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VIEJA LLAVE AMADO NERVO

VIEJA LLAVE Y OTROS ENSAYOS


SOBRE POESÍA DE AMADO NERVO.
SIETE ENSAYOS CORTOS MÁS UNO LARGO
VIEJA LLAVE AMADO NERVO
VIEJA LLAVE Y OTROS ENSAYOS
SOBRE POESÍA DE AMADO NERVO.
SIETE ENSAYOS CORTOS MÁS UNO LARGO

Rodolfo Pérez Rosales


Roberto Sandoval Castañeda
Gobernador Constitucional del Estado de Nayarit
Presidente de la Comisión Estatal Organizadora para la Conmemoración del Centenario de Nayarit
como Estado Libre y Soberano (1917-2017)

María Cristina García Cepeda


Secretaria de Cultura

José Inés Enríquez Ledesma


Director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit
Coordinador General y Secretario Técnico de la Comisión Estatal Organizadora

Primera Edición: Mayo 2017


D.R. © 2017, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit
Av. I. Allende 42 Oriente, Col. Centro, C.P. 63000, Tepic, Nayarit, México.

Coordinadora de la Subcomisión Editorial de la Enciclopedia Centenario de Nayarit:


Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara
Título de la Colección: Enciclopedia Centenario de Nayarit
Título de la obra: Vieja llave Amado NervoVieja llave y otros ensayos sobre poesía de Amado Nervo. Siete
ensayos cortos más uno largo
Autor: Rodolfo Pérez Rosales
Tomo: 55 de 100
Corrección: Néstor Francisco Flores Ortega
Diseño y Composición: Sthephany M. Ramírez Nava
Cuidado de Edición: Vianey C. Casillas Vázquez
Coordinador de la Edición: Luis Carlos Peregrina Gutiérrez
Producción Editorial: Visual Arte

ISBN de la Colección: En trámite


ISBN de la obra: En trámite

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni
su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por
escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
Presentación

C omo parte de las actividades conmemorativas por el Centenario de Nayarit, el


Gobierno del Estado de Nayarit a través del Consejo Estatal para la Cultura y las
Artes, convocó a la sociedad nayarita a participar en la integración de una Enciclo-
pedia Temática, como una forma de contribuir al enriquecimiento del patrimonio
de nuestra Entidad y documentar los acontecimientos de los primeros cien años de
Nayarit como Estado Libre y Soberano.
Los frutos del arte y la cultura germinan en esta tierra ardiente que ha sido cuna
de grandes artistas y personajes ilustres, pero que también es casa de cinco pueblos,
que hoy por hoy nos enorgullecen y ennoblecen como herederos del gran Nayar, de
este Hijo de Dios que está en cielo y en el sol.
Ahora tienes en tus manos el fruto de un arduo trabajo y a la vez satisfactorio.
Incluye aportaciones de la ciudadanía y de artistas, creadores, gestores y promotores
culturales, sumando su talento y su experiencia a este magno proyecto. Felicidades
a todos los integrantes de esta enciclopedia temática. Con emoción desbordada, la
compartimos.

José Inés Enríquez Ledesma


Director General del Consejo Estatal
para la Cultura y las Artes de Nayarit
Presentación

L a Enciclopedia Centenario de Nayarit es una aspiración largamente anhelada y


un espacio para conjuntar diversas aportaciones sobre los acontecimientos de
los cien años de Nayarit como Entidad Federativa (1917-2017), por lo que se propo-
ne constituir un acervo sobre la entidad.
El pasado influye en el presente, ya sea como testimonios especializados o como
apropiaciones a partir de la memoria colectiva. Por ello, las obras que integran la
presente Enciclopedia recuperan trabajos específicos individuales y de colectivida-
des. Son particularmente importantes las contribuciones desde los municipios, los
pueblos originarios, el personal del mundo académico, periodistas, historiadores,
expertos: hombres y mujeres que desde diversos lugares participan en la documen-
tación del Nayarit que habitamos.
Así como vivimos en múltiples presentes también el pasado es múltiple, de
ahí que la presente obra es una mirada a algunos de los pasados transcurridos en
Nayarit a partir de microhistorias de comunidades, movimientos sociales, ensayos,
monografías, trabajos especializados sobre el territorio y la naturaleza, análisis de
sectores económicos, acontecimientos políticos, historias de instituciones, docu-
mentación de la vida cotidiana, personajes destacados en el arte, la gastronomía, el
deporte, los oficios; aportaciones culturales, testimonios de vida y otros.
Con la presentación de la Enciclopedia Centenario de Nayarit queremos contri-
buir a la formación de una consciencia histórica, de una memoria colectiva sobre lo
que somos en aras de lo que queremos ser a partir de una polifonía de voces.
Gracias a quienes participan en esta propuesta, a la Universidad Autónoma de
Nayarit y al Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit.

Subcomisión Editorial de la Enciclopedia Centenario de Nayarit

Lourdes C. Pacheco Ladrón de Guevara


Coordinadora

Integrantes
Clara Orizaga Rodríguez, Socorro Varela Hernández,
Pedro Luna Jiménez, Rodolfo Alonso Dagnino Mondragón,
Raúl Andrés Méndez Lugo y Luis Fernando Jiménez Zurita
ÍNDICE

11 PRESENTACIÓN

16 VIEJA LLAVE

28 ASTROS

42 YO ESTABA EN EL ESPACIO

56 EL GRAN VIAJE

68 LOS POZOS

80 LOS CUATRO CORONELES

80 DE LA REINA

92 DOS SIRENAS

102 LA BIBLIA COMO FUENTE DE INSPIRACION


EN LA POESIA DE AMADO NERVO
102 El Poeta Creyente. Una Presentacion.
104 Dios
112 Jesucristo
120 La Fe
124 El Pecado
127 La Muerte
133 El Evangelio
138 La Caridad
142 La Sed
144 La Existencia
146 La Lámpara
147 El Cuerpo
149 La Montaña

153 COLOFON
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

PRESENTACIÓN

E l presente trabajo nació de la inquietud por conocer más sobre la obra de Ama-
do Nervo desde la perspectiva del examen particularizado de algunas compo-
siciones claves en su producción literaria. Se escogió una muestra de siete poesías
completas de entre sus libros En Voz Baja, Serenidad, Elevación y El Estanque de los
Lotos; analizándose cada una de ellas hasta obtener un conjunto de ensayos cortos
estandarizados bajo un nuevo concepto de incorporación de textos selectos toma-
dos de la prosa, al cuerpo del escrito, además de la utilización de fuentes adicionales
relacionadas con el tema tratado.
Los cuatro libros comprenden un periodo productivo que abarca de 1906 a
1917, el cual es representativo no sólo de la etapa de madurez del poeta, sino de su
ciclo más fecundo en función de las líneas de pensamiento poético abordadas y el
desarrollo de ideas gestadas previamente en su prosa. Su estilo literario se adecuó
a los nuevos lenguajes en boga y a las tendencias de la época hasta culminar en la
prosa rimada de Elevación. Una era caracterizada por la Primera Guerra Mundial
y otros sucesos que cambiaron el curso de la historia. A nivel personal, también
ocurrieron hechos que marcaron la vida del poeta y ejercieron una influencia signi-
ficativa sobre su obra.
En primer lugar aparece “Vieja Llave” del libro En Voz Baja, que no es sólo
una composición llena de intimidad, amor, angustia y misterio; casi una pintura
introspectiva del poeta, sino el más tepicense de sus poemas. En unas brillantes
rimas contrasta recuerdos luminosos de la infancia en su ciudad natal (Tepic) con
oscuros sentimientos de culpa, dolor y desolación. La muerte de su madre estando
él en el exilio vino a ser el fermento de muchas de las composiciones de este libro
del cual ‘Vieja Llave’ representa, sin duda, su página más inspirada y original cuyo
emblema es un instrumento herrumbroso, desdentado y torcido; que deambula
por los vetustos corredores de aquel añorado caserón viejo, desgarbado y sólido.
Mediante este símbolo, el poeta proyecta las sombras fantasmagóricas de su propia
alma.

11
Amado Nervo nunca estuvo al margen de los acontecimientos de su tiempo.
Prueba de ello es el conocimiento que adquirió en base a las observaciones hechas
por los astrónomos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX cuyas divaga-
ciones y disertaciones, escritas originalmente en prosa, más tarde fueron condensa-
das y versificadas en un par de singulares composiciones: “Astros” y “Yo estaba en el
espacio” incluidas en su libro En Voz Baja. El primero es un recorrido por el sistema
solar desde la perspectiva de un observador imaginario, donde se describe a la Luna,
al planeta Venus, al planeta Tierra y a los gigantes gaseosos Saturno y Júpiter; mien-
tras que el segundo, más surrealista y onírico, es un viaje fantasioso a otra galaxia
con sus estrellas gigantes, soles dúplex, cometas, soles sin sistemas, soles extintos y
estrellas pasajeras; cuyo punto de partida es un centro sin circunferencia. Al estilo
del Ícaro Menippus, el poeta se mueve por el vacío cósmico impulsado por un par de
alas siguiendo la ruta de la espiral vertiginosa que conduce a las estrellas.
Dentro de esta misma línea, la ciencia ficción, se analizaron otras dos compo-
siciones del libro El Estanque de los Lotos. “El Gran Viaje” es un poema corto que se
anticipó 40 años a la era espacial y su fenómeno ovni, cuyo inicio ocurrió en octubre
de 1957 con el lanzamiento del satélite ruso Sputnik I al espacio exterior. Cuatro
años más tarde el cosmonauta ruso Yuri Gagarin, a bordo del Vostok I, fue el pionero
de una nueva generación de exploradores cuyos notables antecesores fueron Cris-
tóbal Colón y Roald Amundsen. Gracias al proyecto Constelación se tiene prevista
la llegada del hombre al planeta Marte en el transcurso del Siglo XXI, con lo que se
cumpliría uno de los vaticinios de Amado Nervo, aunque su anhelo de hallar vida
inteligente en otros orbes quedará como un enigma sin resolver.
La otra composición, “Los Pozos” puede considerarse como uno de los relatos
más fantasiosos que hayan surgido jamás de la mente de un poeta mexicano. En una
recreación del planeta Neptuno, el poeta emprende una aventura explorando aquel
hipotético mundo con el único propósito de buscar unos pozos misteriosos cual
oasis en medio de un desierto de hielo, donde pudiera apagar su sed. Este viaje astral
está narrado a una segunda persona (su madre) en un estilo surrealista y onírico. Al
destapar uno de los pozos y resbalarse, por accidente, cae al fondo de unos caudales
de aire líquido donde muere al quedar cristalizado instantáneamente. Este poema
viene a ser, probablemente, una prefiguración de su propia muerte, acaecida un año
y medio después.
Del libro Serenidad se analizó un poema de índole mitológica. “Los Cuatro Co-
roneles de la Reina” fue escrito como un raro cuento de reinas para complacer a una
muchacha. La composición no sigue una trama convencional sino que va presentan-
do, a modo de pasarela, cada personaje del cual se describe el aspecto o la actividad
predominante; estando los coroneles asociados a un color específico, cuyo orden de
presentación es: blanco, rojo, negro y verde. Al igual que en los jinetes del Apoca-

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Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

lipsis, aquí se emplea un simbolismo de los colores de tal manera que cada coronel
representa a la paz, la guerra, la muerte y la esperanza respectivamente. El coronel
verde aparece después de la reina al ser el último en el orden y tiene la función de
custodiarla permanentemente, siguiéndola de cerca desde el orto hasta el ocaso.
El séptimo ensayo se enfoca en la composición “Dos Sirenas” del libro Elevación
que cae dentro del ámbito de la mitología griega y está inspirado en el Canto XII de
La Odisea de Homero, aunque evoluciona paulatinamente hacia el concepto cristia-
no y medieval de las sirenas como símbolos de las tentaciones del mundo. Amado
Nervo considera al amor y al dinero como los dos grandes peligros que pueden
entrampar al hombre insensato hasta llevarlo a la perdición total. Por ello, antepone
un modelo de vida ascético a seguir exhortando a los hombres a ser prudentes y
sagaces como Ulises y sabios como Salomón, a fin de poder sortear las trampas de
la muerte. Finalmente, invita a vencer las sirenas y, por consiguiente, conquistar la
paz como el sumo bien; lo cual equivale a obtener el máximo galardón concedido
por Dios al hombre espiritual.
Finalmente, en el ensayo largo se hizo una revisión de los libros de poesía de
Amado Nervo enfocándose en aquellas estrofas que se relacionan con versículos de
la Biblia (Viejo y Nuevo Testamento), lo cuales fueron agrupados para su análisis en
12 grandes temas: Dios, Jesucristo, la fe, el pecado, la muerte, el evangelio, la cari-
dad, la sed, la existencia, la lámpara, el cuerpo y la montaña; que, sumados a otros
tópicos, representan las numerosas vertientes del pensamiento místico del poeta
tepicense.
Esto es, a grandes rasgos, un panorama sobre el contenido de este trabajo cuyo
objetivo es acercar al lector medio a una porción de la extensa obra de Amado Ner-
vo para que éste tenga la oportunidad de descubrir los sorprendentes e inestima-
bles tesoros literarios ocultos entre su poesía y su prosa. Espero que estos ensayos
ayuden a obtener una mayor comprensión de su pensamiento poético, bajo este
enfoque, y contribuyan a despertar el interés por otros temas no abordados aquí.
Este trabajo dista mucho de ser exhaustivo y deja abiertas varias líneas alternas que
requieren investigación adicional o complementaria. Le deseo éxito a quien em-
prenda esta labor.
Sinceramente, espero que este humilde trabajo cumpla con su cometido de hon-
rar la memoria de un ser humano excepcional como lo fue Amado Nervo, quien con
su talento literario me llevó a conocer un nuevo mundo de originalidad y poesía.

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Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

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VIEJA LLAVE

E l bardo de origen tepicense, Amado Nervo, está considerado como uno de


los más grandes poetas mexicanos de todas las épocas. Su pluma fue una de
las más prolíficas en el México de principios del siglo XX. En su producción,
que comprende desde 1895 hasta 1919 año de su muerte, abarcó diversos
géneros literarios tales como la novela corta, el cuento, la obra teatral y el ensa-
yo. Llegó a dominar ampliamente tanto la prosa como el verso. Aunque su bien
reconocido prestigio como poeta lírico a menudo hace olvidar la excelencia de
su prosa. En la obra lírica de Nervo aparecen no menos de 14 libros de poesía,
casi todos escritos en verso cuya publicación comenzó en 1898 con Místicas y
Perlas Negras, a los que siguieron El Éxodo y las Flores del Camino, Los Jardi-
nes Interiores, En Voz Baja, Serenidad, Elevación, Plenitud, La Amada Inmóvil
y El Estanque de los Lotos. El Arquero Divino fue el último de sus libros, publi-
cado en 1922.
La obra En Voz Baja apareció en 1909, justamente a la mitad de su producción.
Es un libro escrito en tono menor donde no aparecen las sonoridades y el concep-
tualismo característicos de las primeras obras. Aquí aparecen dos poemas que han
llamado la atención tanto de conocedores como de profanos. El primero de ellos,
“Muerta”, es una elegía dedicada a la Sra. Juana Ordaz de Nervo, madre del poeta.
En el otro extremo aparece “Vieja Llave”, una de las composiciones mejor logradas
de Amado Nervo. En este ensayo se busca descifrar el mensaje tras el símbolo de la
‘vieja llave herrumbrosa y de torcida arquitectura’ en función del contexto en que
fue concebido el poema.
“Vieja Llave” es un sobrio poema de cierta profundidad filosófica que consta de
72 versos octosílabos de rima y cadencia perfectas. Posee una musicalidad extraor-
dinaria puesto que está basado en un Leitmotiv, siempre agradable, que se repite
constantemente durante el discurso poético. Además, la flexibilidad de cada verso
produce gran riqueza rítmica en una amplia gama de sonoridades. Así, el intérprete
dispone de libertad para expandir o contraer la frase dentro de la amplitud de cada

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Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

período dándole un sentido pleno a la lectura. En conjunto, la composición posee


unidad de ritmo, de proporción y de estilo, con tal fuerza que da la impresión de
ser un poema de una sola pieza. Sin embargo, en su estructura pueden distinguirse
claramente cuatro secciones. Se analizarán cada una de ellas.

SECCIÓN I
Esta llave cincelada
que en un tiempo fue, colgada,
(del estrado a la cancela,
de la despensa al granero)
del llavero
de la abuela,
y en continuo repicar
inundaba de rumores
los vetustos corredores;
esta llave cincelada,
si no cierra ni abre nada,
¿para qué la he de guardar?

La introducción consta de una estrofa de 12 versos. Hace retroceder el tiempo


hasta la década 1870-80 evocando la casa solariega de la familia Nervo Ordaz en
Tepic, donde el poeta pasó sus años de infancia. La llave aparece como la figura
central del discurso poético1. No fue la primera vez que Nervo utilizó este objeto
como un símbolo o figura metafórica. Entre sus cuentos de juventud2 existe uno con
el título “La llave de plata” y uno de sus ensayos3 lleva el título de “La llave”, en donde
incluso aparece la expresión ‘una vieja llave herrumbrosa’.
Más adelante dice: “La llave entró suavemente, giró sin esfuerzo…, moviéronse los
pestillos saliendo del cerradero…, y la puerta se abrió…”. En un libro posterior, Pleni-
tud4,se aborda nuevamente el tema “La llave”, en la composición XXII. Así concluye
su discurso en prosa: “¡Qué admirable es la llave de oro que cierra cuidadosamente
a su tiempo la puerta del castillo donde viven los fantasmas...!”. Es precisamente esta
composición en prosa la que arroja luz sobre el significado que Nervo le atribuyó a
la llave dentro de su universo poético.

1
“En la poesía ‘Vieja llave’ (En voz baja), poesía por lo demás muy conocida y que he oído ya recitar en las escuelas,
encontramos otra vez a la abuelita, con la vieja llave cincelada pendiente de la cintura, yendo y viniendo del estrado a
la cancela, de la despensa a los graneros, por los corredores de la casa, como yo mismo vi a mi madre en la infancia”.
Alfonso Reyes. Tránsito de Amado Nervo (1914-1929). Pág. 29.
2
Aguilar-Madrid, 1955. Obras Completas de Amado Nervo, Tomo I, “La llave de plata”, 2ª. Ed. pág. 116-117.
3
Aguilar-Madrid, 1955. Obras Completas de Amado Nervo, Tomo II, “La llave”, 2ª. Ed. pág. 625.
4
Aguilar-Madrid, 1955. Obras Completas de Amado Nervo, Tomo II, “Plenitud”, 2ª. Ed. pág. 1043.

