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DIAGNOSTICO KINESICO

KLGO. JOSE LANDEROS

Esta vez, quiero meterme en la pata de los caballos y referirme a este tema. Si
uno busca en Google, no encuentra mucho en realidad, y me quedo defraudado al
comprobar que, a pesar de que entre los kinesiólogos se habla mucho del DK
(diagnóstico kinesiológico), casi nada se refiere a él a modo de definición y
metodología para su obtención. Para entender este concepto, relativamente
“nuevo” (yo lo vengo escuchando desde hace más de 16 años), es necesario
primero que se tenga claro qué es Kinesiología.
(ver https://jmlanderos.wordpress.com/2010/06/15/47/, en serio, si no lo tiene
claro, léalo antes de proseguir). Superado esto, podemos conversar del famoso
DK, obviamente sin ninguna pretensión de acabar con el tema, si no más bien lo
contrario, la idea es generar reflexión y discusión.

Diagnóstico:
El diagnóstico, desde el punto de vista médico se define, según la Real Academia
Española de la Lengua, como el arte o acto de reconocer una enfermedad por sus
signos y síntomas. Es uno de los procesos más importantes del proceso de
atención al paciente. Es tan importante que si un paciente no tiene diagnóstico, no
tiene tratamiento. Dicho esto, debemos establecer lo siguiente: desde el punto de
vista de la kinesiología, el diagnóstico médico no es de gran ayuda. No nos
entrega la información que se necesita para plantear la terapia para el paciente.
Para el kinesiólogo, el diagnóstico médico es más que nada orientativo acerca de
la fisiopatología del paciente y posibles complicaciones relacionadas con ésta,
pero nos sirve sólo como una idea global antes de nuestra evaluación.
Como complemento al diagnóstico médico, muy alejado éste de las competencias
de la kinesiología, el DK se puede definir como la investigación o el análisis de los
signos y síntomas presentes en el paciente que permiten establecer la causa de
las disfunciones (asumiendo que esta es la base de nuestro actuar). De aquí que
podamos igualar el DK con el diagnóstico funcional.
Por otra parte, el diagnóstico kinesiológico es variable dependiendo de los
cambios en la condición del paciente. Esto supone que también los objetivos y el
tratamiento deben ir cambiando en la medida que el paciente cambie su condición
de salud y se mueva entre las dimensiones que están comprometidas, por lo que
las intervenciones tipo “Combo 1: US, UT, IR” las 10 sesiones es absolutamente
anacrónico, obsoleto e inútil.

Diagnóstico Kinesiológico basado en la CIF:


La OMS, en el año 2001, aprobó y publicó la “Clasificación Internacional de
Funcionamiento, Discapacidad y Salud” (CIF). Esta clasificación propone un
modelo que puede utilizarse como pauta de evaluación acotada y enfocada hacia
todas las dimensiones del ser humano, lo que permitiría a los profesionales
kinesiólogos obtener su diagnóstico funcional. El enfoque de este modelo CIF es
proveer de una base científica para la comprensión y estudio de los estados
funcionales y proporcionar una visión de las diferentes dimensiones de la salud,
desde la perspectiva de un modelo biopsicosocial, con un lenguaje universal.
La CIF es una clasificación que nos sirve como modelo integral para evaluar
funcionalidad, discapacidad y salud de las personas. Este modelo permite
clasificar las deficiencias de los individuos de micro a macro, es decir, desde su
fisiología y anatomía hasta llegar al entorno social. Sus componentes principales
son: Estructuras Corporales, Estado Fisiológico, Limitaciones a la Actividad y
Restricciones de la Participación, siendo los dos primeros elementos relativos al
proceso curativo de la patología y los dos últimos ligados a la rehabilitación y/o
reintegración social. Las deficiencias de Estructura Corporal y de Función
Fisiológica se refieren a aquellos órganos y sistemas comprometidos por el estado
patológico y las funciones que se alteran debido a este estado. Las Limitaciones a
la Actividad se refieren a aquellas que impiden la realización de las Actividades de
la Vida Diaria y las Restricciones de la Participación son aquellas que impiden el
desempeño de los roles sociales como individuos integrados en una comunidad
social determinada, o bien, son aquellos que retrasarán la inserción social del
individuo por incumplimiento de dichos roles.
De esta manera, al evaluar al paciente, se establecen inmediatamente los
componentes del estado actual de paciente, identificando:
1. Estructuras Comprometidas
2. Alteraciones Fisiológicas
3. Limitaciones a la Actividad
4. Restricciones de la Participación
El diagnóstico kinesiológico o funcional, entonces, queda conformado por una
frase donde se resumen las funciones comprometidas y la causa de ellas,
apuntando siempre al objeto de nuestra profesión: la ACTIVIDAD. El DK, por lo
tanto, debiera tener como referencia la principal Limitación de la Actividad que
presenta el paciente.
De acuerdo a la importancia relativa de cada uno de los aspectos del estado
funcional del paciente, se pueden establecer los objetivos del tratamiento de
kinesiología, siendo siempre el objetivo general devolver al máximo posible la
independencia funcional del paciente a cargo, de acuerdo a sus potencialidades.
Podrá plantearse otro objetivo general, que se adecúe a la condición de
deficiencia primordial (deterioro o disfunción) del paciente, pero siempre teniendo
en cuenta que debe responder a un enfoque funcional. Los objetivos específicos
variarán para responder al objetivo funcional primario. Además, como podrá
desprenderse de lo anteriormente planteado, los objetivos específicos, al igual que
el tratamiento del paciente, DEBEN ir variando en relación al cambio del estado
funcional de éste, siendo necesario ajustarlos continuamente para responder a las
necesidades individuales. De esta manera, queda aún más clara, la diferencia del
diagnóstico en kinesiología y el diagnóstico médico.
El kinesiólogo tiene competencias para diagnosticar estados de funcionamiento,
no para diagnosticar patologías (aunque la práctica profesional pudiera decirnos lo
contrario).

Elaboración del diagnóstico kinesiológico:


Una vez realizada la evaluación del paciente, deben analizarse los datos
recogidos y el paciente debe catalogarse según su estado FUNCIONAL, de
acuerdo a las dimensiones comprometidas en base a la CIF. Es decir, se
identifican las estructuras y la fisiología comprometidas, las limitaciones a las
actividades de la vida diaria y las restricciones a la participación social. Es
importante que en este diagnóstico, el párrafo principal esté basado en la
dimensión más comprometida del paciente. Para el caso de los pacientes críticos,
siempre será primordial la disfunción fisiológica que presenta el paciente, variando
según la causa de los compromisos. Por ejemplo, puede catalogarse a un
paciente como: Disfunción ventilatoria severa (fisiología), por patología obstructiva,
con componente hipersecretor importante y alteración del clearance bronquial.
Para el caso de un paciente con esguince de tobillo, el DK debiera ser del tipo:
alteración de la marcha (limitación a la Actividad) por distensión del ligamento p-a
anterior, dolor y edema, con disminución del rango articular.

Formulación de los objetivos del tratamiento:


Para formular los objetivos del tratamiento, se debe buscar siempre la máxima
posibilidad funcional del individuo, por lo tanto, el objetivo principal debe dar
respuesta a este problema presentado por el paciente.
El objetivo general es amplio, que englobe la problemática del paciente y no puede
ser logrado mediante una sola técnica de tratamiento, como sí debe ocurrir con los
objetivos específicos. Por ejemplo, en un paciente que presenta dificultad
ventilatoria, el objetivo general puede ser: Disminuir la dificultad ventilatoria. Los
objetivos específicos darán respuesta al origen de esta dificultad ventilatoria. Por
ejemplo, Disminuir la broncoconstricción o Permeabilizar la vía aérea o Expandir
zonas de atelectasia, entre otros.
Una vez formulados los objetivos específicos se plantea, en base a la mejor
evidencia disponible y a la experiencia conseguida por el terapeuta, el tratamiento
que responda a los objetivos específicos.
El tratamiento debe ser evaluado según los objetivos específicos y si lograron el
cumplimiento del objetivo general.
Insisto en que no pretendo cerrar el tema, sólo quiero dejarlo planteado y esperar
que podamos acordar, desde una base reflexiva y fundamentada, cuál es nuestra
propuesta y cuál es nuestro marco de regulación al respecto.

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