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INDICE

Complicaciones más comunes durante el puerperio……………….……………………2

Hematoma bulbar…………………………………………………………………….………………3

Enfermedades infecciosas puerperales………………………………………..……………..4

Trombo embolico…………………………………………………...……………….……………….5

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Complicaciones más comunes durante el puerperio
Después del parto pueden aparecer algunos síntomas o signos anormales por los que la
puérpera tendrá que consultar a su médico. Los mencionamos a continuación, para
ayudar a la mujer a darse cuenta de cuando es conveniente consultar con su obstetra.

1) Fiebre: cuando una puérpera tiene fiebre de 38 grados o más, es porque tiene un
proceso infeccioso, que pude estar localizado en la episiotomía o en la cicatriz de la
cesárea. La fiebre también puede producirla una infección en la mama (mastitis), en el
útero (endometritis), en los miembros inferiores (tromboflefitis). Generalmente a las 48 hs.
después del parto la mujer tiene un pico de fiebre, que no suele ser mayor de 38 grados y
dura sólo 24 hs., y se origina porque el calostro de las primeras horas es reemplazado por
la leche; en este caso no hay ninguna infección.

2) Hemorragias: la pérdida excesiva de sangre que se origina después de las 24 hs. del
parto hasta la primera semana después del mismo corresponden al puerperio mediato o
precoz, y cuando se producen más tarde se incluyen en el puerperio tardío. Pueden estar
causadas por inercia uterina (el útero no se contrae), retención de restos placentarios,
endometritis , desgarros del cuello del útero, miomas submucosos (tumores benignos, es
decir no cancerosos, que se originan en la capa muscular del útero).

3) Dolores en la parte baja del abdomen: generalmente producidos por una endometritis
(inflamación de la capa interna del útero).

4) Endurecimiento de una o de las dos mamas: puede presentarse con fiebre, y es


causado por una mastitis (proceso infeccioso de las mamas) o por una galactoforitis (
inflamación de los conductos galactóforos). Cuando no hay fiebre puede ser que se trate
de una retención de leche en uno o varios acinos mamarios.

5) Dolor en las pantorrillas: generalmente va acompañado de enrojecimiento de la zona


dolorosa, y hay que pensar en una trmboflebitis.

6) Trastornos en el sueño y cambios de humor: la mujer pude estar pasando por una
depresión transitoria (tristeza puerperal o Baby Blue).

7) Ardor al orinar: hay que consultar con el obstetra, especialmente aquellas pacientes a
las que se les ha colocado una sonda vesical porque se le practicó una cesárea o durante
el período expulsivo de un parto espontáneo.

8) Loquios fétidos y abundantes: son signo de infección del útero (endometritis).

9) Grietas del pezón: son pequeñas erosiones producidas en el pezón por el bebé cuando
succiona.

Siempre ante cualquier anormalidad se aconseja la consulta con el obstetra, quien será el
que evaluará la importancia de los síntomas que relata la mujer.

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Hematoma bulbar
Paciente de Sexo femenino de 29 años de edad acudió a consulta externa del Hospital
"German Urquidi" por dolor y molestia en región peri vulvar, diagnosticándose "hematoma
vulvar" de causa obstétrica (Laceración de trayecto, mala técnica de sutura de
episiotomía).
Hematoma vulvar es un proceso ginecológico poco común que se caracteriza por
presentar hemorragia dentro de la vulva (el área de los labios menores), puede llegar a
medir entre 10 a 15 cm. Se presenta 1/1300, de etiología obstétrica en el 90% de los
casos y un 10% de traumatismos.
Entre los signos y síntomas puede presentar dolor, tumefacción, coloración azulada de la
piel y hemorragia.
Es importante realizar un diagnóstico diferencial de:
• Quíste o absceso de la glándula de Bartholino
• Venas varicosas de la vulva
• Linfogranuloma venéreo
El diagnóstico se realiza mediante la anamnesis y exploración física.
En este caso se realizó el drenaje respectivo y la colocación de sonda Foley por la
obstrucción existente.

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Enfermedades infecciosas puerperales
La infección puerperal es una inflamación séptica, localizada o generalizada, que se produce en los
primeros quince días del puerperio como consecuencia de las modificaciones y heridas que el embarazo
y parto causan sobre el aparato genital.1
Aunque el término fiebre puerperal sigue siendo descrito en la literatura, ha perdido favor como
categoría diagnóstica. En lugar de ello, la terminología contemporánea suele especificar:

1. la forma clínica específica de la infección, tal como endometritis —inflamación del revestimiento
interior del útero—, flebotrombosis —inflamación de las venas del útero— y la peritonitis o
inflamación de la membrana de revestimiento del abdomen;
2. la severidad de la infección, bien sea relativa infección sin complicaciones y, posiblemente,
la sepsis puerperal con riesgo para la vida de la madre.
3.

