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DESCRIPCIÓN BREVE:

Fue un autor que escribió acerca de las bondades de la tierra


desde una perspectiva modernista pero con un tinte particular.

Maktub…

JOSE SANTOS CHOCANO


CREACIÓN LITERARIA
puede encuadrarse en Cantaba. Era su canto
la poesía social, sin LA CANCION DEL CAMINO una lenta... muy lenta...
embargo también escribió melodía:
versos muy personales. Era un camino negro. algo como un suspiro que se
Su nombre se encuentra La noche estaba loca de alarga
relacionado con poetas relámpagos. Yo iba y se alarga y se alarga... y no
como Eguren, en mi potro salvaje termina.
considerados ambos por la montañosa andina.
padres del modernismo en Los chasquidos alegres de los Entre el hondo silencio de la
Perú. Lamentablemente ha cascos, noche,
quedado poco de su obra, como masticaciones de y a través del reposo de la
ya que la mayor parte de monstruosas mandíbulas montaña,
ella fue transmitida de destrozaban los vidrios oían se los acordes
forma oral; el poeta solía invisibles de aquel canto sencillo de una
compartirla a viva voz en de las charcas dormidas. música íntima,
las plazas pero no realizó Tres millones de insectos como si fuesen voces que
publicaciones de sus formaban una como rabiosa llegaran
BIOGRAFIA
poemas. Pese a todo, inarmonía. desde la otra vida..
José Santos algunas poesías se han
Chocano nació en 1875 en salvado de la muerte, tales Súbito, allá, a lo lejos, Sofrené ml caballo;
Lima (Perú) y falleció en como "Nostalgia" y "El por entre aquella mole y me puse a escuchar lo que
1934. Se lo conoce por sueño del caimán". doliente y pensativa decía:
haber sido uno de los Chocano fue asesinado en de la selva, - Todos llegan de noche,
revolucionarios que Chile en 1934, después de vi un puñado de luces, como todos se van de día...
defendieron haber sido detenido en un tropel de avispas.
el americanismo, luchando repetidas ocasiones a Y, formándole dúo,
por los derechos de los ¡La posada! El nervioso otra voz femenina
causa de sus ideas
aborígenes en oposición al látigo persignó la carne viva completó así la endecha
políticas.
imperialismo imperante de de mi caballo, que rasgó los con ternura infinita:
los Estados Unidos. Fue aires
capaz de entremezclar con un largo relincho de - El amor es tan sólo una
elementos característicos alegría. posada
de sus raíces con una en mitad del camino de la
lírica, donde la forma y el Y como si la selva vida.
comprendiese todo, se quedó
uso de determinados
muda y fría. Y las dos voces, luego,
recursos poéticos,
Y hasta mí llegó, entonces, a la vez repitieron con
permitiera alcanzar una
una voz clara y fina amargura rítmica:
expresividad destacable.
de mujer que cantaba. - Todos llegan de noche,
La mayoría de su obra
y todos se van de día ... duró un instante, de los que
Entonces, yo bajé de mi llenan toda una vida.
QUIÉN SABE
caballo
BLASÓN
y me acosté en la orilla No era la gloria del
Indio que asomas a la
de una charca. paganismo,
Soy el cantor de América puerta
Y fijo en ese canto que venía no era el encanto de la de esa tu rústica mansión:
autóctono y salvaje:
a través del misterio de la hermosura plástica y recia: ¿Para mi sed no tienes
mi lira tiene un alma, mi
selva, era algo vago, nube de canto un ideal. agua?
fui cerrando los ojos al sueño incienso, luz de idealismo. Mi verso no se mece ¿Para mi frío cobertor?
y la fatiga. No era la Grecia: colgado de un ramaje ¿Parco maíz para mi
Y me dormí, arrullado; y, ¡era la Roma del cristianismo! con vaivén pausado de hambre?
desde entonces, Alrededor era de sus dos ojos hamaca tropical... ¿Para mi sueño, mal rincón?
cuando cruzo las selvas por ¡oh, qué ojos, ésos! ¿Breve quietud para mi
rutas no sabidas, que las fracciones de su Cuando me siento inca, le andanza?
jamás busco reposo en las semblante desvanecidas rindo vasallaje
posadas; fingían trazos de un pincel al Sol, que me da el cetro de -¡Quién sabe, señor!
y duermo al aire libre mi tenue, mojado en besos, su poder real;
sueño y mi fatiga, reviviendo sueños pasados y cuando me siento hispano y Indio que labras con fatiga
porque recuerdo siempre glorias idas... evoco el coloniaje tierras que de otro dueño
aquel canto sencillo de una Ida es la gloria de sus parecen mis estrofas son:
música íntima: encantos, trompetas de cristal. ¿Ignoras tú que deben tuyas
pasado el sueño de su ser por tu sangre y tu sudor?
