy callado, y sin embargo él dijo: Señor,
muéstranos el Padre. “Eso es todo lo que necesitamos”. Y luego Judas, no el Iscariote. Ese
no era tan malo como el otro Judas, pero él dijo: Señor, ¿cómo es que te manifestarás a
nosotros, y no al mundo? (Juan 14:22).

Esos hombres siempre estaban haciendo preguntas. Y si usted es un hijo de Dios verdadero,
usted no va a ser uno que cree todo lo que se le cuente. Fe no es un salto en la oscuridad, amigo
oyente. Fe no es el arriesgar su vida en algo que no conoce. La fe no es como la definió una
niña que: “fe es creer lo que usted sabe que no es”. Amigo oyente, la fe descansa sobre una
base sólida, y Dios dice que si no es un fundamento sólido, que no crea en eso. El simple todo
lo cree; pero el hombre de bien, aquel que es sabio, va probar esas cosas y Dios dice: Probad al
Señor, y ved que Él es bueno. Ahora, en el versículo 16 de este capítulo 14 de Proverbios
leemos:

16
El sabio teme y se aparta del mal;
Mas el insensato se muestra insolente y confiado. (Pro. 14:16)

“El sabio teme”. ¿A quién teme? Bueno, es el temor de Jehová. (Pro. 1:7) – Bueno, eso es

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muy importante. Lo que necesitamos reconocer aquí es algo muy importante, y probablemente
deberíamos leer los siguientes versículos, 17 al 19, de este capítulo 14 de Proverbios:

17
El que fácilmente se enoja hará locuras;
Y el hombre perverso será aborrecido.
18
Los simples heredarán necedad;
Mas los prudentes se coronarán de sabiduría.
19
Los malos se inclinarán delante de los buenos,
Y los impíos a las puertas del justo. (Pro. 14:17-19)

Y lo que nosotros escuchamos, la gente sencilla también lo escucha. Y ellos tienen una
credulidad sorprendente. Estas personas pueden creer cualquier cosa, si cierta persona lo dice.
Alguien dijo que hay algunas personas que creen cualquier cosa si alguien se lo dice como un
secreto. Y eso es verdad hoy. Y esas personas aceptan aun las cosas más absurdas. Nos
sorprende en realidad ver como hay otras que realmente se aprovechan de esta clase de personas.
Y quisiéramos declarar algo en este mismo momento. No es lo que el predicador está diciendo
lo que es importante, es lo que la Palabra de Dios dice. Y permítanos decirle, amigo oyente, que
no somos el oráculo de Delfos, ni tampoco estamos hablando ex-cátedra. No queremos asumir
una posición como esa. No somos de esos que “lo saben todo”.

Usted puede probar lo que estamos diciendo por la Palabra de Dios, y ver si eso es lo que la
Palabra de Dios enseña. No se deje engañar, amigo oyente. Hay muchos discursos atractivos
hoy, en la Iglesia y fuera de la Iglesia, en la radio y fuera de la radio. Pero, amigo oyente, no
crea todo lo que escuche. Creemos que este es un buen consejo, el que estamos pasando en este
momento. Ahora, se nos dice en el versículo 20:

20
El pobre es odioso aun a su amigo;
Pero muchos son los que aman al rico. (Pro. 14:20)

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 ¡Cuán cierto es esto! ¿Verdad? El pobre en el día de hoy no puede aspirar a ocupar cargos
de importancia, para eso uno tiene que ser una persona muy rica. Y luego, el versículo 21 dice:

21
Peca el que menosprecia a su prójimo;
Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. (Pro. 14:21)

Y nuevamente, esta es una prueba para usted, para ver qué es lo que siente hacia aquellos que
no pueden hacer nada a favor suyo. ¿Está usted haciendo algo por ellos? Y luego, el versículo
22 dice:

22
¿No yerran los que piensan el mal?
Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien. (Pro. 14:22)

¡Cuán maravillosos son estos Proverbios! Antes de finalizar este capítulo, consideremos
algunos más que son destacados. El versículo 23 dice:

23
En toda labor hay fruto;
Mas las vanas palabras de los labios empobrecen. (Pro. 14:23)

Usted sabe, amigo oyente, que hay algunas personas que simplemente hablan; nunca hacen
nada. Eso es todo lo que uno recibe de esas personas. El hacer de ellos es simplemente hablar.
Ahora, el versículo 24 dice:

24
Las riquezas de los sabios son su corona;
Pero la insensatez de los necios es infatuación. (Pro. 14:24)

Las riquezas aquí no son necesariamente riquezas materiales. Hay muchas personas que son
ricas. No con las cosas de esta vida sino con las cosas que son espirituales. Eso es importante
de notar aquí. Y el versículo 25 dice:

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 25
El testigo verdadero libra las almas;
Mas el engañoso hablará mentiras. (Pro. 14:25)

El Señor Jesucristo dijo: Si un ciego guía a otro ciego ambos caerán en un hoyo. (Mat.
15:14) Y luego, en los versículos 27 y 30 de este capítulo 14 de Proverbios, leemos:

27
El temor de Jehová es manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte.
30
El corazón apacible es vida de la carne;
Mas la envidia es carcoma de los huesos. (Pro. 14:27,30)

Luego, queremos mencionar un Proverbio más al terminar el programa de hoy. Todos estos
Proverbios son maravillosos, pero queremos destacar uno de ellos. El versículo 34 dice:

34
La justicia engrandece a la nación;
Mas el pecado es afrenta de las naciones. (Pro. 14:34)

Y eso es algo que es muy importante. Cómo nos gustaría ver este versículo en las Naciones
Unidas, donde han dicho que ellos iban a convertir las espadas en arados. Porque ellos no van a
realizar eso hasta que las cosas estén bien aquí abajo. Ellos no podrán hacer eso hasta que
Cristo reine sobre la tierra. Y entonces descubrirán que la justicia engrandece a la nación, pero
en el día de hoy no lo creen. Sin embargo, la historia nos demuestra que eso es así de forma
irrefutable. El camino de la historia está congestionado con el desecho, las ruinas de las
naciones que no siguieron esto.

Mas el pecado es afrenta de las naciones. Estos son Proverbios de suma importancia los
que estamos analizando aquí en este capítulo 14 de Proverbios. Nos encontramos ahora,
digamos, en el segundo año del estudio universitario del joven, en la universidad de la sabiduría.

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 Le invitamos, amigo oyente, a sintonizarnos en nuestro próximo programa, cuando Dios
mediante, comenzaremos a estudiar el capítulo 15. Como hemos hecho anteriormente, le
recomendamos que usted se lea este capítulo, antes de nuestro próximo estudio y lo compare
también con las notas y bosquejos que le hemos enviado, para que esté mejor preparado para el
próximo estudio. Si no ha recibido todavía las notas y bosquejos, pues escríbanos solicitándolas
y con mucho gusto se las enviaremos a vuelta de correo, tan pronto conozcamos su dirección.
Será pues, hasta nuestro próximo programa, Dios mediante, pero antes le recordamos que en el
temor de Jehová está la fuerte confianza y esperanza tendrán sus hijos. ¡Que Dios le bendiga
ricamente!

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