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¿Cuánto vale un perro muerto?

Dicho de una persona: Que padece una disminución física, sensorial opsíquica que la incapacita total o parcialmente par
a el trabajo o para otras tareas ordinarias de la vida. DRAE

El término discapacidad, indica que la persona NO TIENE LA CAPACIDAD total para funcionar en su vida y, en consecuencia,
una deficiencia en su calidad de vida. Esta, es la concepción de la sociedad en la que vivimos y nos movemos. Pero, yo
digo que; si una persona vive con amargura, con odio en su corazón, con depresión, con orgullo, con rencor, con temor,
con falta de perdón a alguien, con envidia, etc., y eso la INCAPACITA para desarrollar una mejor calidad de vida, entonces,
es una persona discapacitada del corazón sólo que ¡nadie se lo ha dicho! Sostengo pues, que la mayor discapacidad es la
del corazón, la interna, y no tanto la externa. Mefiboset era un muchacho residente de Lodebar ciudad considerada como
“la tierra del silencio”, era un lugar inhóspito, sin fruto, sin pasto, donde se refugiaban los endeudados, los despojados,
los perseguidos, los golpeados por la vida, y todo aquel fracturado del corazón. Mefiboset llegó allí lisiado de los pies
siendo un niño de 05 años, huérfano de padre, de tíos y de abuelo, despojado de sus tierras y sus bienes, privado de los
privilegios del palacio y de su salud. Yo te pregunto: ¿Cómo vive una persona herida del corazón? ¿Qué se siente tener un
dolor profundo y no poder expresarlo, a tal grado que nos aislamos de los demás? La mayor evidencia, quizá, de que una
persona es incapaz para funcionar en su vida es el daño ocurrido a la autoestima (la valoracion positiva que hace uno
mismo) cuando el rey David se entera que Mefiboset está en Lodebar manda a traerlo para mostrarle misericordia, le dice
que le va a devolver sus tierras, que no deberá preocuparse nunca más por trabajar, pues tendrá comida en abundancia
y además se sentará a comer a la mesa del rey como lo hacen sus hijos (los príncipes), esta fue su reacción: “…Mefi-bóset
volvió a inclinarse delante de David, y dijo:—¿A qué se debe que Su Majestad me trate así? ¡Un perro muerto y yo somos
la misma cosa!” (2 Samuel 9:8) ¿Cuánto vale un perro muerto? Así se veía Mefiboset, Algunos podrán decir que él sólo
estaba siendo humilde ante el rey, y que no hay ningún problema en ello, sin embargo, la condición del corazón se oculta
tras la falsa humildad, detrás de la sonrisa superficial, detrás de las palabras: “estoy bien, no pasa nada”, se oculta detrás
de la depresión, detrás del consumismo material, del constante enojo, detrás del alcohol o de las drogas, e incluso; detrás
de la obesidad, ya que, cuando se vive en Lodebar, el corazón se endurece y se aprende a olvidar (ignorar), a ocultar los
verdaderos sentimientos y las verdaderas razones, es decir, se vive de apariencias. Creo que Mefiboset representa a cada
uno de nosotros, que en algún momento de la vida alguien nos dejó caer y quedamos lisiados, con el corazón fracturado,
eso nos llevó a escondernos, a no confiar más en la gente y a no llamar la atención sobre nosotros, a desviar el tema de
conversación, o a ya no hablar de ello, a creer que no somos dignos de que se fijen en nosotros. Así fue como nos
refugiamos en Lodebar, la tierra de los discapacitados, de los olvidados, de aquellos cuyo llanto es imposible de escuchar
debido a que muy pocos deciden entrar allí a brindar ayuda (y muy pocos salen de allí también).

Sin embargo, el rey David representa al Dios del Universo, quien un día envió a su Hijo, el Rey de reyes; Jesús de Nazareth,
a buscarnos a Lodebar, para sacarnos de la tristeza, del dolor que alguien nos causó, del llanto, de la amargura y la
aflicción, para invitarnos a sentar a Su mesa, así como hizo el rey David con Mefiboset: “…Mefi-boset, dijo el rey, comerá
a mi mesa, como uno de los hijos del rey”. 2 Samuel 9:11c Amigo (a), no sé quién te dejó caer, no sé cómo fue que llegaste
al punto en que casi deseaste quitarte la vida, pero sé que es posible continuar adelante con tu vida, es posible creer
nuevamente, no todo está perdido…no todo está perdido, no llores, por favor ya no llores, el Rey te está buscando y hará
hasta lo imposible por sacarte de la condición en que te encuentras. No temas, la ayuda viene en camino y hay un
banquete esperándote en el Palacio del Rey. Y Él ha dispuesto tiempo para escucharte personalmente, delante de Él no
es necesario fingir, pues te acepta como eres, lo sé por experiencia propia, lo dice una persona lisiada que conoce muy
bien Lodebar porque vivió muchos años allí y ahora te dice cómo salir.

Que pases una excelente tarde.

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