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Por lo tanto, 1ª Corintios 6:9-10, afirma: “...No erréis; ni los fornicarios...ni los
adúlteros...heredarán el Reino de Dios”.
A partir de aquí concluiremos 5 razones bíblicas en contra del divorcio y del nuevo
casamiento del divorciado.
A) En cuanto al Pacto:
Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer
de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu
compañera y la mujer de tu pacto. (La Biblia de las Américas - LBLA). (Énfasis
añadido).
Nótese que el verbo “ser”, subrayado en negrita, está en el texto bíblico en tiempo
presente y en otras versiones en gerundio. Es decir, en ambas versiones es una acción
continua presente (KJV, NKJV, NBLH, BLA, NVI, SEV, RVR, RVR60, RVR95).
Cuando decimos esto es porque la idea que trasmite el texto es que sigue siendo esposa
aunque el cónyuge desleal haya sido infiel; por lo tanto el vínculo no se rompe por el
pecado del otro.
…ese matrimonio es siempre un PACTO, en el cual Dios está presente como testigo y a
su vez, Él toma la palabra de ese compromiso de PROMESA, a las personas que se casan.
Un pacto no es un contrato. Un contrato se rompe cuando una de las partes falla, pero
Dios, como Legislador del matrimonio, ha establecido claramente que el matrimonio (que
Él ha dado), no sea un contrato, sino un PACTO indisoluble. Prueba de que no se disuelve,
lo tenemos en pasajes tales como:
Marcos 10:9: “...lo que Dios juntó (por la palabra prometida en el casamiento
y por ponerse bajo la ley del pacto matrimonial) no lo separe el hombre”. (Se
puede ver que ese “no lo separe” es un mandamiento. Por lo tanto cuando todo
hombre “lo separa”, y rompe el mandamiento, eso es pecado; es decir, infracción
de la Ley de Dios.) (Énfasis añadido).
Romanos 7:2-3: Pues la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras
él vive; pero si su marido muere, queda libre de la ley en cuanto al marido. 3 Así
que, mientras vive su marido, será llamada adúltera si ella se une a otro hombre;
pero si su marido muere, está libre de la ley, de modo que no es adúltera aunque
se una a otro hombre" (La Biblia de las Américas - LBLA).
1ª Corintios 7:39: "La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive;
pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea
en el Señor".
Para concluir este breve primer punto, sobre el tema del PACTO, hay un pasaje muy
singular en el Nuevo Testamento que dice:
Gálatas 3:15: "Hermanos míos, les voy a dar un ejemplo que cualquiera puede
entender. Cuando una persona hace un pacto con otra, y lo firma, nadie puede
anularlo ni agregarle nada" (Traducción en lenguaje actual - TLA).
Entonces, ¿cuánto más, un PACTO hecho ante el Dios Soberano habrá que respetarse y
no se podrá anular? La respuesta es clara: ¡No se puede!
B) En cuanto a la Promesa:
El día que una pareja se casa, ambos PROMETEN ante Dios y ante testigos, fidelidad al
cónyuge hasta el fin, de tal manera que, por esa promesa dada, quedan atados y
comprometidos a cumplirla de por vida, de lo contrario si la persona no cumple su
promesa, esa persona pasa por falsa, mentirosa, engañadora e INFIEL. La Biblia habla de
la condenación de los falsos, infieles y mentirosos. Cuando un hombre y una mujer hacen
un pacto matrimonial, ellos están haciendo un compromiso de palabra, una promesa
mutua que tiene más valor aún, que la de sus propias vidas. Incluso en muchas culturas a
lo largo de los siglos, aquellos que quebrantaban un pacto, una palabra o una promesa,
eran merecedores de la muerte y se convertían en una vergüenza para sus familias.
Apocalipsis 21:8: "y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda".
Eclesiastés 5:4-5: "Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque
él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 5 Mejor es que no
prometas, y no que prometas y no cumplas".
Salmo 15:4: "sólo quien desprecia al que merece desprecio, pero respeta a quien
honra a Dios; sólo quien cumple lo que promete, aunque salga perdiendo"
(Traducción en lenguaje actual - TLA).
Salmo 89:34: "Jamás faltaré a mi pacto; siempre le cumpliré mis promesas"
(Traducción en lenguaje actual - TLA).
En conclusión, un creyente, siendo aún “la parte inocente”, por abandono, adulterio,
violencia, etc., del otro cónyuge, no puede romper su parte del Pacto volviéndose a casar,
porque si lo hace, adultera el Pacto y si rompe su Promesa, se convierte en mentiroso, de
la misma manera antes adulteró y mintió el cónyuge culpable. Romper el
Pacto matrimonial de forma posterior al cónyuge culpable, no anula el Pacto que aún
existe entre ambos cónyuges y ante Dios.
