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Título del artículo 85

«El rey del cruce


Deconstruir una yerba en el camino
la frontera o dibujar me enseño que mi destino
era cruzar y cruzar
nuevos paisajes: por ahí me dijo un troquero
que no hay que cruzar primero
sobre la materialidad pero hay que saber cruzar
con tarjeta o sin tarjeta
de la frontera* digo yo la pura neta
y mi palabra es la ley...»
(Guillermo Gómez-Peña, 1996)

Encarna Gutiérrez Rodríguez


C on estas palabras describe el artista
chicano Guillermo Gómez-Peña una
necesidad creada por el fenómeno
de la frontera: la necesidad de cruzar. Esta
necesidad surge como impulso del ser humano
ante el hecho de la frontera. Es así que se con-
fronta el intento de domesticar, disciplinar y
normalizar la práctica y el movimiento huma-
no. Pues, ¿cómo parar el cauce de un río?
Incluso el intento de frenarlo provisionalmen-
te falla, ya que destruye su ecosistema y trans-
forma el río en pantano. Un pantano que nece-
sita ser mantenido artificialmente para seguir
vivo. Este ejemplo algo naturalista, hace evi-
dente la persistencia de la actividad humana y
su constante procesualidad.
En oposición a esta evidencia se instaura la
frontera como una entidad metafísica. Como
instrumento de regulación y control la frontera
transporta la intención del sujeto hegemónico
de ordenar y dividir el mundo. Representa así
un episteme violento que indica el ímpetu
imperial de la Europa colonial de gobernar,
anexar y parcelar el mundo bajo el lema divide
et impera. Es una armadura que encuadra y
congela un territorio dentro de un espacio físi-
co y simbólico. Este encuadramiento va acom-
pañado por un discurso esencialista que define
la frontera como elemento constitutivo del ser
humano. Recibe así una legitimación ontológi-
ca en base a la cual llega a ser un instrumento
de control y regulación del espacio social. Par-
tiendo de este entendimiento de la frontera el
Estado-nación de la Modernidad establece sus
políticas de pertenencia y exclusión que son
implementadas sobre todo en las políticas de
ciudadanía y de migración.

Encarna Gutiérrez Rodríguez. Universidad de Hamburgo


Política y Sociedad, 36 (2001), Madrid (pp. 85-95)
86 Encarna Gutiérrez Rodríguez

En este artículo voy a tratar esta dimensión tarse hacia una frontera y de funcionar de
de la frontera, centrándome especialmente en la manera horizontal.» (Anderson, 1991: 34 –en
relación entre migraciones y subjetividades inglés en el original). Siguiendo estas observa-
fronterizas. Tras un pequeño vistazo al marco ciones de Anderson podemos deducir que la
discursivo en el que se encuentra el topos de la idea de la frontera, como hoy se nos presenta,
frontera, pasaré a la materialidad de la frontera va ligada al concepto moderno de Estado-
centrándome en el territorio fronterizo de nación. Un Estado que se desarrolla dentro de
EEUU/México y en la Unión Europea. Estos una lógica capitalista y se materializa por la
dos ejemplos van acompañados por una presen- «territorialización de su historia», articulándo-
tación de subjetividades generadas en ambos se a la misma vez por la «historización de su
contextos. En el contexto EEUU/México pre- territorio» (Poulantzas, 1978). Como una evi-
sentaré a la poetisa y escritora Gloria Anzaldúa dencia inequívoca la frontera surge de un dis-
con sus conceptos de border woman y «la con- curso geográfico-geológico, creándola como
ciencia de la mestiza» (Anzaldúa, 1987); pasan- un fenómeno natural.
do de ahí al contexto alemán con el grupo de De esta manera llega a formar un elemento
mujeres inmigrantes FeMigra. Empecemos con en un discurso metafísico que sitúa al ser
la relación Estado-nación/frontera. humano dentro de un territorio definido por
sus fronteras. Como clave principal, junto a la
noción del territorio conforma el centro de
todo discurso geográfico. La geografía en su
El Estado-nación intento de describir y explicar un espacio ha
y la frontera intentando introducir una noción naturalizante
de la frontera, definiéndola a través de fenó-
menos naturales como ríos y montañas. A la

