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Sinopsis

La muerte es un inconveniente menor en el camino hacia el amor verdadero.

Cuando el Dios del Inframundo manda a Alstair de regreso a la Academia para ayudar
a elegir a un nuevo director, no menciona que propuso a Alstair para el puesto.
Enfadado pero dispuesto a mantener su palabra, Alstair descubre que la posición de
director viene con más nudos de decepción que la cuerda de un marinero.

Porter Exton tenía un enamoramiento con Alstair. Había visto a Alstair entrenar a
Elijah por la ventana y había pasado más de una noche soñando con el Segador1. Sin
embargo, dejó los sueños a un lado para descubrir la verdad sobre su muerte y si el
hombre que le mató es el responsable de las otras muertes en la escuela.

Dos hombres con diferentes historiales necesitan descubrir qué tienen en común si
esperan salvarse de dioses conspiradores, egomaníacos y posibles asesinos.

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Segador: Parca o recolector de almas.
Capítulo 1
—Necesito que vayas a una conferencia.

Alstair Gorman apartó la vista de donde estaba afilando su guadaña para mirar a su
jefe Hades, Dios del Inframundo. Intentó volver a unir las palabras para formar algún
patrón perceptible, pero sin importar cómo las modificase o diese vueltas, aún no
tenían sentido. —Lo siento, ¿Has dicho conferencia?

¿A Qué tipo de conferencia podía ir Hades para pensar que Alstair sería un lógico
sustituto? Ni siquiera sabía que los Dioses iban a conferencias. Alstair no tenía los
mismos poderes que un dios, y la última vez que lo revisó, no era el candidato perfecto
para una vacante en el Monte Olimpo o en otro reino de los dioses.

—Estoy hablando en serio. Necesito un representante y te he elegido a ti. Eres el


mejor hombre para el trabajo. —El tono de Hades indicaba que no había ninguna
posibilidad de que cambiase de opinión. Mierda, Alstair no iba a poder escabullirse.

Los Segadores no iban a estúpidas conferencias. ¿Qué tipo de seminarios podían dar?
¿Cursos para el perfeccionamiento para seccionar las almas, la aniquilación 101 o
Cómo Decir a Alguien Que Está Muerto?

¡Absurdo!

Sin embargo, si Hades necesitaba un representante, Alstair sería probablemente la


mejor elección de las opciones de Hades. No era sólo uno de los segadores de élite de
Hade, él era el Segador. El primer segador marcado por el propio Dios del Inframundo
y al que se le otorgó una guadaña.

Suspirando, pulsó el interruptor para activar el hechizo de plegado. Una antigua magia
permitía que su guadaña se plegase como una navaja. Incluso después de usarlo
durante siglos, Alstair aún disfrutaba al ver el proceso. Una vez que disminuía de
tamaño, guardaba la pequeña arma en la funda de piel fijada en su cinturón. La
mayoría de la gente pensaba que era una de esas multiherramientas. Él sólo asentía
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cuando le preguntaban. La única otra cosa que llevaba a su trabajo era el pequeño reloj
de arena colgando de una cadena en su cuello. Tenía su propia magia para ocultarla de
los humanos después de que Alstair tuviese demasiados amantes que la volteasen y
arrebatasen sus propias vidas por accidente.

Alstair suspiró de nuevo para enfatizar la molestia que consideraba esa misión. Sería
mejor que se rindiese, no es que Hades fuese a cambiar de opinión. Nunca lo hacía.
—¿A dónde tengo que ir?

—A una reunión de líderes en la Academia de Magos Mayell. —Los ojos de Hades


llameaban con un rojo brillante, indicando una fuerte emoción.

Alstair gimió. Al margen de alguna posible conferencia que pudiese atender, era una
entre las academias de miras estrechas que peor sonaba. A lo mejor algún día
encontraba la combinación perfecta de palabras para enfrentarse a las persuasivas
formas de Hades. Desafortunadamente no ocurriría hoy. Aun así, Alstair lo intentó una
vez más.

—¿Por qué no puedes ir?— Había servido a Hades demasiados años para ser
intimidado por una pequeña cosa como el fuego del infierno y se negaba a rendirse sin
luchar. Rendirse de inmediato le dejaba en una posición débil. Hades no le respetaría
si se doblaba como una guadaña.

—Porque Perséfone viene esta mañana y prometí llevarla de picnic.— Una sonrisa
tonta cruzaba la cara de Hades. Derrotado cerró la puerta metálica de la celda sellando
todas las vías de escape de Alstair.

Gimió. No, de ninguna forma podría ganar contra ese argumento. Después de todos
estos años, la Reina del Inframundo aún manejaba a Hades por su polla. Hades la
permitía hacer todo lo que quisiera y si el Dios del Inframundo la había prometido un
picnic, nada impediría que eso ocurriese.

—¿Por qué tiene que ir alguien de todas formas?— Le parecía razonable. Los dos
ganarían si se saltaban completamente el evento. Las conferencias eran como las
bodas, siempre surgía otra. ¿Qué ocurriría si se perdían una o incluso una docena?

—Porque van a elegir un nuevo director para la Academia y los espíritus me dicen que
hay mucha agitación. Necesito a alguien que sea mi voz y confío en que sepas mi
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opinión. Además, no queremos que suceda otro incidente como el de Elijah. El
personal de la Academia no tiene las capacidades para detectar a un futuro
nigromante, y no puedo arriesgarme a que se les escapen las señales de poder. Elijah
rebosaba de energía nigromante y le etiquetaron como un mago de nivel bajo. ¿Quién
sabe cuántos otros estudiantes han perdido a lo largo de los años? Podría ser que la
nigromancia no sea tan extraña, sino que son incompetentes al notar las señales.

La esperanza era una emoción peligrosa. Si hubiese nigromantes no reconocidos y sin


aprovechar abarrotando el mundo, Hades no se conformaría hasta que cada uno de
ellos fuese localizado.

Alstair frunció el ceño. —¿Crees que podría ser a propósito? ¿Alguien que no quiere
que tengas el personal suficiente? —Con todo su poder, los dioses estaban
continuamente peleándose los unos con los otros, algunas veces de forma maliciosa y
otras sólo como diversión. Los dos a menudo intervenían. Pero al no dar a Hades
suficiente gente para mantenerse al día con las muertes en el mundo, añadía más
presión a la gente que tenía. Si un Segador no conseguía un alma a tiempo, el fantasma
podría decidir quedarse y causar estragos entre los vivos. No querían tener más
fantasmas infelices sueltos entre los humanos. Ahora mismo, sólo el diez por ciento de
los muertos permanecía como fantasma durante un largo tiempo y generalmente
permitían que Hades les llevase al Inframundo sin pasar un año de su muerte.

Hades se acarició la barbilla, presionando la barba que le creció desde la pasada


noche. —No sé si es a propósito, pero no haría daño mirar los registros de algunos de
los graduados recientemente y ver si puedes localizar alguna anomalía. Sería bueno
encontrar a cualquiera que sea señalado con magia de bajo nivel y no tenga una
especialidad. Puedo organizar un grupo especial para que después haga un
seguimiento a tus pistas.

—Lo haré.— Ahora sonaba como una misión interesante. Encontrar corderos
extraviados sería más divertido que atender a una aburrida academia.

Hablando de nigromantes…

—¿Y Elijah? ¿Has probado con él? Conocería los poderes de los actuales estudiantes
o podría sospechar de quien tenga habilidades similares.— Elijah aún acudía a la

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Academia y estaría en la posición perfecta para preguntar por ahí. Podría indicar a
Alstair la dirección correcta.
Hades negó con la cabeza y creó una bola de fuego en el dedo índice derecho. Lo
pasaba de una mano a otra mientras que hablaba. —Intenté ponerme en contacto con
él, pero algo está bloqueando mi comunicación. Podría pensar en algún tipo de
hechizo de protección para impedir que la magia invada el campus pero tengo la
sensación de que algo está mal. Odio sonar como un agonías, pero sospecho que algo
va mal en la Academia. Si mando a un representante a la reunión, nadie pensará nada
si empiezas a husmear por ahí. Además, tienes los mejores instintos de todos mis
Segadores. Confío en ti incondicionalmente.

Alstair se hinchó con orgullo. Claro, sabía que Hades usaba elogios para manipularle
pero Alstair también sabía que el Dios del Inframundo realmente respetaba sus
habilidades.

—Para que te ayude a husmear, voy a mandar un compañero contigo. Alguien


familiarizado con el campus.

—He estado allí antes,— Alstair le recordó. —Cuando enseñé a Elijah y cuando tomé
unas cuantas clases.— Tomó algunas clases nocturnas sobre los últimos
descubrimientos mágicos. A Alstair le gustaba estar en el máximo de su rendimiento.

—Sí, pero no has vivido allí, te quedaste fuera del campus.

—Cierto. Y aún prefiero hacer las cosas solo,— Alstair dijo, sin querer rendirse.
Mantenía su tono respetuoso. Si Hades se enfadaba con él, los resultados no serían
buenos. Alstair no quería pasarse otro siglo procesando a las almas que llegaban.
Pensar en el papeleo le hacía querer morir de nuevo

—Sé agradable con él,— Hades le advirtió. —Es tímido.

—¿Quién es?— Había muchas criaturas en el Inframundo, la mayoría Alstair pensaba


que no necesitaba ver la luz del día. Comenzar un disturbio en el campus posiblemente
no les acercaría a ninguna de las propuestas de Hades.

—¡Porter!— Hades gritó. La voz del dios hizo eco y Alstair luchó contra la urgencia
de poner las manos sobre sus orejas. Si no fuese un dios, Hades se preguntaría si

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Hades tenía problemas de audición. El dios nunca parecía notar cuando la gente hacía
muecas de dolor por el volumen de su voz.
Un hombre delgado con el pelo rubio, su cara sucia y ojos preocupados corrió hacia
ellos. Se paró deslizándose y se inclinó en señal de reverencia a Hades. Dirigió a
Alstair una mirada cuestionadora antes de regresar su atención a Hades. —¿Qué puedo
hacer por usted, señor?

¿Señor? El niño parecía adorable. A juzgar por la sonrisa de Hades, el Dios del
Inframundo compartía la evaluación de Alstair. Infiernos, iba a estar pegado a un
novato. La brillante sonrisa de Hades no prometía más que dificultades.

—Ya que solías asistir a Mayell, te voy a mandar con Alstair. Le puedes hacer saber si
hay algo que te parezca extraño. Alstair, éste es Porter. Solía ser el compañero de
habitación de Elijah. Porter, éste es Alstair entrenó a Elijah un tiempo. Ya basta de
presentaciones, ambos me informaréis cuando podáis contactar con Elijah. Si hay
algún problema, primero protege a Elijah. Es vulnerable al estar preparándose todavía.

—Tiene a su compañero y a la familia de su compañero protegiéndole, —Porter


señaló. —Es probablemente uno de los estudiantes mejor protegidos del campus.

Alstair asintió. Los trillizos, junto con Jaynell y su compañero de la manada de lobos,
todos cuidarían al nigromante. Alstair dudaba que pudiesen mejorar su trabajo. Alstair
asintió para que Hades supiese que le había oído. Si Alstair no supiese que Perséfone
le arrancaría los huevos al dios por engañarla, Alstair se preguntaría si Elijah era
descendiente de Hades. Un nigromante cualquiera no tendía a tener la poderosa visión
que Elijah tenía sin tener conexión con un dios. Hades raramente señalaba a
nigromantes para su protección personal. Si no podían sobrevivir por su cuenta los
consideraba no aptos para su Corporación de la Muerte. El hecho de que cuidase de la
seguridad de Elijah significaba que el Dios del Inframundo o necesitaba personal más
malamente de lo que Alstair sospechaba, o que tenía debilidad por el nigromante.

Alstair regresó su atención a Porter. —Encantado de conocerte, Porter. Supongo que


vamos a ser compañeros de viaje.

Porter le dio una tímida sonrisa en contra de su rudo exterior. —Encantado de


conocerte también. Elijah siempre decía buenas cosas de su tutor.

—Bien. Me gusta tener clientes felices, aunque no fuese él quien me pagaba. —El 7
padre de Elijah era un bastardo de primera y Alstair habría rechazado el trabajo si
estuviese enseñando a alguien con menos habilidad. El padre de Elijah pensaba que
Alstair había cogido el trabajo por el dinero, pero lo cogió para entrenar al nigromante,
un trabajo que habría hecho gratis. Obtuvo un poco de perversa satisfacción al hacer
que pagase el pomposo padre de Elijah.

—¿Tenemos algún otro plan aparte de representarte y husmear? ¿Hay algún candidato
al que prefieras como director?— Alstair podría no temer a Hades pero sabía que no
debía fallar una misión y este trabajo sonaba como si tuviese más de un objetivo que
alcanzar. Nunca había decepcionado al Dios del Inframundo y no planeaba comenzar
ahora. Decepcionar a Hades significó para más de un nigromante ser desterrado a las
zonas oscuras del Inframundo. Lugares donde no había luz ni gente ni las almas eran
nunca visitadas y si ocurría era mejor evitarlo.

—Asegúrate de que el Profesor Lorentz no lo consiga. Ese idiota lleva años pidiendo
más poder. No confío en los mortales sedientos de poder. Prefiero a aquéllos que
comprenden la pesada carga de la magia y buscan usarla con precaución como el
joven Jaynell. Sería un buen director.

—Creo que se acaba de graduar. Sería un poco temprano para ponerle a cargo de la
Academia. —Alstair se estremeció al pensar en el pobre tonto que obtuviese el trabajo.
Los lugares para enseñar se construían en los masacrados restos de bosques.
Escalofriante.

Hades se encogió de hombros. —Sólo prométeme que apoyarás a quien tenga mejor
trayectoria para tratar con los nigromantes. Necesitamos un director fuerte allí.

—De acuerdo. — Parecía una promesa bastante simple. Le dio vueltas buscando algún
problema, pero no encontró el campo de minas escondido. Era lo mejor cuando trataba
con Hades examinar cualquier conversación en busca de trampas. Hades no reinaba
sobre las demás almas por nada. El Dios del Inframundo era conocido por sus formas
astutas.

La Academia estuvo a punto de perder la magia de Elijah, y Alstair podía ver por qué
Hades señalaba la necesidad de tener a alguien en el poder que pudiese localizar
nigromantes. Alstair no tenía ningún problema en ayudarles a elegir un candidato

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siempre y cuando no tuviese que quedarse más de una semana. Demasiado tiempo en
el mundo ordinario tendía a alterar sus sentidos. Ser medio fantasma trabajaba en
contra de él cuando trataba de quedarse demasiado tiempo en el mundo de los vivos.
Cuando su novia bruja le trajo de vuelta a la vida, rasgó su alma en dos. Alstair sólo
tenía la mitad de una adecuada esencia. Hades tenía la otra mitad del alma de Alstair
en una caja en su habitación. Hades prometió a Alstair que un día podría estar
completo de nuevo. Alstair dudaba que eso ocurriese nunca. Trabajó para Hades
durante siglos y por lo que sabía no estaba más cerca de ganar su alma que antes.

—No me decepciones, Alstair. Sabes que cuento contigo para que hagas lo que sea
mejor.

Alstair hizo retroceder la instintiva protesta de que no siempre tomaba las decisiones
más sabias. Después de todo, se enamoró de una bruja desleal y sus relaciones desde
entonces no habían sido exitosas. El único que tomaba peores decisiones personales
que él era Hades. Y le gustaba mucho tener su cabeza pegada al cuerpo como para
decir una palabra sobre ello. En su lugar, se concentró en el asunto entre manos.

Hades desapareció antes de que Alstair pudiese compartir alguna de sus ideas con
respecto a la locura del Dios del Inframundo por su confianza en las habilidades de
Alstair.

Se giró hacia Porter. —Voy a preparar las cosas. ¿Puedes estar listo para salir dentro
de una hora?

—¿Qué debería llevar?— Porter arrugó su nariz mientras fruncía el ceño.

Alstair se negaba a caer rendido. Se lo repetía a su libido, pero su cuerpo no parecía


estar en la misma página o incluso en el mismo libro en la mente de Alstair.

—Coge algo de ropa. Necesitarás para al menos una semana. Este tipo de cosas
siempre se toman más tiempo de lo necesario.

Los tipos intelectuales querrían debatir interminablemente sobre quién sería el mejor
director. Alstair se preguntaba si podría convencerles de pegar fotos de todos los
candidatos en la pared y arrojar un dardo para elegir. Generalmente en ese tipo de
cosas se trataba de elegir entre candidatos que eran prácticamente copias los unos de
los otros. Ninguno de ellos resaltaba nunca como una estrella brillante. La mayoría de

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las veces elegían a la persona menos censurable.

—Realmente no tengo mucho, —Porter dijo.


Desde que Alstair comenzó mentalmente a hacer la maleta, el tranquilo comentario de
Porter casi escapó de su atención.

—¿A qué te refieres?

—Sólo llevo aquí un año. No he adquirido suficiente ropa para una semana. —Porter
se encogió de hombros como si no fuese algo importante.

—¿De verdad?— Toda la parte más baja del inframundo constaba de centros
comerciales. Nada sacaba lo peor de los ciudadanos como las rebajas. Los demonios
luchaban con sus cuernos por adquirir un top brillante. Los vencedores a menudo
presentaban sus heridas con orgullo y pasaban las tardes en el té recontando la historia
de sus cicatrices de compras.

—No soy mucho de compras, —dijo con tono de disculpa como si debiese lamentar su
escasa obsesión por gastar.

—Está bien. Trae lo que tengas, podemos coger más si lo necesitamos. —Una rápida
parada en la tienda al lado del campus solventaría la necesidad de ropa de Porter.

Porter parpadeó como si tratase de decidir si Alstair estaba tomándole el pelo o no.
—¿Puedo llevar a mi gata?

—¿Qué?— Alstair se quedó mirando al joven hombre. Seguro que había oído mal.

—Mi gata. Perséfone.

Alstair rió. No lo pudo resistir. —¿Has llamado a tu gata como a la Reina del
Inframundo?

—Bueno, ella es una gata del infierno.

—Eso lo hace más interesante. ¿Es familiar tuya?— Alstair no se podía librar de la
feliz visión de presentar a la remilgada Reina a su homónima. Desafortunadamente,
seguro que terminaría con un tridente ardiendo en su culo, por lo que tendría que
resistirse a la tentación. Suerte que Hades no estaba alrededor para escuchar su
conversación. El Dios del Inframundo a veces se ponía a la defensiva de la reputación
bien ganada de su mujer. 10
—Creo que es mi familiar. Quiero decir, no he tenido oportunidad de intentar sacarla.
La tengo sólo hace unos pocos días y mi magia nunca se ha desarrollado del todo.—
Pesar cruzaba la cara del joven hombre.

Punzadas de pesar atravesaron a Alstair. Las apartó como a irritantes moscas.


Aprendió hace mucho tiempo a no preocuparse por las cosas que no podía cambiar. A
lo mejor Porter podía desarrollar su magia si pasaba el tiempo suficiente arriba. El
Inframundo no favorecía el desarrollo de la magia a parte de la nigromante. —Claro,
tráela contigo si crees que puede viajar bien. No quiero tratar con un felino vomitando.
—Si alguien preguntaba a Alstair diría que era una familiar de Porter. Una escuela de
magos no le pondría objeción.

—¡Gracias! Voy a empacar.

La alegría en la cara de Porter calentó a Alstair más que el fuego del infierno.
—Mierda. —Sería una larga semana si tenía que resistirse a Porter. Quizás podría
convencer al mago para tenerle como acompañante de cama al igual que en la
conferencia. No dudaba que Hades les había puesto juntos por esa razón. El Dios del
Inframundo amaba jugar de casamentero.

Alstair se giró en sus talones para dirigirse a casa. Tenía un montón de cosas que
terminar antes de salir. Ni la más mínima de ellas se interrumpiría con su última
aventura. Char había llegado a ser demasiado posesivo y a Alstair no le convenía ser
posesivo. Rápidamente, aceptaría deseoso el conveniente sexo caliente. Mantener a
alguien, no iba a ocurrir.

Comentó a Elijah que una ex le convirtió en medio fantasma, medio nigromante, no le


dijo hace cuanto tiempo que ocurrió. La edad no significaba nada para los demonios.
Para los ex – fantasmas podía tener más significado. Originalmente pensó que el amor
fue la razón por la que ella le trajo de regreso, pero pronto aprendió que la culpa fue el
factor que la motivó. Alstair nunca superó la traición. Le rompió el corazón y el
cuerpo con una sola acción y hasta el día de hoy se negaba a conceder ese tipo de
confianza a nadie de nuevo, incluso a ex – fantasmas de ojos marrones que le miraban
con una tentadora mezcla de curiosidad y lujuria.

Abrió la puerta de su casa, sólo para encontrarse con que el demonio le esperaba 11
dentro. Frunciendo el ceño, Alstair cerró la puerta tras él. Sabía que Char le había
quitado la llave. Las continuas intrusiones del demonio hicieron que Alstair apretase
su mandíbula para retener las duras palabras que rogaban por derramarse por su
lengua. Alstair respiró profundamente. Control. Tenía que mantener sus emociones
embotelladas o haría algo que Hades le haría lamentar después.

—Hey, bebé. —Char batió sus largas pestañas a Alstair. Ahora estaban tan largas que
se asemejaban a grandes arañas negras esperando atacar. Los demonios podían
mejorar su aspecto, pero a veces elegían las formas más raras. Alstair comparó a Char
con la belleza natural de Porter y los últimos vestigios de atracción desaparecieron.

—No me llames bebé, Char. —Había perdido la cuenta de cuantas veces le dijo las
mismas palabras pero como siempre Char ignoraba los deseos de Alstair. —¿Qué
haces aquí? Te dije que te vería más tarde.

—¿Lo harías?— El frío tono de Char le hizo examinar la expresión del demonio.

Había conocimiento en los ojos del demonio. Char y probablemente la mitad del
Inframundo se imaginaba que el fin estaba cerca. La historia de Alstair de no mantener
nunca un amante por largo tiempo y las excesivas muestras de temperamento de Char
condenó su relación pasada la primera follada. Alstair inhaló profundamente y dejó
salir la verdad.

—Probablemente no. Ambos sabemos que esta relación ha llegado a su fin. —Se
estremeció internamente por las palabras, pero se negaba a mentir. Podría no ser la
mejor apuesta en una relación pero ninguno de sus anteriores amantes podía llamarle
mentiroso. Sin embargo, que apreciasen su honestidad era una historia diferente.

Char permanecía donde había estado holgazaneando en el sofá. Llevaba puesta una
camiseta corta dorada brillante y pantalones cortos, no era realmente un buen look
para nadie. Aunque el brillo metálico con que pintó las puntas de sus cuernos era
bonito—. ¡Nosotros terminamos cuando yo lo diga! —gritó. El demonio examinaba
sus brillantes talones como si considerase el tema ahora que había dicho su parte.

—Así no es como funciona, —Alstair dijo—. Terminamos cuando uno de nosotros


quiera salir de la relación y eso sucede ahora. Siento que las cosas no hayan
funcionado pero nos divertimos.

Francamente, duraron más tiempo del que Alstair anticipó, mayormente porque Char
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podía chupar como un demonio caliente.
Los cuernos de Char brillaban de un furioso rojo. —Si crees que este es el final…

—Lo es. Si intentas acosarme, hablaré con Hades. —Alstair no tenía muchos
privilegios por ser la mano derecha de Hades, pero podía poner en orden a un
demonio. Hades le criticaría por sacar la carta del dios, pero ahora mismo a Alstair no
le importaba. Su vida había descendido y agitado como una cometa fuera de control y
había perdido los hilos para llevársela de vuelta.

—¡No puedo creer que estés haciendo esto!— Lágrimas descendían por la cara del
demonio.

