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25 BOCA DE SAPO ARTE, LITERATURA Y PENSAMIENTO

CRÓNICAS
Era digital, año XVIII, Diciembre 2017

DE ENTRE SIGLOS
Catelli, Durán, González, Jeftanovic, Rivero, Scavino

Entrevista a Hebe Uhart / Adelanto: Correspondencia Viñas


Columnas de Borja Lasheras y Benegas Lynch / Homenaje a Violeta Parra
Artistas seleccionados para participar de BOCA DE SAPO 25: CRÓNICAS
DE ENTRE SIGLOS

La obra de tapa, las imágenes que corren en la actualización web de Boca de Sapo: CRÓNI-
CAS DE ENTRE SIGLOS y las que acompañan el artículo de Nicolás Rivero pertenecen
a la serie “La suspensión” de Juan Miceli. La serie, llevada a cabo en distintos escena-
rios y geografías, da cuenta del fuerte diálogo entre las disciplinas que establece el artista
a partir de las artes audiovisuales y la videoinstalación. A su vez, junto al texto de Laura
Catelli se reproducen fotografías tomadas en su taller de Chacarita que aportan una
mirada más personal sobre la propia obra: “una mirada percibida como acción y proceso
que se despega de la categoría objetual a la que muchas veces tratamos de reducirla” –
dice Miceli.
En las crónicas de Andrea Jeftanovic (“Sarajevo underground”) y Juan Bautista Du-
rán (“Condenada independencia”) se reproducen fotografías aportadas por los propios
autores. El ensayo de Florencia Eva González “17 hipótesis sobre 1917” es acompa-
ñado visualmente por obras de Magdalena Jitrik que reflexionan sobre la Revolución
Rusa, y Jorge Sánchez ilustra el ensayo de Dardo Scavino, “Indios, drones y fronteras”,
interviniendo páginas de viejos libros.
El homenaje de Stefano Gavagnin a Violeta Parra, la entrevista a Hebe Uhart y un
adelanto del volumen Correspondencia Viñas que aporta Carlos García completan esta
nueva edición de la revista, junto a las columnas de Borja Lasheras y Felipe Benegas
Lynch.
25 BOCA DE SAPO
Arte, Literatura y Pensamiento

STAFF Era digital, año XVII, Diciembre 2017.

DIRECTORA
Jimena Néspolo S u m ari o: Crónicas de entre siglos
CONSEJO DE DIRECCIÓN • Indios, drones y fronteras. Dardo Scavino /2
Claudia Feld
• Sarlo en la revista viva. Nicolás Rivero /12
Florencia Eva González
Nicolás Guerschberg • Crónica: Condenada independencia. Juan Bautista Durán /20
Walter Romero
• Adelanto: Correspondencia David Viñas. Carlos García / 25
Laura Vazquez
• Pensar lo colonial en el presente. Laura Catelli /36
CONSEJO DE REDACCIÓN
• Crónica: Sarajevo underground. Andrea Jeftanovic / 44
María Casiraghi
Felipe Benegas Lynch • 17 hipótesis sobre 1917. Florencia Eva González /54
Hache Pavón
• Homenaje a Violeta Parra. Stefano Gavagnin / 66
CORRECCIÓN • Entrevista a Hebe Uhart. Jimena Néspolo / 74
Carolina Fernández
• Columna: De Mladić, Praljak y La Haya. Borja Lasheras / 82
ARTE Y DISEÑO • Columna: Serbia y Montenegro. Felipe Benegas Lynch / 85
Jorge Sánchez
Derechos reservados – Prohibida la reproducción total o parcial de cada
Diseño Gráfico número sin la cita bibliográfica correspondiente y/o la autorización de
Victorio Scafati la editora. La dirección no se responsabiliza de las opiniones vertidas en
los artículos firmados. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones
COLABORADORES aparezcan tanto en soporte impreso como en digital.
Borja Lasheras Boca de Sapo no retribuye pecuniariamente las colaboraciones.
Impresa en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.
Laura Catelli
J.B. Durán www.bocadesapo.com.ar
Carlos García redaccion@bocadesapo.com.ar
Stefano Gavagnin suscripcion@bocadesapo.com.ar
Andrea Jeftanovic
Nicolás Rivero
Dardo Scavino ISSN 1514-8351
Editor responsable:
Jimena Néspolo
COMMUNITY MANAGER
Matuziken Knight Dirección: Casilla de Correo N°60, Pedro Lagrave 451, CP (1629)
Pilar, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
TE: +54 (230) 4459 599
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Indios, drones y fronteras
El peregrinaje de los puritanos resueltos a fundar la Nueva Jerusalén es el acto fundacional de la nación norteamericana por-
que se veían a sí mismos como a los hebreos en el éxodo bíblico huyendo de los suplicios de la esclavitud. Así, la política de los
antiguos colonos y los pioneros triunfó cuando logró derrotar militarmente a los pueblos originarios, pero también cuando logró
imponer el relato que justificó esas matanzas. La llamada “lucha contra el terrorismo” que proclama hoy el gobierno de Estados
Unidos, la “primera guerra global” desatada por medio de la incursión de drones en territorios soberanos, se justifica en la misma
pretensión mesiánica: la de ser una guerra del Bien contra el Mal.

Por Dardo Scavino


Los mártires protestantes

Los puritanos del Mayflower que zarparon del puerto


inglés de Plymouth el 11 de julio de 1620 y recala-
ron el 26 de noviembre en las costas de Massachusetts
traían entre sus libros uno, escrito por el reverendo in-
glés John Foxe, que el editor había intitulado Actes and
Monuments pero que todo el mundo conocía como The
Book of Martyrs. Como muchos otros martirologistas,
Foxe había empezado por recordar en sus páginas los
suplicios y ejecuciones de los seguidores de Cristo en
la Antigüedad. Pero la originalidad de su historia con-
sistía en incluir entre los mártires cristianos tanto a los
diversos grupos heréticos de la Edad Media como a las
sectas protestantes de la incipiente Edad Moderna. La
Inquisición, el Duque de Alba o los secuaces de Ma-
ría Estuardo habían martirizado a muchos partidarios
de Lutero y de Calvino, de modo que los reformistas
aparecían, en la narrativa de Foxe, como los herederos
de los primeros cristianos, y los papistas, en cambio,
como descendientes de sus verdugos paganos1. Este re-
lato causaría una impresión tan profunda entre los puri-
tanos ingleses que algunos años más tarde el reverendo
John Cotton diría que “el Espíritu Santo no hace ningu-
*Dardo Scavino na diferencia entre el paganismo papista y el paganismo
(Buenos Aires, 1964) es egresado de la de los paganos”, dado que “el papismo es simplemente
Universidad de Buenos Aires y desde hace un paganismo más refinado” y “el estado de los papistas
23 años vive en Francia. Actualmente es
que mueren en el papismo es más peligroso que el esta-
profesor de cultura latinoamericana en la
Universidad de Pau. Entre sus obras, pueden do de los paganos que mueren en la ignorancia”2. Esto
mencionarse: La filosofía actual (1999), explica también por qué su nieto, el reverendo Cotton
Narraciones de la independencia (2010) y Las Mather, estudiaría raudamente la lengua castellana para
fuentes de la juventud (2015). escribir La fe del christiano, un opúsculo dirigido a los

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hechos, a su entender, probaban irrefutablemente la
la guerra punitiva supone dos cosas: que el intervención de la Providencia en el arribo de los pe-
regrinos a las costas del Nuevo Mundo. Cabe recordar
agresor es un criminal y, como consecuencia, no obstante que aquella mesa tan generosamente ten-
dida por la gracia divina fue un obsequio de los indios
que ellos pueden castigarlo.. wampanoag, los mismos que les aportaron alimentos
a esos invasores pálidos que descendían de los navíos
hambrientos y diezmados por el escorbuto. El jefe
habitantes de las colonias españolas a quienes los pro- Massasoit había preferido alimentar a esos hombres
testantes debían liberar de la opresión de los papistas3. antes que verse obligado a recurrir a las armas cuando
Si para los puritanos existía una prueba contun- ellos, desesperados, vinieran a sacarles por la fuerza el
dente de que ellos eran el “pueblo elegido”, esta se en- alimento en las aldeas. Estos indios, que les enseñaron
contraba en el martirio de sus correligionarios: Dios a los puritanos a cazar, pescar y sembrar maíz para que
los había puesto a prueba para que dieran testimonio de sobrevivieran, fueron retribuidos por su generosidad
su fe ante el mundo. El peregrinaje de los puritanos lle- con el exterminio liso y llano, como lo denunciaría
gados de Plymouth es el acto fundacional de la nación el propio fundador de Providence, el baptista Roger
norteamericana: el equivalente del éxodo bíblico. Los Williams, quien, a diferencia de sus correligionarios,
pilgrim fathers arribaron a tierras americanas resueltos a dirigió durante años una comunidad compuesta por in-
fundar la Nueva Jerusalén porque se veían a sí mismos dios y protestantes disidentes. El mismísimo Jehová, se
como a los hebreos que huían de los suplicios de la es- decían los pilgrim fathers, les había dado a los hebreos la
clavitud en Egipto para dirigirse a la Tierra Prometida orden de exterminar a los cananeos (mandato divino
donde “mana la leche y la miel”. Diez años más tarde, el que recibieron, por supuesto, la mayoría de los pueblos
reverendo John Winthrop explicaría en un sermón pro- que se dedicaron a masacrar a algún vecino molesto).
nunciado a bordo del Arabella que los puritanos serían Para justificar estas matanzas, y repitiendo la idea de
“como una ciudad en lo alto de una colina” a la cual se una malevolencia de los “paganos”, otro gobernador
dirigirían “los ojos de todos los pueblos”. Porque esos de Plymouth Colony, William Bradford, comparó a los
calvinistas acababan de firmar una “nueva alianza” con indios con los papistas españoles: “El español podría
Dios y, si ellos la cumplían, Dios la respetaría igual- mostrarse tan feroz como los salvajes de América, y el
mente. Winthrop estaba parafraseando un sermón de hambre y la pestilencia mostrarse tan destructora aquí
Jesús recogido en el Evangelio de Mateo: “Vosotros sois como allá”6. El reverendo Bradford, no obstante, había
la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte sido el primer gobernador en instituir el Thanksgiving,
no se puede esconder”, “alumbra a todos los que están o el Día de Acción de Gracias, para conmemorar el ge-
en casa” y también al resto de los hombres “para que neroso gesto de los wampanoag para con los puritanos.
vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Pa- Cuando un siglo y medio más tarde George Was-
dre que está en los cielos”4. hington introduzca oficialmente esta celebración en
En vez de atravesar el Mar Rojo, los peregrinos el calendario de la flamante nación independiente, los
atravesaron el Atlántico. En vez de llegar a Canaán, indios ya habrán desaparecido de Massachusetts y de
llegaron a Massachusetts5. Uno de los pasajeros del la memoria colectiva para verse sustituidos por la Di-
Mayflower y futuro gobernador de Plymouth Colony, Ed- vina Providencia: “Considerando que el deber de to-
ward Winslow, escribiría en su obra Good Newes from das las naciones consiste en reconocer la Providencia
New England, que “Dios tenía sin lugar a duda un de- de Dios Todopoderoso, en obedecer a su voluntad, en
signio cuando le dio esas tierras en herencia a nuestra mostrarse agradecidos por sus favores y en implorar
nación”, y los predicadores protestantes repetirían este humildemente su protección y su ayuda”, declaraba el
mismo relato en los siglos venideros, como sería el caso decreto del presidente norteamericano, “y que las dos
de James Dana, un pastor de la iglesia congregaciona- cámaras del congreso me pidieron aconsejar al pueblo
lista de New Haven durante las revoluciones de la in- de los Estados Unidos que un día público de acción
dependencia: “Cuando nuestros ancestros buscaban un de gracias y de oraciones sea observado en reconoci-
refugio lejos de la opresión, Dios les trazó un camino miento por los numerosos signos del favor de nuestro
en el mar y les tendió una mesa en el desierto”. Estos Dios Todopoderoso, en particular por haberle dado al

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pueblo los medios para establecer pacíficamente una felices” porque “la religión que será profesada y practi-
forma de gobierno favorable a su seguridad y su felici- cada a través de él tendrá una pureza y una perfección
dad”. “Decido entonces”, concluía, “establecer y asignar más grande que la practicada después de la época de los
que el primer jueves después del 26 de noviembre sea apóstoles”8. Uno de los founding fathers de los Estados
consagrado por el Pueblo de estos Estados al servicio Unidos, el congregacionalista John Adams, le expli-
del gran y glorioso Ser, que es el buen Autor de todo caría a su electorado que “los Estados Unidos habían
lo que existió, de todo lo que existe y existirá de bue- sido designados por la Providencia para ser el teatro en
no. Podemos unirnos entonces todos dándole nuestra donde el hombre debe alcanzar su verdadera estatura,
sincero y humilde agradecimiento, por su cuidado y su en donde la ciencia, la virtud, la libertad, la felicidad
protección”7. y la gloria deben prosperar en paz”9. Y la prosperidad
Es cierto que la revolución de los colonos no- del nuevo país se convertiría más adelante en una indu-
vo-ingleses había empezado como una rebelión contra dable señal de que la Providencia favorecía a los colonos
algunas tasas impuestas por la corona británica. Pero puritanos. Repitiendo una narración teológico-política
decidieron independizarse cuando el rey firmó en 1774 que se remonta a La Ciudad de Dios de San Agustín y que
el Quebec Act, ese acuerdo que le concedía a los indios suele conocerse como translatio imperii10, el reverendo
una buena parte del territorio situado al oeste de los Abiel Abbot llegaría a la conclusión de que la grandeza
Apalaches, y a los papistas franceses, las tierras en tor- de Estados Unidos era una señal de que el país había
no a los Grandes Lagos. A los ojos del reverendo Jona- sido elegido por la Divina Providencia. Como se pre-
than Mayhew de Boston, el acuerdo con los indios y guntaría a principios del XIX este ministro “unitarista”:
los católicos –o con las dos variantes del “paganismo” “¿Sería presuntuoso pensar que la colonización, el cre-
en la interpretación de John Cotton– aparecía como cimiento rápido, la independencia precoz y la prospe-
un traición inadmisible del destino providencial de ridad sin igual de este país son las vías elegidas por la
los colonos protestantes: “En esta parte de América se Providencia para reforzar y extender su Iglesia, contra
extenderá un gran y próspero reino donde viviremos la cual las Puertas del Infierno no predominarán?”11.

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La nación norteamericana heredó de los pilgrim fathers esa arraigada
creencia: ellos eran el “pueblo elegido”, el pueblo al que la Divina Provi-
dencia le encomendó barrer el mal de la superficie terrestre para instaurar
la pureza, el bien, la libertad y, como no podía ser de otro modo, la paz aun
al precio de la guerra. Cualquier otra potencia que se opusiera a su poderío
y su expansión estaría oponiéndose, como consecuencia, a la Divina Pro-
videncia, de manera que los enemigos de Estados Unidos se convertirían
inmediatamente en representantes del Mal o del Anticristo12.

El destino manifiesto

El providencialismo de los colonos novo-ingleses y de los flamantes


estadounidenses conocería nuevas variantes a lo largo del siglo XIX. Un
pastor presbiteriano de Boston, Lyman Beecher, aseguraba que “los Esta-
dos Unidos son la Providencia de Dios destinada a abrir la vía a la eman-
cipación moral y política del mundo”, y esta convicción, asociada con el
mito teológico-político forjado en los inicios de las Trece Colonias, no va a
caracterizar solamente a los estadounidenses más conservadores sino tam-
bién a los otros que, como el propio Beecher, eran partidarios de la aboli-
ción de la esclavitud y defensores de los derechos femeninos. El director
de la Democratic Review, el abolicionista John O’Sullivan, aseguraba en ese
mismo momento que “el nacimiento de nuestra nación marcó el inicio de
una nueva historia, la formación y el crecimiento de un sistema político sin
trabas que nos separa del pasado y nos liga al porvenir”. “Somos”, escribía
en 1839, “el progreso humano”, de modo que “¿quién podría fijar los lími-
tes de nuestro avance?”. “Ningún poder terrestre es capaz de detenernos
porque la Providencia está con nosotros”, y quien se opone a la Provi-
dencia se opone a Dios. ¿Y qué piedad puede tenerse con los enemigos
del Señor? “Estados Unidos fue elegido para esta misión sagrada hacia las
naciones del mundo, naciones privadas de la luz vivificante de la verdad,
y su noble ejemplo le dará un golpe mortal a la tiranía de los reyes, de las
jerarquías y las oligarquías”, porque “¿quién podría dudar que nuestro país
está destinado a convertirse en la gran nación del porvenir?”13. No es difícil
reconocer en estas líneas una paráfrasis de las palabras de John Winthrop
a los pasajeros del Arabella: los Estados Unidos seguían siendo la ciudad en
la colina que guiaría al resto de las naciones. Y por eso algunos años más
tarde, cuando el congreso de Estados Unidos aceptó anexar Texas y “casti-
gar” al pueblo mexicano por oponerse a esa amputación de su territorio,
O’Sullivan escribió un célebre artículo en el que identificó la Providencia
con el “destino manifiesto” de su país: “tenemos derecho, debido a nuestro
destino manifiesto, a expandirnos y a asegurarnos la posesión de todo el
continente que la Providencia nos ha legado para el progreso de la gran
experiencia de la libertad y del desarrollo del gobierno federativo que nos
confió”. “Es un derecho semejante al que tiene el árbol al aire y a la tierra
necesarias para la plena expansión de su principio y de su destino”, con-
cluía el periodista, “que consiste en crecer”. De modo que este derecho se
encontraba, y se encuentra todavía, por encima de cualquier otra conside-
ración del derecho internacional, como la soberanía de los demás Estados
sobre sus territorios nacionales. El derecho de México sobre la mitad de

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su territorio soberano o el derecho que llevaba a aquellos afiebrados mineros desde Nueva York a San Francis-
de los pueblos indígenas a vivir en co. Por supuesto que esos hombres, como muchos otros antes o después,
las tierras de sus ancestros carecían estaban dispuestos a asesinar a un indio, un mexicano o un centroameri-
de cualquier valor frente al derecho cano para adueñarse de una mina, una parcela de tierra fértil o una ruta
que la divinidad les había conferido comercial. Pero lo interesante es entender a qué relatos adhirieron para
a los estadounidenses de expandirse que esos pillajes y homicidios que ellos mismos no hubiesen cometido en
hacia el Oeste. Los pioneers asumi- otra circunstancia se vieran no solamente exonerados, sino también eri-
rían así la identidad de los nuevos gidos en hazañas de una gran gesta mesiánica y nacional. Un filósofo como
pilgrim fathers en busca de la Tierra Hobbes hubiese dicho que, a falta de un Estado, estos individuos habían
Prometida. regresado al estado de naturaleza, a una vida donde los impulsos animales
Por supuesto que el oro de Ca- o salvajes se imponían sobre la ley. Pero las violencias no se perpetraban
lifornia resultó ser un atractivo más en contra de la civilización sino en su nombre. A finales del siglo XIX,
fuerte que la “leche y la miel” de en efecto, Frederick Turner diría que durante la conquista del Oeste los
Canaán. Por supuesto que la fiebre “children of lights” habían vencido a los “children of darkness”, y que durante
de este oro aceleró las matanzas y esta guerra en la frontera se había forjado el espíritu del self-made man nor-
las deportaciones de los pueblos teamericano: el pionero que debía arreglárselas por sí mismo, sin ayuda
originarios o alentó a un filibuste- del Estado, para hacerse una fortuna. Pero no hubo que esperar hasta que
ro de Nashville, William Walker, esos relatos bendijeran retrospectivamente aquellos actos de violencia para
a perpetrar un golpe de Estado en que los réprobos se vieran aprobados o los culpables redimidos: a la ma-
Nicaragua para adueñarse de la ruta nera de los peregrinos puritanos, los pioneros se veían a sí mismos como

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el ejército del bien que combatía a los paganos para El estatuto indeterminado de estos prisioneros
cumplir con la promesa de prosperidad que les hiciera
el Señor. Hasta Hegel, para quien la epopeya contaba la
corresponde al estatuto de los blancos de los drones
historia del combate entre la civilización y la barbarie, militares: son criminales sin ser delincuentes y son
pensaba que estas narraciones habían desaparecido del
continente europeo porque la razón había vencido a la enemigos sin ser combatientes..
sinrazón, de modo que las “epopeyas futuras” tendrían
que representar “la victoria del racionalismo positivo na se extendería “más allá de las fronteras del mundo,
de los americanos sobre las tribus diseminadas del abriendo una nueva era en la historia de la humanidad
Nuevo Mundo”. Sin saberlo, el filósofo alemán estaba y convirtiéndose así en un testimonio de la selección
profetizando el surgimiento de un nuevo género épico, natural a través de la competencia entre las razas”, por-
el western, que dominaría durante décadas la cine- que esta raza, sostenía, “evoluciona más rápidamente
matografía de Hollywood14. El relato providencial no que las otras razas europeas” y “ocupa ya un tercio de
fue entonces una elaboración de los historiadores ten- la tierra”. Strong pensaba que esta raza se extendería
diente a convertir retrospectivamente la codicia de sus todavía más y que “hacia 1980” alcanzaría “la cifra de
ancestros en virtud, o sus asesinatos en proezas épicas, 713 millones” de individuos: en ese momento, decía, la
falseando la realidad de los hechos: los propios predi- “América del Norte”, “más grande que la pequeña isla
cadores que acompañaban las caravanas de los pioneros inglesa”, se volvería “la sede del reino anglo-sajón”. Y
presentaban esos actos en términos mesiánicos, y los por eso este reverendo veía en la guerra de los blancos
pioneros no habrían podido perpetrarlos si no hubiesen protestantes contra los indios paganos una realización
estado convencidos de que obraban en nombre de Dios. de ese “plan” de Dios que había previsto la inexorable
Ninguna epidemia afectó el cerebro de los esmera- expansión anglo-sajona hacia el Oeste. Strong se inspi-
dos puritanos hasta convertirlos en asesinos sanguina- raba en otro de los voceros del darwinismo social, el
rios. O sí, pero esta epidemia no provino de un virus o británico Herbert Spencer, para quien la historia hu-
una bacteria sino de una narración: bastó con conven- mana obedecía a los mismos principios de “lucha por la
cerlos de que estaban combatiendo las huestes del mal vida” que regían las especies animales, y para quien los
y desembarazando a la humanidad de un enemigo des- norteamericanos habían sido un producto de la mezcla
preciable. Pensar que los actos tienen, por sí mismos, de diversas razas arias que había dado a la luz a una es-
una significación y un sentido supone olvidar que los pecie de “hombre superior” que sería el fundador de “la
desacuerdos políticos giran, precisamente, en torno a más grande civilización que el mundo haya conocido”15.
la interpretación de esos actos, y que aquello que para Cuando concluyó la Guerra de Cuba y el congreso nor-
un pueblo fue una masacre perpetrada por las fuerzas teamericano decidió anexar las Filipinas, infringiendo
del mal resulta, para otro, un triunfo venturoso sobre por primera vez el principio fundamental de la propia
esas fuerzas del mal. La política de los peregrinos y los doctrina Monroe, el senador Albert Beveridge diría en
pioneros no triunfó solamente cuando logró derrotar una alocución ante el senado que “Dios nos convirtió
militarmente a los pueblos originarios, sino también, en los amos organizadores del mundo para establecer el
y sobre todo, cuando logró imponer políticamente el orden allí donde reina el caos” y “nos convirtió en ex-
relato que justificó esas matanzas y que, durante más pertos políticos para que podamos constituir gobiernos
de un siglo, permitió, por ejemplo, que el western, con entre los pueblos salvajes o decadentes”.
los ataques de los indios a las caravanas de pioneros y
los malvados bandoleros vencidos por los justicieros, se El castigo celestial
convirtiera en la gran narración épica del pueblo nor-
teamericano. La declaración de Beveridge resume una convicción
Una historiadora francesa, Nicole Guétin, recor- central y arraigada en el pueblo norteamericano: “que
daba hace unos años hasta qué punto la tradición del su nación”, escribe Conrad Cherry, “defiende a otros
racismo estadounidense se inspiraba en el providencia- países para salvaguardar las instituciones libres y los go-
lismo de los pilgrim fathers. El reverendo Josiah Strong, biernos democráticos”16. Carl Schmitt ya había llama-
uno de los portavoces del darwinismo social nortea- do la atención acerca de la profunda mutación que esta
mericano, aseguraba en 1885 que la raza anglo-sajo- democracia había introducido en el derecho de guerra.

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Una guerra suele considerarse justa cuando hay una justa causa bellum, y las cárceles secretas. El asesinato se-
esta causa es, por lo general, una agresión extranjera, como ocurrió cuan- lectivo no es ni una acción policial
do los japoneses bombardearon Pearl Harbor. Pero aun en el caso de la en sentido estricto (dado que no
agresión más feroz, el enemigo sigue siendo tratado como un justus hostis, hay una advertencia que le permita
lo que significa que la categoría de enemigo no se confunde con la carátula al terrorista rendirse) ni una estric-
de delincuente. Un individuo que agrede a otro está cometiendo un delito ta acción de guerra (dado que, en
porque está transgrediendo la ley de un Estado. Un Estado soberano que el momento del asesinato, el sujeto
agrede a otro no está contraviniendo una ley del segundo. La agresión mi- no se encuentra en una situación de
litar no es un delito. Esto explica por qué los actos de guerra más violentos combate, entre otras cosas porque
no son castigados judicialmente una vez la guerra concluida, y por qué los no hay, frente a él, un combatiente
prisioneros de guerra no son presos que están cumpliendo una pena por enemigo).
sus actos o por qué las convenciones internacionales exigen que sean libe- Esta ambigüedad corresponde a
rados con la conclusión del conflicto.Tal como la entiende Estados Unidos, la ambigüedad de ese espacio que se
no obstante, la “guerra punitiva” supone dos cosas: que el agresor es un encuentra fuera del territorio na-
criminal y, como consecuencia, que ellos pueden castigarlo, y que este cional y, como consecuencia, fuera
enemigo no agrede necesariamente a Estados Unidos sino a la humanidad de la jurisdicción de las leyes nor-
en su conjunto, esa humanidad que Estados Unidos representa y defiende. teamericanas. En ese espacio, no
A esta diferencia seguía haciendo alusión Donald Trump cuando aseguró obstante, Estados Unidos se arroga
en un discurso pronunciado el 21 de mayo de 2017 en Ryad que la guerra un derecho de injerencia ilimitada:
contra el terrorismo no era “una batalla entre religiones” sino “entre el esos territorios se encuentran en su
bien y el mal”: “entre criminales bárbaros que tratan de terminar con la dominio de control policial, pero
vida humana, y gente decente, siempre en nombre de la religión; gente esa policía no depende del ministe-
que quiere proteger la vida y quiere proteger su religión”17. rio del interior sino de la defensa;
Esto explica el estatuto ambiguo de los combatientes capturados por se trata de un territorio extranjero,
los Estados Unidos. Los detenidos de Guantánamo o de las prisiones clan- pero esas intervenciones no im-
destinas no son ni presos comunes sometidos a un proceso judicial, ni plican una declaración de guerra
prisioneros de guerra que deberían ser tratados como tales y recobrar la a otro Estado (lo que hace que los
libertad una vez finalizado el conflicto. Estos presos no son ni civiles ni presidentes no precisen la aproba-
militares, ni delincuentes ni combatientes: se los caratula de “terroristas” ción de las cámaras para ordenar
porque cometieron, o pueden cometer, crímenes pavorosos, pero estos una operación sobre un territorio
crímenes no los cometen, por lo general, en el interior de la jurisdicción extranjero). Nos encontramos así
federal estadounidense, de modo que no pueden ser juzgados por sus tri- con un nuevo tipo de imperialis-
bunales. El terrorista se convirtió así en un criminal extraterritorial seme- mo18. Desde el siglo XVI, los impe-
jante al pirata: este, precisamente, no cometía un delito porque sus actos rios proclamaron leyes particulares
tenían lugar en mar abierto y, como consecuencia, fuera de la jurisdicción para sus territorios coloniales y
de los Estados; el terrorista viola la ley de una nación –musulmana, en ge- establecieron allí tribunales y fuer-
neral–, pero como Estados Unidos trata a esas naciones como si fuera mar zas policiales. En el caso de Estados
abierto, solo puede “castigar” a los terroristas invocando esa ley superior a Unidos, esos territorios caen en el
los Estados: una ley divina, la misma que O’Sullivan invocaba para procla- interior de su área de influencia pero
mar el Manifest Destiny de su país. Y es como agente de esta ley superior a no entran dentro de su jurisdicción,
las estatales que los asesinatos selectivos se invocan. lo que significa que están sometidos
El estatuto indeterminado de estos prisioneros corresponde al es- a las acciones de vigilancia y repre-
tatuto indeterminado de los blancos de los drones militares: son criminales sión características de la policía sin
sin ser delincuentes (porque en ese caso deberían poder rendirse para in- actuar en nombre de la ley federal.
gresar en prisión) y son enemigos sin ser combatientes (porque el derecho Y el dron se adapta perfectamente a
de guerra estipula que solo puede matarse a un enemigo en situación de esta posición dado que permite una
combate y no ir a buscarlo, por ejemplo, a la casa, durante un permiso, y vigilancia y una represión de tipo
asesinarlo de un tiro). Barak Obama incrementó, efectivamente, los asesi- policial sin occupatio bellica, es decir,
natos selectivos (targeted killings) para evitar los problemas acarreados por sin que Estados Unidos se vea obli-

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gado a establecer un gobierno de ocupación, lo que significaría establecer
un conjunto de leyes e instituciones en el país ocupado, una gestión de la
población civil o de los prisioneros militares, y sobre todo un derecho de
los presuntos delincuentes a tener un defensor.
Podemos considerar que la llamada “lucha contra el terrorismo” es la
“primera guerra global” porque la incursión de los drones en un territorio
soberano no se considera una invasión y no exige una declaración de guer-
ra por parte del país agresor, debido a que las fuerzas agresoras ejercen las
tareas de vigilancia y represión sobre todo un territorio sin necesidad de
ocuparlo, y a que los enemigos no son considerados justi hostes ni son califi-
cados de delincuentes, es decir, de transgresores de una legislación nacio-
nal susceptibles de verse presentados ante un tribunal. Del mismo modo
que el bounty hunter del Lejano Oeste se internaba en territorio indio para
traer dead or alive a un criminal prófugo de algún estado, el telepiloto in-
gresa con su dron en los territorios musulmanes para cazar terroristas: ese
territorio es ahora “sin ley”, como el desierto o el océano, porque gracias
al control remoto del aparato, el cazador puede adentrarse en esas tierras
sin correr el riesgo de verse sometido a su legislación soberana. La primera
guerra global lleva en este aspecto a su máxima expresión la función de
gendarme planetario que Albert Beveridge le confería a Estados Unidos
después de la Guerra de Cuba: “Dios nos convirtió en los amos organi-
zadores del mundo para establecer el orden allí donde reina el caos”19. Y
para llevar a bien esta “gesta civilizatoria”, cuentan con la colaboración de
varios gobiernos satélites que en el interior de sus fronteras siguen com-
batiendo a los indígenas como si fueran terroristas y haciéndole el campo
orégano al ejército del capital.

Obras de Jorge Sánchez

1 Guétin, Nicole. «USA : généalogie du gov%2Fammem%2FGW%2Fgw004.html terror-financing/2017/05/21/ Acerca de


religieux dans le discours politique» en: Les 8 Citado por Guétin, op. cit., p. 34. la importancia de la religión en la política
Temps Modernes. 2004/1, n° 626, pp. 99- 9 Citado por Guétin, op. cit., p. 45. norteamericana, véase: Jacques Gutwirth,
117. 10 Scavino, Dardo. “Sarmiento y la translatio “Religion et politique aux États-Unis” en :
2 Maynard, Théodore. Histoire du catholi- imperii” en: Estudios de Teoría Literaria. Año 5, Archives de sciences sociales des religions. N°104,
cisme américain. Paris, Le Portulan, 1948, p. n° 10, septiembre 2016, pp. 167-177. 1998. pp. 19-32.
66. 11 Citado por Liliana Crété, «Révolution 18 Luzzani, Telma. Territorios vigilados. Cómo
3 Blondel, Jacques. «L’équivoque puri- américaine et éthique protestante» en Autres opera la red de bases militares norteamericanas
taine» en: Bulletin de la société d’études an- Temps. Les cahiers du christianisme social.N°22, en Sudamérica. Buenos Aires, Sudamericana,
glo-américaines des XVIIe et XVIIIe siècles.N°8, 1989, p. 23. 2012.
1979, pp. 5-15. 12 Fath, Sébastien. «L’Antéchrist chez les 19 Beveridge, Albert. “In Support of an
4 Citado por Nicole Guétin en: Etats-Unis: évangéliques et fondamentalistes améri- American Empire” en: https://www.
l’imposture messianique. Paris, L’Harmattan, cains de 1970 à nos jours» en Revue françai- mtholyoke.edu/acad/intrel/ajb72.htm
2004, p. 25. se d’études américaines. 2014/2, N° 139, p.
5 Cherry, Conrad. God’s New Israel. Duke, 77-97.
The University of North Carolina Press, 13 Citado por Guétin, op. cit., p. 78.
1998. 14 Hegel, Georg W. F. Estética II. Buenos
6 Reilly, Kevin - Kaufman, Stephen – Bo- Aires, Losada, 1963, p. 249.
dino, Angela (ed.). Racism. A Global Reader. 15 Guétin, op. cit., p. 91.
New York, Sharpe Inc., 2003, p. 123. 16 Cherry, op. cit., p. 17.
7 Thanksgiving proclamation, 17 Washington Post, May 21 2017. https://
http://archive.wikiwix.com/ www.washingtonpost.com/politics/us-
cache/?url=http%3A%2F%2Flcweb2.loc. and-gulf-nations-agree-to-crack-down-on-

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 11. ISSN 1514-8351
VAIVENES ENTRE SIGLOS
BEATRIZ SARLO EN LA REVISTA VIVA
En las columnas publicadas en la revista Viva entre 2005 y 2008, Beatriz Sarlo se vale del vaivén ideológico para
ampliar los horizontes de un público al que no estaba habituada. Consciente de los lugares desde donde la leen y
desde donde escribe, le ensayista evita caer en la mera réplica del sistema de creencias del grupo social al que se dirige
y encuentra una posición desafiante y superadora para su propia postura.