17
Después de describir los rincones de la casa donde la llave estuvo colgada en
virtud de su uso continuo, llama la atención que el poeta aplique la acción de repicar
a un objeto que, aun siendo de metal, no se caracteriza por tañer o sonar repetida-
mente como lo haría una campana. Aunque es cierto que al introducirse en una ce-
rradura, una llave de tal tamaño y peso, puede producir un fuerte sonido metálico y
éste se identifica con un ‘inundar de rumores los vetustos corredores’. En el Leitmotiv
recae todo el peso del discurso ‘si no cierra ni abre, para qué guardarla’; es decir, si no
cumple con su función primordial no tiene caso cuidarla, ni vigilarla, ni defenderla.
Entonces, ¿qué simboliza la llave? ¿Por qué ha perdido su capacidad para abrir y ce-
rrar puertas? ¿Ha sido sólo el paso del tiempo lo que ha causado su envejecimiento?
En los siguientes apartados se buscará dar respuesta a estas interrogantes.

SECCIÓN II
Ya no existe el gran ropero,
la gran arca se vendió;
sólo en un baúl de cuero,
desprendida del llavero,
esta llave se quedó.

En la primera estrofa de la segunda sección empiezan a aclararse algunos deta-


lles. El periodo de creación del libro En Voz Baja fue precedido por dos circunstan-
cias significativas en la vida del poeta: el de su estancia en España y el de la muerte
de su madre en diciembre de 1905, previa espera de que él regresara a México para
verla durante sus últimos días. El poeta había partido a España apenas en julio de
ese mismo año. Hay un paralelo entre los recuerdos de su infancia5, a la que tanto
añora y el dolor de haberse ‘desprendido del llavero’; es decir de su núcleo fami-
liar que estuvo representado por su madre (hasta el momento de su muerte) y sus
hermanos. Antes, había perdido a sus familiares incluyendo su padre (a la edad de
nueve años) y habían vendido la casa solariega de Tepic y otras propiedades cuando
emigraron a Jacona, Michoacán6. Por eso ya no existía el gran ropero ni la gran arca.
Con el fallecimiento de su madre se había quedado prácticamente solo, alejado tam-
bién de sus hermanos que se quedaron en México.

5
“La llave, dice, ya no cierra ni abre nada: en verdad, abre para él un mundo de recuerdos. Vuelven a aparecer ante
sus ojos la casa paterna, el gran ropero de antaño, el arca que se vendió, el baúl de cuero”. Alfonso Reyes. Tránsito de
Amado Nervo (1914-1929). Pág. 30.
6
“Por lo demás, la fortuna no me ha sonreído mucho, que digamos. Estaba pobre y lejos de mi tierra natal, vivía con
mi familia en una ciudad lejana… Sin embargo, el infortunio, que desde niño bate sus alas sobre mi cabeza; el infortunio,
que me arrebató un padre adorado, que me alejó de mi hogar, que redujo a cenizas mis bienes, que hirió a mi madre con
una enfermedad cruel y me arrebató la salud del cuerpo, la tranquilidad bienhechora de mi alma, mis ilusiones y mis
ensueños, ese infortunio aún no me hacía sentir toda su aterradora energía”. Aguilar-Madrid, 1955. Obras Completas de
Amado Nervo, Páginas autobiográficas, Tomo I, 2ª. Ed. pág. 38.

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Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Herrumbrosa, orinecida,
como el metal de mi vida,
como el hierro de mi fe,
como mi querer de acero,
esta llave sin llavero
¡nada es ya de lo que fue!

Es frecuente encontrar en la poesía de Nervo expresiones que el autor se aplica a sí


mismo. De ahí que se compare con un instrumento lleno de herrumbre y orín. De en-
trada parecerían palabras sinónimas. la diferencia estriba en que el primero es de color
amarillo rojizo mientras que el segundo es un óxido rojizo, producto del aire húmedo
prevaleciente en ciudades como Tepic, la mayor parte del año, y éste último sólo aplica
al hierro y no al acero. Su vida, su fe y su querer, aunque constituidos de metal (no es-
pecificado), hierro y acero respectivamente, se encuentran empañados por el azote de
la adversidad aunado un sentimiento de desolación. Después de haber pasado por tan
amargo trance siente que ya no es el mismo. Era como una llave sin llavero porque los
nexos familiares habían desaparecido y en adelante viviría solo aferrado a sus recuerdos.

Me parece un amuleto
sin virtud y sin respeto;
nada abre, no resuena...
¡me parece un alma en pena!

En la tercera estrofa continúa la comparación. A un amuleto se le atribuye la


virtud de alejar el mal o propiciar el bien. Pero ha perdido no sólo esa capacidad,
sino además la facultad de abrir puertas y producir resonancias. El poeta expresa
que le parece un alma en pena. Nervo pasó su infancia en un ambiente plagado de
leyendas y supersticiones, propio de finales del siglo XIX. Muchos de los cuentos
de su abuela hablaban de tesoros escondidos asociados con almas en pena7. Él se
identificaba con una de ellas al experimentar un profundo dolor por la pérdida de
su querida madre. Era como un alma en pena aferrada al tesoro de sus recuerdos, al
baúl de sus ensueños y nostalgias.

Pobre llave sin fortuna...


y sin dientes, como una

7
“Existen dos procedimientos infalibles para hallar un tesoro. Y esto también lo sabía mi abuela a maravilla: el
primero hablar al muerto. Donde había un tesoro, había un alma en pena. Ello era elemental. No se ha sabido aún de
fantasma ninguno que se resigne a dejar ignorado un entierro”. Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo.
“Las varitas de virtud”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 596.

19
vieja boca; si en mi hogar
ya no cierras ni abres nada,
pobre llave desdentada,
¿para qué te he de guardar?

Aparece el Leitmotiv precedido de una comparación con una llave carente de


fortuna y de dientes. Es la primera vez que habla de una llave infortunada y desden-
tada como si los defectos antes aplicados al instrumento no fueran ya suficientes. Es
extraño que coloque en el mismo plano a una entidad abstracta con una puramente
física. Carecer de fortuna significa no tener suerte favorable o algún grado de éxito.
Y esto sólo puede aplicar a un ser humano, o en su defecto, a un animal superior.
Al comparar una llave “molacha” con una vieja boca lo hace para sugerir que la
pérdida de dentaduras en cualquier engrane se relaciona con una pérdida de funcio-
nalidad para activar un mecanismo. Así como una llave desdentada es incapaz de
mover los pestillos al introducirse en la cerradura y girar, una dentadura sin muelas
no es apta para moler alimentos sólidos introducidos en la cavidad bucal.
Hay otra palabra nueva en el discurso: hogar. ¿Se refería al hogar de su infan-
cia? Sí. Pero, sólo como parte del cúmulo de añoranzas que desfilan en el poema
entero. Aquí habla en presente y para 1906, el año en que empezó a escribir En
Voz Baja, sus circunstancias no eran precisamente venturosas. ‘Si en mi hogar’
puede interpretarse ‘si en mi vida interior’, y esto se relaciona con aquel miste-
rioso castillo donde habitan tanto los fantasmas8 como las imaginaciones alegres
y los pensamientos joviales. Es necesario señalar que tanto la palabra clave como
la palabra llave provienen del latín clavis, por consiguiente significan lo mismo,
aunque ésta referida a una entidad concreta (un objeto en particular) y aquélla a una
entidad abstracta (general). Quizás, lo que quiere decir Nervo es que ha perdido
la clave para impedir la salida de fantasmas en el castillo y dejar la puerta libre
a las imaginaciones bienaventuradas y los pensamientos gozosos. En la siguiente
sección aparecen otras claves que permitirán alcanzar una mayor comprensión del
trasfondo del poema.

SECCIÓN III
Sin embargo, tú sabías
de las glorias de otros días:
del mantón de seda fina
8
“Que admirable es la llave de oro que cierra cuidadosamente la puerta del castillo donde viven los fantasmas! Si
sabes usarla, si tienes cuidado de que esta puerta, en determinados momentos no se abra, por más que desde adentro
el tumulto de las tristezas, de los temores, de las preocupaciones, de la pasión de ánimo, quiera forzarla, ¡cuánta será
tu paz y cuan permanente tu alegría!” Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “La llave”, Tomo II, 2ª.
Ed. Pág. 1043.

20
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

que nos trajo de la China


la gallarda, la ligera
española nao fiera.
Tú sabías de tibores
donde pájaros y flores
confundían sus colores;
tú, de lacas, de marfiles
y de perfumes sutiles
de otros tiempos; tu cautela
conservaba la canela,
el cacao, la vainilla,
la suave mantequilla,
los grandes quesos frescales
y la miel de los panales,
tentación del paladar;
mas si hoy, abandonada,
ya no cierras ni abres nada,
pobre llave desdentada,
¿para qué te he de guardar?

La tercera sección es una sola estrofa de 22 versos. Evoca a un mundo lleno de


objetos exóticos y exquisitos, y una variedad de alimentos de diferentes texturas,
olores y sabores. Es la remembranza de un tiempo que ya se ha ido y nunca volverá
(Es un vago recuerdo que me entristece / y que luego en la noche desaparece). Un do-
loroso recuento de las glorias pasadas. Alguien señaló que no hay mayor desdicha
que la de recordar tiempos de gloria en momentos de infortunio, y este parecería
ser el caso. Ante los sucesos trágicos del presente, Nervo antepone los recuerdos
gratos de su niñez. Cuando en el Puerto de San Blas arribaban embarcaciones car-
gadas de mercancías, provenientes de países lejanos, y éstas eran llevadas a Tepic9,
y eso incluía tanto a las telas finas como a las exquisitas porcelanas adornadas con
dibujos de pájaros y flores. Además llegaban marfiles, lacas y perfumes de sutiles
fragancias.
Los tipos de alimentos que menciona son dignos de destacar, la canela es el
único de origen asiático; tanto el cacao como la vainilla son de origen americano y
los tres son productos no perecederos. En cambio, los dos siguientes son alimentos
9
Porque la zona en que el poeta nació, dominada por las corrientes del Pacífico, todavía está llena de semejantes
objetos, y me aseguran que hay muchas chinerías por todo el camino de diligencia que va de Acapulco hasta México. Si
por Veracruz, y a través del Atlántico, llegan a México; las cosas de Europa, por la banda del Pacífico llegan los juguetes
del lujo asiático, que tan bien casan con algunos productos indígenas. Alfonso Reyes.Tránsito de Amado Nervo (1914-
1929). Pág. 30.

21
perecederos y más para una época en que no se habían inventado los frigoríficos,
ambos son derivados de la leche; el primero de la grasa láctea (aún no existían las
margarinas, derivadas de las grasas vegetales) y el otro de la leche fresca. Como los
quesos frescos se consumen en el mismo día de su elaboración es lógico suponer que
era un producto de origen local al igual que la mantequilla. En el caso de la miel,
lo más probable es que proviniera de la misma región, siendo una miel de panal y
no de apiario. Es necesario examinar la expresión ‘tu cautela conservaba…’ la cual
antecede y aplica a estos seis alimentos10.
La cautela no es otra cosa más que la precaución y reserva con que se procede a
realizar una determinada acción. Es bien conocido el hecho de que el poeta se quedó
con un sentimiento mezcla de impotencia y arrepentimiento por no haber acudido
al llamado de su madre cuando ésta se encontraba muy grave y deseaba verlo por
última vez. En el poema Muerta se refleja la profunda angustia del poeta por no ha-
ber acompañado a su madre en sus últimos instantes y brindarle al menos un abrazo
de despedida. Esa cautela que siempre mantuvo en momentos cruciales de su vida,
falló estando él en el exilio y lo privó de encontrar con vida al ser que más amó en su
existencia (es probable que muchos de los versos escritos en “La Amada Inmóvil” en
realidad sean un vago recuerdo del deceso de su madre mezclado con la muerte de
Ana Cecilia). No hay que perder de vista el gran amor que siempre manifestó Doña
Juana Ordaz de Nervo por su hijo Amado, el primogénito, como bien lo expresa
éste en la composición Muerta (¡Oh, Dios! Me quiso mucho, sus brazos siempre
abiertos, como un gran nido, tuvo para mi loco afán). Con su pérdida irreparable
el poeta quedó sumido en una profunda melancolía, aunque esto no impidió que
escribiera y le dedicara “este libro de intimidad, de amor, de angustia y de misterio,
murmurado en voz baja...”.
A su ya abundante repertorio de defectos observados en la llave, por primera
vez introduce la expresión ‘más si hoy abandonada’ y parece recalcar en él mismo
ese sentimiento de abandono. Luego reaparece el Leitmotiv que ya se ha analiza-
do, sin embargo es necesario abundar sobre el tema. Volvamos a la metáfora del
castillo donde habitan los fantasmas. En aquellas circunstancias, al instrumento
le resultaba muy difícil cerrar cuidadosamente la puerta de ese castillo11. Distaba
mucho de ser una llave admirable y en lugar de estar hecha de oro no pasaba de

10
Y en ese ambiente, en ese aroma, hay que representarse la infancia y la vieja casa de Nervo, con no sé qué relente,
también, de pelo de muchacha recién bañada (¡toda nuestra niñez!), que he encontrado no sé en qué página perdida.
Alfonso Reyes. Tránsito de Amado Nervo (1914-1929). Pág. 30.
11
“Al principio es muy difícil cerrar esta puerta: los fantasmas negros tiran de las hojas con toda su fuerza; logran
mantenerlas entreabiertas, y se van colando por allí e invaden el campo de tu alma, y arrancan de él las santas flores
de la alegría. Pero la gimnasia vase haciendo cada vez más fácil y segura. Adquiérese una gran agilidad; sorprendes en
seguida los movimientos astutos de la turba negra, y acabas por confinarla definitivamente en el castillo de la Pena, de las
Imaginaciones dolorosas, de los Miedos sin razón, de las Angustias sin objeto...” Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas
de Amado Nervo. “La llave”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 1043.

22
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

ser un viejo instrumento herrumbroso, desdentado y abandonado a su suerte. Tal


vez, sin proponérselo, el poeta había cerrado la urna de sus ilusiones12 y espe-
ranzas cual flores marchitas, antes de entregar la llave; es decir, de abandonarse
a sí mismo. Era como si, junto con su madre, se hubieran muerto sus más caros
anhelos, sus más nobles ideales, sus más espontáneas alegrías. Así de severa era su
crisis interna. Los versos apenas bastaron para describir el lastimoso estado de su
yo interior. Como se verá en la sección IV, todavía quedan adjetivos calificativos
para comentar.

SECCIÓN IV
Tu torcida arquitectura
es la misma del portal
de mi antigua casa obscura
(que en un día de premura
fue preciso vender mal).

En la primera estrofa de la última sección se agrega otro defecto de la llave: esta-


ba chueca. Eso demuestra el arrepentimiento de poeta por no haber obrado con rec-
titud, por no haber actuado de manera oportuna, por no haber atendido el llamado
de su madre. Cuando reaccionó ya era tarde. Los recuerdos de su infancia desfilaron
de súbito por su mente y se acordó del zaguán torcido de su casa solariega13. No creo
que a ésta le faltara iluminación dado el diseño de estas antiguas construcciones
con enormes patios centrales, techos altos y grandes ventanales, y el término oscuro
refleja más su propio estado de ánimo que una condición ambiental de aquel inmue-
ble vendido en una bicoca para salir de un apuro económico. Oscuridad es lo que
había en su alma y no tiene relación con el lugar donde vivió los años más felices de
su vida, en una ciudad donde abunda la luz diurna casi todo el año. Las calles eran
oscuras por el tiempo en que no se había introducido la electricidad a Tepic, aunque
el interior de las casas siempre estuvo alumbrado por algún quinqué o cachimba.
Sucede que Nervo, por razones obvias, no había encendido su lámpara interior al
caer las primeras sombras de la noche, “la buena lámpara de que el Padre ha provisto

12
“Antes de entregar la llavecilla, había yo cerrado con ella la urna de mis ilusiones, blancas como aquellas noches
inundadas de luna, de mis esperanzas, muertas en flor como aquellas guirnaldas de bugambilia cuando cayó sobre ellas
extemporánea escarcha”. Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “La llave de Plata”, Tomo I, 2ª. Ed.
Pág. 117.
13
“Cuando niño, vivía yo en un caserón desgarbado, sólido y viejo, que era como la casa solariega de la familia.
¡Oh, mi caserón desgarbado, sólido y viejo, vendido después a vil precio, a no sé qué advenedizos que fueron a turbar el
silencioso ir y venir de los queridos fantasmas! En su patio lamoso crecían bellos árboles del trópico, y en un rincón, el
viejo pozo de brocal agrietado y rechinante carril servía de guarida a una tortuga, que desde el fondo y a través del tran-
quilo cristal del agua nos miraba, estirando, cuando nos asomábamos, su cabeza de serpiente, como un dios asiático”.
Aguilar-Madrid, 1955. Obras Completas de Amado Nervo. “Las varitas de virtud”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 595-96.

23
a los caminantes de la vida” (composición IV del libro Plenitud). Esta vez, el poeta
no había sido misericordioso consigo mismo.

Es la misma de la ufana
y luminosa ventana
donde Inés, mi prima, y yo
nos dijimos tantas cosas
en las tardes misteriosas
del buen tiempo que pasó...

En la segunda estrofa extiende el adjetivo torcido a la ventana, pero aquí viene


el contraste. La ventana, aunque algo chueca, es ufana y luminosa porque se asocia
con recuerdos gratos de la infancia mientras que la casa es calificada de oscura por el
sólo hecho de evocar un suceso triste en la vida familiar. Ya se dijo que la oscuridad
estaba en su interior puesto que, en definitiva, la ventana era parte de la casa14 y no
se puede concebir una ventana luminosa con un interior oscuro. Además, la ventana
sirve para mantener ventilado el interior de la casa durante el verano o para prote-
ger del frío durante el invierno. Nervo evoca aquel ventanal donde, por las tardes,
pasaba horas y horas platicando con algún amigo o familiar cercano. En un tiempo
cuando no existían los medios de comunicación y difusión tales como la radio, la
televisión, el teléfono, el celular o el internet todo se reducía a la comunicación ver-
bal entre las personas y, en una ciudad tan pequeña15, casi todo mundo se conocía
y se saludaba. Sin las prisas y las presiones características de la vida moderna, era
posible entablar largas y edificantes conversaciones, aún entre las personas de edad
temprana.
Ante un momento crítico de su existencia, cuando los fantasmas amenazaban
con colarse por la puerta del castillo, Nervo asió delicadamente el cofre de sus re-
cuerdos, lo destapó y lo vació sobre su regazo enfocándose en los momentos lu-
minosos de su niñez que compartió con otras personas de su misma edad. En su
memoria aún estaban registrados ciertos sucesos de la vida cotidiana que recreó en
algunas de sus composiciones en prosa (P. ej. ‘Las varitas de la virtud’ y ‘El dominio
del Canadá’). En su poesía son más raras estas preciadas perlas de su niñez, y “Vieja
Llave” se cuenta entre esos escasos poemas donde el autor rememora instantes que
marcaron su devenir histórico en el ambiente señorial de aquel Tepic de finales del
siglo XIX. Hay un dejo de nostalgia en sus versos, como si éste intentara viajar a

14
“De esta casa sacó Nervo la vaga afición a recordar lo que no ha existido, y cierto apetito por los colores, los olores
y los sabores. Es decir: misterio y voluptuosidad”. Alfonso Reyes. Tránsito de Amado Nervo (1914-1929). Pág. 30.
15
Se estima que hacia 1880 la población de Tepic apenas ascendía a 20,000 habitantes. Luna-Jiménez, P. 2012. Naya-
rit, génesis municipal. Entre el cambio y la persistencia. SEPEN, Tepic. 1ª Ed. pág. 107.