Alstair rodó los ojos. —Habría encontrado este espectáculo mucho más creíble si no
supiese que ayer follaste a los gemelos Kisbor en una orgía.

Char palideció, su roja piel se volvió de un ligero rosa. —¿Sabías de ello? ¿Quién te lo
dijo?

—No importa. No hay casi nada de lo que ocurre aquí que no lo sepa o que Hades no
me lo cuente.— Alstair se restregó la frente. Debería haber dicho a Porter que saldrían
por la mañana, una siesta sonaba maravillosa ahora mismo. El agotamiento le invadió.
¿Cuándo jodidos fue la última vez que tuvo una buena noche de descanso?

—No me puedes culpar por mi naturaleza, —Char se quejó. Su tono quemó el último
nervio de Alstair.

—No te estoy culpando. Sólo prueba que queremos cosas diferentes. Quiero a alguien
que sea fiel y tú quieres asistir a fiestas donde follas a cincuenta personas. Tenemos
diferentes metas. Nos divertimos y ahora puedes ir a tener más diversión sin mí.
—Alstair ondeó una mano hacia la puerta. El comportamiento de Char no tenía ningún
sentido considerando sus acciones.

Char se sorbió la nariz. —No habría ido a la fiesta si hubiese sabido que me costaría la
relación.

Alstair se negó a dejarse convencer. —Sabías cuando fuiste que habíamos terminado.
Ahora, ¿Por qué no vas a casa y descansas algo? Tengo que prepararme para un viaje.

—¿A dónde vas?— Char abandonó sus lágrimas.


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—A una conferencia para Hades.
—Oh, ¿Puedo ir?— Char se animó como un cachorro emocionado listo para un paseo.

—No.— Alstair no tuvo ningún problema en pisotear ese deseo. Se podía imaginar lo
difícil que Char haría la vida de Porter si marchaba con el demonio.

Char pisoteó, agrietando el suelo de baldosas con su talón—. ¡Estás siendo


irrazonable!— gritó.

—¡Se acabó! —Alstair se enfureció. La habitación se calentó veinte grados y


llameantes bolas azules flotaban desde sus manos extendidas—. ¡Sal de aquí antes de
que te convierta en polvo de demonio!

Un chillido salió de la garganta de Char. Corrió a la puerta. Alstair le lanzó una bola
llameante para que se acelerase. Si mostraba algún signo de debilidad, Char regresaría
intentando llegar a la cama de Alstair.

—¡Me voy!— Char gritó —¡Me voy!

La puerta se cerró tras el demonio. Alstair apagó las llamas como si apagase una
cerilla. —Si hubiese sabido que iba a ser tan fácil le habría prendido fuego hace
semanas.— Se llenó de satisfacción. Ahora podía eliminar un problema de su lista.

A las dos semanas de su relación de tres meses, Alstair supo que había cometido un
error. Char podía ser un demonio caliente pero tenía una vena egoísta y nunca pensaba
en nadie más que él. Ese tipo de comportamiento cansó a Alstair y rápidamente se
desenamoró con el drama amoroso del demonio.

Sintiéndose más ligero por eliminar el bagaje de su relación, Alstair fue a empacar.
Ignoró su maliciosa voz interior que susurraba que había despejado la cubierta para
explorar su atracción hacia Porter.

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Capítulo 2
Porter gimió mientras miraba su pequeña habitación. Su sacrificio por Elijah le hizo
ganar una habitación privada en el Inframundo, pero no una grande. El pequeño
apartamento de una habitación tenía la sensación estéril de un nuevo ocupante sin
sentido para la decoración y pocos fondos. No había mentido cuando le dijo a Alstair
que no tenía mucho. Porter pasó la mayor parte del pasado año evitando a los
demonios más agresivos mientras que suspiraba por el Segador que no podía sacar de
su mente. Sabía que había perdido su brillo juvenil y que había envejecido
dramáticamente desde que vino al Inframundo. Su cara tenía un molde más severo y
podía sentir que el peso de los años que estuvo como fantasma comenzaban a pesarle.
Le preguntó a Hades pero el dios le ignoró diciendo que cuando encontrara su magia,
recobraría su juventud, como si eso fuese a ocurrir.

Ser asignado a este trabajo no fue altruista por su parte. Convenció a Hades de que le
dejase regresar a la Academia por los viejos tiempos. Sorprendentemente, Hades
mostró una vena sentimental y accedió. Porter no mencionó su deseo de venganza en
su viaje por la calle de la nostalgia. No sabía la postura de Hades de vengar su muerte
y realmente no le importaba. Todo lo que necesitaba era un viaje a su antiguo hogar.

Como fantasma, el territorio de Porter estuvo limitado al campus y nunca tuvo la


oportunidad de cazar a su asesino. Ahora, se aseguraría de que su asesino pagase. No
dudaba que su asesino pensaba que consiguió el crimen perfecto, pero Porter no había
perdonado ni olvidado.

Mintió a Elijah sobre su muerte. No fue un accidente. Lorentz todavía no era un


profesor cuando le arrojó un rayo de luz al cuerpo de Porter hace cincuenta años y le
quemó hasta la muerte. No, era un estudiante con un padre poderoso. El director en
ese tiempo lo descartó como un accidente porque el padre de Lorentz había donado
millones a la escuela. Lorentz estaba destinado a ser la próxima revelación en políticas

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mágicas y no podía permitirse un asesinato en su expediente. La influencia de su padre
ya le había costado su carrera profesional, que permitió que el asesinato de Porter
fuese barrido debajo de la alfombra.
Malditos políticos.

Porter, un estudiante pobre que llegó allí becado, no se merecía ninguna atención
especial y su muerte no cambió su bajo estatus. La escuela se dio prisa en encubrir el
crimen y empujar cualquier interrogante bajo la alfombra. Los padres de Porter
murieron siendo jóvenes, con el corazón roto por la muerte de su único hijo. Cuando
vino al Inframundo, Porter quiso verles de nuevo, pero al parecer ya habían pasado y
ahora eran veinteañeros que vivían en California y estaban enamorándose de nuevo.
Porter se consoló por el hecho de que se hubiesen encontrado en sus nuevas vidas. Le
gustaba la idea de que sus padres fuesen almas gemelas, unidas en cada reencarnación.

Ahora Porter tenía que pensar cómo desviar la atención del sexi Segador de su camino.
Quizás podría espantarle al lanzarse a Alstair. Había visto como el magnífico hombre
fruncía el ceño a los miembros más interesantes del Inframundo. Alstair no parecía
apreciar un acercamiento directo. Un hombre que necesitaba ser el cazador no
apreciaba que su presa tomase la iniciativa.

Sí, eso haría que Alstair alejase a Porter de su lado. Aunque el Segador le encontrase
atractivo, el comportamiento de Porter le espantaría. Ignoraba la pequeña voz en el
fondo de su cabeza que lloraba por perder la oportunidad de saber cómo besaba
Alstair. Alstair actualmente salía con un demonio pero escuchó rumores de que no
eran exclusivos y a Alstair no le importaba quien compartía la cama de su amante.

Esta podría ser la primera vez que Alstair vio a Porter, pero Porter había estado
mirando al Segador por la ventana cuando entrenó a elijah. Algo del alto rubio
marcado con cicatrices llamó la atención de Porter. Se preguntaba si el Segador se
traería a su compañero demonio al viaje. Se encogió de hombros ante la idea. Le
arrancaría el corazón ver a alguien más tocar a Alstair. Porter sabía que su obsesión
con el Segador no tenía sentido pero no podía parar sus fantasías de Alstair
apareciendo en escenarios cada vez más irrealistas. Tenía que eliminar sus sueños si
planeaba usar al Segador como su ticket a la Academia.

Porter hizo a un lado sus preocupaciones. Por ahora, necesitaba empacar su bolsa.

—¿Qué voy a llevar? Mierda, ¿Qué meto dentro?


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Estuvo tan concentrado en conseguir que le invitasen a este viaje, que había olvidado
que no tenía nada apropiado que llevar. Un ronroneo irrumpió su histeria cuando su
Gata del Infierno salió de debajo de su viejo sofá. —Hey, Pers, ¿Cómo estás, cariño?

La Gata del Infierno subió por los pantalones de Porter hasta que recogió a la gata y la
acurrucó en sus brazos. Su pelaje blanco tenía llamas rojas que brillaban y
parpadeaban en la superficie. Su fuego no le dañaba cuando se le echaba encima y
rodaba por su cuerpo. En su lugar, le cubría con un acogedor calor, como si le
envolviese en un abrazo.

Un golpe en la puerta le sobresaltó. Si Pers no hubiese clavado sus garras,


probablemente la habría arrojado. En cambio, Porter la metió en el hueco de su brazo
izquierdo y giró el picaporte con el derecho.

Abrió la puerta y se encontró con un demonio azul con una amplia sonrisa.

—¡Hola!

—Um, hola. ¿Puedo ayudarte en algo?— No recordaba haber pedido que un demonio
le trajese nada.

—Hades pensó que podrías necesitar ayuda con tu viaje. Me pidió que te trajese
algunas cosas. Aquí tienes.— El demonio le pasó una mochila azul del mismo tono de
su piel. —Tiene todos los artículos que necesitas para el viaje.

—Gracias, es muy amable. —Porter cogió la bolsa mientras que el demonio reía. El
sonido causó que se le erizasen los pelos de sus brazos.

—Soy muchas cosas, pequeño, pero amable no es una de ellas. Ten un buen viaje y
puede que nos podamos ver cuando regreses. —El demonio pasó una lengua bífida por
sus labios en un gesto lascivo.

Porter cerró la puerta. No fue su mejor comportamiento, pero el demonio le asustó. No


importa con cuantos se encontrase, nunca sabía cómo responder. Como fantasma,
podía crear espadas ectoplásmicas. Ahora que ya no tenía energía de fantasma, sus
poderes naturales estaban regresando lentamente, aparentemente lo suficiente para
dejar de envejecer pero no para revertirlo. Magia que nunca llegó a desarrollar 17
aparecía de forma inesperada. Ahora sabía exactamente como se sintió Elijah al tratar
con sus nuevas habilidades. No se atrevía a confesar sus problemas a Hades por si
decidía no dejar a Porter ir con Alstair. Lo mismo ocurría con el Segador, si Porter
hablaba a Alstair de sus problemas con su magia, el Segador podría no dejarle ir con
él. Esta podía ser su última oportunidad para conseguir justicia por su muerte.

Procedían más risas del otro lado de la puerta, regresando la atención de Porter a su no
deseada visita. Porter no se relajó hasta que el sonido desapareció. —Maldita sea,
debería haber obtenido su nombre, así sabría a quién evitar.

Su lista de demonios enojados parecía aumentar exponencialmente cuanto más tiempo


pasaba en el Inframundo. Si fuese listo, habría tomado el consejo de Hades y
regresado al mundo de arriba, una nueva alma con una nueva existencia, pero Porter
aún tenía cosas que solucionar antes de aceptar la transición a una nueva vida.

Pers siseó descontenta.

—Lo sé, los demonios son molestos. —Al menos eso es por lo que pensaba que
siseaba. Por lo que sabía, podía haber sido la fantasía de Porter sobre Alstair lo que
desaprobó.

Porter dejó a la gata en su sillón y abrió la mochila para echar un vistazo. La pequeña
mochila tenía un guardarropa completo junto a artículos de aseo, incluido un envase
bastante grande de lubricante y un súper paquete de condones. —Debe estar
encantado,— Porter musitó. —Es imposible que esto encaje en una mochila normal.

Ignorando las implicaciones de que Hades le mandase junto a Alstair con condones y
lubricante, Porter puso la mochila en sus hombros y cogió a su gata. —Hora de irnos,
pequeña. Será agradable ver a Elijah de nuevo.

Tenía que ignorar el hecho de que quería saltar a los huesos de Alstair. A pesar de los
contenidos de su mochila, no significaba que Alstair quisiera tener sexo con él. Puede
que Hades esperase que Porter encontrase un agradable y caliente estudiante. Después
de todo, un Segador no necesitaba exactamente protección para tener sexo. Una noche
caliente con un sexi estudiante podía ser justo lo que Porter necesitaba para centrarse y
alejar su atención de su obsesión con Alstair.

—¿Lista para ir, guapa?— Preguntó a la esponjosa gata. Un ronroneo vibró en su


pecho.
18
—Lo tomaré como un sí.
Llegó al sitio en que quedaron y encontró a Alstair apoyado en el muro. El Segador
rezumaba poder, haciendo que el flujo de caminantes se moviesen a su alrededor,
incluso un demonio agarró a su amigo que se acercó mucho a Alstair y le alejó. Porter
nunca entendió el miedo que algunos demonios le tenían a Alstair. Porter no escuchó
ninguna historia sobre Alstair aparte de que era la mano derecha de Hades, pero quizás
eso era suficiente para asustarlos. El Dios el Inframundo no soportaba a los imbéciles
y tampoco los Segadores. Había escuchado que Alstair era el más fuerte de ellos
porque era el que estaba desde hace más tiempo. Puede que la antigüedad tuviera sus
beneficios.

—¿De verdad?— Alstair preguntó cuándo Porter se acercó. Elevó una ceja cuando vio
a la gata, pero no dijo nada. Le dijo a Porter que podía llevarla.

—Sí, Hades me proveyó de un paquete. —Elevó el hombro donde tenía apoyada la


mochila.

—Estoy seguro de que incluyó un montón de lubricante. —Alstair sonrió.

Porter rió, sonando más nervioso que divertido para sus propios oídos. —¿Cómo lo
sabes?

—Hades es un eterno optimista. Siempre espera que la gente tenga sexo. Escuché que
Perséfone se lo cortó hace un año cuando intentó seducir a una Ninfa. Desde entonces
está muy familiarizado con su mano. Creo que espera que sus súbditos al menos
tengan algo del sexo que ha perdido.

—Siento haber preguntado. —Las mejillas de Porter ardían de calor. Aún después de
llevar un año en el Inframundo, no se había acostumbrado a su forma abierta
concerniente al sexo. Esperaba que Alstair no se riese cuando intentase seducirle. No
dudaba que parecería más un idiota que un interesante potencial amoroso. Una rápida
mirada a Alstair afirmó su resolución con el resto de su cuerpo. Sí, valdría la pena un
poco de humillación por la oportunidad de estar en la cama de Alstair.

Alstair rió y palmeó a Porter en la espalda. —Vamos. No quería asustarte de por vida.
No tienes que hacer nada si no quieres.

Lo que probaba que Alstair no tenía habilidades para leer los pensamientos, si no sabía
19
que Porter soñaba con seducir al Segador.
—Lo sé. Sólo es que nunca he tenido a nadie que se interesase por mi vida sexual.—
Si eso no le daba ideas a Alstair, abandonaría su seducción.

La boca de Alstair se curvó en una sexi sonrisa. —Lo encuentro muy difícil de creer.
Estoy seguro de que hay más chicos interesados en tu vida sexual de lo que crees.
Asumiendo que estés interesado en los hombres. No me gusta asumir.

Porter humedeció sus labios secos y fijó su mirada a la de Alstair. —Muy interesado.

El calor crepitaba entre ellos y no todo era causado por el sinuoso río ardiente al lado
del camino.

Alstair se aclaró la garganta—. Hades me ha enviado una nota diciendo que nos ha
reservado un lugar para quedarnos, pero tienen la casa llena, por lo que si no llegamos
pronto, cancelarán nuestra reserva.

Porter bufó enojado. —Me gustaría verles diciendo eso a Hades.

La risa de Alstair hizo a Porter sonreír. No había visto sonreír mucho a Alstair. Verlo
ahora aumentó el ego de Porter. Si pudiese causar que el reservado Segador perdiese
su compostura aunque fuese por un minuto, tendría más oportunidades de seducir a
Alstair de lo que había pensado.

—Estoy listo para ir. —Colocó su mochila más alta en su hombro, sin estar seguro de
lo lejos que tenían que viajar—. ¿No traes a tu novio?

Esperaba que su tono sonase casual en vez de desesperado por la información.

—He roto con Char, y no era mi novio, sólo teníamos sexo. No estoy en las
relaciones.— Alstair frunció el ceño, el recuerdo obviamente desagradable. Porter
esperaba que el Segador nunca tuviese esa expresión cuando pensara en él.

—Ah. —El rayo de dolor en los ojos de Alstair le dijo a Porter que había algo más
para que Alstair desconfiase en el compromiso pero se negaba a verse envuelto en el
drama del Segador. Tenía demasiado bagaje emocional propio. Prácticamente
necesitaba una carretilla para arrastrarlo. No necesitaba añadir el de nadie más.

—¿Puedes transportarte por tu cuenta? —Alstair preguntó, sacando a Porter de sus 20


pensamientos.
—No. No he estado en el mundo desde que bajé aquí. Hades pensaba que necesitaba
tiempo para considerar si quería pasar la transición.

Se había negado porque quería resolver su asesinato, un pequeño detalle que no


compartió con Hades. Si Porter permitía que Hades plantase su alma en un nuevo
cuerpo, se borrarían todos los recuerdos de su mente. Ahora que había aparecido la
oportunidad de castigar a su asesino, Porter no rechazaría la oportunidad de un poco
de venganza.

Podía ver el destello de curiosidad en la mirada de Alstair antes de que extendiese su


mano. —Agarra mi mano y nos transportaré a los dos.

—De acuerdo. —Porter respiró profundamente y se aseguró de que su Gata del


Infierno no fuese a saltar antes de deslizar sus dedos en los de Alstair. Podía desear
secretamente sujetar sus manos por una razón diferente, pero mantendría la esperanza
para más tarde. Puede que Alstair pudiese mostrarle lo que hacer con todo ese
lubricante. Tardarían semanas en terminar con el suministro aunque follasen como
conejos demonios y nunca dejasen la cama.

—No te sueltes por ningún motivo, —Alstair advirtió. Su expresión seria hizo que
Porter apretase su agarre.

—Estoy listo. — Porter respiró profundamente.

—Allá vamos.

Segundos separaron la advertencia de Alstair de la sacudida del transporte del


Inframundo a la Academia. Porter se estremeció cuando todo su cuerpo se distorsionó.
¿Cómo se movían los Segadores continuamente de un plano a otro? Tan pronto como
los pies de Porter pisaron el césped bien cuidado, se separó de Alstair, dejó a la gata en
el suelo y vomitó. Afortunadamente, Pers salió del camino antes de que Porter lo
arrojase. No se quería ni imaginar el olor del vómito quemado.

—Tranquilo…ya está. No todo el mundo viaja bien la primera vez. —Alstair cogió la
mochila de Porter y restregó su espalda en suaves círculos. —Se vuelve más fácil con

21
el tiempo.

—Ugh. — Nunca iba a contar esto sin avergonzarse. —No sé si quiero repetir.
—Aquí. —Dónde Alstair encontró una botella de agua, a Porter no le importaba. La
agarró como si fuese el último chaleco salvavidas en un barco hundido. Tras abrir la
tapa, agitó un poco en su boca y la escupió antes de tomar la mitad de la botella.

—Gracias. Te prometo que no me voy a pasar todo el tiempo vomitando.

—No hay problema.

La profunda voz de Alstair calmó a Porter más que nada. No le importaría escuchar a
Alstair hablar mientras caía dormido, puede que mientras le leía una sexi novela.
Respiró aire con precaución y luego repitió. Cuando no vomitó, se enderezó del todo.

—Me siento mejor ahora. —Bebió otro trago de agua para quitarse el horrible sabor en
su boca, y su estómago se asentó lo suficiente para que quisiera intentar moverse.

Alstair asintió. —Vayamos a la oficina del director, habrán asignado nuestra


habitación.

—De acuerdo. —No tenía sentido discutir algo hasta que se asegurasen de que tenían
un sitio para quedarse por la noche.

La fila para la oficina del director llenaba todo el pasillo.

—¡Mierda!— Alstair frunció el ceño a la multitud.

—No pasa nada, — Porter dijo. —Dudo que Hades permita que duermas en el pasillo.

—Te sorprenderías de lo que permitiría. — Alstair frunció el ceño. —Siempre afirma


que construye el carácter. Creo que sólo es un bastardo tacaño.

Porter suspiró. Tampoco era un gran fan de las colas, pero no tenía nada más que
hacer. Necesitaba conseguir el horario del Profesor Lorentz para poder elaborar un
plan de acción. Dudaba que pudiese encontrar a Lorentz hasta entonces. — ¿Quieres
que me quede en la fila mientras que vas a hacer otra cosa?

No tenía ni idea de lo que tenían que hacer, pero no le gustaba ver a Alstair infeliz. No
le importaba quedarse y guardar el sitio si el Segador necesitaba salir.

—No. Estoy siendo un idiota. Seguro que la fila no durará mucho. —Apenas salieron 22
las palabras de la boca de Alstair cuando un gnomo apareció junto a ellos. Llevaba un
vestido naranja chillón con los pies a juego. —¿Para qué hacen fila, caballeros?
Alstair se inclinó. —Saludos, estamos aquí por una habitación asignada. Mi nombre es
Alstair Gorman.

Un portapapeles apareció en el aire y aterrizó en sus manos extendidas. —Gorman,


Gorman, — murmuraba mientras que bajaba por el papel. —Ah, aquí está. Sí, está en
el ala oeste. Si me siguen, puedo mostrarles donde se quedarán.

—Genial, gracias, — Alstair dijo.

Porter salió de su aturdimiento. No es como si no hubiera visto antes un gnomo. Puede


que fuese el color de su vestido. Sus ojos podían comenzar a sangrar en cualquier
momento.

Siguieron al gnomo por el pasillo, subieron un tramo de escaleras, subieron otro y


bajaron y continuaron por un segundo pasillo hasta que pararon frente a una preciosa
puerta de madera tallada. —Esperamos que estén cómodos aquí. La competición
comienza mañana.

—¿Qué competición?— Alstair preguntó. —Pensaba que se trataba de una reunión


para elegir al próximo director.

El gnomo frunció el ceño. —Lo es. Hades nos aseguró que usted estaría dispuesto a
cooperar.

Porter no necesitaba leer auras para ver la nube negra construyéndose sobre la cabeza
de Alstair. El Segador estaba a punto de perderla si no conseguía pronto una
explicación.

—Alstair no obtuvo todos los detalles. ¿Tenemos que rellenar algún documento?

Porter se situó entre el gnomo y Alstair en caso de que el Segador se volviese violento.
No se podía arriesgar a que les expulsasen del campus, no cuando estaba tan cerca de
su meta.

—Tengo una lista de los participantes. Me temo que los detalles de la competición no
se publicarán hasta que comience mañana. Les esperamos para desayunar en el salón
principal. Todo comenzará a las nueve.
23
La curiosidad hizo que Porter preguntase, —¿Puedo ver la lista de concursantes?
—Desde luego, aquí tienes. — El gnomo dio a Alstair la llave de la habitación y a
Porter un trozo de papel. —Que pasen una buena noche, caballeros.

—Gracias,— Alstair dijo.

Porter estaba demasiado ocupado investigando los nombres en el papel. —Alstair.

—Hmm.— El Segador giró la llave en la cerradura y la abrió. —Genial. Nos dieron


una habitación grande.

—Probablemente porque podrías ser el futuro director. —Las manos de Porter


temblaban mientras que revisaba los nombres una y otra vez, pero no cambiaban.

—¿Qué?— Alstair arrebató la hoja de papel de las manos a Porter.—Mierda, ese


bastardo.

—Sí. Felicidades por tu nominación. —Porter no sabía que más decir y según se
veían las cosas, tampoco Alstair.

24
Capítulo 3
Alstair ardía en ira. Sabía que Hades tramaba algo pero nunca pensó que sería el
sacrificio en uno de los mezquinos juegos del Dios del Inframundo. Sin duda, pasó
demasiado tiempo para ser excluido de las metas de Hades de hacerse cargo de todo.

—Voy a patearle el culo, — prometió.

—No puedes patear el culo de Hades. Limpiaría el suelo contigo.

