CURSO DE TAROT EGIPCIO ESTHER CASLA

ESCUELA SUPERIOR DE TAROT

Lic. Marinella Botello R.

ANEXO1: GLOSARIO EGIPCIO INICIAL

Amón, Dios: Su nombre los egipcios lo interpretaban como “el escondido”, pues era la fuerza invisible del
viento invisible. Es un dios primordial y era venerado en forma de ganso. El carnero con cuernos retorcidos
se considera como el animal sagrado, como indicio de su relación con la fertilidad. Es identificado también
como Amón-Ra, el Dios Sol.

Anubis, Dios: Es el soberano de la muerte, de la Tierra Sagrada o Necrópolis. Tiene forma de cánido.
Protege a la momia durante la noche contra fuerzas maléficas (el perro negro a los pies de la tumba). Era
subordinado de Osiris. Dirigía el pesaje de los corazones en el juicio de los muertos.

Ank: Es un lazo, que representa felicidad y aliento de vida. Es una llave que abre a la luz del conocimiento
del más allá.

Bai: El Ba o Bai del difunto, es algo parecido al concepto de alma, para los egipcios el alma es más bien
una fuerza psíquica con poderes imperecederos. Se representaba, muchas veces, como el Ave Fénix con
la cara o cabeza del individuo en la tumba

Buitre: animal sagrado de la diosa Mut. Símbolo femenino en contraposición de escarabajo, encarnación
del principio masculino.

Apofis, dios: era el dios que representaba las fuerzas del mal. Habitaba en el Duat (Infierno egipcio). Se la
representaba como una gran serpiente o cocodrilo que habitaba en el Nilo. Amanazaba al Dios sol Ra. Era la
representación del mal.
Bastis, diosa: Diosa león que representaba la dulzura maternal y era guardiana del hogar y feroz defensora
de sus hijos. También representaba la abundancia y era la señora del placer, poseyendo todos los aspectos
pacíficos de diosas peligrosas como Sejmet. Era protectora de los gatos y, por lo tanto, enemiga de las
serpientes, fundamentalmente de Apofis a la que ataca con sus garras protegiendo a su padre Atum.

Cetros
Cetro Sejem, utilizado por reyes como por nobles, simbolizaba la fuerza y la energía mágica de su
portador.
Cetro Nekjej, símbolo antiquísimo del estado, tenía la forma de un flagelo o mayal. Consiste en un bastón
corto con dos o tres cintas o sartas de perlas colgando de él. Era muy utilizado en las ceremonias, y
aparece con mucha frecuencia asociado al dios Osiris.
Cetro Heka es el eterno acompañante del Nekjej. Su función era clara: como el pastor dirige al ganado
con un cayado, el faraón lo hace con el heka a todo su pueblo. El rey suele aparecer con los brazos
cruzados y en cada uno de ellos porta uno de estos símbolos del poder. Reforzaba con ello varios posibles
mensajes: “soy el señor de todas las tierras y rebaños de Egipto”, “represento el poder temporal y
espiritual”. El Heka era un cetro también asociado a Osiris y con grandes poderes mágicos (la
palabra Heka significa magia).

Cnum, dios: Fue venerado como dios Carnero, era el guardián del Nilo y se encargaba de regular la
inundación. Su función más importante era la de creador. Formaba el cuerpo del niño, como un alfarero, lo

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hacía pasar por el semen del padre al vientre de la madre. De esta manera, también formaba a los Dioses.
En él están unidos Ra, Shu, Osisris y Gueb.

Corazón: Para los egipcios el corazón era la víscera más importante del ser humano, aquel que
proporcionaba la libertad de acción y de discernimiento. Emplearon dos palabras distintas para designar el
órgano: una era ib y la otra Haty. Aunque existen problemas para percibir de una forma clara cuándo debía
ser usado un término u el otro, parece que el primero se suele referir a la entraña como responsable de los
actos, la conciencia, la sede del pensamiento, la memoria, la inteligencia, la imaginación, el valor, la fuerza
de la vida, el deseo, etc, mientras que la segunda suele utilizarse cuando quieren indicar el corazón en su
aspecto físico. Por todo ello era un órgano que no se retiraba del cuerpo en el proceso de la momificación.
La adscripción del corazón como sede del razonamiento queda clara en la teología menfita. En ella se
explica cómo Ptah creó gracias a que su corazón “pensó” y, posteriormente, por la intervención de la
palabra. Es decir, gracias a que “pensó” y lo que deseaba esto se hizo realidad originando todo cuanto
existe.
Como órgano que originaba los sentimientos, tanto buenos como malos, era el que debía testificar en el
Más Allá. Es decir, debía someterse a un juicio en el que el difunto sería juzgado por sus actos en la tierra.
Para ello, era el corazón el que se pesaba en una balanza donde se situaba, como contrapeso, a la diosa
del orden cósmico y de la justicia, Maat o la pluma de avestruz que la representaba. Para salir venturoso y
ser considerado merecedor de vida futura, el corazón debía de ser tan ligero como la diosa. En caso
contrario, éste sería devorado por un genio que esperaba al pie de la balanza y de este modo perecía
definitivamente. En este acto parece que el corazón puede interpretarse como la conciencia (de ahí el
término “psicostasia”). Sin embargo conviene tener presente que, aunque en el Reino Medio existía un
tribunal que juzgaba los actos del individuo, entonces no existía aún el arbitraje que hizo su aparición en el
Segundo Período Intermedio y de forma continuada en el Reino Nuevo.

