Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Jesús Nazareno
*
Por d
A U EST R O PAD RE
JE;:,r;:, ~AZARENO
NOVENA
a Nuestro Padre
JESUS NAZARENO
que se venera en el
Convento de Padres Capuchinos
de Maracaibo
por el
M. R. P. Florencio de Artavia
Ex Comisario Provincial
de Ecuador - Co~ombia
la5 debidas Licencias
Modo de hacer esta novena a
nuestro Padre
JESUS NAZARENO
Durante los nueve días procura apar-
tarte de diversiones, espectáculos y lec-
turas de novelas.
Confesarás y comulgarás durante la
novena o en el último día.
Darás una limosna según tus posibi-
lidades o, no pudiendo, harás una obra
de mortificación.
Eficacia de esta novena. Esta nove-
na es muy eficaz:
1<:> Para salir del pecado. 2':' Para con-
seguir la paz de las familias. 3<.> Para
la reconciliación de los esposos desa-
venidos. 4'.' Para verse libre de pleitos
injustos. 5? Para conseguir trabajo, y
6: Para obtener una santa muerte.
-5
DIA PRIMERO
MEDITACION
La oración de Jesús en el huerto
La oración de Jesús Nazareno en el
huerto fué humilde, confiada, fervoro-
sa y perseverante, enseñándonos que
-7
debemos orar siempre. Orad y velad,
para que no caigáis en la tentación,
pues el espíritu está pronto, más la
carne es inconstante. Jesús aconseja a
los apósioles la oración, no para que
sean vencidos. Jesús quiere decirles:
"Vosotros, apóstoles míos, habéis sido
testigos de mi doctrina y de mis mi-
lagros y fortalecidos con mis consejos,
más no basta eso: sucumbiréis a la
tentación si no oráis y pedís al Padre
celestial su luz y fortaleza".
Combatidos por ejércitos de enemi-
gos poderosos, no debemos descuidar
la vigilancia ni de día ni de noche, for-
tificando nuestra alma con la oración.
Los apóstoles son vencidos por la ten-
tación del sueño, y luego por el temor
de los enemigos huyen cobardemente,
dejando sólo al divino Jesús Nazare-
no
Aprende, alma mía, a no fiar de tí
misma Los enemigos te rodean y bus-
8-
can tu ruina; puedes librarte de ellos
con :a gracia que Dios concede al que
se la pide mediante la oración.
No dejes tu oración diaria, aunque
sea breve; reconoce ante Dios tu debi-
lidad, tu necesidad, y Dios, Padre bon-
dadoso, te sostendrá con su gracia y
favor, y no caerás. Serás siempre dis-
cípulo de Jesús: no le abandonarás ja-
más.
(Se medita un ¡poco y se pide la gracia espe-
cial que se desea conseguir por medio de esta
novena).
AFECTOS
;Alma mía, mira a tu Jesús Nazareno
y piensa en El; recoge con devoción las
gotas de sangre divina que corren por
el suelo en el huerto de las olivas y
-9
piensa en el amor inmenso de tu Dios!
¡Ay de mí, tu sangre tan copiosamen-
te derramada no ablanda todavía mi •
corazón!
¡Jesús mío, que gemís y languidecéis
y sufrís por mis pecados! Dignaos de-
rramar sobre mí vuestra sangre y blan-
queadme más que la nieve.
Rociadme con una sola gota de esa
sangre divina, y mis pecados serán to-
dos borrados y mi alma salva por to-
da la eternidad. Amén.
FRUTO PRACTICO. A imitación de Jesús Na-
zareno, en mis penas y rribulaciones, en los ca-
sos difíciles, en las tentaciones, en los peligros,
oraré con fervor y pediré consuelo y fortaleza .
. 10-
ORACION FINAL PARA TODOS LOS
DIAS DE LA NO-vENA
¡Divino Jesús mío, heme aquí pos-
trado con el más profundo afecto de
mi corazón, compungido y dolorido
por mis pecados, ante las dolorosas
escenas de vuestra sagrada Pasión!