Ahora bien, si Jesús quisiera referirse al adulterio en esos pasajes: ¿Por qué utilizó la
palabra fornicación (porneia) y no la palabra adulterio (moichea)? Jesús da buena
evidencia en Mateo 19:9 y Mat 5:32, de que Él conocía perfectamente las dos palabras,
fornicación (πορνεία) y adulterio (μοιχεία).
De hecho, Él usa las dos palabras en el mismísimo pasaje, pero es evidente que las usa
intencionadamente de forma separada. Entonces, si las usa separadamente, ¿quiénes
somos nosotros para cambiar fornicación por adulterio si el mismo Hijo de Dios no lo
hace?
Por otro lado, en otras partes del Evangelio, el mismo Jesús usa separadamente las
palabras fornicación y adulterio. Por ejemplo:
Marcos 7:21: "Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios (μοιχεία), las fornicaciones (πορνεία), los
homicidios".
Precisamente porque fornicación y adulterio son dos cosas distintas, el Señor usó
intencionadamente las dos diferentes palabras en el MISMO versículo de Mateo 5:32 y
19:9. ¿No es eso significativo?
La Biblia dice que el adulterio puede y debe perdonarse. Porque el perdón bíblico en el
Evangelio de la gracia, está por encima, y es superior al adulterio. En todo caso el
Evangelio, solo nos permite SEPARACIÓN entre los cónyuges, en casos fuertes de
adulterio, violencia, etc. pero no permite el divorcio ni el recasamiento del divorciado.
Esto lo vemos en 1º Corintios 7:10-11:
"Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la
mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o
reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer" (Énfasis
añadido).
La palabra griega que se usa en este texto de 1ª Corintios 7 para separación es, "χωριςω"
(corízo) que significa, “separarse, irse, marcharse de, apartarse”, etc., pero no se usa la
palabra apostasión ("αποοταιόυ") que significa divorcio, y que es precisamente la palabra
que aparece en Mateo 5:31 y 19:7 en el contexto del divorcio.
La separación es incluso una disciplina bíblica que permitiría una futura y potencial
reconciliación y en el caso de que no la hubiera, la persona debe quedarse así sola, de lo
contrario romperá su promesa y adulterará su pacto de matrimonio.
Nos extendemos tanto en todo esto porque es muy importante comprender que
fornicación no puede ser nunca adulterio, porque si aplicamos en el pasaje de Mateo 5:32
el intercambio de la palabra fornicación por la palabra adulterio, como hacen los
divorcistas, el resto del versículo pierde sentido y a su vez se contradice.
Fijémonos en Mateo 19:9 o Mateo 5:32, y empecemos por la última parte de estos
versículos donde dice: "...y el que se casa con la repudiada (divorciada) comete adulterio".
Así que, surge la siguiente pregunta:
¿Cómo podría el Señor Jesús decir en el mismo pasaje dos cosas opuestas?:
1. …que una persona inocente, puede divorciarse por adulterio (como dicen los
divorcistas) pero al final del texto, el Señor mismo dice que…
2. …esa persona inocente divorciada, si se vuelve a casar, comete adulterio ...
Porque por un lado Jesús, al inicio del versículo, estaría permitiendo el divorcio (según
los divorcistas), y por otro lado, al final del versículo, estaría impidiéndolo y, ¿todo esto
dicho en el mismo versículo? Imposible tal contradicción, iría contra las leyes de la
Hermenéutica y la lógica. Dios no se contradice.
Otra cosa; la frase, “...el que se casa con la repudiada (divorciada) comete adulterio”, se
repite en Mateo 5:32 y 19:9, en Marcos 10:11 y en Lucas 16:18; con lo cual los evangelios
advierten hasta 4 veces la misma, repetida e importante idea que:
Entonces, aunque un inocente divorciado haya sido abandonado o haya sido por adulterio,
éste inocente no puede casarse, porque aun siendo inocente comete adulterio contra su
matrimonio y hace cometer adulterio a quien se case con él o con ella.
Por esta razón concluimos, que fornicación no es sinónimo de adulterio. Es absolutamente
errada la doctrina divorcista que admite el divorcio por infidelidad, violencia o por
abandono.
Mateo 5:32: "Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de
fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete
adulterio".
Mateo 19:9: "Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de[a] su mujer, salvo
por infidelidad, y se case con otra, comete[b] adulterio[c]" (La Biblia de las
Américas - LBLA).
o Footnotes:
[a] Mateo 19:9 O, repudie a
[b] Mateo 19:9 Algunos mss. antiguos dicen: la hace cometer
[c] Mateo 19:9 Algunos mss. antiguos agregan: y el que se casa
con una mujer divorciada, comete adulterio.
