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Sinopsis
Cuando el Dios del Inframundo manda a Alstair de regreso a la Academia para ayudar
a elegir a un nuevo director, no menciona que propuso a Alstair para el puesto.
Enfadado pero dispuesto a mantener su palabra, Alstair descubre que la posición de
director viene con más nudos de decepción que la cuerda de un marinero.
Porter Exton tenía un enamoramiento con Alstair. Había visto a Alstair entrenar a
Elijah por la ventana y había pasado más de una noche soñando con el Segador1. Sin
embargo, dejó los sueños a un lado para descubrir la verdad sobre su muerte y si el
hombre que le mató es el responsable de las otras muertes en la escuela.
Dos hombres con diferentes historiales necesitan descubrir qué tienen en común si
esperan salvarse de dioses conspiradores, egomaníacos y posibles asesinos.
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Segador: Parca o recolector de almas.
Capítulo 1
—Necesito que vayas a una conferencia.
Alstair Gorman apartó la vista de donde estaba afilando su guadaña para mirar a su
jefe Hades, Dios del Inframundo. Intentó volver a unir las palabras para formar algún
patrón perceptible, pero sin importar cómo las modificase o diese vueltas, aún no
tenían sentido. —Lo siento, ¿Has dicho conferencia?
¿A Qué tipo de conferencia podía ir Hades para pensar que Alstair sería un lógico
sustituto? Ni siquiera sabía que los Dioses iban a conferencias. Alstair no tenía los
mismos poderes que un dios, y la última vez que lo revisó, no era el candidato perfecto
para una vacante en el Monte Olimpo o en otro reino de los dioses.
Los Segadores no iban a estúpidas conferencias. ¿Qué tipo de seminarios podían dar?
¿Cursos para el perfeccionamiento para seccionar las almas, la aniquilación 101 o
Cómo Decir a Alguien Que Está Muerto?
¡Absurdo!
Suspirando, pulsó el interruptor para activar el hechizo de plegado. Una antigua magia
permitía que su guadaña se plegase como una navaja. Incluso después de usarlo
durante siglos, Alstair aún disfrutaba al ver el proceso. Una vez que disminuía de
tamaño, guardaba la pequeña arma en la funda de piel fijada en su cinturón. La
mayoría de la gente pensaba que era una de esas multiherramientas. Él sólo asentía
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cuando le preguntaban. La única otra cosa que llevaba a su trabajo era el pequeño reloj
de arena colgando de una cadena en su cuello. Tenía su propia magia para ocultarla de
los humanos después de que Alstair tuviese demasiados amantes que la volteasen y
arrebatasen sus propias vidas por accidente.
Alstair suspiró de nuevo para enfatizar la molestia que consideraba esa misión. Sería
mejor que se rindiese, no es que Hades fuese a cambiar de opinión. Nunca lo hacía.
—¿A dónde tengo que ir?
Alstair gimió. Al margen de alguna posible conferencia que pudiese atender, era una
entre las academias de miras estrechas que peor sonaba. A lo mejor algún día
encontraba la combinación perfecta de palabras para enfrentarse a las persuasivas
formas de Hades. Desafortunadamente no ocurriría hoy. Aun así, Alstair lo intentó una
vez más.
—¿Por qué no puedes ir?— Había servido a Hades demasiados años para ser
intimidado por una pequeña cosa como el fuego del infierno y se negaba a rendirse sin
luchar. Rendirse de inmediato le dejaba en una posición débil. Hades no le respetaría
si se doblaba como una guadaña.
—Porque Perséfone viene esta mañana y prometí llevarla de picnic.— Una sonrisa
tonta cruzaba la cara de Hades. Derrotado cerró la puerta metálica de la celda sellando
todas las vías de escape de Alstair.
Gimió. No, de ninguna forma podría ganar contra ese argumento. Después de todos
estos años, la Reina del Inframundo aún manejaba a Hades por su polla. Hades la
permitía hacer todo lo que quisiera y si el Dios del Inframundo la había prometido un
picnic, nada impediría que eso ocurriese.
—¿Por qué tiene que ir alguien de todas formas?— Le parecía razonable. Los dos
ganarían si se saltaban completamente el evento. Las conferencias eran como las
bodas, siempre surgía otra. ¿Qué ocurriría si se perdían una o incluso una docena?
—Porque van a elegir un nuevo director para la Academia y los espíritus me dicen que
hay mucha agitación. Necesito a alguien que sea mi voz y confío en que sepas mi
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opinión. Además, no queremos que suceda otro incidente como el de Elijah. El
personal de la Academia no tiene las capacidades para detectar a un futuro
nigromante, y no puedo arriesgarme a que se les escapen las señales de poder. Elijah
rebosaba de energía nigromante y le etiquetaron como un mago de nivel bajo. ¿Quién
sabe cuántos otros estudiantes han perdido a lo largo de los años? Podría ser que la
nigromancia no sea tan extraña, sino que son incompetentes al notar las señales.
Alstair frunció el ceño. —¿Crees que podría ser a propósito? ¿Alguien que no quiere
que tengas el personal suficiente? —Con todo su poder, los dioses estaban
continuamente peleándose los unos con los otros, algunas veces de forma maliciosa y
otras sólo como diversión. Los dos a menudo intervenían. Pero al no dar a Hades
suficiente gente para mantenerse al día con las muertes en el mundo, añadía más
presión a la gente que tenía. Si un Segador no conseguía un alma a tiempo, el fantasma
podría decidir quedarse y causar estragos entre los vivos. No querían tener más
fantasmas infelices sueltos entre los humanos. Ahora mismo, sólo el diez por ciento de
los muertos permanecía como fantasma durante un largo tiempo y generalmente
permitían que Hades les llevase al Inframundo sin pasar un año de su muerte.
—Lo haré.— Ahora sonaba como una misión interesante. Encontrar corderos
extraviados sería más divertido que atender a una aburrida academia.
Hablando de nigromantes…
—¿Y Elijah? ¿Has probado con él? Conocería los poderes de los actuales estudiantes
o podría sospechar de quien tenga habilidades similares.— Elijah aún acudía a la
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Academia y estaría en la posición perfecta para preguntar por ahí. Podría indicar a
Alstair la dirección correcta.
Hades negó con la cabeza y creó una bola de fuego en el dedo índice derecho. Lo
pasaba de una mano a otra mientras que hablaba. —Intenté ponerme en contacto con
él, pero algo está bloqueando mi comunicación. Podría pensar en algún tipo de
hechizo de protección para impedir que la magia invada el campus pero tengo la
sensación de que algo está mal. Odio sonar como un agonías, pero sospecho que algo
va mal en la Academia. Si mando a un representante a la reunión, nadie pensará nada
si empiezas a husmear por ahí. Además, tienes los mejores instintos de todos mis
Segadores. Confío en ti incondicionalmente.
Alstair se hinchó con orgullo. Claro, sabía que Hades usaba elogios para manipularle
pero Alstair también sabía que el Dios del Inframundo realmente respetaba sus
habilidades.
—He estado allí antes,— Alstair le recordó. —Cuando enseñé a Elijah y cuando tomé
unas cuantas clases.— Tomó algunas clases nocturnas sobre los últimos
descubrimientos mágicos. A Alstair le gustaba estar en el máximo de su rendimiento.
—Cierto. Y aún prefiero hacer las cosas solo,— Alstair dijo, sin querer rendirse.
Mantenía su tono respetuoso. Si Hades se enfadaba con él, los resultados no serían
buenos. Alstair no quería pasarse otro siglo procesando a las almas que llegaban.
Pensar en el papeleo le hacía querer morir de nuevo
—¡Porter!— Hades gritó. La voz del dios hizo eco y Alstair luchó contra la urgencia
de poner las manos sobre sus orejas. Si no fuese un dios, Hades se preguntaría si
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Hades tenía problemas de audición. El dios nunca parecía notar cuando la gente hacía
muecas de dolor por el volumen de su voz.
Un hombre delgado con el pelo rubio, su cara sucia y ojos preocupados corrió hacia
ellos. Se paró deslizándose y se inclinó en señal de reverencia a Hades. Dirigió a
Alstair una mirada cuestionadora antes de regresar su atención a Hades. —¿Qué puedo
hacer por usted, señor?
¿Señor? El niño parecía adorable. A juzgar por la sonrisa de Hades, el Dios del
Inframundo compartía la evaluación de Alstair. Infiernos, iba a estar pegado a un
novato. La brillante sonrisa de Hades no prometía más que dificultades.
—Ya que solías asistir a Mayell, te voy a mandar con Alstair. Le puedes hacer saber si
hay algo que te parezca extraño. Alstair, éste es Porter. Solía ser el compañero de
habitación de Elijah. Porter, éste es Alstair entrenó a Elijah un tiempo. Ya basta de
presentaciones, ambos me informaréis cuando podáis contactar con Elijah. Si hay
algún problema, primero protege a Elijah. Es vulnerable al estar preparándose todavía.
Alstair asintió. Los trillizos, junto con Jaynell y su compañero de la manada de lobos,
todos cuidarían al nigromante. Alstair dudaba que pudiesen mejorar su trabajo. Alstair
asintió para que Hades supiese que le había oído. Si Alstair no supiese que Perséfone
le arrancaría los huevos al dios por engañarla, Alstair se preguntaría si Elijah era
descendiente de Hades. Un nigromante cualquiera no tendía a tener la poderosa visión
que Elijah tenía sin tener conexión con un dios. Hades raramente señalaba a
nigromantes para su protección personal. Si no podían sobrevivir por su cuenta los
consideraba no aptos para su Corporación de la Muerte. El hecho de que cuidase de la
seguridad de Elijah significaba que el Dios del Inframundo o necesitaba personal más
malamente de lo que Alstair sospechaba, o que tenía debilidad por el nigromante.
—Bien. Me gusta tener clientes felices, aunque no fuese él quien me pagaba. —El 7
padre de Elijah era un bastardo de primera y Alstair habría rechazado el trabajo si
estuviese enseñando a alguien con menos habilidad. El padre de Elijah pensaba que
Alstair había cogido el trabajo por el dinero, pero lo cogió para entrenar al nigromante,
un trabajo que habría hecho gratis. Obtuvo un poco de perversa satisfacción al hacer
que pagase el pomposo padre de Elijah.
—¿Tenemos algún otro plan aparte de representarte y husmear? ¿Hay algún candidato
al que prefieras como director?— Alstair podría no temer a Hades pero sabía que no
debía fallar una misión y este trabajo sonaba como si tuviese más de un objetivo que
alcanzar. Nunca había decepcionado al Dios del Inframundo y no planeaba comenzar
ahora. Decepcionar a Hades significó para más de un nigromante ser desterrado a las
zonas oscuras del Inframundo. Lugares donde no había luz ni gente ni las almas eran
nunca visitadas y si ocurría era mejor evitarlo.
—Asegúrate de que el Profesor Lorentz no lo consiga. Ese idiota lleva años pidiendo
más poder. No confío en los mortales sedientos de poder. Prefiero a aquéllos que
comprenden la pesada carga de la magia y buscan usarla con precaución como el
joven Jaynell. Sería un buen director.
—Creo que se acaba de graduar. Sería un poco temprano para ponerle a cargo de la
Academia. —Alstair se estremeció al pensar en el pobre tonto que obtuviese el trabajo.
Los lugares para enseñar se construían en los masacrados restos de bosques.
Escalofriante.
Hades se encogió de hombros. —Sólo prométeme que apoyarás a quien tenga mejor
trayectoria para tratar con los nigromantes. Necesitamos un director fuerte allí.
—De acuerdo. — Parecía una promesa bastante simple. Le dio vueltas buscando algún
problema, pero no encontró el campo de minas escondido. Era lo mejor cuando trataba
con Hades examinar cualquier conversación en busca de trampas. Hades no reinaba
sobre las demás almas por nada. El Dios del Inframundo era conocido por sus formas
astutas.
La Academia estuvo a punto de perder la magia de Elijah, y Alstair podía ver por qué
Hades señalaba la necesidad de tener a alguien en el poder que pudiese localizar
nigromantes. Alstair no tenía ningún problema en ayudarles a elegir un candidato
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siempre y cuando no tuviese que quedarse más de una semana. Demasiado tiempo en
el mundo ordinario tendía a alterar sus sentidos. Ser medio fantasma trabajaba en
contra de él cuando trataba de quedarse demasiado tiempo en el mundo de los vivos.
Cuando su novia bruja le trajo de vuelta a la vida, rasgó su alma en dos. Alstair sólo
tenía la mitad de una adecuada esencia. Hades tenía la otra mitad del alma de Alstair
en una caja en su habitación. Hades prometió a Alstair que un día podría estar
completo de nuevo. Alstair dudaba que eso ocurriese nunca. Trabajó para Hades
durante siglos y por lo que sabía no estaba más cerca de ganar su alma que antes.
—No me decepciones, Alstair. Sabes que cuento contigo para que hagas lo que sea
mejor.
Alstair hizo retroceder la instintiva protesta de que no siempre tomaba las decisiones
más sabias. Después de todo, se enamoró de una bruja desleal y sus relaciones desde
entonces no habían sido exitosas. El único que tomaba peores decisiones personales
que él era Hades. Y le gustaba mucho tener su cabeza pegada al cuerpo como para
decir una palabra sobre ello. En su lugar, se concentró en el asunto entre manos.
Hades desapareció antes de que Alstair pudiese compartir alguna de sus ideas con
respecto a la locura del Dios del Inframundo por su confianza en las habilidades de
Alstair.
Se giró hacia Porter. —Voy a preparar las cosas. ¿Puedes estar listo para salir dentro
de una hora?
—Coge algo de ropa. Necesitarás para al menos una semana. Este tipo de cosas
siempre se toman más tiempo de lo necesario.
Los tipos intelectuales querrían debatir interminablemente sobre quién sería el mejor
director. Alstair se preguntaba si podría convencerles de pegar fotos de todos los
candidatos en la pared y arrojar un dardo para elegir. Generalmente en ese tipo de
cosas se trataba de elegir entre candidatos que eran prácticamente copias los unos de
los otros. Ninguno de ellos resaltaba nunca como una estrella brillante. La mayoría de
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las veces elegían a la persona menos censurable.
—Sólo llevo aquí un año. No he adquirido suficiente ropa para una semana. —Porter
se encogió de hombros como si no fuese algo importante.
—¿De verdad?— Toda la parte más baja del inframundo constaba de centros
comerciales. Nada sacaba lo peor de los ciudadanos como las rebajas. Los demonios
luchaban con sus cuernos por adquirir un top brillante. Los vencedores a menudo
presentaban sus heridas con orgullo y pasaban las tardes en el té recontando la historia
de sus cicatrices de compras.
—No soy mucho de compras, —dijo con tono de disculpa como si debiese lamentar su
escasa obsesión por gastar.
—Está bien. Trae lo que tengas, podemos coger más si lo necesitamos. —Una rápida
parada en la tienda al lado del campus solventaría la necesidad de ropa de Porter.
Porter parpadeó como si tratase de decidir si Alstair estaba tomándole el pelo o no.
—¿Puedo llevar a mi gata?
—¿Qué?— Alstair se quedó mirando al joven hombre. Seguro que había oído mal.
Alstair rió. No lo pudo resistir. —¿Has llamado a tu gata como a la Reina del
Inframundo?
—Eso lo hace más interesante. ¿Es familiar tuya?— Alstair no se podía librar de la
feliz visión de presentar a la remilgada Reina a su homónima. Desafortunadamente,
seguro que terminaría con un tridente ardiendo en su culo, por lo que tendría que
resistirse a la tentación. Suerte que Hades no estaba alrededor para escuchar su
conversación. El Dios del Inframundo a veces se ponía a la defensiva de la reputación
bien ganada de su mujer. 10
—Creo que es mi familiar. Quiero decir, no he tenido oportunidad de intentar sacarla.
La tengo sólo hace unos pocos días y mi magia nunca se ha desarrollado del todo.—
Pesar cruzaba la cara del joven hombre.
La alegría en la cara de Porter calentó a Alstair más que el fuego del infierno.
—Mierda. —Sería una larga semana si tenía que resistirse a Porter. Quizás podría
convencer al mago para tenerle como acompañante de cama al igual que en la
conferencia. No dudaba que Hades les había puesto juntos por esa razón. El Dios del
Inframundo amaba jugar de casamentero.
