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252 SILVIA DOLINKO

120 “Berni: cómo desollar la realidad”, en Primera Plana, n.° 127, 13 de abril de 1965, Capítulo 6
p. 44.
121 Según la irónica lectura sostenida por David Viñas para analizar el fenómeno pa- El boom de la circulación del grabado
ralelo del rol del escritor en el “bum”, “Pareceres y disgresiones...”, op. cit., pp.
27-28.
122 “Monsters galore at Berni’s one-man show”, en Buenos Aires Herald, 2 de julio

de 1965, Archivo Berni, Fundación Espigas.


123 “Berni”, en La Nación, 11 de julio de 1965, p. 6.

124 “Nuevo galardón para Antonio Berni. Su obra ‘El Matador’, premiada en Yugos-
Busca el artista “a la inmensa minoría” que gusta de
lavia”, en Clarín, 11 de julio de 1965. Berni ya había participado en este certa-
men en 1963, cuando fue mencionado en una reseña internacional como el ejem- su arte, y éste es un modo de encontrarse con el
plo de la “escuela nacional argentina”. Denys Chevalier, “Les grands bienales pueblo.
d’art 1963. La gravure internationale à Ljubljana”, XXe siècle, a. XXVI, n.° 23,
mayo de 1964. Luis Seoane1

[Hacia] un arte tocable que se aleja de la posibilidad


de abastecer a una “elite” que el artista ha ido for-
mando a su pesar, un arte tocable que pueda ser
ubicado en cualquier “hábitat” y no encerrado en
Museos y Galerías.

Edgardo Antonio Vigo2

Entre Onganía y James Bond, la portada del Anuario 1965 de Atlántida


anunciaba: “Todos los hechos. Toda la gente. Éxitos. Dramas. Fracasos y
perspectivas”. Todo un barómetro de la orientación de gustos y tenden-
cias de la clase media argentina. En su interior, el apartado “éxitos” se
cubría en gran medida con la nota de ocho páginas dedicada a las artes
plásticas. Bajo la asesoría de Albino Fernández, desde un doble rol de
diagramador y artista plástico, se reunía un conjunto de obras de artis-
tas argentinos, en su mayoría integrantes de la generación “madura”:
pinturas de Luis Barragán, Raúl Russo, Luis Seoane, tapices de Carlos
Alonso y Pérez Celis. Ocupando el espacio central de la primera página
del artículo se encontraba el xilocollage-relieve de Berni Torero en pose,
cuyo vestuario surcado por bordados era para entonces toda una “mar-
ca de fábrica” del arte argentino. Se trataba de una nota de interés gene-
ral que remarcaba el auge del mercado artístico en el país:
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60 galerías de arte, 7.000 pintores en Buenos Aires y 10.000 en el de la demanda iniciado en el gobierno de Illia, cuando se pusieron en
país tratando de trabajar profesionalmente. Estas son las cifras juego una serie de instrumentos reactivadores para impulsar el consu-
con que asombrados expertos miden el “boom” de las artes plás- mo.6 En el marco de esta elevación de los estándares de vida y de los
ticas en la Argentina. [...] Este año, continuando un proceso, el ingresos de amplios sectores urbanos de clase media, la producción ar-
arte salió a la calle; desbordó el sector de privilegiados y exqui- tística y cultural también formó parte del expandido mercado del mo-
sitos. [...] se anotaba un fenómeno social: una nueva clase media mento.
compraba cuadros y en sus más altos niveles estallaba una verda- El replanteo de las estrategias implicaba, como señaló Terán, la
dera competencia: los pintores argentinos se convertían en best puesta al alcance de un público ampliado de objetos que hasta hacía
sellers.3 poco tiempo eran patrimonio de las elites.7 Estas nuevas posibilidades
contaban con la difusión expandida provista por la nueva red de me-
El artículo ponía el foco sobre el nuevo público consumidor de produc- dios masivos: por una parte, la televisión actuaba como gran amplifica-
ción artística: un público ampliado por fuera de la tradicional elite co- dor de modelos y discursos;8 por otra parte, las publicaciones de inte-
leccionista y que, en el marco de la creciente sociedad de consumo, se rés general –especialmente Primera Plana, pero también Confirmado,
volcaba a adquirir piezas de arte. Tapices, grabados y pinturas eran re- Análisis o Atlántida, entre otras– proponían (o imponían) pautas de
producidos como un virtual muestrario comercial en esa nota que sos- consumo cultural que tuvieron un importante rol en la consolidación
tenía que las obras de arte eran best sellers. En momentos en que la del fenómeno llamado boom.
comprobación del éxito partía en gran medida de la cuantificación, los El caso de la narrativa latinoamericana conforma un paradigma de la
registros estadísticos y los rankings, este análisis del impacto de la plás- ampliación de los circuitos de difusión y del auge del consumo cultural
tica argentina se basaba en las variables del suceso comercial y de ex- del período. El boom –fenómeno cuyas lecturas aparecen tensionadas
pansión de su circulación más que en premios o repercusión interna- por abordajes y perspectivas disímiles, a partir de enfrentamientos per-
cional. En relación directa a esta cuestión, no era casual que el título de sonales y divergencias ideológicas– tuvo un rasgo que lo definió concre-
la nota fuera “El boom del arte”; evidentemente, se podía establecer una tamente: el notable incremento de circulación de esta producción litera-
relación con el fenómeno que en forma contemporánea se estaba desa- ria, las ventas masivas y la conformación de un nuevo público que se
rrollando en el ámbito de la narrativa latinoamericana. relacionó con la emergencia y consagración de esta nueva narrativa, pro-
Hace ya más de dos décadas, Tulio Halperin Donghi sostuvo que la ceso que correspondió a su momento de máxima visibilidad.9
ampliación “vertiginosa” en los años sesenta del público lector en los Fue en esos mismos tiempos que surgieron y se desarrollaron varios
países del Cono Sur había sido favorecida “por la inflación, que al di- proyectos de difusión del grabado en una escala ampliada que trascen-
suadir del ahorro y poner los bienes de consumo durables fuera del al- dió la barrera del coleccionismo establecido y convencional. Si bien el
cance de la mayor parte del público, estimulaba la adquisición de los auge de la circulación de la literatura y del grabado en los sesenta pre-
de consumo perecedero, entre ellos la amena literatura”.4 Literatura, en senta diferencias sustanciales, es posible trazar líneas paralelas y algún
términos de una ampliación cuantitativa notable; pero también, pode- que otro puente que vincule a ambos fenómenos coincidentes cronoló-
mos agregar, una nueva dimensión respecto del consumo artístico. gica y geográficamente. El factor cuantitativo, que constituyó uno de los
Claro que la inflación no fue el único factor desencadenante de este fe- principales modos de validación de la época, no resultaría en este caso
nómeno. Una de las principales transformaciones para los sectores me- un parámetro de confrontación: es sabido que la industria editorial la-
dios se fundó en la “democratización” de las relaciones sociales basa- tinoamericana presentó impactantes cifras de ejemplares editados y
da en el consumo, un proceso iniciado en la década del cincuenta.5 Al vendidos, mientras que los registros de la gráfica resultaron, como es fá-
interregno recesivo de 1962-1963 le sucedió un período de expansión cil de suponer, más acotados numéricamente. Frente a los cientos de
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miles de libros vendidos, los cientos o miles de estampas que circula- En un contexto de auge del consumo artístico y cultural, se incorpo-
ron parecen, desde este criterio, poco relevantes. Sin embargo, es evi- ran entonces nuevas vías para la circulación de grabados: una produc-
dente la diferente naturaleza de cada tipo de obra, ya que frente a una ción artística que contaba con el beneficio intrínseco de su multiplici-
industria cultural como la editorial, lo artístico requiere otro tipo de pa- dad y su menor costo económico. El grabado argentino había transitado
rámetros de medición productiva. un proceso de resignificación que había implicado factores concatena-
A la vez, si la autoconciencia del escritor como figura pública fue dos: la renovación o ampliación de poéticas y técnicas, una nueva legi-
acompañada por una crítica literaria específica sostenida por intelec- timación institucional, un progresivo reconocimiento en el mercado ar-
tuales que refirieron a ese nuevo objeto, no encontramos un discurso si- tístico. Interesa aquí analizar algunos emprendimientos de circulación
milar en relación con los abordajes sobre el nuevo grabado que cobró de las estampas caracterizados por su “voluntad de democratización ar-
mayor visibilidad y circulación en el mismo período. Más allá de los tística” en el marco de una ampliación social del consumo cultural que,
textos de Marta Traba y su particular visión sobre la eclosión del graba- precisamente, apuntaba a superar los límites convencionales de la ga-
do, los comentarios que reconocían esta dimensión inédita del nuevo lería de arte y los circuitos tradicionales. Se trata de indagar acerca de
grabado, tanto a nivel de producción como de circulación, se mantuvie- algunas modalidades de difusión que tomó esta producción que –tal co-
ron acotados dentro de los límites convencionales de las notas de arte mo se titulaba una de las colecciones de Eudeba en esa época– podía
en la prensa periódica y no se potenció con un aparato crítico o discur- constituir un “arte para todos”.
so analítico complementario. Frente a las rutilantes nuevas tendencias
visuales, al avance del pop y la experimentación con los nuevos medios
que hegemonizaron las indagaciones de figuras como Romero Brest u EXPANSIÓN EDITORIAL Y UN ARTE PARA TODOS
Oscar Masotta, el auge del grabado no fue analizado como un fenóme-
no particular del campo cultural del momento. Eventualmente, el dis- Es conocido el rol que tuvo la Editorial Universitaria de Buenos Aires
curso reflexivo provino de artistas –Vigo, Berni, Seoane, Camnitzer y (Eudeba) dentro del proceso de expansión editorial y de ampliación del
los manifiestos del NYGW– autoconscientes y autoanalíticos respecto público lector por esos años: según Ángel Rama, la demanda de libros
de su propia producción. de estudio editados por Eudeba en tiradas masivas y a precios reduci-
Más allá de estas diferencias, las estrategias editoriales y los empren- dos sirvió de plataforma al llamado boom del libro en los sesenta.11
dimientos de difusión de grabados tomaron en esos años carriles con- Efectivamente, la editorial de la UBA, dirigida entre 1958 y 1966 por
vergentes. El público al que apuntaron fue análogo, es decir, la clase José Boris Spivacow, fue una de las instituciones emblemáticas del pro-
media consumidora de bienes culturales. También fue similar la ins- ceso de modernización de esos años y a la vez resultó una de las caras
cripción de estas producciones en el marco de los proyectos de amplia- más visibles y exitosas del fenómeno de captación del nuevo público a
ción de espacios de circulación: sacar el libro a la calle y sacar la obra través de la difusión de obras en grandes tiradas y a precios popula-
de arte a la calle eran formas de romper los tabúes sobre la posesión de res.12 En este sentido, uno de sus rasgos innovadores –fundamentales
estos objetos y acercarlos al “nuevo público”. en su estrategia de circulación– fue distribuir sus ediciones en quioscos
Al igual que en el caso de la narrativa latinoamericana, en ese mo- callejeros; al sacar el libro a la calle se apuntaba a un consumo masivo
mento de mayor visibilidad histórica del grabado se constituyó un iné- que fuera más allá del público inicial de estudiantes y profesores uni-
dito circuito latinoamericano para su circulación, tanto por la distribu- versitarios.13
ción de estampas, por exposiciones, intercambios de publicaciones o Dentro de su diversidad de contenidos, y con el objetivo de dar gran
por la conformación de un novedoso sistema de concursos y biena- accesibilidad a los autores nacionales, se lanzó la Serie del Siglo y
les.10 Medio en ocasión de los festejos por el Sesquicentenario de la Revolu-
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ción de Mayo. Las artes plásticas jugaron un papel destacado dentro de pel y la presentación de las tapas; además, se había preparado una edi-
esta serie, que se presentaba como “una gran colección al alcance de to- ción especial para bibliófilos de 150 ejemplares numerados a mano y fir-
dos”. Por una parte, se editaron materiales específicos, como el texto de mados por el artista y que incluía una litografía original. La suscripción
Julio E. Payró, 23 pintores de la Argentina, 1810-1900 (1962) que com- de esta edición especial se agotó antes de salir a la venta y, como ejemplo
plementaba cronológicamente el esquema de su consagrado libro de de ese éxito inmediato, en Primera Plana se comentó que “hasta el biblió-
1944 publicado por Poseidón. Por otra parte, desde el punto de vista vi- filo más famoso de la Argentina, el señor [Alfredo] González Garaño, no
sual, un rasgo destacado fue la participación de artistas como Soldi, había obtenido ninguno y se mostraba terriblemente angustiado: no po-
Castagnino, Urruchúa, Carlos Alonso o Berni, quienes crearon las imá- dían hacerle ese chiste de mal gusto justamente a él”.17
genes de muchas de las tapas, mientras que el diseño gráfico de la co- Junto al libro, también se lanzaban a la venta 6.650 carpetas con
lección –en verdad, el diseño de toda la producción de Eudeba, como veinte de los dibujos realizados por el artista para esa edición, material
así también de su logotipo– correspondió a Oscar “Negro” Díaz. que también se encontraba diversificado en cuatro calidades, presenta-
Uno de los volúmenes de esta serie, en donde la gráfica tuvo un pro- ciones y precios. La realización de la carpeta de dibujos desde el pro-
tagonismo paralelo al de la literatura, fue aquél que constituyó el ma- pio sello universitario proyectaba la faceta “artística” de la edición,
yor éxito de venta y de repercusión popular en la historia de Eudeba: el despegando esas imágenes del soporte literario para expandirlas a la es-
conocido Martín Fierro con dibujos de Juan Carlos Castagnino. Publi- fera del campo plástico. Otra demarcación de la especificidad del pla-
cación que tuvo tres ediciones y ciento ochenta mil ejemplares vendi- no artístico de esta obra resultó la exposición Dibujos para el Martín
dos entre septiembre de 1962 y marzo de 1963, se trató de un libro des- Fierro, realizada en el MAMBA en octubre de 1962, en forma contem-
tinado a un público amplio y que le proporcionó a la editorial un buen poránea a la aparición del libro. Esta presentación trasladaba el conte-
margen económico para proseguir con otros proyectos.14 De hecho, rá- nido visual del libro a un ámbito de consagración propio del campo ar-
pidamente se convirtió en el más exitoso best-seller de la editorial uni- tístico como es el museo.
versitaria: “Calcúlase que sumarán centenares las personas que este fin Aunque Martín Fierro se editó en la Serie del Siglo y Medio, su éxito
de año, en lugar de tarjeta de felicitación, recibirán de sus relaciones un inmediato impulsó a Spivacow a lanzar una nueva colección: Arte para
primoroso Martín Fierro [...] Además, llevar descuidadamente un ejem- todos. Se trataba de una consigna asociada con la idea que Eudeba sus-
plar bajo el brazo se ha convertido en contraseña de intelectuales, sobre tentó por aquellos años, Libros para todos.18 El lanzamiento, en mayo de
todo en el radio estudiantil cercano a Filosofía y Letras y a las princi- 1963, fue con Cuentistas y pintores argentinos.19 Spivacow presentaba
pales salas de exposiciones”.15 este libro –en línea directa con el de Castagnino– como una las “edicio-
Era una edición en gran formato, con numerosas reproducciones, nes ‘monstruo’ [con las que] se obtienen ganancias que después benefi-
buena calidad de impresión y precio muy accesible; la figuración direc- cian a los planes científicos, técnicos y culturales”.20 Como también su-
ta y expresiva con la que el artista interpretaba las palabras de José cediera con el Martín Fierro, los dibujos originales de los artistas fueron
Hernández resultaba de fácil decodificación visual y simbólica para “el exhibidos en el MAMBA; esta vez, las obras estaban a la venta en el pro-
gran público” que en pocos meses agotó tres ediciones y convirtió al vo- pio museo, operación a cargo de la Galería Nueva.
lumen en un hito de la industria editorial latinoamericana.16
Esta publicación de Eudeba traía una novedad para su esquema edito- El total es de 150 témperas y dibujos, que están en venta; en los
rial: una diversificación de la presentación de la obra en distintas calida- primeros cinco días hábiles de exhibición se puso el cartel de
des, con su correspondiente variación de precio y número de ejemplares. “adquirido” a 16 obras.
Así, dentro de la primera edición de 53.150 ejemplares, se incluyeron [...] frente a la puerta del San Martín, un vendedor de diarios
cuatro categorías diferentes de libros, donde cambiaba la calidad del pa- y revistas desplegó en su “stand” diez o quince ejemplares del li-
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bro. “Desde que empezó la exposición, hace una semana –dijo–,


he tenido que reponer la obra varias veces.” Entre tanto, arriba,
cientos de personas de toda edad y clase social desfilaron diaria-
mente ante las ciento cincuenta obras. No solamente las admiran
sino que también se interesan por adquirirlas. Jiménez y
Gerchunoff [encargadas de la venta] informaron que: “La mayo-
ría de los grandes coleccionistas de Buenos Aires ha comprado
algo, pero es curioso observar la cantidad de compradores nove-
les; gente que antes, sin duda, jamás pensó poseer una obra de fir-
ma, y que ahora se va convertida en propietaria satisfecha de un
Basaldúa o de un Seoane”.21