Alstair se giró a su acompañante. Porter apretó los labios como si evitara volver a
decir algo que pudiese enojar a Alstair. —Tienes razón. Hablaré de él con su mujer.

Perséfone se pondría de parte de Alstair, siempre estuvo un poco encaprichada con él.
Nunca hizo ningún movimiento respecto a su atracción, pero no significaba que no
fuese a usarlo en su beneficio. Hades no sabría lo que le golpeó.

Porter rió y la tensión inmediatamente se aligeró. —Quiero ver eso.

—Se pondría de mi parte. Siempre la he gustado.

—Apuesto a que sí, —Porter dijo, viendo el cuerpo de Alstair como si fuese una
montaña rusa que estuvo esperando todo el verano para montar.

Alstair apretó las manos para evitar agarrar a Porter. Desde que aparecieron en la
Academia, Porter había empezado a parecer mayor. Alstair había visto esto una vez
anteriormente, con un fantasma buscando venganza. La sed de destruir a su asesino
envejecía a un espíritu hasta que obtenían su venganza o encontraban paz con su
muerte. Si el espíritu no conseguía ninguno, se convertían en polvo y perdían la
oportunidad de reencarnarse para siempre.

No podía permitir que eso le ocurriese a Porter. Alstair sabía que Hades esperaba que
se juntasen, si para salvar a Porter o a él, Alstair no lo sabía. Por alguna razón, después
de dejar a Alstair estar solo durante siglos, el Dios del Inframundo había decidido
25
interferir en la vida de Alstair a todos los niveles. Hades sabía que Alstair no podría
resistirse al bello hombre por mucho tiempo. No era un jodido santo, después de todo.
Incluso con los años añadidos, Porter era un hombre sexi.

Inconsciente de los pensamientos de Alstair, Porter continuó parloteando. —¿Por qué


Hades te propondría como director sin decírtelo? Hay gente que se prepara para las
pruebas.

Alstair suspiró. —Estoy más preocupado por lo que planea hacer para que las cosas
salgan como quiere. Este no es el acto espontáneo que intenta hacernos creer. No, él lo
ha planeado con anticipación. —Hades nunca hizo nada sin planear.

Una mullida silla que había a mano se convirtió en el sitio para poner sus mochilas
antes de examinar los alrededores. Toda la habitación era de azul. La moqueta, el
cubrecama y las cortinas, todo azul. Volvió a revisar la habitación. —Lo siento,
Porter, sólo hay una cama.

No pudo reunir un verdadero disgusto por el plan, pero al menos él no hizo la reserva.
Si Porter no le quería, Alstair se comería su guadaña.

—Al parecer, Hades cree que deberíamos estar juntos. —Porter se mordió el labio y
sus ojos revisaron la habitación sin centrarse en nada, especialmente no en Alstair.

—No tenemos que hacer nada. Puedo compartir una cama sin saltar sobre ti. —Alstair
sonrió por la expresión de Porter, una mezcla entre hambre sexual y timidez.

—Yo-yo no creo que vayas detrás de mí. Es embarazoso que Hades piense que
necesito ayuda en mi vida sexual. No es que no me gustase tener sexo contigo, pero
desearía que fuese idea tuya.

Su idea, no la de Porter. Su sexi rubio quería que Alstair tomase el mando. Alstair no
tenía problemas con ese plan. La polla de Alstair se sacudió en sus pantalones como
un cachorro tras una pista y Porter sostenía la correa. La imagen en su cabeza de atar a
Porter casi le hizo correrse en sus pantalones.

—Cree que todo el mundo necesita sexo, no lo tomes como nada personal, aunque
tengo que decir que ha puesto más esfuerzo del normal en intentar unirnos. —Alstair
tenía la sospecha de que el Dios del Inframundo pensaba que se podían ayudarse 26
mutuamente.
—Oh, es tierno. —Porter examinaba sus zapatos con gran interés. Si fuese un
personaje de dibujos animados, habría una interrogación sobre su cabeza.

No pudo evitar el ataque de risa. —Hades no es tierno, es manipulador, motivo por el


que estoy en una lista para someterme a una prueba como director en vez de ayudar a
algún pobre alma a pasar al Inframundo.

Eso consiguió la atención de Porter. Arrastró su mirada de sus zapatos a atrapar a


Alstair con una mirada directa. —¿Quieres el trabajo?

—¿Cómo director? No, pero necesito ver si alguno de los otros puede ayudar a Hades.
Le prometí que apoyaría la candidatura de quien pudiese ayudar mejor a localizar el
poder nigromante. Bastardo astuto. Le preocupa que otro nigromante se les escape de
los dedos, o lo que es peor, que hayan perdido a varios en el pasado. Mira lo que
ocurrió con Elijah, ni siquiera sabía que compartía habitación con un fantasma.

Porter asintió. —Eso fue extraño. Es un chico genial, sin embargo.

—Lo es. La escuela necesita a alguien con magia para dirigir la escuela, y lo más
importante, tratar con los padres, políticos e imbéciles.

Porter rió como un niño pequeño, un sonido en desacuerdo con su apariencia. La


inyección de esperanza de Alstair creció con el ruido. Maldita sea, era jodidamente
adorable. —Creo que serías un buen director. Nadie jodería contigo.

—Te sorprenderías sobre quien quiere joder conmigo. —Todos los días Alstair tenía
que probar su valor a los moradores del Inframundo. Entre los demonios, las almas
perdidas y tratar con los problemas conyugales de Hades, Alstair tenía poco tiempo
para sí mismo.

—No tengo ninguna experiencia en la cama, —Porter confesó.

—¿Ninguna?— La boca de Alstair se quedó abierta. Hades estaba arruinándole. Había


envuelto al hermoso hombre como un anticipado regalo de cumpleaños y lo entregó en
la habitación de Alstair.

—Yo-yo soy virgen. —Un rubor brillante cruzaba por la mejilla de Porter. Alstair
suprimió la repentina urgencia de lamer la piel Porter y saborear el calor.
27
—¿Me encuentras atractivo?—No todo el mundo encontraría a un nigromante
marcado con problemas de compromiso un buen partido.

Los ojos de Porter se ampliaron. —¡Sí!

—Bien. —La voz de Alstair sonó como un fuerte ronroneo. No iría a la cama con
alguien que no le deseaba pero el calor en los ojos de Porter no indicaban ser reacio.
—¿Te estabas reservando para alguien?— Se negaba a tomar algo que Porter estaba
manteniendo puro para el chico perfecto. Había montones de cosas que podían hacer
sin penetración. Cuando Porter recordase su primera vez, Alstair quería que Porter lo
hiciese sin remordimientos.

—No. —Porter sonrió. —Morí antes de poder experimentar en la universidad. Fue por
falta de oportunidad, no moral.

—Bueno, qué lástima. —No preguntó por qué no hizo nada el año pasado. Hizo todas
sus preguntas. Algunas cosas debían permanecer privadas. Ciertamente, Alstair tenía
bastantes secretos que no quería contar a nadie que tuviese cerca o incluso a aquellos
que follaba.

—¿Estás interesado?— Porter inclinó su cabeza hacia la gran cama en el medio de la


habitación. —No tenemos nada que hacer hasta el desayuno de mañana.

—¿Y si comenzamos con un beso?— Hades podía pensar que Porter necesitaba perder
su virginidad pero Alstair no accedería a ser el primero de Porter a menos que la
crepitante atracción entre ambos surgiese.

—¿No me quieres?— Porter no sonaba ofendido, sólo curioso.

—Creo que eres un hombre hermoso que no ha tenido sexo antes. Quiero que tu
primera vez sea especial, no sólo quitártelo de una vez.

—Eso no es lo que estaba pensando, —Porter murmuró regresando su atención a sus


zapatos.

Alstair deslizó sus dedos bajo la barbilla de Porter y la levantó. —No sé lo que estás
pensando, pero ¿Comenzamos con un beso?
28
Acercándose más, Alstair se inclinó y presionó su boca junto a la de Porter. El suave
roce de los labios del hombre más joven contra los suyos envió una sensación de
hormigueo por su espina dorsal y endureció su polla en dos segundos. Cuando
finalmente levantó sus labios, ambos gemían de necesidad.

—Creo que podemos admitir que hay atracción entre nosotros, —Porter dijo
lamiéndose sus labios como si tratase de mantener el sabor.

—Definitivamente. Quítate la camiseta. —Alstair se quitó la suya mientras hablaba y


esperó a que Porter se quitase la suya. Podría pensar que se estaban moviendo rápido,
pero a Porter no parecía importarle.

—No soy como tú, —Porter dijo, sus dedos agarrando la parte inferior de su camisa.

Alstair envolvió con sus manos las de Porter intentando tranquilizarle. —Espero que
no. Si quisiese a alguien como yo, podría simplemente masturbarme frente al espejo.

Porter rió. Le tomó un minuto recobrar su compostura. —Tienes muchas cicatrices.


— Su mirada asombrada asoló el pecho de Alstair.

—Sí. Hades me hizo inmortal, no inmune a las heridas.

—¿Así que te pueden herir?

—Seguro. Pueden quemarme, apuñalar, una vez me cortaron el brazo. —Alstair se


restregó el hombro derecho al recordarlo.

—¿Cómo lo conseguiste de nuevo?

—Hades. Me hizo un hechizo. Puedo incluso ser decapitado. —Alstair no podía


esconder el orgullo en su voz. El Dios del Inframundo cuidaba bien de él.

—¿Decapitado?— Porter parecía estar un poco revuelto.

—Lo siento, probablemente no es una conversación sexi. No pretendía espantarte.

Porter le dio una débil sonrisa.

A lo mejor podían retrasar el sexo un poco. Porter tenía que estar en la actitud correcta
para su primera vez y no había razón para acelerarlo. —Hey, ¿Y si conseguimos algo
de comer? Posiblemente estés hambriento desde que…Ya sabes. 29
—¿Lancé mis galletas?
—Sí. —Alstair se puso de nuevo la camiseta. Por dentro se estaba pateando por
arruinar la oportunidad perfecta para follar a Porter en el colchón. Definitivamente
tendría que hacerlo antes de que regresaran al Inframundo. Se negaba a permitir que
nadie más fuese el primero de Porter. Antes no le habría importado, pero ahora, ahora
mataría a quien tratase de tocar al joven hombre. ¿Sería esta una relación de largo
plazo? No lo sabía pero valía la pena explorarlo.

—Elijah siempre hablaba de la pizzería local. ¿Crees que podemos ir allí?

—Claro, niño, no hay problema.

Porter frunció el ceño. —Si alguna vez pretendes entrar en mis pantalones sería sabio
de tu parte no llamarme de nuevo niño.

—Buen punto. ¿Estará bien la gatita aquí?—Alstair vio a Perséfone arañar el edredón
tratando de dejarlo a su gusto. Tendrían que pagar por eso a la salida. Alstair lo
pondría en la cuenta de gastos de Hades.

Porter miró a su gata por un minuto antes de hablar. —Sí, va a estar bien. Sino, vendrá
a buscarme. He descubierto que puede teletransportarse cuando me necesita.

—Guay. —A Alstair no le sorprendería si la pequeña Gata del Infierno se convertía en


el avatar de Porter. A pesar de lo que enseñaban a los niños ahora, hubo un tiempo en
que la gente solía criar a su avatar en vez de llamar y esperar que apareciese uno. No
sabe cuando ocurrió el cambio, pero fue una estupidez. Desde luego, al no haber
tenido nunca uno, puede que tuviese una visión distorsionada del proceso.

—¿Te importa si te hago una pregunta?— El tono de duda de Porter le hizo volver su
atención al hombre más joven.

—Siempre puedes preguntar. Si no puedo o no quiero contestar, te lo diré.

—Muy justo. ¿Por qué no tienes un avatar? Eres muy fuerte. Siempre he sospechado
que no tengo uno porque soy un mago débil pero ese no es tu caso.

Abordarían la falta de confianza de Porter más tarde. Alstair se encogió de hombros.


Cuando eligieron los avatares para criar tenía cosas que hacer. Supongo que siempre
me preocupó no poder enlazarme correctamente con uno, y cuando me convertí en
30
mitad espíritu, supuse que no merecía uno.
—¿Qué?¿Eres un medio fantasma?

Alstairs cerró los ojos. Parecía como si no fuese a tener sexo en este viaje después de
todo. —Sí. Fui asesinado y mi novia en ese momento me trajo de vuelta a la vida. Sin
embargo, no era tan poderosa como pensaba y sólo pude regresar en una forma semi-
física. Motivo por el que Hades me hizo uno de sus Segadores. No tuve originalmente
la habilidad de hablar con los muertos. Ahora, desde que soy técnicamente uno de
ellos, puedo.

—¿Cuál era tu magia original?

—Soy un ilusionista y telequinético. Puedo hacer que la gente vea cosas que no
existen y mover cosas con mi mente.

—Wow. Ese es un asunto fuerte.

Alstair le restó importancia. —Resulta útil, pero preferiría ser un sanador o algo
realmente útil. —Sanar a la gente era una gran habilidad y una que Alstair no tenía.
Siempre esperó que si desarrollaba otra habilidad fuese para mejorar la sociedad.
Debía haber sabido que nunca alcanzaría esa altiva meta. El destino de Alstair estaba
en manos del Dios del Inframundo y así permanecería.

—Ayudas a traer a la gente a la vida eterna, es un trabajo importante y enseñas,


— Porter señaló. —No tenías que ayudar a Elijah a usar su magia.

—No enseño a menudo, simplemente me gustó la ridícula cantidad de dinero que el


padre de Elijah ofrecía.

Porter frunció el ceño como si no apreciase las codiciosas formas de Alstair. —Pero le
habrías enseñado sin el dinero, ¿Verdad?

Resistió al impulso de decir que no, y optó por decir la verdad. —Sí. Porque Hades me
habría despellejado si hubiese permitido que un nigromante sin entrenar saliese al
mundo. Elijah me necesitaba más de lo que yo necesitaba el dinero. —No quería decir
que no cobrase el dinero, sin embargo.

—Tratas de encubrirlo, pero tienes un buen corazón, — Porter dijo.


31
Alstair se quedó con la boca abierta. — ¡No es cierto! ¡Retíralo!— Nadie había
pronunciado jamás tal cantidad ridícula de locuras y Alstair se negaba a aceptarlas
como verdad.

Porter sonrió. —No. No hay nada malo en ser un buen tipo.

—No tienes ni idea. —En el Inframundo los tipos buenos eran los primeros en obtener
los trabajos de mierda porque Hades sabía que no objetarían. De ninguna forma
Alstair iba a estar de acuerdo con el estúpido comentario de Porter. Desde luego,
considerando donde estaba puede que no importase si estaba de acuerdo o no.

—Bueno, aún creo que eres un tipo agradable. —Porter se mordió el labio. —¿Aún la
amas?

—¿A quién?

—La chica que te trajo de nuevo a la vida.

Porter miraba por la habitación como si buscase la respuesta en las paredes.


—Escuché que una amante es la razón por la que no permaneciste en el Inframundo y
pasases la transición. ¿Aún la amas?

Alstair iba a ignorar la pregunta de Porter pero por la forma en que Porter se tensó,
Alstair sospechaba que la pregunta significaba para Porter más de lo que manifestaba.

—No. Me dejó después de mi reencarnación. Al parecer se estaba acostando con otros,


y el hecho de que fuese medio fantasma no aumentó mi encanto. No voy a decir que
no dolió, pero me recuperé bastante rápido. —Ayudó que el tipo por el que le dejó
terminó apuñalándola en un ritual vudú. Claro, fue insignificante, pero Alstair se fue a
la cama sonriendo esa noche. Le enseñó a mantener su corazón cerrado y a sus
amantes a distancia.

—¿Así que eres bi?

Alstair lo pensó. —No me gusta poner etiquetas a la gente más que categorizar su
magia. ¿Tengo sexo con hombres y mujeres? Sí, pero prefiero pensar que elijo a la
gente por su atractivo en vez de por sus partes corporales.
32
—Lo siento. No pretendía ofenderte. —Porter se mordió el labio y regresó su atención
a la ventana como si estuviese demasiado avergonzado de mirar a la cara a Alstair.
Llevó a Porter a sus brazos y no dijo nada hasta que Porter levantó la mirada. —No
me has ofendido. Sólo no comprendo la obsesión de la gente de poner a todo el mundo
en cajas ordenadas. No todo el mundo tiene que ser algo en específico. La gente es una
especie de magia. A alguna gente sólo le gusta una cosa y otras prueban diferentes
elecciones hasta que encuentran una que acopla. La sexualidad puede variar para
alguna gente. ¿De acuerdo?

Porter asintió. —Me imagino que soy un poco ingenuo. Mis padres eran muy
conservadores.

—¿No les gustaba que no fueses gay?

—Nunca se lo dije. No podías ser gay hace cincuenta años sin tener muchos más
problemas que ahora. No te equivoques, eran un padres geniales y les amaba a los dos,
pero la gente era menos tolerante entonces. No podía contarles que tenía fantasías con
otros hombres y esperar que lo comprendiesen.

—¿Lo hacías?

—Sí. Constantemente. No intenté nada. No quería ser una de esas personas enfermas
de las que siempre hablaban. — Porter se estremeció en los brazos de Alstair.

Una compasión desconocida llenó a Alstair. Abrazó más fuerte a Porter. —Hey, nada
de eso. No hay nada de malo en eso. Eres un tipo genial y después de esta misión
podemos buscar un hombre agradable para salir contigo.

El estómago de Alstair se retorció por la idea de que Porter se viese con alguien más
pero sería lo mejor para él.

Porter separó a Alstair con una impresionante muestra de fuerza. —No quiero a nadie
más, idiota. Te quiero a ti.

—Oh.— Mierda. ¿Qué hacía con esa información? No sabía que Porter había planeado
mantenerle. Pensaba que el chico sólo quería deshacerse de su virginidad, no jugar a
las casitas.

—No entres en pánico, —Porter dijo. Sonaba más triste que enojado, haciendo que el
sentimiento de culpa fuese incluso más fuerte. —No te voy a acosar.
33
—No pensaba eso. Sólo es que no sabía que estabas pensando en una relación a largo
plazo. Pensaba que sólo querías una aventura. —También podía poner todo sobre la
mesa.

Porter suspiró. —No voy a mentir y decir que no me gustaría pasar el tiempo contigo y
ver cómo funciona. Te encuentro interesante. Si no me quieres, lo puedo soportar. No
soy un polluelo que queda impresionado con el primer chico que me folla. Busco más,
pero si todo en lo que estás interesado es en el sexo, no voy a rechazarte. Aún me
encantaría que fueses mi primero.

—De acuerdo, bien. Siempre que estés seguro. —Podría cambiar su opinión más
tarde…¿Verdad? La expresión decidida de Porter llegaba a Alstair siempre.

—Estoy seguro. Además, incluso si no estamos juntos, me vendría bien tener un


amigo en el Inframundo. No estoy preparado exactamente para renovar mi alma y
vivir de nuevo. He pasado demasiado tiempo siendo Porter para querer ser alguien
más.

Alstair se quedó congelado. —¿No te lo dijo?

—¿Quién? ¿El qué?

Ese bastardo. Mierda, Hades siempre prefería dejar las cosas complicadas para Alstair.
Se había ganado malditamente bien la posición como mano derecha de Hades. El
hecho de que el Dios del Inframundo planease sacarle de su casa para que dirigiese la
Academia dolía incluso más que esta conversación.

—Cuando Hades te dio de nuevo tu cuerpo es porque quiere que resuelvas tu muerte.
Es su forma de dar a una persona la oportunidad de arreglar las cosas. Una vez que
hayas resuelto tus asuntos finalmente podrás estar en paz y volver a tener la misma
edad que cuando moriste.

Porter se quedó helado. —¿De verdad? No creo que estés en lo cierto.

—Lo estoy. —Alstair sabía cómo trabajaba Hades. Si dio a Porter un cuerpo fue para
ayudar a arreglar sus asuntos pendientes.

Porter palideció. —Mierda, soy malo en esto.


34
Alstair no sabía qué decir. Tener a Porter maldiciendo no estaba en su escala de cosas
probables. —¿Qué ocurre?

—Esperaba poder distraerte e ir a buscar a mi asesino.

—¿Cómo ibas a hacer eso? —Alstair no podía evitar estar intrigado por el
maquiavélico lado de Porter del que no sospechó nunca.

—Sexo.

—¿Sexo? ¿Significa que no eres virgen?— Alstair veía fascinado como Porter se
volvía de un rojo brillante.

—Sí. Quiero decir no. Quiero decir que soy virgen, pero no pensaba que fueses a
aceptar mi oferta.

Alstair no se molestó en esconder su enfado. —¿Significa que no me quieres?

Porter gimió. Pasó sus manos por el pelo apretando los puños. —Lo hago. Oí que no te
gustaban los amantes agresivos y pensaba que si te entraba, tomarías distancia.

Alstair cruzó sus brazos sobre su pecho. —Eres un hombre extraño pero estoy
dispuesto a pasarlo por alto porque tienes un lindo culo.

Una amplia sonrisa se extendió en los labios de Porter. —¿En serio?

—Sí, es bastante lindo.

Porter rió. —Me alegra que pienses así. Me refería más a que querías ser mi primero y
pasar por alto mi engaño.

—Porter, he pasado siglos en el Inframundo con amantes que pensaban que si no les
decía tres mentiras antes del desayuno, es que ya no me importaban. Tu insignificante
engaño apenas hace una marca en mi radar. Me alegra ser tu primero, o si has
cambiado de opinión, puedo negarme mis necesidades carnales y dejarte dormir
tranquilo.

—Um. Aún te quiero.


35
—Bien. ¿Ahora quién es la persona de la que te quieres vengar?
—Lorentz. Me asesinó con un rayo eléctrico a propósito y usó a su familia para
encubrir el crimen.

—¿Por qué?— Parecía una forma dramática de asesinar a alguien. Lorentz no le


pareció a Alstair un asesino psicótico. Bastante imbécil, pero no un asesino.

La frente de Porter se arrugó. —No lo sé. Morí, después de todo. Me quedé limitado a
esa habitación y a unas pocas clases. Nunca descubrí por qué lo hizo. Siempre me he
preguntado a cuántos más ha asesinado sin ser atrapado.

—¿Crees que ha estado matando a gente todo este tiempo?— Alstair no sabía de
dónde venían las teorías conspiratorias de Porter, pero Alstair no iba a negarle el
derecho a investigar. A Hades no le gustaba Lorentz, pero nunca le dijo el motivo. Al
Dios del Inframundo no le gustaban los contratistas independientes que asumían la
tarea de terminar con vidas.

—Creo que es extraño que se quedase aquí en la Academia cuando sus padres podrían
haberle conseguido cualquier trabajo que hubiese querido. ¿Qué mejor sitio para
obtener víctimas que una escuela donde vivía un montón de jóvenes ingenuos?

—Puede ser. —Alstair no se involucraría demasiado. Estaba un poco preocupado por


la seguridad de Porter al enfrentarse a un asesino. —No quiero que le veas solo.
Házmelo saber antes de ir a enfrentarle.

—Podría visitar mi tumba mientras haces tus cosas de director. Me gustaría ver donde
estoy enterrado.

—¿Está tu tumba cerca?— A Alstair no le gustaba la idea de que Porter estuviese muy
lejos. Si Lorentz reconocía a Porter, podía haber problemas.

—Me enterraron en la cripta del campus. Creo que mi padre les amenazó con
demandarles por magia poco segura. No les preocupaba que ganase la demanda
porque era pobre, pero sospecho que acordaron pagar mi funeral para mantener las
cosas tranquilas. No pude asistir a mi funeral por mis limitaciones como fantasma.