Alstair se giró en sus talones para dirigirse a casa. Tenía un montón de cosas que
terminar antes de salir. Ni la más mínima de ellas se interrumpiría con su última
aventura. Char había llegado a ser demasiado posesivo y a Alstair no le convenía ser
posesivo. Rápidamente, aceptaría deseoso el conveniente sexo caliente. Mantener a
alguien, no iba a ocurrir.
Abrió la puerta de su casa, sólo para encontrarse con que el demonio le esperaba 11
dentro. Frunciendo el ceño, Alstair cerró la puerta tras él. Sabía que Char le había
quitado la llave. Las continuas intrusiones del demonio hicieron que Alstair apretase
su mandíbula para retener las duras palabras que rogaban por derramarse por su
lengua. Alstair respiró profundamente. Control. Tenía que mantener sus emociones
embotelladas o haría algo que Hades le haría lamentar después.
—Hey, bebé. —Char batió sus largas pestañas a Alstair. Ahora estaban tan largas que
se asemejaban a grandes arañas negras esperando atacar. Los demonios podían
mejorar su aspecto, pero a veces elegían las formas más raras. Alstair comparó a Char
con la belleza natural de Porter y los últimos vestigios de atracción desaparecieron.
—No me llames bebé, Char. —Había perdido la cuenta de cuantas veces le dijo las
mismas palabras pero como siempre Char ignoraba los deseos de Alstair. —¿Qué
haces aquí? Te dije que te vería más tarde.
—¿Lo harías?— El frío tono de Char le hizo examinar la expresión del demonio.
Había conocimiento en los ojos del demonio. Char y probablemente la mitad del
Inframundo se imaginaba que el fin estaba cerca. La historia de Alstair de no mantener
nunca un amante por largo tiempo y las excesivas muestras de temperamento de Char
condenó su relación pasada la primera follada. Alstair inhaló profundamente y dejó
salir la verdad.
—Probablemente no. Ambos sabemos que esta relación ha llegado a su fin. —Se
estremeció internamente por las palabras, pero se negaba a mentir. Podría no ser la
mejor apuesta en una relación pero ninguno de sus anteriores amantes podía llamarle
mentiroso. Sin embargo, que apreciasen su honestidad era una historia diferente.
Char permanecía donde había estado holgazaneando en el sofá. Llevaba puesta una
camiseta corta dorada brillante y pantalones cortos, no era realmente un buen look
para nadie. Aunque el brillo metálico con que pintó las puntas de sus cuernos era
bonito—. ¡Nosotros terminamos cuando yo lo diga! —gritó. El demonio examinaba
sus brillantes talones como si considerase el tema ahora que había dicho su parte.
Francamente, duraron más tiempo del que Alstair anticipó, mayormente porque Char
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podía chupar como un demonio caliente.
Los cuernos de Char brillaban de un furioso rojo. —Si crees que este es el final…
—Lo es. Si intentas acosarme, hablaré con Hades. —Alstair no tenía muchos
privilegios por ser la mano derecha de Hades, pero podía poner en orden a un
demonio. Hades le criticaría por sacar la carta del dios, pero ahora mismo a Alstair no
le importaba. Su vida había descendido y agitado como una cometa fuera de control y
había perdido los hilos para llevársela de vuelta.
—¡No puedo creer que estés haciendo esto!— Lágrimas descendían por la cara del
demonio.
Alstair rodó los ojos. —Habría encontrado este espectáculo mucho más creíble si no
supiese que ayer follaste a los gemelos Kisbor en una orgía.
Char palideció, su roja piel se volvió de un ligero rosa. —¿Sabías de ello? ¿Quién te lo
dijo?
—No importa. No hay casi nada de lo que ocurre aquí que no lo sepa o que Hades no
me lo cuente.— Alstair se restregó la frente. Debería haber dicho a Porter que saldrían
por la mañana, una siesta sonaba maravillosa ahora mismo. El agotamiento le invadió.
¿Cuándo jodidos fue la última vez que tuvo una buena noche de descanso?
—No me puedes culpar por mi naturaleza, —Char se quejó. Su tono quemó el último
nervio de Alstair.
—No te estoy culpando. Sólo prueba que queremos cosas diferentes. Quiero a alguien
que sea fiel y tú quieres asistir a fiestas donde follas a cincuenta personas. Tenemos
diferentes metas. Nos divertimos y ahora puedes ir a tener más diversión sin mí.
—Alstair ondeó una mano hacia la puerta. El comportamiento de Char no tenía ningún
sentido considerando sus acciones.
Char se sorbió la nariz. —No habría ido a la fiesta si hubiese sabido que me costaría la
relación.
Alstair se negó a dejarse convencer. —Sabías cuando fuiste que habíamos terminado.
Ahora, ¿Por qué no vas a casa y descansas algo? Tengo que prepararme para un viaje.
—No.— Alstair no tuvo ningún problema en pisotear ese deseo. Se podía imaginar lo
difícil que Char haría la vida de Porter si marchaba con el demonio.
Un chillido salió de la garganta de Char. Corrió a la puerta. Alstair le lanzó una bola
llameante para que se acelerase. Si mostraba algún signo de debilidad, Char regresaría
intentando llegar a la cama de Alstair.
La puerta se cerró tras el demonio. Alstair apagó las llamas como si apagase una
cerilla. —Si hubiese sabido que iba a ser tan fácil le habría prendido fuego hace
semanas.— Se llenó de satisfacción. Ahora podía eliminar un problema de su lista.
A las dos semanas de su relación de tres meses, Alstair supo que había cometido un
error. Char podía ser un demonio caliente pero tenía una vena egoísta y nunca pensaba
en nadie más que él. Ese tipo de comportamiento cansó a Alstair y rápidamente se
desenamoró con el drama amoroso del demonio.
Sintiéndose más ligero por eliminar el bagaje de su relación, Alstair fue a empacar.
Ignoró su maliciosa voz interior que susurraba que había despejado la cubierta para
explorar su atracción hacia Porter.
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Capítulo 2
Porter gimió mientras miraba su pequeña habitación. Su sacrificio por Elijah le hizo
ganar una habitación privada en el Inframundo, pero no una grande. El pequeño
apartamento de una habitación tenía la sensación estéril de un nuevo ocupante sin
sentido para la decoración y pocos fondos. No había mentido cuando le dijo a Alstair
que no tenía mucho. Porter pasó la mayor parte del pasado año evitando a los
demonios más agresivos mientras que suspiraba por el Segador que no podía sacar de
su mente. Sabía que había perdido su brillo juvenil y que había envejecido
dramáticamente desde que vino al Inframundo. Su cara tenía un molde más severo y
podía sentir que el peso de los años que estuvo como fantasma comenzaban a pesarle.
Le preguntó a Hades pero el dios le ignoró diciendo que cuando encontrara su magia,
recobraría su juventud, como si eso fuese a ocurrir.
Ser asignado a este trabajo no fue altruista por su parte. Convenció a Hades de que le
dejase regresar a la Academia por los viejos tiempos. Sorprendentemente, Hades
mostró una vena sentimental y accedió. Porter no mencionó su deseo de venganza en
su viaje por la calle de la nostalgia. No sabía la postura de Hades de vengar su muerte
y realmente no le importaba. Todo lo que necesitaba era un viaje a su antiguo hogar.
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mágicas y no podía permitirse un asesinato en su expediente. La influencia de su padre
ya le había costado su carrera profesional, que permitió que el asesinato de Porter
fuese barrido debajo de la alfombra.
Malditos políticos.
Porter, un estudiante pobre que llegó allí becado, no se merecía ninguna atención
especial y su muerte no cambió su bajo estatus. La escuela se dio prisa en encubrir el
crimen y empujar cualquier interrogante bajo la alfombra. Los padres de Porter
murieron siendo jóvenes, con el corazón roto por la muerte de su único hijo. Cuando
vino al Inframundo, Porter quiso verles de nuevo, pero al parecer ya habían pasado y
ahora eran veinteañeros que vivían en California y estaban enamorándose de nuevo.
Porter se consoló por el hecho de que se hubiesen encontrado en sus nuevas vidas. Le
gustaba la idea de que sus padres fuesen almas gemelas, unidas en cada reencarnación.
Ahora Porter tenía que pensar cómo desviar la atención del sexi Segador de su camino.
Quizás podría espantarle al lanzarse a Alstair. Había visto como el magnífico hombre
fruncía el ceño a los miembros más interesantes del Inframundo. Alstair no parecía
apreciar un acercamiento directo. Un hombre que necesitaba ser el cazador no
apreciaba que su presa tomase la iniciativa.
Sí, eso haría que Alstair alejase a Porter de su lado. Aunque el Segador le encontrase
atractivo, el comportamiento de Porter le espantaría. Ignoraba la pequeña voz en el
fondo de su cabeza que lloraba por perder la oportunidad de saber cómo besaba
Alstair. Alstair actualmente salía con un demonio pero escuchó rumores de que no
eran exclusivos y a Alstair no le importaba quien compartía la cama de su amante.
Esta podría ser la primera vez que Alstair vio a Porter, pero Porter había estado
mirando al Segador por la ventana cuando entrenó a elijah. Algo del alto rubio
marcado con cicatrices llamó la atención de Porter. Se preguntaba si el Segador se
traería a su compañero demonio al viaje. Se encogió de hombros ante la idea. Le
arrancaría el corazón ver a alguien más tocar a Alstair. Porter sabía que su obsesión
con el Segador no tenía sentido pero no podía parar sus fantasías de Alstair
apareciendo en escenarios cada vez más irrealistas. Tenía que eliminar sus sueños si
planeaba usar al Segador como su ticket a la Academia.
Porter hizo a un lado sus preocupaciones. Por ahora, necesitaba empacar su bolsa.
La Gata del Infierno subió por los pantalones de Porter hasta que recogió a la gata y la
acurrucó en sus brazos. Su pelaje blanco tenía llamas rojas que brillaban y
parpadeaban en la superficie. Su fuego no le dañaba cuando se le echaba encima y
rodaba por su cuerpo. En su lugar, le cubría con un acogedor calor, como si le
envolviese en un abrazo.
Abrió la puerta y se encontró con un demonio azul con una amplia sonrisa.
—¡Hola!
—Um, hola. ¿Puedo ayudarte en algo?— No recordaba haber pedido que un demonio
le trajese nada.
—Hades pensó que podrías necesitar ayuda con tu viaje. Me pidió que te trajese
algunas cosas. Aquí tienes.— El demonio le pasó una mochila azul del mismo tono de
su piel. —Tiene todos los artículos que necesitas para el viaje.
—Gracias, es muy amable. —Porter cogió la bolsa mientras que el demonio reía. El
sonido causó que se le erizasen los pelos de sus brazos.
—Soy muchas cosas, pequeño, pero amable no es una de ellas. Ten un buen viaje y
puede que nos podamos ver cuando regreses. —El demonio pasó una lengua bífida por
sus labios en un gesto lascivo.
Procedían más risas del otro lado de la puerta, regresando la atención de Porter a su no
deseada visita. Porter no se relajó hasta que el sonido desapareció. —Maldita sea,
debería haber obtenido su nombre, así sabría a quién evitar.
—Lo sé, los demonios son molestos. —Al menos eso es por lo que pensaba que
siseaba. Por lo que sabía, podía haber sido la fantasía de Porter sobre Alstair lo que
desaprobó.
Porter dejó a la gata en su sillón y abrió la mochila para echar un vistazo. La pequeña
mochila tenía un guardarropa completo junto a artículos de aseo, incluido un envase
bastante grande de lubricante y un súper paquete de condones. —Debe estar
encantado,— Porter musitó. —Es imposible que esto encaje en una mochila normal.
Ignorando las implicaciones de que Hades le mandase junto a Alstair con condones y
lubricante, Porter puso la mochila en sus hombros y cogió a su gata. —Hora de irnos,
pequeña. Será agradable ver a Elijah de nuevo.
Tenía que ignorar el hecho de que quería saltar a los huesos de Alstair. A pesar de los
contenidos de su mochila, no significaba que Alstair quisiera tener sexo con él. Puede
que Hades esperase que Porter encontrase un agradable y caliente estudiante. Después
de todo, un Segador no necesitaba exactamente protección para tener sexo. Una noche
caliente con un sexi estudiante podía ser justo lo que Porter necesitaba para centrarse y
alejar su atención de su obsesión con Alstair.
—¿De verdad?— Alstair preguntó cuándo Porter se acercó. Elevó una ceja cuando vio
a la gata, pero no dijo nada. Le dijo a Porter que podía llevarla.
Porter rió, sonando más nervioso que divertido para sus propios oídos. —¿Cómo lo
sabes?
—Hades es un eterno optimista. Siempre espera que la gente tenga sexo. Escuché que
Perséfone se lo cortó hace un año cuando intentó seducir a una Ninfa. Desde entonces
está muy familiarizado con su mano. Creo que espera que sus súbditos al menos
tengan algo del sexo que ha perdido.
—Siento haber preguntado. —Las mejillas de Porter ardían de calor. Aún después de
llevar un año en el Inframundo, no se había acostumbrado a su forma abierta
concerniente al sexo. Esperaba que Alstair no se riese cuando intentase seducirle. No
dudaba que parecería más un idiota que un interesante potencial amoroso. Una rápida
mirada a Alstair afirmó su resolución con el resto de su cuerpo. Sí, valdría la pena un
poco de humillación por la oportunidad de estar en la cama de Alstair.
Alstair rió y palmeó a Porter en la espalda. —Vamos. No quería asustarte de por vida.
No tienes que hacer nada si no quieres.
Lo que probaba que Alstair no tenía habilidades para leer los pensamientos, si no sabía
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que Porter soñaba con seducir al Segador.
—Lo sé. Sólo es que nunca he tenido a nadie que se interesase por mi vida sexual.—
Si eso no le daba ideas a Alstair, abandonaría su seducción.
La boca de Alstair se curvó en una sexi sonrisa. —Lo encuentro muy difícil de creer.
Estoy seguro de que hay más chicos interesados en tu vida sexual de lo que crees.
Asumiendo que estés interesado en los hombres. No me gusta asumir.
Porter humedeció sus labios secos y fijó su mirada a la de Alstair. —Muy interesado.
El calor crepitaba entre ellos y no todo era causado por el sinuoso río ardiente al lado
del camino.
Alstair se aclaró la garganta—. Hades me ha enviado una nota diciendo que nos ha
reservado un lugar para quedarnos, pero tienen la casa llena, por lo que si no llegamos
pronto, cancelarán nuestra reserva.
La risa de Alstair hizo a Porter sonreír. No había visto sonreír mucho a Alstair. Verlo
ahora aumentó el ego de Porter. Si pudiese causar que el reservado Segador perdiese
su compostura aunque fuese por un minuto, tendría más oportunidades de seducir a
Alstair de lo que había pensado.
—Estoy listo para ir. —Colocó su mochila más alta en su hombro, sin estar seguro de
lo lejos que tenían que viajar—. ¿No traes a tu novio?
—He roto con Char, y no era mi novio, sólo teníamos sexo. No estoy en las
relaciones.— Alstair frunció el ceño, el recuerdo obviamente desagradable. Porter
esperaba que el Segador nunca tuviese esa expresión cuando pensara en él.
—Ah. —El rayo de dolor en los ojos de Alstair le dijo a Porter que había algo más
para que Alstair desconfiase en el compromiso pero se negaba a verse envuelto en el
drama del Segador. Tenía demasiado bagaje emocional propio. Prácticamente
necesitaba una carretilla para arrastrarlo. No necesitaba añadir el de nadie más.
—No te sueltes por ningún motivo, —Alstair advirtió. Su expresión seria hizo que
Porter apretase su agarre.
—Allá vamos.
—Tranquilo…ya está. No todo el mundo viaja bien la primera vez. —Alstair cogió la
mochila de Porter y restregó su espalda en suaves círculos. —Se vuelve más fácil con
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el tiempo.
—Ugh. — Nunca iba a contar esto sin avergonzarse. —No sé si quiero repetir.
