1. PRINCIPIO DE SUPREMACÍA DEL INTERES PÚBLICO SOBRE EL PARTICULAR: El
interés público es aquel que se refiere a la sociedad en general y es la finalidad única de la administración pública. Cuando un acto administrativo pone el interés de un particular sobre el interés público, se dice que el mismo acto está viciado y se considera un abuso de poder porque se está alejando de la finalidad única.
2. PRINCIPIO DE LEGALIDAD: Las autoridades administrativas deben actuar con respeto
a la Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que les estén atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas. De acuerdo a esto, la autoridad administrativa solo puede hacer lo que le está autorizado por la ley. La autoridad administrativa solamente puede realizar lo que la ley le autoriza, al contrario que un particular, que puede hacer todo aquello que la ley no le prohíbe. Por ejemplo, la legislación administrativa indica cómo las administraciones públicas deben adquirir bienes y servicios (contratación directa, concurso de precios y licitaciones) y, por este principio, puede utilizar expresamente estas herramientas dentro de las condiciones estipuladas para cada una.
3. PRINCIPIO DE PUBLICIDAD: La acción administrativa debe ser transparente, por lo
que se permite el control de la conducta del administrador. Las excepciones a este principio son los asuntos de seguridad nacional e investigaciones específicas. Es decir, la sociedad en general puede conocer lo que la administración pública está realizando dentro de sus funciones y cómo se están utilizando los recursos.
4. PRINCIPIO DE EFICIENCIA: El administrador no debe, tan solamente, perseguir las
finalidades previstas o consagradas en la ley. Se busca el resultado óptimo que combine los factores de rapidez, perfección y rendimiento.
5. PRINCIPIO DE CONTINUIDAD: Los servicios públicos no pueden parar, porque no
paran las demandas de la colectividad. El servicio público es la forma por la cual el Estado desempeña funciones esenciales o secundarias a la colectividad y, por lo tanto, no pueden ser paralizados. Por ejemplo, la Policía Nacional no puede dejar de funcionar y asegurar la seguridad de la sociedad.
6. PRINCIPIO DE IGUALDAD: La Constitución establece que todos los habitantes somos
iguales en dignidad y derechos, sin admitirse discriminación. Este principio significa, sin embargo, que, en cuanto a las relaciones de la administración pública con sus propios empleados y los particulares, se debe tratar de forma igual al que es igual y tratar de forma desigual al que es desigual. Por ejemplo, no puede ser tratado de la misma forma el pequeño contribuyente y el gran contribuyente. 7. PRINCIPIO DE JERARQUÍA: Los órganos de la administración pública se estructuran de tal forma que existe una relación de subordinación entre unos y otros, cada cual con atribuciones definidas en la ley. Por ejemplo, ministerios y secretarías.
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