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En primer lugar, vamos a situarnos temporalmente en este periodo.

Nos
encontramos en el siglo II a.C. un siglo marcado por la ausencia de
abundantes fuentes literarias, al igual que pasará en el periodo tardo
republicano de crisis en Roma. Anterior a este momento se suceden
grandes acontecimientos tanto a nivel mundial como en la Roma
republicana. En concreto, Roma conquista Macedonia e Hispania,
oponiendo gran resistencia ésta última a través del pueblo lusitano, con
Viriato al frente. También, poco antes del fin de la etapa media de la
república, en el año 136 a.C. se produce la rebelión de los esclavos que
supondrá junto con la decadencia económica y los conflictos sociales la
entrada en una nueva etapa para Roma. Estos conflictos internos y
externos, aunque no derivarán en una revolución, sí que harán entrar en
crisis a la Roma republicana en el 133 a.C.

Ascensión al poder de los Graco (133-121 a.C.)

 Reformas económicas en la estructura agraria (Ley Sempronia)

Hasta el momento, el funcionamiento de la estructura agraria romana


(base fundamental de la sociedad y del ejército) estaba basada, al igual que
la griega, en las pequeñas explotaciones que garantizaban la subsistencia
y proporcionaban excedentes. Poco a poco, estos excedentes se fueron
reduciendo hasta que la situación fue insostenible ya que los grandes
propietarios habían ido absorbiendo al pequeño campesinado endeudado.

Para resolver este problema, Tiberio Sempronio Graco presentó una


propuesta de ley agraria que pretendía resucitar la antigua disposición,
según la cual ningún ciudadano podía poseer más de 500 yugadas de tierra
pública. De esta forma, Tiberio Graco pretendía devolver a los campesinos
las tierras que habían perdido ilegalmente y que habían pasado a formar
parte de los grandes propietarios. Esas tierras que formarían parte del
Estado romano se dividirían en parcelas de tamaño reducido (unas 30
yugadas) que serían entregadas a los ciudadanos romanos. Estas tierras al
ser propiedad del Estado, los campesinos habrían de pagar un pequeño
impuesto (vetigal) por el usufructo. Como novedad, estas tierras no podían
ser vendidas bajo ninguna condición pero sí heredadas. Este proyecto
tendría como objetivo el aumento de la población libre que, a su vez,
incrementaría la cantidad de hombres susceptibles de ser reclutados por el
ejército, lo que facilitaría la expansión de Roma y con ella la plenitud
económica y social.

Esta ley Sempronia tuvo una difícil implantación ya que Tiberio Graco a
pesar de aprobarla no encontró fácilmente financiación. Con la muerte del
rey Átalo III y al dejar todo su legado territorial y económico a Roma,
Graco recibió una herencia muy necesitada. Se desconocen las cifras
exactas de la repercusión de la ley Sempronia por la ausencia de fuentes
literarias pero se sabe que el censo ascendió considerablemente y con él,
el número de ciudadanos dispuestos a servir en las legiones (pilar
fundamental de la sociedad).

 Reformas políticas (el tribunado de Cayo Sempronio Graco)

Tras el asesinato de Tiberio, le sustituyo su hermano Cayo Graco quien


fue un continuador de la reforma agraria emprendida por Tiberio pero que
además articuló un complejo sistema de cambios en amplios sectores de la
población tales como las finanzas públicas, los tribunales y en general las
garantías procesales, el ejército, el problema agrario, el abastecimiento de
alimentos para la ciudad de Roma, el sistema electoral y el estatuto jurídico
de latinos e itálicos.

Una de las primeras leyes propuestas por Cayo Graco fue la lex de
abactis, según la cual un magistrado no podía acceder a ningún cargo
público si había sido destituido antes. También destaca la llamada lex de
capite civis, que representaba una respuesta política y jurídica contra la
represión que había seguido al asesinato de Tiberio Graco. Esta ley sería
objeto de debate durante todo el periodo tardorrepublicano. Otra de las
leyes más importantes de Cayo Graco fue la lex frementaria, que consistía
en un método de regulación del aprovisionamiento de trigo. En esta línea
de reformas destacan las leyes para el orden judicial (lex iudiciaria) y el
ejército (lex militaris).

Estas leyes tan sólo son ejemplos de la profunda reforma social, política y
económica que llevo a cabo Cayo Graco que, lejos de ser una revolución,
devolvieron a Roma su estructura de ciudad-estado tradicional que
pretendía alejarse de lo que poco a poco se iba convirtiendo, en un imperio.

