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FACULTAD DE MEDICINA
REGIÓN VERACRUZ
ENSAYO SOBRE EL
SISTEMA ENDOCRINO
ORIENTACION CLÍNICA
Actúan en el metabolismo con efectos que incluyen glucogenólisis en hígado y músculo de fibra
estriada, movilización de ácidos grasos libres (FFA); incremento del valor de lactato plasmático y
estimulación del metabolismo. La noradrenalina y la adrenalina intensifican la fuerza y la velocidad
de contracción del corazón aislado. Las dos catecolaminas también incrementan la excitabilidad del
miocardio y originan extrasístoles y, a veces, arritmias más graves. La noradrenalina produce
vasoconstricción de casi todos los órganos, pero la adrenalina dilata los vasos en el músculo de fibra
estriada y en el hígado. Las dos catecolaminas mencionadas agudizan el estado de alerta
La corteza suprarrenal está dividida en tres zonas. La más externa es la zona glomerular, encargada
de producir aldosterona (mineralocorticoide), está compuesta por células arracimadas, las cuales se
continúan con las columnas celulares que forman la zona fascicular en la cual se secretan cortisol
(glucocorticoide) y andrógenos (dehidroepiandrosterona (DHEA) y androstenediona) Las columnas
mencionadas están separadas por senos venosos. La porción interna de la zona fascicular se fusiona
con la zona reticulada que secreta catecolaminas; en ésta, las columnas se entremezclan a manera de
retículo o red.
Las hormonas de la corteza suprarrenal son derivados del colesterol y contienen el núcleo
ciclopentanoperhidrofenantreno. Entre los efectos de los mineralocorticoides predomina la excreción
de sodio y potasio, y los de los glucocorticoides, en el metabolismo de la glucosa y las proteínas.
En la insuficiencia suprarrenal no tratada, se observa pérdida de sodio y choque por la falta de
actividad mineralocorticoide y también anomalías en el metabolismo del agua, los carbohidratos, las
proteínas y las grasas, por la ausencia de glucocorticoides. La insuficiencia suprarrenal se caracteriza
por la imposibilidad de excretar una carga de agua; con ello, surge la posibilidad de intoxicación
hídrica. Dicho déficit se suprime únicamente con glucocorticoides. En individuos en insuficiencia
suprarrenal que no los han recibido, la infusión intravenosa de solución glucosada puede ocasionar
fiebre alta (“fiebre por glucosa”), seguida de colapso y muerte.
El síndrome de Cushing (puede ser independiente o dependiente de la hormona adrenocorticotrópica.
Las causas de la primera variedad del síndrome (independiente) comprenden tumores suprarrenales
(que secretan glucocorticoides), hiperplasia suprarrenal y utilización duradera de glucocorticoides
exógenos contra enfermedades, como la artritis reumatoide. Entre las causas del síndrome que
depende de hormona adrenocorticotrópica están los tumores de la adenohipófisis y de otros órganos,
los cuales secretan dicha hormona, casi siempre los pulmones, que secretan hormonas, como la ACTH
(síndrome de hormona adrenocorticotrópica) o la hormona liberadora de corticotropina (CRH).
La aldosterona y otros esteroides con actividad mineralocorticoide intensifican la resorción de sodio
a partir de la orina, el sudor, la saliva y el contenido del colon. Sobre tal base, los mineralocorticoides
originan la retención de sodio en el líquido extracelular, lo cual causa su expansión. En los riñones,
las hormonas en cuestión actúan de modo predominante en las células principales (células P) de los
conductos recolectores. Hay intercambio de potasio y del ion hidrógeno en los túbulos renales, por
sodio, con lo cual se expulsa potasio por la orina y ello aumenta su acidez.
La secreción excesiva de andrógeno ocasiona masculinización (síndrome genitosuprarrenal), así
como seudopubertad precoz o seudohermafroditismo de la mujer.
La insuficiencia suprarrenal primaria originada por cuadros patológicos que destruyen la corteza
suprarrenal, es la enfermedad de Addison. Las personas adelgazan, se cansan y muestran hipotensión
crónica. El corazón se empequeñece, tal vez porque la hipotensión disminuye el trabajo de dicha
víscera. Al final, presentan hipotensión profunda y choque (crisis addisoniana); ella se debe no sólo
a la deficiencia de mineralocorticoides, sino también a la de glucocorticoides.