La clase media adquiría cultura: no sólo compraba libros de arte sino que
también, en su ida al museo, cotejaba de primera mano la diferencia en-
tre originales y reproducciones, entre “alta cultura” y “cultura masiva”.
Posteriormente se editaron Cuentos de Fray Mocho ilustrados por
Héctor Basaldúa, Buenos Aires, mi ciudad con fotografías de Sameer
Makarius, Juvenilia de Miguel Cané con ilustraciones de Raúl Soldi y
44. En los años del boom,
La guerra al malón del Comandante Prado con ilustraciones de Carlos
un libro de Eudeba
Alonso. Sin embargo, es una publicación particular de esta colección la integrado por xilografías
que aquí interesa especialmente; un volumen en el que todas sus imá- de Seoane posibilitó que
más de diez mil personas
genes eran xilografías originales: 32 refranes criollos de Luis Seoane tuvieran acceso a una obra
con presentación de León Benarós, publicado en noviembre de 1965. La de arte original.
consigna “para todos” parecía estar en esos tiempos más cercana a la
concreción que a la utopía o el slogan. En efecto, cuando se imprimió También la propuesta visual de Seoane apuntaba a ser una imagen para
este libro, la actividad de Eudeba transitaba por una de sus épocas de todos. Para la difusión masiva de la edición de Eudeba se alejaba de sus
mayor esplendor, tanto en lo que se refiere a la productividad editorial grabados “modernistas” expuestos en 1962 en Bonino para apuntar ha-
como a la circulación de sus materiales; eran tiempos en los que edita- cia una figuración clara y sencilla en la línea de la tradición de la ilus-
ba unos doscientos títulos anuales a un promedio de 10.000 volúmenes tración gráfica que, por otra parte, el artista había seguido desarrollan-
por título, y la red de distribución y ventas de sus materiales se encon- do en paralelo a sus grabados autonomizados del soporte libro. La
traba afianzada y extendida. Los libros, o en este caso un libro-obra de interpretación del imaginario sobre “lo popular” que dominaba su obra
arte, podían estar al alcance del gran público como nunca antes había se centraba en este caso en las predominantes imágenes de gauchos, ca-
sucedido. ballos, toros y guitarreadas con las que realizaba su “glosa xilográfica
de los refranes del pueblo”.22 Retomando las ideas-fuerza de la obra del
artista –como el diálogo entre lo popular y lo moderno o el imaginario
sobre la cultura argentina y la gallega– Benarós abrevaba en las referen-
cias a Picasso, Gutiérrez Solana o Posada para enmarcar las distintas lí-
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neas genealógicas de la indagación de Seoane sobre el grabado: “Nada concepto moderno para el diseño de sus tapas y portadas y sus selec-
ignora del arte nuevo. Pero nada quiere ignorar, también, del soberano ciones literarias como director de colecciones, el aporte de Seoane re-
dictado de la tierra [...] Saludable lección con que el artista suma, en al- sultó fundamental para la definición de estos proyectos, operando co-
to nivel, modernidad y tradicionalidad”. mo nexo dinámico entre la producción literaria, plástica y editorial.
Mientras que el texto de Benarós estaba publicado solamente en cas- Seoane dio definición visual a los lineamientos estético-culturales de
tellano, los refranes ubicados al costado de cada lámina también habían estas editoriales, poniendo en imagen las tensiones y relaciones diná-
sido traducidos al inglés, por John Francis O’Donovan, y al francés por micas entre modernidad y tradición, entre lo local y “universal”, entre
Félix Gattegno. Pocos meses atrás, Gattegno había suscripto la presen- lo europeo y lo latinoamericano que atravesaron en un sentido amplio
tación del Bestiario de Seoane; su presencia en la edición de Eudeba re- la producción editorial de los exiliados españoles en Argentina y, como
tomaba esta trama de intercambios interpersonales que, a la vez, se rea- hemos visto, a su propia obra en forma particular.24
firmaba en cuanto los grabados de los 32 refranes no fueron exhibidos La primera participación de Seoane en Eudeba fue como ilustrador
en el MAMBA –como en anteriores ocasiones de presentación de los de La hoja voladora de José Pedroni, publicada en la Serie del Siglo y
materiales gráficos de Eudeba– sino en Galatea, en diciembre de 1965.23 Medio en 1961, a la que sucedió su inclusión dentro del conjunto de los
El libro de Seoane también proseguía la orientación de las edicio- artistas plásticos de Cuentistas y pintores. Paralelamente a estas publi-
nes de Eudeba que relanzaban una línea de la tradición de la narrati- caciones masivas, el artista prosiguió realizando libros con grabados
va nacional en la que se inscribían las interpretaciones gráficas de originales que ilustraban textos de autores reconocidos como Llanto
Castagnino y Alonso. En términos generales, los intereses de la edito- por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca o Del diario poéti-
rial confluían con los del propio artista, ya que si uno de los objetivos co de Miguel de Unamuno editados por Losada y que habían sido exhi-
de Eudeba era el acceso del gran público al libro, entre las principales bidos en las vitrinas de Bonino durante su exposición en 1962. A dife-
inquietudes de Seoane se encontraba el problema de su acercamiento rencia de las ediciones masivas y populares de Eudeba, se trataba de
a la producción artística. Fue justamente a partir de esta aspiración libros para bibliófilos, con una tirada de 400 ejemplares.
que los tópicos “populares” conformaron uno de los ejes fundamen- Contrariamente, la edición de 32 refranes criollos otorgaba a la obra
tales de su iconografía, pero mientras que en su obra previa se había de Seoane una visibilidad inédita en términos cuantitativos: más de
centrado en los tipos y leyendas populares gallegas, la mirada de diez mil personas podrían tener sus grabados a un precio bien accesi-
Seoane sobre lo folklórico se desplazaba en el marco de Eudeba hacia ble. Esta nueva edición de Eudeba se encontraba integrada por 100 nú-
la tradición local. meros para bibliófilos, numerados y firmados por el autor y con dos
Con la edición de los 32 refranes criollos, Eudeba también incursio- grabados originales fuera de texto (el primer ejemplar incluía además
naba en la línea editorial que difundía masivamente libros ilustrados una serie de pruebas de las estampas), 500 ejemplares de lujo encuader-
con grabados como forma de generar un acceso amplio a la imagen ar- nados en tela y con un grabado en la cubierta, y 10.000 en rústica. Pero
tística; una línea que ya había sido sostenida por la editorial Claridad más allá de la diferencia en la presentación –y en contraposición con
en las décadas del veinte y treinta, en la que se inscribió parte de la obra los otros volúmenes de la colección en los que se distinguían los ejem-
de los Artistas del Pueblo. Seoane no había integrado el círculo de ar- plares que incluían obras originales de aquellos con reproducciones–
tistas y escritores vinculados a Claridad, sino que su vasta trayectoria en este caso todas las imágenes eran grabados en madera originales, en
editorial se había desarrollado en el marco de los emprendimientos sos- un tiraje inédito para los habituales parámetros artístico-editoriales.
tenidos por núcleos de exiliados españoles –en su mayoría, gallegos– El uso de las matrices originales homologaba la calidad de la edición
desde fines de los años treinta, como las publicaciones de Losada, Eme- y proporcionaba una excelente definición de la imagen. Aunque las ve-
cé o Nova. Desde el cuidado del aspecto material de las ediciones, su tas de la madera no aparecían destacadas como factor expresivo –como
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en el caso de sus xilografías analizadas en el tercer capítulo– su impron- La gran difusión que han adquirido las realizaciones de esta edito-
ta aportaba un rasgo que validaba este sentido de lo “original” de la es- rial universitaria promete para esta nueva entrega de su colección
tampa, diferenciando a estas impresiones de una reproducción fotome- “Arte para todos” el acceso a un sector grande del público que ha-
cánica. Otro indicador del cuidado de la edición era que de las treinta y bitualmente llega a la obra del artista de manera indirecta y breve.
dos estampas que la componían, quince eran impresiones a dos colores, Una vieja aunque no tan distante técnica de impresión hace que
es decir, logradas por el estampado sucesivo de dos matrices de madera. quien hojee esas páginas establezca un contacto íntimo con el pul-
so del artista. Tal vinculación, en general limitada numéricamente,
se multiplica aquí con generosidad y sugiere la ampliación feliz de
una experiencia artística que sólo el grabado permite.25

La idea que venía marcando las búsquedas del artista desde hacía déca-
das –lograr que la producción cultural incluyera al gran público, supe-
rando las estrechas fronteras del campo intelectual y de la elite coleccio-
nista– se concretaba con esta edición de Eudeba. La coyuntura
socioeconómica y cultural que generaba la sociedad de consumo de ma-
sas y que daba impulso al fenómeno llamado boom posibilitaba que
–aun sin firma directa del artista o numeración específica– los origina-
les de Seoane se multiplicaran por diez mil, igualando a los poseedores
de esas estampas en una eventual democratización de esa obra de arte
plural.

DIFUSIÓN CON DINÁMICA DIAGONAL

45. 32 refranes “Hacer una pequeña historia de la plástica argentina, así como [difundir]
criollos de Eudeba
y la imagen de poemas y xilografías de distintos autores”; estos eran los objetivos que
Seoane como un Edgardo Antonio Vigo se había propuesto en 1962 al iniciar su revista
“arte para todos”. Diagonal Cero.26 Si esta conjunción de poesía y xilografía se mantuvo a
lo largo de los siete años de existencia de la publicación platense, la in-
El hecho de que la imagen fuera un grabado original le confería a esta tención inicial de centrarse en la plástica argentina se fue ampliando pa-
producción un sentido particular: partiendo del mismo taco de impre- ra dar cuenta progresivamente de algunos aspectos de la producción in-
sión, la tirada de estas xilografías de Seoane implicaba una amplia cir- ternacional, especialmente la latinoamericana. Iniciada como una
culación sin diferencia en términos cualitativos; se trataba de un mis- revista cultural más o menos convencional que fue mutando hacia la ex-
mo arte para todos (los lectores). Es decir, más allá del contenido de la perimentación visual, el desarrollo de la publicación de Vigo se asocia a
publicación, de su selección iconográfica o su resolución formal, la ma- los cambios estéticos y a la postura ideológica del propio artista, a la vez
siva accesibilidad a una obra original de Seoane era el principal atrac- que también permite dar cuenta de algunos aspectos de las transforma-
tivo de la publicación, tal como señalaba una reseña de la época: ciones que atravesaron el campo cultural del período: el avance de las
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vertientes gráficas experimentales, la creación de redes de intercambios continuidad se evidenciaba en la presentación del primer número, que
artísticos, la manifestación progresiva del compromiso intelectual, la retomaba la tipografía de la nota editorial del segundo número de WC.
eclosión de la poesía visual. Bajo las letras redondas de plantilla de estarcido, Vigo sostenía: “Esta-
El sentido de intercambio o de interacción constituyó uno de los mos en la Diagonal Cero, que no es estar ni ser centro. Somos contra-
principales ejes para el desarrollo de la obra de Vigo. En este sentido, la dictorios. Contradicción equivalente a libertad expresiva. Estamos en la
edición de revistas y la difusión del grabado tuvieron un rol ideológico Diagonal Cero de lo contemporáneo, estamos en una ciudad identifica-
y material significativo, ya que la xilografía posibilitaba en su lectura ble y en un comienzo”.30 Una declaración de principios que, si bien for-
un acercamiento “desacralizado” a la obra de arte frente a las limitacio- mulada en plural, respondía a la lógica propia de Vigo y que tendría
nes de la producción única, tal como sostenía en 1963: “El grabado es prolongación en toda su actividad posterior, siempre desde el anclaje
un aliado a la Educación del Arte. La destrucción del ejemplar único en esa La Plata “descentrada” desde dónde proyectarse en el plano de
permite la introducción de ‘originales’ en el ámbito limitado a las re- lo contemporáneo.
producciones. La visión del hombre gana en contacto y desarrollo pues, Este editorial era continuado en la página siguiente con un breve
la relación ‘obra de arte/individuo’ se realiza dentro de la pureza nece- texto de Macedonio Fernández.31 Esa selección puede entenderse como
saria para profundizar en consecuencias comunicativas”.27 homenaje y, a la vez, expresión de una identificación de Vigo con la fi-
WC (1958) y DRKW (1960), sus primeras revistas, fueron los espacios gura del escritor: Macedonio, cuya obra difícil de clasificar apuntó con
donde también presentó sus xilografías iniciales, definidas como “ma- humorismo a la ruptura de las convenciones de la escritura, cuya refle-
dera/textura” o “madera/trabajo manual”.28 Artesanales y predominan- xión sobre el hecho literario se desplegó –más allá de su intervención
temente visuales, en estas publicaciones ya planteaba los lineamientos en Proa, Martín Fierro y otras publicaciones– al margen de los grupos
gráficos e ideológicos que rigieron su noción de un arte por fuera del y los cenáculos literarios convencionales. Todos rasgos que bien se pue-
consumo de elite den aplicar a la propia praxis de Vigo. Asimismo, la breve referencia
biográfica incluida en Diagonal Cero que hacía hincapié sobre la actua-
REALIZANDO NUESTRO TRABAJO INDIVIDUALMENTE TRA- ción de Macedonio como secretario de juzgado se asociaba a la activi-
TAREMOS DE CARGAR AL MISMO DE DINÁMICA SOCIAL [...] dad laboral de Vigo, él mismo empleado judicial.
CONTAMOS EN QUE LAS DISTINTAS MANIFESTACIONES (na- La presentación de la revista se mantuvo a lo largo de los números;
da de estilo) DE LOS TRABAJADORES EXPRESIVOS (nada de ar- su formato y el contenido de páginas sueltas fueron constantes materia-
tistas) LLEGUEN AL PUEBLO (nada de público) y no RETRANS- les frente a otros elementos del diseño que fueron mutando, como la in-
MITIDOS (nada de críticos) sino PALPADOS DIRECTAMENTE. clusión de hojas plegadas, troqueladas, perforadas o superpuestas que
[...] ese conglomerado ha tenido nacimiento en el problema del le brindaban dinamismo visual. La inclusión de gran cantidad de xilo-
ejemplar único del trabajo artístico. Pensamos destruirlo con grafías de Vigo constituyó uno de los rasgos diferenciales de Diagonal
nuestros clisés y utilizando la técnica de la imprenta. No es nove- Cero, ocupando el espacio de presentación de la mayoría de las tapas
doso ni descubrimiento, es volver a retomar una concepción so- (véase imagen XVI) y también impresas en sus páginas internas, ilus-
cial de la expresión que nació con más furor durante la guerra trando poesías, como imágenes autónomas o cuadernillos anexos. Las
14/18 y que luego fue abandonada por muchos de los cultores de estampas eran realizadas a partir de fragmentos cuadrangulares o con
los originales en cantidad.29 formas grabadas con contornos curvos y asociados a un biomorfismo
que tenía raíz en las obras de Jean Arp.32
Aunque estas revistas tuvieron una corta duración –cinco y tres núme-
ros respectivamente– su proyecto se prolongó en Diagonal Cero. Esta
268 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 269

