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Esta vez, quiero meterme en la pata de los caballos y referirme a este tema. Si
uno busca en Google, no encuentra mucho en realidad, y me quedo defraudado al
comprobar que, a pesar de que entre los kinesiólogos se habla mucho del DK
(diagnóstico kinesiológico), casi nada se refiere a él a modo de definición y
metodología para su obtención. Para entender este concepto, relativamente
“nuevo” (yo lo vengo escuchando desde hace más de 16 años), es necesario
primero que se tenga claro qué es Kinesiología.
(ver https://jmlanderos.wordpress.com/2010/06/15/47/, en serio, si no lo tiene
claro, léalo antes de proseguir). Superado esto, podemos conversar del famoso
DK, obviamente sin ninguna pretensión de acabar con el tema, si no más bien lo
contrario, la idea es generar reflexión y discusión.
Diagnóstico:
El diagnóstico, desde el punto de vista médico se define, según la Real Academia
Española de la Lengua, como el arte o acto de reconocer una enfermedad por sus
signos y síntomas. Es uno de los procesos más importantes del proceso de
atención al paciente. Es tan importante que si un paciente no tiene diagnóstico, no
tiene tratamiento. Dicho esto, debemos establecer lo siguiente: desde el punto de
vista de la kinesiología, el diagnóstico médico no es de gran ayuda. No nos
entrega la información que se necesita para plantear la terapia para el paciente.
Para el kinesiólogo, el diagnóstico médico es más que nada orientativo acerca de
la fisiopatología del paciente y posibles complicaciones relacionadas con ésta,
pero nos sirve sólo como una idea global antes de nuestra evaluación.
Como complemento al diagnóstico médico, muy alejado éste de las competencias
de la kinesiología, el DK se puede definir como la investigación o el análisis de los
signos y síntomas presentes en el paciente que permiten establecer la causa de
las disfunciones (asumiendo que esta es la base de nuestro actuar). De aquí que
podamos igualar el DK con el diagnóstico funcional.
Por otra parte, el diagnóstico kinesiológico es variable dependiendo de los
cambios en la condición del paciente. Esto supone que también los objetivos y el
tratamiento deben ir cambiando en la medida que el paciente cambie su condición
de salud y se mueva entre las dimensiones que están comprometidas, por lo que
las intervenciones tipo “Combo 1: US, UT, IR” las 10 sesiones es absolutamente
anacrónico, obsoleto e inútil.