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Presentado por: Gabriela Castillo, Maria Jose Haydar, Cristina Maldonado, Paula Moncayo, Maria Jose Ospino

Terminación del Proceso


Terminación normal del proceso (sentencia de mérito):
La terminación normal del proceso es, la forma en la que un proceso debe, una vez surtidas todas sus
etapas, finalizar. Situación que ha sido establecida como tal por la Corte Constitucional en sentencia C-
918/01 de la siguiente manera: “Lo normal dentro del proceso civil, es que éste termine con la sentencia
estimatoria o desestimatoria de las pretensiones de la demanda, la cual se profiere después de haber agotado
todas las etapas propias del correspondiente juicio.” Dos partes inician un proceso con un objetivo: que la
solución de él, presentada en forma de sentencia, les sea favorable. Así entonces, es con la sentencia que
resuelve el pleito que ha de terminar, normalmente, un proceso. Ahora bien, ha de entenderse que la sentencia
de la que se habla en principio, es aquella proferida después de surtido todo el proceso y no aquella que
profiere el juez con el carácter de “anticipada”, ya que ésta puede considerarse una forma extraordinaria de
terminar con el proceso, al tener dicho carácter y estar limitada a los casos expuestos por el artículo 278 del
Código General del Proceso, en adelante CGP.1
La sentencia es, como establece el CGP, en su artículo 278, y Hernando Devis Echandía define, el
acto a través del cual el Juez cumple la obligación derivada de la demanda: de composición justa del litigio o
resolución de la petición, satisfaciendo así el objeto de la acción y dando fin al proceso. Es un
pronunciamiento que no sólo decide sobre el conflicto en cuestión, sino que ordena la realización de un
comportamiento, ya sea para el establecimiento o terminación de una situación de hecho y de derecho, o para
el cumplimiento de la obligación del pago de las costas del proceso incluso.
Así entonces, el proceso finalizará con el pronunciamiento de sentencia por parte del juez de
conocimiento resolviendo el caso en cuestión, sentencia que se conoce con el adjetivo de “de mérito” que es,
una nominación doctrinal para identificar a aquellas sentencias que resuelven el conflicto presentado por las
partes, al contrario de aquellas sentencias que, en lugar de solucionarlo, servían al fallador para inhibirse
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evitando así decidir en el caso concreto, sentencias que, sin embargo, ya no se encuentran en el CGP.
Para que el juez pueda dictar dicha sentencia de fondo deben cumplirse ciertos presupuestos, que son
de dos categorías o grupos distintos, tales como: a) formales, en los que encontramos (i) Debida notificación,
(ii)Trámite adecuado, (iii) Debida acumulación de pretensiones, (iv) No caducidad de la acción, (v)
Cumplimineto de las condiciones de procedibilidad; y b) Materiales, que son (i) Legitimación en la causa, (ii)
Interés para obrar, (iii) Ausencia de cosa juzgada, (iv) Ausencia de litispendencia y (v) Tutela jurídica de la
pretensión. 4 5Una vez cumplidos dichos presupuestos, puede el juez proferir sentencia de mérito o de fondo,
resolviendo las controversias presentadas por las partes. Dicha sentencia tiene dos características principales:
1 Clase de Derecho Procesal Civil I. Doctor Jaime Nieto. Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. Periodo 1730.
2 Ibídem.
3 Clase de Teoría General del Proceso. Doctor Rafael Hernando Gamboa. Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. Periodo 1630.
4 Ibídem.
5Clase de Derecho Procesal Civil I. Doctor Jaime Nieto. Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. Periodo 1730.
Ejecutoria y Carácter de Cosa Juzgada.
En primer lugar la ejecutoria,que se encuentra en el artículo 302 del CGP y que,como lo plantea el Dr.
