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INTEGRANTES : CORONADO VALDERA, EDINSON LA ROSA

CURSO : DEONTOLOGÍA - XX P.P. DE ADMINISTRACIÓN

TEMA : CASOS DE ÉTICA EMPRESARIAL.

DOCENTE : LIC. JULIO MARIO BANCES ANTEPARRA

ESCUELA : CONTABILIDAD
PUBLICIDAD ENGAÑOSA

En este caso de la Publicidad Fraudulenta, trata de un caso claro de publicidad


engañosa, agravada con dolo y fraude, donde los empresarios tienen en este
caso, la obligación de reparar, individualmente, si fuera posible o de manera
genérica la comunidad, si la compensación personalizada resultara inviable.

El caso de publicidad engañosa es aquí claro., donde hay una responsabilidad


que afecta tanto a la empresa como a la agencia publicitaria. Se transmitía, de
hecho, una mentira, presentándola como verdad: engañando.

La justificación normal, y cierta, de la publicidad es que se trata, en el fondo, de


una información y, en ese sentido, de un servicio al público. En realidad, la
publicidad es una forma de llamar la atención, requisito indispensable para
cualquier venta. Dentro de eso, cabe una publicidad informativa y otra que se
basa simplemente en el llamar la atención mediante diversos recursos de
lenguaje, de imágenes, etc. Es, en cierto modo, un juego del que la mayor parte
del público sabe las reglas.

El engaño no es una forma de hipérbole, sino algo propio y específico. En el caso


propuesto, las pastillas no hacían adelgazar, como bien supo ver el médico al
que se solicitó el dictamen. Hubo necesidad de ocultar la verdad: primero,
mediante una reserva mental, el nuevo dictamen del médico; después, mediante
un anuncio publicitario, el spot televisivo, montado estrictamente sobre una
falsedad.

En este caso, además de engaño y a través del engaño, hay un fraude, con
consecuencias materiales para todo el que comprara el producto. En estricta
coherencia ética habría que devolver al público su dinero. Desde el punto de
vista legal, donde la publicidad engañosa constituye delito, esa exigencia ética
queda cumplida si se da una condena, normalmente acompañada de una multa.
Donde la publicidad engañosa no esté tipificada como delito hace falta una
reparación global al público en general, dada la dificultad práctica de resarcir a
todos los perjudicados. La publicidad es el motor que mueve las ventas, si no
está tipificado como un delito.
CUANDO LA PRUDENCIA ES ASTUCIA

En los dos casos se trata de astucia, pero de una astucia lícita, que forma parte
de la virtud de la prudencia. En el primer caso hay la sospecha de un pequeño
fraude, donde el bolsillo del vendedor no es igual que el bolsillo de los
compradores, pero quizá sin excesiva importancia. Y, por lo demás, las radios
de transistores evolucionaron en seguida de forma que sí cabían en el bolsillo de
las camisas. Se advierte en estos ejemplos cómo la expansión de una 139
compañía que alcanzaría importancia mundial se hizo a base de medidas
ingeniosas, prudentes y audaces.

En el segundo caso, alguien puede advertir una falta de patriotismo, cuando es


todo lo contrario. Los de Sony querían luchar contra un prejuicio muy extendido,
que consideraban injusto. Pero presentan batalla de modo astuto: que el rótulo
Made in Japan apenas se vea. Treinta años después de eso Akio Morita puede
escribir un libro sobre toda la aventura, al que titula orgullosamente Made in
Japan.

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