—Aquí. —Dónde Alstair encontró una botella de agua, a Porter no le importaba. La
agarró como si fuese el último chaleco salvavidas en un barco hundido. Tras abrir la
tapa, agitó un poco en su boca y la escupió antes de tomar la mitad de la botella.
La profunda voz de Alstair calmó a Porter más que nada. No le importaría escuchar a
Alstair hablar mientras caía dormido, puede que mientras le leía una sexi novela.
Respiró aire con precaución y luego repitió. Cuando no vomitó, se enderezó del todo.
—Me siento mejor ahora. —Bebió otro trago de agua para quitarse el horrible sabor en
su boca, y su estómago se asentó lo suficiente para que quisiera intentar moverse.
—De acuerdo. —No tenía sentido discutir algo hasta que se asegurasen de que tenían
un sitio para quedarse por la noche.
—No pasa nada, — Porter dijo. —Dudo que Hades permita que duermas en el pasillo.
Porter suspiró. Tampoco era un gran fan de las colas, pero no tenía nada más que
hacer. Necesitaba conseguir el horario del Profesor Lorentz para poder elaborar un
plan de acción. Dudaba que pudiese encontrar a Lorentz hasta entonces. — ¿Quieres
que me quede en la fila mientras que vas a hacer otra cosa?
No tenía ni idea de lo que tenían que hacer, pero no le gustaba ver a Alstair infeliz. No
le importaba quedarse y guardar el sitio si el Segador necesitaba salir.
—No. Estoy siendo un idiota. Seguro que la fila no durará mucho. —Apenas salieron 22
las palabras de la boca de Alstair cuando un gnomo apareció junto a ellos. Llevaba un
vestido naranja chillón con los pies a juego. —¿Para qué hacen fila, caballeros?
Alstair se inclinó. —Saludos, estamos aquí por una habitación asignada. Mi nombre es
Alstair Gorman.
El gnomo frunció el ceño. —Lo es. Hades nos aseguró que usted estaría dispuesto a
cooperar.
Porter no necesitaba leer auras para ver la nube negra construyéndose sobre la cabeza
de Alstair. El Segador estaba a punto de perderla si no conseguía pronto una
explicación.
—Alstair no obtuvo todos los detalles. ¿Tenemos que rellenar algún documento?
Porter se situó entre el gnomo y Alstair en caso de que el Segador se volviese violento.
No se podía arriesgar a que les expulsasen del campus, no cuando estaba tan cerca de
su meta.
—Tengo una lista de los participantes. Me temo que los detalles de la competición no
se publicarán hasta que comience mañana. Les esperamos para desayunar en el salón
principal. Todo comenzará a las nueve.
23
La curiosidad hizo que Porter preguntase, —¿Puedo ver la lista de concursantes?
—Desde luego, aquí tienes. — El gnomo dio a Alstair la llave de la habitación y a
Porter un trozo de papel. —Que pasen una buena noche, caballeros.
—Sí. Felicidades por tu nominación. —Porter no sabía que más decir y según se
veían las cosas, tampoco Alstair.
24
Capítulo 3
Alstair ardía en ira. Sabía que Hades tramaba algo pero nunca pensó que sería el
sacrificio en uno de los mezquinos juegos del Dios del Inframundo. Sin duda, pasó
demasiado tiempo para ser excluido de las metas de Hades de hacerse cargo de todo.
Alstair se giró a su acompañante. Porter apretó los labios como si evitara volver a
decir algo que pudiese enojar a Alstair. —Tienes razón. Hablaré de él con su mujer.
Perséfone se pondría de parte de Alstair, siempre estuvo un poco encaprichada con él.
Nunca hizo ningún movimiento respecto a su atracción, pero no significaba que no
fuese a usarlo en su beneficio. Hades no sabría lo que le golpeó.
—Apuesto a que sí, —Porter dijo, viendo el cuerpo de Alstair como si fuese una
montaña rusa que estuvo esperando todo el verano para montar.
Alstair apretó las manos para evitar agarrar a Porter. Desde que aparecieron en la
Academia, Porter había empezado a parecer mayor. Alstair había visto esto una vez
anteriormente, con un fantasma buscando venganza. La sed de destruir a su asesino
envejecía a un espíritu hasta que obtenían su venganza o encontraban paz con su
muerte. Si el espíritu no conseguía ninguno, se convertían en polvo y perdían la
oportunidad de reencarnarse para siempre.
No podía permitir que eso le ocurriese a Porter. Alstair sabía que Hades esperaba que
se juntasen, si para salvar a Porter o a él, Alstair no lo sabía. Por alguna razón, después
de dejar a Alstair estar solo durante siglos, el Dios del Inframundo había decidido
25
interferir en la vida de Alstair a todos los niveles. Hades sabía que Alstair no podría
resistirse al bello hombre por mucho tiempo. No era un jodido santo, después de todo.
Incluso con los años añadidos, Porter era un hombre sexi.
Alstair suspiró. —Estoy más preocupado por lo que planea hacer para que las cosas
salgan como quiere. Este no es el acto espontáneo que intenta hacernos creer. No, él lo
ha planeado con anticipación. —Hades nunca hizo nada sin planear.
Una mullida silla que había a mano se convirtió en el sitio para poner sus mochilas
antes de examinar los alrededores. Toda la habitación era de azul. La moqueta, el
cubrecama y las cortinas, todo azul. Volvió a revisar la habitación. —Lo siento,
Porter, sólo hay una cama.
No pudo reunir un verdadero disgusto por el plan, pero al menos él no hizo la reserva.
Si Porter no le quería, Alstair se comería su guadaña.
—Al parecer, Hades cree que deberíamos estar juntos. —Porter se mordió el labio y
sus ojos revisaron la habitación sin centrarse en nada, especialmente no en Alstair.
—No tenemos que hacer nada. Puedo compartir una cama sin saltar sobre ti. —Alstair
sonrió por la expresión de Porter, una mezcla entre hambre sexual y timidez.
—Yo-yo no creo que vayas detrás de mí. Es embarazoso que Hades piense que
necesito ayuda en mi vida sexual. No es que no me gustase tener sexo contigo, pero
desearía que fuese idea tuya.
Su idea, no la de Porter. Su sexi rubio quería que Alstair tomase el mando. Alstair no
tenía problemas con ese plan. La polla de Alstair se sacudió en sus pantalones como
un cachorro tras una pista y Porter sostenía la correa. La imagen en su cabeza de atar a
Porter casi le hizo correrse en sus pantalones.
—Cree que todo el mundo necesita sexo, no lo tomes como nada personal, aunque
tengo que decir que ha puesto más esfuerzo del normal en intentar unirnos. —Alstair
tenía la sospecha de que el Dios del Inframundo pensaba que se podían ayudarse 26
mutuamente.
—Oh, es tierno. —Porter examinaba sus zapatos con gran interés. Si fuese un
personaje de dibujos animados, habría una interrogación sobre su cabeza.
—¿Cómo director? No, pero necesito ver si alguno de los otros puede ayudar a Hades.
Le prometí que apoyaría la candidatura de quien pudiese ayudar mejor a localizar el
poder nigromante. Bastardo astuto. Le preocupa que otro nigromante se les escape de
los dedos, o lo que es peor, que hayan perdido a varios en el pasado. Mira lo que
ocurrió con Elijah, ni siquiera sabía que compartía habitación con un fantasma.
—Lo es. La escuela necesita a alguien con magia para dirigir la escuela, y lo más
importante, tratar con los padres, políticos e imbéciles.
—Te sorprenderías sobre quien quiere joder conmigo. —Todos los días Alstair tenía
que probar su valor a los moradores del Inframundo. Entre los demonios, las almas
perdidas y tratar con los problemas conyugales de Hades, Alstair tenía poco tiempo
para sí mismo.
—Yo-yo soy virgen. —Un rubor brillante cruzaba por la mejilla de Porter. Alstair
suprimió la repentina urgencia de lamer la piel Porter y saborear el calor.
27
—¿Me encuentras atractivo?—No todo el mundo encontraría a un nigromante
marcado con problemas de compromiso un buen partido.
—Bien. —La voz de Alstair sonó como un fuerte ronroneo. No iría a la cama con
alguien que no le deseaba pero el calor en los ojos de Porter no indicaban ser reacio.
—¿Te estabas reservando para alguien?— Se negaba a tomar algo que Porter estaba
manteniendo puro para el chico perfecto. Había montones de cosas que podían hacer
sin penetración. Cuando Porter recordase su primera vez, Alstair quería que Porter lo
hiciese sin remordimientos.
—No. —Porter sonrió. —Morí antes de poder experimentar en la universidad. Fue por
falta de oportunidad, no moral.
—Bueno, qué lástima. —No preguntó por qué no hizo nada el año pasado. Hizo todas
sus preguntas. Algunas cosas debían permanecer privadas. Ciertamente, Alstair tenía
bastantes secretos que no quería contar a nadie que tuviese cerca o incluso a aquellos
que follaba.
—¿Y si comenzamos con un beso?— Hades podía pensar que Porter necesitaba perder
su virginidad pero Alstair no accedería a ser el primero de Porter a menos que la
crepitante atracción entre ambos surgiese.
—Creo que eres un hombre hermoso que no ha tenido sexo antes. Quiero que tu
primera vez sea especial, no sólo quitártelo de una vez.
Alstair deslizó sus dedos bajo la barbilla de Porter y la levantó. —No sé lo que estás
pensando, pero ¿Comenzamos con un beso?
28
Acercándose más, Alstair se inclinó y presionó su boca junto a la de Porter. El suave
roce de los labios del hombre más joven contra los suyos envió una sensación de
hormigueo por su espina dorsal y endureció su polla en dos segundos. Cuando
finalmente levantó sus labios, ambos gemían de necesidad.
—Creo que podemos admitir que hay atracción entre nosotros, —Porter dijo
lamiéndose sus labios como si tratase de mantener el sabor.
—No soy como tú, —Porter dijo, sus dedos agarrando la parte inferior de su camisa.
Alstair envolvió con sus manos las de Porter intentando tranquilizarle. —Espero que
no. Si quisiese a alguien como yo, podría simplemente masturbarme frente al espejo.
A lo mejor podían retrasar el sexo un poco. Porter tenía que estar en la actitud correcta
para su primera vez y no había razón para acelerarlo. —Hey, ¿Y si conseguimos algo
de comer? Posiblemente estés hambriento desde que…Ya sabes. 29
—¿Lancé mis galletas?
—Sí. —Alstair se puso de nuevo la camiseta. Por dentro se estaba pateando por
arruinar la oportunidad perfecta para follar a Porter en el colchón. Definitivamente
tendría que hacerlo antes de que regresaran al Inframundo. Se negaba a permitir que
nadie más fuese el primero de Porter. Antes no le habría importado, pero ahora, ahora
mataría a quien tratase de tocar al joven hombre. ¿Sería esta una relación de largo
plazo? No lo sabía pero valía la pena explorarlo.
Porter frunció el ceño. —Si alguna vez pretendes entrar en mis pantalones sería sabio
de tu parte no llamarme de nuevo niño.
—Buen punto. ¿Estará bien la gatita aquí?—Alstair vio a Perséfone arañar el edredón
tratando de dejarlo a su gusto. Tendrían que pagar por eso a la salida. Alstair lo
pondría en la cuenta de gastos de Hades.
Porter miró a su gata por un minuto antes de hablar. —Sí, va a estar bien. Sino, vendrá
a buscarme. He descubierto que puede teletransportarse cuando me necesita.
—¿Te importa si te hago una pregunta?— El tono de duda de Porter le hizo volver su
atención al hombre más joven.
—Muy justo. ¿Por qué no tienes un avatar? Eres muy fuerte. Siempre he sospechado
que no tengo uno porque soy un mago débil pero ese no es tu caso.
Alstairs cerró los ojos. Parecía como si no fuese a tener sexo en este viaje después de
todo. —Sí. Fui asesinado y mi novia en ese momento me trajo de vuelta a la vida. Sin
embargo, no era tan poderosa como pensaba y sólo pude regresar en una forma semi-
física. Motivo por el que Hades me hizo uno de sus Segadores. No tuve originalmente
la habilidad de hablar con los muertos. Ahora, desde que soy técnicamente uno de
ellos, puedo.
—Soy un ilusionista y telequinético. Puedo hacer que la gente vea cosas que no
existen y mover cosas con mi mente.
Alstair le restó importancia. —Resulta útil, pero preferiría ser un sanador o algo
realmente útil. —Sanar a la gente era una gran habilidad y una que Alstair no tenía.
Siempre esperó que si desarrollaba otra habilidad fuese para mejorar la sociedad.
Debía haber sabido que nunca alcanzaría esa altiva meta. El destino de Alstair estaba
en manos del Dios del Inframundo y así permanecería.
Porter frunció el ceño como si no apreciase las codiciosas formas de Alstair. —Pero le
habrías enseñado sin el dinero, ¿Verdad?
Resistió al impulso de decir que no, y optó por decir la verdad. —Sí. Porque Hades me
habría despellejado si hubiese permitido que un nigromante sin entrenar saliese al
mundo. Elijah me necesitaba más de lo que yo necesitaba el dinero. —No quería decir
que no cobrase el dinero, sin embargo.
—No tienes ni idea. —En el Inframundo los tipos buenos eran los primeros en obtener
los trabajos de mierda porque Hades sabía que no objetarían. De ninguna forma
Alstair iba a estar de acuerdo con el estúpido comentario de Porter. Desde luego,
considerando donde estaba puede que no importase si estaba de acuerdo o no.
—Bueno, aún creo que eres un tipo agradable. —Porter se mordió el labio. —¿Aún la
amas?
—¿A quién?
Alstair iba a ignorar la pregunta de Porter pero por la forma en que Porter se tensó,
Alstair sospechaba que la pregunta significaba para Porter más de lo que manifestaba.
Alstair lo pensó. —No me gusta poner etiquetas a la gente más que categorizar su
magia. ¿Tengo sexo con hombres y mujeres? Sí, pero prefiero pensar que elijo a la
gente por su atractivo en vez de por sus partes corporales.
32
—Lo siento. No pretendía ofenderte. —Porter se mordió el labio y regresó su atención
a la ventana como si estuviese demasiado avergonzado de mirar a la cara a Alstair.
Llevó a Porter a sus brazos y no dijo nada hasta que Porter levantó la mirada. —No
me has ofendido. Sólo no comprendo la obsesión de la gente de poner a todo el mundo
en cajas ordenadas. No todo el mundo tiene que ser algo en específico. La gente es una
especie de magia. A alguna gente sólo le gusta una cosa y otras prueban diferentes
elecciones hasta que encuentran una que acopla. La sexualidad puede variar para
alguna gente. ¿De acuerdo?
Porter asintió. —Me imagino que soy un poco ingenuo. Mis padres eran muy
conservadores.
—Nunca se lo dije. No podías ser gay hace cincuenta años sin tener muchos más
problemas que ahora. No te equivoques, eran un padres geniales y les amaba a los dos,
pero la gente era menos tolerante entonces. No podía contarles que tenía fantasías con
otros hombres y esperar que lo comprendiesen.
—¿Lo hacías?
—Sí. Constantemente. No intenté nada. No quería ser una de esas personas enfermas
de las que siempre hablaban. — Porter se estremeció en los brazos de Alstair.
Una compasión desconocida llenó a Alstair. Abrazó más fuerte a Porter. —Hey, nada
de eso. No hay nada de malo en eso. Eres un tipo genial y después de esta misión
podemos buscar un hombre agradable para salir contigo.
El estómago de Alstair se retorció por la idea de que Porter se viese con alguien más
pero sería lo mejor para él.
Porter separó a Alstair con una impresionante muestra de fuerza. —No quiero a nadie
más, idiota. Te quiero a ti.
—Oh.— Mierda. ¿Qué hacía con esa información? No sabía que Porter había planeado
mantenerle. Pensaba que el chico sólo quería deshacerse de su virginidad, no jugar a
las casitas.
—No entres en pánico, —Porter dijo. Sonaba más triste que enojado, haciendo que el
sentimiento de culpa fuese incluso más fuerte. —No te voy a acosar.
33
—No pensaba eso. Sólo es que no sabía que estabas pensando en una relación a largo
plazo. Pensaba que sólo querías una aventura. —También podía poner todo sobre la
mesa.
