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máx. Personas con escasa CF pueden realizar trabajo aeróbico por debajo del 85%
de la FC máx. Se almacenan en forma de glucógeno en los músculos y en el hígado.
Recordar que 1 gramo de HC origina 4 kcal.
Proteínas. El organismo trata de utilizar lo menos posible las proteínas como fuente
de energía, dado que sus funciones son constructivas y reparadoras. Son más uti-
lizadas cuando las reservas de glucógeno se están agotando. Su almacén principal
se sitúa en los músculos. No olvidar que 1 gramo de proteína produce aproxima-
damente 4 kcal.
entre 156 y 204 lat./min. En general, las personas más saludables y activas ten-
drán una FC máx. más elevada para su grupo de edad durante ejercicios progre-
sivos de intensidad máxima, que irá acompañado de un mayor volumen sistólico,
mejor gasto cardiaco y mayor consumo de oxígeno máximo absoluto y relativo.
De acuerdo con la FC máx. se planifica el pulso de entrenamiento, como se ex-
pone más adelante.
• La FC durante el ejercicio submáximo disminuye entre 20-40 lat./min después de
6 meses de entrenamiento moderado de tipo aeróbico (condición física cardio-
rrespiratoria-metabólica). La FC submáxima se reduce en proporción a la cantidad
de entrenamiento realizado.
• El periodo de recuperación de la FC después del ejercicio se reduce en los que
practican sistemáticamente ejercicios de tipo aeróbico, como consecuencia de la
mejora física que favorece el entrenamiento de resistencia. Esta variable sirve para
evaluar el progreso del entrenamiento.
menta la FC, así como la PAS y la PAD, a consecuencia de la gran fuerza de im-
pulsión cardiaca producida por el intenso estímulo simpático y la elevada resis-
tencia vascular. Un ejemplo de lo dicho ocurre en los ejercicios de fuerza isomé-
trica, como son los propios de la halterofilia o del fisiculturismo, donde se entrena
a un porcentaje elevado de la fuerza muscular máxima voluntaria, como es a partir
del 60 y hasta el 100% de dicha fuerza, denominada también como una repeti-
ción máxima (1 RM). Este tipo de ejercicio puede desencadenar una respuesta hi-
pertensiva en pacientes que la padecen.
Otras consideraciones de interés:
• En deportistas que realizan esfuerzos máximos pueden manifestarse valores de
presión arterial sistólica entre 200 y 250 mmHg. Se observan, en particular, du-
rante las pruebas de esfuerzos máximos de tipo progresivo en la cinta o en la bi-
cicleta ergométrica.
• La actividad física sistemática mejora la calidad de la respuesta de las presiones
arteriales sistólica y diastólica durante el ejercicio, incrementándose la presión ar-
terial diferencial.
• El consumo miocárdico de oxígeno y el flujo miocárdico de sangre son directa-
mente proporcionales al doble producto cardiovascular, que se expresa: FC x PAS.
• En personas hipertensas leves o moderadas la actividad física aeróbica realizada
de forma sistemática, a una intensidad ligera o moderada, es capaz de disminuir
posteriormente en condiciones de reposo, un promedio de 11 mm la presión ar-
terial sistólica y de 8 mm la presión arterial diastólica. Por ello disminuye la pre-
sión media.
• Los aumentos de 15 mm de Hg en la PAD durante el ejercicio son considerados
como una respuesta anormal al ejercicio.
• Las personas sedentarias son “menos económicas”, con una menor presión dife-
rencial, a causa del aumento de la PAD.
• Pacientes hipertensos controlados responden a esfuerzos moderados-intensos e
intensos con valores de hipertensión en la PAS y en la PAD. Esto ocurre, sobre
todo, a partir del 75% de la FC máx.