- Todos llegan de noche, sonrisa. Mi fantasía viene de un ¿Ignoras tú que audaz
todos se van de día! Yo lentamente sigo la ruta de abolengo moro: codicia
El amor es tan sólo una mis quebrantos; los Andes son de plata, pero siglos atrás te las quitó?
posada ¡ella ha fugado como un el león, de oro, ¿Ignoras tú que eres el
en mitad del camino de la perfume sobre la brisa! y las dos castas fundo con amo?
vida... Quizás ya nunca nos épico fragor.
encontremos; -¡Quién sabe, señor!
quizás ya nunca veré a mi La sangre es española e
errante desconocida; incaico es el latido;
quizás la misma barca de y de no ser Poeta, quizá yo
amores empujaremos, hubiera sido
DE VIAJE un blanco aventurero o un
ella de un lado, yo de otro
lado, como dos remos, indio emperador.
Ave de paso,
fugaz viajera desconocida: ¡toda la vida bogando juntos y
fue sólo un sueño, sólo un separados toda la vida!
capricho, sólo un acaso;
Un caballo fue el primero, mide leguas y semanas
Indio de frente taciturna en los tórridos manglares, entre rocas y boscajes,
y de pupilas de fulgor: cuando el grupo de Balboa es más digno de los lauros
¿Qué pensamiento es el que LOS CABALLOS DE LOS caminaba que los potros que galopan
escondes CONQUISTADORES despertando las dormidas en los cánticos triunfales
en tu enigmática expresión? soledades, con que Píndaro celebra
¿Qué es lo que buscas en tu ¡Los caballos eran fuertes! que de pronto dio el aviso las olímpicas disputas
vida? ¡Los caballos eran ágiles! del Pacífico Océano, porque entre el vuelo de los carros y
¿Qué es lo que imploras a tu Sus pescuezos eran finos y ráfagas de aire la fuga de los aires
dios? sus ancas al olfato le trajeron
¿Qué es lo que sueña tu relucientes y sus cascos las salinas humedades; Y es más digno todavía
silencio? musicales... de las odas inmortales
y el caballo de Quesada, el caballo con que Soto,
-¡Quién sabe, señor! ¡Los caballos eran fuertes! que en la cumbre diestramente,
¡Los caballos eran ágiles! se detuvo viendo, en lo y tejiendo las cabriolas como
¡Oh, raza antigua y hondo de los valles, él sabe,
misteriosa, ¡No! No han sido los el fuetazo de un torrente causa asombro, pone
de impenetrable corazón, guerreros solamente, como el gesto de una cólera espanto, roba fuerzas,
que sin gozar ves la alegría de corazas y penachos y salvaje, y entre el coro de los indios,
y sin sufrir ves el dolor: tizonas y estandartes, saludo con un relincho sin que nadie haga un gesto
eres augusta como el Ande, los que hicieron la conquista la sabana interminable... de reproche,
el Grande Océano y el Sol! de las selvas y los Andes: y bajó con fácil trote, llega al trono de Atahualpa y
Ese tu gesto que parece los peldaños de los Andes, salpica con espumas
como de vil resignación, Los caballos andaluces, cual por unas milenarias las insignias imperiales.
es de una sabia indiferencia cuyos nervios escaleras
y de un orgullo sin rencor... tienen chispas de la raza que crujían bajo el golpe de ¡Los caballos eran fuertes!
voladora de los árabes, los cascos musicales... ¡Los caballos eran ágiles!
Corre por mis venas sangre estamparon sus gloriosas
tuya, herraduras ¡Los caballos eran fuertes! El caballo del beduino
y, por tal sangre, si mi Dios en los secos pedregales, ¡Los caballos eran ágiles! que se traga soledades.
me interrogase qué prefiero en los húmedos pantanos, El caballo milagroso de San
-cruz o laurel, espina o flor, en los ríos resonantes, Y aquel otro, de ancho tórax, Jorge,
beso que apague mis en las nieves silenciosas, que la testa pone en alto que tritura con sus cascos
suspiros en las pampas, en las cual queriendo ser más los dragones infernales.
o hiel que colme mi canción- sierras, en los bosques y en grande, El de César en las Galias.