Porter suspiró. —No voy a mentir y decir que no me gustaría pasar el tiempo contigo y
ver cómo funciona. Te encuentro interesante. Si no me quieres, lo puedo soportar. No
soy un polluelo que queda impresionado con el primer chico que me folla. Busco más,
pero si todo en lo que estás interesado es en el sexo, no voy a rechazarte. Aún me
encantaría que fueses mi primero.
—De acuerdo, bien. Siempre que estés seguro. —Podría cambiar su opinión más
tarde…¿Verdad? La expresión decidida de Porter llegaba a Alstair siempre.
Ese bastardo. Mierda, Hades siempre prefería dejar las cosas complicadas para Alstair.
Se había ganado malditamente bien la posición como mano derecha de Hades. El
hecho de que el Dios del Inframundo planease sacarle de su casa para que dirigiese la
Academia dolía incluso más que esta conversación.
—Cuando Hades te dio de nuevo tu cuerpo es porque quiere que resuelvas tu muerte.
Es su forma de dar a una persona la oportunidad de arreglar las cosas. Una vez que
hayas resuelto tus asuntos finalmente podrás estar en paz y volver a tener la misma
edad que cuando moriste.
—Lo estoy. —Alstair sabía cómo trabajaba Hades. Si dio a Porter un cuerpo fue para
ayudar a arreglar sus asuntos pendientes.
—¿Cómo ibas a hacer eso? —Alstair no podía evitar estar intrigado por el
maquiavélico lado de Porter del que no sospechó nunca.
—Sexo.
—¿Sexo? ¿Significa que no eres virgen?— Alstair veía fascinado como Porter se
volvía de un rojo brillante.
—Sí. Quiero decir no. Quiero decir que soy virgen, pero no pensaba que fueses a
aceptar mi oferta.
Porter gimió. Pasó sus manos por el pelo apretando los puños. —Lo hago. Oí que no te
gustaban los amantes agresivos y pensaba que si te entraba, tomarías distancia.
Alstair cruzó sus brazos sobre su pecho. —Eres un hombre extraño pero estoy
dispuesto a pasarlo por alto porque tienes un lindo culo.
Porter rió. —Me alegra que pienses así. Me refería más a que querías ser mi primero y
pasar por alto mi engaño.
—Porter, he pasado siglos en el Inframundo con amantes que pensaban que si no les
decía tres mentiras antes del desayuno, es que ya no me importaban. Tu insignificante
engaño apenas hace una marca en mi radar. Me alegra ser tu primero, o si has
cambiado de opinión, puedo negarme mis necesidades carnales y dejarte dormir
tranquilo.
La frente de Porter se arrugó. —No lo sé. Morí, después de todo. Me quedé limitado a
esa habitación y a unas pocas clases. Nunca descubrí por qué lo hizo. Siempre me he
preguntado a cuántos más ha asesinado sin ser atrapado.
—¿Crees que ha estado matando a gente todo este tiempo?— Alstair no sabía de
dónde venían las teorías conspiratorias de Porter, pero Alstair no iba a negarle el
derecho a investigar. A Hades no le gustaba Lorentz, pero nunca le dijo el motivo. Al
Dios del Inframundo no le gustaban los contratistas independientes que asumían la
tarea de terminar con vidas.
—Creo que es extraño que se quedase aquí en la Academia cuando sus padres podrían
haberle conseguido cualquier trabajo que hubiese querido. ¿Qué mejor sitio para
obtener víctimas que una escuela donde vivía un montón de jóvenes ingenuos?
—Podría visitar mi tumba mientras haces tus cosas de director. Me gustaría ver donde
estoy enterrado.
—¿Está tu tumba cerca?— A Alstair no le gustaba la idea de que Porter estuviese muy
lejos. Si Lorentz reconocía a Porter, podía haber problemas.
—Me enterraron en la cripta del campus. Creo que mi padre les amenazó con
demandarles por magia poco segura. No les preocupaba que ganase la demanda
porque era pobre, pero sospecho que acordaron pagar mi funeral para mantener las
cosas tranquilas. No pude asistir a mi funeral por mis limitaciones como fantasma.
—No querrías ir de todas formas. —Alstair sabía con certeza el efecto de ver su
cuerpo ser enterrado. Aún tenía pesadillas de su propio funeral. Los pocos miembros 36
de la familia que se molestaron en asistir no derramaron ni una lágrima. En general
caía mal a sus familiares. El tío y la tía que le criaron nunca aprobaron su naturaleza
bisexual. Pensaban que tenía que elegir un sexo u otro y preferiblemente alguien que
pudiese apoyar a la familia para que sus familiares no tuvieran que trabajar. Cuando
volvió a la vida, Alstair disfrutó reasignando su dinero y dejando a sus familiares sin
un centavo. Si no podían llorar su muerte, no se merecían su fortuna.
—¿Tienen una cripta?— Concedido, Alstair no sabía mucho de escuelas, pero una
cripta en una universidad le parecía un poco macabro.
Porter asintió. —En aquél entonces la había. Creo que ahora está escondida con magia
debido al vandalismo.
—Voy a averiguar por qué me asesinó. —Porter suspiró. —Quiero venganza, pero
ahora me pregunto si tiene otras víctimas. Está en la lista del director. Debería verle
mañana en el desayuno.
No podía recordar la última vez que había hecho algo sólo para hacer feliz a otra
persona. Puede que eso era por lo que aún estaba solo, ser un imbécil siempre ayudaba
a mantener a la gente fuera del camino.
37
Capítulo 4
Dean se sentó en la pizzería con sus hermanos mirando a la multitud. Ahora estaba
preparado. Su corazón había sanado casi completamente y había visto cómo sus dos
hermanos se enamoraban con una mezcla de envidia y alegría. Ahora era tiempo de
empezar a salir de nuevo. Si sólo pudiese convencer a la mujer que había elegido de
que le diese una oportunidad. Ayudaría que pudiese reunir el coraje necesario para
hablar con ella.
—¿Qué te ocurre?
Dean se giró para encontrarse a su hermano frunciendo el ceño. —¿De qué hablas?
—Vamos, Dean, sabes que estamos intentando que hables con ella, —Dan dijo.
—Aún no estoy preparado. —Dejó que la mentira saliese de sus labios, no queriendo 38
añadir más munición.
—Se gradúa este año. ¿Y si se traslada? Podrías perder tu oportunidad con la única,
— Devin dijo.
Dean no se molestó en discutir con Devin, sabía que su hermano tenía razón. —Pero si
es una cambiaformas debería saber si soy su compañero, y nunca ha mostrado ninguna
señal.
Ese era el motivo que le retenía. No podría soportar darla su corazón y que le
abandonase por su compañero. Su magullado órgano no podría soportar tanto dolor.
—Y ese es Alstair, el antiguo tutor de Elijah, —Devin continuó, sin apartar los ojos
del par.
39
—Puede que por eso sea sólido. —Dean no conocía las reglas que se aplicaban a los
fantasmas. Puede que regresasen enteros después de visitar el Inframundo.
Devin hizo gestos con las manos para llamar su atención.
El par se aproximó. La fría expresión de Alstair no fue acogedora cuando les vio pero
caminó hacia ellos. —Hola, Devin, conoces a Porter, creo.
—Sí, algo, me refiero a que eras más transparente entonces, —Devin contestó. —Y
más joven.
—Tú decides, —Alstair dijo a Porter. —Tú eres el que quería venir aquí.
Dean pensó que Porter exageró la situación. A Alstair no parecía importarle una u otra
cosa.
Tras unos minutos para coger las sillas y sentarse, hicieron el pedido a la camarera
gnoma.
Dean podía apreciar el dilema del Segador. Desafiar a un dios, especialmente el que
dirigía el Inframundo, podía traer horribles repercusiones. Y convertirse en el nuevo
director podía ser un dolor de cabeza de un calibre mayor. —Es complicado, —se
compadeció.
—Gracias, —Alstair dijo. Miró a Devin. —¿Qué hace Elijah estos días? Hades dijo
que no podía ponerse en contacto con él.
Una tonta sonrisa cruzó la cara de Devin. —No, nos hemos mudado a un apartamento
fuera del campus. Ahora mismo estamos intentando decidir dónde queremos
establecernos en el futuro. Le diré que te llame para organizar una cita.
—Sí, planeamos construir un negocio juntos. Nuestra magia funciona mucho mejor
combinada. —
—¿Qué hilos?— Alstair hizo la pregunta que ardía en los labios de Dean.
—Los hilos de relación. Todo el mundo los tiene. ¿Los podéis ver?— Porter miró a
cada uno de ellos como si esperase que coincidiesen con él.
—No, Porter, nadie más que tú los ve. —Alstair palmeó al ex –fantasma en la espalda
como si tratara de tranquilizarle.
—Hey, amigo, es una gran habilidad. Ahora Dean puede dejar de ser una perra llorona
y pedir salir a Daniela, — Devin dijo.
—¡Hey!— Dean arrojó una pajita a su hermano, que terminó con cosas volando de un
lado a otro hasta que su camarera apareció.
—No me hagáis echaros de aquí, chicos. Sois unos de mis clientes favoritos y
enfadaría a Jay, —la gnoma dijo dejando las bebidas para Porter y Alstair.
—Y no queremos que eso ocurra, —Dean afirmó. Todos los gnomos adoraban a su
amigo Jaynell porque liberó a un montón de ellos de maestros pobres.
La gnoma asintió. —Vuestras pizzas están listas pronto. —Desapareció de nuevo con
un ruido en el aire.
Dean bloqueó lo que estaban hablando porque regresó su atención a Daniela. Durante
su discusión, se encontró con su mirada regresando a ella mientras que todos hablaban
a su alrededor. ¿Había una oportunidad de que fuese su compañera?
—Ouch. —Se frotó el hombro y miró a Dan. —¿Por qué me has golpeado?
42
—¡Porque en vez de suspirar por ella, deberías pedirla salir!
Miró alrededor de la mesa pero no vio apoyo, todos estaban del lado de Dan. —Bien.
Una amplia sonrisa cruzó su cara. —Claro. —Dio un empujoncito a su amiga para que
se levantase para poder salir de la mesa. Después de reorganizarse un poco, Daniela
siguió a Dean al exterior para tener un poco de privacidad.
—¿De qué querías hablar?— Retorció el final de su coleta en su dedo índice y miraba
a todas partes excepto a Dean. Un adorable sonrojo coloreaba sus mejillas e hizo a
Dean querer llevarla a sus brazos y protegerla del mundo.
—¿Qué tal el sábado? Podríamos ver una película o algo.— Dean quería golpear su
cabeza contra la pared del restaurante. ¿Cómo podía pedirla salir y no tener ni idea de
adonde llevarla? No había pensado enteramente en todo esto. Sus hermanos se estarían
riendo hasta reventar. Por supuesto que considerando cuántos errores cometieron en
sus propias relaciones, no podían hacerle sufrir mucho.
—Una película suena bien, pero hay una reunión de la manada este fin de semana y es
obligatorio asistir.
Daniela sonrió. —Vale. —Se inclinó, le dio un beso en la mejilla y volvió a entrar
dentro, dejando a Dean disfrutar del brillo del éxito. La preguntaría sobre ser
compañeros más tarde. Sabía que Kevin y Jaynell habían sido reclamados por sus
compañeros cambiaformas nada más verles. Puede que fuese diferente para las
cambiaformas hembra – tenía que preguntarlo. No quería romper ninguna regla en sus
primeras citas. Contento de sus progresos, volvió al restaurante y se sentó con su
grupo.
—¿Bien qué?— Sabía lo que sus hermanos querían pero disfrutaba torturándoles un
poco primero. Con todas las burlas que le dieron, se merecían un poco de venganza.
Porter y Alstair comían su pizza, que debió llegar mientras que hablaba con Daniela.
Aunque ya se había terminado la suya, miraba su pastel con envidia. Tenía buena
pinta.
—Gracias. Ahora sólo tengo que investigar la forma adecuada de cortejar a una
cambiaformas. —Dean frunció el ceño como si considerase posibles obstáculos en su
romance.
44
Devin inhaló. —Ya has visto como lo hacen. Dicen mío y agarran a su compañero.
—Daniela no es como los demás. Es tímida. —Al menos esperaba que ese fuese el
problema. Si se debía a que no estaba interesada en él, saldría realmente
decepcionado.
Dean no sabía si todo saldría bien o no pero se negaba a vivir con el lamento de no
haberlo intentado. Asintió pero no habló. En su lugar, alcanzó el batido. Al menos si
tenía escalofríos lo atribuirían al frío helado.
El grupo habló un rato mientras que terminaban sus batidos. Alstair se puso de pie
después decir a Devin que Elijah se pusiese en contacto con Hades. Los dos salieron
después de la advertencia.
Dean asintió. Alstair tenía un aire de mando que Dean dudaba mucha gente pudiese
igualar.
45
Capítulo 5
Porter se mantuvo tranquilo mientras regresaban a su habitación. No sabía cómo decir
a Alstair que quería desnudarle y lamerle todo el cuerpo. ¿Había un libro etiquetado
respecto a seducir a un sexi hombre mayor? ¿Y si lo había, cómo podía llevar a sus
manos una copia?
—¿Estás bien?— Alstair consideró a Porter con una ceja elevada y un destello de
diversión en sus fríos ojos.
—Estoy bien. Sólo pensaba. —Sus mejillas ardían, sin duda tiñendo su piel de un poco
atractivo rojo moteado mientras consideraba todas las formas en que quería a Alstair.
Sus fantasías superaban ampliamente su experiencia.
—¿Sobre qué?
—Desde siempre, me imagino. —Levantó a la Gata del Infierno. —Al menos siempre
he podido sostenerla.
—Hmm. —Alstair se frotó la barbilla mientras que les examinaba. —Me pregunto si
ella te da esa habilidad. Si llega a ser tu avatar podrías compartir sus habilidades.
—Huh. —Porter rascó a la gata bajo la barbilla. Un ronroneo vibró bajo sus dedos.
—¿No eres la dulce pequeña felina? 46
Pers se frotó en sus dedos, buscando más caricias.
—Criatura mandona. —Alstair sacó a la gata del alcance de Porter y la puso en una
silla junto a la puerta. —Suerte que todas las habitaciones sean a prueba de llamas.
—¿Lo son?— Porter no había pensado en las llamas de la Gata del Infierno. Estúpido
por su parte. —¿También eres inmune al fuego del infierno?
—Todos los Segadores lo son, —Alstair dijo. Caminó hacia Porter y se paró a
centímetros de distancia. —Te voy a dar una última oportunidad. ¿Aún me quieres?
—Oh sí, —Porter necesitó llenar su voz. No tenía sentido intentar esconder su deseo,
no cuando deseaba tener sexo con Alstair. Podría haber tenido breves ideas de seducir
al hombre mayor pero se desvanecían con la realidad de la cercanía de Alstair. Nunca
podría haber engañado a Alstair. El Segador tenía experiencia y era demasiado
inteligente para caer en los pobres planes de Porter. Aun así lograría su primer
objetivo. Conseguir que Alstair tuviese sexo con él no era lo mismo que seducir al
hombre, pero dudaba conseguir nada mejor que esto.
Porter tragó el nudo formado por los nervios en su garganta. Sus dedos temblaban
cuando agarró el borde inferior de su camisa.
Alstair rodeó con sus manos los dedos de Porter como hizo la primera vez. El
protector movimiento alivió alguno de los temores de Porter.
—Ya lo has dicho. —Porter atrapó la mirada de Alstair y los pocos restos de
nerviosismo se esfumaron como un globo al reventar, escapándose en una rápida
oleada. —Estoy bien. Sólo un poco nervioso.
—Lo tomaremos con calma. Si quieres parar en cualquier momento, dímelo. —Alstair
ahuecó la cara de Porter con un agarre cuidadoso. —Lo digo en serio.
47
—Lo sé. —Porter parpadeó para eliminar lágrimas inesperadas. —No sé qué está mal
conmigo.
—Planeé seducirte, —dijo. Inclinó su cabeza para dar a Alstair más piel para explorar.
Porter olvidó lo que había querido decir. Ahora, con Alstair deslizando su cremallera y
sacando su polla, nada más parecía tener importancia. Duros y callosos dedos tomaron
su vara y apretó sus puños para resistirse a la urgencia de agarrar a Alstair por el pelo
y tirar para acercarle.