Por Nicolás Rivero

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 12. ISSN 1514-8351
E s desde la diferenciación y, sobre todo, preci-
sión de las oraciones como enunciados –tra-
bajada entre otros por Mijaíl Bajtín1– que el
estudio del uso del lenguaje permite indagar la ideo-
logía presente en las emisiones orales o escritas de los
hallarla, se debería más a un error del emisor al elegir
su enunciado o una situación particular que lo afectaba
al momento de emitir ese mensaje. En cualquier caso,
no se apreciaría un verdadero altercado contra la nor-
ma. Por lo tanto, buscar un emisor de prestigio tal que
usuarios. no se pudiera suponer que su cambio discursivo haya
¿El lenguaje es ideología o es la ideología la que sido por un error emocional o circunstancial era el pri-
queda expuesta en el uso del lenguaje? Una aseveración mer objetivo de este ensayo. El segundo, para que la
no necesariamente excluiría a la otra si partimos del anomalía fuera reconocible y perdurable, se debía en-
trabajo de Voloshinov El marxismo y la filosofía del lengua- contrar a un lector que hubiera dado un giro drástico
je2, donde se expresa que al ser las palabras el vehículo en su ideología manifiesta. La pensadora elegida, en
del pensamiento y, al estar estas cargadas de ideología, este caso, fue Beatriz Sarlo.
la lengua pondría de manifesto la estructura ideológica Beatriz Sarlo se construyó como intelectual a partir
del usuario. de sus estudios sobre el marxismo. Analizó los cambios
Pero si la ideología puesta de manifiesto –como ex- culturales que la globalización y el neoliberalismo ejer-
presan desde Voloshinov hasta Raiter3– es la ideología cen sobre las sociedades. Con una postura de izquierda,
de la clase dominante, se caería en el error de replicar Sarlo se podría considerar como una intelectual que es-
el sentido común que se trata de analizar. Por lo tan- cribe contra la hegemonía y la norma (concepto que se
to, se debiera partir de un accidente que ocurra en la precisará más adelante).
norma. Sin embargo, en los años que siguieron al gobier-
Distinguir una anomalía en un discurso que se ha no de Néstor Kirchner, posicionado en la izquierda (o
mantenido inalterable carece de sentido puesto que, de centro izquierda), Sarlo comenzó su “resistencia” dis-

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 13. ISSN 1514-8351
cursiva en los grandes medios de parado los regalos que la Fundación Eva Perón repartía para el día de Reyes
comunicación. Por cantidad de lec- (muñecas y pelotas de fútbol) con los juegos didácticos que recibían los
tores y televidentes, la hegemonía hijos de la pequeña burguesía.
mediática pertenece al Grupo Cla- La autora aprovecha la excusa para hablar sobre el rol determinante
rín y a La Nación. Ambos medios de los maestros en la formación de los alumnos y apunta a la educación
enfilados a lo largo de su historia en como la verdadera niveladora de la igualdad social. Pone sobre la mesa el
los sectores más conservadores o acceso a las computadoras y desestima que la posesión de las mismas (si
bien de matices enrolados pública- bien la clase alta tiene mayor llegada a estas) sea verdaderamente relevan-
mente en la derecha. Por lo tanto, si te para la preparación académica de los alumnos. Insiste en que más que
estos medios representan y replican necesitar computadoras, los alumnos de las escuelas públicas necesitan de
la ideología de la clase dominante, maestros con buena formación y acceso a libros. Sin decirlo expresamente,
ellos serían desde esta perspectiva Sarlo apunta contra lo que considera una práctica populista adelantándose
quienes buscan imponer el sentido a lo que sería el programa Conectar Igualdad.
común: en ellos quedaría expresada El populismo va a ser el eje de las críticas más que la política neolibe-
la norma. ral. La autora, sin dejar de lado su trabajo sobre la cultura y la influencia
Una aclaración que parece social, no traiciona su ideología, empieza a enfocarla en otra parte. La
necesario hacer antes de comenzar transformación discursiva comienza a vincular la ideología pasada como la
con el análisis de las crónicas y es- presente; depende del grupo de práctica o bien, de la concepción que se
tampas de costumbres publicadas tiene del receptor de la emisión. Dicen al respecto Ruíz Carrillo y Estrevel
semanalmente entre 2005 y 2008 Rivera en su trabajo “Construcción del sujeto e ideología social”:
en la revista Viva es que es la misma
Sarlo quien en sus declaraciones pú- En el discurso transformador del sujeto se organiza la palabra, tanto ajena
blicas da cuenta de lo que llamare- como propia. Es la conciencia, que puede así hablar consigo misma porque
mos vaivén ideológico. Este concepto ella al incorporar voces diferentes puede ahora expresar posturas distintas,
que analizaremos no es tan reduc- ideologías dispares y considerar al sujeto en su diferencia. Así, el ser humano
cionista como un simple cambio de siempre se encuentra rodeado de objetivaciones de la ideología, pues las cos-
pensamiento. Tiene raíces mucho movisiones, creencias, estados de ánimo únicamente llegan a ser una realidad
más profundas y una forma que se ideológica al plasmarse mediante las palabras. Cuando incorporo a mi con-
construye como un metadiscurso ciencia un signo, lo incorporo ya empapado con la valoración social, con el
explicitado. Se analizará pues ese punto de vista de un grupo determinado, aun cuando no necesariamente per-
vaivén ideológico en textos donde tenezca a ese grupo para el caso, lo que importa es mi grupo de referencia5.
la autora toca distintos temas socio
culturales pertinentes al cambio de Podría pensarse entonces que no hay un abandono de la ideología,
siglo. la autora aprehende la conciencia del grupo al que le habla y comienza a
bucear a riesgo de contradecirse entre una postura y otra generando una
La creación discursiva de la tercera postura ideológica. La misma mantiene los remanentes de lo que
ideología podríamos llamar una Ideología A, la cual criticaba a una B. Pero, a la vez,
incorpora rasgos de la B, que también apunta contra rasgos de la Ideolo-
La primera columna que anali- gía A. Por lo tanto, en el confluir y repensar constante de A y B surge lo
zaremos pertenece a una interven- que llamaremos Ideología C. Para constatarlo, en una entrevista realizada
ción de Sarlo en el año 2005 en la a Sarlo por la revista Crisis6 en 2017 (por motivo del año de gobierno de
mencionada revista Viva, donde la Mauricio Macri) la autora explica este vaivén ideológico (en parte). Al ser
autora ya comienza con el deba- consultada por la ausencia de críticas a la corrupción kirchnerista en su
te ideológico para lograr un (re) libro La audacia y el cálculo la autora indicó:
posicionamiento. El texto titula-
do “Maestros de primera”4 surgía Me hago perfectamente cargo de esa autocrítica. La gente que viene de la iz-
como respuesta a la crítica que los quierda, en general, no sabe lidiar con este tema, tal vez sí los socialistas tra-
lectores de la revista habrían reali- dicionales, los del partido socialista; pero a los que venimos de la izquierda
zado a la ensayista por haber com- revolucionaria (o como quieras llamarlo) nunca nos pareció que era un pro-

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 14. ISSN 1514-8351
blema, dado que el verdadero problema era la burgue-
sía, o el capitalismo, o el liberalismo. Siempre fue un Lo que se nota en las columnas es el análisis de las
tema ajeno a nosotros. No tenemos preparación teórica,
ni tuvimos tensión moral para ponerlo en el centro. Así creencias y costumbres sociales para desarticularlas y
como yo en el libro lo paso de costado, me acuerdo que
[Martín] Caparrós hablaba del honestismo. A los que
que el lector note la carga ideológica, y contradictoria,
vienen de la izquierda o del peronismo revolucionario que hay en ellas.
eso no les competía, porque la cuestión era el imperia-
lismo, la burguesía, es decir la corrupción en un sentido
sistémico. Por eso si se pudiera reescribir ese libro, cosa no y que despierta pasiones en las mujeres. El carácter
que no haría nunca, nunca toco un libro que he escrito, igualitario es algo a destacar por la escritora.
abordaría ese asunto de otra forma porque ya era claro Para concluir este punto, vemos que Sarlo critica
en ese tiempo. El libro está escrito en las vísperas de la la ideología de corte progresista bajada desde el Estado
muerte de Néstor, o sea que ya se sabía. pero también apunta como otrora sus cañones contra
Videla y compañía. Ambas ideologías conviven sin con-
Lo que Sarlo señala, más allá de la autocrítica, es tradecirse. Hablan para ambos públicos de lo que hoy
lo que antes se había apuntado en este trabajo sobre se conoce como “la grieta”.
el enfoque: el foco antes estaba puesto en el imperia- Sarlo, entonces, no expresaría una postura indivi-
lismo, capitalismo o liberalismo. No admite que estos dual construida sobre la nada. Lo que se aprecia, más
modelos hayan dejado de ser un problema, sino que bien, es un uso particular o individual de las ideologías
también hay otros por los cuales debe revisar su prepa- vigentes.
ración teórica, su ideología, para admitir la crítica a la Teun A. Van Dijk en su trabajo “Política, ideología
ideología A de la cual parte. y discurso” explica que tanto las ideologías, como las
¿Sarlo “inventa” una ideología puramente personal lenguas, son esencialmente sociales. No hay ninguna
o hace uso de una ideología ya establecida? ¿Es un caso ideología “personal” o “individual” sino que hay “usos”
de hibridez ideológica? Lo que se nota en las columnas personales o individuales de las mismas. Agrega además
es el análisis precisamente de las creencias y costum- que:
bres sociales para desarticularlas y que el lector note la
carga ideológica (y contradictoria) que hay en ellas. Por La identidad de grupos no se basa solo en sus pro-
eso, se observan dardos y aplausos tanto para la postura piedades “estructurales”, sino también en su ideología.
A como para la B. Los sistemas de creencia ideológicos - ideologías- for-
En la columna de junio del 2006 “Algunas ense- man la base “axiomática” de creencias más específicas o
ñanzas sobre el mundial”7, previa al certamen de Ale- “representaciones sociales” de un grupo, tales como su
mania, la ensayista se mete de lleno en el debate sobre conocimiento grupal y las opiniones de grupo (acti-
la bajada de línea del Ministerio de Educación para tudes).8
aprovechar el evento futbolístico para las actividades en
el aula. Sarlo carga contra una medida presuntamente Esto puede explicar que la no contradicción ideo-
inclusiva y progresista de usar el fútbol para generar lógica responde al manejo de estas “representaciones
interés en los alumnos, apunta que los estudiantes van sociales” de grupo. A riesgo de caer en cristalizaciones,
a estar más ocupados en prestar atención al partido que la ensayista evita caer en el lugar común por una serie
viene que a lo que el docente haya armado con poco de procedimientos. En primer lugar, ya antes enuncia-
tiempo de preparación. Por otro lado, argumenta que do, Sarlo reflexiona sobre las cristalizaciones culturales
si las demás actividades no se paralizan por el Mundial, para darles su enfoque y su estilo discursivo.
mucho menos debiera hacerlo la Educación. Sin em- Por otro lado, la puesta en diálogo de la ideología
bargo, considera que la oportunidad podría ser propi- A con la B generaría en el lector una amplitud ideológi-
cia para analizar el uso del mundial de Argentina 1978 ca. No se le habla a un receptor de ideología B sobre la
para explicar y reflexionar sobre la última dictadura A. Sarlo parte de la ideología B para relacionar puntos
militar, y a la vez celebra que el fútbol ha dejado de ser de la A que puedan mostrar otra visión a su público sin
en los jóvenes un deporte propio del género masculi- que lo sientan impuesto o chocante.

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Por ejemplo, en la menciona- con la toma de conciencia sobre el consumo desmedido de unos ante la ex-
da columna de 2006 la autora parte trema carencia de otros: una nota más cercana a la ideología A con rasgos
de la crítica a una medida que clama de la B. Se puede apreciar entonces por el año de publicación que tras dos
ser progresista (B) y da un giro para años de estas columnas la autora ha ido logrando un avance en la amplia-
introducir un aspecto difícil de re- ción ideológica de sus lectores. El vaivén ideológico o uso de ambas pos-
chazar que proviene de la ideología turas para sintetizar la tercera se realiza con mayor economía discursiva.
A: la reflexión sobre la dictadura Los lectores conocen a Sarlo y las “objeciones” que le realizan por medio
militar. Ahora bien, si bien pertene- del e-mail de contacto son utilizadas para la próxima columna para justi-
ce por fuerza de redundancia a un ficar o hacer autocrítica de la ideología esbozada y nuevamente ampliar el
sector ideológico, la dictadura no horizonte de creencias de sus lectores. Se genera una retroalimentación.
deja de ser una “representación so- A diferencia de los acercamientos más tradicionales a la ideología, las
cial” que pertenece a ambos grupos ideologías son no necesariamente “negativas”. Ellas tienen estructuras y
por historia y geografía. funciones similares, sean compartidas por grupos dominantes o por gru-
En el texto “Historia de un pos dominados, grupos “malos” o grupos “buenos”. Así, habrá ideologías
país con dos cabezas”9 publicado negativas o positivas (“utopías”), dependiendo de la perspectiva, de los va-
en 2007 se ve un procedimiento si- lores o de la pertenencia grupal de quien los evalúa…10
milar. Parte de una representación Partiendo de esta afirmación de Van Dijk la ensayista jugaría con es-
social como lo es la pobreza en el tas delimitaciones de las estructuras ideológicas compartidas por el grupo
interior del país hasta que llega al frente al que se construye. Sarlo es una hábil escritora para allanar el cami-
punto de interpelar a la ideología B no del uso individual que hace de la ideología para expresarla ante sus lec-

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 16. ISSN 1514-8351
tores que no la encuentran chocante. Evita así el error En general, las ciudades que no están sucias son tam-
de numerosos columnistas de simplemente replicar el bién las ciudades donde hay menos gente pobre que se
sistema de creencias de su grupo social. A la vez es una gana la vida con lo que encuentra por la calle. Esto
excelente lectora del público al que le escribe: no lo es una regla. Los pobres siempre están en los lugares
consiente pero tampoco lo interpela con violencia. más sucios: en las villas miseria donde no hay cloacas
ni agua corriente, debajo de las autopistas, en casi-
El vaivén ideológico llas con paredes de cartón que más que protectoras son
simbólicas, revolviendo la basura para ver si encuen-
El procedimiento de Sarlo en el corpus de textos tran comida, o cartoneando. En consecuencia, como
analizados se basa en el reconocimiento no solo de las en Buenos Aires los vecinos no clasifican sus desechos
creencias sino también de las prácticas de la clase de y no hubo gobierno decidido a obligarlos, las veredas
ideología B. Sus columnas usan el motivo del viaje pero quedan como si hubiera pasado un batallón de zapa-
también los personajes que se pueden encontrar en lu- dores. Muchos pobres duermen en los zaguanes y no se
gares que sus lectores modelo transitan a diario. Un esmeran para convertirlos en un espacio de design, sino
ejemplo de esto es la columna sobre el mantero que en un amontonamiento de objetos rotos que sólo tienen
vende CD truchos que es comparado con el florista11: utilidad para ellos .
uno es despreciado por su lector mientras que el otro, Cuando revuelven la basura, tiran todo lo que no les
no. Parte de una creencia para desarticularla con otro sirve a la vereda porque la ciudad es un reservorio de
porque, en el fondo, la labor de ambos individuos es restos y no la urbe reluciente de las fantasías (razo-
similar. nables) de los otros vecinos. Nunca vi a nadie revol-
Pero la ensayista también parte de las prácticas de viendo la basura en Berlín y tampoco hay basura en
clase. En la vorágine del fenómeno del libro electróni- sus veredas. Por otra parte, el escándalo que produce
co, Sarlo aprovecha al lector que se debate si comprar alguien tirando una lata de cerveza por la ventanilla
ese artefacto o seguir leyendo libros de la forma tradi- de un tren en marcha, obliga a fijar la vista en esos
cional para hablar de lo superfluo del asunto, cuando trenes, los del Sarmiento por ejemplo, que son carcasas
en el país los jóvenes tienen un gran déficit de lectura de material percudido y vidrios rotos donde es difícil
y comprensión lectora a pesar que se la pasan “leyendo” que nadie se sienta tentado a practicar las reglas que
de pantallas. la urbanidad establece para deshacerse de la lata que
Por otra parte, también realiza la operación de am- se ha terminado de beber mientras se sostiene, con el
pliación ideológica al señalar que mientras se debate cuerpo, las puertas abiertas de un vagón repleto donde
sobre cuál es el mejor sitio para descargar libros virtua- falta el aire, pese a que también faltan selectas venta-
les, hay escuelas que no tienen ni siquiera ladrillos. De nillas y los asientos están tajeados porque, en un cír-
esta forma, a partir de la práctica de grupo social y de culo que nadie interrumpe, es difícil que alguien cuide
un “problema superfluo” de la misma, pone el ojo en el un vagón calamitoso. La ciudad es, entre otras cosas, un
verdadero conflicto social que es un problema propio artefacto pedagógico .
de la mirada del grupo antagonista. Si lo que muchos aprenden para sobrevivir en ella son
La mencionada columna titulada “Leer en panta- las habilidades del cirujeo, no parece probable que és-
lla, un ¿progreso? para pocos”, del año 2008, dedica tas se practiquen acompañadas por un cuidado meti-
mucho menos espacio a caminar el discurso del grupo culoso por la limpieza de los espacios comunes, como si
para introducir la problemática social que a la autora le los que cirujean en Buenos Aires fueran pobres vocacio-
interesa que su lector analice. nales que han elegido comer de la basura o cartonear
Para observar mejor cómo actúa el vaivén ideo- para pasar más tiempo al aire libre. Si los argentinos
lógico en Sarlo, veamos el texto “La mugre en el ojo nos hemos acostumbrado a vivir con tantos pobres, de-
ajeno”, del año 2008, donde un “aceitado” uso de las beríamos acostumbrarnos a pensar que, así como los
ideologías A y B termina por concluir con la postura ricos construyen piletas en sus countries y las capas
C: se subrayará el uso de la ideología B mientras que medias pagan las expensas de los departamentos, los
en cursiva se delimitará el desarrollo de la A con el fin pobres no tienen nada que construir ni ningún recur-
de lograr la “amplitud” mencionada, que quedará con- so que ahorrar; ningún entorno urbano les parece más
densada como C en los últimos dos párrafos en negrita. importante que aquel donde pueden recoger la mayor

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ciudad) para rápidamente introdu-
cir la problematización A, la de los
marginados sociales. Sarlo continúa
con la postura B echándoles la “cul-
pa” a los pobres por la suciedad en
la ciudad debido a su labor pero tras
guiar al lector dentro de un univer-
so de creencias que ya conoce. Con
cantidad de materia para su supervivencia. Si dan asco las veredas cubiertas el camino allanado, puede cambiar
de basura producida por el “reciclaje” cartonero tendríamos que pensar que a el foco (con ironía) para posarlo en
los cartoneros tampoco les fascina, como única salida laboral (un destino fi- la dura realidad de quienes viven
nal más que una “salida”) revolver la basura que producimos, ni mandar a sus del reciclaje para desarticular la co-
chicos a pedir ropa vieja mientras ellos destrozan las bolsas de los consorcios. tidianeidad de su lector.
Por supuesto, faltan procesadoras de esos residuos, plantas de acopiamiento, Pero en los últimos párrafos
etc., etc. Pero lo que falta, en primer lugar, son condiciones sociales que no marcados en negrita logra que el
impulsen a la gente a vivir al lado de la vía para estar más cerca de la basura vaivén no sea agresivo. No quita
que debe transportar, sin que se la roben otros pobres. Si miles de personas vi- méritos a la queja de su lector mo-
ven de la basura e instruyen a sus hijos para que puedan seguir con ese oficio delo sobre la suciedad en la ciudad
de subsistencia, no es sensato fantasear que la ciudad donde se desarrollan pero ya lo preparó sobre las com-
sus vidas sea impoluta. ¿Alguien vio alguna vez una villa miseria impoluta, plicaciones que tienen los “recolec-
decorada como un jardín para excluidos? Un papel de chocolate tirado al tores urbanos”. Sintetiza una doble
suelo por un adolescente a la salida de un colegio secundario es una marca solución por parte del Estado que
de suciedad mucho más intolerable que las bolsas de basura destrozadas sobre saciaría ambas ideologías. Un siste-
las veredas nocturnas. No hay razones para que ese papel esté en el suelo. ma que simplifique la labor de los
Todo indica, en cambio, que las veredas nocturnas donde han “cartoneros” que comience a cam-
trabajado las familias de cartoneros quedarán inevitablemen- biar su vida y que “de paso” deje
te cubiertas de desechos. Nadie les paga a los cartoneros para limpia la ciudad. Llegado al objeti-
que barran la vereda que ensucian, nadie puede exigir de ellos vo de la ampliación ideológica, no
una disciplina urbana que está en contradicción con los luga- se desestima toda la problemática
res horribles donde comen y duermen y crían a sus hijos, y se del grupo social sobre la basura, se
enferman. A veces veo a una chica que avanza, por el carril de cambia la repartición de “culpas”.
los colectivos, como una audaz o una suicida, arrastrando esos No carga las tintas contra los car-
artefactos cúbicos construidos con arpillera sintética y seis ca- toneros que ensucian, sino contra
ños. la ausencia del Estado: una posición
La chica lleva una pollera hasta debajo de las rodillas y una que se podría considerar como con-
remera arriba de la cintura; tiene el cuerpo de una gimnasta y ciliadora.
va descalza, elegante, con la espalda arqueada hacia atrás por
el esfuerzo.Trabaja como bestia de carga, lo que se llama “trac-
ción a sangre”. Algunos cartoneros que se reúnen en la barrera,
han ocupado una parte de la vereda con colchones viejos; otros
duermen junto a su atado. Frente a ellos, hay algo de inmoral
en el lamento sobre la limpieza de la ciudad. Algunos carto-
nean desde hace diez años, otros desde el comienzo de este siglo.
Son prueba de una escena social a la que no ha llegado todavía
el derrame de la nueva abundancia, excepto en la cantidad de
basura que esa abundancia ofrece siempre a sus miserables.12

El primer párrafo es un vaivén mucho más ágil que sirve de presenta-


ción de B y A. Primero, una preocupación de grupo social B (la basura en la Obras de Juan Miceli

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 18. ISSN 1514-8351
Recapitulando

Tras haber indagado en las columnas de Sarlo se ha llegado a las siguientes consideraciones
finales.
En primer lugar, cabe señalar que este vaivén ideológico necesita de una autocrítica o capacidad
importante de crítica: al abrirse al diálogo y reflexionar sobre su propio trabajo logra una meta-
discursividad más o menos explícita.
El uso individual de las ideologías en pos de la mencionada ampliación ideológica se lo puede
considerar como un uso estratégico.
Por otro lado, el cambiar de grupo social suscita –como menciona Van Dijk – la invitación a
realizar las prácticas del grupo al que se ingresa y, en tanto, aprehender su universo de creencias.
Cabe destacar que el cambio ideológico es manifestado por la autora como una evolución,
y no reniega de su pasado. A la vez, el vaivén se configura con tal eficacia en su discurso que no
se vuelve contradictorio sino complementario. De lo contrario, no existiría lo que se llamó en
este trabajo postura C.
Por último: el vaivén es un acto de rebeldía contra lo establecido. Con el cambio de gobierno,
en la mencionada entrevista realizada por la revista Crisis, la autora comenzó su mordaz crítica
al modelo afín a la “norma”. Se ve un vaivén posible de analizar pero al cual es conveniente darle
tiempo para poder considerar el procedimiento en su totalidad. Quedarán las dudas sobre si ese
vaivén será una vuelta a su momento de partida (ideología A) o si seguirá siendo una oscilación
entre B y A o a la inversa.

*Nicolás Rivero
es estudiante del Instituto de Formación Docente N°51, de Pilar,
provincia de Buenos Aires.

1 Bajtín, Mijaíl M. Estética de la creación verbal. México, Editorial 7 Sarlo, B. “Algunas enseñanzas sobre el mundial” en: Viva. Buenos
Siglo XXI, 1982. Aires, junio de 2006.
2 Voloshivov, Valentín. El marxismo y la filosofía del lenguaje. Madrid, 8 Van Dijk,T. A. “Política, ideología y discurso” en: Quórum Académi-
Alianza, 1992. co.Vol 2, Nº2, Julio- diciembre 2005. [Recuperado de: http://www.
discursos.org/oldarticles/Politica%20ideologia.pdf]
3 Raiter, Alejandro. Lingüística y Política. Buenos Aires, Biblos, 1999.
9 Sarlo. B. “Historia de un país con dos cabezas” en: Viva. Buenos
4 Sarlo, B. “Maestros de primera” en: Viva. Buenos Aires, marzo de Aires, julio de 2007.
2005.
10 Van Dijk, ob. cit.
5 Ruíz Carrillo, E. Estrevel Rivera, L. B. “Construcción del sujeto
e ideología social” en: Tiempo de educar. Año 9, segunda época, nú- 11 Sarlo, B. “Ganarse la vida entre flores y cds truchos” en: Viva.
mero 18, julio-diciembre de 2008. [Recuperado de: http://www. Buenos Aires, julio de 2007.
redalyc.org/pdf/311/31111811002.pdf]
12 Sarlo, B. “La mugre en el ojo ajeno” en: Viva. Buenos Aires, 13
6 Vanoli, H. Santucho, M. y Canal, M. “Ideología y corrupción” de junio de 2008.
en: Crisis. Buenos Aires, 11 de enero del 2017. [Recuperado de:
http://www.revistacrisis.com.ar/notas/ideologia-y-corrupcion]

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 19. ISSN 1514-8351
CRÓNICA - CATALUÑA, NOVIEMBRE DE 2017
Condenada independencia
Por Juan Bautista Durán
BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 20. ISSN 1514-8351
S e ven menos banderas en la calle, y las esteladas
separatistas tienen que compartir espacio con la
rojigualda española, la constitucional. Barcelo-
na no es una ciudad independentista. Por sus calles
los catalanes una ve baja) de Victoria. Era lo contrario,
sí, trescientos años atrás habían perdido, puesto que
ellos deseaban seguir con los Austrias y sin embargo,
debido a una reestructuración que afectó a toda Eu-
anda gente de distintas procedencias e ideales, gente ropa, en España entraron los Borbones e implantaron
que no obstante puede considerarse barcelonesa y aun un centralismo a la francesa, contrario a los intereses
catalana, porque no está de paso. Solo de un punto a de los catalanes. Es decir, de la Corona de Aragón. El
otro de la ciudad. Como en una manifestación, salvo último archiduque ya estaba en tierras austríacas en el
que sin necesidad de ir en masa. Es una ciudad amable momento en que Antonio de Villarroel, natural de Al-
para el paseante, más bien tranquila y diversa, de dis- bacete, tomó el mando de la defensa de Barcelona y mi-
tancias no demasiado largas. Así es Cataluña también, tigó el asedio borbónico. ¿Qué victoria celebraban los
cuatro provincias ricas en recursos que se disputan en catalanes trescientos años después? Difícil entenderlo
Barcelona sus particularidades. Si Machado denominó sin apelar al tiempo póstumo al que la postmodernidad
a Madrid el rompeolas de todas las Españas, Barcelona nos condujo, en que el futuro no es sino una dilatación
lo es de todos los catalanes, concentrados en sus calles del presente, una negación, hasta quebrar el presente
con una frecuencia inaudita de unos años a esta parte. mismo.
Desde 2010, dirán algunos, cuando el Estatut; desde La victoria es la que se estaba consumando al unir
2012, dirán otros, cuando la gran manifestación cata- a tantos cientos de ciudadanos en el centro de Barce-
lanista en la Diada; desde 2014, dirán unos terceros, lona, gente llegada de distintos puntos de Cataluña en
cuando el tricentenario de la Guerra de Sucesión. autocares fletados por el Govern (gobierno catalán) o
En aquel entonces entraron los Borbones en lugar bien en vehículo propio, ya que para ese día los peajes
de los Austrias, y es algo que todavía se respira en la ca- tenían las barreras levantadas. Barcelona estaba toma-
lle, un tufillo borbónico que ha obligado a los dirigen- da, imagen perfecta del rompeolas que es de todos los
tes catalanistas a crear un fuerte discurso antimonár- catalanes, sobre todo de aquellos a quienes en Madrid
quico. Antaño se decía que el catalán, cuando era fiel al nada se les perdió. Por eso no eran conscientes al for-
Rey, lo era más que cualquier otro ciudadano. Ahora lo mar esa enorme uve de que, así como ellos decían vic-
es en su rechazo, al menos en lo que al sentimiento de toria, otros podían leer el número romano del monarca
la calle respecta, con pintadas en los muros deseando que había accedido al poder ese mismo día trescientos
la muerte del Borbón. Es Felipe VI, fue Juan Carlos, años atrás: Felipe V. La historia de Cataluña, como la
Alfonso XIII y así, echando para atrás en el trono, hasta del conjunto de España y el resto de Europa, está es-
Felipe V, el primer Borbón, cuando accedieron al trono crita en uniones y acuerdos entre casas reales. En 1150
en 1714. Barcelona fue la última ciudad en ser tomada, el Conde Barcelona, Ramón de Berenguer, se unió en
en una resistencia que terminó el 11 de septiembre de matrimonio con la heredera a la Corona de Aragón,
dicho año y que hoy da lugar a la fiesta nacional, es de- Petronila, una niña apenas a quien primero intentaron
cir, la mencionada Diada. Son paradojas que transpira unir con el descendiente de la Corona de León. Nece-
el alma catalana, y no tienen explicación cabal, como sitaban aunar fuerzas con tal de repeler los avances de
no la tiene poner un pie en una baldosa, el otro en la la Corona de Castilla, con la que al fin se unieron, en
de al lado, y que ese metro cuadrado, según las fuentes, 1479, en el matrimonio de los Reyes Católicos, Isabel
en día de manifestación equivalga a una persona, a una y Fernando. Y ya se sabe: tanto monta, monta tanto,
y media o a dos. Lo mejor sería contar como los niños, Isabel como Fernando.
del uno hasta lo que los dedos de la mano den, y en En Barcelona lo llaman Ferran, que es la traducción
adelante, a partir del once o del número que sea, decir al catalán de Fernando, pero de quien más orgullosos
muchos. Uno, dos, tres… muchos. están es de Jaime I. Este fue el conquistador, transpire-
Mucha gente es la que había en el centro de Barce- naico y mediterráneo, figura cuyo Santo da nombre a
lona el 11 de septiembre de 2014, celebrando y reivin- la plaza donde se levantan solemnes el palacio de Ge-
dicando y lamentando, no está muy claro lo que hacían, neralitat (gobierno catalán) y el Ayuntamiento de Bar-
el tricentenario. Ocuparon la Gran Vía y la Diagonal, celona. Dos palacios enfrentados que, sin embargo, a la
de modo que al unirse en la plaza de las Glorias for- fuerza deben entenderse.
maban una uve (para los argentinos, una ve corta; para

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Estos días hay pancartas en la plaza, no pocos alter- van pequeños carteles, uno cada cual, similares al que
cados y un ambiente que tan pronto va de la tensión cuelga del balcón del Ayuntamiento, institución muy
a la festividad. ¿Y usted, está a favor o en contra de flexible en la materia bajo el mando de Ada Colau. No
la independencia de Cataluña? «A mí la independencia se define a favor de lo uno ni de lo otro, sino todo lo
me trae al pairo —dice un señor de mediana edad—, contrario. Hay quienes ven en esta actitud un deje po-
yo estoy a favor del espectáculo; no disfrutaba tanto en pulista, en el sentido de contentar a cada momento al
años». «Por supuesto que sí —dice otro señor—, es auditorio al que se apela; y quizá habría que llamarlo
nuestra dignidad histórica. Llevamos cinco siglos bajo así, de no ser por el enorme ejercicio de populismo y
la dominación castellana». Una señora lo corrige, sin demagogia al que se viene sometiendo al pueblo cata-
embargo. Es mayor y anda por la calle entre asombrada lán en los últimos años. Desde las instituciones, desde
y distraída. «En absoluto —dice—; si no ¿cómo ha- los colegios, desde los medios públicos, desde la prensa
bríamos llegado hasta aquí? Vivimos en un país demo- subvencionada.
crático y quienes han faltado a la ley son los señores del El objetivo de base que movió Cataluña a partir de
Govern, por eso están ahora en la cárcel». «¿Se atreve la Transición fue la creación de un Estado propio, del
usted a decir…? —responde el señor—. Nosotros de- cual el presidente Jordi Pujol, veintitrés años en el car-
fendemos la libertad de los pueblos». ¿Y eso qué sig- go, dijo que él se ocupaba de plantar la semilla para
nifica? «Pues que puedan decidir su futuro, si quieren que sus sucesores instaurasen el Nuevo Estado. Lo ideal
formar parte o no de otro Estado y el modo en que para Pujol habría sido que su hijo Oriol fuese el presi-
quieren ser gobernados». «Y eso lo deciden ustedes a dente que diera el paso, pero tanto Oriol como el ma-
la brava —dice la señora—, está muy bien. En otra yor de los hermanos, Jordi Pujol Ferrussola, están en
época se lo llamaba real decreto, salvo que entonces la cárcel por tráfico de influencias, cohecho y blanqueo
no había democracia y era la mejor forma de gobernar de capital, entre otras imputaciones. La crisis econó-
que teníamos». «Y el pueblo estaba oprimido —dice el mica que sacudió los mercados entre 2008 y 2012, con
señor—, Cataluña siempre ha vivido oprimida». especial virulencia los países del sur de Europa, hizo
Hay mucho ambiente en la plaza de Sant Jaume — saltar en España numerosos casos de corrupción de los
es decir, Jaime—, cámaras de la televisión apostadas que aún no se sabe la entera verdad. Quedan casos por
en distintos puntos, presentadores de toda calaña a la investigar y nombres que juzgar.Toda la clase política se
espera del momento en que aparezca alguna persona- vio salpicada por la corrupción, incluida la Casa Real,
lidad, sea de la fachada que sea; y para mayor espectá- en los años de menor popularidad del Rey Juan Carlos.
culo, se está rodando una película de época frente al Los oscuros negocios de su yerno, Iñaki Urdangarín,
palacio de la Generalitat. A las medidas habituales de ante los que tanto él como su hija hicieron la vista gor-
seguridad se añade un cordón que separa al personal de da, unidos a sus viejas costumbres de monarca campe-
la película de los transeúntes. Los actores están quietos, chano y donjuán, causaron que la opinión pública se le
unos vestidos en harapos y otros con traje y bombín, echara encima y en 2015 se viera en la obligación de
carruaje incluido, a la espera de que suene la claqueta. abdicar. Lo último que dijo acerca de la cuestión cata-
«Eso es mentira —dice por último la señora—: si lana fue que no eran tiempos para quimeras.Y su hijo y
se ha armado aquí la que se armó no es por opresión, es heredero, Felipe VI, está siendo el encargado de capear
por exceso de libertades y por la falta de una presencia las arremetidas de la quimérica cuestión catalana.
determinante del Gobierno de España en Cataluña. No A su vuelta de las vacaciones de verano, reunió a
se puede permitir que una región tenga varios medios los jueces para pedirles el máximo compromiso con la
públicos promoviendo el separatismo y que en la es- Ley y la Constitución, en vista de los episodios que se
cuela se imparta la historia al gusto del gobierno local. avecinaban. El 11 de septiembre, Diada catalana, era la
¿Sabe usted que en los libros de texto catalanes Catalu- primera fecha sensible, seguida del 1 de octubre, día
ña no forma parte de España, sino nada más que de la para el que el Govern había convocado un referéndum
Península Ibérica?». por la secesión. «¿Quieres que Cataluña sea un Estado
El señor ya no atiende, se alejó con un gesto de des- independiente?». Las respuestas eran SÍ o NO, sin lugar
precio hacia un extremo de la zona acordonada. No es para los indecisos; y para que este referéndum fuera
el único. Una veintena larga de personas se reúnen allí vinculante los días 6 y 7 de septiembre se aprobó en el
para reclamar la libertad de los presos políticos. Lle- parlamento catalán una ley de transitoriedad conforme

