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LA CONSTRUCCION ESPECTACULAR DE LA MEMORIA NACIONAL: CULTURA VISUAL ¥ PRACTICAS HISTORIOGRAPICAS (VENEZUELA SIGLO XIX) ‘Ala memoria de Montserrat Ordbiiez Bestriz Gonzalez-Stephan ice University "Hacer historia’, es wna prtctica (..) Sies verdad que ta organizaciOn de la historia se refiere a un lugar ‘yawn tiempo, esto se debe asus téonicas de producién. Hablando en genera, cade sociedad se piensa “histéricamente” com los instrumentos que le son propios (.) la historia esté mediatizada por Ja técnica Michel de Certeau, La escritura de la historia Los vestuarios de Clio Las relaciones entrele letra yla cultura dela imagen afo largo del siglo XIX no fueron pre- iferenctaron cisemente simples: comparticron espactos, conjgaron esfuerz0s didicticos, sus competencias, disputaron su cliente, yambas compitieron ferozmente por abrirse paso y ganar,cada tna su modo las metas del proyecto dela modernidad tastrada, Pero, también, eada una abrazaba tna dizeciGn distinia del sentico de esa “iustracién’. Sin embargo, terminaron por complementarse ycontaminarse mutuamente, Las mas delas ‘veces la palabra se apayaria en la imagen, tanto dentro como fuera del impreso, En todo caso, queremes destacar os niveles de complefad de sus intecacciones, cen particular la porosklad de la esfera de las letras (espectfcamente lade los géneros histéricos y practices historiogréfices, ublcadas dentro de la alta cultura) con respecto ‘una serie de manifestaciones de gran popularidad que pertenecieron al mundo del espectéculo visual, a expresiones destinadas al gran pblico masivo, y que poco tw ron que ver con las preferencias de las Elites. Después de todo la culture del XIX estavo profandemente signada por tne retérica de lo visual, que también comprometi6 a la unis “visible” ef mando réquina escrituraria a desarroller una textualidad que hic de sus referencias, que trabejara ms sobre tna codificactsn “realise”, en fin, que pin Literatur, pct oticas yuansformacdn ula {era con palabras (Martin-Barbero, 1998; Gonzélez-Stephan y Andetmann, 2006 Silva Beauregard, 2006; Andermansi, 2007), Ambos circuits (la letra y la cultura visual) establecieron vasos conmnicantes no precisamente fnidos ni obvios, pero sc "ar0n sus matrices episémicas. Porto pronto, limitarseséloal horizonte dea ester “lteraria” al menos para ls estos del X1X _ex decir, tener la producci6n grafémica como certro de gravedad- si bien indispensable © “importante, ka recortedo y desenriquecido ls potenclalidades de sentido y significa ciém de un buen mimero de précticascultucales, no so is relativas a produccidn de Sccloneshistricas (Achugar, 2003). Para recordar las palabras de Michel de Certen, cer historias “una péetica en un lng’ es deci, ugar condicionado sve po otras picticas y quehaceres culturales, y as! “reciprocamente la historia se comprende ashmisma en el conjunto,y en lasucesion de producciones, de las cuales ella misma een (feta (DeCerteau, 193,59 cursivas mies), Por pronto, interes retencequelaprictica istrica” e debe comprender dentro de un conjunto de ottespréctica (que podelan Perfenecer lncultra de os rituals esepccs y de mases, por eemplo,y que su espe cilicidad esté socialmente iocalizada (que obedece a ligicas de produccién determinadas pot las tradiciones de un lige! Los fendmenos culturales son complejos:ejercer lo que podrlamos llamas crit ‘e-cultutal, tiene los riesgos de acercary establecer oscuros patentescos alll donde las Aisciplinas tradicionales han hecho limpios recortes del campo yestablecido unidades discretasy dscontinuas del saber. Reestablecer,entoces algunos nexus podria parecer imprudente; sin embargo, los resgos pueden ser producti ‘0s porque nos permiten repen- sar desde otras dirccciones los mismosfenémenos y potenciar sus legados, Quisiéramos més bien invertr el orden de las premisas al interrogarnos acerca dela interrelacion y circulacién de las diver formas en que se dio la culturaen of XIX, cvitando de entrada preguntarios por ef har dees letras interrogarnos sobre las com Plejasmesiactonesquese dieron entela cultura visual material pienso en estemomento nospanoraras el daguerrotipo, el estereoscopio) ye universo dela letra (los cundsoe decostumbres, la novela por entegas, as galeris de hombres hse, el Album postco, * Sh dade ae fstab de Heyden Whitey Mel de Corse peniten eons my Fructis Sin mbso