Porter apretó los dientes para resistir su instintiva protesta. No quería que Alstair se
moviese. Tener al nigromante arrodillado delante de él tenía que ser la vista más
hermosa del mundo.
—Vamos a la cama. No quiero que te caigas. —Alstair volvió a poner los pantalones
de Porter sobre su erección y entrelazaron los dedos.
Caminar a la cama les llevó diez pasos. Porter los contó. La ansiedad trató de tomar
los mandos otra vez pero Alstair liberó la mano de Porter para quitar su camiseta y 48
destruir cualquier esperanza de Porter de formar palabras. Había visto esa visión antes,
de hecho hace unas pocas horas, pero toda esa piel expuesta aún producía corto
circuito en la mente de Porter.
—Sí. —Porter se aclaró la garganta. —Sí, estoy bien. —Se sentó en la cama para
quitarse los zapatos y distraerse un poco. Si continuaba así, se correría en los
pantalones con la simple vista de Alstair. El hombre no tenía ni idea de cuánto
afectaba su cuerpo a Porter.
Sin un sonido, Alstair se quitó sus propios zapatos y después cada fragmento de tela
en su cuerpo.
Los dedos de Porter tropezaron con los cordones y un suave gemido salió de sus
labios.
La rica risa de Alstair bajó por la espina de Porter. Haría cualquier cosa para
escucharla de nuevo.
—Lo haces sonar como algo malo. Estoy bastante seguro de que podría ponerte duro
de nuevo. —La simple confianza en el tono de Alstair hizo que Porter filtrase pre
semen en su ropa interior.
—Trata de mantener el daño al mínimo, bebé. La criada sólo pasará por alto un poco.
—Oops, —Alstair dijo, sus ojos brillaban con diversión. —Me imagino que Hades
correrá con los gastos.
El resto de la ropa de Porter fue eliminada con rápida eficacia. Estaba en posición
horizontal con un cuerpo caliente presionándose contra él antes de que pudiese decir
qué bonita polla tienes.
Los labios de Alstair se cernieron sobre los de Porter, forzándole a apoyarse si quería
un beso. —Ven aquí.
Porter enredó sus piernas con las de Alstair y con un rápido impulso dio la vuelta al
hombre hasta que Alstair estaba bajo él. Sin dejar que los nervios tomasen el mando,
presionó sus labios contra los de Alstair. El Segador abrió su boca, permitiendo que
Porter accediese al interior sin resistencia. Incapaz de resistir tan obvia invitación,
Porter violó la boca de Alstair y deslizó su lengua dentro.
El suave gemido de Alstair fue como ganar una medalla de oro. Orgullo surgió a
través de Porter y una recién adquirida confianza le dio valor para deslizar su mano
entre sus cuerpos y tocar el objeto de sus más recientes fantasías.
—No. Te quiero dentro de mí. —Porter podría tener dudas sobre la mejor forma de
conseguir su venganza pero cuando se trataba de Alstair no tenía ninguna duda.
—Coge el lubricante de tu bolsa. —La voz de mando de Alstair sólo endureció más a
Porter.
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Salió con dificultad de la cama y casi tropieza con su errante zapato antes de alcanzar
la bolsa. —Maldita sea, — maldijo mientras cruzaba la habitación.
—Tranquilo, bebé, no quiero tener que ir a por un sanador.
—Sí, yo tampoco. —No se podía imaginar cómo podía ir esa conversación. Después
de buscar rápidamente en su bolsa, sacó el lubricante y los condones con un grito de
victoria. Los ondeó ante la mirada divertida del nigromante y regresó a la cama.
—Sobre las manos y rodillas hará que sea más cómodo para ti, —Alstair dijo. Se
incorporó para recibir a Porter en la cama con suaves toques y gentiles besos.
Porter dudó un minuto. En todas sus fantasías Alstair le miraba mientras que tenían
sexo pero puede que fuese hora de apartarlas a un lado y hacer espacio para el hombre
real. —De acuerdo, si crees que es mejor.
—¿Y qué hay de ti? No quiero que todo se base en mí. —Podría ser su primera vez
pero si Alstair no lo disfrutaba presentía que el nigromante no regresaría a por más. El
educado desinterés de Alstair sería peor que un rechazo total.
Alstair besó a Porter. Cuando separó su boca, se lamió los labios. —No me preocupa
no disfrutar. Planeo pasar un buen rato.
—Oh, bien. Si estás seguro. —Porter se movió alrededor de Alstair y se puso sobre
sus manos y rodillas. —¿Así?
—Sí. —El rudo tono de Alstair hizo que Porter le mirase sobre su hombro. La lujuria
en la expresión de Alstair aumentó la auto estima de Porter más que un diccionario.
Contoneó su culo a Alstair, quien lo golpeó. Porter rió. No había esperado este lado
desenfadado de Alstair. Pensaba que el Segador sería demasiado intenso para los
juegos previos. La sorpresa se convirtió en placer cuando Alstair le metió un dedo
lubricado. La picadura inicial desapareció rápidamente cuando Alstair rozó algo
mágico dentro.
51
—¡Justo ahí! ¡De nuevo!
La rica risa de Alstair se vertía sobre él como una manta arropando su alma.
Porter no sabía qué responder. Se imaginaba que todos tendrían el mismo interior pero
si le encendía a Alstair no pondría ninguna objeción. Alstair situó algunas almohadas
bajo la entrepierna de Porter para darle una mejor altura.
—No lo necesitarás sin mí. —Porter no tenía respuesta para la confianza de Alstair de
que sería el único amante de Porter. Entonces Alstair dobló sus dedos y a Porter no le
importó nada más que el toque del nigromante y lo que podía hacer para aumentar el
placer de Porter.
Porter miró sobre su hombro para encontrarse con Alstair envolviendo el condón sobre
su erección.
—Ya que soy medio fantasma uso protección. No quiero arriesgarme a que pase algo.
Además he comprobado que los amantes están más tranquilos con una barrera física.
Alstair rió, su respiración bañaba la nuca de Porter en una oleada de calor. —Qué
agresivo.
Porter se contoneó contra Alstair. El nigromante agarró las caderas de Porter con sus
grandes manos. —Yo me encargo, bebé, no te lastimes.
En un lento y controlado movimiento Alstair salía para volver a entrar en una serie de
embestidas superficiales que tentaban a Porter con el sabor de lo que podía ser si
Alstair se dejaba ir.
—Por favor, —Porter empuñó las sábanas con su agarre sudoroso. El calor del cuerpo
de Alstair y la desesperación de Porter aumentaban la temperatura de la habitación.
Una fina capa de sudor cubría su cuerpo y el olor almizclado del deseo y a macho
caliente llenaba su nariz. No importaba cuántos otros amantes tuviese, este momento
quedaría grabado y atesorado en su memoria.
Entre el diálogo y la acción no hubo a penas espacio. Alstair tomó las palabras de
Porter y empezó una serie de duras embestidas al borde del orgasmo. —Oh, joder. —
Rayos de deseo, como rayos le asaltaban hasta que dejó de ser una persona física y en
su lugar se transformó en un ser de puro deseo.
—¿Te quieres venir?— Alstair rodeó con una mano la erección de Porter, apartando la
almohada para dar a Porter algo más concreto para embestir.
El profundo gruñido de Alstair reveló que su amante le siguió en su caída. Una serie
de suaves besos desde la nuca hacia su espina precedieron a la salida lenta de Alstair.
La suave brisa y el sonido de movimiento detrás de él le advirtió que su amante se
alejaba.
Un duro agarre en su hombro le hizo rodar. Alstair dijo un hechizo que Porter no pudo
captar y un paño fresco limpiaba su gastada polla. —¿No hay hechizo para eso?—
Porter preguntó, elevando una ceja ante la tierna acción de Alstair.
—Sí, pero prefiero disfrutar de un toque manual, —Alstair dijo antes de limpiar bajo
las pelotas de Porter.
Una vez satisfecho de que Porter estuviese completamente limpio, Alstair desapareció
en el cuarto de baño un breve momento y regresó sin la ropa para acurrucarse junto a
Porter. —Descansa. Tenemos un día complicado mañana.
54
Capítulo 6
La luz del sol despertó a Alstair. Con los ojos aún cerrados, se adelantó para tocar piel
cálida y suave.
—Buenos días. —La ruda voz de Porter revitalizó a Alstair tan rápido como una taza
de café con triple cafeína.
Mantuvo sus ojos cerrados mientras enrollaba su brazo en la cintura de Porter y tiró de
él hasta que Porter estaba acurrucado en los brazos de Alstair en posición de cucharita.
Colocando su cara en la nuca de Porter, se acurrucó en el calor. La pasada noche
encontró lo que siempre quiso en un amante y se negaba a permitir que la realidad
arruinara la perfección del momento. Ignoró la parte indignada de su mente que
demandaba que investigase por qué tenía la desesperada urgencia de acurrucarse.
Normalmente nada más correrse Alstair mandaba por la puerta a su compañero de
cama. Sin embargo, atrajo a Porter más cerca.
—¿Cómo estás?— Alstair abrió los ojos, reacio a enfrentar el mundo, pero interesado
en lo que pensaba Porter.
Porter luchó un poco, pero se las arregló para girarse en los brazos de Alstair,
involuntariamente presionando sus erecciones mañaneras.
—Mm, bueno.
Porter tarareó y se acercó más hasta que pudo poner su cabeza en el hombro de Alstair
como un gatito necesitado rogando por caricias. Alstair agradecido, pasaba sus dedos 55
por el pelo desordenado de dormir de Porter.
—¿No fui muy rudo contigo?— Alstair se estremeció al recordar la dura paliza que
dio al culo virgen de Porter.
Alstair sonrió. Si los habitantes del Inframundo pudiesen verle ahora perdería algunos
de sus puntos de tipo duro. Tras un revolcón en las sábanas, Porter le tenía comiendo
de su mano.
—Te puedo hacer un hechizo, —se ofreció. No tenía mucha experiencia con la magia
curativa, pero algunas cosas eran universales. La mayoría de los magos podían
eliminar pequeños dolores.
—No. —La rápida respuesta de Porter hizo sonreír ampliamente a Alstair. Podía sentir
como su boca se estiraba en una forma desconocida que se estaba haciendo más
frecuente según pasaba más tiempo con el joven mago.
—No. Me gusta sentirte o al menos sentir las consecuencias de tener sexo. Es como si
me reclamases.
La polla de Alstair se sacudió ante las palabras de Porter. Maldita sea si no quería
reclamarle de nuevo.
Alcanzó el lubricante.
—No sé si puedo tomarte tan pronto, — Porter dijo, su tono pesado con lamento.
—Está bien. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer. —Alstair echó una pequeña
cantidad de lubricante en su palma. —Retrocede unos pocos centímetros.
Alstair mordió sus labios para aguantar su protesta instintiva. La repentina pérdida del
calor corporal le tenía ansioso por un mayor contacto. Los centímetros que les
separaban parecían ser millas.
—Hey, estoy aquí, —Porter pasó sus dedos por la mejilla de Alstair como si se
56
hubiese asomado en la mente de Alstair y viese el disgusto por la distancia.
—Sí. Bien. —Era demasiado pronto para profundos debates psicológicos o tiernas
palabras de deseo. Alstair perdió la mayor parte de su gentileza por sus años de
trabajar como Segador y no sabría qué decir de todas formas. Pero una mirada cálida
de los ojos de Porter y Alstair deseaba poder juntar las palabras perfectas, atarlas en un
lazo brillante y regalárselas a su amante.
Alstair rodeó con su mano ambas erecciones y usó la otra para colocar un mechón de
pelo tras la oreja de Porter. Un gemido salió del pecho de Porter. Alstair sonrió. —¿Te
gusta?
Los hombros de Alstair se agitaron con la risa. Otros amantes habían conducido a
Alstair a la locura con la lujuria pero ninguno le había hecho reír tanto como Porter.
Alegría se extendió en su pecho, una flor de felicidad floreciendo bajo la
consideración de Porter, alimentándose del afecto en lugar de la luz del sol.
Alstair mantuvo su toque firme pero no demasiado duro mientras que deslizaba el
agarre de sus varas hacia arriba y abajo. —Quiero ver cómo te derrumbas sólo con el
toque de mi mano.
—Continúa así y no creo que tengas ningún problema, —Porter dijo con palabras
rasgadas. El joven mago se lamió los labios dejando un brillo de humedad detrás.
Alstair apenas pudo resistirse a tomar la boca de Porter con la suya pero no quería
compartir su aliento mañanero y alejar a su amante. Alstair no había estado así de
cautivado con nadie antes.
La ducha duró más tiempo con Porter volviéndose juguetón bajo el chorro del agua
pero Alstair no se quejó. Disfrutaba al frotar sus manos enjabonadas por el cuerpo de
Porter.
Salieron media hora más tarde. Relajado, Alstair se vistió con el zumbido del buen
sexo vibrando en su cuerpo. No podía recordar la última vez que había estado relajado
en la presencia de otro.
Indicó a Porter que retrocediese. No sabía quién estaba al otro lado. Al abrir la puerta
apareció un hombre delgado con el pelo naranja brillante y un anillo de plata en la
nariz. No parecía amenazante pero Alstair sabía que no se debía juzgar sólo por las
apariencias.
—Sí.
—Soy Minius Fortin. El comité me pidió que les recogiese para el desayuno. Tienen
treinta minutos para comer antes de que comience la competición.
Minius revisó la hoja en su portapapeles. —Sí, aquí dice que Mr Morgan tiene un
acompañante. Hay un sitio reservado para usted.
Alstair rodeó con su brazo la cintura de Porter. No habría ido sin su amante a ningún
sitio a pesar de las demandas de Hades. —Bien.
La sonrisa que Porter dirigió a Alstair le hizo erguirse con orgullo. Satisfacción le
atravesaba como el cálido rayo del sol.
58
—Estoy preparado si tú lo estás, —Porter dijo situándose más cerca.
Alstair hizo señas a Porter para que fuese delante de él. Quería a Porter entre Alstair y
el mensajero para que no existiese la oportunidad de que se perdiera. Algunos de estos
viejos edificios tenían retorcidos pasadizos y si Porter llegaba a desorientarse podía
perderse.
Caminaron detrás de Minius quien les sacó del edificio y cruzaron el campus. Alstair
tuvo un flashback cuando pasaron por una plaza donde Elijah había visto un montón
de fantasmas. Liberó su magia nigromante y docenas de espíritus pasaron a la otra
vida. Quizás si se convertía en director, podía convencer a algunos de ellos para que
siguiesen adelante. Por el estilo de su ropa, algunos de los fantasmas llevaban allí
siglos.
—Sí, lo siento.
Su guía les llevó a una gran sala de reuniones donde establecieron varias mesas y
grupos de personas se agrupaban alrededor de sus tazas de café como si el oscuro
brebaje pudiese revelar los secretos del universo.
—Hay un buffet por allí. Coged cualquier sitio libre. Se le pedirá que se presente
cuando sea hora de valorar a los solicitantes. —Con esas ominosas palabras, su
mensajero se fue.
Porter acarició el brazo de Alstair para tranquilizarlo. —Creo que estás preocupado
por convertirte en el próximo director o si no tomas el trabajo, por quien será.
—Alguien más en la lista. —No le importaba quien dirigiese la escuela mientras que
pudiese encasquetárselo a alguien fiable. Hades necesitaba aprobar la selección por lo
que Alstair no podía permitir que cualquiera ocupase el puesto.
Porter abrió su boca para hablar cuando un ruido en señal de llamada irrumpió en la
multitud. Un hombre alto estaba en el podio golpeando su vaso de agua de una manera
molesta. Si no paraba pronto, Alstair iba a arrancarle el brazo para que no tuviese que
preocuparse por que la gente hablase o no.
Alstair negó con la cabeza señalando que estaba de acuerdo. No reconocía al mago
tampoco, pero Elijah no había necesitado clase de inglés, por lo que tuvo un contacto
limitado con los miembros de la facultad.
—Tiene ese efecto en mucha gente, —una tranquila voz de hombre habló a su
derecha.