Devis Echandía,constituye la firmeza del acto y la posibilidad y obligación de ejecución del mismo,y se
entiende que las sentencias adquieren este carácter si,una vez notificadas,no son impugnadas o no procedan
recursos. En segundo lugar, el carácter de cosa juzgada, regulado por el art 303 y 304 del CGP, siendo éste
último el que establece los casos particulares la sentencia carece de dicho carácter. Es aquella característica
de la sentencia con el objetivo de defender su estabilidad y que se traduce en su irrevocabilidad y la de sus
efectos cuando contra ella no procedan ya recursos. Dicho concepto del Dr. Devis Echandía es apoyado por
la Corte Constitucional como se evidencia en la sentencia C-522/09 así: “La cosa juzgada es una cualidad
inherente a las sentencias ejecutoriadas,por la cual aquéllas resultan inmutables, inimpugnables y
obligatorias,lo que hace que el asunto sobre el cual ellas deciden no pueda volver a debatirse en el futuro,ni
dentro del mismo proceso,ni dentro de otro entre las mismas partes y que persiga igual objeto.”
La terminación normal del proceso consiste entonces, en el pronunciamiento del juez de
conocimiento a través de una sentencia llamada de mérito, donde resuelve la totalidad de pretensiones y
excepciones solucionando la controversia ante él presentada, decisión que ha de ser ejecutoriada y posee el
carácter de cosa juzgada, con excepción de los casos cuya salvedad expresa ha hecho la ley.
Terminación anormal del proceso:
Lino Enrique palacio, doctrinante argentino, reconoce que el proceso, de manera “normal”, se
termina mediante la sentencia definitiva. Dice también en su capítulo “otras formas de terminación del
proceso”, que existen distintos actos y situaciones que también conducen a la conclusión de este en los cuales
se necesitará la manifestación explícita y clara de la voluntad de las partes. Hernando Devis Echandía, al
igual que Palacio, considera que ordinariamente se pone fin al proceso mediante una sentencia. Pero añade,
que hay “modos excepcionales de ponerle término al proceso”, que podrán tener una eficacia distinta, pero
terminan produciendo un mismo resultado. A su vez, Azula Camacho, Alfonso Rivera y Juan C. Urazan
concuerdan con los anteriores. En general la doctrina es muy consistente y pareja en cuanto al tema de
terminación anormal del proceso.
Transacción:
Según el artículo 2469 del Código Civil, la transacción es un contrato en que las partes pueden
terminar de manera extrajudicial un litigio o evitar uno eventual. Dice la Corte Suprema de Justicia en
sentencia de junio 13 de 1996 que “al celebrar ese acto jurídico las partes recíprocamente renuncian
parcialmente a un derecho respecto del cual puede surgir o se encuentra en curso un litigio”. El Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Neiva explica que es esencial en la transacción: “la necesidad de una
diferencia litigiosa y de que cada parte ceda, renuncie en algo sus derechos, porque si se trata de plegarse
íntegramente a las pretensiones de una de ellas la figura se desnaturaliza, deja de ser transacción y pasa a
convertirse en renuncia”. En adición a ello es esencial: “la solicitud escrita por quienes la hayan celebrado,
este escrito dirigido al juez o tribunal que esté conociendo del proceso o de la respectiva actuación posterior a
éste, según fuere el caso, que se precisen sus alcances o se añada el documento que los contenga, Puede
presentarla también cualquiera de las partes, acompañando el documento de transacción, en este caso se dará
traslado del escrito a las otras partes, por tres días”. Menciona Lino Enrique Palacio y concuerda Azula
Camacho con que la transacción tiene doble naturaleza por ser un modo de extinguir obligaciones y también
uno de los modos “anormales” para terminar el proceso.
Dice el artículo 312 del CGP que, las partes podrán transar en cualquier momento del proceso, y esta
es una forma excepcional de acabarlo. Pueden hacerlo sobre algunos temas únicamente, sin que eso lleve a
la terminación del proceso, pues solo habrá efectos de cosa juzgada sobre lo transado, permitiendo que el
resto de los temas en disputa sigan en discusión dentro del proceso. También se podrá transar incluso
habiendo una sentencia dictada y esta ocasione inconformidad para las partes (se puede renunciar a la
sentencia, en algunos puntos o por completo, mientras sea una decisión que tomen ambas partes).
