El documento discute el agnosticismo como una opción evidente para el hombre contemporáneo. Sostiene que el hombre racional de hoy prefiere abstenerse de decidir grandes cuestiones de la vida debido a que está habituado a calcular la rentabilidad de toda acción. También argumenta que la revelación cristiana ofrece respuestas a ciertas interrogantes existenciales pero requiere un compromiso, dejando una insatisfacción. Finalmente, afirma que el agnosticismo contemporáneo podría invocar una tesis teológica al buscar sincer
Descrição original:
Reflexión sobre el agnosticismo
Título original
Pottier. El agnosticismo, opción evidente para el hombre contemporáneo.
El documento discute el agnosticismo como una opción evidente para el hombre contemporáneo. Sostiene que el hombre racional de hoy prefiere abstenerse de decidir grandes cuestiones de la vida debido a que está habituado a calcular la rentabilidad de toda acción. También argumenta que la revelación cristiana ofrece respuestas a ciertas interrogantes existenciales pero requiere un compromiso, dejando una insatisfacción. Finalmente, afirma que el agnosticismo contemporáneo podría invocar una tesis teológica al buscar sincer
El documento discute el agnosticismo como una opción evidente para el hombre contemporáneo. Sostiene que el hombre racional de hoy prefiere abstenerse de decidir grandes cuestiones de la vida debido a que está habituado a calcular la rentabilidad de toda acción. También argumenta que la revelación cristiana ofrece respuestas a ciertas interrogantes existenciales pero requiere un compromiso, dejando una insatisfacción. Finalmente, afirma que el agnosticismo contemporáneo podría invocar una tesis teológica al buscar sincer
PARA EL HOMBRE CONTEMPORÁNEO Nadie puede evitar hacer la experiencia fundamental que consiste en descubrir que la vida humana es una cuestión sin solución inmediata. La revelación cristiana pretende aportar una respuesta a ciertas apo- rías existenciales, teóricas y prácticas. El hombre racional contemporá- neo prefiere, sin embargo, abstenerse de decidir grandes cuestiones de la vida, pues está habituado a calcular la rentabilidad de toda acción. Se hace un razonamiento del tipo calidad/precio, a lo que está muy acostumbrado. Zanjar estas cuestiones radicales sobre la existencia de Dios y la dignidad última del hombre exigiría muchos esfuerzos.
L’agnosticisme, choix évident pour l’homme contemporain, Nouvelle
Revue Théologique 129 (2007) 4-16.
El mundo contemporáneo caliza aún más con Nietzsche,
¿nos invita a la fe o más bien quien pone en cuestión simple- al interrogante abierto? mente si existe “el bien y el mal”. Es necesario hacer una elección li- Puesto que Kant es considera- bremente, cualquiera que sea: la do como uno de los primeros teó- apuesta de Pascal o la conclusión ricos del agnosticismo, veamos de Blondel en el fin de L’action, u hasta qué punto el hombre de hoy otra cosa, o nada de nada. lo secunda habitualmente. La revelación cristiana preten- Como Kant en la Crítica de la de aportar una respuesta a ciertas Razón Pura, todo hombre es ca- aporías existenciales, teóricas o paz de descubrir los límites inhe- prácticas, a las que no escapa nin- rentes al conocimiento humano y gún ser humano. Pero nos da esta puede ver que las cuestiones sobre respuesta exigiéndonos a cambio Dios, el alma y el mundo no tie- un compromiso y dejando subsis- nen una solución teórica cierta. tir una cierta insatisfacción. Efecti- Como Kant en la Crítica de la Ra- vamente, para creer es necesario zón Práctica, descubrirá también hacer una apuesta, decidirse. Hay las aporías de la acción humana: que pagar un precio. Nadie puede ¿será recompensado el bien que yo creer sin pena, sin esfuerzo, sin ries- pretendo hacer, tendrá el mal la úl- go, aunque las ventajas que procu- tima palabra, como parece ser a ra la fe son ingredientes que, a su menudo? Y esta cuestión se radi- vez, ayudan a pagar este precio. 