Alstair giró la cabeza para encontrarse con un apuesto hombre moreno con un traje
gris perla sentado en el previamente asiento vacío a su lado. No le vio antes y no había
notado que nadie se sentase.
60
—¿Quién jodidos eres?
El hombre giró su cabeza y Alstair vio el brillo de ectoplasma brillando en sus ojos.
—¡Eres un fantasma! Pero eres muy sólido. —Fuera del Inframundo nunca había visto
un espíritu que pareciese ser una persona normal.
Alstair había oído hablar de maestros, poderosos fantasmas que eran tan fuertes en
magia que su muerte creaba un vacío en el éter. Los maestros fantasmas podían vivir
siglos y a la gente sensible a la magia le podía ver como una persona real. Eran
extremadamente raros y difíciles de localizar a menos que supieses donde buscar.
Había sido entrenado para reconocerlos pero nunca se cruzó con uno antes.
Wilman comenzó a hablar de nuevo antes de que Alstair pudiese hablar con el
fantasma. Estaba hablando tonterías, de todas formas, todo el mundo sabía que el
primer director fue Mayell.
—Me pregunto por qué la directora provisional no está aquí para ayudar, —Porter
susurró.
He consultado los libros y vamos a seguir las reglas para aspirantes. Cuando esta
escuela se creó, el Director Mayell tuvo que descubrir todos los puntos de poder para
situar los edificios apropiadamente. Hemos escondido símbolos en todos los sitios
61
mágicos. No os vamos a decir cuántos hay pero vuestra puntuación dependerá del
número de símbolos que consigáis. Cada símbolo representará un punto, contra más
símbolos, más puntos.
—Hay cuatro, —River dijo a su lado. —Lo sé porque soy quien los descubrió,
— River gruñó.
Alstair no sabía qué pensar del maestro fantasma, pero apreciaba la ayuda. Tenía que
permanecer en las primeras pruebas para evaluar a sus oponentes. Tenía que haber al
menos una persona que pudiese servir como director para la aprobación de Hades. Se
giró para dar las gracias a River pero el fantasma se desapareció tan rápido como
apareció.
—Comenzamos en quince minutos. Tienen tres horas para regresarnos los símbolos.
— Señaló para indicar a las otras dos personas pero seguía sin presentar. Wilman se
sentó de nuevo tras su discurso.
—¿Crees que harán algo así?— Alstair preguntó. Para ser tan inocente, Porter tenía
una visión escéptica de la autoridad.
El agrio tono de Porter tomó a Alstair por sorpresa hasta que se dio cuenta de que su
amante tuvo su propia experiencia con la corrupción vinculada al poder. Apretó el
hombro de Porter. —Tengo trabajo para ti mientras que estoy fuera. —No podía llevar
a Porter con él y necesitaba hacer algo mientras que se ponía en la búsqueda.
—Lo sé, pero creo que algo ocurrió hace tiempo y alguien borró su existencia.
— Alstair no creía en las teorías conspiratorias, pero un poderoso maestro fantasma se
merecía alguna atención, especialmente de un Segador.
—Oh, bien. Iré a ver lo que puedo hacer. ¿Qué estás buscando?
—Quiero averiguar por qué le borraron. Alguien cubrió su puesto y quiero saber el
motivo. —Tenía el presentimiento que cuanto más averiguase de River, más cerca
estarían de descubrir más secretos de la Academia. Tenía un mal presentimiento de
todo esto, y aunque esperaba estar equivocado, River no había aparecido por nada. El
director quería que descubriese algo de su pasado. Una lástima que los fantasmas no
pudiesen contestar directamente las preguntas. Los Maestros Fantasmas eran
conocidos por ser criaturas astutas. Aunque Alstair no se hubiese encontrado una
antes, tenían su reputación.
Después de dar un beso de despedida a Porter, Alstair fue a unirse a los otros
candidatos mientras que Porter se dirigía a la sala de archivos.
Alstair revisó a los competidores. Sabía que Lorentz, Jack Bowen y Ellard Buckart
eran magos con una fuerte magia pero de escasa reputación y Cylina, una
administradora que reconoció de una gran corporación para la que hizo algunos
trabajos. Saludó con la cabeza a los que conocía. La agria expresión en la cara de
Lorentz le animó. Disfrutaba al hacer sentir al hombre incómodo. La forma de ser del
profesor siempre le había molestado.
Ninguno de los candidatos habló mientras que esperaban que Wilman continuase.
—Mimi os dará unas cestas a cada uno de vosotros. Poned vuestras señales dentro
para entregarlas. Si regresáis sin vuestra cesta reduciremos puntos, lo que podría ser
decisivo en vuestra puntuación final.
Alstair vio la cesta azul brillante tejida a mano. Parecía una de esas cosas que usan las
mujeres para poner dentro los bebés. Su vida oficialmente apestaba. Medio escuchaba
a Wilman mientras parloteaba. Parecía una prueba muy fácil, podían usar magia y
cualquier otra cosa que se encontrasen. Lo único que no podían hacer era permitir que
otro tocase físicamente las señales. Podían incluso llevar a alguien con ellos para
ayudarles ya que aparentemente el trabajo de director consistía en escuchar a la gente
que tenía cerca. Alstair desearía haberlo sabido antes de dejar que Porter andase por
ahí. No dudaba que el ex-fantasma podía ser una buena ayuda. Alstair se encogió de
hombros mentalmente. No tenía sentido obsesionarse en el pasado. Claro que si
pudiese aplicar eso a todas las demás cosas en su vida, probablemente tendría más
éxito en dejar que desapareciesen sus antiguos demonios.
—Comencemos. Tenéis hasta mediodía para reunir tantas señales como podáis. No
sigáis a los demás concursantes ni miréis lo que hacen tampoco. Se trata de que
descubráis las cosas por vuestra cuenta o con la ayuda de vuestro ayudante. Si se os
pilla acechando a otro candidato seréis eliminados.
Alstair asintió junto con los otros candidatos. Las reglas no eran excesivamente
complicadas. Alstair podía romper fácilmente cada una de ellas. Hades no podía
esperar realmente que se quedase aquí, ¿Verdad? Visiones de pasarse décadas
atascado en reuniones y negociando tediosos contratos nadaban ante los ojos de
Alstair como una pesadilla de la que no podía escapar.
—Con las reglas debidamente anotadas, sentíos libres de comenzar. —Wilman señaló
con la mano indicando la puerta.
Alstair miró su reloj. Tenía tres horas para encontrar cuatro símbolos si River estaba
diciendo la verdad. Por lo que sabía de los muertos, a menudo disfrutaban jugando con
los vivos y hasta que supiese más sobre el fantasma no se tomaría en serio nada de lo
que dijese River. River podía estar engañándole y Alstair no lo sabría hasta que
estuviese delante de Hades explicando cómo dejó que se le escapase la posición. 64
Podría no querer ser el director, pero no quería decir a Hades que había fallado.
Algunas cosas no le interesaban.
—¿Preparado?— River apareció a su lado llevando el mismo traje gris. Alstair se
preguntaba si el director había muerto con ese traje. Los fantasmas raramente se
cambiaban de ropa pero había oído que los Maestros Fantasmas tenían más autonomía.
Los otros candidatos dieron a Alstair distintos grados de miradas desconcertadas pero
les ignoró. No era su culpa que no tuviesen la habilidad para ver a un Maestro
Fantasma. Si bien la escasez de visión fantasmal no le animaba a pensar que ninguno
de ellos sería bueno para localizar potenciales nigromantes.
Alstair se separó de los demás. Tenía una prueba que hacer. Si no pasaba por lo menos
la primera etapa tendría más cosas por las que preocuparse que la pérdida de un
trabajo. El descontento de Hades significaría el posible destierro de Alstair a la
esquina más oscura del Inframundo. No se lo había dicho a nadie, pero Hades tenía la
otra mitad del alma de Alstair. El Dios del Inframundo lo consideraba su derecho
desde que la bruja que trajo a Alstair de regreso se la robó completamente a Hades.
Alstair tenía la esperanza de volver a ganar su alma pero Hades hasta el momento no
parecía digno. Puede que si cogía el trabajo pudiese ganar el suficiente valor para que
Hades considerase finalmente que estuviese completo.
Alstair salió del edificio y se dirigió hacia donde le señaló River. Puede que fuese una
ventaja injusta, pero Wilman dijo que Alstair podía usar su magia y como uno de sus
poderes consistía en hablar con los muertos, usar a River entraba dentro de las normas.
Eso es lo que diría a cualquiera que le preguntase.
Flores florecían por todo el campus. Si no tuviese una competición que hacer, lo
habría considerado un agradable paseo. 65
—¿Quién crees que es el mejor candidato?— Alstair preguntó. Podría entablar
conversación mientras que caminaban por la vegetación. Usando su otra vista, Alstair
vio lanzas de energía estallando desde el suelo delante de él. No sería difícil encontrar
la primera fuente de energía cuando energía azul chisporroteaba y pulsaba en el aire.
El pelo de Alstair se levantó en respuesta a toda la electricidad y sabía que su estilo no
había mejorado con el contacto.
River tarareaba mientras pensaba. —No sé todavía. Lorentz tiene experiencia con los
estudiantes y sabe cómo funcionan las cosas. Tú tienes una gran energía pero siento
una falta de interés en el trabajo y de los otros tres me reservo el juicio por el
momento. Todos estuvieron aquí como estudiantes hace muchos años pero ninguno de
ellos fue excepcional. Hay más potencial en el actual grupo de estudiantes
prometedores que todos vosotros juntos.
Atravesando un hueco en las esquinas, Alstair descubrió una gran fuente de tres
niveles en el centro de un pequeño claro. Ningún sendero llevaba a la fuente o
indicaba ningún tipo de camino.
—No. Unos directores atrás, un idiota decidió que los estudiantes con mucho poder
eran incontrolables. Escondieron todos los puntos. Sólo las personas con mucho poder
como tú y estudiantes súper fuertes que no lo necesitan pueden encontrar esos sitios.
Alstair apartó de su cabeza sus reflexiones y buscó en la zona. Encontró una bolsa que
colgaba de una piedra con forma de pezuña de caballo en la parte de atrás de la fuente.
Después de abrirla, cogió uno de los discos redondos guardados en el interior. Era del
tamaño de un disco de hockey y brillaba con magia. Lo metió en su cesta y volvió a
dejar la bolsa donde la encontró. —Me pregunto cuántos van a esconder las bolsas.
River rió. —Es una buena pregunta. Yo lo habría hecho si fuese mi competición.
—Pensé que sería más fácil localizar los otros tres si estaba en el centro del campus.
—Están en los cuatro puntos. Es como diseñé la maldita cosa. Dirígete al oeste.
— River señaló la dirección contraria a donde se había dirigido Alstair.
—Huh. Bien. —Puede que su acompañante resultase mejor que si Porter estuviese con
él. Por mucho que le gustase el joven, Porter no tenía aún mucha experiencia. Además,
aún no conocía la base mágica de Porter, no es que importase, quería a Porter con una
pasión inusual. Nunca había deseado a nadie como a Porter. Encariñarse de alguien se
acabó después de que la única persona que le profesó amor, le abandonase. Hasta el
día de hoy aún tenía heridas abiertas en su alma.
—Algunos de ellos pueden no ser lo bastante fuertes para ver las fuentes de energía.
Alstair siguió un sendero que llevaba a una esquina oscura del campus que ni siquiera
sabía que existiese.
Alstair rió. —No había escuelas para esto cuando era joven. He tomado unas pocas
clases nocturnas, pero nunca he asistido a tiempo completo. Supongo que no dediqué
tanto tiempo como pensaba en explorar campus. Cuando crecía, nos juntábamos para
practicar e intentábamos no matarnos. Algunas veces teníamos éxito. —Bloqueó las
veces que la curiosidad destruyó a los amigos y familia que amó.
La luz verde le llevó a un árbol. Una grieta irregular rasgaba el centro del tronco
dejando un brillante pincho de madera en el centro.
—Extraño.
—La naturaleza tiene una forma de canalizar los poderes humanos que ni siquiera
comienzo a comprender, —River dijo.
—Sí, supongo. —Alstair miró alrededor. La bolsa del árbol colgaba de las ramas
superiores.
—No hay problema. —Alstair levantó su mano derecha y se concentró. Pasó tanto
tiempo desde que usó sus otros poderes que le tomó un minuto poder conectar.
Primero un flujo, después un torrente de poder le atravesó. La bolsa se deslizó de la
rama y cayó como un ladrillo en la mano que esperaba de Alstair.
—Supongo que ambos tenemos dos. —Dio a Alstair una sonrisa en la que no
confiaba.
—Supongo, pero en beneficio del juego justo debería volver a ponerla donde la
encontré. —Alstair enfocó su magia en la bolsa y sonreía mientras flotaba a su rama
de nuevo. Las cintas conectaban la madera hasta que colgaba donde Alstair la localizó
en primer lugar. Hizo una reverencia a Lorentz y señaló con una mano al saco.
—Ayúdate tú mismo.
—Gracias.
Alstair escuchó a Lorentz murmurar gilipollas entre dientes pero prefirió ignorarlo.
—La dije que no la necesitaba para esta prueba. Es una estudiante y no sabe mucho
para ser útil. —El tono despectivo de Lorentz aumentó más el desagrado de Alstair.
—Ya veo.
—¿Y qué hay de ti? ¿A dónde se ha ido tu chico? Me resultó familiar. ¿Está
estudiando aquí?
—No. Dejó de ser estudiante cuando le asesinaste, —Alstair se quebró. Sin otra
palabra, giró y se fue. Se preguntaba qué haría Lorentz con ese conocimiento. Maldita
sea, debería haber dejado que Porter soltase su secreto cuando quisiese. Puntiagudas
lanzas de culpa pinchaban a Alstair. —Le compensaré.
—¿Por qué no? Era un fantasma y ahora ha regresado. No significa que haya perdido
sus poderes de fantasma.
—No trato de engañar en nada, —River interrumpió. —Fuiste fantasma sólo por un
breve tiempo y regresaste. Porter murió, se convirtió en fantasma, fue al Inframundo y
regresó de nuevo. Retuvo parte de su magia ya que esa era su especialidad antes.
—Es parte de la familia de la nigromancia. Una oscura parte que no mucha gente
recuerda. Es aún más extraño que la nigromancia. Sólo uno entre cincuenta millones
tiene la magia fantasmal y la mayoría muere por ser quemados por ella.
—¿Por qué les quemaría?— Esto no tenía ningún sentido para Alstair.
Alstair se inundó de terror. No podía permitir que le ocurriese nada a Porter. —¿Cómo
lo paramos?
Alstair apretó los puños de temor incluso cuando se tranquilizó pensando que Porter
estaba bien. Después de todo, vio al hombre hace media hora. Alstair resistió la
urgencia de perseguirle y comprobarle.
70
Porter paró en el escritorio de recepción. Una mujer con el pelo gris y más arrugas que
un bulldog le saludó. —¿Qué puedo hacer por ti, hijo?— Su voz rajada por la edad
pero sus ojos tenían un brillo de inteligencia. Apostaba que tenía a los estudiantes a
raya.
Su expresión se relajó. —Oh, está bien, entonces. Deja que te haga un pase. No puede
pasar cualquiera allí.
—Gracias. —Porter aceptó el papel y se paró. —¿Supongo que nunca habrá oído del
director River?
Se inclinó hacia adelante. —Porque su nombre ha sido borrado. Cualquier cosa que 71
necesites saber lo puedes encontrar en la sala de registros. Habla con Havvis, es el
Guardián de los Secretos.
—Oh, de acuerdo. —Apretando fuerte el papel, su mente retumbaba por las
posibilidades. Era extraño que una escuela tuviese un Guardián de Secretos. Su padre
le enseñó sobre aquéllos con poder que tenían como trabajo mantener los secretos de
un país o una institución. En un sitio como una escuela el guardián sabría toda la
historia y trapos sucios de todos pero habría jurado no contarlo a menos que la persona
acertada pidiese la información. ¿Encajaría en esa categoría? No lo sabía.
—Te ocurre a menudo, supongo. —Porter ni se imaginaba lo frustrante que debía ser
que le confundiesen constantemente con sus hermanos. Puede que fuese porque no
tenía ninguno. Porter había sido hijo único. Por lo que sabía los trillizos eran
extremadamente cercanos.