¡Gracias os doy, divino Nazareno, por
las pruebas de amor infinito que me
habéis dado, no tan sólo sufriendo y
derramando vuestra sangre preciosísi-
ma, sino perdonándome tantas rebel-
días, tantos pecados! De hoy en adelan-
te propongo serviros fielmente, en-
mendar mi vida y corresponder lo más
dignamente que pueda a los esfuerzos
de vuestra soberana Majestad para
hacernos expedito el camino del cielo.
!Jesús amoroso!, que recibís a to-
dos sin excepción de personas; recibid
mi alma con todas sus potencias y
sentidos para que os sirva fielmente
hasta la muerte. Otorgadme la gracia
-11
que os pido, para gloria vuestra y bien
de vuestro siervo. Sea yo contado en
el número de los escogidos para can-
tar por eternidad de eternidades vues-
tras misericordias.
Gracia que espero conseguir por los
dolores y amarguras de vuestra afli-
gida Madre al pie de la Cruz. Amén.
SEGUNDO DIA
AFECTOS
¡Oh pérfidos judíos! ¿Cómo osáis tra-
tar así al Dios tres veces Santo, al Divi-
no Nazareno, al Señor de todo lo cria-
do? ¿Cómo osáis poner vuestras manqs
14 ·-
sacrílegas en su sagrada Persona? Más
¿qeé digo? ¡Padre mío amorosísimo!
¿Cómo me atrevo a levantar mis ojos
a Vos, después de tantas y tamañas in-
gratitudes y después de ofenderos en
los instantes en que las luces de vues-
tra gracia me iluminaban? No merez-
co vuestra misericordia, ¡oh Divino
Jesús!, pero me la han merecido vues-
tros dolores, vuestros desprecios y
vuestras afrentas. No cese de llover
sobre este árido corazón vuestra gra-
cia, con la cual propongo ser agrade-
cido. Amén.
FRUTO PRACTICO. Más agrada a Dios el
callar por su amor que el mucho hablar para
defenderse, aunque sea con palabras dulces. Se
me hará fácil el practicar esta máxima si me a-
cuerdo ckl silencio que guardó Jesús Nazareno
cuando le calumniaban.
ORACION FINAL (Pág. 11)
- 15
DIA TERCERO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
ORACION PREPARATORIA (Pág. 6)
MEDITACION
Jesús Nazareno ante los tribunales
Sabedores los judíos de la prisión
de Jesús, se dan cita en casa del gran
Pontífice. Apenas aparece el Señor an-
te los tribunales, no se discute si ha
de ser condenado, según las l~yes de
la justicia, sino cómo lo podrán hacer
más rápidamente, ·Tan sedientos están
de la sangre del Justo! ¡Quieren que
muera, y que muera con la infamia
de un criminal! Estos hombres, car-
comidos por la envidia, guardan las
apariencias de un juicio, buscan tes-
tigos y no les importa que sean verda-
deros o falsos, si al fin consiguen pa-
liar la sentencia con la sombra de la
16-
y a mi envidia su caridad ¡para con todos. Las
calumnias se llevan con paciencia cuando se pien-
sa en Jesús calu mniado.
ORACION FINAL (Pág. 11)
DIA CUARTO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
ORACION PREPARATORIA (Pág. 6)
MEDITACION
Negación de San Pedro
Cuando los judíos llenaban de ul-
trajes a Jesús y todos lanzaban falsas
contra El, parecía natural que San Pe-
dro, testigo de todo, volviera por la
honra de su divino Maestro. Pero no;
ante el temor de ser él también pren-
dido y encarcelado, niega y perjura
que no conoce a tal Señor. Aún reso-
naba en los oídos de Pedro el aviso a-
moroso de su Maestro, que llegaría un
19
momento en que le negaría cobarde-
mente_ Y efectivamente, Pedro no tie-
ne valor para confesar a Jesús Nazare-
no delante de una criada; Pedro niega
conocer a Jesucristo y se avergüenza
de aparecer como su discípulo .
¡Cuántos cristianos reniegan de Je-
sús, como Pedro! Yo soy del número
de éstos, y no contento con negar tres
veces, como Pedro, he renovado estas
negaciones tantas veces cuantas he co-
metido el pecado mortal traspasando
sus mandamientos.