259 Además, aunque la fe sea sóli- cendencia radical de la esencia di- da no libera al creyente de toda vina, rechazando la posibilidad de preocupación aporética: la fe no lo atribuir a Dios nombres referentes explica todo, ni sobre el hombre, a las criaturas”. Hoy en día exis- ni sobre el mundo, ni sobre Dios. ten estos agnósticos abiertos, inte- Pues la fe no da certidumbre ni paz, ligentes, activos, que parecen ha- sino la esperanza de una salvación cer la experiencia de la pregunta global en camino de hacerse. Na- sobre Dios, sin saber por adelan- da se da, pues, de manera exhaus- tado si su búsqueda tendrá éxito. tiva y definitiva en la fe. Son las En un contexto de indiferentismo premisas de las cosas que se espe- o de ateísmo, este agnosticismo re- ran (Hb 11,1). Nosotros vemos co- presenta ya una cierta afirmación mo en un espejo (1 Co 13,12). de trascendencia en el seno de una De ahí la importancia en teolo- cultura positivista. Se trata de una gía de esta mística de los tanteos forma de teología negativa antro- que han ilustrado los grandes san- pologizada, secularizada. Cabe tos, en quienes la fe está intrínse- preguntar: ¿hay que salvar la dig- camente unida a una búsqueda ver- nidad del hombre frente a un sa- dadera, apacible para unos, ber científico reductor omnipre- ansiosa para otros, pero auténtica sente, siguiendo quizás la línea del en su término inaccesible. San Tractatus de Wittgenstein que afir- Gregorio de Nisa recuerda que la ma que: “de lo que no se puede ha- razón no puede abarcar a Dios blar, hay que callar”? De esta ma- pues él es aperígraphos (es decir, nera, el agnóstico podría lo mismo que no puede ser circunscrito). San rechazar tanto la afirmación de Juan Crisóstomo tiene un escrito Dios como su negación, en un mo- sobre la inefabilidad divina. Toda vimiento de afirmación de la dig- la teología negativa parte de ahí. nidad del hombre y de su misterio Recordemos la ‘docta ignorancia’ –y esta afirmación antropológica de Nicolás de Cusa o ‘la nube de le conducirá quizás más lejos, in- desconocimiento’ de la mística in- cluso aunque ello no sea seguro. glesa, sin olvidar las noches de Juan de la Cruz o de Teresa del Ni- ño Jesús. Todo ser humano posee una fe trascendental (Bernard Si queremos considerar seria- Welte) mente esta teología negativa pre- sente en el corazón mismo de la fe, podríamos decir que el agnos- Ahora bien, ¿por qué unos ha- ticismo contemporáneo, en la me- cen esa apuesta, mientras otros no dida que busca sinceramente el llegan a ella o no se sienten inte- sentido de Dios y del hombre, pue- resados por este desafío? La teo- de invocar una tesis teológica: “la logía clásica habla de una ayuda que apunta a fundamentar la tras- de Dios, de una gracia, siempre ne- 260 Bernard Pottier cesaria. Detengámonos en el ejer- el incremento de sentido y de va- cicio de libertad que ha de hacer lor que le ofrece la fe revelada. Es- el hombre, sin tener en cuenta una ta fe trascendental es, pues, como eventual intervención divina, aun- una confianza original que trans- que se la suponga. grede continuamente los límites de nuestro saber y poder fácticos. Es Podríamos desarrollar esta ac- quizás ya el resultado de una gra- titud haciendo alusión a las re- cia que trabaja en lo que Rahner flexiones de Bernard Welte sobre llama el existencial sobrenatural, la fe trascendental. Welte afirma inherente a todo hombre creado. que todo hombre posee una fe tras- cendental. Que toda vida, por mi- Pero, justamente en nuestros serable que sea, se apoya en esa fe. días, algunos piensan que precisa- ¿A qué llama Welte fe trascenden- mente esta fe trascendental, esta tal? especie de optimismo frente a la vida es lo que más falta. Se dirá Se trata de una actitud existen- que nuestro siglo de postmoderni- cial previa, a menudo inconscien- dad es incapaz de creer ingenua- te y sin embargo muy característi- mente en este sentido implícito del ca. Todo ser humano que hace el mundo y en este valor escondido esfuerzo de vivir posee ya una cier- de toda acción. Pues el nihilismo, ta fe en que el mundo tiene un sen- después de Nietzsche y Auschwitz, tido y la acción tiene un valor; po- ha hecho su trabajo en Occidente. see incluso una cierta comprensión En nuestros días, “la comprensión de sí mismo como destinatario de del ser, en la cual vive también la algo en ese mundo, como agente fe, está sometida a fuertes trans- capaz de acción sobre la base de formaciones históricas… La con- una cierta receptividad. Si no exis- ciencia moderna ‘se ha desviado te ese algo previo; si, por el con- resueltamente de la fe’ (Welte). La trario, existe el sentimiento del ab- fe, ciertamente, se ha mantenido surdo, el esfuerzo de vivir resulta en capas importantes de la pobla- insoportable. Las aporías, tanto ción; pero corre el riesgo de vivir, teóricas como prácticas, experi- por así decir, ‘en una vida cultural mentadas por toda persona razona- sin contacto verdadero con la con- ble, si son la última palabra para el ciencia dominante de su tiempo’; individuo, le impiden ir más lejos. lo que representa ‘una situación Si, por el contrario, a pesar de esas peligrosa para la fe’” (E. Brito). aporías, a veces experimentadas agudamente, el hombre conserva o construye una confianza funda- El nihilismo frente a las mental en la vida y un cierto dina- aporías existenciales mismo para afrontar las dificulta- des cotidianas, existenciales, estará mejor preparado para avan- El período de la postguerra, zar, e incluso para dejarse tocar por con el existencialismo de Camus El agnosticismo, opción evidente para el hombre contemporáneo 261 y de Sartre principalmente, cono- de actitud heroica, como un últi- ció el nacimiento de ese desencan- mo combate, en el que el hombre to del mundo y de esta filosofía del se hace a sí mismo y debe dejar de absurdo que minan radicalmente ser un canalla, a pesar de todas las la fe trascendental tal como la pre- razones que tiene para creer que sentamos más arriba. La vida no este empeño exigido no tiene otro vale la pena de ser vivida, dicen. sentido que el que él le da. En es- No hay nada. El suicidio es una so- to, según Barth, Sartre escapa de lución pensada por muchos. su propio dilema teórico por la ac- ción, porque él es “el tipo del eter- Sin embargo, sabemos de po- no ‘espabilado’ francés”. cos que se hayan suicidado por es- te tipo de razones nihilistas. ¿Por Es el caso, sin duda alguna, de qué? Porque el nihilismo, enuncia- la mayor parte de nuestros contem- do teóricamente, no es vivido prác- poráneos agnósticos. Un vago ni- ticamente por nadie. A pesar de las hilismo poco consecuente les per- afirmaciones teóricas, todo el mite vivir y gozar de la vida sin mundo está contento de disfrutar afirmar nada ni comprometerse de la vida que se le ofrece y que, verdaderamente por causa alguna. a despecho de teorías, elaboradas El rechazo de todo sentido obliga- sin embargo con rigor, proporcio- ría al absurdo y al suicidio, pero na cuando menos un sentido y un se espera todavía un poco, ya sea valor. El nihilismo es a menudo un por falta de valor, o porque aún pseudo-nihilismo. abriga algo de esta fe trascenden- tal de la que hablamos antes, que Camus es bastante representa- mantiene oculta y que teme descu- tivo de esta incoherencia. En teo- brir demasiado pronto por temor a ría, todo es absurdo, pero en la las consecuencias lógicas que pu- práctica se intenta imaginar a Sí- diera entrañar. Esta constatación sifo feliz y se admira y edita a Si- de pereza y cobardía podría pare- mone Weil que propone un ideal cer dura y abrumadora. ¿Es esto totalmente diferente. Y es que a la exacto? Hemos de profundizar to- teoría nihilista se le junta una irre- davía sobre el porqué de esta de- primible mística natural que enraí- cisión amorfa de no optar verda- za a Camus en la vida y le hace, deramente por el sentido y el por fortuna para él, del todo inco- valor. herente. Sartre es quizás más coheren- El paso de la fe trascendental te, pero completamente insatisfac- a la fe teologal torio, porque tampoco él lleva la lógica hasta el final. En él, ningu- na vena mística viene a reequili- En principio, según B. Welte, brar su nihilismo teórico. Pero és- cuando la fe trascendental encuen- te no le impide adoptar una especie tra el anuncio de la revelación cris- 262 Bernard Pottier tiana, podría o debería trasformar- El agnosticismo aparece en el se en fe explícita, teologal, intervalo de este paso verdaderamente cristiana. Pero hay que franquear un gran salto: si En el fondo, nuestros contem- la primera fe está dispuesta a creer poráneos, creyentes o no, conven- en un sentido de la vida, la segun- cionalmente agnósticos o ateos, se da propone el sentido de la vida en interroguen o no sobre cuestiones