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Se trata de un andamiaje filosófico que une la hermenéutica analógica con una vertebración

pedagógica

el maestro es sin duda un hermeneuta, que interpreta a sus alumnos, para darles lo que necesitan
y lo que esperan de él, lo que les es indispensable y también lo que los motiva, para que el
aprendizaje sea mejor

es conveniente ser conscientes de que se educa desde lo cotidiano y, en definitiva, para lo


cotidiano, ya que es para esa vida cotidiana para la que se intenta educar al individuo

Una hermenéutica analógica irá a sus anchas con una pedagogía de lo cotidiano, pues ambas
buscan ese punto medio virtuoso o de la virtud (areté)

A educación de la pedagógia de lo cotidiano es más de autoformación que heteroformación

La enseñanza educativa de la hermenéutica analógica puede sintetizarse en esta tesis: hay que
desarrollar seres humanos virtuosos

el maestro es un ícono para el alumno, es decir, un paradigma de lo que tiene que hacer

el educador y/o educadora debe saber que su proceder es significativo –que su mostrar dice–, y
que por ello exhibe tanto un comportamiento moral como uno ejecutivo, realizador, pragmático,
que debe promover en lo fundamental la conformación de virtudes cognitivas, epistémicas, lógicas
y operativas y/o instrumentales de lo que educa

“Parece que sólo puede indicarse, mostrarse, a través de una conducta virtuosa que el aprendiz va
detectando en el maestro y asimilando en su propio interior

Hay que entender a “la virtud [entre otras definiciones] como disposición adquirida en el diálogo y
el acompañamiento maestro-alumno

¿Cuáles son los conocimientos filosóficos mínimos que deben tener los trabajadores y/o
trabajadoras de la educación? Una ontología, que le permita tener una noción del ser. Una teoría
del conocimiento

Una indispensable antropología filosófica. La definición de ser humano siempre ha de estar


presente en la teoría y práctica educativas, tanto para saber cómo es el ser humano que educamos
como para tener claro cual deseamos conformar

Una ética o teoría moral, que le permita normar su práctica, entendiendo que el trabajador y/o
trabajadora de la educación enseña más por lo que muestra que por lo que dice, y que su cuerpo –
su presentarse en la comunidad– es un ícono que indica la totalidad de su ser, que es percibido en
primer lugar intuitivamente, pero conlleva su integración completa.

Una filosofía de la historia que le dé tanto la dirección de la dinámica de la sociedad donde actúa,
como la actualización de sus conocimientos para estar viviendo en presente, en el límite mayor de
su tiempo.

Una estética, que le facilite tanto el actuar bello y armónico como buscar tales resultados en quien
forma
La hermenéutica es la disciplina de la interpretación. Trata de comprender textos, y los textos
pueden ser de varios tipos: escritos, hablados, actuados, etc

La hermenéutica, en autores como Gadamer, nos trata de hacer conscientes de que interpretar es
poner un texto en su contexto, esto es, como poner lo particular en lo universal, un objeto cultural
en una tradición cultural.

De hecho, la hermenéutica se puede aplicar a la interacción educativa, ya que ésta se da en el


diálogo, y la hermenéutica puede tomar como texto a interpretar la acción significativa, en la que
el diálogo adquiere una presencia de importancia singular. Al interpretar la acción significativa que
se da en el aula, la hermenéutica nos puede ayudar a comprender lo que conviene que hagan el
maestro y el alumno, de acuerdo con las necesidades, deseos y expectativas de uno y otro, con lo
cual se podrá fomentar la acción conducente

Uno de los puntos donde se puede aplicar la hermenéutica en la educación es en entender y


comprender. No basta sólo con entender, muchas veces entendemos algo y no comprendemos su
cabal significado ni su porqué. En esos casos es cuando interviene la hermenéutica, para buscar la
comprensión además del entendimiento; y, sobre todo, se necesita más cuando hay más sentidos
en lo que se está tratando de comprender.

La pedagogía de lo cotidiano es, como su mismo nombre lo indica, una propuesta educativa que
trata de abarcar no solamente lo relativo a la escuela, sino a otros ámbitos de la vida

A las intencionalidades del hombre hay que darles cauce; ésa es la educación

la educación en virtudes es un paradigma o modelo, al que se está regresando en la filosofía y la


pedagogía más recientes. Las virtudes son las que dan un cauce a las acciones propias de cada
facultad. Ellas dan a esas acciones un proceder mejor, un modo de proceder más fácil y hasta
deleitoso, Las virtudes son hábitos que cualifican al individuo; se van haciendo con la repetición de
actos virtuosos, hasta que queda la calidad que ya hace actuar al hombre según esa virtud. La
repetición de actos es la parte mecánica y material, y la cualidad o cualificación es la parte o
aspecto formal y propio

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