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el Govern se comprometía a llevar a cabo el resultado del referéndum. hay una prepotencia moral en ello
Pero esta ley salió adelante con solo setenta y dos votos, cuando la norma- que choca con la soberbia castellana
tiva del Parlament obligaba a un mínimo de noventa. Por ello la oposición pero sobre todo ofende a la gente
al completo abandonó el hemiciclo, exigiendo que se reestableciera el or- sensible.
den parlamentario, lo que no sucedió. Tampoco se intervino la comunidad En el referéndum hubo una par-
catalana, como algunas voces exigían, y el Rey no se pronunció más que ticipación rayana al cuarenta por
para hacer un llamamiento a la serenidad, lejos del papel determinante ciento del censo y un resultado fi-
que debe jugar en esta cuestión. El tiempo póstumo lo deja al Rey en una nal, dentro de ese porcentaje, del
especie de no lugar que puede acabar siendo su condena. noventa por ciento a favor del SÍ
Su intervención clave llegó el 3 de octubre a la hora del telediario noc- y el diez restante del No. Debido
turno, tarde si se lo compara con su padre en la noche del 23F y poco sen- a la intervención previa de la Po-
sible con los ciudadanos catalanes, sobre todo aquellos que no defienden la licía, la consulta no pudo hacerse
independencia. Felipe VI actúa al dictado de la claqueta, tan teatral como el con garantías, ya que los sistemas
carruaje que hoy da vueltas frente al palacio de la Generalitat, circunscrito electrónicos estaban bloqueados y
al cordón oficial. Todas las semanas despacha con el presidente del Gobier- hubo que proceder mediante cen-
no; y lo que hizo en su discurso fue mostrar pleno apoyo al Gobierno, al so universal y sin sobres. Cada ciu-
tiempo que avalaba la intervención de la comunidad catalana, es decir, la dadano podía votar en el colegio
aplicación del artículo 155 de la Constitución. Se presentaba como una que quisiera y el voto era contado
medida inevitable. El 1 de octubre, por más que el Gobierno trató de a mano. El referéndum, por tanto,
impedir el referéndum, hubo colegios electorales abiertos y cargas poli- quedó en un triste espectáculo para
ciales contra los ciudadanos que se amotinaron para evitar que la Policía los acólitos del separatismo, lo que
cumpliera con la orden del juez de retirar las urnas. No se puede debatir no impidió que el Govern lo diera
unilateralmente la división de España, está escrito en la Constitución. Y por bueno; consideró, además, que
hubo heridos, muchos menos de los que salieron en los medios, pero los lo impelía a llevar a cabo la ley de
hubo. Uno de ellos, grave. Los abultados números que se dieron a la prensa transitoriedad aprobada en el Par-
responden a la orden que el consejero de salud catalán mandó a los centros lament. ¿Significa eso que el presi-
médicos de exagerar los datos. Nosotros, dicen, somos gente de paz. Y dente catalán, Carles Puigdemont,

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declaró la independencia? Sí y no y todo lo contrario. El Gobierno de
España le dio una semana para que aclarase su postura, cosa que no fue
posible. Se le pedía también a Puigdemont que convocara elecciones al
parlamento catalán como medida para desatascar el entuerto y así evitar
la aplicación del artículo 155 desde Madrid, la Generalitat intervenida y
nuevas elecciones, ahora sí, para el 21 de diciembre. El detalle está en que
no las convoca el gobierno catalán —Puigdemont no se decidió—, sino
que son convocadas desde Madrid.
«Visca la República Catalana!», grita un espontáneo en la plaza de Sant
Jaume. Visca! —es decir, ¡viva!—, claman otros al instante, incluidos al-
gunos actores. De nuevo esperan que el sonido de la claqueta los ponga en
marcha. Están en situación, en una soleada jornada del leve otoño barce-
lonés, algunos puede que acalorados entre el abrigo, el bombín, la bufan-
da y la imposibilidad de una ola de aire frío que atempere el ambiente y
calme los ánimos. Tienen la mirada concentrada, no así los que están del
otro lado del cordón, que deambulan entre la anhelada República (adiós
al monarca) y la posibilidad de una huelga general catalana dentro de dos
días. Y será la segunda, ambas convocadas por asociaciones afines al Go-
vern. Los sindicatos poco tienen que ver en ello, y menos tras la marcha
de capital que supuso el traslado en las últimas semanas de más de dos mil
empresas a otros puntos de España, incluidos los dos bancos más grandes
de Cataluña. De momento fueron las sedes sociales, pero cuanto más se
alargue este proceso menos posibilidades habrá de que las empresas estén
de vuelta. Esto no parece revertir la gravedad en el discurso oficial catalán,
que persiste terco en sus objetivos, se lleve este proceso a quien tenga que
llevarse por delante.
Son ocho los miembros del antiguo Govern presos, además de los pre-
sidentes de sendas organizaciones por la independencia financiadas por la
Generalitat. La plaza de Sant Jaume y sus alrededores está llena de pancar-
tas y carteles pidiendo su libertad, bajo la consigna de ser presos políticos.
Esas pancartas se entreveran con rótulos de hoteles, tiendas de souvenirs o
cadenas de restaurantes de comida rápida, llenas de turistas en el interior
y de mendigos en el exterior. Cada cual hace su negocio con los carteles,
y quien más quien menos intenta pisar el espacio perteneciente al vecino.
No parece que esto vaya a tener fin, lo que acaso sea fatal. La brecha abierta
en el centro mismo de la convivencia es enorme. Gran parte de los catala-
nes vive en realidades paralelas, de espaldas los unos a los otros, sujetos a
banderas e itinerarios distintos. Lo mismo da que uno tenga una opinión o
la contraria, siempre puede ofender al de enfrente.

*Juan Bautista Durán
nacido en Barcelona en 1985, es narrador
y editor de Comba. Fotografías de Juan Bautista Durán

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ADELANTO
David Viñas y Tina Modotti, desnuda e invicta
Entre 1977 y 1990, el escritor David Viñas y el académico alemán Dieter Reichardt entablan un diálogo que ha
quedado registrado en una profusa correspondencia. Carlos García prepara la edición comentada de ese centenar de
cartas, en su mayoría del argentino, absolutamente inéditas y desconocidas hasta el momento. De ese trabajo en curso,
aquí ofrecemos como adelanto un análisis de las misivas relacionadas con la gran fotógrafa italiana Tina Modotti y
los escritos deViñas sobre ella.

Por Carlos Garcia

A ntes de pasar a los documentos, conviene intro­du­cir a los pro-


tagonistas del diálogo. Comienzo con Dieter Reichardt, puesto
que él es el menos cono­cido en Argentina. Nacido en 1938, fue
hasta 2003 profesor de Literatura Es­pa­ñola e Hispa­no­a­­me­r icana en la
Universidad de Hamburgo. En­tre los autores españoles que estudió con
especial fruición se destacan Quevedo y Cal­de­rón; entre los hispanoa-
mericanos, Nicolás Guillén y los Nadaístas (tar­dío gru­po co­lom­biano de
vanguardia, liderado por Gonzalo Arango). Entre los argentinos, Rei-
chardt se ocupó preferentemente de autores de iz­quier­da, desde la bohe-
mia anarquista hasta los miem­bros del gru­po de Boedo. También es­cribió
sobre Arlt, Güiraldes, Enrique González Tu­ñón, Borges y Omar Viñole.
A partir de 1973 viajó varias veces a Buenos Aires, donde en­tabló amis-
tad con numerosos escritores, colec­cio­nistas y libreros de la épo­ca. Su
ingente colección de libros, reco­pilada a lo largo de dece­nios, se encuen-
tra ahora en la Biblio­te­ca estatal uni­ver­sitaria de Ham­burg (Staats- und
Universitätsbibliothek “Carl von Os­sietz­ky”).
Rei­chardt y yo nos conocimos alrededor del año 2000, por intermedio
de una bibliote­caria. Poco después publicamos juntos un libro: Bi­blio­grafía
y an­­to­lo­gía crí­tica de las vanguardias lite­rarias. Ar­gen­tina, Uru­guay y Paraguay
(2004). Sin em­bargo, las obras por las que perdurará su nom­bre en Alema-
nia son un vo­lumen so­bre el tango (1981; 1984) y un Dic­cio­nario de autores
lati­noa­me­ricanos, edi­tado bajo su direc­ción (1992).
En 2015, Rei­chardt dió a luz su diario novelado, Zaunkönig (“Zaunkö-
nig” es el nom­bre de un pá­jaro pe­queño y movedizo, pero en el libro es un
alter ego del autor). El mismo año, presentó un extracto de ese libro, que
contie­ne casi todo lo relacio­nado con Ar­­­gen­tina: Zaunkönigs Ar­gen­tinien,
1973-1987. Viñas aparece a menudo en ambos libros. En 2016 publicó la

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prime­ra edición (bilingüe, castellano-ale­mán) de una jer moderna, desprejuiciada, polí­ti­camente pen­sante.
obra tea­tral de Viñas: Del Che en la frontera (finalizada en Como se verá más abajo siquiera de refilón, su vida fue
1983); la co­menté recientemente, por lo que retoma- agitada, aventurera y dra­má­tica.
mos el contacto1. Las bibliografías de Estela Valverde2 y de la revis-
Imagino que no es necesario presentar aquí a David ta digital El Ma­tadero (2014) informan que David Viñas
Viñas (1929-2011) en detalle. Baste decir que partici- publicó en 1982 un trabajo titulado “A 40 años de su
pó en revistas señeras, como Con­­torno, a cuya re­dacción muerte. Tina Modotti, des­nuda e invicta” (Uno más uno,
perteneció, que fue profesor de literatura en di­ver­sos México, 6-I-1982, 17). No encuentro, sin embargo,
países, que escribió cuentos, ensayos, críticas, libretos huellas de la recepción de ese artículo, abajo reprodu-
de cine, piezas de tea­tro y no­velas. Todo su hacer, de cido, en Argentina.
insobornable perse­ve­rancia, estuvo dedi­ca­do a mostrar Viñas planeó por las mismas fechas hacer en México
los estragos causados por el modelo liberal, desde la una pe­lícula sobre la italiana, acerca de lo cual ofrezco
san­gre de indios y obreros derramada en la Patagonia aquí algunas in­formaciones que creo novedosas.
(su pro­pio padre estuvo cul­­pablemente involucrado La primera mención que encuentro en el episto-
en una matanza) hasta las humi­lla­ciones que el neo- lario acerca del plan cinema­tográfico rela­cio­nado con
liberalismo inflige aún hoy al ser humano. La última Tina Modotti surge de una carta de Viñas a Reichardt
dicta­­dura mili­tar mató a sus dos hijos, María Adelaida del 21 de octubre de 1981: Viñas acababa de regresar
(“Mini”) y Lorenzo Is­mael, mili­tan­tes monto­ne­ros, te- a México después de una ague­rri­da semana en Cuba
mas sobre los que versan algunas cartas. (su relación con este país daría para un trabajo por se­
Las mejores no­velas de Viñas son, a mi en­ten­der, pa­rado). Al comienzo de su estadía en México, que se
Jauría (1971) y Cuer­po a cuerpo, que ori­ginal­mente iba a extenderá hasta fines de 1983, Viñas vivió en casa de
lla­marse Tango y apa­re­ció en el exilio mexicano (1979), Noé Jitrik (poco más tarde utilizará la de “Si­glo XXI
y de la cual se habla a menudo en el epistolario. edi­to­­res”, en la avenida Cerro del Agua)3. El argentino
Viñas re­gresó al país en 1983 (por las fechas en que relata a su amigo (“Mi querido Dieter”) desde el distri-
Alfon­sín asumió la pre­­­sidencia; gestión que acompañó to fe­deral:
críticamente). La reincorporación de Viñas al ámbito
uni­ver­si­ta­rio ocasionó una olea­da de curiosidad y re- Ciudad agresiva, casi feroz, pero que me per-
conocimiento. En 1988 fue can­di­da­to al puesto de in­ mite ir haciendo pie en la base empírica indis-
tendente de Buenos Aires, que previsiblemente no ob­ pensable: clases en la UNAM, con un contrato
tuvo. de un año y un libro cinematográfico sobre Tina
Modotti (…“La muerta”). No ha muer­to. Porque
Tina Modotti, la mujer y el film era italiana, fotógrafa e insolente. Y se parecía
a mi ma­dre… La expulsaron de México en 1920
De entre las mujeres que a principios del siglo XX (señalando el Termidor revolu­cionario mexica-
descollaron en el ámbito cultural e intelectual mexica- no –como otras mu­jeres fueron liquidadas en
no, sobresalen las pintoras Frida Kahlo y María Izquier- otras partes en si­tua­cio­nes análogas).
do, las escri­toras Antonieta Rivas Mercado y Lupe Ma-
rín, la diplomá­tica y feminista Amalia Castillo Ledón, la El límite entre textos es difuso, la frontera entre
polifacética y trágica Nahui Olin (Car­men Mon­dra­gón, los géneros se torna porosa. Como en otras ocasiones
poeta, modelo y pintora). La te­me­raria y con­tro­­­vertida a lo largo del epistolario, Viñas ensaya en esta carta co-
italiana Tina Mo­dotti (en realidad, Assunta Adelaide sas que dirá luego en letras de molde, de manera más
Luigia Mo­dotti Mondini, 1896-1942) no fue la menor desarrollada, pero no fundamentalmente distinta. En
de ellas. este caso, la primera re­fe­rencia(“base empírica”) alu-
Tras algunos escarceos fílmicos en Hollywood, pasó de al dinero, una de las principales preocupaciones de
a México con su maestro y pareja, el fotógrafo Edward Viñas, que a menudo la tematiza en sus textos, y que
Weston, de quien aprendió el ofi­cio. Pero si bien al- también se transparenta en los Diarios de Emilio Renzi
canzó en ese métier una alta perfección, su valor como (Piglia 2015-2017).
persona es quizás aún más alto: con Frida Kahlo, de La siguiente referencia, que pronto se convertirá en
quien fue muy amiga, se con­vir­tió en modelo de mu- tópico, es a “la muerta que no ha fallecido”, una especie

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de eco al “fusilado que vive” de Ro­dolfo Walsh. modelo enternecedora e inquietante de Ri­vera,
Viñas alude así a “Tina Modotti ha muer­to”, el poe- Orozco, etc.
ma que Pablo Neruda, a la sazón embajador de Chile en Adjunta, obviamente (¿tan obvia?) te envío una
México, le de­dicó en 1942, con ocasión de su muerte foto del maestro de la fotografía mexicana de
y para defender su me­moria, ata­cada desde la prensa los 20, Edward Weston, con quien entró a Mé-
oficialista y por los anticomunistas. El poema está in­ xico (el mismo día de 1923 en que lo asesina-
flamado de aprecio y respeto por la “hermana” falleci- ron a Villa).
da, pero, a decir ver­­­dad, no es de los mejores de Ne­­ Cfr. Mildred Constantine: Tina Modotti, una
ruda. Forma parte de su libro Tercera re­si­­dencia (1947), vida frágil. Fondo Cultura Económica, México,
con poemas de 1935-1945. 1975, 211 págs.4
También otros pasajes de la carta arriba citada me- Ya irá otra.
recen comentario: “Y se parecía a mi madre...”, agrega Hasta entonces, recibe mi abrazo transconti-
Viñas. No alude a algún parecido físi­co, sino de carác- nental y azteca.
ter: en la novela familiar de Viñas, la madre re­pre­senta
la fuerza libera­dora, la opo­si­ción a lo dado, la resisten- El estilo atorado, oscilante entre el vos y el tú, así
cia. En otra carta a Rei­chardt la lla­mará “anar­ca, inso­ como el no recordar lo que ya ha relatado, denota la
lente, densa y espléndida”. Su im­pronta gra­vi­tará sobre excitación de Viñas: quiere que Reichardt pu­blique
los perso­na­jes femeninos de Viñas. algo sobre Modotti en su revista.
Con el término “Termidor”, Viñas alude al turning Reichardt era, en efecto, uno de los redac­tores de
point de la Re­volución Francesa, cuando la jeunesse dorée Iberoamericana, revista que aparecía en Frankfurt, don-
y otros se vuelven contra Ro­­bes­pierre y desenlazan un de se publicaron algunos textos del argentino y uno del
proceso que terminará en el Directorio y la Restaura- alemán sobre él, a partir de 1977. Por mo­tivos que ig-
ción. En México tuvo lugar, análogamente, un vuelco noro, no parece haber sido publicado algo de Viñas o de
anti­co­mu­nis­ta hacia 1929-1930, que en el caso que nos Reichardt acerca de Modotti en la revista.
ocupa empujará a Modotti al destierro. En esta carta se menciona por fin con quién planea
Hubo manejos con la intención de endilgarle la Viñas hacer el film: el di­rector mexicano Paul Leduc,
muerte de su pareja (Julio Antonio Mella, fundador nacido en 1942. Leduc ya había obtenido el reconoci-
del PC cubano, a cuyo lado estaba cuando lo asesinaron miento de la crítica con varios do­cu­­mentales. Algunas
en la calle), y hasta se le imputó un intento de magni­ películas suyas obtuvieron éxi­to entre los interesados
cidio: el asesi­nato del presidente Pascual Ortiz Rubio. en el cine moderno con acento político: el más cono­
Nada de ello fue cierto, desde luego (el aten­tado al pri­ ci­do: Reed: México insurgente (1973)5; poco después de
mer man­datario fue comentido por un fundamen­ta­lista estas cartas estrenará Frida, naturaleza viva (1984), tema
cató­lico), pero bas­tó para que Modotti debiera aban­ so­bre el cual volveré más abajo.
donar el país rumbo a Eu­ropa, de donde pasó a Rusia. En cuanto al asesinato del caudillo Pancho Villa,
Poco más de un mes más tarde, el tema de la pelí- mencionado por Viñas, tuvo lugar el 20 de julio de
cula reaparece en la correspondencia entre Viñas y Rei- 1923. No resisto señalar que ello ocurrió en la mis-
chardt (carta del 26 de noviembre de 1981): ma se­mana en que Borges, al otro lado del continente,
publicaba Fervor de Buenos Aires (lo cual solo comento
Hermano Dieter: para que se tenga presente la falta de sin­cronicidad de
simplemente, apuradamente, para que la cosa nuestras “desmanteladas repúblicas”).
no se diluya: como me de­cís que el número 15 En el mismo sobre que la carta citada se encuentra
de tu revista va dedicada a los años 20. Y como una hoja arrancada del libro mencionado de Mildred
me ha­blas de los muralistas mexicanos, no puedo Constantine, con una foto de Modotti tomada por su
menos de ir pidiéndote un breve espacio para pareja de entonces, “el maestro de la fotografía mexi-
darle lugar a Tina (“…Tina Modotti ha muer- cana”, Edward Weston, hacia 19246.
to”, se­gún Neruda). No ha muerto —entre La imagen procede de la serie “Tina en la te­rraza”, y
otras cosas— porque estamos tra­bajando con muestra un esplendoro­so cuerpo de mujer.
Paul Leduc (el de México insurgente: John Reed)
con un film sobre Tina: fotógrafa memorable y

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 27. ISSN 1514-8351
BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 28. ISSN 1514-8351
Viñas agregó a mano, al pie de la página: “v. murales Rivera y México”.
(En otro sobre de la correspondencia se conservan recortes con obras
de Rivera.)
El reverso de la hoja que trae la foto es sumamente curioso, porque
muestra el grado de pacatería de la sociedad mexicana de la época, para
quien la desnudez de Tina Modotti representaba algo inmoral.
La página 138 del libro arriba ci­ta­do reza como sigue:

LAS FOTOGRAFÍAS DE TINA MODOTTI Y JULIO A. MELLA, SEGÚN VARIOS AR-


TISTAS
Dicen que no se trata de Desnudos Pornográficos Inmorales, Sino de Des­nudos Artísticos, Según el Criterio de
los Autores de unas Declaraciones
Como una muestra de sincera imparcialidad, damos cabida a las siguientes decla­raciones, dejan-
do a sus autores, exclusivamente, la responsabilidad del cri­terio ético que contienen:

Nos referimos al editorial aparecido en Excélsior ayer, 15 de enero.


Ciertos desnudos fotográficos encontrados en casa de la señora Modotti sir­vieron como base
para que el editorialista calificara a dicha señora y a Julio Antonio Mella con epítetos que llegan
a ser insultos contra un muerto y contra una mujer que no puede defenderse.
Además —y éste es el hecho que motiva nuestra intervención—ese ataque sienta un preceden-
te excesivamente grave para el libre ejercicio profesional de todos los trabajadores del arte en
la escultura, la pintura, la danza y el teatro; es imposible admitir que se califique como inmoral
el desnudo por el hecho de serlo, pues habría que condenar un cincuenta por ciento de las más
bellas obras en el mundo entero.
En defensa de nuestro derecho de artistas, acudimos a los más significados profesionales de
México, mostrándoles las fotografías hechas por Tina Modotti y que podían ser las aludidas en
el editorial; como resultado de nuestra gestión, todos los co­no­cidos profesionales a quienes nos
dirigimos, personas de repu­ta­ción bien asentada artística y moralmente, afirmaron por escrito
sus opiniones, todas favorables a los desnudos artísticos y contrarias al criterio expuesto en el
editorial a que nos referimos.
Dichas opiniones escritas fueron llevadas anoche a Excélsior, habiendo rogado su publica­ción en
nombre de la imparcialidad, pero se nos dijo que ya no era posible, debido a estar cerrada la
edición.
Hoy, día 16, al mediodía, acudimos de nuevo a Excélsior con las

[El texto conservado se interrumpe aquí, pero puede ser leído en el libro
de Constantine.]
Se alude allí a que, tras el asesinato de Mella, se descubrieron fotos de
él y de ella desnudos: prueba irrefutable de que los comunistas eran no
solo disolventes, sino además disolutos.
El 6 de enero de 1982 se cumplió el cuadragésimo aniversario de la
muerte de Modotti, ocurrida en un taxi por desfallecimiento de su cora-
zón.
Ese mismo día, Viñas publicó el siguiente texto, que tam­­bién remitió a
Reichardt (subrayo las palabras agregadas por Viñas a mano en el recorte).
Hasta donde alcanzo a ver, es inédito en Argentina:

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 29. ISSN 1514-8351
David Viñas
A 40 años de su muerte.
Tina Modotti, desnuda e invicta
[Uno más uno, México, miércoles 6-I-1982, 17]

[agregado a mano:] ojo!


...abeja, sombra, fuego,
nieve; silencio, espuma...
Pablo Neruda

[Foto de Modotti: campesinos leyendo el periódico El Machete]

Termidor, termidoriano. Palabras desafío, provocara inquietud, alarma o póstuma siempre me cuchichea en
que señalan el final del momento más envidia en los nuevos administradores letra chica un medio tono apologéti-
fecundo de las revoluciones. Algo así que (por el revés de la trama) suele se- co. O, lo que me resulta más obsce-
como la firma fatigada al pie de un gregar el itinerario revolucionario. no, ademanes edificantes muy al uso
texto y que clausura el espacio de la Podría, en un esfuerzo de proliji- en el mercado de las ideologías o del
producción imaginaria. Correlativa- dad o didactismo, aludir a Louise Mi- star cult.
mente, el cierre, agotamiento o las chel confinada en Nueva Caledonia Menos mal que la mención de la
mutilaciones de la etapa de creativi- después de la Comuna de París hacia Michel, Rosa o Alfonsina —por su
dad y cambio más profundo —en la 1871. Quizás, a Rosa Luxemburgo simple enunciado— espanta esa “ma-
historia— aparecen subrayados por la ahogada en una cloaca de Berlín luego nera de escribir”. Tábano pringoso. Es
fi­gura de alguna mujer. Por lo general, de la re­belión espartaquista de 1919. que el estilo eclesiástico no ha logra-
como víctima propiciatoria o en fun­ También, a Alfonsina Storni, que no do englutir a esas tres mujeres. Como
ción de emblema. Como si el cuerpo aguan­­tó más las infamias del 1930 tampoco, pese a sus tácticas de consig-
femenino, al condensar sobre sí las po- argentino. Me corrijo: sería legítimo na, homogeneización o catecismo, ha
sibilidades más densas de renovación y alu­dir a esas mujeres. Pero la justicia podido maquillar a Tina Modotti.

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Se me ocurre ahora. El hecho de Zapata, al ir fotografiando —en un Mussolini. Pero Tina —cada vez más
ser mujer —para la mirada tradicio- moroso pero dramático aprendizaje despojada de énfasis, sutil, generosa
nal— implica una alteridad xxx opa- a través del lente de alguna venerable y obstinada— lleva hasta sus últimas
ca. Una “otredad” escandalosa por solo Raflex [léase: Graflex] va descubrien- con­secuencias su perfil de mujer libre.
acto de presencia. Serie de diferencias do un país con su xxx crispada textu- “Hizo vino hasta con los dientes de los
que dan pie para la agresión o el hu- ra, sus com­ple­jidades y sus vertigino- chacales”. Y, como toda precursora,
mor más chocho; o para su insidiosa sas contradicciones, al pasar de objeto sin canonización alguna. Precursora:
simetría: la santificación beata. Una a suje­to fotográfico. Vinculada cada sin clerecía. Precursora: nada de ritua-
efracción ontológica que el universo vez más a los pro­tagonistas del apogeo les ni dogmática. Precursora: siempre
del machismo vive, cotidianamente, mu­ralista, eI cuestionamiento lúcido a solas. O en prolija distancia, por lo
como la negación de su “virilidad”. del inau­­gural Machete, con su sagaz he­ menos.
Consiguiente al privilegio del burgués terodoxia, y sus recovecos y mato­rra­ Y luego de las derrotas de los re-
enunciador para el que la mujer no es les, explícitamente se hace cargo tanto publicanos españoles, después de
mucho más que un enunciado. Algo del latinoamericanismo libertario de Hitler y Vichy, regresa a México. Sin
así como el desquite de quien “tenga Sandino como de las campañas anti- avideces ni desaliento, pero con los
propiedades”. O, con palabras menos machadistas de Julio Antonio Mella.Y lacrimales más carnosos y taciturnos.
suntuosas: hablar de la mujer —en cuando asesinan al líder cubano, está Ese momento especialmente acoge-
esta perspectiva— es una forma más a su lado como amante y con­fidente. dor le permite replegarse —todavía
de corroborarse como propietario. Es el momento en que el coro en- no sé muy bien si en Tacubaya o Co-
Y en el caso particular de Tina Mo- domingado de los señores aseñorados, yoacán du­rante una circunstancia en
dotti, no ya desde la derecha. Negocio de los serafines, adiposos y funebre- que el fascismo clásico parecía aturdir
pre­visible. Sino, y de manera reitera- ros, de las academias morales de corte con su triunfalismo y sus banderas.
da, entre los consabidos sacristanes y confección y —sobre todo— de los De ahí es que las modulaciones de
de la izquierda. Hacia 1920 o en la que pretenden detentar el monopo- su última fatiga (fotografías borrosas,
actualidad. Quiero decir, en medio de lio de la virtud (y del pensamiento) una hilera de álamos, cierta playa casi
los popes, caries, inciensos y ujieres precisamente porque no quieren ser negra, escuchar junto a un gramófo-
de la izquierda. Porque si Tina com- pen­sados, revolotean sobre Tina, se no), no subrayen su silencio prolonga-
partió todo lo compartible con algu- espolvorean ceniza sobre los hom­bros, do a partir del 5 de enero de 1942.
nos pintores, tipógrafos, maestros y se rasgan las condecoraciones y la acu- Aquí nomás, en el Panteón de Dolo-
campesinos —mediante fervores y san. La humillan y la expolian. No se res. Porque no se trata de una efemé-
fracasos—, día a día presintió sobre privan de nada: ni de moralidades, ni ride ni de una hagiografía y mucho
su cuerpo (jubilosamente desvestido de gargajos, ni de zopilotes. Es que menos de una estatua. No sé si de un
muchas veces) la mirada legañosa de la justicia de las buenas conciencias desafío. Quizá, de un recuerdo grave.
las almas bellas. siempre resulta una venganza. O, más probablemente, de una mu­jer
Me acecha la biografía: origina- Hasta la expulsión de Tina. Que que, como permanece ahí —desnu-
ria del campo italiano, inmigrante en la zamarrea entre las prepotencias de da e invicta en los murales de Cha­
Estados Unidos, “ingenua” en el Ho- los puertos machadistas, los intentos pingo—, no tolera fiscales, réquiems,
llywood de los años veinte, seducida de complicidad del Hoover purita- tatuajes ni mutilaciones.
por la revolución de los Villa y los no y te­cnocrático, y los chantajes de ...

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 31. ISSN 1514-8351
nable, valiente y tierno. A ver si mis ahorros al-
A los pocos días, Viñas remite al amigo otra carta: canzan para ver el estreno. A ver si puedo estar
en México cuando estrenen la película.
México, enero 13 del 82
En la correspondencia a mi alcance no se habla más
Mi querido Dieter: de la publicación de algún texto sobre Modotti en Ibe-
como ya te había hecho llegar el “cuerpo” de roamericana.
Tina, trato ahora de ir haciéndote llegar jun­ A cambio, Viñas retoma en otra carta el asunto del
tán­dote con el “alma” para ver si en tu localidad film:
hamburguesa lo­g rans su­ perar esa dicotomía México, febrero 25 del 82
epistolar.
Desde mi lado, esa suerte de dualismo se va Mi querido Dieter:
resolviendo —como creo ha­berte dicho— en Sigue bastante espeso –desde todo punto de
un libreto cinematográfico con Paul Leduc (del vista– el clima azteca.Y apenas si es que reman-
que, qui­zás, habrás visto México insurgente7— do en lo que tradicionalmente se llama “faena”,
que, finalmente, fue plagiado por un xxx em- puedo salir adelante. Y te confieso: me jode
presario hollywoodense millonario y, creo, con quejarme. Me gustaría decirte Hemos tomado
la compli­ci­dad de un xxx director so­vié­tico). el palacio de invierno, Formamos el primer so-
Eso —el libreto— va concluyendo. Le esta­mos viet en América del Norte, Ayer me acosté con
dando, simplemente, algu­nas vueltas de tuer- Jane Fonda… No. Ni medio, Todo lo que hago
ca, a partir de mi pun­to de partida —digamos es dar clases en la UNAM (donde no me pagan
así— que era prescindir de la Tina de España y después de cinco meses de trabajo!), dar clases
la URSS de los treinta (donde va pasando des­de en la Ibero (donde no hay una sola mujer que
una Esther Poteschuk de Viñas —anarca, inso- me caliente con su mirada), salir al monte Ajus-
lente, densa y espléndida—, a una “hormiguita” co con un amigo (buen amigo, sin duda) pero
mi­li­tante del PC abnegada, silenciosa, virtuosa, que de lo único que me habla es de todo lo que
impene­tra­ble y edifi­cante...). Así que lo nues- odia al bueno de Octavio Paz… Menos mal que
tro es Tina en México: del 1923 al 30. Y vos lo de “Tina” –a cuatro manos con Pól [Leduc]–
dirás. va saliendo adelante.