el paso por la muerte hacia la re- de teología negativa, mientras la surrección. Según el evangelio, el vida no les sea demasiado dura, no sentido verdadero de la vida se lee suelen profundizar demasiado. en la pasión, la muerte y la resu- “Todo me va bien”, pueden decir rrección de Jesucristo. Ese miste- desde nuestras sociedades desarro- rio central de nuestra fe está en lí- lladas y favorecidas. La hora de la nea con la fe trascendental, pero opción y de las grandes preguntas sobrepasa de lejos las vagas pro- no ha llegado todavía. Se puede mesas optimistas que ésta haya po- seguir viviendo la vida cristiana de dido imaginar. Es ahí donde el cre- fachada, o su agnosticismo de sa- yente potencial está obligado a lón, o su ateísmo, sin esfuerzo y acoger con la gracia de Dios esta sin radicalidad, incluso con un verdad radical de la cruz y adhe- cierto brío intelectual o cultural. rirse a ella definitivamente. ¿Qué ocurre cuando llega la Es probable que en un buen nú- prueba? ¿Cuando la muerte, la en- mero de nuestros llamados cristia- fermedad, el accidente o la decre- nos, esta fe teologal radical no sea pitud sacuden el fácil bienestar que verdaderamente la suya. Han escu- adormece las conciencias? Enton- chado el evangelio y el relato de la ces viene la depresión, la rebelión, pasión, y están de acuerdo. Pero, la pérdida de la fe que uno creía cuando llega la hora de la prueba, poseer, sea la fe religiosa o la tras- su fe cristiana sólo parece ser el cendental implícita en muchos. disfraz de una fe trascendental muy Entonces uno se vuelve ‘agnósti- débil. El escándalo de la cruz, co’ (o incluso ateo virulento) por cuando aparece crudamente en su despecho, por rebelión, por repre- vida, pone de manifiesto la escasa salia, cayendo en un tipo de vida profundidad de su llamada fe teo- roído por la depresión, cínica en logal. En el fondo, pertenecen teó- algunos casos, lastimosa en otros. ricamente a la iglesia, sólo por Para algunos es la hora de la ver- azar, por razones históricas o cul- dad: la prueba los despierta y les turales. De hecho, podrían formar ofrece la ocasión de una conver- parte de otro continente o de la ma- sión, de un giro en la vida. Pero sa de agnósticos y nihilistas que este caso es probablemente bastan- corren por el mundo. No han opta- te raro. Se encuentran algunos de do por creer, con la gracia de Dios, estos ‘convertidos’ en algunos gru- en la cruz de Cristo resucitado. pos de cristianos o humanitarios El agnosticismo, opción evidente para el hombre contemporáneo 263 activamente enfrentados a las pre- Éste es el mejor cálculo calidad/ guntas más radicales. precio. El hombre contemporáneo, Las costumbres calculadoras efectivamente, está muy acostum- de nuestros contemporáneos: brado a estos cálculos económicos el entendimiento contra la de probabilidad y rentabilidad. Ha intuición o la razón desarrollado maravillosamente su inteligencia calculadora y trabaja siempre para maximizar el prove- Pero mientras la prueba no cho inmediato. La respuesta es cla- obliga a la opción, se vive tranqui- ra: la fe no es verdaderamente ne- lamente, quizás ligeramente in- cesaria por el momento y anticipar quieto, pero despreocupado a me- decisiones, que quizás no se im- nudo, esperando que la desgracia pondrán jamás, es pagar demasia- no sobrevendrá. Respecto a la fe, do caro para muy pocas ventajas se declara que no se tiene necesi- inmediatas. De ahí la posición dad de ella, que el agnosticismo es pseudo-razonable del agnosticis- suficiente por el momento. Se re- mo. flexiona sobre los seres pero nun- ca sobre el Ser, al menos de forma El hombre moderno y post-mo- verdaderamente existencial. Se derno vive en el nivel del entendi- contenta uno con ir viviendo al ni- miento. No está familiarizado con vel del disfrute de la vida que se la intuición inmediata ni con la ra- le ofrece y no se plantean pregun- zón especulativa. Calcular y me- tas. Este agnosticismo pasivo y dir lo real sensible es lo suyo, y lo despreocupado (el más habitual) hace de manera excelente. Pero ha es bastante diferente del agnosti- perdido la fuerza de la intuición cismo activo que se interroga so- inmediata y el poder de la razón bre el misterio de Dios y del hom- especulativa. Ha