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A P O C A L I P S I S.
Técnicas de enseñanza
Conferencia con ayuda de pizarrón, ayudas visuales o proyector
Mesa redonda
Estudios inductivos.
Objetivos:
A. Cognoscitivos
1. Adquirir conocimientos generales del Apocalipsis
2. Ampliar el conocimiento de la escatología (últimos acontecimientos) bíblica
3. Conocer la base bíblica que muestra el Apocalipsis, de nuestra posición teológica
(pretribulacionista, premileniarista) de la 2ª venida de Cristo
B. Afectivos
Motivar al estudiante a aceptar y aplicar los principios de las enseñanzas de Apocalipsis en
su vida y su carácter.
1. Repasar y fortalecer la esperanza de la 2ª venida de Cristo
C. Psicomotores
1. Capacitar al alumno para presentar la cronología bíblica de los últimos
acontecimientos que nos marca el Apocalipsis
2. Desarrollar en el alumno las habilidades necesarias para que estudie el libro de
Apocalipsis
Tercera parte: «Las cosas que han de venir» (4.1—22.21) 1 SESION (cap. 4-6)
I. Persona del juez 4.1—5.14
A. El trono de Dios 4.1–11
B. El libro sellado5.1–14
II. Profecías sobre la tribulación 6.1—19.6
A. Siete sellos del juicio 6.1—8.5 1 SESION (Cap 7-9)
B. Siete trompetas del juicio 8.6—11.19 1 SESION (Cap 10-12)
C. Profecías explicativas 12.1—14.20
D. Siete copas del juicio 15.1—19.6 1 SESIÓN (Cap 13-15)
III. Profecías sobre la Segunda Venida 19.7–21 1 SESION (Cap.16-18)
A. Cena matrimonial del Cordero 19.7–10
B. Segunda Venida de Cristo 19.11–21
IV. Profecías sobre el milenio 20.1–15
A. Satanás es atado por mil años 20.1–3
B. Los santos reinan mil años 20.4–6
C. Satanás es liberado y lleva a la rebelión 20.7–9
D. Satanás es atormentado para siempre20.10
E. El juicio del gran trono blanco 20.11–15 1 SESION (Cap 19-21)
V. Profecías sobre el estado eterno 21.1—22.5
A. Se crean un nuevo cielo y una nueva tierra 21.1
B. Desciende la Nueva Jerusalén 21.2–8
C. Se describe a la Nueva Jerusalén 21.9—22.5 1 SESION (Cap 22)
VI. Conclusión 22.6–21
Bibliografía Complementaria:
1. S. Croato, «Apocalíptica y esperanza de los oprimidos», en RIBLA No. 7, DEI, San José, 1990,
pp. 9–24.
2. Henry, Matthew. Comentario Bíblico. Edit Clie.
3. Pablo Richard, Apocalipsis: Reconstrucción de la esperanza, Editorial DEI, San José, 1994.
4. José M. González, Apocalipsis de Juan, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1987.
5. Alfred Wikenhause y Josef Schmid, Introducción al Nuevo Testamento, Editorial Herder,
Barcelona, 1978.
6. Nelson, W. Diccionario Ilustrado de la Biblia, Edit Caribe
APOCALIPSIS Último libro del Nuevo Testamento. Su nombre viene del griego
, que significa «quitar el velo». Literalmente puede traducirse «revelación».
La enseñanza principal es que Jesucristo reinará con poder y gloria; pero antes ha de juzgar a todos
sus enemigos.
El abordaje del Libro será desde una Interpretación Histórico – gramatical, contextual y cultural; con
la perspectiva Teológica Pretribulacionista y Premilenial
Autor Y Fecha
Después de la muerte y resurrección de Jesús, el evangelio se expandió rápidamente. En todas
partes surgían pequeñas comunidades. En poco tiempo la buena nueva de Jesús atravesó las fronteras
de Palestina y entró en los límites del Imperio Romano: Asia Menor, Grecia, Italia. Unos treinta años
después de la muerte de Jesús, en el mes de julio de 64, el emperador Nerón decretó la primera gran
persecución.
Después de Nerón hubo un período de tregua para los cristianos. Pero cuando el emperador
Domiciano (81–96) llegó al trono, decretó una nueva persecución.
Esta vez fue mayor y mejor organizada. Domiciano torturaba a los cristianos para que abandonaran su fe.
Y es al final del siglo I, entre los años 95 y 96, en época de persecución, cuando probablemente se
escribió Apocalipsis.
Evidencia Interna:
a) El autor se identifica como Juan (1.1, 4, 9; 22.8) y se presenta como «siervo de Dios» (1.1), uno
de los profetas (22.9) y «hermano» y «copartícipe en la tribulación» de los destinatarios (1.9).
Desterrado de sus amadas iglesias en la provincia de ASIA, se halla preso en la isla de PATMOS.
Desde la época de Justino Mártir (como por 140 d. C.), este Juan se ha identificado en Occidente
como el apóstol y además como autor del cuarto Evangelio y las tres epístolas juaninas.
b) Juan era líder reconocido con autoridad apostólica para ser utilizado por Dios de esta manera
Evidencia Externa:
a) Justino Mártir (100-165 d C.) en su diálogo con trifón dice: “Un hombre llamado Juan, uno de los
apóstoles de Jesucristo, profetizó mediante una revelación que le fue concedida, que los que
han creído en nuestro Cristo, morarán por 1000 años en Jerusalén Ap. 20:4-6 y luego tendrá
lugar la resurrección universal, eterna de todos los hombres y al mismo tiempo el juicio.
b) Ireneo (120-200 d C.) “el Apocalipsis fue escrito por Juan el discípulo del Señor; Tertuliano (160-
220 d C.) “El apóstol Juan contempló la ciudad descender del cielo” refiriéndose al contenido
del Apocalipsis. Clemente de Alejandría (150 – 220 d C.) Escribió lo referente al regreso del
Apóstol Juan de su regreso del exilio de la Isla de Patmos
Canonicidad:
Se incluyó en el canon Muratorio ( fines del S: II)
Es canónico porque lo escribió el apóstol Juan
Propósito:
“Jesucristo es verdadero Señor de la Iglesia, del universo y de la historia. Vence al mundo
de todos los poderes hostiles humanos y demoniacos y serán sometidos al Rey de reyes.”
El simbolismo en Apocalipsis
Una de las mayores dificultades para el lector actual de Apocalipsis es el lenguaje simbólico que
utiliza el autor.
Juan utiliza un número impresionante de registros simbólicos: las cifras, los colores, las figuras
animales, los astros y los elementos cósmicos, así como también símbolos sacados directamente del
lenguaje religioso y cultual del Antiguo Testamento.
Sin embargo, el mundo simbólico de Apocalipsis no es incomprensible, ya que el mismo Juan se
preocupa de revelarnos el significado de muchos de ellos.
A. Las cifras
1. Primero (uno): exclusividad, primacía, excelencia («Yo soy ... el primero y el último»: 1.11; 2.8;
22.13).
2. Tres y medio: tiempo limitado, período restringido.
Expresión simbólica de algo terreno y humano. Aparece formulado de varias maneras (11.2, 3, 9;
12.6, 14; 13.5).
3. Cuatro: universalidad (conjunto del mundo habitado): cuatro vientos, cuatro ángulos de la tierra
(7.1; 20.8).
4. Seis: algo esencialmente imperfecto (666: 13.18).
5. Doce: representatividad de las tribus del pueblo elegido; continuidad entre el nuevo pueblo y el
antiguo (12.1; 21.12, 14, 20, 21); doce veces mil (7.4–8); dos veces doce (4.4, 10; 5.8; 11.16; 19.4).
6. Mil: gran número, multitud (5.11; 7.4–8); los mil años (20.27): período extenso, larga duración. El
mil combina con el doce y se obtiene el número 12.000, cifra de los elegidos de cada una de las tribus de
Israel. Se trata de la plenitud dentro del pueblo de Dios (7.5–8).
7. Ciento cuarenta y cuatro mil: 12X12 = 144 X 1000 = 144.000. Esta cifra indica una muchedumbre
infinita, incalculable. Es la muchedumbre de los elegidos. Por lo tanto, es absurdo tomar este número al
pie de la letra para designar el número de los elegidos (7.4; 14.1).
C. Colores
1. Blanco: mundo divino, alegría, pureza, victoria, dignidad (1.14; 2.17; 3.4, 5, 18; 6.11; 7.9, 13;
14.14; 19.14).
2. Negro: muerte, hambre, impiedad, desgracia, miseria (6.5, 12).
3. Rojo: guerra, asesinatos, violencia, sangre (6.4; 9.17; 12.3).
4. Amarillo: muerte, descomposición (6.8).
5. Púrpura: desenfreno (17.4; 18.12; 18.16).
6. Escarlata: desenfreno (17.3–4; 18.12, 16).
D. Imágenes
1. La mujer (12.1–3): la comunidad de creyentes, el «verdadero Israel» que abraza a judíos y
gentiles; está encinta, se trata del nacimiento del «Nuevo Israel» que se realizará a través de la obra del
Mesías.
2. La bestia (17): el poder político del Imperio Romano que, como agente de Satanás, se levanta contra
Dios y su Iglesia. Es el anticristo.
3. La prostituta (17.4–5): la pompa y el esplendor de la Roma imperial.
4. El dragón (12.3–4, 7, 9, 13, 16, 17; 13.2, 4; 16.13): imagen de Satanás, típica de Apocalipsis. Al dragón
también se le llama diablo. Viene del griego : el que rechaza el orden de Dios, el que subvierte
todos los valores.
5. El falso profeta (13.11–18): el que promueve el culto imperial. Persuade a los hombres a erigir una
inmensa imagen del emperador como objeto de adoración (13.14ss). Utiliza básicamente cuatro
métodos: a) poderosa retórica de su «voz de dragón» (13.11; b) prodigios que realiza (13.13–15); c)
severas sanciones económicas contra los que no reciben la marca de la bestia (13.16–18); d) pena de
muerte contra los disidentes que no lo adoran (13.15).
Interpretación
Hay varias maneras de interpretar Apocalipsis. Los exégetas preteristas entienden Apocalipsis como una
descripción de acontecimientos pasados, del mal inherente al Imperio Romano del siglo I. Los
historicistas ven en Apocalipsis un enorme panorama de la historia desde el siglo I hasta la Segunda
Venida. Entre ellos mismos, sin embargo, no hay unanimidad respecto a la identificación de los episodios
históricos. Los futuristas sostienen que desde el capítulo 4, Apocalipsis describe acontecimientos
relacionados con la Segunda Venida, que tiene lugar en 19.11ss. En cambio los idealistas consideran
primordial el propósito de inspirar a los cristianos perseguidos a permanecer fieles hasta el fin, y
entienden el lenguaje simbólico no cronológicamente, sino como una serie de descripciones
imaginativas del triunfo de Dios. Estas cuatro escuelas no se excluyen mutuamente. Es probable que una
combinación de todas estas interpretaciones responda a la intención de Juan.
Como se mencionó previamente, el abordaje será desde una perspectiva Histórico - gramatical
contextualizada.
Introducción:
I.2 Juan ha dado testimonio verdadero en su vida y su predicación (1.4, 9; 21.2; 22.8). Ahora lo da
también en este libro, que es al mismo tiempo la palabra de Dios para la humanidad, y testimonio
de Jesús al Padre y a la verdad.
I.3 La primera de las siete bienaventuranzas 14.13; 16.15; 19.9; 20.6; 22.7, 14(), supone una lectura
en voz alta ante una reunión de cristianos, que se espera obedezcan las palabras de esta profecía.
El hecho de que el tiempo está cerca constituye un urgente llamado a la obediencia, no una
referencia cronológica precisa.
1.4 Juan escribe a las siete iglesias existentes en la provincia romana de Asia, las que son
representativas de todas las iglesias locales de cualquier época. Las bendiciones que él pronuncia
tienen su origen en el Dios trino. El Padre es descrito en términos de su naturaleza eterna (Ex 3.14).
Los siete espíritus representan al Espíritu Santo en toda sus facetas y perfecta actividad dinámica.
1.5 Jesucristo es representado en términos de su sacrificio redentor, su resurrección y su reinado
eterno. Jesús como Mesías y Rey es uno de los temas más importante del Apocalipsis. Testigo, nartus;
martus Strong #3144: Compare «mártir» y «martirio». Uno que testifica de la verdad que ha
experimentado, un testigo, uno que tiene conocimiento de un hecho y puede dar información
concerniente a él. Este vocablo en sí mismo no implica muerte, pero muchos de los testigos del siglo I
dieron sus vidas, con el resultado de que la palabra vino a significar mártir, uno que testifica de Cristo
por medio de su muerte (Hch 22.20; Ap 2.13; 17.6).
1.5, 6 Adoración y alabanza, LA ADORACIÓN Y EL REINO. En las primeras líneas de Apocalipsis, Juan
se presenta a sí mismo como un hermano y compañero en la lucha que todos enfrentamos (v. 9). Sus
palabras «en el reino y en la paciencia de Jesucristo» apuntan a la doble realidad del presente
triunfo del reino de Cristo, y a la continua presencia del mal, lo cual exige a la Iglesia luchar
pacientemente para que el reino avance entre y a través de nosotros. Al presentar el amplio
panorama de profecías a punto de ser proclamadas, Juan aborda dos verdades actuales muy
importantes: 1) Nosotros, los redimidos por Cristo, somos amados y hemos sido lavados de nuestros
pecados: un estado presente (v. 6). 2) Nosotros, a través de su glorioso dominio, hemos sido
designados «reyes y sacerdotes» para Dios: un llamado también presente. Y así, estos dos oficios
dan una perspectiva sobre nuestra autoridad y deber y cómo podemos hacer avanzar, lo más
eficazmente posible, el reino de Dios.