Pedro reflexionó y después lloró a-
margamente su pecado, su cobardía,
su ingratitud, y para llorar y corregir
su yerro huyó de la ocasión. ¡Preciosa
lección que debo aprender de la caída
del apóstol! Si le ~e ün.itado en la cul-
pa, en la cobardía de negar a Jesucris-
to, le imitaré en la prontitud de mi fir-
me resolución de ser fiel y constante
discípulo de mi amado Salvador, no un
día, ni un año, sino toda la vida, has-
ta la muerte. ¡Oh Jesús mío, divino Na-
20-
22IeilO de nuestras almas! No apartes
de nü..<::atros tu dulce mirada, pues se-
ni. p!'ellda de nuestra salvación. Amén.
5e :::~.edita un poco y se pide la gracia que
se desea -conseguir).
Cinco Padrenuestros a las Llagas de Jesús)·
AFECTOS
Sin vuestra gracia, oh Dios mío, soy
capaz de todo lo malo, y en mi fragi-
lidad imitaré las recaídas de vuestro
apóstol. Y si él, después de haber ad-
quirido en vuestra compañía tantos
méritos, cayó y pecó, ¿en qué fiar.é yo?
¿Cómo no tiemblo y me humillo vien-
do caer a esa columna de la cristian-
dad? Lleno de espanto y confusión, e-
levo a Vos mi súplica, diciendo:
¡Señor, tened piedad de mí y dadme
los auxilios de vuestra gracia para per-
severar en vuestro santo servicio y que
nunca vuelva a ofenderos! Alejad de
mi alma toda vana presunción y que
-21
cada momento sienta la divina fortale-
za de vuestro poder. Amén.
FRUTO PRACTICO. Sabiendo, como sé, por
una triste experiencia, cuán propenso soy a co-
meter toda clase de pecados, pediré a Jesús Na-
zareno no me abandone nunca.
ORACION FINAL (Pág. 11)
DIA QUINTO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
ORACION PREPARATORIA (Pág. 6)
MEDITACION
Los escribas y fariseos piden que Jesús
N azaren o sea Crucificado
Pilatos está como horrorizado de la
ceguedad de los escribas y fariseos en
pedir la muerte de Jesús y que esa
muerte ha de ser en un madero, como
se acostumbra hacer con los públicos
malhechores.
22
El pueblo infiel pide la libertad del
:amoso ladrón Barrabás y la muerte
del inocente Jesús. Pilatos accede a
r.mbas cosas; el divino Nazareno es
entregado en manos de sus crueles e-
nemigos para que hagan de El lo que
quieran.
¿Y qué quieren los judíos sino ha-
cerle morir en un patíbulo? Está en
sus manos y se saciarán con su ven-
ganza. Unos viles y abyectos hombres
dominados por la envidia son los jue-
ces ·del inocentísimo Jesús. La hipo-
cresía, el odio, la vileza, el rencor, to-
das las pasiones se aúnan para juzgar
a la misma Justicia y Santidad.
· Pero eso mismo hacemos nosotros;
todos· tenemos una voluntad lpropia
aue nos arrastra a seguir el instinto
de la carne y las pasiones que se. opo-
nen a la ley de Diqs. No es sólo el po-
pulacho judío que pide la muerte del
Salvador, es también el pueblo cristia-
no; somos cada uno de nosotros que
renovamos esas escenas de la Pasión
-23
y crucifixión, cada vez que quebranta-
mos los preceptos divinos.
¡Dulce Nazareno! Iluminad los ojos
de mi alma para que conozca mis erro-
res y sea dócil en seguir vuestro cami- ..,
no.
(Se medita u n poco y se pide la gracia que se
desea conseguir).
(Cinco Padrenuestros a las Llagas de Jesús).
AFECTOS
¡Oh, si hubiese reflexionado a tiem-
po! ¡De aqlli proviene todo mi mal! Pi-
latos muy lejos estaba, en un princi-
pio, de querer crucificar a Jesucristo,
más poco a poco llegó a ello, condes-
cendiendo y dando gusto a los capri-
chos de los judíos.
También yo mil veces he lle~ado a
crucificar a Jesucristo con mis peca-
dos, porque fuí también en los princi-
pios demasiado deñil e indulgente en
contener las locas exigencias de mis
pasiones.
