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La re[b'mq' Consl,fuaooa.l y ld
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I previo y superior e4 g-l quq.aquellog, cif¡arall la doctrinales. ."i.3
razón de su existencia. Tr:es son las cuestiones que en el tratarniento
.,De todos'modos¡,no es en los presupuestos doc- del poder constituyente conviene dilucidar: en pri,
triinale-s,,imás o' menos lejanos, donde hay, que
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{ mer lugar, su definición como poder soberano;en l*** ,/
p I antear rel irrob lema del p-oder cons tituyente;- s i- -l
que se gesta con el triunfo histórico de los proce- f 3 Para esta polémica entre Sieyés y La Fayette, cfr. Zweig,
sos revolucionarios burgueses. Porque no se tra- t
'tt op, cit., pp. I ss. La tesis de Sieyés mantenida en la sesión del
ta tanto de una.creación.teórica como de una ne, I
¡ 2 Thermidor del año IIf, era que se trataba de una creación
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definitiva para la ciencia debtda a los franceses; lo que equi;
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-"------i---- . r..'.:' ' valía a indicar que, puesto que él había sido el formulador
2 C4¡ré de,lVlalberg; Teoríg General del Estado, Méjico, 1.
.,} más claro de la doctrina del poder cohstituyente, esa <pro-
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1948; pp.,1,188.ss;:E.'Zwéig,'Die Léhre vom <pauvoir constí: t
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duccién genial,i era obra suya, Es esta pedanterfa encubierta
t uani,,.i E in B é í i ra[: iúrn S taats ie ch t de r f ranzó si s ch en' Revi o- J de Sleyés láque critica l-aiFayette en sus Mémoires (t. IV, Pa-
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I ution, Tr¡binga,
1.!,!p9¡,,
pp: r73' ss. ris, 1838;,p. 3ó).
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Dé la callficación del poder constituyente como i, ,r,;l
poder sobérano e ilimitado, derivarán, cuando
menos¡ dos,:consecuencias' importantes.
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t g" primer lugar, que mientras los poder:es i , \
cbnstituidos tienen su fundamento en la Consti- ?i poder constituy"gnte y que, como recuerda Hats-
tucié-n, ¡1 de.sda élia' se expli'i4n sus'poqibiti-dáC-E9,i, chgk, marcarían desde el comienzo las diferenciás
y modos de,agluáCión, e[ podér éonstituyente se ,t i entre el constitucionalismo americano y el euro-
justificapor sí mismq. S"_f-@ i peo. Por una parte,'aparece la te_sis propiciada por
28 29
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.;i,,ir;,ril¡i., ili!.i'l r¡iiliiiii'lllil i;
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\ qipios del régimen representativo, escamotear to:
bien de las town'meetings, bien
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tificación ulterior,
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del -*pueb.Lg.*rll,r_s_Fo._.
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dó tipo:,de intervención',directa del pueblo (las
Radicalmente diferente e-s la co.n.c-gp€ign gg1 town-meetings y los referéndums americanos), lo
sobre la mecánica r constituyente, intro- que en realidad comportab a era establecer una
Fan- ficticia soberanía de la Nación, y una real y efec- .
Elgliété'*iiélpió¿éso'ietolü¿iónaii-of tiva soberanía de las ,A.sambleas. Por eso, Labou-
óél-y de una forma in-
arcar'ía su impronta
laye llegaría a sostener que usieyés lo que hizo
deleble en todo el:constitucionalismo continental
europeo. La primera: y,decisiva corrección que - fue confundirlo todo, embrollarlo todo y, a la pos-
Sieyés real tre, perderlo todou ó.