Según el Art. 312 del CGP, para que surtan efectos procesales, la transacción deben solicitarla las
partes que la celebraron (y sólo las afectará a ellas). Debe dirigirse al juez o tribunal que esté conociendo del
proceso o de la actuación respectiva posterior a él. Se debe precisar el alcance que se quiere que tenga la
transacción o presentarse el documento en el que esta se encuentre contenida y al igual que en el
ordenamiento argentino, cualquiera de las partes puede presentar una solicitud de transacción, con esta debe
ir el documento de transacción. Y, luego se dará traslado por 3 días a las demás partes. No es contradictoria a
esto la Corte Suprema de Justicia cuando dice en sentencia SC 8220/2016 que: “En el ordenamiento vigente
no existe una norma que exija la protocolización o elevación a escritura pública del contrato de transacción
para que este sea válido (...)”.
Continúa el artículo 312 del CGP, diciendo que la transacción será aceptada por el juez mientras esté
ajustada al derecho sustancial, y en este caso, se terminará el proceso (si todas las partes aceptaron la
transacción y esta trata todos los temas en debate, o sobre la condena impuesta por la sentencia). De manera
correcta, el Código expresa la relación que debe tener la transacción realizada con la ley, pues esta
disposición implica que no puedan transarse derechos intransigibles (irrenunciables). Esto es apoyado por la
jurisprudencia colombiana se evidencia en la sentencia T-631 de 2010: “El objeto de la transacción sólo
puede referirse a derechos inciertos y discutibles”. Prosigue entonces el Art. 312 del CGP diciendo que, si la
transacción sólo recae sobre una parte del litigio, o de la actuación que se haga luego de la sentencia, el
proceso o la actuación seguirán corriendo sobre los asuntos no cobijados en la transacción. Añade que el auto
que resuelve transacción parcial, puede apelarse en el efecto diferido, suspendiendose el cumplimiento de lo
apelado, pero continuando el proceso del juez de primera instancia en lo que necesariamente no depende de
la apelación. El auto que resuelve la transacción total, se podrá apelar en el efecto suspensivo, perdiendo el
inferior competencia y suspendiendo el proceso hasta que, el superior decida la apelación.
No es válida la transacción cuando se hace sobre derechos inexistentes o ajenos. Es nula, aquella que
se obtenga por actuaciones ilícitas (como la violencia por ejemplo), y cuando hubiese error en la identidad
del objeto. Esto es importante pues, en sentencia T-118ª/13 dijo la Corte que “La transacción tiene efectos de
cosa juzgada a menos que se configure un vicio que genere nulidad”. Con ello, se puede apreciar que se
genera seguridad jurídica y se le da valor a los actos propios. Así las partes no podrán actuar de manera
contradictoria a lo acordado. Además es una forma de hacer eficaz el derecho procesal, puesto a que, si las
partes pueden solucionar sus conflictos sin poner en movimiento el sistema por tanto tiempo, se evitará
congestionarlo más y se reducirán costos de transacción.
Si el proceso termina por transacción, o si la hay de manera parcial, no habrá costas (a menos que las
partes pacten en contrario). Para finalizar, el artículo 312 del CGP indica que si en la transacción se necesita
aprobación o licencia judicial, esto lo resolverá el mismo juez que está conociendo del proceso. Si para ello
son necesarias pruebas que no están en el expediente, el juez las puede decretar a solicitud de parte o de
oficio, y señalará hora y fecha de audiencia en que se practicarán. Posteriormente, el artículo 313 del CGP
dice que los representantes de la nación, departamentos y municipios NO podrán hacer transacción sin la
autorización del Gobierno Nacional, del gobernador, o del alcalde. Y, cuando por ley, ordenanza o acuerdo se
ordena promover la transacción en un proceso en que intervengan representantes de la nación, departamentos
y/o municipios, esta deberá autorizarse por un acto de la misma naturaleza (por ley, ordenanza o acuerdo). Se
considera apropiada la disposición dado a que, la responsabilidad debe ser mayor y, es correcto que haya
supervisión y asi autorización de las entidades territoriales correspondientes o el Gobierno según sea el caso
a la hora de transar, por estar en juego bienes públicos.