E ntre 1776 y 1838 ve Benedict Ander-


son surgir unas formaciones estatales
como fundación del Estado-
vez esta inscripción ha tenido lugar dentro de
un contexto histórico y político, acompañado
por anexiones territoriales, traspases y nuevas
nación moderno. Estas formaciones se realizan formaciones de fronteras, que han influido en
según Anderson a través de la introducción de la delineación de la frontera. Es con este tras-
un idioma oficial y único para toda la pobla- fondo sobre el que se desarrolla la proclama-
ción del Estado, una conciencia e historiogra- ción del Estado-nación en la Modernidad.
fía nacional reflejada en un sistema adminis- Partiendo de la frontera el Estado-nación se
trativo centralista (Anderson, 1991: 53). Los constituye en base a un discurso nacionalista.
fundamentos iniciales de este proceso los ve La frontera y la nación llegan a condicionarse
Anderson aparecer en la constitución de una a la otra. No sólo el territorio se convierte
EEUU como Estado-nación. La lucha de las tras esta encrucijada en un fenómeno natural,
trece colonias por su independencia de Gran también a los habitantes de un territorio se les
Bretaña y por una constitución autónoma atribuye una genealogía implacable, arraigada
introduce el modelo de Estado republicano ba- en un discurso biológico de sangre y genes. La
sado en la nación. En la vieja Europa este frontera se convierte así en algo esencial, pro-
modelo se instaura con la Revolución francesa piedad incuestionable, cicatriz inconfundible y
en 1789. La frontera llega a ser un elemento reveladora del «de dónde venimos» y del
genuino e imprescindible a la hora de legitimar «dónde estamos». La «presencia contingente»
la soberanía y la singularidad del Estado- del individuo en un territorio se transforma en
nación. Antes de esta fecha Anderson conside- una «pertenencia natural»: entidad regional o
ra que la noción de «grupo social» en las nacional. En base a esto se crea un discurso
sociedades europeas no va ligada a un Estado sobre un pueblo arraigado geográficamente
centralista. La frontera llega a ser un elemento con un linaje único y características similares.
genuino e imprescindible a la hora de legitimar Creando de tal forma la similitud dentro de la
la soberanía y la singularidad del Estado- frontera y la disimilitud fuera de ella. La fron-
nación. En sus propias palabras: «Las concep- tera sigue así funcionando como elemento
ciones fundamentales de «grupos sociales» regulador y como dispositivo de una lógica
eran centrípetas y jerárquicas, en vez de orien- identitaria. Es aquí donde entra en juego el
Deconstruir la frontera o dibujar nuevos paisajes: sobre la... 87

concepto de «etnia». Este concepto, introduci- a través de la genealogía o de la pertenencia a


do por Max Weber, denomina características un territorio. En ninguno de estos dos modelos
culturales y sociales de un pueblo arraigado en de constitución y de reconocimiento del sujeto
un territorio (Weber, 1972). Weber considera ante el Estado se refleja el principio puro de la
el fenómeno de la etnicidad como una reliquia polis como lugar de creación y de decisión de
de la Edad Media y un instrumento obsoleto una opinión pública independiente a la proce-
como recurso movilizante para la organización dencia geográfica de sus integrantes y basada
de intereses comunes en sociedades modernas. en la contingencia de un grupo social. En este
Ya que en estas Weber cree percibir modalida- encuadramiento, el territorio (espacio) no llega
des altamente sofisticadas que posibilitan a percibirse como un fenómeno político-
negociaciones a un nivel racional. social, creado y transformable por la actividad
Como hemos vistos en la última década, humana (Urry, 1985). Es todo lo contrario: la
para no ir más lejos, luchas etnizantes basadas frontera marca la pertenencia de sus miembros
en la retórica de la frontera y de la nación no a un territorio. La existencia de la frontera
han cesado en nuestra historia. El pronóstico transmite así la creencia o la ilusión de una
de Max Weber no se ha cumplido. Eventos pertenencia permanente, segura y estable, den-
como las guerras sangrientas y etnizantes en tro de un territorio que parece estar ajeno a las
ex-Yugoslavia y Ruanda muestran todo lo con- prácticas y a las dinámicas humanas. Parece
trario con respecto a la irracionalidad y al también permanecer fuera de un mundo en
desuso de términos como el de etnicidad (con- transformación a nivel cultural, político y eco-
cepto clave en el discurso sobre la frontera y la nómico. El fenómeno de la frontera funciona
nación). así como negación de lo que no puede evitar:
Aún así no tenemos que fijarnos en guerras las dinámicas sociales dentro de la sincronía y
para delinear esta lógica, ya que, como dije la diacronía espacio-temporal. En esta dinámi-
anteriormente, el fenómeno de la frontera es ca brota el cruce de la frontera como elemento
constitutivo de la formación del moderno Esta- constitutivo del concepto de la frontera. Como
do-nación en Europa. La mayoría de las nacio- un automatismo y a la vez síntoma de una
nes europeas no se basan simplemente en la sociedad estructurada por la frontera, el cruce
idea de la polis como fundamento racional es irremediable, ya que forma la condición
para la organización de un grupo social, sino sine qua non de la frontera. Sin frontera no hay
que parten de un elemento altamente irracio- cruce y sin cruce no hay frontera. Es en esta
nal: el ethnos 1. Hasta en el Estado francés, dinámica en la que hoy en día se ubica la polí-
cuna de la polis moderna, se ha podido obser- tica del Estado-nación con respeto a las migra-
var en los últimos años una modificación de ciones y el capital «globalizante».
este principio. En su código de ciudadanía,
según el cual toda persona nacida en territorio
francés se considera ciudadana francesa (ius
solis), se han introducido elementos del princi- De la materialidad
pio de ius sanguinis, que determina la perte- de «la frontera»
nencia a una nación por medio de una «genea-
logía sanguínea». Esto se expresa de la
siguiente manera: hijos/as de emigrantes naci-
dos en Francia tienen que solicitar a su mayo-
ría de edad la ciudadanía francesa, para ser
E n el contexto de EEUU y de la
Unión Europea la frontera repre-
senta la clave central del discurso
reconocidos como miembros de la polis fran- nacional; a la vez que transporta la paradoja
cesa. Mientras que hijos/as de ciudadanos/as de un capitalismo globalizado, en el que las
franceses no tienen porqué anunciar pública- fronteras nacionales son objeto de negocia-
mente su pertenencia a la nación. En este ción. Después de la abolición de las regulacio-
ejemplo se evidencia el estrecho vínculo que nes financieras a nivel nacional por el Bretton
existe entre estos dos principios: ius solis e ius Woods, en 1973 surgen nuevos mercados eco-
sanguinis. nómicos transnacionales como la Unión Euro-
Estos dos principios siguen atados a la idea pea y NAFTA. Sin embargo, en el marco de
de un ethnos, ya que esta entidad se establece políticas interiores y exteriores las fronteras
88 Encarna Gutiérrez Rodríguez