Reichardt responde a la carta anterior de Viñas an- La idea del libreto era hacer un film mudo. Sin em-
bargo, y a pesar del entusiasmo de Viñas, el asunto no
tes de recibir esta última. De su mi­siva solo se conserva
en Alemania un rudimentario bo­rrador (carta del 14 de prospera: se habían tomado ya algunas pruebas, pero
enero de 1982): al final, los planes deben ser abandonados por falta de
recur­­sos.
David, hermano: Otorgo la palabra a Leduc, que se manifiesta así en
Tu carta con la apetecible —cualidades descri- una entrevista que ima­gino desconocida en Argentina:
tas en el Canto a Estalin­grado aparte—8 Tina la fue pu­bli­cada en Alemania en 1986, con ocasión del 16°
llevo desde hace más de un mes conmigo bus- Foro Internacional del film joven (38° Festival inter­
cando un mo­mento tranquilo para contestarla. ncional de cine, Berlín), donde se pre­sen­tó otra pelícu-
Ya sabes cómo estaríamos xxx yo y los amigos la de Leduc: Frida: Naturaleza viva (México, 1983-84),
coeditores también con­tentos si pudiéramos sobre Frida Kahlo (la traducción del alemán es mía):
publicar una nota tuya sobre esa mujer. Saldría
la nota también con dos o tres fotos de o por P.: ¿No querías hacer originalmente un film so-
ella, si te parece conveniente y si consigo el li- bre Tina Modotti?
bro de M. Constantine. Por supuesto, tendrás Leduc: Sí, y todo estaba listo para comenzar a
el espacio que quieras. Tu trabajo con P. Leduc filmar, pero el momento estuvo mal elegido,
me lo imagino como de mutuo y amistoso pro- porque por la misma época se disolvió el banco
vecho. Por lo que vi de él, me resulta insobor- cinematográfico que iba a financiar el film9, el

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 32. ISSN 1514-8351
peso mexicano fue devaluado y comenzó la catástrofe econó-
mica mexi­cana. En esta carta se menciona por fin con
P.: Eso debió ser hacia septiembre de 1982... quién planea Viñas hacer el film: el
Leduc: Exactamente, y significó que no había ya nada que hacer di­rector mexicano Paul Leduc, nacido
desde el punto de vista económico. Debimos abandonar el pro-
yecto. Yo había escrito el guión, junto con David Viñas...
en 1942. Leduc ya había obtenido el
P.: …un conocido autor y guionista argentino… reconocimiento de la crítica..
Leduc: ...y la actriz principal de Tina es la que luego protago-
nizó Frida. Se llama Ofelia Medina y tiene gran parecido con
Frida. Mientras Viñas y yo escri­bíamos el guión de Tina Modotti,
estudié la época y las personas prin­cipales, y ahí me en­contré
una y otra vez con Frida Kahlo, pero en aquella época me pa-
reció imposible hacer un film sobre ella, sin que se convirtiera
en un melodrama, ya que su vida estuvo tan llena de tragedias
cotidianas. Pero cuando fracasó el pro­yecto Tina, pensé prime-
ro en posponerlo, no en abandonarlo.
Y así comenzamos haciendo un par de tomas para Frida, como
ensayos para Tina, algo natural. Viñas apoyó esa idea. De repen-
te se dio la posibilidad de realizar la producción, en co-pro-
ducción con Barbachano. Y así fui ocupándome cada vez más
en ello, hasta que se convirtió en mi proyecto, aunque no había
sido mi idea.
P.: ¿Qué te interesa, en realidad, en Tina Modotti?
Leduc: La actualidad, tanto la de Tina como la de Frida. Son
personalidades de la misma época, los veinte, treinta en Méxi-
co, personas algo míticas para nosotros, lo cual tiene diversas
razones. De Tina se había enamorado en aquel enton­ces medio
México, tenía conexiones políticas en México y en Cuba, y su
rela­ción con Mella...
P.: ... el fundador del Partido Comunista de Cuba...
Leduc: ...en Europa, donde vivió en el exilio. Ambas son per-
sonas unidas por cosas importantes, que adoptaron posiciones
aún hoy válidas, comportamientos en cuestiones sexuales y
personales. Personas que jugaron un papel importante en la
vida de personas muy significativas en lo polí­tico, personas de
las cuales aún hoy se habla.
P.: Frida es una película muy fuera de lo normal, en lo que al
lenguaje y al uso del sonido se refiere. Es casi un film mudo.
¿Es eso una protesta contra la inunda­ción a través de palabras,
sonidos, ruidos? ¿O querías sortear de esta manera el peligro
de lo melodramático?
Leduc: Hay muchas razones para ello. Originalmente, Tina iba
a ser una película totalmente muda. En cierto momento me dí
cuenta de que en el nuevo cine lati­noamericano no hay films
mudos en blanco y negro. Así, pues, había que hacer uno. Todo
comenzó de manera banal. Para Tina me pareció además nece­
sario: ¿cómo habría sonado Tina en italiano con acento español?
Además, había con­ver­saciones con gente en otros idiomas...
Era una solución práctica. Por lo demás, hay muchos momen-

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 33. ISSN 1514-8351
tos en la vida de la gente, en los que se ex­pre­san de otra manera, sin
hablar. Escribir un guión sin diálogos exige natu­ral­mente solucio­nes
cinemato­g ráficas. Pero nos salió bien, y yo advertí que es una posiblidad
muy esti­mulante. No sé si no responde a una tendencia inter­na­cio­nal:
hay varios films en los que se intenta algo similar. Quizás sea algo que
sa­tisfaga a una generación específica de cineastas, que estudió el film
mudo, que fue influida por él; hemos vivido el pantano en que todo se
convirtió, debe­mos soportarlo dia­riamente, los diálogos idiotas que se
fabrican por todas partes, en los que na­da sensato se transporta. Noso-
tros, en cambio, tenemos la cabeza llena de imá­genes, gestos, cosas que
dicen más que las palabras. No sé si se trata de una fase evolutiva mía o
de una etapa del cine en general.

Hay cierta discrepancia entre la versión que del libreto hace Viñas en sus
cartas y la que da Leduc en esa entrevista. En otro reportaje, de más o menos la
misma época, Leduc ya ni menciona al argentino:

Estoy interesado en una película muda. Inicialmente deseaba hacer una


película muda en blanco y negro sobre Tina Modotti, pero no logré
reunir el dinero. Frida, aunque es una cinta a color, ha sido trabajada
como se hacía en los comienzos del cine. En las películas de hoy hay de-
masiadas palabras. Hemos olvidado los silencios. México es un país de
silencios. Frida ofrece el silencio de la in­trospección, rodeada del ruido
del muralismo y de la política.
[John King: El carrete mágico. Una historia del cine latinoame­ricano. Bo-
gotá: TM Editores, 1994, 204; cita de una entrevista con Leduc en La
Habana, diciembre de 1986.]

A pesar de mis investigaciones al respecto, no he logrado averiguar si se


con­serva el guion escrito por Viñas y Leduc sobre Tina Modotti en algún archivo
mexicano, aun­que lo considero muy probable.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 34. ISSN 1514-8351
1. Viñas, D­avid. Del Che en la frontera / Che ta­mente visible. Es para­dó­jico que se quiera “Huellas de una utopía: las fotografías polí-
im Grenzland. Edición bilingüe. Edi­tado y encerrar en clisés y lugares comunes a una ticas de Tina Modotti”: Alquimia. Sistema Na-
traducido por Dieter Reichardt. Heeslin- de las críticas más lú­cidas de la época (léase cional de Fonotecas 50, México, 2014, 50-80.
gen: Ei*Del*Hus, 2016. En cuanto a los las reflexiones sobre la manipulación de los (En el mismo nú­mero, otros trabajos sobre
otros volúmenes: Reichardt, Dieter. Tango. mu­ralistas por parte del gobierno mexicano Modotti.) María de las Nieves Ro­drí­guez y
Verweigerung und Trauer. Kontexte und Texte. en su carta a Weston de la página 156)”. Méndez de Lozada: Frida Kahlo & Tina Mo­
Frank­furt am Main, Vervuert, 1981 (edi­ 5. Al respecto dice Zuzana Pick (“La revo- dotti. Una antología hemerográfica: Madrid:
tado por DR en 1984, y reeditado numero- lución filmada: memoria y archivo de la Bubok Publishing, 2009; Catálogo biográfico
sas veces). Reichardt, Dieter. Autorenlexikon Revolución Mexicana”, en: Actas del I Sim- docu­men­tal, 1925-1942. Editorial Académi-
Lateinamerika. Frank­ furt am Main, Suhr- posio iberoamericano de estudios com­ pa­
rados ca Española, 2015; “Julio Antonio Mella: El
kamp, 1992. sobre cine. Coordinación general de Natalia crimen del Imperialis­mo”: Ame­ricanía. Revis-
2. Valverde, Estela. David Viñas: en busca de Christofoletti Ba­ rrenha, Javier Cos­ salter, ta de Estudios Latinoamericanos. Nueva Época
una síntesis de la Historia argentina. Bue­nos Ana Laura Lusnich. Bue­nos Aires: Editorial (Sevilla) 5, enero-junio de 2017, 436-462.
Aires, Plus Ultra, 1989. de la Facultad de Filosofía y Letras, Univer- También los siguientes catálogos: Tina Mo-
3. Tal surge de la dirección que anota como sidad de Bue­nos Aires, 2015): “La estética dotti. Una nueva mirada, 1929. Catálogo de
remitente en una carta: “Noé Jitrik p/ Vi- minimalista, el uso innovador del sonido y exposición. Inves­ti­ga­ción: Jesús Nieto So-
ñas/ Torres de Mixcoac / A7 11002 Mé- la combinación de elementos documentales telo y Elisa Lozano Álvarez. CNCA/Cen-
xico D.F”. Inquirido al res­pecto, Jitrik me y dramáticos en Reed: México insurgente (Paul tro de la Imagen y Universidad Au­tó­no­ma
con­firmó lo siguiente en correo del 19-XI- Leduc, 1971, México) evoca las propuestas del Estado de Morelos, 2000 (en página
2017: “En efecto, en 1982 DV vivía en To- estéticas y políticas del nuevo cine latinoa- 76, “Hombres le­yendo El Ma­chete”, arriba
rres de Mix­coac, [...] en su segundo paso mericano. La película no solo de-mistifica reproducido); Tina Modotti: Fotógrafa y revo-
por México llegó a casa pro­ce­den­te de La la revolución, sino que valoriza la participa- lucionaria. Exposición curada por Reinhard
Habana y lo alojamos en nuestro estudio; ción del periodista de izquierda norteame- Schulz y Blan­ ca María Monzón. Buenos
eso duró algunos meses; de pronto desa- ricano John Reed como testigo y narrador. Aires: Centro Cultural Borges, 2012 (en
pareció y un tiem­po después me enteré de No solo es Reed “mexicanizado” a través páginas 89-91, otros des­nudos por Weston).
que había rentado un departamento en el de la actuación de Claudio Obregón, pero 7. Reichardt conocía seguramente el film,
mismo nú­cleo, con la garantía que le había su subjetividad y agencia se funden con los que fue muy popular en la Ale­mania de los
proporcionado [el poeta argentino residen- protagonistas mexicanos. En el proceso, la ochenta, al menos en los llamados “Pro-
te en Mé­xico por esas fechas] Hugo Gola, película rescata historias, identidades y sen- gramm-Kinos”, cines situados algo al mar­
también habitante de las Torres.” timientos escondidos detrás de la historia gen de los circuitos puramente comerciales.
4. Constantine, Mildred. Tina Modotti, una oficial pero presentes en el archivo visual Uno de ellos (“Abaton”) está situado cerca
vida frágil (Tina Modotti: A Fragil Life). Trad. de la revolución tales como la camaradería de la Universidad en la que Reichardt traba-
de Flora Bolton. México: Fondo de Cul- de la vida cotidiana, la solidaridad humana jó como docente.
tura Económica, 1979, 211 p. Recibió una en los trenes y la alineación en los campos 8. El “Canto a Stalingrado” forma también
dura crítica de parte de Gustavo García: de batalla registradas en fotografía y recons- parte de Residencia en la tierra, el mismo
“Tina Modotti: un rostro más grande que su truidas múltiples veces por cine mexicano libro de Neruda que contiene su poema a
más­cara”: Revista de la Universi­dad de Mé­xico. y extranjero”. De Zuzana Pick también Tina Modotti, pero esta no es nombrada en
34.3, México, noviembre de 1979, 50-51. puede consultarse: Constructing the Image of el “Canto”.
Gustavo García considera que: “El proble- the Mexican Revolution. Cinema and the Archive. 9. El Banco Nacional Cinematográfico de
ma de fondo es que Constantine no pudo University of Texas Press, 2010. México, una institución singular, había sido
en­tender las circunstancias y las razones au- 6. Acerca de la relación personal y artística fundado en 1942 con el fin de contrarres-
ténticas de los actos de Tina, que, a los ojos en­tre ambos, ver: Diego Rivera (“Edward tar el impacto de los films de EE. UU., y
de la autora, hace lo que hace por ser muy Weston y Tina Modotti” en: Mexican Folkways para ayudar a rodar y distribuir películas
buena persona y la heroína del libro. Es im­ II.2, abril-mayo de 1926, p. 28), Carlos mexicanas; quizás también con la intención
posible sacar de ahí una idea fiel del impac- Monsiváis (“Tina Modotti y Edward Weston de in­fluir política­mente en los contenidos,
to cultural del trabajo artístico y político de en México” en: Revista de la Uni­ver­sidad de aunque en diverso grado en las distintas
Tina si no se Ia ha ubicado adecuadamente, México. 6, febrero de 1977, 2-4, con fotos), pre­sidencias. Tras una apuesta por el film
si su participación en el cine, en la bo­he­mia Mariana Figarella (Edward Weston y Tina Mo- joven y de avanzada en los setenta, termina-
de San Francisco o en la Unión Soviética dotti en México. Su inserción dentro de las estra- ron apro­piándose del Banco algunas pocas
se insinúan con alguna vague­dad sobre su tegias estéticas del arte pos­revolucionario. Mé- em­presas. Fue cerrado en 1982. En cierto
“búsqueda de autoexpresión” (p. 38) o su xico, Universidad Na­cio­nal Autó­­no­ma de sentido, la defunción de toda una época del
entrega al “trabajo polí­tico” (p. 179). / Se­ México / Instituto de Investigaciones Esté- cine mexicano tiene lugar el 24 de marzo de
gu­ramente, la autora acudió a las fuentes ticas, 2002), Norma Macías Dá­valos Macías 1982, cuando un incendio destruye la Cine-
justas, pero eso no le facilitó la compren- Dávalos (Tina Modotti y EdwardWeston. Ser uno teca Nacional: en el siniestro mueren varias
sión del personaje. A una historia que la su- siendo dos. Tesis de maestría. México, 2010), personas, y es destruida una gran par­te del
pera, opone la mitifi­cación, que, de acuerdo Antonio Sa­borit (Tina Modotti. Una mujer sin archivo, con documentos irreemplazables y
con Barthes, anula la complejidad de los país. Las cartas a Edward Weston y otros pape- miles de pe­lí­culas.
com­por­tamientos humanos y les confiere la les personales. México: Cal y arena, [2001]
sen­cillez de las esencias, cancela toda dialéc- 2012). Sobre la fotógrafa, pueden reco­men­
tica, toda expresión más allá de lo inme­dia­ darse los siguientes títulos: Rosa Casanova:

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 35. ISSN 1514-8351
Lo colonial en el presente:
Un modelo para armar
Quince años después de la declaración de guerra contra el terrorismo por parte de Estados Unidos, en distintas partes
del mundo presenciamos un rebrote racista, xenófobo, patriarcal y homofóbico desde la ideología cristiana de la su-
premacía blanca. Ese rebrote se instala ya en Latinoamérica con sus formas propias, que son parte del entramado del
imaginario racial, y otorgan sostén a nuevos modos de colonialidad.

Por Laura Catelli

1 1 de septiembre, 2001. El comienzo de mi pri-


mer curso de doctorado en estudios coloniales
coincide con el atentado a las Torres Gemelas.
Empezaba a cursar en Rutgers, Nueva Jersey, a 45 mi-
nutos de Manhattan, donde ocurrió el ataque. Esa ma-
ñana estudiaba para el seminario “Poder y narración:
la invención de un discurso colonial en Latinoamé-
rica”, dictado por Yolanda Martínez San Miguel. Fue
mi primer seminario de colonial y me había anotado
obligada por los requisitos del programa en Estudios
Hispánicos, a total desgano.
*Laura Catelli
Este trabajo, que se encuentra en proceso, tiene que
es Licenciada en Español y Portugués por
la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), y ver con ese momento del año 2001 en que empecé a
Doctora en Estudios Hispánicos por la Univer- pensar lo colonial en el contexto latinoamericano, a la
sidad de Pennsylvania (Filadelfia), se repatrió en vez que vivía en el presente del imperio neoliberal que
2008 a Argentina. Actualmente es investigadora disparaba el comienzo de la Guerra contra el Terroris-
de CONICET y profesora titular de la cátedra
mo. Fue declarada por George W. Bush en un discurso
Problemática del Arte Latinoamericano del Siglo
XX, Escuela de Bellas Artes, en la Universidad del 20 de septiembre de 2001, en el que se anuncia-
Nacional de Rosario. Dirige el Centro de Investi- ba la inminente implementación de un estado de ex-
gaciones y Estudios en Teoría Poscolonial. cepción para la defensa y la protección de la libertad,

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la democracia y la forma de vida americanas, a la vez vas) más allá del fin nominal del colonialismo? ¿Qué es lo
que se comenzaron a socavar sistemáticamente el esta- que continúa? ¿Qué es lo colonial que marca el presente?
do de derecho y el derecho internacional. Ese proceso Podríamos preguntar por persistencias materiales de lo
implicó el despliegue cada vez mayor de clasificaciones colonial. ¿O lo colonial es una visualidad, una experien-
religiosas, étnicas, raciales y de género, que han tendido cia, una temporalidad? Este tipo de preguntas sugieren el
a aglutinarse en torno a la categoría “terrorista”, que no desarrollo de modelos temporales no lineales que permi-
es nueva pero sí ha sido resignificada. Estas clasificaciones ten pensar en la vigencia de ciertas dinámicas coloniales
han demostrado ser necesarias para la aplicación de leyes en el presente. Silvia Rivera Cusicanqui, por ejemplo, ha
antiterroristas, hoy vigentes en distintos países1. propuesto pensar la poscolonialidad como un tiempo abi-
En septiembre de 2001 se intersectan dos planos tem- garrado, en el que coexisten distintos ciclos, y donde “las
porales: el pasado colonial al que me introducía el semina- contradicciones coloniales profundas —y aquellas que, re-
rio y el presente de la Guerra contra el Terrorismo en el novadas, surgen como resultado de las reformas liberales y
que todavía estamos. Así, atravesado por pasado y presen- populistas— [y] son, aún hoy, en una sociedad abigarrada
te, ese momento puede servir para acercarnos a un con- como la boliviana, elementos cruciales en la forja de iden-
junto de preguntas que intento desarrollar: ¿qué es lo que tidades colectivas”3. Según este modelo, lo colonial surge
entendemos por “lo colonial”?2 ¿Cómo lo imaginamos? en el presente como elemento central en la vida social y
¿Cómo es afectado nuestro imaginario sobre lo colonial política. Se trata de un modelo que me permite visibili-
cuando nos posicionamos en una perspectiva poscolonial zar, en el momento que describo de 2001, dos puntos
o decolonial que supone no un después sino una continui- que se anudan con las dinámicas imaginarias de lo colo-
dad de dinámicas de poder (epistémicas, políticas, subjeti- nial.

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En estas preguntas queda a la
El segundo punto, y acá creo que la interrogación es más valiosa que vista cierta reversibilidad, una rela-
ción densa entre presente y pasado
las seguramente difusas respuestas, me pregunto de qué manera mi que se sostiene en lo imaginario a
través de estereotipos, metáforas,
acercamiento a los procesos, prácticas y relaciones de poder. analogías, a veces de manera frag-
mentaria o sinecdóquica. Aquello
que Antonio Cornejo Polar llamó
El primer punto tiene que ver con una resistencia personal al seminario “una densa capa de significación”,
de estudios coloniales, la cual contrasta fuertemente con la afectación que en un ensayo que advertía sobre los
produjeron en mí las incursiones iniciales en los relatos sobre el descubri- riesgos del uso actual de algunas
miento y la conquista, una vez empezado el curso. Esos textos infundían un metáforas6 extensas, como mestiza-
sentido de realidad y cercanía con el pasado, probablemente aquel “efecto je e hibridismo, que encubren pro-
de lo real” de Roland Barthes que José Rabasa ha planteado como un pro- cesos y prácticas de dominación.
blema para la crítica del discurso colonial4. La pregunta por cómo los estudios
Mientras que el seminario resaltaba el ejercicio del poder a través del coloniales y el latinoamericanismo
discurso, también articulaba una dimensión metacrítica, surgida de la fa- han imaginado lo colonial, a través
mosa crisis de los estudios coloniales de los ochenta, que no era fácil de de qué metodologías, qué criterios,
captar. Allí se cuestionaban los criterios, los lugares de enunciación, y se qué lugares de enunciación, qué
advertía acerca del riesgo de reproducir lógicas coloniales en los análisis metáforas, se vincula con la capa-
y las investigaciones realizadas en el campo. Se llamó a la necesidad de cidad de analizar críticamente el
abandonar el enfoque que insistía en buscar los “orígenes” de la literatu- presente.
ra hispanoamericana explicando los rasgos particulares de lo que Pedro Antes de desarrollar el primer
Henríquez Ureña llamaría “nuestra expresión”, y de dejar de pensarla y punto, que tiene que ver específi-
definirla como una literatura escrita en español. Se propuso incorporar el camente con el campo de los estu-
estudio primero de textos escritos por sujetos “otros” de la ciudad letrada, dios coloniales, quisiera detenerme
como la Nueva Corónica y buen gobierno (1615) de Felipe Guaman Poma de brevemente en esta idea de lo colo-
Ayala. La permeabilidad y “polivocalidad” que Rolena Adorno reconoció nial con relación a la “densa capa de
como compatibles con el modelo de Rama5 marcaron una dirección y un significación” descrita por Cornejo
importante punto de inflexión para los estudios coloniales, que aportaron Polar. En este sentido, quiero pro-
significativamente al cuestionamiento y a la expansión de los límites del ca- poner una definición operativa de
non hispanista y criollista. Esto conllevó la exploración de textos orales y lo imaginario que visibiliza por qué
textos escritos no alfabéticos. La pregunta por cómo imaginamos lo colo- los modos de imaginar lo colonial
nial retoma algunos de los interrogantes que nos dejó la famosa “crisis” de impactan en la vida y el orden so-
los estudios coloniales, y que aquel seminario presentó como un problema cial. Cuando utilizo el término ima-
a seguir pensando y debatiendo: ¿cómo se ha narrado lo colonial, enten- ginario no me refiero a un conjunto
diendo la narración y la construcción del Nuevo Mundo como función del de imágenes y símbolos vincula-
poder colonial, y qué problematizaciones se han desarrollado en el campo al dos a la religión y los mitos (en el
respecto de esas construcciones? sentido en que lo utilizaron Émile
El segundo punto, y acá creo que la interrogación es más valiosa que las Durkheim y Gilbert Durand), sino
seguramente difusas respuestas, me pregunto de qué manera mi acercamien- a lo imaginario tal como lo define
to a los procesos, prácticas y relaciones de poder coloniales a partir de ese Cornelius Castoriadis7, esto es, “la
momento sirvieron para alimentar una visión crítica de las relaciones de po- capacidad elemental e irreductible
der y prácticas de dominación y subjetivación en un presente atravesado por de evocar una imagen” que media la
la Guerra contra el Terrorismo. Aquí se nos presenta una pregunta compleja relación fluida que se establece en-
pero urgente: ¿qué relación guarda la Guerra contra el Terrorismo con Lati- tre el simbolismo institucional y la
noamérica? Y por otro lado, ¿tienen alguna incidencia los acontecimientos y vida social. Lo imaginario es la ca-
procesos vinculados a la Guerra contra el Terrorismo en nuestros imagina- pacidad que pone en movimiento a
rios críticos sobre los colonialismos en nuestra región? lo simbólico, a su vez “la manera de

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ser bajo la cual se da la institución”, conformando una el esquema binario de colonizador y colonizado, o de
relación que se extiende a través de diferentes sentidos, conquistadores y vencidos, dando lugar a voces y pers-
prácticas, espacios. La movilidad y la relacionalidad son pectivas de agencias mestizas, criollas, indígenas, feme-
dos aspectos que se destacan entre lo imaginario como ninas, presencias en el archivo que mostraban una serie
capacidad del sujeto y lo simbólico como condición de de posiciones de sujeto y discursividades ambivalentes,
posibilidad de un orden social determinado. Al pregun- problemáticas, que no siempre articulaban perspecti-
tar por lo colonial desde lo imaginario definido de este vas claramente anticoloniales. Para mí, en aquel mo-
modo, pretendo implicar aspectos institucionales y po- mento, el anticolonialismo y el antiimperialismo eran
líticos que se enlazan con las distintas construcciones las únicas posiciones que parecían éticas, pensándolo
simbólicas, las invenciones8 que se hacen de “lo colo- desde lecturas latinoamericanistas, marxistas y antiim-
nial”. perialistas como por ejemplo Las venas abiertas de Amé-
Vuelvo entonces al punto inicial, a mi resistencia rica Latina (1971) de Eduardo Galeano9, un libro que
a lo colonial que se dio en el contexto institucional y leí en la adolescencia por recomendación de mi madre.
disciplinario específico del programa de doctorado en Me pregunto por la resistencia inicial a tomar esas lec-
Letras hispanoamericanas. Cuando comenzó el semi- turas y registros, que finalmente vinieron a acoplarse y
nario, recuerdo sentirme sensibilizada ante las nuevas a desbordar un imaginario sobre la conquista y lo colo-
lecturas, que hacía con el detenimiento y la atención nial que sentía como formado pero que a la vez carecía
propios del close reading y del análisis discursivo, a la vez de densidad. Por otro lado, esas lecturas también col-
que intentaba situar todo en contexto histórico y en maron ese imaginario sobre la conquista y lo colonial
distintos espacios geográficos. Los escritos de Cristóbal de un sentido político más específico, en la medida en
Colón, Bartolomé de Las Casas, Hernán Cortés, Cabe- que hacían visibles relaciones y prácticas de poder co-
za de Vaca, Guaman Poma de Ayala, el Inca Garcilaso de loniales, y sobre todo sirvieron para revisar mis ideas
la Vega, Sor Juana Inés de la Cruz, Carlos de Sigüenza adquiridas, ciertamente abstractas, sobre la conquista y
y Góngora aportaban una nueva densidad a los relatos lo colonial.
conocidos sobre lo colonial a la vez que desactivaban

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Y luego están las dimensiones puntualmente al giro decolonial. Esto según mi parecer es algo a tener
ideológicas de esa resistencia. En en cuenta en campos de estudio, líneas y perspectivas críticas ajenos a los
ese sentido, hay algunas reflexiones estudios coloniales donde existe el objetivo de producir teorías, discursos
en las que me gustaría detenerme. y prácticas de descolonización. ¿Cómo llevar a cabo estos objetivos ante
Gustavo Verdesio ha abordado el la desmemoria, el desinterés, el desconocimiento con relación a proce-
tema en el contexto de Uruguay. sos que son por lo general complejos, local e históricamente específicos?
Desconocimiento, rechazo, ausen- ¿Cómo tramar un pensamiento crítico descolonizador sin una compene-
cia de interés, presencia mínima de tración con las prácticas, los discursos, la materialidad, las sensibilidades
textos y artefactos coloniales en los y visiones de mundo de las que se habla como decoloniales? ¿De qué nos
programas de estudios literarios y sirve, estratégicamente, ese tipo de ejercicio? ¿Por qué no dejarse afectar
humanísticos en general, estarían por esos registros?
vinculados a una ideología eurocén- Por otro lado, el anclaje del discurso crítico en registros coloniales no
trica, “la ideología dominante en el es de por sí garantía de descolonización epistémica, del imaginario, etc.
país es, en el presente, la que más se Como mencioné, en los años ochenta los estudios coloniales como campo
adecua a una población que se con- de estudios atravesaron una crisis provocada por un discurso crítico que
cibe a sí misma como descendiente abogó por su descolonización (y en ese debate Mignolo fue una voz cen-
de la cultura occidental —una so- tral). Desde los cuestionamientos esbozados tanto por Adorno como por
ciedad que niega casi por comple- Mignolo (ambos hoy lejos de ese proyecto por distintos motivos) en res-
to su pasado indígena y que ve el puesta a la historiadora Patricia Seed, el campo ha atravesado algunos cam-
componente afro como una especie bios y cuestionamientos pero en general, y sobre esto ha insistido Verdesio,
de intromisión indeseable en un continúa reproduciendo mayormente perspectivas dominantes, esto es,
conglomerado que se imagina a sí voces masculinas y blancas, españolas, criollas, ocasionalmente mestizas, y
mismo como homogéneo y mono- en general, al menos en los estudios de orientación literaria e historiográfi-
cultural”10. El desinterés en lo colo- ca, es excepcional la inclusión de objetos no escritos alfabéticamente en los
nial como síntoma de una negación análisis. Incluso en los programas de estudios y literatura latinoamericana
o resistencia a visibilizar presencias en Estados Unidos, donde hay un mayor comparatismo, las listas de lectura
y agencias indígenas y afros que son fuertemente canónicas y reproducen las distintas tradiciones criollas,
observa Verdesio para el caso uru- nacionales y aún patriarcales, y acaban reproduciendo esa misma obtura-
guayo ha sido detectado en otros es- ción del conflicto etno-racial y cultural de aquellos procesos que identifi-
pacios y momentos históricos. Hay camos con lo colonial. Este estado de las cosas, según Verdesio, tiene que
negaciones, obturaciones, despla- ver con un eurocentrismo racista que niega lo indígena y lo negro. En el
zamientos, distorsiones, blanquea- mejor de los casos incorpora esos elementos como parte de un proceso de
mientos simbólicos que ocurren en transculturación, de mestizaje cultural, o políticas de interculturalidad en
el plano de lo imaginario que son algunos casos, que acaba por blanquear la nación simbólicamente y disol-
funcionales a la naturalización de la ver los conflictos del colonialismo interno.
desigualdad, la discriminación, la La cuestión de la descolonización del campo que ocurre brevemente en
segregación. los estudios coloniales tiene, en paralelo, un también breve desarrollo en el
primer texto en que Quijano utiliza el término colonialidad11, un concepto
Ese “desinterés” o resistencia que se ha vuelto medular en el giro decolonial. En este primer despliegue,
también resultan problemáticos Quijano se refiere a una “colonialidad cultural”. Como observan Axel Ro-
en la medida en que producen una jas y Eduardo Restrepo, Quijano desarrolla temporariamente el problema
ausencia muy marcada en distintos de la colonización del imaginario a principios de los años noventa, para
imaginarios críticos de un registro luego reintroducir esa dimensión subjetiva como una función de la colo-
concreto de los procesos y la ex- nialidad del poder, ya montada sobre la raza y la clasificación racial. Estos
periencia coloniales. Más específi- autores señalan que el colectivo modernidad/colonialidad/decolonialidad
camente, de experiencias y voces no retoma el concepto de colonialidad cultural, un concepto que, en sin-
de sujetos social y culturalmente tonía con los escritos de Fanon, podría permitir entender “la dominación
subalternizados durante el colonia- colonial como un poder productor del imaginario del dominado, como
lismo ibérico. Me estoy refiriendo interioridad estructurante de su subjetividad”12.

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de estudios coloniales, que pusieron el registro de lo
Efectivamente, aquel texto crucial de Quijano que colonial, lo poscolonial latinoamericano y el concep-
define la colonialidad del poder13, leído lado a lado con to de colonialidad del poder en tensión, creo que es
el archivo colonial en un segundo seminario de estu- posible y necesario refinar y matizar nuestros lugares
dios coloniales, en 2003, me resultaba esquemático, de enunciación, los efectos de los discursos y los con-
pero al mismo tiempo produjo un fuerte impacto en ceptos que desplegamos, entendiendo que lo que está
mi perspectiva sobre la situación que se desarrollaba a en juego es siempre un proceso de invención. Si, evo-
partir del 11 de septiembre. El contexto en que lo leí, cando el epígrafe de Heidegger con el que Edmundo O
por su énfasis en la clasificación de la población colo- `Gorman comienza La invención de América, “lo que se
nial americana en función de un proyecto de domina- idea es lo que se ve, pero solo lo que se idea es lo que
ción económica, hacía visible el proceso de clasificación se inventa” no “idear”, no “ver” el espesor de lo colonial
contemporáneo, desatado sobre la población y los te- es inventar, de nuevo, la negación de los conflictos del
rritorios musulmanes. Establecía una relación entre la colonialismo en América Latina. Todo indica que ese
conquista del Nuevo Mundo y la globalización, que en rebrote se instala ya en Latinoamérica, donde adopta
2001 se resignificó en el marco de la Guerra contra el formas propias, locales, específicas, que forman parte
Terrorismo. En ambos casos, el objetivo era económi- del entramado de lo imaginario racial y otorgan sos-
co, pero montado sobre una discursividad etnopolítica, tén a nuevos modos de colonialidad. Será muy difícil
que actualmente ha tomado un cariz nuevamente etno- resistirlo sin una conciencia de la especificidad de la
rracial. Desde mis lecturas en esos seminarios de estu- construcción de nuestros propios imaginarios, de nues-
dios coloniales, y especialmente a partir del texto de tro archivo y nuestro repertorio colonial, que son los
Quijano del año 2000, percibí que en el siglo quince que guardan algunas claves para enfrentar los procesos
un proceso similar había sido central en la reconquista en marcha y para producir formas de agenciamiento y
de la Península Ibérica, dando impulso a procesos in- acción política en los difíciles tiempos que corren.
quisitoriales y de conversión que luego fueron decisi-
vos durante la conquista de América.
Quince años después del atentado a las Torres Ge-
melas, es posible identificar algunas acciones que ese
acontecimiento sirvió para legitimar con la mediación
de un discurso civilizador y cristiano, de un modo si-
milar al discurso de la pacificación de la conquista: ese
discurso apuntaló la guerra contra el terrorismo lide-
rada por Estados Unidos y llevada adelante junto a sus
aliados, la invasión y militarización de numerosos paí-
ses en oriente medio, persecución y asesinatos de jefes
y líderes “terroristas”, magnicidios, genocidios que no
terminan, centros de detención y tortura, y un control
cada vez mayor sobre la población mundial. Después
de quince años de que Bush declarase la Guerra con-
tra el Terrorismo, ¿cómo no esperar un rebrote racista,
xenófobo, patriarcal, homofóbico y antisemita desde
la ideología cristiana de la supremacía blanca, como el
que estamos viendo en distintas partes del mundo? En
general, lo colonial aparece hoy alejado del presente en
los estudios coloniales, y en el caso del giro decolonial,
a través de relaciones temporales fundadas en concep-
tos abarcadores que se despliegan en función de una
comprensión del presente, y que en pos de esa com-
prensión sacrifican densidad y especificidad histórica.
Pero a raíz de mis experiencias en aquellos seminarios Obras de Juan Miceli

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1. En Argentina fue sancionada por el Congreso en 2007 y modificada man, Edmundo. La invención de América. Investigación acerca de la estructura
en 2011. histórica del Nuevo Mundo y del sentido de su devenir. México, FCE, (1958)
2003. Rabasa, José. De la invención de América. La historiografía española y la
2. Problemática que propusimos con Mario Rufer para una sesión ple- formación del eurocentrismo. México, Universidad Iberoamericana, 1993.
naria que se presentó en el III Congreso de Estudios Poscoloniales y IV
Jornadas de Feminismo Decolonial, realizado en Buenos Aires en dic- 9. Sobre el lugar que ocupa Galeano en el cruce de los estudios colo-
iembre de 2016. niales y el presente sociopolítico en Argentina, ver un raro y muy inte-
resante texto de Gustavo Verdesio publicado luego del fallecimiento del
3. Rivera Cusicanqui, Silvia. Violencias (re)encubiertas en Bolivia, La Paz, autor de Las venas abiertas: “Galeano, el azar, el autoritarismo y yo” en:
Piedra Rota, 2010, p. 41. Revista Badebec 5.10, 2016, pp. 147-151.