PANCREAS
Es un órgano peritoneal mixto, exocrino ya que segrega enzimas digestivas que pasan al intestino
delgado y endocrino por que produce hormonas, como la insulina, glucagón, polipéptido
pancreático y somatostatina, entre otros, que pasan a la sangre. El páncreas se compone de dos
grandes tipos de tejidos, los ácinos, que secretan jugos digestivos al duodeno, y los islotes de
Langerhans, que secretan insulina y glucagón de forma directa a la sangre.
Los islotes se organizan en torno a pequeños capilares, hacia los que vierten sus hormonas, y
contienen tres tipos fundamentales de células, alfa, beta y delta. Las células beta representan casi el
60% de la totalidad de las células de los islotes y se encuentran sobre todo en el centro de cada uno y
secretan insulina. Las células alfa, que componen casi el 25% del total, secretan glucagón y las células
delta, que representan el 10%, somatostatina. La insulina provoca la captación rápida, el
almacenamiento y el aprovechamiento de la glucosa por casi todos los tejidos del organismo, pero
sobre todo por los músculos, el tejido adiposo y el hígado.
La energía utilizada por el tejido muscular no depende de la glucosa, sino de los ácidos grasos. La
razón principal es que la membrana muscular en reposo es muy poco permeable a la glucosa. Las
fibras musculares que se ejercitan se hacen permeables a la glucosa, aun en ausencia de insulina, por
la simple contracción. Si el músculo no se ejercita después de una comida, pero la glucosa se
transporta en abundancia a su interior, la mayor parte de ella se depositará como glucógeno muscular
y no se empleará como sustrato energético.
Uno de los efectos más importantes de la insulina es el depósito casi inmediato de glucógeno en el
hígado a partir de casi toda la glucosa absorbida después de una comida. Más tarde, entre las comidas,
cuando ya no se dispone de alimento y la glucemia empieza a descender, la secreción de insulina
disminuye con rapidez y el glucógeno hepático se transforma de nuevo en glucosa.
La insulina fomenta la síntesis de ácidos grasos, en mayor medida cuantos más hidratos de carbono
se ingieran, dado que estos no se emplean de inmediato para producir energía y aportan el sustrato
para la síntesis de grasas. Gran parte de esta síntesis tiene lugar en los hepatocitos; luego los ácidos
grasos son transportados desde el hígado por las lipoproteínas de la sangre a las células adiposas,
donde se almacenan.
La insulina estimula el transporte de muchos aminoácidos al interior de las células. Entre estos
aminoácidos destacan la valina, la leucina, la isoleucina, la tirosina y la fenilalanina. Cuando falta
insulina, el depósito de proteínas se interrumpe casi por completo. El catabolismo de las proteínas
aumenta, la síntesis de proteínas cesa y se vierten enormes cantidades de aminoácidos al plasma.
Los principales efectos del glucagón sobre el metabolismo de la glucosa consisten en la degradación
del glucógeno hepático (glucogenólisis) y el aumento de la gluconeogenia hepática. Estos dos efectos
aumentan mucho la disponibilidad de glucosa hacia los demás órganos.
El glucagón estimula la velocidad de absorción de los aminoácidos por los hepatocitos y la conversión
posterior de muchos de ellos en glucosa. Su efecto más importante es la activación de la lipasa de las
células adiposas, con lo que aumenta la disponibilidad de ácidos grasos para su consumo energético.
Las concentraciones elevadas de glucagón también estimulan la contracción cardíaca; aumentan el
flujo sanguíneo de algunos tejidos, sobre todo en los riñones, favorecen la secreción biliar, e inhiben
la secreción de ácido clorhídrico por el estómago.
La somatostatina ejerce numerosos efectos inhibidores: actúa localmente sobre los propios islotes de
Langerhans y reduce la secreción de insulina y de glucagón. La somatostatina reduce la motilidad del
estómago, el duodeno y la vesícula biliar y disminuye tanto la secreción como la absorción por el
tubo digestivo.