 Legado socio-político y económico de los Graco

Finalizado el periodo de poder de los Graco podemos decir que el


problema agrario permaneció prácticamente invariable porque la reforma
iniciada por Tiberio Graco y continuada por su hermano fue desactivada,
con lo que no se logró la estabilidad del pequeño campesinado.

La crisis provocada por las reformas que ambos intentaron introducir


anunciaba el debate político que dominó el resto del período
tardorrepublicano y prefiguraba dos posiciones básicas dentro de la
aristocracia romana, una reformista minoritaria, dispuesta a incorporar
cambios que aliviaran la crisis social y mejoraran aspectos políticos, pero
manteniendo inalterable la estructura básica del Estado. Otra mayoritaria,
con una clara tendencia hacia un régimen político oligárquico, contraria a
hacer cualquier concesión que pudiera poner en peligro sus privilegios.
Durante el siglo I ambas posiciones se transformaron en el enfrentamiento
ideológico entre optimates y populares.

Como conclusión podemos afirmar que el periodo de los Graco marcó los
temas que serían objeto de debate durante el resto de la república e
introdujo la violencia como elemento de distorsión, que se convirtió en el
instrumento fundamental de la acción política posterior.
Ascensión al poder de Cayo Mario

 Conflictos internos (política en Roma, los Nobilitas, optimates y


populares)

Desde la terminación de la guerra anibálica, Roma hubo de atender durante


el último tercio del siglo ll diversos frentes de guerra que, resueltos
victoriosamente, supusieron la ampliación del ámbito provincial bajo
control directo del Estado romano. En el Mediterráneo oriental, la creación
de la provincia de Asia supuso enormes riquezas en beneficio de las arcas
del Estado. En el Mediterráneo occidental, por una parte, el ejército
romano hubo de combatir nuevamente en Hispania contra lusitanos. Por
otra parte, Roma aprovechó la insurrección de diversos pueblos indígenas
en el sur de la Galia para convertir en provincia del Imperio un territorio
que hasta entonces sólo había tutelado directamente a través de sus aliados
griegos en la zona. También, la querella interna suscitada por la sucesión
en el trono del reino norteafricano de Numidia arrastró al Estado romano
a intervenir en una guerra que habría de tener importantes repercusiones
en la política interna de Roma.

Aupado por el éxito militar y apoyado en el consulado, Cayo Mario se


convirtió en los últimos años del siglo ll en el hombre más influyente en
la escena política romana. Su éxito es expresión de la pugna entre
aristocracia tradicional, preocupada por mantener intactos sus privilegios,
y la nueva aristocracia, a la que pertenecía Mario, ansiosa por acceder
directamente al Gobierno del Imperio. Mientras algunas medidas
adoptadas por Mario aceleraban la definitiva proletarización de las
legiones romanas, en el interior de Roma se vivía un nuevo estallido social,
en el cual la plebe urbana, dirigida desde el tribunado por Saturnino,
adquirió un especial protagonismo, en un clima de violencia cada vez más
generalizado.
Otro factor que debemos destacar es el de los Nobilitas. Durante la época
tardorrepublicana se profundizaron las diferencias de clase, de modo que
la elite social se enriqueció considerablemente. Los caballeros adquirieron
enormes riquezas. Desde el punto de vista económico estaban en
condiciones de competir o incluso superar a la aristocracia tradicional, la
nobilitas, reclamaron su incorporación a las magistraturas, al senado y, en
definitiva, su coparticipación en el Gobierno del Imperio. Estos noveles
eran designados a través del término homo novus, que literalmente era
“hombre nuevo”. No era un concepto establecimiento jurídicamente, sino
que dependía del reconocimiento social, razón por la cual su interpretación
resulta del contexto en el que es utilizado. Apiano afirma que se
denominaba así a los que alcanzaban una distinción por su méritos y no
por sus antepasados. Se trataba de personas que partían de una posición de
inferioridad en su carrera política, para la cual no disponían del prestigio
y de las clientelas de las grandes familias, heredadas de generación en
generación.

Al igual que hemos destacado a los Nobilitas debemos hacer hincapié en


el grupo de los Optimates y Populares. Una de las causas principales de
la desintegración del régimen republicano fue la incapacidad de un sector
importante de la aristocracia romana para admitir cambios institucionales,
políticos y sociales en el ordenamiento tradicional del Estado.