nacionales experimentan un nuevo auge (ejem- personas, hoy viven oficialmente alrededor de
plo evidente de esto son las políticas migrato- 1,3 millones (Habel, 1999). Una gran parte se
rias restrictivas en EEUU y en la Unión Euro- encuentra en estado de tránsito, esperando la
pea). En este contexto es explícita la paradoja oportunidad para atravesar el «charco» o el
de la frontera: por una parte instrumento de cie- desierto dirección EEUU. Otra parte considera
rre y por otra parte, de apertura financiera. su estancia como provisional hasta alcanzar un
Sobre todo en las zonas fronterizas aparecen nivel de vida que les permita retornar a sus
nuevas economías como producto de los movi- zonas de origen. Más de un millón de personas,
mientos transnacionales del capital financiero, sobre todo mujeres jóvenes (de 18 a 28 años),
pero también de las migraciones. Es aquí donde trabajan en las 719 maquilas 3 situadas en 25
hallamos el territorio fronterizo entre EEUU y localidades.
México como uno de los primeros laboratorios En Tivijuana por ejemplo, como se denomi-
para experimentar nuevos métodos de control na a Tijuana, se han asentado numerosas mul-
de la frontera y de implementación de condi- tinacionales como Samsung, Sony, Hyundai y
ciones de producción neoliberales que hoy día Sanyo. En 1998 estas fábricas exportaron pro-
ya se están ejerciendo en Europa. ductos por un valor de 55 millones de dólares.
El territorio fronterizo entre EEUU y Méxi- «La frontera» es el paraíso para las multina-
co se ha hecho popular en los medios de comu- cionales que disfrutan de exenciones fiscales y
nicación con el nombre de «la frontera». Es el que no se ven obligadas a responder a deman-
territorio de la tierra rojiza, de las innumera- das sindicalistas, ya que prohíben explícita-
bles películas del Oeste, de la última resisten- mente la organización obrera. Una jornada
cia indígena en 1886 ante la nueva continua- laboral comprende en estas fábricas diez horas
ción del imperialismo yanqui 2. Estas tierras diarias de trabajo en una semana laboral de
hablan de la colonización a manos de los usur- seis días, por las que se gana un salario men-
padores españoles, de las diferentes luchas por sual de 450 a 675 pesos (8.000-12.000 ptas.)
soberanía, por la autonomía del territorio (Mohanty, 1997). Además de esta explotación
mexicano y de los diferentes pueblos indíge- y del sexismo verbal cotidiano, las mujeres se
nas. Con el Tratado de Guadalupe Hidalgo en ven expuestas a acosos sexuales y violaciones
1848, se fijó la pertenencia de Nuevo México, a manos de hombres que, en su mayoría,
de Alta California y Arizona a EEUU (Martí- ostentan cargos directivos. La desaparición y
nez, 1994: 28ff.). Con este Tratado se llegaba el asesinato de dirigentes y participantes feme-
a un convenio, fruto de las guerras anteriores ninas en brotes de protestas y huelgas es fre-
con México (1846-1848). El Estado de Texas cuente en esta zona. Aún así en 1994, dentro
llega a ser integrado en el mismo año a los del pacto económico de NAFTA 4, se ha expe-
EEUU, tras luchar por su autonomía entre rimentado una reorganización de las industrias
1836 a 1845. Finalmente en 1853 México transnacionales, a la vez que las obreras de las
efectúo la venta de la Mesilla, actual territorio maquilas han entablado alianzas con organiza-
sur de Arizona, a EEUU (ídem). ciones solidarias en EEUU 5.
Hoy, el territorio mexicano de la frontera es Además de ser el lugar ejemplar para esta
conocido como zona franca, paraíso para el explotación abierta, «la frontera» llega a ser la
capital indomable. Llega a ser el lugar óptimo zona idónea para la exploración del «cómo
para experimentar las nuevas tecnologías de cruzar» y «cómo vigilar». La paradoja y lo
militarización de la frontera. Zona conocida absurdo del fenómeno de «la frontera» se
por la aglomeración de twin cities como por muestra aquí con una evidencia implacable. Ni
ejemplo San Diego/Tijuana; Caléxico/Mexica- la construcción de un muro o la denominada
li; Nogales/Nogales; Douglas/Agua Prieta y El Operation Gatekeeper (Operación Guardián)
Paso/Ciudad Juárez. Ciudades que están sepa- llevadas a cabo mediante la instalación de
radas simplemente por una alambrada que cámaras infrarrojas, la construcción de muros,
divide una calle en dos partes: la mexicana y la la electrificación del alambrado, el incremento
estadounidense. de border patrol (policía fronteriza) o la toma
En este territorio se cuenta oficialmente con de huellas dactilares basadas en el ADN, pue-
unos ocho millones de habitantes. En ciudades den impedir que cada noche y cada día crucen
como Tijuana, que en 1950 contaba con 65.000 «el charco» grupos de «mojados» en su bús-
Deconstruir la frontera o dibujar nuevos paisajes: sobre la... 89

queda de nuevas perspectivas en el Norte 6. La nalidad de las cosas. En este contexto geográ-
realidad de la frontera se muestra en este lugar fico, económico, histórico y político, aparecen
del mundo y en este contexto espacio-temporal voces de resistencia como la de Gloria Anzal-
como una aporía, una insoluble paradoja, que dúa delineando nuevos conceptos de identidad
existe y promulga su existencia exactamente y de conciencia como el de border woman.
en un antagonismo social. Pues mientras que
por una parte se deshacen las fronteras en
áreas del libre comercio (NAFTA), por otra
parte éstas se cementan violentamente (políti- Border Woman
cas de emigración). Así aumenta el control de o Mujer Fronteriza
las fronteras a pasos gigantescos.