La diabetes mellitus es un síndrome caracterizado por la alteración del metabolismo de los hidratos
de carbono, las grasas y las proteínas, bien por falta de secreción de insulina, o por disminución de la
sensibilidad de los tejidos a esta hormona. Existen dos grandes tipos de diabetes mellitus:
La diabetes de tipo I, también denominada diabetes mellitus insulinodependiente (DMID), se debe a
la falta de secreción de insulina.
La diabetes de tipo II, también denominada diabetes mellitus no insulinoindependiente (DMNID),
está causada inicialmente por una menor sensibilidad de los tejidos efectores a las acciones
metabólicas de la insulina. Esta menor sensibilidad a la insulina suele conocerse como resistencia a
la insulina.
La falta de insulina reduce la eficacia de la utilización periférica de la glucosa y aumenta la producción
de esta, con lo que los valores plasmáticos ascienden entre 300 y 1.200 mg/100 ml. El incremento de
la glucosa plasmática tiene numerosas consecuencias en todo el organismo. La elevación de la
glucemia hace que se filtre más glucosa al túbulo renal de la que puede reabsorberse; el exceso de
glucosa se elimina con la orina. Las cifras muy elevadas de glucemia (a veces llegan a ser de hasta
de 8 a 10 veces superiores a sus valores normales en los enfermos con diabetes grave no tratada)
pueden provocar una deshidratación celular grave en todo el cuerpo.
Si la glucemia no se controla bien durante períodos prolongados, los vasos sanguíneos de muchos
tejidos del organismo comenzarán a alterarse y experimentarán cambios estructurales, con el
consiguiente deterioro del aporte de sangre a los tejidos La hiperglucemia crónica también daña otros
muchos tejidos. Por ejemplo, la neuropatía periférica (trastorno de la función de los nervios
periféricos) y las alteraciones del sistema nervioso autónomo constituyen complicaciones frecuentes
de la diabetes mellitus crónica no controlada. El cambio del metabolismo de los hidratos de carbono
al de los lípidos en la diabetes favorece la liberación de cetoácidos, como el ácido acetoacético y el
ácido b-hidroxibutírico, hacia el plasma; esta liberación es más rápida que su captación y oxidación
por las células de los tejidos. En consecuencia, el enfermo sufre una acidosis metabólica grave por
exceso de cetoácidos que, junto con la deshidratación inducida por la excesiva diuresis, provocan una
acidosis intensa. De este modo se establece enseguida el coma diabético y sobreviene la muerte.
OVARIOS
Los ovarios son los órganos femeninos de la reproducción, o gónadas femeninas. Son
estructuras pares con forma de almendra situadas a ambos lados del útero. Los folículos
ováricos producen óvulos, o huevos, y también segregan un grupo de hormonas denominadas
estrógenos, necesarias para el desarrollo de los órganos reproductores y de las características
sexuales secundarias, como distribución de la grasa, amplitud de la pelvis, crecimiento de las
mamas y vello púbico y axilar.
La progesterona ejerce su acción principal sobre la mucosa uterina en el mantenimiento del
embarazo. También actúa junto a los estrógenos favoreciendo el crecimiento y la elasticidad
de la vagina. Los ovarios también elaboran una hormona llamada relaxina, que actúa sobre
los ligamentos de la pelvis y el cuello del útero y provoca su relajación durante el parto,
facilitando de esta forma el alumbramiento.
TESTÍCULOS
Las gónadas masculinas o testículos son cuerpos ovoideos pares que se encuentran
suspendidos en el escroto. Las células de Leydig de los testículos producen una o más
hormonas masculinas, denominadas andrógenos. La más importante es la testosterona, que
estimula el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, influye sobre el crecimiento de
la próstata y vesículas seminales, y estimula la actividad secretora de estas estructuras. Los
testículos también contienen células que producen gametos masculinos o espermatozoides.
El sistema endocrino sin duda es uno de los más importantes ya que tiene a cargo la
producción de una inmensa variedad de hormonas las cuales regulan muchas funciones
importantes en el organismo. Siempre se busca tener la homeostasis .Cuando una hormona
se secreta en mayor o menor proporción se ocasionan diversas patologías que ponen en
riesgo la vida misma.