, los valles. en que Hernán Cortés un El de Aníbal en los Alpes.
respondería le diciendo: día El Centauro de las clásicas
-¡Quién sabe, señor! ¡Los caballos eran fuertes! caballero sobre estribos leyendas,
¡Los caballos eran ágiles! rutilantes, mitad potro, mitad hombre,
desde México hasta que galopa sin cansarse,
Honduras y que sueña sin dormirse,
y que flecha los luceros, o cual río que se cuelga de buscando inútilmente ni las cándidas ñustas de
y que corre como el aire, los Andes, a una doncella hermosa y diagnóstico rol,
todos tienen menos alma, llegan todos sudorosos, enamorada de él. ni los cirios de Quito,
menos fuerza, menos empolvados, jadeantes, consagradas al culto,
sangre, de unas tierras nunca vistas, Por distraer sus penas, el ni del Cuzco, tampoco, los
que los épicos caballos a otras tierras conquistables. Inca dio en guerrero; vestales del sol.
andaluces Y de súbito, espantados por puso a su tropa en marcha y Fue llamado el más viejo
en las tierras de la Atlántida un cuerno el broquel requirió; sacerdote; Adivina
salvaje, que se hincha con soplido fue sembrando despojos este mal que me aqueja y el
soportando las fatigas, de huracanes, sobre cada sendero remedio del mal;
las espuelas y las hambres, dan nerviosos un soplido tan y las nieves más altas con dijo al gran sacerdote, con
bajo el peso de las férreas profundo, su sangre manchó. voz trémula y fina,
armaduras, que parece que quisiera aquel joven monarca,
cual desfile de heroísmos, perpetuarse. Tal, sus flechas cruzaron displicente y sensual.
coronados entre el fleco de Y en las pampas y confines inviolables regiones,
los anchos estandartes ven las tristes lejanías en que apenas los ríos se -Ay, señor! - dijo el viejo
con la gloria de Babieca y el y remontan las edades atrevían a entrar; sacerdote -
dolor de Rocinante. y se sienten atraídos y tal fue, derramando sus Tus penas remediarse no
por los nuevos horizontes: heroicas legiones: pueden; tu pasión es mortal.
En mitad de los fragores del Se aglomeran, piafan, de la selva a los andes de La mujer que has ideado
combate, soplan, y se pierden al los andes al mar. tiene añil en las venas
los caballos con sus pechos escape. un trigal en los bucles y en
arrollaban Fue gastando las flechas la boca un coral.
a los indios, y seguían Detrás de ellos, una nube, que tenía en su aljaba,
adelante. que es la nube de la gloria, una vez y otra y otra, de - Ay, señor! - ciertos días
Y, así, a veces, a los gritos se levanta por los aires. región en región, vendrán hombres muy
de "¡Santiago!", porque cuando salía blancos,
entre el humo y e fulgor de ¡Los caballos eran fuertes! victorioso, lograba Ha de oírse en los bosques
los metales, ¡Los caballos eran ágiles! levantar la cabeza, pero no el marcial caracol:
se veía que pasaba, como el corazón. cataratas de sangre
un sueño, Y cansado de tanto levantar colmaran los barrancos,
el caballo del apóstol a la cabeza, y entrarán otros dioses en el
galope por los aires celebró bailes magnos y Templo del Sol.
LA TRISTEZA DEL INCA banquetes sin fin,
¡Los caballos eran fuertes! pero no logra nada disipar La mujer que has ideado
¡Los caballos eran ágiles! Este era un Inca triste, de su tristeza, pertenece a tal raza,
soñadora frente, ni la sangre del choque, ni el vanamente la buscas en tu
Se diría una epopeya de ojos siempre dormidos y licor del festín. innúmera grey,
de caballos singulares sonrisa de hiel, y servirte no pueden oración
que a manera de hipogrifos que recorrió su imperio, Nada entraba en el fondo de ni amenaza,
desolados su espíritu oculto: porque tiene otra sangre,
otro dios y otro rey la ciudad nativa con sus LA CRUZ DEL SUR LOS VOLCANES
campanarios,
Cuando el rito sagrado le arcaicos balcones, portales Cuando las carabelas Cada volcán levanta su
mando optar esposa, vetustos voladoras figura,
hizo astillas el cetro con y calles estrechas, como si al fin trazaron sobre el mar cual si de pronto, ante la faz
vibrante dolor, las casas sus huellas, del cielo,
y aquel joven monarca se tampoco quisieran fueron rasgando por delante suspendiesen el ángulo de
enterró en una fosa separarse mucho... de ellas un vuelo
y pensando en la rubia fue Estoy en la orilla la inmensidad con sus dos dedos invisibles de la
muriendo de amor. de un sendero abrupto. trementes proas. altura.