B
Prueba de ello es, por ejemplo, la revisión
de la Ley de Extranjería en 1996 en EEUU. orderlands-La Frontera, como An-
Hasta ese momento personas sin documentos zaldúa denomina el territorio fronte-
no podían ser expulsadas, ni encarceladas. El rizo EEUU/México, forma un
hecho de vivir sin papeles en el país no figura- mundo único, con varios idiomas, uno de ellos
ba como delito en el Código Penal. Desde la el spanglish. Es el lugar de la heteroglosia y de
introducción de esta ley existe el concepto la heterotopía 8, donde relaciones personales,
jurídico de «inmigración ilegal», a partir del familiares y laborales no se constituyen en fun-
cual se ordena sentenciar y encarcelar a inmi- ción de pertenencia a, o de procedencia de un
grantes o refugiados/as sin permiso de estancia único lugar/territorio. Con este trasfondo escri-
válido, y esto en el país que se fundó como «la be Anzaldúa sus diferentes ensayos y poesías,
nación de los inmigrantes». Ese mismo año el recogidas en 1987 en su monografía Border -
gobierno de EEUU aumentó el presupuesto lands - La Frontera. Es aquí donde plantea una
para el control de la frontera del Sur y fijó subjetividad creada y marcada por el hecho ins-
aumentar la plantilla de la border patrol a titucional y discursivo de «la frontera». Esta
1.000 agentes por año 7. Esta política va acom- subjetividad se compone de diferentes líneas
pañada por un discurso que construye al Sur identitarias que difieren o se entrelazan entre sí.
como la amenaza principal para el Norte.
En este marco se articulan subjetividades «Yo soy un puente tendido
que reflejan por una parte la violencia de la del mundo gabacho al del mojado,
frontera y por otra parte la creatividad que lo pasado me estira pa’tras
y lo presente pa’delante
emerge en la resistencia ante ellas. Son los/las Que la Virgen de Guadalupe me cuide
refugiadas y emigrantes, con o sin papeles, las Ay ay ay, soy mexicana de este lado.»
que se ven expuestas a los efectos de inclusión
y exclusión de las políticas de la fronteras. Al (Anzaldúa, 1987:3)
mismo tiempo la frontera llega a ser el lugar
del cruce, del traspase de las normas y con- «La frontera» llega a ser la fuente de un dis-
venciones sociales. Frente a la experiencia de curso identitario, producto de una lógica bina-
la represión, viven los/las emigrantes la expe- ria que imposibilita la multivocalidad de dife-
riencia de la resistencia, la experiencia de rentes planos identitarios. En esta dinámica
derrumbar barreras que los Estados crean surge la figura de border woman o de «la mes-
como intraspasables. En esta ambivalencia se tiza» como respuesta ante el acto imperialista
pronuncian subjetividades que se ven obliga- de homogeneizar e identificar, definiéndose la
das a luchar día a día contra el racismo, el autora como tal:
sexismo, la heteronormatividad y toda clase de
explotación, a la vez que crean nuevos campos «Because I, a mestiza,
de representación y reconocimiento fuera de continually walk out of one culture
discursos hegemónicos. Es aquí donde se and into another,
manifiestan maneras de existir que viven en el because I am in all cultures at the same
«juego de las diferencias» (Derrida, 1991), en [time, 9
el poliglotismo, en la heterogeneidad, en el alma entre dos mundos, tres, cuatro,
saber sobre la procesualidad y la interrelacio- me zumba la cabeza con lo contradictorio.
90 Encarna Gutiérrez Rodríguez