Primero, se dice de nosotros que somos reyes, en el sentido de que bajo el Rey de reyes integramos
la nueva generación: Los renacidos, en quienes Dios ha delegado autoridad para extender y
administrar los poderes de su reino. Desde luego, esto implica testimoniar fielmente del evangelio,
en el poder del Espíritu y en servicio de amor a la humanidad en el amor de Dios. Pero ello supone
también enfrentar los oscuros poderes del infierno, perseverar en la oración, y mantenerse
expectante ante las obras milagrosas de Dios (2 Co 10.3–5; Ef 6.10–20; 1 Co 2.4). Sin embargo, esta
autoridad se ejerce plenamente al adorar con espíritu de alabanza, cuando ejercemos el oficio de
«sacerdotes». Algunas traducciones dicen «un reino de sacerdotes», lo cual hace énfasis en el hecho
de que el gobierno es eficaz únicamente cuando se cumple fielmente la misión sacerdotal. La
adoración es fundamental para el avance del reino. El poder del creyente delante del trono de Dios,
adorando al Cordero y exaltándolo con alabanza, confunde poderosamente al adversario. Éxodo
19.5–7 y Salmo 22.3. (Sal 93.2/1 P 2.9)
1.6 El sacrificio de Jesús ha dado a todos los creyentes los privilegios que pertenecieron al antiguo Israel
(Éx 19.6; 29.1–9; 1 P 2.9, 10). Nos hizo reyes y sacerdotes es claramente una referencia a las funciones
de los creyentes, en el testimonio y la adoración (5.10).
1.7 El regreso del Señor va a ser algo concreto, personal y visible (Hch 1.9–11). Las nubes (Dn 7.13)
simbolizan la presencia, protección y dirección de Dios. Sin embargo, el énfasis aquí descansa en el
retorno del Señor en juicio (Zac 12.10; Mt 24.30).
1.8 Dios sella la profecía con la autoridad de su nombre. El Alfa y la Omega, la primera y última letras del
alfabeto griego, declara la completa autoridad de Dios; o sea, que es el Señor de la historia (Is 44.6).
Como el único Todopoderoso, el poder de Dios es absoluto (4.8; 11.17; 15.3, 16.7, 14; 19.15; 21.22).
1.9 Juan comparte con sus lectores la experiencia de la tribulación, o persecución por causa de la fe, con
tranquila paciencia, con el ánimo dispuesto bajo el injusto sufrimiento. No obstante, pasar por las
pruebas a que está sometida la vida cristiana es la gloria del reino. Juan está en el exilio de Patmos, una
pequeña isla de 16 por 9 km, localizada a 96 km al sudoeste de Éfeso, en el mar Egeo. Volcánica y casi
despoblada, los romanos la usaban como colonia penal, forzando a los prisioneros a trabajar en las
canteras de granito. El destierro de Juan se debió a su fiel testimonio del evangelio.
1.10 Esta es la más temprana referencia en la literatura cristiana al primer día de la semana como el día
del Señor. La experiencia de Juan en el Espíritu (4.2; 17.3; 21.10) era la de un profeta bíblico que recibe
una revelación sobrenatural. La trompeta le avisa y prepara para recibir un súbito mensaje.
1.11 Las siete iglesias estaban localizadas en una importante ruta postal romana, y aparecen
relacionadas en el orden que seguiría un mensajero al visitarlas, haciendo un recorrido semicircular
desde Éfeso.
1.12 Los siete candeleros de oro representan a las iglesias (v. 20), las cuales son la luz que ilumina un
mundo sumido en la oscuridad.
1.13-15 Las ropas del Señor simbolizan el sacerdocio real; sus cabellos blancos y sus ojos llameantes
simbolizan la eternidad, la sabiduría y la omnisciencia; el bronce bruñido sugiere inmutabilidad y
omnipotencia; y las muchas aguas representan autoridad de mando.
1.16 Las siete estrellas representan a los pastores mensajeros de las iglesias (1.20), o al ángel guardián
asignado a las iglesias. En su diestra infiere ser sostenido y protegido. La espada aguda de dos filos es su
Palabra (2.12, 16; 19.13, 15, 21; Heb 4.12). El resplandor del rostro del Señor sugiere gloria y majestad
indescriptibles (Mt 17.2).
1.17, 18 Las llaves de la muerte y del Hades: Jesús es ahora Señor de los dominios de la vida y de la
muerte. El poder de las prerrogativas de Satanás, a causa de la rebelión original del hombre, ha sido
ahora contenido (Heb 2.14, 15).
1.19 La frase las cosas que has visto se refiere no sólo a la visión de Cristo que Juan acaba de
experimentar, sino que anticipa las visiones que vendrán, las cuales pasarán ante sus ojos mientras
escribe. Juan tomará nota de los acontecimientos presentes y futuros, muchos de los cuales se repetirán
a través de la historia hasta el clímax de esta época y las épocas por venir (2.1–22.21).
TAREA:
Realizar un cuadro sinóptico que contenga:
Cada una de las siete iglesias a las que se escribe el mensaje de Apocalipsis, Característica
del carácter de Cristo, las virtudes resaltadas, los pecados o debilidades reprendidos, El consejo
de Cristo, La advertencia y las promesas a los vencedores.
2.1–3.22 Las siete iglesias a quienes se dirigen las cartas eran congregaciones situadas en las ciudades
mencionadas. Representan a todas las iglesias de entonces, al igual que a las de generaciones
subsiguientes. Las cartas deben ser interpretadas desde los puntos de vista histórico, pastoral y práctico,
con aplicación inmediata para las iglesias de Asia; aplicación permanente para todas las congregaciones
a través de la historia eclesiástica, ofreciendo elementos de juicio para determinar cuál es su situación
espiritual ante el Señor; y con un valor permanente para la experiencia personal, al exhortar al individuo
a ser un vencedor. La estructura de las cartas obedece a un patrón definido: 1) Una encomienda para el
ángel o mensajero de la iglesia que se menciona; 2) una descripción del carácter de Cristo; 3) una
alabanza a las buenas cualidades (a excepción de Sardis y Laodicea); 4) una censura general (a excepción
de Esmirna y Filadelfia); 5) una corrección con varios imperativos; 6) un reto repetido siete veces. A
partir de la cuarta carta, el reto sigue a la promesa del pacto; 7) y una promesa de pacto, que es una
faceta del mismo Cristo y un regalo para cada miembro de su cuerpo.
INTERPRETACIÓN DISPENSACIONALISTA:
Los dispensacionalistas ven una aplicación profética en las cartas, y sugieren que sólo bosquejan
siete estadios en la historia de la Iglesia, que culminan con las dos etapas finales vistas en los casos de las
iglesias de Filadelfia y Laodicea.
2.1–7 Éfeso: Una iglesia carente de amor en la más importante ciudad proconsular de Asia (Hch 19; 20),
y de acuerdo con algunos testimonios antiguos, la residencia de Juan antes y después de su prisión en
Patmos.
2.4 La vitalidad espiritual que se desprende del amor al Señor había degenerado en rutina.
2.5 Vendré pronto a ti no se refiere a la Segunda Venida de Cristo, sino a su regreso espiritual para
bendecir o juzgar. Y quitaré tu candelero: Una congregación puede seguir existiendo sin ser luz en las
tinieblas.
2.6 El nombre nicolaítas es simbólico y significa «conquistar a los laicos». Aparentemente este grupo
pretendía algún tipo de superioridad que permitía la idolatría y la inmoralidad (2.14, 15).
2.7 Al que venciere es una terminología militar, que sugiere un combate contra las fuerzas del maligno
(Ef 6.10–18). Todos los creyentes son vencedores, pero aquellos que permanecen fieles en medio de la
persecución y del error doctrinal dan prueba de su fe. Este es el énfasis primario del Apocalipsis. El árbol
de la vida simboliza el sustento espiritual para conservar la vida eterna. Paraíso es la palabra persa para
«jardín»; se usaba para designar el jardín celestial de Dios (Lc 23.43). El simbolismo sugiere la perfecta
fraternidad que disfrutaban Dios y la humanidad en el Edén, antes de la caída.
2.8-11 Esmirna era una iglesia pobre y perseguida situada en una bella ciudad de gran riqueza y activo
comercio, con una numerosa población judía.
2.10 probados, Strong #3985 Explorar, probar, tratar, ensayar, examinar, tantear,
intentar, tentar. La palabra describe la prueba de la lealtad, la fuerza, las opiniones, la disposición, la
condición, la fe, la paciencia, o el carácter del creyente . determina en qué dirección
vamos y cuál es nuestra condición.
2.9 Aunque los cristianos eran gente pobre, probablemente a causa de algún boicot económico,
espiritualmente eran ricos.
La oposición de los judíos hacía que la vida allí fuera particularmente difícil para los cristianos.
Posiblemente el título oficial de su iglesia era «Sinagoga del Señor» (Nm 16.3); sin embargo, por la
hostilidad e incredulidad, se había convertido en una sinagoga de Satanás. La «sinagoga del Señor» es
ahora la Iglesia.
2.10 El diablo (el «calumniador») está detrás de los perseguidores. Diez días es simbólico a un tiempo
relativamente corto (Dn 1.12). La corona de la vida: el gozo de la vida eterna dada a un vencedor.
2.11 La segunda muerte es separación eterna de Dios (20.6, 14, 15; 21.18; Dn 12.2; Jn 5.29).
2.12-17 Pérgamo era una iglesia sin compromiso doctrinal en la más antigua ciudad de la provincia y la
sede oficial del gobierno romano.
2.13 El trono de Satanás puede que se refiera al altar de casi 70 m de alto dedicado a Zeus, o al hecho
de que Pérgamo era el centro del culto al emperador. Además, la ciudad era el centro del culto de
Esculapio, el dios de la medicina, cuyo símbolo era una serpiente, que para los cristianos representaba a
Satanás. Antipas fue evidentemente el primer cristiano en Asia que sufrió martirio por su fe.
2.14, 15 La doctrina de Balaam y de los nicolaítas eran enseñanzas que seducían al pueblo de Dios y los
llevaban a la idolatría y la inmoralidad (2.6, 20; Nm 22–24; 25; 31.15, 16; Hch 15.28, 29; 1 Co 10.27–29).
2.18–29 Tiatira era una iglesia inclinada a la laxitud moral, en una ciudad comercial con numerosos
gremios de mercaderes, cada uno con su propia deidad. La ciudad auspiciaba frecuentemente
festividades y orgías paganas, y era famosa por objetos de lana y por la tinta «púrpura real» (Hch 16.14).
2.18 El título Hijo de Dios expresa la relación y el compañerismo, más la identidad e igualdad entre la
naturaleza del Padre y el Hijo.
2.20, 21 Jezabel era la esposa del rey Acab, quien promovió la religión cananea (1 R 16.29–31; 18.4, 19;
2 R 9.22). Su nombre es utilizado aquí simbólicamente para designar a una falsa profetisa que condujo al
pueblo de Dios a la fornicación literal y espiritual.
2.22–24 Arrojo en cama: El castigo del pecado puede ser experimentado en el cuerpo físico, aun con el
resultado de una muerte prematura. Sus hijos son sus seguidores. Las profundidades de Satanás es una
fuerte condena sarcástica a estas enseñanzas heréticas (Ro 6.1–23).
2.23 corazón, Strong #2588: Raíz de una palabra que significa «estremecerse» o «palpitar»
(compare «cardíaco» y «pericardio»). El órgano físico del cuerpo, el centro de la vida física, el asiento
de la vida personal (física y espiritual), el centro de la personalidad, el asiento de toda la actividad
mental y moral, que contiene elementos racionales y emocionales Constituye el asiento de
sentimientos, deseos, gozo, dolor y amor. También del pensamiento, del entendimiento y de la
voluntad. El corazón humano es la morada del Señor y del Espíritu Santo. En el v. 23, el Señor
omnisciente ve hasta lo más íntimo del ser, donde se toman todas las decisiones concernientes a Él.
2.26, 27 El vencedor compartirá el triunfo de Cristo sobre todo mal y quienes lo practican, y en su
reinado mesiánico (Sal 2.8, 9), que fue inaugurado con su primera venida (1.6).
2.28 La estrella de la mañana: El mismo Jesús, anunciando el amanecer de un nuevo día, es nuestra
última recompensa (22.16; 2 P 1.19).
3.1–6 Sardis era una iglesia muerta en la antigua capital del reino de Lidia, y del rey Creso (560–546
a.C.), quien emitió las primeras monedas de oro; aquí representa una decadente ciudad de lujos, apatía,
y religiosidad licenciosa.
3.3 Vendré... como ladrón: Posiblemente se refiere a un inesperado juicio histórico, no a la Segunda
Venida de Cristo.
3.4 El único elogio a esta iglesia es el reconocimiento de unas pocas personas que se mantenían fieles.
3.5 Las vestiduras blancas son las túnicas de los justos en Jesucristo, y por lo tanto de gozo victorioso. Y
no borraré su nombre reafirma la certeza de la promesa del Señor. El libro de la vida es el registro
eterno de los redimidos por Dios (13.8; 17.8; 20.12, 15; Éx 32.32; Sal 69.28; Dn 12.1; Mal 3.16; Lc 10.20;
Flp 4.3).
3.7-13 Filadelfia era una iglesia fiel, situada en un pequeño pueblo establecido para ser un centro de la
cultura griega. El pueblo era famoso por los viñedos que lo rodeaban, pero estaba sometido a frecuentes
terremotos.
3.8 Una puerta abierta: Lo mismo puede referirse a una oportunidad de servir y evangelizar (1 Co 16.9;
2 Co 2.12), como a la experiencia de entrar al reino consumado.
3.10 Yo también te guardaré: Reafirmación del Señor de que, según Juan 17.6, 11, 12, 15, el Señor es
capaz de preservar a su pueblo de la hora de la prueba, el juicio final, que ha sido y continuará siendo
anticipado por muchas manifestaciones históricas (incluyendo aquellos tiempos que Jesús profetizó en
Mt 24.21, 22). Los que moran sobre la tierra: Describe a la humanidad que se opone a Dios (6.10; 8.13;
11.10; 13.3, 8, 12, 14; 14.3, 6; 17.2, 8).
3.14-22 Laodicea era una iglesia arrogante y autosuficiente en una opulenta ciudad.