Miro la serpiente de la
carretera Entonces, Dios, en las La cresta es blanca y como
que en cada montaña da nocturnas horas, blanca pura:
vueltas a un nudo; tras el misterio de las tardes la entraña hierve en
NOSTALGIA y entonces comprendo que bellas, inflamado anhelo;
el camino es largo, una cruz dibujó con cuatro y sobre el horno aquel
Hace ya diez años que el terreno es brusco, estrellas contrasta el hielo,
que recorro el mundo. que la cuesta es ardua, en el lienzo en que pinta sus cual sobre una pasi6n un
¡He vivido poco! que el paisaje mustio... auroras. alma dura.
¡Me he cansado mucho!
¡Señor!, ya me canso de Quedó la cruz como Los volcanes son túmulos
Quien vive de prisa no vive viajar, ya siento argentado broche de piedra,
de veras: nostalgia, ya ansío que en la punta de un velo pero a sus pies los valles
quien no echa raíces no descansar muy junto resplandece, que florecen
puede dar fruto. de los míos... Todos dejando ver radiantes fingen alfombras de irisada
rodearán mi asiento simbolismos. yedra;
Ser río que corre, ser nube para que diga mis penas y
que pasa, triunfos; Y hoy, sobre el terciopelo de y por eso, entre campos de
sin dejar recuerdos ni rastro y yo, a la manera del que la noche, colores,
ninguno, recorriera en la profunda obscuridad, al destacarse en el azul,
es triste, y más triste para el un álbum de cromos, parece parecen
que se siente contaré con gusto la condecoración de los cestas volcadas derramando
nube en lo elevado, río en lo las mil y una noches de mis abismos... flores.
profundo. aventuras
y acabaré con esta frase de
Quisiera ser árbol, mejor que infortunio:
ser ave, -¡He vivido poco! ¡Me he
quisiera ser leño, mejor que cansado mucho!
ser humo,
y al viaje que cansa
prefiero el terruño:
LA MAGNOLIA ORQUÍDEAS TRÍPTICO CRIOLLO de la verdura al pie de su
bohío.
En el bosque, de aromas y Ánforas de cristal, airosas I. El charro
de músicas lleno, galas El encuadra al redor su
la magnolia florece delicada de enigmáticas formas Viste de seda: alhajas de gran sembradío
y ligera, sorprendentes, tono; y acaricia la tierra con su
cual vellón que en las diademas propias de pechera en que el encaje mano.
zarpas enredado estuviera, apolíneas frentes, hace una ola, Enfrena un potro en la mitad
o cual copo de espuma adornos dignos de fastuosas y bajo el cinto, un mango de de un llano
sobre lago sereno. salas. pistola, o a nado se echa en la mitad
que él aprieta entre el puño de de un río.
Es un ánfora digna de un En los nudos de un tronco su encono.
artífice heleno, hacen escalas; El, con un golpe, desjarreta un
un marm6reo prodigio de la y ensortijan sus tallos de Piramidal sombrero, esbelto toro;
Clásica Era: serpientes, cono, entra con su machete en el
y destaca su fina redondez a hasta quedar en la altitud es distintivo en su figura sola, boscaje
manera pendiente, que en el bridón de enjaezada y en el amor con su cantar
de una dama que luce a manera de pájaros sin cola sonoro,
descotado su seno. alas. no cambiara su silla por un porque el amor de la mujer
trono. ingrata
No se sabe si es perla, ni se Tristes como cabezas brilla sobre su espíritu salvaje
sabe si es llanto. pensativas, Siéntase a firme; el látigo como un iris sobre una
Hay entre ella y la luna brotan ellas, sin torpes chasquea; catarata...
cierta historia de encanto, ligaduras restriega el bruto su
en la que una paloma pierde de tirana raíz, libres y chispeante callo, III. El gaucho
acaso la vida: altivas; y vigorosamente se pasea...
porque también, con lo Es la Pampa hecha hombre:
porque es pura y es blanca y mezquino en guerra, Dudase al ver la olímpica es un pedazo
es graciosa y es leve, quieren vivir, como las almas figura de brava tierra sobre el sol
como un rayo de luna que puras, si es el triunfo de un hombre tendida.
se cuaja en la nieve, sin un solo contacto con la en su caballo Ya a indómito corcel pone la
o como una paloma que se tierra. o si es la animación de una brida,
queda dormida. escultura. ya lacea una res: él es el
brazo.