El grupo más conservador de la aristocracia romana, cuyos componentes


se llamaban a sí mismos optimates, “los mejores”, instrumentalizaron en
su propio beneficio el concepto mos maiorum y lo usaron como cuartada
para rechazar cualquier iniciativa que pusiera en peligro el orden
establecido. En general los optimates iniciaron lo posible por restringir el
control popular de los órganos de gobierno y la intervención del pueblo en
ellos, quedando reservada la capacidad de decisión real a una minoría
cualificada. Los populares se propusieron el sistema político en el que
también para ellos el senado, debía construir la clave del entramado
constitucional.

Los optimates lograron imponer sus tesis pero su historia impidió la


introducción de reformas necesarias para la supervivencia del Estado
romano republicano.

 Política exterior (guerra en Hispania y rebelión de los esclavos en


Sicilia)

Aunque la guerra con Hispania había finalizado en el 133, a partir del año
114, el Estado romano y su ejército tuvieron diversos enfrentamientos con
celtíberos y lusitanos, lo que causó miles de bajas en las filas de los
indígenas hispanos. El conflicto terminó en el año 93, anexionándose
Roma también las Islas Baleares.

Treinta años después de la primera guerra servil, estalló en Sicilia una


nueva rebelión de los esclavos. Poco a poco, esta insurrección sirvió para
que Roma hiciese hombres libres a algunos de ellos, pero el resto, aún
descontentos con su condición prosiguieron el conflicto hasta que en el
101 Aquilio les venció, ofreciendo una gran represión contra ellos después
de la guerra y devolviendo el viejo orden esclavista.

Guerras civiles y dictadura de Sila (toma de poder y represión; 100-


79 a.C.)

La cuestión itálica había planteado problemas al Estado romano durante el


último tercio del siglo ll. Hay indicios de que en los últimos años del siglo
ll y en los primeros del I se había intentado la reclamación de la ciudadanía
romana por parte de los aliados. En el contexto de un amplio programa de
reformas, el Tribuno Marco Livio Druso pretendió en el año 91 satisfacer
la demanda de los itálicos de integrarse plenamente en el Estado romano
mediante su conversión en ciudadanos de pleno derecho. El fracaso de la
iniciativa conduciría al inicio de una guerra entre Roma y sus aliados.

Debe ser considerada en última instancia como una guerra civil, ya que
quienes se enfrentan entre sí habían sido hasta entonces compañeros de
armas y habían compartido los mismos jefes militares y las mismas
tácticas. Era la primera vez desde el final de la guerra anibálica que un
conflicto bélico se desarrollaba en la península Itálica. También algunas
ciudades pertenecientes a los territorios rebeldes prefirieron mantenerse al
margen del conflicto. Sólo una parte de los itálicos se rebelaron contra
Roma.

Uno de los puntos clave del conflicto fue la falta de decisión de etruscos y
umbros de alzarse asimismo contra el Estado romano. Desde el inicio del
conflicto existieron dos frentes de guerra bien definidos, el septentrional y
el meridional, organizados en torno a los dos pueblos más fuertes y
decididos, marsos y samnitas respectivamente. Fueron elegidos dos
cónsules como jefes militares supremos, Popedio Silón y Papio Mutilo.

La guerra tuvo efectos desastrosos sobre la economía romano-itálica. Las


devastaciones de campos de cultivo y la incautación de cosechas
empobrecieron a un número importante de propietarios. El bellum Sociale
se saldó con la victoria militar de Roma. Esto no resolvió por completo la
cuestión itálica, aunque abrió nuevas vías para su solución definitiva.
Roma mantuvo su organización tradicional como ciudad-Estado pero
el bellum sociale acelerará de manera obligada e irreversible el proceso de
proletarización del Ejército.

 La toma de poder de Sila

La finalización de la guerra de los Aliados no trajo consigo la paz a Roma.


Sila, haciendo uso de los soldados bajo su mando, se hizo con el poder tras
conquistar por la fuerza en dos ocasiones Roma. Todavía en el año 88, una
vez que Sila había ordenado a su ejército que abandonara Roma, su débil
posición fue puesta de manifiesto en la celebración de las elecciones,
demostrando que la mayor parte de su influencia era debido a las amenazas
de sus tropas. Antes de embarcarse a Grecia, dejó al mando a sus tropas
más especializadas. Este plan se vino abajo. Pompeyo Rufo murió
asesinado por lo que Sila decidió abandonar Roma y fue hacia Grecia a
combatir contra Mitrídates, aunque esto no sucedería. Surgieron
negociaciones entre Sila, Carbón y el Senado pero no llevaron a buen
puerto por lo que la única solución que existía era la guerra. Sobre el 83
con sus legiones, desembarcó en Italia. Sila obtuvo la victoria con suma
facilidad en toda la península itálica consiguiendo todo el poder en su
persona.