24
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

través de “la máquina del tiempo” para transitar por las antiguas callejuelas em-
pedradas de su ciudad natal y, por supuesto, recorrer los vetustos corredores de su
caserón, tantas veces añorado.

Me recuerdas mi morada,
me retratas mi solar;
mas si hoy, abandonada,
ya no cierras ni abres nada,
pobre llave desdentada,
¿para qué te he de guardar?

En la última estrofa hace una recapitulación de las secciones anteriores sin per-
der de vista a su querido caserón desgarbado, sólido y viejo. La llave figurada es, por
encima de todo, la llave de los recuerdos, del tiempo que pasó, de las vivencias de la
infancia. Es probable que muchas remembranzas ni siquiera hayan existido y sean
productos netos de su imaginación. Y es que Nervo buscó desesperadamente confi-
nar sus propios fantasmas en el castillo de la Pena, de las Imaginaciones dolorosas,
de los Miedos sin razón y de las Angustias sin objeto. Al sentirse ‘desprendido del
llavero’, quiso abatir esa sensación de abandono aferrándose, cual náufrago, al pri-
mer tablón que vio flotar en el mar de la desolación como único residuo de la otrora
gran arca familiar. Al parecer, no logró sobreponerse del todo ante la situación lími-
te. Su desgarramiento interior se recrudeció varios años después con la muerte de
su amada Ana Cecilia llevándolo a un periodo de sufrimiento infinito e inexorable.
Y aunque nunca le cerró las puertas al amor, quedó “tocado” para siempre y su salud
fue deteriorándose gradualmente, en proporción inversa a su fama y prestigio, hasta
llegar al ocaso de su vida, antes de cumplir los cuarenta y nueve años de edad.

Epílogo
Al ser parte del libro En Voz Baja, “Vieja Llave” es un poema de intimidad, de amor,
de angustia y de misterio. En sus versos pueden percibirse sabores, aromas, colores
y formas de un tiempo que ya se ha ido. También pueden escucharse los ecos de
ciertas voces nostálgicas del ayer, es el ambiente del Tepic de antaño el que parece
respirar a través de sus rimas, con todo su señorío e historicidad. Una ciudad que
siempre estuvo en la mente y en el corazón de su notable y amado hijo ausente. Aun-
que también es el diario íntimo de un poeta que, al enfrentarse a su trágico destino
cae preso de la angustia de saberse solo, arrojado al mundo, abandonado a su suerte.
Por ello recurre a los sortilegios de su íntimo baúl de cuero, poblado de recuerdos

25
de la niñez y cree encontrar allí las claves para descifrar los enigmas de su existencia,
pero no tiene fortuna, sólo consigue agudizar los sentimientos de autocompasión y
abandono. Él mismo se ve reflejado en el espejo de aquella mítica llave envejecida,
oxidada y torcida que deambula como alma en pena por los recónditos pasillos del
caserón desgarbado, sólido y viejo; en aquel instrumento de metal, desprendido del
llavero, que ha perdido el arte de abrir y cerrar las puertas del castillo misterioso en
donde los fantasmas amenazan con colarse y arrebatarle para siempre las flores de la
alegría. Después de todo, “Vieja Llave” no es más que una proyección de las sombras
fantasmagóricas… de su propia alma…

26
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

27
ASTROS
(Primera Parte de “Yo Estaba en el Espacio” …)

E l libro En Voz Baja se caracteriza por ser una obra de intimidad y de misterio,
aunque también destaca por la temática ‘astral’ o ‘espacial’ que el autor aborda
por primera vez en su poesía. Ya en su prosa existían numerosas páginas con liris-
mos de libérrima fantasía y curiosas exploraciones de la imaginación. Es bien reco-
nocida la afición de Nervo por el uso del telescopio16 y su interés por la astronomía.
Este instrumento abrió a la imaginación del poeta mundos remotos e insospechados
que sirvieron de inspiración para escribir atrevidos e ingeniosos versos. El sistema
solar se convirtió en materia de escrutinio y especulación para un poeta cuya sed
de conocimiento e inventiva no tenían límites. A menudo tuvo que recurrir a un
interlocutor imaginario para desarrollar sus discursos poéticos. Este es el caso de
“Astros”, cuyas primeras dos estrofas dicen lo siguiente:

INTRODUCCION

Mira el cielo, amiga mía:


la lejana pedrería
de los astros luce ya;
mira el cielo, amiga mía:
¡hay en él la poesía
ideal del más allá!
Dulce amiga, mira el cielo:
en su vago terciopelo
sin cesar los soles caen;

16
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Almas que pasan”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 252-54.

28
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

esos globos colosales


son imanes inmortales
de oro y fuego, que se atraen.

El poema comienza con una invitación a contemplar el cielo estrellado. Pro-


bablemente Nervo se estaba dirigiendo a alguna de sus amigas de la infancia, com-
para el cintilar de los astros con un distante conjunto de piedras preciosas. Ve en
los cielos infinitos la poesía ideal del más allá, esto expresó en uno de sus poemas
breves, “Más allá”, de su libro Poemas: Más allá del cosmos, forjador potente / de
mundos y soles, que en resplandeciente / fuga de oro y plata desgranando va / más
allá. / Tristemente radia mi quimera hermosa, / siempre inaccesible, siempre lumi-
nosa, / más allá…
En la segunda estrofa, se refiere a los soles. En su prosa Dos Rivales17 había escri-
to: “Yo he encontrado la maravilla de las estrellas múltiples, de los soles dúplex, triples
y cuádruples que, en concierto indescriptible, giran los unos alrededor de los otros,
mezclando los fuegos multicolores de sus focos inmensos”. En su poesía los considera
‘globos colosales de oro y fuego’, expresión muy parecida a la usada en la prosa. La
palabra foco proviene del latín focus y significa fogón. Por otro lado, Nervo sabía
de la Ley de la gravitación universal y podía explicarse el por qué tales astros eran
capaces de girar unos alrededor de los otros, en concierto, sin sufrir colisiones. En
su prosa Elogio de la noche18, al afirmar que el día no significa más que la aproxima-
ción a una estrella, comentó: “Lo tienen los planetas a quienes los soles duplos, triples
y cuádruplos, calientan e iluminan con maravillosas combinaciones de colores… Lo
tienen, en fin, todos los cuerpos obscuros que se aproximan a un astro cualquiera”.
Más adelante añadió: “Durante el día no se ve más que el sol; la noche nos muestra
millones de soles”. De ahí deriva la invitación por mirar en el cielo la lejana pedrería
de los astros cuando cae la noche. Otro astro que puede contemplarse cuando se
mete el sol, es la luna.

LA LUNA
Misteriosa como una
serenata, va la luna
con molicies de mujer,
dibujando, lenta y grata,
su paréntesis de plata
por el vago atardecer.
17
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Almas que pasan”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 253.
18
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones: II. Mirando al cielo”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 1092-93.

29
Sólo seis versos bastaron para describir al único satélite natural de la Tierra.
Mucha poesía se ha escrito sobre ella, sin embargo Nervo la contextualiza dentro de
‘Astros’. Eso no impide que se le vea como un astro plateado de naturaleza femenina
y sutil, a diferencia del sol el cual se representa como un varón recio, rubio y despei-
nado. Lo del paréntesis de plata dibujado durante el vago atardecer sugiere que sólo
un cuarto de luna es visible desde una perspectiva oblicua del horizonte terrestre.
En una de sus conferencias19 dijo sobre ella: “contentémonos con ver balancearse en
el campo de nuestros anteojos a la casta Diana de las antiguas leyendas, veámosla
tender su divino arco de plata en el éter nacarado por su luz, y soñemos, que acaso en
esas maravillosas fotografías tan contrastadas por su poderoso claroscuro, está implí-
cito el detalle de su vida, que la placa sensible ha visto ya esa vida rebelde por ahora
a las ampliaciones, y que acaso un día nos contará su enorme secreto”. En otro de sus
escritos Nervo concibe a este astro de manera más científica, al considerarlo como
un potencial observatorio astronómico. Afirma en la “Esfinge Roja”20: “La luna sí
que sería un observatorio ideal, perfecto, maravilloso; pero los pobres astrónomos de la
tierra se asfixiarían probablemente en aquella superficie, ya ardiente como un metal
puesto al rojo, ya espantosamente fría como el espacio; y donde, si hay atmósfera, es de
una tenuidad indecible, en aquella superficie ultrajada y atormentada por seculares
conflagraciones de fuerzas”. Lo que dijo Nervo es cierto. La temperatura superficial
de la luna es muy extremosa, varía de -155°C a 105°C y hasta la fecha sólo 12 as-
tronautas han caminado sobre su superficie. Ahora se sabe que cuando la luna se
formó, sus capas exteriores se derritieron debido a temperaturas muy altas, forman-
do la corteza lunar, probablemente de un océano de magma global21. Venus es el
siguiente astro del sistema solar.

VENUS
En el vivo Suroeste,
opulento como veste
imperial, a orar invita
Venus, trémula, que arde
como santa lamparita
que al buen Dios prende la tarde…
Alma Venus, quien pudiera
recorrer tu láctea esfera,
que en la tarde carmesí

19
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 506.
20
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones: II. Mirando al cielo”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 1095.
21
Nowajewsky B., P. 2005. El Sistema Solar, 2da Edición. Pág. 12-13.

30
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

desparrama tal encanto,


para ver si en ella el llanto
corre tanto como aquí…

En la primera estrofa llama la atención cómo Nervo utiliza el recurso de la


comparación para hacer de este planeta un elemento religioso que ‘a orar invita’. La
palabra ‘trémula’ indica que se asemeja a la luz de una vela, de hecho Venus es el pla-
neta más brillante del cielo. Respecto a la segunda, define a Venus como una esfera
‘láctea’; no quiere decir que estuviera hecha de leche sino que este término aplica
a la región galáctica donde se localiza el sistema solar. Venus es el segundo de los
planetas interiores, menor que la Tierra. Al entrever que el llanto corre allí, el poeta
asume que hay vida humana en él, esto dice en sus Divagaciones Interplanetarias22:
“A Venus, donde todo es verde, un verde que abarca inmensa gama de matices; donde
el hombre surge apenas, velludo y atleta, y labra el sílex a la sombra de las grandes ca-
vernas hospitalarias, y pelea sin descanso con los monstruos primordiales”. Es normal
llegar a este tipo de conjeturas haciendo un ejercicio de divagación. Para principios
del Siglo XX, todavía el conocimiento sobre los planetas era muy limitado y el resto
se dejaba al vuelo de la imaginación.
Actualmente se sabe que Venus no tiene océanos y está cubierto de una gruesa
capa de nubes, que al girar rápidamente atrapan el calor de la superficie creando un
mundo tipo invernadero con temperaturas tan altas como para derretir el plomo y
con una presión equivalente a la que se sentiría a 900 metros de profundidad en los
océanos de la Tierra. La atmósfera consiste principalmente de dióxido de carbono
(el mismo gas de las bebidas gaseosas), gotitas de ácido sulfúrico y, virtualmente, sin
vapor de agua; además, la gruesa atmósfera no permite que el calor del sol escape,
esto da como resultado una temperatura sobre los 450°C en la superficie del pla-
neta, es decir mucho más caliente que en la superficie del planeta Mercurio, el más
cercano al Sol23. Tales condiciones hacen imposible la vida en este planeta. Si Venus
tuviera un gemelo, este sería la Tierra.

LA TIERRA
¡Ah!, también sobre tus cielos
invadidos por los vuelos
de las nubes en tropel,
nuestro mundo vil fulgura
difundiendo luz tan pura,

22
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “El Donador de Almas”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 214.
23
Nowajewsky B., P. 2005. El Sistema Solar, 2da Edición. Pág. 9-10.

31
que ninguno se figura
que se pene tanto en él…

Esta es la primera de cinco estrofas dedicadas al planeta Tierra visto desde el


cielo mismo, es de destacar el adjetivo vil aplicado a nuestro mundo. No es que el
poeta despreciara a la Tierra y a la humanidad, sino que suponía la presencia de ci-
vilizaciones avanzadas en otros planetas más refinados ante las cuales, comparativa-
mente hablando, los terrícolas y su mundo eran inferiores. Dijo en “Los que quieren
irse de ‘esta estrella’”24: “Nada tiene, por tanto, de extraño que en ese abejeo perenne
de orbes que se encuentran en todos los periodos de la evolución, los haya mejores que
nuestra Tierra; pero advirtamos también, porque es justo que, cuando menos en el sis-
tema planetario del cual formamos parte, la Tierra, lejos de merecer desdenes, es una
de las moradas más amables y bellas”. Volviendo a los versos, la Tierra es un planeta
fulgurante visto desde el exterior; no obstante, sobre la corteza terrestre la humani-
dad se acongoja. Dijo en una de sus conferencias25: “Si penamos tanto en ella, es, más
que todo, debido a la ignorancia y a la malevolencia de los hombres… A su ignorancia,
que no puede prevenir aún muchas enfermedades y miserias que en lo futuro serán
fácilmente remediables…”. Esta tendencia se conserva en las estrofas siguientes.

Mientras reinan en la tierra


pestes, hambres, odios, guerra
y tan arduo es el vivir,
contemplada desde lejos
es un astro de reflejos
de oro y pálido zafir.

Nuestro planeta está caracterizado por la presencia de los jinetes del Apoca-
lipsis quienes se encargan de que no haya paz ni bienestar en la especie humana.
El odio predomina sobre el amor fraternal. La vida suele ser dura, especialmente
en los periodos de escasez de alimentos, crisis económicas y convulsiones sociales.
Este es el retrato de la ‘misérrima Tierra’, no obstante, vista desde el espacio es un
astro de reflejos de oro y zafiro; por lo tanto, el poeta invita a deleitarse en ella26:
“Contempladla dulcemente arrullada por sus océanos, ved sus bosques penumbrosos y
frescos, sus mansos collados de terciopelo, sus ríos que la ciñen como fluidos brazos de
cristal, sus montañas que la defienden, hopadas por la blancura perenne de sus nieves,

24
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Mis Filosofías: I. Filosofando”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág.
572.
25
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 515.
26
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 515.

32
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

sus valles apacibles y su cielo azul y sus auroras nacaradas y la opulenta, majestuosa y
triste policromía de sus crepúsculos…”. Este cuadro contrasta con la imagen descrita
en otra de sus prosas. En Más allá de Neptuno27 dijo, refiriéndose a nuestro planeta:
“¿Cómo pensar que es el centro de su sistema, que pertenecen a un grupo de mundos
entre los cuales nos contamos nosotros, los pobrecitos habitantes de este átomo obscuro
que se llama Tierra, y que nos hemos declarado reyes de la Creación y centro del uni-
verso?”. Es necesario observar que la comparación de nuestro planeta con un átomo
obscuro no se contextualiza desde el espacio exterior sino desde la Tierra misma.
Esta obscuridad quizás se relaciona con la maldad que hay en el mundo.

Mientras duros e inhumanos


se atormentan los hermanos,
nuestro mundo, en la extensión,
a los ojos de otros astros,
es un orbe de alabastros
y turquesas en fusión…

La maldad que hay en la Tierra pueda resumirse en un verso de Marcos Rafael


Blanco-Belmonte ‘Y el hombre para el hombre siempre es un lobo’ (Homo hominis
lupus). Nervo la expresa como un duro e inhumano tormento entre los congéneres.
Con este trato no puede hablarse de hermandad sino de explotación del hombre
por el hombre. El poeta consideraba que esta malevolencia28 “hace que el hermano
atormente al hermano y convierta en infierno lo que Dios quiso que fuera amable
nido de paz, de trabajo, de progreso y de amor…”. Por ello, en su prosa El Cometa29
imaginaba una “humanidad ecuánime, saludable, buena, justa, sin necesidad de códi-
gos, de jueces, de filósofos ni de Moralistas”; donde hubiera “no más guerras, no más
desigualdades sociales, no más prejuicios, no más odioso culto del yo…”. Esta vez la
Tierra, vista desde otros astros se asemeja a una esfera donde se funden alabastros
y turquesas, otras piezas de la pedrería celeste de tonos blancos y azules verdosos,
respectivamente. Es admirable que se tenga esta bella impresión del planeta azul en
un tiempo cuando no existían las fotografías tomadas desde algún satélite artificial
o estación espacial.

Nada importa que suframos,


nada importa que muramos;
27
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones: II. Mirando al cielo”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 1100.
28
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 515.
29
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones: II. Mirando al cielo”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 1101.

33
en el hondo y ancho tul,
¡nuestra tierra, siempre bella,
es la más azul estrella
del divino cielo azul!

No importa sufrir y morir en este planeta. Después de todo, qué es la vida hu-
mana comparada con la edad de los astros. Nervo comentó en “Los que quieren irse
de ‘esta estrella’”30: “Cierto que en este mundo que habitamos hay muchos moscones
que nos molestan, muchos comerciantes que nos roban y nos envenenan, muchos amos
despóticos e irascibles, muchos ricos petulantes, avaros y frívolos, muchos jueces vena-
les, y tontos a porrillo que se regodean en los placeres, mientras otros tontos se mueren
de hambre; pero, tras de que no sabemos si en lejanos planetas hallaremos lo mismo,
hay que pensar en que la humanidad, con relación a la vida de la Tierra es como un
bebé de dos años”. La expresión ‘esta estrella’ se refiere a nuestro planeta. El bardo
tepicense aclaró: “Ya sé que no es ‘una estrella’ señores astrónomos; ya lo sé…; pero
dejadme honrarla con este nombre, ahora que estoy de buen humor”. En el quinto ver-
so de la estrofa vuelve a denominarla de esta manera y la declara como el astro más
azul del firmamento, la morada del hombre. Ahora se sabe que es el único planeta
en el sistema solar que dio abrigo a vida muy diversa, a diferencia de lo que se creía
a principios del siglo XX.