Tipos de Infección
La endometritis es la fuente más común de infección posparto. Otras fuentes de infecciones postparto
incluyen:2

1. infecciones de la herida postquirúrgica, bien sea cesárea o episiotomía,


2. celulitis perineal,
3. los productos retenidos de la concepción,
4. infecciones del tracto urinario (ITU), y
5. flebitis pélvica séptica.
Los microorganismos más frecuentes provienen de fuentes endógenas o exógenas.
Las bacterias endógenas normalmente habitan en la madre e incluyen Escherichia coli, Streptococcus
faecalis y anaerobios como el género Clostridium, mientras que los exógenos provienen de otra persona
o del material usado durante el parto

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Trombo embolico
La enfermedad tromboembólica venosa es un conjunto de alteraciones que abarcan la trombosis venosa
profunda (TVP), la embolia de pulmón y el síndrome postrombótico.

Cuando un vaso se rompe, el sistema denominado de hemostasia permite que la sangre circule por los
vasos e impide su salida al exterior, deteniendo la hemorragia mediante la creación de un trombo que
está limitado a la zona de la lesión vascular.
La trombosis venosa es la ocupación de las venas por un trombo. Si éste es grande y se asienta en las
venas profundas de las piernas (trombosis venosa profunda) se pueden desprender fragmentos
pequeños y obstruir el flujo sanguíneo en los pulmones cuando ascienden, dando lugar a la embolia de
pulmón.
Además, con el tiempo, la vena trombosada se dilata y la sangre se estanca. La pierna aumenta de
tamaño y la piel puede llegar a ulcerarse. Esta piel adquiere un color azulado con tendencia a hincharse.
A este proceso se le denomina síndrome postrombótico.

Causas
Entre los factores de riesgo que pueden provocar la trombofilia se incluyen: edad, traumatismos y
cirugías, períodos prolongados de inmovilización, anticonceptivos orales, terapia de reemplazo hormonal,
embarazo, obesidad, enfermedades cardiacas y oncológicas y anticuerpos antifosfolípidos.
Entre los factores de riesgo genéticos se incluyen la deficiencia de la antitrombina o falta de proteína C y
S, entre otras.
Si bien los avances en los aspectos genéticos de las trombofilias son muy relevantes, en la actualidad,
cuando se evalúa el riesgo de trombosis, se suelen tener en cuenta sólo los factores adquiridos y las
características fisiológicas del paciente, dejando a un lado la información genética.

Síntomas
En los casos de trombosis venosa profunda en los muslos, el dolor es el síntoma más frecuente; sin
embargo, este dolor es poco preciso al ser espontáneo y con intensidad variable dependiendo del sujeto.
Otras características suelen ser el enrojecimiento y el incremento del tamaño de la pierna o del muslo.
La embolia pulmonar está caracterizada por el dolor de pecho, tos (en ocasiones con sangre) y la
sensación súbita de dificultad para respirar.

Prevención
Existen diferentes situaciones clínicas que tienen un riesgo muy elevado de desarrollar enfermedad
tromboembólica venosa (ETV).
En la mayoría de los casos, la prevención farmacológica es eficaz, sobre todo en pacientes
postquirúrgicos. Sin embargo, es recomendable consultar al especialista antes de instaurar la
prevención.
La detección precoz, beber mucha agua y realizar contracciones con los músculos de las pantorrillas son
otras medidas muy eficaces.
Los grupos de mayor riesgo son:
 Aquellos con antecedentes de ETV: Los pacientes que han padecido una ETV tienen riesgo de
desarrollar nuevos episodios.

 Cirugía: La inmovilización prolongada debido a causas quirúrgicas incrementa las posibilidades de ETV.
La edad del paciente, el tipo de cirugía y la duración de la intervención son algunos factores que
aumentan el riesgo.

 El cáncer y la ETV están muy relacionados.

 Estrógenos: En situaciones como el embarazo, los niveles de estrógenos aumentan y favorecen el


desarrollo de ETV sobre todo si se asocia a cirugías (cesárea).

 Pacientes que deben permanecer mucho tiempo inmovilizados en cama.

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