Aunque las xilografías de Vigo eran originales –y por partida doble, ya


que estaban impresas con taco original y realizadas por el artista para
ser incluidas en la publicación– este rasgo no fue explicitado sino que
las impresiones aparecían con el epígrafe genérico “grabado en made-
ra”. El objetivo no era, evidentemente, una demarcación legalista sobre
el grado de originalidad del contenido sino sobre la efectividad de la
imagen y la amplificación de sus posibilidades de circulación. Sí, en
cambio, la cualidad de grabado original fue resaltada en la serie de cua-
dernillos de xilografías de distintos grabadores que, con las mismas di-
mensiones de la revista, fueron incluidos como anexo o suplemento
dentro de la misma.33
El octavo y último de estos cuadernillos (septiembre de 1966) con-
tenía la serie Forma I, II y III, xilografías-poemas de Vigo. En la edición
se especificaba que el mismo se realizaba “en adhesión Mes de octubre-
Mes del Grabado” propuesto por Pécora desde 1963.34 También como
adhesión a esa conmemoración y con auspicio del Museo del Grabado,
realizó su exposición inaugurada el 21 de octubre de 1966 en la Bi-
46 a 46 b
blioteca Benito Lynch de La Plata.35 Para esos momentos, el artista es-
46 c taba comenzando a profundizar su experimentación con la xilografía, y
de sus anteriores “mono-xilografías a la témpera” –material que le otor-
gaba una cualidad más opaca y empastada– pasaba a exponer sus “xi-
lografías con resina”.36 Esta experimentación con la materialidad de la
estampa y del soporte del papel también empezaba a ser incorporada
como rasgo del diseño de Diagonal Cero. En esa misma edición de sep-
tiembre de 1966, Vigo comenzó a incluir páginas recortadas, perforadas
y plegadas; dos números más tarde, la perforación del papel era trasla-
dada a la portada.
Mientras que la materialidad de la publicación se estaba desplazan-
do hacia un diseño visual más experimental, las selecciones poéticas
comenzaron a apuntar hacia la poesía visual. El número de junio de
1967 dedicado a la poesía concreta brasileña, con obras de Augusto de
Campos, Decio Pignatari y un texto de Haroldo de Campos, resultó un
46. Aunque alejadas del fuerte gesto para demarcar la inscripción de Diagonal Cero dentro de
control serial, estas
xilografías de Edgardo esta orientación.37 En este contexto, y teniendo en cuenta que la visua-
Antonio Vigo eran originales lidad en la que se basaba esta poesía estaba en el registro de “lo tipográ-
por partida doble: realizadas
fico”, este cambio de contenidos desplazó a la xilografía dentro de la re-
para publicar en Diagonal
Cero a partir del taco original. vista. Sin embargo, que esta producción tuviera menos presencia en las
270 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 271

páginas de Diagonal Cero no implicaba un abandono de esta técnica grafías para Diagonal Cero había funcionado para Vigo como carta de
por parte del artista, sino que la misma fue tomando otros carriles pa- presentación eficaz, y un medio gráfico comentaba que pensaba “dejar
ralelos, cobrando una mayor autonomía dentro de sus proyectos: en concretado un intercambio artístico chileno-argentino, para lo cual rea-
esos mismos momentos, las ediciones y los cuadernillos de grabados en liza gestiones entre artistas de Valparaíso y Viña del Mar”.40 Si Chile
madera tomaron forma independiente a través de la serie Xilógrafos de apareció como uno de los primeros horizontes a los que apuntó en su
hoy, que siguió hasta 1969. intención de intercambio, fue el brasileño Da Nirham Eros y su “libro-
Las xilografías tuvieron un importante rol en los intercambios que poema” Caisnaviomar el que inició la secuencia de artistas latinoame-
Vigo estableció con otros artistas. El grabado en madera se inscribía ricanos presentados en las páginas de Diagonal Cero. Eros –seudónimo
dentro de lo que a fines de la década sostendría como “un arte tocable”, de Antonio Miranda– se encontraba en 1962 en Buenos Aires, y había
planteo con el que daba cuenta, en términos generales, de sus aspira- dictado en el mes de junio un cursillo sobre “arte verbal de vanguar-
ciones a desacralizar la obra de arte. Su inclusión en la revista y las edi- dia”.41 Debe haber sido en esta ocasión que surgió su conexión con Vigo
ciones se fundaba, en este sentido, en que era una obra de arte de ori- y los artistas platenses con quienes expuso en septiembre de ese año ba-
gen popular, económica, de fácil reproducción y circulación. En efecto, jo la denominación Grupo Integración. Precisamente, la aspiración de
la idea de una circulación artística extendida tuvo una significación integración fue concretándose en las páginas de Diagonal Cero con la
fundamental dentro de los proyectos de Vigo, quien desde La Plata lo- progresiva inclusión de xilografías y referencias sobre los brasileños
gró generar un polo de irradiación cultural continental, ampliando y Iberê Camargo y Livio Abramo (éste último radicado en Paraguay des-
complejizando el programa inicial de orgullosa difusión localista. En de hacía varios años), el uruguayo Raúl Cattelani o el chileno Guillermo
este sentido, es bien conocido su rol en la consolidación de la trama de Deisler.
arte correo internacional a partir de los años setenta. Sin embargo, se El contacto de Vigo con Deisler no provino directamente de su esta-
puede sostener que el motor inicial de su proyecto de crear una red de día chilena en 1963 sino de la trama de contactos interpersonales acti-
circulación e intercambios internacionales partió de dos de los recursos vada en esos tiempos. En este caso, la materialidad de la xilografía ac-
imbricados sobre los que profundizó a lo largo de la década del sesen- tuó como punto de partida para una prolongada colaboración entre dos
ta: la multicirculación de las xilografías y la difusión de la revista. de los principales activistas del posterior circuito artecorreísta. Ya en la
La producción contemporánea de América Latina cobró espacio pro- primera carta que le enviara el chileno –luego de comentarle que “el
gresivamente en la publicación. En momentos en que el latinoamerica- trabajo de Diagonal Cero me era conocido, en casa de Hernán Lavin ha-
nismo operó como clave de definición geográfica para el reconocimien- bía hojeado varios ejemplares”– introducía la cuestión de la xilografía
to entre proyectos culturales similares y como guiño ideológico para como recurso técnico y factor de intercambio entre ambos:
definir las nuevas vías de intercambio simbólico,38 la de Vigo fue una de
las propuestas que materializaron este planteo. Esta voluntad de comu- Te llamará la atención los trozos de madera que te mando. La ver-
nicación latinoamericanista se formulaba en la nota editorial de fines de dad es que a pesar de grabar ya bastante tiempo en forma cons-
diciembre de 1964. Mientras revisaba críticamente las estrategias de cir- tante, aún no lo hago en materiales “definitivos”, aún sigo traba-
culación y difusión del campo artístico platense, proponía crear “comu- jando los grabados después de haber hecho alguna impresión de
nidades de artistas” a partir de intercambios entre distintas poblaciones ejemplares.
del mundo, aunque apuntando especialmente a la consolidación de un Mucho me agradaría, ya que he visto en tus grabados esta mis-
circuito artístico continental.39 ma característica, en cuanto a la experimentación (he visto el uso
Ya durante su estadía en la Escuela de Verano de la Universidad de chapa y de clisés fijos que se repiten, bueno, algunos secretos
Santa María de Valparaíso, en enero de 1963, la exposición de sus xilo- al fin), que cambiáramos pruebas y experiencias. Además te en-
272 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 273

viaré ejemplares de [ediciones] “Mimbre”, para ti y los demás de poráneo. El discurso sobre la nueva era y el nuevo hombre americano
Diagonal. propios de la contracultura de los sesenta fue uno de los ejes principa-
[...] Mucho agradezco vuestra proposición de hacer carpeta les de esta publicación editada por Grinberg junto al joven Antonio Dal
con mis trabajos y a la vez me siento tan entusiasmado que voy a Masetto entre fines de 1961 y 1969, es decir, contemporánea de Dia-
comenzar aquí la empresa y te propongo y te invito a ser tú el pri- gonal Cero. Su discurso apuntaba a un cambio revolucionario –en el
mero en inaugurarla.42 sentido de un trastrueque del estado de las cosas– y a la conformación
de una red panamericana de poetas, denominada por Grinberg como
Las xilografías de Vigo eran estampas de circulación trasandina, pero Movimiento Nueva Solidaridad (MNS) de poetas y artistas de las Amé-
que también fueron presentadas en Uruguay, Ecuador o Paraguay.43 En ricas.47
este sentido, el rol que desarrollaba su publicación era remarcado por Los intercambios epistolares y de publicaciones entre los poetas-edi-
el propio Deisler: “Diagonal Cero y la antología de poetas jóvenes de tores que formaban el MNS generaron un encuentro en México DF, en
Chile es el reconocimiento y estímulo más grande que pueden obtener febrero de 1964.48 Fue en esa ocasión que se redactó un manifiesto co-
un grupo de buenos y brillantes poetas jóvenes de Chile”.44 En efecto, nocido como “Declaración de México” donde se postulaba el reconoci-
si la xilografía funcionaba como un buen vehículo visual de intercam- miento de redes y relaciones entre poetas y artistas latinoamericanos
bios e interrelación entre artistas, la poesía tenía un rol similar en desde la consigna “paz a través del arte”. Todo este movimiento fue re-
Diagonal Cero en lo que respecta a la producción literaria. La nueva flejado con entusiasmo en Diagonal Cero, donde en agosto de 1964 se
poesía platense ocupó un lugar continuo a la vez que, en consonancia transcribió la Declaración de México “a modo de editorial”.49
con esa ampliación de fronteras sostenida desde la publicación, fue ca- Vigo entendía que en el contenido de este manifiesto –que apuntaba
da vez más frecuente la inclusión de “pequeñas antologías” de países a un nuevo americanismo “ajeno a fórmulas naturalistas, anecdóticas o
como Paraguay, México, Uruguay y Chile.45 Las xilografías y poesías regionales”– se encontraba encuadrada “nuestra labor toda. De ahí el
difundidas por la revista daban cuerpo a la voluntad de integración la- permiso prepotente que nos hemos tomado al adueñarnos (de algo que
tinoamericanista de Vigo, a través de la circulación continental de ma- a nuestra vez es nuestro) de la revista El Corno Emplumado”. Precisa-
teriales alternativos al discurso que se sostenía desde las grandes casas mente, fue de su décimo número de donde Vigo reprodujo la declara-
editoriales o los museos e instituciones artísticas centrales. A diferen- ción. El Corno Emplumado, revista literaria mexicana bilingüe castella-
cia de la red desde la cual se construyó el fenómeno del boom –más no-inglés, que en Buenos Aires se podía adquirir en Galatea, estaba
asociado a medios insertos en el circuito comercial o a sólidas estruc- dirigida por Sergio Mondragón y Margaret Randall y constó de 32 nú-
turas editoriales– la trama de las revistas latinoamericanas “afines” en meros publicados entre 1962 y 1969, sincrónicamente a Diagonal Cero
la que Vigo instaló a Diagonal Cero se fue construyendo desde el regis- y a Eco Contemporáneo.
tro marginal, micro o artesanal como signo de virtual identidad comu- El intercambio de Vigo con los editores de El Corno Emplumado ex-
nitaria.46 cedió las referencias en el listado de publicaciones a las que “adherir y
Las revistas culturales –o, en muchos casos, contraculturales– fue- apoyar” que difundía Diagonal Cero; mientras que Vigo publicó allí al-
ron vías de intercambio de materiales, nombres propios y discursos. gunos dibujos,50 una poesía de Mondragón fue incluida en la “Segunda
Ya en el número 5-6, la selección de “Fragmentos de libros y revistas” pequeña antología de bolsillo de poetas mexicanos” del número 14 de
incluía –junto a un párrafo de La política en el arte de Ricardo Diagonal Cero. Esa edición de la revista platense fue enfocada particu-
Carpani– un extracto de Jean Cassou publicado en la porteña Caballete larmente hacia la temática latinoamericana, poniendo en juego un dis-
dirigida por Eduardo Baliari y parte del artículo “Cartas a la beat gene- curso de compromiso político-intelectual de Vigo que hasta ese momen-
ration” de Miguel Grinberg, publicado en su revista Eco Contem- to no había sido remarcado en la publicación. Así, a su poesía-xilografía
274 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 275

A los dominicanos todos –en alusión a la invasión norteamericana a ciales. La concreción de esta institución informal daba cuenta de su
Santo Domingo– le sigue las bases para el Concurso Casa de las Améri- prolongado proyecto de
cas 1966 y una selección poética de Víctor García Robles, quien había
obtenido ese año el Primer premio de poesía en ese certamen.51 Esta re- un Museo que se presente delante de nosotros constantemente.
ferencia destacada a la publicación cubana y su concurso operaba como Unas galerías que perdieran el carácter de tales, que funciona-
una señal de reconocimiento a ese foco de la intelectualidad latinoame- ran más a la vista de ese dinámico andar del hombre por nues-
ricana. En efecto, no fue sólo el concurso, sino la propia revista Casa de tras calles. [...] creo que no es necesario caer en la antidinámica
las Américas uno de los espacios que “centralizó, cooptó, redistribuyó y de encerrar esos productos. En cuanto al interés popular, es un
legitimó nombres y discursos, en un sistema de préstamos y ecos con problema de educación visual. Cursos en bibliotecas populares,
otras revistas del continente”.52 exposiciones [...] podrían dar una apertura interesantísima para
En Diagonal Cero, el discurso de Vigo no aparecía atravesado por la abrir los grifos de ese interés popular.54
política en términos explícitos –como sucedería posteriormente en su
Hexágono 71–, pero estas alusiones implicaban una “acción compro- Este texto inédito del artista anticipaba un programa que se concretaría a
metida” con la problemática de su tiempo. En este sentido, Vigo soste- fines de la década, precisamente en momentos en que las instituciones ar-
nía en junio de 1968: tísticas eran objeto de fuertes cuestionamientos. Vigo era consciente de lo
complejo de esta situación, y lo explicitaba en su presentación de 1968:
Hoy comprometen la palabra y el silencio. El hacer y el no hacer
[...] Lucho por el individuo y creo que hoy el artista todo está lu- Fundar un Museo en nuestros días es contradictorio. Cuando el
chando por dar el único grito de libertad y rebeldía. [...] Poder arte en su eterna rebusca clama la calle, la cotidianidad, la comu-
testimoniar, eso es mi compromiso. Creo entonces estar compro- nicación directa, es una acción gratuita hablar del “encierro” ca-
metido con mi circunstancia. [...] [la función del artista] es ser el racterístico que el “MUSEO-Muselina” nos da.
testimonio de libertad de todos. Además de saber captar –como Pero cobijar para no permitir las disgregaciones de obras, cui-
siempre lo hizo– dónde está el “quid” del mundo contemporá- dar un “acervo” siempre será constante tarea.
neo, para así asentar un testimonio exacto del “transcurrir de La realidad que nos marca una línea, los acontecimientos que
nuestra sociedad”.53 nos ubican, y las acciones que nos exigen, han hecho variar el
concepto de Museo. Si éste abarca la suficiente dinámica, creo
Se trataba de un momento crucial de su trayectoria artística en el cual que popularizar es abrir las posibilidades de contacto [...]
su compromiso y su hacer comenzaban a expandirse hacia nuevas for- EL MUSEO DE LA XILOGRAFÍA de LA PLATA, pretende cap-
mas de intervención en la sociedad. El 25 de octubre de ese año inicia- tar esa DINAMICA DE ACCION CONTEMPORÁNEA y bregará
ba con Manojo de semáforos sus señalamientos urbanos como parte de como Institución actual, ser la cabeza de una nueva toma de po-
un programa que apuntaba a realizar “experiencias estéticas con apro- sición para el enfrentamiento OBRA-COMUNIDAD.55
vechamiento de elementos cotidianos”. Paralelamente a estas acciones,
la xilografía seguía ocupando un lugar destacado en su programa de sa- Si bien las obras del patrimonio del Museo de la Xilografía –reunido a
lida a la calle y de acercamiento popular a la obra de arte. Este era el partir de donaciones o canje de estampas– eran en términos generales
sentido sostenido desde su Museo de la Xilografía: un museo circulan- bastante tradicionales, la producción individual de Vigo con esta técni-
te en cajas móviles cuya colección podía ser exhibida en espacios for- ca se encontraba en uno de sus puntos de mayor apertura experimen-
males como también “instalarse” en escuelas, clubes y otras sedes so- tal. Sus juegos con tipografías y formas geométricas en xilografías tro-
276 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 277