No solo esto, sino que el pecado es doble, porque el divorciado inocente, a su vez, pecaría
y haría pecar:
Por cualquier lado que se mire, todo divorciado, aun "inocente", comete adulterio si se
vuelve a casar. Así que, tampoco hay ninguna salida para defender el recasamiento por
infidelidad.
1. No es adulterio, y…
2. Tampoco es inmoralidad, porque la inmoralidad también es perdonable, y debe
ser perdonada en el Nuevo Testamento, por lo tanto, no es motivo de divorcio.
3. Tampoco significa sexualidad entre solteros, porque el versículo está hablando de
casados y es más que evidente que los casados no cometen nunca esta área de la
palabra fornicación por cuanto son casados.
4. Y tampoco el contexto está hablando de idolatría espiritual…
Por lo tanto, descartando uno tras otro, todos los diferentes significados de la
polisémica1palabra fornicación, SOLO nos queda un significado y es:
Entonces ahora sí, encajan las piezas en esos versículos de Mateo; encaja la palabra
fornicación, referida a uniones matrimoniales inválidas, y encaja la clásica palabra
adulterio y así, los versículos de Mateo 5:32 y Mateo 19:9, tienen armonía.
Así que, si una pareja está unida en matrimonio inválido (incestuoso, bigámico u
homosexual), por lo tanto, unión ilegítima, eso es fornicación, entonces sí puede y debe
divorciarse esa unión, por ser abominable y un riesgo para la salud humana.
Resumiendo, en los versículos de Mateo 5:32 y Mateo 19:9, el Señor enseña dos cosas:
Para empezar, recordemos que la Biblia dice que Dios aborrece el divorcio (Malaquías
2:16). Por lo tanto, cualquier "cristiano" que tome la iniciativa de divorciarse es evidente
que está en contra de la voluntad de Dios. Dios no dice que aborrece unos casos de
divorcio y otros no, sino que aborrece todo divorcio sea por la razón que sea.
Esta tercera razón o argumento, solo es aplicable para los cristianos, es decir, para los que
se han convertido, para los que están integrados en una iglesia cristiana y como tales son
miembros de esa iglesia y, aun así, deciden divorciarse.
Fijémonos bien en el contenido de este tema importante que se pasa por alto en las
iglesias:
Si leemos 1ª Corintios 6:1-7, el texto y contexto habla directo a los creyentes, y dice que
los creyentes no pueden ir a los jueces civiles a dilucidar ningún pleito (incluido el
divorcio) sino que debe ser en la iglesia donde se arreglen estos temas.
Los problemas de separación matrimonial entre creyentes, es un tema que deben asumir
los pastores y miembros de la iglesia, e intervenir en el conflicto como dice este pasaje y
no los jueces del mundo. Así que, es pecado de desobediencia a este texto bíblico y un
mal testimonio ante los de afuera, ir a los jueces civiles a pedir el divorcio.
Así que, en este pasaje de 1ª Corintios 6, vemos cómo el que toma la decisión de
divorciarse, está cometiendo pecado porque está haciendo lo contrario a lo que Dios
ordena. Muchas mujeres creyentes, desesperadas por la situación y animadas por sus
pastores han ido a divorciarse cometiendo este pecado.
El texto bíblico dice: “y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y
que el marido no abandone a su mujer" (1ª Corintios 7:11).
Algunos preguntan: "Entonces, ¿tengo que seguir viviendo con quien es violento, adultero
e irresponsable?" La respuesta es NO. Ya hemos dicho que Dios sólo permite separarse.
La palabra griega en este texto de 1ª Corintios 7 para separación es, "χωριςω" (corízo),
que significa “separarse, irse, salirse de, apartarse…”, y no la palabra "αποοταιόυ"
(apostasión) que significa divorcio, que es la palabra que aparece precisamente en Mateo
5:31 y 19:7.
Por lo tanto, cuando los divorcistas utilizan el texto de 1ª Corintios 7 para alentar el
divorcio; cuando la acción es solo separación, y así, cometen un grave error e incitan a
las personas al adulterio. El matrimonio una vez constituido, es una “unidad”, se divorcie
o no se divorcie la pareja, porque una "unidad" no es solo sexualidad, sino unidad
indivisible una vez constituida. Sigue vigente, aunque:
De la misma forma que uno sigue siendo "una unidad" con una esposa, que, por ejemplo,
se haya quedado en coma o tetrapléjica a los pocos momentos de casarse. Aunque por
estos motivos no tengan relaciones sexuales, uno sigue siendo una "unidad indivisible"
con su cónyuge, es decir está casado, así incluso, la persona se encuentre en la Luna. La
distancia y las circunstancias no cambian ese status y vinculo de Pacto y unidad, porque
la unidad la hace el compromiso, no el acto sexual.