• Durante el ejercicio isométrico (estático), próximo al 60% de la fuerza muscular
de una persona, las presiones sistólicas y diastólicas reflejan el estado hiper-
tensivo en el individuo hipertenso o en el portador de otra enfermedad cardio-
vascular. El entrenamiento de halterofilia puede producir hipertensión arterial
(HTA) cuando solamente se practica este tipo de ejercicio. En caso de ser por-
tador de una enfermedad degenerativa crónica o en personas mayores, es to-
talmente necesario el criterio médico para el desarrollo de la fuerza de tipo iso-
métrico (ver capítulo 3).
• Con igual carga relativa de trabajo, la presión sistólica es mayor cuando se rea-
liza el trabajo con los brazos que con las piernas; esto es debido a la menor
masa muscular y a la menor vascularización que existen en los miembros su-
periores.
• Durante el ejercicio isométrico aumenta la presión arterial media.
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Actividad física en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiometabólica. La dosis del ejercicio cardiosaludable
Esfuerzo máximo.
Gasto cardiaco = frecuencia cardiaca x volumen sistólico
Sedentarios: 21.450 ml/min = 195 lat./min x 110 ml/lat.
Entrenados: 35.000 ml/min = 195 lat./min x 179 ml/lat.
Sin duda, en este ejemplo, la persona entrenada muestra, ante un esfuerzo físico
máximo, que posee mayor gasto cardiaco a expensas de un volumen sistólico más
potente a causa de la hipertrofia fisiológica del ventrículo izquierdo, lo que garan-
tizará un trabajo muy superior en km/hora, vatios, etcétera; respecto a la persona
sedentaria, también realizó un esfuerzo máximo ante un menor trabajo, represen-
tado, en ambos casos, por los 195 lat./min que, en teoría, corresponde a la fre-
cuencia cardiaca máxima de las dos personas.
En la tabla 2 aparecen representadas la cantidad y la calidad del volumen sistólico
en condiciones de reposo y durante un esfuerzo máximo para sujetos sedentarios,
personas activas que realizan ejercicios aeróbicos y deportistas de las actividades
de resistencia.
Tabla 4. Distribución del gasto cardiaco durante el ejercicio ligero, moderado y vigoroso.
Órgano-tejido Flujo sanguíneo del ejercicio (ml/min y porcentaje)
Leve Moderado Intenso
Hígado-esplécnico 1.100 (12%) 600 (3%) 300 (1%)
Renal 900 (10%) 600 (3%) 250 (1%)
Cerebral 750 (8%) 750 (4%) 750 (3%)
Coronario 350 (4%) 750 (4%) 1.000 (4%)
Muscular 4.500 (47%) 12.500 (71%) 22.000 (88%)
Epitelial 1.500 (15%) 1.900 (12%) 600 (2%)
Otro 400 (4%) 400 (3%) 100 (1%)
Total 9.500 ml/min 17.500 25.000 ml/min
Estos datos indican que cuando se realizan pruebas de esfuerzo máximo sobre la
cinta, utilizando protocolos de carga progresiva, se alcanzan valores superiores de
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Actividad física en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiometabólica. La dosis del ejercicio cardiosaludable
Tabla 6. Clasificación de la intensidad del ejercicio dinámico basado en el entrenamiento de 15-60 min
de duración (Pollock & Wilmore ´90).
% FC máx. % VO2 máx. Grado de Clasificación
o reserva FC máx. percepción del de la intensidad
esfuerzo (Borg)
< 35% < 30% < 10 Bien liviano
35-59% 30-49% 10-11 Liviano
60-79% 50-74% 12-13 Moderado
(algo fuerte)
80-89% * 75-84% 14-16 Fuerte
≥ 90% ≥ 85% > 16 Bien fuerte
* Entre el 80-89% de la FC máx. se localiza el umbral anaeróbico (UA) para la mayoría de la población.
Existe una disminución del 9% del VO2 máx./kg por década de vida, aunque según
algunos estudios, las personas activas tienden a perder menos del 5% en ese pe-
riodo.