24
·Dívino Jesús Nazareno! De lo pa-
sado no m e resta sino humillarme y do-
erm.e de mis extravíos; en lo porvenir
seré, con vuestra gracia, más santo: os
prometo no volver más a ofenderos y
proclamaros siempre Rey de mi cora-
zón. Amén .
FRUTO PRACTICO. Me a;provecharé de las
máximas del Evangelio, sobre todo de las de pa·
ciencia y humildad del Salvador.
ORACION FINAL (Pág. 11)
DIA SEXTO
Por la señal, etc.
Señor mio Jesucristo, etc.
ORACION PREPARATORIA (Pág. 6)
MEDITACION
Jesús Nazareno es azotado
Luego que Pilatos da la orden de
que Jesús sea azotado, los judios, sin
pérdida de tiempo, se dan prisa para
- 25
ejecutarla. Los ministros de la justicia,
con toda la soldadesca, se echan sobre
Jesús y, llenos de rabia y furor, le a-
rrastran por el patio, donde se acos-
tumbra a azotar a los malhechores y "
gente infame. Jesucristo está envuelto
en un charco de su propia sangre. Sus
espaldas y su pecho están abiertos co-
mo las hojas de un libro, y se le ven
distintamente los huesos, que se le pue-
den contar.
¡Oh dolor insoportable e incom-
prensible paciencia! ¿Y quién, entre
tantos que presencian este espectáculo,
se compadece de Jesús Nazareno?
Para el hombre aue cayó en manos
de los ladrones v aue malamente heri-
do le abandonaron en mPllin ñel cami-
no de Jericó. hubo nn samaritano aue
se compadeció v nrOCU!'ó R lhriarlP. P.n
su pena y vendarle las heridas. Más
P¡1!Jra Jesucristo no hay quien se ofrez-
dff: a conso1arle, no hay ninguno que
#M~ "bálsamo ni vendas para curar
las llagas del cuerpo adorable del Na-
~areno.
¡Oh buen Jesús, Santo de los Santos!
Vuestra flagelación en la columna du-
r ó poco tiempo; más son años y años
los que mi malicia os viene atonnen-
tando cruelmente. La misericordia que
os lleva a sufrir las injusticias de los
ho!nbres sea también la que os mue-
va a perdonarme y darme la gracia
de emplear en penitencias y obras bue-
nas el resto de mi vida. Amén.
Se medita un poco y se pide la gracia que se
desea conseguir).
Cinco Padrenuestros a las Llagas de Je$ús).
A FECTOS
¡Oh Jesús Nazar eno, tr aspasado de
amor y de dolor! Infinitas gr acias os
doy por vuestro amor y os compadez-
co en vuestros dolores. Sé que el ob-
jeto de vuestro amor es mi alma, pero
sé también que la causa de vuestros
- 27
dolores no son tanto los azotes que os
dieron como los pecados de todo el
mundo.
Por aquellas sangrientas llagas que
causaron los azotes en vuestro sagra-
do cuerpo, oh Jesús, herid y traspasad
mi corazón con vuestro amor para
que de las heridas broten abundantes
lágrimas que purifiquen mi alma. A-
mén.
FRUTO PRACTICO. Me examinaré sobre el
mal uso que he hecho de los cinco sentidos del
cuerpo y las potencias del alma y trataré de apla-
car al Señor por medio de frecuentes actos de
dolor.
28-
DIA SEPTIMO
MEDITACION
AFECTOS
¡Oh Jesús amoroso, que coronáis de
gloria a vuestros escogidos! Gracias os
doy por las luces que ahora misericor-
diosamente os habéis dignado conce-
derme. Conozco que para gozar en la
eternidad del cielo debo padecer en el
tiempo, y por eso os suplico que mo-
deréis en mí la inclinación desordena-
da que me arrastra a complacer a mis
sentidos. Dadme amor al sufrimiento
y espíritu y fuerza para llevarlo por
vuestro amor.
¡Cuán bueno sois, y cuán misericor-
diosamente os habéis mostrado con
esta criatura vuestra, la más ingrata
e L11digna que existe sobre la tierra.
Vos, con amor inmenso, habéis car-
g? do con mis pecados en la corona-
ció:t de espinas. Haced que por esta
corona merezca la corona de la gloria.
