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ESCUELA DE ENFERMERÍA
PSICOLOGÍA CLINICA I
08/01/2018
CEREBRO EMOCIONAL
SISTEMA LÍMBICO
El neurólogo Paul Broca definió el lóbulo límbico como un tejido cortical que forma un
borde encima de la cara medial de los hemisferios, en torno al tronco del encéfalo y al
cuerpo calloso, más tarde fueron denominados rinencéfalo es decir se hablaba del cerebro
olfatorio ya que tenía una gran influencia en la percepción de los olores y en el control de
las conductas guidas por el olfato.
James Papez describió la corteza del rinencéfalo que tenía conexiones anatómicas
conectadas con el hipotálamo donde actuaba como el procesamiento de información
emocional que se localizaba en la pared medial de los hemisferios que interconecta la
corteza y el hipotálamo. En 1952 Paul MacLean hablo del cerebro visceral donde nació
el término sistema límbico, el aseguro que este sistema participaría en el control y la
elaboración de las emociones y no tanto en el procesamiento de la información olfativa.
El sistema límbico está constituido como un puente de comunicación entre las respuestas
neuronegativas y conductuales a los cambios del entorno, dado que trata de un sistema
interpuesto entre el hipotálamo y la neocorteza. Diferentes áreas corticales límbicas y
otros componentes de este sistema constituyen un punto de conexión entre el hipotálamo
y otras áreas de asociación multimodal, especialmente la corteza prefrontal. Composición
del sistema límbico es de circunvolución cingulada, circunvolución parahipocampica, el
hipocampo, la amígdala, los núcleos septales, áreas olfativas el hipotálamo y zonas de
formación reticular mesencefálicas.
HIPOTÁLAMO
Hay que mencionar que el hipotálamo fue una de las primeras estructuras que se relacionó
con la conducta agresiva. El hipotálamo es un centro capaz de integrar cierto tipo de
información emocional y sensorial con el fin de poder generar una respuesta eferente
apropiada.
Uno de los papeles más importantes de las amígdalas es enviar información al hipotálamo
y al troco del encéfalo para poner en marcha los tres componentes de una emoción como
respuesta a situaciones de índole variada. La amígdala recibe información sensorial del
tálamo y de la corteza sensorial, y también recibe información de la corteza de asociación
y del sistema límbico asimismo, esta estructura envía conexiones a la corteza sensorial, a
la corteza frontal. A la formación hipocampal, al hipotálamo y a diferentes núcleos del
tronco del encéfalo.
Esto significa que la amígdala está implicada en las reacciones emocionales de especies
animales muy variadas y en los efectos de las emociones sobre diferentes procesos
cognitivos, como la atención, la memoria a la cognición social.
Desde una perspectiva anatómica y funcional, los núcleos centrales están muy
relacionados con varias estructuras del tronco encefálico, con el hipotálamo y con
diferentes áreas de procesamiento de la información sensorial visceral.
LESIONES DE LA AMÍGDALA
Estudios realizados demostraron que una de las lesiones más procedentes que se
manifestó en los monos es la falta de respuestas emocionales inusuales que se denominó
síndrome de Klúver-Bucy. Y la amígdala es la estructura principal responsable de esta
alteración. Cuando se lesionaba la amígdala también quedaban afectados por la lesión
zonas próximas a estas, como la corteza entorrinal y el polo temporal, que hoy se sabe
que participan en la regulan de las conductas sociales y en el procesamiento de la
información emocional.
CORTEZA Y EMOCIONES
Esta red incluirá la corteza orbitofrontal, ciertas regiones de la corteza cingulada anterior
y las conexiones con otras partes del cerebro:
• la red orbital incluye las áreas 11. 13. Y 47/12 de la corteza orbitofrontal y recibe
conexiones de todas las modalidades sensoriales, incluyendo aferentes viscerales.
• la red medial incluye las áreas 11, 13, 14 y el área lateral 47/12 de la corteza
orbitofrontal, así como las 25, 32 y 10 de la pared medial. Se trata de una red con
un importante output visceromotor.