reducido su pro- bre, mencionado más arriba. pia racionalidad a la del entendi- miento calculador. El hombre racional contempo- ráneo está habituado a calcular la La Edad Media era quizás el rentabilidad de toda acción. Hace tiempo de la intuición de lo supra- un razonamiento, al que está muy sensible. La vida era ruda y las acostumbrado, del tipo calidad/ desgracias, moneda corriente. Pe- precio. Profundizar en cuestiones ro el buen sentido intuitivo dota- radicales como la existencia de ba de una base sólida a la fe tras- Dios y la dignidad del hombre exi- cendental e incluso a la teologal. giría muchos esfuerzos y decisio- ¿Por qué las cinco vías de Tomás nes que podrían afectar a la tran- de Aquino sobre la existencia de quilidad de la vida y exigir Dios concitaban la adhesión de sus renuncias y desgarros. Si uno no contemporáneos? Porque se apo- se ve forzado a ello, se espera… yaban en el terreno sólido de una 264 Bernard Pottier fe trascendental implícita probada rreno y pretenden monopolizar el y valiente. ¿Por qué hoy en día es- discurso racional. Este hombre tas pruebas no convencen a nadie, científico y calculador no quiere a pesar de que continúan siendo tomar el riesgo de concluir la más igualmente racionales? Porque los mínima cosa, si con ello pone en presupuestos de acogida de este riesgo la curva del provecho. Este funcionamiento de la razón han tipo de reflejos se presentan plena- desaparecido de la evidencia de la mente cuando se trata de cuestio- intuición cotidiana. Y, sin embar- nes metafísicas, religiosas y éticas. go, esta intuición del orden de las De ahí la posición pseudo-razona- cosas es suficiente todavía hoy pa- ble del agnosticismo. ra sostener la fe del carbonero de millones de personas en el mun- do. “No nos dejes caer en la El idealismo alemán es quizás tentación” la época más ilustrativa del poder de la razón humana, que sobrepa- El pensador cristiano, lo mis- sa no solamente a la intuición si- mo si es científico que economis- no también al entendimiento cal- ta, es capaz de no abandonar la in- culador. Grandes pensadores, tuición sólida de los primeros previendo ya las proezas del en- tiempos, ni las atrevidas especula- tendimiento científico, se consa- ciones de los últimos, y de tomar gran enteramente al examen de las hoy el riesgo razonable de la fe. más profundas cuestiones de la Riesgo, pues la fe no da la certeza existencia. Esta fuerte racionali- de todo saber ni de todo buen ha- dad no duda en penetrar en los cer, pero tiene la convicción de que misterios más profundos y afirmar es así como puede saber lo máxi- con rigor las conclusiones más mo y hacer lo mejor. Riesgo que atrevidas. En aquel tiempo toda- asume humildemente, sabiendo vía funcionaban las pruebas de la que las pruebas de la vida podrían razón. poner en peligro esta fe en la vic- Hoy la ciencia, en principio, no toria de la cruz de Cristo muerto y niega la posibilidad de examinar resucitado. Humildad de la que da estas cuestiones metafísicas u muestras cada mañana pidiendo a otras. Pero ha invadido hasta tal Dios: “No nos dejes caer en la ten- punto el campo de la conciencia tación”. El cristiano manifiesta así humana que ha saturado el enten- que él no es capaz, como Cristo, dimiento calculador, haciéndolo de asumir solo todas las pruebas incapaz de la menor atención a de la vida, cualesquiera que sean, cualquier cuestión que no sea cien- pero se remite a la gracia para te- tífica. La ciencia y su mejor abo- ner siempre la fe suficiente para gado, los resultados técnicos que sobrellevar las pruebas que la vi- derivan de ella, ocupan todo el te- da le reserva. No la baladronada El agnosticismo, opción evidente para el hombre contemporáneo 265 de quien piensa tener fe suficiente de ser una “clave” entre otras que para afrontarlo todo, sino la humil- apunta al Englobante, tiene el de- dad de quien se remite al Padre pa- fecto de cerrar demasiado y de li- ra parecerse al Hijo. No la gnosis mitar el contenido de la fe filosó- imbuida de sí misma que da pie al fica. Su rechazo de la revelación agnosticismo, sino la fe que afir- no es fruto del ateismo, sino de una ma su condición frágil, pero sóli- fe que él desea más pura. La fe cris- da, en sólo