Por ejemplo, siguen siendo "una unidad" aunque se encuentren enojados. Cuando uno se
enoja con alguien; con un hijo, un amigo, un hermano, etc., el vínculo no se rompe, se
rompe la comunión. Uno no deja de ser hijo por enojarse con sus padres, o por una fuerte
discusión que hayan tenido entre ellos y aun incluso, en el caso grave de maltratos de
padre - hijo, aun y con todo, el vínculo padre/hijo, permanece. Lo mismo es en el
matrimonio. Aun habiendo enojos, diferencias, distancias, o incluso un divorcio humano,
eso no cambia que sigan siendo "una unidad" ante Dios. No vemos, por ejemplo, que los
hijos se divorcien de los padres ante los tribunales, ni vemos a un padre ir a divorciarse
de su hijo. Es un absurdo, siguen siendo padre e hijo a pesar de los conflictos, diferencias
e incluso violencia. En el matrimonio es igual, siguen siendo esposos, aunque los jueces
los separen.
De la misma manera que con el aborto se mata una unidad viva, el divorcio es matar una
unidad viva, el matrimonio.
Una vida es la unión de dos partes vivas y el matrimonio es la unión de dos personas,
ambas creadas por Dios y sobre ambas Dios decide, no el hombre.
El divorcio es como el aborto, se mata algo que Dios ha creado.
Hay quien no abortaría, pero sí se divorciaría, pero ambas cosas son iguales.
1. Las autoridades de la iglesia son las que deben intervenir, disciplinar y aconsejar
sobre el matrimonio.
2. Ir a las autoridades civiles por un divorcio es prohibido por Dios, es dar mal
testimonio del evangelio, y en sí es pecado.
En el caso del Nuevo Testamento, a pesar de las infidelidades de la Iglesia –la Amada–,
el Señor nunca la deja, ni busca otra, sino que ha dado su vida y su compromiso de
fidelidad a ella por siempre.
2ª Timoteo 2:13: "Y aunque no seamos fieles, Cristo permanece fiel; porque él
jamás rompe su promesa" (Traducción en lenguaje actual - TLA).
¿No son estos ejemplos de Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento, una razón
contundente? Así que, divorciarse por adulterio o por lo que sea y volverse a casar, no
solo es pecado, sino falta de conocimiento bíblico de la fidelidad y del ejemplo de Dios.
QUINTA RAZON: Razón teológica; el carácter de Dios
Romanos 2:24: "Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre
los gentiles por causa de vosotros".
Si nosotros en la iglesia, queriendo que la gente sea “feliz”, animamos a dichas personas
a que abandonen el Pacto, y abracen el contrato, y que simplemente vayan y encuentren
a otra persona con quien puedan entrar en un nuevo contrato de “felicidad”, estamos
entonces perpetuando el distorsionar el CARÁCTER de Dios y la relación de Cristo y su
Iglesia y esto no escapará del Juicio de Dios, por cuanto es pecado.
Salmo 89:34: "No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios".
Cuando los pastores, líderes cristianos y aun los mismos cristianos creen, autorizan y
consienten el nuevo matrimonio de cristianos divorciados, ellos están ayudando a Satanás
nuevamente a deformar la imagen y el CARÁCTER de Dios tal como éste lo hizo allá en
Génesis ante Adán y Eva. Cuando uno se centra en uno mismo, en su felicidad, en su
soledad o en su sexualidad, y no en el CARÁCTER de Dios, representado en el pacto de
matrimonio, entonces está siendo idólatra y egoísta, es decir está pecando.
Sin embargo, debemos decir que respetar el Pacto no significa que uno no se separe del
cónyuge por falta de comunión o pecado grave del otro, pero una cosa es separación y
otra, muy distinta, divorcio y nuevo casamiento.
Para terminar este punto, debemos recordar nuevamente estos pasajes sobre el pacto:
Malaquías 2:14: "Y vosotros decís: '¿Por qué?' Porque el Señor ha sido testigo
entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque
ella es tu compañera y la mujer de tu PACTO". (La Biblia de las Américas -
LBLA). (Énfasis añadido).
Ezequiel 16:8: “Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo
era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di
juramento y entré en PACTO contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía".
(Énfasis añadido).
Salmo 89:34: "No olvidaré mi PACTO, Ni mudaré lo que ha salido de mis
labios". (Énfasis añadido).
Proverbios 2:17: "La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del
PACTO de su Dios". (Énfasis añadido).
Romanos 7:2: "Porque la mujer casada está SUJETA por la ley al marido mientras
éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido". (Énfasis
añadido).
1ª Corintios 7:39: "La mujer casada está LIGADA por la ley mientras su marido
vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que
sea en el Señor". (Énfasis añadido).
CONCLUSIÓN
En el día de hoy vemos que las personas, primero escogen cómo desean vivir y luego,
diseñan su doctrina teológica a su conveniencia, para que ésta doctrina se amolde a su
estilo de vida pecaminoso.