Los amantes de otros mundos


le confían sus profundos
anhelares, en su pos
van los cantos del poeta,
y ella, envuelta en luz discreta,
boga, enorme, augusta, quieta
y gloriosa como un dios…

Nervo era uno de esos amantes de otros mundos. Y no es que hubiera sido pio-
nero del género de la ciencia ficción en la modalidad del fenómeno OVNI y sus cria-
turas alienígenas, sino que era tan limitado el nivel de conocimiento científico sobre
los planetas que se podía dar cabida a cualquier clase de creencia o especulación. El
poeta gustaba de hacer viajes astrales a los mundos del sistema solar, por poner un
ejemplo, a Marte, sobre el que escribió en Divagaciones Planetarias31: “donde la at-
mósfera es sutil y purísima, donde la leve densidad permite a los seres que lo habitan el
30
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Mis Filosofías: I. Filosofando”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág.
573.
31
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “El Donador de Almas”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 214

34
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

divino privilegio del vuelo; donde la vegetación es roja y los mares de un lila prodigioso;
donde existen maravillosas obras de canalización para comunicar los océanos y llevar
el agua, proveniente del deshielo de los polos, por todo el haz del planeta”. Sobre la
habitabilidad de éste, señaló en una de sus crónicas32: “Sin duda que si en Marte hay
habitantes y, como es probable, se dan cuenta de nuestra aptitud para comunicarnos
con ellos (cosa fácil si se tiene en cuenta que deben ser infinitamente más civilizados
que nosotros, ya que su evolución se efectúa desde hace millones de años), escogerán
para cambiar algún signo de inteligencia con la Tierra, periodos tan favorables como
el de la próxima oposición de 1907”. Desde luego que la imagen que ahora asociamos
con un marciano como un ser sanguinario e invasor no se asemeja en absoluto a este
concepto tan elevado de civilización extraterrestre. En esto, mucho tuvieron que ver
H.G. Wells y otros escritores de la ciencia ficción.
El planeta Tierra también ha servido de inspiración a muchos poetas de diver-
sas épocas y nacionalidades. Nervo se cuenta entre ellos y expresa en sus versos que
la Tierra, envuelta en luz, boga por el espacio interplanetario, gloriosa como un dios.
Obviamente el adjetivo calificativo quieto debe de interpretarse como sinónimo de
sosegado, sin turbación o alteración; de otro modo estaría en contradicción con el
verbo bogar que denota movimiento. En este caso, tanto un movimiento de rotación
como de traslación.
Para cerrar esta sección dedicada a nuestro planeta Tierra es preciso recordarla
siguiente declaración hecha, hacia 1961, por el cosmonauta ruso Yuri Gagarin33:
“Dando vueltas a la Tierra en la nave espacial, quedé maravillado con la belleza de
nuestro planeta. ¡Habitantes del Mundo! ¡Protejamos y exaltemos esta belleza! ¡No la
destruyamos!”.

SATURNO
Mira el cielo, amiga mía:
ya se fue la luz del día,
el ocaso rojo está,
y surgiendo del nocturno
mar, el pálido Saturno,
dios lejano y taciturno,
lenta, lentamente va…

¿No lo sabes? Con sus brillos


lo circundan tres anillos,

Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Un mundo enigmático”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 1287-90.
32
33
Rodríguez-Baquero, O.A. s/f. La Trepidante Aventura de Yuri Gagarin, 108 minutos que cambiaron la historia.
Proyecto Museo Español del Espacio. 4 p.

35
triple iris ideal…
¡Ah!, ¡tal vez moran en ellos
mis fantasmas, los más bellos,
en alcázar de cristal!

Nueve mundos lo acompañan,


nueve mundos que lo bañan
en sus luces sin cesar,
y que fingen para él solo
nueve musas de un Apolo
temeroso y singular…

Saturno es el siguiente astro del sistema solar. Emerge lentamente del ‘noctur-
no mar’ a la hora del crepúsculo. Se compara a un dios lejano y taciturno de pálidos
reflejos. Sobre este planeta hizo algunas observaciones que quedaron registradas
en sus Divagaciones Interplanetarias34: “A Saturno, donde el cuerpo, antes mortal,
se ha simplificado y refinado hasta poderse contemplar, a través de sus carnes trans-
parentes, el fuego lejano y tembloroso de las estrellas; donde las moradas son de aire
sólido de un suave tono turquesa; donde los poetas y sus amadas vagan a la luz de
innumerables lunas y de varios halos concéntricos, hechos de fluidos multicolores, y
que ostentan todos los tonos del iris; donde la luz ultravioleta es un agente acumulado
en todas partes y encadenado al servicio de la civilización”. Este ‘taciturno’ astro es
el más distante de los cinco planetas conocidos por los antiguos observadores del
cielo.
Respecto a los anillos que circundan a este planeta y lo distinguen de los demás,
comentó en “Los que quieren irse de ‘esta estrella’”35: “Saturno es, ciertamente, un
mundo admirable, con sus numerosos satélites y sus anillos concéntricos; pero el calor
que recibe del sol es unas “noventa veces” menos intenso que el que logra la Tierra, y
como sus días son mucho más cortos que los nuestros, el frío que sentimos allá no es
para dicho. Un lapón se helaría en dos minutos”. En una de sus conferencias36 dijo:
“Me acerco, señores, a través de este breve y modesto trabajo, sin pretensiones, al mara-
villoso sistema de Saturno, que consta de un inmenso mundo central, 719 veces mayor
que nuestra Tierra; de tres anillos concéntricos…”.
Actualmente se sabe que los anillos de este gigante gaseoso están formados por
innumerables pequeños trozos de hielos que se mantienen girando alrededor del

34
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “El Donador de Almas”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 214.
35
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Mis Filosofías: I. Filosofando”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág.
572.
36
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 510.

36
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

planeta en un plano muy delgado (apenas un kilómetro de espesor)37. Aunque el


poeta habla de tres anillos, en el transcurso de los siglos XX y XXI se han descu-
bierto más.
Respecto a los fantasmas, es bien conocido el hecho de que Nervo era supers-
ticioso y creía firmemente en la existencia de ellos. En sus versos llega a imaginarse
que moran sobre la superficie de los anillos de Saturno. Basta leer su prosa De la co-
rrección que debemos observar en nuestra actitud para con los fantasmas38: “La huma-
nidad - ciertas clases sociales, en especial - se afina. Nuestros sentidos se aguzan. Hay
ya resquicios entre la sombra, a través de los cuales adivinamos la cuarta dimensión…
La eventualidad de topar con un fantasma puede ocurrir a todo el mundo. Conviene,
por tanto, meditar nuestra actitud”. Si éstos llegasen a habitar en un alcázar de cristal
sobre los anillos de Saturno sería improbable toparse con ellos.
Sobre los nueve mundos, se refiere sin duda a las lunas de Saturno. Dijo sobre
este planeta39: “… parece deducirse que Saturno gira más rápidamente en el Ecuador
que en las latitudes boreales y australes, como Júpiter y el Sol, lo cual prueba que aún
no está solidificado y que apenas traspone el ciclo en que era un sol para su enjambre
de nueve mundos, radiando en medio de ellos como el Apolo divino en medio de las
nueve musas eternas”. Aunque no es creíble que este planeta pueda ser bañado con
luz propia de los satélites, pues carecen de ella, sino con la luz del sol qué éstos re-
flejan. Respecto al número de satélites, comentó en la crónica 8 de Mayo40 1905: “el
otro, Saturno, con sus diez lunas (la última de las cuales acaba de ser descubierta por
el astrónomo americano Guillermo Pickering)”. Es de suponer que al escribir el poe-
ma ignoró a la luna descubierta por Pickering prefiriendo retener el número nueve
anterior, relacionado con las musas eternas presididas por el Apolo divino. No obs-
tante, en un poema posterior del libro Elevación, ‘La hondura interior’, se incluye a
este décimo satélite: “ya no contemplo al taciturno / y melancólico Saturno, / con sus
anillos y el cortejo / de diez satélites, errar / por la extensión como un dios triste / bajo
la pompa que lo viste”…Puede observarse, que vuelve a utilizar el adjetivo taciturno
para referirse a este Apolo. Otro Apolo sería Júpiter, uno de los gigantes gaseosos.

JÚPITER
Dulce amiga, mira el cielo,
y en su vasto terciopelo
otro globo encontrarás:

37
Arribas A. y Sánchez A. s/f. El Sistema Solar: la Tierra, el Sol y los Planetas. Planetario de Madrid. 4 p.
38
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Mis Filosofías: II. Diálogos Hipotéticos”, Tomo II, 2ª.
Ed. Pág. 589.
39
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 511.
40
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. Artículos y Crónicas. La semana. Tomo I, 2ª. Ed. Pág.
1129.

37
rey coloso del abismo,
al cual pule un cataclismo
formidable y pertinaz…

Es el Júpiter tonante
de los mitos, el gigante
del sistema, en formación;
en él pugnan cual titanes
terremotos y huracanes,
sacudiendo el vasto embrión.

El astro en turno es Júpiter, el rey de los planetas. Es pertinente considerarlo


un globo, ya que está compuesto de dos gases: hidrógeno y helio, los elementos más
abundantes del universo. Su actividad sísmica ya era del conocimiento del poeta
quien en sus Divagaciones Interplanetarias41 dijo sobre este ‘coloso del abismo’: “A
Júpiter, donde la naturaleza apenas pasa por sus primeras crisis geológicas; donde los
mares turbulentos, de que más tarde ha de surgir la vida, cuajan archipiélagos de algas
que a poco desaparecen, y se encrespan y se agitan, furiosos de no hallar, para lamerlos
con caricia infinita, ni los cantiles de una roca ni las arenas de una playa”. Es lógico
que al considerarle un planeta en etapa embrionaria, suponga que no haya surgido
la vida y que ésta tenga que aparecer posteriormente en los mares, de modo análogo
a la Tierra.
La idea de que se trataba de un planeta en formación ya había sido expresada en
“Los que quieren irse de ‘esta estrella’”42: “En cuanto a los planetas mayores, Júpiter
está apenas en formación: no ha perdido aún del todo su calor propio, y cuando la
Tierra haya alcanzado un periodo de evolución avanzadísimo, en aquel globo chato y
gigantesco apenas se moverán entre los légamos los grandes monstruos primordiales”.
En sus conferencias43 expresó lo siguiente: “el espectáculo de Júpiter es inefable.
Para todos ellos (los satélites) se levanta como un inmenso disco, que cambia de color
a cada momento. Todos ellos siguen paso a paso su evolución astral, auscultan, por
decirlo así, los latidos de aquel corazón inmenso, asisten a las enormes convulsiones de
aquel coloso organismo y todos ellos verán un día surgir tembloroso, incierto titánico,
sobre el haz del planeta, al Adán destinado a habitarlo…”. Luego agregó, refiriéndose
a los satélites: “Cada uno de esto mundos posee sus años especiales, sus días, y proba-
blemente también sus estaciones, a las cuales presta su contribución el globo inmenso

41
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “El Donador de Almas”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 214.
42
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Mis Filosofías: I. Filosofando”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág.
572.
43
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 509.

38
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

en cuyo derredor giran y que fue sin duda el primer objeto de su adoración, cuando la
mirada de sus moradores por primera vez se alzó a los cielos”. Esto demuestra que el
poeta creía en la habitabilidad de las lunas de Júpiter (satélites Galileanos) mientras
descartaba la del planeta central. Tal creencia estaba apegada al conocimiento astro-
nómico de la época.
Actualmente se tiene conocimiento que Ganímedes es la más grande de las
lunas planetarias y tiene su propio campo magnético. Un océano líquido yace bajo
la congelada corteza de Europa; mientras que un océano congelado yace bajo la
corteza de Callisto44. Es probable que puedan existir formas primigenias de vida en
la segunda luna.
La presencia de terremotos y huracanes en este gigante del sistema aplica más al
cuarto de sus satélites Galileanos, Io que está considerado como el cuerpo más vol-
cánicamente activo del sistema solar. En el año 2003 los astrónomos descubrieron
23 lunas nuevas orbitando el planeta gigante. Júpiter, tiene ahora oficialmente 63
lunas lejos la mayor cantidad en el sistema solar. Muchas de las lunas son, probable-
mente, asteroides capturados por la gravedad del planeta gigante45.Con este coloso
se cierra el telón de los astros.

Dulce amiga, ya miraste


el azul, ya contemplaste
su milagro de zafir;
ven ahora con tu dueño:
tuve anoche un raro sueño
que te voy a referir…

En la estrofa final, el poeta hace una recapitulación, a modo de sonata, en don-


de vuelve a aparecer en escena su amiga imaginaria. Como en los cuentos de “Las
Mil y una Noches”, Nervo, en el papel de Sheherezada se dispone a iniciar un nuevo
relato que no es otra cosa sino el poema complementario de ‘Astros’; Yo estaba en el
espacio…

44
Nowajewsky B., P. 2005. El Sistema Solar, 2da Edición. Pág. 19.
45
Óp. Cit.

39
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

41
YO ESTABA EN EL ESPACIO

P ublicado en la obra En Voz Baja (1909), viene a ser la continuación o el comple-


mento de ‘Astros’. Al igual que éste, aborda la temática ‘astral’ o ‘espacial’ enfo-
cándose en otros cuerpos celestes no incluidos allí. Esta vez no recurre a una segun-
da persona imaginaria sino que habla en primera persona, en un estilo surrealista
y onírico. Su imaginación lo lleva a viajar a través del espacio sideral alejándose de
nuestro sistema solar, hasta el punto de adentrarse en otras galaxias o nebulosas.
Este fascinante ‘viaje a las estrellas’ no está exento de riesgos y emociones que el
poeta gusta compartir con sus lectores. Más semejante a Ícaro (de la obra Ícaro
Menippus del autor griego Lucian de Samosata) que a un tripulante de nuestros mo-
dernos transbordadores cuenta con unas enormes alas que le permiten desplazarse
a velocidades considerables y aproximarse a aquellas masas estelares abundantes en
energía. Este poema es una buena ocasión para acompañar al poeta en su vuelo inte-
restelar sin necesidad de ir a bordo de una nave espacial. Así dice la primera estrofa.

EL CENTRO SIN CIRCUNFERENCIA


Yo estaba en el espacio.
¿En qué punto? ¡Quién sabe!
El espacio es un círculo
cuyo centro se halla en todas partes
y su circunferencia
en ninguna.
Yo estaba en alma y carne
en el espacio, libre y poderoso
como un ángel.

En este poema no hay invitación alguna para mirar el cielo estrellado, sino que
el autor ya se encuentra ubicado en algún punto desconocido del espacio exterior.
Para definir al espacio, el poeta recurrió al concepto del centro sin circunferencia

42
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

que ya había encontrado en el filósofo y matemático francés Blaise Pascal, uno de


sus más ilustres avatares. Esta frase se atribuye a él:“La naturaleza es una esfera in-
finita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna”46. Nervo sólo
sustituyó ‘espacio’ por ‘naturaleza’ y ‘círculo’ por ‘esfera infinita’ para obtener un
nuevo aforismo como variante del original. De cualquier modo, aun la región que se
encuentra más allá de la atmósfera terrestre no deja de ser parte de la naturaleza y
la esfera no es más que un círculo de tres dimensiones. Por otro lado, se asume que
el espacio es infinito y tridimensional de tal modo que el nuevo concepto está bien
sustentado. Esto da pié para proseguir con los siguientes tres versos donde sugiere
que su presencia en el espacio era en forma semejante a la de un ángel. A menudo
se ha considerado que estas criaturas habitan en los lugares celestiales, la diferencia
estriba en que el poeta no se consideraba un ser etéreo y no cumplía con funciones
de mensajero47. Pero era libre y poderoso, con la facultad de moverse por el vacío
infinito a velocidades similares a las de una nave espacial. Escribió en su poema ‘El
Viaje’ del libro Serenidad (“Ad Astra…”): Viéndome adviertes las huellas / de una
ruta portentosa: / la espiral vertiginosa / que conduce a las estrellas.

LAS ESTRELLAS GIGANTES


En mi torno bogaban las estrellas,
las estrellas gigantes,
como una imponderable flota de oro
incendiada, en un mar imponderable.

En sólo una estrofa de cuatro versos se mencionan las estrellas gigantes; es de-
cir, de mayor tamaño que el Sol. Hay una analogía con una flota de oro incendiada
en un mar del que no se pueden estimar sus dimensiones. Así de vasto es el universo.
Desde el punto de vista científico, una estrella no es más que una gran masa de gas a
alta temperatura que emite una gran cantidad de calor y de luz. Esto lo sabía Nervo,
sin embargo, en uno de sus ensayos las consideró “maestras de la humanidad, guías
del nauta, serenadoras de las almas, embeleso de los ojos, lumbre divina del ideal…”48.
Siguiendo con esta idea escribió en otro ensayo49: “Con sus rayos pálidos nos envían

46
De Pourtales, A. 2012. Publicación online. http://pijamasurf.com/2012/05/en-un-universo-cuyo-centro-es-
ta-en-todas-partes-y-su-circunferencia-en-ninguna/.
47
mal<ak (‘m[l;Ja, 4397), «mensajero; ángel»). En ugarítico, arábigo y etiópico, el verbo le<ac significa «enviar». Aun
cuando le<ac no existe en el Antiguo Testamento hebraico, se puede percibir la relación etimológica con mal<ak. Es
más, el Antiguo Testamento usa el vocablo «mensaje» en Hag 1.13 (RVA), término que incorpora el significado de la raíz
le<ac, «enviar». Otro nombre derivado de la misma raíz es mel<acã, «trabajo», que aparece 167 veces. El nombre Mala-
quías (malachi), literalmente «mi mensajero», se basa en el nombre mal<ak. Unger M.F. and White W. 2000.Diccionario
Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville: Editorial Caribe). Pág. 39.
48
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Si se apagara el sol”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 855.
49
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “La paz que baja de las estrellas”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág.
864-65.

43
desde millones de millones de kilómetros de distancia un beso de amor y simpatía que
viene a anidar, dulce y casto, en nuestras frentes contemplativas”. Concluye; “Ellas son
las compañeras de las almas que tienen sed de luz y hambre de amor; y por eso, cuan-
do las contemplamos, se desvanecen como por encanto nuestras pequeñas angustias
de una hora, y por eso una divina paz desciende hacia el corazón del hombre en las
noches límpidas: ¡la paz que baja de las estrellas!”. El poeta ya no tuvo necesidad de
esperar que la paz bajara de las estrellas al tenerlas tan cerca de sus manos. Nervo
fue un nauta capaz de ‘ir en espíritu hasta las estrellas, de consolarse con la contem-
plación de las estrellas, de medir y pesar las estrellas, de sentirse más grande que las
estrellas’. Pasemos a los soles.

LOS DOS SOLES


Recuerdo de dos soles,
verde el uno y el otro blanco; errantes
el uno eternamente en pos del otro,
buscándose los dos sin encontrarse.
¡Qué esmeralda!
¡Qué diamante!
¡Qué milagro de blancuras impolutas!
¡Qué prodigio de verdes ideales!

Aunque los soles también son estrellas, se les considera en una estrofa aparte.
El color de los soles corresponde más a un simbolismo. Nervo comparaba al uni-
verso con un ‘joyero de indescriptibles piedras preciosas’. En su prosa50, describió
a la Andrómeda, la galaxia más cercana, “donde una estrella rubia gira en rededor
de una estrella de esmeralda, alrededor de la cual gira a su vez un sol azul, un sol
de ensueño; al Cisne, donde Albires muestra el milagro de dos soles, amarillo el uno,
azul oscuro el otro”. También se refiere al Delfín, “donde un sol color de topacio gira
alrededor de un indefinible astro verde…”. Define “a los soles blancos, que son la ju-
ventud del cosmos; a los soles amarillos que son la madurez; a los soles rojos, que son
la ancianidad…; a las nebulosas, que son la esperanza…”. Puede notarse cuánto se
repite la utilización del color verde en su léxico astronómico y cómo considera a los
soles blancos la juventud del cosmos. Ciertamente, en el universo existen regiones
donde se crean estrellas, en los versos se expresa que los dos soles se buscan uno al
otro sin encontrarse jamás. Es lógico que dos cuerpos celestes de la misma masa no
puedan compartir un espacio en común. Lo normal es observar sistemas planeta-

50
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Divagaciones Interplanetarias”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág.
215.

