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CONSIDERACIONES GENERALES
La férula de yeso consiste en una lámina, formada por varias capas de venda
enyesada, que cubre parcialmente la circunferencia de una región anatómica, quedando
sujeta a la misma por un vendaje elástico.
Generalidades en la colocación de vendajes algodonados
Los vendajes, al igual que los yesos, deben colocarse hasta la raíz de los dedos,
para evitar el edema de ventana, y ser homogéneos en espesor y tensión en todo el
vendaje.
Proximalmente debe llegar casi hasta la punta del olécranon por la cara
posterior, siendo más corto en la cara anterior para permitir la flexión del codo y
distalmente, igual que en las braquiales.
Se debe proteger bien y no comprimir la zona del cuello del peroné, región en la
que el nervio ciático poplíteo externo queda muy superficial y poco protegido. Se corre
el riesgo de producir paresia e incluso parálisis del mismo.
Si el paciente aqueja dolor continuo en el talón, se recomienda retirar la
inmovilización (si es posible) o recortar la misma y explorar la piel para descartar
lesiones cutáneas que pueden llegar a ser serias.
Proximalmente se debe llegar tan arriba como sea posible permitiendo la flexión
de la rodilla por la cara posterior; en las botas de yeso, por la región anterior se llegará
hasta el polo inferior de rótula. Distalmente, llegar hasta la raíz de dedos, y
generalmente se coloca plantilla de yeso para evitar la retracción en flexión de los
dedos. El tobillo generalmente se inmoviliza a 90º, pero puede convenir colocarlo en
equino en determinadas lesiones.
La clínica consistirá en: Dolor que aumenta con la extensión pasiva, tensión,
hinchazón, alteraciones sensitivas, disminución de la motilidad, cianosis, y disminución
del pulso de la arteria principal. La ausencia o disminución del pulso será un hallazgo
tardío. Por ello, la presencia de un pulso distal normal no descarta la presencia de
un síndrome compartimental.
Los yesos cerrados en fracturas en las que se supone que se va a producir una
intensa tumefacción (como fracturas-luxaciones, fracturas de calcáneo, etc.) deben
abrirse y permanecer abiertos un mínimo de 3-4 días (hasta pasar el periodo agudo
inflamatorio).
Apertura de un yeso: El yeso debe abrirse totalmente, en todas sus capas, hasta
exponer la piel del paciente en toda la longitud de la inmovilización. Se suele realizar
una leve dilatación del yeso, y a continuación, y para evitar la aparición de un edema de
ventana, se rellena la “falla” de algodón y se coloca un vendaje algodonado. Una vez se
decida cerrar el mismo, basta con aplicar una nueva capa de papel y de yeso.
Escaras por presión: Se producen por la presión mantenida en una zona, que
isquemiza la piel pudiendo provocar la necrosis de la misma. Se localizan sobre todo en
talón o zonas de relieve óseo, como estiloides en muñeca y maleolos en tobillo, y
debutan con dolor o molestias permanentes en la zona, que no se alivian en ningún
momento.
Estos deben llegar a la raíz de los dedos, pues de lo contrario la zona descubierta
sufrirá una edematización progresiva. El tratamiento del mismo consiste en elevar el
miembro para reducir la tumefacción y posteriormente completar el yeso hasta la altura
adecuada.
CINTURA ESCAPULAR-HOMBRO, BRAZO Y
CODO
Clavícula
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Fisiopatología:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Cuidados posteriores:
Epidemiología y patogenia:
Suelen ser producidas por caídas sobre el extremo más distal del hombro, al
incrementar el componente escapular de la abducción del hombro, para lo que es
precisa la libertad del movimiento acromioclavicular.
Anatomía patológica:
Fisiopatología:
Diagnóstico:
Fracturas de escápula
Luxación glenohumeral
Epidemiología y patogenia:
La luxación de hombro suele ser producida por caídas que provocan una
rotación externa forzada del brazo. Son más frecuentes en jóvenes (18 a 25 años) por
accidentes deportivos, y en ancianos (en los que son frecuentes las caídas y la
estabilidad del hombro puede estar reducida por degeneración muscular).
La alta frecuencia de esta lesión, viene dada por la anatomía de la articulación
glenohumeral, que sacrifica estabilidad por movilidad, ya que la “congruencia ósea” es
pequeña, recayendo gran parte de la congruencia articular en el rodete glenoideo,
fibrocartilaginoso y fácilmente lesionable.
Anatomía patológica:
Las más frecuentes son las luxaciones anteriores. En éstas, la cabeza humeral
rota externamente, saliéndose de la glena, y quedando por delante de la escápula.
Ocasionalmente, sobre todo en ancianos, puede asociarse a arrancamiento (avulsión) del
troquíter, por tracción de la musculatura rotadora externa.