punden eu lnitamtes porque iensan el acatecinials"hisorogrter"ehidea nreena ‘3 Homos prefida por ft mas fendmenoscltarales que trhsjamos (mds adel dneano cetey al ing depts main que pines dln com cents de var ‘fe etn le producn de prices causes (escriuvas, es,enogs yur te gus tne sakdad perce en un dterinado momen cane minora hist, se eps no eo ‘conta a epertockofemstic sia reo y etic de sas moda expresivas tanto en laa crs, monies de mass atone pnt como en sees yeebacres pt, bias yates decorates, Jos panoramashi Je cultura de masas, les festividad: advenimi construc epectaclar de fo memeriavaconal jstoriogréficos)spreguntarnos sabre los didlogos entre ciertasformasde yycelebractones pablicas, las ferias yexposiciones, ef Jento dela cultura techalégica, el consumo catidiano de estilos decorativos, a ta par del surgimiento de ciertos géneros literarios que gozaron de répido consenso Si aqueremos, al revés: scl sla genctlogia que controlabe fa produccién historlogrics 0 dispositive de producci6n de efectos de pasado, en medio de unc s jedad entrenada a leer formatos visuales? En une sociedad que lea sus narrativas a partir de imagenes desde los gral Jbados en los pliegos sueltos, los cuadros vivos, los desfiles, los diorarmas-, como armar entonces el repertorfoletrado que queria interactuar con ese piblico? No tesdeextraiiar quelos periddicos y revistas répidamente incoporasen las auevas ecnolo- cfasdel de exhibiciSn, El progreso también se media a través Iareproduccién que permitieran “lustrar® sus paginas para convertslas en vitrinas reproduccién de les image. nes del progreso, que desafiaban a st vez la competencia ocular: aprender a miter Ena Venezuela fnisecular la primera Exposicién Nacional dio ger para ordenar yacubar cjercieron un papel preponderante en la construccién de! imaginario hist Panoramas de la Selva Tropical Ja cultura bajo una ficcian historicista, ylas manifestactones de a cultura visual iSrco. Enteelas décadasde 1820 y 820 el piblico londinense pudo divertirse con nuevas modalt dades artisticas que ampliaban en forma sencills el horizonte de su imaginacin geogrs fica: una de ellas la rotunda de “Leicester Square” de Robert Barrer, en cuya estructura circular se exhibierom los mis recientes panoramas delas sis sonaclasbatallas, asicomo vistas de ciudades eurapeas y asifticas. Las clases medias podifan seguir sin desplavarse el itunerario de a expansion imperial, (Octtermann, 19973 Comment, 2000; Aguirre, 2005). Fin cierto modo derivado de las tec- iajarHlasoriamente hastalos confines del mundo nologtas panépticas, el dispositive ocular de panorama no ejercfa dela misona maneralas politicesrestrctivas dela mirada; aunque democratizaba para la masa londinenseciertes eogrnlas (es decir, para la mirada metropolitans), reintroducia para ella una particular subjetividad de control imperial. Mirar las istas de paisajes desde una plataforma elevadla cera colocar al espectador en posesi6n ocular sobre wn ferrtorio (Fig. Interac, pricticasceteasyeransforreen cule Fig Loctencal del epedcuopanorhace cranks vata sin marco que ptiian ena vis minicom ide. Peron meses cruetl era laesractura dae ct para conseguir esa experince ksi traidad Visual, Erpestios, !ngeniorsy pintresconugaban sus exfucrzos para que lilo pulse raja vie ‘1 mundo, Dado el cardeterefimero de estos vet, ls rotundas ae faron copservadan 9 ‘menos en América Latina, Secclén de un panataina de Llcetee Square en Londres ‘waente por Fue en estos espacios de entretenimiento y por esas fechas, que otzo inglés, Sir Robert Ker Porter -quien haba sido enviadoa Caracas come Cénsul regresaba, después de quince attos, dela Gran Bretafa-, {de Caracas con vatias pinturas de aquellas tierras {topicales. Las grandes vistas panorémicas del Cairo, Estambaly Marrnecos estaban de moda, y los muros de “Leicester Square” habrian de ver el primer panorama del Valle de Caracas desde el rio Catuche (1826) (Fig. 2) Se proyectaba un paisaje desolador, los restos de lo que pudo haber sido una re- ‘mota civilizacidn, Porter habia sellado para la imaginaciéa europea la estampa de una geografla arru' la por el tertemote de Sia y las secuelas poco fiuctiferas de un fargo Peviodo de colonialidad; pero copecialmente profundizaba la imagen deshistorlzada y ‘eslerta del continenteamericano, B panorama del Valle de Caracas no diferia demasia- ‘to ellos paises de Marruecos y de Kabal expuestos también en la rotunda de Barrer? 