Sila
entrando en Roma en el 82 a.C.
Cuando se instauró la dictadura de Sila, este introdujo numerosas reformas
de diferente índole incluso pretendió acabar con la República romana.
Durante estos años Roma vivía en constante guerra, lo que produjo
fracturas en el seno de la sociedad romana que tardaría mucho tiempo en
cerrarse.

La supremacía de Pompeyo y el conflicto de Roma ante su ausencia


(78-63 a.C.)
La preocupación en este periodo se produjo por una serie problemas como
son; la guerra contra Sertorio en Hispania, la segunda guerra mitridática,
la piratería en el mediterráneo y la insurrección de Espartaco.

Las guerras civiles produjeron de una manera u otra que Sila destituyera
a Sertorio, organizando éste su ejército para recorrer el territorio, fue
cuando a Pompeyo y Cecilio se les encomendó la tarea de acabar con él.
Terminando esto satisfactoriamente, la paz de a Dárdanos no se le
reconoció validez alguna debido a las exploraciones romanas que se
producían en esos territorios. Con la muerte del rey de Bitinia, Mitrídates
comienza la invasión de dicho territorio. El senado lo recuperó y
Mitrídates se refugió en Armenia comenzando la invasión de Capadocia y
junto con él Ponto. Pompeyo mediante un mando extraordinario intentó
solucionarlo.

Por otra parte la piratería era un gran problema. Tras mucho tiempo con
este problema en el Mediterráneo oriental, los romanos e itálicos se
quejaron por el aumento desmesurado de piratería. Marco Antonio fue el
encargado de intentar resolver esta situación, pero éste fracasó por lo que
este problema pasó a manos de Pompeyo.

Durante esta época surgió la


insurrección de Espartaco en Capua como una revuelta servil que ocasionó
una fuga de setenta gladiadores. Esta situación se complicó por lo que los
militares romanos tuvieron que imponerse a este levantamiento.

La política interior se caracterizó sobre todo por la instabilidad. Marco


Emilio Lépido se encontró con la oposición de la aristocracia. Éste se puso
al frente de una revuelta en Etrusia, allí marchó sobre Roma con su
ejército, En ese contexto el senado declaró senatus consultum ultimun, que
se le concedió a Catulo y concedió un imperium a Pompeyo, quedando
Lepido derrotado. Durante el año 70 salieron como cónsules Craso y
Pompeyo, que por medio de tres medidas dieron más estabilidad a una
época de revueltas.

En primer lugar la piratería perjudicaba la economía pero ahora era la falta


de trigo, ya que era suficiente para abastecer a la población, Aulo Gabinio
propuso la idea de dotar a Pompeyo de poder ilimitado para deshacerse de
las regiones de las que Roma se abastecía de trigo, para mejorar y hacer
más seguras las vías de comunicación.

En la ausencia de Pompeyo el centro del debate se dirigía a la delimitación


del poder de la plebe y a frenar la corrupción en la clase dirigente. De esta
forma Cayo Cornelio por medio de unas reformas intento evitar la
arbitrariedad de los procesos legales y el enriquecimiento de gobernadores
elaborando una ley en la que los liberales tenían que registrarse en la tribu
de su antiguo patrón. Ésto no sería aceptado por el senado, por lo que se
volverían en contra de Cornelio. Publio Servilio Rulo y Tito Labieno
hicieron dos reformas, la primera agraria con el asentamiento de nueve
nuevas colonias y una segunda social, para devolver al pueblo el derecho
a elegir los miembros de los colegios sacerdotales. Labieno y César
intentaron promover el senatus consulum ultimun aprovechando la
acusación contra Cayo Rabinio de asesinar al tribuno Saturnino. Catilina
que defendía la necesidad de una condonación de las deudas, fue derrotado
en las elecciones consulares. Éste al no poder realizar las reformas, sus
seguidores hicieron una revuelta en Italia que posteriormente fue abortada
por Cicerón. En esta situación política, la ausencia de Pompeyo le costó
parte de su influencia política y se vio obligado a buscar nuevos aliados
políticos. En este contexto socio-político nació el primer triunvirato.

