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AUTORÍA: Juan Cuesta. Área de Naturaleza de Ecologistas en Acción Andalucía.


DISEÑO: Sara Acuña. Área de Naturaleza de Ecologistas en Acción Andalucía.
FOTOGRAFÍA: Anna Elías Manén.
EDICIÓN:
2 Noviembre 2017
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El Espacio Natural de Doñana está incluido en la


Red de Parques Nacionales y se distribuye por las
provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, siendo
reconocido como la mayor reserva ecológica de
Europa. Dentro del mismo se encuentra el Parque
Natural de Doñana, cuyos valores ambientales lo
hacen merecedor de figuras de protección
internacionales. Está declarado Espacio Protegido
Red Natura 2000, Reserva de la Biosfera y Sitio Imagen 01. Reserva Biológica de Doñana.
Ramsar, entre otras, por ser uno de los humedales
de mayor importancia internacional.
Es posible diferenciar 3 grandes áreas estrechamente relacionadas por conexiones
ecológicas: las marismas, el sistema dunar, y los matorrales y bosque mediterráneo en
arenales costeros, intercalados con sistemas lagunares que le aportan gran diversidad
paisajística y ecológica.
La marisma es el espacio de mayor
productividad y acoge cientos de miles de aves
migratorias que vienen a refugiarse del crudo
invierno europeo. Entre ellas destacan por su
número los ánsares comunes, que llegan en
octubre a alimentarse de los tubérculos de la
castañuela, una planta que cubre toda la
marisma dulce desde el final del invierno hasta
que se agosta en verano. También es un
Imagen 02. Marisma con caballos de la retuerta, importante lugar de cría de las aves sedentarias
raza autóctona de la marisma.
o que vienen desde África a criar aquí.
Destacan por su situación poblacional aves en
peligro de extinción como el avetoro, la cerceta
pardilla, la malvasías o la focha cornuda. Un
caso espectacular de recuperación de sus
poblaciones lo encontramos en el morito que
de darse por extinto en los 70, pasó a iniciar
una recolonización del espacio a principios de
siglo hasta contarse por miles a día de hoy.
Imagen 03. Marisma, eucaliptal y retuerta al
4 fondo. Presencia de exóticas como el eucalipto
en el corazón de Doñana.
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Las dunas son otra de las estampas características del Espacio Natural, dunas móviles
originadas por la acción humana al desmontar la vegetación que la retenía para ser
utilizado como combustible (carbón) o en la industria del salazón. A pesar de ello, aún
quedan reductos de la vegetación original de enebrales y sabinares.

La duna muere en la marisma en un ecotono


conocido como retuerta, donde se ubican el
gran cordón de lagunas peridunares, entre
las que encontramos la de Santa Olalla, La
Dulce, el Sopetón, el Zahillo y otras muchas
con nombres vernáculos de gran interés
antropológico, al igual que toda la
denominación de corrales, vetas, paciles o
lucios, entre otras nomenclaturas, que
Imagen 04. Laguna La Dulce. Avifauna de flamencos
y garzas. Dunas al fondo.
encontramos diseminadas por toda la zona.

Por otro lado, los mantos eólicos de arenales


que constituyen los cotos de matorrales y
bosques de pino piñonero que se han visto
favorecidos por reforestaciones,
consiguiendo mermar la presencia de
alcornocal, limitándola a la zona norte del
Parque Nacional conocida como Matas
Gordas. En el resto de la zona el alcornoque
se limita a ejemplares aislados que se hacen
más abundantes en la zona de contacto de la Imagen 05. Pinar con matorral de torvisco, romero y
marisma y los cotos, en el ecotono de la vera. jaguarzos. Ilustra zona tipo afectada por el incendio

Estos espacios son los que dan cobijo a las especies más emblemáticas del Espacio Natural,
el lince y el águila imperial, que no remontan sus poblaciones debido a la escasez de
conejos, en jaque mate por las enfermedades y el envejecimiento del matorral, y cuyas
poblaciones mínimas resultan insuficientes para mantener a toda la población de predadores
que dependen de ellos.