queladas, plegadas, con perforaciones o tridimensionales venían pro- Era precisamente este múltiple juego de imbricación y apertura de es-
tagonizando el repertorio de su obra gráfica: Homenaje a Blaine o los pacios el que, diez años después, ponía en juego en este Homenaje a
Homenaje a Fontana se enmarcaban en esta línea inédita dentro de las Fontana.
búsquedas de la xilografía experimental. Precisamente, dos días antes Otras alusiones a la obra de Fontana ya habían tenido cabida en
de Manojo de Semáforos, Vigo había obtenido el Gran premio especial Diagonal Cero. En el número de marzo de 1967, cuando la poesía vi-
en el Festival de las Artes de Tandil por la “monoxilografía” Homenaje sual gana protagonismo y los juegos del diseño se trasladan a la porta-
a Fontana Nº 2 (véase imagen XVII). da, un “Manifiesto de la ‘oquedad’” conformado por un círculo perfo-
Se trataba de una de las tres xilografías tridimensionales en sucesi- rado ocupaba el lugar de enunciación de la editorial. Este recurso
vas cajas montadas sobre una armazón metálica. Con la superposición, visual iniciaba con humor un juego de referencias continuado en el si-
troquelado y recorte de estampas, Vigo proponía una relectura en tér- guiente número dedicado a la poesía concreta brasileña, donde inclu-
minos gráficos de la estética del creador del espacialismo; es decir, ía un “Manifiesto del ‘espacialismo’”: en un doble sentido en torno a
presentaba xilografías tridimensionales donde los cortes en el papel la idea “espacial”, se trataba de cuatro estrellas situadas simétricamen-
ampliaban la “expansión espacial” de la obra y otorgaban un nuevo te alrededor de un círculo perforado. Estas alusiones sólo comprensi-
sentido a la exploración del soporte. Tres capas de estampas, realiza- bles en toda su dimensión por iniciados, cobraban en el anteúltimo nú-
das a su vez a partir de dos o tres tacos impresos en distintos colores mero de Diagonal Cero (septiembre de 1968) la forma de una cita
y en ambas caras del papel, reafirmaban un sentido de superposición directa. El Homenaje a Lucio Fontana era, en este caso, un neto tajo
múltiple. La dinámica composición se equilibraba visualmente en las vertical en el medio de una página blanca. Cuando la publicación ya
dos caras externas de la obra presentando, por un lado, formas circu- se enmarcaba definitivamente dentro de la corriente de la poesía vi-
lares y tipografía curva impresas en colores cálidos, y del otro lado una sual, la inclusión de Fontana aparecía como nexo directo entre la es-
estructura romboidal en tonos fríos. La superposición de estampas era cena local y la internacional. Esta puesta en diálogo de la vanguardia
evidenciada por los cortes y sucesión de finos tajos que Vigo había he- histórica con la contracultura contemporánea cobraba fuerza en el úl-
cho sobre cada una de las hojas; estas aperturas, pliegues y rasgaduras timo número, cuya editorial decía:
del soporte estaban doblados para dar mayor volumen al objeto gráfi-
co. La ruptura del plano-papel propio de la gráfica no estaba dada por NO PODEMOS VIVIR ETERNAMENTE
la inclusión de prolijos cortes o moldeados del papel, como habían he- RODEADOS DE MUERTOS
cho otros grabadores hasta ese momento, sino por un “estallido” irre- Y DE MUERTE.
gular de la superficie, una mutilación de la bidimensionalidad gráfica Y SI TODAVIA QUEDAN PREJUICIOS
canónica. HAY QUE DESTRUIRLOS
Ya en una de sus primeras notas sobre arte, publicada en 1958, “el deber”
Vigo había destacado las características de la obra de Fontana como DIGO BIEN
ejemplo de “lo contemporáneo” y su vinculación con la ruptura de las EL DEBER
categorías disciplinares ortodoxas. En este sentido, remarcaba que en del escritor, del poeta, no es ir a
el arte contemporáneo “empieza a trabajarse en relieve. Pero no el ba- encerrarse cobardemente en un texto,
jo, el sobre o el alto relieve tradicional puesto que éstos eran tomados un libro, una revista de los que ya
como ocupación de espacio y no como creación de espacio contenido nunca más saldrá, sino al contrario
y vuelto a descontener. El relieve moderno justamente tiene ese prin- salir afuera
cipio, meterse, salir, entrar, en un laberinto de espacios infinitos”.56 PARA SACUDIR
278 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 279

PARA ATACAR cesivos cambios entre los integrantes de la asociación, mudanzas de se-
AL ESPÍRITU PúBLICO de y modificaciones en su reglamento interno, estos propósitos inicia-
SI NO les de la institución se mantuvieron inalterables a lo largo de varios
¿PARA QUé SIRVE? años de inestable institucionalidad del país.
¿Y PARA QUé NACIó? Este proyecto colectivo presentaba rasgos novedosos para el campo
artístico porteño, aunque existían varios antecedentes internacionales y
Éstas no eran palabras de Vigo, sino de Antonin Artaud.57 Este poeta alguno nacional. Basándose en la experiencia del TGP mexicano y su
(auto)excluido del sistema institucional, emblema contracultural avant difusión masiva de imágenes sociales y militantes, Vasco Prado y Car-
la lettre, modelo del creador provocativo, era el elegido para expresar los Scliar habían fundado en 1950 el Clube de Gravura de Porto Alegre,
en palabras la conclusión de Diagonal Cero. Mientras que el texto de que conformó la primera de una secuencia de entidades similares en
Artaud daba cierre editorial a la publicación, la enunciación gráfica Brasil. A éste le continuaron en los tres años siguientes los clubes de
de Vigo se encontraba en el reverso de la hoja, ocupando la portada grabado de Bagé, Curitiba, San Pablo, Santos, Río de Janeiro y Recife;
interna con la palma de una mano estampada en amarillo vibrante, sin embargo, el clube de Porto Alegre resultó el único con funciona-
como una impronta física y simbólica. Una mano abierta en un gesto miento regular hasta su disolución en 1956.59 El discurso sostenido des-
de freno, de clausura, de enfrentamiento. Junto a la mano, una sola de estas agrupaciones brasileñas se asociaba a una posición de fuerte re-
inscripción que resumía el sentido de conclusión de la revista pero sistencia al abstraccionismo y a las innovaciones en la representación
que también –teniendo en cuenta especialmente las siguientes obras plástica que iba cobrando fuerza entre artistas e instituciones moderni-
de contenido político de Vigo, a principios de los setenta– se puede le- zadoras. Se alentó así una figuración de cuño social y clara decodifica-
er en clave ampliada, como denuncia del estado de las cosas, del clima ción visual que exaltaba el trabajo y las luchas populares; a través de
político que se vivía por esos tiempos en el país. Una frase contunden- múltiples estampas desplegaron imágenes de retirantes y gaúchos, pai-
te: “¡No va más!” sajes y escenas de barriadas pobres, en conjunción con imágenes de ma-
nifestaciones políticas callejeras en las que los estandartes del PC tie-
nen una fuerte presencia.
NUEVAS Y VIEJAS OBRAS PARA UN PÚBLICO DE SOCIOS-COLECCIONISTAS A partir del contacto con algunos miembros del Clube de Gravura de
Rio Grande do Sul, un grupo de artistas del Taller de Arte Popular
La reunión de grabadores convocada desde la Galería Proar para el 20 Realista de Mendoza estableció en 1955 un Club de Grabados local.60
de mayo de 1965 tenía como objetivo “cambiar ideas acerca de un pro- Tanto en el nivel ideológico e iconográfico como operativo, el empren-
yecto que desearíamos realizar: editar grabados en tirajes numerosos”. dimiento mendocino se asoció al de los clubes brasileños; apuntando a
La invitación había sido cursada a Berni, Rebuffo, Carballo, Balán, la difusión de un “realismo social”, esta agrupación encabezada por
Batlle Planas, Badii, Audivert, Zelaya, Onofrio, Romberg, Eguía, De Luis Quesada llegó a nuclear una veintena de artistas y ochenta socios
Vincenzo, Rubli, Versacci y Pécora;58 pero fue Albino Fernández, en que recibieron un grabado mensual durante cuatro años.
verdad, quien tomó con mayor entusiasmo la idea y dio impulso al pro- También había sido la línea de los clubes de gravura aquella retoma-
yecto, presentando a fines de 1965 el Club de la Estampa de Buenos da por los artistas uruguayos que en 1953 fundaron el Club de Grabado
Aires. En el marco de las búsquedas de ampliación del público consu- de Montevideo. Con una fuerte impronta en el campo cultural urugua-
midor de bienes culturales, este proyecto apuntó a aumentar el conoci- yo de los años sesenta y setenta se trató, tal como describe Gabriel
miento y valorización del hecho gráfico y “promover la difusión del Peluffo, de uno de los enclaves culturales montevideanos basados en
grabado y la creación de colecciones especializadas”. A pesar de los su- los nexos grupales y cuyo objetivo era ganar espacios para el arte a tra-
280 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 281

vés de un trabajo intergrupal.61 El Club montevideano, que llegó a con- tas manifestaciones. El argentino que busca un cuadro, un graba-
tar con 1.500 asociados, se destacó, además de la difusión de estampas, do de un artista nacional, ya no es un hecho aislado ni un privi-
por la conformación de una Escuela-Taller y por su participación en la legio. El club, esencialmente, responde a esa realidad y, a la vez,
Feria del Libro y Grabados del Palacio Municipal. Entre los artistas de la impulsa, la desarrolla.64
la asociación se encontraban Gladys Afamado, Miguel Bresciano, Adela
Caballero, Carlos Fossatti, Leonilda González, Luis Mazzey y Luis A. En su estatuto fundacional se definía la conformación de la Comisión
Solari.62 Directiva con doce miembros titulares, con un mínimo de ocho graba-
Tomando en cuenta estos antecedentes regionales, resulta cuanto dores “profesionales” en su composición;65 también allí se establecía
menos sorprendente que el referente señalado como base para la con- la admisión de los socios previa solicitud escrita en formularios espe-
formación del Club de la Estampa de Buenos Aires no haya sido la cer- cíficos, la entrega de recibos contra el pago del importe de las cuotas,
cana agrupación mendocina, montevideana o algunas de las brasileñas la realización de asambleas generales entre los asociados. A la vez, ya
sino la experiencia de una galería de arte alemana. “De regreso de un se establecía el objetivo de “mantener intercambios internacionales con
viaje por Europa, [Pablo Leopoldo] Nagy agitaba un descubrimiento: en instituciones similares del extranjero”.66 En este marco, en mayo de
Alemania existía una galería que editaba mensualmente grabados origi- 1966 se organizó la exposición del Club de Montevideo. En una carta
nales a precios increíblemente bajos. Y, por supuesto, se preguntaba del 22 de abril, Leonilda González mencionaba que recién entonces, co-
qué razones había para que en la Argentina no pudiera hacerse lo mis- mo preparativo para la exposición, se enviaba a la organización porte-
mo”, se señalaba en una nota periodística como punto de partida de la ña “algún material que les permitirá ir conociendo algo de nuestra la-
agrupación porteña.63 bor”. González continuaba en otra carta: “Parece extraño que siendo
Los objetivos de difusión cultural y de brindar la posibilidad de ac- vecinos tan cercanos aún no haya un verdadero intercambio en lo que
ceder al coleccionismo de arte a un público poco (o nada) iniciado en al grabado se refiere, mientras que eso no nos sucede con otros países
materia artística se intentaron llevar a cabo a través de la exhibición de más lejanos”.67
estampas en una sala situada dentro de la galería de arte Proar, sede que En efecto, a pesar de la similitud de intenciones, ambas agrupacio-
la agrupación mantuvo hasta 1970, y por la edición de estampas xilo- nes no eran “sucursales” ni tenían una dependencia operativa sino que
gráficas mensuales que se distribuían entre los socios, quienes abona- cada una mantuvo bien separadas sus formas de inscripción en el cam-
ban una cuota muy accesible en términos económicos. Se trataba de po artístico respectivo: la entidad uruguaya desplegó durante décadas
una cantidad fija de 500 ejemplares numerados y firmados, aunque en una fuerte actuación pública a través de una serie de actividades en es-
el momento de mayor cantidad de asociados se llegaron a editar 1.000 pacios diversos, incluyendo las ferias callejeras, y una amplia circula-
impresiones mensuales. La prensa, al hacerse eco de los comienzos de ción de imágenes potenciada a través de sus conocidos almanaques ini-
la iniciativa, remarcaba la vinculación entre la expansión del consumo ciados en 1965; por su parte, el club porteño se mantuvo más restringido
cultural y el auge del grabado: al específico circuito artístico de galerías de arte.68
Oscilando entre imágenes gráficas tradicionales y algunas moderada-
Detrás del club –como del crecimiento de la plástica argentina, y mente innovadoras, el programa de edición y exposiciones del Club de
del verdadero boom de la literatura nacional– está la enorme rea- la Estampa de Buenos Aires alternaba obra de grabadores consagrados
lidad del país, de su invencible capacidad creativa. [...] Junto con –Américo Balán, Alfredo de Vincenzo, Carlos Filevich, Sergio Sergi–
la valorización de los artistas nacionales –en todos los órdenes– con jóvenes artistas como Eduardo Audivert, Mabel Rubli, Norberto
otro fenómeno es visible. La irrupción de un sector realmente in- Onofrio, Daniel Zelaya, entre otros. Desde esta conjunción se manifesta-
teresado, una clase media en ascenso que apoya sólidamente es- ba el “implícito deseo de realizar un verdadero censo de los artistas gra-
282 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 283

badores actuales y en la medida de lo posible de las generaciones ante- jas obras puestas ahora al alcance de un nuevo público. En efecto, el pro-
riores, para dejar así documentada con obras y antecedentes su trayecto- grama de edición mensual del Club de la Estampa no sólo contempló la
ria”.69 Varios de los integrantes de la asociación ya en ese momento eran puesta en circulación de obras inéditas sino también la “recirculación”
considerados “figuras históricas”: Pompeyo Audivert, Rebuffo o Seoane, de imágenes realizadas años atrás.
reconocidos por su dimensión de plásticos comprometidos a través de La reedición de obras de autores de generaciones anteriores también
su producción artístico-social.70 fue una estrategia empleada dentro de la industria editorial de esos años;
ante la nueva avidez por el consumo de narrativa latinoamericana, vol-
vieron a publicarse en esos años textos anteriores, con Adán Bueno-
sayres (1948) de Leopoldo Marechal como ejemplo paradigmático.71 La
reimpresión de textos e imágenes implicaba un similar sentido de ex-
pansión de la oferta cultural del momento a partir del rescate de una
producción del pasado. Sobre este punto, sin embargo, cabe volver a acla-
rar que no se pretende parangonar estos fenómenos en términos cuanti-
tativos –los 10.000 ejemplares de una reedición de Marechal frente a las
500 estampas de Bellocq no proporcionarían una escala comparativa vá-
lida– sino que interesa formular, dentro del contexto del momento, un
paralelismo de estrategias para atraer a los nuevos consumidores hacia
producciones culturales que hasta hacía poco no habían estado dentro
de su esfera de intereses o conocimiento. Pensar unos años atrás a qui-
nientas personas adquiriendo en el lapso de un mes una estampa de
Bellocq –o de Rubli, o de Onofrio– hubiera resultado en extremo impro-
bable; sin embargo, la tirada inicial de 500 estampas se duplicó hacia el
año 1967, lo cual demuestra un interés concreto por parte de una por-
ción de público en esta producción.
La ponderación de la figura de Bellocq formó parte de una nueva
47. Quinientos grabados
todos los meses: nuevas
puesta en valor de los Artistas del Pueblo. En el imaginario sostenido
ediciones y reimpresión de por el Club de la Estampa, su nombre continuaba remitiendo a este
obras anteriores –como esta grupo, aunque sabemos del cuestionamiento a su figura producido por
xilografía de Filevich– en el
programa del Club de la
los estudiantes en 1956. Sin embargo, lo que privilegiaba esta agrupa-
Estampa de Buenos Aires. ción era la trayectoria de Bellocq como artista gráfico y a lo largo de
los primeros años de actividad del Club fue tomado como una de las
Dentro de este conjunto de maestros del grabado, fue especialmente des- figuras centrales de su programa. Los Artistas del Pueblo ya casi habí-
tacado el nombre de Adolfo Bellocq. El por entonces único sobrevivien- an sido olvidados para esos tiempos y sus nombres e imágenes resul-
te del grupo de los Artistas del Pueblo no sólo tenía una participación taban prácticamente desconocidos para las nuevas generaciones; la ta-
constante en la entidad, sino que su obra fue la primera distribuida en- rea de Albino Fernández apuntó a rescatar el sentido social de su obra
tre los socios. La impresión en 1966 de las quinientas estampas de Estela y de otros pioneros de la gráfica social en la Argentina, como Rebuffo
de la tierra (1943) de Bellocq inició una serie de reimpresiones de vie- y Sergi.
284 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 285