Estoy norteada por todas las voces que mismo tiempo producto también del colonia-
[me hablan lismo español que introduce la diferencia entre
Simultáneamente.» criollos, indios, negros y españoles. Sólo en
función de esta diferencia clasificatoria y
(Anzaldúa, 1987:3) jerárquica, fundacional del racismo moderno,
aparece un contramodelo antirracista que argu-
Esta subjetividad se muestra como resultado menta dentro del marco narrativo de la raza.
de un continuo traspasar de fronteras. Está En este contexto narrativo anuncia Anzaldúa
compuesta por un saber de contradicciones, su noción de raza y de mestiza.
ambivalencias y paradojas inherentes a la fron- «La mestiza» se inscribe en un proyecto
tera. Es la fuente para una utopía que no ve una identitario binario, para a continuación de-
amenaza en la diferencia, en la heterogenei- construirlo. Se mueve en una dialéctica negati-
dad. La frontera representa, más bien, un ma- va, en la que se genera una lógica identitaria
nantial de resistencia y creatividad. para negarla a continuación. La negación de
esta lógica identitaria representa a la vez un
«Como mestiza no tengo país, mi patria elemento constitutivo de esta lógica. Para pro-
me parte, aunque todos los países son ducirse como tal, tiene que ser negada, al
míos, porque soy la hermana o la amante mismo tiempo que la negación puede transfor-
potencial de toda mujer. (Como lesbiana marla. Esta dinámica que Anzaldúa recoge en
no tengo raza, mi propia gente me recha- su propuesta identitaria, parte de un sistema de
za, pero soy todas las razas, porque en clasificación para desarrollar una utopía en la
todas las razas existe la parte queer de que ya no existe una lógica de exclusión, de
mi). No tengo cultura, porque como femi- inclusión o de oposición. Más bien delinea lo
nista, he cambiado las creencias colecti- que Jacques Derrida describe con su concepto
vas culturales/religiosas orientadas hacia de différance. Derrida define con este concep-
una perspectiva masculina de lo Indo-His- to la procesualidad y la racionalidad de un sis-
pano y Anglo; aún así tengo cultura, por- tema significativo. La «a» en différance marca
que participo en la creación de otra cultu- la huella de un proceso constitutivo anterior a
ra, de otra historia como explicar el la presencia representada y, a la vez, esta pre-
mundo y nuestra participación, en un sencia apunta hacia signos futuros (Derrida,
nuevo sistema de valores con imágenes y 1991). La huella se muestra así como presen-
símbolos que nos conecta unos/as a cia en el mismo instante en que está a punto de
otros/as y con el planeta. Soy un amasa- evaporarse en su relación con signos futuros.
miento, soy un acto de amasar, de unir y La presencia es siempre producto de una inte-
de juntar que no sólo ha producido dos rrelacionalidad, en la que nunca termina sien-
criaturas, una criatura de lo oscuro y una do absoluta, ya que se encuentra en un cons-
criatura de lo claro, sino que también ha tante arrollo. La presencia es así algo efímero.
producido la criatura que cuestiona las Su manifestación es producto de una relación
definiciones de lo claro y de lo oscuro y con el pasado y el futuro.
les da un nuevo sentido.» (Anzaldúa, Es en esta dinámica, en la que se encuentra
1987:80-81). la border woman o la mestiza, en el momento
que cuestiona modelos identitarios dentro de
Como sujeto constituido por el fenómeno de una lógica binaria o dicotómica como lo oscu-
la frontera Anzaldúa rechaza un discurso cul- ro/lo claro. Todo modelo de identidad que
tural basado en la autenticidad y en lo puro. Al recurre así a la estancia de la presencia, sólo
contrario, evoca el concepto de José Vasconce- llega a tener una representación dentro del
los de la «raza cósmica» (1997). Vasconcelos contexto que la produce como tal. Anzaldúa
introduce a principios del siglo XX en México hace uso de esta identidad para articular su
su concepto de «raza cósmica» como un resistencia ante un sistema que intenta encasi-
modelo opuesto al racismo científico procla- llarla, identificarla, clasificarla, a la vez que
mado en Europa, sobre todo por el investiga- ignora su existencia individual. Ella utiliza
dor Gobineau. El concepto de la «raza cósmi- estos nombres para volcarlos, para darles un
ca», celebrando el auge del mestizaje, es al nuevo sentido, un nuevo significado dentro de
Deconstruir la frontera o dibujar nuevos paisajes: sobre la... 91

un contexto, en el cual la creación de identida- las relaciones Norte-Sur. Este nuevo proyecto
des es producto de actos violentos como la no diluye las jerarquías entre el Norte y el
misoginia, el colonialismo, el imperialismo y Sur, pero establece otras nuevas dentro del
más concretamente las políticas de inmigra- Norte y dentro del Sur. Bajo este trasfondo se
ción con las que se ven confrontadas las per- constituyen las pronunciadas subjetividades
sonas que habitan la frontera. de «la mestiza». Esta subjetividad está con-
textualizada dentro de un cuadro político,
«El retorno a la tierra prometida empe- geográfico e histórico concreto. Si dirigimos
zó primero con los Indios del interior de nuestra mirada a Europa nos encontramos
México y luego los mestizos que llegaron con similares tendencias de militarización de
con los conquistadores en el siglo XVI. La las fronteras y a la vez de pronunciamiento de
inmigración continuó en los tres siglos nuevas subjetividades basadas en la experien-
siguientes, y, en este siglo, continuó con cia de la inmigración. Estas subjetividades
los braceros que ayudaron a construir transportan en sí la doblez de una existencia
nuestras redes ferroviarias y que recogie- basada en la represión y, al mismo tiempo, en
ron las frutas. Hoy miles de mexicanos la resistencia y en la creatividad. Señal de una
cruzan la frontera legalmente e ilegal- actividad rebelde en estructuras acosadoras y
mente, diez millones de personas sin denigrantes.
documentación han retornado al Suroes-
te.» (Anzaldúa, 1987:11)

