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Nivel léxico-semántico
Nivel morfo-sintáctico
Pobreza gramatical.
Dificultades con todos los elementos morfosintácticos.
Problemas para seguir órdenes sencillas.
Dificultades para comprender enunciados.
Nivel pragmático
Ausencia de comunicación.
Escasa atención al lenguaje (incluso al nivel de sordera central).
Ecolalias: repeticiones de palabras y frases sin sentido comunicativo.
Dificultades para señalar o pedir con gestos.
Falta de intencionalidad.
Unidireccionalidad en las conversaciones.
Alteraciones en el lenguaje no verbal.
Dificultades en los usos del lenguaje (frases hechas, fórmulas sociales, etcétera).
Problemas para comprender la intención del lenguaje.
Como puede verse, una característica esencial del autismo es que además de problemas
de lenguaje a nivel estructural (pronunciación, falta de construcciones adecuadas,
etcétera), el nivel pragmático está muy afectado, generalmente por un escaso interés
comunicativo y la presencia de emisiones no funcionales.
4.2. DIFICULTADES LOGOPÉDICAS EN ASPERGER
Alteraciones en la prosodia.
Alteraciones en el tono de la voz.
Dificultades para la discriminación auditiva de fonemas.
Nivel léxico-semántico
Nivel morfo-sintáctico
Pobreza gramatical en los primeros años de desarrollo del lenguaje, que se suele
normalizar entre los 5-6 años.
Nivel pragmático
Por tanto, a nivel logopédico los problemas típicos del Asperger son muy distintos a los
del síndrome autista. Así, el lenguaje suele estar bien construido tanto a nivel fonológico
como morfo-sintáctico, pero sin embargo las dificultades pragmáticas van a provocar
dificultades para utilizarlo de manera correcta, siendo habituales las largas
conversaciones con lenguaje pedante e incluso inventado que resultan unidireccionales
y divagan sobre temas de interés sin importar demasiado la otra persona con la que se
está conversando.
En cuanto a las técnicas de intervención logopédica que se han empleado con mayor
asiduidad en estos problemas, se centran en ocho aspectos fundamentales:
1. Atención a las familias.
2. Adquisición de requisitos básicos para el lenguaje.
3. Enseñanza de sistemas alternativos de comunicación.
4. Nivel fonológico del lenguaje.
5. Nivel léxico-semántico del lenguaje.
6. Nivel morfosintáctico del lenguaje.
7. Nivel pragmático del lenguaje.
8. Enseñanza de la lectoescritura.
9. Atención escolar.
Como siempre, la inclusión o no de estos aspectos en un programa de tratamiento
dependerá de los problemas y déficits a nivel lingüístico de cada caso (y que estarán
relacionados con los déficits asociados al TEA o al síndrome de Asperger y que son
establecidos en la evaluación inicial).
Considerando que la mayoría de los casos de autismo tienen como protagonistas a niños
de pocos años, un aspecto que debería formar parte de todos los programas de
intervención logopédica es el trabajo sobre la familia y sobre sus necesidades, lo que
generalmente incluye la información sobre el tema y las consecuencias que el problema
puede tener en el futuro, el apoyo emocional y el soporte profesional, o el
establecimiento de estrategias comunicativas eficaces para interactuar con el niño.
Es decir, que no sólo es necesario indicar al niño lo que no tiene que hacer, sino también
reforzarle cuando se comporte de manera adecuada (para así indicarle claramente lo que
se espera de él).
1. Instaurar normas claras: es importante que el niño sepa cómo tiene que
comportarse, y que estas normas sean claras y estén visibles todo el tiempo.
2. Interrupción: consiste en la detención física de la conducta disruptiva cuando
se está produciendo.
3. Prevención de respuesta: es la detención de la conducta física cuando se
detecte que va a producirse.
4. Tiempo fuera: implica que cuando el niño se comporta de manera disruptiva,
se interrumpe la actividad que estuviera llevando a cabo y se le sitúa en un ambiente
poco atractivo (el “rincón de pensar”, otra habitación, etcétera).