Entre reediciones de algunas producciones históricas y de las nue- la que instaló el modelo que siguieron los certámenes posteriores. Mul-
vas variables xilográficas, las imágenes que el Club de la Estampa di- titudinaria y ecuménica –uno de sus objetivos explícitos era poder “tra-
fundió entre sus socios no se vincularon expresamente con la militan- zar el mapa de la gráfica mundial”–73, los cientos de artistas participan-
cia estético-política de estos artistas gráficos de la primera mitad del tes procedían de decenas de países. En el esquema inicial de esta bienal
siglo XX sino que conformaron un conjunto heterogéneo con variadas también se estableció como norma la distribución de numerosos pre-
líneas expresivas. Este incluyó tanto el Diálogo surgido del personal y mios en cada ocasión; en este sentido, la distinción a Berni en 1965 ha-
dinámico arabesco de Carlos Filevich, la representación de una pietà bía sido una de las tantas menciones allí otorgadas. El rosarino no ha-
moderna de Los guerrilleros de Rubli o las texturas abstractas de la ma- bía sido el único “pintor-grabador” premiado en la Bienal de Ljubljana
dera de Clamor que según su autor, Alfredo de Vincenzo, metaforizaba por esos años; también encontramos en los listados a Pierre Soulages,
la “violencia de la vida moderna”.72 Es decir, la selección de las obras Joan Miró o Antoni Tàpies, entre otros. Berni volvía a cruzar en ese te-
no implicó un lineamiento ideológico o estético unívoco sino que ape- rritorio sus destinos geográficos y simbólicos con Rauschenberg, cuya
ló al criterio general de la “divulgación con carácter cultural” en su ob- revolucionaria litografía Accident había sido premiada en el certamen
jetivo de instalar un espacio específico para la disciplina. En este sen- yugoslavo de 1963, un año antes de la consagración de sus combines y
tido, al plan de edición de obras y de exhibición de muestras se sumó pinturas en Venecia.
la amplificación mediática que proporcionaba la realización de un cer- Desde la posición de Yugoslavia en los cincuenta, a medias entre los
tamen internacional. Era un momento propicio para la concreción de dos polos de la Guerra Fría, Ljubljana se fue situando como un espacio
una bienal de grabado en la Argentina. de exhibición de referencia para la gráfica contemporánea. Con predo-
minio de la École de París en el listado de los Grandes Premios –debi-
do especialmente a las vinculaciones con el campo francés y con la
LAS BIENALES DE GRABADO EN AMÉRICA LATINA bienal veneciana de su principal promotor, Zoran Kržišnik– Ljubljana
fue, en palabras de sus organizadores, el punto de partida para confor-
La revaloración permanente del viejo arte de la estampa en todo mar “una red para el intercambio de experiencias gráficas”. En verdad,
el mundo hacen urgente la necesidad de reunir todas esas expre- más que establecer una red concreta de intercambios, lo que se lanzó
siones en el más alto nivel, estableciendo una confrontación, no desde Ljubljana fue un formato de organización que rápidamente fue
competitiva pero sí reveladora de la calidad, del espíritu simul- propagándose en todos los continentes.
táneamente clásico y renovador que asume como lenguaje en es- La ola de nuevas bienales de grabado afirmaba el mercado interna-
tos momentos de la historia de la expresión. cional de estampas y a la vez compensaba a través de la circulación de
esta producción fácilmente transportable los baches institucionales de
Así presentó el Club de la Estampa de Buenos Aires en 1968 su Primera algunos campos artísticos emergentes o consolidados en la posguerra.
Bienal Internacional de Grabado; en verdad, este tono retórico no dis- El de Inglaterra no era, en verdad, un campo emergente pero, a pesar de
taba demasiado de aquél que en esos mismos momentos circulaba so- su larga tradición artística, organizaba “la primera Bienal Internacional
bre la disciplina en distintos puntos del planisferio. A fines de los años de Grabado a desarrollarse en Gran Bretaña” recién a fines de 1968, es
sesenta, las bienales de grabado también eran un boom. decir, para los mismos tiempos de la bienal porteña organizada por el
Fue a principios de los años cincuenta que se pusieron en marcha las Club de la Estampa. Desde Studio International –publicación conocida
primeras competencias internacionales específicamente dedicadas a la por su difusión de las últimas tendencias del arte contemporáneo– se
gráfica: la bienal Bianco e Nero en Lugano (1950) y la de Xylon en Gè- celebraba este acontecimiento:
neve (1953). Fue sin embargo la Bienal de Ljubljana, iniciada en 1955,
286 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 287

La necesidad de una muestra como ésta se ha discutido durante Estados Unidos y Canadá. En efecto, el sistema de bienales de grabado
años. Existen concursos internacionales de grabado bien estable- que se extendió en los países de América Latina –con excepción del or-
cidos en Yugoslavia, Japón, Suiza y Estados Unidos. La Biennale ganizado por el Club porteño– se acotó a convalidar la producción grá-
des Jeunes de París y la Documenta de Kassel incluyen secciones fica continental.75 Esta situación se puede interpretar en consonancia
de gráfica. Resulta extraño que nos hayamos quedado tan atrás en con el circuito literario del período donde también se desarrolló un
la apreciación de las artes gráficas cuando la contribución de nuevo fenómeno de confirmación institucional a partir de una sucesión
nuestros artistas ha sido tan importante.74 de premios que consagraron a esa nueva literatura latinoamericana.
Tres años después del Primer Certamen Latinoamericano de Xilo-
grafía organizado por Pécora en Buenos Aires, y un año después de la
I Bienal Americana de Arte realizada en Córdoba, el “programa pana-
mericanista” que sobrevolaba los proyectos culturales de esos años ins-
taló una nueva sede en Chile. Nemesio Antúnez comandó la organiza-
ción de la Primera Bienal Americana de Grabado, exhibida entre el 20
de noviembre y el 21 de diciembre de 1963 en el Museo de Arte Con-
temporáneo de la Universidad de Chile (MAC) que él dirigía desde
1961. Desde El Mercurio –periódico que actuó como principal vocero
de los organizadores de las cuatro bienales chilenas– se celebró cada
una de las instancias del proyecto. En una de las primeras notas sobre
el tema, el comentario de Antúnez dejaba ver la intención de proyec-
ción internacional que se otorgaba a “nuestra Bienal [que] será la pri-
mera en una vasta zona de la geografía artística del mundo. Cuando es-
cribimos a Venezuela, desde el Museo de Arte Moderno de Caracas nos
48. La Primera Bienal respondieron: ‘Nos habéis arrebatado una iniciativa que teníamos muy
Internacional de Grabado fue
realizada en Buenos Aires en
adelantada. Pero nos alegramos mucho de que sea Chile quien lleve la
1968, mismo año en que se idea a su realización’”.76
iniciaron eventos similares en Las pretensiones de los organizadores de la bienal chilena eran, en-
Bradford, Florencia y París. Se
desarrolló contemporáneamente
tonces, cubrir una “falta” geográfico-institucional; a la vez, se esperaba
a Tucumán arde en Rosario. otorgar mayor proyección a una disciplina instalada como una de las
principales producciones culturales nacionales, precisamente, por la
La eclosión de exhibiciones internacionales de grabado era una realidad gestión del propio director del Taller 99 y del MAC. “Un día pensé –di-
incuestionable, pero lo que la publicación inglesa omitía en su mapeo ce Antúnez– que esto sería posible, y mucho más conveniente para no-
de eventos era al escenario de Latinoamérica. ¿Se trataba de desconoci- sotros, para nuestras disponibilidades, si tomaba el carácter que le he-
miento o de un recorte intencional? La Bienal Americana de Grabado mos dado, es decir, dedicada al grabado. [...] Vamos a tener una gran
desarrollada en Santiago de Chile desde 1963 fue la primera de una su- Bienal y muchos van a sorprenderse de la calidad que el grabado alcan-
cesión de certámenes de este tipo en el continente; a diferencia de las za en los países americanos”.77 Recordemos que americano significaba,
bienales internacionales europeas o asiáticas, apuntó específicamente a en este caso, “panamericano”, incluyendo la participación de Canadá y
la producción americana, incluyendo entre los países participantes a Estados Unidos.
288 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 289

En 1968, cuando la bienal chilena ya había llevado a cabo su tercera lebrados en forma unánime; en La Nación se leía que se trataba de un
edición, y se lanzaban las primeras bienales de grabado en Bradford, “esfuerzo muy grande pero desordenado [...] tal vez por lo extremada-
Florencia y París, el Club de la Estampa de Buenos Aires, junto a Art mente ambicioso del propósito, lo que se ha logrado es un conjunto tan
Gallery International de Víctor Najmías, realizaba la Primera Bienal heterogéneo en cuanto a representatividad que es prácticamente impo-
Internacional de Grabado. Planteando un contrapunto implícito con su sible extraer de él conclusiones valederas”.80 La idea de que Buenos
par chilena, los comentarios sobre la bienal porteña señalaron que era “la Aires se convertía con este evento en una “capital mundial del graba-
única exposición en América dedicada al grabado que invita a artistas de do” atravesaba los relatos sobre esta Bienal: “[por] la calidad de los tra-
todo el mundo”. Pero también había otras diferencias sustanciales: tratán- bajos, de los que puede afirmarse que se trata de la expresión actual
dose de un emprendimiento autogestionado, sin apoyo oficial o de algún más trascendente que pueda reunirse, no es muy aventurado afirmar
núcleo de fuerte intervención en el campo artístico local, las recompensas que Buenos Aires pasa a ser, en estos momentos, el centro mundial de
no eran otorgadas en dinero sino que, simplemente, eran medallas reali- esta rama del arte, equiparándonos a los más trascendentes concursos
zadas por escultores argentinos. Tal vez fuera esta falta de estímulo mone- de este tipo”.81 También era reiterada la aseveración de que, desapare-
tario la que incidió en que no encontremos muchos “grandes nombres” a cidas las bienales cordobesas patrocinadas por IKA, la Bienal del Club
lo largo de las páginas del catálogo; a la vez, este mismo factor resalta el de la Estampa venía a recolocar a la Argentina en el mapa de las com-
hecho de que decenas de artistas de todo el mundo enviaran sus obras en peticiones artísticas de mayor prestigio,82 idea que podemos entender
respuesta a la convocatoria del Club: a lo sumo, si podían obtener algún como una expresión de deseos de la propia asociación organizadora o
beneficio económico, éste procedería de la venta de las estampas. Este era como una estrategia de promoción de la galería más que como una po-
el sentido que, desde el punto de vista de los asistentes, también se remar- sibilidad concreta de proyección institucional.
caba en Primera Plana: “El premio más jugoso se lo llevará sin duda el pú- De hecho, no eran esos tiempos demasiado propicios para la búsque-
blico comprador: los precios de las 300 obras se arrastran apenas entre los da de la validación institucional como salvaguarda de un emprendimien-
10 y los 70 mil pesos. Poder llevarse un [Giuseppe] Santomaso a casa por to cultural: inserta en el derrotero de los acontecimientos que sacudieron
35 mil, es un lujo que ahora puede darse cualquiera”.78 al campo artístico local en 1968, la Primera Bienal de Grabado organiza-
La convocatoria a participar en el certamen partió del propio Club da por el Club de la Estampa se inauguró el mismo día que Vigo convo-
de la Estampa, que se comunicó con asociaciones de grabadores, gale- có a su señalamiento urbano Manojo de semáforos, y se desarrolló en pa-
rías de arte y consulados, invitando a que seleccionaran cinco artistas ralelo a la paradigmática Tucumán Arde en Rosario.83 Sin embargo, el
con cinco obras cada uno.79 En el caso de los grabadores argentinos, se clima antiinstitucional que atravesó al campo artístico de fines de los se-
diferenció entre “homenajeados” e “invitados”; para el primer grupo se senta no tuvo mayor impacto en las bienales organizadas en Buenos
convocó a Pompeyo Audivert, Bellocq, Rebuffo, Sergi y Agustín Zapata Aires; de hecho, en octubre de 1970 se realizó la segunda edición de es-
Gollán, es decir, la generación de maestros. Los “invitados” pertenecían ta Bienal. Frente a las corrientes conceptualistas y ante la proclamada
a la “generación intermedia” –Américo Balán, Aída Carballo, Alfredo “muerte y transfiguración de la pintura” anunciada desde la portada de
de Vincenzo, César Miranda– junto a la más joven pero consagrada Ru- Primera Plana,84 la multiplicación de estampas contraponía un modelo
bli. Más allá de estas presencias locales, la procedencia de los artistas de producción y consumo cultural bien “material”. También se trataba de
participantes fue variada y, en este sentido, se puede entender que Albi- sostener una estética más ligada a las formas tradicionales de la gráfica o,
no Fernández y sus colegas del comité organizador apuntaron al mode- por lo menos, que resultara de fácil aprehensión: que fuera un “arte para
lo de Ljubljana. todos”; así, las estampas presentadas en la multitudinaria bienal eran re-
Aunque los medios porteños dedicaron numerosas reseñas sobre la conocidas como una producción que no creaba mayores complicaciones
Bienal, los resultados de esta convocatoria multitudinaria no fueron ce- perceptuales o materiales para el espectador y eventual comprador.
290 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 291