Aiñéncá€lla, qütiéne aéterminada por l Sin embargo, esa confusión es la que se ger're-
-titsciénail;ónc_-et¡{399p*b.FlgtÍá.úi-pf -{ raliza, salvo excepciones extrañas, en el posterior
*lá}fu on tuc i onal ism rop e o. u I*a s- dl.ygls-1q .Q9"n"9 :
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de sbT*rráñiiffiC-l;*¡ ;r1 iali1Dé e i ta f,o imá, e s ta- c sti e
lo podrá actuarsé a trávés del mecanismo " de la qJená e ili4iladA qqbemní-ao. No vamos a discu-
representación. Et podéf óciústituyentg deja de sér tiilas razones que pudieron motivar el triunfo de
entoncés.el poder'en el que el pueblo directamen- las tesis de Sieyés, monta{as, en definitiva, en el
te participa, como titular indiscutiblg de Ia sobe- intento de compaginar dos supuestos irreconci-
rá.nia, para convertirse en el poder- {e las At:!q- | liables, como eran el principio democrático po-,.
bleá¡, en las que la Nación delega sus comPe-r/ pular y la institución de las Constituyentes repre-
ttir.iliit. sentativas. Importa, no obstante, dejar,constan-
¡'"..rr tiene que fue en el propio proceso cia de que esta contradictoria pretensión-como
" explicaremos más adelante al tratar la naturale-
revolucionario francés donde se formularon las
primeras y más duras críticas a la co4cepción de za del poder de revisión-, que inicialmente sa-
Siéyés, a la que se contrapuso la establecida en tisfizo plenamente las aspiraciones de la burgue-
América, a través de la tradición puritana, como sía ascendente, sería luego perfectamente asumi-
mucho más coherente y más concorde con las exi-
gencias del principio democrático (La.Fayette).
ó Laboulaye, Questions constitutionnelles, París, 1872,
Asignar a una'Asamblea el ejercicio del poder
p. 381. En el mismo sentido, Zweig, op. cit., p. 137.
conitituyente dijo- y, en nombre de los.prin-
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r-it; jliii.li:'l r:iiiilrl
da por los intereses partidistas de,la demgcracia E,stado pasan a selasí'ppdefes constjtUidq¡, y -la
actual. La,razén es evidente: por una parte, con CónStitución se configura corRo ley suprema. Es '
la apelacién a la soberanía de,la Nación o del pue' esta lógica,,comúnrnéñte áceptada en el'plano de
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blo; se.aseguraba la:,lndiscutible prepotgncia de la te<¡ría, la,que, no obstante, ,se verá seriamente
las Asambleas, en las que, primero la burguesla, afectada, cuando no contradicha, en el plano de
y después las oligarqulas partidistas, asentaron la realidad, en la medida en que las tesis de Sie-
su dominio; y,,,por otra parte, con la,invocación yés se explotan políticamente hasta sus últimas
a los principios del régimen representativo; se ex. consecuencias.
cluía la intervención de los cir¡dadanos; p€rmi- Conforrne al sistema americano, forjado en la
tiendo de este,rnodo que burguesía l pertidos que- tradición puritáña de'la participación popular, no
daran convertidos en los únicos depositarios de 1 "-..-admite duda alguna que la separacién entre el po-
la soberanía nacional. --l der constituyente y los poderes constituidos que-
A pesar del,indudable interés que ofrecería el da definitiva y tajan[emente establecida, en la me-
explicar,las.causas sociales y políticas qué de fac- dida en que, ni ei poder constituyente puede pro- | ,
ro influyeron, en América y en Europa, en Ia dis- yectarse más allá de sus funciones, asumiendo \i
tinta configuración del entendimiento del ejerci- Lompetencias propias de los poderes constituidos, \\ $-.r
cio del poder soberano, no vamos ra detenernos en i ni los poderes constituidos pueden, por su parte, /[ {t
su estudio que, si no es en absoluto desdeñable, usu.par las atribuciones que únicamente corresJ
Iluponden
no afecta, empero, al sentido de nuestra argumen- al poder constituyente.
tación. Lo que ahora nos interesa no es tanto co- No,es,po,sible-, p-o"r-un lado;.que el poder consti.-
nocer los,motivos, como precisar las consecuen- tuyente asuma competencias legislativas ordina-
cias que de ese distinto planteamiento derivar:ían, _qias, primero, porqué las Convenciones que ela-
a la hora de responder al tercer interrogante que boran losployectos de Constitución se crean úni- -
antes suscitábamos: sobre el destino del po4er _ ca y exclusiVamente con esa finalidad y, segun-
qonstituyente una vez que la Constitug_iQp eq,gpro- do, porque al tener que ser siempre ratific4da por
bada. el pueblo su actuación, el único órgano que, co-
mo poder constituyente, podría ejercer atribucio-
. 3.