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El aumento de superficie protegida y


del número de figuras de protección
no están sirviendo para garantizar la
conservación del Espacio a medio
plazo ya que no se ha puesto fin a sus
principales amenazas, derivadas de
la intensificación del uso agrario y
turístico del entorno, que compiten
por los recursos naturales de Doñana,
en una carrera donde la conservación
Imagen 06. Arrozal. Ilustra impactos al acuífero por
del espacio suele ser la gran la agricultura
perdedora.
Ya en 1992, la comisión de expertos creada para una evaluación socioambiental de la
comarca, que sirviera de base para el futuro Plan de Desarrollo Sostenible, hacía hincapié
en la necesidad de atajar el abusivo uso de las aguas subterráneas, que ya por entonces
venía mermando la capacidad reproductiva del Espacio. Las extracciones para cultivos de
fresas en Huelva y para arroz y frutales en Sevilla, provocaban descensos en el freático
muy por encima de lo sostenible, con indudables afecciones a ecosistemas que dependen
directamente del mantenimiento de estos niveles muy próximos a la superficie y derrames
a la marisma que prolongan los periodos de inundación de la misma, en etapas clave para
que la reproducción de acuáticas llegue a buen término.

Imagen 07. Cultivo de algodón igual que en 1529.

A esto se le suma que tampoco se ha actuado para remediar las afecciones localizadas de
otras extracciones como las de Matalascañas, que han ido provocando un descenso en los
niveles de aguas del cordón de lagunas peridunares, con la desecación total de algunas
lagunas y la desaparición de especies en otras.
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Las aguas superficiales, que intentaban paliar la escasez de aportes tanto superficiales
como subterráneos mediante su represamiento artificial por el sistema de compuertas que
separan la marisma del río, tuvieron una gran oportunidad para su restauración tras el
vertido tóxico de 1998: El proyecto Doñana 2005. Sin embargo, aunque se hayan
desarrollado algunas de las actuaciones programadas, otras han sido olvidadas y la
recuperación de aportes frustrada en buena parte. Sólo la recuperación de estos aportes
revertirían la artificialidad de las aguas de la marisma del Espacio Natural permitiendo su
renaturalización y de paso impedir la colmatación del vaso marismeño que está eliminando
la diversidad del espacio marismeño, lo que se puede traducir en una peligrosa pérdida de
biodiversidad.
Las soluciones que se aportan no van en el sentido de ajustar los niveles de extracción a la
capacidad de recarga del acuífero, sino que se pretende traer agua de otras cuencas
mediante unas costosas obras de trasvases que potencian la transformación el medio
forestal al no limitarse la demanda, pudiendo provocar la contaminación del acuífero por
pesticidas e incluso por tóxicos presentes en las aguas trasvasadas (la cuenca del Odiel es
receptora de residuos mineros).
Todo este panorama se complica en un escenario de cambio global en el que el agua dulce
va a ser cada vez más escasa y los niveles del mar más elevados, con la consecuente
salinización de los acuíferos litorales y con periodos secos más prolongados en el tiempo,
favoreciendo la generación de grandes incendios.

En definitiva, seguimos presenciando una gran fractura entre el desarrollo socioeconómico


y la conservación del espacio, sin que se encuentre la fórmula para integrar la preservación
del espacio como el principal impulsor de las actividades de la comarca. De esta forma, sus
habitantes serían las primeras personas en prevenir y denunciar cualquier agresión al medio
natural.
Los planes de Gas Natural-Fenosa, más carreteras, nuevas plantaciones de eucaliptos, la
reversión de la ley de biodiversidad para impedir el control efectivo del cangrejo, los
centros para drones, entre otras, son amenazas que siguen sin dar respiro al ecosistema,
confirmando que Doñana no está a salvo a pesar de toda la legislación que la protege.
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Tras el incendio del pasado junio que asoló unas 10.000 hectáreas del Espacio Natural de
Doñana y su entorno más cercano, desde Ecologistas en Acción-Andalucía queremos
contribuir a la restauración de la zona mediante un plan de acciones de voluntariado y de
concienciación con recursos propios, asumiendo la imprescindible necesidad de
coordinación con la administración del Espacio Natural.

Zona que se localiza entre la playa y la cola


del frente dunar. Se inicia en un acantilado de
unos 30 metros que continúa con un frente
dunar, llegando a superar los 100 metros. En
los años 40 se encontraba deforestada por la
eliminación de la vegetación original de
enebros y con una movilidad similar a las
dunas vivas del parque nacional. En los años
50 la duna se estabiliza mediante la siembra
de pino piñonero. Se han realizado Imagen 08. Médano del Asperillo. Vegetación quemada
de camarina y pinares de repoblación.
plantaciones localizadas de enebro y se
encuentra bien representada la camarina. Es
una zona de gran valor ecológico con un buen
número de endemismos (enebro marítimo,
sabina, camarina, armeria, linaria thursica…).
Hay cierta diferencia entre la vegetación del
frente marítimo, expuesto al spray marino, y
la presente en la cola del frente, donde la
vegetación está menos expuesta a los vientos
dominantes, dándose una transición del
enebral al sabinar como vegetación de mayor
Imagen 09. Médano del Asperillo. Acopios de vegetación
desarrollo potencial. quemada en líneas para evitar la erosión eólica.