La alianza de Pompeyo, Craso y César

Pompeyo buscó aliados políticos dando paso al primer triunvirato, el


pacto entre éste, Craso y César para apoyarse en la consecución de sus
objetivos. La ausencia de Pompeyo en la política produjo un deterioro de
su imagen y los optimates se endurecieron impidiendo a Pompeyo llevar a
cabo sus planes, por lo que se unió a Julio César y Craso. César fue
apoyado por el gobierno de la Galia Cisalpina y del Ilírico. César conquistó
la Galia y después se produjo un levantamiento galo encabezado por
Vercingetórix, quedando éste derrotado. La plebe tenía una situación
bastante decadente por lo que cada vez es mayor el apoyo a quienes
estaban dispuestos a mejorar su situación económica, como el caso de
Publio, el cual introdujo un interesante programa legislativo. Craso y
Pompeyo se presentaron como cónsules. César asignó el gobierno de Siria
a Craso y el de Hispania Citerior y Ulterior a Pompeyo, lo que haría que
César ampliara su cargo político cumpliéndose todos los objetivos. Poco
después Luca Craso se enrolaría en un conflicto contra los partos, lo que
le costó la vida.Tras la muerte de Craso, el senado nombró a Pompeyo
cónsul único mientras César acababa con Vercingetórix. Tras esto,
Pompeyo estabilizó la situación, pero varias leyes de las que propuso
alejaban indirectamente a César de sus objetivos políticos.

El conflicto político en el año 51 fue la cuestión de los poderes de César.


El futuro dictador pretendía presentarse como cónsul estando ausente,
conservando sus legiones y su imperium.

 Guerra entre Pompeyo y César

Se propuso por parte de Cicerón que tanto César como Pompeyo


renunciaran a sus respectivos poderes (militarmente hablando), pero no
hubo un acuerdo. Ante esta situación el senado destituyó a César, dando
lugar a la guerra entre Pompeyo y César. Por otra parte, los pompeyanos
se regían con la República y con su supervivencia, mientras que los
pertenecientes al bando de Cesar querían obtener beneficios en el sistema
vigente donde una facción del senado controlaba ilegalmente la política.
En el contexto bélico, César se enfrentó al ejército pompeyano de Hispania
para más tarde ir en su busca de Pompeyo, lo que en el nueve de agosto
del año 48 se cumpliría, derrotando César a Pompeyo en la batalla de
Farsalia. Más tarde Pompeyo huiría a Egipto para acabar muriendo allí.

Ascensión al poder de Julio César y caída de su dictadura (fin de la


república)

Como triunfador de la contienda civil Julio César comenzó su poder como


dictador, aunque aparentemente temporal, cosa que no sucedería (observar
mapa en el anexo). César se diferenció del temido dictador Sila en la
introducción de la clemencia como método para con sus enemigos al
acabar la guerra. Esto, unido con una amplia actividad legislativa, con
reformas sociales, económicas, institucionales, judiciales y religiosas hizo
de su dictadura un proyecto opuesto al de Sila. Destacan entre sus
cambios, la responsabilidad personal en tanto que las finanzas y la moneda
ya no eran cosa del senado, así como la reforma de su poder en éste,
otorgándole cierta prioridad en la toma de decisiones (el senado sólo se
limitaba a aprobarlas, sin poder de oposición).
Se puede afirmar que César sí fue un dictador aunque nunca un tirano,
como sí lo fue Sila. Principalmente el motivo que hizo que cayese su
dictadura fue la oposición que tuvo constantemente de la nobleza, ya que
César no les otorgó privilegios aristocráticos. Esta caída se materializó el
15 de marzo del 44, durante una reunión en el senado. En ella los
conspiradores, hastiados por su poco poder dentro del propio senado e
influenciados por la nobleza, le rodearon y lo apuñalaron hasta causarle la
muerte. Seguidamente a la muerte de César, la res pública que los
senadores querían implantar no llegó a tal, lo que derivó en una serie de
conflictos bélicos en los que resaltó Augusto, quien poco a poco abandonó
el proyecto republicano para tornarse futuro emperador de Roma.

Síntesis de las principales causas de la caída de la República Romana

Entre las principales causas de la crisis de la república y su consiguiente


caída se encuentran: el constante desarrollo de explotaciones agrarias
basadas en la mano de obra servil, el deterioro de las condiciones de vida
del pequeño campesinado que a su vez participando en el ejército
proletarizó éste y pidió la concesión de tierras, la emigración del mundo
rural a las grandes urbes (Roma), el enriquecimiento de nuevos grupos
sociales con el consiguiente enfrentamiento político con los que formaban
el sistema aristocrático tradicional, centralización de los poderes en muy
pocos individuos (poder unipersonal) y la generalización de la violencia
como método político que tuvo su reflejo en las diversas contiendas
civiles.

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