II. El llanero Y al son de la guitarra, en el
regazo
En su tostada faz algo hay de su "prenda", quejoso de la
sombrío: vida,
tal vez la sensación de lo desenvuelve con voz
lejano, adolorida
ya que ve dilatarse el océano una canción como si fuera un
lazo... y de canción, a destemplar también mi una me dio una cita en cierta
me ha interrumpido el paso corazón: noche
Cuadro es la Pampa en que el una copla escapada por el yo no he sido el primer en que, para burlarme, se
afán se encierra hueco traidor hombre que amaste... murió;
del gaucho, erguido en actitud de una ventana, a sólo No he sido, no, otra me dijo con los ojos algo
briosa, clavárseme a mitad del amor primero de mujer que todavía descifrando
sobre ese gran cansancio de corazón... ninguna... estoy,
la tierra. No he despertado en nadie la porque en ningunos ojos volví
Y la copla a mí vino primera emoción... a hallar tal mirada,
Porque el bostezo de la lanzada, entre el rezongo de No he probado la miel de un con que piadosamente me ha
Pampa verde un viejo acordeón, primer beso, de ver quizá hoy Dios...
es como una fatiga que por algún mozalbete ni abrí la rosa de un primer
reposa presumido rubor… Después... téngolo dicho:
o es como una esperanza que según era el descaro de su ¿Comprendes tú qué sangre he quemado mis naves como
se pierde... engolada voz. lloro en mi noche triste? el conquistador
¿Comprendes qué canción y me he entrado también a
No me llegó la copla es la que me sugiere aquella sangre y fuego
redondeada; copla de un corazón a otro corazón;
no me llegó, venida a mí quizá como la voz y en esta noche triste,
NOCTURNO DE LA COPLA sino algo en que ponía su miel que detuvo, camino de tengo un orgullo sabio, porque
CALLEJERA un primer beso Damasco, no he sido yo
o en que abría su rosa quizá también a un pecador? amor primero de mujer
Tiempo ha quemé mis naves un primer rubor... ninguna,
como el conquistador, Pero... La primera mujer que amé en pero el último sí: ¡seguro
y me lancé al trajín de la ¡ay de mí! sí estoy la vida, estoy!
aventura seguro del final que en lo más al oír que la amaba, colérica Y, así, como amor último que
de un corazón en otro hondo me huyó; he sido,
corazón; su envenenada punta me la segunda mujer, sonrisas de más de una mujer, pienso
pero... clavó. tuvo en tu amor;
confieso yo Tales palabras para mí que antes tuvo para y pensando en la copla
que he tenido también mi son: otros tal vez... y luego adiós callejera,
noche triste. -"Pienso en aquél que te díjome desde lo alto de un la hago decir con todo mi
¡Oh noche triste en que quiso navío orgullo indo español:
llorando estoy! antes de quererte yo"-. en que de mí por siempre se ¡Pienso en aquél que te
alejó; quiera
¡Oh noche en que, vagando Ya que lejos de ti, siéntote la tercera mujer no pudo después de quererte yo!
por los barrios oscuros de acaso nunca,
aspecto evocador, más adentro que nunca de mi desde su ostentación
donde en casas humildes amor, de estrella, percatarse
sueña el romanticismo ha venido esta copla de mi apasionamiento de
de vírgenes enfermas de Luna destemplada pastor;
Por ser tu dueño, siento a tornó perfil un sueño mío,
NOTAS DEL ALMA ¡Oh raza antigua y misteriosa veces Felicidad, te vi de cerca,
INDÍGENA de impenetrable corazón, que no soy dueño de mí pero no pude hablar contigo...
que sin gozar ves la alegría mismo...
¡Quién sabe! y sin sufrir ves el dolor: Toda esperanza es un
eres augusta como el Ande, engaño;
Indio que asomas a la puerta el grande Océano y el Sol! todo deseo es un martirio... EL IDILIO DE LOS
de esta tu rústica mansión: Felicidad: te vi de cerca; VOLCANES
para mi sed ¿no tienes agua? Ese tu gesto que parece pero no pude hablar contigo.