Desistimiento: Art. 314, 315 y 316 CGP
En la sentencia T 244 de 2016 la Corte estableció que el desistimiento es la declaración de voluntad
de terminar un pleito y abandonar las pretensiones de la demanda , por lo que si se va a desistir se debe hacer
en cualquier momento del proceso antes del pronunciamiento definitivo del juez. Conforme a Hernando
Devis Echandia en su escrito Derecho Procesal Civil General, si la sentencia de primera instancia está dictada
se puede desistir ante ese mismo juez. Si se trata de sentencia de segunda instancia pero sujeta a casación , se
puede desistir aun después de concedido este recurso pero si el asunto ya lo asume la Corte se presenta la
duda de si ante esta se puede desistir del juicio o únicamente del recurso de casación. La Corte se pronunció
sobre dicha hipótesis en un auto del 23 de noviembre de 1932, a lo que sostuvo que solo resuelve sobre el
asunto de casación. Se rechaza esa consideración dado que la misma Corte ha sostenido en otras sentencias
que se puede desistir ante cualquier juez que esté conociendo el juicio. Como se ha sostenido , el resultado
del desistimiento es la terminación del proceso, en consecuencia, el auto de aceptación de desistimiento tiene
los mismo efectos de cosa juzgada que tiene una sentencia absolutoria a la parte demandada.
Se puede desistir total o parcialmente, se desiste parcialmente cuando el proceso sigue respecto de
pretensiones no renunciadas o cuando hay pluralidad de demandantes y solo uno de ellos desiste. Es total
cuando desisten todos los demandantes y sobre todas las pretensiones. Analizando doctrina, se encontró que
hay autores que plantean la existencia de dos clases de desistimiento. El de la pretensión , que es el acto
mediante el cual el actor manifiesta su voluntad de poner fin al proceso sin que se dicte una sentencia de
fondo respecto del derecho material invocado como fundamento de aquella (Lino Enrique Palacio, 42). Aquí
hay un expreso abandono del proceso y un desvanecimiento del objeto de este, pero no se afecta el derecho
material del actor. Se podría eventualmente volver a plantear la misma pretensión en un proceso ulterior ,
salvo que haya operado la prescripción. Por consiguiente, quedan sin efecto los actos procesales cumplidos
pero las pruebas del proceso que ya se practicaron pueden ser utilizadas en procesos que se promuevan
posteriormente, pues ya no le pertenecen a la parte sino al proceso. La segunda clase de desistimiento es la
del derecho, este es el acto en cuya virtud el actor abdica del derecho material invocado como fundamento de
la pretensión (Palacio, 44). De acuerdo a ello, no podrá promoverse otro proceso con el mismo objeto y causa
ya que se producen efectos de cosa juzgada. Tomando como fundamento la sentencia T 519 de 2005 , solo es
necesaria la solicitud de la parte demandante para dar trámite al desistimiento. El juez no puede condicionar
la terminación al consentimiento del demandado salvo en casos excepcionales como en los procesos de
deslinde y amojonamiento, de división de bienes comunes, de disolución o liquidación de sociedades
conyugales o patrimoniales, civiles o comerciales. Si se desiste sobre la demanda principal se puede tramitar
la reconvención ante el mismo juez sin importar su cuantía (Juan Carlos Urazan Bautista, 227).
En cuanto a la capacidad para desistir , generalmente coincide con la capacidad procesal. Si el
demandante es la nación, un departamento o municipio, para que sea válido el desistimiento deberá estar
suscrito por el apoderado judicial y por el representante del Gobierno Nacional, el gobernador o el alcalde
respectivo . Si hay representantes legales no pueden renunciar a los derechos de sus pupilos o curados (Lino
Enrique Palacio, 46) , a menos que les concedan licencia judicial que se debe solicitar en el mismo proceso y
el juez podrá concederla en el auto que acepte el desistimiento si lo considera. Tampoco podrán desistir los
apoderados que no tengan facultad expresa para ello y los curadores ad lítem.