44
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

rios en torno a otras estrellas semejantes a nuestro Sol, pero nunca dos soles dentro
del mismo sistema. En el plano moral, quizás el poeta sugiere que nunca pueden
alcanzarse simultáneamente dos ideales cuyos fulgores pueden compararse al de las
piedras preciosas. Dentro de esta pedrería, llena de soles en forma de esmeraldas y
diamantes, no podían faltar los cometas.

EL COMETA
Recuerdo de un cometa
enorme, de verdosas tenuidades,
cuya cauda tenía
la forma de un alfanje
y que, bohemio sideral, cruzaba,
ingrávido, las noches inmutables,
sembrando acaso gérmenes de vida
en planetas distantes…

Otra vez aparece el color verde aplicado ahora a un cuerpo planetario menor.
Aunque se trate de un cometa enorme su tamaño es pequeño comparado con el
de un planeta. Probablemente este recuerdo viene asociado con un suceso de la
época de Nervo cuando la Tierra debía pasar a través de la cola del gran cometa
de Halley. Nuestro planeta pasaría “a través de las infinitas y tenues partículas de
la cauda cometaria, como una bala de cañón a través de un enjambre de moscas.
La tenuidad de estas caudas es tal, que a través de ellas se ven aún los más peque-
ños astros…”51. Sobre estas verdosas tenuidades el poeta agregó: “Tal tenuidad se
explica porque los gases que forman las colas se dilatan al aproximarse al sol, según
su esencial propiedad; y esta dilatación efectuase en un medio imponderable, como
el éter, que no le pone coto, siendo, por tanto, indefinida. De allí las colas enormes,
fantásticas, irreales casi, casi ingrávidas, en comparación de las cuales el más leve
celaje o la más ligera pluma que boga por el aire resultan groseros y pesados”. Para
la época de Nervo todavía se creía en la existencia del éter, de ahí derivan todas
las conclusiones a las que llegó. Aunque es verdad que los cometas son cuerpos
sólidos compuestos de materiales que se subliman al aproximarse al Sol. La cola,
en forma de un alfanje, siempre orientada en sentido opuesto al Sol, tal vez esté
basada en las órbitas elípticas de gran excentricidad que describen estos cuerpos
celestes. El calificativo de ‘bohemio sideral’ ya es una visión muy particular del
poeta. En un poema anterior (“Rima” IX del libro Perlas Negras), ya había emplea-

51
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones: II. Mirando al cielo”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 1101.

45
do el término ‘bohemio’: El cometa bohemio, que dilata / su cauda fulgurante por
l’altura, / es el cinto de plata / con que ciñe la Noche su cintura.
En los dos últimos versos de la estrofa el poeta plantea la posibilidad de que
entre el polvo y hielo del cometa, pudieran transportarse gérmenes de vida de un
planeta a otro. Dijo en uno de sus ensayos52: “hay gérmenes que resisten sin morir el
frío del espacio, ya que la naturaleza y la vida tienen plasticidades sorprendentes…”.
Esta idea se reafirma en su poema ‘Los Cometas’ del libro Serenidad (“Ad Astra…”):
La luna en creciente, con / su terminador dentado, / finge en la azul extensión / un
peine de luz, forjado / para peinar cabelleras / de cometas errabundos, / que en la
noche sin riberas / van derramando fecundos / gérmenes de venideras / especies sobre
los mundos.

EL SOL SOLITARIO
Y recuerdo de un sol sin sistema,
solitario coloso radiante,
que alumbraba tan sólo el vacío,
como fuego ya inútil, que arde.

Esta ilustración de un sol sin sistema es algo extraña al conocimiento astronó-


mico de la época. Probablemente se trate de una mera conjetura de Nervo al margen
de las observaciones telescópicas. No obstante, en la actualidad se han detectado
estrellas en formación con estructuras que podrían dar lugar a planetas en el futuro.
Pero aún este escenario no implica que estos soles jóvenes sean unos ‘solitarios co-
losos radiantes’ cual lámparas que alumbran tan sólo el vacío. En el caso de los soles
ya formados, hasta ahora no se han observado, en otras galaxias, sistemas planeta-
rios sin planetas orbitando cerca de sus estrellas; en cambio, sí existen las estrellas
moribundas pulsantes. El poeta diría ahora en su bitácora de vuelo, según el poema
‘El Viaje’ del libro Serenidad (“Ad Astra…”): Piensas que a Sirio llegué / (y envidias
tamaño lauro) / o que el Alpha del Centauro /con mis ojos desdoblé. Probablemente
en esta constelación haya observado a los soles extintos.

LOS SOLES EXTINTOS


Y recuerdo de soles extintos,
que en siniestro enjambre,
arrastraban sus negros planetas
en donde pensaron las humanidades…

52
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los que quieren irse de “esta estrella”, Tomo II, 2ª.
Ed. Pág. 572.

46
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

¡Sus negros planetas helados!


¡Sus negros planetas cadáveres!

Quizás no exista en la poesía de Nervo una estrofa más llena de negrura, sin
embargo, una escenografía similar aparece en el poema “¡Muerta!” del mismo libro:
Tal vez en un planeta bañado de penumbra / sin fin, que un sol opaco, ya casi extinto,
alumbra / cuitada peregrina, mirando en rededor / ilógicos aspectos de seres y de co-
sas /absurdas perspectivas, creaciones misteriosas, que causan extrañeza sutil y vago
horror. Ese sol ya casi extinto corresponde a la moderna imagen de una moribunda
estrella pulsante. En 1991, Radioastrónomos detectaron el primer planeta extrasolar
orbitando una estrella de esta naturaleza, aunque la mortal radiación del pulsar im-
pide que se forme vida, fue el primer ejemplo de estrella produciendo planetas, dis-
tinto a nuestro Sol53. Nervo sugiere que estos negros planetas estuvieron alguna vez
habitados por seres humanos, pues creía en la vida inteligente más allá de nuestra
atmósfera terrestre. Esta idea ya estaba arraigada en su mente antes de relacionarse
con la comunidad astronómica de su tiempo. En uno de sus poemas de juventud,
‘A la luz de las estrellas’, se preguntaba lo siguiente: ¿Qué habrá en eso luminares /
prodigados a millares / por la cándida extensión? / ¡Quién sabe! Mas sus fulgores / no
sé que dicen de amores / al ardiente corazón… / ¿Acaso, Dios sin segundo, / de cada
uno hiciste un mundo / como éste en que habito yo, / donde viva quien te alabe? / ¡Ay
de mí, sólo Dios sabe / las maravillas que crió! Como puede notarse, esta idea estaba
sustentada más en la teología que en la ciencia.
Por otro lado, le preocupaba que estuviera cerca el día en que el mundo se
quedara sin sol. Esto dice en su prosa: “Imaginemos que de pronto se apagara el sol
para el enjambre de humanos que nos movemos alrededor de él… ¡Qué espanto! ¡Qué
horrible desconcierto! ¡Qué frío!”54. Al final declara: “¡Qué importa, pues, señores
astrónomos, que esta estrella familiar que nos alumbra se extinga antes de lo que
pensáramos; ya dio tiempo a muchas, a incontables generaciones, para amar, para
pensar, para soñar, para hacer el bien!... Que se apague en buena hora”. No obstante
su aparente indiferencia, el poeta nunca pudo apartar de su mente aquellos negros
pensamientos que llegaron a ensombrecer su alma. Quizás se veía a sí mismo ya-
ciendo inmóvil sobre la superficie de uno de esos negros planetas cadáveres.

DANTE ALIGHIERI
¡Oh!, no sé cómo estoy vivo ahora
después de ese viaje;

53
Nowajewsky B., P. 2005. El Sistema Solar, 2da Edición. Pág. 28.
54
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Si se apagara el sol”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 857-58.

47
¡no sé cómo me atrevo a escribirlo!
rojo padre Dante,
¡tú no viste las cosas tremendas
que me fue dado ver, rojo Padre!

Las dos últimas escenas de su viaje, algo siniestras y perturbadoras, quizás le


hayan hecho dudar sobre su propia integridad. El haber contemplado un sol sin
sistema y un sistema planetario yerto le causaron una fuerte impresión por estar, al
menos el segundo, vinculado a la muerte de un ser querido. Tal vez, sin ser cons-
ciente de ello, proyectó sus temores y angustias sobre los negros balcones de lo in-
finito. Había dicho en su prosa55: “Yo he sondeado el horror de los ‘sacs á charbon’,
¡negros balcones de lo infinito por donde se asoma el horror de la nada!”. Es probable
que con esa locución francesa se refiera a lo que hoy conocemos como agujeros ne-
gros, cuyo nombre inicial era el de “estrellas oscuras o congeladas”.
Toda la estrofa está dirigida al escritor italiano Dante Alighieri, a quien deno-
mina rojo Padre. Tiene razón en afirmar que Dante no vio las mismas cosas que él,
pues el autor de la Divina Comedia, en los 100 cantos que la componen, narra con
erudición alejandrina no exenta de crítica a la clase dirigente de su tiempo, un viaje
por el Más Allá recorriendo el Infierno y el Purgatorio, guiado por el poeta Virgilio,
y el Cielo, guiado por su amada Beatriz. Dante utiliza el modelo geocéntrico ptole-
maico sencillo de siete esferas deferentes y seis epiciclos (el Sol carece de epiciclo),
en el que la Tierra, redonda e inmóvil, está situada en el centro y contiene el Infier-
no en su interior. El Purgatorio es un monte escarpado situado en las antípodas de
Jerusalén (Gerusalemme), sobre una isla inaccesible y sustenta en la cumbre el Pa-
raíso Terrenal, desde donde se alcanza el primer Cielo, u Orbe Lunar, que separa el
Universo Perfecto superior del Mundo Imperfecto terrenal, sede del pecado, donde
vive el hombre56.
Aunque en el Infierno y el Purgatorio se describen escenas o situaciones que
causan espanto de allí proviene el término “dantesco”, ninguna se asemeja a la
horrible visión cósmica ad náuseam experimentada por Amado Nervo. Pese a estos
inconvenientes del viaje, el poeta siguió con su recorrido interestelar.

LA VOZ DEL ALMA


Surgió una voz de pronto, que me dijo: “¡Detente!”
(surgió dentro de mi alma, porque el espacio es mudo.)
Y me detuve lleno de horrores, y mi mente

55
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Dos Rivales”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 253.
56
Martos, A. 2009. Breve Historia de la Carrera Espacial. Ediciones Nowtilus, S.L. Pág. 37.

48
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

quiso exhalarse en una plegaria, mas no pudo.


“¡Detente, un sol avanza por su órbita. Pudiera
cruzarse con tu ruta la línea misteriosa
que sigue, y como pluma que cae en una hoguera,
como perla de ámbar, como gota de cera,
fundir tu cuerpo en esa fotósfera espantosa!”

Este par de estrofas representan un alto en la ruta del nauta galáctico. La voz
que da la orden de detenerse no es la de un jefe de pelotón sino la voz de su concien-
cia. Aunque en su prosa reconoce que en el Universo todo canta(“nada se desplaza
sin producir una vibración en ese fluido imponderable que invade el espacio; ni el gra-
no de arena que resbala del montículo levantado por la hormiga, ni el sol que boga por
la eterna línea de su órbita parabólica57”) lo cierto es que en ese vacío (el cual puede
compararse con un mar inmenso respecto a la masa de los astros, que vienen a ser
como islotes de materia dispersos por todo el cosmos) atravesado por la radiación,
las ondas y demás frecuencias no hay voces fundamentales resonando a través de los
negros balcones de lo infinito.
Sin proponérselo, el ‘viajero a las estrellas’ estuvo a punto de interferir con la ór-
bita de un sol no especificado. Aunque los versos no dicen nada sobre la naturaleza
de las alas del nauta, este pasaje hace recordar el relato sobre Ícaro, quien volando se
acercó tanto al sol sin prever que el calor llegaría a derretir la cera de sus alas hasta
el punto de ocasionar que éste se precipitara al mar. De continuar en ese mismo
trayecto, el poeta correría el riesgo de fundirse al interior de la fotósfera, esa capa
externa del sol formada por gases ionizados que emiten luz y en cuya superficie pue-
den alcanzarse temperaturas de seis mil grados centígrados. Tales temperaturas son
capaces de derretir al más denso de los metales. El poeta continúa el relato espacial
en su poema ‘El Viaje’ del libro Serenidad (“Ad Astra…”): Te engañas; más lejos fui
/ que la estrella más lejana / (Noche; misteriosa hermana, / tú lo sabes, tú lo di... Esa
estrella más lejana aparece a continuación.

LA ESTRELLA PASAJERA
La estrella, en tanto, crecía,
y a medida que avanzaba,
el infinito invadía
y se desredondeaba
en tremendas explosiones,

57
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Divagaciones Interplanetarias”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág.
215.

49
en inmensas convulsiones;
y yo, viéndola, inmóvil estaba.

En el momento que vio a la estrella moverse en órbita circular, el poeta ‘quedó


como en éxtasis’, según la expresión de su poema ‘Cobardía’(Serenidad). El creci-
miento de la estrella no era en sentido real sino virtual debido al acercamiento gra-
dual del astro al campo visual del observador. La descripción del fenómeno cósmico
se relaciona con las manchas solares que tanto interés despertaron en él. Escribió en
su prosa58: “El sol es, pues, una fuente bastante fiel de energía, a pesar de las inquietan-
tes manchas que, a veces, ocupan enormes extensiones de su superficie y que producen
formidables convulsiones magnéticas”. Agregó en uno de sus ensayos59: “Aunque estas
manchas cambian de forma, se desvanecen y reaparecen, están formadas de grandes
masas sólidas, estables en medio de la superficie del sol, como son las montañas en
nuestros continentes, o los grupos de islas en medio del océano”.
Amado Nervo sabía que las manchas solares se deben a las turbulentas erup-
ciones de energía en la superficie a las que denominó ‘explosiones’ y ‘convulsiones’.
Aunque se refería a una estrella distinta a nuestro Sol, se considera que estas re-
acciones ocurren de manera semejante en los millones y millones de estrellas que
pueblan el universo. La temperatura superficial determina el color de la estrella.

Pronto mi ángulo visual


fue a la estrella tangencial
y aprecié la mole aquella:
¡Cuán terrible, mas cuán bella!
¡Oh, cuán bella era la estrella,
roja dalia sideral!
me olvidé de mis temores
ante aquella portentosa
visión, y cual mariposa
que enloquecen los fulgores,

quise mis alas quemar


en el inmenso crisol,
en su pos quise volar…
Mas ¡ay!, al irlo a intentar
¡ya había pasado el sol!

58
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Si se apagara el sol”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 856.
59
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Abismos”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 763.

50
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

La visión de la estrella era para dejar perplejo a cualquiera. Nervo la definió


como bella y terrible. Así suele calificarse a ciertas mujeres (Bella e cattiva). Se trata-
ba de una estrella rojiza cuya temperatura superficial es menor que la de nuestro sol,
aun así estaríamos hablando de algunos tres mil grados centígrados, suficientes para
fundir metales pesados y ni se diga unas simples alas. De modo análogo a Cobardía,
durante unos instantes el poeta estuvo paralizado por el temor y cuando intentó
reaccionar, ya era tarde. Lo venció la nada despreciable velocidad de la ‘roja dalia
sideral’ (225 km/s) comparable a la de un meteoro; aunque aquí no ‘la dejó pasar’
deliberadamente en un acto de cobardía sino involuntariamente en un momento de
indecisión. Se quedó con las ganas de darse una ‘chamuscada’ en ese inmenso crisol
lleno de turbulentas erupciones de energía, pero la ignota estrella resultó ser dema-
siado esquiva. No le dio tiempo de batir sus alas para volar en pos de ella. Pasó cual
sublime visión fugaz, al igual que la joven irlandesa de ojos azules, dejando al poeta
totalmente perplejo. Sin embargo, ahora sí pudo decir en palabras de su poema ‘El
Viaje’ del libro Serenidad (“Ad Astra…”): Al vértice omnirradiante / de donde todo
dimana / tal vez llegué, tal vez ante / Aquél en cuyo semblante / hay más luz que en la
mañana. / (Tú lo sabes, expectante / noche, misteriosa hermana…). El poeta continuó
su viaje por ‘la espiral vertiginosa que conduce a las estrellas’.

LA FUERZA GRAVITATORIA
Un dios misterioso y fuerte,
que, como juglar divino,
en el éter se divierte,
lanza y recibe con tino
sus enjambres de cometas,
de soles y de planetas,
en perenne torbellino.

Y a tales juegos y a tal


torbellino, la ilusión
de un inglés original
llamó la Ley de atracción,
de atracción universal.

Cuando Nervo habla de una deidad misteriosa y fuerte no se refiere al Dios


del cristianismo, hay algo de panteísmo en esta estrofa al creer que la totalidad del
universo es el único dios. De este modo, ese juglar divino no es el dios revelado de
alguna de las grandes religiones del mundo sino una fuerza impersonal que mantie-
ne a los cuerpos planetarios, tanto mayores como menores, ‘en perenne torbellino’.

51
El poeta se refiere a esta fuerza como la Ley de atracción universal. También se co-
noce como la Ley de la Gravitación Universal y fue descubierta por Newton cuando
le cayó una manzana en la cabeza mientras disfrutaba de una siesta debajo de un
manzano. La publicó en 1686 en sus Mathematical Principles of Natural Philosophy.
Se puede enunciar de la siguiente forma: “Toda partícula material del universo atrae
a cualquier otra partícula con una fuerza directamente proporcional al producto de
sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa”60.
Es necesario adquirir el conocimiento de esta ley para poder llegar a comprender los
principios básicos del Universo.
Ahora conocemos las reglas básicas que regulan el Universo, además de las
interrelaciones gravitatorias de sus elementos constituyentes, tal como vienen ex-
presadas por la teoría de la relatividad desarrollada entre 1905 y 1916. También
conocemos las reglas básicas a las que se atienen las partículas subatómicas y sus
interrelaciones que fueron elegantemente formuladas en la teoría cuántica desarro-
llada entre 1900 y 1930. Además, hemos observado que las galaxias y los cúmulos
galácticos son las unidades básicas del Universo Físico, como se descubrió entre
1920 y 193061. Nervo ya no profundizó en estas novedosas e intrincadas teorías
sino que se limitó a ponerse al día con las observaciones hechas por los astrónomos
de su tiempo; de todos modos, es de agradecer el interés que siempre demostró
tener por el conocimiento científico en general, y por el estudio de los planetas en
particular.

