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LAS LUCHAS EN FOUCAULT1

Lucha contra la Lucha contra la Lucha contra


Dominación (Étnicos, Explotación (De patrones y Sí Mismo (Formas de
sociales y religiosos) explotadores) subjetivación y sumisión) 2

En el proceso de construir una nueva forma de pensar, es decir, una nueva


subjetivación, Foucault3 distingue tres tipos de luchas: 1) Contra las formas de dominación
étnica, social o religiosa; 2) Contra las formas de explotación que separan a los individuos
de lo que ellos producen; 3) Contra las formas de sujeción que vinculan al sujeto consigo
mismo y, de ese modo, aseguran su sujeción a los otros. En las sociedades feudales ha
predominado las luchas contra las formas de dominación; en el siglo XIX, las luchas contra
la explotación. Y hoy es la lucha contra la forma de sujeción, contra la sumisión de la
subjetividad, la que prevalece cada vez más, aunque no hayan desaparecido las luchas
contra la dominación y la explotación, más bien lo contrario”4.

La razón por la cual este tipo de lucha tiende a prevalecer en nuestra sociedad se
debe al hecho de que una nueva forma de poder político se ha desarrollado de manera
continua. Esta nueva forma de poder es el Estado, que para Foucault es, en su sentido
estrictamente moderno, una combinación compleja de técnicas de individualización y
procedimientos totalizantes. Para Foucault, nuestro problema político, ético, social y
filosófico consiste en promover nuevas formas de individualidad diferentes a las que se nos
imponen desde hace varios siglos.

En el diálogo con Gilles Deleuze acerca de Los intelectuales y el poder 5 Foucault


subraya que una de las dificultades fundamentales con las que se encuentra el intelectual a
la hora de definir y llevar adelante formas adecuadas de lucha es que ignora qué es el poder.
Se puede encontrar aquí una de las motivaciones de su interés por el tema del poder, por el
desarrollo de “una filosofía analítica del poder”.

La filosofía ha tenido tradicionalmente como función fundar y limitar el poder,


instaurándose ella misma como ley. Una filosofía analítica del poder, en cambio, no se
plantea la cuestión del poder desde el punto de vista del bien o del mal sino desde el punto
de vista de la existencia del poder. Este modo en el que Foucault concibe la filosofía del
poder se inscribe en su concepción general de la filosofía como una actividad de
diagnóstico. Desde esta perspectiva una filosofía analítica del poder sirve como instrumento
para formas de lucha.

1
NOTAS DE CÁTEDRA - Instituto de Salud Mental, Escuela de Salud Pública – UNC –
2
CASTRO, Edgardo: El vocabulario de Michel Foucault. Prometeo-UNQ. Buenos Aires, 2004.
3
DELEUZE, Gilles: Foucault. Paidós. Barcelona, 1998.
4
FOUCAULT, Michel: Dichos y Escritos. Paidós. Barcelona, 2001.
5
DELEUZE, Gilles: Los intelectuales y el poder. Paidós. Barcelona, 1999.
En “El sujeto y el poder” 6, Foucault enumera las seis características de estas
luchas: 1) Son luchas transversales. No se limitan a un país o a un sistema económico. 2)
Tienen como objetivo los efectos del poder. 3) Son luchas inmediatas. 4) Cuestionan el
estatuto del individuo. 5) Estas luchas oponen formas de resistencia a los efectos del poder
que están ligados al saber, a la competencia y a la calificación. 6) “Finalmente, todas las
luchas actuales giran en torno a la misma cuestión: ¿quiénes somos?. Son un rechazo de
estas abstracciones, un rechazo de la violencia ejercida por el Estado económico e
ideológico que ignora quiénes somos individualmente, y también un rechazo de la
inquisición científica o administrativa que determina nuestra identidad”.

Genealogía: “Llamamos, si quieren, ‘genealogía’ al acoplamiento de los


conocimientos eruditos y de las memorias locales7, acoplamiento que permite la
constitución de un saber histórico de las luchas y la utilización de este saber en las tácticas
actuales”.

6
FOUCAULT, Michel: “El sujeto y el poder”. En: DREYFUS, H. y RAVINOW, P.: Michel Foucault: Más
allá del Estructuralismo y la Hermenéutica. Nueva Visión. Buenos Aires, 2001.
7
FOUCAULT, Michel: Defender la Sociedad. FCE. Buenos Aires, 2000.

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