4. Rabasa, José. De la invención de América. La historiografía española y la 10.Verdesio, Gustavo. “Colonialismo acá y allá. Reflexiones sobre la te-
formación del eurocentrismo. México, Universidad Iberoamericana, 1993, oría y la práctica de los estudios coloniales a través de fronteras cultura-
pp. 27-28. les” en: Cuadernos del CILHA 13.17, 2012.

5. Adorno, Rolena. “La ciudad letrada y los discursos coloniales” en: His- 11. Quijano, Aníbal. “Raza, etnia y nación en Mariátegui: cuestiones abi-
pamérica 16.48, 1987, pp. 3-24. ertas” en: José Carlos Mariátegui y Europa, Lima, Editorial Amauta, 1993,
pp.167-188.
6. Cornejo Polar, Antonio. “Mestizaje e hibridez. Los riesgos de las
metáforas. Apuntes” en: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana 24.47, 12. Restrepo, Eduardo y Rojas,Axel. Inflexión decolonial. Fuentes, conceptos
1998, pp. 7-11. y cuestionamientos. Popayán, Editorial Universidad del Cauca, 2010, p.
95.
7. Castoriadis, Cornelius. La institución imaginaria de la sociedad. Trad.
Antoni Vicens y Marco-Aurelio Galmarini. Buenos Aires, Tusquets Ed- 13. Quijano, Aníbal. “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América
itores, 2013. Latina” en: Lander, Edgardo (Ed.). La Colonialidad del saber: eurocentrismo
y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Caracas, CLACSO, 2000.
8. Sobre el concepto de “invención” con relación a América ver: O’Gor-

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CRóNICA
Sarajevo underground
Por Andrea Jeftanovic
«Te conviene seguir distinto viaje
—dijo, después de ver que yo lloraba—,
si quieres huir de este lugar salvaje:
porque esta bestia, por la cual tú clamas,
no deja que otro pase por su vía.»
Dante Alighieri

Welcome to Hell! Escrito en letras rojas en una pared, me abrí paso a través
de este lema a la ciudad de Sarajevo.

Primer círculo

«¿Lista?» Edis me señala que incline la cabeza para no tropezar con


la primera viga. Me afirmo en el marco de acero y desciendo soltando
su mano rugosa. Me propone recorrer los metros todavía habilitados del
túnel. Preparamos un bolso con agua y frutos secos; caminamos entre las
ortigas del patio hasta la entrada. Creo que dice sin decir «te serviré de
guía por los parajes adonde podamos llegar». A continuación me advierte:
«Solo puede entrar una persona por vez». Mis zapatos se hunden en el
barro, escucho el rumor de una carretera, es difícil mantenerse en pie en
el suelo fangoso.
Edis me cuenta que el ingeniero Nedžad Branković bosquejó el túnel y
organizó su construcción con la idea de abrirse paso en el frente agresor y
conseguir lidiar con el asedio a la ciudad.
El ejército serbio bombardeó mientras duraron las obras de construc-
ción. Los francotiradores no dejaron de disparar pues sabían que se cons-
truía un túnel, pero desconocían el modo en que se hacía. Mientras ellos
pensaron que el túnel crecía en una determinada dirección, en realidad lo
hizo en otra. En ese punto murieron alrededor de trescientas personas.
Branković llegó a cruzar veinticuatro veces en una jornada por la línea de
unión exterior. El 20 de julio de 1993, a las nueve de la noche, después de
siete meses de arduo trabajo, dos excavadores que avanzaban desde lados
opuestos se dieron la mano: Sarajevo tenía una ventana al mundo libre.

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Descendí por las colinas hacia Sarajevo. Bajé en círcu- do por su elegancia desde el Imperio Turco Otomano,
los por las curvas de la geografía del Monte Igman, que fue quebrado y parchado con llantas de neumático.
durante la guerra de los Balcanes, entre los años 1992 Yo venía a buscar el túnel. Porque, casi como una
y 1995, estuvo rodeado de tanques y francotiradores. imagen extraída de la película de Emir Kusturica, la
Cuando estuvimos en medio de los Alpes dináricos, ciudad de Sarajevo resistió el asedio de los años de gue-
vislumbré el trazado urbano con franjas de alquitrán, rra, en parte, gracias a un túnel. Un túnel bajo tierra de
bloques de ladrillo agujereado y chapas metálicas on- ochocientos metros de largo, uno de ancho y un metro
duladas. De oeste a este se dibujó la línea cristalina y medio de alto, que se extendió desde el aeropuerto,
del río Miljacka que divide la ciudad en dos. Descendí en Dobrinja, hasta la zona libre de Butmir.
por las empinadas gargantas rocosas, en cada curva de En la superficie, el infierno; bajo tierra, un pedazo
cuyo camino hubo un contingente de soldados acopla- de cielo.
dos sobre tanques de la OTAN. Avanzamos por la pista Welcome to Hell?, quise preguntar cuando me acer-
estrecha de tierra roja antes ocupada por campesinos qué a la oficina de turismo y me recibieron con un
y pastores. Curva, acantilado, vértigo. Sarajevo se pa- saludo de palabras masticadas. El grafiti siguió palpi-
recía tanto a la geografía de Santiago: una ciudad con tando en mis pupilas. Me extendieron un mapa turís-
forma de cuenca, acordonada por montañas y un río tico con señales para encontrar la habitación: «Avance
que la divide en dos. dos cuadras y doble a mano izquierda en un edificio
Viajé en un bus ruinoso serpenteando desde Split, de piedra hasta dar con una puerta oxidada, número
en la Costa Adriática; pasé por pueblos destruidos en 76». Subí por unas escaleras sombrías y una mujer ma-
la última guerra de los Balcanes. En la frontera, un par yor me abrió la puerta. Su cabeza estaba cubierta por
de soldados desdentados se rieron de mi pasaporte; yo un pañuelo de seda con un pájaro rojo sobre una rama
busqué en ellos algún reconocimiento tribal y solo sen- verde olivo. Olí el aroma a cúrcuma concentrado en el
tí un rechazo ajeno. Avanzamos a ritmo parsimonioso departamento. Me indicó el piso con un leve arqueo
por autopistas fantasmales en las que empezaba a cre- de ojos. Entendí que debía sacarme los zapatos y calzar
cer el pasto entre el hormigón de las calzadas. En la unas babuchas coloridas para circular por la alfombra
primera parada contemplé un paisaje compuesto por de mosaicos. Acomodé mi equipaje en el cuarto asigna-
una «naturaleza muerta»: el puente de Mostar, conoci- do y salí a la avenida.

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«O Tunnel da Rat?», pregunté al primer taxi que en- vereda polvorienta. No me daba a entender bien y vo-
contré disponible. Repetí «o tunnel da Rat» en Dobrinja. calicé con más cuidado: «O tunnel da Rat». Hubo un pe-
Mi referencia desconcertó al conductor. Por eso agre- queño alboroto entre las personas que se preguntaban
gué a mi frase unos gestos. En algún punto me enten- unas a otras dónde quedaba ese lugar. Después de casi
dió, porque me llevó a las afueras de la ciudad, donde una hora, un joven taxista accedió a llevarme. Me subí
había escuchado que estaba localizado. En el trayecto a su estropeado Mercedes Benz gris y nos adentramos
observé los edificios que yacían como enormes anima- por un camino de tierra con casas de ladrillo salpicadas
les muertos. La torre del diario Oslobodenje se asemeja- entre sitios eriazos. Tras varias intersecciones se detuvo
ba a un dinosaurio derrumbado en el suelo. Dicen que frente a una pequeña casa de dos pisos.
tras el bombardeo, los periodistas siguieron trabajando ¿Es acá? Da, da, ovdje. A Edis Kolar le había llegado
en el sótano. El conductor también me indicó la Bi- el rumor de que una extranjera lo andaba buscando,
blioteca Nacional, carcomida por el fuego. Imaginé los y me salió a recibir. Era joven, de estatura mediana,
volúmenes crepitando entre las llamas. sonreía con bondad. Me guio por los pasillos de la casa
Seguimos, cruzamos por la fachada del Museo de en la que han improvisado un modesto museo con fo-
Gavrilo Princip, agujereado el edificio por la viruela tografías y objetos. Seguí las paredes observando una
bélica. Me bajé para tomar una foto en la emblemática chaqueta camuflada, una tetera de bronce, dos grana-
esquina y calcé la marca de las huellas de Princip sobre das. Me mostró un plano de construcción, se detuvo
el cemento, el lugar donde el integrante de la joven en un recuerdo de Carabineros de Chile, y quedé en
Bosnia disparó al archiduque Francisco Fernando y a su silencio porque ese emblema me provocó sentimientos
esposa un 28 de junio de 1914. Dos huellas paralelas encontrados.
hundidas en la vereda. Separé mis pies y volví al auto. Edis me pidió que escribiera mi nombre en un pa-
Dejé atrás la esquina del ultimátum a Sarajevo. pel porque no comprendía mi pronunciación. Anoté las
Luego de bordear la zona conurbana ­–lo noté por dieciséis letras del apellido y él puso su dedo sobre la “c”
la poca densidad de las construcciones–, el conductor final, queriendo comprobar mi escritura. Claro, faltaba
paró el motor y me dijo que no podía salir de ese pe- la tilde en esa “c”, costumbre que fui perdiendo con la
rímetro. Me bajé algo decepcionada y pregunté por el escritura en el computador. Algo debe significar perder
túnel a los primeros peatones que transitaban por la el acento. Es muy joven. ¿Cuántos años habrá tenido

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para el conflicto? Estoy calculando su edad cuando me
presenta al resto de la familia, la pareja de abuelos, Alija Escucho en medio de una nebulosa de tierra que en
y Šida, y los padres, Emina y Edin. Ellos, en los tiempos
de guerra, solían esperar a los pasajeros del túnel a su dos oportunidades el túnel se inundó y estuvo cerra-
salida con una tetera en el fuego y un pedazo de pan.
En la ciudad, el infierno; en el subterráneo de un do un par de días,
patio, el cielo.
dos horas en cruzar de un lado a otro transportando
Segundo círculo veinte toneladas».
Cada uno de los transeúntes debía empujar entre
Hay que seguir el curso de las napas, las leyes del doscientos y trescientos kilos de carga recorriendo un
abismo. Bordeamos el segundo rellano. Hay una em- camino de curvas, bajadas y subidas. Escucho en medio
bocadura y aparecen los carros ferroviarios. Los trenes de una nebulosa de tierra que en dos oportunidades el
detenidos no van a ninguna parte y arman una postal túnel se inundó y estuvo cerrado un par de días, hasta
apocalíptica de una estación abandonada tras un desas- que bombas de extracción lo limpiaron. Me dice que la
tre. Edis acomoda tuercas y mueve los escombros del necesaria manutención detenía su uso entre las 8 y las
andén, subimos a un vagón que se desliza por rieles 11 de la mañana. Me muestra unos tubos de cobre que
enmohecidos. El vagón sigue hasta que se entrampa en fueron parte de una donación de cable por parte del
una angostura y jalamos unos cables para comenzar a gobierno alemán y que permitió que se construyese el
ascender por claraboyas. La luz titilante de la linterna sistema de electricidad y de líneas telefónicas.
nos guía entre las vías. Un rugido subterráneo nos al- Hace una pausa y bebe agua de la cantimplora como
tera, las puertas en los pasillos son trampas abiertas. La recordando un cansancio olvidado. Yo agradezco el si-
viga que corre sobre las sorpresivas salas del infierno. lencio mientras miro los tubos. Se detiene en una pared
Avanzamos con mapas insuficientes y confusos donde y me señala hacia delante. Sigo su mano, que apunta un
se hunden los cielos y emergen los abismos. La escar- lugar oscuro.
cha de las paredes aparece como proas de fuego sobre «La noche era el mejor momento para hacer tran-
las monedas desgastadas en el piso. Perder la cabeza en sitar personas y cargamento pesado, porque los movi-
cada curva, y a cada paso el suelo se desliza bajo los mientos eran menos visibles para el enemigo, que ya
pies. Paisajes disueltos por las gotas de agua de esta- sabía de la existencia de este corredor. Cierta mañana
lactitas. Las palmas de las manos de piadosos rehenes. de invierno una granada mató a un grupo de personas
Me cuenta de una pareja que contrajo matrimonio que esperaba en la entrada; no volvimos a permitir filas
en territorio libre tras viajar en el carro a toda marcha largas con luz de día». Edis se hunde en el subterrá-
por los rieles ferroviarios. Se casaron en la mitad del neo de su patio, mientras el polvo de la memoria se
túnel, territorio neutral. Veo la foto de una novia, con arremolina sobre las calles de Sarajevo, cubriendo los
su vestido blanco y un ramo de flores amarillas, sentada minaretes, a los muertos del mercado sepultados bajo
en la falda de su enamorado con un brazo que le rodea un cerro de tomates. Los obuses impactaban abriendo
el hombro. Ambos sonríen desde la silla hecha de un agujeros en la niebla, entre el viento gélido. En 1994
engranaje de tuercas. El túnel también posibilitó que veintidós personas hacían fila en una panadería, pero
personeros del gobierno y miembros del parlamento estalló una granada y quedaron hechos un montón de
viajaran fuera del país para importantes negociaciones migas desperdigadas.
con la OTAN y líderes mundiales. El Presidente de Bos- Paso en distintas ocasiones por esa esquina imagi-
nia y Herzegovina de aquel entonces, Alija Izetbegović, nando esos átomos de vida.
lo utilizó para tomar un avión con destino a La Haya «Cualquiera podía disparar en una ciudad asediada;
y le dio un fuerte apretón de manos a Edis mientras en los techos siempre había alguien contándome las
abordaba la nave: «Muchacho, usted está cambiando el vértebras y apuntando a mi silueta».
rumbo de la historia». Me dice que cruzaba la avenida de los francotira-
Edis se para sobre la línea ferroviaria y continúa su dores a doscientos kilómetros por hora, con la cabeza
relato: «Ves, la circulación era en una dirección a la vez, recostada en el asiento de atrás, goteando sudor, to-
en grupos de veinte a cien personas, y se demoraban cándose el chaleco antibalas y observando los tranvías

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amontonados. Sarajevo era la ratonera de los Balcanes, cho: Vučko, el lobo feroz, el lobo que aullaría cuando la
era la ciudad con las vísceras afuera. La República Fede- luna se asomara a la curva del valle de Sarajevo.
ral deYugoslavia se fraccionaba en cinco o seis piezas de En la pantalla de casa podíamos seguir el recorrido
un rompecabezas que nunca encajó por falla de fábrica. de los atletas olímpicos: desde lo alto del monte Igman
«Que los cruzados de la gran Serbia se detengan, ya hasta las laderas donde los francotiradores dispararían.
no hay madera para fabricar ataúdes». Los deportistas se alineaban en círculos para descender
Visito Sarajevo desde hace años, cuando los hom- por la pista de Trebević. En esa oportunidad Yugoslavia
bres de la familia brindaban con ŝljivovica en la sobre- ganó una medalla de plata en la modalidad de ski slalom
mesa, en la que prometían «el próximo año en Yugosla- gigante masculino, gracias al deportista Jure Franko.
via». Sarajevo era una tierra prometida, el destino que Le cuento a Edis que mi familia paterna hacía bro-
nos jurábamos en cada fiesta con ese licor cristalino mas con la fórmula balcánica: seis repúblicas, cinco na-
serbio, hecho a base de aguardiente y ciruelas. El brin- ciones, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y
dis motivaba decenas de choques de copas antes de que un partido. Decían: «Es un lastre ser la ciudad detonan-
el alcohol subiera a la cabeza de los adultos, cargado te de la Primera Guerra Mundial». Preguntaban entre
de recuerdos vívidos de una infancia alrededor del río sí de un modo obsesivo: «¿Tienen parientes ustachas o
Drina, del río Sava y del río Miljacka, que se fundían chetnicks?». El domingo los hombres se tendían en re-
con el Río Mapocho y se hacían navegables. O bien, poseras después del almuerzo de pimentones asados, y
el recorrido por la avenida Uliĉa Marsala Tita, diluida bebían ŝljivovica celebrando la muerte de Tito, mientras
en la Alameda Bernardo O’Higgins, amplias vías en decían drobo, drobo3. Los señores sobrios del almuerzo
las que había tráfico en ambos sentidos. San Sabas, el luego estaban tumbados, reían a carcajadas. Eran hom-
patrón familiar de Serbia, aparecía descendiendo de la bres bellos, tenían zapatos gigantes, espaldas anchas,
cordillera de los Andes y de pie en la mitad del monu- ojos claros. El líquido de la botella cristalina descendía
mento a la batalla de Chacabuco. bajo la etiqueta de letras cirílicas, entre más drobo, dro-
Sarajevo se hacía presente cada vez que acompañaba bo. A media tarde montaban caballos a pelo, enterraban
a mi padre a la Iglesia rusa ortodoxa de la calle Holan- las espuelas y azuzaban los abdómenes de los animales
da con Doctor Johow en Ñuñoa. El pequeño templo llevando las riendas de un lado a otro. Sus cabezas esta-
con la cruz de aguja, una cúpula de dos esferas y un ban cubiertas con la gorra de Fez, una barba incipiente,
pope de barba larga que diseminaba incienso, hasta que la mirada turbia de tanto alcohol. Galopaban blandien-
todo quedaba inmerso en una nube aromática mientras do la fusta, hablando en ese idioma de zetas sonoras:
repetía oraciones en ruso antiguo. Para Semana Santa Ja sam. Ja sam. Sam ja? Za, zabada, zabava.4
comíamos huevos pintados a mano, mientras la gente San Nicolás, con su manto púrpura y sus ojos ne-
se saludaba diciendo: gros exhortantes. San Sabas, patrón de Serbia y fun-
«Hristos vaskrse!»1 y «Vaistinu vaskrse!»2 dador de un monasterio, que abandonó la corte para
Creer en dos religiones es como tener dos cabezas. tomar el hábito religioso, aparecía descendiendo por
una laguna para predicar la misericordia y la palabra en
Tercer círculo el monumento de la batalla de Chacabuco. La ascensión
de Cristo, como un dios pagano que nos invita a una ce-
Hemos pasado a una gruta de rocas filosas. Aquí baja lebración cada año nuevo, el mesías que no llegaba por
la temperatura. Una ventisca helada corre por las cata- Jerusalén sino por la Cordillera de los Andes.
cumbas. Cuando por fin pude viajar a Yugoslavia, Yugoslavia
En 1984 se seguían en casa las Olimpiadas de In- ya no existía. Llegué a Sarajevo buscando recorrer las
vierno de Sarajevo, a través de un televisor Zenith de direcciones familiares: un departamento en un tercer
colores pálidos. Las imágenes de la guerra futura ocu- piso en una calle transitada, una fábrica artesanal de
rrirán en las mismas montañas que recuerdo con nieve ladrillos, un hotel en el casco antiguo de la ciudad; pro-
para la decimocuarta edición de los Juegos de Invier- piedades confiscadas por el régimen de Tito. Más que
no, con sus banderines y la imagen de la mascota, un un deseo de reivindicación patrimonial, me movía un
pequeño lobo llamado Vučko. ¿Adivinaría Vučko lo que recorrido emocional.
vendría? La mascota, diseñada por el ilustrador eslove- Primero fue buscar la pequeña fábrica de ladrillos
no Jože Trobec, era quizá el anuncio del peligro al ace- en las afueras de la ciudad. Como referencia, una foto

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en blanco y negro de unos hornos con arcilla en medio El Hotel, llamado Europa, estaba emplazado en la
de unas praderas. El taxi dio vueltas por varios cerros Baščaršija, el gran mercado mezcla de la tradición tur-
siguiendo un plano de la ciudad doblado en cuatro sec- co-otomana, que es el corazón del casco antiguo de la
ciones. Cuando llegamos a la dirección nos topamos ciudad. Durante la guerra el hotel albergó a dos mil
con un cementerio. El conductor bajó la vista. La co- musulmanes, cuando su capacidad era de doscientas
lina verde estaba cubierta de tumbas con cruces orto- personas. Se dice que cerca de ciento veinte granadas
doxas, medias lunas musulmanas y estrellas de David. cayeron en medio del edificio. Caminé entre las habita-
Caminamos entre las lápidas, que ya tenían musgo y ciones y pasillos y aún era posible encontrar jirones de
unas manchas de humedad. Pocos centímetros distaban ropa de niños, frazadas, babuchas impares, colchones
una de otra. En las inscripciones, los años 1992, 1994, apilados, latas de bebida, utensilios de cocina. El techo
1995 se repetían como inscripción de muerte. Cami- estaba sembrado de pastizales. En un baño de artefactos
namos entre las lápidas sin completar el perímetro de azules encontré una paloma aplastada contra la tina. Tal
muerte que terminaba en un punto lejano del valle. vez habría que aprender a descifrar la antropología de
Regresamos en silencio. la basura para descifrar el mensaje de los escombros.
El departamento sobre la Avenida Mariscal Tito era Era mejor el Sarajevo visto en la pantalla de televi-
parte de un edificio que tenía todavía los agujeros pro- sión Zenith cuando los acuerdos de Dayton quedaron
ducidos por los morteros, imagen que habíamos vis- anudados en el cruce multicolor de los anillos olímpi-
to en los reportajes de guerra de la cadena televisiva cos.
CNN. Cuando llegué, toqué el timbre del citófono. Yugoslavia kaput.
Ante la imposibilidad de comprensión por el tráfico y
el idioma, conseguí subir los tres pisos y que me abrie- Cuarto círculo
ran el portón. Los actuales residentes no se animaron a
dejarme pasar. Me quedé con eso, un ángulo de treinta Si consigues pasar, encontrarás una puerta tras otra,
grados que permitía ver un piso de madera, unos te- hasta que llegues a la puerta que elegiste.
chos altos, un móvil de letras rojas con la leyenda I love Unas ratas roen el umbral de la otra orilla. Un par
Paris. de huellas fosforescentes iluminan mis pantalones en

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los dos costados del sótano. Nos abrimos paso entre la Segunda Guerra Mundial, solían llevar a cabo las ma-
un friso de nieblas. Veo una amplia fosa que se tuerce tanzas después de ingerir este aguardiente. Hombres
como un arco y abraza toda la llanura. Según lo que que no mataban una mosca hasta que bebían. ¿Sabes lo
dice mi guía, el agua desciende de un círculo a otro. que es que circule una foto oficial de jóvenes milicia-
Las cartas de Nenad eran escasas. Era el gemelo de nos posando sonrientes ante una montaña de cráneos?
mi padre y vivía en Croacia en el momento de la gue- ¿Salir a la ciudad y encontrarse con las cabezas de tus
rra. Sus cartas tenían buena caligrafía, eludían el cerco vecinos clavadas sobre unas estacas nudosas?».
mediante convoyes de Naciones Unidas y llegaban a mi ¿Quiénes son los malos: los serbios o los croatas?
casa en Santiago de Chile, a la calle Santa Brígida. Algu- ¿Es verdad que a Tito le cortaron una pierna? ¿Yugos-
nas veces me escribía desde un sanatorio; otras, desde lavia Kaput?
una isla. Me contaba que había un boquete abierto por Josip Broz Tito, cuerpo macizo, rostro de acero
un obús de paso entre dos camas del hospital. Se pre- bruñido, con aire de dama mayor. Siempre vestido im-
guntaba: ¿será verdad que los chetniks reciben una pri- pecablemente de blanco. Las gafas oscuras apoyadas en
ma doble por cabeza de mujer, y quíntuple por dar en la nariz. Un cinturón ancho ciñendo el uniforme mi-
el blanco de un niño? Escribía: «¿Cuándo vamos a tener litar. Las manos le temblaban cuando pronunciaba los
una guerra de verdad, de hombres contra hombres, no discursos. También temblaban sus sortijas de oro, sus
de hombres contra mujeres y niños?». charretas de Mariscal.Tito repitiendo: «Somos el único
Avanzamos a paso lento y Edis me indica las líneas país socialista que no depende de la Unión Soviética».
de cortafuego. «Para salir de este círculo hemos de Pero un día se supo que estaba enfermo de diabetes.
atravesar las llamas». Me detengo en el marco encor- Se abría paso con su cuerpo de buda, en una silla de
vado de las puertas que conectan bisagras y rumores. ruedas y el pantalón de la pierna derecha arrugado tras
Recuerdo a un tío solterón, que nunca bebía ŝlivo- la amputación. Avanzaba con su sonrisa cínica, de den-
jica y miraba la botella con recelo, y un día hubo de tadura perfecta. Hasta el final posó en las fotos junto
susurrarme una frase que he archivado: «¿Sabes por a Jovanka, su esposa, en el castillo de Brno con una
qué no bebo? Los chetnicks, los partisanos serbios de escopeta de caza. Cuando se les preguntaba por qué

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vivía entre tanto lujo, respondían: «Nada de ello me lía llegarme a la sinagoga, en el barrio judío, un edificio
pertenece, es del pueblo yugoslavo». color rosa con la estrella de seis puntas en el borde de
Los eslavos del sur son un entresijo étnico, una sus ventanas y cuatro cúpulas color ocre. Parada en ese
amalgama compuesta por serbios, croatas, eslovenos, lugar, recordé haber leído en los años de la guerra al
macedonios, montenegrinos, bosnios. jefe de la comunidad diciendo en ladino a un diario es-
Yugoslavia Kaput. pañol: «Soy bosnio, soy judío y soy español. Los salvajes
«Vamos, se está acabando el aire en esta cámara». ahí arriba disparan indiscriminadamente. Nos matan
Subimos reptando por la arenilla de las rocas. porque vivimos juntos y queremos seguir viviendo jun-
tos. Lo de la amenaza islamista es un embuste de Mi-
Quinto círculo losevic. Los verdaderos fanáticos son él y su pandilla».
Algunas veces me quedé al servicio de shabat y salí
«Ven por la orilla, vamos a encontrar un sendero en medio de los rezos en un hebreo de zetas. Me acos-
por donde puede subir una persona. Tú primero, yo tumbré a cruzar por el mismo puente en dirección a la
te sigo». farmacia hebrea, Apotheke, en la que compré algunos
Edis me cuenta que una vez, mientras esperaban a medicamentos. Una vez, al subir por la cuesta empina-
que el túnel se descongestionara, un transeúnte del co- da que lleva del río Miljacka hacia el cementerio de los
rredor recitó un verso del libro de Karadzic La lanza sefardíes sarajevitas, vi unas tumbas con letras hebreas
loca: «Bajemos a la ciudad, matemos a algún inútil.» y estrellas de David, recientes las fechas.
Desde 1960 Radovan Karadžić se desempeñó en
dos ámbitos, la medicina y la literatura. Tenía la para- Sexto círculo
dójica especialidad de curar paranoias. El político y el
escritor de cabellera aleonada que animaba a los serbios «Debes rehusar todo socorro. Algunas almas lloran
porque «son un pueblo edípico, dispuesto al sacrificio». tendidas en el suelo, bocabajo, pero no son confiables».
Recitó sus versos desde la cima de una colina mien- Pongo toda mi atención en las sombras, escuchán-
tras las fuerzas del ejército serbobosnio bombardeaban dolas llorar. Caminamos entre siluetas de ojos hundi-
la ciudad con cañones, obuses y morteros. Varios años dos, faz demacrada. Acampan roncos trenes con sus
después, la conducta de Karadžić se impugnará en el puertas abiertas. Avanzar, descender en círculos. Nos
juicio en La Haya, y motivará la respuesta: «Me están abrimos camino entre unas paredes estrechas. Quiero
haciendo acusaciones repugnantes». arrancar una historia de la cantera del túnel y seguir
Sobre la superficie los cementerios lo invadieron la veta de sus piedras. Intento no perder el hilo y me
todo: estadios de fútbol, laderas de cerros, patios de las acostumbro a ver desenfocado. En algún instante me vi
casas. Los hoteles de turismo fueron ocupados como a mí misma yaciendo con un sudario.
refugios y centros de prensa internacional. Visité el Nos sentamos a descansar, esperando a que se des-
edificio de azulejos amarillos del Holiday Inn, cuyas peje la humareda.
imágenes recorrieron el mundo. Tenía un sombrío ves- Cuando nos encontramos, él acerca sus estriadas
tíbulo y bebí un desabrido café turco donde hubo antes yemas y me ofrece agua. La sed debe caber en el cuen-
una inmensa lámpara de cristal que destellaba lágrimas. co exacto de la mano. A veces siento que somos una
Subí la escalera para ver los pisos superiores, que fue- sola figura con dos cabezas. Avanzamos en medio de
ron agujereados y permanecían con boquetes abiertos. una constelación de luciérnagas ebrias. Veo un agujero
Mientras estuve ahí una pequeña bombilla eléctrica se que se tuerce como un arco y abraza toda la llanura.
encendió y apagó. En este hotel se alojaron Juan Goyti- Según lo que dice mi guía, el agua caía de un círculo
solo, para escribir Cuaderno de Sarajevo, y Susan Sontag, a otro.
cuando fue a montar Esperando a Godot de Samuel Bec- «Nunca había visto algo así, es una fosa nueva. No sé
kett, entre bombardeos y a la luz de las velas. Vladi- cómo saldremos de aquí».
mir y Estragón esperan a Godot. ¿Quién es Godot? ¿La Edis pronuncia la palabra omitida y siento dentro
Unión Europea, la OTAN, el presidente Clinton? de mí un derrumbe de galerías. Zonas íntegras de mí se
En las tardes me acostumbré a cruzar el río Mjliacka anegan. Se remueve el polvillo instalado sobre las olvi-
mirando sus aguas cristalinas. En su lecho, un par de dadas fechas del campo de concentración de Koprivni-
grúas se movían con pereza sacando los escombros. So- ca y la fosa común en la que, dicen, el cuerpo de mi

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abuelo quedó mezclado con otros cuerpos. Imagino las timas serán sus gemelos de diez años. Tal vez, si bautiza
figuras indiferenciadas, las espaldas brillantes, los dien- a sus hijos ortodoxos en la fe católica, los perdonare-
tes rechinando de miedo. Un fusilamiento después de mos».
traslados en la cárcel y hospitales, una mañana de agosto El día 25 de junio de 1995, el Parlamento Croata
en Zagreb. No vengo a dejar cenizas, sino a buscarlas en (Hrvatski Drazvni Sabor) proclamaba la separación croata
las colinas del norte del Parque Maximir. Quizá a través deYugoslavia y declaraba su independencia y soberanía.
del túnel llegue hasta la fosa y recupere su cuerpo. Ex- A quince mil kilómetros de distancia, el Estadio Yugos-
tiendo el brazo, toco más allá de la superficie, hundo la lavo, ubicado en la comuna de Vitacura, se reinaugura-
mano, creo alcanzar ese algo más allá del tiempo. ba como Estadio Croata. Fueron expulsados el cinco
Con Edis ensayamos nuestra muerte. por ciento de los serbios, entre los cuales estábamos
Cada uno desciende a su tumba. nosotros. Éramos socios desde hacía treinta años. ¿A
Caemos en el lecho de la tierra. dónde iríamos los veranos? Adiós a la piscina olímpica
Cada uno se tiende en su agujero. con el alto trampolín de concreto color celeste y a los
La noche se despliega entre nosotros. troncos de los árboles pintados con una franja blanca
Nos ponemos de lado y en cuclillas, como si fuéra- para desorientar a las hormigas. La vergüenza, el miedo
mos a nacer. nos impidieron hacer algo y renunciamos a la membre-
Abril, el mes del bombardeo alemán en Sarajevo. sía sin hacer nada.
Abril de 1941, abril bombas mil. Mi familia se dividía en dos: los que se definían
La carta que rescato de una carpeta familiar cita las croatas y los que se definían serbios.
amenazas de los oficiales en la entrada de la casa. Ima- La excesiva corrección o conciencia de «la antigua
gino la puerta ancha del apartamento en la avenida Ma- Yugoslavia», ahora transformada en Yugonostalgia.
riscal Tito y los bramidos militares:
«Señora, si usted no se va del país, las próximas víc-

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Séptimo círculo

«Es hora de regresar, ya no existe la salida en el ae-


ropuerto».
Nuestros pies siguen buceando entre el légamo.
Avanzamos los últimos metros entre el goteo de las
luces, de las estalactitas. Se abren los párpados de las
linternas, nos encontramos a contraluz. Conversamos
con las pupilas entornadas. Avanzamos a golpe de lum-
bre, escuchando el rugido terrestre. Las palas cavan, y
a lo lejos el afilador de cuchillos merodea por el barrio.
Llegamos al final del túnel. Hemos hurgado juntos una
costura de la historia. Estoy fatigada, siento asfixia por
el espacio estrecho. Me cuesta respirar, se agita el cora-
zón. Edis me repite: «Don’t give up». Me promete una
cena opípara si resisto. Tomo aire, saco fuerzas.
Debemos urdir pasadizos secretos hacia la intempe-
rie. Volver sobre la loca senda buscando un párpado de
claraboya. Avanzar mirando para arriba, mirando para
abajo. Subimos, él primero y yo después, hasta que el
cielo es un agujero negro. Hemos llegado al mismo
punto del inicio del círculo. A medida que avanzo me
deshago de la postura de rezo. El cuerpo adquiere al-
tura, precipicio, vértigo, desvarío. Edis sale y me dice
como un antiguo caballero: «Ceñid vuestras armas».
Me jala la mano, subo enlodada de los pies a la cabeza.
Esculpo desde la hondura del túnel mi nueva forma
humana.
Pienso que ese instante me pertenece. Imágenes aportadas por la autora y editorial Comba, a quienes
El cielo, arriba; el mundo terrenal, abajo. agradecemos el permiso de reproducción.
Tierra, roca, cavar y recoger.
Hubo un relámpago de miradas en medio de la luz
del patio con ortigas. Se removieron las grapas de los
párpados y nos miramos. Edis y yo somos una sola fi-
gura con dos cabezas que desafía los rayos de sol. Hay
un vuelo de buitres alrededor del pozo. Avanzamos en
silencio. Cada pisada clausura con un sello todos los pa-
raísos prometidos. Salimos a contemplar las estrellas de
la incipiente noche. Los abuelos Šida y Alija han acomo-
dado un lagar en el garaje de la casa con fuego vivo. Ha-
blamos de ventanas libres mientras cenamos cordero y
bebemos licor de ciruelas. Nos servían una y otra vez
vasos de ŝljivovica y brindamos —živoli, živoli5— hasta *Andrea Jeftanovic
nació en Santiago de Chile en 1970. Ha pu-
que el cielo nos dejó de mirar.
blicado las novelas Escenario de guerra (2000)
y Geografía de la lengua (2007), el conjunto
de entrevistas y testimonios Conversaciones con
1. ¡Cristo ha resucitado! Isidora Aguirre (2009) y el ensayo Hablan los hijos
2. ¡Él ha resucitado!
(2011). Editorial Comba publicó su libro de
3. Bien, bien.
4. Yo soy yo. ¿Yo soy? Siempre, gratis, siempre fiesta. cuentos No aceptes caramelos de extraños (2015) y
5. Salud, salud. el conjunto de crónicas Destinos errantes (2016).

