Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
PARTE
TEORÍA DEL DERECHO
PROCESAL PENAL
SUMARIO
INTRODUCCIÓN AL
ESTUDIO DEL DERECHO
PROCESAL PENAL
SUMARIO
" Para que haya caldo de pollo se requiere que haya pollo", dice el viejo refrán.
Algo similar podríamos decir respecto al derecho procesal: para que haya pro-
ceso, se requiere litigio, controversia. Esto significa que el litigio es un supues-
to del proceso.
Todo proceso j urisdiccional, independientemente de cuál sea su naturale-
za, s upone un litigio. Asi, del litigio se ha dicho que es la base, el presupuesto
o el prius del proceso.
D'Onofrio apuntó que el proceso (cualquiera que fuere, y aquí incluimos a l
penal) requiere una materia como prius, materia que se distingue por tres ras-
gos fundamentales:
a) Tiene carácter j nrídico.
b) Reviste especial importancia jurídica en relación con un sujeto en particu-
lar (a lo cual el citado autor llama interés); y
c) Esta materia no se ha podido arreglar extraprocesalmente. 1
Más conocido es el vocablo "litigio", el cual se emparenta con el de "asun-
to o negocio", que es el supuesto de la mal llamada jurisdicción voluntaria, y
con el que no debe confundirse.
Carnelutti llama litigio al conflicto de intereses calificados por la preten-
sión de uno de los interesados y por la resistencia del otro, pero además - y
aquí intercede Alcalá-Zamora- ha de implicar trascendencia jurídica, porque
una discusión científica o una competencia deportiva no son materia de un pro-
ceso. 2 Cuando el contenido de esa pretensión y su resistencia se cualifica co-
mo penal, el litigio es penal.
1
D'Onofrio, Paolo, L eccio11es de derecho procesal civil. pags. 50 y 51.
2
Alcalá-Zamora y Castillo, Niceto, Enseñanzas y sugerencias de algu110s procesalistas sudameri-
canos acerca de la acción , pág. 329.
8 TEORÍA DEL DERECHO PROCESAL PENAL
INTERÉS INTERÉS
La conflictiva cualificada como penal es susceptible de ser resuelta por las par-
tes mismas en conflicto o por un tercero extraño.
En el caso de solución por las partes mismas, ésta puede ser -y aquí se-
guimos a Alcalá-Zamora- por autodefensa (que también se conoce como auto-
tutela) o por autocomposición, según que tal solución sea egoísta o altruista,
respectivamente.
A. AUTODEFENSA O AUTOTUTELA
B. AUTOCOMPOSICIÚN
C. PROCESO JURISDICCIONAL
~
AUTODEFENSA RIÑA
O AUTOTUTELA >-
(egoísta) t,
[']
LÍCITA O AUTORI-
r
t,
2da .
CLASIFICACIÓN
1 ZADA [']
::,::,
TOLERADA
[']
PROHIBIDA (")
::t
o
"O
PREPROCESAL (antes del proceso) (renuncia a la querella sin haberse ;:e
o(")
l
promovido la acción)
1 r
t?l
[f)
MEOIOS DE
SOLUCIÓN DE
POR Si SOLA (convenio interpartes) >-
r
ha.
CLASIFICACIÓN lNTRAPROCESAL
LOS CONFLICTOS CON FAVORECIMIENTO DE 3ros. (conciliación) "O
PENALES t?l
z
>-
1r
AUTOCOMPOSICIÓN
(altruista)
1 POS PROCESAL (revocación de querella después de sentencia)
Í PROVENIENTE DEL
1 desistimiento de la pretensión
r TRANSACCIÓN
PROCESO BILATERAL
1 PLEA BARGAINING
UN 3ro. EXTRAÑO ARBITRAJE
LEGITIMA
DEFENSA DE 3ro.
Introducción al estudio del derecho procesal penal 13
El proceso penal actual tiene como regla general este principio de necesi-
dad del proceso y de aquí procede una de las notas que hacen importante el
estudio del derecho procesal penal.
Como regla general podemos sostener que mientras en un litigio civil el
juez es eventual, en un litigio penal es indispensable.
Para quienes han conocido, aunque sea someramente, la teoría general del pro-
ceso, un curso de derecho procesal penal resulta no sólo un peldaño más en el
conocimiento de la ciencia procesal, sino un estudio que apoya más al estudiante
en su formación de abogado.