CODA
Mas yo que ese juego vi,
yo que al juglar admiré,
raro canto le ofrecí,
más raro libro pensé:
y el canto… ¡lo traigo aquí!
y el libro… ¡lo escribiré!

No cabe duda que “esa gran sinfonía de los mundos, ese gigantesco orfeón del
infinito” fue lo que motivó al bardo tepicense a escribir este raro canto con tintes de
ciencia ficción. Nervo debió de sentir fascinación por las misteriosas interrelaciones
gravitatorias a las cuales personificó ingeniosamente en la figura de un juglar que
se divierte lanzando y recibiendo “enjambres de cometas, soles y planetas” como si
se tratase de un juego de marionetas. Más allá de las representaciones surrealistas,

60
Inzunza, J. s/f. Publicación online. http://www.dgeo.udec.cl/~juaninzunza/docencia/fisica/cap9.pdf.
61
Asimov, I. s/f. El Secreto del Universo y otros Ensayos Científicos. Biblioteca Científica Salvat. Pág. 264.

52
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

oníricas y cuasi-fantásticas del Universo y sus componentes, este poema es un re-


conocimiento a la obra de dos grandes sabios de la humanidad: Pascal y Newton,
quienes, aunque no se distinguieron por ser grandes astrónomos, sentaron las bases
matemáticas para la noción del espacio y la fuerza de gravedad. Finalmente, esta
composición representa un ascenso espiritual basado en una hipotética posición
en un punto del espacio… una revelación sobre el Universo y sus misterios… una
tentativa por mirar a través de las estrellas…

53
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55
EL GRAN VIAJE

E scrito durante el otoño de 1917 e incluido en el libro El Estanque de los Lotos,


este poema representa un hito en la poesía mexicana. Aunque no fue la pri-
mera ocasión que Amado Nervo abordó un tema afín a la ciencia ficción, esta vez
dejó para la posteridad una de las mayores interrogantes jamás planteada por un
hombre de letras cuya dilucidación tuvo que aguardar hasta la segunda mitad del
siglo XX. Y es que pocos se han atrevido a vaticinar de un modo tan vívido el adve-
nimiento de la era espacial y el surgimiento de los cosmonautas como una estirpe
de exploradores, ya no de nuevos continentes sino de otros mundos allende la at-
mósfera y campo magnético terrestres. Cual si se tratase del cumplimiento de una
profecía, los sucesos que caracterizaron a esta nueva era vinieron a demostrar que
aquellos “osados ensueños del poeta” llegarían a ser algo más que una divagación:
la realidad misma. Al igual que ciertos escritores del género de la ciencia ficción,
este visionario poeta se anticipó, por lo menos 40 años, a los hechos de nuestro
tiempo. Hizo viajes espaciales sin transbordador, contempló a los astros de cerca,
exploró los recovecos del Universo y se maravilló del gigantesco orfeón del infinito.
Y no necesitó más poder que el de su imaginación creativa y fecunda, se pregun-
taba a sí mismo: ¿Quién será capaz de explorar esos nuevos mundos salvando la
enorme distancia que los separa, tal como lo hizo un famoso navegante hace cuatro
siglos y un cuarto? ¿Lo permitirá la tecnología a desarrollarse durante el siglo XX?
Esto dice la primera estrofa.

¿Quién será, en un futuro no lejano,


el Cristóbal Colón de algún planeta?
¿Quién logrará, con máquina potente,
sondear el océano
del éter, y llevarnos de la mano
allí donde llegaron solamente
los osados ensueños del poeta?

56
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Aunque los escritores de la ciencia ficción de algún modo se anticiparon a los


hechos, tal vez nadie se atrevió a vaticinar un periodo determinado para el cum-
plimiento de aquellas ingeniosas aventuras recreadas por la imaginación. Aquí es
donde radica el valor de esta interrogante al pronosticar la realización de un hecho
en ‘un futuro no lejano’; o sea, en el transcurso de un siglo a lo sumo. Pero, ¿por qué
tomar como modelo a un navegante del siglo XV para realizar una misión en el siglo
XX o XXI? Porque Cristóbal Colón fue el primer gran explorador de la humani-
dad. El historiador Escamilla62 dijo sobre él: “Su siglo no supo hacer justicia a sus
méritos. El siglo XIX sabrá, ya que en su desgraciada época fue olvidado por completo,
honrar su memoria, rindiendo justo homenaje al genio investigador que hizo surgir en
su cerebro un nuevo mundo”. Colón fue un hombre adelantado a su época. Por ello
no fue bien comprendido. La clave está en que de la mente de este almirante geno-
vés surgió un nuevo mundo, en un tiempo en que se creía que la tierra era plana. Y
aunque in sensu stricto no fue un conquistador tuvo el mérito de haber explorado
las Indias Occidentales. Después de cuatro siglos de injusto olvido, fue revalorado
gracias a las investigaciones serias que se hicieron sobre su vida y obra.
Ya en el amanecer del siglo XX no tardó en aparecer en escena otro expedi-
cionario como él. Fue un coetáneo de Amado Nervo, el explorador noruego Roald
Amundsen63, quien junto con cuatro hombres en la fecha del 14 de diciembre de
1911, tuvo el honor de alcanzar el punto de la tierra que más tiempo había resistido
sin conocer la huella del hombre: el Polo Sur. Fue la última gran conquista del hom-
bre en nuestro planeta.
Después de Amundsen, al hombre en su afán conquistador, no le quedó más
remedio que mirar al espacio. Por ello, Nervo profetizó el advenimiento de un tercer
Cristóbal Colón que hiciera surgir en su mente un nuevo mundo o que, en su de-
fecto, explorara alguno de los planetas observados por los astrónomos durante los
últimos siglos. Como complemento, la segunda interrogante deja entrever el medio
de transporte que utilizaría este moderno explorador para cumplir con su misión.
Colón realizó su primera expedición a bordo de tres carabelas, cuya travesía inició
en el Puerto de Palos y terminó en la isla de Guanahaní. Ese gran viaje, sin seguir
un plan de navegación definido, vino a sondear el océano Atlántico en un periodo
de dos meses y un tercio, y estuvo a punto de fracasar. El ‘Cristóbal Colón de algún
planeta’ tendría que navegar por un ‘océano de éter’ situado no en la Tierra sino en
el espacio y para ello requeriría no una ‘Pinta’ sino una ‘máquina potente’ capaz de
alcanzar velocidades meteóricas. Para la época de Nervo, la aeronáutica (ciencia e
ingeniería de la navegación aérea) estaba en pañales y la astronáutica (ciencia e inge-
62
Escamilla, T. 1892. Historia de Cristóbal Colón y del descubrimiento de América. Imprenta de Tomás Minuesa.
Madrid. Pág. 33.
63
Amundsen, R. 1912. Relato de la expedición noruega a la Antártica del Fram, 1910-1912. Interfolio. 29 Pág.

57
niería de los viajes espaciales, tripulados o no) surgió hasta cuando se desarrollaron
los sistemas de propulsión por cohete, guiado y control de naves espaciales.
El océano de éter del que hablaba Nervo provenía de una teoría formulada por
los físicos del siglo XIX, quienes consideraban que éste era una sustancia hipotéti-
ca omnipresente y necesaria para la propagación de la radiación electromagnética.
Aunque la teoría del éter se abandonó después de 1905 el poeta siguió creyendo
en ella. Algunas veces Nervo asoció el espacio con el vacío. Sin embargo, el espa-
cio está ocupado por cantidades pequeñas de gases como el hidrógeno y pequeñas
cantidades de polvo de meteoroides y cometas. Además es atravesado por rayos X,
radiación ultravioleta, radiación luminosa, rayos infrarrojos y rayos cósmicos. Lo
anterior significa que el espacio es un medio más hostil de lo que imaginó el poeta
como para surcarlo tan alegremente a bordo de un ‘pájaro milagroso’. Para empezar,
‘el Cristóbal Colón de algún planeta’ estaría obligado a protegerse de las condiciones
ambientales del espacio, atentatorias contra la vida y luego tendría que estar pre-
parado para realizar travesías sumamente largas, dadas las distancias astronómicas
entre los planetas. Una vez cumplidas estas condiciones mínimas, cabría esperar
que este futuro sucesor de Colón y Amundsen fuese capaz de ‘llevarnos de la mano’
hasta un nuevo mundo. El poeta reitera la pregunta.

¿Quién será, en un futuro no lejano,


el Cristóbal Colón de algún planeta?

¿Y qué sabremos tras el viaje augusto?


¿Qué nos enseñaréis, humanidades
de otras orbes, que giran
en la divina noche silenciosa,
y que acaso hace siglos que nos miran?

Nervo no sólo fue un hombre optimista, cuya fe en la iniciativa y el talento


humanos no conocía límites, sino también un poeta de ‘osados ensueños’. Nunca
dudó que el gran viaje se haría realidad, dio por hecho que ‘en un futuro no lejano’
se consumaría un encuentro con otros mundos. No hay que perder de vista que
el poeta vivió en una época de auge del género de la ciencia ficción. Por ejemplo,
cuando el astrónomo estadounidense Percival Lowell publicó su libro Mars (Mar-
te) en 1894, la existencia de los marcianos fue por muchos dada como verosímil.
Inspirado por el libro de Lowell, el escritor inglés Herbert George Wells publicó en
1897 una novela titulada The War of the Worlds (La Guerra de los Mundos), casi
simultáneamente con la novela del alemán Kurd Lasswitz, On Two Planets (Sobre
Dos Planetas); ambos libros tratan de invasiones de marcianos a la Tierra, pero la

58
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

novela de Wells es particularmente fuerte con los marcianos, presentándolos como


seres muy sanguinarios. A Princess of Mars (Una Princesa de Marte) del autor Edgar
Rice Burroughs fue una novela publicada en 1912, en la cual un valiente explorador
viaja a Marte encontrando un lugar hostil poblado por seres inteligentes pero malé-
ficos64. Especialmente Marte y La Guerra de los Mundos fueron obras que ejercieron
una fuerte influencia sobre el poeta respecto a la posible habitabilidad de Marte y
otros planetas.
La habitabilidad no sólo de los planetas sino también de los satélites era una
creencia común entre la comunidad astronómica de su época, aunque se estimaba
que la vida podía alcanzar diferentes estadios de evolución, según la edad geológica
de cada astro. Sobre la diferenciación de los mundos, el poeta escribió en una de sus
conferencias65: “Pero ¿quién ha dicho que los mundos deben poblarse simultáneamen-
te? Para la fuerza que los ha desparramado en el vacío no existe el hoy ni el mañana.
Su acción es permanente, y en todos los momentos del cosmos hay cuando menos un
mundo que se enfría, una nebulosa que se condensa, un planeta que se endurece, otro
que muere y otro que se ostenta en la plenitud de la vida…”.
Ya de manera particular, refiriéndose a Mart66 y Júpiter, dijo: “Junto a Marte,
que probablemente ha llegado ya a un periodo muy avanzado de su evolución y donde
debe haber humanidades de una superioridad tal que entre nosotros pasarían por án-
geles, está el colosal Júpiter, más de mil doscientas veces mayor que la Tierra y que no
es aún probablemente más que un sol apagado en cuya superficie inmensa, conmovida
por tremendos cataclismos, las fuerzas primordiales empiezan apenas a trabajar los
continentes de donde ha de surgir la vida futura”. Luego agregó: “Otro tanto pue-
de decirse del misterioso Saturno, mientras que acaso Urano y Neptuno están ya en
condiciones de habitabilidad, y la criatura inteligente que los habita abre apenas sus
ojos a la suave y tenue luz del lejanísimo sol, a aquellos mediodías que aquí serían
crepúsculos, y empieza a ascender por la escala de la vida hacia esa meta arcana que
persiguen las todas humanidades a través del tiempo y del espacio…”. Extrañamente,
el poeta suponía que Urano y Neptuno, los planetas más distantes del Sol (aún no
se descubría Plutón), estaban en mejores de condiciones de habitabilidad respecto
a Júpiter y Saturno.
En contra de la opinión generalizada, también hubo voces disidentes a princi-
pios del siglo XX. Nervo escribió en una conferencia67: “Como ustedes habrán leído,
Mr. Russell Wallace sostiene en estos trabajos y en un libro publicado posteriormente
que… Más aún: de nuestro sistema planetario, la Tierra es, según todas las probabili-

64
Puerta-Restrepo, G. s/f. Historia de la Ciencia Ficción. Publicación online. www.astropuerta.com.co. 3 p.
65
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 502.
66
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 502.
67
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 513-15.

59
dades, el ÚNICO planeta habitado, el único en que han podido desarrollarse las formas
superiores de la vida. ¿Por qué? Pues porque concurren en él varias circunstancias que
no se verifican, sin duda, en cualquier otro planeta. Desde luego, probada como está la
unidad de elementos de que se compone todo el Universo, unidad que demuestra, aun
para las estrellas más lejanas, el espectroscopio, la vida organizada hubiera tenido que
desarrollarse en los planetas de una manera análoga a la nuestra, y para que una vida
organizada análoga a la nuestra se realice, se necesitan condiciones de temperatura
que no sea inferior, por un tiempo considerable, a cero, ni superior a 75°C, conserván-
dose este equilibrio no por espacio de un siglo ni de diez siglos, sino durante centenares
de millones de años. Esta condición sólo la realiza nuestra minúscula Tierra por varias
razones (se enumeran cinco). Ahora bien: es extremadamente incierto, dice Russell
Wallace, que en otros planetas del sistema se encuentren reunidas estas condiciones…”.
El poeta replicó más adelante68: “Y aun suponiendo que en ningún mundo de
nuestro sistema planetario se encontrasen reunidas estas condiciones, ¿no hay, por
ventura, más que este sistema planetario en el Universo? ¿Ninguno de esos soles que
salpican la noche es centro de un sistema habitable? Refutando la teoría de Wallace
agregó; “En efecto, el autor no tiene en cuenta, entre otras cosas, que la Vía Láctea es
sólo un universo, un inmenso archipiélago de estrellas, y que el telescopio ha descu-
bierto otros muchos universos independientes de ella, en todos los puntos del infinito.
Tampoco tiene en cuenta que la distancia al Sol no lo es todo en los mundos de nues-
tro sistema; que lo esencial es saber si las condiciones de su atmósfera permiten a un
mundo almacenar calor suficiente para el desarrollo de la vida organizada, y que un
mundo que esté más lejano que el nuestro del Sol, puede conservar más calor que éste”.
Esto último aplica para Urano y Neptuno.
Sobre las teorías de su tiempo69 comentó: “En estos tiempos de fiebre intelectual
todos los que leemos nos desayunamos con un nuevo sistema filosófico o cosmogónico
o religioso a diario, para almorzar con otro más nuevo y cenar con otro novísimo…
Pero, en tanto que los hombres teorizan, se apasionan por ideas diversas, luchan contra
lo nuevo o lo defienden, sufren, pasan y se olvidan, la vida multiforme rueda miste-
riosamente sobre nuestras cabezas, y la fuerza incansable prosigue su obra en la ma-
jestad de los orbes y en el silencio del infinito…”. Sin duda, ninguna teoría fue capaz
de disuadirlo de su idea de que pudieran existir ‘humanidades de otras orbes que
se encontraran girando en la divina noche silenciosa y que nos estuvieran mirando
desde siglos atrás’. En un artículo70 publicado recientemente, el autor comentó: “A
mi padre le hacía gracia que Amado Nervo se adelantara tantas décadas a las espe-

68
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 513-15.
69
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 515.
70
García-Nieto, R. 2012. El mundo es un exilio. Nos miran otros mundos. El País. La Comunidad. Publicación
online.

60
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

culaciones que sobre el fenómeno ovni se hacía en aquellos años (los setenta). La
poesía nunca está al margen de nada”.

Espíritus a quienes las edades


en su fluir robusto
mostraron ya la clave portentosa
de lo Bello y lo Justo,
¿cuál será la cosecha de verdades
que déis al hombre, tras el viaje augusto?

El anhelo de encontrar en otros mundos lo que no existe en el propio es un ideal


entrañable a la humanidad. Sobre esto, el astrónomo Kepler acuñó una frase para la
posteridad ‘Per aspera ad astra’ (por las dificultades, a las estrellas). En uno de sus
ensayos el poeta reflexionó sobre la idea de que la inmensa mayoría de los hom-
bres, en momentos determinados, desea irse a otra estrella71: “El sabio, el justo, el
inocente, condenado por una ley llena de falibilidades, hartos de tristeza, piensan que
estarán mejor en otros mundos, donde haya, como dice el himno protestante, a juster
judge than here…”.Más adelante agregó: “Imaginamos que todo aquel bien, que toda
aquella lógica, toda aquella belleza que no ha podido cuajar en este mundo, deben de
existir en un mundo distante, perdido en la constelada serenidad de la noche infinita”.
La proyección de este anhelo quedó debidamente registrada en su prosa. En
uno de sus artículos72 comentó sobre los planetas del sistema solar: “Hace muchos
años que Marte es el más poderoso signo de interrogación de nuestro sistema planeta-
rio, porque todos sabemos que si fuera de nuestra Tierra la vida animada ha podido
refugiarse y fructificar el alguno de los mundos que rondan al Sol, sin duda que Marte
es ese mundo”. Después de suponer que en Mercurio puede existir la vida en formas
rudimentarias y que Venus está en condiciones de habitabilidad siguió hablando del
planeta rojo: “Pero de Marte sabemos tantas cosas que nos hacen morir de curiosidad.
Todo en él denuncia una humanidad superior, inmensamente superior a la nuestra”.
En una de sus novelas73 reafirmó esta idea: “donde la humanidad, más hermosa y
perfecta que la nuestra, ha resuelto ya todos los problemas sociales y religiosos que aquí
nos preocupan, y adora a Dios en espíritu y en verdad”. Sin embargo, al expresarse de
Neptuno, fue más allá: “donde la humanidad es más civilizada que en Marte; donde
el hombre ama al hombre como a sí mismo, y Dios se manifiesta a sus criaturas por

71
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. Los que quieren irse de “esta estrella”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 571-72.
72
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Semana, 8 de mayo de 1905. Tomo I, 2ª. Ed. Pág.
1127-28.
73
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. El Donador de Almas. Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 214.