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ARTE Y POLÍTICA ENTRE SIGLOS
17 HIPÓTESIS SOBRE LA
REVOLUCIÓN DE 1917
La Revolución Rusa sigue siendo un punto de referencia ineludible a la hora de pensar las transformaciones políticas,
sociales y culturales. Sus dilemas siguen frescos y nos alientan a indagar en las posibilidades de cambio para lograr un
mundo más justo y equitativo.

Por Florencia Eva González

P
aralelamente a los sueños emancipatorios de las vanguardias, so-
naban los fuegos de la Revolución Rusa y proliferaban los debates
sobre el lugar del arte y de la cultura en el nuevo contexto. ¿Qué
sería primero? ¿El arte revolucionario que anhelaba subvertir los valores
estéticos como metáfora política o la instauración de la Dictadura del
Proletariado que modificara el esquema de propiedad de las fuerzas pro-
ductivas desencadenando una nueva hegemonía cultural? En cualquier
caso, arte y política, imagen y revolución se conjugan, elaboran y repelen
de diferentes formas y a variadas distancias ensayando modelos de inven-
ción práctica –que luego o antes puede ser también teórica–, y ofrecen
lecturas e interpretaciones que se expanden más allá de las fechas. 1917-
2017. La vocación redonda de los números no es solo competencia de la
matemática. Desde las ciencias sociales también nos volcamos a celebrar
el cumplimiento de efemérides como una idea de finitud o balance que
logre totalizar una idea más o menos acabada. El ritual de los ceros mar-
ca que se cumplen 100 años de la Revolución Rusa, pero, en lugar de
dar por cerrado el círculo y hacer cuentas, abrimos sus pliegues como
ramilletes que avivan conclusiones penúltimas, y que azuzan antiguas y
renovadas preguntas. Hipótesis que enriquecen formas de pensar el po-
der en relación con las imágenes, el lenguaje y el mundo.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 54. ISSN 1514-8351
1. Excepcional e inevitable. Toda revolución es de los conflictos y formas de organización y que no lo-
un hecho inusual, descomunal, sublime, y en el caso graron plasmarse.Y más aun, que desembocaron en ex-
de la Revolución Rusa de 1917, inesperado, según los periencias políticas que afianzaron la concentración de
preceptos marxistas que rezaban que la revolución intereses capitalistas todavía más recrudecidos.
sucedería allí donde el capitalismo estuviera más de-
sarrollado. No debía acontecer, entonces, en la Rusia 2. ¿Primero la teoría? La revolución es una in-
feudal y campesina de principios de siglo XX, donde vención práctica de la sociedad. No existe un sujeto
grandes masas sin instrucción estaban agotadas por la preestablecido sino que se va construyendo de acuerdo
guerra, el ataque imperialista y la guerra civil. Pero a la a la nueva vida económica, social y política signada so-
vez, también puede verse como un acontecimiento que bre la marcha. Si la actividad del pensamiento racional
cayó por su propio peso debido a una concatenación de es únicamente teórica, el intelectual permanece aleja-
sucesos que preanunciaban la revolución de octubre, do del día a día del devenir mundano. Por el contra-
como las insurrecciones de 1905, y fundamentalmente, rio, la acción sostenida por sí misma, solo basada en la
una serie de manifestaciones y formas de organización práctica y sin ningún sustrato crítico, aunque ejercida
que fueron creciendo de manera descentrada y que ininterrumpidamente, se torna superficial y, principal-
desembocaron en la toma del Palacio de Invierno. Pero mente, ineficaz. La función del intelectual o del artista
de bastar estas razones, la revolución socialista hubiera en este marco debería ser abordar los dos terrenos: el
vencido en varios lugares, tal vez en el mundo. Sobran crítico y el práctico. Y es así que en las primeras déca-
ejemplos de condiciones históricamente dadas para que das del siglo XX se multiplican artistas reunidos en co-
triunfe un proceso revolucionario en tanto agudización lectivos que escriben manifiestos, piezas programáticas

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y políticas de evidente respiración En esa búsqueda que mixtura “lo nuevo y lo viejo”, entrados los años
poética, y los políticos que lideran 20, la vanguardia artística encuentra una síntesis luminosa: toques abstrac-
los procesos revolucionarios –Le- tos con temática tradicional rusa. De esa manera, la primera etapa pos
nin, Trotsky, Mao, el Che–, teori- revolución, las expresiones artísticas de vanguardias que antecedieron a los
zan la experiencia, dialogando con hechos políticos, tornaron una vitalidad de fuerza joven que, después de
Marx y el marxismo. 1924 con la muerte de Lenin, sería difícil de sostener.

3. Tradición o vanguardia. 4. ¿Cómo moldear una nueva conciencia? El rol de los intelec-
Un nuevo poder requiere de un tuales y artistas ocupa un lugar predominante en varios textos de León
nuevo paisaje cultural, pero a la Trotsky y Vladimir Lenin, resultado de los conflictos e importancia que
vez, como fuerza histórica, no pue- significaba pensar una nueva cultura y forjar una nueva conciencia. En la
de anular completamente el pasado. palabra de estos revolucionarios, arte y literatura, desde el palco de la
En el terreno del arte, puede verse superestructura, rechazan teorías simplistas que las ubiquen como mero
como antecedente el florecimiento reflejo de la base material de la estructura. Trotsky, en el podio de quienes
de una vanguardia revolucionaria, escriben sobre el arte y la revolución, afirma que intelectuales y artistas
marcando puntualmente 1908 en antes alineados a las instituciones burguesas y ahora sistemáticos lectores
Moscú o San Petersburgo como del marxismo se deben ir sumando paulatinamente a las filas de la revo-
los mayores centros de cultura abs- lución. El rol de los intelectuales, extensible para los artistas, es el de ser
tracta y de elaboración teórica del funcionales a la causa revolucionaria y su actividad deber quedar reducida a
mundo, incluso más que París o Vie- la difusión de la doctrina marxista. Pero esta alineación automática es vista
na. Eran tiempos en que proliferaban como un problema en consonante contradicción con la dinámica intrínseca
artistas con vocación revoluciona- de la actividad cultural. ¿Dónde queda el perfil crítico, libre si se quiere,
ria, que buscaban nuevas formas de del arte y del pensamiento?
expresión. Las corrientes llamadas
“vanguardias rusas” que se desarrolla- 5. Autonomía o control de Proletkult. ¿Cuál es la fórmula para
ron antes de la revolución, buscaban que se asienten las nuevas bases revolucionarias sin coaccionar las formas
empalmar los cambios sociales y polí- creativas del arte y el pensamiento? Los interrogantes comienzan y conver-
ticos con la expresión artística. Pensa- gen en el rol que deben ocupar los intelectuales y los artistas en determi-
ban que innovando en las formas, sa- nado marco político. Vladimir Lenin, funcionario civil, director de escue-
cándose de encima las viejas escuelas las y el principal dirigente político de la Revolución Socialista, pensaba que
y desterrando las figuras tradicionales el arte debía someterse al control del partido y que no podía descansar en
que devenían del imperio de los zares, ningún agente social indiscriminado y fulgurante de la hora. Por lo tanto,
se creaban las bases culturales para la literatura y el arte debían despojarse de todo aire espiritual, libre e in-
la revolución social. Años después, determinado para convertirse en la representación cabal y material de este
cuando finalmente despierta la revo- nuevo proceso. Es decir, jalonar un arte que corresponda al partido y a los
lución bolchevique, se profundiza aun intereses de las clase proletaria: “¿Cómo queréis someter al criterio colectivo un
más la creatividad en un terreno fértil asunto tan delicado, tan individual, como lo es la creación literaria?¿Queréis que los
de experimentación dando origen a obreros, por simple mayoría de votos, decidan los problemas de la ciencia, de la filo-
combinaciones vanguardistas con ex- sofía, de la estética?¿Negáis la libertad absoluta de algo tan absolutamente individual
presiones “folklóricas”, como los ver- como la creación ideológica? ¡Abajo los literatos sin partido! ¡Fuera los superhombres
sos futuristas de Mayakovsky de inno- de la literatura!” 1. El trabajo literario es parte de la labor general del prole-
vación métrica; las obras de la pareja tariado, debe ser la “ruedita y el tornillito” –según palabras posteriores de
de artistas Mijail Larionov y Natalia Mao– de un único y grandioso mecanismo puesto en movimiento por una
Goncharova alineados al “rayismo” en vanguardia consciente que confluya en un poder organizado, planificado,
expresiones con un estilo primitivista cohesionado. Así, el Proletkult será el encargado de guiar la cultura y el
permeado por las tradiciones rusas y arte de la URSS.
estampas populares, el “Suprematis-
mo” de Kasimir Malevich o las pin- 6. Libertad de expresión. Refiriendo al corazón de la burguesía,
turas de Marc Chagall. Lenin alude a uno de sus principales bastiones: la libertad, condición tan

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sensible al hacer artístico. “Señores individualistas burgue-
ses: vuestros discursos acerca de la libertad absoluta no son más
que pura hipocresía. ¿Sois libres de vuestro editor burgués o de
vuestro público burgués que os exige pornografía en el marco y
en el cuadro; prostitución bajo el aspecto de “complemento” al
“sagrado” arte escénico? Será la literatura del proletariado li-
bre del interés material”2. En el mismo sentido, Marx des-
cribe cómo puede ejercerse el arte o el pensamiento
por encima de intereses particulares y materiales, de-
limitando de manera contundente las diferencias entre
un artista que se hace cargo de los condicionamientos
históricos que lo albergan como sujeto de lucha y otro
que se deja llevar por el manso goce de lo aceptado y
aceptable: “Naturalmente, el escritor debe hacer dinero para
vivir y para escribir (…). El escritor nunca considera su obra
un medio. A sus ojos y a los ojos de otros, es un fin en sí mismo
hasta el punto de que sacrifica su propia existencia por la
existencia de su obra (…). La primera condición de la libertad
de prensa es que no sea una actividad comercial”.
La “libertad”, entonces, para el marxismo-leninis-
mo no está asociada a la idea ilusoria de un acto creati-
vo sin condicionamiento alguno sino a poder desligar la
actividad artística de los parámetros del mercado. Esa
sería la medida exacta de la “libertad”.
Los productores de arte o los trabajadores de la
cultura son asalariados tal como ya lo planteaba Lenin:
“Vivir en una sociedad y no depender de ella es imposible. La
libertad del escritor burgués, del artista, de la actriz, no es más
que una dependencia disfrazada, dependencia respecto al co-
rruptor y respecto al empresario.Y nosotros, socialistas, desen-
mascaramos esta hipocresía, arrancamos las falsas etiquetas no
León Trotsky, que era abogado, creía, a diferencia
para obtener una libertad y un arte fuera de las clases (esto es
de Lenin, que no se podía encorsetar el arte ni siquiera
solo posible en la sociedad socialista sin clases) sino para opo-
cuando portara en su forma o concepto, el ignominioso
ner a una literatura pretendidamente libre, y de hecho ligada
peligro de la contrarrevolución. El arte debía ser revo-
a la burguesía, una literatura realmente libre, abiertamente
lucionario pero bajo ningún modo esto debía ser una
ligada al proletariado”3.
imposición. Trotsky mostró un interés vivo por el arte,
incluso por el controvertido arte moderno y las van-
7. ¿La imaginación al poder? ¿Qué hacer, Le-
guardias, escribiendo profusamente sobre el arte en la
nin, con el arte y el prodigioso e indeterminado motor
revolución antes y después de 1917, textos compilados
que lo alimenta, la imaginación? Sus impulsos y fan-
en Cultura y socialismo, Arte y revolución, y principalmente
tasías, aunque producto del magma inconsciente, ¿no
en Literatura y Revolución. En Arte y subjetividad, escrito
estarían condicionadas por las mismas determinaciones
en 1924, une de manera indeleble a la imaginación con
históricas y materiales que son propias a las razones de
la conformación de la subjetividad, que no puede ser
un Estado, a la religión o a los temas políticos? A no ser
cercenada ni universalizada por ningún proceso revolu-
que se crea que la imaginación sea una entidad atem-
cionario. Quizá, todo lo contrario: alentada.
poral absoluta y universal, y no un producto social que
contiene una dosis inespecífica de subordinación al flujo
8. Lugar para la subjetividad en el proceso
histórico con solo algo de independencia del devenir so-
revolucionario. Trotsky se aferra a una definición
cial.
que parece simplista pero que brinda bastante camino

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para recorrer: “la función principal del arte es la inscripción romper el sistema. El martillo puede moldear o rom-
de la subjetividad”. Esta forma expeditiva para valorar per; moldear y romper. Pero al destruir plantea el pro-
la voz personal, el carácter original y el sesgo propio, blema de cuáles serán los límites de lo que se destruya,
toma la forma de una discusión sobre esencias en una dilema que cruzará a todos quienes están pensando el
perspectiva abierta y creativa: “Lo que estamos discutiendo rumbo de la revolución. Qué conservar, qué modificar,
entonces es el fundamento del arte, la unidad que conforma su qué aniquilar de los antiguos elementos de la cultura y
esencia, o al menos a la que ha llegado luego de siglos de evo- la tradición cuyos rasgos constitutivos corresponden al
lución”. Y más: “Es bueno que exista en el mundo el arte, así entramado del sistema que se quiere abolir. Con la uti-
como es bueno que exista la política. Es bueno que la potencia lización del martillo, el arte debe asirse con la ayuda de
del arte sea tan inagotable como la vida misma. En cierto un espejo que no devuelve una imagen perfecta, por lo
sentido, el arte es más rico que la vida” . Trotsky piensa la que no debe adoptarse una actitud impasible a modo de
subjetividad para adelante, en función del acto de crea- reproducción. Ni mera destrucción ni mecánico reflejo.
ción “por venir”, en un planteo que juzga que el arte, Cuanto más profunda sea la literatura, incisivo el arte
por antonomasia, debe ser revolucionario. Luego también y las ideas, y cuanto más dispuesta por el deseo, más
afirma: “El arte, que es la parte más compleja de la cultura, significativa y dinámica será su capacidad de moldear
la más sensitiva, y al mismo tiempo la menos protegida, es la con el martillo. Pero, como se dirá en diversas opor-
que más sufre con la decadencia y putrefacción de la sociedad tunidades, ninguna historia se comprende ni puede
burguesa”4. Es decir que la capacidad reproductiva que hablar a través del arte negando las etapas anteriores
posee el arte para mantener el statu quo ostenta la va- sobre las que apoya su presente. Entonados con las
riación de modas con la tela de un mismo traje. Estas ideas emancipadoras, las clases trabajadoras primero
palabras resuenan en el siguiente pasaje de Marx: “las re- deben apropiarse de lo clásico, –de Pushkin, de Dos-
laciones no son tan simples como se imaginan a primera vista. toyevski– a quienes seguramente desconocen, para
Por ejemplo, la producción capitalista es hostil a ciertas ramas después encontrar una instancia superadora. Antes
de la producción espiritual, como el arte y la poesía”. Para el de impugnar ese arte enquistado e imponérsele uno
marxismo, el desarrollo del arte está determinado por nuevo que tenga relación con el reciente orden im-
las fuerzas productivas. Pero esta relación supone una puesto, debe conocerse de buena tinta su maquinaria
unidad que no se verifica: las ideas, tradiciones, estilos, compositiva. El rechazo del pasado sin más es necedad
escuelas de arte sobreviven en la mente y en el paisaje o nihilismo bohemio –dirá Trotsky– quien inequívoca-
habitual de las personas mucho tiempo después de la mente rehúsa las exigencias absolutistas del Realis-
desaparición del contexto socioeconómico en el que mo Socialista a las que encuentra viciadas de una car-
surgen. Formas estéticas, contenidos y significaciones ga excesivamente sentimental: “La revolución no es en
que hace tiempo pudieron haber perdido su raison d’être absoluto una bota desgarrada bañada de romanticismo”5.
permanecen atrincheradas en la psique de los sujetos y Sería verdaderamente pueril sostener que la literatura
continúan jugando un papel, incluso un papel determi- burguesa resulta nociva para la solidaridad de clase. Lo
nante en las decisiones y maneras de vida de estos. que Shakespeare, Goethe o los nombrados Pushkin o
Dostoyevski darán al obrero es, antes que nada, el con-
9. Martillo o espejo. El arte tiene para Trotsky cepto de la complejidad psicológica del hombre, de sus
un rango fundamental, no es un espejo sino un marti- pasiones y sentimientos. En este sentido, vuelve Trots-
llo: no refleja, moldea. La idea del arte como moldea- ky y afirma: “(…) nadie dirá, naturalmente: renunciamos a
dor y no como mera reproducción, de alguna manera, todo lo demás hasta tanto el proletariado se haya elevado de
es un subterfugio discursivo para escapar del determi- los anuncios murales a una maestría artística independiente.
nismo de la base material. Y es que el arte no puede También necesita el proletariado de una tradición estable” 6.
imponerse. Su influencia no tiene límites precisos y sus
tiempos de producción, y sobre todo de reconocimien- 10. Arte soviético, arte en “un solo país”.
to, son lentos, diferentes al proceso revolucionario que Dice Lenin, respecto al rol del arte en el socialismo:
procura un cambio en las relaciones sociales de produc- “No hay ni ha habido jamás una literatura, fuera de la lite-
ción. Aludir al martillo –una herramienta que también ratura soviética, que haya movilizado a los trabajadores y a
es un utensilio manual plausible de ser usado de modo los oprimidos para la lucha por la aniquilación definitiva de
artístico–, es sensible a la idea de quebrar estructuras y la explotación y del yugo de la esclavitud asalariada” 7. Para

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Lenin, que sin embargo llevaba una foto de Émile Zola en su cartera, la li-
El arte socialista, entonces, teratura debía ser sometida al control del partido para determinar el límite
entre lo partidista y lo antipartidista. El Partido Bolchevique sería el cus-
debe emprender el doble tra- todio, el timón que guiaría el curso de la política y del arte de las desbor-
bajo de nutrirse de contenido dantes aguas revolucionarias. También alertaría sobre las amenazas de las
revolucionarioy crear una arremetidas contrarrevolucionarias pensando al arte como un instrumento
nueva forma estética que lo para consolidar la revolución y la necesidad de que el artista y el intelec-
tual sean lúcidos pensantes respecto al conflicto para que puedan compa-
contenga. tibilizar autonomía expresiva, considerada inalienable, respondiendo a la
fórmula: toda la libertad al arte aplicando la conciencia revolucionaria. El
arte socialista, entonces, debe emprender el doble trabajo de nutrirse de
contenido revolucionario –sin perder su autonomía constitutiva– y crear
una nueva forma estética que lo contenga.

11. Los peores artistas son los más comprometidos. Ahí tiene usted a
los pintores soviéticos. No se pintan ni traducen en música los significados ¿Quién
se atrevería, en estas condiciones, a pedir al pintor y al músico que se comprometan?
Estas palabras, escritas por Jean-Paul Sartre en Les Temps Moderns, aluden a
quien con preocupaciones sociales desee entregarse a alguna lucha política
o a algún ideal con el que sienta afinidad, para que por favor, no se apoye
en esa función intelectual y crítica y que asuma la creación narrativa, pic-
tórica o artística propiamente dicha. Es decir que no subsuma lo segundo
en función de lo primero. Y completa Sartre: “Si usted quiere comprometerse,
¿qué espera para inscribirse en el Partido Comunista?”, pidiendo luego que no
haga arte “comprometido”, que no se mate al arte o a la literatura tiñén-
dolo de contenidos explícitamente políticos. Detenerse un momento para
deslindar mejor cada terreno es permitir desprender que el problema de
la creación en sí es por completo diferente de la función política, aunque
ambas puedan darse simultáneamente o en proporciones en momentos
determinados, sobre todo si se piensa en un marco revolucionario, prerre-
volucionario o incluso en el marco de crisis o de conflicto bélico.

12. Arte abstracto vs. Realismo Socialista. A partir de 1919, Lu-


nacharsky es designado como Comisario para la Educación del gobierno bol-
chevique. Con la siguiente afirmación, dicha en 1922, enuncia el conflicto
con los artistas realistas: “... la revolución con su enorme contenido ideológico y
emocional, exige una representación realista… Sin embargo, los artistas realistas (o
mejor, los artistas que estaban más o menos cerca del realismo) salían al encuentro
de la revolución con mucha menos disposición que los artistas de tendencias nuevas”.
La necesidad del nuevo gobierno de tener un soporte artístico con el que
expresar las ideas revolucionarias y la buena predisposición de los van-
guardistas para colaborar, parecían configurar una conjunción ideal. Pero
no fue así. La cúpula del partido prefería enfilar a los artistas que pintaban
“realidad” aunque su alineación ideológica al socialismo no les resultara fá-
cil. Así estaban las cosas: los artistas vanguardistas, de respiración abstracta
muchos de ellos, serían más propensos a sumarse a las filas revolucionarias
que aquellos que los ideólogos hubieran preferido que lo hicieran. La rela-
ción entre socialismo y arte abstracto no iba a resultar fácil.

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Este dilema socialista tiene su historia, incluso an- en el tiempo y que quizá la torna trascendente, queda
tes de que existiera el arte abstracto. En reseñas so- perdida en la crudeza de un mensaje sin relieve.
bre libros franceses que escribieron Marx y Engels
en 1850, afirmaban que cuando se representase a un 13. Lo viejo y lo nuevo. Dice Lenin: “¿Por qué re-
revolucionario tenía que ser descrito “en su forma real” chazar una cosa realmente bella... por el hecho de que es vie-
y “en colores crudos a la manera de Rembrandt”, lejos de ja? ¿Por qué venerar todo lo nuevo como una divinidad, a la
las “visiones idealizadas rafaelistas”. De la misma mane- que se obedece solo porque ‘es nueva’? Esto es una tontería,
ra, Engels esperaba de los artistas que “describiesen la una tontería pura y simple. En esto hay mucha hipocresía ar-
realidad material” y que sus obras sirviesen a un pro- tística y, sin duda, mucho respeto por la moda artística que
pósito social siendo “socialmente realistas”. Los marxistas reina en Occidente. Somos buenos revolucionarios pero, no sé
y más tarde los marxistas-leninistas han mostrado la por qué, nos creemos obligados a demostrar que estamos tam-
tendencia a rechazar lo que Hegel en Estética llamaba bién ´a la altura de la cultura moderna”. En cuanto a mí,
“la belleza de la forma abstracta” favoreciendo lo que En- yo tengo valor de declararme bárbaro. No consigo considerar
gels define como “un tipo de realismo social en el arte”. las obras del expresionismo, del futurismo, del cubismo y de
Vuelve Lenin a hablar desde la práctica, al calor de la otros “ismos” como la más alta expresión del genio artístico.
revolución: “lo importante no es nuestra opinión sobre el arte No las comprendo. No me proporcionan ningún placer”. Sí,
(...) El arte pertenece al pueblo (...) Tiene que ser compren- Lenin dijo “placer” y lo asoció, sin pudor, a la sensación
dido y amado por estas masas (...) Aprendamos a administrar que puede producir el arte. De la misma manera que
para ellos, a contar para ellos”. En 1934 se corta la para- el Futurismo con la máquina, cuyo diseño y función
doja de cuajo. El Congreso de los Escritores Soviéticos se enlaza a una forma erótica, industrial y evoluciona-
trazó las líneas maestras de la política oficial estalinista da. De lo individual a lo colectivo, el Futurismo arroja
para las artes oficializando al “Realismo Socialista”. Esa por la borda la antigua concepción del arte, no solo
‘realidad’ a transmitir no debía vincularse simplemente por lo anticuado de sus formas sino también porque
a la realidad visible y presente, sino fundamentalmente choca con la naturaleza colectivista del proletariado.
“a las metas para las cuales estaba trabajando el socialismo”. En esa misma línea, los problemas estético-políticos
Es el arte sometido a la política. planteados por las artes plásticas encuentran una res-
El Realismo Socialista construyó una estética alta- puesta en el cine, una expresión nueva, con un lengua-
mente efectista, cargada de simbología que con el tiem- je todavía por elaborarse, plausible de ser apropiado e
po fue tornándose cada vez menos sutil. Al buscar fru- ideal para representar los intereses de una clase prác-
tos a corto plazo, no fue posible rastrear el desarrollo ticamente analfabeta combinando mecánica con expre-
de ninguna dialéctica sino más bien un mensaje directo sión. “De todas las artes, para nosotros la más importante
y de impacto, de lenguaje sencillo con carácter propa- es el cine”, célebre aseveración de Lenin que indica la
gandístico que luce como el vestido de gran parte de importancia del artefacto en un guiño a lo nuevo, como
los afiches socialistas y del movimiento obrero en gene- signo de modernidad, con la contundente estética de
ral en varias partes del mundo. Sus figuras fuertes con la máquina poniéndose al servicio de otra máquina:
rectas dominantes de fuerza masculina, y los colores la agitación soviética. Este extenso programa impulsó
saturados y nitidez, rojo –obviamente–, con recursos los «Trenes de Cultura y de Instrucción» que, entre 1918
visuales que invocan la lucha y el golpe. Figuras que no y 1921, recorrieron los territorios rusos colocando
pasan inadvertidas por su tamaño o por las composicio- el arte al servicio de la defensa de la Revolución. En
nes donde se aplican tonos contrastantes, letras gran- uno de sus primeros documentos, fechado en marzo
des, tipografía imponente, consignas claras y un des- de 1919, se establecen los objetivos de los trenes de
pliegue iconográfico con los líderes de la revolución. propaganda: “Recorrer toda la Rusia Soviética con trenes y
Así como se representan sujetos anónimos, el Realismo barcos brillantes, pintados artísticamente, con bibliotecas vo-
Socialista disuelve la idea de autor individual de la obra. lantes, depósitos de libros, cinematógrafos, tribunas móviles,
El nombre propio del artista queda anulado ahogando aparatos de instrucción e información es una empresa enorme,
los rasgos personales, su subjetividad, la expresión de casi fantástica”. El furgón se llenaba de niños y por la no-
sus contradicciones, el dinamismo de sus conflictos, los che, al aire libre se colocaba la pantalla contra el vagón
valores e ideales personales. De esta manera, la tensión y en ella, a través de la ventana, se pasaba película tras
que presenta una obra de arte, que la hace perdurar película, en continuado. En el escaparate, se colgaban

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carteles con las últimas noticias del ROSTA en vitrinas iluminadas con luz denunciado los crímenes del esta-
eléctrica. Su efectividad era evidente: en tres meses, en uno de sus viajes, linismo en varios de sus poemas.
organizó 196 sesiones cinematográficas con 225.000 espectadores. ¿Qué Luego de haber participado de una
se proyectaba? Desde rudimentarias imágenes de afiches de propaganda asamblea de estudiantes, había sido
hasta documentales realizados sobre los trenes de agitación montados por acusado de ser “incomprensible para
Dziga Vertov, como ser: Tren de agitación del VTsIK (1921), Barco Estrella las masas” e “indecente”. Más tarde,
Roja, Crónica sobre el tren de agitación Cáucaso soviético, Primer agrotren de agi- se suicidó. El proyecto de un arte
tación Lenin (1922), entre otras. Este poderoso dispositivo, orquestado des- revolucionario dentro de un Estado
de el Estado Soviético, logró hacer andar a un gigante cuyos pasos combi- dirigido por el estalinismo era im-
naban lo viejo y lo nuevo, el público analfabeto con la mecánica industrial, posible de ser realizado.
el paisaje campesino con la virilidad de la maquinal fuerza cinematográfica.
15. ¿Para quién escribir?
14. La revolución no le teme al arte. (O tal vez sí). Es indudable la Marx y Engels, mentores intelec-
preocupación de Trotsky por pensar el papel del arte en el marco del proce- tuales de la revolución socialista,
so revolucionario reivindicando la intención de unir arte, vida y socialismo. de la dictadura del proletariado,
Un objetivo que se sabe lento, distinto al ritmo impuesto por la revolución del materialismo histórico y de la
política e incluso más inespecífico que la subversión productivo-econó- abolición de la propiedad privada,
mica ya que no puede implantarse una sobre otra, política por sobre el fueron educados en un ambiente
arte, y tampoco puede ser fruto de un decreto de Estado o de partido”. cultural correspondiente a una cla-
“La revolución comunista no le teme al arte”, es el comienzo de uno de los se pequeño burguesa. ¿Escribieron
párrafos conclusivos del Manifiesto por un arte libre y revolucionario escri- para que entiendan obreros, artesa-
to por Diego Rivera, León Trotsky y André Breton, en México, y datado nos, los representantes de las clases
el 25 de julio de 1938. Este artículo retoma el papel del artista, en una bajas a los cuales estaban dirigidos
sociedad capitalista o socialista, determinado por el conflicto entre el in- sus textos a manera de alumbrar la
dividuo y las diferentes formas sociales, contradicciones que habitan los lucha social? Si bien es sabido que
intereses personales cuando se quieren compatibilizar con los colectivos. Marx escribió manifiestos –sobre
Hay dos versiones del manifiesto: una base escrita por Trotsky y otra co- todo la madre y padre de todos, el
rregida por Breton. Entre ellas, se abre la brecha que los diferencia y que Manifiesto Comunista (1848)–, folle-
divide aguas para determinar los límites del arte. El texto de Trotsky dice: tos y artículos con lenguaje directo
“Toda libertad al arte”, y el de Breton agrega: “…salvo contra la revolución y sencillo para su comprensión, el
proletaria”. Y con esta frase termina consensuado el manifiesto: “la indepen- problema de la difusión y de la edu-
dencia del arte –para la revolución; la revolución– para la liberación definitiva del cación que eliminara los abismos en-
arte” 8. El ruso no concede ninguna excepción para coartar al arte: “El arte tre la intelligentsia y el proletariado
no puede no ser revolucionario, es decir, no puede dejar de aspirar a una reconstruc- fue siempre un problema a resolver.
ción completa y radical de la sociedad para liberar a la creación intelectual de las “No se entiende”, dice un obrero, “Es-
cadenas que la obstaculizan y permitir a toda la humanidad ascender a grandezas tudie” le responde Trotsky. “No se en-
que solo los genios aislados han alcanzado en el pasado”. El arte, piensa Trots- tiende”, repite otro obrero en otro
ky, tiene sus propias reglas y no pueden trazársele surcos sin arruinarlo. contexto y Rodolfo Walsh funda el
Stalin, que debe haber leído el Manifiesto o Literatura y revolución, hizo pre- diario de la CGT de los Argentinos.
cisamente todo lo contrario: imponer una línea, un rimbombante estilo Las dos respuestas deberían ser vá-
oficial haciendo tronar desde el partido rudos ejes estéticos con represión lidas. Trotsky, al igual que Antonio
a quienes no los aceptaran. La lista de reconocidos artistas rusos exiliados, Gramsci, confiaba en que llegaría
censurados, perseguidos y hasta fusilados es larga. Kandinsky partió raudo un tiempo en que la educación de
con su abstraccionismo a Berlín y Chagall a París. El Lissitzky trabajará en la clase obrera eliminara las diferen-
Europa occidental y los hermanos Pevsner se exiliaron en 1922. Sergei cias existentes entre el grupo pre-
Eisenstein tuvo que cortar sus películas y filmar en México. Sofocados, parado y selecto y el pueblo. Pero,
muchos artistas encontraron finales trágicos. Popova murió en 1924, en del mismo modo en que Trotsky si-
1925 se suicidó el poeta Esenin y Malevich murió en medio de un «exilio túa la determinación de la forma ar-
interno” en 1935. En 1930 también se suicida Maiakovsky, quien había tística por fuera de la competencia