Por esta razón, sobre los cuerpos de las momias y en concreto sobre su pecho, se incluía un sustituto del
corazón, que consistía en un escarabeo (véase “escarabajo”) en piedra o pasta, grande, inscrito con el
Capítulo 30 del “Libro de los Muertos”. En la inscripción se exhortaba al órgano para que no testificara en
contra del finado, una especie de “fórmula mágica para la seguridad del fallecido”.

Corona

II
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En Egipto existieron distintas coronas que debían de ser usadas por el rey o los dioses (representados por
el clero o en la iconografía sagrada) dependiendo del rito o del acto que se celebrara. Algunas
representaban puntos geográficos (Corona del Alto y Corona del Bajo Egipto), otras estaban relacionadas
con ciertos dioses, como por ejemplo la corona Atef, símbolo de Osiris. Un tercer grupo eran aquellas mal
llamadas “de guerra” como por ejemplo la corona Khepresh
Conviene recordar que, sobre todo a partir de la Dinastía XIX, en la iconografía aparecen una serie de
coronas recargadas que incluyen signos y símbolos no tradicionales en ellas. Éstas corresponden a un
gusto más abigarrado por el que se incluían numerosos motivos que llegan a tener una destacable
complejidad, dotándolas de mayor poder aún.
Según se aprecia en la escena de coronación que se grabó en la capilla Roja de la reina Hatshepsut, el
orden para la imposición de coronas era el siguiente: primero el nemes, después del Khepresh, tras él
la ibes, en cuarto lugar la net, en quinto la atef, en sexto la Henu, en séptimo la corona de Ra, en octavo la
corona blanca y en noveno y último la corona roja.
En este punto no se incluye el término “nemes, que tiene su apartado independiente por considerarse más
un atuendo que una corona.
Tampoco se incluye el casquete etíope por ser únicamente un distintivo de carácter étnico que aparece en
un momento muy puntual de la historia egipcia.

Tocado de los Dioses

III
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Escarabajo: Imagen de autocreación, era venerado con el nombre de Kepri que significa, el que nació de
la tierra. Se le equiparó al dios Atum, se le consideró una forma de dios sol. Se usaba como amuleto,
como símbolo de una nueva vida. El jeroglífico significa “origen”

Espada Khopesh: Espada falciforme símbolo de fuerza, usada en la guerra y para sacrificios. La portaban
los faraones y quien la llevara, era el señor de la vida y de la muerte.

Gueb, dios: Era la personificación de la tierra, llevaba las plantas en sus espaldas y el agua surgía de él.
Junto con Nut, engendró el sol (Ra). Era el padre de todos los dioses y por ello el Rey era heredero de
Gueb. Su representación antropomorfa llevaba un ganso en la cabeza. Usaba el tocado correspondiente al
Bajo Egipto.

Hathor, Diosa: Nombre que significa “La casa de Horus” era la madre del dios sol hasta que fue
reemplaza por Isis. Era representada con una cabeza de vaca y en el centro de la cornamenta, el disco
solar. Era la diosa de los muertos, los protegía de la oscuridad. También eral a diosa del baile, la música y
del amor.

Horus, Dios: Representado por el Halcón. La imagen de este dios es el halcón con las alas abiertas o con
la cabeza de este ave. Él es el soberano de los cielos, por lo cual el disco solar es también su símbolo. Era
el rival de Set quien le hizo perder un ojo en batalla. Ambos dioses gobiernan Egipto Antiguo, Set el Alto
Nilo y Horus, el Bajo Egipto. Luego Set fue confinado al estéril desierto. El pájaro es símbolo del alma. El
símbolo de las alas de Horus desplegadas simboliza que es el dios de los cielos protegiendo a la tierra.

Isis, Diosa: Su nombre significa asiento, por eso se representa con un trono en la cabeza, era
considerada la madre simbólica de la mitología. Era considerada “rica en magia” y protegía a su hijo Horus
contra serpientes, animales feroces y otros peligros. Es una diosa lunar y también fue patrona de los
marinos. Es Sirius del cielo.