~-
-31
FRUTO PRACTrCO. Si me espanta el vivir co-
mo penitente, debo recordar que tampoco debí ser
pecador· Pequé por mi soberbia, luego en peni·
tencia, debo llevar sobre mi cabeza la corona de
e5¡pinas de la humildad, sintiendo siempre baja-
mente de mí.
ORACION FINAL (Pág. 11)
DIA OCTAVO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
ORACION PREPARATORIA (Pág. 6)
MEDITACION
Jesús Nazareno cargado con la Cruz
Contempla cristiano, a Jesús Naza-
reno con el pesado leño de la Cruz so-
bre sus hombros y, acercándote a El
respetuosamente, pregúntale: "¿Adón-
de vas, dulcísimo Jesús, y por qué lle-
vas esa cruz tan pesada?" Y oirás que
32-
¡e dice que va a obedecer y clavar esa
cruz enfrente de aquel árbol por el
cual pecó Adán, desobedeciendo .
Adán comió del árbol y la muerte
fué el fruto de su pecado. Jesucristo
miró al árbol de la cruz y en su gran
misericordia lo escogió para que fuera
el árbol de la vida. El demonio se sir·
vió del árbol del paraíso para perder
al mundo, y Jesús se sirvió del otro
árbol para salvarnos. De esta manera
Jesucristo vence al enemigo con el mis·
mo instrumento con que éste vencie-
ra al hombre.
¡Admira, alma mía, la caridad de
Jesús, que, siendo sobrados los méri-
tos de la corona d-e espinas y de los
azotes para obrar nuestra Redención,
lleva la Cruz para darnos una prueba
más de su inmenso amor!
En la Cruz se hallan los secretos de
la verdad, de la santidad y de la feli-
cidad; misterios -que sólo los humildes
pueden penetrar y comprender. Los
soberbios, 1os sensua1es, los amadores
-33
de este mundo, no alcanzan las dulzu-
ras y beneficios que encierra la Cruz.
Vos, Jesús mío, que disteis luz a los
ciegos, iluminad mi entendimiento pa-
ra que comprenda las satisfacciones
y beneficios de la Cruz.
(Se medita un poco y se pide la gracia que
se desea obtener}.
(Cinco Padrenuestros a las Llagas de Jes(¡s) .
AFECTOS
¡Oh Jesús mío, cuán bueno sois, pues
queréis darme el paraíso por tan pocos
trabajos! Si bien lo considero, veré
que la cruz del pecado es mucho más
pesada que la vuestra, que lleva al cie-
lo. La ambición, la envidia, la ira, la
venganza, ¡qué cruces más pesadas y
atormentadoras! Por el contrario, la
caridad, la templanza, la castidad, la
paciencia, son cruces más ligeras y dul-
ces, y quien las abraza alcanzará una
dicha eterna.
34- .
;Dios mio, descienda sobre mí vues-
tra gracia, con toda su unción y efica-
cia me fortalezca, y así fortalecido,
llevaré mi cruz resignadamente hasta
la muerte. Amén.
FRUTO PRACTICO. Llevaré con paciencia la
cruz que el Señor me mandare, sabiendo que
cruz es toda molestia, toda enfermedad, toda pri-
vación, u otra de tantas calamidades que nos su-
ceden en la vida.
ORACION FINAL (Pág. 11)
DIA NOVENO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
MEDITACION
Jesús N azareno es clavado
en la Cruz
Traspasadas y sujetas a la cruz del
divino Nazareno, comienzan los verdu-
gos a clavar los pies y, no llegando a
- 35
los agujeros hechos, los fuerzan vio-
lentamente, causándole dolores acer-
bísimos. Sobreponen los pies, y con
un clavo más largo y grueso los tras-
pasan, y por efectos del estiramiento
de todo el cuerpo los huesos se han
dislocado, pudiéndose contar todos
ellos. ¿Quién podrá imaginarse el do-
lor de nuestro amante Jesús?