Practicantes de actividad física, mayores de 30 años, que entrenan sistemáticamente
siguiendo programas con predominio de la condición física cardiorrespiratoria-me-
tabólica, presentan un VO2 máx./kg y una edad biológica funcional de personas cuyo
promedio es de 5 a 10 años menor, lo que colabora con el enlentecimiento bioló-
gico del envejecimiento, mejorando ostensiblemente su capacidad biológica fun-
cional y su calidad de vida. Esto se hace más evidente a partir de los 50 años.
Personas sedentarias que inician un programa de CF cardiorrespiratoria-metabó-
lica por un periodo de 24 semanas aumentan sus valores de VO2 máx./kg entre un
10 y un 25%. En los casos de personas obesas sedentarias, que durante ese pe-
riodo logran disminuir aproximadamente un 10% de su peso corporal, tienden tam-
bién a mejorar en un 50% su consumo máximo de oxígeno relativo, esto es debido
a que ha aumentado el consumo máximo de oxígeno absoluto y que ha perdido
peso corporal. Es interesante resaltar que a partir de los 40 años, valores mayores
a 10,5 MET en hombres que presentan aproximadamente un VO2 máx./kg de
36,5 ml/kg/min y en mujeres con valores mayores de 9,5 MET, que corresponden
con unos 33 ml/kg/min, son considerados factores protectores de cardiopatía is-
quémica y de riesgo cardiovascular.
Blair (2001) demostró que pacientes con enfermedades degenerativas crónicas
con valores superiores a 8 MET, ≥ 28 ml O2/kg/min, tienen una expectativa de vida
significativamente superior que los que presentan valores menores de 5 MET,
≤ 17,5 ml O2/kg/min, lo que ha sido confirmado por otros autores.
Se ha demostrado científicamente que detentar valores de consumo de oxígeno re-
lativo con clasificación de bien y excelente para su grupo de edad y sexo, es pre-
dictivo como pronóstico bueno en pacientes portadores de ciertas enfermedades
degenerativas crónicas como: obesidad, diabetes, hipertensión arterial, cardiopatía
isquémica, algunos tipos de cáncer, entre otras.
Existen diferentes clasificaciones del VO2 máx./kg para la población según la edad
y el sexo. Una de las más conocida es la de la Sociedad Americana de Cardiología
(AHA), quizá la de mayor aplicación en nuestro medio a partir de los 20 años y
que aparece en las tablas 7 y 8. El consumo máximo de oxígeno relativo ha sido
objeto de estudios longitudinales con diferentes grupos poblacionales, de edad
y sexo, empleando el estudio ergométrico funcional máximo con una frecuencia
cardiaca máxima de entre el 90 y el 100%, en condiciones de laboratorio, de
forma indirecta y monitorizada con electrocardiograma (ECG), utilizando un test
ergométrico funcional máximo como pudiera ser el ya conocido protocolo de
Bruce modificado.
En las tablas 9 y 10 presentamos la clasificación del Colegio Americano de Medi-
cina del Deporte (ACSM), que fue realizada bajo similares condiciones que la del
AHA, pero con un grupo etario que oscila entre los 10 y los 19 años para ambos
sexos, y con población saludable.
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Actividad física en la prevención y tratamiento de la enfermedad cardiometabólica. La dosis del ejercicio cardiosaludable
submáximo, como vía para evaluar el VO2 máx/kg, se podrían aplicar test de campo
de diferentes niveles de intensidad, pero cuidando de no aplicar test máximos en per-
sonas con problemas de salud o con riesgo cardiovascular. Para estos test cabe uti-
lizar diferentes modalidades tales como caminar, trote o jogging, natación, ciclismo.
La valoración se establece, según el grupo de edad y género, para una distancia de-
terminada y según el tiempo realizado. Esta modalidad puede ser válida tanto en una
población saludable como en otra con problemas de salud. En el capítulo 6 presen-
taremos algunos test que podrían ser utilizados para evaluar la condición física aeró-
bica para cualquier tipo de población mediante la caminata y el jogging o el trote.