Forma parte de la lógica del Estado consti. nes conferidas a los poderes constituidos sería el
tucional, y asl,se entendió tanto en el proceso re. propio pueblo..Conclusión tan absurda como evi.
volucionario americano como en el francés, que, dente;,ya que si el pueblo, en cuanto soberano,'de-
una vez aprobSda.la Constitución, el po-der co-nq- qide^ eqtablecei la Constitución, es porque renun-
tifuyeñté -désaparezca, cediendo su lugar ala pro- cia por ello a ejercer las atribuciones que se con-
pia noimá pór él ciéáda. Todos los poderes del fieren a los poderes constituidos.
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Por,otró lado,-a la imposibilida{ del poder cons- española de 1978, durante algún tiempo se man-
tjtuyente,de'r"ealizar funciones de los poderés tuvjera la tesis de que, las mismas Cortes que ela-
const_ituidoC, corresponde recíprocamente la in- boraron la ley fundamental, deberían continuar
vlabilidad pára los poderes constituidos de ejer- como Cortes ordinarias. Difícilmente se podría es-
óitar competencias constituyentes. Al no coflside- tablecei una separación tajante entre pod"r co.lts-
rarse a -qingún órgano represen-tativo (ni siquié- tituyente y poder constituido, cuando es el mis-
rá a ll9 nropias Convqnciones convocadas para mo órgano el que, en unas ocasiones, cumple atri-
elá5oiar los proyectos.de Constitución) deposita- bucipnes Eqberanag y, ,g*q otras, aqlúa cp-Ino, pq-
rios de la soberanía, que permanece en el pueblo, der legislativo ordinario.
y al exigirse por ello la ratificación popular para .- ,A.,su,vez, alatentación del poder constituyente
cuatquiói aótividad constituyente, es claro que no de desempeñar funciones legislativas ordinarias,
existe reseuicio alguno para que los poderes cons- hay que añadir el peligro y la tentación contraria
tituidos, sin violentar la lógica institucional del del poder constituido a desempeñar competencias
slqtq1na, puedan operar con carácter soberano. constituyentes. Cuando el poder soberano se es-
Frente a esta nítida separación entre funciones cinde del pueblo, aunque teóricamente se reco-
constituyentes y constituidas de.la tradición árrl€. nozca que una vez aprobada la Constitución la ac.,
ricana, el':constitucionalismo europeo, que sigue tividad constituyente desaparece, en la práctica,
lq_s esquémas éstablecidos poi Sieyés, introduce las Asambleas mostrarán una proclividad noto-
'unas dosis rtotables dd confusión. Al trasladarse ria para, apelando a su condición de representan-
a, Ias Asambleas Constituyentes representativas tes de la soberanía del pueblo en el momento
eltéjercicio pleno de la soberanÍa, nada tiene de constituyente, considerarse con derecho siempre
párticular qy. el podei constituyente soberlng¡e a ejercitar competencias soberanas. Porque ello
proyecte, o intente perpetuarse, como poder té- es así, y como demostración clara de que no se
gislálivo ordinario, incluso cuandó la Constitu" trata de una mera posibilidad teórica, aparece, co-
ción es aprobada., Con,lo,ggal se abr,e la puglla mo veremos a continuación, el distinto significa-
para que,iel, régimen constitucional parlamenta- do y alcance que recibió la idea de su¡iremacía
rio.-se tr.aqiilorme en r-égimen cohvencional o de constitucional en Norteamérica con relación a
Asambleaj,De una u otü forniá;'el riesgo de ásEIrI: Europa.
bleísmo,;Que tomó:cuerpo por vez primera en la
Convención francesa, ha planeado como peligro ,
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