5. Atención diferencial: consiste en proporcionar atención e interacción
exclusivamente cuando no se producen comportamientos disruptivos, dejando de prestar
atención cuando éstos aparecen
6. Costo de respuesta: es una técnica en la que la aparición de conductas
disruptivas supone que el niño pierde una serie de privilegios o reforzadores
(determinadas actividades, caramelos, etcétera)
7. Castigo: implica aplicar estimulación aversiva después de un comportamiento
disruptivo (cachete, decir no fuertemente, etcétera).
8. Reforzar lo incompatible: consiste en fortalecer especialmente conductas que
resulten incompatibles con la disruptiva, como son mantenerse en silencio, atender,
jugar apropiadamente, etcétera.
Sin embargo, son numerosos los autores que apuntan que el empleo de sistemas
alternativos de comunicación en casos de autismo resulta poco natural y tiene mayor
sentido en casos en los que no existe otra solución comunicativa, por ejemplo, en
parálisis cerebral, donde se producen alteraciones motoras y morfológicas de los
órganos bucofonatorios.
Por tanto, desde una perspectiva que busca maximizar la naturalidad y minimizar la
intrusividad de la intervención, tenemos que desaconsejar la utilización generalizada de
sistemas alternativos de comunicación en casos de autismo. No obstante, eso no
significa que no haya algún caso muy específico en el que el niño pueda beneficiarse de
ellos, pero debe evitarse utilizar estos sistemas como una intervención para todos los
casos.
Esto no significa que esos niños van a utilizar [los sistemas alternativos] durante
varios años y menos durante toda su vida. Es probable que para la mayoría de ellos se
trate sólo de un “empujón” provisional.
Como se indicó al exponer las características del autismo, algunas de las alteraciones
más frecuentes afectan a la producción del lenguaje. A continuación figuran las técnicas
habituales ordenadas en función de los problemas más frecuentes a este nivel:
Alteraciones articulatorias
Son muy frecuentes las alteraciones a nivel articulatorio, que pueden trabajarse con
ejercicios como:
1. Manipulación directa de los órganos de la articulación.
2. Aparatos de biofeedback.
3. Imitación de fonemas y palabras.
4. Lectura de sílabas, palabras, frases y textos.
5. Denominación de tarjetas que contienen dibujos o acciones.
6. Lotos fonéticos.
7. Bingos fonéticos.
8. Juegos con fonemas.
9. Canciones populares y poesías.
10. Role-playing en el que se representan papeles apropiados.
11. Scripts.
12. Guía física de los órganos fonadores.
13. Empleo de modificadores de la articulación (depresores, bolas, etcétera).
14. Imitación del logopeda.
15. Visualizadores de voz (Speech Viewer).
Alteraciones prosódicas
También son comunes las alteraciones en tono de voz, acentos, pausas, etcétera. Por
ejemplo, se pueden emplear actividades como:
1. Realizar emisiones correctas, primero muy cortas y luego más largas.
2. Imitación.
3. Realizar emisiones con distintas prosodias.
4. Enseñar a la persona a escucharse.
5. Empleo de visualizadores de la voz.
Dificultades en el habla y la voz
En muchos casos el habla resulta lenta, irregular y entrecortada, con dificultades en el
control de la intensidad. Para mejorarla, algunos ejercicios apropiados serían:
1. Realizar emisiones correctas, primero muy cortas y progresivamente más
largas.