61
medio de signos de la más alta poesía y de la más sutil delicadeza”. Consideraba que
estos dos planetas podían estar habitados por aquellos ‘espíritus a quienes las edades
en su fluir robusto mostraron ya la clave portentosa de lo Bello y lo Justo’.
En el caso particular de Marte comentó en uno de sus ensayos74 sobre la hipo-
tética cosecha de verdades que éstos darían al hombre después del gran viaje: “el
planeta rojo, salido antes que la Tierra de la nebulosa primitiva, y enfriado mucho
más rápidamente que nuestro mundo a causa de su relativa pequeñez, es anterior
a éste quizá en millones de años. La evolución de los marcianos habrá alcanzado
dentro de tal supuesto alturas maravillosas, y la constante comunicación con ellos
nos haría dar un salto tal en la escala del progreso, que nuestros problemas científi-
cos más arduos, resultarían juegos de niños. No más desigualdades sociales, no más
incertidumbres religiosas, no más faenas ímprobas para arrancar a la naturaleza sus
tesoros, para posesionarnos de sus fuerzas y utilizarlas en nuestro beneficio; no más
enfermedades…”.
En esta misma obra agregó: “Si el hombre en unos cuantos siglos ha alcanza-
do magnificencias y excelsitudes mentales estupendas, imaginemos a lo que habrán
podido llegar inteligencias en acción que se ejercitan desde hace millones de años…
Si en una hora de conversación con un hombre instruido y elocuente, que sabe des-
migajar sus ideas, equivale a la lectura de muchos libros, pensemos en lo que sig-
nificaría para los adelantos de la especie la comunicación metódica, continua, con
espíritus infinitamente más altruistas, más serenos, más sabios, que en el transcurso
de milenarios se han adentrado sin cesar en el misterio del universo”. Particularizó
a los habitantes de Marte: “Supongamos únicamente que los marcianos fuesen ca-
paces de enseñarnos tres cosas: 1) la utilización barata de la energía intraatómica,
o cuando menos de las mareas y del calor solar; 2) la vacuna inmunizadora de todo
género de dolencias y 3) en el orden filosófico, la comprobación científica de la su-
pervivencia del alma”.
Sobre este mismo tema, hizo una reflexión final: “Vosotros, los escépticos, di-
réis, quizá, que tales hallazgos, en una humanidad no preparada aún para digerirlos,
traería más inconvenientes que ventajas. Objetaréis acaso que, aun resueltos estos tres
problemas, la humanidad no sería feliz. Agregaréis, en fin, que no es sensato esperar
nada de los mundos lejanos; que todo debemos más bien aguardarlo de nosotros mis-
mos. Tal vez… Pero ¿Quién detiene los ímpetus del alma contemplativa del filósofo, del
artista, del poeta, que en la augusta y diáfana quietud de la noche pide a los remotos
orbes todo aquello que ha ido buscando vanamente por la tierra?”. Sin duda no había
nada que pudiera detener el ímpetu de este pertinaz poeta. También se preguntaba
sobre los misterios que serían revelados en el futuro.

74
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Incógnita Roja. Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 873-74.

62
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

¿Con qué luz nueva escrutará el arcano?


¡Oh la esencial revelación completa
que fije nuevo molde al barro humano!

Acerca de esa nueva luz que escrutaría el arcano, nuevamente el poeta, en una
de sus crónicas75 tomó como modelo al planeta Marte para suponer que sus tempe-
raturas permiten el desarrollo de la vida en todas sus formas. Al interrogarse sobre
lo que hacía falta para creer en la vida en aquel planeta, respondió: “Para nuestro
escepticismo falta una revelación: la que un día no lejano, merced a los prodigiosos
adelantos de la óptica, ya en forma de signos luminosos, ya en alguna otra, caerá sobre
el pasmo de nuestros espíritus, desde ese mundo rojo, y nos dirá: -No estáis solos: Dios
en todos los orbes se ha mostrado fecundo. Vamos a deciros nosotros, más viejos y más
sabios que vosotros, el porqué del dolor, el porqué del progreso, el porqué de la vida…,
todos los porqués que han martilleado angustiosamente vuestro cerebro a través de los
siglos… Y nos dirán una verdad de cristal, simple, diáfana, clarísima, y nosotros, al
oírla, exclamaremos: -¿Y eso era todo?... ¡Y no habíamos podido adivinarlo!”.
No obstante su don de clarividencia, el poeta reconocía que la humanidad aún
no estaba lista para recibir esa ‘esencial revelación completa que fijaría nuevo molde
al barro humano’. En una conferencia76 sugiere: “Volvamos a nuestra Tierra, después
del agradable viaje que hemos hecho, y permanezcamos en ella. Todavía no estamos
preparados para ciertas verdades transcendentales. Permanezcamos en ella en paz,
mientras no suena la hora del supremo viaje que ha de revelarnos tantos secretos…
Permanezcamos en ella viendo girar los astros sobre nuestras cabezas, y no la olvi-
demos del todo por ellos. ¿Acaso nuestro mundo no es hermoso? Os aseguro que lo es
tanto como los más hermosos orbes que vislumbramos a lo lejos”. Amado Nervo creía,
hace un siglo, que aún no era la hora de emprender ese gran viaje pero confiaba en
que éste se efectuaría en un futuro no lejano por iniciativa de un Cristóbal Colón del
nuevo milenio. Por tercera ocasión emite la misma pregunta.

¿Quién será, en un futuro no lejano,


el Cristóbal Colón de algún planeta?

Exactamente cuarenta años después de que el bardo lanzara esa interrogante


para la posteridad, el 4 de octubre de 1957 se abrió una nueva era con el lanzamiento
del satélite ruso Sputnik I. Esto causó conmoción en el mundo por la importancia
que suponía el vehículo que lo puso en órbita. A este lanzamiento le siguió el estudio
75
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Semana, 8 de mayo de 1905. Tomo I, 2ª. Ed. Pág.
1129.
76
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 515.

63
satelital de la realidad del medio exterior que rodea a nuestro planeta. Una vez cono-
cido el medio exterior próximo a nuestro planeta, el siguiente paso fue comprobar si
el hombre podía vivir en ese medio y estudiar su comportamiento77.
Este paso lo dieron los rusos con el vuelo de Yuri Gagarin que, en la Vostok
I, circunvaló la Tierra durante una órbita. Aquel 12 de abril de 1961 entró en los
anales de la historia. El nombre de Yuri compartiría protagonismo con el de otros
exploradores como Cristóbal Colón o Roald Amundsen. Su vuelo espacial de cien-
to ocho minutos de duración, donde alcanzó una altura máxima de 300 kilómetros
había inaugurado una nueva etapa en la historia de los vuelos espaciales despe-
jando muchas de las dudas sobre el efecto de la ingravidez en el cuerpo humano.
Yuri Gagarin inició el largo camino de una trepidante aventura que propició que
seres humanos caminasen sobre las polvorientas planicies lunares tan sólo ocho
años después, para más tarde desembocar en una nueva era de colaboración entre
potencias otrora enfrentadas cuyo fruto emblemático ha sido la Estación Espacial
Internacional (ISS), buque insignia de la ciencia espacial de vanguardia y símbolo
del trabajo en equipo, la cual está contribuyendo a mejorar nuestra calidad de vida
y sentar las bases del retorno a la Luna, la exploración tripulada de los asteroides
cercanos a la Tierra y el envío de las primeras expediciones humanas a Marte, el
planeta rojo78.
Sin duda alguna durante el siglo XXI presenciaremos el salto definitivo del ser
humano al espacio. De hecho, esta revolución pasa sin duda por el Proyecto Conste-
lación, cuyos ambiciosos objetivos son, como ya se señaló, el retorno en dos ocasio-
nes del hombre a la luna e incluso la presencia permanente en su superficie, además
de servir como transporte para la ISS. Estaría formado por los lanzadores Ares (I,
IV y V) que transportarían el módulo de tripulación y servicio Orión, el módulo de
descenso lunar y la etapa de salida de órbita terrestre. Por otro lado, se especula con
la idea de que estas misiones servirán también como ensayo de los cohetes Ares de
cara a la llegada del hombre a Marte. En cuanto al ¿Cuándo?, estaríamos hablando
de que las primeras pruebas del Ares I, se realizarían este mes de abril y los aluniza-
jes con el módulo Orión están previstos para 2019 y 202079.
A propósito del planeta Marte, se sabe que tiene una atmósfera muy fina.
Sobre su superficie se “ven”, con los telescopios terrestres, “surcos, islas y costas”
lo que hizo pensar a Percival Lowell (siglo XIX) que tenía mares y canales, pero la
sonda Mariner IV con sus fotografías hizo que se desvaneciera esa creencia. Las
enormes diferencias de temperatura provocan fuertes vientos. La erosión del suelo

77
Herrera-Cabello, F. s/f. Viajes Espaciales. 4 p.
78
Rodríguez-Baquero, O.A. s/f. La Trepidante Aventura de Yuri Gagarin, 108 minutos que cambiaron la historia.
Proyecto Museo Español del Espacio. 4 p.
79
Moral-Pombo, D. 2009. Astronomía, historia de un sueño del hombre. Pág. 15.

64
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

forma tempestades de arena y polvo que desgastan su superficie80. Hasta ahora,


concediéndole la razón a Russell Wallace (citado por Nervo), no hay indicios de
vida inteligente en este planeta ni en algún otro perteneciente a nuestro sistema
solar. De este modo, el día en que un ser humano llegue a pisar Marte, lo más
seguro es que no haya comité de recepción. Ese futuro ‘Cristóbal Colón de algún
planeta’ lejos de lidiar con la hostilidad de los nativos (y durante el viaje de ida
sofocar los motines de su propia tripulación) tendría que capear fortísimas tor-
mentas de arena, además de resistir temperaturas inclementes sobre la superficie
marciana.
La inminente llegada del hombre a Marte en el siglo XXI, dará respuesta
a la gran interrogante de Nervo pero no descifrará el misterio relacionado con
la búsqueda de otro milagro cósmico como es la vida inteligente. Todo parece
indicar que, como especie, posiblemente seamos únicos en el Universo. Veamos
por qué.
Con la tecnología actual, cualquier viaje espacial cuyo destino se encuentre
fuera del Sistema Solar es, en términos de la duración de la vida humana, un viaje
de ida. La velocidad de nuestras naves espaciales es, por decirlo diplomáticamente,
ridícula para cubrir semejantes distancias. La estrella más cercana a la Tierra (ade-
más del Sol) es Próxima Centauri, una enana roja de magnitud once situada en la
constelación de Centaurus y perteneciente al sistema Alfa Centauri. La luz, viajan-
do a 300 mil kilómetros por segundo, demora 4.22 años en recorrer esa distancia.
Dada su proximidad uno podría pensar que se trata del destino más lógico para
el primer viaje interestelar, pero lamentablemente lo que sabemos de ella la con-
vierten en una mala elección. Así y todo, suponiendo que construimos una nave
espacial que se desplace a 40 km/s (casi 4 veces más que los 11 km/s del Apolo 10)
el hombre tardaría en llegar allí aproximadamente unos 32 mil años. La duración
de estos viajes es excluyente para la vida humana y necesitamos naves capaces de
viajar, como mínimo, a 1000 km/s. Estamos lejos de lograr semejante velocidad
pero, incluso viajando a 1000 km/s tardaríamos 1200 años solo para llegar a la
estrella más cercana81.
En conclusión, el gran viaje, la primera expedición humana a Marte significará
el salto definitivo del ser humano al espacio pero no modificará sustancialmente
nuestra condición actual. Todo parece indicar que después de ‘ese viaje augusto’ no
llegarán a nosotros nuevas enseñanzas ni verdades ni revelaciones provenientes de
‘humanidades de otros orbes’. Y no habrá una nueva luz que alcance nuestra sole-
dad, a menos que un día seamos capaces de viajar hasta las mismas estrellas y des-

80
Cide. s/f. El Universo y el Sistema Solar. Ciencias de la Naturaleza 3. Pág. 20.
81
Rabino, A. y Cuello, P. 2010. Vuelos Espaciales. 3 p.

65
cubramos sus secretos… De lo que no hay duda es que la era espacial, vaticinada por
Amado Nervo y varios autores de la ciencia ficción, significó el inicio de la aventura
más fascinante que haya conocido jamás el hombre, la cual nunca llegará a su fin
mientras exista el género humano.

66
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

67
LOS POZOS

E ntre las páginas del libro El Estanque de los Lotos, sección El Panorama82, des-
taca la composición ‘Los Pozos’ en la que el poeta, como producto de un sue-
ño, se visualiza como un habitante de un lejano y gélido planeta caracterizado
por la existencia de pozos que en lugar de agua contienen aire líquido. Este relato
fantasioso se enmarca dentro de la línea de ciencia ficción, cuyos primeros trazos
se localizan en la poesía del libro En Voz Baja y se retoman en el libro Serenidad
para darle continuidad a través de las últimas obras escritas por Amado Nervo. El
tema de la sed permea por todo el poema y se aborda en otras composiciones de
este mismo libro. Es también una de las escasas composiciones en donde reapare-
ce la figura materna muchos años después de haber fallecido. Este no es un viaje
imaginario a través del espacio sino una recreación necesariamente ficticia de la
vida inteligente en un ignoto planeta distante del Sol. No deja de representar a la
fantasiosa y mágica literatura interplanetaria que el poeta legó a la posteridad.
Soñemos, pues, junto con él.

« ¡Madre, madre, me muero de sed!


Si supieras qué sueño he tenido...»
— « ¿Qué soñabas, mi amor?» —Pues soñaba
que vivía en un raro planeta,
glacial, cristalino.
En un raro planeta de hielo,
habitado por seres blanquísimos
y de un rubio ideal, que moraban
muy felices en medio del frío.
82
(El poeta, que ha estado asomándose a su propio espíritu, viendo en el espejo de sí mismo el universo, sale fuera
por unas horas, y contempla el panorama del mundo… Los seres y las cosas pasan, pasan…, pasan. «Maya» teje y desteje
sus redes.). Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. Poesías. Tomo II 2ª. Ed. Pág. 1178.

68
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

En el poema se aborda el tema de la seden forma directa teniendo como inter-


locutor a una madre inexistente, pero siempre presente en la conciencia del poeta.
Sin más preámbulo comienza el relato de aquel sueño extraño. La descripción del
planeta donde se desarrolla toda la trama, bien pudiera aplicarse a la región Ártica
o Antártica de nuestro planeta Tierra; sin embargo, se refiere a un raro planeta del
sistema solar, cuyo nombre no se menciona. Se asume que existe hielo y que está
poblado por una especie de yetis u ‘hombres de las nieves’, quienes son felices cual
esquimales viviendo dentro de aquella gigantesca nevera. Eso es lo que se pensaría
lógicamente de un planeta habitado pero distante del Sol. De los planetas conocidos
en tiempos de Nervo, Urano y Neptuno serían los candidatos a ocupar esta distin-
ción. El poeta escribió en uno de sus ensayos83: Urano y Neptuno están a distancias
tales del sol, que la luz y el calor que reciben son, en el primero, ciento sesenta veces, y
en el segundo, doscientas veces menores que en la Tierra”. La descripción continúa en
la siguiente estrofa.

“Los enormes, traslúcidos témpanos


azulados a la luz de un tímido
satélite verde, fingían fantasmas
envueltos en linos
irreales, o montes absurdos
de amatistas, topacios, zafiros…

El paisaje conformado por grandes masas de hielo quizás nos resulte algo fami-
liar gracias a las numerosas fotografías que se publican sobre Groenlandia o alguno
de los polos (Boreal o Austral), no así la imagen de un satélite verde (al parecer Ner-
vo tenía predilección por este color) que emite una luz tenue sobre los gigantescos
témpanos y ésta se refleja en sus superficies como en un espejo.
Respecto a los satélites de Urano y Neptuno84, escribió: “Urano (tiene) cuatro
conocidos y uno el remoto Neptuno; pero se comprende que a las enormes distancia
a que gravitan estos dos últimos planetas, y a las cuales ofrecen apenas ellos mismos
un disco apreciable en el campo de las mayores lentes, es difícil descubrir sus satélites.
Lo presumible es, sin embargo, que Urano tenga muchos más que Saturno, y Neptuno
muchos más que Urano, dentro de la sabia economía del Universo y puesto que los
necesitan más por su formidable distancia del Sol. Como se ve, pues, esto de los satéli-
tes constituye un curioso procedimiento de alumbrado público gratuito, muy digno de
estudio”. En el caso particular de Neptuno, escribió más adelante: “A Neptuno se la
83
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. Los que quieren irse de “esta estrella”, Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 572.
84
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. pp. 506-12.

69
ha descubierto un satélite… un punto matemático perdido casi en las riberas de nues-
tro sistema planetario. Del mismo planeta central lo ignoramos todo. ¿Qué podríamos
decir de sus satélites?”. Aunque el poema no lo dice, todo apunta a Neptuno, cuya
luna mayor se llama Tritón y fue descubierta en el año de 1846, 17 días después que
el planeta central85.
La obsesión de Nervo por los fantasmas y la pedrería astral quedó de manifiesta
en esta estrofa poblada de témpanos multicolores en la que predominan los tonos
amarillos, azules y violetas. Continúa la descripción del planeta misterioso.

“Y recuerdo también, madre mía,


que en ocultos sitios llenos de misterio,
vigilados siempre por custodios rígidos,
gigantescos, mudos, había unos pozos,
unos pozos hondos…, hondos, ¡de aire líquido!

Dentro de estos paisajes dignos de la ‘era de hielo’ de pronto aparecen algu-


nos misteriosos lugares habitados por personajes, apenas delineados, que custodian
unos pozos hondos. Sobre estos hipotéticos habitantes de Neptuno, el poeta con-
jeturó86: “…han de luchar victoriosamente con el eterno crepúsculo de aquel mundo,
crepúsculo, en que, por lo demás, los ojos de sus habitantes deben ver tanto como lo que
nosotros vemos en la deslumbradora vecindad del Sol, cerca del cual se mueve nuestra
Tierra como una inmensa mariposa…”.
Lo destacable no son estos gigantescos centinelas albos sino el contenido de
los pozos; en lugar de agua tenían aire líquido. Éste se obtiene al comprimir el aire
y dejar que se enfríe mediante su propia expansión hasta una temperatura inferior
al punto de ebullición de sus principales componentes, que son el nitrógeno y el
oxígeno. Para obtener el primero en estado puro se hace una destilación fraccionada
del aire líquido. Al tener el nitrógeno líquido un punto de ebullición (-195.8°C) más
bajo que el oxígeno líquido se destila antes, lo que permite separarlos87. Esto nos da
una idea de las temperaturas que se requieren para licuar el aire.