¿Para mi frío, cobertor? como de vil resignación, El Ixtlacíhuatl traza la figura
¿Parco maíz para mi hambre? es de una sabia indiferencia Ya voy sintiéndome yacente
¿Para mi sueño, mal rincón? y de un orgullo sin rencor... cansado... de una mujer dormida bajo
¿Breve quietud para mi Corre en mis venas sangre Cuando en la orilla del camino el Sol.
andanza?... tuya, me siento a ver pasar a El Popocatépetl flamea en
-¡Quién sabe, señor! y, por tal sangre, si mi Dios muchos los siglos
me interrogase qué prefiero que hacia ti vayan cuál yo he como una apocalíptica
Indio que labras con fatiga - cruz o laurel, espina o flor, ido, visión;
tierras que de otros dueños beso que apague mis suspiros tal vez te atraiga mi reposo, y estos dos volcanes
son: o hiel que colme mi canción mi displicente escepticismo, solemnes
¿ignoras tú que deben tuyas respondería le dudando: mi resignada indiferencia, tienen una historia de amor,
ser, por tu sangre y tu sudor? -¡Quién sabe, señor! mi corazón firme y tranquilo; digna de ser cantada en las
¿Ignoras tú que audaz y, paso a paso, a mí te compilaciones
codicia, acerques, de una extraordinaria
siglos atrás, te las quitó? sin que yo llegue a percibirlo, canción.
¿Ignoras tú que eres el y, al fin, sentándote a mi lado,
Amo?... EL ROMANCE DE LA hablarme empieces: - Buen Ixtacíhuatl --hace miles de
-¡Quién sabe, señor! FELICIDAD amigo... años--
fue la princesa más parecida
Indio de frente taciturna Felicidad: yo te he encontrado ¿Será mejor el no buscarte? a una flor,
y de pupilas sin fulgor: más de una vez en mi camino; ¿Será mejor el ser altivo que en la tribu de los viejos
¿qué pensamiento es el que pero al tender hacia ti el ruego en la desgracia y no sentirse caciques
escondes de mis dos manos... has juguete vil de tus caprichos? del más gentil capitán se
en tu enigmática expresión? huido, enamoró.
¿Qué es lo que buscas en tu dejando en ellas, solamente, Yo sólo sé que cuantas veces El padre augustamente abrió
vida? cual una dádiva, cautivo con más afán te he los labios
¿Qué es lo que imploras a tu algún mechón de tus cabellos perseguido, y díjole al capitán seductor
Dios? o algún jirón de tus vestidos... más fácilmente, hacia más que si tornaba un día con la
¿Qué es lo que sueña tu lejos, cabeza
silencio? Tanto mejor fuera no haberte más desdeñosa, huir te he del cacique enemigo
-¡Quién sabe, señor! hallado nunca en mi camino. visto. clavada en su lanzón,
Yo sólo sé que cuantas veces encontraría preparados, a
un tiempo mismo, conjuró la sombra de sus
el festín de su triunfo y el antepasados
lecho de su amor. contra la crueldad de su
impasible Dios.
Y Popocatépetl fuese a la Era la vida suya, muy suya,
guerra porque contra la muerte
con esta esperanza en el ganó:
corazón: tenía el triunfo, la riqueza, el
domó las rebeldías de las poderío,
selvas obstinadas, pero no tenía el amor...
el motín de los riscos contra
su paso vencedor, Entonces hizo que veinte mil
la osadía despeñada de los esclavos
torrentes, alzaran un gran túmulo ante
la acechanza de los el Sol
pantanos en traición; amontonó diez cumbres
y contra cientos y cientos de en una escalinata como
soldados, alucinación;
por años gallardamente tomó en sus brazos a la
combatió. mujer amada,
y el mismo sobre el túmulo
Al fin tornó a tribu (y la la colocó;
cabeza luego, encendió una
del cacique enemigo antorcha, y, para siempre, ¡He vivido poco!
sangraba en su lanzón). quedose en pie alumbrando
Halló el festín del triunfo el sarcófago de su dolor. ¡Me he cansado
preparado, mucho!
pero no así el lecho de su Duerme en paz, Ixtacíhuatl
amor; nunca los tiempos
.
en vez de lecho encontró el borrarán los perfiles de tu
túmulo expresión.
en que su novia, dormida Vela en paz. Popocatépetl:
bajo el Sol, nunca los huracanes
esperaba en su frente el apagarán tu antorcha,
beso póstumo eterna como el amor...
de la boca que nunca en la
vida besó.
Y Popocatépetl quebró en
sus rodillas
el haz de flechas; y, en una
solo voz,

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