La condición de la mestiza o border woman Subjetividades postcoloniales


va marcada por el hecho de las migraciones y en la Unión Europea
la promesa del retorno a la tierra prometida. La
identidad de la mestiza se basa en la ambigüe-
dad por una parte del deseo por un lugar y por
otra por su continua migración. Vivir con esta
incertidumbre no es simplemente producto de
H ablar de la frontera como metáfora,
como signo clave de una sociedad
en transformación entre lo que
un sujeto idealista, sino más bien resultado de se considera lo natural y lo cultural, entre lo
políticas de no-representación y no-reconoci- humano y lo técnico, forma parte de un discur-
miento de la mujer que se encuentra fuera de so postmoderno que a la vez que anuncia el fin
un status quo, fuera de las normas y conven- de un pensamiento metafísico, puede introdu-
ciones hegemónicas, materializadas en las cir un nuevo idealismo que llegue a confundir
políticas de inmigración. El vivir en la ambi- el fenómeno de construcción con el de consti-
güedad no demarca solo una simple metáfora, tución (Gutiérrez, 1999b). No toda construc-
sino sobre todo el efecto ante la incertidumbre ción llega a constituir la identidad de un suje-
en la que viven las personas, especialmente las to del mismo modo, ya que el impacto de la
inmigrantes en la frontera. Partiendo de esto, construcción forma de diferente manera la
la subjetividad delineada en el nombre de «la existencia de un sujeto. En función de esto, no
mestiza», no es simplemente un nombre pro- es lo mismo ser interpelada/o por los aparatos
pio, es más bien el signo que marca un diag- ideológicos del Estado (Althusser, 1977) como
nóstico social de una sociedad que en el ciudadano/a, extranjero/a o como inmigrante.
siglo XXI aparece estructurada por una nueva Es aquí donde las leyes de extranjería e inmi-
etapa del capitalismo denominada «globaliza- gración en Europa, basadas en el concepto de
ción» (Amin, 1998). la frontera, asumen una función reguladora en
Este fenómeno no es nuevo, pero toma ras- la formación de subjetividades. No es lo
gos nuevos en un mundo donde lo local se mismo tener permiso de estancia o derecho a
entremezcla con lo global (Hall, 1997). La ciudadanía, que estar expuesto/a a las coyuntu-
territorialización de la historia y la historiza- rales políticas de legalización o expulsión de
ción del territorio se ven ante una nueva etapa inmigrantes.
de colonización, que no sólo continúa con la El 1 de mayo de 1999 entraron en vigor los
apropiación del Sur, sino que entabla nuevos Tratados de Amsterdam. Con estos, la Unión
aliados y marca nuevos territorios dentro de Europea declara su intención de homogeneizar
92 Encarna Gutiérrez Rodríguez

las políticas de inmigración y extranjería a Es aquí donde la figura del/la inmigrante en


nivel comunitario. Como consecuencia, se los medios de comunicación va marcada por la
proyecta un acercamiento y una colaboración política restrictiva de migración del Estado y de
estrecha entre los departamentos de Justicia y la Unión Europea, así como por los ataques
de Interior con el objetivo de establecer una racistas colectivos que conectan implícitamente
política de asilo y de visados comunitaria. e inconscientemente con la tradición e historia
Con esta propuesta se siguen las declaracio- colonial. Dentro del Estado español los ataques
nes del Tratado de Schengen, iniciado en racistas recientes (por ejemplo en El Ejido) iban
1985 (el Estado español se integra en 1990), dirigidos contra colectivos marcados por la his-
mediante el cual los Estados firmantes se toria racista y colonial del Estado español. Son
comprometen a abrir sus fronteras dentro de los colectivos del Norte de África y los/las gita-
la comunidad, cerrándolas paralelamente a nas las que tienen que temer por sus vidas en
países no comunitarios. Con los Tratados de estos días. Todo intento de explicación de estos
Amsterdam esta política de exclusión y forti- ataques racistas en base a una lógica racional
ficación de la frontera entra en una nueva fallan. Pues ni el mínimo discurso sobre encuen-
etapa. Las políticas de visado, de asilo, de tros interculturales o diferentes formas de inte-
inmigración conforman el título IV del Trata- racción entre hombre y mujer, pueden explicar
do de Fundación de la Comunidad Europea. la decisión de unas masas dispuestas a quemar y
A partir de aquí se plantea introducir el pro- matar todo lo que creen fuera de su colectivo.
yecto EURODAC: la toma de huellas dactila- Estamos más cerca de la explicación, según mi
res de refugiados y mediante el ADN. El opinión, no sólo si ubicamos estos eventos den-
Estado alemán impuso también en este con- tro de la actual política de inmigración, sino
texto la toma de huellas dactilares a «inmi- también si buscamos la respuesta dentro del con-
grantes sin documentación». Bajo esta nueva texto colonial y de formación del Estado-nación
alianza se planea la definición de criterios europeo con su construcción de las colonias y
comunitarios para determinar quién es refu- los/las colonizadas como el/la «otra» –la no-
giado/a, quién es inmigrante y quién no. En civilizada, la bárbara, la «analfabeta».
cuestiones de derechos humanos no se ha lle- Bajo este trasfondo se implementan discursos
gado a un texto común, por lo cual el respal- civilizadores y de «diferenciación» (othering)
do democrático y jurídico para los/las refu- sobre el/la inmigrante. El/la inmigrante del Sur
giadas e inmigrantes ha quedado en blanco. se ve confrontada con construcciones que inten-
El Estado español con una propia historia tan plasmar en él/ella atributos que el ser hege-
colonial y con su actual emigración 10, ha asu- mónico niega en sí mismo. El ser hegemónico
mido en los años 90 su rol de border patrol del proyecta en la figura del/la inmigrante todas las
Sur (Gil, 1998:217ff.). El Estado recibe una características que considera negativas en sí
gran partida presupuestaria de la Unión Euro- misma. Se forma así la figura del/la inmigrante
pea para garantizar el control de sus costas. como negación de su ser, para construirse a sí
Desde 1985 dispone de una Ley de Extranjería mismo como unidad con características positivas
(Ley Orgánica) que controla la emigración, y racionales (Fanon, 1976). Esta inscripción del
limita la entrada legal (mediante contingentes y inmigrante dentro de un discurso de diferencia-
visados) y establece que «los extranjeros que ción, acarrea las huellas de una narrativa genera-
deseen trasladar su residencia a España debe- lizada en tiempos coloniales. Es aquí donde, den-
rán solicitar visado de residencia». En abril tro de una crítica social, hay que formular una
1991 aprobó el Congreso la proposición de Ley perspectiva postcolonial. Gayatri Charkravorty
de Regularización. En 1993 se inició el sistema Spivak con su critica postcolonial pretende ana-
de cupo: una más estricta aplicación del visado lizar no sólo las relaciones económicas, sino
como instrumento de control. Cuando se habla sobre todo las producciones de saber, digamos
del/la inmigrante en los medios de comunica- los modelos de representación (Spivak, 1990).
ción, siempre son los/las inmigrantes del Norte Los modelos de representación oficial del/la
de África los/las cuestionadas, aún constitu- inmigrante y del/la refugiada en los países euro-
yendo sólo el 9,4% del total, mientras que el peos hacen uso de reliquias de un discurso colo-
número de inmigrantes procedentes del norte nial, para crear un afuera y un adentro. En esta
de Europa llega a los 50,8% (Solé, 1997). oposición se vuelve a introducir el binarismo de
Deconstruir la frontera o dibujar nuevos paisajes: sobre la... 93