En comparación con la primera edición, en la Segunda Bienal de nombres con peso específico propio en el desarrollo del arte de Puerto
1970 había más países participantes, más cantidad de grabadores y ma- Rico se sumó, poco después en la organización del evento, William
yor número de obras. En una reseña se sostenía que este conglomerado Lieberman, curador del MoMA. Según el relato de Lorenzo Homar:
de estampas, exagerado en términos numéricos y heterogéneo a nivel
estético, se presentaba “en un momento en que todavía se insiste en la Después de mi regreso de Europa [donde estuvo en 1967-1968] le
crisis más o menos definitiva del lenguaje plástico en sus formas tradi- aconsejé a Alegría que celebrásemos una exposición gráfica una
cionales, otorga al show una importancia aún mayor que la que, en sí vez al año o cada dos años. Yo había hecho contacto con artistas
misma, significa la presencia de artistas de primerísima línea de más de gráficos en el Klingspor Museum de Offenbach y algunos ingleses,
sesenta países en una exposición argentina”.85 entre ellos Hayter. Y claro los polacos también [...] Alegría comu-
En verdad, sólo el envío de Francia era el que contaba con un equi- nicó [la idea] a Marrozzini, quien probablemente se la comunicó
po de nombres reconocidos como Vasarely, Hartung, Friedlaender y a Bill Lieberman. Así convirtieron mi idea en algo “verdadera-
Messagier. Nombres significativos del grabado de posguerra pero que mente grande”. Alegría, Marrozzini y Lieberman decidieron que
para 1970 no resultaban centrales en la escena internacional. Sin em- la idea era incorporarse al tren de las bienales. Yo visualizaba una
bargo, para los organizadores de la Bienal resultaba operativo desta- exposición seria, bella y de una calidad muy alta. Aunque partici-
car del vasto conjunto de cientos de obras los nombres “fuertes” del pé en muchas bienales internacionales, me parecían una especie
certamen; así, encontramos entre los premiados al conocido grabador de opera comique donde todo se exponía. O sea, algo dirigido por
alemán Hap Grieshaber, los prestigiosos Johnny Friedlaender y Hans el control remoto del mercado de arte y su política.87
Hartung y el “Cobra” holandés Karel Appel. Por la Argentina, los in-
vitados de honor fueron Fernando López Anaya y Luis Seoane, ade- La isla caribeña contaba con una larga tradición de gráfica y cartelística
más de los ya fallecidos José Arato, Guillermo Facio Hebequer y José desarrollada especialmente desde los años cuarenta; ésta producción ha-
Planas Casas. De acuerdo al criterio inclusivo de los organizadores, bía estado orientada hacia el discurso político y pedagógico, principal-
grabadores sociales y modernistas completaban una grilla en la que, mente desde el trabajo del taller de gráfica de la División de Educación de
desde la matriz común de la historia local, se compensaban orienta- la Comunidad, una agencia gubernamental.88 En 1970, el establecimiento
ciones estéticas e ideológicas. Mientras que la convocatoria de artis- de una bienal específica para la disciplina consolidaba a la gráfica en el
tas quedaba a cargo de los miembros del Club de la Estampa, la orga- área del “sistema artístico” y le brindaba un viso de autonomización y
nización comercial de la Bienal correspondía a Najmías, quien desde prestigio simbólico que la desprendía de sus antiguas funciones sociales;
fines de los años sesenta desarrolló desde su galería un programa in- se trataba de un reposicionamiento de su vieja tradición que, a la vez, co-
tensivo de difusión y comercialización del grabado, especialmente de locaba a la isla en el entramado del nuevo circuito de bienales de grabado
las novedosas serigrafías. contemporáneo y, en forma más amplia, de la moderna institucionalidad
Esta yuxtaposición entre el objetivo de difusión de la disciplina y lo político-cultural desplegada desde los programas del desarrollismo.89
comercial no fue exclusiva de la bienal de grabado porteña, sino que Más allá de los objetivos institucionales y simbólicos respecto de la
también atravesó a otros emprendimientos paralelos. En enero de 1970 difusión de la disciplina, se trataba –especialmente para el “secretario
se había realizado en Puerto Rico la Primera Bienal de San Juan del gra- general de la Bienal”, Marrozzini– de una puesta en juego del grabado
bado latinoamericano; este certamen se estableció a partir del cruce de como nuevo producto artístico para una sociedad de consumo crecien-
proyectos de Lorenzo Homar, el artista gráfico más reconocido del cam- te como era la puertorriqueña de principios de los setenta. Tal como se-
po local, el académico Ricardo Alegría y Luigi Marrozzini, dueño de la ñaló Ángel Rama, San Juan era junto con Caracas una de esas “otras ca-
Galería Colibrí dedicada a comercializar grabados.86 A esta trama de pitales” donde se había ido registrando las señales de un creciente
292 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 293

consumo cultural y adonde se habían trasladado “los fastos del bo- grafía correspondiente a su serie en la que desarrollaba una personal
om”.90 En ese marco, otro efecto de la institucionalización del grabado versión sobre el imaginario de la sociedad de masas a partir de la arti-
–y de su exhibición y comercialización en el marco de la bienal– era su culación de planos de color y clisés fotográficos de personajes y objetos
pasaje de los carteles populares a las colecciones particulares, de lo pú- diversos (véase imagen XVIII). Se destacaba así la vía de experimenta-
blico a lo privado. Ese sentido de “mercantilización” despertaba el re- ción visual o técnica que había renovado los lineamientos de la disci-
chazo de Homar, quien veía desvirtuadas sus motivaciones iniciales: plina en esos años. Frente a estas obras, el Retrato de una joven artista
“La Bienal de San Juan como cualquier otra Bienal no debe ser un ba- de Mauricio Lasansky brindaba la cuota de ortodoxia que “tranquiliza-
zar o feria solamente para vender grabados. Eso es lo que le interesa a ba” a las miradas poco habituadas a decodificar un gofrado pop o una
los marchantes y allí ellos, pero nosotros debemos ante todo tratar de descripción gráfico-conceptual del vacío.94
que nuestra bienal cree una reputación de excelencia”.91
¿Cuál era en este caso el criterio para medir la excelencia? En cierto
sentido, la sobrecarga visual de las cientos de estampas expuestas en la
Bienal de San Juan se basaba, como sucedía en los otros certámenes de
grabado del momento, en un código en el que mucho parecía sinónimo
de mejor: “La exhibición de más de seiscientas obras será un evento cul-
tural de gran importancia para el arte latinoamericano; los principales ar-
tistas y críticos de América Latina, Europa y Estados Unidos asistirán a
la inauguración y participarán en las actividades”, promocionaba Alegría
su emprendimiento.92 Diez años de producción de la gráfica latinoameri-
cana eran desplegados en las paredes y pasillos del antiguo convento de
Santo Domingo; se trataba, precisamente, de los diez años del boom.
Junto a esta producción, dos muestras especiales –un homenaje a José
Clemente Orozco con cuarenta y ocho de sus litografías, y una retrospec-
tiva del propio Homar– brindaban el aval de la tradición de la gráfica so-
cial latinoamericana frente a las nuevas producciones que, a lo largo de 49 y 50. Obras de Liliana Porter y Luis Camnitzer premiadas en Puerto Rico
en 1970. Lenguajes gráficos renovadores en uno de los nuevos foros
esa década, habían ampliado el horizonte de la disciplina. latinoamericanos para la disciplina.
En este sentido, las distinciones otorgadas en la Primera Bienal de
San Juan resultan significativas ya que, más allá de remarcar el crite- Esta línea de premiación era coherente respecto de los propósitos de
rio de “equilibrio nacional” que primaba a la hora de la premiación en “poner al día” al público local y de hacer dialogar a la producción de los
este tipo de certámenes, dan cuenta de la expansión del grabado expe- artistas gráficos contemporáneos. Lo paradójico es que si la Bienal apun-
rimental en el terreno institucional a principios de los años setenta. El taba a ser exclusivamente latinoamericana,95 los artistas premiados resi-
jurado, conformado por un selecto grupo de gestores culturales vincu- dían en esos momentos en Nueva York o París. Si las intenciones de los
lados a certámenes o instituciones prestigiosas,93 asignaba los premios organizadores apuntaban a un intercambio latinoamericanista –que a la
a Sotomagie Nº 2 del venezolano Jesús Rafael Soto, Línea ausente del vez resaltara a Puerto Rico en el mapa cultural hispanoparlante– resulta
uruguayo Luis Camnitzer, La Grande Verte del brasileño Arthur Luis llamativo que, según Alegría, haya sido la Bienal de Venecia el modelo
Piza, Árbol de la argentina Liliana Porter, El hombre está ausente del tomado como punto de partida para el certamen: en su relato, si bien te-
colombiano Omar Rayo y La verdura del argentino Antonio Seguí, lito- nían registro de la producción de algunos artistas gráficos sudamerica-
294 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 295

nos, desconocían la existencia de las bienales de Santiago y Buenos


Aires.96 Sin embargo, además de los nombres de artistas y obras que se
reiteraron en los distintos eventos –por ejemplo, la premiada Línea au-
sente de Camnitzer también fue presentada en Chile ese mismo año–
encontramos nombres propios que constituyeron la red de intercam-
bios artísticos por aquellos tiempos; tal es el caso de Emilio Ellena,
quien en 1970 no sólo fue miembro de la comisión consultiva como re-
presentante de Chile para la bienal puertorriqueña, sino también uno
de los organizadores de la Cuarta Bienal Americana de Grabado de
Santiago de Chile.
No sólo eran nombres propios los que circulaban en el circuito de
bienales, sino que los planteos políticos y los posicionamientos antiins-
titucionales de los propios artistas también eran reforzados desde esos
espacios de alta visibilidad. Si son bien conocidos los sucesos que con-
mocionaron al campo artístico argentino en 1968, también es sabido que 51. Homar registró a los jurados de la Primera Bienal de San Juan –entre ellos, Samuel
Paz representando al ITDT– ante la proclama en “homenaje a la lucha de liberación de
entre fines de los sesenta y principios de los setenta se llevaron a cabo los pueblos de Latinoamérica”; Le Parc, Seguí, Camnitzer, Porter, Matta, Lam, Rayo,
acciones de protesta y manifestaciones en las bienales de Venecia, Abularach, Martorell, Frasconi, entre los artistas firmantes.
Kassel, San Pablo y París. Dentro de este derrotero, las bienales de gráfi-
ca latinoamericanas también resultaron escenarios propicios para el de- Camnitzer no sólo participó en 1970 en la Bienal de San Juan sino tam-
sarrollo de esta agenda política de los artistas. En el caso de la Primera bién, como ya se mencionó, en la Cuarta Bienal Americana de Grabado
Bienal de San Juan, gran parte de los participantes que para esos mo- de Santiago de Chile; en este evento también se atravesó una situación
mentos estaban presentes en Puerto Rico dieron a su participación “un que, excediendo el cuestionamiento institucional, ponía en juego posi-
carácter de homenaje a la lucha de liberación de los pueblos de Latinoa- ciones ideológicas y electoralistas. En agosto de 1970, Chile se encon-
mérica”, mediante una proclama colectiva registrada en la caricatura de traba en plena campaña electoral, y para destacar la nota sobre la Bienal
Homar sobre los jurados. Según rememora Camnitzer, aparecida el día 2 de ese mes en El Mercurio –periódico que patrocinaba
el evento otorgando uno de los premios principales– se publicaba en la
Le Parc empezó el asunto. Logramos que cincuenta de los parti- portada de su revista dominical una imagen a todo color bajo el título
cipantes lo firmaran, y con eso obligamos que pusieran la decla- “Los demócratas del arte”. En una fotografía tomada en picado se veían
ración en la puerta de la exposición. [...] El conflicto era con que ubicados alrededor de una mesa circular –en cuyo centro estaba el afi-
fuera una bienal más de arte sin un compromiso político, pura- che diseñado por Josef Albers para la ocasión– a Antúnez, Ellena y
mente. En todo caso, [el conflicto] fue contra Phillip Morris, que Silvia Celis de Altamirano, entre otros, debatiendo ante algunas estam-
era la [empresa] que patrocinaba la muestra. Y obligábamos a que pas recibidas. La nota de fondo remarcaba el sentido de accesibilidad
si circulaba la muestra, tenía que llevar siempre el cartel ese. Pero que brindaba el grabado para el “consumo medio” y se lo presentaba
lo que hizo Phillip Morris fue comprar toda la muestra y mane- como un “arte para todos”:
jarlo sin eso. ¡Esa fue la ventaja: que todo el mundo vendió una
obra!97 La Cuarta Bienal del Grabado continúa la campaña de difusión de
un arte tan legítimo como la pintura sin el costo astronómico del
296 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 297

cuadro que no admite multiplicación [...]. Democracia al buril. La de la cultura, comandos de la UP, plazas– para miles de personas.
hermosura del grabado no excluye su condición de arte múltiple [...] Esta exposición permitirá, además, el encuentro entre el pú-
y por lo tanto barato. Los norteamericanos se contaron entre los blico y el artista sin charlas didácticas, sino en abierto diálogo,
primeros interesados en su promoción, para lo cual popularizaron porque el artista tiene mucho más que aprender del pueblo”.100
el slogan “sea dueño de un original, compre un grabado”. El mis-
mo espíritu empapa la Cuarta Bienal Americana [...]. Mientras el En Santiago de Chile, la muestra fue inaugurada especialmente por el
consumo del cuadro queda limitado a los poseedores de buena propio Allende, y la carpa donde se montaron las serigrafías durante
cuenta bancaria, el grabado se coloca al alcance de los bolsillos diez días se ubicó frente a la entrada del MNBA en el Parque Forestal,
medios. Como comenta una organizadora de la Bienal, “cuesta que era precisamente donde se desarrollaba la Cuarta Bienal America-
menos que un vestido, adorna la casa y no pasa de moda”.98 na de Grabado. Este gesto se entendía implícitamente como una contra-
propuesta estético-ideológica respecto de la desplegada dentro de la
Aunque no podemos establecer cuál de las organizadoras tomaba como institución y solventada financieramente por entidades vinculadas a la
referencia un vestido como punto de comparación con una obra de ar- alta burguesía chilena.101 En este sentido, un cartel con la consigna
te, entendemos que el criterio general del Comité Ejecutivo no se basa- “Allende contra el rico poderoso” acompañaba las múltiples serigrafías
ba en criterios tan frívolos para sostener la iniciativa. Sólo como conje- “asequibles a muchos”.102 La polarización de posiciones que alimentó
tura, podemos pensar si fue esta nota –donde se hacía hincapié en el el enfrentamiento entre la “bienal aristocrática” y la “muestra popular”
sentido internacionalista del certamen y sobre el alcance “democráti- puede ser, sin embargo, relativizado, ya que entre la campaña de la UP
co” de esta producción– la que motivó a que José Balmes, Guillermo y la realización de la Bienal existió una intersección de nombres y filia-
Núñez y otros artistas del Comité de Artistas Plásticos de la Unidad ciones: artistas como Delia del Carril, Dinora Doudtchitzky o Luz
Popular (UP) lanzaran pocos días después una iniciativa artística que, Donoso, que estaban vinculadas al Taller 99 de Antúnez, participaron
inscripta dentro de los actos de la “Semana de la Adhesión” a la candi- en la carpa santiaguina de la UP; también, algunos artistas expusieron
datura de Salvador Allende, aparecía indirectamente como la contraca- simultáneamente en ambas muestras, e incluso alguno de ellos obtuvo
ra de la Bienal.99 El 12 de agosto de 1970 –cinco días después de la inau- un premio.103
guración del certamen americano de grabado– se presentaba Si bien es previsible que las notas de El Mercurio sobre la Bienal fue-
simultáneamente en decenas de ciudades chilenas la muestra El pueblo ran elogiosas, también encontramos que el medio que más énfasis po-
tiene arte con Allende donde, a través de serigrafías realizadas por dis- nía en la campaña allendista, El Siglo, dedicó una nota al evento don-
tintos artistas, se llevaba a la imagen el “Programa de Cuarenta de se lo celebraba como “un verdadero festival de esta manifestación
Medidas” del candidato presidencial de la UP: artística”. Cuestionando solamente la presentación entorpecida por las
obras de remodelación que se llevaban a cabo en el MNBA de Santiago,
Los artistas plásticos que adhieren a la Unidad Popular entregarán se comentaba que “hay que celebrar la notable calidad de algunos enví-
el [12] de agosto, en una exposición simultánea en 50 ciudades os –incluso comparativamente superiores a los de la III Bienal– [...] sin
del país, 22.500 serigrafías de 30 destacados autores nacionales y duda, representa un evento artístico de alta jerarquía”.104
30.000 catálogos. Cada autor aportará con 150 originales. [Según Pocos días después, Allende obtenía la primera mayoría en las eleccio-
José Balmes] “la idea de esta exposición nació para romper con los nes presidenciales y las decenas de miles de serigrafías de la campaña de
lugares habituales donde se presenta la obra y la gente, aterroriza- la UP parecían haber resultado un buen vehículo para la difusión de sus
da, no va. En un mismo día, a la misma hora se inaugurará esta ex- “Cuarenta Medidas”. Un mes más tarde, en Buenos Aires se llevaba a ca-
posición en 50 lugares del país –escuelas, municipalidades, casas bo la Segunda Bienal Internacional de Grabado organizada por el Club de
298 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 299