E l estudio integral del derecho procesal penal debe incluir tres pasos: a)
la teoría general del proceso, que nos explica, los principios, instituciones y _con-
ceptos comunes a las diversas r amas del derecho procesal; b) la disciplina del
derecho procesal penal (independientemente del número de cursos que la con-
forme),1que debe llevar como marco conceptual a la teoría general del proceso,
y que s túa a la norma procesal en un espacio y tiempo determinados, para fa-
cilitar su conocimiento y comprensión i_c) la cünica de derecho procesal penal
o práctica forense penal, que lleva al nivel de su aplicación los conceptos pre-
viamente adquiridos.
El curso y la disciplina que ahora iniciamos se ubica en el segundo de los
niveles: no pretende ser un curso de teoría general del proceso (aunque la im-
plique), ni una práctica forense.
Propiamente, la teoría general del proceso surgió cuando los estudiosos de las
diversas ramas del proceso (civil, penal, laboral, mercantil, etc.) comenzaron
a analizar sus principios, con el objeto de identificar cuáles de éstos son comu-
nes a todas las ramas procesales.
Localizadas las coincidencias, los teóricos del proceso (con base en sus
propias experiencias y en las de los procesalistas de cada área), han dado a
dichos principios alcances gigantescos, pero sobre todo sistematizados.
De la práctica se fue así a la construcción de la teoría, y ahora ésta se
revierte a las áreas procesales (como la penal) no sólo para ponerse a prueba
y robustecerse, sino también para provocar y estimular el desarrollo científi-
co de un área específica del proceso, como es la que pretende resolver el liti-
gio penal.
Así, si el derecho procesal penal requiere ser estudiado científicamente, su
objeto de estudio debe tener como marco teórico y conceptual no sólo aquello
que la teoría general del proceso ha construido hasta el momento, sino lo que
seguirá construyendo con base en la recíproca influencia teoría-práctica.
Entonces, el derecho procesal penal (y sin que esto pretenda ser una defi-
nición) constituiría la disciplina jurídica especial cuyo objeto de estudio consis-
Introducción al estudio del derecho procesal penal 15
PRACTICA
FORENSE
PENAL
DERECHO
PROCESAL
PENAL
TEORiA
GENERAL DEL
PROCESO
1.5 DENOMINACIONES
La rama del derecho procesal cuyo estudio hemos emprendido ha sido designa-
da con diversos nombres. Se le ha conocido como práctica criminal, derecho
adjetivo penal, derecho de procedimientos penales, materia criminal foren.se,
etcétera.
En realidad, las designaciones pueden ser correctas en la medida en que
reflejen su contenido. Sería correcto, por ejemplo, llamarle práctica forense pe-
nal si, éste es su cometido, o también derecho judicial penal, si tal fuera su
limitado contenido.
Sin embargo, dado su contenido, nuestra asignatura sólo puede tener un
nombre que, en nuestra opinión es el de derecho procesal penal.
No obstante en México, e inclusive en muchos otros lugares, hay quienes
insisten en llamarle derecho de procedimientos penales, y los títulos de algu-
nos libros así lo demuestran. Por ejemplo, Julio Acero, Fernando Arilla Bas,
Enrico Ferri, Carlos Franco Sodi, Manuel Rivera Silva, Guillermo Colín Sán-
chez, entre otros, prefieren tal denominación. Por su parte, quienes parten ge-
neralmente del estudio de la teoría general del proceso se inclinan por la
denominación de derecho procesal penal, dentro de ellos podemos citar a Nice-
to Alcalá-Zamora y Castillo, Jorge Claria Olmedo, Rafael de Pina, Miguel Fe-
nech, Eugenio Florian (aunque asume una posición separatista), Alberto
González Blanco, Vicenso Manzini, Javier Piña y Palacios, Sergio García Ra-
mírez y Humberto Briseño Sierra.
Denominarle simplemente procedimientos penales significa reducir el con-
tenido de la disciplina a un mero ritual. La rama del derecho procesal penal cu-
yo estudio emprendemos, no sólo estudia los procedimientos, sino también y
en cierta medida la organización y funcionamiento de algunas instituciones,
como la defensoría de oficio, el Ministerio Público, cuyo estudio no es esencial-
mente procedimental. La actividad jurisdiccional o la acción tampoco es mera-
mente ritualista.