A partir del 60% de 1 RM, podemos afirmar que la persona se encuentra realizando
entrenamiento de fuerza isométrica. Cuando realizamos entrenamiento de fuerza con
un porcentaje ≤ 40% de 1 RM, el ejercicio de fuerza es de predominio isotónico y
cuando lo realizamos con valores ≥ 60% de 1 RM, es de predominio isométrico o es-
tático. El entrenamiento de fuerza entre el 20 y el 40% de 1 RM tiene un efecto apro-
ximado al de la CF cardiorrespiratoria-metabólica (aeróbica) y se denomina CF mus-
culoesquelética de tipo isotónico o dinámico, lo que aumenta la resistencia muscular.
Tabla 12. Comparación de las respuestas hemodinámicas (ACSM, 2003). Modificado por
Pancorbo, 2008.
Variables Ejercicio dinámico Ejercicio estático
o aeróbico o isométrico
Gasto cardiaco ++++ +
- Frecuencia cardiaca ++ +
- Volumen sistólico de eyección ++ 0
Resistencia periférica – +++
Presión arterial sistólica +++ ++++
Presión arterial diastólica –0+ ++++
Presión arterial media ++ ++++
Trabajo del ventrículo izquierdo Mejora el volumen de la Dificulta la
eyección y de su eyección, por el
eficiencia aumento de la
presión interna
Consumo máximo de oxígeno ++++ +
absoluto y relativo
Con el paso de los años, como consecuencia del proceso biológico normal de en-
vejecimiento, y con la presencia de determinadas patologías, esas capacidades se
deterioran y pueden disminuir bastante, lo que complican la supervivencia. Cuando
conservamos un estilo de vida saludable, a pesar de la edad, podemos llegar a man-
tener un porcentaje importante de nuestras capacidades funcionales motrices, lo
que permite vivir con una buena calidad de vida.
Las capacidades motoras, en definitiva, son condiciones de tipo endógeno que per-
miten la formación de habilidades de este tipo. Forman un conjunto de predispo-
siciones o potencialidades motrices fundamentales en el hombre que hacen po-
sible el desarrollo de las habilidades motoras aprendidas.
Un nivel suficiente u óptimo de desarrollo de las mismas permite la formación de
numerosas y sofisticadas habilidades.
El conocimiento de las condiciones generales que predisponen al resto de las mo-
tricidades es un elemento de la mayor importancia para quienes programan acti-
vidades de educación física en las escuelas, en los diferentes niveles del deporte de
competición y en los que planifican la actividad física dirigida a la población. Estos
profesionales deben conocer la aplicación de diferentes tipos de tests que les per-
mita evaluar las mencionadas capacidades, incluyendo desde los más simples hasta
los que exigen cierta complejidad.
Una acertada definición de capacidades motoras es la brindada por el norteame-
ricano Fleishman, quien especifica la diferencia entre habilidad y capacidad. La ha-
bilidad es definida como el nivel de pericia necesaria para realizar una acción es-
pecífica o para un conjunto limitado de acciones. La capacidad presenta un aspecto
más general que se deduce de la constancia en la correlación en ciertas respuestas
para un concreto tipo de acciones. Estas cualidades son más bien duraderas y, en
el adulto, difícilmente modificables. Conviene añadir que, con el paso de los años,
se pierde un porcentaje importante de las referidas capacidades.
Buena parte del potencial de las capacidades motoras es heredado y el resto se
desarrolla con el entrenamiento. Las capacidades motrices se diferencian en con-
dicionales y coordinativas.
minuyen, pero en tanto que la persona sea más activa y saludable, la reducción no
es tan evidente, sobre todo en comparación con las personas de la misma edad
pero con problemas de salud e inactivos.
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