lo civilizado/lo bárbaro o lo moderno/lo tradicio- (Nosotras las equilibristas) (FeMigra, 1994),


nal. Una perspectiva postcolonial describe así proponen una «identidad estratégica» que des-
una coyuntura en la que la historia colonial sigue criba su situación actual:
estando vigente en la creación de los discursos
contemporáneos. A partir de esta crítica, surgen «Durante el último congreso de muje-
subjetividades dentro del contexto de migracio- res inmigrantes, de mujeres en el exilio,
nes en Europa que rechazan procesos de diferen- de mujeres judías y de mujeres negras en
ciación, en el cual los/las inmigrantes son cons- Bonn en marzo 1994 se optó de nuevo
truido/as como objetos simples, sin historia por la cuestión de una identidad colecti-
propia, sin complejidad, ni intereses. Es en este va. Esta identidad debía abarcar nuestras
sentido en el que Spivak critica la relación entre diferencias, pero también nuestros inte-
el ser que sabe y el ser que es sabido: reses comunes. Pero se mostró bien
pronto que no podíamos encontrar una
«La persona que sabe tiene todo los definición que integrase todas nuestras
problemas de ser. La persona que es sabi- experiencias y posiciones.
da, parece no tener un ser problemático. Aún así vemos una necesidad de crear
En estos días, es la misma clase de agen- una identidad política como punto de par-
da la que funciona. Sólo el ser dominan- tida para una articulación política, para
te puede ser problemático; mientras que acentuar algunos antagonismos sociales.
el ser del Otro es auténtico sin problema La definición de nuestra identidad como
«con un acceso natural a toda clase de Migrantinnen (mujeres inmigrantes) la
complicaciones.» (Spivak, 1990: 66). entendemos como un modelo opuesto,
como la connotación de un lugar de resis-
El/la «otra» en el contexto de migraciones tencia. Somos conscientes de la peripecia
en la Unión Europea suele ser el o la inmi- que entablamos en el momento que asu-
grante que el ser hegemónico intenta identifi- mimos una identidad estratégica, que
car, explicar y clasificar. En este intento de para algunas/os resulte exclusiva y para
sintetización del/la «otra», se reduce su com- otras/os estrecha. Pero nos es importante
plejidad, ubicándola en un contexto ahistórico adoptar una identidad que articule la his-
y fuera de un marco geográfico y político. toria y la política de inmigración de este
El/la «otra» funciona como objeto del sujeto país.» (FeMigra, 1994: 49).
hegemónico. Ante este proceso de Vereindeu -
tigung (de una identificación homogeneizan- Con la definición de «la inmigrante» como
te) y de apropiación de un sujeto por el sujeto posición geográfica y política las FeMigras
hegemónico, grupos de inmigrantes articulan introducen una localidad, que toma como
dentro de la Unión Europea su propia estrate- punto de partida un momento histórico y
gia de contestación identitaria, proclamando social, el de la migración en Alemania. Con
subjetividades complejas, producto de políti- este modelo identitario FeMigra intenta opo-
cas restrictivas de inmigración, pero también nerse a un discurso etnificante y racista. En
de resistencia ante la creencia de impermeabi- vez de crear una identidad esencial, basada en
lidad de la frontera. un concepto ontológico y estático, se acercan
al proceso que denomina Anzaldúa «desidenti-
ficación» (Anzaldúa, 1987). El proceso de
desidentificación describe la deconstrucción
El equilibrismo de un modelo identitario basado en una lógica
en la desidentificación dualista, como por ejemplo lo propio/lo
extranjero, lo de aquí/lo de allá. En el concep-
to de «la mestiza» vimos como diferentes pla-

A nte este proceso de apropiación por


el ser hegemónico, se organiza en
Alemania el grupo de muje-
nos identitarios se entrelazan. Es aquí donde se
crea la metáfora de «la mestiza», como algo no
definitivo, producido por los movimientos
res inmigrantes, FeMigra. En su artículo publi- sociales, por coyunturas políticas y huellas
cado en 1994, «Wir, die Seiltänzerinnen» históricas.
94 Encarna Gutiérrez Rodríguez