Dios. tiana, según él, exige obediencia, sacrificium intellectus, y cae así en una especie de fanatismo que blo- La fe filosófica de Karl Jaspers quea la comunicación de los hom- bres entre ellos y con la Trascen- En el recorrido que nos ha lle- dencia. Impide que la verdad vado de la fe trascendental a la fe circule. Asistimos aquí al conflic- teologal, a pesar de las pruebas de to entre el Dios oculto que se co- la vida y las tentaciones perezosas munica libremente y el Dios reve- del entendimiento calculador, he- lado que se petrifica y objetiviza. mos de seguir afirmando el papel Balthasar, en Dios y el hombre irreductible de la libertad de todo de hoy, considera que Jaspers, “fas- individuo: la aceptación de la reli- cinado por la unidad de la razón que gión cristiana no es jamás objeto toma su impulso” para ponerlo to- de un razonamiento, sino un ges- do bajo el concepto de la humani- to libre inexplicable, a pesar de to- dad, es “el representante típico de da su belleza razonable. Quisiéra- la religión natural moderna”. mos recordar aquí, para ilustrar la posibilidad de sustraerse a esta in- Desde el punto de vista cristia- vitación, el concepto de ‘fe filosó- no, nos encontramos con alguien fica’ elaborado por Karl Jaspers. que parece haber recorrido con éxito todo el camino de reflexión Éste descubre la posibilidad de que nos proponíamos ofrecer a los abrirse a una fe que nos pone en agnósticos para invitarles a la fe, contacto con el Englobante (das pero que, en última instancia, re- Allumgreifendes). Pero la Trascen- nuncia a entrar en la fe cristiana, dencia, inalcanzable y omnipresen- estimando que la revelación, que te, no puede ser representada más él conoce y aprecia, sin embargo, que en clave. Fe verdadera, dice sólo es un signo que debe ser so- Jaspers, fe verdaderamente razo- brepasado para entrar en algo aún nable, fe que él opone, sin embar- mayor. go, a la fe de la revelación cristia- na. Jaspers afirma que él no es ateo ni agnóstico, que su Englobante es Fe, ateísmo, agnosticismo verdaderamente religioso, pero él cree que la fe cristiana en una re- velación, aunque tenga el mérito En su reflexión, Bernard Wel- 266 Bernard Pottier te, evoca igualmente el caso del re- ateismo (que son dos creencias)”, chazo eventual. En efecto, si el como el agnosticismo que decide hombre, gracias a la experiencia “atenerse a esta ignorancia”. de una fe trascendental más o me- El hombre contemporáneo se nos pronunciada, es capaz de ad- halla solicitado por todas partes y herirse a la fe teologal, también es tentado por el agnosticismo. Esta capaz de rechazarla, y Welte des- última actitud es, quizás, para cribe tres razones fundamentales aquel que no conoce suficiente- posibles de esta finta ante la fe en mente la proposición de la fe, la Dios: “1) Es posible no decidirse actitud más noble: una especie de ante la cuestión de la fe en Dios, o teología negativa que busca, a pe- sea, no decir ni sí ni no. En esta sar de todo, a pesar del ambiente decisión se esconde algo parecido materialista y reduccionista. Cier- a una angustia desesperada, pero tamente, se puede elegir la fe y el contenida. 2) Una segunda forma evangelio: aunque es necesario en- se refugia en la figura de la fe por contrarlos verdaderamente. Baltha- sí misma, cuya interpretación se sar escribe: “El individuo puede pervierte… Se hace de lo inapren- decidirse, pero se siente paraliza- sible algo disponible… Allí se en- do, empujado hacia abajo, por el cuentra la raíz del fanatismo. 3) peso abrumador de todos aquellos Está por fin la forma de increencia que no se deciden, o deciden de que toma la forma del rechazo di- otra manera”. recto. Este mismo rechazo puede sin duda presentarse de diversas Por esto el diálogo debe prose- maneras, tanto en la actitud de Sar- guirse sin descanso, a nivel cultu- tre como en la de Jaspers. Supone ral entre otras cosas, pues el cris- una elección, un acto de libertad. tianismo no ha acabado de descubrir Lo que hace decir a André Comte- al mundo secularizado las riquezas Sponville que toda actitud es “una que él no puede ni imaginar. especie de fe”, tanto “la fe y el
Tradujo y condensó: JOAQUIM PONS ZANOTTI
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