Los efectos del incendio más preocupantes en este área serán los derivados de procesos
erosivos, especialmente de erosión eólica. La duna puede perder la fijación ejercida por las
raíces, llegando a producirse los fenómenos de movilización dunar en rachas fuertes de
viento. La regeneración natural puede ser más que suficiente y quizás habría que plantear la
revisión del banco de semillas y su viabilidad antes de decidir si se debe incorporar alguna
protección
8 frente a la erosión eólica. Importante no destoconar los pinos afectados para
mantener el máximo posible la fijación radicular.
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Se extiende desde la cola del frente dunar norte


hasta la zona de contacto con las lagunas de
turbera de Ribetehilos. En esta extensa área se
da una transición en la que la sabina se va
reduciendo hasta quedar exclusivamente monte
blanco. En la actualidad aparece ocupada por
pinos raquíticos de repoblación. El estado de
estos pinos es suficiente indicativo de su mala
Imagen 10. Sabina, de especial interés en el programa
adaptación a suelos escasos en nutrientes y con
por su eliminación histórica y sustitución por pinares. el freático muy alejado de la superficie.

Tras su estabilización por regeneración natural


se debe reforzar la presencia de sabina en todo
la zona sur de este sector. El pino quemado se
debe usar in situ para proporcionar áreas de
refugio y vivares con los tocones y aportar
materia orgánica por picado de las ramas y su
incorporación superficial para enriquecer el
suelo y favorecer la presencia de herbáceas
que alimenten a la fauna.
. Imagen 11. Laguna del Abalario con grave afección
perimetral y escasa en el vaso lagunar.

Sector oeste del Espacio Natural y pinar de buen


grado de desarrollo ya fuera del Espacio.
Conformado por un pinar de repoblación con
pinos de gran porte, donde se debe exigir un plan
de restauración con el que intentar recuperar, en
la medida de lo posible, la vegetación autóctona
de alcornocal-acebuchal, con el matorral de gran
porte asociado (lentiscos, labiérnagos, madroños,
espinos negros, mirtos).
Imagen 12. Pinar calcinado con posible afección al
banco de semillas superficial.
A tener en cuenta el desequilibrio generado por las cercanas extracciones para
regadío que pueden hacer que tenga cabida un mosaico de alcornoque-acebuche en
las zonas más bajas del microrelieve y pino piñonero en las más altas, donde el
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freático se encuentra más inaccesible.
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El rosario de lagunas del Abalario es otra zona de gran valor afectada por el fuego. Las
lagunas estaban delimitadas hasta hace poco con vallados de protección frente al ganado,
pero poco a poco se fueron retirando.
Son zonas muy llanas y no cabe
esperar que el fuego haya afectado
gravemente. Se debe aprovechar para
incidir en la recuperación de las orlas
y las áreas adyacentes, según estén
presentes lagunas de origen freático o
impermeables, pues admiten distintos
tipos de vegetación. Serán las únicas
áreas del sector de matorral donde
puedan establecerse pies de
alcornoque-acebuchal y su orla, en el
caso de zonas próximas al nivel Imagen 13. Vegetación palustre en laguna del Abalario como
resguardo de fauna. Golondrinas en vuelo.
freático.

Desde el Loro hasta Mazagón el drenaje se produce por arroyos litorales paralelos que
forman caños de gran interés botánico como helechos, lianas, sauces y algún fresno. La
regeneración natural en esta zona será rápida, siendo recomendable facilitar algún tramo de
sauces mediante estaquillado y siembra directa de fresnos.

Imagen 14.
10 Arroyo del Loro. Observar la regeneración de cañas
(arundo donax), exótica a eliminar.
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Reconocemos al menos 5 áreas de vegetación diferenciada afectadas por el incendio, en


las cuales se pueden incluir tareas de voluntariado que favorezcan el conocimiento de las
personas participantes sobre la diversidad de la zona afectada.

En función de la zonificación y de las


diferentes necesidades de actuación en
según que zona programamos una
batería de acciones de voluntariado
para concienciar y paliar los efectos
del incendio de Doñana. Compartimos
la estrategia inicial de retrasar las
actuaciones de reforestación hasta el
próximo año bajo el criterio de analizar
la respuesta de la regeneración natural.

Imagen 15. Rebrote de espárrago a escasos días del


incendio, prueba de la capacidad de regeneración natural.

Todas las convocatorias incluirán una charla previa en la que se explicará la situación
del Espacio Natural, la problemática de los incendios en general y el de Doñana en
particular, y detallar las acciones de voluntariado del día.

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