Algunos investigadores ha puesto que la corteza orbitofrontal se encuentra implicada en
la integración de las señales corporales para ayudar a los procesos de toma de decisiones.
Por sus conexiones con regiones de la corteza frontal y otras estructuras cerebrales, la
corteza orbitofrontal contiene información de la planificación conductual frontal y del
procesamiento sensorial del entorno, lo que le permite actuar sobre el desarrollo de
determinadas conductas y respuestas fisiológicas.
En los últimos años, estudios de Antonio Damasio et al. Han demostrado que las lesiones
de la corteza prefrontal ventromedial en pacientes adultos no alteran la capacidad de
valorar el significado social de situaciones teóricas, pero los incapacitan para poder
aplicar estas valoraciones a su vida real.
Por este motivo era capaz de retomarlos cuando se les preguntaba sobre su aplicabilidad
teórica a diferentes situaciones ficticias. No obstante, cuando tenía que aplicarlos a
situaciones reales de su propia vida era incapaz de evocarlos.
En el 2006, Anderson et al. Pusieron de manifiesto la existencia de una relación entre los
deterioros mostrados por los pacientes con lesión de la corteza prefrontal ventromedial
en las competencias del mundo real y la presencia de disfunciones de tipo emocional. Sin
embargo, estos investigadores no hallaron relación entre las habilidades cognitivas de los
individuos y las competencias mostradas en la vida diaria.
La corteza prefrontal ventromedial podría ser una región critica para la educación de las
reacciones emocionales al contexto social en el que se encuentra el individuo. Esta sesión
podría estar implicada en el uso de la información relacionada con las reacciones
emocionales para guiar la conducta.
Los pacientes cuyas lesiones habían tenido lugar en la edad adulta eran capaces de llevar
a cabo juicios sociales y morales, a pesar de que eran incapaces de aplicarlos en sus
propias vidas.
Los pacientes con lesiones en la corteza prefrontal ventromedial mostraron una tendencia
más acusada a contestar afirmativamente al dilema moral planteado.
CORTEZA ORBITOFRONTAL
AGRESIÓN
La amígdala madura en etapas tempranas del desarrollo, mientras que la corteza prefrontal
lo hace en épocas mucho más tardías.
En 2005 Yang et al. Encontraron que la reducción del volumen de la sustancia blanca de
la corteza prefrontal se relacionaba con una disminución de los recursos cognitivos para
manipular y controlar a otras personas y para tomar decisiones en situaciones
determinadas. Esto podría explicar por qué algunos asesinos son capases de controlar su
conducta y evitar que las autoridades los atrapen.
Los asesinos de este tipo presentan relativamente intacta la sustancia blanca de la corteza
prefrontal.
SITUACIONES SOCIALES
Cuando los individuos interactúan con otras personas, necesitan poder llevar a cabo
complejos análisis de la situación social en la que se encuentren. En una situación social
es necesario ser capaz de reconocer deferentes estímulos en la dinámica del
comportamiento de otras personas para que sirvan como guía de la propia conducta.
JUICIOS MORALES
ENFADO
Algunos autores han sugerido que la corteza prefrontal dorsolateral podría desempeñar
un importante papel en los procesos de control racional de las relaciones emocionales. En
las acciones de contenido moral, se considera que la respuesta es utilitaria si la acción
lleva a un beneficio de la mayoría, y en las acciones de contenido no moral, si implican
la maximización del beneficio sobre las consecuencias.
La corteza prefrontal dorsolateral forma parte del sistema neural encargado de integrar la
información emocional generada por el conocimiento de la información de una respuesta
en los juicios morales.
Es necesario tener presente que cuando se juzga una acción como moralmente aceptable
o inaceptable, intervienen aspectos muy complejos relacionados con las creencias, las
intenciones y con todo un abanico de razonamiento vinculados al al estado mental de la
persona.
ÍNSULA