la Estampa de Buenos Aires. Aunque desde el estallido del Cordobazo el ta del contemporáneo fenómeno del grabado a nivel continental: según el autor,
clima social del país se encontraba convulsionado, la propagación de un se trató de “un fenómeno que afectó el comportamiento de ciertos niveles de la
discurso político que podía proporcionar el grabado no aparecía para los cultura urbana en varios países de la América de habla española. Controvertido
en sus términos, heterogéneo, ambiguo, el fenómeno del boom pudo, sin embar-
organizadores del certamen como una posibilidad efectiva: interesados en
go, seducir por ese don de simultaneidad, por esa condición polifónica que pare-
“reunir al mundo” en la capital porteña y apuntando a una circulación de cía unir en un mismo registro las voces de todo un continente”. Adolfo Prieto,
estampas dentro de la clase media, el rol del grabado social quedaba cir- “Los años sesenta”, op. cit., p. 889.
cunscripto al plano de la tradición histórica más que al de la acción en el 11
Ángel Rama, “El ‘boom’ en perspectiva”, op. cit., p. 69.
presente. Mientras que en Chile se proclamaba que el pueblo tiene arte 12
Leandro de Sagastizábal, “Eudeba, la lejanía del pasado reciente”, en Todo es
con Allende, la Bienal de Buenos Aires homenajeaba a Arato y a Facio Historia, a. XXIV, n.° 280, octubre de 1990, pp. 28-36; Gustavo Sorá, “Editores y
Hebequer, es decir, a dos de los Artistas del Pueblo. editoriales de ciencias sociales: un capital específico”, en Federico Neiburg y
Mariano Plotkin (comp.), Intelectuales y expertos. La constitución del conoci-
miento social en Argentina, Buenos Aires, Paidós, 2004, pp. 265-292.
13
Jorge B. Rivera, El escritor y la industria cultural, Buenos Aires, Atuel, 1998, pp.
NOTAS 135-136.
14
Véase Delia Maunás, Boris Spivacow. Memoria de un sueño argentino, Buenos
1
Luis Seoane en nota de Fortunato Carroza, “Cómo juzgan la pintura moderna al- Aires, Colihue, 1995, pp. 49-50. Cabe señalar que esta versión del Martín Fierro
gunos artistas nuestros”, en Lyra, n.° 171-173, 1958. tuvo varias reediciones luego de 1963.
2
Edgardo Antonio Vigo, “Un arte a realizar”, en Ritmo, n.° 3, La Plata, 25 de junio 15
“Cuando la moda literaria coincide con un aporte cultural positivo”, en Primera
de 1969. Archivo Centro de Arte Experimental Vigo, La Plata. Plana, n.° 2, 20 de noviembre de 1962, p. 44.
3
“El boom del arte. Los pintores son best seller. Millones, clase media y cuadros”, 16
Esta no era la primera interpretación gráfica de esa saga gauchesca, ya que desde
en Atlántida. Anuario 1965, enero de 1966, p. 103. El destacado es mío. las primeras ilustraciones realizadas en 1879 por Carlos Clérice para La vuelta de
4
Tulio Halperin Donghi, “Nueva narrativa y ciencias sociales hispanoamericanas Martín Fierro habían circulado otras versiones, como las xilografías de Bellocq
en la década del sesenta”, en Más allá del boom... op. cit., p. 144. para la edición de Amigos del Arte de 1930 o los dibujos de Carlos Alonso para
5
Lucas Rubinich, “La modernización cultural y la irrupción de la sociología”, en Emecé en 1958.
Daniel James (dir.), Violencia, proscripción y autoritarismo..., op. cit., p. 248. 17 “Cuando la moda literaria coincide con un aporte cultural positivo”, op. cit., p.
6
Ricardo Aroskind, “El país del desarrollo posible”, en Daniel James, ibíd., pp. 46. Destacado en el original.
100-101. 18 Celina Manzoni relaciona la consigna “Libros para todos” con el Books for All
7
Oscar Terán, Nuestros años sesentas…, op. cit., p. 87. formulado en 1956 por Ronald Barker, en “¿Editoriales pequeñas o pequeñas edi-
8
En esta época eran frecuentes los programas o micros que desarrollaban temas toriales?”, Revista Iberoamericana, vol. LXVII. n.° 197, octubre-diciembre 2001,
culturales o artísticos. Sobre la televisión en el período, cf. Graciela García p. 781. El esquema editorial de Spivacow también retomaba el lejano “El libro pa-
Romero, “La TV ya es para todos”, en Todo es Historia, n.° 280, octubre de 1990, ra todos los ciudadanos” de algunos emprendimientos como la Biblioteca La
pp. 56-63 y Gonzalo Aguilar, “Televisión y vida privada”, en Fernando Devoto y Nación (1901-1920) creada por Emilio Mitre; La Cultura Argentina (1915-1925)
Marta Madero (dir.), Historia de la vida privada en la Argentina. Tomo 3, La lanzada por José Ingenieros; La Biblioteca Argentina (1915) dirigida por Ricardo
Argentina entre multitudes y soledades. De los años treinta a la actualidad, Rojas y los libros de la editorial Claridad de Antonio Zamora, a la vez que impor-
Buenos Aires, Taurus, 1999, pp. 255-283; Mirta Varela, La televisión criolla. taba de su paso en los años cuarenta por la editorial Abril este modelo que se tor-
Desde sus inicios hasta la llegada del hombre a la Luna 1951-1969, Buenos Aires, nó el lema del sello. Cf. Sergio Bagú, “De ‘Claridad’ a Eudeba”, en Todo es
Edhasa, 2005. Historia, a. XV, n.° 172, septiembre de 1981, p. 18 y Gustavo Sorá, “Editores y edi-
9
Claudia Gilman, Entre la pluma y el fusil... op. cit., pp. 85-96 y 265-278. toriales de ciencias sociales...” op. cit., p. 278. Por nuestra parte, agregamos la re-
10
Es tomando en cuenta este auge del grabado que la caracterización de Prieto so- ferencia de la colección Todo para todos de Poseidón donde se incluyó el texto
bre la circulación literaria de los sesenta también resulta operativa para dar cuen- sobre grabado de Gustavo Cochet.
300 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 301

19 Integrado con cuentos de Dávalos, Barletta, Booz, Cancela, Borges, Arlt, Quiroga, tes fueron: 2° cuadernillo, xilografías de Daniel Zelaya, Roberto Luis Duarte y
Lynch, Payró y Güiraldes e ilustraciones especialmente realizadas por Berni, Batlle Reinerio Fallabrino; 3°, obras de Jorge Casteran, Omar Gancedo, Miguel Ríos; 4°,
Planas, Castagnino, Seoane, Basaldúa, Urruchúa, Alonso, Soldi, Policastro y Russo, obras de Cattelani; 5°, obras de Abel Bruno Versacci; 6°, Nelia Licenziato; 7°,
fue lanzada al mercado con una edición de 130.000 ejemplares, divididos entre la Guillermo Deisler, 8°, Edgardo Vigo.
34
edición especial para bibliófilos (210 ejemplares), edición especial numerada Los intercambios entre Vigo y Pécora tuvieron continuidad con la inclusión del
(1.300), edición de lujo (1.500), edición especial (7.000) y edición popular (120.000). anuncio de la galería Plástica como una de las pocas publicidades frecuentes en
20 Diagonal Cero. Por otra parte, como ya se mencionó, el Museo de la Xilografía or-
“Más rápida la venta que la impresión”, en Primera Plana, n.° 30, 4 de junio de
1963, p. 35. Si bien Spivacow tenía en mente el impacto reciente del Martín Fie- ganizado por Vigo tomó estado público con la muestra Grabadores de La Plata en
rro y sus beneficios económicos cuando apostó por una tirada amplia de Cuen- el Museo del Grabado en 1967.
35
tistas y pintores, en realidad no logró reiterar el éxito inicial del volumen de Her- La muestra incluía doce trabajos de Vigo: Monstruos, tres obras de la Serie del
nández-Castagnino. amor, tres Pájaros, cuatro Naturalezas muertas-paisajes interiores y un poema
21 matemático.
“Museo de Arte Moderno: cómo se hace una muestra que sea popular”, en
36
Primera Plana, 2 de julio de 1963, p. 25. Luis Pazos, “Vigo: la rebelión sin esperanza”, en El Día, La Plata, 28 de octubre
22 de 1966. Archivo CAEV.
León Benarós, “Luis Seoane y el refranero criollo”, en 32 refranes criollos, Bue-
37
nos Aires, Eudeba, 1965, s/p. Contrariamente a la tradición del libro ilustrado Una referencia sobre esta relación en Gonzalo Aguilar, Poesía concreta brasileña:
donde la imagen acompañaba a la palabra, aquí el texto de Benarós prologaba las las vanguardias en la encrucijada modernista, Rosario, Beatriz Viterbo editora,
imágenes. Esta era una estrategia ya experimentada por Seoane en su Homenaje 2003, p. 422.
38
a la Torre de Hércules o Paradojas de la Torre de Marfil, por ejemplo. En relación con el campo literario, Gilman sostiene que en esa época de “latino-
23 americanización de la cultura” América Latina pasaba de ser un dato geográfico
Seoane ya había presentado en 1956 su muestra Estarcidos en Galatea, la librería
y galería de arte de Gattegno. o político para volverse también un espacio de pertenencia cultural, superadora
24 de las fronteras nacionales. Entre la pluma y el fusil... op. cit.
Cf. Silvia Dolinko y Emilio Ellena, Luis Seoane. Xilografías, Santiago de Chile,
39
Centro Cultural de España, 2006. Edgardo Antonio Vigo, “El artista y la sociedad platense”, en Diagonal Cero, n.° 12,
25 diciembre de 1964, s/p.
Carlos Claiman, “32 refranes”, en La Nación, 20 de febrero de 1966, 3ª sección, p. 2.
26 40
Edgardo Antonio Vigo, Cronología 1962, mecanografiado, Caja Biopsia 1961-1965, “Artista argentino, Antonio Vigo, expone grabados en Escuela de Verano”, s/d,
Archivo Vigo-Centro de Arte Experimental Vigo (en adelante, AV-CAEV). medio de prensa chileno. Archivo Vigo, CAEV.
27 41 Centro de Estudos Brasileiros, Santa Fe 2459, 1, 8, 15, 22 y 29 de junio de 1962.
Cita de Vigo en “Contribución al mayor conocimiento del grabado como obra de
arte”, op. cit. Este cursillo se realizó en ocasión de la exposición Da Nirham Eros (arte verbal
28 de vanguardia)- Antonio Enrique Amaral (grabados) en la Galería Saber Vivir.
Fernando Davis, catálogo Edgardo-Antonio Vigo. Xilografías y ediciones (1962-
42 Carta de Guillermo Deisler a Edgardo Antonio Vigo. Santiago de Chile, 15 de ma-
1972), Buenos Aires, Museo del Grabado, 2004.
29 yo de 1966, sobre correspondencia Guillermo Deisler, AV-CAEV. Al mes siguien-
[Edgardo Antonio Vigo], “Editorial”, en WC, n.° 2, 1958. Mayúsculas en el origi-
nal; el subrayado es mío. te, en Diagonal Cero n.° 18 se incluyó el cuadernillo de Deisler.
30 43 Además de las exposiciones en estos países, Vigo apuntó al intercambio con los
[Edgardo Antonio Vigo] “Editorial”, en Diagonal Cero, n.° 1, 1962, s/p.
31 núcleos de grabadores allí establecidos; por ejemplo, el Club de Grabado de
Macedonio Fernández, “Un paciente en disminución”, en Diagonal Cero, n.° 1,
1962, s/p. La fuente, que no aparece consignada en la publicación, es un texto in- Montevideo, que recibió algunos ejemplares de Diagonal Cero. Cf. Boletín n.° 3,
cluido en Papeles de Recienvenido. Club de Grabado de Montevideo, Montevideo, agosto de 1964, s/p.
32 44 Carta de Guillermo Deisler a Edgardo Antonio Vigo, Santiago de Chile, 10 de sep-
En el n.° 5-6 de la publicación de Vigo se incluyó el texto de Arp “Un arte con-
creto” y una imagen de su relieve en madera Torso y ombligo (1918). Muchas de tiembre de 1966. Sobre correspondencia Guillermo Deisler, loc. cit.
45
las xilografías de Vigo de Diagonal Cero abrevaban en esta fuente formal, como En el n.° 13 se incluyó una sección de “Poesía joven del Paraguay”, con presenta-
Niño orando (n.° 8), sus ilustraciones para la poesía de Delchis Girotti (n.° 9-10) ción, selección y notas de Roque Vallejos y Miguel Ángel Fernández y poesías de
o su Trío de la serie Coral (1964). Esteban Cabañas, Fernández, Francisco Pérez Maricevich, Mauricio Schvartzman
33 La edición de los cuadernillos se inició en el n.° 9-10 de enero-julio de 1964, con y Vallejos; “Pequeña antología de bolsillo de poetas mexicanos” incluyó una po-
obras del uruguayo Raúl Cattelani, Omar Gancedo y el propio Vigo. Los siguien- esía de Thelma Nava –editora de Pájaro Cascabel–, “Dos poemas de Dionisio
302 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 303