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del Proletkult, niega la competencia del partido para compositiva. Eisenstein fue un incansable buscador de
aceptar o rechazar innovaciones en las teorías científi- “nuevas formas” para un “nuevo arte”, estética y con-
cas. Qué hacer con las teorías atómicas, el psicoanálisis tenido que pudieran confluir en un arte involucrado
de Freud, la relatividad de Einstein, la tecnología en con las nuevas formas de producción de la revolución.
general y tantas otras cosas. Viendo el problema, Trots- En cambio Dziga Vertov con el Cine-Ojo articula una
ky confiere al arte, al pensamiento y a la ciencia un rol nueva teoría de la percepción no en función de una
estratégico situándolos en equivalencia de problemáti- teoría del montaje sino a través de la dinámica del ojo
cas. Lo plantea con estas palabras: “Rechazar el arte como mecánico: la cámara. La máquina que capta imágenes
medio de representar y dar forma al saber... es arrebatar de las permite elaborar una objetividad mediante un orden
manos de la clase que está construyendo una nueva sociedad, rítmico visual cargado de sentido. Colocando el ojo en
su arma más importante”9. la materia, la técnica y la máquina es en sí una poética,
sin necesidad de lo discursivo. El montaje, por ejemplo
16. Cine Puño vs Cine-Ojo. “La doctrina del ma- en El hombre de la cámara, es pensado como una manera
terialismo histórico se convierte en un principio formal en el hacer de Moscú, una ciudad-flujo de cuerpos que muta
film ruso: El Acorazado Potemkin”10. Si bien el cine para por la planchuela química de la máquina cinematográ-
Lenin era uno de los principales órganos de difusión fica. Esta línea es retomada por Godard: no se cuenta con
revolucionaria, esa idea no logró hacerse extensiva para ninguna imagen que no nos provea a la vez de un destino.
la obra de Sergei Eisenstein. Difícil concebir la mar- Ese destino era para Vertov lo visible sin lo decible, un
ginalidad de la que fue objeto quien tradujo los con- mero efecto de la deriva que el cine no podía dirigir
ceptos teóricos marxistas al lenguaje cinematográfico. en un solo sentido. El cine puño se desarrolla a partir
La fuerza revolucionaria de sus films y la novedad de de una teoría cuyo dispositivo dialéctico es el montaje
su técnica, definitivamente, no se comprendieron en mientras que el cine-ojo se apoya en una teoría de la
Rusia en tiempos de revolución. Eisenstein, de excep- percepción, una forma de la técnica para control de la
cional capacidad creativa, con un excelso bagaje cul- figura y creación de una poética. Pura visualidad.
tural nutrido de las alforjas de oriente y de occiden-
te, dotado de una exquisita sensibilidad, es una de las 17. La revolución no ha terminado. La revo-
personalidades artísticas más relevantes del siglo XX. lución social y la revolución artística indudablemente
Tuvo la capacidad de partir del conocimiento, de la fi- marcharon por caminos divergentes. No es posible de-
bra que habita la creación y la realidad viva, como un terminar si esta situación refleja una condición objeti-
puño, un golpe que provoca una nueva dimensión del va, real, o si es el resultado de concepciones subjetivas
pensamiento sensible y hacerlo confluir en una obra. que poco tienen que ver con el marxismo, con los inte-
Dice Hauser que el cine es el único arte del tiempo re- reses de la clase obrera o con el progreso socialista. En
volucionario en la URSS que ha conseguido conquistas este terreno, como en otros campos de la vanguardia
importantes. Mientras se consolidaba la Dictadura del cultural, la “iconografía obrera” reconocible dentro de
Proletariado, el cine de Eisenstein se estructuraba a tra- la corriente estética denominada “Realismo Socialista”
vés del montaje donde la colisión de imágenes se mate- es el confín mecanicista y malquerido de la expresión
rializa mediante lucha entre planos, por contradicción, comprometida con el quehacer político. A medida que
por choque, estableciendo un correlato cinematográ- avanza el siglo, la estética realista queda cristalizada en
fico con el Materialismo Histórico. Revolución y cine la galería del fracaso político y artístico, puesto en el
acompañaron el método marxista, siendo el director catálogo de un arte que nada puede dar más que un
ruso quien interpretó el pulso ideológico plasmándo- efecto engañoso, un señuelo donde el mecanismo de
lo en una nueva teoría cinematográfica en su elemento captación resulta tan evidente que no logra la efica-
distintivo, el montaje. Para resumir la teoría cinemato- cia ni la concientización que son sus razones de ser.
gráfica de Eisenstein, las imágenes chocan entre sí, no La creación de consenso para remover las conductas
para contar una historia sino para desarrollar una idea, instrumentales y normativas de la sociedad, llevada a
un estado psíquico11. Los planos no son piezas estáticas cabo por un poder cultural en un proceso revolucio-
destinadas a estar una junta a la otra. No. Cada plano en nario, es condición necesaria para la renovación cog-
su vitalidad o fuerza expresiva y al actuar con otros co- nitiva de una sociedad y para cualquier remoción de
lisiona y establece una lucha interna con la estructura estructuras. Las victorias culturales deben mostrar una

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forma de correlación de fuerzas porque, aunque las
1. Lenin, Vladimir. Organización del partido y la literatura del partido.
clases dominantes cedan en ese terreno, mantienen los Obras completas Ed. Cartago. Bs. As. 1973.
resortes financieros, comunicacionales y militares del 2. Idem anterior.
sistema. Así, debe combinarse la base económica con la 3. Idem anterior.
4. Trotsky, León. Literatura y Revolución. En Arte y subjetividad. Ed.
hegemonía cultural y la concentración de poder, alter- Jorge Alvarez Bs. As. 1964.
nando conquista y derrota, conquista al seducir, seducir 5. Trotsky, León. Op.Cit.
6. Trotsky, León. Op.Cit.
al conquistar. E irradiar un sentido común que logre 7. Lenin, Vladimir. Organización del partido y la literatura del partido.
articular al derrotado e incorporarlo como identidad Obras completas Ed. Cartago. Bs. As. 1973.
social licuada, no como sujeto sino como fragmento, 8. Breton, A.- Trotsky, L. - Rivera, D. Por un arte revolucionario e in-
dependiente. Edición de José Gutierrez. El viejo Topo. España. 1999.
como parte de un todo. Los dilemas siguen frescos. 9. Trotsky, León. Literatura y revolución. Ed. Jorge Alvarez Bs. As.
La revolución está condenada al fracaso. No puede du- 1964.
10. Hauser, Arnold. Historia social de la literatura y el arte. Guadarra-
rar porque todo sistema, cualquier modo de produc- ma, Madrid, 1963.
ción (capitalista, socialista), pide estabilidad y algún 11. La publicación de “Montaje de las Atracciones” en la revista
orden. Pero la historia no termina, la historia continúa. LEF fue un puntapié en la trayectoria recorrida por Eisenstein y
una tentativa de distanciamiento y cuestionamiento de una política
A veces en forma de torva repetición y otras, como obrerista y limitada que, en la época, tenía su mejor traducción en
espejismo. Por ello, si se afirma que la Revolución Rusa el Proletkult, la política cultural del partido bolchevique.
un siglo después ha fracasado, que ha caído el Muro de
Berlín, y se presenta como un fósil o una excentricidad
que ha quedado detenida en los libros o en un puñado
de imágenes, son aseveraciones que solicitan, como mí-
nimo, una revisión. Porque la Revolución Rusa habla,
sigue hablando para quien quiera escuchar, como un
acontecimiento de actualidad política que despliega al-
ternativamente un arco de posibilidades e imposibilida-
des. Plantea temas que cruzan toda lucha –política, so-
cial, cultural– que tenga la intención de atisbar formas
y contenidos que deseen cuestionar los viejos poderes.
Los acontecimientos como los de 1917 son faros para
seguir reflexionando cómo socializar la riqueza y hacer
sociedades más justas. Aunque alumbren intermitente-
mente, encienden la acción y el pensamiento de cómo
organizar el tiempo, por ejemplo. Tiempo que amplíe
la organización social, los modelos de participación,
las formas de cooperación y un sentido de concientiza-
ción como forma de lucha que dé como resultado otro
mundo. Otro mundo bajo otro nombre que quizá no
sea revolución y que debería ser posible.

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Obras de Magdalena Jitrik

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Homenaje a Violeta Parra
A cien años de su nacimiento y cincuenta de su muerte, la voz áspera y dolida de Violeta Parra, su visión del mundo
y del arte, siguen siendo un absoluto enigma. Lejos de convertirse en un bien éxotico de fácil consumo en América y
Europa, la dimensión autoral de su legado poco tiene que ver con los covers que circulan y la presentan en el ámbito
normalizador conocido como la World Music. Aquí ofrecemos un recorrido por la obra de la artista chilena: música,
tapices, vida, canciones.

Por Stefano Gavagnin

–Violeta, usted es poeta, música, hace arpilleras, pinta.


Si yo le doy a elegir uno solo de estos medios de expresión,
¿cuál elegiría usted, si tuviera sólo ese único método de expresión?
–Yo elegiría quedarme con la gente.
–¿Y renunciaría a todo esto?
–Es la gente la que me motiva a hacer todas estas cosas.
(Entrevista de Madelaine Brumagne a Violeta Parra, Ginebra, 19641)

F in de cita… Así de sencilla y clara, la poética de Violeta Pa-


rra. En estas pocas frases, se condensa quizá el sentido más
profundo y revelador de una artista “popular” como pocos,
de la que se celebran este año, por un oxímoron temporal, tanto el
primer centenario del nacimiento, como los cincuenta años de su
muerte.
A raíz de tales efemérides, el año 2017 ha sido, especialmente en
Chile, intensamente violetaparresco, con todo lo bueno que esto signifi-
ca en cuanto a aportes de conocimiento y entendimiento de su figura y
de su obra, pero también con los peligros que tanto homenaje masivo
conlleva. No último, el riesgo de perpetrar el “homenajicidio” del re-
conocimiento póstumo, como escribe el musicólogo chileno Miguel
Vera Cifras, aludiendo a prácticas de apropiación simbólica no exentas
de cierta cosificación espectacular y de oportunismo intelectual2. Sin
embargo, es difícil sustraerse al imperativo de evocar –honestamen-
te– a Violeta, y más en un presente histórico que necesita su sabiduría
sin tiempo.Y por eso aquí estamos, pese a lo dicho, intentando, por lo
menos, aportar un personal y minúsculo granito de arena a la cantera
de la memoria.

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No me extenderé en los datos bio-bibliográficos. tes: la ternura casi infantil de su voz y del vestido cosi-
En cambio, mencionaré su carácter híbrido y plural, do por su madre, al lado de la determinación de quien
un aspecto que explica la extrema actualidad de esta acaba de exponer sus obras en el Louvre. En cuanto a
artista y, en segundo lugar, aportaré alguna considera- esta pluralidad, habrá que mencionar en primer lugar
ción sobre la circulación de su obra poético-musical en la naturaleza multigenérica de su obra, que incluye
mi país, Italia.
una autobiografía en versos chilenos; un libro de can-
Creadora múltiple y errante tos folclóricos recopilados, transcriptos, donde una sem-
blanza narrativa presenta a cada informante; un epis-
La mujer que sale en el registro audiovisual mencio- tolario de escritura brutal y enternecedora al mismo
nado más arriba, rodado durante su segunda residencia tiempo; la primera muestra latinoamericana de artes
europea (1961-1965), es una Violeta que tiene ya 47 visuales expuesta en el Museo del Louvre, constituida
años y está a punto de regresar a Chile para empezar la por arpilleras, pinturas al óleo y tapices; un cancionero
breve y atormentada última fase de su vida, que acabará popular que revolucionó los parámetros del folclore y
con el suicidio (5 de febrero de 1967), al poco tiempo la tradición4.
de grabar su disco de larga duración Las últimas composi-
ciones3, comúnmente reputado el ápice de su arte poéti- A todo esto habrá que agregar además las bandas
co-musical. En la entrevista se vislumbra un personaje sonoras compuestas para un par de películas documen-
en varios sentidos, plural, y marcado por los contras- tales del cineasta chileno Sergio Bravo y, sobre todo,

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las puestas en escena para sus espectáculos, que reve- una identidad híbrida en la que se conjugan recopila-
lan una sensibilidad de performer muy contemporánea ción y creación, tradición e innovación, lo popular y lo
y experimental. En conjunto, una obra multifacética, docto, lo individual y lo colectivo, lo religioso y lo pro-
representable –siguiendo otra vez a Verónica Stedile– fano, lo existencial y lo político, chilenidad y latinoame-
como obra-archivo, o quizás como un “cuerpo repar- ricanismo10. Hasta asumir la paradoja de ser la autora
tido” (un tema presente en la poesía de Parra): “repar- de Gracias a la vida y de su propio suicidio, conflicto que
tido” entre géneros distintos y entre diversos lugares, quizá encuentre su síntesis en la voluntad de imponer
tanto de creación como de conservación. una “soberanía sobre la muerte”, según sugiere María
Igual que su obra, Violeta autora es plural: incluso Nieves Alonso:
dentro de la misma actividad musical “cabe distinguir
que la dimensión autoral de Violeta Parra es múltiple”, Pienso que una de esas bellas y complejas criaturas es
pudiendo discernir –según los géneros textuales y mu- Violeta Parra. En ella la relación vida-muerte es de
sicales tocados– entre la folclorista, la cantora popu- tal espesura e intensidad que su escritura y existen-
lar, la cantautora y la compositora5, facetas que acaban cia se convierten en una celebración de la vida y una
integrándose en la sincronía de su perfil orgánico de apropiación de la muerte: encuentro radical: alianza
creadora musical. La pluralidad afecta también al tiem- y memoria que previene, requiere y crea una herencia
po y al espacio:Violeta no puede ser la misma a lo largo irrevocable.11
de toda su carrera artística y en los escenarios de los
dos distintos continentes donde actúa. Entre la joven Puede ser que durante unas décadas las característi-
y arreglada Violeta, integrante del dúo Las Hermanas cas hasta aquí recordadas hayan frenado la atención de la
Parra, y la cantautora madura de pelo lacio y de es- academia a la obra de Violeta Parra. Sin embargo, en los
cueto atuendo negro de gusto existencialista, media últimos diez o quince años ha ido floreciendo un amplio
una consciente elaboración performativa a lo largo de abanico de estudios, desde diversos ángulos y enfoques
los años. Igualmente, varía su actuación y el manejo de disciplinarios: literatura, hermenéutica filosófica, musi-
una imagen de alteridad social y cultural (campesina, cología, sociología, estudios de género, arte, etc. Merece
indígena, mujer) frente a públicos tan diversos como mención, por su actualidad y facilidad de acceso, un vo-
el santiaguino (donde actúa como mediadora entre lo lumen de autoría colectiva y de libre descarga, realizado
campesino y lo urbano) y el parisino (donde ella misma por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chi-
es el objeto escenificado)6. le, con motivo del centenario, que refleja algunas de las
Violeta tiene cariz de mujer nómada, trashumante, líneas de investigación más recientes12.
en perenne movimiento: “chilena errante”, según se
define ella misma en una décima autobiográfica7, incan- Violeta en Italia
sable en su tarea de recopilar el folclore chileno y di-
vulgarlo en su país y en el mundo, junto con sus propias Si nos fijamos en la notoriedad relativamente amplia
creaciones, que –en la visión de la autora– participan del nombre de Violeta Parra en Italia y la comparamos
de la misma expresión popular y colectiva, como bien con su efectiva presencia en la industria cultural (libros
subraya Marisol García8. Su inquietud tiene al mismo y discos), el contraste es brutal. El interés editorial ha-
tiempo los caracteres de la búsqueda y de la lucha. El cia Violeta Parra en este país ha sido en todo momento
arte no representa para Violeta una forma de evasión, mínimo. La entera bibliografía publicada hasta el día de
sino más bien lo contrario: un instrumento del com- hoy se compendia en tres monografías: una antología de
promiso concreto con la realidad; un hecho profunda- canciones, introducida por un valioso ensayo de Patri-
mente político, en el sentido más noble de proclamar cio Manns13, una traducción de la biografía escrita por
la verdad, luchar contra la mentira, la hipocresía y la su hijo Ángel14 (que sirvió de base para la película Violeta
indiferencia ante la explotación capitalista del ser hu- se fue a los cielos, de Andrés Wood), y la entrada más re-
mano. “Yo canto la diferencia / que hay de lo cierto a lo ciente: un libro infantil de la colección argentina de las
falso. / De lo contrario no canto”9. “antiprincesas”15, que inserta a Violeta en un imaginario
Ser plural y vis política la llevan conjuntamente a re- femenino moderno y anticonformista, al lado de Frida
chazar las convenciones burguesas y a cruzar constante- Kahlo y Juana Azurduy.
mente y sin reparo toda frontera cultural, adquiriendo

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Y si hablamos de discos, se nos presenta una situación aún más deso-
ladora. Entre los años setenta y la mitad de los ochenta, en el momento
de máximo auge de la canción latinoamericana en Italia, sobre un total de
alrededor de cincuenta discos de vinilo relacionados con la Nueva Canción
Chilena que se editaron en Italia, solo dos pertenecen a Violeta y, para más
inri, se trata prácticamente casi de las mismas grabaciones16. Hasta el día
de hoy –a pesar de las facilidades que ofrece Internet– no es nada sencillo
conseguir su obra completa.
¿Por qué pasa esto? ¿Por qué sus canciones, cuando han circulado, lo
han hecho preferiblemente en versiones de otros intérpretes y no en las de
la misma Violeta? ¿Por qué, en otras palabras, Violeta Parra termina siendo

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una suerte de icono vacío, nombre mítico desconecta- pranas traducciones de la Mazúrquica modérnica y de
do del conocimiento concreto de su obra, de sus ver- Una copla me ha cantado, interpretadas respectivamen-
sos y de su música? Este vacío es un fenómeno curioso te por Maria Monti19 y Carmelita Gadaleta20, cantantes
y posiblemente esté relacionado con los avatares de la vinculadas con el movimiento del folk revival de los años
fortuna de Violeta en este país. sesenta y setenta; y, hoy en día, por lo menos el trabajo
En una prehistoria anterior al golpe militar del 11 de Silvia Balducci, cuya libertad interpretativa –que se
de septiembre de 1973 y al arribo de los exiliados chi- expresa a través de una constante contaminación con
lenos, el nombre y el quehacer musical de Violeta Parra etnicidades distintas, desde la música balcánica al blues
llegaron de rebote y apenas circularon entre los adictos y a la tarantela– parece fundamentada en un conoci-
al folk revival, sobre todo a través de un artista chileno, miento directo de la fuente primaria, con la que dia-
Juan Capra, que residió y pudo a publicar algún dis- loga.
co en Italia a mediados de los sesenta. Violeta, en ese ¿Cómo explicar, entonces, tales dinámicas recep-
momento, vivía y actuaba en París y Ginebra, pero al tivas? A la espera de llevar a cabo un análisis porme-
sur de los Alpes se conocía más a Atahualpa Yupanqui, norizado del fenómeno y de su contexto, me parece
según me dijo alguna vez Michele Straniero, uno de los que se puede afirmar lo siguiente: el nombre de Violeta
“grandes viejos” del canto social italiano. entró en el Parnaso italiano de la canción de protesta,
El golpe de Pinochet lo cambió todo. En los tiempos impulsado por un interés político contingente, domi-
de la gran solidaridad internacional con Chile –espe- nante en los años setenta. El llamado “reflujo” que lo
cialmente viva entre los italianos– se empezó a conocer siguió representó un brutal descenso de la tensión civil
a Violeta como autora de algunas magníficas canciones, en la sociedad y acabó con la posibilidad de profundi-
algunas de ellas de marcado corte social y militante, zar y familiarizar más íntimamente con toda su obra.
interpretadas por los conjuntos de la Nueva Canción Posteriormente, igual que la mayor parte de la música
chilena, banda sonora de aquel movimiento solidario. folk mundial, la de Violeta fue incluida en el ámbito de
Sus canciones circularon masivamente en Italia en unas la World Music, donde –para bien o para mal– exis-
bellas versiones interpretadas por Quilapayún (La carta, te una fisiológica tendencia a fusionar y normalizar las
Qué dirá el Santo Padre, Los pueblos americanos, Porque los especificidades de las músicas locales en un panorama
pobres no tienen), por Isabel y Ángel Parra, y sobre todo homologador, transformando las llamadas “músicas del
por el conjunto Inti-Illimani: Run Run se fue pa’l norte, mundo” en un bien exótico de fácil consumo.
Rin del angelito, Corazón maldito, Arriba quemando el sol, Y finalmente, cabe añadir que la diversidad o al-
Lo que más quiero, La exiliada del Sur17 y otras. Estas ver- teridad estética de la Parra, que deriva de su elección
siones han dejado una huella profunda en la memoria del folclore (su escucha y recopilación) como “espacio
musical de los italianos, constituyéndose como “origi- de enunciación” para su obra21, se expresa en un estilo
nales” de ulteriores versiones locales y ocultando las muchas veces áspero, al que no siempre resulta fácil
interpretaciones de la propia Violeta. acercarse. En el terreno de la performance musical, si
Mientras tanto, como una mónada desvinculada de comparamos las versiones de canciones como Gracias
la narración política chilena, empezó a circular la can- a la vida o el Rin del angelito interpretadas, por ejem-
ción Gracias a la vida, en una larga teoría de versiones plo, por Mercedes Sosa o los Inti-Illimani, con las de la
muy alejadas del discurso musical y del estilo folclórico propia Violeta, percibimos un abismo. Las primeras son
sureño: Joan Báez, Gabriella Ferri, Herbert Pagani… de gran belleza formal, de vocalidad pulida y de arre-
Una canción que sigue apareciendo en los repertorios glos construidos con procedimientos “cultos”, como el
de muchos artistas italianos, ahora influidos también uso del contrapunto clásico, de armonías enriquecidas,
por la interpretación magistral de Mercedes Sosa. Es en una estrategia que busca la variación y el clímax.
el caso de la emotiva y desgarradora última actuación En Violeta: el estilo es esencial y hasta monótono, y la
live de Andrea Parodi18, ya devastado por el cáncer, en la emisión vocal intensa pero áspera. Una voz que des-
que se pone de manifiesto el biografismo que sin duda pertó el interés, entre otros, del compositor veneciano
explica parte del éxito de este “himno a la vida” entre Luigi Nono22.
tantos diversos públicos.
Pocas versiones italianas parecen vincularse con un
“original” de Violeta Parra. Se me ocurren unas tem-

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A modo de conclusión

Ese estilo, sin duda menos seductor y gratificante para una escucha
fácil, es sin embargo un ingrediente irrenunciable de la alteridad estética
de Violeta, de su visión del mundo y del arte, en cuanto expresión de un
rechazo hacia cualquier forma de ficción y enmascaramiento de la reali-
dad. Nos lo relata ella misma, en una entrevista radiofónica de 1958, en
la que presenta su composición El gavilán, un ballet experimental, conce-
bida como una pieza orgánica, inusual para ella, que incluía una multitud
de instrumentos y hasta una orquesta sinfónica y coros:

Este canto tiene que ser cantado incluso por mí misma. Porque el dolor no puede
estar cantado por una voz académica, una voz de conservatorio.Tiene que ser una
voz sufrida como lo es la mía, que lleva cuarenta años sufriendo. Entonces, hay
que hacerlo lo más real posible.23

Ignorarlo equivale a perder un elemento primario de la estética de la


autora, y olvidar el valor de su postura a contracorriente –con respecto
a los parámetros estéticos imperantes en el folk chileno de aquella épo-
ca– en la música, en la performance, en su “look” algo dejado. Es tal vez
precisamente esta irreductible carga de oposición al conformismo y a la
respetabilidad burguesa, en la vida como en el arte, en los contenidos
como en las prácticas performativas, lo que hace que Violeta siga siendo
un modelo vivo para los jóvenes creadores e intérpretes latinoamerica-
nos de hoy, quienes, a pesar de practicar géneros y estilos tan lejanos del
suyo (desde el rock al jazz y al pop), a través del diálogo con su ejemplo
y su obra, descubren en ella un puente con la tradición y con sus raíces
profundamente chilenas y latinoamericanas.
Entonces, bienvenida sea toda nueva interpretación y apropiación
de su legado artístico, ya que demuestra la vigencia de su obra híbrida,
sincrética y, finalmente, universal. Al mismo tiempo, sin embargo, para
acercarnos cabalmente a una comprensión de su dimensión de autora,
de su personalidad y de su mensaje, tendremos que experimentar la fa-
miliaridad con sus interpretaciones y con aquella “voz sufrida” que nos
interpela desde sus ocho discos de larga duración, pero también desde
sus versos chilenos y sus asombrosas arpilleras.

*Stefano Gavagnin
nació en Venecia en 1962. Estudió Letras
e Historia de la Música en la Universidad
Ca’ Foscari y en la actualidad cursa el
Doctorado en Música y Espectáculo en
la Universidad de Roma–La Sapienza.
Su línea de investigación comprende las
músicas populares latinoamericanas y
especialmente la diseminación en Italia de
la Nueva Canción Chilena y de la música
andina. Se desempeña como docente en
la enseñanza secundaria y también ha sido
integrante de diversos grupos musicales.

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1 La entrevista, original en francés, es parte del documental Violeta
Parra, brodeuse chilienne, de Jean Claude Diserens, realizado en 1964
por la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión. El fragmento
citado arriba es disponible en línea: https://www.youtube.com/
watch?v=PRpCDnXyHpE.
2 Vera Cifras, Miguel. “Homenajicidio, a propósito de los cien años
de Violeta Parra” en: Cultura y Tendencias (blog), [Consulta en lí-
nea: http://www.culturaytendencias.cl/2017/08/15/homenaji-
cidio-a-proposito-de-los-cien-anos-de-violeta-parra/]
3 Parra, Violeta. Las últimas composiciones. RCA-Víctor, CML-2456,
Chile, 1966.
4 Stedile Luna, Verónica. “El cuerpo y el archivo. Apuntes para una
noción de obra en Violeta Parra” en: A. Cristófalo et al. (ed.). Actas
del V Congreso Internacional de Letras. Universidad de Buenos Aires,
2012, p. 2716.
5 Valdebenito, Verónica. “Creación musical femenina en Chile:
canon, estereotipos y autorías” en: J. P. González (ed.). Música y
mujer en Iberoamérica haciendo música desde la condición de género: Ac-
tas del III Coloquio de Ibermúsicas sobre investigación musical. Santiago,
agosto 2017, p. 117.
6 Verba, Ericka Kim. “To Paris and Back: Violeta Parra’s Trans-
national Performance of Authenticity” en: The Americas. 70, N° 2,
2013, pp. 269–302.
7 Parra, Violeta. Décimas. La Habana, Casa de las Américas, 1971,
p. 249.
8 García, Marisol. “El coro de la tradición” en: C. Guzmán Mattos
(ed.). Violeta Parra: después de vivir un siglo. Edición especial Obser-
vatorio cultural. Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2017,
pp. 79-94.
9 De la canción “Yo canto la diferencia” en: Toda Violeta Parra – El
folklore de Chile. Vol. VIII. Odeón LDC-36344, Chile, 1961.
10 Por ejemplo, juntando ritmos chilenos con instrumentos na-
tivos de otras tierras: cuatro venezolano, charango boliviano, etc. 18 Consulta en línea: https://www.youtube.com/watch?-
11 Alonso, Maria Nieves. “La soberania sobre la muerte: el caso v=9AePRO8iYqo
Violeta Parra” en: Atenea, N° 504, 2011, p. 12. 19 “La mazurchina” en: Monti, Maria. Muraglie, ZPLT 34002,
12 Guzmán Mattos, Claudia (ed.). Violeta Parra: después de vivir un 1977 (trad. de Meri Lao).
siglo. Edición especial Observatorio cultural. Consejo Nacional de 20 “Una canzone coltello” en: Gadaleta, Carmelita. Una canzone
la Cultura y las Artes, 2017. coltello, ZSLT 70027, 1975.
13 Delogu, Ignazio (ed.). Violeta Parra. Canzoni. Roma, Newton 21 Stedile Luna, Verónica. “He encontrado una nueva forma de
Compton, 1979. ser humano: La escritura del cuerpo como intervención política y
14 Parra, Ángel. Violeta Parra è andata in cielo, trad. Federica Ma- cultural en la poética de Violeta Parra”. Tesis, Universidad Nacio-
rano. Roma, Casini, 2013. nal de La Plata, 2014. [Consulta en línea: http://www.memoria.
15 Fink, Nadia. Violeta Parra. Trad. M. E. Vaiasuso. Roma, Rapso- fahce.unlp.edu.ar/library?a=d&c=tesis&d=Jte987]
dia, 2016. 22 En u coloquio de Luigi Nono con Klaus Kropfinger, en: De
16 Parra, Violeta. Cile canta e lotta, 2. Santiago penando estás. Al- Assis, Paulo (ed.). Luigi Nono, Escritos e entrevistas, vol. 3. Porto, Casa
batros. VPA 8183, 1973 y Parra, Violeta. Un rio de sangre, Arion, da Música - CESEM, 2015, p. 344.
FARN91011, 1975. 23 He utilizado una transcripción de la entrevista consultada en:
17 Estas dos últimas canciones con música, respectivamente, de http://www.cancioneros.com/nc/12856/0/entrevista-de-ma-
Isabel Parra y de Patricio Manns. Hay que recordar también la can- rio-cespedes-a-violeta-parra-4-parte-presentacion-de-el-gavi-
tata-elegía Canto para una semilla, del compositor académico Luis lan-mario-cespedes-violeta-parra. Ahora también publicada en
Advis, basada en las Décimas autobiográficas de Violeta, interpretada García, Marisol (ed.).Violeta Parra en sus palabras: entrevistas (1954-
por Isabel Parra y los Inti-Illimani. 1967). Providencia - Santiago de Chile, Catalonia, 2016.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 73. ISSN 1514-8351
ENTREVISTA A HEBE UHART
FUROR CRÓNICO
Recientemente galardonada con el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas, máximo reconocimiento a la
trayectoria que otorga el Estado de Chile y uno de los mayores en lengua castellana, Hebe Uhart sorprende de nuevo a
sus lectores con la publicación de un volumen de crónicas ilustradas por ella misma. Ya en el prólogo a su primer libro
de cuentos Haroldo Conti alertó que su escritura era “una realidad única”. Aquí ofrecemos un extenso diálogo sobre los
temas que más apasionan a la autora.

Por Jimena Néspolo

H ebe Uhart nos recibe en su departamento del barrio de Alma-


gro el veinte de diciembre, luego de haber corrido la fecha del
encuentro en varias oportunidades, urgidas por marchas, gases
lacrimógenos, balas de goma y balines variopintos. Acaba de publicar un
libro de crónicas que lleva por título Animales; no obstante no encuentro en
sus páginas esa bestia que parece haberse liberado en los últimos tiempos
en Argentina. He leído sus relatos, sus crónicas, cantidad de entrevistas
concedidas: para mí hasta entonces Hebe Uhart es solo escritura. Ahora es
voz melodiosa y mirada picante: si a las primeras preguntas responde un
tanto chúcaramente, antes de promediar la hora ya expande la carcajada.

A partir de 2010 sorprendiste a la crítica con un furor cróni-


co que, al día de hoy, equipara la cantidad de páginas reunidas
en tus Relatos completos (Alfaguara, 2010): ahí están Viajera cró-
nica (Adriana Hidalgo, 2011), Visto y oído (2012), De la Patagonia
a México (2015) y De aquí para allá (2016). Ahora con la publi-
cación de Animales (2017) sorprendés de nuevo, acompañando
las crónicas con tus dibujos. ¿Cómo explicás esta capacidad de
“reconversión”? ¿Envalentonamiento? ¿Afán de experimentar?

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 74. ISSN 1514-8351
No, eso fue por casualidad… Un día me dio un ata- Sí, la nena de unos tres o cuatro años que le dice a
que por dibujar (pero yo no dibujo desde la primaria) y los monos «¡Hola chicos!». La relación de la gente con
dibujé, vino alguien de la editorial para trabajar acá, vio los animales es inagotable. Ahora, no sé si seguir con
los dibujos y le gustaron, y dijo «los pongo en el libro». otro libro de animales, porque me faltan todos los del-
Pero fue una casualidad, no soy buena dibujando. Co- fines –que me interesan mucho– o... A mí me interesan
pié los bichos, fue una especie de arranque. Los repro- dos cosas: la inteligencia animal y las particularidades
dujeron para ahorrarse un dibujante porque dije «me individuales, después si se comen unos a otros o cómo
gustaría que el libro Animales tuviera dibujos». Pero no, se las arreglan para comer, no me interesa, a no ser que
no dibujo, no dibujo monos, por ejemplo, no sé ha- revelen alguna maniobra o estrategia…
cer monos, hice aves, porque las hago todas gorditas…
Aves fáciles. Pero el mono es complejo. De supervivencia…

El mono es complejo de dibujar… ajá. Hay Sí, eso de la supervivencia no me interesa.


una crónica tuya –recuerdo– de una visita al
zoológico, la imagen de una nena frente a la ¿Suena muy a darwinismo social?
jaula, ¿no? También está la vaca, la reflexión so-
bre la vaca a partir de un cuento de Felisberto No… Sí. Me interesa la inteligencia animal.
Hernández.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 75. ISSN 1514-8351
En tus relatos hay una preocupación por el mundo vegetal,
mientras que el mundo animal parece competerle a la crónica.

No, no sé nada, tengo muchas plantas pero no sé nada. No sé de plantas.


De hecho las riego mal… Me interesan los animales más que las plantas,
son lo más parecido que hay a nosotros. El encargado del edificio tiene un
loro y lo llama Perico, pero parece que el loro se acordó de uno que lo
quería mucho y le decía «Renato»: cada vez que le dice Perico él responde
«Renato», falta que diga «me quiero llamar Renato».

¿Tenés una visión diacrónica o historizada sobre tu produc-


ción? Porque ya llevás varias décadas de escritura, al hablar
del mundo vegetal pensaba en el cuento “Guiando la hiedra”,
como un relevamiento minucioso de lo real...

“Guiando la hiedra” es porque guio mi hiedra. No pienso en metáforas.


Mi escritura es muy concreta y real, no quiero ser metáfora de nada, no
veo ninguna película que sea metáfora de nada, quiero que me muestren lo
que hay. No que nada sea metáfora de otra cosa. Si veo un animal trabajo
con el animal, lo trabajo tal como es, no lo percibo como metáfora de
nada.

¿No te interesa la metáfora como figura?

Sí, es interesante como figura la metáfora pero no, por ejemplo una
película metafórica, que tiene un mensaje complejo y dice que es metáfora
de otra cosa, no me interesa. Yo quiero los hechos reales [golpea la mesa
con la mano].

Vos dictaste muchos años talleres de escritura que ya son


míticos: hay una cantidad de escritores que han salido de tus
talleres y que se vanaglorian o reivindican esto como legado.

Sí: Eduardo Muslip, Carlos Bernatek, María Pia Bouzas, varios más…

¿Nunca te planteaste como conflicto o problema la posibili-


dad de que salieran de este cenáculo una legión de escritores
que escribieran todos iguales, con el mismo “Recetario Hebe
Uhart” –ese que Liliana Villanueva registra en el libro Las clases
de Hebe Uhart (2015)–?