—No querrías ir de todas formas. —Alstair sabía con certeza el efecto de ver su
cuerpo ser enterrado. Aún tenía pesadillas de su propio funeral. Los pocos miembros 36
de la familia que se molestaron en asistir no derramaron ni una lágrima. En general
caía mal a sus familiares. El tío y la tía que le criaron nunca aprobaron su naturaleza
bisexual. Pensaban que tenía que elegir un sexo u otro y preferiblemente alguien que
pudiese apoyar a la familia para que sus familiares no tuvieran que trabajar. Cuando
volvió a la vida, Alstair disfrutó reasignando su dinero y dejando a sus familiares sin
un centavo. Si no podían llorar su muerte, no se merecían su fortuna.

—Aun así quiero visitar mi cripta.

Las palabras de Porter tomaron sentido.

—¿Tienen una cripta?— Concedido, Alstair no sabía mucho de escuelas, pero una
cripta en una universidad le parecía un poco macabro.

Porter asintió. —En aquél entonces la había. Creo que ahora está escondida con magia
debido al vandalismo.

—Huh. —Hades consideraba a los muertos sagrados y habría tomado represalias


contra quien cogiese destrozando una tumba. —Sigo sin querer que vayas allí sin mí.
—No se perdonaría si le ocurría algo a Porter.

—Vale. Esperaré a que tengas tiempo.

—¿Qué vas a hacer cuando veas a Lorentz?

—Voy a averiguar por qué me asesinó. —Porter suspiró. —Quiero venganza, pero
ahora me pregunto si tiene otras víctimas. Está en la lista del director. Debería verle
mañana en el desayuno.

El estómago de Alstair gruñó. Se encargaría de Lorentz antes de que el bastardo tocase


de nuevo a Porter. —Vamos a comer algo. Podemos discutirlo en la cena.

—Espero que la pizza sea tan buena como decía Elijah.

—Tendremos que probarlo y ver.

No podía recordar la última vez que había hecho algo sólo para hacer feliz a otra
persona. Puede que eso era por lo que aún estaba solo, ser un imbécil siempre ayudaba
a mantener a la gente fuera del camino.
37
Capítulo 4
Dean se sentó en la pizzería con sus hermanos mirando a la multitud. Ahora estaba
preparado. Su corazón había sanado casi completamente y había visto cómo sus dos
hermanos se enamoraban con una mezcla de envidia y alegría. Ahora era tiempo de
empezar a salir de nuevo. Si sólo pudiese convencer a la mujer que había elegido de
que le diese una oportunidad. Ayudaría que pudiese reunir el coraje necesario para
hablar con ella.

Al otro lado del restaurante se sentó un grupo de cambiaformas hembras. Pertenecían


a la misma manada en que sus amigos Jaynell y Kevin se habían acoplado.
Desgraciadamente, no parecía ver a ninguno de los hombres entre los miembros de la
manada. Era demasiado esperar tener una excusa para ir y unirse al grupo.

Durante los pasados meses, Dean escondió su enamoramiento de Daniela, no


queriéndose parecer a los demás chicos que querían entrar en sus pantalones. La
tímida cambiaformas lobo no parecía saber lo que hacer con toda la atención que
recibía. Dean no quería añadirse a su angustia.

—¿Qué te ocurre?

Dean se giró para encontrarse a su hermano frunciendo el ceño. —¿De qué hablas?

—Te estás convirtiendo en un acosador, hombre, —Devin se lamentó.

—Cállate, Devin, so sabes lo que dices. —Dean no se molestó en mirar a su otro


hermano. Como uno de un equipo de idénticos trillizos, Dean sabía cuál sería la
reacción de sus hermanos cuando dijese que estaba listo para comenzar a citarse de
nuevo. Aplazó el interrogatorio tanto tiempo como pudo, pero se quedó mirando a
Daniela demasiado tiempo si había llamado la atención de sus hermanos.

—Vamos, Dean, sabes que estamos intentando que hables con ella, —Dan dijo.

—Aún no estoy preparado. —Dejó que la mentira saliese de sus labios, no queriendo 38
añadir más munición.
—Se gradúa este año. ¿Y si se traslada? Podrías perder tu oportunidad con la única,
— Devin dijo.

Dean no se molestó en discutir con Devin, sabía que su hermano tenía razón. —Pero si
es una cambiaformas debería saber si soy su compañero, y nunca ha mostrado ninguna
señal.

Ese era el motivo que le retenía. No podría soportar darla su corazón y que le
abandonase por su compañero. Su magullado órgano no podría soportar tanto dolor.

—Wow, los rectos sois angustiosos, —Dan contestó.

Dean arrojó a su hermano un paquete de queso parmesano. —Idiota.

—¿Qué ocurre?— Farren, el compañero de Dan, caminó a la mesa. Puso la mochila en


el suelo y se sentó junto a su amante.

—Mis hermanos me están haciendo pasar un mal momento, nada nuevo.

—¿Es por Daniela?— Farren preguntó.

—¿Todo el mundo lo sabe?— Pensaba que había sido discreto mirando a la


cambiaformas lobo. Puede que no fuese tan sutil como pensaba.

—Puede que todos a excepción de Daniela, —Dan dijo.

—¡Qué mierda!— Devin exclamó, apartando su atención completamente de Dean y


enfocándose en la entrada.

—¿Qué?— Dean se giró para ver quien había entrado al restaurante.

—Creo que es el antiguo compañero de cuarto de Elijah, Porter, —Devin dijo.

—¿Su compañero fantasma?— Dan preguntó.

—A mí me parece muy sólido, —Dean dijo.

—Y ese es Alstair, el antiguo tutor de Elijah, —Devin continuó, sin apartar los ojos
del par.
39
—Puede que por eso sea sólido. —Dean no conocía las reglas que se aplicaban a los
fantasmas. Puede que regresasen enteros después de visitar el Inframundo.
Devin hizo gestos con las manos para llamar su atención.

El par se aproximó. La fría expresión de Alstair no fue acogedora cuando les vio pero
caminó hacia ellos. —Hola, Devin, conoces a Porter, creo.

—Sí, algo, me refiero a que eras más transparente entonces, —Devin contestó. —Y
más joven.

Porter se volvió de un rojo brillante y Alstair frunció el ceño a Devin.

—Encantado de conocerte, —Dean intervino para apartar la atención de su hermano


antes de que Alstair cediese al impulso evidente en su cara y estrangulase al hermano
de Dean.

—Lo mismo, — Porter irrumpió, dando la mano a Dean.

El pobre exfantasma obviamente vio la misma expresión en la cara de Alstair que


Dean.

—¿Por qué no cogéis unas sillas y os unís?— Dean preguntó.

—Tú decides, —Alstair dijo a Porter. —Tú eres el que quería venir aquí.

Porter asintió. —Nos encantaría unirnos.

Dean pensó que Porter exageró la situación. A Alstair no parecía importarle una u otra
cosa.

Tras unos minutos para coger las sillas y sentarse, hicieron el pedido a la camarera
gnoma.

—¿Qué os trae de nuevo a la escuela?— Dean preguntó.

—Hades me ha pedido que ayude a elegir al próximo director, —Alstair dijo.

—Excepto que, en cambio, ha propuesto a Alstair como candidato, —Porter intervino.

—Sin decírmelo, —Alstair añadió.

—Oh.— Dean no sabía lo que decir. 40


—¿Qué vas a hacer?— Dan preguntó. —¿Quieres ser director?
—No particularmente, —Alstair dijo. Abstraídamente frotaba los dedos de su mano
derecha por la espalda de Porter como preocupación. —Lo que quiero es que me dejen
en paz para hacer mi trabajo de Segador pero obviamente Hades tiene otros planes. No
es bueno enfrentarse al deseo de un dios.

Dean podía apreciar el dilema del Segador. Desafiar a un dios, especialmente el que
dirigía el Inframundo, podía traer horribles repercusiones. Y convertirse en el nuevo
director podía ser un dolor de cabeza de un calibre mayor. —Es complicado, —se
compadeció.

—Gracias, —Alstair dijo. Miró a Devin. —¿Qué hace Elijah estos días? Hades dijo
que no podía ponerse en contacto con él.

Devin frunció el ceño. —Bueno. Ha estado trabajando en bloquear fuerzas externas,


puede que por eso no pueda contactarle Hades. Le diré a Elijah que afloje un poco.

—Gracias. Me gustaría ir y visitarle en persona para poder dar un reporte a Hades.


¿Aún estáis en la misma habitación?

Una tonta sonrisa cruzó la cara de Devin. —No, nos hemos mudado a un apartamento
fuera del campus. Ahora mismo estamos intentando decidir dónde queremos
establecernos en el futuro. Le diré que te llame para organizar una cita.

—Gracias. ¿Te quedarás cerca de tus hermanos después de graduarte?— La mirada de


Alstair pasaba de un hermano a otro como si intentarse medir sus opiniones.

—Sí, planeamos construir un negocio juntos. Nuestra magia funciona mucho mejor
combinada. —

Devin jugaba con la pajita de su bebida mientras hablaba.

Tuvieron muchas conversaciones nocturnas sobre lo que harían cuando se graduasen.


Aún tenían que tomar decisiones para concretar. También tenían que tener en cuenta
lo que sus compañeros querían.

—¿Va a querer tu compañera cambiaformas lobo dejar la manada?— Porter preguntó


a Dean.
41
Dean levantó la cabeza. —¿A qué te refieres?— Esperanza tartamudeaba en su
corazón. ¿Podía atreverse a creer que Porter estaba diciendo lo que él creía?
—Aquélla chica con el pelo largo marrón y grandes ojos marrones. No ha dejado de
mirarte desde que nos sentamos. Asumí que los dos teníais algo juntos, especialmente
porque veo los hilos que os unen.

—¿Qué hilos?— Alstair hizo la pregunta que ardía en los labios de Dean.

—Los hilos de relación. Todo el mundo los tiene. ¿Los podéis ver?— Porter miró a
cada uno de ellos como si esperase que coincidiesen con él.

—No, Porter, nadie más que tú los ve. —Alstair palmeó al ex –fantasma en la espalda
como si tratara de tranquilizarle.

Dean no sabía por qué. Era un poder alucinante.

—Oh. —Porter se dejó caer en el asiento como si quisiera desaparecer.

—Hey, amigo, es una gran habilidad. Ahora Dean puede dejar de ser una perra llorona
y pedir salir a Daniela, — Devin dijo.

—¡Hey!— Dean arrojó una pajita a su hermano, que terminó con cosas volando de un
lado a otro hasta que su camarera apareció.

—No me hagáis echaros de aquí, chicos. Sois unos de mis clientes favoritos y
enfadaría a Jay, —la gnoma dijo dejando las bebidas para Porter y Alstair.

—Y no queremos que eso ocurra, —Dean afirmó. Todos los gnomos adoraban a su
amigo Jaynell porque liberó a un montón de ellos de maestros pobres.

La gnoma asintió. —Vuestras pizzas están listas pronto. —Desapareció de nuevo con
un ruido en el aire.

—Tienen un servicio rápido aquí, —Porter dijo.

Dean bloqueó lo que estaban hablando porque regresó su atención a Daniela. Durante
su discusión, se encontró con su mirada regresando a ella mientras que todos hablaban
a su alrededor. ¿Había una oportunidad de que fuese su compañera?

—Ouch. —Se frotó el hombro y miró a Dan. —¿Por qué me has golpeado?
42
—¡Porque en vez de suspirar por ella, deberías pedirla salir!

—¡Podías haberlo dicho. No tenías que golpearme!


—No habría sido tan divertido. —Dan rió.

Dean gruñó a su hermano. —Idiota.

—Ves, pareces uno de ellos ya. —Dan le empujó. —¡Ve ahora!

Miró alrededor de la mesa pero no vio apoyo, todos estaban del lado de Dan. —Bien.

Con su corazón martilleando como un timbal en su pecho, Dean se levantó y acercó a


la mesa de las cambiaformas. Todas pararon de hablar y cuatro pares de ojos le
consideraban descontentas. —Siento interrumpirlas, chicas, pero me gustaría hablar
con Daniela.

Una amplia sonrisa cruzó su cara. —Claro. —Dio un empujoncito a su amiga para que
se levantase para poder salir de la mesa. Después de reorganizarse un poco, Daniela
siguió a Dean al exterior para tener un poco de privacidad.

—¿De qué querías hablar?— Retorció el final de su coleta en su dedo índice y miraba
a todas partes excepto a Dean. Un adorable sonrojo coloreaba sus mejillas e hizo a
Dean querer llevarla a sus brazos y protegerla del mundo.

—Me preguntaba si querrías salir alguna vez conmigo

Daniela sonrió. —Claro, me gustaría.

—¿Qué tal el sábado? Podríamos ver una película o algo.— Dean quería golpear su
cabeza contra la pared del restaurante. ¿Cómo podía pedirla salir y no tener ni idea de
adonde llevarla? No había pensado enteramente en todo esto. Sus hermanos se estarían
riendo hasta reventar. Por supuesto que considerando cuántos errores cometieron en
sus propias relaciones, no podían hacerle sufrir mucho.

—Una película suena bien, pero hay una reunión de la manada este fin de semana y es
obligatorio asistir.

—Oh. —La decepción revolvió su estómago y presionó un peso en su pecho.

—Podrías unirte a nosotros si quieres. Eres amigo de Jay, después de todo.

La tímida y esperanzadora sonrisa de Daniela selló el trato. —Seguro, puedo hacer 43


eso.
Si planeaba ser parte de su vida necesitaba conocer a su familia mejor. Después de
todo, sus amigos más cercanos estaban emparejados en la misma manada por lo que
no era como si no conociese a nadie aparte de Daniela.

—¡Genial! El sábado a las ocho.

Daniela sonrió. —Vale. —Se inclinó, le dio un beso en la mejilla y volvió a entrar
dentro, dejando a Dean disfrutar del brillo del éxito. La preguntaría sobre ser
compañeros más tarde. Sabía que Kevin y Jaynell habían sido reclamados por sus
compañeros cambiaformas nada más verles. Puede que fuese diferente para las
cambiaformas hembra – tenía que preguntarlo. No quería romper ninguna regla en sus
primeras citas. Contento de sus progresos, volvió al restaurante y se sentó con su
grupo.

—¿Bien?— Dan preguntó cuándo Dean no derramaba sus secretos inmediatamente en


la mesa.

—¿Bien qué?— Sabía lo que sus hermanos querían pero disfrutaba torturándoles un
poco primero. Con todas las burlas que le dieron, se merecían un poco de venganza.

—¿Qué ha ocurrido?— Dan preguntó.

Porter y Alstair comían su pizza, que debió llegar mientras que hablaba con Daniela.
Aunque ya se había terminado la suya, miraba su pastel con envidia. Tenía buena
pinta.

—¡Dean!— Devin frunció el ceño.

—Me ha invitado a la reunión de la manada del sábado. —Dean sonrió. La alegría en


la cara de sus hermanos se añadió a la suya. Siempre era agradable que sus hermanos
le apoyasen.

—Felicidades, —dijo Porter. El hombre delgado sonreía como si compartiese la


alegría de Dean por conseguir una cita con la mujer de sus sueños.

—Gracias. Ahora sólo tengo que investigar la forma adecuada de cortejar a una
cambiaformas. —Dean frunció el ceño como si considerase posibles obstáculos en su
romance.
44
Devin inhaló. —Ya has visto como lo hacen. Dicen mío y agarran a su compañero.
—Daniela no es como los demás. Es tímida. —Al menos esperaba que ese fuese el
problema. Si se debía a que no estaba interesada en él, saldría realmente
decepcionado.

—Estoy seguro de que todo va a salir bien, —Alstair dijo.

Dean no sabía si todo saldría bien o no pero se negaba a vivir con el lamento de no
haberlo intentado. Asintió pero no habló. En su lugar, alcanzó el batido. Al menos si
tenía escalofríos lo atribuirían al frío helado.

El grupo habló un rato mientras que terminaban sus batidos. Alstair se puso de pie
después decir a Devin que Elijah se pusiese en contacto con Hades. Los dos salieron
después de la advertencia.

—Sería un buen director, —Devin dijo, viendo a Alstair salir.

Dean asintió. Alstair tenía un aire de mando que Dean dudaba mucha gente pudiese
igualar.

45
Capítulo 5
Porter se mantuvo tranquilo mientras regresaban a su habitación. No sabía cómo decir
a Alstair que quería desnudarle y lamerle todo el cuerpo. ¿Había un libro etiquetado
respecto a seducir a un sexi hombre mayor? ¿Y si lo había, cómo podía llevar a sus
manos una copia?

—¿Estás bien?— Alstair consideró a Porter con una ceja elevada y un destello de
diversión en sus fríos ojos.

—Estoy bien. Sólo pensaba. —Sus mejillas ardían, sin duda tiñendo su piel de un poco
atractivo rojo moteado mientras consideraba todas las formas en que quería a Alstair.
Sus fantasías superaban ampliamente su experiencia.

—¿Sobre qué?

Afortunadamente cuando Alstair abrió la puerta, Perséfone se precipitó de donde había


estado escondida. La Gata del Infierno gimió hasta que Porter la cogió. Su pelaje se
agitaba con fuego pero no quemaba a Porter, nada en el infierno lo hacía.

—Eres inmune al fuego del infierno. Interesante.

—¿Por qué es interesante?—Aunque era práctico, no pensaba que fuese


particularmente interesante.

—¿Hace cuánto tiempo que eres inmune?

—Desde siempre, me imagino. —Levantó a la Gata del Infierno. —Al menos siempre
he podido sostenerla.

—Hmm. —Alstair se frotó la barbilla mientras que les examinaba. —Me pregunto si
ella te da esa habilidad. Si llega a ser tu avatar podrías compartir sus habilidades.

—Huh. —Porter rascó a la gata bajo la barbilla. Un ronroneo vibró bajo sus dedos.
—¿No eres la dulce pequeña felina? 46
Pers se frotó en sus dedos, buscando más caricias.
—Criatura mandona. —Alstair sacó a la gata del alcance de Porter y la puso en una
silla junto a la puerta. —Suerte que todas las habitaciones sean a prueba de llamas.

—¿Lo son?— Porter no había pensado en las llamas de la Gata del Infierno. Estúpido
por su parte. —¿También eres inmune al fuego del infierno?

—Todos los Segadores lo son, —Alstair dijo. Caminó hacia Porter y se paró a
centímetros de distancia. —Te voy a dar una última oportunidad. ¿Aún me quieres?

—Oh sí, —Porter necesitó llenar su voz. No tenía sentido intentar esconder su deseo,
no cuando deseaba tener sexo con Alstair. Podría haber tenido breves ideas de seducir
al hombre mayor pero se desvanecían con la realidad de la cercanía de Alstair. Nunca
podría haber engañado a Alstair. El Segador tenía experiencia y era demasiado
inteligente para caer en los pobres planes de Porter. Aun así lograría su primer
objetivo. Conseguir que Alstair tuviese sexo con él no era lo mismo que seducir al
hombre, pero dudaba conseguir nada mejor que esto.

—¿Te vas a desnudar?— La diversión en el tono de Alstair rompió la introspección de


Porter.

Porter tragó el nudo formado por los nervios en su garganta. Sus dedos temblaban
cuando agarró el borde inferior de su camisa.

Alstair rodeó con sus manos los dedos de Porter como hizo la primera vez. El
protector movimiento alivió alguno de los temores de Porter.

—No tenemos que hacerlo si no quieres.

—Ya lo has dicho. —Porter atrapó la mirada de Alstair y los pocos restos de
nerviosismo se esfumaron como un globo al reventar, escapándose en una rápida
oleada. —Estoy bien. Sólo un poco nervioso.

La gentileza de Alstair alejó los pequeños fragmentos de duda. El nigromante tenía


una cálida sonrisa que estaba en desacuerdo con su duro exterior. Porter soltó un
amplio respiro que ni siquiera sabía que estaba aguantando.

—Lo tomaremos con calma. Si quieres parar en cualquier momento, dímelo. —Alstair
ahuecó la cara de Porter con un agarre cuidadoso. —Lo digo en serio.
47
—Lo sé. —Porter parpadeó para eliminar lágrimas inesperadas. —No sé qué está mal
conmigo.

—Absolutamente nada. —Alstair sacó la camiseta de Porter y situó un suave beso en


su clavícula, la piel rugosa de Alstair por la sombra de las cinco se deslizaba contra su
piel.

Ahora, en medio de tener sexo tenía la repentina urgencia de redimirse.

—Planeé seducirte, —dijo. Inclinó su cabeza para dar a Alstair más piel para explorar.

—Bien. Estás haciendo un buen trabajo. Te doy un sobresaliente por el esfuerzo.


—Alstair se arrodilló y mordió el pezón izquierdo de Porter, no lo bastante fuerte para
hacerle daño pero sí lo suficiente para provocar rayos de electricidad por su cuerpo.

Porter olvidó lo que había querido decir. Ahora, con Alstair deslizando su cremallera y
sacando su polla, nada más parecía tener importancia. Duros y callosos dedos tomaron
su vara y apretó sus puños para resistirse a la urgencia de agarrar a Alstair por el pelo
y tirar para acercarle.

Alstair lamió la punta de la polla de Porter y atravesó la hendidura como si tratase de


extraer el sabor usando su lengua como una espada. —Oh, joder.

—No te preocupes, bebé, lo haremos. —Alstair se puso de pie, liberando a Porter


cuando se levantó.

Porter apretó los dientes para resistir su instintiva protesta. No quería que Alstair se
moviese. Tener al nigromante arrodillado delante de él tenía que ser la vista más
hermosa del mundo.

—Vamos a la cama. No quiero que te caigas. —Alstair volvió a poner los pantalones
de Porter sobre su erección y entrelazaron los dedos.

La cortesía agitó un poco el corazón de Porter. Algunos podrían considerar a Alstair


frío y sin corazón pero no debían haber visto el lado gentil del duro hombre.

Caminar a la cama les llevó diez pasos. Porter los contó. La ansiedad trató de tomar
los mandos otra vez pero Alstair liberó la mano de Porter para quitar su camiseta y 48
destruir cualquier esperanza de Porter de formar palabras. Había visto esa visión antes,
de hecho hace unas pocas horas, pero toda esa piel expuesta aún producía corto
circuito en la mente de Porter.

—¿Estás bien?— Alstair examinó a Porter con una asombrosa intensidad.

—Sí. —Porter se aclaró la garganta. —Sí, estoy bien. —Se sentó en la cama para
quitarse los zapatos y distraerse un poco. Si continuaba así, se correría en los
pantalones con la simple vista de Alstair. El hombre no tenía ni idea de cuánto
afectaba su cuerpo a Porter.

Sin un sonido, Alstair se quitó sus propios zapatos y después cada fragmento de tela
en su cuerpo.

Los dedos de Porter tropezaron con los cordones y un suave gemido salió de sus
labios.

—¿Necesitas ayuda con eso?

Levantó su mirada de la enorme erección que apuntaba convenientemente hacia él


para encontrar la mirada de Alstair. Se tragó un gemido. —Um, si me tocas ahora
mismo me voy a venir, — admitió.

La rica risa de Alstair bajó por la espina de Porter. Haría cualquier cosa para
escucharla de nuevo.

—Lo haces sonar como algo malo. Estoy bastante seguro de que podría ponerte duro
de nuevo. —La simple confianza en el tono de Alstair hizo que Porter filtrase pre
semen en su ropa interior.

Tuvo que tomar un par de profundas respiraciones para recuperar su compostura.


Tirando de los cordones, finalmente los liberó y pudo sacar sus zapatos y tirarlos al
suelo en un ataque de nervios. Su zapato derecho rebotó por las tablas de madera unos
pocos pies antes de deslizarse bajo una silla y el izquierdo casi tiró una lámpara.

—Trata de mantener el daño al mínimo, bebé. La criada sólo pasará por alto un poco.