Las luxaciones posteriores son mucho menos frecuentes, y suelen ser debidas a
rotación interna forzada del brazo. En este tipo de luxaciones, la Rx AP puede no
mostrar alteraciones apreciables, siendo muy importante la exploración y sospecha
clínica, así como solicitar proyecciones transtorácica para objetivar la lesión.
Las “luxaciones erectas” son aquellas en las que el brazo queda en abducción.
Las Rx muestran claramente el diagnóstico, y es especialmente importante buscar
signos o síntomas de lesiones neurovasculares asociadas.
Fisiopatología:
Diagnóstico:
Clínica: Dolor y deformidad, así como impotencia funcional, del hombro. Signo
de la charretera, a la inspección el hombro se verá “cuadrado” en la visión AP. Muy
importante es explorar el estado neurovascular pre y postreducción.
La Rx simple dará el diagnóstico por imagen. Debemos acordarnos de pedir
proyecciones transtorácica en casos dudosos.
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
La clínica suele ser evidente, presentando el paciente una actitud antiálgica. Las
Rx AP y transtorácica podrán de manifiesto la lesión. En lesiones evolucionadas, se
apreciará un extenso hematoma gravitatorio en todo el brazo y el costado: Debemos
informar al paciente para que no se inquiete cuando aparezca.
Fundamental, como en todos los casos, es explorar el estado neurovascular
distal.
Tratamiento:
En cierto tipo de fracturas, en las que se aprecie cierta angulación, puede optarse
por un cabestrillo tipo “pulsera-collar”, aunque consideramos que es poco recomendable
por su escasa capacidad de inmovilización.
Fracturas de húmero
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
El desplazamiento de los fragmentos estará en relación con las inserciones
musculares, especialmente la de deltoides y la del pectoral mayor (en el fragmento
proximal), y la musculatura flexora y extensora del codo en el fragmento distal.
Diagnóstico:
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Este es un apartado que engloba muy diversas lesiones, con varios mecanismos
de producción, distinta complejidad en el tratamiento y diversas expectativas de
recuperación.
Cabe destacar que una vez más es fundamental la exploración del estado
neurovascular, pues existe riesgo de lesión de la arteria braquial y del nervio mediano y
radial.
ANTEBRAZO-MUÑECA
Epidemiología y patogenia:
Por las características anatómicas del antebrazo (paralelogramo unido, por la
presencia de la membrana interósea, ligamento anular y ligamentos radiocarpianos
distales) las fracturas aisladas de radio o cúbito son poco frecuentes, sobre todo la
fractura aislada de radio. El mecanismo de producción suele ser por traumatismo directo
(“fractura del bastonazo”).
Anatomía patológica:
Anatómicamente radio y cúbito están unidos por diversas estructuras, por lo que
ante una fractura aparentemente aislada de uno de estos huesos debe descartarse clínica
y radiológicamente lesiones asociadas en codo y muñeca.
Diagnóstico:
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Generalmente son por traumatismo indirecto, por caída sobre el miembro, sobre
el dorso o la palma de la mano, lo que determinará la angulación.
Anatomía patológica:
Anatómicamente, radio y cúbito están unidos por diversas estructuras, por lo que
ante una fractura aparentemente aislada de uno de estos huesos debe descartarse clínica
y radiológicamente lesiones asociadas en codo y muñeca.
Diagnóstico:
Tratamiento:
Luxofracturas de cúbito-radio
Luxofractura de Monteggia:
Luxofractura de Galeazzi:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
El yeso debe permitir la flexión libre de todos los dedos, así como la flexión del
codo, pero debe prolongarse por el borde cubital casi hasta la punta del olécranon.
Debemos evitar que queden zonas “afiladas” en los bordes del yeso que puedan
provocar lesiones cutáneas.
Fractura de Goirand-Smith:
O “de Colles invertida”, es la fractura de la metáfisis distal del radio, desplazada
a palmar. Suele deberse a caídas sobre el dorso de la mano.
Solo está afectada la porción anterior (palmar) del radio, “luxándose” el carpo
hacia proximal al perder el tope óseo. La reducción ortopédica más yeso con la muñeca
en extensión suele fracasar.
Fracturas de escafoides
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
La compresión axial del 1er dedo también suele ser dolorosa. Se debe solicitar
“serie de escafoides” en la Rx. La fractura de escafoides puede no verse en las Rx
iniciales.
Tratamiento:
En aquellos casos en los que haya clínica compatible, pero que presenten Rx sin
alteraciones visibles, deben tratarse como si presentaran fractura de escafoides,
mediante un yeso o una férula antebraquial con prolongación al primer dedo. A las dos
semanas, se retirará este yeso y se reevaluará al paciente clínica y radiológicamente.
Si se confirma la fractura, se continuará la inmovilización. Si las Rx siguen
siendo normales, se tratará como un esguince de muñeca, pero se recomienda nueva
evaluación clínico-radiológica a las 2 semanas.