2» SirRabert Ker Porter se desempené bsicumente como platr de eens bas hss, Ans dee eg Venezuela como Cnslyenceryao de negocio, is pox memes les entre las Ras Espa, Francie Matucosy pp. Kn Vensaei eta a Sib Bolly 2 Jost Antonio Pex. Relid puree, piss ag teas con el propio de motors el rounds de Lee ter El plc loons ‘haba fcionado laisse descros dl Lejno Orient, ytamblénavereneSalb Egiploctaon alles cas. Por oro ao los pnts races, como Debra tbl habia puctoencaacion [nvoods oven. Bel dno panrams de Venera i que conterynen a its de Lone Fig. Vind entro de Caacs 6, Dibjoen lade Si Raber Ker Prt paaseexpestoen Lane Apesr de aeleterote dea aba demaidoganpstedela cds, loscdlgonrortcos medias ‘pevondaria imagenes delat unos del Arca, eesbualo mayen ipersmos smbelicameateal continent Lospanoramas de paises “despoblados” que se corresponiam alas regiones Guehablan sido colonizadas no tenian slo la funcidn de entretener: invitaban al observador a una ‘complicada operacién comparatista, Implicitamente seialaban la incompetencia de al- gqunosimperios el espaol por ejemplo) cuya gestibn habia sido improductivn habla Gejado como saldo a ruina yl desierto, Obviamente muchos de estos panoramasayut- ronaexpandir dentro de as sensbiidades la urgente necesidad de recuperar esas zonas parala“iilzacin’ através dela gestin de tos poderesimpesiales menos agresivos" (Aguirre, 2005; Richards, 993; Falford y Kitson, 1998). La imagen de Veneruela en el contexto internacional no habia corido con la misma fortuna de México, por ejemplo, que por aquellos tiempos habia entrado en el imeginari europeo lgado asus antigdedades pre hlspintcas To cual lo “orientalizaba” pot el lado de fa “egiptomanta’, an en boga después de las campaiias napoleénicas. El de otro empresario _gusto por el orientalismo podia ganar terreno ene! "Salén Fg! Y vijero, William Bullok, quien habia organtzada también hacia 1824 una exposiciOn may popular de curiosidades artecas entremezcladas con objetos de Egipto y Turqais (Altes, 297 Tenorio Tello, 1998) 1 Witla Belloc vist Mésio baci 82, y too pars esponer en fama Sin Fxg calendars hoes tans toms, vas, aes disecads, pleat precios del pls azteca. entremeacado con crise “eratura, picts eticsy transformacin cel Por lo pronto, el antigo Virreinato de Nueva Espaiia comenz6 a circular en el imaginario europeo asoctado al arte egipcio; yl reciente repiblica de Venezuela -como adolecta de antiguedades indigenes~ encarné, dentro dl repetorio de las utopias dela ‘modernidad, el mito addnico de tierra bald, Las dos operaciones que por distintas ‘vias “orientalizaban” el continente -bien por su naturalizacién, o bien por su exotiza- clon arqueot6gica-, lo vaciaban de igual modo de historcidad, En el caso de México, se cancelaba su presente histérico para congelarlo dentro de su pasado azteca, sirviendo {rSnteamente como motivo de explotacién arqueolégica para lenar la imaginacn his (rica de las instituciones musefsices del imperio (Aguirre, 2009). Y el caso venczole- ‘no, a primera vista ms simple, quedaba convertido en tierra originaria para un nuevo “descubrimiento”, Fue después de la Revolucién Industral que los nuevos poderes imperiales ne cesitaron, alo largo del siglo XIX, reinventar ideol6gicameate a continente americano: éste fe tendenciosamente recreado como paisgje, como objeto de varios saberes disci- Plinarios: pero sobre todo, como fuente de riqueza. Europa lo necestabe en sus predios ‘clanicos:o como espacio de especies cuyas “anomalies” bien servian pata clestimulo del reciente coleccionismo de museas, pero no menos también para desarrollo delas ciencias hhamans La insistencia de viajetos ycientlficosen reconvertir el eritorioamericano.en “naturaleza”-sinhistoria,o con slo una “pre” historia en uinas~ guardaba una telacién inversarente proporcional con las también crecientes inversiones extranjeras en esas eografias. Repentinamente sy historicidad se desvanes ora apatecer “virgen” ante le mirada occidental, Imegincmos le ansiead que proujeron los movimientos ce Tupac Amaruenlos Andes; José da Silva Xavier alias Tiradentes en Brasil Toussaint Lovertare en Halt Pedro Diaz Cuscat en Chiapas; josé Maria Leyva ajeme entelos yaquis; Pedro Gual y Espafia en la Capitania Generel de Venezuela, por ejemplo, en les Lecciones de Fi [psofla dela Historia de Hegel... Viajevos y artistas se aparsron en