Aymara” (venezolano) y el “Manifiesto” del nicaragüense Ernesto Cardenal (cita- viembre al 15 de diciembre de 1968, Galería de arte Ópera de La Plata. Sobre el
do erróneamente como colombiano). En el n.° 14 apareció la “Segunda pequeña Museo de la Xilografía, cf. Fernando Davis, “El Museo de la Xilografía de La Plata
antología de bolsillo de poetas mexicanos” y una “Pequeña antología de poesía y la poética de un ‘arte a realizar’ en Edgardo Antonio Vigo”, La Plata, Museo de
uruguaya” con obras de Roberto Sierra, Tabaré Rivas Mencia, Ariel Davison Vigil, la Xilografía-CAEV, 2002.
56
Horacio Ferrer Vila, Miguel Ángel Olivera, Juan Carlos Tajes, Raúl Pisano Guido, E. A. Vigo, “Un ensayo de clasificación de la plástica”, en El Argentino, La Plata,
Celica Marie González y Rubinstein Moreira. En el n.° 17 se editó la “Breve anto- 15 de mayo de 1958. AV-CAEV.
57
logía de la joven poesía chilena”, con obras de Waldo Rojas, Santiago de Campo, Aunque la referencia no es citada en Diagonal Cero, sabemos que se trata de “No
Manuel Silva, Hernán Lavin Cerda y Enrique Lihn. podemos vivir eternamente”, incluida en Carta a los Poderes (1925).
46 58
Desde el octavo número se incluyeron referencias a “publicaciones afines” a las Carta de Berta Sofovich a Oscar Pécora, Buenos Aires, 14 de mayo de 1965.
que se instaba a “adherir o suscribirse”: listados variables que del inicial enfoque Archivo Pécora.
59
nacional se fueron ampliando hacia el circuito latinoamericano y posteriormen- Cf. Aracy Amaral, Arte para quê?... op. cit., pp. 175-190.
60
te al europeo. Clara Marquet, “La resignificación del muralismo mexicano en Mendoza (1952-
47
Simbólicamente, la presidencia honoraria del Movimiento fue otorgada a Henry 1961)”, en Huellas. Búsquedas en Arte y Diseño, Universidad Nacional de Cuyo,
Miller, y también se le brindó un reconocimiento a Thomas Merton como “sacer- Facultad de Artes y Diseño, n.° 2, noviembre de 2002, pp. 67-77; Mariana Ser-
dote honorario”. Grinberg había establecido contacto con ellos por corresponden- bent, “Chile, 1953: resonancias al sur. O modelo gaúcho y el Club de Grabado en
cia, a través del nicaragüense Ernesto Cardenal. Mencionado en la entrevista de Mendoza”, en XXX Coloquio Internacional del Comité Brasileiro de Historia da
Claudio Willer, “El Corno Emplumado e Eco Contemporáneo, grandes momentos Arte, Río de Janeiro, 2010.
61
da história da cultura ibero-americana: Sergio Mondragón e Miguel Grinberg”, en Gabriel Peluffo Linari, “Instituto General Electric de Montevideo: medios masi-
Agulha. Revista de Cultura, n.° 32, Fortaleza, San Pablo, enero de 2003. http:// vos, poder transnacional y arte contemporáneo”, en AA.VV., Cultura y política en
www.revista.aghulha.nom.br. los años 60, Buenos Aires, CBC-UBA, 1997, p. 118, Un abordaje reciente en
48
A pesar de que Grinberg lamentó la nula repercusión en los suplementos litera- AA.VV., Club de Grabado de Montevideo, Montevideo, CCE, 2011.
62
rios de América, sostuvo que “el impacto del encuentro mexicano fue tan grande El Club del Grabado de Montevideo se estableció como fuerte referente de la grá-
que en febrero de 1965 la Casa de las Américas de La Habana nos invitó a Allen fica realista y social que, pocos años después, cuestionarían otros artistas uru-
Ginsberg, al nadaísta colombiano Elmo Valencia, a Edmundo Aray de El techo de guayos como, por ejemplo, Camnitzer. Aunque se encontraban alineados en co-
la Ballena de Venezuela y a mí, a ser jurados de su gran Premio Literario”. Ibíd. rrientes estéticas e ideológicas opuestas, todos confluyeron en el fenómeno del
49 “A manera de editorial. Primer Encuentro Americano de poetas- Movimiento auge de la imagen gráfica que en Uruguay, al igual que en la Argentina y el res-
“Nueva Solidaridad”- Declaración de México”, en Diagonal Cero, n.° 11, agosto to del continente, asistió en los sesenta a un momento de inédita visibilidad.
de 1964, s/p. Gabriel Peluffo Linari, “El ‘acto gráfico’ de los sesenta”, en catálogo Dibujando
50 En el n.° 13 de diciembre de 1964, p. 132, de acuerdo a la Cronología 1964, Caja los 60, Montevideo, Museo Municipal de Bellas Artes “Juan Manuel Blanes”,
Biopsia, loc. cit. 1998.
51 Como ese mismo año Noé Jitrik y Alberto Szpunberg también habían obtenido las 63 “Grabadores del mundo”, Análisis, n.° 395, 9 de octubre de 1968, p. 48. El 9 de
dos menciones en poesía, la presentación de Rubén Natale sostenía que este éxi- marzo de 1966, Albino Fernández le escribía a Klaus Lupke, del Kreis der
to de “los poetas argentinos [...] no podrán silenciarlo quienes han pasado por al- Graphikfreunde, informándole sobre la creación del club porteño. Archivo
to la noticia o la han tergiversado, como ha sucedido con los más importantes or- Albino Fernández.
64
ganismos de prensa de nuestro país”, Rubén Natale, “Oíd, mortales. Selección “¿Conoce el Club de la Estampa?”, en El Mundo, 5 de diciembre de 1965, pp. 4-5.
65
poética de Víctor García Robles”, en Diagonal Cero, n.° 14, 1965, s/p. La primera comisión directiva estuvo integrada por Albino Fernández (secretario
52
Claudia Gilman, Entre la pluma y el fusil... op. cit., p. 80. general), Eduardo Audivert (pro-secretario), Abel Bruno Versacci (tesorero), Oscar
53
“Edgardo Antonio Vigo habla de su arte”, en La Tribuna, Asunción, 25 de junio Pécora (pro-tesorero), Luis Seoane, Sigwart Blum, Daniel Zelaya, Mabel Rubli,
de 1968. AV-CAEV. Alfredo de Vincenzo, Norberto Onofrio y el ingeniero Pablo Nagy (vocales).
54 66
Texto de Edgardo Vigo, mecanografiado, Caja Biopsia, 1964. AV-CAEV. Estatuto del Club de la Estampa de Buenos Aires, artículo 5°, ins. h-i, 15 de sep-
55
Catálogo exposición “Acervo del Museo de la Xilografía de La Plata”, 30 de no- tiembre de 1965.
304 SILVIA DOLINKO ARTE PLURAL 305

67 Carta de Leonilda González a Albino Fernández, Montevideo, 25 de abril de 80 [Carlos Claiman?], “Persistencia de la estampa”, en La Nación, 16 de noviembre
1966. Archivo Albino Fernández. de 1968, p. 6.
68 Con posterioridad a la exposición del Club de Grabado de Montevideo, se lleva- 81 “Buenos Aires capital del grabado”, en Panorama, 29 de octubre de 1968, p. 55.
82
ron a cabo muestras de artistas peruanos, españoles, alemanes, húngaros y suizos “Buenos Aires, centro mundial del grabado”, op. cit.
83
a la vez que, con auspicios variables de embajadas y consulados, se llevaron ex- La Bienal se llevó a cabo entre el 25 de octubre y el 30 de noviembre de 1968.
posiciones integradas con obras de algunos miembros del Club porteño a ciuda- De la simultaneidad de la Primera Bienal y de la muestra rosarina de Tucumán
des como Lima, San Pablo o Miami. Arde se dió cuenta en la edición de Análisis, n.° 399, 6 de noviembre de 1968,
69
Catálogo Grabadores del Club de la Estampa de Buenos Aires, Olivos, Galería pp. 76-77.
84
Atica, junio de 1968. Primera Plana, n.° 333, 13 de mayo de 1969.
70 85
Audivert aprovechó el espacio del catálogo de su exposición realizada en el “El show del grabado”, en Confirmado, n.° 279, 21 de octubre de 1970, p. 54. La
Club como tribuna para la crítica explícita a la selección de Aldo Pellegrini pa- contracara crítica de esta nota se leía en Primera Plana, donde se sostenía que en
ra la muestra Surrealismo en la Argentina en el ITDT. Mientras que Pellegrini Art Gallery “se ha apeñuscado la mayor cantidad de obras en el menor espacio
rescataba a los “históricos” Antonio Berni, Juan Battle Planas y José Planas Ca- posible. Sadismos visivos. Este melancólico sarao de grabados [...] la emprende a
sas, Audivert se sintió agraviado por no haber sido convocado, y cuestionó du- medallazos limpios con media, bueno, un cuarto de humanidad”. “Bahía de los
ramente la muestra. Pompeyo Audivert, catálogo de exposición, Club de la Es- espíritus”, en Primera Plana, n.° 403, 20 de octubre de 1970, p. 58.
86
tampa de Buenos Aires, septiembre de 1967. Reeditado como Ubicación La Bienal de San Juan de Puerto Rico fue, junto a la de Ljubljana, la que tuvo una
surrealista. mayor duración en el tiempo. Mientras que la bienal europea continúa hasta la
71
Con relación a estos casos, Rama sostuvo que “el lector común [...] no estaba pre- actualidad, la puertorriqueña se “remodeló” en el año 2004, pasando a ser Trienal
senciando una producción exclusivamente nueva sino la acumulación en sólo un Poli/Gráfica. La Bienal de Santiago de Chile se realizó hasta 1970 y la de Buenos
decenio de la producción de casi cuarenta años que hasta la fecha sólo era cono- Aires hasta 1972; en 1971 se inició la Bienal Americana de Artes Gráficas orga-
cida por la elite culta”. “El ‘boom’ en perspectiva”, op. cit., p. 90. nizada por el Museo La Tertulia de Cali que se desarrolló, de forma discontinua,
72
Alfredo de Vincenzo, “Los artistas hablan de sus inquietudes”, en Forma, n.° 33, hasta su quinta edición en 1986.
87
febrero de 1965, p. 7. Citado en Georg H. Fromm, “Lorenzo Homar opina sobre las Bienales de San
73
Breda Skrjanec, “Fifty Years of the International Biennial of Graphic Arts”, 25th Juan”, En rojo- Claridad, San Juan de Puerto Rico, 20 de enero de 2005.
88
International Bienal of Graphic Arts, Ljubljana, International Centre of Graphic Cf. Teresa Tió, El cartel en Puerto Rico, México, Pearson Educación, 2003.
89
Arts, 2003, p. 26. Cf. Mari Carmen Ramírez, “Plasmando huellas: la Trienal de San Juan rastreando
74
Rosemary Simmons, “The Bradford Print Biennale”, en Studio International, vol. el nuevo siglo”, en Trienal Poli/Gráfica de San Juan: América Latina y el Caribe,
176, n.° 906, diciembre 1968, p. 279. Hayter fue, junto con David Hockney, entre San Juan, 2004, pp. 14-15.
90
otros, uno de los jurados de esa edición de la Bienal. Ángel Rama, “El ‘boom’ en perspectiva”, op. cit., p. 52.
75 91
En la lectura de Marta Traba, la constitución del circuito de bienales fue uno de Carta de Lorenzo Homar a Carlos Conde III (Presidente de la junta de directores
los principales factores para la “explosión demográfica” del grabado del período. del Instituto de Cultura Puertorriqueña), San Juan, 13 de diciembre de 1971.
Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas 1950-1970, Archivo General de Puerto Rico.
92
Buenos Aires, Siglo XXI, 2005 [1º ed. 1973], pp. 208-209. Carta de Ricardo Alegría a Dore Ashton, 12 de diciembre de 1969. Archivo Gene-
76
A.R.R. [Antonio R. Romera], “La Primera Bienal Americana del Grabado”, en El ral de Puerto Rico. En inglés en el original.
93
Mercurio, 2 de septiembre de 1963, p. 5. Archivo Taller 99, Santiago de Chile. Umbro Apollonio (Archivo Histórico de Arte Contemporáneo de la Bienal de
77
Ibíd. Venecia), Elaine Johnson (MoMA), Walter Koschatsky (Museo Albertina de
78 “La caja de Pandora”, en Primera Plana, n.° 305, 5 de noviembre de 1968, p. 79. Viena), Arturo V. Dávila (Departamento de Bellas Artes de la Universidad de
79 Una reseña periodística comentaba que como “todos respondieron, y dada la Puerto Rico), Zoran Kržišnik, (Moderna Galeria de Ljubljana), Samuel Paz (CAV-
enorme cantidad de grabados recibidos, hubo que adoptar una disposición extre- ITDT) y Chesehogo Yamada (National Museum of Western Art, Ueno-Koen,
ma: de cada artista se exhiben dos y los restantes serán puestos en carpetas para Tokio). La comisión de Honor estuvo integrada por Alfredo Boulton, Álvaro
ser consultados [y ofrecidos a la venta] por los visitantes que lo deseen”. “Buenos Carrillo Gil, Agustín Edwards, Sergio Larraín, Francisco Matarazzo Sobrino, A.
Aires, centro mundial del grabado”, en Clarín, 26 de octubre de 1968, p. 48. Hyatt Mayor, Hans Neumann, Jorge Romero Brest, Gloria de Uribe y Ernesto Wolf.
306 SILVIA DOLINKO

94 El caso de Lasansky resulta significativo respecto de los vaivenes del circuito de Capítulo 7
competencias internacionales: mientras que en la Bienal de San Pablo de 1961 o
en la Bienal Americana de Grabado de Chile de 1963 había formado parte del en- Gráfica y política: revisiones y rupturas
vío norteamericano, en el caso de la Bienal de San Juan –que se restringía a los
artistas latinoamericanos– aparecía como argentino, aunque se había nacionali-
zado norteamericano hacía años.
95 Homar rememoraba: “Yo estaba presente cuando Lieberman conversó con Alegría

sobre una bienal en San Juan. Marrozzini también estaba presente e insistía fue-
ra Panamericana pero tanto Alegría como Lieberman le dijeron ¡Nix!”. “Lorenzo
Homar responde a Marrozzini”, San Juan, Avance, febrero de 1973, p. 37. Archi-
Uno de los aspectos más reconocidos de la tradición de la obra gráfica
vo Instituto de Cultura Puertorriqueña. es, como se ha mencionado, su vinculación estrecha con la propagación
96 Entrevista con la autora, 27 de enero de 2005. de discursos políticos y sociales. También se ha aludido dentro de este
97 Entrevista con la autora, 17 de octubre de 2005. Julio Le Parc había participado lineamiento al carácter pionero de la obra de los Artistas del Pueblo,
en la Bienal con la serigrafía Miroir (1967). quienes conforman uno de los más importantes referentes de este canon
98 Graciela Romero, “Arte democratizado”, en El Mercurio. Revista del domingo,
local. De la agrupación, fue probablemente Facio Hebequer quien al-
Santiago de Chile, 2 de agosto de 1970. Archivo MNBA Santiago de Chile. canzó con el tiempo mayor reconocimiento y prestigio, consecuencia
99 Desarrollada entre el 9 y el 16 de agosto de 1970, apuntaba a que “cada comité
de una progresiva reconstrucción simbólica de su figura en paralelo al
[programe] actividades diarias destinadas a operar a fondo en la zona que le co-
rresponde cubrir a cada uno de ellos”. “Semana de adhesiones en la UP”, en
rescate material de su obra gráfica llevado a cabo a partir de los años se-
Clarín, Santiago de Chile, 8 de agosto de 1970, p. 4. senta. Fallecido en 1935, tres décadas después “resucitaba” a través de
100 Virginia Vidal, “Artistas de la Unidad Popular expondrán en 50 ciudades de una serie de exhibiciones organizadas por diversas formaciones e insti-
Chile”, en El Siglo, Santiago de Chile, 6 de agosto de 1970, pp. 1 y 7. El día de la tuciones del campo local, recuperando su obra y la de los Artistas del
inauguración se ampliaban a ochenta las ciudades implicadas en la exposición Pueblo, una producción casi olvidada para esos tiempos y desconocida
simultánea. para las nuevas generaciones. En este sentido, se consagraba un aspec-
101 Para Mellado, los diferentes posicionamientos estético-ideológicos sostenidos
to de la “herencia cultural” del arte social argentino a través de una
desde la Bienal y la muestra de la UP pueden ser evidenciados a partir de las
operación de tradición selectiva.1
técnicas gráficas destacadas en cada uno de estos eventos: la xilografía “arcaica”
en el primer caso y la serigrafía “popular” en el segundo, marcando “la lucha de
La revisión de este corpus no fue abordado, según el punto de vista de
sensibilidades en el propio seno de la plástica de izquierda”. Justo Pastor las instituciones implicadas, desde una lectura historiográfica sobre una
Mellado, “Notas para una investigación sobre las dos escenas de origen del producción del pasado sino como ejemplo vigente frente al arte actual. Y
Grabado Chileno Contemporáneo”, en Carlos Hermosilla, artista ciudadano... así como en el contemporáneo revisionismo histórico “la exploración del
op. cit., p. 43. pasado se hace como una tentativa de ofrecer el aval de la historia para
102 “80 exposiciones en todo el país inauguran hoy plásticos de la UP”, en El Siglo,
la crítica de la Argentina del presente”,2 en el rescate de Facio Hebequer
Santiago de Chile, 12 de agosto de 1970, p. 9. se enfatizó el aspecto “mítico-heroico” del personaje y su obra, confron-
103 De los participantes que he podido registrar participando en ambas exposiciones
tándola con la producción contemporánea. Sin embargo, puesta esta obra
–Luz Donoso, Eduardo Garreaud y Santos Chávez– los dos primeros obtuvieron
distinciones.
a competir en la arena sesentista, representaba un discurso desfasado,
104 “IV Bienal Americana de Grabado”, en El Siglo, Santiago de Chile, 21 de agosto una producción arcaica.3 A la vez, algunos artistas jóvenes resignificaron
de 1970, p. 10. su línea de gráfica militante desde lenguajes actualizados; en su imagina-
rio, los Artistas del Pueblo operaban más como “marco conceptual” que
como registro visual a proseguir.

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