¡Contempla, alma cristiana, con qué
paciencia y mansedumbre sufre Jesús
estos atrocísimos dolores sin quejar-
se ni de las espinas que agujerean su
cabeza, ni de los clavos que taladran
sus pies y manos, ni de los verdugos
que tan cruel y bárbaramente le tra-
tan! ¡Jesús es nuestro modelo y ejem-
plar! Si queremos salvarnos, estamos
obligados a seguir sus pasos e imitar
sus ejemplos. Pero nuestra demasiada
sensibilidad, nuestro amor a lo terre-
no, la repugnancia que sentimos a la
mortificación, nos impiden seguir a
Jesús Nazareno por e1 camino que El
36-
nos ha trazado. "El que quiera venir
en pos de mí, tome su cruz y sígame",
es el grito que lanza a la humanidad,
y la humanidad ha oído ese grito; la
humanidad sabe que no hay otro ca-
mino que la cruz para salvarse; pero
la humanidad se resiste a llevar la cruz,
y, cuando la lleva, gime y se desespe-
ra. Así no se puede escalar el cielo.
Por tus clavos, oh buen Jesús, da-
me gracia para llevar la cruz hasta la
muerte.
(Se medita un poco y se pide la gracia) .
AFECTOS
¡Oh divino Jesús y celestial Maestro!
¿Quién está más necesitado que yo de
aprender vuestros ejemplos? Muchas
veces he tomado la cruz de la mortifi-
-37
cación, de la paciencia y de la humil-
dad; más luego me canso y me fasti-
dio por .razones muy fútiles que el de-
monio, el mundo y la carne me sugie-
ren. El amor excesivo de conservar la
salud y el honor me llevan a la sen-
sualidad y a la vanidad.
¡Jesús mío, que nunca me separe de
Vos y que mi cruz vaya siempre apo-
yada en la vuestra! Amén.
FRUTO PRACTico: El remedio más eficaz
contra el orgullo es el recuerdo de la humildad
de Jesús crucificado.
38-
VISITA A JESUS NAZAREKO
-41
VIA CRUCIS BREVE
Jesús Nazareno, dulce Padre mío,
42-
.1111-.Kiián de las Uagas de nuestro
Señor Jesucristo
:aWI:lwte, oh santísima llaga del pie
a¡¡:ae::do de mi Señor Jesucristo, y os
Señor, por ella, me perdonéis
-ro os he ofendido con todos mis
pasos y movimientos. Padrenuestro,
e!cétera.
Salúdote, oh santísima llaga del pie
derecho de mi Señor Jesucristo, y os
p~do, Señor, por ella, me p2rdonéi~.
cuanto os he ofendido con todas mis
acciones y palabras. Padrenuestro, etc.
"'""" Salúdote, oh santísima llaga de la
.;j
- mano izquierda de mi Senor Jesucris·
to, y os pido, Señor, por ella, me per-
donéis cuanto os he ofendido con mi
vista y demás sentidos. Padrenuestro,
etcétera.
c.¡ Salúdote, oh santísima llaga de la
mano derecha de mi Señor Jesucristo,
y os pjdo, Señor, por ella, me perdo-
néis cuanto os he ofendido con el mal
-43
empleo de mi memoria, entendimien-
to y voluntad. Padrenuestro, etc.
(,!>) Salúdote, oh santísima llaga del
santísimo costado de mi Señor Jesu-
cristo, y os pido, Señor, por ella, que
así como fué herido vuestro Corazón
con el hierro de la lanza y el de vues-
tra Madre dolorosfsima con el cuchi-
llo de su dolor, así penetren el mio
vuestras soberanas luces, para siempre
amaros y nunca más ofenderos, que-
riendo antes morir que pecar. Amén.
Padrenuestro, etc.
ORACION
Os rogamos, amorosísimo Dios
nuestro que echéis una mirada propi-
cia sobre estos tus hijos, por quienes
nuestro Señor Jesucristo no dudó en-
tregarse en manos de sus verdugos y
padecer el tormento de Cruz. Amén.
El Exroo. y Rmo. señor obispo de la
diócesis, Monseñor Marcos S. Godoy
concede cincuenta días de indulgencia
por cada uno de los actos de esta
novena.
44
Recuerdo de la Misa, efectuada el día
13 de Septiembre de 1981 en honor a
nuestro padre
JESUS NAZARENO
en acción de gracias por un favor
alcanzado.
Ana Graclela Govea
Maracaibo, Septiembre de 1981.
-45