Maat, Diosa: Es la personificación de las leyes básicas de todo lo que existe. Representa los conceptos de
la ley, la verdad y el orden universal. Maat era el alimento de Ra, porque sin orden no hay vida. Su
representación es la diosa sentada con una pluma de avestruz en la cabeza y la llave ank en las manos.
Los faraones la tenían en sus manos y la daban de ofrenda a los dioses como un compromiso de encarnar
el orden divino. Durante el juicio los muertos, el corazón del difunto se ponía en la balanza de la justicia,
en la cual la pluma de Maat (símbolo de la verdad) hacía contrapeso. Los jueces se consideraban
sacerdotes de Maat.

Nenúfares: El nenúfar es el símbolo del sol que nace después de la noche pues era considerada la flor
que nació al principio y surgió de Nun, agua primordial. En escenas funerarias aparece representado el
difunto deleitándose con el aroma de la flor de loto.

IV
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Nut, diosa: Es la diosa que era hija de Shu y esposa de Gueb, personificaba el firmamento y se le
representaba como una mujer doblada en arco sobre la tierra tocando el horizonte con sus pies y sus
manos. Todos los astros eran hijos de ella. Otras veces era representada como una cerda dando de
mamar a sus cerditos (los astros). Era la madre de Ra, que lo devoraba con la boca al anochecer y al
amanecer lo paría. Por eso también tenía que ver con la resurrección. A menudo era representada con
alas de buitre y una pequeña vasija en su cabeza.

Osiris, dios: Recibió el dominio de la tierra en manos de su padre Gueb. Era el soberano del infierno y la
forma nocturna del Sol. El faraón durante su vida, era la encarnación de Horus, pero al morir, era –la
encarnación de Osiris. En sí mismo, este dios era también el dios de la resurrección.

Papiro: Símbolo del mundo que surgió de las aguas primordiales, es una planta consagrada a la diosa
Uto, simboliza crecer y desarrollarse. Las diosas Batis y Hathor también recibieron un cetro en forma de
papiro.

Pirámides: Colina primordial, que emergía simbólicamente de las aguas primordiales. La punta de las
pirámides era dorada, lo que las vinculaba al Sol. El rey enterrado en esa pirámide ejercías sus funciones
en el mundo celeste.

Ra o Re, Dios: Dios sol. Se asoció con Haractes, Horus en forma de sol naciente y tomó de él la cabeza
del halcón y se le añadió su propio cuerpo. Luego se fusionaron el dios creador, Amón con Re, así cruzaba
los océanos, los reyes eran conocidos como hijos de Re y estaba acompañado por su visir Thot y su hija
Maat, lo que representaba el orden cósmico. El Sol era considerado como soberano del cielo.

Seth, Dios: ES considerado el dios de los desiertos y rival de Osiris, el dios de la vegetación. También fue
nombrado el dios de los mares asesinos. Los metales y los minerales eran considerados los “huesos de
Seth”. Los animales de Seth eran: el asno, el cocodrilo, el hipopótamo y los peces. Era la figura simbólica
de todo mal.

Shu, dios: personificaba las fuerzas necesarias para vivir. El sostenía la bóveda del cielo Nut,
separándola de la tierra Gueb. Era representado como forma humana y una pluma en la cabeza. También
con cabeza de león.

Sócares o Sókar, dios: es el dios funerario, del Mundo Inferior. Él guardaba la puerta de acceso al
inframundo. Se le representa configura antropomorfa, cabeza de halcón sentado sobe una pidea y con

V
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corona atef, en sus manos lleva el cetro, el flagelo y/o el Uas, también puede portar el Ank. También
cumplía las funciones de creación, metamorfosis y renacimiento.

Thot, Dios: Cabeza de Ibis (su patria era el Delta) Thot, era el soberano de la Luna, quizá porque en la
luna creciente vieron el pico del ave. Un mito señala que nació de la cabeza de Set después que este, sin
querer, se había tragado el semen de Horus. El Disco de la Luna llena depende de Set, la fuerza del Dios
de la Luz. Mientras que la fuerza de la oscuridad (vista como el misterio) era de Thot, el Dios del tiempo,
calculador de los años. Sus utensilios son para escribir y una hoja de palma. Se describía como una
lengua o también el corazón de Ra. Es visto como protector de Osiris y por eso era el ayudante de los
muertos, de ahí su conexión con Hermes. Era adorado en Hermópolis.

Ureo: es una palabra que significa “la que se empina”. El Ureo es la serpiente que llevaba el rey en la
Diadema o en la corona. Es una representación de una cobra erguida con el cuello hinchado. Era el
símbolo de la realeza y era llevado por los dioses Horus y Ra.

VI