También la Migrantin (mujer inmigrante) 5


En 1995 unas 100 obreras en Tijuana consiguieron,
surge, como «la mestiza», como efecto históri- con el apoyo de la organización Support Committee for
Maquiladoras Workers en San Diego, que fuesen indem-
co-social, producto de procesos antagónicos. A nizadas por la empresa en la que trabajaban Exportado -
la vez esta posición identitaria presenta a la bor - ra Mano de Obra, S.A . (Mohanty, 1997:4).
der woman como una utopía en la heterotopía. 6
En 1998 murieron 89 inmigrantes tiroteados/as;
Tanto «la inmigrante» como «la mestiza» deli- desde 1995 se suman 400 personas muertas en el intento
nean una catacresis, ya que funcionan a la vez de traspasar la frontera.
7
Estando en Nuevo México en 1999, oía con fre-
como concepto y metáfora; difiriendo el conte- cuencia en la community radio el aviso de que en la fron-
nido del concepto de lo que propone la metáfo- tera del Sur se habían situado en una semana 100 border
ra. Como concepto, define a un nivel metafísico patrols, mientras que en la frontera del Norte (Cana-
un efecto identitario de las políticas de inmigra- dá/EEUU) iban a parar aproximadamente 10.
8
ción o de anexión colonial. Como metáforas, Heterotopía: «le désordre qui fait scintiller les
fragments d’un grand nombre d’ordres possibles dans
estos conceptos parten con su dimensión onto- la dimension, sans loi ni géometrie, de l’hétérocrile; et
lógica, introduciendo nuevos modelos de repre- il faut entendre ce mot au plus près de son étymologie:
sentación de subjetividades fuera de una lógica les choses y sont «couchées», «posées», «disposées»
binaria, delineando una utopía de la heterotopía, dans des sites (…) ce point différents que l'est impossi-
como también Guillermo Gómez-Peña la deli- ble de trouver pour eux un espace d»accueil, de défenir
au-dessous des uns et des autres un lieu commun. Les
nea con las siguientes líneas: utopies consolent: c’est que si elles n’ont pas de lieu
réel, elles s’épanouissent pourtant dans un espace mer-
Des-Encuentro de 3 Mun-2 veilleux et lisse; elles ouvrent des cités aux vastes ave-
México en Aztlán nues, des jardins bien plantés, des pays faciles, même si
Califas en Spa-ña leur accès est chimérique. Les hétérotopies inquiètent,
sans doute parce qu’elles minent secrètement le langa-
Ex-paña en México ge, parce quèlles empéchent de nommer ceci et cela,
Triángulo de las Ver-mudas/triangle parce qu’elles brisent les noms communs ou les enche-
Palos buenos pa’los malos vétrent, (...)»
Calógicamente hablando digo (Foucault 1966:9)
9
El Viejo Mundo «Porque soy una mestiza, continuamente salgo de
una cultura para entrar en otra, estoy en todas las cultu-
Se imagina pus-moderno ras a la vez» (traducción propia).
El Nuevo, se reinventa 10
En el extranjero siguen residiendo más de un
En la contigüidad millón de ciudadanos/as españolas (Izquierdo, 1997).
(...)
(Guillermo Gómez-Peña 1996) REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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NOTAS sapparate, Hamburg, VSA.
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*
Agradezco a Andreas Pingel que me haya permiti- ción, Barcelona, Paidós.
do disponer de su foto para esta publicación. ANDERSON, B. (1991): Imagined Communities: Reflec -
1
Este prinicipio se encuentra en el concepto de ciu- tions on the Origin and Spread of Nationalism, Lon-
dadanía en Austria, Alemania y Suíza. También encon- dres, Verso. (Hay traducción en castellano Comunida -
tramos este principio, modificado por el del ius solis, en des Imaginadas, México, FCE, 1993).
el Estado español. El Estado alemán, por ejemplo, pro- ANZALDÚA, G. (1987): Borderlands - La Frontera, San
clama en su Artículo 116 que es alemán aquel o aquella Fracisco, Aunt Lute Books.
que haya nacido dentro del territorio alemán y que des- DERRIDA, J. (1991): «Die différance» en Engelmann,
cienda de alemanes, digamos que pertenezca a una gene- P.(ed.) Postmoderne und Dekonstruktion, Stuttgart,
alogía sanguínea (Gutiérrez, 1999a). Reclam, pp. 76-113.
2
Esta resistencia se llevo a cabo bajo un acuerdo que FANON, F. (1976): Les damnés de la terre. Paris: Maspero.
iniciaron los pueblos semi-nómadas, entre ellos los nava- FEMIGRA (1994): «Wir, die Seiltänzerinnen» en Eichhorn,
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3
Con el término maquila de maquiladora se denomi - ID-Archiv.
nan a las multinacionales asentadas en la zona franca de FOUCAULT, M. (1966): Les mots et les choses, Paris,
la frontera norte de México. Gallimard. (Hay traducción en castellano Las pala -
4
Con el tratado de NAFTA (North American Free bras y las cosas, Madrid, Siglo XXI, 1999).
Trade Agreement ) se ha introducido una liberación del GIL BAZO, M. T. (1998): «Respuestas del derecho inter-
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