Fracturas pélvicas
Son las más frecuentes de las fracturas pélvicas, y generalmente se producen por
compresión lateral de la pelvis, quedando la articulación sacro-ilíaca intacta. También
pueden deberse a compresión AP.
Luxación coxofemoral
Epidemiología y patogenia:
Son poco frecuentes, y suelen ocurrir en el contexto de accidentes laborales o,
sobre todo, de tráfico. Pueden ser anteriores (raras, generalmente por accidentes
ocurridos con la cadera en abducción forzada) o posteriores.
Estas últimas suelen darse en accidentes de circulación, en los que la rodilla
choca con el salpicadero, transmitiéndose la fuerza a modo de ariete a la cadera,
luxándose la cabeza femoral a posterior. También pueden producirse en caídas de altura,
si se cae sobre los miembros inferiores.
Anatomía patológica:
La cabeza femoral puede actuar a modo de “ariete” contra la ceja posterior del
cotilo, arrancando la misma. En las luxaciones posteriores de cadera se produce una
rotación interna del fémur, y por consiguiente de todo el miembro inferior. Así mismo
se producirá un acortamiento de la extremidad inferior afecta.
Diagnóstico:
Tratamiento:
Se debe proceder a la reducción lo más precozmente posible de la luxación,
mediante manipulación cerrada. Si la reducción se muestra estable, se colocará una
férula de Braun y una tracción continua.
Fracturas de cadera
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
La lesión de LLE y meniscos no, aunque puede haber hidrartros por irritación de
la rodilla. La prueba de imagen de elección es la RMN, aunque siempre deben
solicitarse Rx simples.
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Clínico: Dolor, tumefacción, impotencia funcional, hemartros… Se debe
explorar la integridad del aparato extensor, solicitando al paciente que mantenga la
pierna levantada con la rodilla en extensión. La Rx dará el diagnóstico de confirmación,
debiendo solicitarse Rx AP y L de rodilla.
Tratamiento:
Luxación de rótula
Fracturas de tibia
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Fracturas de tobillo
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Hablaremos del esguince del complejo lateral, que son los más frecuentes.
Generalmente son debidos a lesiones deportivas por inversión forzada del tobillo.
Anatomía patológica:
En los esguinces grado I existe una distensión del ligamento, en los grado II
ocurre un desgarro, generalmente parcial, de mayor o menor entidad, y en los grado III
aparece una rotura completa o una avulsión de la inserción ósea.
El complejo ligamentoso externo está formado por el ligamento peroneo-
astragalino anterior, el ligamento peroneo-calcáneo y el peroneo-astragalino posterior.
Generalmente se van dañando “de adelante atrás”.
Diagnóstico:
Tratamiento:
Epidemiología y patogenia:
Anatomía patológica:
Diagnóstico:
Tratamiento:
Es quirúrgico, consistiendo en la sutura término-terminal del tendón con o sin
refuerzo con tendón del delgado plantar. Antes y después de la cirugía se colocará yeso
suropédico con tobillo en flexión plantar o equino.
Las fracturas de la base del 1er MTC tienen especial interés por la repercusión
funcional que pueden tener. Las fracturas de la base del 1er MTC que afectan a la línea
articular frecuentemente requieren tratamiento quirúrgico para conseguir una reducción
anatómica; provisionalmente se inmovilizarán con una férula antebraquial con
prolongación al primer dedo.
Atención especial por su frecuencia requiere la fractura del cuello del 5º MTC
o “fractura del boxeador”. Suelen deberse a traumatismo directo sobre el puño cerrado,
que fuerza la flexión del MTC, fracturando éste en el cuello. Si están desplazadas se
deben reducir bajo anestesia local y colocar un yeso o férula antebraquial con
prolongación al 4º y 5º MTC que mantenga la reducción, lo cual se consigue con la
flexión a 90º de la articulación MTC-falángica.
De no ser así, se recomienda sindactilia con el dedo contiguo (en los dedos
medios elegir el de un lado u otro en función del desplazamiento) más férula
antebraquial con prolongación a dichos dedos, con éstos en flexión.
Es fundamental explorar la posible malrotación de la fractura, pues a la larga
suele ser la deformidad peor tolerada. Para corregirla y evitar que reaparezca de forma
secundaria, se debe inmovilizar los dedos en flexión y en sindactilia.
Una vez reducidas suelen mostrarse estables, y generalmente basta con colocar
una sindactilia. Si el dolor es intenso o si se prevé poca colaboración del paciente o si
hay fracturas asociadas, se colocará una férula antebraquial con prolongación al dedo
afecto más una sindactilia de éste con el adyacente.
Fracturas de calcáneo
En las fracturas “en pico de pato” (por avulsión del tendón de Aquiles) se
colocará una férula en flexión plantar, previa al tratamiento quirúrgico.