3.14 El Amén es el Dios de la Verdad (1.6; Is 65.16) y el garante de todas las promesas divinas (2 Co
1.20). El principio de la creación de Dios se refiere a la fuente y origen de la creación (Jn 1.3; Col 1.15–
18; Heb 1.2).
3.15,16 Ni eres frío ni caliente: Los manantiales fríos son refrescantes; los de aguas minerales calientes
son medicinales; las aguas tibias producen náuseas.
3.17,18 Oro... vestiduras blancas... colirio: Laodicea era conocida como un centro bancario, por la
producción de fina lana negra usada en vestidos y alfombras y por producir colirio para la cura de los
trastornos de la vista. La iglesia necesitaba desesperadamente la gracia que regenera, las vestimentas de
la justicia de Cristo y el Espíritu que ilumina los ojos del corazón.
3.20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo está dirigido a una iglesia complaciente. Las personas deben
abrir la puerta y disfrutar del compañerismo íntimo del Señor. El que espera que la puerta se abra,
muestra la paradoja de la gracia y la responsabilidad personal.
I II III IV V VI VII
Prólogo Las 7 Cartas Los 7 sellos Las 7 Los Poderes Las 7 Copas El Triunfo de La Nueva El Epílogo
v.1 - 8 3:22 4:1 8:1 Trompetas del mal 12:1 de la Ira Cristo 17:1 Jerusalén 22:6
8:2 11:19 14:20 15:1 16:21 20:15 21:1 22:5 22:21
1-3
inscripción
4-8 Saludo
9-20 Visión
de Cristo.
Su presencia
en las
Iglesias
Tercera parte: «Las cosas que han de venir» (4.1—22.21)
I. Persona del juez 4.1—5.14
A. El trono de Dios 4.1–11
4.1 Los capítulos 4 y 5 presentan vislumbres de la gloria de Cristo. Aquí vemos dentro del trono
del cielo. Dios está en el trono coordinando todos los sucesos que Juan registrará. El mundo no
está girando fuera de control; el Dios de la creación llevará a cabo sus planes a medida que
Cristo inicie la batalla final contra las fuerzas del mal. Juan nos muestra el cielo antes de
mostrarnos la tierra para que no nos asustemos con los acontecimientos futuros.
4.1 La voz que Juan escuchó primero, que sonaba como trompeta, era la voz de Cristo (1.10, 11).
4.2 Juan dice cuatro veces en el libro de Apocalipsis: «en el Espíritu» (1.10; 4.2; 17.3; 21.10).
Esta expresión significa que el Espíritu Santo le daba una visión, mostrándole situaciones y
acontecimientos que él no podría haber visto con sus ojos humanos. Toda profecía verdadera
viene de Dios por medio del Espíritu Santo (2 P 1.20, 21).
4.4 ¿Quiénes son estos veinticuatro ancianos? Como fueron doce las tribus de Israel en el
Antiguo Testamento y doce los apóstoles en el Nuevo Testamento, los veinticuatro ancianos en
esta visión probablemente representan a todos los redimidos de Dios en todos los tiempos (tanto
antes como después de la muerte y resurrección de Cristo). Simbolizan a todos aquellos, tanto
judíos como gentiles, que ahora forman parte de la familia de Dios. Los veinticuatro ancianos
nos muestran que todos los redimidos del Señor lo están adorando.
4.5 En Apocalipsis, truenos y relámpagos están relacionados con acontecimientos importantes en
el cielo. Nos recuerdan los truenos y relámpagos en el monte Sinaí cuando Dios dio a su pueblo
sus leyes (Éx 19.16). A menudo el Antiguo Testamento emplea tales metáforas para evocar el
poder y la majestad de Dios (Sal 77.18).
4.5 Los «siete espíritus de Dios» es otro nombre del Espíritu Santo. Zac 4.2–6, donde se
comparan las siete lámparas con el Espíritu.
4.6 El vidrio era una rareza en la época del Nuevo Testamento, y vidrio claro como el cristal era
virtualmente imposible de ser encontrado (1 Co 13.12). «El mar de vidrio» señala tanto la
magnificencia como la santidad de Dios.
4.6, 7 Así como se ve al Espíritu Santo simbólicamente en las siete lámparas encendidas, de
igual modo los «cuatro seres vivientes» representan los atributos (las cualidades y el carácter) de
Dios. Estos seres no son animales reales. Al igual que los querubines (el más alto rango de los
ángeles), hacen guardia en el trono de Dios, guían a otros en adoración y proclaman la santidad
de Dios. Los atributos de Dios simbolizados en la semejanza de animales de estos cuatro seres
son majestad y poder (el león), fidelidad (el becerro), inteligencia (el hombre) y soberanía (el
águila). El Antiguo Testamento informa que el profeta Ezequiel vio cuatro seres similares en una
de sus visiones (Ez 1.5–10).
4:11 El tema de este capítulo se resume en este versículo: todos los seres en el cielo y la tierra
alabarán y honrarán a Dios porque es el Creador y el Sustentador de todo.
B. El libro sellado5.1–14
5.1 En la época de Juan, la escritura se hacía en rollos, piezas de papiros o pergaminos de diez
metros de largo, enrollados y sellados con arcilla o cera. El rollo que Juan ve contiene la lista
total de lo que Dios tiene reservado para el mundo. Los siete sellos indican la importancia de su
contenido. Han sido colocados a través de todo el rollo, de modo que al romperse uno, se puede
leer más del rollo que revela otra frase del plan de Dios para el fin del mundo. Solo Cristo es
digno de abrir el libro y desatar sus sellos (5.3–5).
5.1ss El capítulo 5 continúa concentrándose en el cielo, lo que empezó en el capítulo anterior.
5.5 El León, Jesucristo, se mostró digno de abrir el libro y desatar los sellos por haber llevado
una vida perfecta de obediencia a Dios, al morir en la cruz por los pecados del mundo y resucitar
de entre los muertos para mostrar su poder y autoridad sobre la maldad y la muerte. Solo Cristo
venció el pecado, la muerte, el infierno y a Satanás mismo; por lo tanto, solo a Él se le puede
confiar el futuro del mundo. «La raíz de David» se refiere a Jesucristo que vino del linaje de
David, y de esta manera cumple la promesa del Mesías en el Antiguo Testamento.
5.5, 6 A Jesucristo se le describe como León (símbolo de su poder y autoridad) y como Cordero
(símbolo de su sumisión a la voluntad de Dios). Uno de los ancianos invita a Juan a que mire al
León, pero cuando lo hace ve un Cordero. Cristo el Cordero fue el sacrificio perfecto por los
pecados de toda la humanidad; por lo tanto, solo Él puede salvarnos de los acontecimientos
terribles revelados en el rollo. Cristo el Cordero ganó la mayor de las batallas. Derrotó a todas
las fuerzas del mal mediante la cruz. Cristo el León dirigirá la batalla donde finalmente Satanás
será vencido (19.19–21). Cristo el León es vencedor por lo que ya hizo el Cordero.
Participaremos de su victoria no debido a nuestro esfuerzo o bondad sino porque Él ha
prometido vida eterna a todos los que creen en su nombre.
5.6 Juan ve al Cordero «como inmolado». Las heridas del Cordero son las que fueron infligidas
en el cuerpo de Jesús durante su juicio y crucifixión (Jn 20.24–31). Jesús fue llamado el Cordero
de Dios por Juan el Bautista (Jn 1.29). En el Antiguo Testamento, se ofrecían los corderos para
cubrir los pecados. El Cordero de Dios murió como el sacrificio supremo por todos los pecados
( Is 53.7; He10.1–12, 18).
5.6 Los cuernos simbolizan fortaleza y poder (1 Re 22.11, Zac 1.18). Aunque Cristo es un
cordero expiatorio, en ninguna forma es débil. Murió, pero ahora vive en la fortaleza y el poder
de Dios. En Zac 4.2–10 se comparan los ojos con las siete lámparas y el Espíritu.
5.9, 10 Personas de todas las naciones están alabando a Dios delante de su trono. El mensaje de
salvación no está limitado a una cultura, raza ni nación específica. Todo el que acude a Dios
arrepentido y con fe es aceptado por Él y será parte de su reino. No permita que los prejuicios ni
las tendencias impidan que usted hable de Cristo a los demás. Cristo acoge a todas las personas
en su reino.
5.9, 10 La canción del pueblo de Dios alaba la obra de Cristo. Él (1) fue inmolado, (2) los
compró con su sangre, (3) los reunió en un reino, (4) los hizo sacerdotes, y (5) los escogió para
reinar sobre la tierra. Jesucristo ya murió y pagó la penalidad por el pecado. Él nos congrega
ahora en su reino, haciéndonos sus sacerdotes, y en el futuro reinaremos con Él. Adore y alabe a
Dios por lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará en favor de todos los que confían en Él.
Cuando nos demos cuenta del futuro glorioso que nos aguarda, hallaremos las fuerzas para
afrontar las dificultades presentes.
5.10 La canción de los creyentes alaba a Cristo por llevarlos a su reino y convertirlos en reyes y
sacerdotes. Aunque ahora se nos desprecie y seamos objeto de burla por nuestra fe (Jn 15.17–
27), en el futuro reinaremos sobre toda la tierra (Lc 22.29, 30). La muerte de Cristo hizo que
todos los creyentes llegaran a ser sacerdotes de Dios, los canales de bendición entre Dios y la
humanidad (1 P 2.5–9).
5.11 Los ángeles son seres espirituales creados por Dios que ayudan en el desarrollo de su obra
en la tierra. Traen mensajes (Lc 1.26–28), protegen al pueblo de Dios (Daniel 6.22), ofrecen
aliento (Gén 16.7ss), dan dirección (Éx 14.19), traen castigo (2 Sam 24.16), patrullan la tierra
(Ez 1.9–14) y pelean contra las fuerzas del mal (2 Re 6.16–18, Ap 20.1). Hay ángeles buenos y
malos (12.7), pero como los ángeles malos se han aliado con Satanás, tienen considerablemente
menos poder y autoridad. Por último, la función principal de los ángeles buenos será ofrecer
alabanza continua a Dios (19.1–3).
5.14 La escena del capítulo 5 nos muestra que solo el Cordero, Jesucristo, es digno de abrir el
rollo (los acontecimientos de la historia). Él lo retiene, no Satanás. Jesucristo tiene el control de
la situación y solo Él es digno de poner en acción los acontecimientos de los últimos días de la
historia.
II. Profecías sobre la tribulación 6.1—19.6
A. Siete sellos del juicio 6.1—8.5
B. Siete trompetas del juicio 8.6—11.19
C. Profecías explicativas 12.1—14.20
D. Siete copas del juicio 15.1—19.6
III. Profecías sobre la Segunda Venida 19.7–21
A. Cena matrimonial del Cordero 19.7–10
B. Segunda Venida de Cristo 19.11–21
IV. Profecías sobre el milenio 20.1–15
A. Satanás es atado por mil años 20.1–3
B. Los santos reinan mil años 20.4–6
C. Satanás es liberado y lleva a la rebelión 20.7–9
D. Satanás es atormentado para siempre20.10
E. El juicio del gran trono blanco 20.11–15
V. Profecías sobre el estado eterno 21.1—22.5
A. Se crean un nuevo cielo y una nueva tierra 21.1
B. Desciende la Nueva Jerusalén 21.2–8
C. Se describe a la Nueva Jerusalén 21.9—22.5
VI. Conclusión 22.6–21
IGLESIA SIGNIFICADO FECHA PERIODO DE LA IGLESIA ACONT
HISTO
EFESO DESEABLE O 33 - 100d.C Iglesia Apostólica Inicia c
AGREDABLE con la m
ESMIRNA MIRRA: Ungir para la 100 - 313 IGLESIA PERSEGUIDA: 10 emperadores Termina
muerte. Siervo sufriente d.C persiguieron al cristianismo* o de Mi
PERGAMO UNION: Enlace o 313 - 476 IGLESIA IMPERIAL: Los Cristianos desarrollan Termina
Matrimonio d.C cargos públicos Roman
TIATIRA SACRIFICIO 476 - 1453 IGLESIA MEDIEVAL: Mariolatría, adoración a Termina
CONTINUO d.C los santos Constan
SARDIS COSAS QUE **1517 – IGLESIA REFORMADA: Lutero clava las 95 Termina
PERMANECEN: 1648 d. C. tesis contra la adoración a los santos y la venta dede Wesf
Residuo, remanente indulgencias
FILADELFIA AMOR 1648 – 1901 IGLESIA MODERNA: Avivamientos con Wesley, Termina
Solo virtudes FRATERNAL d.C. Fenee, Mody, Siglo de oro de las misiones. penteco
LAODISEA: EL DERECHO DE 1901 – IGLESIA CONTEMPORANEA: La Igles
Ninguna virtud LOS PUEBLOS Hasta hoy liberaci
- 3 ½ años de aparente calma tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo Dn. 9:27, se realizará
el sacrificio y la ofenda (Cristo murió una sola vez).
- El anticristo concertará un pacto con Israel y otro con la iglesia apóstata Apocalipsis 17
- 3 ½ años de intenso sufrir Dn. 12:17; 42 meses Ap. 11:21, 260 días Ap. 11:3
- Durante la Gran Tribulación(últimos 3 ½ años), los gentiles hollarán la ciudad Santa
Ap. 11:2
- Dn 12:11(1290 días), Juicios de DIOS sobre las naciones Mt. 25:31-46
- Dn. 12:12(1335 días), Reunión y Juicio de Israel. 45 días restantes que corresponden a la
limpieza final; preparando todo para el reino milenario.