Las partes podrán desistir de los recursos interpuestos y de los incidentes, las excepciones y los demás
actos procesales que hayan promovido (A. Rivera, 323). En el CGP se exige que cuando se haga por fuera de
audiencia, el escrito se presente ante el secretario del juez de conocimiento si el expediente o las copias para
dicho recurso no se han remitido al superior, o ante el secretario de este en el caso contrario. Siempre que se
acepte un desistimiento se condenará en costas a quien desistió o quien cause perjuicios por el levantamiento
de medidas cautelares.Se respalda dicho enunciado ya que asiste a evitar el desgaste procesal innecesario así
como también impide la congestión judicial. A pesar de ello, el Consejo Superior de la Judicatura en una
sentencia del 27 de septiembre de 2016 habla de cuatro excepciones: podrá abstenerse de condenar en costas
al que desistió cuando las partes lo convengan, cuando se trate del desistimiento de un recurso ante el juez
que lo haya concedido, cuando se desista de los efectos de la sentencia favorable ejecutoriada y no estén
vigentes medidas cautelares y cuando el demandado no se oponga al desistimiento de las pretensiones que de
forma condicionada presente el demandante respecto de no ser condenado en costas y perjuicios. De la
solicitud del demandante se correrá traslado al demandado por tres días , si se opone el juez se abstendrá de
aceptar el desistimiento y si no se opone lo decretará sin condena en costas y expensas.
Desistimiento tácito
El desistimiento tácito es una sanción procesal dirigida a castigar la conducta omisiva de la parte
interesada. Esta terminación anormal del proceso tiene como objeto el fortalecimiento de la administración
de justicia por medio del : descongestionamiento del aparato judicial , para la efectividad en demás procesos
que sí se encuentren motivados por las partes ; y de la certeza jurídica de los derechos.La sanción del
desistimiento tácito se da en dos escenarios. Cada escenario tiene de manera individual términos ,
formalidades, y efectos. razón por la cual en primera instancia serán estudiados separadamente. Y
posteriormente en manera conjunta se desarrollaran algunas excepciones , efectos , y acciones posteriores
que se pueden interponer frente al decreto.
El primer escenario, evidencia un interés en la concretización del derecho litigado, lo que lleva a
imponer una carga procesal a la parte accionante. Están facultados para esta acción: la contraparte (por
solicitud al juez), o el juez. esta carga es de obligatorio cumplimiento en el término de 30 días contados a
partir de la notificación por estado que se haga de esta. Los Efectos es en primer lugar el decreto en
providencia de desistimiento tácito, es decir la terminación del proceso. En segundo lugar, se impondrá
condena en costas, este primer escenario se extiende a la sanción pecuniaria , puesto que la responsabilidad
del desistimiento recae únicamente en la cabeza de la parte “interesada” mientras que la contraparte y el juez
han mostrado plena diligencia. Y por último se levantarán las medidas cautelares decretadas.
La única excepción prevista en el artículo sobre este escenario en cuanto al cumplimiento de la carga
impuesta, es en la notificación del auto admisorio de la demanda, o de orden de pago (proceso ejecutivo),
mientras se encuentren pendientes los trámites para consumar las medidas cautelares previas.
El segundo escenario, demuestra un desinterés en el caso por todos los agentes (partes, juez), y por lo
tanto habla de una inactividad absoluta.en este escenario se puede presentar en cualquier etapa. El término
legal para decretar la terminación por desistimiento tácito en la primera o única instancia es de un año
contado a partir del día siguiente de la última actuación efectuada. Sin embargo, la norma dispone de la
posibilidad de decretar la terminación cuando el proceso ya haya llegado a sentencia ejecutoriada a favor de
la demandante, o auto con orden de seguir el pago (proceso ejecutivo) con un término mayor, de 2 años. A
falta de claridad en el texto legal se presume, que contará desde el día siguiente en que se dicte sentencia.
