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Artículo 1o.

En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los


derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías
para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los
casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
(Reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10
de junio de 2011).

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con


esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en
todo tiempo a las personas la protección más amplia.
(Adicionado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10
de junio de 2011).

Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado:

I. Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal con base en los
informes anuales que el Presidente de la República y el Secretario del Despacho
correspondiente rindan al Congreso.

Además, aprobar los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que el


Ejecutivo Federal suscriba, así como su decisión de terminar, denunciar, suspender,
modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre
los mismos;
(Reformada mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12
de febrero de 2007).
Art. 89. Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes:
X. Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, así como terminar,
denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular
declaraciones interpretativas sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación del
Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los
siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no
intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o
el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los
Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y
promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad
internacionales;
(Reformada mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10
de junio de 2011)
Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de
ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se
celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la
Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán
a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que
pueda haber en las Constituciones o leyes de las entidades federativas.
(Artículo reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la federación
el 29 de enero de 2016).

CONTRADICCIÓN DE TESIS 293/2011


El 24 de junio de 2011 se denunció la posible contradicción de tesis entre los
criterios sostenidos por el Primer Tribunal Colegiado en materias Administrativa y
de Trabajo del Décimo Primer Circuito y por el Séptimo Tribunal Colegiado en
materia Civil del Primer Circuito.
La contradicción de tesis quedó registrada con el número 293/2011 y el Ministro
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juan Silva Meza,
envió el asunto a la Primera Sala bajo la ponencia del Ministro Arturo Zaldívar para
que elaborara el proyecto de resolución. Debido a la trascendencia del asunto para
el ordenamiento jurídico nacional en su conjunto, la Primera Sala de la SCJN decidió
enviarlo al Tribunal Pleno para su discusión, análisis y resolución.
El 3 de septiembre de 2013, el Tribunal Pleno de la SCJN resolvió la contradicción
de tesis 293/2011, decisión que sin lugar a dudas consolida y robustece el nuevo
paradigma constitucional originado por las reformas constitucionales del 6 y 10 de
junio de 2011.
Para comprender mejor la decisión que tomó la SCJN en torno a este caso, es
pertinente conocer los dos criterios contradictorios, que en términos generales
versan sobre dos cuestiones relevantes, a saber: 1) la posición jerárquica de los
tratados internacionales en materia de derechos humanos frente a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 2) el valor de la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) para el derecho y las
decisiones judiciales nacionales.
Respecto al primer tema, el Séptimo Tribunal Colegiado en materia Civil del Primer
Circuito estableció que “los tratados internacionales se ubican jerárquicamente por
encima de las leyes federales y en segundo plano respecto de la Constitución
Federal”; mientras que el Primer Tribunal Colegiado en materias Administrativa y de
Trabajo del Décimo Primer Circuito señaló que los “tratados internacionales.
Cuando los conflictos se susciten en relación con derechos humanos, deben
ubicarse a nivel de la Constitución”.
Respecto al segundo tema, el Séptimo Tribunal Colegiado en materia Civil del
Primer Circuito consideró a la jurisprudencia de la Corte IDH como un criterio
orientador cuando se tratara del cumplimiento e interpretación de disposiciones
protectoras de derechos humanos. Por el otro lado, el Primer Tribunal Colegiado en
materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito consideraba a la
jurisprudencia de la Corte IDH como obligatoria.
Los días 26, 27 y 29 de agosto, y los días 2 y 3 de septiembre, el Tribunal Pleno de
la Corte llevó a cabo el análisis y discusión de ambos temas contenidos en la
contradicción de tesis 293/2011. Durante las discusiones, las y los Ministros tuvieron
interesantísimos debates y puntos encontrados que derivaron en votos
concurrentes y particulares.
En lo relativo a la discusión del primer tema, sobre el posicionamiento jerárquico de
los tratados internacionales en relación con la Constitución, por mayoría de 10 votos
las y los Ministros sostuvieron que las normas de derechos humanos, con
independencia de si se encuentran en tratados internacionales o en la Constitución,
no se relacionan de manera jerárquica entre ellas; sin embargo, cuando exista una
restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos en la Carta Magna, se
deberá atender a lo que indique la norma constitucional.
Esta decisión delimita perfectamente el llamado bloque y control de regularidad,
conforme al cual debe analizarse la validez de todas las normas y actos de autoridad
que forman parte del ordenamiento jurídico nacional. Asimismo, las y los jueces
podrán, bajo el principio pro persona, elegir la norma que resulte más protectora al
momento de resolver un caso concreto, sin importar si se encuentra en la
Constitución o en un tratado internacional.
El segundo tema, sobre el valor de la jurisprudencia de la Corte IDH, fue un poco
más controvertido y se decidió con mayoría de 6 votos por parte de las y los
Ministros. El Tribunal Pleno determinó que la jurisprudencia de la Corte IDH, sin
importar que el Estado Mexicano haya sido o no parte del litigio, es vinculante para
todos los órganos jurisdiccionales.
De este segundo criterio derivan tres aspectos fundamentales que deberán ser
tomados en cuanta por las y los jueces: 1) en todos los casos en que sea posible,
se deberá armonizar la jurisprudencia interamericana con la nacional; 2) de ser
imposible dicha armonización, se deberá aplicar el criterio jurisprudencial que
resulte más favorecedor para la protección de los derechos humanos, y; 3)cuando
el criterio de la Corte IDH sea derivado de un caso en el que el Estado Mexicano
haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al caso concreto deberá
determinarse verificando la existencia de las mismas razones que motivaron el
primer pronunciamiento.
Como podemos observar, la resolución a la contradicción de tesis 293/2011 es una
de las decisiones más importantes y trascendentales que ha tomado la SCJN en los
últimos años, toda vez que aclara aspectos elementales para la correcta aplicación
e interpretación del derecho, teniendo como eje central a los derechos humanos
VIII. ESTADOS: ESTADO LIBRE ASOCIADO
Los detalles de tal “libre asociación” se contienen en un Tratado de Libre Asociación
o del Acto Asociado de Estatidad y son específicos a los países implicados. Todos
los estados asociados libres son independientes con el estatus sujeto al Derecho
internacional o tienen el derecho del potencial a la independencia.
El Estado Libre Asociado (Commonwealth (United States insular area), en inglés)
es la forma de gobierno de los territorios estadounidenses de Puerto Rico y las Islas
Marianas del Norte.

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