Rapto
Descontrol: Pilotos de aviones, controladores de tráfico aéreo; choferes de autobuses(foráneos,
escolares, trailers, automóviles), operadores de metro, trolebuses, políticos, directivos(IMMS,
seguridad), asesores nacionales.
a) Ap. 12(Dn. 2y7) Nuevo Imperio Romano con 10 naciones a la cabeza de los cuales estará el
anticristo Dn. 7:8
b) 2ª Tes. 2:3 hombre de pecado; hijo de perdición. La bestia; Ap. 13:1 sale del mar(naciones), o
del mediterráneo junto a la ciudad de los 7 montes(Ap. 17.9). La mayor es la Roma papal que
está sentada sobre el anticristo(bestia) Ap. 17:3 y 13:1; hasta que el anticristo aborrece a la
ramera(Iglesia ecuménica apostata) v. 16
c) La bestia(anticristo) hará pacto con la mujer y con el pueblo de Israel (Dn. 9:27)
En Mt. 24.15 es la de Dn. 11.31;12:11. La profanación del templo (175-164 a.C. Antióco
Epífanes). Pero Dn. 12.1 y Mt. 24:21 la mayor de todos los tiempos Mt. 245:16-20 declaran la
huida inmediata; v 212-27el tiempo será acortado por la aparición del Hijo del Hombre (v 27,30-
31;Ap. 19:17-21)
Parábolas
Exhortación a velar: higuera (32-36); las hojas y los primeros frutos aparecen al mismo
tiempo(EZ 37) revitalización de Israel; llegada del Mesías (esta generación) tiempos de Noé
(37-39) final trágico para los pecadores; un remanente salvo.
Entonces (40-42) unos serán llevados a juicio – pecadores y otros serán dejados para
disfrutar las inminentes bendiciones.
(43-44; 45-51; 25: 1-13; 14-30) Juicio de Israel, quienes entrarán al milenio y quienes serán
excluidos. Ez. 20:36-44.
25:31-46 Juicio de las naciones (final de la Gran Tribulación) antes de que inicie el reino
milenial.
Capítulo 8
8.1, 2 Cuando se abre el séptimo sello, se revela el juicio de las siete trompetas. De igual forma,
la séptima trompeta anunciará los juicios de las siete copas en 11.15 y 16.1–21. La trompeta de
los juicios, como el sello de los juicios, son solo parciales. Todavía no ha llegado el juicio final y
absoluto de Dios.
8.3 Se usaba un incensario lleno de brasas encendidas en el templo para la adoración. El incienso
se echaba sobre las brasas y el humo fragante subía, simbolizando la oración de los creyentes
que asciende hasta Dios (véase Éxodo 30.7–9).
8.6 El toque de las trompetas tiene tres propósitos: (1) advertir que el juicio es verdadero, (2)
llamar a las fuerzas del bien y del mal a la batalla, y (3) anunciar el regreso del Rey, el Mesías.
Estas advertencias nos instan a asegurarnos de que nuestra fe esté fundada con firmeza en Cristo.
8.7-12 Ya que solo un tercio de la tierra es destruida por estos juicios de las trompetas, este es
solo un juicio parcial de Dios. Aun no se ha manifestado su ira total.
8.11 Ajenjo es una planta con sabor muy amargo, y representa la amargura del juicio de Dios.
8.13 Habacuc emplea la imagen de un águila para simbolizar rapidez y destrucción (véase
Habacuc 1.8). Aquí la figura es de un ave fuerte y poderosa que vuela sobre toda la tierra,
advirtiendo de los terrores que todavía vendrán. Aunque todos sufren los terrores descritos en los
versículos 7 al 12, «los habitantes de la tierra» son los incrédulos que sufrirán daño espiritual con
los juicios de las tres próximas trompetas. Dios les ha garantizado a los creyentes la protección
del daño espiritual (7.2, 3).
8.13 En el versículo 6.10 los mártires claman a Dios: «¿Hasta cuándo[...] no juzgas y vengas
nuestra sangre en los que moran en la tierra?» Al ver la perversidad del mundo, nosotros también
podemos clamar a Dios: «¿Hasta cuándo?» En los capítulos siguientes, el juicio llega al fin.
Podemos hallarnos desesperados e impacientes, pero Dios tiene su plan y su tiempo, y debemos
aprender a confiar en que Él sabe lo que es mejor. El juicio viene, no le quepa la menor duda.
Gracias a Dios por el tiempo que le da para que se aparte de sus pecados. Aproveche el tiempo
que le queda en ayudar a que otros también se vuelvan a Él.
Capítulo 9
9.1 No se sabe si esta «estrella» que cayó del cielo es Satanás, un ángel caído, Cristo o un ángel
bueno. Parece ser lo último porque la llave del pozo del abismo insondable está en las manos de
Cristo (1.17, 18) y se le entregó temporalmente a este otro ser que cayó del cielo (20.1). Este ser,
quienquiera que sea, está todavía bajo el control y autoridad de Dios. El pozo del abismo
representa el lugar de los demonios y de Satanás, el príncipe de los demonios (9.11; Lucas 8.31)
9.3 El profeta Joel describe una plaga de langostas como un símbolo del «día del Señor», lo que
significa el juicio venidero de Dios (Jl 2.1–10). En el Antiguo Testamento, las langostas eran
símbolo de destrucción porque destruían la vegetación. Aquí, sin embargo, simbolizan una
invasión de demonios llamados a torturar a las personas incrédulas. Las limitaciones para los
demonios (solo podían atormentar cinco meses) muestra que están bajo la autoridad de Dios.
9.3ss La mayoría de los intérpretes piensan que estas langostas son demonios, espíritus malignos
gobernados por Satanás que inducen a la gente a pecar. No fueron creados por Satanás porque
Dios es el creador de todo; más bien, son ángeles caídos que se unieron a Satanás en su rebelión.
Dios limita lo que ellos pueden hacer; no pueden hacer nada sin el permiso de Dios. El propósito
principal de los demonios en la tierra es destruir, distorsionar o impedir la relación de la gente
con Dios. Como son corruptos y degenerados, la apariencia de ellos refleja la distorsión de sus
espíritus. Si bien es importante reconocer sus actividades malévolas para que podamos
mantenernos alejados de ellas, debemos evitar toda curiosidad al respecto y no tener nada que
ver con fuerzas demoníacas u ocultas.
9.11 El demonio langosta tiene un líder cuyo nombre en hebreo y griego significa destructor.
Esto puede tratarse de un juego de palabras de Juan para probar que la adoración al gran dios
Apolo era solo una adoración al demonio.
9.13 El altar del templo tenía cuatro salientes, uno en cada esquina, y se les llamaba los cuernos
del altar
9.14 Aquí la palabra «ángeles» se refiere a ángeles caídos o demonios. Estos cuatro demonios no
identificados serán sumamente malos y destructivos. Pero obsérvese que no tienen el poder para
soltarse y llevar a cabo su obra maligna en la tierra. Más bien Dios los retiene, y serán librados
por Él en un determinado momento para hacer únicamente lo que Él les permita.
9.15 Aquí muere un tercio de la población. En 6.7, 8, muere un cuarto de la raza humana. Es
decir, morirá más de la mitad de la población mundial por causa de los grandes juicios de Dios.
Aun muchos más habrían muerto si Dios no hubiera establecido límites a la destrucción.
9.16 En la época de Juan este número de guerreros en un ejército era inconcebible, pero ahora
hay países y alianzas que fácilmente podrían reunir esa cantidad de soldados. Ese ejército
numeroso, guiado por los cuatro demonios, será enviado para destruir un tercio de la población
de la tierra. Pero aun el juicio no ha terminado.
9.20, 21 Estos hombres eran más duros de corazón que las plagas que lograron impedir que se
volvieran a Dios. Por lo general las personas no caen en la inmoralidad y maldad de repente; se
deslizan en el pecado poco por poco hasta descubrir la dura realidad de lo que sucedió, atrapadas
sin salida en el lodo de sus sendas perversas. Toda persona que permite que el pecado se arraigue
en su vida puede encontrarse en esa difícil situación. La tentación que entretiene hoy llega a ser
pecado mañana, luego un hábito el próximo día, a continuación muerte y separación de Dios
para siempre (Santiago 1.15). El pensar que nunca podría llegar a ese estado de maldad es el
primer paso hacia un corazón endurecido. Recuerde la necesidad de confesarle su pecado a Dios.
Capítulo 10
10.1–6 El propósito de este ángel poderoso es claro: anunciar el juicio final en la tierra. Su pie
derecho en el mar y el izquierdo en la tierra (10.2) indica que sus palabras tienen que ver con
toda la creación, no solo con una parte limitada como en el caso de los juicios anunciados por el
sello y la trompeta. La séptima trompeta (11.15) anunciará las siete copas del juicio, lo que traerá
consigo el final del mundo presente. Cuando se produzca este juicio universal ha de prevalecer la
verdad de Dios.
10.2 Vemos dos rollos en Apocalipsis. El primero contiene una revelación de juicio contra la
maldad (5.1ss). No se indica el contenido del segundo rollo, pero también podría contener una
revelación de juicio.
10.4 A través de la historia, la gente se ha preguntado qué sucederá en el futuro, y Dios revela
algo de eso en este libro. Pero se le impidió a Juan que revelara ciertas partes de su visión. Un
ángel también le dijo al profeta Daniel que algunas cosas que había visto no se les debía revelar
todavía a nadie (Daniel 12.9), y Jesús les dijo a sus discípulos que el tiempo del fin solamente lo
conocía Dios (Marcos 13.32, 33). Dios ha revelado todo lo que necesitamos saber para vivir hoy
para Él. En nuestro deseo de estar preparados para el fin, no debemos dar más énfasis a la
especulación acerca de los últimos días que al vivir para Dios mientras esperamos.
10.7 Cuando se revele por completo el plan de Dios para la historia humana, se habrán cumplido
todas las profecías. Habrá llegado el final de los tiempos (11.15 y Ef 1.9, 10).
10.9, 10 El profeta Ezequiel tuvo una visión en la que se le dijo que debía tragar un rollo lleno de
juicios en contra de la nación de Israel (Ezequiel 3.1ss). El gusto fue dulce en su boca, pero su
contenido trajo destrucción, muy parecido al rollo que se le dijo a Juan que comiera. La Palabra
de Dios es dulce para los creyentes, porque anima; pero amarga a nuestro estómago por el juicio
venidero que debemos pronunciar sobre los incrédulos.
Capítulo 11
11.1ss Es más probable que este templo sea un símbolo de la Iglesia (todos los creyentes
verdaderos) porque no habrá un templo en la nueva Jerusalén (21.22). Juan midió el templo para
mostrar que Dios está construyendo muros de protección alrededor de su pueblo para salvarlo del
daño espiritual, y que hay un lugar reservado para todos los creyentes que permanecen fieles a
Dios.
11.2 Los que adoran dentro del templo serán protegidos espiritualmente, pero quienes lo hagan
afuera se enfrentarán a gran sufrimiento. Esta es una forma de decir que los verdaderos creyentes
serán protegidos mientras dure la persecución, pero los que se resisten a creer serán destruidos.
11.3 Estos dos testigos muestran una gran semejanza con Moisés y Elías, dos poderosos profetas
de Dios. Con el poder de Dios, Moisés hizo caer plagas sobre la nación de Egipto (Éxodo 8–11).
Elías venció a los profetas de Baal (1 Reyes 18). Ambas personas aparecieron con Cristo en su
transfiguración (Mateo 17.1–7).
11.3 En el libro de Apocalipsis, los números suelen ser de carácter simbólico y no tienen un
sentido verdadero. Los 42 meses o 1.260 días equivalen a tres años y medio. Como mitad del
número perfecto (siete), tres y medio puede indicar incompleto, imperfecto o incluso malo.
Obsérvense los acontecimientos que se predicen para este tiempo: agitación (Daniel 12.7), la
ciudad santa es hollada (11.2), la mujer se refugia en el desierto (12.6) y la bestia inspirada por el
demonio ejerce su autoridad (13.5). Algunos comentaristas relacionan los tres años y medio con
el período de hambruna en los días de Elías (Lucas 4.25, Santiago 5.17). Debido a que Malaquías
predijo el regreso de Elías antes del juicio final (Malaquías 4.5) y como que los acontecimientos
en Daniel y Apocalipsis preparan el camino para la Segunda Venida, posiblemente Juan estaba
haciendo una conexión. Es posible, naturalmente, que los tres años y medio sean literales. Si es
así, ¡claramente reconoceremos cuando tengan lugar! Ya sean simbólicos o literales, sin
embargo, indican que el demonio reinará hasta tener un final definitivo.
11.7 A este tirano también se le llama la «bestia» y pudiera referirse a Satanás o a un agente de
Satanás.
11.8, 9 Jerusalén, una vez la santa ciudad y capital de Israel, es ahora territorio enemigo. Se le
compara con Sodoma y con Egipto, ambas conocidas muy bien por su maldad. En la época en
que Juan escribe, Jerusalén había sido destruida por los romanos en 70 d.C., se había
exterminado casi un millón de judíos y se habían llevado a Roma los tesoros del templo.
11.10 Todo el mundo se regocija con la muerte de estos dos testigos, los que causaron
dificultades al decir lo que la gente no quería oír: mensajes acerca de su pecado, su necesidad de
arrepentimiento y el castigo venidero. Los pecadores odian a los que les llaman la atención por
su pecado y a los que les exhortan a arrepentirse. Aborrecieron a Cristo y aborrecen a sus
discípulos (1 Juan 3.13). Cuando usted obedece a Cristo y asume una posición contraria al
pecado, prepárese para sufrir el odio del mundo. Pero recuerde que la gran recompensa lo
aguarda en el cielo y que sobrepasa en valor a cualquier sufrimiento que afronte ahora.
11.15 El toque de la séptima trompeta anuncia la llegada del Rey. Ya no hay retroceso. Los
juicios venideros dejan de ser parciales y son completos en su destrucción. Dios está en control
de la situación y da rienda suelta a toda su ira sobre el mundo maligno que se niega a volverse a
Él (9.20, 21). Cuando comience la ira, no habrá manera de escapar.
11.18 En la Biblia, Dios recompensa a su pueblo de acuerdo con lo que merece. A lo largo del
Antiguo Testamento, a menudo la obediencia trajo recompensa en esta vida (Deuteronomio 28),
pero la obediencia y la recompensa inmediata no siempre están ligadas. Si lo estuvieran, los
buenos siempre serían ricos, y el sufrimiento siempre sería señal de pecado. Si fuéramos
premiados rápidamente por cada obra fiel, muy pronto llegaríamos a pensar que somos muy
buenos. Al poco tiempo nos hallaríamos haciendo obras buenas por razones puramente egoístas.