Una vez cumplido alguno de los términos, se podrá decretar el desistimiento tácito por petición de partes o
por oficio, y se dará por terminado el proceso. En caso de la sentencia ejecutoriada no deberán ser acatados
sus mandamientos por la parte demandada. Es clara la norma, y la jurisprudencia en cuanto a la ausencia de
condena en costas del proceso, pues el desinterés no solo recae en la cabeza del demandado, estas recaen de
manera principal en las partes (por estar ante un proceso rogado), y por parte del juez (por tener las
competencias necesarias para haber impulsado el proceso durante un año y no lo hizo).En conclusión, la
condena en costas sólo es aplicable a la parte diligente que se mostró disposición en el proceso o acción, o en
el caso que el juez busque impulsar el proceso y la parte demandante haga caso omiso a ella.
Los requisitos generales son, primero el cumplimiento de cada uno de los términos, sin interrupción
alguna, y sin contar la suspensión del proceso con acuerdo de las partes. Segundo, habla de la excepción
normativa que presenta el artículo frente a los incapaces que carezcan de apoderado judicial. El efecto que
surte de la terminación del proceso por desistimiento tácito, es la extinción del derecho pretendido. Esto solo
sucede en supuesto de que se declare por segunda vez desistimiento tácito, de las mismas pretensiones ,y
entre las mismas partes.
Las acciones que se pueden interponer van direccionadas a la parte que no le favorece la terminación
de este proceso, el demandante. La primera acción consiste en la presentación de la demanda con las mismas
pretensiones, cumpliendo el término de 6 meses contados a partir de la ejecutoria de la providencia para
interponer la demanda. Frente a esta opción se debe tener claro que no operará ninguna consecuencia jurídica
que haya sido producto de la presentación y notificación de la demanda, tomando como ejemplos la
prescripción extintiva, la inoperancia de la actividad entre otros. Como segunda opción la ley otorga recurso
de apelación, y se maneja bajo los mismos requisitos legales que se encuentran en el mismo código.
Otras formas de terminación:
La doctrina colombiana coincide en afirmar que el proceso no termina de forma anormal únicamente
por los eventos anteriores. De hecho, autores como López y Devis Echandía han extraído de la legislación
una serie de figuras que conllevan a la terminación de procesos judiciales. En principio, es fundamental
recordar la perención o caducidad de la instancia como una herramienta del Código de Procedimiento Civil
que fue derogado por la Ley 794 de 2003, hoy regulada por la Ley 1285/09. 6 Esta figura, consiste en una
sanción para el demandante que se produce cuando se ha paralizado el proceso durante cierto tiempo por la
no realización de actos procesales de parte. 7 Sin embargo, del mismo ordenamiento jurídico es posible
percibir otro tipo de figuras que terminan todo tipo de procesos y que son ampliamente mencionadas por los
doctrinantes colombianos.
Las otras formas de terminación están consagradas en el derogado Código de Procedimiento Civil y
continuaron vigentes, con ciertas alteraciones, en el CGP. La primera es la conciliación que es considerada
como tal cuando recae sobre la totalidad del objeto del litigio, en los procesos que es permitida, como en
ciertos procesos ordinarios y abreviados donde cabe audiencia, y en los verbales.8 Los puntos de vista sobre
este aspecto son distintos; algunos doctrinantes equipararon sus efectos con los de la transacción en cuanto
las partes formulan el acuerdo entre ellos mismos y, a pesar de ser un mecanismo de solución de conflictos
con intervención de un tercero, las partes podrían ignorar las fórmulas de arreglo que propone el

6 Corte Suprema de Justicia- AC 807-2017


7 C- 874/03
8 Artículo 23, Decreto 1818 de 1998 que modificó artículo 101 CPC.
intermediario. De esta manera, la crítica preponderante se basa en concebir la conciliación como una forma
independiente de terminación del proceso. Sin embargo, debe ser considerado de esta manera, ya que es un
modo de terminar un proceso anticipadamente donde se culmina el litigio por un acuerdo entre las partes, que
permite que la controversia se resuelva en un término menor al que ordinariamente se tendría que esperar.