Porter se sonrojó. Pronto el rojo se convertiría en su color normal, por lo a menudo


que se avergonzaba frente a Alstair. —Lo siento. 49
—No hay problema. Déjame que te ayude un poco.
Antes de que Porter pudiese preguntar lo que quería decir, Alstair desabrochó los
pantalones de Porter y se los quitó. Los arrojó por encima de su hombro y Porter
escuchó algo golpear el suelo.

—Oops, —Alstair dijo, sus ojos brillaban con diversión. —Me imagino que Hades
correrá con los gastos.

El resto de la ropa de Porter fue eliminada con rápida eficacia. Estaba en posición
horizontal con un cuerpo caliente presionándose contra él antes de que pudiese decir
qué bonita polla tienes.

—Mm, te sientes incluso mejor desnudo, —Alstair ronroneó. —Bésame.

Los labios de Alstair se cernieron sobre los de Porter, forzándole a apoyarse si quería
un beso. —Ven aquí.

—Si me quieres, tómame, precioso, —Alstair se burló.

Porter enredó sus piernas con las de Alstair y con un rápido impulso dio la vuelta al
hombre hasta que Alstair estaba bajo él. Sin dejar que los nervios tomasen el mando,
presionó sus labios contra los de Alstair. El Segador abrió su boca, permitiendo que
Porter accediese al interior sin resistencia. Incapaz de resistir tan obvia invitación,
Porter violó la boca de Alstair y deslizó su lengua dentro.

El suave gemido de Alstair fue como ganar una medalla de oro. Orgullo surgió a
través de Porter y una recién adquirida confianza le dio valor para deslizar su mano
entre sus cuerpos y tocar el objeto de sus más recientes fantasías.

Levantó su boca para aspirar el muy necesitado oxígeno.

—¿Quieres follarme, Porter?— Alstair preguntó.

—No. Te quiero dentro de mí. —Porter podría tener dudas sobre la mejor forma de
conseguir su venganza pero cuando se trataba de Alstair no tenía ninguna duda.

—Coge el lubricante de tu bolsa. —La voz de mando de Alstair sólo endureció más a
Porter.
50
Salió con dificultad de la cama y casi tropieza con su errante zapato antes de alcanzar
la bolsa. —Maldita sea, — maldijo mientras cruzaba la habitación.
—Tranquilo, bebé, no quiero tener que ir a por un sanador.

—Sí, yo tampoco. —No se podía imaginar cómo podía ir esa conversación. Después
de buscar rápidamente en su bolsa, sacó el lubricante y los condones con un grito de
victoria. Los ondeó ante la mirada divertida del nigromante y regresó a la cama.

—Sobre las manos y rodillas hará que sea más cómodo para ti, —Alstair dijo. Se
incorporó para recibir a Porter en la cama con suaves toques y gentiles besos.

—Pero quiero verte, —Porter protestó.

—Puedes mirarme la próxima vez.

Porter dudó un minuto. En todas sus fantasías Alstair le miraba mientras que tenían
sexo pero puede que fuese hora de apartarlas a un lado y hacer espacio para el hombre
real. —De acuerdo, si crees que es mejor.

—Prometo hacerlo tan bueno como sea posible para ti.

—¿Y qué hay de ti? No quiero que todo se base en mí. —Podría ser su primera vez
pero si Alstair no lo disfrutaba presentía que el nigromante no regresaría a por más. El
educado desinterés de Alstair sería peor que un rechazo total.

Alstair besó a Porter. Cuando separó su boca, se lamió los labios. —No me preocupa
no disfrutar. Planeo pasar un buen rato.

—Oh, bien. Si estás seguro. —Porter se movió alrededor de Alstair y se puso sobre
sus manos y rodillas. —¿Así?

—Sí. —El rudo tono de Alstair hizo que Porter le mirase sobre su hombro. La lujuria
en la expresión de Alstair aumentó la auto estima de Porter más que un diccionario.

Contoneó su culo a Alstair, quien lo golpeó. Porter rió. No había esperado este lado
desenfadado de Alstair. Pensaba que el Segador sería demasiado intenso para los
juegos previos. La sorpresa se convirtió en placer cuando Alstair le metió un dedo
lubricado. La picadura inicial desapareció rápidamente cuando Alstair rozó algo
mágico dentro.
51
—¡Justo ahí! ¡De nuevo!

—No me hagas nalguearte por ser mandón,— Alstair dijo.


—¿Es una amenaza o un incentivo?

La rica risa de Alstair se vertía sobre él como una manta arropando su alma.

Un beso en el centro de su espalda le tenía buscando el toque de Alstair. Cuando el


Segador metió un segundo dedo, Porter se relajó ante el dígito invasor.

—Tan caliente y sedoso dentro, — murmuró Alstair.

Porter no sabía qué responder. Se imaginaba que todos tendrían el mismo interior pero
si le encendía a Alstair no pondría ninguna objeción. Alstair situó algunas almohadas
bajo la entrepierna de Porter para darle una mejor altura.

—Me voy a venir en estas almohadas, —advirtió.

—No te preocupes, tengo un hechizo para limpiarlas.

—Práctico. Quizás me lo puedes enseñar en algún momento.

—No lo necesitarás sin mí. —Porter no tenía respuesta para la confianza de Alstair de
que sería el único amante de Porter. Entonces Alstair dobló sus dedos y a Porter no le
importó nada más que el toque del nigromante y lo que podía hacer para aumentar el
placer de Porter.

Alstair sacó sus dedos y no se molestó en reprimir el gemido de descontento.

—Tranquilo, bebé, ya regreso.

Porter miró sobre su hombro para encontrarse con Alstair envolviendo el condón sobre
su erección.

—Pensaba que los Segadores no necesitaban condones.

—Ya que soy medio fantasma uso protección. No quiero arriesgarme a que pase algo.
Además he comprobado que los amantes están más tranquilos con una barrera física.

La experiencia de Alstair envió lanzas de celos a Porter. No tenía derecho a quejarse


por la vida sexual del Segador. No tenían una relación y prácticamente se acababan de
conocer. No tenía mucho tiempo para pensar en ello de todas formas porque Alstair se 52
estaba abriendo camino en su interior y Porter tenía que usar su última célula cerebral
restante para forzar a su cuerpo a relajarse y aceptar la invasión. Una vez que Alstair
estaba completamente en el interior de Porter, esperó.

—Dime cuando estés preparado.

—¡Ahora! ¡Estoy malditamente preparado ahora, muévete!

Alstair rió, su respiración bañaba la nuca de Porter en una oleada de calor. —Qué
agresivo.

Porter se contoneó contra Alstair. El nigromante agarró las caderas de Porter con sus
grandes manos. —Yo me encargo, bebé, no te lastimes.

En un lento y controlado movimiento Alstair salía para volver a entrar en una serie de
embestidas superficiales que tentaban a Porter con el sabor de lo que podía ser si
Alstair se dejaba ir.

—Por favor, —Porter empuñó las sábanas con su agarre sudoroso. El calor del cuerpo
de Alstair y la desesperación de Porter aumentaban la temperatura de la habitación.
Una fina capa de sudor cubría su cuerpo y el olor almizclado del deseo y a macho
caliente llenaba su nariz. No importaba cuántos otros amantes tuviese, este momento
quedaría grabado y atesorado en su memoria.

—¿Listo?— Alstair preguntó, como el amante más cortés.

—¡Sí!— Le salió en un gemido, pero no pudo evitarlo.

—Bien. Vamos a ello.

Entre el diálogo y la acción no hubo a penas espacio. Alstair tomó las palabras de
Porter y empezó una serie de duras embestidas al borde del orgasmo. —Oh, joder. —
Rayos de deseo, como rayos le asaltaban hasta que dejó de ser una persona física y en
su lugar se transformó en un ser de puro deseo.

—¿Te quieres venir?— Alstair rodeó con una mano la erección de Porter, apartando la
almohada para dar a Porter algo más concreto para embestir.

—Siii,— Porter siseó. Su cuerpo dolía con la necesidad de liberarse.


53
—¡Vente!— Alstair ordenó.
Porter chillaba mientras que se arrojaba al oscuro abismo y derramaba su liberación en
la suave almohada bajo él.

El profundo gruñido de Alstair reveló que su amante le siguió en su caída. Una serie
de suaves besos desde la nuca hacia su espina precedieron a la salida lenta de Alstair.
La suave brisa y el sonido de movimiento detrás de él le advirtió que su amante se
alejaba.

Un duro agarre en su hombro le hizo rodar. Alstair dijo un hechizo que Porter no pudo
captar y un paño fresco limpiaba su gastada polla. —¿No hay hechizo para eso?—
Porter preguntó, elevando una ceja ante la tierna acción de Alstair.

—Sí, pero prefiero disfrutar de un toque manual, —Alstair dijo antes de limpiar bajo
las pelotas de Porter.

Se arqueó ante el toque de Alstair, asintiendo silenciosamente.

Una vez satisfecho de que Porter estuviese completamente limpio, Alstair desapareció
en el cuarto de baño un breve momento y regresó sin la ropa para acurrucarse junto a
Porter. —Descansa. Tenemos un día complicado mañana.

Porter apenas terminó de asentir antes de caer dormido.

54
Capítulo 6
La luz del sol despertó a Alstair. Con los ojos aún cerrados, se adelantó para tocar piel
cálida y suave.

—Buenos días. —La ruda voz de Porter revitalizó a Alstair tan rápido como una taza
de café con triple cafeína.

Mantuvo sus ojos cerrados mientras enrollaba su brazo en la cintura de Porter y tiró de
él hasta que Porter estaba acurrucado en los brazos de Alstair en posición de cucharita.
Colocando su cara en la nuca de Porter, se acurrucó en el calor. La pasada noche
encontró lo que siempre quiso en un amante y se negaba a permitir que la realidad
arruinara la perfección del momento. Ignoró la parte indignada de su mente que
demandaba que investigase por qué tenía la desesperada urgencia de acurrucarse.
Normalmente nada más correrse Alstair mandaba por la puerta a su compañero de
cama. Sin embargo, atrajo a Porter más cerca.

—Estás frío, —Porter rió.

Alstair gruñó pero no liberó su agarre. La cercanía de la pasada noche le suavizó a un


nivel más profundo. Tenía que abordar la necesidad de venganza de Porter mientras
que hacía las pruebas para director pero se negaba a dejar que Porter le dejase. El
hermoso mago le pertenecía a él y no le permitiría marchar sin luchar.

—¿Cómo estás?— Alstair abrió los ojos, reacio a enfrentar el mundo, pero interesado
en lo que pensaba Porter.

Porter luchó un poco, pero se las arregló para girarse en los brazos de Alstair,
involuntariamente presionando sus erecciones mañaneras.

—Mm, bueno.

Porter tarareó y se acercó más hasta que pudo poner su cabeza en el hombro de Alstair
como un gatito necesitado rogando por caricias. Alstair agradecido, pasaba sus dedos 55
por el pelo desordenado de dormir de Porter.
—¿No fui muy rudo contigo?— Alstair se estremeció al recordar la dura paliza que
dio al culo virgen de Porter.

—Estoy genial. —Porter se contoneó un poco y soltó un estrangulado gemido. —De


acuerdo, puede que un poco dolorido pero ha valido totalmente la pena.

Alstair sonrió. Si los habitantes del Inframundo pudiesen verle ahora perdería algunos
de sus puntos de tipo duro. Tras un revolcón en las sábanas, Porter le tenía comiendo
de su mano.

—Te puedo hacer un hechizo, —se ofreció. No tenía mucha experiencia con la magia
curativa, pero algunas cosas eran universales. La mayoría de los magos podían
eliminar pequeños dolores.

—No. —La rápida respuesta de Porter hizo sonreír ampliamente a Alstair. Podía sentir
como su boca se estiraba en una forma desconocida que se estaba haciendo más
frecuente según pasaba más tiempo con el joven mago.

—¿No?— No podía resistir burlarse.

—No. Me gusta sentirte o al menos sentir las consecuencias de tener sexo. Es como si
me reclamases.

La polla de Alstair se sacudió ante las palabras de Porter. Maldita sea si no quería
reclamarle de nuevo.

Alcanzó el lubricante.

—No sé si puedo tomarte tan pronto, — Porter dijo, su tono pesado con lamento.

—Está bien. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer. —Alstair echó una pequeña
cantidad de lubricante en su palma. —Retrocede unos pocos centímetros.

Alstair mordió sus labios para aguantar su protesta instintiva. La repentina pérdida del
calor corporal le tenía ansioso por un mayor contacto. Los centímetros que les
separaban parecían ser millas.

—Hey, estoy aquí, —Porter pasó sus dedos por la mejilla de Alstair como si se
56
hubiese asomado en la mente de Alstair y viese el disgusto por la distancia.
—Sí. Bien. —Era demasiado pronto para profundos debates psicológicos o tiernas
palabras de deseo. Alstair perdió la mayor parte de su gentileza por sus años de
trabajar como Segador y no sabría qué decir de todas formas. Pero una mirada cálida
de los ojos de Porter y Alstair deseaba poder juntar las palabras perfectas, atarlas en un
lazo brillante y regalárselas a su amante.

Alstair rodeó con su mano ambas erecciones y usó la otra para colocar un mechón de
pelo tras la oreja de Porter. Un gemido salió del pecho de Porter. Alstair sonrió. —¿Te
gusta?

—Uh, no. Lo odio. Hazlo otra vez.

Los hombros de Alstair se agitaron con la risa. Otros amantes habían conducido a
Alstair a la locura con la lujuria pero ninguno le había hecho reír tanto como Porter.
Alegría se extendió en su pecho, una flor de felicidad floreciendo bajo la
consideración de Porter, alimentándose del afecto en lugar de la luz del sol.

Alstair mantuvo su toque firme pero no demasiado duro mientras que deslizaba el
agarre de sus varas hacia arriba y abajo. —Quiero ver cómo te derrumbas sólo con el
toque de mi mano.

—Continúa así y no creo que tengas ningún problema, —Porter dijo con palabras
rasgadas. El joven mago se lamió los labios dejando un brillo de humedad detrás.

Alstair apenas pudo resistirse a tomar la boca de Porter con la suya pero no quería
compartir su aliento mañanero y alejar a su amante. Alstair no había estado así de
cautivado con nadie antes.

Jadeando, gimiendo y empujándose al toque de Alstair, Porter se vino con un fuerte


chorro de semilla y un alto grito. Si los muros no tuviesen hechizos anti ruido, Alstair
estaría preocupado de que sus vecinos viniesen a ver quién estaba siendo atacado. La
calidez salpicando su estómago provocó la liberación de Alstair. De mala gana, abrió
su mano y soltó sus relajadas pollas.

Porter besó la mejilla de Alstair. —Gracias.

—Vamos a ducharnos. —Aunque Alstair podía lanzar un hechizo, la idea de estar 57


mojado junto a Porter tuvo a su erección valientemente intentando levantarse.
—De acuerdo. —La tímida sonrisa de Porter agitó el corazón de Alstair.

La ducha duró más tiempo con Porter volviéndose juguetón bajo el chorro del agua
pero Alstair no se quejó. Disfrutaba al frotar sus manos enjabonadas por el cuerpo de
Porter.

Salieron media hora más tarde. Relajado, Alstair se vistió con el zumbido del buen
sexo vibrando en su cuerpo. No podía recordar la última vez que había estado relajado
en la presencia de otro.

A Alstair no le gustaban las relaciones.

Esto sólo podía terminar malamente.

Un golpe en la puerta interrumpió sus inquietantes pensamientos.

Indicó a Porter que retrocediese. No sabía quién estaba al otro lado. Al abrir la puerta
apareció un hombre delgado con el pelo naranja brillante y un anillo de plata en la
nariz. No parecía amenazante pero Alstair sabía que no se debía juzgar sólo por las
apariencias.

—¿Es usted Alstair Gorman?

—Sí.

—Soy Minius Fortin. El comité me pidió que les recogiese para el desayuno. Tienen
treinta minutos para comer antes de que comience la competición.

—¿También estoy invitado?— Porter miró sobre el hombro de Alstair.

Minius revisó la hoja en su portapapeles. —Sí, aquí dice que Mr Morgan tiene un
acompañante. Hay un sitio reservado para usted.

Alstair rodeó con su brazo la cintura de Porter. No habría ido sin su amante a ningún
sitio a pesar de las demandas de Hades. —Bien.

La sonrisa que Porter dirigió a Alstair le hizo erguirse con orgullo. Satisfacción le
atravesaba como el cálido rayo del sol.
58
—Estoy preparado si tú lo estás, —Porter dijo situándose más cerca.

—Sí, vamos. —Salieron de su habitación y cerraron la puerta tras ellos.


—¿Podrían seguirme?— El mensajero no esperó a ver si accedían, simplemente dio la
vuelta y se dirigió al pasillo.

Alstair hizo señas a Porter para que fuese delante de él. Quería a Porter entre Alstair y
el mensajero para que no existiese la oportunidad de que se perdiera. Algunos de estos
viejos edificios tenían retorcidos pasadizos y si Porter llegaba a desorientarse podía
perderse.

Caminaron detrás de Minius quien les sacó del edificio y cruzaron el campus. Alstair
tuvo un flashback cuando pasaron por una plaza donde Elijah había visto un montón
de fantasmas. Liberó su magia nigromante y docenas de espíritus pasaron a la otra
vida. Quizás si se convertía en director, podía convencer a algunos de ellos para que
siguiesen adelante. Por el estilo de su ropa, algunos de los fantasmas llevaban allí
siglos.

—¿Viene, Mr Morgan?— Minius le llamó.

—Sí, lo siento.

Su guía les llevó a una gran sala de reuniones donde establecieron varias mesas y
grupos de personas se agrupaban alrededor de sus tazas de café como si el oscuro
brebaje pudiese revelar los secretos del universo.

—Hay un buffet por allí. Coged cualquier sitio libre. Se le pedirá que se presente
cuando sea hora de valorar a los solicitantes. —Con esas ominosas palabras, su
mensajero se fue.

—Bueno, ese es un cálido recibimiento, —Alstair dijo.

Porter rió. —Sí, muy cálido y confuso.

Intercambiaron divertidas miradas y fueron a por sus platos de comida. Se encontraron


con una mesa mayoritariamente vacía para compartir con el resto de la gente y Alstair
comenzó a lanzarse a por su desayuno inmediatamente. No tenía mucho tiempo para
comer y dudaba que tuviesen descanso para comer. Por alguna razón estaba
extremadamente hambriento y nada parecía saciar su apetito. La tercera vez que
regresó con comida del buffet, Porter le tocó en el brazo. 59
—¿Te encuentras bien?
—No lo sé. Me siento raro. —Desde que llegó a la Academia se había sentido
alterado. Pensó al principio que se debía a su atracción por Porter pero contra más
tiempo pasaba en el campus, menos pensaba que esa fuese la causa. Había algo
seriamente mal aquí y Alstair necesitaba averiguarlo.

Porter acarició el brazo de Alstair para tranquilizarlo. —Creo que estás preocupado
por convertirte en el próximo director o si no tomas el trabajo, por quien será.

—Alguien más en la lista. —No le importaba quien dirigiese la escuela mientras que
pudiese encasquetárselo a alguien fiable. Hades necesitaba aprobar la selección por lo
que Alstair no podía permitir que cualquiera ocupase el puesto.

Porter abrió su boca para hablar cuando un ruido en señal de llamada irrumpió en la
multitud. Un hombre alto estaba en el podio golpeando su vaso de agua de una manera
molesta. Si no paraba pronto, Alstair iba a arrancarle el brazo para que no tuviese que
preocuparse por que la gente hablase o no.

—Damas y caballeros, deseo dar la bienvenida a mis amigos magos a la competición


para convertirse en el próximo director de esta gran escuela. —El mago hizo una
reverencia ante el aplauso. —Soy Wilman Foss, director del comité de dirección y
profesor de Inglés y de las Artes de las Lenguas aquí en la Academia.

—No le recuerdo, —Porter susurró al oído de Alstair.

Alstair negó con la cabeza señalando que estaba de acuerdo. No reconocía al mago
tampoco, pero Elijah no había necesitado clase de inglés, por lo que tuvo un contacto
limitado con los miembros de la facultad.

—Tengo ganas de golpearle, sin embargo, —Alstair admitió.

La sonrisa de Porter iluminó su corazón.

—Tiene ese efecto en mucha gente, —una tranquila voz de hombre habló a su
derecha.

Alstair giró la cabeza para encontrarse con un apuesto hombre moreno con un traje
gris perla sentado en el previamente asiento vacío a su lado. No le vio antes y no había
notado que nadie se sentase.
60
—¿Quién jodidos eres?
El hombre giró su cabeza y Alstair vio el brillo de ectoplasma brillando en sus ojos.

—¡Eres un fantasma! Pero eres muy sólido. —Fuera del Inframundo nunca había visto
un espíritu que pareciese ser una persona normal.

El hombre sonrió con satisfacción. —Soy un maestro fantasma.

Alstair había oído hablar de maestros, poderosos fantasmas que eran tan fuertes en
magia que su muerte creaba un vacío en el éter. Los maestros fantasmas podían vivir
siglos y a la gente sensible a la magia le podía ver como una persona real. Eran
extremadamente raros y difíciles de localizar a menos que supieses donde buscar.
Había sido entrenado para reconocerlos pero nunca se cruzó con uno antes.

—¿Quién eres tú?

—Cuando estaba vivo, era el Director River, el primer director de la escuela.

Wilman comenzó a hablar de nuevo antes de que Alstair pudiese hablar con el
fantasma. Estaba hablando tonterías, de todas formas, todo el mundo sabía que el
primer director fue Mayell.

—Para elegir al candidato adecuado la competición consta de tres pruebas. Han


pasado muchos siglos desde que tuvimos la oportunidad de celebrar una competición
para elegir al director por lo que estamos un poco oxidados con las reglas. —Unas
risas de auto desprecio siguieron a las palabras.

—Me pregunto por qué la directora provisional no está aquí para ayudar, —Porter
susurró.

Alstair se encogió de hombros. Realmente no le importaba pero tenía que preguntar.


Tampoco veía ningún representante del Consejo de Magos. Habría pensado que no
estaban interesados en los resultados. Sin embargo, Wilman y otras dos personas que
apenas reconocía como profesorado, aparecían encabezando del comité. Si Wilman les
presentó, Alstair se lo había perdido.

He consultado los libros y vamos a seguir las reglas para aspirantes. Cuando esta
escuela se creó, el Director Mayell tuvo que descubrir todos los puntos de poder para
situar los edificios apropiadamente. Hemos escondido símbolos en todos los sitios
61
mágicos. No os vamos a decir cuántos hay pero vuestra puntuación dependerá del
número de símbolos que consigáis. Cada símbolo representará un punto, contra más
símbolos, más puntos.

—Hay cuatro, —River dijo a su lado. —Lo sé porque soy quien los descubrió,
— River gruñó.

Alstair no sabía qué pensar del maestro fantasma, pero apreciaba la ayuda. Tenía que
permanecer en las primeras pruebas para evaluar a sus oponentes. Tenía que haber al
menos una persona que pudiese servir como director para la aprobación de Hades. Se
giró para dar las gracias a River pero el fantasma se desapareció tan rápido como
apareció.

—Comenzamos en quince minutos. Tienen tres horas para regresarnos los símbolos.
— Señaló para indicar a las otras dos personas pero seguía sin presentar. Wilman se
sentó de nuevo tras su discurso.

—¿Quién va a observar a los vigilantes?— Porter preguntó. —Terminarán escogiendo


a quien quieran para el trabajo sin que importen los resultados reales.

—¿Crees que harán algo así?— Alstair preguntó. Para ser tan inocente, Porter tenía
una visión escéptica de la autoridad.

Porter se encogió de hombros. —Según mi experiencia los hombres de poder se


corrompen por más poder o la promesa de poder.