Aunque es cierto que Dios nos premiará por nuestras obras en la tierra (20.12), nuestra mayor
recompensa es vida eterna en su presencia.
11.19 En el Antiguo Testamento, el arca del pacto fue el tesoro más preciado de la nación
israelita. Éxodo 37.1.2
Capítulo 12
12.1–14.20 La séptima trompeta (11.15) anuncia los juicios de las copas (15.1–16.21), pero en
los capítulos intermedios (12–14), Juan ve el conflicto entre Dios y Satanás. Él ve la fuente de
todo pecado, maldad, persecución y sufrimiento en la tierra y comprende por qué la gran batalla
entre las fuerzas de Dios y Satanás deben tener lugar pronto. En estos capítulos se pone al
descubierto la naturaleza del maligno y se ve a Satanás en toda su vileza.
12.1–6 La mujer representa al pueblo fiel de Dios que ha esperado al Mesías; la corona de doce
estrellas sobre su cabeza representa a las doce tribus de Israel. Dios aparta a los judíos para sí
(Romanos 9.4, 5) y esa nación dio nacimiento al Mesías. El hijo varón (12.5) es Jesús, nacido a
una judía devota, María (Lucas 1.26–33). El perverso rey Herodes intentó de inmediato destruir
al niño Jesús (Mateo 2.13–20). El deseo de Herodes de dar muerte a este «Rey», a quien vio
como un peligro para su trono, fue motivado por Satanás (el dragón escarlata) que quiso dar
muerte al Salvador del mundo. El espectáculo celestial de Apocalipsis 12 muestra que Cristo, al
nacer silenciosamente en el pueblo de Belén, tuvo un significado cósmico.
12.3, 4 El enorme dragón escarlata, Satanás, tiene siete cabezas, diez cuernos y siete coronas,
que representan su poder y el reino del mundo sobre el que tiene autoridad. Por lo general se
consideran las estrellas que cayeron a tierra con él como los ángeles que cayeron con Satanás y
que se convirtieron en sus demonios. De acuerdo con la tradición hebrea, una tercera parte de
todos los ángeles del cielo cayeron con Satanás. (9.3ss y Marcos 5.1–20)
12.6 El desierto representa un lugar de refugio espiritual y protección de Satanás. Al ayudar en la
fuga de la mujer hacia el desierto, Dios ofrece seguridad a todo creyente fiel. Satanás siempre
ataca al pueblo de Dios, pero Dios los mantiene seguros espiritualmente. Algunos
experimentarán daño físico, pero todos serán protegidos de daño espiritual. Dios no permitirá
que Satanás tome las almas de sus verdaderos seguidores.
12.6 Los 1,260 días (tres años y medio) es la misma duración de tiempo que se le permitió al
dragón para dominar la tierra (13.5) y que la ciudad santa fue hollada (11.3).
12.7 Este acontecimiento cumple lo que manifiesta Daniel 12.1ss. Miguel es un ángel de alto
rango. Una de sus responsabilidades es proteger a la comunidad de los creyentes en Dios.
12.7ss Sucedió mucho más en el nacimiento, muerte y resurrección de Cristo de lo que mucha
gente piensa. Una batalla entre las fuerzas del bien y del mal estuvo de por medio. Con la
resurrección de Cristo, se aseguró la derrota de Satanás. Algunos creen que la caída de Satanás a
la tierra tuvo lugar en la resurrección de Jesucristo o en su ascensión, y que los 1,260 días (tres
años y medio) es una forma simbólica de referirse al período intermedio entre la primera y
Segunda Venidas de Cristo. Otros dicen que la derrota de Satanás tuvo lugar en el punto medio
de una tribulación literal de siete años, seguida del arrebatamiento de la Iglesia y precediendo a
la Segunda Venida de Cristo y en el comienzo de su reinado de mil años. Sea como fuere,
debemos recordar que Cristo es victorioso, Satanás ha sido derrotado por la muerte de Cristo en
la cruz (12.10–12).
12.9 Satanás no es un símbolo ni una leyenda; él es muy real. Originalmente fue un ángel de
Dios, pero a causa de su orgullo, llegó a corromperse. Satanás es el enemigo de Dios y
constantemente procura obstaculizar la obra de Dios, pero está limitado por el poder de Dios y
puede hacer solamente lo que se le permite (Job 1.6–2.8). El nombre Satanás significa
«acusador» (12.10). Activamente busca personas para atacar (1 Pedro 5.8, 9). Busca por todos
los medios creyentes que son vulnerables en su fe, que son débiles espiritualmente o que están
alejados de otros cristianos.
A pesar de que Dios permite que Satanás haga su obra en este mundo, Dios todavía está en
control de la situación. Y Jesucristo tiene poder completo sobre Satanás; lo ha vencido al morir y
resucitar por los pecados de la humanidad. Un día Satanás será encarcelado para siempre, y
nunca volverá a hacer su obra maligna (20.10).
12.10 Muchos creen que hasta este momento, Satanás todavía tenía acceso a Dios. Pero aquí su
acceso está limitado (9.1). Ya jamás podrá acusar a su pueblo delante de Dios (Job 1.6ss). Porque
la Iglesia esta con el Señor en santidad perfecta, ya no puede ser acusada.
12.11 El golpe crítico a Satanás vino cuando el Cordero, Jesucristo, derramó su sangre por
nuestros pecados. Se gana la victoria mediante el sacrificio: la muerte de Cristo en nuestro lugar
para pagar por el pecado y los sacrificios que hacemos por nuestra fe en Él. Al enfrentarnos a la
batalla con Satanás, no debemos temerla ni tratar de huir de ella, sino servir con lealtad a Cristo
que trae consigo la victoria (Romanos 8.34–39).
12.12 El diablo empieza a apresurar su persecución porque sabe que le queda «poco tiempo».
Vivimos en los últimos días y la obra de Satanás es más intensa. A pesar de que Satanás es
poderoso, como lo podemos ver por la condición de nuestro mundo, él está siempre bajo el
control de Dios. Una de las razones por la que Dios le permite hacer lo malo y poner tentación es
que quienes simulan ser discípulos de Cristo serán separados de los verdaderos creyentes.
Satanás sabe que la gran confrontación con Jesucristo está cerca. Por esa razón procura con
desesperación reclutar una fuerza enemiga tan grande como le sea posible para la batalla final.
12.17 Mientras la mujer (12.1) representa a los judíos fieles y el hijo (12.5) representa a Cristo,
los demás hijos podrían ser los judíos creyentes o, más probable, todos los creyentes.
12.17 El apóstol Pablo dice que estamos en una lucha espiritual (Ef 6.10–12). Juan dice que la
guerra todavía se está librando, pero ya se ha determinado el resultado final. Satanás y sus
seguidores han sido derrotados y serán destruidos. Sin embargo, Satanás lucha cada día por
aumentar sus tropas y para evitar que los suyos deserten y se acerquen a Dios. Los que
pertenecen a Cristo participan en la batalla del lado de Dios y Él les ha garantizado la victoria.
Dios no perderá la guerra, pero debemos asegurarnos de no perder la batalla por nuestras propias
almas. No titubee en entregarse a Cristo. Una gran lucha espiritual se está librando, y no hay
tiempo para la indecisión.
Capítulo 13
13.1 Se identificó al principio esta bestia con Roma porque el Imperio Romano en sus primeros
tiempos alentaba un estilo de vida malvado, perseguía a los creyentes y se oponía a Dios y a sus
seguidores. Pero la bestia también simboliza al anticristo, no Satanás, sino alguien bajo su poder
y control. Este anticristo tiene la apariencia de una combinación de las cuatro bestias que Daniel
vio siglos antes en una visión (Daniel 7). Como el dragón (12.17) se mantiene en oposición a
Dios, de igual manera la bestia está en contra de Cristo y puede verse como el falso mesías de
Satanás. El Imperio Romano en sus inicios fue fuerte y también anticristiano (o contrario a las
normas de Cristo); muchos otros poderes individuales a través de la historia han sido
anticristianos. Muchos cristianos creen que Satanás culminará como el anticristo, uno que
concentrará todos los poderes de maldad en contra de Jesucristo y sus seguidores.
13.1ss El capítulo 13 presenta a dos cómplices de Satanás (el dragón):
(1) la bestia que sale del mar (13.1ss) y
(2) la bestia que sale de la tierra (13.11ss). Juntos, los tres seres malignos forman una trinidad
impía en oposición directa a la santa Trinidad de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu
Santo. Cuando Satanás tentó a Jesús en el desierto, quiso que Cristo mostrara su poder
convirtiendo las piedras en pan, hiciera milagros al saltar desde un lugar alto y ganara el poder
político mediante la adoración a él (Mt 4.1–11). El plan de Satanás fue gobernar el mundo por
medio de Jesucristo, pero Él rechazó la oferta de Satanás. De esa manera se vuelve a las bestias
terribles descritas en Apocalipsis. A la bestia del mar le dio poder político. A la bestia que sale de
la tierra le dio poder para hacer milagros. Ambas trabajan unidas a fin de tener el control de todo
el mundo. Esa trinidad impía, el dragón, la bestia del mar y el falso profeta (16.13), se unen en
un desesperado intento por vencer a Dios; pero sus esfuerzos están condenados al fracaso.
13.3ss Dado que la bestia, el anticristo, es un falso mesías, será una falsificación de Cristo y
hasta pondrá en escena una resurrección falsa (13.14). Las personas lo seguirán y adorarán
porque estarán impresionadas por su poder y sus milagros (13.3, 4). Unirá al mundo bajo su
liderazgo (13.7, 8) y controlará la economía mundial (13.16, 17). La gente se impresiona con el
poder e irá en pos de quienes lo muestran con vigor o lo ofrecen a sus seguidores. Pero los que
siguen a la bestia solo se engañarán a sí mismos. Él usará su poder para manipular a los demás,
para dirigir la atención hacia sí mismo y para fomentar planes malignos. Dios, por el contrario,
emplea su poder, que es infinitamente superior, para amar y edificar. No se deje engañar por la
declaración de grandes milagros o informes acerca de una resurrección o reencarnación de
alguien que pretende ser el Cristo. Cuando Cristo vuelva, se les revelará a todos (Mt 24.23–28).
Capítulo 14
14.1ss El capítulo 13 describe el ataque del maligno que tendrá lugar cuando Satanás y sus
demonios dominen el mundo. El capítulo 14 presenta una vislumbre de la eternidad a fin de
mostrarles a los creyentes lo que les espera si permanecen fieles. El Cordero es el Mesías. Se
pone en contraste el monte de Sion, que con frecuencia es otro nombre dado a Jerusalén la
capital de Israel, con el imperio mundano. Los 144,000 representan a los creyentes que han
permanecido fieles en las persecuciones en la tierra y ahora están preparados para disfrutar de los
beneficios eternos y las bendiciones de la vida con Dios para siempre. Los tres ángeles
contrastan el destino de los creyentes con el de los incrédulos.
14.4 Estas personas son creyentes verdaderos cuyas ropas han sido lavadas y purificadas por la
sangre de Cristo (7.14) mediante su muerte («redimidos de entre los hombres»). En el Antiguo
Testamento, a menudo se describía la idolatría como adulterio espiritual (Oseas). Estos creyentes
son espiritualmente puros, han permanecido fieles a Cristo, lo han seguido solo a Él y han
recibido la recompensa de Dios por permanecer fieles. «Primicias» se refiere al acto de
dedicación de la primera parte de la cosecha como sagrada para Dios (Éx 23.19; Stgo 1.8)
14.6,7 Algunos piensan que esta es una última apelación mundial a todas las personas para que
reconozcan al único Dios verdadero. Nadie tendrá la excusa de no haber oído jamás la verdad de
Dios. Otros, sin embargo, ven esto como un anuncio de juicio y no como una apelación. La
población del mundo ha tenido su oportunidad de proclamar su lealtad a Dios, y ahora el gran
juicio de Dios está a punto de empezar. Por haber leído esto, usted ya tuvo la oportunidad de
escuchar la verdad de Dios. Sabe que el juicio final de Dios no será pospuesto para siempre. ¿Ha
recibido con regocijo las sempiternas buenas nuevas? Si es así, no tiene nada que temer del
juicio de Dios. ¡El Juez de toda la tierra es su Salvador!
14.8 Babilonia era una ciudad perversa como también un imperio inmoral, un centro mundial
para el culto a los ídolos. Babilonia saqueó Jerusalén y condujo al reino de Judá al cautiverio (2
Re 24 y 2 Cr 36). Así como Babilonia fue el peor enemigo de los judíos, el naciente Imperio
Romano fue el peor enemigo de los primeros cristianos. Juan, que no pudo atreverse a hablar en
contra de Roma abiertamente, aplicó el nombre Babilonia a este enemigo del pueblo de Dios
(Roma) y, por extensión, a todos los enemigos de Dios de todos los tiempos.
14.9–11 Los que adoran a la bestia aceptan su marca sobre sus frentes, y actúan de acuerdo con
la palabra de tal bestia con relación al sistema económico que finalmente se enfrentará al juicio
de Dios. Nuestro mundo valora el dinero, el poder y el placer más que la dirección de Dios. Para
lograr lo que el mundo valora, muchas personas niegan a Dios y violan principios cristianos.
Dichas personas han de beber la copa de la ira de Dios (Salmo 75; Isaías 51.17).
14.11 El resultado final del pecado es separación eterna de Dios. Debido a que los seres humanos
han sido creados a imagen de Dios con una sed innata por comunión con Él, la separación de
Dios será el tormento final y la desdicha consiguiente. El pecado siempre acarrea desdicha, pero
en esta vida podemos optar por arrepentirnos y restaurar nuestra relación con Dios. En la
eternidad ya no habrá otra oportunidad de arrepentimiento. Si en esta vida optamos por ser
independientes de Dios, en el más allá estaremos separados de Él para siempre. Nadie está
obligado a escoger la separación eterna de Dios y nadie sufre ese destino por accidente.