Otros casos que de importancia en la doctrina son: el de la reconstrucción forzada del expediente,
donde perdido un expediente, si se señala audiencia para su reconstrucción y las partes no comparecen, se
declara terminado el proceso.9 Además, se terminará el proceso cuando prosperan ciertas excepciones
previas, como las de compromiso, pleito pendiente o inexistencia o cuando se presenta la nulidad de todo lo
actuado, siempre y cuando no sea posible reiniciar la actuación. También constituyen eventos de terminación
anormal del proceso algunos eventos que son en general atípicos, al no estar consagrados en una disposición
específica, aunque por su naturaleza hacen imposible la prosecución del proceso civil. Entre estos se
destacan: la presentación un auto que niega la división o la venta en el proceso divisorio 10, la muerte de uno
de los cónyuges o la reconciliación en procesos de divorcio 11, el pago, en juicios ejecutivos, de la obligación
perseguida por el deudor, en procesos de deslinde cuando se encuentra que los predios no son colindantes 12 y
la expiración del plazo para dictar laudo en el proceso arbitral13.

Bibliografia:
● Alfonso Rivera Martínez, Manual Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil, Séptima edición
● Bejarano Ramiro Guzman, “código general del proceso y código de procedimiento civil” universidad
externado de colombia.
● Hernando Devis Echandia , Derecho Procesal Civil General
● Hernán Fabio López Blanco, Instituciones de Derecho Procesal Colombiano. Tomo I. Parte General.
2005.
● Hernán Fabio López Blanco, Instituciones de Derecho Procesal Civil Colombiano. Tomo I, Parte
General. 1985.
● Lino Enrique Palacio , Manual de Derecho Procesal Civil, Cuarta Edición , Tomo II
● Juan Carlos Urazan Bautista, Derecho Procesal Civil, Tomo I
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional, sentencia C- 874 de 2003.
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/C-874-03.htm
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional , sentencia T 244 de 2016
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/t-244-17.htm
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional , sentencia T 616 2003
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/T-616-03.htm

9 Artículo 133, numeral 5 C.P.C- ahora Artículo 126, numeral 4 CGP.


10 Artículo 470 C.P C- artículo 409 CGP
11 Artículo 388, numeral 3º Código General del Proceso.
12 Artículo 464, numeral 2º CPC- artículo 403, numeral 2 CGP.
13 Arts. 19 y 43 núm. 5, decreto 2279 de 1989. Hoy derogado por la Ley 1563 de 2012. [Nuevas disposiciones: artículo 10 y 35.]
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional , sentencia T 519 de 2005
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/T-519-05.htm
● Jurisprudencia emitida corte constitucional , sentencia C-533-2016
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional, Sentencia C 918 de 2001.
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2001/C-918-01.htm
● Jurisprudencia emitida por la Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil, sentencia de Junio
13 de 1996.
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional , sentencia T-118A/13
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/T-118A-13.htm
● Jurisprudencia emitida por la Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Laboral, AL 1550-2016 -
Radicación n.° 58075. http://www.cortesuprema.gov.co/corte/wp-
content/uploads/relatorias/la/bjun2016/AL1550-2016.pdf
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional , sentencia T-631/10
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2010/T-631-10.htm
● Jurisprudencia emitida por la Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil, sentencia SC 8220-
2016 de 20 de Junio de 2016
● Jurisprudencia emitida por la Corte Constitucional, Sentencia C 522 de 2009.
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2009/C-522-09.htm
● Jurisprudencia corte suprema de justicia, STC 8850-2016 de 30 de junio de 2001.

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