—Sí, a veces creo que deberíamos llevar puestas camisetas con nuestros nombres,
— Dean afirmó.
—¿Qué haces aquí? Pensaba que estabas aquí para hacer eso de director. ¿No es
ahora?
—Es privado.
—Oh, lo siento. No quería ser grosero. —Dean se ruborizó y Porter le sonrió para
cubrir su incomodidad.
—¿Estás bien?— Una mujer habló detrás de Porter. Reconoció a la bonita chica de la
72
pizzería. Pasó a Porter para ponerse al lado de Dean. Sus ojos destellaban y por un
breve segundo la loba le miró.
—Estaba siendo entrometido, —Dean confesó. No tocó a la cambiaformas a su lado,
pero Porter podía ver el anhelo en los ojos de Dean. —Daniela, este es Porter, un
amigo de un amigo, y, Porter, esta es Daniela.
Tu compañera. Porter no dijo las palabras en voz alta, pero estaba seguro de que era
cierto. La química corporal de la pareja prácticamente gritaba pareja.
Daniela se ruborizó. —Dean está haciendo un trabajo sobre los hábitos de enlace de
los cambiaformas lobo. Me pidió ayuda. Nos dirigimos a la biblioteca.
Porter se puso a cruzar la plaza. Tardó unos minutos en ver el edificio azul más allá de
los pesados encantamientos establecidos en la zona. El papel en su mano ardía.
¿Podría siquiera ver el sitio si no llevase el pase? De alguna forma lo dudaba.
Subió los escalones. Una gran placa anunciaba que esta zona era la división Especial
de Archivos. Una complicada obra de hierro que prácticamente goteaba por el
encantamiento que cubría la puerta principal. Porter rodeó con sus dedos el asa de la
puerta y tiró. No ocurrió nada. Su respiración salió con fuerza de él cuando dejó salir
la tensión. Con tanta cantidad de magia en la puerta, había esperado una dolorosa
reacción mágica.
Las bisagras se movieron tan silenciosamente como un suspiro cuando Porter empujó
73
para abrir la puerta. Miró rápidamente con precaución al interior, nada. No había
absolutamente nada dentro del edificio. Perplejo, Porter pasó al interior. La puerta se
cerró detrás de él y la habitación apareció con claridad. Envuelta en magia, el aire
destelló un minuto hasta que la sala reveló su contenido. Había una enorme mesa a la
derecha de la entrada y un gran hombre sentado detrás de ella. Parecía más ser un
soldado que un catalogador. Tenía anchos hombros, un cuerpo musculoso y pelo largo
negro se trenzada en una forma complicada como en las fotos de los antiguos
guerreros.
Con nerviosismo bajó los escalones y Porter se adentró. Se negaba a retroceder y decir
a Alstair que el miedo le hizo darse la vuelta. Una señal sujeta en un poste de metal
indicaba que todos los visitantes debían registrarse antes de entrar en la sala de
archivos.
Porter se aclaró la garganta. —Um, sí, señor. —Se adelantó, con cuidado de no hacer
movimientos bruscos. Un gato mirando a un ratón tenía menos intensidad que el
aterrador hombre mirando a Porter como si tratase de decidir si le dejaba entrar o
clavaba su cabeza en una pica.
—Sí. —Después de un largo silencio volvió a hablar de nuevo. —¿Quién eres tú?
—Porter Exton.
—Entonces es probable que ya sea hora.— Porter no sabía dónde encontró la fuerza 74
para responder pero si planeaba salir del archivo especial de una sola pieza y no ser
despellejado para un volumen de las artes oscuras, debería probablemente mantener
cerrada la maldita boca.
Porter esperó un momento. El tono del bibliotecario indicaba que Porter debería dar a
la pregunta la cantidad apropiada de sentido. —Creo que sí. Un amigo mío necesita la
información.
—Tenía que asistir a otra cita. —Porter no desistiría. Alstair le había dado un trabajo y
tenía intención de cumplirlo.
—Sí. —No sabía si su romance continuaría una vez que regresasen al Inframundo
pero quería ver a donde podía llegar. Le gustaba Alstair aún sin estar cien por ciento
seguro de que el nigromante le correspondiese.
Porter se apartó la sensación de que había caído en más problemas de los que podía
manejar. Aunque parecía impecable, el olor a libros viejos y a magia impregnaba el
aire. Porter estornudó, ganándose que el archivador le frunciese el ceño.
—Lo siento.
Havvis se apartó y Porter se movió para mantener esos anchos hombros a la vista. Si
no tuviese ya un hombre, podría haber hecho un movimiento con Havvis. Yum.
—Aquí está el libro que nombra a todos los directores y sus historias. —Havvis señaló
un ancho volumen con toques dorados. Palabras cubrían el lomo pero no en un
lenguaje que Porter entendiese. Su ánimo se hundió.
—Umm, cierto. Haré eso. —La mirada de Porter se dirigió a donde havvis señalaba.
Se había perdido la fila de cabinas con luces en el techo, brillando las palabras,
disponible— o —no disponible.
—Oh, gracias.
—Bien, dime todos tus secretos, pequeño libro. —Puso el tomo en el rectángulo
brillante y abrió la cubierta.
Una suave voz de mujer llenó el aire. —¿En qué lenguaje te gustaría traducirle?
Porter aspiró profundamente y abrió la cubierta. Casi saltó cuando una traducción en
inglés apareció en la pared frente a él. Sonrió de excitación cuando localizó el nombre
de River. Agradecido de que los números de las páginas fuesen iguales en ambos
idiomas, Porter avanzó a la página con la información de River.
Quince minutos más tarde, Porter había aprendido todo lo que el libro pudo revelar. El
autor aseguraba que River ardió en la hoguera después de que Mayell lo señalase ante
un grupo de humanos. Mayell entonces se declaró fundador de la escuela y volvió a
nombrarla. Se destruyeron todas las señales de River, como los antiguos egipcios
hacían para eliminar a los anteriores faraones. De esta forma, Mayell eliminó la
existencia de River. El autor añadió que la mujer e hija de River fueron sobornadas y 76
salieron de la ciudad.
Enfermo del estómago, Porter imaginaba como debió sentirse la familia de River. En
aquél entonces la mujer de River probablemente dependía de su marido. Sin ingresos
ni nadie para ayudar, habría tenido que coger el dinero o sufrir el mismo destino que
su marido. Mayell continuó como si nada hubiese ocurrido y nadie que hubiese
desaparecido.
Porter saltó en su asiento. La silla de metal cayó al suelo detrás de él. Tragó
rápidamente, intentando sacar su corazón de la garganta y llevarle a su pecho, a donde
pertenecía. Un fantasma apareció junto a él. Llevaba puesta una túnica blanca de
mago. Barba larga gris cubría la mayor parte de su cara y los fríos ojos negros no
tranquilizaban para nada a Porter.
El instinto hizo que Porter llamase a su espada. Sin dudarlo, extendió la espada
ectoplásmica contra el hombre que sospechaba era Mayell.
Un alto chillido rompió en los oídos de Porter pero insistió, atravesando al fantasma de
nuevo. —Te destierro al Inframundo. Sacó una moneda de su bolsillo y se la arrojó a
la forma evaporándose de Mayell. —Espero que sea suficiente para el barquero.
—Ah, Porter, mi niño. —La familiar voz de Hades tranquilizó algo del temor de
Porter. Qué extraño que el Dios del Inframundo le calmase. Elevó su cara para
dirigirse al dios que ahora compartía su cubículo.
Hades rió, un cálido y feliz ruido que calmó la ansiedad de Porter. —No, no, has
estado increíble. Serás un buen Segador.
—¿Qué? 77
—No pensabas que pudieses ser uno, ¿Verdad?
—No soy un nigromante. —No sabía por qué se sentía obligado a señalarlo. Hades
debía conocer las habilidades de Porter.
—No. Eres algo incluso mejor, un mago normal con poder fantasmal. Eres especial,
Porter, y serás una gran ayuda para Alstair. Mi Segador ha estado solo demasiado
tiempo. Puedo confiar en que cuides de él, ¿Verdad, Porter?
—S-sí, señor. —No tenía realmente otra elección si quería permanecer en el lado
bueno de Hades. Nadie rechazaba al Dios del Inframundo y esperaba resultados
positivos. El hecho de que Hades quisiera que Porter hiciese lo que había planeado de
cualquier manera, era la guinda que coronaba el maldito pastel.
—Bien. Gracias por encargarte de Mayell. Claro que aún tienes que tratar con otras
cosas pero estoy seguro que lo harás bien. —Palmeó a Porter en la espalda y
desapareció.
—¿Qué otras cosas— Mierda, había tenido la oportunidad perfecta para preguntar a
Hades todo tipo de preguntas. Ni siquiera sabía si había mandado apropiadamente a
Mayell al Inframundo.
Un fuerte golpe sacó a Porter de sus pensamientos. En la mesa junto al libro del
director ahora había un volumen más pequeño. No necesitaba ninguna traducción para
leer la cubierta. En letras metálicas doradas estaban las palabras, —Soy un Segador,
¿Qué jodidos hago ahora?— Rió cuando vio el nombre del autor, Alstair Gorman.
78
Capítulo 7
Alstair suspiró ante la hierba pantanosa que cubría el suelo frente a él. El brillo blanco
frente a él le dijo que se dirigía por el camino adecuado. Maldita sea, —¿Tengo que
mancharme?
River elevó una ceja ante él. —Solía haber un bote de remos por aquí para llegar a la
isla. No he estado aquí hace mucho tiempo, pero podría no estar ya.
—¿Quién te mató?
—Mierda.
—¿De qué estás hablando?— El tono de Wilman no cambió, sonaba más curioso que 79
preocupado.
—Alguien ha matado a Cylina. Manda seguridad al pantano junto a la señal blanca.
— Colgó. Wilman no tenía nada que decir que le interesase a Alstair.
—¿Cómo lo sabes?
Alstair asintió. La fuerte mujer de negocios que había conocido habría puesto
resistencia. Si realmente no vio a quien la asesinó, entonces no estaban más cerca de
descubrir lo que ocurría que antes. —Me pregunto quién quiere el puesto de director
tanto como para matar.
Alstair se le lanzó por esas palabras. —¿No lo puedes decir? Lo sabes, ¿verdad?
—Sí, pero estoy bajo ciertas restricciones. Puedo ayudar pero no puedo dar respuestas
completas. —Alstair sabía sobre reglas. Hades tenía un billón de reglas y reglamentos
sobre lo que un Segador podía y no hacer. Tal cantidad que Alstair las puso en un
libro. Su teléfono sonó y apareció el nombre de Porter.
Porter compartió lo que había aprendido. Alstair se quedó con la parte importante.
— ¿Te ha puesto Hades como mi compañero? Huh, va a ser interesante ver cómo
funciona cuando esté forzado a hacer el trabajo de director. Hades no debe esperar que
lo obtenga. —No sabía si debería estar ofendido por la escasa confianza en las
habilidades de Alstair o feliz de no haber sido expulsado verdaderamente del
Inframundo. —Uno de los candidatos ha sido asesinado. Nos vemos en nuestra
habitación en unas horas.
—Bien. —Alstair le dijo dónde estaba. No quería que Porter se perdiese al buscarle y
sabía que Porter vendría a encontrarse con él aunque Alstair le dijese que no.
80
—¿Eres Alstair Gorman?— Uno de los hombres con la palabra seguridad estampada
en su chaqueta le preguntó.
—Sí.
—No parece que hayas estado cerca del cuerpo, ¿Cómo supiste que fue asesinada y
dónde estaba?
Alstair miró más allá del oficial, viendo a otros revoloteando alrededor del bote.
El oficial de seguridad se ruborizó y Alstair supo que el hombre había sido informado
de los hechos, lo que hacía que su línea de interrogatorio no tuviese ningún sentido.
Alstair se pensó por un instante soltar la carta de ¿Sabes quién soy yo? Pero esperó a
ver cómo se desarrollaban las cosas. No comprendía lo que ocurría. O alguien asesinó
a la mujer porque él o ella quería el puesto de director, en cuyo caso fue
probablemente uno de los candidatos, o ella apareció en el lugar equivocado a la hora
equivocada.
—Entonces haz tus preguntas, oficial, pero hazlas rápido para que pueda ir a intentar
encontrar al asesino de la mujer
Porter retrocedió y dio una ligera bofetada a Alstair en el pecho. —Mira a la pequeña
cosa.
Porter rió. —Gracias por eso. ¿Han descubierto quien la asesinó?— Señaló al cuerpo.
—Bueno, sospechaban de mí, por lo que no cuento con que encuentren pronto al
asesino.
—¡Qué!— Furia estalló en los ojos de Porter. —¡Cómo se atreven! ¿Saben quién eres?
Alstair no pudo evitar que se le escapase la risa. Se ajustaba tanto a lo que pensó antes
que Alstair no pudo evitarlo. —Regresemos a mis señales.
—Sólo dos. —Alstair revisó su reloj. —Y sólo tengo quince minutos para regresar la
cesta.
Hades podía no estar contento con Alstair por perder tan pronto, pero no pudo hacer
ninguna otra cosa. Una mujer había muerto. Incluso Hades tenía que respetar eso
como excusa, con suerte.
Se giró en sus talones y comenzó a caminar hacia afuera, convencido de que estaba
descalificado. —Espere, señor Morgan, —Wilman dijo. —Aún continúa con los otros 82
candidatos.
Porter acarició la espalda de Alstair como si pudiese leer su mente. —Vamos a comer
y tengo una idea de lo que podría mantenernos ocupados esta tarde.
—Se me vino a la mente una actividad más de interior cuando dijiste que querías estar
ocupado esta tarde. — El tono descontento de Alstair hizo reír a Porter.
—Escuché que había un culto que usaba la habitación bajo la iglesia. Esta es la
entrada trasera al nivel bajo esa habitación.
—¿Cómo la descubriste?
—La descubrí en los papeles que analizaban la muerte de River. Nunca la habría
encontrado si no me hubieses mandado allí, —Porter dijo, sonriendo.
Porter rió. El grande y malvado gruñón Segador daba a Porter buenas vibraciones.
—Vamos, sólo quiero ver donde estoy enterrado y nos podemos ir.
—De acuerdo. Bien. Después vamos a pasar el resto de la noche como yo quiero.
—Trato. —Después de todo, Porter quería más muestras de sexo con el intenso
hombre a su lado. No planeaba hacerse el duro para tenerlo.
El libro mostró a Porter una puerta trasera a la cripta. Aparentemente, los diseñadores
crearon un túnel que dirigía a una abertura detrás de la escuela y en la esquina de la
83
propiedad de la Academia. —Creo que está allí. —Señaló a la pequeña colina que
podía ver a unas yardas.
—Todo esto resulta espeluznante, —Alstair dijo.
—Trabajas para el dios del Inframundo para llevar a la gente a su último lugar de
descanso. ¿Qué tiene de espeluznante una cripta para ti?— Porter preguntó. No trató
de esconder su desconcierto ante las palabras de Alstair.
—Fantasmas. Las criptas están llenas de gente muerta que a veces permanece junto a
sus cuerpos. No has visto un fantasma contraído por el dolor hasta que te encuentras a
uno que ha estado sentado junto a su cuerpo pudriéndose por años y viendo como su
cuerpo se descompone.
—Puedes segar cualquier alma que te encuentres que creas espeluznante, ¿Verdad?—
Porter preguntó.
—También puedo crear cosas a partir del ectoplasma. —Porter creó su espada
favorita. La espada emitía una luz azul y brillaba al sol del atardecer.
—Puede mandar gente a Hades. Generalmente fantasmas, pero hace lo mismo con la
gente poseída.
Porter asintió. —Atravesé su cuerpo y corté al mago en su interior. Eso arrastró a los
dos abajo con Hades. Me alegra que al final terminase bien. Estaba un poco
preocupado. No quería que Elijah llorase por su compañero el resto de su vida.
—Si no hubieses actuado todo habría sido mucho peor. El fantasma agazapado dentro
de Devin no tenía intención de dejarle ir. Hades tuvo que encerrarle en las celdas de
abajo junto a otros espíritus demasiado peligrosos para reencarnarse.