¡Qué pregunta! Yo aspiraba a respetar las cosas propias de ellos… Evi-


dentemente si alguien acude a un taller es porque tiene una sintonía con
el coordinador, pero he tenido alumnos valiosos y talentosos que no avan-
zaban en el taller porque no tenían feeling conmigo, o no se interesaban
por las mismas cosas, que los mandé a otro taller. Hubo varios.Yo práctica-
mente no doy consignas, doy consignas cuando los veo muy desnorteados.
Que cada uno siga haciendo por donde va… Lo que no trabajo para nada,
nunca, es poesía: salvo que me distraiga, me tiene que agarrar distraída

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 76. ISSN 1514-8351
[ríe], pero si no poesía no hago jamás. Novela tampoco. En tus libros de crónicas están presentes los
Siempre cuento o crónica. viajes ligados a la escritura como profesión,
que son los viajes a ferias o a distintos eventos
En tus crónicas hay una fuerte preocupa- a los que sos invitada.
ción por escuchar los modos en que habla la
gente y a su vez tomar registro de esos modis- Yo aprovecho las ferias, uso las ferias: por ejemplo
mos, en cada lugar, ciudad o país que visitás. la de Lima o la de Bogotá o la de México, cuando tra-
¿Dirías que tu escritura tiene una vocación bajé comunidades pedí que por favor me conectaran
eminentemente oral? con un referente indígena o me pusieran en una mesa
donde los hubiera. Entonces aprovecho que me invitan
Sí, me gustan más los escritores que escriben como a la feria y después uso eso para hacer mis incursiones
hablan. Sí, me agradan. Me gusta escuchar a la gente. a lugares determinados, al zoológico de Lima, o lo que
fuera. Con los animales es lo mismo, fui a Santa Rosa a
Y en esta búsqueda, ¿qué escritores rescatás un encuentro de literatura y pedí un ornitólogo. Apro-
o sentís más próximos? ¿Cuáles gravitaron más vecho los viajes en general para hacer otra cosa. Es que
hondamente a lo largo de tu formación? una vez que vos viste muchas ferias, te aburrís. Siempre
la misma cosa, que el rol del escritor, que la mujer,
Felisberto Hernández, básicamente, pienso que ¿entendés? En cambio yo salgo del camino y encuentro
ha sido importante en su momento para mí. Y bueno, algo que me divierte más.
después son incontables: toda la literatura rusa, los
cuentistas norteamericanos, los cronistas latinoame- ¿A ferias o encuentros de cronistas te han
ricanos… Por ejemplo, Juan Villoro me gusta mucho. invitado?
Me gusta parcialmente Martín Caparrós, El interior me
parece muy interesante. No, jamás. No me han invitado. ¡Lo que pasa es que
el rubro “Cronistas” es tan amplio! Solo me han invita-
Leí en distintos reportajes que siempre te do a ferias de libros, y yo aprovecho y hago otra cosa
reconociste como viajera, desde joven, pero que me divierte más, honestamente, que sentarme en
que empezaste a publicar crónicas mucho más una feria donde la gente dice cosas que ya se saben, o
tarde. ¿Y por qué te frenabas ante ese género, que las podés leer. Mientras que lo que veo nuevo no
no lo sentías como propio? lo puedo leer. Por ejemplo en la feria de Lima, yo digo:
«Bueno, ¿qué voy a trabajar? ¿De los incas? ¡Son todos
Sí, viajé desde los diecinueve años, pero en ese mo- descendientes de los incas!».Y entonces pedí una mesa
mento no me nacía la necesidad de escribir sobre lo que que tuviera que ver con algún referente indígena y me
veía o viajaba. Pero sí, he realizado viajes largos. A los ponen en una mesa de antropólogos que era Indígenas
veinte, por ejemplo, me acuerdo que ir en tren a Bolivia aculturados de la selva de Perú. Me dije «¡Qué hermo-
duraba tres días y medio, de ahí a Guaqui, de Guaqui a so!». Pero no encontraba material, ni en internet, ni
Lago Titicaca en barquito, de ahí desembocás en Puno, en Puán ni en los Institutos de la Facultad de Filosofía y
de Puno a Cuzco, de Cuzco a Lima, y luego todo por tie- Letras encontraba nada. ¡Una ansiedad! ¿Viste cuando
rra a Santiago de Chile y cruzás la Cordillera: eso lo hice querés algo y no podés? Y entonces me dijeron: «No
a los veinte años. Es un lindo viaje para hacer una perso- se preocupe que va a salir todo bien». Efectivamente,
na joven. Después a Ushuaia, a Cataratas; de los veinte a salió todo bien. En la mesa conocí a una antropóloga,
los treinta, como todo argentino que se precie, he ido a después conocí a un pintor de la selva, extraordinario,
Brasil, en motocicleta, en bicicleta, qué se yo… nacido en la selva, con nombre de selva pero nombre
urbano también, era un ilustrador de un libro infan-
¿Y guardaste registro de esos viajes? til propiciado por la embajada española. Ahora, el tipo
viaja a Alemania, vende: me interesa eso. Ese señor
No, no he hecho diario. Pero de los viajes recorda- que nació en la selva, con base selvática, que tenía un
dos he escrito en las crónicas, y después he hecho algún nombre que significaba algo así como «ratón asustado»
cuento. después viene ahí, triunfa, y ahora va a Alemania, los

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 77. ISSN 1514-8351
españoles le organizan todo eso… Y la pintura era ex- to a retórica, lenguaraces, capacidad de expresión, etc.
traordinaria. Es interesantísimo, ¿o no? El líder mapuche es como un intelectual, en general…
Pero en Junin de los Andes algunos han obtenido algo, la
Bueno, la preocupación indígena está en to- confitería, los caballos, el cruce del río: esos son ricos,
das tus crónicas. es lo que te dice la gente de la misma comunidad, te dice
«ellos son ricos: tienen la DirectTV y la 4X4» [ríe]. No
Sí, empecé un poco antes y después lo fui enfocan- entrevisté a ninguno de esos ricos, entrevisté a gente de
do. Por ejemplo está ya en la crónica sobre el cacique niveles más bajos y me dijeron eso. Cuando uno dice «los
mapuche Coliqueo, de un lugar cerca de acá, después indios» tiene que cuidarse de decirlo, porque las comuni-
en Azul trabajé mucho con los Catriel… dades son todas distintas. Los mapuches están en camino
de ser más ricos, y lo van a ser, algo van a obtener porque
Hay un trabajo de documentación además. tienen capacidad de oratoria y de persistencia [golpea la
mesa].Y además, se fueron líderes mapuches a Italia para
Sí, sí, leo mucho, me documento, por supuesto. que Benetton cambiara el contrato y pusiera en vez de
«donación de las tierras», «restitución». Viajaron a Ita-
En relación a esto, que justo es un tema que lia, es decir que los mapuches tienen cierta capacidad
está en el tapete, en un momento en que el te- de moverse. Los wichis están pobres, en general. Los
rritorio argentino se convirtió en la meca de otavalos de Ecuador están ricos, por ejemplo. En gene-
grandes magnates que lo han transformado en ral están pobres, sí, evidentemente: en general se gastan
un gigantesco barrio privado casi: pienso en Ted sus zapatos o lo que tengan para pedir la tierra, pero los
Turner que acumula hectáreas en busca de la otavalos son los únicos que como comunidad son ricos.
trucha perfecta, en Tompkins y sus descendien- La gente cuando piensa «indio» piensa: indio-oscuro-ig-
tes, dueños del acuífero guaraní, en Joseph Lewis norante-pobre-barbarie. Entonces lo que es interesante
que tiene la llave del lago Escondido, en la familia es que la gente pueda tener la idea de que esta persona
Benetton que además de miles y miles de hectá- tiene algo de su cultura particular y de su identidad pero
reas de territorio patagónico ahora mantiene al que además toma lo otro. Por ejemplo, Lanata se ex-
pueblo mapuche apresado… Todos temas pre- trañaba porque decía «¡un mapuche con binoculares!».
sentes en tus crónicas en la progresiva preocupa- Pero ¿y qué quiere? La idea que tiene la gente del indíge-
ción en torno a los pueblos originarios y la pro- na es una idea fija, sustancial: si es indígena no va a usar la
piedad de la tierra: desde las distintas visitas que tecnología, o no va a ir a la universidad… No tiene nada
hacés a la comunidades qom afincadas en el Cha- que ver eso. Por ejemplo, en el Chaco fui a uno de esos
co y en la periferia de Rosario, a la comunidad encuentros que organiza Mempo Giardinelli y pedí ver
charrúa que encontrás en el pueblo Macía cerca la escuela toba de Resistencia: es extraordinaria. Tienen
de Concepción del Uruguay, al buceo en la co- una biblioteca con dos bibliotecarios que ya la quisieran
rrespondencia de Calfucurá con Rosas y Urquiza tener escuelas de por acá, hacen traducción bilingüe, y
a partir de una visita a Carmen de Patagones… el director de la biblioteca es un toba, de origen toba,
¿Cómo viviste el tema de las muertes de Santia- moreno, alto, buen mozo, que hasta los diez años vivió
go Maldonado y de Rafael Nahuel, y el conflicto en la selva y te dice «yo hasta los diez años no conocía
mapuche por la tierra en estos últimos meses? ni los caramelos, ni las malas palabras», que alcanzó a
ver el encierro ritual de sus hermanas cuando menstrua-
Bueno, lo viví de un modo similar al de cualquier ban (que se da en algunas tribus). Ese tipo ahora lee a
ciudadano bien nacido. De todos modos, el conflicto Mafalda, a Galeano, lee esto, lo otro, qué se yo. Voy al
por la tierra es muy complejo. En general, todos los in- encuentro y le digo a una escritora española: «¿Sabés que
dígenas de América Latina e incluso los del país son po- vi al director de la escuela toba?».Y me dice: «¡Ah… ¿sí,
bres. Salvo un poco los mapuches, algunos han tenido y cómo viste?». Le digo: «¡Con la pluma y el taparrabo!»
concesiones bastante buenas: en Junin de los Andes, por [ríe]. Entonces, ese es un pensamiento sustancialista, es
ejemplo, pero son pocas familias, no son muchas… Los muy interesante esto: pensar que lo que es permanece
mapuches tienen, primero, los líderes más lúcidos de to- en lo que es, este es así y queda así.Y de eso sí tenemos
dos los indígenas que hay acá, es decir: lúcidos en cuan- mucho, nosotros, en Argentina.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 78. ISSN 1514-8351
¿Vos decís en nuestra ideología?

Sí, tenemos… Cuando Mansilla iba a hacer Una excursión a los indios ran-
queles como era un dandy y se vestía tan bien (en el desierto no se viste tan
bien, se viste así nomás) le decían: «¿En serio, che, Lucio, fuiste a ver los
ranqueles? ¡Mentira, vos no!» Porque lo veían como una figurita de muñe-
co de torta, está ahí vestido así y entonces no puede estar vestido de otra
manera. Tenemos mucho de eso, nosotros. Todas las críticas que se hicie-
ron, por ejemplo, en el primer peronismo, sobre que rompían los parquets
(¿viste que decían: «¡Rompen los parquets para hacer fuego y en el bidet
ponen plantas!»?): sí, puede ser que uno lo haya hecho, que en cinco años
primero lo hayan hecho, pero la generación siguiente ya no lo hace. ¿En-

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 79. ISSN 1514-8351
tendés? Entonces es lindo ver cómo es cambiante una identidad, porque
los mapuches por más que tengan una identidad y aprendan una lengua, lo
cual está muy bien, ellos son mezcla, el mundo está hecho de mezcla. Eso
es muy interesante que aprenda la gente en relación a las comunidades.

¿Hay una vocación pedagógica entonces en tus crónicas?

Inconsciente… puede ser. Hay una curiosidad mía para ver cómo son
y hay un aprendizaje mío a partir de irlos a ver. Porque por ejemplo para
un indígena toba el monte es más importante que la casa, porque a la casa
solo se va a dormir. A mí me dijo uno: «¡El monte es shopping, el shopping
me da farmacia, me da comida, me da diversión, me da todo!». Y es ver-
dad. Vos vas con un prejuicio urbano y ves que tiene una casa así nomás de
ramas, y es que no tiene importancia para él la casa. Entonces me parece
bueno para mí, para mi propia persona, aprender otras formas de pensar,
de procesar.

Es parte de la ideología patriarcal descalificar a la mujer es-


critora tildándola de naif o ingenua. ¿Has sufrido esos motes
con los que se han leído tus relatos o más bien te han resultado
indiferentes?

La gente no piensa que te va a descalificar diciéndote «naif», pero sí,


me molesta, porque no creo ser naif. Bah qué se yo lo que es cada uno,
decir, te pueden decir cualquier cosa… Yo del feminismo sé poco. Coinci-
do con consignas básicas como «igual trabajo igual salario», desde ya. Pero
yo pienso que las mujeres de clase media de toda América latina gozan de
bastante libertad… A lo mejor es una idea errónea, porque en las mujeres
de clase baja es bastante distinta la cosa.

¿Tenés alguna anécdota que quieras contarme sobre tus


comienzos de escritura?

Yo escribo desde chica, pero era muy sociable. Escribía si estaba solita
y no había chicos para jugar: prefería jugar a escribir, de chica. No era una
nena encerrada en mí misma. No… Cuando no había más remedio escri-
bía alguna cosita, pero no guardo nada. Yo tiro todo. ¿Sabés la cantidad de
libros que tiré de acá? Libros que no me interesaba tener, cuadernos míos
viejos. Me encanta tirar [risas de ambas]. Pienso que hay gente que es de
guardar, y hay gente que es de tirar.

Vos sos de Moreno, del conurbano bonaerense. ¿Volvés cada


tanto?

Vuelvo, tengo una amiga allá así que cada dos meses me doy una vuel-
ta. Cambió todo. Cuando yo era chica jugábamos a la paleta en la calle,
ahora es como si siguiera la Capital, hay un lío para entrar y salir, no hay
un solo terreno baldío… De todos modos la gente de Buenos Aires es
distinta de la gente de los suburbios. Por ejemplo una vez hace unos años

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 80. ISSN 1514-8351
fui a Santa Rosa a acompañar a otra escritora que iba a Sartre». Digo, ¿cómo va a decir eso de la nena? En el
dar una charla, y ellos tienen el hotel Calfulcurá que pueblo, en Moreno, se decía de otra manera, se decía:
son nueve pisos, enorme, que es el orgullo de Santa «¡Qué lindos nenes!» o «¡No señora, no son lindos, son
Rosa, ¿viste? Y después tienen todas casas bajas, cha- sanitos!» [ríe]. ¡Es otra historieta! A mí me chocaban
lecitos, algún edificio un poquito más alto. Y mi amiga esas cosas cuando recién llegué.
era muy porteña, era muy porteña te digo en el sentido
de las exigencias: son gente que quiere cosas que yo ya ¿Qué recuerdo guardás de Haroldo Conti?
sabía –porque era suburbana– que no las iba a obtener.
Mi amiga mira por la ventana y ve esas luces, luces de Haroldo Conti era muy amigo de amigos míos, ami-
nada y me dice: «¡Ay Hebe, qué bajón, qué desolación! go personal mío no fue nunca. Guardo un recuerdo de
¡Voy a pedir un whisky!». Eran las once de la noche. verlo en reuniones, de verlo con gente. Ahora sí, para
«No te lo van a dar –le digo–, estos a las once están hacerme el prólogo del libro de Gente de la casa rosa
durmiendo». En ese sentido, sé de los bueyes con los (1970) me hizo hacer de pre-jurado del concurso de
que aro en el conurbano. O por ejemplo, cuando entré Córdoba del 69 y leí como mil cuentos, qué se yo…
a la facultad de Filosofía… Debe ser por eso, que leí esa cantidad de cuentos –aho-
ra estoy pensando–, que a mí no me gusta ser jurado.
¿En qué año fue eso?

Y 1960, por ahí… La Facultad de Filosofía era un re-


fugio de gente excéntrica, ahora no, es más igual. Había
uno que quería dar examen con música de laúd… Yo
venía de un pueblo, así que primero no entendía nada.
Había una que se llamaba Alma Cristina, que después
salió reina de los hippies en Nueva York y aparecía en
una foto con un novio con piel de lobo, todo así medio
esotérico… Tenía veintiún años y una nena como de
seis porque la había tenido a los quince, pionera, hija
de un pastor protestante, rubia, así más o menos como
vos, la nena tenía anteojitos… Y presenta a la nena de
esta manera: «Mi hija es un poco menos estrábica que Fotografías de Matias Scafati

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COLUMNA
De Mladić, Praljak y La Haya
Por Borja Lasheras

E n mi vida solo he visto a Ratko Mladić en la televisión y el ordena-


dor, pero conozco bien su legado en Bosnia oriental. Viví un par
de años a principios de esta década en la municipalidad de Foča,
en el Alto Valle del Río Drina, fronterizo entre Bosnia, Montenegro y
Serbia. Mladić nació por allí, en Kalinovik, un pueblucho apartado en las
altiplanicies de Treskavica. Es una región de montes, cañones y nieblas,
muy aislada, sobre todo en invierno, cuando la nieve corta las carreteras
rurales y caminos no asfaltados (makadams, en la lengua local). Más allá
de su magnífica naturaleza salvaje que atrae a algunos aventureros, el Va-
lle del Drina es conocido porque durante la guerra de Bosnia (1992-95),
cuando casi todas las cámaras miraban al sitiado Sarajevo, en poblaciones
como Goražde, Višegrad, Srebrenica o la propia Foča se llevó a cabo gran
parte de la limpieza étnica de bosnios musulmanes y croatas, a menudo
mediante crímenes dantescos.
Yo llegué al Valle algo más de una década después para trabajar en dere-
chos humanos con la OSCE, con un mandato que en gran medida buscaba
contribuir a enmendar ese legado de Mladić y otros, y contribuir a la nor-
malización política e institucional. Más allá de los grafitis en su apoyo que
solía ver en callejuelas y ruinas, “el General” serbo-bosnio sigue jugando un
papel importante como héroe en el imaginario local y en ciertos sectores
políticos y sociales en Serbia. Leyendo la reciente sentencia contra Mladić
por parte del Tribunal de La Haya para la antigua Yugoslavia, dos momen-
tos concretos me vienen a la cabeza: cuando lo arrestaron y nuestro trabajo
en fosas comunes (sus fosas, esto es).
En mayo de 2011 la policía arrestó por fin al General en Lazarevo
(Serbia). Al igual que su mentor político, Radovan Karadžić, detenido en
Belgrado en 2008, Mladić había vivido clandestinamente desde fines de
los noventa, protegido por el estado profundo serbio. Aunque la noticia
corrió como la pólvora por todo el mundo, esa mañana reinaba un pesado
silencio en Foča. Orwell, en Homenaje a Cataluña, desmitifica el vivir de
cerca momentos históricos así porque “los detalles físicos prevalecen sobre
todo lo demás y no hay tiempo para elocuentes análisis de la situación,
hechos a cientos de millas de allí”. En nuestra pequeña oficina, a hora y
media de Sarajevo y algo menos de tres en invierno, no hubo épica alguna.
Nos preocupaban la manifestación nacionalista esa tarde a favor de Mladić

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y, hasta cierto punto, nuestra propia seguridad física. cometidos en el sitio de Sarajevo (abril 1992-febrero
El personal local no quería significarse con sus veci- 1996). El Tribunal afirma que los actos de mando de
nos y ser vistos como OSCE, o sea, OTAN y por tanto Mladić fueron instrumentales para tales crímenes: sin
un Occidente percibido allí como antiserbio. La ma- ellos, no hubieran tenido lugar de esa forma. La juris-
nifestación fue multitudinaria para una ciudad peque- prudencia de La Haya confirma que Mladić, Karadžić
ña como Foča. En primeras filas iban muchos de esos y otros eran parte de lo que denomina una estructura
hombres ociosos semigansteriles que me cruzaba a dia- criminal dirigida a la limpieza étnica de musulmanes y
rio en cafés y bares. Enarbolaban orgullosos banderas croatas de regiones colindantes con Serbia. Un crimen
serbias y de las unidades paramilitares que sembraron continuado que incluyó el genocidio de Srebrenica de
el terror entre los bosnios musulmanes. Pero también unos 8000 musulmanes, en pocos días de ese fatídico
había muchas señoras de mediana edad y abuelas de as- julio de 1995. La Haya, en un fundamento cuestiona-
pecto habitualmente bondadoso, las babushkas de Bal- do, no atribuye un carácter específicamente genocida a
canes, ese día con el semblante agrio. Alzaban iconos la limpieza étnica y otros crímenes cometidos en otras
ortodoxos y retratos de Mladić, mezclando así religión poblaciones del Drina como Foča, donde se estima que
y el mito del héroe nacional. Muchos niños del pueblo unos 2000 musulmanes fueron asesinados en primave-
correteaban alrededor, alborozados, disfrutando de un ra de 1992, tras su caída en manos serbias. Similares
momento festivo para ellos. La manifestación termi- hechos tuvieron lugar por esas mismas fechas en Više-
nó en el monumento al ejército serbo-bosnio (el VRS) grad, donde musulmanes, incluidos mujeres y niños,
de Mladić, muy cerca de mi apartamento, en un solar fueron asesinados cruelmente en el famoso puente oto-
donde hasta 1992 había casas de musulmanes. Durante mano del que hablaba el escritor Ivo Andric en su nove-
un par de años después, las calles y farolas de la zona se la Un puente sobre el Drina. Más allá de la valoración de
llenaron de retratos de Mladić. Supongo que los habrán este fundamento particular, coherente con la condena
vuelto a colocar, aunque me cuenta un amigo de la zona de Karadžić, es cierto que la prueba de genocidio en
que esta vez las protestas en apoyo al General han sido derecho internacional es muy elevada.
menos numerosas. Esta empresa criminal era parte del proyecto ul-
El segundo recuerdo nítido son las largas horas pa- tranacionalista de una Gran Serbia y la responsabilidad
sadas supervisando algunos procesos de exhumación de –para algunos, principal– alcanza al Belgrado de Slo-
fosas comunes que siguen apareciendo por el Drina, en bodan Milošević. Su aparato de seguridad diseñó antes
bosques, sótanos urbanos, zanjas junto a carreteras ru- del estallido de la guerra lo que se ha conocido como el
rales, etc. En esa parte del país, los restos pertenecían a plan RAM, una estrategia para crear regiones homogé-
bosnios musulmanes o croatas (menos numerosos allí) neas serbias en Bosnia y Croacia a través del armamen-
ejecutados por el VRS; paramilitares vinculados a ese to de grupos de “defensa” serbios, el sostenimiento del
estado profundo serbio y el submundo criminal (a me- VRS y la Republika Sprska, la pseudorrepública serbia
nudo dos niveles conectados entre sí), como la “Guar- de Karadžić, etc. Una estrategia y forma de guerra in-
dia Voluntaria Serbia”, más conocida como los “Tigres” directa que en parte recuerda la estrategia rusa en la
de Željko Ražnatović (alias “Arkan”, asesinado en Bel- guerra en Ucrania Oriental. No cabe tampoco soslayar
grado en 2000, en un probable ajuste de cuentas), o el otro, y a menudo gran olvidado, crimen continuado
las “Águilas Blancas” del líder ultranacionalista serbio contra Bosnia: el proyecto de la Gran Croacia do Drine
Vojislav Šešelj, además de vecinos comunes y policías (hasta el Drina), encarnado en otra pseudorrepública
de la zona. En las horas en coche de un lado a otro de mayoría croata, la extinta Herceg Bosna (1991-96).
del Valle, alguno de mis acompañantes serbo-bosnios, Uno de sus líderes, el general Slobodan Praljak, se ha
contrariado por nuestra labor, solía frivolizar con las hecho recientemente famoso al cometer suicidio tele-
violaciones sistemáticas a musulmanas en Foča y chas- visado, en plena lectura de la sentencia condenatoria.
queaba la lengua. Insinuaba, contra toda evidencia, que Detrás de este otro proyecto criminal estuvo la Croacia
no habían tenido lugar. de Franjo Tudjman, quien negociaba con Milošević la
Mladić nunca regresará al Drina en vida. La sen- división de Bosnia a la vez que le hacía la guerra. Al
tencia lo condena a cadena perpetua, entre otros car- igual que el líder serbio, Tudjman hubiera debido ter-
gos, por el genocidio de Srebrenica, crímenes contra minar en La Haya si la muerte no le hubiera alcanzado
la humanidad y otros crímenes de guerra, como los antes.

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Años después, ya en la cómoda distancia que debería permitir analizar
hechos históricos, reconozco que me sigue costando profundizar mucho
en figuras como Mladić. Quizás no hay mucho que profundizar y eso es
de lo más terrible de todo –otra forma de la banalidad del mal de que
hablaba Hannah Arendt–. Veo al envejecido Mladić, en otra de sus bravu-
conadas, gritarle patéticamente al sosegado pero firme juez Alphons Orie,
“Vi niste sud!” (¡no es un tribunal!). Veo a Praljak bramar que él tampoco
es un criminal de guerra mientras ingiere el veneno. Con estas escenas de
tragicomedia se cierra el telón del Tribunal de La Haya, que deja un legado
amargo en Balcanes. Estas sentencias son necesarias y estos días pienso
mucho en las víctimas que conocí. Pero no hay justicia completa posible y
a gusto de todos.
Tanto el resultado como la lógica de estas empresas criminales siguen
latentes en la región. Políticos de Croacia, que hoy está en la UE, han
lamentado la sentencia de Praljak y otros criminales, a quienes glorifican
como héroes, mientras siguen interfiriendo en los asuntos de Bosnia, que
teóricamente avanza renqueante hacia la UE. Milorad Dodik, el líder de la
Republika Sprska que crearon Milošević, Karadžić & Co. y consagraron los
acuerdos de Dayton, niega el genocidio de Srebrenica, defiende a Mladić
como héroe y alienta el revisionismo histórico, en auge en la era de la pos-
verdad. En muchas tiendas de merchandising de Belgrado puedes comprar
tazas, camisetas y otros objetos con la imagen de Mladić, que comparte
estos puestos con Gavrilo Princip, el apocado asesino de Sarajevo en 1914,
o el gran tenista serbio Novak Djokovic. Otros crímenes contra civiles
serbios en el valle del Drina, aunque a menudo manipulados por el nacio-
nalismo serbio, siguen sin respuesta y alimentan la percepción de justicia
selectiva. En Foča han reconstruido algunas de las mezquitas destruidas,
pero quedan pocos musulmanes para atender a la llamada a la oración,
pregrabada, del muecín. Termina la fase de La Haya, y es ahora o nunca
para una difícil reconciliación que equilibre justicia y memoria histórica.
En ella deberá jugar un papel central la reforma de la educación en Bosnia,
otra gran tarea pendiente, pues hoy sigue siendo segregada y xenofóbica,
con narrativas antagónicas sobre la guerra, que muchos niños bosnios con-
sumen diariamente en sus propios hogares. Ese es el gran reto en el que,
en mi opinión, deberían centrarse los esfuerzos en la etapa actual. Quizás,
como en otros casos, haya que encomendarse al paso del tiempo y a nuevas
generaciones que puedan empezar de cero.

*Borja Lasheras
es autor de Bosnia en el limbo: testimonios desde el río Drina (UOC, 2017; en inglés, Ibidem
Press, 2018). Es colaborador de distintos medios, entre ellos el diario El Mundo, el presen-
te artículo es una versión ampliada de un texto publicado allí.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 84. ISSN 1514-8351
COLUMNA
Serbia y Montenegro
Por Felipe Benegas Lynch

C uando yo no nacía aún la vida era agua y era bella. Mi madre joven me paseaba por un
mundo de luz y tibia oscuridad. Serán veintiocho años en poco tiempo. Ahora el invier-
no se acerca y algo se repite como entonces: es verano en Alemania y se está jugando el
Mundial. Acá no era verano y era invierno, era otra tierra y otro tiempo, pero jugábamos, como
se juega ahora en la distancia.
Mi madre estaba una tarde tranquila pensando que mi hermano no quería comer. Se paró en-
tonces y la panza le pesaba. Caminó con una mano en la espalda hacia el sol y la cortina, y corrió
lentamente la sombra sobre mi hermano que dormía, el pequeño franciscano aún que el sol iba a
despertar. La sombra era cálida y medio anaranjada, todavía el frío no era.Todavía el invierno crecía
sin saber.
En Alemania hace calor. Jugamos en Gelsenkirchen. Es un problema pronunciar estas palabras y
hablar y que a uno no lo entiendan.Yo hablo como un periodista, como si supiera qué pasó. Pero no
sé. Me voy enterando, más o menos. Argentina ganó, ahora, seis a cero contra Serbia y Montene-
gro. Pero parece que Serbia ya no es Montenegro. Ha habido una guerra y no supimos. Ha habido
muertos. No sabemos quiénes ni dónde. No es justo morir sin saber adónde. Serbia ya no es Mon-
tenegro y los límites se pierden en la distancia. Los enemigos son de repente cercanos, demasiado
cercanos como para creerlos, pero son, como la guerra, aunque no sepamos.
Una tarde la cortina naranja ya estaba negra y de repente nos despertamos porque había llegado
alguien, de tarde, casi noche, y la luz se había ido, cada vez más, cerca del invierno. Alguien había
llegado afuera y no prendimos la luz ni las voces, porque mamá hablaba bajito y le decía a mi her-
mano que no era nada, que no venían acá y menos mal porque yo sentía ya la sombra invernal que
nos comía como si mi madre hubiera tomado hielos sin querer.
En Serbia la luz se pierde también en la tarde. Las voces lentamente se silencian, se pierden.
Montenegro está cerca, demasiado cerca. Las voces hablan y entendemos, pero no queremos en-
tender lo que dicen. Como un gemido perdiéndose en la tarde. Como una madre a punto de parir.
¿Dónde naceremos? ¿Dónde vamos a morir? Los soldados se acercan en la tarde. Son nuestros los
cuerpos y de ellos. No queremos entender nuestras voces y lloramos las palabras como gritos. El
gemido se acelera hasta morir sin saber adónde en la tarde. Sin saber. ¿Dónde vamos a nacer?
Hubo una guerra y no supimos. Los límites se pierden en la tarde como sombras. Las voces
se oyen, nos oyen. Alguien había llegado afuera y no prendimos la voz ni las luces, porque mamá
hablaba bajito y le decía a mi hermano que no era nada, que no venían acá.
Ahora en Alemania hace calor. Acá es invierno y frío.
En Serbia las madres salen pariendo niños en la tarde. Esperando que las balas no lleguen; es-
perando que alguien sepa su dolor. Pero no sabemos. No sabemos dónde vamos a nacer y mientras
llueve la tarde se deshace.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 85. ISSN 1514-8351
En Alemania hace calor. Serbia y Montenegro ya no existe.
Acá hace frío.
Otra vez.
Escuchamos voces. Alguien se va y se lleva los niños. Se van. Es peligroso. Mur-
muramos las voces. Mi madre, mi hermano. En silencio murmuramos las voces asus-
tadas por teléfono. Esa era la voz de mi madre hablando asustada por teléfono mien-
tras mi hermano dormía, el pequeño franciscano aún que el sol venía a despertar.
Mi madre también tenía un hermano, pero se iba, por teléfono, a perderse en la
distancia. La noche creció entonces sobre todo y callamos. Mi hermano dormía sin
saber que algo se perdía para siempre. Así crecía el invierno. Sin saber adónde.
No es justo nacer sin saber adónde.
El Mundial se jugaba entonces como ahora, pero los nombres y las voces eran
otros, el frío era otro y cubría todo en un silencio de montañas. Era otra tierra, otro
tiempo.
Ella también tenía un hermano, pero se fue y nadie pudo decir adónde.
Los nombres eran peligrosos, como alemanes impronunciables se perdían en la
cancha y uno no sabía quién era quién. “Argentina, Argentina”, eso sí se decía, se
debía decir, porque andaban demonios y había que defendernos, decían, con ese
conjuro.
Decí o te mato: “Argentina, Argentina”.
Así no se puede jugar.
Y la pelota giraba agonizando, volando en el frío de los nombres impronunciables
y las listas que llegaban a las voces de relatores internacionales que no entendían bien
cuál era el juego al que estaban invitados.Y las bocas obscenas seguían cantando y las
inocentes también: “Argentina, Argentina”.
Parece que Serbia ya no es Montenegro y las olas crecen sobre un mar inexistente
en la distancia. En Alemania hace calor. Acá hacía frío.
El 25 de junio salimos a la calle porque habíamos ganado: éramos campeones
del mundo por primera vez. Así salimos esa tarde, tomados de la mano porque nos
podíamos perder.Y ella estaba embarazada y era medio peligroso, pero salimos igual
porque habíamos ganado y había que festejar. Y el agua de a poco se movía en sus
entrañas y el invierno y el hermano y los niños cada vez más perdidos. Pero su grito
se perdía antes de llegar a las voces porque el agua en sus entrañas temblaba inconte-
nible, llena de nombres impronunciables que se ahogaban. Su mano apretaba la mano
de mi padre, pero ni la mano ni el pecho ni las palabras pudieron contener todo lo
que se derramaba y nos tuvimos que sentar. Mi madre lloraba exhausta conmigo en
sus entrañas y todo parecía llover.Yo sentía la lluvia salada inagotable de mi madre y
un poco de alivio en el dolor.
El final no se sabe. Esperamos, esperamos y no supimos hasta que terminó.
Ahora el Mundial es otro y mi madre escucha algo en los medios: que ganamos,
tal vez, que Serbia ya no es Montenegro, que podemos ser campeones otra vez.
Todo lo que no supimos ha pasado.
En Serbia los niños juegan en la calle. Los nombres son otros y resuenan en el
aire y en el agua, como cuando el juego no existía, pero se jugaba, porque siempre se
juega si hay un segundo entre las cosas terribles y ocultas.
Mi madre se para y lentamente corre la cortina.
Mi hermano se durmió.

BOCA DE SAPO 25. Era digital, año XVIII, Diciembre 2017. [CRÓNICAS DE ENTRE SIGLOS] pág. 86. ISSN 1514-8351
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