El agrio tono de Porter tomó a Alstair por sorpresa hasta que se dio cuenta de que su
amante tuvo su propia experiencia con la corrupción vinculada al poder. Apretó el
hombro de Porter. —Tengo trabajo para ti mientras que estoy fuera. —No podía llevar
a Porter con él y necesitaba hacer algo mientras que se ponía en la búsqueda.

—¿Qué necesitas?— Porter palmeaba el muslo de Alstair en un movimiento


tranquilizador. Alstair no sabía si se habría dado siquiera cuenta. Sonrió ante los
instintos de Porter y palmeó su mano.

—Necesito que vayas a la sala de archivos e investigues sobre el primer director.

—Mayell. ¿Qué necesitas saber de él?


62
—No. —Alstair bajó su voz. —He escuchado que el apellido del primer director era
River. Ve a ver lo que puedes averiguar.
—¿Tienes alguna otra información?— Porter frunció el ceño. —Siempre pensé que
Mayell fue el primero, llamaron a la escuela en su honor.

—Lo sé, pero creo que algo ocurrió hace tiempo y alguien borró su existencia.
— Alstair no creía en las teorías conspiratorias, pero un poderoso maestro fantasma se
merecía alguna atención, especialmente de un Segador.

—Oh, bien. Iré a ver lo que puedo hacer. ¿Qué estás buscando?

—Quiero averiguar por qué le borraron. Alguien cubrió su puesto y quiero saber el
motivo. —Tenía el presentimiento que cuanto más averiguase de River, más cerca
estarían de descubrir más secretos de la Academia. Tenía un mal presentimiento de
todo esto, y aunque esperaba estar equivocado, River no había aparecido por nada. El
director quería que descubriese algo de su pasado. Una lástima que los fantasmas no
pudiesen contestar directamente las preguntas. Los Maestros Fantasmas eran
conocidos por ser criaturas astutas. Aunque Alstair no se hubiese encontrado una
antes, tenían su reputación.

Terminaron la comida en un silencio amigable. Alstair no mencionó su encuentro con


el director River. No sabía lo que hacer con el fantasma y no quería que Porter atrajese
la atención del fantasma. Un vengativo Maestro Fantasma podía causar grandes daños.

Después de dar un beso de despedida a Porter, Alstair fue a unirse a los otros
candidatos mientras que Porter se dirigía a la sala de archivos.

Alstair revisó a los competidores. Sabía que Lorentz, Jack Bowen y Ellard Buckart
eran magos con una fuerte magia pero de escasa reputación y Cylina, una
administradora que reconoció de una gran corporación para la que hizo algunos
trabajos. Saludó con la cabeza a los que conocía. La agria expresión en la cara de
Lorentz le animó. Disfrutaba al hacer sentir al hombre incómodo. La forma de ser del
profesor siempre le había molestado.

Wilman comenzó a hablar y apartó la atención de Alstair de los otros. —Caballeros,


gracias por aceptar nuestra invitación para ponerse a prueba para la posición de
director. Comprendo que es un compromiso de tiempo y recursos ya que podrían estar
en el sector privado ganando mucho más dinero. —Soltó otra de sus risas tontas. El 63
tipo se creía divertido, aunque no lo pensasen los demás.

Ninguno de los candidatos habló mientras que esperaban que Wilman continuase.
—Mimi os dará unas cestas a cada uno de vosotros. Poned vuestras señales dentro
para entregarlas. Si regresáis sin vuestra cesta reduciremos puntos, lo que podría ser
decisivo en vuestra puntuación final.

Alstair vio la cesta azul brillante tejida a mano. Parecía una de esas cosas que usan las
mujeres para poner dentro los bebés. Su vida oficialmente apestaba. Medio escuchaba
a Wilman mientras parloteaba. Parecía una prueba muy fácil, podían usar magia y
cualquier otra cosa que se encontrasen. Lo único que no podían hacer era permitir que
otro tocase físicamente las señales. Podían incluso llevar a alguien con ellos para
ayudarles ya que aparentemente el trabajo de director consistía en escuchar a la gente
que tenía cerca. Alstair desearía haberlo sabido antes de dejar que Porter andase por
ahí. No dudaba que el ex-fantasma podía ser una buena ayuda. Alstair se encogió de
hombros mentalmente. No tenía sentido obsesionarse en el pasado. Claro que si
pudiese aplicar eso a todas las demás cosas en su vida, probablemente tendría más
éxito en dejar que desapareciesen sus antiguos demonios.

—Comencemos. Tenéis hasta mediodía para reunir tantas señales como podáis. No
sigáis a los demás concursantes ni miréis lo que hacen tampoco. Se trata de que
descubráis las cosas por vuestra cuenta o con la ayuda de vuestro ayudante. Si se os
pilla acechando a otro candidato seréis eliminados.

Alstair asintió junto con los otros candidatos. Las reglas no eran excesivamente
complicadas. Alstair podía romper fácilmente cada una de ellas. Hades no podía
esperar realmente que se quedase aquí, ¿Verdad? Visiones de pasarse décadas
atascado en reuniones y negociando tediosos contratos nadaban ante los ojos de
Alstair como una pesadilla de la que no podía escapar.

—Con las reglas debidamente anotadas, sentíos libres de comenzar. —Wilman señaló
con la mano indicando la puerta.

Alstair miró su reloj. Tenía tres horas para encontrar cuatro símbolos si River estaba
diciendo la verdad. Por lo que sabía de los muertos, a menudo disfrutaban jugando con
los vivos y hasta que supiese más sobre el fantasma no se tomaría en serio nada de lo
que dijese River. River podía estar engañándole y Alstair no lo sabría hasta que
estuviese delante de Hades explicando cómo dejó que se le escapase la posición. 64
Podría no querer ser el director, pero no quería decir a Hades que había fallado.
Algunas cosas no le interesaban.
—¿Preparado?— River apareció a su lado llevando el mismo traje gris. Alstair se
preguntaba si el director había muerto con ese traje. Los fantasmas raramente se
cambiaban de ropa pero había oído que los Maestros Fantasmas tenían más autonomía.

—Tanto como lo puedo estar.

Los otros candidatos dieron a Alstair distintos grados de miradas desconcertadas pero
les ignoró. No era su culpa que no tuviesen la habilidad para ver a un Maestro
Fantasma. Si bien la escasez de visión fantasmal no le animaba a pensar que ninguno
de ellos sería bueno para localizar potenciales nigromantes.

Alstair se separó de los demás. Tenía una prueba que hacer. Si no pasaba por lo menos
la primera etapa tendría más cosas por las que preocuparse que la pérdida de un
trabajo. El descontento de Hades significaría el posible destierro de Alstair a la
esquina más oscura del Inframundo. No se lo había dicho a nadie, pero Hades tenía la
otra mitad del alma de Alstair. El Dios del Inframundo lo consideraba su derecho
desde que la bruja que trajo a Alstair de regreso se la robó completamente a Hades.
Alstair tenía la esperanza de volver a ganar su alma pero Hades hasta el momento no
parecía digno. Puede que si cogía el trabajo pudiese ganar el suficiente valor para que
Hades considerase finalmente que estuviese completo.

Secretamente dudaba que Hades alguna vez se la entregase. Si Hades dejaba ir a


Alstair, podría crear un mal precedente para otros que esperaban engañar a la muerte.
Suspirando, Alstair pasó la mano por su pelo. No necesitaba mirarse en un espejo para
saber que posiblemente se lo puso de punta haciendo que se pareciese más a un puerco
espín que a un nigromante.

—Ve al sur, —River dijo.

Alstair salió del edificio y se dirigió hacia donde le señaló River. Puede que fuese una
ventaja injusta, pero Wilman dijo que Alstair podía usar su magia y como uno de sus
poderes consistía en hablar con los muertos, usar a River entraba dentro de las normas.
Eso es lo que diría a cualquiera que le preguntase.

Flores florecían por todo el campus. Si no tuviese una competición que hacer, lo
habría considerado un agradable paseo. 65
—¿Quién crees que es el mejor candidato?— Alstair preguntó. Podría entablar
conversación mientras que caminaban por la vegetación. Usando su otra vista, Alstair
vio lanzas de energía estallando desde el suelo delante de él. No sería difícil encontrar
la primera fuente de energía cuando energía azul chisporroteaba y pulsaba en el aire.
El pelo de Alstair se levantó en respuesta a toda la electricidad y sabía que su estilo no
había mejorado con el contacto.

River tarareaba mientras pensaba. —No sé todavía. Lorentz tiene experiencia con los
estudiantes y sabe cómo funcionan las cosas. Tú tienes una gran energía pero siento
una falta de interés en el trabajo y de los otros tres me reservo el juicio por el
momento. Todos estuvieron aquí como estudiantes hace muchos años pero ninguno de
ellos fue excepcional. Hay más potencial en el actual grupo de estudiantes
prometedores que todos vosotros juntos.

Alstair asintió. No podía discrepar. Había algunos estudiantes excepcionales


graduándose. La vieja guardia tendría que dimitir pronto y dejar que sangre más joven
tomase su lugar. Sospechaba que no ocurriría en mucho tiempo. Los hombres y
mujeres al poder tendían a querer mantenerlo incluso cuando pasaban el tiempo de
retirarse a su jubilación.

Atravesando un hueco en las esquinas, Alstair descubrió una gran fuente de tres
niveles en el centro de un pequeño claro. Ningún sendero llevaba a la fuente o
indicaba ningún tipo de camino.

—¿No está permitido que los estudiantes vengan aquí?

—No. Unos directores atrás, un idiota decidió que los estudiantes con mucho poder
eran incontrolables. Escondieron todos los puntos. Sólo las personas con mucho poder
como tú y estudiantes súper fuertes que no lo necesitan pueden encontrar esos sitios.

—Idiota es acertado. La finalidad de esta Academia es que los estudiantes aprendan a


controlar la magia. Si les protegen de sus propias habilidades, ¿Cómo van a poder
manejar las cosas cuando se salgan de control?— Una ira justificada alimentaba los
pasos de Alstair mientras marchaba a la fuente.

—Estoy completamente de acuerdo, —River dijo. El fantasma no parecía afectado por


la ira de Alstair. Simplemente flotaba al lado de Alstair, sus bien herrados zapatos
nunca hacían contacto con el suelo. Si River no hubiese estado flotando, Alstair habría 66
dudado si el hombre era realmente un fantasma. Ahora entendía el dilema de Elijah
para determinar quién era o no un fantasma. Se estremeció un poco al darse cuenta de
que trató al nigromante como un chico no muy brillante en más de una ocasión porque
Alstair no había entendido el problema de Elijah. Se hizo una nota mental para
disculparse con el nigromante la próxima vez que le viese. Afortunadamente, Elijah no
parecía ser del tipo que guarda rencores, a diferencia de Alstair.

Alstair apartó de su cabeza sus reflexiones y buscó en la zona. Encontró una bolsa que
colgaba de una piedra con forma de pezuña de caballo en la parte de atrás de la fuente.
Después de abrirla, cogió uno de los discos redondos guardados en el interior. Era del
tamaño de un disco de hockey y brillaba con magia. Lo metió en su cesta y volvió a
dejar la bolsa donde la encontró. —Me pregunto cuántos van a esconder las bolsas.

River rió. —Es una buena pregunta. Yo lo habría hecho si fuese mi competición.

Alstair no estaba interesado en ganar haciendo trampas. Realmente no estaba en


absoluto interesado en ganar.

Dándose la vuelta en la fuente, se dirigió al camino por el que vino.

—¿A dónde vas?— River preguntó.

—Pensé que sería más fácil localizar los otros tres si estaba en el centro del campus.

—Están en los cuatro puntos. Es como diseñé la maldita cosa. Dirígete al oeste.
— River señaló la dirección contraria a donde se había dirigido Alstair.

—Huh. Bien. —Puede que su acompañante resultase mejor que si Porter estuviese con
él. Por mucho que le gustase el joven, Porter no tenía aún mucha experiencia. Además,
aún no conocía la base mágica de Porter, no es que importase, quería a Porter con una
pasión inusual. Nunca había deseado a nadie como a Porter. Encariñarse de alguien se
acabó después de que la única persona que le profesó amor, le abandonase. Hasta el
día de hoy aún tenía heridas abiertas en su alma.

Alstair se mantuvo en silencio mientras cruzaban el campus. No vio a ninguno de los


otros concursantes. —Me pregunto dónde están los demás.

—Algunos de ellos pueden no ser lo bastante fuertes para ver las fuentes de energía.

—Si no pueden verlas, no se merecen el puesto de director. —No es que lo 67


considerase un gran premio, pero el respeto que conllevaba ser director de esta
escuela, era un beneficio extra, como ser político. La gente intentaría estar en el lado
bueno del director para tener información del joven talento que atravesase el vestíbulo.
Alstair sabía que Hades esperaría el mismo resultado insertando a uno de sus
Segadores en el campus. Alstair podía nombrar a un par de Segadores que podrían
hacer un trabajo mejor y disfrutarlo, pero Hades no confiaba en los demás.

Un destello verde perforó el aire justo adelante.

Alstair siguió un sendero que llevaba a una esquina oscura del campus que ni siquiera
sabía que existiese.

—¿Nunca viniste aquí, ¿Verdad?— River preguntó.

Alstair rió. —No había escuelas para esto cuando era joven. He tomado unas pocas
clases nocturnas, pero nunca he asistido a tiempo completo. Supongo que no dediqué
tanto tiempo como pensaba en explorar campus. Cuando crecía, nos juntábamos para
practicar e intentábamos no matarnos. Algunas veces teníamos éxito. —Bloqueó las
veces que la curiosidad destruyó a los amigos y familia que amó.

La luz verde le llevó a un árbol. Una grieta irregular rasgaba el centro del tronco
dejando un brillante pincho de madera en el centro.

—Extraño.

—La naturaleza tiene una forma de canalizar los poderes humanos que ni siquiera
comienzo a comprender, —River dijo.

—Sí, supongo. —Alstair miró alrededor. La bolsa del árbol colgaba de las ramas
superiores.

—Creo que alguien está haciendo un poco de trampas, —River comentó.

—No hay problema. —Alstair levantó su mano derecha y se concentró. Pasó tanto
tiempo desde que usó sus otros poderes que le tomó un minuto poder conectar.
Primero un flujo, después un torrente de poder le atravesó. La bolsa se deslizó de la
rama y cayó como un ladrillo en la mano que esperaba de Alstair.

—Wow, eso es práctico, —River dijo.


68
Alstair se encogió de hombros. Ya no solía usar mucho su otra magia. Sus funciones
como Segador tendía a hacerlo innecesario.
Curioso, Alstair abrió la bolsa y sacó un símbolo similar al que consiguió en el otro
sitio, excepto que encontró un árbol en un lateral y el sello de Mayell en el otro. —
Número dos. —Lo metió en la cesta y giró para encontrarse a Lorentz detrás de él.

—Supongo que ambos tenemos dos. —Dio a Alstair una sonrisa en la que no
confiaba.

—Supongo, pero en beneficio del juego justo debería volver a ponerla donde la
encontré. —Alstair enfocó su magia en la bolsa y sonreía mientras flotaba a su rama
de nuevo. Las cintas conectaban la madera hasta que colgaba donde Alstair la localizó
en primer lugar. Hizo una reverencia a Lorentz y señaló con una mano al saco.
—Ayúdate tú mismo.

—Gracias.

Alstair escuchó a Lorentz murmurar gilipollas entre dientes pero prefirió ignorarlo.

—¿Dónde está tu asistente?— Vagamente recordaba a una chica rubia permanecer


junto a Lorentz cuando Wilman hizo el anuncio.

—La dije que no la necesitaba para esta prueba. Es una estudiante y no sabe mucho
para ser útil. —El tono despectivo de Lorentz aumentó más el desagrado de Alstair.

—Ya veo.

—¿Y qué hay de ti? ¿A dónde se ha ido tu chico? Me resultó familiar. ¿Está
estudiando aquí?

—No. Dejó de ser estudiante cuando le asesinaste, —Alstair se quebró. Sin otra
palabra, giró y se fue. Se preguntaba qué haría Lorentz con ese conocimiento. Maldita
sea, debería haber dejado que Porter soltase su secreto cuando quisiese. Puntiagudas
lanzas de culpa pinchaban a Alstair. —Le compensaré.

—¿Compensar qué a quién?— River se unió a Alstair mientras salía de la fuente de


poder.

—Porter. Dije un secreto que no debería.


69
—Oh, el chico fantasma. Te perdonará. Prácticamente puedo ver las estrellas en sus
ojos cuando te mira.
Un floreciente dolor de cabeza pulsaba en la frente de Alstair. Se frotó el punto que
dolía en su sien. —No es un chico fantasma.

—¿Por qué no? Era un fantasma y ahora ha regresado. No significa que haya perdido
sus poderes de fantasma.

—¿Qué poderes de fantasma? Yo morí y regresé y no conseguí ningún poder. No sé lo


que estás tramando. —Se negaba a dejar que este tipo inventase cosas de Porter.

—No trato de engañar en nada, —River interrumpió. —Fuiste fantasma sólo por un
breve tiempo y regresaste. Porter murió, se convirtió en fantasma, fue al Inframundo y
regresó de nuevo. Retuvo parte de su magia ya que esa era su especialidad antes.

—¿Magia fantasmal?— Alstair no había escuchado eso antes.

—Es parte de la familia de la nigromancia. Una oscura parte que no mucha gente
recuerda. Es aún más extraño que la nigromancia. Sólo uno entre cincuenta millones
tiene la magia fantasmal y la mayoría muere por ser quemados por ella.

—¿Por qué les quemaría?— Esto no tenía ningún sentido para Alstair.

La expresión de indignación de River tampoco ayudaba a las cosas. —Porque los


vivos no se supone que tengan los poderes de un fantasma. El ectoplasma puede matar
a los vivos más rápido que el veneno.

Alstair se inundó de terror. No podía permitir que le ocurriese nada a Porter. —¿Cómo
lo paramos?

—No podemos. Además, ya no es un problema. Al convertirse Porter en un fantasma,


posiblemente haya salvado su vida. La magia fantasmal no debería ser soportada por
los vivos, motivo por el que generalmente mata a sus anfitriones.

Alstair apretó los puños de temor incluso cuando se tranquilizó pensando que Porter
estaba bien. Después de todo, vio al hombre hace media hora. Alstair resistió la
urgencia de perseguirle y comprobarle.

70
Porter paró en el escritorio de recepción. Una mujer con el pelo gris y más arrugas que
un bulldog le saludó. —¿Qué puedo hacer por ti, hijo?— Su voz rajada por la edad
pero sus ojos tenían un brillo de inteligencia. Apostaba que tenía a los estudiantes a
raya.

—Necesito investigar sobre la historia de la escuela. ¿Tienes informes sobre los


pasados directores?— Pensó en ir a la biblioteca a por la información pero Porter
quería los verdaderos informes y sin duda los mantendrían aquí.

Se paró un momento como si pudiese buscar todo el inventario de la escuela en su


cabeza. —Sí, esos están guardados en nuestro archivo especial en el edificio azul al
otro lado del patio. ¿Por qué necesitas esa información?— La astuta mirada hizo que
Porter se abstuviese de mentir.

—Alstair Gorman, uno de los candidatos a director, está interesado en la información.

Su expresión se relajó. —Oh, está bien, entonces. Deja que te haga un pase. No puede
pasar cualquiera allí.

Porter mantuvo la respiración mientras que escribía algo en su libreta, lo arrancó y se


lo dio a Porter.

—Gracias. —Porter aceptó el papel y se paró. —¿Supongo que nunca habrá oído del
director River?

La boca de la recepcionista se abrió y luego la cerró. Miraba de un lado a otro. —No


digas eso en voz alta, — susurró.

—¿Por qué no?

Se inclinó hacia adelante. —Porque su nombre ha sido borrado. Cualquier cosa que 71
necesites saber lo puedes encontrar en la sala de registros. Habla con Havvis, es el
Guardián de los Secretos.
—Oh, de acuerdo. —Apretando fuerte el papel, su mente retumbaba por las
posibilidades. Era extraño que una escuela tuviese un Guardián de Secretos. Su padre
le enseñó sobre aquéllos con poder que tenían como trabajo mantener los secretos de
un país o una institución. En un sitio como una escuela el guardián sabría toda la
historia y trapos sucios de todos pero habría jurado no contarlo a menos que la persona
acertada pidiese la información. ¿Encajaría en esa categoría? No lo sabía.

Esperaba que la información no les matase. Alstair ya tenía un pie en el mundo de


Hades. Porter se negaba a ser la persona que le llevase el resto del camino. Perdido en
sus pensamientos, Porter casi tropieza con uno de los trillizos en el camino.

—Hey, Porter, ¿Verdad?— Uno de los trillizos le paró en el pasillo.

—Sí. —No tenía ni idea de a qué trillizo se dirigía.

—Soy Dean, —El trillizo le dijo voluntariamente.

—Te ocurre a menudo, supongo. —Porter ni se imaginaba lo frustrante que debía ser
que le confundiesen constantemente con sus hermanos. Puede que fuese porque no
tenía ninguno. Porter había sido hijo único. Por lo que sabía los trillizos eran
extremadamente cercanos.

—Sí, a veces creo que deberíamos llevar puestas camisetas con nuestros nombres,
— Dean afirmó.

—¿Qué haces aquí? Pensaba que estabas aquí para hacer eso de director. ¿No es
ahora?

—Sí, Alstair me pidió que le ayudase con otra cosa.

—¿El qué?— Dean inclinó su cabeza como si examinase a Porter.

—Es privado.

—Oh, lo siento. No quería ser grosero. —Dean se ruborizó y Porter le sonrió para
cubrir su incomodidad.

—¿Estás bien?— Una mujer habló detrás de Porter. Reconoció a la bonita chica de la
72
pizzería. Pasó a Porter para ponerse al lado de Dean. Sus ojos destellaban y por un
breve segundo la loba le miró.
—Estaba siendo entrometido, —Dean confesó. No tocó a la cambiaformas a su lado,
pero Porter podía ver el anhelo en los ojos de Dean. —Daniela, este es Porter, un
amigo de un amigo, y, Porter, esta es Daniela.

Tu compañera. Porter no dijo las palabras en voz alta, pero estaba seguro de que era
cierto. La química corporal de la pareja prácticamente gritaba pareja.

—Hablando de ser entrometido, no sabía que los cambiaformas viniesen a esta


escuela, —Porter dijo, desesperado por cambiar la dirección de la conversación.

Daniela se ruborizó. —Dean está haciendo un trabajo sobre los hábitos de enlace de
los cambiaformas lobo. Me pidió ayuda. Nos dirigimos a la biblioteca.

—Ya veo. —Porter trató de esconder su diversión aunque silenciosamente deseaba


chocarle las cinco a Dean por el esfuerzo. Las tímidas maneras de la cambiaoformas
lobo debían haber hecho que el mago tomase el ritual del cortejo en sus propias
manos. Dean no parecía ser del tipo agresivo, por lo que tratar de enlazarse con la
cambiaformas lobo debía ser un reto para él. —Os dejaré para vuestro enlace entonces
quiero decir, en el trabajo.

No se molestó en esconder su sonrisa, eran malditamente adorables. Sin embargo,


tenía cosas que hacer y burlarse de Dean, aunque fuese divertido, no le ayudaría a
terminar el trabajo para Alstair. Averiguar lo que pasaba con este fantasma podría
resultar ser mucho más importante que cualquier otra cosa.

Porter se puso a cruzar la plaza. Tardó unos minutos en ver el edificio azul más allá de
los pesados encantamientos establecidos en la zona. El papel en su mano ardía.
¿Podría siquiera ver el sitio si no llevase el pase? De alguna forma lo dudaba.

Subió los escalones. Una gran placa anunciaba que esta zona era la división Especial
de Archivos. Una complicada obra de hierro que prácticamente goteaba por el
encantamiento que cubría la puerta principal. Porter rodeó con sus dedos el asa de la
puerta y tiró. No ocurrió nada. Su respiración salió con fuerza de él cuando dejó salir
la tensión. Con tanta cantidad de magia en la puerta, había esperado una dolorosa
reacción mágica.