—Wow. —Aún tenía pesadillas por la expresión de Elijah cuando Porter apuñaló a su
hombre. Desde entonces no había hablado con Elijah. Quizás podría tomarse un 84
tiempo para conversar antes de partir.
—Hey, encontraremos tiempo para hablar con Elijah. Dudo que te guarde rencor ya
que salvaste la vida de Devin, —Alstair dijo como si leyese la mente de Porter.
—Sí, supongo. —Subieron la colina y se encontraron una puerta de metal pintada que
bloqueaba la entrada a la cripta. La cubierta negra estaba levantada en las esquinas,
añadiéndole aire de abandono.
—No, es aquí. —Porter nunca había estado tan seguro de algo en su vida.
Porter se acercó para ver lo que hacía Alstair. —¿Dónde conseguiste un estuche de
ganzúas?
—Unas habilidades muy buenas. —Porter no pudo evitar dar al hombre un pequeño
cumplido.
Los labios de Alstair se inclinaron hacia arriba, pero no volvió a decir nada hasta que
el chasquido de la cerradura probó que sus habilidades no se habían oxidado con los
años.
—Me sorprende que esto no se haya derrumbado con los años, —Porter dijo, mirando
a una viga en particular con aspecto inestable.
—Creo que quedó en el olvido. —Alstair hablaba en un tono tranquilo, poco más que
un susurro.
—Posiblemente. —El aire se volvía cada vez más frío según iban descendiendo.
Giraron en una esquina ventosa para encontrarse con más escalones. —Mierda, esta es
como una de esas escaleras sin fin de las películas.
—De acuerdo.
El pasillo al que les dirigió las escaleras no era mucho más ancho que el hueco de la
escalera. Puertas de hierro alineadas en la pared llevaban a nichos con oscuros féretros
de cemento.
86
—¿Sabes dónde estás enterrado?
—No. —Porter tragó el bulto que se formó en su garganta. No los veía pero podía
sentir a los fantasmas acercándose. Los espíritus no debían querer comunicarse porque
no se dejaban ver.
Porter parpadeó ante la visión delante de él. Un atractivo hombre con el pelo oscuro y
traje gris flotaba a su lado.
—Lo mismo digo. Creo que vas a ser un buen asistente para Alstair, tenéis magia
complementaria.
—Huh. —Porter había esperado encontrar su cuerpo tirado en una esquina o situado
en un pequeño féretro olvidado en los confines más alejados de la cripta. Sin embargo,
la puerta aparentaba ser importante. —¿Por qué te pusieron aquí si Mayel te asesinó?
87
La risa de River tenía un sonido espeluznante. —Aquí es donde pusieron a aquellos
que la universidad tuvo alguna culpa en sus muertes. Esta es la cripta de los
sacrificados. Aquéllos que fueron sacrificados por una causa mayor.
Un escalofrío se deslizó por la espalda de Porter como un huesudo dedo frío trazando
su espina. —¿Y por qué se me considera un sacrificio?— ¿Qué habían hecho con su
cuerpo después de su muerte? Normalmente un sacrificio sería usado de alguna
manera.
—Lo siento, pero tampoco puedo decírtelo. Mis manos están atadas. —El tono de
River mostraba frustración. Porter estaba seguro de que el director quería compartir lo
que sabía pero no podía.
—Se supone que debería haber encontrado algo en esos libros, ¿Verdad?— Maldita
sea ¿Qué se había perdido?
River asintió.
—Se debe a que tienes magia fantasmal, —Alstair dijo. —Cuando mueres, la magia
fantasmal se vuelve mucho más fuerte. —El paciente tono de Alstair hizo rechinar los
dientes a Porter. El mago actuaba como si Porter debiese haberlo sabido.
—No he notado que tenga ninguna fuerza nueva desde que morí. Sólo he envejecido.
— Si se hubiese vuelto más fuerte, lo habría sabido.
—No mucho, —Porter admitió. River le tenía ahí. Siempre había tenido un poco de
miedo de su poder. Siempre sospechó que sería más fuerte en el Inframundo y había
tenido miedo de atraer la atención sobre sí mismo. Porter se contentó con esconderse
hasta que supo que Alstair regresaba a la Academia.
88
—Tanto si Porter es un niño prodigio de la magia o no, necesitamos averiguar lo que
está ocurriendo. ¿Estás contento ahora que has visto tu cripta?— Alstair preguntó.
Porter se ahogó en su risa. Nadie podía reclamar que el nigromante era muy afectivo.
—Sí, ya he terminado aquí.
Sus huesos no podían revelar ninguna pista. Saber que le consideraron un sacrificio
añadió más preguntas en vez de facilitar respuestas. Tras echar una última mirada a su
féretro, Porter dejó que Alstair le guiase fuera de allí.
La mirada ardiente de Alstair calentó a Porter donde estaba. —Estoy seguro de que
hay algo que podamos hacer para entretenernos.
Porter asintió. Estaba abierto a cualquier idea que Alstair pudiese sugerir, al menos
cualquiera que les involucrase revolcándose en la cama o incluso una cama de suave
césped. Vio un terreno de musgo cuando pasaron.
¡Boom!
89
Una fuerte explosión hizo que Alstair empujase a Porter al suelo. Todo el aire de sus
pulmones dejó a Porter jadeando cuando el cuerpo más pesado de Alstair le presionaba
en el musgo que había estado admirando un segundo antes.
—¿Qué fue eso?— Se estremeció bajo Alstair, sin atreverse a quitarse al Segador de
encima.
—¡Pero a ti sí!— Porter acababa de darse cuenta de ese hecho. Aunque Porter era
prácticamente un fantasma sólido, Alstair era medio mortal.
Alstair besó la frente de Porter. —Si muero será porque Hades tiene otros planes para
mí. Como Segador nunca he temido a la muerte.
—Bien, puede desechar cualquier plan que crea que tiene, eres mío ahora.— Furia
alimentó el discurso de Porter. La idea de que Alstair fuese arrastrado de nuevo al
Inframundo y posiblemente no pudiese salir de nuevo enfureció a Porter. ¡Alstair era
suyo!
—Hey, tranquilo. Los dos estamos bien. Vamos a ver qué ha ocurrido.
—Vale, bien. La próxima vez déjame estar arriba. —Porter podía proteger a Alstair de
perder su humanidad. Podía no tener habilidades de súper fantasma pero las
perfeccionaría en una buena máquina de matar si ello mantenía a Alstair a salvo de
daños.
Alstair rió, un rico y sensual sonido. —Cariño, puedes estar arriba siempre que
quieras.
Porter tragó, luchando por humedecer el desierto seco en que se convirtió su garganta.
Se lamió los labios. —Lo-lo mantendré en mente.
—Magia. —Alstair no dijo otra palabra y puso a Porter detrás de él. Su mano envolvía
la muñeca de Porter más fuerte que unas esposas de acero. Sin deseos de escaparse,
Porter siguió obedientemente a Alstair a donde fuera que quisiese llevarle. El hombre
podría estar dirigiéndose de nuevo al Inframundo y Porter le seguiría siempre y
cuando Alstair fuese con él.
—Wow. —Porter no tenía otra palabra para evaluar el desastre delante de ellos.
Porter apartó su atención de los escombros. De alguna forma Lorentz se les aproximó
mientras que estaba distraído.
— Pero hay un asesino, no hace que Cylina esté menos muerta, —Porter irrumpió.
—Sí, lo sé. Gracias, por cierto. Me he pasado las últimas cinco décadas flotando por el
campus.
—No es una cripta para los sacrificados. Es para gente que murió en la escuela. 91
—Bien, enhorabuena por haber contribuido. —Porter tiró de Alstair. —Volvamos a
nuestra habitación.
A Porter se le revolvió el estómago. Genial, ahora tenía una reacción retrasada al
teletransporte.
—Esperen, amigos. —La alta voz de Wilman retumbó en el campus. —Aún tenemos
una prueba más mañana. Sólo porque haya unas pocas personas menos no significa
que haya acabado.
—¡Estás loco!— Lorentz gritó. ¡Está muriendo gente. Los edificios están siendo
destruidos y te preocupas por el puesto de trabajo! ¡Deberías estar llamando al
Consejo y averiguar qué jodidos está ocurriendo!
Porter se quedó con la boca abierta mientras que Lorentz despedazaba a Wilman.
Wilman frunció el ceño al profesor. —¿Estás abandonando?
Lorentz se quedó helado y tomó una profunda respiración antes de hablar de nuevo. —
Estoy diciendo que eres un idiota por querer continuar y el Consejo va a estar de
acuerdo conmigo.
Wiman sonrió de satisfacción. —Ya que estoy a cargo, las cosas van a seguir tal y
como se planearon.
Odiaba pensar que Lorentz tenía razón, pero Porter estaba de acuerdo con el hombre.
—¿Qué estás haciendo para encontrar al asesino?
—No voy a participar en ningún tipo de lucha de jaula con mi avatar, —Lorentz dijo.
—No pondría en peligro a mi espíritu animal de esa forma.
Alstair guardó silencio. Porter se preguntaba lo que haría si Wilman insistía. —El
Segador no tenía un avatar.
Mierda 92
—Serás un buen director, —Porter dijo, intentando esconder su preocupación.
Alstair dio a Porter su mejor mirada de ¿Estás jodidamente quedándote conmigo?
Porter casi podía escuchar las palabras en su cabeza.
El victorioso tono en la voz de Wilman decía a Alstair que esa fue la meta final del
hombre. Eliminar a los competidores hasta que sólo quedaban los que no querían el
trabajo.
—Ese fue tu plan, ¿Verdad?— Porter preguntó. Miró por los alrededores. —¿Dónde
están las otras dos personas de tu comité?
—Qué conveniente, —Alstair dijo. —No sé por qué crees que nadie va a pararte.
La afable fachada de Wilman desapareció ante los ojos de Alstair. —Porque una vez
que os hayáis ido todos, no habrá nadie que pueda combatir conmigo. ¡La sangre de
mis antecesores se derramó por esta escuela y ahora van a pagar por lo que hicieron a
mi familia!
Un brillo maníaco llenaba los ojos de Wilman. —A donde nadie pueda encontraros de
nuevo.
Alstair abrió la boca para hacer otra pregunta cuando un portal se abrió bajo sus pies.
—¡Joder!— gritó cuando el mundo desapareció bajo él.
93
Capítulo 8
Ouch. Dolían todos los músculos y huesos del cuerpo de Alstair. Pestañeó, intentando
tomar sentido de su entorno. Un cielo naranja sobre él se arremolinaba con nubes
blancas como un polo de crema de naranja. Bonito.
De hecho, Porter había perdido unos buenos diez años y ahora parecía un joven
universitario que había olvidado afeitarse. Debía haber resuelto sus problemas con su
muerte. Alstair se guardó esa información para preguntarle más tarde.
—Yo aterricé en mis pies y creo que tú te golpeaste con esa piedra, —Porter señaló
algo detrás de Alstair, pero su cabeza le daba muchas vueltas como para girarse.
—Aquí. —La voz familiar del profesor hizo que Alstair se girase con un movimiento
lento y cuidadoso para mirarle.
—¿Alguno sabe por qué Wilman no aplicó simplemente para el trabajo como los
demás?— preguntó. Desde que el nombre de Alstair estaba en la lista, no podía ser
muy complicado ser uno de los concursantes.
—¿Cómo lo sabes?— Alstair se preguntaba cómo había hecho esa conexión Porter.
—Porque Wilman dijo que su familiar juró sobre su sangre y el Director River no 94
pudo decirnos quien estaba detrás de todo. ¿Cuál es la única cosa sobre la que un
fantasma sería reacio a hablar?
—Su familia, —Lorentz dijo. El profesor caminó para acercarse a ellos. Su pelo estaba
desordenado y polvo azul cubría su ropa, pero parecía ileso.
—Eso aún no explica por qué no pudo aplicar al trabajo como los demás.
—Creo que quería que la Academia pagara lo que hizo a su antecesor, —Lorentz dijo.
—¿Por qué? Hace mucho tiempo que nadie tenía nada que ver con ello, —Alstair
protestó.
—Conozco a Wilman desde hace unos años, —Lorentz dijo. —Ha aplicado al puesto
de director tres veces durante mi puesto. Creo que se considera la reencarnación de
Rivers. Con el tiempo creo que la desilusión le ha infectado de tal forma que cree que
su destino es destruir la escuela.
Lorentz soltó un sonido nasal que estaba entre un suspiro y un gemido. —sí, Porter,
fue un completo accidente.
Lecturas olvidadas hace tiempo flotaron por la cabeza de Alstair. —Creo que tienes
razón.
Alstair buscó en su mente. La conexión entre su hogar y donde estaban era tenue pero
sólida. —Creo que puedo ir pero tendría que llevaros uno a uno.
—No puedo hacerlo. No soy lo bastante fuerte por mi cuenta, —Porter confesó. Una
mirada de preocupación cruzó su cara. —Lo siento.
—No, llévame. Puedo confrontar a Wilman mientras que regresas a por Porter,
— Lorentz dijo.
—Sí, está bien. —La sonrisa de Porter carecía de calidez pero Alstair apreciaba el
esfuerzo.
—Me importa una mierda. —Alstair blandió la guadaña en el aire. Un silbido siguió la
trayectoria de su espada hasta que cruzó el cuerpo del demonio. El demonio gritó antes
de desintegrarse.
—Sí. —Alstair no sabía lo que ocurrió pero ya que el demonio no seguía allí, no le
importaba. Guardó la guadaña de nuevo. —Vamos, salgamos de aquí.
Antes de que Alstair pudiese responder, el demonio le cogió con sus largas y afiladas
garras arrancando partes de la piel de Alstair. Delirando de dolor, se tiró a la línea para
regresar.
Se precipitó al vacío. Trató de bloquear los gritos de Porter y el frío helado que
invadía sus huesos. Entumecimiento le sobrevino. Desesperado, Alstair puso toda su
concentración en su destino. Casa. Necesitaba ir a casa.
Alstair parpadeó para enfocarse pero las lágrimas llenaban sus ojos mientras que un
bárbaro, ardiente y demoledor dolor le consumía.
—¿Qué ha ocurrido?— La voz de Hades hizo eco en sus oídos. Se debe haber
transportado al Inframundo en vez de a la escuela.
97
Alstair entraba y salía de la consciencia mientras que Porter contaba lo que ocurrió.
—Wilman apareció hace unos pocos minutos por lo que Lorentz debe haberle matado.
¿Qué quieres hacer, Alstair?— Hades preguntó.
—¿A qué te refieres?— dijo las palabras en un esfuerzo concentrado. Paró para
lamerse los labios entre las palabras.
—Quiero que seas feliz. ¿Quieres continuar siendo un Segador o intentar algo
nuevo?— Porter preguntó.
Alstair frunció el ceño. Porter no le dijo lo que quería, sólo reiteró las elecciones de
Alstair. —¿Debería ser un Segador?— Había sido uno durante tanto tiempo que
Alstair no sabía que más hacer pero recuerdos y sueños hace tiempo olvidados se
filtraban por su mente.
—De acuerdo.
98
Epílogo
—Profesor Gorman, ¿Puedo hablar con usted de mi examen?— El mago pelirrojo
siguió a Alstair por el pasillo.
—Ahora no, tengo que asistir a una boda. Mañana tengo mis horas normales de
oficina.
Dean le mataría si llegaba tarde, además prometió que llevaría a Porter para hacer las
fotos. El joven Segador había resultado ser un excelente fotógrafo. Hades permitió que
Porter saliese del Inframundo para ser el compañero de Alstair. Por sus años de
servicio, Hades decidió dar a Alstair unos cientos de años como humano. A cambio,
Alstair enseñaba en la Academia y usaba sus talentos para localizar potenciales
nigromantes. El registro de Segadores subió un trescientos por ciento con la habilidad
de Alstair de localizar nuevos nigromantes.
Dio un beso a su amante que tuvo a ambos calientes y gimiendo. —Creo que podemos
llegar más tarde. —Agarrando a Porter por su corbata, Alstair arrastró a su amante
escaleras arriba.
—No podemos llegar tarde, — Porter insistió mientras le quitaba la camisa a Alstair.
99
FIN
Créditos
Nimaria,Clau y Pervy
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