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IDEAS

GENERALES SOBRE EL CONTROL DE ESFÍNTERES

El control de esfínteres es un proceso madurativo en todos los órdenes, fisiológico,


cognitivo y emocional no depende del deseo ni la voluntad del niño. Es un periodo que
en muchos casos supone tensión tanto para los niños como para las madres, sobre
todo cuando el niño tarda en lograrlo.

Es importante tener en cuenta los siguientes aspectos: el nivel madurativo de los


órganos que hacen posible el control; el momento evolutivo por el que pasa el niño; la
importancia de la actitud del adulto, sus expectativas, etc.

El nivel madurativo de los órganos.

La mayoría de los niños coinciden en controlar el pipí y la caca entre los dos y tres años
pero esto no quiere decir que no sea normal el que haya algún niño que lo logre antes
y sobre todo, más tarde.

El control nocturno suele producirse más tarde y algunos niños tardan incluso hasta los
4 o 5 años. Es a partir de esta edad (5 años) cuando nos podemos plantear que puede
haber algún problema y es momento de acudir al pediatra para que le haga un
reconocimiento y nos de pautas para trabajar la enuresis.

Unas pautas a seguir para evitar hacerse pipí por la noche serían:

- Disminuir el consumo de líquido durante la tarde y horas previas a acostarse a


dormir.

- Hacer pipí justo antes de dormirse.

- Es importante facilitarles el acceso al baño. Una luz encendida o una linterna.

- El pijama también debe ser práctico para facilitarles ir al baño.

Datos a tener en cuenta:

- Por lo general, el control de esfínteres comienza primero de día y luego de noche.

- Suele controlarse primero el pipí y luego la caca.

- Suelen controlar entre los 2 y 3 años.


- El control nocturno suele tardar un poco más incluso hasta los 5 años.

- El control definitivo se da aproximadamente a los 6 años.

- Ante cualquier situación especial es esperable que se den retrocesos. (Nacimiento de


un nuevo hermanito, separación padres….)

La importancia de la actitud del adulto.

No hay fórmulas generales que se puedan aplicar a todos los niños. Cada niño sigue un
proceso distinto en su maduración. Hay una labor educativa que comienza mucho
antes de plantear las pautas del control. Trabajar la atención, el lenguaje, motivar el
interés por el aprendizaje, trabajar el conocimiento corporal….son bases necesarias
que contribuirán al desarrollo de la adquisición de la autonomía.

Los padres deben concebir el control de esfínteres como el culmen de un proceso


madurativo y no como un adiestramiento. Debemos acompañar al niño ayudándole a
que crezca en autonomía y tenga una imagen positiva de sí mismo.

Debemos tener una actitud flexible y serena.



Victoria

Departamento de psicopedagogía y orientación escolar

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