Jesucristo nos invita a todos a abrir la puerta de nuestro corazón a Él (3.20). Si lo hacemos,
disfrutaremos de eterna comunión con Dios.
14.12 Estas noticias sobre el triunfo final de Dios debiera estimular al pueblo de Dios a
permanecer firme en medio de cada prueba y sufrimiento. Se puede hacer, según Dios lo
promete, al confiar en Jesucristo y obedecer los mandamientos de su Palabra. El secreto para
permanecer firme, sin embargo, es confiar y obedecer. Confíe en Dios para que le dé paciencia a
fin de que se mantenga firme aun en las pruebas pequeñas que usted sufre a diario; obedézcale,
aun cuando la obediencia no sea atractiva o incluso peligrosa.
14.13 Es verdad que no podemos llevarnos de esta vida el dinero, la fama ni los bienes. Pero el
pueblo de Dios puede producir fruto que sobreviva aun más allá de la muerte. Dios recordará
nuestro amor, bondad y fidelidad, y los que aceptan a Cristo mediante nuestro testimonio se
unirán a nosotros en la tierra nueva. Asegúrese de que sus valores estén en armonía con los de
Dios y decídase hoy a producir fruto que perdure para siempre.
14.14–16 Esta es una imagen del juicio. Cristo separa el fiel del infiel, a semejanza del agricultor
que cosecha sus granos. Este es un tiempo de gozo para los cristianos que han sido perseguidos y
martirizados, que recibirán su recompensa tan esperada. Los cristianos no deben temer el juicio
final. Jesús dice: «De cierto de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida» (Juan 5.24).
14.19 Un lagar era un gran recipiente donde se ponían las uvas y luego se aplastaban. El jugo
corría por un conducto que llevaba a un depósito de mayores dimensiones. A menudo se emplea
la imagen del lagar en la Biblia para simbolizar la ira de Dios y su juicio en contra del pecado
(Isaías 63.3–6; Lamentaciones 1.15; Joel 3.12, 13).
14.20 La distancia de 1,600 estadios equivale a 288 km, aproximadamente la distancia de norte a
sur que tiene Palestina.
Capítulo 15
15.1 A las últimas siete plagas también se les llama los juicios de los siete copas. Comienzan
prácticamente en el capítulo 16. Así como en el caso de las plagas anteriores, estas son
universales y culminarán en la abolición de toda maldad («se consumaba la ira de Dios») y el fin
del mundo.
15.2 Es posible que este sea el «mar de vidrio» descrito en el 4.6, localizado delante del trono de
Dios. Los que están en pie son victoriosos, han vencido a Satanás y a su bestia maligna.
15.3, 4 El cántico de Moisés celebró la liberación de Israel de Egipto (Éxodo 15). La canción del
Cordero celebra la liberación final del pueblo de Dios del poder de Satanás.
15.5–8 El tabernáculo del testimonio es una traducción griega de la expresión hebrea
«tabernáculo de reunión» (Éxodo 40.34, 35). La imagen nos traslada al tiempo del éxodo en el
desierto cuando el arca del pacto (símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo) residía en el
tabernáculo. Los ángeles que salieron del templo estaban vestidos de blanco y cintos de oro
ceñían sus pechos. Sus vestiduras recuerdan la del sumo sacerdote, y muestran que están libres
de corrupción, inmoralidad e injusticia. El humo que llena el templo es la manifestación de la
gloria de Dios y de su poder. No hay manera de escapar del juicio de Dios.
15.8 Nuestro reinado eterno con Cristo no empezará hasta que todo lo maligno sea destruido por
su juicio. Los fieles deben aguardar que se revele su tiempo.
Capítulo 16
16.1ss El juicio de las copas son los juicios finales y absolutos de Dios sobre la tierra. Ha llegado
el fin. Hay mucha similitud entre los juicios de las copas y los juicios de las trompetas (8.6–
11.19), pero hay tres diferencias principales:
(1) estos juicios son totales mientras que los juicios de las trompetas son parciales;
(2) los juicios de las trompetas dan a los no creyentes la oportunidad de arrepentirse, pero los
juicios de las copas no;
(3) la humanidad es afectada indirectamente por varios de los juicios de las trompetas, pero
atacadas directamente por todos los juicios de las copas.
16.7 El significado del altar responde por sí mismo a cada uno y cada cosa que alabará a Dios,
reconociendo su justicia perfecta y equidad.
16.9–21 Sabemos que las personas reconocían que estos juicios venían de Dios porque
blasfemaron su nombre por haberlos enviado. Pero aun se negaron a reconocer la autoridad de
Dios y no quisieron arrepentirse de sus pecados. Los cristianos no deben sorprenderse de la
hostilidad y dureza del corazón de los incrédulos. Aun cuando se revela por completo el poder de
Dios, muchos no desearán arrepentirse. Si usted se da cuenta de que no hace caso a Dios,
vuélvase a Él ahora antes que su corazón llegue a endurecerse para arrepentirse
16.12 El río Éufrates era una frontera protectora natural en contra de los imperios del este
(Babilonia, Asiria, Persia). Si se secaba, nada impedía el ser invadido por el enemigo. Los
ejércitos del este simbolizan juicios sin obstáculos.
16.13, 14 Estos espíritus de demonios que hacen milagros que proceden de la trinidad impía
unen a los gobernantes del mundo para la batalla contra Dios. La imagen de los demonios que
salen de la boca de los tres gobernantes impíos significa la propaganda y la incitación verbal con
la que convencerán a muchas personas ganándolas para su causa impía.
16.15 Cristo volverá sorpresivamente (1 Tesalonicenses 5.1–6); por lo tanto, deben estar
preparados para cuando vuelva. Pueden prepararse manteniéndose firmes en medio de la
tentación y permaneciendo fieles a las normas morales de Dios.
16.16 Este campo de batalla se halla cerca de la ciudad de Meguido (en la parte sureste del
puerto moderno de Haifa), la que conserva una amplia llanura en la parte norte de Israel. Es un
lugar estratégico cerca de una notable carretera internacional que conduce hacia el norte desde
Egipto a través de Israel, a lo largo de la costa, y hacia Babilonia. Meguido domina toda la
llanura situada al sur rumbo a Galilea y al oeste hacia el monte Gilboa.
16.16 Los pecadores se unirán para pelear contra Dios en una muestra final de rebeldía. Muchos
ya están unidos en contra de Cristo y su pueblo, que defiende la verdad, la paz, la justicia y la
moralidad. Su lucha personal con el maligno simboliza la gran batalla descrita aquí, en la que
Dios hará frente al maligno y lo destruirá de una vez y para siempre.
16.17–21 La división de la ciudad en tres secciones es un símbolo de su destrucción completa.
Capítulo 17
17.1ss La destrucción de Babilonia mencionada en 16.17–21 se describe ahora con más detalles.
La «gran ramera», llamada Babilonia, representa al Imperio Romano en sus inicios con sus
diversos dioses y sus manos manchadas con la sangre de los mártires cristianos. El agua
representa el comercio marítimo o una ciudad con un buen suministro de agua. La gran ramera
representa la seducción del sistema de gobierno al emplear medios inmorales a fin de obtener
placer, prosperidad y ventaja. En contraste con la ramera, la esposa de Cristo, la Iglesia, es pura y
obediente (19.6–9). Se presenta a la ciudad pecadora de Babilonia en contraste con la ciudad
celestial de Jerusalén (21.10–22.5). Los lectores originales identificaban con facilidad a
Babilonia con Roma, pero ella también simboliza cualquier sistema enemigo de Dios (17.5).
17.3 La bestia escarlata puede ser el dragón de 12.3 o la bestia que sale del mar descrita en 13.1.
17.6 A lo largo de la historia muchos han muerto por causa de su fe. En el último siglo, millones
han sido asesinados por gobiernos opresores y muchos de ellos eran creyentes. La ebriedad de la
mujer muestra su placer en sus logros malignos y su falso sentimiento de triunfo sobre la Iglesia.
Pero cada mártir que cae bajo su espada solo fortalece la Iglesia.
17.8 En el capítulo 12 encontramos al dragón (Satanás). En el 13 vimos a la bestia que salió del
mar y el poder que recibió de Satanás. En los capítulos 14 al 16 vemos el gran juicio de Dios. En
este capítulo, la bestia escarlata similar a la bestia y al dragón aparece como un aliado de la gran
ramera. La frase «era, y no es; y está para subir» significa que la bestia estuvo viva, murió y
luego resucitó. La resurrección de la bestia simboliza la persistencia del mal. Este resurgir del
poder maligno convencerá a muchos para que unan sus fuerzas con la bestia; pero los que
escogen el lado del mal se condenan a sí mismos al destino del maligno, el tormento eterno.
17.9-11 Aquí Juan se refiere a Roma, la ciudad famosa por sus siete montes. Muchos dicen que
esta ciudad también simboliza todo lo malo del mundo, cualquier persona, religión, grupo,
gobierno o estructura que esté en contra de Cristo. Sea cual fuere la perspectiva que se tenga de
los siete montes y los siete reyes, esta sección indica el clímax de la batalla de Satanás contra
Dios. El poder del mal es limitado y su destrucción está en el horizonte.
17.12 Los diez cuernos representan reyes de naciones que están por surgir. Después de Roma
seguirán otros poderes. Roma es un buen ejemplo de cómo obrará el sistema del anticristo:
exigirá absoluta lealtad, y gobernará mediante un poder descarnado, opresivo y esclavizante.
Sean quienes fueren los diez reyes, le darán poder al anticristo y financiarán la guerra en contra
del Cordero.
17.16 En un cambio espectacular de acontecimientos, los aliados de la gran ramera se vuelven
contra ella y la destruyen. Así funciona el mal. Destructivo por su propia naturaleza, descarta a
sus propios seguidores cuando dejan de serle útiles para sus propósitos. Una alianza impía no es
una alianza fácil porque cada integrante pone en primer lugar sus propios intereses.
17.17 Sin que importe lo que suceda, debemos confiar en que Dios sigue al timón y gobierna, y
llevará a cabo sus planes tal como lo dijo. Sigue usando a las personas que se le oponen para
llevar a cabo su voluntad. Aunque Él permite que el mal penetre el mundo actual, la tierra nueva
nunca conocerá el pecado.
Capítulo 18
18.1ss Este capítulo muestra la destrucción completa de Babilonia, nombre metafórico que
emplea Juan para referirse al poder mundial del maligno y todo lo que este representa. Todo lo
que trata de impedir los propósitos de Dios llegará a tener un fin violento.
18.2,3 Los comerciantes del Imperio Romano se enriquecieron explotando los placeres
pecaminosos de su sociedad. Muchos comerciantes hacen lo mismo hoy. A menudo el comercio
y el gobierno se basan en la avaricia, el dinero y el poder. Mucha gente brillante es motivada a
sacar ventaja de un sistema maligno para enriquecerse. Se exhorta a los cristianos a mantenerse
libres del encantamiento del dinero, la figuración social y la «buena vida». Debemos vivir de
acuerdo con los valores que Cristo vivió mediante el servicio, la entrega, la abnegación, la
obediencia y la verdad.
18.4-8 El pueblo de Babilonia ha vivido en derroches y deleites. Ella alardeó «Yo estoy sentada
como reina[...] no veré llanto». La gente pudiente y poderosa en este mundo es susceptible a esa
misma actitud. Una persona que disfruta de holgura económica con frecuencia se siente
invulnerable, segura y en control de la situación; siente que no necesita de Dios ni de nadie más.
Esa actitud desafía a Dios, y es duro el juicio en su contra. Se nos ha dicho que debemos evitar el
pecado de Babilonia. Si usted tiene seguridad económica, no se sienta satisfecho de sí mismo ni
se engañe por el mito de la autosuficiencia. Use sus recursos para ayudar a otros y fomente el
reino de Dios.
18.9, 10 Los que están atados al sistema del mundo lo perderán todo cuando este se derrumbe. Se
destruirá en una hora lo que se esforzaron por construir toda la vida. Los que trabajan
procurando solo recompensa material no llegarán a tener nada cuando mueran o cuando
desaparezcan sus bienes. ¿Qué podemos llevar a la tierra nueva? Nuestra fe, nuestro carácter
cristiano y nuestra relación con otros creyentes. Eso es más importante que cualquier cantidad de
dinero, poder o placer.
18.9–19 Los que controlan varios sectores del sistema económico gemirán con la caída de
Babilonia. Los líderes políticos gemirán porque fueron los supervisores de la riqueza de
Babilonia y pudieron enriquecerse abundantemente. Los mercaderes gemirán porque desapareció
Babilonia, el mayor cliente de sus productos. Los navegantes ya no hallarán lugar al que llevar
sus productos porque los mercaderes no tendrán a quién venderlos. La caída del mundo impío
afectará a todo el que disfrutó y dependió de su sistema. Nadie quedará sin ser afectado por la
caída de Babilonia.
18.11–13 Esta lista de mercadería ilustra el materialismo extremo de esta sociedad. Pocos de
estos productos son necesarios; mayormente tienen que ver con el lujo. La sociedad se había
desenfrenado hasta el punto de que la gente estuvo dispuesta a emplear sus medios impíos para
satisfacer sus deseos. Aun la gente se convirtió en producto. Las «almas de hombres», los
esclavos, se vendieron a Babilonia.
18.11–19 El pueblo de Dios no debe vivir para el dinero, ya que este no tendrá valor en la
eternidad. Debe mantenerse siempre en guardia en contra de la avaricia, un pecado que se halla
al acecho.
Capítulo 19
19.1ss La alabanza es la respuesta sincera a Dios ofrecida por quienes lo aman. Cuanto más lo
conozca usted y tome en cuenta lo que ha hecho, tanto mayor será su alabanza. La alabanza es el
corazón de la adoración verdadera. Deje que su alabanza a Dios fluya de su reconocimiento de
quién es Él y de lo mucho que lo ama.