Las bisagras se movieron tan silenciosamente como un suspiro cuando Porter empujó
73
para abrir la puerta. Miró rápidamente con precaución al interior, nada. No había
absolutamente nada dentro del edificio. Perplejo, Porter pasó al interior. La puerta se
cerró detrás de él y la habitación apareció con claridad. Envuelta en magia, el aire
destelló un minuto hasta que la sala reveló su contenido. Había una enorme mesa a la
derecha de la entrada y un gran hombre sentado detrás de ella. Parecía más ser un
soldado que un catalogador. Tenía anchos hombros, un cuerpo musculoso y pelo largo
negro se trenzada en una forma complicada como en las fotos de los antiguos
guerreros.

Con nerviosismo bajó los escalones y Porter se adentró. Se negaba a retroceder y decir
a Alstair que el miedo le hizo darse la vuelta. Una señal sujeta en un poste de metal
indicaba que todos los visitantes debían registrarse antes de entrar en la sala de
archivos.

Penetrantes ojos verdes examinaban a Porter de la cabeza a los pies. —¿Necesitas


algo?

Porter se aclaró la garganta. —Um, sí, señor. —Se adelantó, con cuidado de no hacer
movimientos bruscos. Un gato mirando a un ratón tenía menos intensidad que el
aterrador hombre mirando a Porter como si tratase de decidir si le dejaba entrar o
clavaba su cabeza en una pica.

—¡Bien, deja de encogerte ahí y dime lo que quieres!— La impaciencia se mostraba


en un tono acentuado, rodando las sílabas asemejándose a música más que a diálogo.
La belleza del acento del hombre no le hacía menos aterrador, sólo se añadía al aire
místico.

Porter se apresuró a obedecer. Entregó el papel que le dieron y si su mano temblaba


ninguno lo mencionó. El guerrero examinó el trozo de papel durante tanto tiempo que
Porter volvió a mirarlo para ver si se había perdido algo más escrito en él. —¿Eres
Havvis?

—Sí. —Después de un largo silencio volvió a hablar de nuevo. —¿Quién eres tú?

—Porter Exton.

—Bien, Porter Exton, nadie me ha preguntado antes por el director River.

—Entonces es probable que ya sea hora.— Porter no sabía dónde encontró la fuerza 74
para responder pero si planeaba salir del archivo especial de una sola pieza y no ser
despellejado para un volumen de las artes oscuras, debería probablemente mantener
cerrada la maldita boca.

—¿Estás preparado para la información que buscas?

Porter esperó un momento. El tono del bibliotecario indicaba que Porter debería dar a
la pregunta la cantidad apropiada de sentido. —Creo que sí. Un amigo mío necesita la
información.

—¿Entonces por qué no está tu amigo aquí?

—Tenía que asistir a otra cita. —Porter no desistiría. Alstair le había dado un trabajo y
tenía intención de cumplirlo.

Havvis se quedó mirando a Porter durante un largo minuto, o por siempre,


dependiendo de la percepción. —Este amigo tuyo es muy importante, por lo que veo.

—Sí. —No sabía si su romance continuaría una vez que regresasen al Inframundo
pero quería ver a donde podía llegar. Le gustaba Alstair aún sin estar cien por ciento
seguro de que el nigromante le correspondiese.

—Vamos a ver si podemos encontrar lo que buscas.

Porter se apartó la sensación de que había caído en más problemas de los que podía
manejar. Aunque parecía impecable, el olor a libros viejos y a magia impregnaba el
aire. Porter estornudó, ganándose que el archivador le frunciese el ceño.

—No traigas gérmenes a mis libros.

—Lo siento.

Havvis se apartó y Porter se movió para mantener esos anchos hombros a la vista. Si
no tuviese ya un hombre, podría haber hecho un movimiento con Havvis. Yum.

—Aquí está el libro que nombra a todos los directores y sus historias. —Havvis señaló
un ancho volumen con toques dorados. Palabras cubrían el lomo pero no en un
lenguaje que Porter entendiese. Su ánimo se hundió.

—No puedo leer eso. 75


—Llévalo a la cabina de traducción y lo leerá por ti. Seguramente los has usado en la
biblioteca antes. —Havvis estrechó los ojos sospechosamente.

—Umm, cierto. Haré eso. —La mirada de Porter se dirigió a donde havvis señalaba.
Se había perdido la fila de cabinas con luces en el techo, brillando las palabras,
disponible— o —no disponible.

—Oh, gracias.

¿Qué otras innovaciones surgieron mientras estuvo atormentado en la universidad?


Con una débil sonrisa a Havvis, Porter se dirigió a una cabina. Entró y cerró la
pequeña puerta tras él. La pequeña habitación consistía en una mesa con un rectángulo
brillante en el centro y una incómoda a la vista silla de metal. Porter tomó asiento. Sí,
era tan incómoda como parecía.

—Bien, dime todos tus secretos, pequeño libro. —Puso el tomo en el rectángulo
brillante y abrió la cubierta.

Una suave voz de mujer llenó el aire. —¿En qué lenguaje te gustaría traducirle?

—Inglés. —Porter intentó mantener su voz calmada y confiada. Nunca mostraría


temor frente a un objeto mágico. Si la máquina sentía alguna duda el hechizo se
rompería y Porter se quedaría con un libro que no podía sacar de la sala ni podría leer.

—Por favor, abra su material, —la voz procedió.

Porter aspiró profundamente y abrió la cubierta. Casi saltó cuando una traducción en
inglés apareció en la pared frente a él. Sonrió de excitación cuando localizó el nombre
de River. Agradecido de que los números de las páginas fuesen iguales en ambos
idiomas, Porter avanzó a la página con la información de River.

Quince minutos más tarde, Porter había aprendido todo lo que el libro pudo revelar. El
autor aseguraba que River ardió en la hoguera después de que Mayell lo señalase ante
un grupo de humanos. Mayell entonces se declaró fundador de la escuela y volvió a
nombrarla. Se destruyeron todas las señales de River, como los antiguos egipcios
hacían para eliminar a los anteriores faraones. De esta forma, Mayell eliminó la
existencia de River. El autor añadió que la mujer e hija de River fueron sobornadas y 76
salieron de la ciudad.
Enfermo del estómago, Porter imaginaba como debió sentirse la familia de River. En
aquél entonces la mujer de River probablemente dependía de su marido. Sin ingresos
ni nadie para ayudar, habría tenido que coger el dinero o sufrir el mismo destino que
su marido. Mayell continuó como si nada hubiese ocurrido y nadie que hubiese
desaparecido.

—No fui tan malo.

Porter saltó en su asiento. La silla de metal cayó al suelo detrás de él. Tragó
rápidamente, intentando sacar su corazón de la garganta y llevarle a su pecho, a donde
pertenecía. Un fantasma apareció junto a él. Llevaba puesta una túnica blanca de
mago. Barba larga gris cubría la mayor parte de su cara y los fríos ojos negros no
tranquilizaban para nada a Porter.

El instinto hizo que Porter llamase a su espada. Sin dudarlo, extendió la espada
ectoplásmica contra el hombre que sospechaba era Mayell.

Un alto chillido rompió en los oídos de Porter pero insistió, atravesando al fantasma de
nuevo. —Te destierro al Inframundo. Sacó una moneda de su bolsillo y se la arrojó a
la forma evaporándose de Mayell. —Espero que sea suficiente para el barquero.

Las manos de Porter temblaban mientras disolvía su arma. Su mente y cuerpo


zumbaban, recogió la silla y volvió a ponerla de pie para sentarse en ella. Puso los
codos sobre la mesa y la cara en sus manos. ¿Qué mierda había hecho? Ni siquiera
conocía el procedimiento adecuado para desterrar fantasmas y no podía simplemente
dejar vagando un espíritu malvado. ¿Qué le ocurría?

—Ah, Porter, mi niño. —La familiar voz de Hades tranquilizó algo del temor de
Porter. Qué extraño que el Dios del Inframundo le calmase. Elevó su cara para
dirigirse al dios que ahora compartía su cubículo.

—Creo que la he fastidiado.

Hades rió, un cálido y feliz ruido que calmó la ansiedad de Porter. —No, no, has
estado increíble. Serás un buen Segador.

—¿Qué? 77
—No pensabas que pudieses ser uno, ¿Verdad?
—No soy un nigromante. —No sabía por qué se sentía obligado a señalarlo. Hades
debía conocer las habilidades de Porter.

—No. Eres algo incluso mejor, un mago normal con poder fantasmal. Eres especial,
Porter, y serás una gran ayuda para Alstair. Mi Segador ha estado solo demasiado
tiempo. Puedo confiar en que cuides de él, ¿Verdad, Porter?

—S-sí, señor. —No tenía realmente otra elección si quería permanecer en el lado
bueno de Hades. Nadie rechazaba al Dios del Inframundo y esperaba resultados
positivos. El hecho de que Hades quisiera que Porter hiciese lo que había planeado de
cualquier manera, era la guinda que coronaba el maldito pastel.

—Bien. Gracias por encargarte de Mayell. Claro que aún tienes que tratar con otras
cosas pero estoy seguro que lo harás bien. —Palmeó a Porter en la espalda y
desapareció.

—¿Qué otras cosas— Mierda, había tenido la oportunidad perfecta para preguntar a
Hades todo tipo de preguntas. Ni siquiera sabía si había mandado apropiadamente a
Mayell al Inframundo.

Un fuerte golpe sacó a Porter de sus pensamientos. En la mesa junto al libro del
director ahora había un volumen más pequeño. No necesitaba ninguna traducción para
leer la cubierta. En letras metálicas doradas estaban las palabras, —Soy un Segador,
¿Qué jodidos hago ahora?— Rió cuando vio el nombre del autor, Alstair Gorman.

78
Capítulo 7
Alstair suspiró ante la hierba pantanosa que cubría el suelo frente a él. El brillo blanco
frente a él le dijo que se dirigía por el camino adecuado. Maldita sea, —¿Tengo que
mancharme?

River elevó una ceja ante él. —Solía haber un bote de remos por aquí para llegar a la
isla. No he estado aquí hace mucho tiempo, pero podría no estar ya.

Buscando por el área, Alstair localizó un pequeño bote de madera escondido en el


cañaveral. Hasta ahora no había sabido que hubiese ningún pantano en el campus. Este
sitio era como un tesoro ecológico, sólo necesitaban un desierto para completarlo. Un
aire helado atravesó la zona. Alstair se congeló cuando el espíritu de Cylina flotó ante
él.

—¿Dónde está tu cuerpo?— Alstair preguntó.

Cylina señaló al bote.

—¿Quién te mató?

Se encogió de hombros y desapareció.

—Mierda.

Alstair cogió su teléfono, llamó a la oficina de administración y solicitó que remitieran


esta llamada a wilman.

—¿Algún problema, señor Morgan?— El engreído tono de Wilman hizo querer


estrangular al hombre.

—No a menos que consideres la muerte de uno de tus candidatos un problema.


— Realmente, el hombre era un completo gilipollas.

—¿De qué estás hablando?— El tono de Wilman no cambió, sonaba más curioso que 79
preocupado.
—Alguien ha matado a Cylina. Manda seguridad al pantano junto a la señal blanca.
— Colgó. Wilman no tenía nada que decir que le interesase a Alstair.

—No debe haber visto a su atacante, —River dijo.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo habría dicho.

Alstair asintió. La fuerte mujer de negocios que había conocido habría puesto
resistencia. Si realmente no vio a quien la asesinó, entonces no estaban más cerca de
descubrir lo que ocurría que antes. —Me pregunto quién quiere el puesto de director
tanto como para matar.

River negó con la cabeza. —No puedo decir.

Alstair se le lanzó por esas palabras. —¿No lo puedes decir? Lo sabes, ¿verdad?

—Sí, pero estoy bajo ciertas restricciones. Puedo ayudar pero no puedo dar respuestas
completas. —Alstair sabía sobre reglas. Hades tenía un billón de reglas y reglamentos
sobre lo que un Segador podía y no hacer. Tal cantidad que Alstair las puso en un
libro. Su teléfono sonó y apareció el nombre de Porter.

—Hey, Porter, ¿Has encontrado algo?

Porter compartió lo que había aprendido. Alstair se quedó con la parte importante.
— ¿Te ha puesto Hades como mi compañero? Huh, va a ser interesante ver cómo
funciona cuando esté forzado a hacer el trabajo de director. Hades no debe esperar que
lo obtenga. —No sabía si debería estar ofendido por la escasa confianza en las
habilidades de Alstair o feliz de no haber sido expulsado verdaderamente del
Inframundo. —Uno de los candidatos ha sido asesinado. Nos vemos en nuestra
habitación en unas horas.

—Quiero verte, — Porter insistió.

—Bien. —Alstair le dijo dónde estaba. No quería que Porter se perdiese al buscarle y
sabía que Porter vendría a encontrarse con él aunque Alstair le dijese que no.
80
—¿Eres Alstair Gorman?— Uno de los hombres con la palabra seguridad estampada
en su chaqueta le preguntó.
—Sí.

—No parece que hayas estado cerca del cuerpo, ¿Cómo supiste que fue asesinada y
dónde estaba?

—Vi a su fantasma y me lo indicó. —Alstair explicó.

—¿Viste a su fantasma?— Para ser un oficial de seguridad en una escuela de magia el


hombre parecía estar sorprendentemente cerrado a la idea de que Alstair viese un
fantasma.

—Sí, soy un Segador.

—¿Y por qué estabas aquí?

Alstair miró más allá del oficial, viendo a otros revoloteando alrededor del bote.

—Porque este es un punto original mágico y estoy compitiendo por la posición de


director. ¿No te lo dijo Wilman? Habría pensado que te avisaría antes de mandarte a la
escena.

El oficial de seguridad se ruborizó y Alstair supo que el hombre había sido informado
de los hechos, lo que hacía que su línea de interrogatorio no tuviese ningún sentido.

—Yo soy el que hace las preguntas aquí.

Alstair se pensó por un instante soltar la carta de ¿Sabes quién soy yo? Pero esperó a
ver cómo se desarrollaban las cosas. No comprendía lo que ocurría. O alguien asesinó
a la mujer porque él o ella quería el puesto de director, en cuyo caso fue
probablemente uno de los candidatos, o ella apareció en el lugar equivocado a la hora
equivocada.

—Entonces haz tus preguntas, oficial, pero hazlas rápido para que pueda ir a intentar
encontrar al asesino de la mujer

El tipo de seguridad se burló. —¿Qué te hace pensar que no le he encontrado ya?

—Porque soy un Segador. Si fuese a matar a alguien no quedaría ninguna señal de él


después. 81
Idiota.
—Oh. El tipo de seguridad palideció. —Supongo que no quedaría nada.

Se alejó de Alstair como si Alstair de repente fuese a volverse salvaje y atravesarle


con su guadaña. Sí, era un idiota.

—Hey. —Porter corrió hasta él y se arrojó a los brazos de Alstair.

Alstair instintivamente le cogió. —¿Cómo está mi pequeño compañero de crimen?

Porter retrocedió y dio una ligera bofetada a Alstair en el pecho. —Mira a la pequeña
cosa.

—Tienes razón. No eres definitivamente pequeño en ningún sitio.

Porter rió. —Gracias por eso. ¿Han descubierto quien la asesinó?— Señaló al cuerpo.

—Bueno, sospechaban de mí, por lo que no cuento con que encuentren pronto al
asesino.

—¡Qué!— Furia estalló en los ojos de Porter. —¡Cómo se atreven! ¿Saben quién eres?

Alstair no pudo evitar que se le escapase la risa. Se ajustaba tanto a lo que pensó antes
que Alstair no pudo evitarlo. —Regresemos a mis señales.

—¿Cuántas has conseguido?

—Sólo dos. —Alstair revisó su reloj. —Y sólo tengo quince minutos para regresar la
cesta.

Hades podía no estar contento con Alstair por perder tan pronto, pero no pudo hacer
ninguna otra cosa. Una mujer había muerto. Incluso Hades tenía que respetar eso
como excusa, con suerte.

Regresaron al comedor a encontrarse con Wilman. Tardaron diez minutos en regresar


a la zona de registro de entrada. Alstair dejó caer su cesta al mostrador. —Sólo tengo
dos.

Se giró en sus talones y comenzó a caminar hacia afuera, convencido de que estaba
descalificado. —Espere, señor Morgan, —Wilman dijo. —Aún continúa con los otros 82
candidatos.

—¿Qué?— Alstair frunció el ceño. —¿Encontraron sólo dos también?


—Sí, aparentemente la prueba era más dura de lo que pensaba. —La sonrisa de
Wilman le parecía falsa a Alstair. Se giró para ver la reacción de River, pero el
fantasma había desaparecido de nuevo. —Regresa aquí mañana para el desayuno y
comenzaremos el día dos.

—Genial. —Alstair no se molestó en esconder el sarcasmo en su voz. Había medio


esperado que todo hubiese acabado para este momento aunque se ganase la ira de
Hades. Ir a casa y acurrucarse con Porter los siguientes treinta años tenía un mayor
atractivo.

Porter acarició la espalda de Alstair como si pudiese leer su mente. —Vamos a comer
y tengo una idea de lo que podría mantenernos ocupados esta tarde.

—Se me vino a la mente una actividad más de interior cuando dijiste que querías estar
ocupado esta tarde. — El tono descontento de Alstair hizo reír a Porter.

Sus hombros temblaban mientras dirigía a Alstair a la cripta.

—Escuché que había un culto que usaba la habitación bajo la iglesia. Esta es la
entrada trasera al nivel bajo esa habitación.

—¿Cómo la descubriste?

—La descubrí en los papeles que analizaban la muerte de River. Nunca la habría
encontrado si no me hubieses mandado allí, —Porter dijo, sonriendo.

—Claro, restriégame en la cara que soy un idiota.

Porter rió. El grande y malvado gruñón Segador daba a Porter buenas vibraciones.
—Vamos, sólo quiero ver donde estoy enterrado y nos podemos ir.

—De acuerdo. Bien. Después vamos a pasar el resto de la noche como yo quiero.

—Trato. —Después de todo, Porter quería más muestras de sexo con el intenso
hombre a su lado. No planeaba hacerse el duro para tenerlo.

El libro mostró a Porter una puerta trasera a la cripta. Aparentemente, los diseñadores
crearon un túnel que dirigía a una abertura detrás de la escuela y en la esquina de la
83
propiedad de la Academia. —Creo que está allí. —Señaló a la pequeña colina que
podía ver a unas yardas.
—Todo esto resulta espeluznante, —Alstair dijo.

—Trabajas para el dios del Inframundo para llevar a la gente a su último lugar de
descanso. ¿Qué tiene de espeluznante una cripta para ti?— Porter preguntó. No trató
de esconder su desconcierto ante las palabras de Alstair.

—Fantasmas. Las criptas están llenas de gente muerta que a veces permanece junto a
sus cuerpos. No has visto un fantasma contraído por el dolor hasta que te encuentras a
uno que ha estado sentado junto a su cuerpo pudriéndose por años y viendo como su
cuerpo se descompone.

—Puedes segar cualquier alma que te encuentres que creas espeluznante, ¿Verdad?—
Porter preguntó.

—¿Puedes ver fantasmas también? No estoy seguro de en qué te diferencias de un


nigromante. —Alstair frunció el ceño. —Puedes ver fantasmas y enviar gente a Hades
también.

—También puedo crear cosas a partir del ectoplasma. —Porter creó su espada
favorita. La espada emitía una luz azul y brillaba al sol del atardecer.

—Wow, ¿Qué hace eso?

—Puede mandar gente a Hades. Generalmente fantasmas, pero hace lo mismo con la
gente poseída.

—Así es como mandaste a Devin abajo, ¿Verdad?

Porter asintió. —Atravesé su cuerpo y corté al mago en su interior. Eso arrastró a los
dos abajo con Hades. Me alegra que al final terminase bien. Estaba un poco
preocupado. No quería que Elijah llorase por su compañero el resto de su vida.

—Si no hubieses actuado todo habría sido mucho peor. El fantasma agazapado dentro
de Devin no tenía intención de dejarle ir. Hades tuvo que encerrarle en las celdas de
abajo junto a otros espíritus demasiado peligrosos para reencarnarse.

—Wow. —Aún tenía pesadillas por la expresión de Elijah cuando Porter apuñaló a su
hombre. Desde entonces no había hablado con Elijah. Quizás podría tomarse un 84
tiempo para conversar antes de partir.
—Hey, encontraremos tiempo para hablar con Elijah. Dudo que te guarde rencor ya
que salvaste la vida de Devin, —Alstair dijo como si leyese la mente de Porter.

—Sí, supongo. —Subieron la colina y se encontraron una puerta de metal pintada que
bloqueaba la entrada a la cripta. La cubierta negra estaba levantada en las esquinas,
añadiéndole aire de abandono.

—¿Estás seguro de que es ésta? No quiero irrumpir en el refugio subterráneo privado


de alguien o algo así. —Alstair elevó una ceja a Porter.

Porter respiró profundamente. Podía sentir energía fantasmal filtrándose desde el


suelo. Un poco espeluznante, pero le confirmaba que había encontrado el lugar
correcto.

—No, es aquí. —Porter nunca había estado tan seguro de algo en su vida.

—Si me atacan fantasmas violentos, te echaré la culpa, —Alstair dijo. El Segador se


dirigió a la puerta y sacó un pequeño estuche de su bolsillo.

Porter se acercó para ver lo que hacía Alstair. —¿Dónde conseguiste un estuche de
ganzúas?

—Los Segadores necesitamos todo tipo de herramientas. No todo el mundo quiere


dejar entrar a un Segador. He tenido a gente que ha protegido toda su casa
mágicamente, pero usan una llave standard. La gente nunca es tan lista como se cree.
He aprendido muchas habilidades con los años. —La mirada llena de lujuria de Alstair
transmitía que había aprendido más que abrir cerraduras. Habiendo sido el foco de la
pasión de Alstair, Porter estaba de acuerdo con esa evaluación.

—Unas habilidades muy buenas. —Porter no pudo evitar dar al hombre un pequeño
cumplido.

Los labios de Alstair se inclinaron hacia arriba, pero no volvió a decir nada hasta que
el chasquido de la cerradura probó que sus habilidades no se habían oxidado con los
años.

—Genial. — Porter palmeó a Alstair en la espalda.


85
Alstair abrió la puerta e indicó a Porter que entrase. —Después de usted, señor, ya que
es su idea.
Unos escalones llevaban a la oscuridad más abajo. Porter creó una bola de luz y la
mandó adelante para iluminarles el camino, un simple pero efectivo hechizo que los
estudiantes de primer año tenían que aprender. Concedido que Porter nunca pasó el
primer año, pero aprendió lo básico. El hedor de cosas podridas y tierra húmeda les
rodeaba mientras descendían bajo el suelo. Quien construyese este pasadizo pensó
poco en la gente que podría querer visitarlo después. No había candelabros en la pared
para iluminar el camino y el pasillo era más pequeño que un hoyo con soportes de
madera.

—Me sorprende que esto no se haya derrumbado con los años, —Porter dijo, mirando
a una viga en particular con aspecto inestable.

—La magia la mantiene. Había un hechizo en la puerta.

—Huh. La magia debía estar fallando si la madera comenzaba a mostrar desgaste.


Me pregunto si la escuela abandonó su mantenimiento con el paso de los años.

—Creo que quedó en el olvido. —Alstair hablaba en un tono tranquilo, poco más que
un susurro.

—Posiblemente. —El aire se volvía cada vez más frío según iban descendiendo.
Giraron en una esquina ventosa para encontrarse con más escalones. —Mierda, esta es
como una de esas escaleras sin fin de las películas.

—Más como una película de monstruos, —Alstair dijo.