2. Enseñar a la persona a escucharse.
3. Imitación.
4. Realizar distintas voces, con tonos y timbres diferentes.
5. Empleo de modificadores de la voz.
6. Utilización de visualizadores de la voz.
7. Metrónomos.
8. Palmadas, golpes, instrumentos musicales, etcétera.
9. Entrenamiento en habla rítmica.
10. Modificación del ritmo de la respiración.
11. Discriminación y enseñanza de estructuras rítmicas sencillas.
12. Canciones infantiles.
Los niños con autismo suelen tener un vocabulario muy pobre (tanto a nivel expresivo
como comprensivo) y tambiénpresentan limitaciones a nivel semántico, de ahí que sea
común que el logopeda intervenga sobre estos aspectos centrándose en dos objetivos:
Aumentar el vocabulario
Tanto a nivel comprensivo como productivo. Para ello, algunos ejercicios apropiados
podrían ser:
Es común que el nivel sintáctico se encuentre alterado y que el nivel gramatical sea
bastante pobre, pudiendo incluso llegar a un habla tipo telegráfico. Algunos ejercicios
para su mejora serían:
1. Imitación.
2. Ordenación de historietas.
3. Reconocer frases correctas.
4. Completar oraciones.
5. Corregir oraciones desordenadas.
6. Descripción de eventos.
7. Invención de historias.
8. Role-playing.
9. Scripts.
Comprensión de oraciones
Para trabajar sobre este área, se emplean ejercicios como:
Muchas veces existen problemas con los aspectos pragmáticos del lenguaje, que
resultan más complicados, de manera que a las personas con autismo les cuesta entender
las intenciones de los demás hablantes y expresar con propiedad. Por ejemplo se podrían
emplear actividades como las siguientes:
Comunicación general
Una actuación fundamental para los niños autistas consiste en favorecer su contacto con
otras personas, buscando la realización de actividades sociales en las que tengan que
relacionarse con otros niños (tanto autistas como con desarrollo normal). Entre las
actividades más habituales se encuentran:
1. Asistencia a asociaciones.
2. Talleres de tiempo libre.
3. Juegos y actividades deportivas.
4. Musicoterapia.
5. Terapias alternativas.
6. Sesiones de intervención grupal.
Desarrollo de la intencionalidad
El objetivo sería facilitar que el niño inicie el intercambio lingüístico y lo haga de
manera consciente e intencional. Algunos ejercicios pertinentes serían:
1. Describir lo que se hace mientras se ejecuta alguna actividad.
2. Describir láminas de historias.
3. Canciones.
4. Dibujar y contar historias.
5. Completar dibujos inacabados e inventar historias con ellos.
6. Role-playing.
7. Utilización de scripts.
8. Historietas en las que falta información que el niño debe completar. Por
ejemplo, se cuenta la historia “Pablo se dejó la ventana del cuarto abierta mientras
dormía por la noche. Al día siguiente no pudo ir a clase” y se hacen preguntas como
¿Qué le pasa? ¿Es invierno o verano? ¿Qué diría su madre?.
Gestualidad
En general, el autista utiliza la modalidad gestual del lenguaje de manera muy limitada,
de forma que muchas veces ha de enseñárseles gestos sociales tan simples como la
sonrisa o el abrazo, y con frecuencia el lenguaje hablado no vaya acompañado por
gestos apropiados que complementen el mensaje. Para ello se emplean tareas como:
1. Práctica de distintos gestos.
2. Control de los gestos durante el habla.
3. Imitación.
4. Imitación guiada.
5. Role-playing.
6. Scripts.
Comunicación no-verbal
Por último, dentro del nivel pragmático suelen existir dificultades a nivel de
comunicación no-verbal, especialmente en lo referente a la postura y al contacto ocular.
Para mejorar la comunicación no-verbal, se pueden emplear actividades como:
1. Práctica de distintas expresividades.
2. Control de los gestos durante el habla.
3. Imitación.
4. Imitación guiada.
5. Role-playing.
6. Scripts.
6.8. ENSEÑANZA DE LA LECTOESCRITURA
Al igual que ocurría en los casos de TEL, si el niño diagnostico con autismo alcanza la
edad apropiada (6-7 años, dependiendo del colegio), sigue en tratamiento para superar el
retraso lingüístico y dispone de las habilidades previas necesarias, sería apropiado que
el logopeda trabaje con los profesores para diseñar un programa de enseñanza de
lectoescritura apropiado y ajustado a cada caso.
7. Bibliografía específica