19.1–8 Una multitud inmensa inicia el coro de alabanza a Dios por su victoria (19.1–3). Luego
los veinticuatro ancianos se unen al coro (19.4). Por último, el gran coro del cielo una vez más
alaba a Dios. Ha llegado la boda del Cordero (19.6–8). Mateo 25.1–13, donde Cristo compara la
venida de su reino con una boda para la que debemos estar preparados.
19.7, 8 Esta es la culminación de la historia humana, el juicio de los impíos y la celebración de
las bodas del Cordero y su esposa, la Iglesia. La Iglesia está formada por todos los creyentes
fieles de todos los tiempos. La pureza del atavío de la esposa se presenta en contraste con la
impureza del vestido de la gran ramera de 17.4 y 18.16. El atavío de la esposa es la justicia de
los santos. Estas obras de justicia no son actividades religiosas en que los creyentes participan a
fin de alcanzar mérito, sino que reflejan la obra de Cristo al salvarnos (7.9, 14).
19.10 El ángel no acepta el homenaje y la adoración de Juan porque solo Dios es digno de
adoración. Al igual que Juan, sería fácil para nosotros sentirnos abrumados por este espectáculo
profético. Pero Jesucristo es el mensaje principal de la revelación de Dios y su plan de redención
(tal como fue anunciado por los profetas). Al leer el libro de Apocalipsis, no se estanque en todos
los detalles de las visiones terribles. Tome en cuenta que el tema sobresaliente en todas las
visiones es la victoria final de Jesucristo sobre el maligno.
19.11 El nombre «Fiel y Verdadero» contrasta con la infidelidad y falsedad de la Babilonia
descrita en el capítulo 18.
19.11–21 La visión de Juan cambia otra vez. Se abren los cielos y aparece Jesucristo, esta vez no
como Cordero sino como guerrero montado en un caballo blanco (símbolo de victoria).
Jesucristo vino primero como Cordero para ser inmolado por el pecado, pero volverá como
vencedor y Rey para llevar a cabo el juicio (2 Tesalonicenses 1.7–10). Su primera venida trajo
perdón, su Segunda Venida traerá juicio. La línea de batalla ha sido marcada entre Dios y el
maligno, y el mundo está esperando que el Rey cabalgue hacia el lugar de la batalla.
19.12 Aunque a Jesucristo se le llama «Fiel y Verdadero» (19.11) el «Verbo de Dios» (19.13) y el
«REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES» (19.16), este versículo afirma que ningún nombre
le puede hacer justicia. Él es más grande que cualquier descripción o expresión que la mente
humana pudiera idear para Él.
19.16 Este título indica la soberanía de Dios. Gran parte del mundo está adorando al anticristo, el
que creen que tiene todo el poder y autoridad. Luego Cristo viene del cielo cabalgando con su
ejército de ángeles: el «REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES». Su entrada marca el final
de los poderes falsos.
19.17 Esta «gran cena de Dios» es un horrendo contraste con las bodas del Cordero (19.7). Una
es devastación; la otra, celebración.
19.19–21 Se ha marcado la línea de batalla y está a punto de empezar la mayor confrontación en
la historia del mundo. La bestia, el anticristo y el falso profeta han reunido a los gobernantes y
ejércitos de la tierra bajo la dirección del anticristo. Ellos creen haber venido por su propia
voluntad; en realidad, Dios los ha citado para la batalla a fin de derrotarlos. El hecho de que
hayan tenido la presunción de pelear contra Dios demuestra que su orgullo y rebeldía ha
pervertido su pensamiento. Sin embargo, no hay una lucha, porque la victoria fue ganada cuando
Jesucristo murió en la cruz por el pecado y resucitó de entre los muertos. Así los líderes malignos
son apresados de inmediato y enviados a su castigo, y se aniquilan todas las fuerzas del mal.
19.20 El lago de fuego es el destino final del impío. Es diferente del pozo del abismo al que se
refiere en 9.1. El anticristo y el falso profeta son arrojados en el lago de fuego. Luego su líder,
Satanás, es lanzado allí (20.10) y, por último, la muerte y el Hades (20.14). En otras palabras,
todo aquel cuyo nombre no esté registrado en el libro de la vida será enviado al mismo destino
(20.15).
Capítulo 20
20.1 El ángel y el pozo del abismo se explican en de 9.1 y 19.20.
20.2 El dragón es atado con cadenas, no como castigo —eso ocurre en 20.10— sino para evitar
que siga engañando a las naciones.
20.2–4 A menudo se refieren los mil años al milenio (del latín millennium, = «mil»). Las tres
opiniones más notables al respecto son el postmilenarismo, el premilenarismo y el amilenarismo.
(1) El postmilenarismo espera un período literal de mil años en que la Iglesia traerá paz en la
tierra. Al final de los mil años, se pondrá en libertad a Satanás una vez más, pero luego Cristo
volverá para derrotarlo y reinar para siempre. La Segunda Venida de Cristo no tiene lugar sino
hasta que finalice el período de los mil años.
(2) El premilenarismo también ve los mil años como un período literal, pero sostiene que la
Segunda Venida de Cristo inicia los mil años del reinado, que tiene lugar antes que se quite
definitivamente a Satanás.
(3) El amilenarismo entiende el período de mil años como simbólico y que comprende el tiempo
de la ascensión de Cristo y su venida. Este milenio es el reinado de Cristo en el corazón de los
creyentes y en su Iglesia; esta es otra manera de referirse a la era de la Iglesia. Este período
terminará con la Segunda Venida de Cristo.
Estos diferentes puntos de vista acerca del milenio no tienen por qué causar división y
controversia en la Iglesia, porque cada uno de ellos toma en cuenta lo que es más importante en
el cristianismo: ¡Cristo volverá, derrotará a Satanás y reinará para siempre! Sea lo que fuere y
cuando fuere el milenio, Jesucristo unirá a todos los creyentes; por lo tanto, no debemos permitir
que este asunto nos divida.
20.3 Juan no dice por qué Dios pone en libertad una vez más a Satanás, pero es parte de su plan
para juzgar al mundo. Es posible que sea para poner al descubierto a quienes se rebelan en su
corazón contra Dios y para confirmar a los que son fieles a Dios. Sin que importe cuál sea la
razón, la libertad de Satanás resulta en la destrucción final de toda maldad (20.12–15).
20.5, 6 Los cristianos mantienen dos puntos de vista fundamentales relacionados con la primera
resurrección:
(1) Algunos creen que la primera resurrección es espiritual (en nuestro corazón cuando nos
salvamos) y que el milenio es nuestro reinado espiritual con Cristo entre su primera y su
Segunda Venida. En ese lapso somos sacerdotes de Dios porque Cristo reina en nuestro
corazón. Según este punto de vista, la segunda resurrección es la resurrección corporal de
todas las personas para el juicio.
(2) Otros creen que la primera resurrección tendrá lugar después que Satanás sea anulado. Es
una resurrección física de los creyentes, los que luego reinarán con Cristo en la tierra durante
mil años. La segunda resurrección ocurre al final de este milenio a fin de juzgar a los no
creyentes que hubieran muerto.
20.6 La muerte segunda es muerte espiritual, separación eterna de Dios (21.8).
20.7–9 Gog y Magog simbolizan todas las fuerzas del mal que se unen para enfrentarse a Dios.
El hijo de Noé, Jafet, tuvo un hijo llamado Magog (Génesis 10.2). Ezequiel presenta a Gog como
un líder de fuerzas que se levantan contra Israel (Ezequiel 38; 39).
20.9 Esta no es una batalla típica en la que el resultado está en duda durante el fragor del
conflicto. Aquí no hay competencia. Hay dos fuerzas poderosas del mal, las que vienen de la
bestia (19.19) y de Satanás (20.8), unidas para enfrentarse a Dios. La Biblia emplea dos
versículos para describir cada batalla: la bestia y sus fuerzas son apresadas y lanzadas en el lago
de fuego (19.20, 21), y el fuego de Dios consume a Satanás y sus fuerzas (20.9, 10). Para Dios es
de lo más sencillo. No habrá duda ni temor en los creyentes acerca de si escogieron el lado
correcto. Si usted ha escogido a Dios, experimentará esa formidable victoria con Cristo.
20.10 El poder de Satanás no es eterno; se enfrentará su condena. Empezó su obra maligna en la
humanidad al principio (Génesis 3.1–6) y la continúa hoy; pero será destruido cuando sea
lanzado en el lago de fuego. El diablo será liberado del pozo del abismo («su prisión», 20.7);
pero nunca se le sacará del lago de fuego. Nunca más volverá a engañar a nadie.
EL COMIENZO Y EL FIN:
La Biblia registra los inicios del mundo y su fin. La historia de la humanidad, desde su comienzo hasta su
fin, desde su caída en el pecado hasta la redención de Cristo y la victoria final de Dios sobre el maligno
Génesis Apocalipsis
20.12-15 En el juicio, se abren los libros. Representan el juicio de Dios y en ellos están
registradas las obras de cada uno, buenas o malas. No somos salvos por obras, pero estas se ven
como una clara evidencia de la relación de una persona con Dios. El libro de la vida contiene los
nombres de quienes han puesto su confianza en Cristo para ser salvos.
20.14 La muerte y el Hades son lanzados al lago de fuego. Ha terminado el juicio de Dios. El
lago de fuego es el destino final de todo lo impío: Satanás, la bestia, el falso profeta, los
demonios, la muerte, el Hades y todos aquellos cuyos nombres no han sido inscritos en el libro
de la vida porque no pusieron su fe en Jesucristo. La visión de Juan no permite ninguna
transigencia en el juicio de Dios. Si por la fe no nos hemos identificado con Cristo, confesándolo
como Señor, no habrá esperanza alguna, ninguna segunda oportunidad, ninguna otra apelación.
Capítulo 21
21.1 La tierra tal como la conocemos no permanecerá para siempre, pero luego del gran juicio de
Dios, Él creará una nueva tierra (Ro. 8.18–21; 2 Pe. 3.7–13). También Dios le había prometido a
Isaías que crearía una tierra nueva y eterna (Is. 65.17; 66.22). Se veía el mar en la época de Juan
como peligroso y cambiante. Era también el lugar de procedencia de la bestia (13.1). No
sabemos qué apariencia tendrá o dónde estará, pero Dios y sus seguidores, aquellos cuyos
nombres están escritos en el libro de la vida, se unirán para vivir allí por siempre.
21.2, 3 La nueva Jerusalén es donde Dios mora entre su pueblo. En lugar de que subamos, Él
bajará para estar con nosotros, al igual que cuando Dios se hizo hombre en Jesucristo y vivió
entre nosotros (Juan 1.14). Dondequiera que Dios reina, hay paz, seguridad y amor.
21.3,4 ¿Se ha preguntado cómo será semejante la eternidad? Se describe la ciudad santa, la
«nueva Jerusalén», como el lugar donde Dios «enjugará toda lágrima de los ojos de ellos». Más
aun, no habrá muerte, dolor, tristeza ni llanto. Sin que importe lo que esté pasando, esta no es la
última palabra, Dios ha escrito el capítulo final y tiene que ver con la satisfacción legítima y el
gozo eterno de quienes lo aman. No sabemos todo cuanto quisiéramos, pero es suficiente saber
que la eternidad con Dios será más hermosa de lo que jamás hayamos imaginado.
21.5 Dios es el Creador. La Biblia empieza con la historia majestuosa de su creación del universo
y concluye con su creación de un cielo y tierra nuevos. Esta es una esperanza maravillosa y es
aliento para el creyente. Cuando estemos con Él, con nuestros pecados perdonados y nuestro
futuro asegurado, seremos como Cristo. Seremos perfectos como Él.
21.6 Así como Dios terminó la obra de la creación (Génesis 2.1–3) y Jesucristo acabó la obra de
redención (Juan 19.30), la Trinidad también terminará la totalidad del plan de la salvación al
invitar a los redimidos a entrar en la nueva creación.
21.7, 8 Los «cobardes» no son los pusilánimes en su fe ni los que algunas veces dudan, sino los
que se apartan de Dios y ya no lo siguen. No son lo bastante valientes para luchar por Cristo; no
son lo bastante humildes para aceptar su autoridad sobre sus vidas. Se ponen en la misma lista
con los incrédulos, abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los mentirosos y los
idólatras. Los vencedores son los que perseveran hasta el fin (Marcos 13.13). Ellos recibirán las
bendiciones que Dios ha prometido:
(1) Comer del árbol de la vida (2.7),
(2) Escapar del lago de fuego (la «segunda muerte», 2.11),
(3) Tener un nombre especial (2.17),
(4) Tener poder sobre las naciones (2.26),
(5) Ser incluidos en el libro de la vida (3.5),
(6) Ser una columna en el templo espiritual de Dios (3.12), y
(7) Sentarse con Cristo en su trono (3.21).
Los que soportan la prueba del mal y permanecen fieles serán premiados por Dios.
21.8 La muerte segunda es muerte espiritual y significa tormento eterno o destrucción. En uno u
otro caso, es separación permanente de Dios.
21.10ss Es una descripción imponente de la nueva ciudad de Dios. La visión es simbólica y nos
muestra que nuestro nuevo hogar con Dios está más allá de toda descripción. No seremos
defraudados de ninguna manera.
21.12–14 La nueva Jerusalén es una figura del futuro hogar de Dios para su pueblo. Es probable
que las doce tribus de Israel (21.12) representen a todos los fieles del Antiguo Testamento y que
los doce apóstoles (21.14) representen la Iglesia. De modo que los creyentes gentiles y judíos
que han sido fieles a Dios vivirán juntos en la nueva tierra.
21.15–17 Las medidas de la ciudad simbolizan un lugar que albergará a todo el pueblo de Dios.
Expresadas en codos, estas medidas son múltiplos de doce. Doce es el número para el pueblo de
Dios: hubo doce tribus en Israel y doce apóstoles que dieron comienzo a la Iglesia. El muro tiene
un espesor de 144 (12 x 12) codos (64 m), hay 12 capas en el muro, y doce puertas en la ciudad;
y la altura, longitud y anchura son todas las mismas: 12,000 estadios (2,200 km). La nueva
Jerusalén es un cubo perfecto, la misma forma del Lugar Santísimo en el templo (1 Reyes 6.20).