—Yo digo que hagamos trampa y nos teletransportemos.

—De acuerdo.

Sin conocer el interior, se podían haber teletransportado al interior de la tumba, la


posibilidad de caer en el centro de una sepultura era muy grande. La academia
bloqueaba la mayoría de los teletransportes, pero la magia de los Segadores no seguía
las reglas normales y se podía usar en cualquier sitio.

El pasillo al que les dirigió las escaleras no era mucho más ancho que el hueco de la
escalera. Puertas de hierro alineadas en la pared llevaban a nichos con oscuros féretros
de cemento.
86
—¿Sabes dónde estás enterrado?
—No. —Porter tragó el bulto que se formó en su garganta. No los veía pero podía
sentir a los fantasmas acercándose. Los espíritus no debían querer comunicarse porque
no se dejaban ver.

—Estás allí, — una suave y melodiosa voz anunció.

Porter parpadeó ante la visión delante de él. Un atractivo hombre con el pelo oscuro y
traje gris flotaba a su lado.

—Este es el Director River, —Alstair dijo.

—Ah. Encantado de conocerte. —Porter inclinó la cabeza para saludarle. No se podía


imaginar el dolor que debía soportar el fantasma cuya vida fue cortada tan
tempranamente.

—Lo mismo digo. Creo que vas a ser un buen asistente para Alstair, tenéis magia
complementaria.

—¿De verdad?— Porter preguntó. No sabía si era verdad o no pero le gustaba


cualquier cosa que pudiese unirle posiblemente más al nigromante. No quería regresar
al Inframundo y que se separasen sus caminos. Esperaba que Hades mantuviese su
palabra y le asignase como compañero de Alstair.

—Sí, —Alstair dijo respondiendo a la pregunta de Porter. El pasillo se ensanchó lo


suficiente para que Alstair tomase la mano de Porter y caminase con él a su lado. La
bola de luz tenía un resplandor fantasmal ante la muerte. Algunos cuerpos se habían
caído de los féretros o fueron acumulados en una pila sin respeto ni cortesía a la
muerte.

Siguieron la nebulosa forma de River. El fantasma se desvanecía contra más bajaban


el pasillo. —Allí. —River señaló una puerta más decorada que las otras. —Te
pusieron dentro conmigo.

—Huh. —Porter había esperado encontrar su cuerpo tirado en una esquina o situado
en un pequeño féretro olvidado en los confines más alejados de la cripta. Sin embargo,
la puerta aparentaba ser importante. —¿Por qué te pusieron aquí si Mayel te asesinó?
87
La risa de River tenía un sonido espeluznante. —Aquí es donde pusieron a aquellos
que la universidad tuvo alguna culpa en sus muertes. Esta es la cripta de los
sacrificados. Aquéllos que fueron sacrificados por una causa mayor.

Un escalofrío se deslizó por la espalda de Porter como un huesudo dedo frío trazando
su espina. —¿Y por qué se me considera un sacrificio?— ¿Qué habían hecho con su
cuerpo después de su muerte? Normalmente un sacrificio sería usado de alguna
manera.

—Eso, tendrás que averiguarlo tú mismo, — River dijo.

El estómago de Porter se agitó por la implicación. Había más en su muerte de lo que el


fantasma le estaba contando. No tenía que ser un genio para averiguar eso. —¿Por qué
no puedes decírmelo?

—Lo siento, pero tampoco puedo decírtelo. Mis manos están atadas. —El tono de
River mostraba frustración. Porter estaba seguro de que el director quería compartir lo
que sabía pero no podía.

—Se supone que debería haber encontrado algo en esos libros, ¿Verdad?— Maldita
sea ¿Qué se había perdido?

River asintió.

—Se debe a que tienes magia fantasmal, —Alstair dijo. —Cuando mueres, la magia
fantasmal se vuelve mucho más fuerte. —El paciente tono de Alstair hizo rechinar los
dientes a Porter. El mago actuaba como si Porter debiese haberlo sabido.

—No he notado que tenga ninguna fuerza nueva desde que morí. Sólo he envejecido.
— Si se hubiese vuelto más fuerte, lo habría sabido.

—¿Y qué a menudo lo has probado?— River preguntó.

—No mucho, —Porter admitió. River le tenía ahí. Siempre había tenido un poco de
miedo de su poder. Siempre sospechó que sería más fuerte en el Inframundo y había
tenido miedo de atraer la atención sobre sí mismo. Porter se contentó con esconderse
hasta que supo que Alstair regresaba a la Academia.
88
—Tanto si Porter es un niño prodigio de la magia o no, necesitamos averiguar lo que
está ocurriendo. ¿Estás contento ahora que has visto tu cripta?— Alstair preguntó.
Porter se ahogó en su risa. Nadie podía reclamar que el nigromante era muy afectivo.
—Sí, ya he terminado aquí.

Sus huesos no podían revelar ninguna pista. Saber que le consideraron un sacrificio
añadió más preguntas en vez de facilitar respuestas. Tras echar una última mirada a su
féretro, Porter dejó que Alstair le guiase fuera de allí.

—Lo resolveremos, —Alstair prometió.

—Seguro. —Porter no dudaba de la resolución de Alstair, pero a menos que pudiesen


arrinconar a Lorentz y hacer que el hombre hablase, lo más probable es que nunca
averiguasen la verdad.

A mitad de camino de las escaleras, River se desvaneció.

—¿A dónde crees que ha ido?— Porter preguntó.

Alstair se encogió de hombros. —No estoy seguro. Es un hombre extraño.

—Dejó a su mujer e hijo atrás cuando murió.

— Mayel suena bastante como un psicópata.

Porter asintió, recordando la maníaca expresión en la cara del fantasma. Se sobresaltó


cuando Alstair entrelazó sus dedos y se teletransportaron frente al edificio de
administración. Esta vez no vomitó cuando reaparecieron. O se estaba acostumbrando
al proceso o la transición por los sitios en el mismo plano era más sencilla.

—¿Qué quieres hacer con el resto del día?— Porter preguntó.

La mirada ardiente de Alstair calentó a Porter donde estaba. —Estoy seguro de que
hay algo que podamos hacer para entretenernos.

Porter asintió. Estaba abierto a cualquier idea que Alstair pudiese sugerir, al menos
cualquiera que les involucrase revolcándose en la cama o incluso una cama de suave
césped. Vio un terreno de musgo cuando pasaron.

¡Boom!
89
Una fuerte explosión hizo que Alstair empujase a Porter al suelo. Todo el aire de sus
pulmones dejó a Porter jadeando cuando el cuerpo más pesado de Alstair le presionaba
en el musgo que había estado admirando un segundo antes.

—¿Qué fue eso?— Se estremeció bajo Alstair, sin atreverse a quitarse al Segador de
encima.

—Shh, bebé. Voy a levantarme y comprobarlo, ¿De acuerdo? Recuerda que no te


pueden matar.

—¡Pero a ti sí!— Porter acababa de darse cuenta de ese hecho. Aunque Porter era
prácticamente un fantasma sólido, Alstair era medio mortal.

Alstair besó la frente de Porter. —Si muero será porque Hades tiene otros planes para
mí. Como Segador nunca he temido a la muerte.

—Bien, puede desechar cualquier plan que crea que tiene, eres mío ahora.— Furia
alimentó el discurso de Porter. La idea de que Alstair fuese arrastrado de nuevo al
Inframundo y posiblemente no pudiese salir de nuevo enfureció a Porter. ¡Alstair era
suyo!

—Hey, tranquilo. Los dos estamos bien. Vamos a ver qué ha ocurrido.

—Vale, bien. La próxima vez déjame estar arriba. —Porter podía proteger a Alstair de
perder su humanidad. Podía no tener habilidades de súper fantasma pero las
perfeccionaría en una buena máquina de matar si ello mantenía a Alstair a salvo de
daños.

Alstair rió, un rico y sensual sonido. —Cariño, puedes estar arriba siempre que
quieras.

Porter tragó, luchando por humedecer el desierto seco en que se convirtió su garganta.
Se lamió los labios. —Lo-lo mantendré en mente.

Su polla se endureció. Con el caliente peso de Alstair contra a él y visiones de lo que


quería hacer con el magnífico hombre, Porter casi se vino por las imágenes en la
cabeza sin ninguna otra estimulación.
90
Alstair se levantó y levantó a Porter junto a él. Una breve llamarada de lujuria llenó
sus ojos antes de girarse a ver la procedencia del sonido.
—¡Oh, dios mío!— Porter giró ante la vista delante de ellos. La mitad del salón donde
comieron había desaparecido. Una parte entera del edificio había desaparecido como
si un enorme monstruo hubiese mordido la cima. —¿Qué ha ocurrido?

—Magia. —Alstair no dijo otra palabra y puso a Porter detrás de él. Su mano envolvía
la muñeca de Porter más fuerte que unas esposas de acero. Sin deseos de escaparse,
Porter siguió obedientemente a Alstair a donde fuera que quisiese llevarle. El hombre
podría estar dirigiéndose de nuevo al Inframundo y Porter le seguiría siempre y
cuando Alstair fuese con él.

Al acercarse la condición del edificio pasó de parcialmente perdido a la total


destrucción.

—Wow. —Porter no tenía otra palabra para evaluar el desastre delante de ellos.

—Jack y Ellard han muerto.

Porter apartó su atención de los escombros. De alguna forma Lorentz se les aproximó
mientras que estaba distraído.

—¿Crees que guarda relación con la competición?— Alstair preguntó.

Porter aguantó la respiración mientras que esperaba la respuesta de Lorentz.

—Es un poco extremo derribar un edificio entero, ¿No crees?— El sarcasmo de


Lorentz ralló los nervios de Alstair.

— Pero hay un asesino, no hace que Cylina esté menos muerta, —Porter irrumpió.

Lorentz palideció al ver a Porter por primera vez. —¡Tú-tú moriste!

—Sí, lo sé. Gracias, por cierto. Me he pasado las últimas cinco décadas flotando por el
campus.

Lorentz frunció el ceño. —Fue un accidente.

—¿Entonces por qué estoy en la cripta de los sacrificados?— Porter contestó.

—No es una cripta para los sacrificados. Es para gente que murió en la escuela. 91
—Bien, enhorabuena por haber contribuido. —Porter tiró de Alstair. —Volvamos a
nuestra habitación.
A Porter se le revolvió el estómago. Genial, ahora tenía una reacción retrasada al
teletransporte.

—Esperen, amigos. —La alta voz de Wilman retumbó en el campus. —Aún tenemos
una prueba más mañana. Sólo porque haya unas pocas personas menos no significa
que haya acabado.

—¡Estás loco!— Lorentz gritó. ¡Está muriendo gente. Los edificios están siendo
destruidos y te preocupas por el puesto de trabajo! ¡Deberías estar llamando al
Consejo y averiguar qué jodidos está ocurriendo!

Porter se quedó con la boca abierta mientras que Lorentz despedazaba a Wilman.
Wilman frunció el ceño al profesor. —¿Estás abandonando?

Lorentz se quedó helado y tomó una profunda respiración antes de hablar de nuevo. —
Estoy diciendo que eres un idiota por querer continuar y el Consejo va a estar de
acuerdo conmigo.

Wiman sonrió de satisfacción. —Ya que estoy a cargo, las cosas van a seguir tal y
como se planearon.

Odiaba pensar que Lorentz tenía razón, pero Porter estaba de acuerdo con el hombre.
—¿Qué estás haciendo para encontrar al asesino?

—¿Qué asesino? Cylina cayó y se rompió el cuello y la explosión fue un accidente.


— Wilman dijo. —Los dos estáis buscando razones para que falle como líder pero no
lo voy a hacer. Vais a llamar a vuestros avatares esta tarde. Lucharán y el ganador será
el nuevo director.

—No voy a participar en ningún tipo de lucha de jaula con mi avatar, —Lorentz dijo.
—No pondría en peligro a mi espíritu animal de esa forma.

Alstair guardó silencio. Porter se preguntaba lo que haría si Wilman insistía. —El
Segador no tenía un avatar.

—Estás eliminado, —Wilman dijo. —Alstair, eres el nuevo director.

Mierda 92
—Serás un buen director, —Porter dijo, intentando esconder su preocupación.
Alstair dio a Porter su mejor mirada de ¿Estás jodidamente quedándote conmigo?
Porter casi podía escuchar las palabras en su cabeza.

—A lo mejor puedes ser un interino, —Porter dijo.

—Si te niegas a tomar el trabajo, recaerá en el siguiente en la lista, —Wilman dijo.

—¿Y quién sería?— Alstair preguntó.

—Yo, —Wilman dijo. —Si nadie quiere el trabajo, recae en mí.

El victorioso tono en la voz de Wilman decía a Alstair que esa fue la meta final del
hombre. Eliminar a los competidores hasta que sólo quedaban los que no querían el
trabajo.

—Ese fue tu plan, ¿Verdad?— Porter preguntó. Miró por los alrededores. —¿Dónde
están las otras dos personas de tu comité?

—Desafortunadamente murieron en la explosión. —El tono de falsa tristeza de


Wilman ralló los nervios de Porter.

—Qué conveniente, —Alstair dijo. —No sé por qué crees que nadie va a pararte.

La afable fachada de Wilman desapareció ante los ojos de Alstair. —Porque una vez
que os hayáis ido todos, no habrá nadie que pueda combatir conmigo. ¡La sangre de
mis antecesores se derramó por esta escuela y ahora van a pagar por lo que hicieron a
mi familia!

—¿A dónde crees que vamos a ir?— Lorentz preguntó.

Un brillo maníaco llenaba los ojos de Wilman. —A donde nadie pueda encontraros de
nuevo.

Alstair abrió la boca para hacer otra pregunta cuando un portal se abrió bajo sus pies.
—¡Joder!— gritó cuando el mundo desapareció bajo él.

93
Capítulo 8
Ouch. Dolían todos los músculos y huesos del cuerpo de Alstair. Pestañeó, intentando
tomar sentido de su entorno. Un cielo naranja sobre él se arremolinaba con nubes
blancas como un polo de crema de naranja. Bonito.

—¿Dónde jodidos estoy?— Alstair preguntó.

—Cuando lo descubras házmelo saber, —Porter dijo. Entró en el campo de visión de


Alstair y extendió su mano.

Alstair permitió al hombre más pequeño ayudarle a levantarse. Gimió y crujió su


espalda cuando se enderezó. —Parece que estás en mejor forma que yo.

De hecho, Porter había perdido unos buenos diez años y ahora parecía un joven
universitario que había olvidado afeitarse. Debía haber resuelto sus problemas con su
muerte. Alstair se guardó esa información para preguntarle más tarde.

—Yo aterricé en mis pies y creo que tú te golpeaste con esa piedra, —Porter señaló
algo detrás de Alstair, pero su cabeza le daba muchas vueltas como para girarse.

—¿Dónde está Lorentz?

—Aquí. —La voz familiar del profesor hizo que Alstair se girase con un movimiento
lento y cuidadoso para mirarle.

—¿Alguno sabe por qué Wilman no aplicó simplemente para el trabajo como los
demás?— preguntó. Desde que el nombre de Alstair estaba en la lista, no podía ser
muy complicado ser uno de los concursantes.

—Es un descendiente del Director River, — Porter dijo.

—¿Cómo lo sabes?— Alstair se preguntaba cómo había hecho esa conexión Porter.

—Porque Wilman dijo que su familiar juró sobre su sangre y el Director River no 94
pudo decirnos quien estaba detrás de todo. ¿Cuál es la única cosa sobre la que un
fantasma sería reacio a hablar?
—Su familia, —Lorentz dijo. El profesor caminó para acercarse a ellos. Su pelo estaba
desordenado y polvo azul cubría su ropa, pero parecía ileso.

—Eso aún no explica por qué no pudo aplicar al trabajo como los demás.

—Creo que quería que la Academia pagara lo que hizo a su antecesor, —Lorentz dijo.

—¿Por qué? Hace mucho tiempo que nadie tenía nada que ver con ello, —Alstair
protestó.

—Conozco a Wilman desde hace unos años, —Lorentz dijo. —Ha aplicado al puesto
de director tres veces durante mi puesto. Creo que se considera la reencarnación de
Rivers. Con el tiempo creo que la desilusión le ha infectado de tal forma que cree que
su destino es destruir la escuela.

—Así que está chiflado de la cabeza, —Alstair resumió.

—Exactamente, —Lorentz afirmó.

—¿Realmente me mataste por accidente?— Porter preguntó.

Alstair examinó la cara de Lorentz atentamente para detectar cualquier mentira.

Lorentz soltó un sonido nasal que estaba entre un suspiro y un gemido. —sí, Porter,
fue un completo accidente.

Puede que la consciencia de Porter aún no hubiese aceptado completamente las


circunstancias de su muerte, pero interiormente debió hacerlo, porque su magia había
comenzado a revertir su edad.

Porter frunció el ceño. —¿Entonces por qué te quedaste en la escuela?

—Porque quería asegurarme de que otros estudiantes aprendían de mis errores.


Instauré nuevas normas de seguridad e impulsé poner protecciones en todos los
edificios nuevos. No quería que lo que te ocurrió a ti le pasase a nadie más. Tu muerte
cambió mi vida, —Lorentz dijo con una voz rota.

—Oh. —Porter se quedó en silencio.


95
—Ahora que hemos solucionado vuestra retorcida telenovela, ¿Podemos investigar
donde jodidos estamos?— Alstair preguntó. La zona que les rodeaba tenía
formaciones de roca y un paisaje desértico.

—Creo que es el mundo demonio de Lypak, si mi memoria no falla. Lo estudié hace


un tiempo en una clase avanzada conectando mundos, —Lorentz dijio.

Lecturas olvidadas hace tiempo flotaron por la cabeza de Alstair. —Creo que tienes
razón.

—¿Cómo salimos de aquí?— Porter preguntó.

Lorentz frunció el ceño. —No puedo teletransportarme.

Alstair buscó en su mente. La conexión entre su hogar y donde estaban era tenue pero
sólida. —Creo que puedo ir pero tendría que llevaros uno a uno.

—No puedo hacerlo. No soy lo bastante fuerte por mi cuenta, —Porter confesó. Una
mirada de preocupación cruzó su cara. —Lo siento.

Alstair apretó el hombro de Porter. —No hay problema, puedo manejarlo.

—Lorentz, voy a llevar a Porter a casa primero.

—No, llévame. Puedo confrontar a Wilman mientras que regresas a por Porter,
— Lorentz dijo.

—¿Porter?— No tomaría la decisión por su amante.

—Sí, está bien. —La sonrisa de Porter carecía de calidez pero Alstair apreciaba el
esfuerzo.

Alstair agarró el hombro de Lorentz. —Vamos.

No dio ninguna otra advertencia y les regresó a la Academia. Reaparecieron frente a


Wilman. El mago levantó sus manos pero Alstair usó su teletransportación para
alejarse.

—Yo me encargo de él. Ve a por Porter, —Lorentz dijo. 96


Alstair asintió. Sin otra palabra, se arrojó al vacío y aterrizó en el lugar del que había
salido. Excepto que ahora Porter no estaba solo. Un enorme demonio de piel rojiza
golpeó a Porter en la cabeza. Alstair chilló cuando Porter cayó al suelo. Sacando su
guadaña del cinturón, Alstair la reveló. —¡Aléjate de él!

El demonio se giró y rió. —No tienes jurisdicción aquí, Segador.

—Me importa una mierda. —Alstair blandió la guadaña en el aire. Un silbido siguió la
trayectoria de su espada hasta que cruzó el cuerpo del demonio. El demonio gritó antes
de desintegrarse.

—Eso fue increíble, —Porter dijo.

—Sí. —Alstair no sabía lo que ocurrió pero ya que el demonio no seguía allí, no le
importaba. Guardó la guadaña de nuevo. —Vamos, salgamos de aquí.

Porter agarró su mano.

Antes de que Alstair pudiese transportarles, el suelo a su alrededor tembló y otro


demonio cayó de la tierra como si las rocas diesen la bienvenida a sus vástagos. El
demonio negro sonrió, mostrando filas de afilados dientes blancos. —Da un beso a
Hades de mi parte.

Antes de que Alstair pudiese responder, el demonio le cogió con sus largas y afiladas
garras arrancando partes de la piel de Alstair. Delirando de dolor, se tiró a la línea para
regresar.

Se precipitó al vacío. Trató de bloquear los gritos de Porter y el frío helado que
invadía sus huesos. Entumecimiento le sobrevino. Desesperado, Alstair puso toda su
concentración en su destino. Casa. Necesitaba ir a casa.

Su espalda se encontró con un suave colchón.

—Shh, te tengo. Estamos en casa, —Porter susurraba una y otra vez.

Alstair parpadeó para enfocarse pero las lágrimas llenaban sus ojos mientras que un
bárbaro, ardiente y demoledor dolor le consumía.

—¿Qué ha ocurrido?— La voz de Hades hizo eco en sus oídos. Se debe haber
transportado al Inframundo en vez de a la escuela.
97
Alstair entraba y salía de la consciencia mientras que Porter contaba lo que ocurrió.
—Wilman apareció hace unos pocos minutos por lo que Lorentz debe haberle matado.
¿Qué quieres hacer, Alstair?— Hades preguntó.

—¿A qué te refieres?— dijo las palabras en un esfuerzo concentrado. Paró para
lamerse los labios entre las palabras.

—Puedo impulsarte todo el camino al Inframundo y coger el resto de tu alma o puedo


devolverte tu alma entera para que seas humano una vez más. Perderás tu identidad de
Segador pero puedes ser el mago que nunca tuviste la oportunidad de ser. ¿Qué
eliges?— Hades preguntó.

Alstair volvió su atención a Porter. —¿Qué quieres?

—Quiero que seas feliz. ¿Quieres continuar siendo un Segador o intentar algo
nuevo?— Porter preguntó.

Alstair frunció el ceño. Porter no le dijo lo que quería, sólo reiteró las elecciones de
Alstair. —¿Debería ser un Segador?— Había sido uno durante tanto tiempo que
Alstair no sabía que más hacer pero recuerdos y sueños hace tiempo olvidados se
filtraban por su mente.

—Sé lo que siempre hayas querido ser, — Porter dijo.

—De acuerdo.

Alstair giró su cabeza y susurró a Hades sus deseos más profundos.

98
Epílogo
—Profesor Gorman, ¿Puedo hablar con usted de mi examen?— El mago pelirrojo
siguió a Alstair por el pasillo.

—Ahora no, tengo que asistir a una boda. Mañana tengo mis horas normales de
oficina.

Dean le mataría si llegaba tarde, además prometió que llevaría a Porter para hacer las
fotos. El joven Segador había resultado ser un excelente fotógrafo. Hades permitió que
Porter saliese del Inframundo para ser el compañero de Alstair. Por sus años de
servicio, Hades decidió dar a Alstair unos cientos de años como humano. A cambio,
Alstair enseñaba en la Academia y usaba sus talentos para localizar potenciales
nigromantes. El registro de Segadores subió un trescientos por ciento con la habilidad
de Alstair de localizar nuevos nigromantes.

Dean pidió a Daniela que fuese su esposa después de la graduación y después de


muchos planes y ajustes por parte de todos excepto de la novia, el día finalmente había
llegado.

—Muy ajustado, Profesor, —Porter se burló cuando Alstair llegó desencajado a la


casa.

Dio un beso a su amante que tuvo a ambos calientes y gimiendo. —Creo que podemos
llegar más tarde. —Agarrando a Porter por su corbata, Alstair arrastró a su amante
escaleras arriba.

—No podemos llegar tarde, — Porter insistió mientras le quitaba la camisa a Alstair.

—Nos teletransportaremos allí, — Alstair prometió antes de dedicar tiempo a mostrar


a Porter porqué exactamente su idea era la mejor.

99
FIN
Créditos

Nimaria,Clau y Pervy

Nuestro agradecimiento al Staff de

100

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