retrabajaruna estética del vaclo, mientras a os flésofos se ocuparon en afinar las eategorias universalesde !4 metafisica, Por su parte, también los letrados latinoamericanos, desde Andrés Bello basta Gallegos, que al acomedar sus nareativas entorno al pico de “cvilizacida ybas- batie", compasaron desde el continente esta visibn eurocéntric: As! pues le invencién dela “selva tropical” fue unaesttatégieaelaboracion de os moginatios de un cuerpo de etradosy pol 08 que necesitaban la sllenciosa complicicad dleambos ados del océano, no slo parala expansin delo que era la industria uristica Sino como eje central del proyecto modernizador. En un esfuerzo casi arquestado, los seis ee ls, momin Aen lnm euopeo Mico cmpea cea cnprerado en tesco musa cn as cos de pp Lugo lahor des panes expontces (Pres) on Innewale lh containciel Palco Asc er in ddan rem arate Teor Tle) te consrocinesprtcuar dela mernovi ela no pocos relatos de wajeros que vinieron a Venezuela al latgo de sigh prdctlcamente ‘uusribieron a vessin de Sir Ker Porter: desde las Memorias de un viaje por América 1s of Life in a South Arterican Republte (1864) de (a861) de Pal Rostis Verezuela: or Sketche 1878) de Karl edward Eastwick; Unter den Tropen 087i} de Karl Appun; Aus den Llanos achs; The Land of Bolivan, or War, Peace and Adventure in the Republe of Venez {a878) de James Mudie Spence; incusive hasta finales de siglo con la elacién de Anton 1g Vom Tropischen Tiflande zum Ewigen Schnee, Eine Malerische Schilderung des -zuela (4892), fueron creando wna tradicién que reelaboraba Goerin Schonsten Tropentandes Vene: Ja misma imagen deuns region deshabitada y salvaje, ALno fener Veneauela esas “ruinas” de"antiguas civilizaciones’ fae asimilada al modelo delasregiones sin historicidad pero Tlengs de materias primas, “Ajustada o no ala realidad, esta imagen dé ala dite riolla ena segunda mitad del siglo, que, mas comprometida con una moderni ficiente, ya no ce identficaba con esa cslampa del paisileno de caimanes, mosqui ala hora de realizarla primera gran Exposicién acién “salvaje” empez6 aincomodar tos, yguajiros antrop6fagos, menos atin Nacional que, hacia 1885, conmemoraba el Centenario del Natalicio de Simén Bolivar El progreso de las nacionex se media en aquellas décedas por esos gigantescos eventos que exan as exposiciones, que arreglaban el capital stmbélico del pals como archivo y como vitrina dela cultura, Gracias a las tecnologtas visuales que no tarcaron en llegar al Nuevo Mundo, los carequenes podian comprar desde mediacios de siglo, a médica precio, en la calle de Letzas Patras hermosas tarjetas postales con panaramnes de las exposiciones habidas en Londres, Paris, Viena, y Bremen, y que disirutaban, o bien en fanciones dioramsticas que proyectaban, tos de sonales, 0 en modest sus estereoscopios pe ceclificaciones preferiblemente goticas que mejor se prestaban para crear esos efect luces y sombras Un soterzado dilogo entre las oligarquies de este lado del Atléntico con aquellas del otro lado, que segutan insistiendo tercamente en Jas geograflas desérticas sblo, ex plicarigen parte algunas de las razones que ceterminaron hacer un palacio gotico para dar cabida a la Exposicién en un pals tropical. Pero también, zpor qué una politica de tes legia nostalgias medievalizantes y acs caballerescos%,zqué mhistoriciste 2 las formas modernizant ansiedad hacia adoptarlaseveridad de esis victorlanost, gpor qué a del Estaco nacional eligié las formas neogéticas para la Exposicion? ( 2 | | | | | | Uiteroer, prices reas tanseemseltn cota! Be» laestricturs clnils de tml de San Fancseo fron cconveriat st neogico para eesbie en 8al Palco dela posi Nacional. Ova vitals, trreaimunndn guiraldareten Senods-Unaiuchedwnbretrbansn precedents pe vtarletibicén daanteviirsemeneey ng bajo td in caltue materia disponible. Protra parte,ya fos dioramas décadas anes habnn furttasiaado at pico concatedaley palacion gic, ‘Tr6pico, 1a non tropo! Yeneauela habia acurmuledo une signfcativa experiencia en cuanto.a pensamiento | anticolor Histay luchas revolucionarias, y habia so adams escenario principal de les guerrasindependentisas, lo que posibiltabs ott narrativa de donde cehar mane ara acuflar otra imagen que pudiese negociar su ideatidad a nivel internacional, A fn de cuentas los documentos de barbaric habla que recubritlos con documentos de

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