Estas medidas revelan que este nuevo hogar será perfecto para nosotros.
21.18-21 La descripción del muro hecho de joyas muestra que la nueva Jerusalén será un lugar
de pureza y durabilidad, y perdurará por siempre.
LO QUE SABEMOS ACERCA DE LA ETERNIDAD
Referencia Descripción
Juan 20.19, 26 Sin límites para las propiedades físicas (1 Corintios 15.35–49)
Apocalipsis 21.3 Una experiencia nueva de la presencia de Dios (1 Corintios 13; 12)
La Biblia dedica mucho menos espacio a describir la eternidad que a intentar convencer a las
personas de que la vida eterna está disponible como don de Dios. A gran parte de las breves
descripciones de la eternidad se les pudiera llamar más apropiadamente imágenes, ya que
emplean términos y conceptos de la experiencia presente para describir lo que no es posible
entender totalmente hasta que estemos allí en persona. Estas referencias apuntan aspectos de
lo que será nuestro futuro si aceptamos el don de Cristo de vida eterna.
21.22-24 El templo, centro de la presencia de Dios entre su pueblo, fue el primer lugar de
adoración. Sin embargo, en la ciudad nueva la presencia de Dios estará en todas partes. Será
adorado en toda la ciudad, y nada podrá impedirnos que estemos con Él.
21.25–27 No todos serán admitidos en la nueva Jerusalén, «solamente los que están inscritos en
el libro de la vida del Cordero». No piense que usted entrará allí por su origen, personalidad ni
buena conducta. La vida eterna está a su disposición solo por lo que ha hecho Jesucristo, el
Cordero. Confíe en Él hoy para asegurar su ciudadanía en su nueva creación.
Capítulo 22
22.1 El agua de vida es símbolo de vida eterna. Jesús empleó ese mismo símbolo con la mujer
samaritana (Juan 4.7–14). Describe la plenitud de vida con Dios y la bendición eterna que viene
cuando creemos en Él y le permitimos satisfacer nuestra sed espiritual (véase 22.17).
22.2 Este árbol de la vida es semejante al árbol de la vida del huerto del Edén (Génesis 2.9).
Después que Adán y Eva pecaron, se les prohibió que comieran del árbol de la vida porque no
podrían tener vida eterna mientras permanecieran bajo el dominio del pecado. Pero gracias al
perdón de pecado mediante la sangre de Cristo, no habrá maldad ni pecado en esa ciudad.
Podremos comer libremente del árbol de la vida cuando sea destruido el control que tiene sobre
nosotros el pecado y se asegure nuestra eternidad con Dios.
22.2 ¿Por qué será necesario que se sanen las naciones si el mal ya no existe? Juan se refiere a
Ezequiel 47.12, donde el agua que salía del templo producía árboles con hojas curativas. Él no
está indicando que habrá enfermedad en la nueva tierra, sino que el agua de vida produce salud y
fuerza dondequiera que vaya.
22.3 «Y no habrá más maldición» significa que nada maldito estará en la presencia de Dios. Eso
cumple la profecía de Zacarías 14.11.
22.8, 9 Oír o leer el relato de un testigo ocular es lo mejor que uno puede hacer si es que no ha
podido observarlo personalmente. Juan fue testigo de los acontecimientos descritos en
Apocalipsis y los escribió para que pudiéramos ver y creer al igual que él vio y creyó. Si ha leído
hasta aquí, usted ha visto. ¿Ha creído también?
22.8, 9 El primero de los diez mandamientos es «No tendrás dioses ajenos delante de mí»
(Éxodo 20.3) Jesús dijo que el mayor mandamiento de Moisés fue: «Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mateo 22.37). Aquí, al final de la
Biblia, se reitera esa verdad. El ángel instruye a Juan: «Adora a Dios». Solo Dios es digno de ser
adorado. Él está por encima de la creación, aun sobre los ángeles. ¿Hay personas, ideas, metas o
posesiones que ocupan un lugar principal en su vida, desplazando a Dios? Adore solo a Dios; no
permita que nadie lo distraiga de su devoción a Él.
22.10, 11 El ángel le dice a Juan lo que debe hacer después que termine la visión. En lugar de
sellar lo que ha escrito, como se le ordenó hacer a Daniel (Daniel 12.4–12), el libro debe quedar
abierto para que todos lo lean y comprendan. El mensaje de Daniel fue sellado porque no era un
mensaje para aquella época. Pero el libro de Apocalipsis fue un mensaje para los días de Juan, y
también es pertinente hoy. A medida que se acerca la venida de Cristo, hay cada vez una mayor
polarización entre los seguidores de Dios y los de Satanás. Debemos leer el libro de Apocalipsis,
oír su mensaje y estar preparados para la inminente venida de Cristo.
22.12–14 Los que están lavando sus ropas son los que tratan de purificarse de un estilo de vida
pecaminoso. Cada día están procurando mantenerse fieles y estar preparados para la venida de
Cristo.
22.14 En el Edén, a Adán y Eva se les impidió que disfrutaran del árbol de la vida por causa de
su pecado (Génesis 3.22-24). En la nueva tierra, el pueblo de Dios comerá del árbol de la vida
porque se han quitado sus pecados por la muerte y resurrección de Cristo. Los que coman del
fruto de este árbol vivirán para siempre. Si Jesucristo lo ha perdonado de sus pecados, tendrá el
derecho de comer de ese árbol.
22.15 No se conoce la ubicación exacta de estos pecadores, ni tampoco es importante conocerla.
Ellos están afuera. Fueron juzgados y condenados en 21.7–8. El énfasis es que nada maligno ni
pecador estará en la presencia de Dios para corromper o hacer daño a cualquiera de los fieles.
22.16 Jesucristo es la «raíz» y el «linaje de David». Como Creador de todo, Él ha existido mucho
antes que David. Como ser humano, sin embargo, fue uno de los descendientes directos de David
(Is. 11.1–5; Mt. 1.1–17). Como el Mesías, es la «estrella resplandeciente de la mañana», la luz de
salvación para todos.
22.17 Tanto el Espíritu Santo como la Esposa, la Iglesia, extienden la invitación a todo el mundo
para que acuda a Jesucristo y experimente las alegrías de la salvación en Cristo.
22.17 Cuando Jesús se encontró con la mujer samaritana en el pozo, le dijo que podía darle agua
viva (Jn 4.10–15). Esa metáfora se emplea una vez más cuando Cristo invita a todos a que
acudan a Él para que beban del agua de la vida. El evangelio tiene un alcance ilimitado: todas las
personas de todo lugar pueden recibirlo. No se puede ganar la salvación; Dios la da
gratuitamente. Vivimos en un mundo sediento del agua de la vida, y muchos mueren de sed. Hoy
no es demasiado tarde. Invitemos a todos a que acudan a Cristo y beban de esa agua.
22.18, 19 Esta advertencia es para quienes intencionalmente tergiversan el mensaje de este libro.
Moisés hizo una advertencia similar en Dt. 4.1–4. Nosotros también debemos usar la Biblia con
cuidado y gran respeto, no tergiversemos su mensaje, ni siquiera sin intención. Debemos estar
dispuestos a poner en práctica sus principios en nuestra vida. Ninguna interpretación humana de
la Palabra de Dios debe estar por encima de la autoridad del texto mismo.
22.20 No sabemos ni el día ni la hora, pero Jesucristo viene pronto y en un momento en que
nadie lo espera. Esa es una buena noticia para los que confían en Él, pero un mensaje terrible
para quienes lo han rechazado y están condenados. En breve significa en cualquier instante, y
debemos estar siempre preparados para su venida. ¿Podría sorprenderlo Jesucristo?
22.21 Apocalipsis pone fin a la historia humana así como Génesis le da inicio en el paraíso. Pero
hay una diferencia notable en Apocalipsis: el mal deja de existir para siempre. Génesis describe a
Adán y Eva que caminan y hablan con Dios; Apocalipsis describe a las personas que lo adoran
cara a cara. Génesis describe un huerto con una serpiente maligna. Apocalipsis describe una
ciudad perfecta sin maldad. El huerto del Edén fue destruido por el pecado, pero el paraíso es
creado en la nueva Jerusalén.
El libro de Apocalipsis termina con una exhortación urgente: «Ven, Señor Jesús». En un mundo
de problemas, persecución, maldad e inmoralidad, Cristo nos llama a permanecer en nuestra fe.
Nuestros esfuerzos por mejorar nuestro mundo son importantes, pero sus resultados no pueden
compararse con la transformación que Jesucristo traerá consigo cuando vuelva. Solo Él controla
la historia humana, perdona el pecado y volverá a crear la tierra y traerá paz duradera.
Apocalipsis es sobre todo un libro de esperanza. Muestra que, sin que importe lo que ocurra en la
tierra, Dios está al mando. Promete que el mal no permanecerá para siempre. Y describe la
recompensa maravillosa que les aguarda a todos los que creen en Jesucristo como Señor y
Salvador.
GUIA DE ESTUDIO PARA EL EXAMEN FINAL DEL CURSO DE APOCALIPSIS
Doctrina de la Trinidad: Ap 1:4-5. “...del que es y que era y que ha de venir”, es decir, Dios el
Padre; “ de los siete espíritus que están delante del trono”, esto es del Espíritu Santo; y de
Jesucristo el testigo fiel”, es decir, de nuestro Señor Jesucristo
Doctrina de Dios: Dios es Soberano, Creador (Ap 4:11), quien es digno de recibir la gloria, y
la honra y el poder, tanto por ser el Creador como el Sustentador providencial del universo.
En Ap 4:2 Juan ve “ en el trono a uno sentado lleno de magestad y gloria (4:3-5). Es adorado,
servido y temido (Ap 5:1 y 7:15). El es quien hace nuevas todas las cosas (Ap 21:5) y de su
trono fluye la bendición como un río limpio de agua de vida (Ap 22:1). Dios es reconocido
como el Todopoderoso (ho pantokrator – ho pantokrátor) que destaca el poder soberano
de Dios ( Ap. 4:8; 11:17; 15:3; 16:7,14; 19:6,15)
La Santidad de Dios: Dios posee perfección absoluta en todas sus áreas Ap 4:8; 6:10;
15:4;16:5( ho hósios – jo hósios-)
La Justicia de Dios: Todos los actos de Dios armonizan perfectamente con su santidad.
Justicia perfecta, juicios justos (Ap 15:4; 16:5; 16:7; 19:11;15:3)
Dios y su relación con el mundo: Apocalipsis presenta a Dios como el Soberano,
Todopoderoso y Creador del universo (Ap 1:8; 4:8; 11:17; 15:3; 16:7,14; 19:6,15; 21:22)
Cristología en el Apocalipsis: Dado que apocalipsis es la revelación de Jesucristo, es un libro
eminentemente cristológico. Presenta a Cristo glorificado.
a) Su Humanidad: Semejante al Hijo del Hombre (Ap 1:3), mención de su muerte (Ap 1:7,18),
Raiz de David y Cordero como inmolado (Ap 5:5,6)
b) Su Deidad: “Yo soy el Alfa y la Omega principio y fin, el que es y que era y que ha de
venir, el Todopoderoso (Ap 1:8); El Hijo de Dios (Ap 2:18); El Santo, el Verdadero (Ap
3:7); es Señor (Ap 1:8; 11:8); es Rey de Reyes y Señor de Señores (Ap 17:14 y 19:16)
c) Su resurrección: Ap 1:5 “ el primogénito de los muertos”; Ap 1:18 el que vivo y estuve
muerto...
d) Su obra salvadora (Soteriología): Ap. 1:5 El nos lavó de nuestros pecados con su sangre. Se
habla 29 veces de Cristo como el Cordero
“Y el Espíritu y la Esposa dicen ven (Ap 22:17)
Doctrinas del hombre y del pecado: “todo lo creado” (hombre) Ap 5:13, “los que moran en la
tierra” (Ap 3:10, 6:10; 8:13)El hombre aparece en su rebeldía manifiesta contra Dios, aun
cuando se ve seriamente afectado por los justos juicios de Dios (Ap 9:18-21; 16:9,21)
Doctrina de las Escrituras: De los 404 versículos 278 hacen alusión al antiguo testamento.
Contien palabras fieles y verdaderas (Ap 22:6)
Doctrina de los Angeles: Son mensajeros Ap 1; Aparecen en las escenas celestiales Cap 4,5.
Tocan las 7 trompetas Caps. 8 y 11; Derraman las copas de la ira Ap 15,16
Doctrina de la Iglesia: Prsenta 7 iglesias locales con identidad , dirigente, cualidades,
errores, exortación, recomendación, promesas a cada una. Dios mora en ellas Ap. 1,2,3.
Doctrina de satanás: Adversario (satanás) Ap 2:9,13,24; 3:9; 12:9 y 20:2,7. Diablo o
acusador: Ap 2:10, 12:9,12 y 20:10. Dragón Ap 12:3; 13:2; 20:2. Serpiente antigua Ap 12:9,
14:15 y 20:2
Doctrina de las últimas cosas (Escatología): Presenta los juicios que precederan la 2ª. Venida
de Cristo en relación especial con la nación de Israel y con los gentiles que han rechazado el
emnsaje de la gracia de Dios (Ap 6-12). Ministerio del anticristo (Ap 13); juicio de su reino
de tinieblas (Ap 16) y la destrucción del sistema de pecado simbolizado por Babilonia (Ap
17-18)
Apocalipsis presenta la 2ª. Venida de Cristo como personal, corporal, visible, gloriosa y
judicial ( Ap 1:7,8; 11:15-19; 14:14-20; 15:3,4; 17:14; 19:11-21), Victoriosa (Ap 19);
Establecimiento de su reino (Ap. 20) y la creación de nuevos cielos y nueva tierra (Ap 21-
22)
GUIA DE ESTUDIO PARA EL EXAMEN FINAL DEL CURSO DE APOCALIPSIS