“Era ciento ochenta grados bajo cero


su temperatura…”
-”No delires, hijo!”
-” ¡Ciento ochenta grados bajo cero, madre!
Y si por descuido
85
Nowajewsky B., P. 2005. El Sistema Solar, 2da Edición. Pág. 28.
86
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. La Literatura Lunar Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 512.
87
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70
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

un bloque de hielo caía en el pozo,


hirviendo al contacto de aquel cuerpo “ígneo”,
se alzaban columnas de “vapor de aire”
lanzando, rabiosas, sus agudos silbos…

La temperatura que declara el poeta está apegada a la realidad. Es la que se


esperaría de un aire líquido; no así el que esto ocurra dentro de un pozo, porque el
aire necesita someterse a una fuerte presión atmosférica, la cual sólo podría ejer-
cerse bajo las condiciones de un recipiente herméticamente cerrado como lo es el
aire comprimido en forma de aerosol. Eso explica por qué un sistema de aire acon-
dicionado de un automóvil, por ejemplo, no funciona si existe alguna fuga o si el
compresor no comprime con la debida fuerza. No obstante, la idea del poeta es muy
ingeniosa y digna de un relato de ciencia ficción, así como el fenómeno que describe
cuando se arroja por descuido un trozo de hielo al pozo y éste reacciona al entrar en
contacto con el aire líquido. Físicamente, eso es lo que ocurriría.
Es el momento de revisar la identidad de este misterioso planeta en el supuesto
de que se trata de Neptuno. Sobre este planeta, actualmente se sabe que es el último
de los gigantes gaseosos y está tan separado del Sol que su temperatura media es tan
sólo de –214°C. Al igual que Júpiter, Saturno y Urano carece de superficie sólida88.
En cuanto a la temperatura, el poeta casi acierta con los -180°C del aire líquido que
bien pudiera tomarse como referencia, aunque cabría esperar que la temperatura
media fuera un poco más alta. Respecto a su constitución, para principios del si-
glo XX aún no se había descubierto que los planetas exteriores estaban hechos de
puro gas, y no precisamente aire, sino hidrógeno y helio. Sin una superficie sólida
no se puede concebir la vida en cualquier planeta, llámese éste Urano o Neptuno.
Ni siquiera los planetas rocosos garantizan el desarrollo de formas primigenias de
vida como sucede con Mercurio, Venus y Marte. Para que pudiera haber vida en un
mundo tan remoto como Neptuno, el poeta supuso que al menos sería un planeta
sólido, con atmósfera de aire y agua congelada; como ésta no es bebible pensó en el
aire licuado como un posible sustituto. Empero, sigamos con el relato fantástico de
los pozos.

Estos pozos estaban cubiertos,


y muy recatados, y muy escondidos.
... Pero yo, muriendo de sed, fui a buscarlos,
fui a buscarlos, madre, por entre los riscos
de hielo, con ansias de apagar la lumbre

88
Arribas A. y Sánchez A. s/f. El Sistema Solar: la Tierra, el Sol y los Planetas. Planetario de Madrid. 4 p.

71
de mis fauces ávidas (mientras que, dormidos,
los rubios guardianes yacían al borde
de cada hoyo estigio).

El sediento poeta conocía bien la geografía del hipotético planeta Neptuno y


siguió la ruta más corta que le permitiera alcanzar pronto su objetivo, como lo haría
cualquier groenlandés atravesando gélidos montes escarpados. No tardó en llegar al
misterioso lugar donde estaban situados aquéllos hoyos estigios; es decir, infernales.
Para su fortuna, los guardianes estaban dormidos al borde de cada uno de ellos. Es
de suponer que sabía muy bien la hora en que aquellos yetis tomaban su siesta, esto
le evitó un posible enfrentamiento con aquellas criaturas que lo superaban en fuerza
y tamaño, y que seguramente le hubieran impedido el acceso a los pozos.
Volviendo al planeta Neptuno, también se sabe que su masa es unas 17 veces su-
perior al de la Tierra, da una vuelta alrededor del Sol cada 164.8 años y una rotación
sobre sí mismo en 16 horas y 7 minutos; la temperatura de su atmósfera alcanza los
-220°C y se han llegado a medir vientos de 1000 km/h cerca de la gran mancha negra
(ya desaparecida). La nave Voyager II se acercó a Neptuno el año 1989 y lo fotografió,
descubrió seis de las ocho lunas que tiene y confirmó la existencia de anillos. En la
atmósfera de Neptuno hay nubes de metano congelado que cambian con rapidez89.
Amado Nervo nunca sospechó que la atmósfera de aquel remoto planeta pu-
diera estar formada de metano en lugar de aire. Los conocimientos astronómicos de
aquella época eran ciertamente muy limitados y daban cabida a muchas conjeturas.
Actualmente, se descarta que pueda existir aire en cualquiera de los planetas exte-
riores (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) más Plutón, el planeta enano. El metano,
al mezclarse con éste, se vuelve inflamable; es preferible así, no es recomendable
apagar la sed con metano congelado ya que no es apto para el consumo humano. Por
un gastal vulgar como el de los pantanos, el aventurero del planeta glacial no habría
hecho tan grande esfuerzo para llegar a la región misteriosa de los pozos, burlar a la
vigilancia y exponerse a un incidente mayúsculo.

“Y abriendo la tapa de uno, del más grande,


por inadvertencia resbalé al abismo.
¡Resbalé a la sima negra, en cuyo fondo
había aire líquido!

“¡Oh, qué sensaciones deliciosas, madre!,


¡qué estupendo frío!

89
Cide. s/f. El Universo y el Sistema Solar. Ciencias de la Naturaleza 3. Pág. 23.

72
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

¡Por fin a estos labios de brasas, la fuente


mayor de frescura refrigeraríalos!

“¡Pero no acababa de caer al fondo!


¡No llegaba al líquido!
Nunca terminaba mi derrumbamiento:
¡sólo iba creciendo mi frío!

De acuerdo con esta descripción, aquellos pozos no eran precisamente como


unas norias al carecer de un mecanismo para subir el aire líquido, simplemente esta-
ban tapados con alguna pieza (de material no especificado) que se ajustaba a la boca
de la cavidad de cada pozo90. El poeta eligió al de mayor tamaño y quitó la tapa, con
tan mala fortuna que, al momento de agacharse, patinó sobre el hielo y se precipitó
al interior del hoyo estigio. Aunque el poeta nada dice de la fuerza de gravedad, se
supone que en el lejano Saturno un cuerpo caería con más velocidad respecto a la
Tierra, en función de la cantidad de masa del planeta. Como en aquel tiempo se
ignoraba su tamaño real, Nervo probablemente asumió que su caída libre ocurriría
como si estuviera en la Tierra, tomando en cuenta la resistencia del aire. Lo que sí
queda claro es que el interior del pozo era más frío respecto a la temperatura media
exterior. Y por lo visto la cavidad era grande, negra y muy profunda.
Lejos de sentir angustia por ir en caída libre hacia el fondo de aquel hoyo
negro, cada vez más gélido, el poeta experimentaba gozo por la seguridad de que
muy pronto apagaría su sed con aquel extraño líquido refrigerativo a 180°C bajo
cero. Es de suponer que, dadas las extremadamente bajas temperaturas de aquel
planeta y la ausencia de estaciones, no había calor suficiente para derretir un trozo
de hielo y contar con agua líquida, de modo que las únicas fuentes de refrigerio91
eran aquellos pozos estigios. La duración de la caída, de unos cuantos segundos,
le hizo sentir algún temor por no alcanzar pronto el fondo de aquella cavidad tan
profunda. No obstante el frío, cada vez más intenso, fue anunciando la cercanía de
la sustancia frigorífica. Su cuerpo no tardó en hacer contacto con ella, al igual que

90
Be<er quiere decir un «pozo» que puede contener agua (de por sí, el término no indica la presencia de agua). El
vocablo se refiere al propio «pozo», ya sea natural o cavado: «Entonces Abraham se quejó a Abimelec acerca de un pozo
de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado» (Gn 21.25 RVA). El brocal del «pozo» podría ser lo suficiente-
mente angosto como para taparlo con una roca que un solo hombre fuerte sería capaz de remover (Gn 29.2, 10). En las
tierras desérticas del Medio Oriente antiguo los «pozos» fueron sitios importantes de refrigerio para los viajeros que allí
satisfacían su sed. Unger M.F. and White W. 2000. Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville:
Editorial Caribe) Pág. 335.
91
En Is 32.2 «agua» representa refrigerio: «Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio
contra el turbión; como arroyos de agua en tierras de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa». Los
remansos apacibles o las aguas quietas simbolizan el descanso y la paz: «Junto a aguas de reposo me pastoreará» (Sal
23.2). «Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo» (Pr 5.15). Unger M.F. and White W. 2000.
Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville: Editorial Caribe) Pág. 25.

73
el de un clavadista olímpico cuando hace su entrada triunfal en las quietas aguas
de una piscina.

“… ¡Al fin llegué, madre, llegué, qué ventura!


¡qué baño divino!
¡qué inmersión silenciosa en las linfas
insondables del pozo dormido…

“Mas ¡ay!, que al contacto de aquellos caudales,


de aquellos caudales claros y tranquilos,
sentí que mi cuerpo se cristalizaba
como un gran diamante, volviéndose nítido.
¡Era yo un cadáver de cuarzo! ¡Un cadáver
infinitamente frío, frío, frío!

Las expresiones de júbilo parecieran provenir de una persona deshidratada, en


medio del desierto que se sumerge en las refrescantes aguas de un oasis. Pero no, es
el relato de un sediento habitante de un fantástico mundo, lejano y congelado. La
sensación de calor no estaba en su cuerpo, dadas esas temperaturas glaciales; sólo
en su paladar. La sed que sentía lo impulsó a abrir uno de los pozos y resbalarse por
descuido precipitándose al vacío por la cavidad del mismo. Al llegar al fondo, fue
sumergiéndose en aquellas ‘linfas insondables’, lo que significó un soberbio chapu-
zón a la “casi tibia” temperatura de -180°C. Es muy difícil imaginar siquiera un frío
de esa magnitud. Ni aun en los puntos más gélidos de nuestro planeta hay tempe-
raturas que se acerquen ni remotamente a ese valor, pero al tratarse de un planeta
como Neptuno todo es posible, incluso la presencia de aire, hielo y seres vivos. No
obstante, aquel ‘baño divino’ tuvo consecuencias fatales.
Lo normal es que el frío extremo acabe por dañar y necrosar los tejidos orgáni-
cos hasta causar la muerte, pero como esto es una especie de cuento de hadas pleno
de libérrima fantasía, el poeta se vio convertido en una piedra vítrea y resplande-
ciente (léase; diamante) por efecto de la inmersión en aire líquido. Tal pareciera
que las propiedades de ‘aquellos caudales claros y tranquilos’ se transmitieran a su
cuerpo, de súbito cristalizado. Su gusto por la pedrería lo hizo visualizarse como
un ‘cadáver de cuarzo’, cristalino, duro e infinitamente frío; no muy lejos del cero
absoluto. Pagó un precio muy alto por su osadía de calmar la sed, porque al parecer
ese mítico planeta no daba otra opción que la de beber aire en estado líquido en
sustitución de la no bebible agua congelada. Se supone que las bajas temperaturas
de aquel planeta nunca permitían que ocurrieran deshielos ni que se completara el
ciclo del agua como ocurre ahora con los glaciares terrestres por efecto del cambio

74
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

climático. Eso explica por qué los habitantes de aquel mundo raro resguardaban
tan celosamente aquellos pozos que representaban un verdadero “patrimonio de la
humanidad” al no existir cuerpos ni corrientes de agua. Nervo buscó afanosamente
aquellos caudales escondidos que simbolizan el descanso y la paz.
Por las fechas en que fue escrito el poema, hacia 1917 y dado el lenguaje me-
tafórico empleado, hay razones para creer que ‘Los Pozos’ puede ser una prefigura-
ción de la propia muerte del poeta. A la sepultura también se le suele llamar ´pozo´
u ‘hoyo’. Sumergirse en un líquido a una temperatura no lejana del cero absoluto
significa tener el menor movimiento posible, o sea, estar en reposo. Eso es lo que
quiere decir la locución latina Requiescat in pace (descanse en paz). Por otro lado, el
librarse de la sed para siempre implica convertirse en materia inanimada.

... ¡Pero libre, madre, de sed para siempre!


¡de esa sed inmensa que ya no resisto!

El poeta asegura haber saciado su sed con esa inmersión en aire líquido. ¿Está
hablando en sentido natural o figurado? ¿Este sueño realmente ocurrió o fue pro-
ducto de su imaginación? Para contestar a la primera pregunta habrá que remitir-
se al Nuevo Testamento (Biblia de Jerusalén [BJ], 1976).
En el Evangelio de Mateo 25: 35, 37, hay palabras atribuibles a Jesucristo: Porque
tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me
acogisteis; / Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y
te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? El cuarto Evangelio contiene otras
expresiones. P. ej., el diálogo entre Jesús y la samaritana (Juan 4: 13, 15); Jesús le res-
pondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; / Le dice la mujer: «Señor,
dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.» Ro-
manos 12: 20 aconseja; Antes al contrario: si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su cabeza. Otra
epístola, 1 Corintios 4:11, declara; Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez.
Somos abofeteados, y andamos errantes. Luego, el libro de Apocalipsis 7:16, afirma; Ya
no tendrán hambre ni sed; ya nos les molestará el sol ni bochorno alguno.
Estos versículos tienen en común que se refieren a una sed natural o física. En
contraparte, hay textos en los que se habla de la sed en sentido figurado.
En el sermón del monte (Mateo 5: 6) aparece la siguiente expresión; Bienaven-
turados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Jesús
declara en Juan 4:14; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás,
sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida
eterna.» También en Juan 6:35; Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga
a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.» Y Juan 7:37; El

75
último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed,
venga a mí, y beba.» Finalmente, Apocalipsis 21:6, señala; Me dijo también: «Hecho
está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del ma-
nantial del agua de la vida gratis.» Además, Apocalipsis 22: 17; El Espíritu y la Novia
dicen: «¡Ven!» Y el que oiga, diga: «¡Ven!» Y el que tenga sed, que se acerque, y el que
quiera, reciba gratis agua de vida.
Precisamente a esta sed espiritual se refiere Nervo en este poema92, en donde
recurre a un escenario ficticio lleno de simbolismos.
Es dudoso que el sueño haya ocurrido en alguna ocasión porque ya no existía la
figura materna cuando se escribió el poema y si hubiera sido en alguna etapa tem-
prana, Nervo no tenía información sobre Neptuno y otros planetas del sistema solar.
Su novela ‘El donador de almas’, fechada en 1899, es el primer escrito que cuenta
con una sección de divagaciones interplanetarias y marca el inicio de su orientación
fantasiosa con tendencia a la ciencia ficción. ‘Los Pozos’ puede enmarcarse en esta
línea de literatura planetaria aunque no deja de poseer un trasfondo místico basado
en fuentes neo testamentarias.
El final del poema pareciera evocar algún recuerdo de la infancia; sin embargo,
la trama completa corresponde a una libérrima fantasía astral, surrealista y onírica,
análoga a la composición “Yo estaba en el espacio” (En Voz Baja), y también compa-
rable al poema complementario ‘Astros’ (En Voz Baja), en donde el poeta recurre a
un interlocutor imaginario para desarrollar su discurso poético; en este caso, a una
persona fallecida varios años antes.

«¿Por qué he despertado? ¿Por qué volví al horno


de este lecho?... ¡Madre, tu vaso está tibio!
... ¡Llévatelo! ¡Quiero que me des un vaso
de aquel aire líquido!»”.

La estrofa final es una forma de recapitulación, hay muchos detalles que se


omiten en los dos versos del inicio. No explica si aquel hijo pidió el vaso con agua
estando despierto o habló entre sueños, quizá tenía la fiebre muy alta. Cuando co-
menzó a contar su sueño debió estar despierto, por lo que al terminar el relato no
pudo haberse despertado nuevamente, a menos que se hubiera quedado dormido
contando su sueño para despertar sobresaltado unos segundos después. Parecería

92
Este poema no deja de ser producto de la fantasía del autor; sin embargo recalca que el poeta es consciente de su
necesidad espiritual no satisfecha y de que debe buscarla en fuentes de vida eterna, simbolizadas por los pozos. Según
el Libro de los Proverbios, el pozo (o fuente) representa al temor de Dios: “El temor de Yahveh es fuente de vida, para
apartarse de las trampas de la muerte.” (Proverbios 14:27) [BJ]. Además, es el “Principio del saber, el temor de Yahveh;”
(Salmo 111:10) [BJ]. Pérez-Rosales, R. 2012. La Biblia como Fuente de Inspiración en la Poesía de Amado Nervo. Pág. 46

76
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

no existir coherencia en la estructura del discurso. No hay que perder de vista que
se trata de una fantasía literaria en donde el autor puede tomarse algunas licencias,
entre ellas, la libertad de conjugar elementos surrealistas y oníricos en un entrama-
do cuyo tiempo no siempre transcurre de forma lineal. Es algo así como contar un
sueño dentro de otro sueño aunque realmente ninguno hubiera ocurrido.
La presencia de la figura materna en todo el discurso viene a ser la constante
dentro de esta fórmula literaria, no hay mejor manera de honrar la memoria de un
ser querido. A diferencia del poema Muerta, aquí se expresa un amor filial hacia una
madre, a la que se le da vida en sentido figurado, que siempre está atenta para cubrir
las necesidades de su hijo amado. Su inclusión permanente en el discurso poético le
permitió al poeta desarrollar una trama con un desenlace muy original.
Más allá de las consideraciones de fondo y forma, creo que ‘Los pozos’ repre-
senta uno de los poemas más audaces y originales que se hayan escrito en la poesía
mexicana de la segunda década del siglo XX. Se aparta considerablemente del estilo
convencional y propone un lenguaje poético novedoso lleno de sugerentes expresio-
nes cuasi-científicas. Es una combinación ingeniosa de lo racional con lo absurdo,
de lo real con lo fantástico, de lo vigilativo con lo onírico. Y todo dentro de un mar-
co pleno de imaginación creadora no exenta de pensamiento lógico y profundidad
filosófica. Como una extensión de nuestros paisajes glaciales terrestres, nos revela
un mundo de hielo perdido en la lejanía del sistema solar y sobre aquel escenario
ficticio se desarrolla el osado sueño del poeta. Aquella aventura imaginaria no fue
motivada tanto por el ansia de pisar la superficie de un planeta congelado sino por
el anhelo voraz de hallar, entre los horizontes perdidos, el manantial del agua de la
vida que representaba un refrigerio para su sed no satisfecha, pues andaba como
pájaro errante por la noche estrellada, sin alivio ni paz. Debido a esta necesidad
espiritual, por inadvertencia resbaló y descendió en caída libre al fondo del pozo
sumergiéndose en aquellos remansos de aire líquido para quedar convertido, de
súbito, en un cadáver de cuarzo. Sólo de este modo pudo librarse de la sed para
siempre… Así fue como aquella alma poética, cual vaso precioso de elección, final-
mente se llenó de eternidad…

77
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

79
LOS CUATRO CORONELES
DE LA REINA93

E n el libro Serenidad, dentro de la sección Rimas Irónicas y Cortesanas, aparece


un singular poema escrito en forma de cuento. Es un cuento narrado en verso
donde aparecen cuatro personajes con un color distintivo, asociados a una extraña
reina. Cada uno de los colores nos revela la actividad del personaje durante el desa-
rrollo de la trama. La narración comienza de este modo:

La reina tenía
cuatro coroneles:
un coronel blanco,
y un coronel rojo,
y un coronel negro,
y un coronel verde.

Los personajes son cuatro coroneles que llevan un color característico: blanco,
rojo, negro y verde, siendo éste el orden de la presentación. El simbolismo de los
colores ya había sido utilizado como recurso literario en el último libro de la Bi-
blia (Revelación), capítulo VI, al presentar a cada uno de los jinetes del Apocalipsis.
Por coincidencia también son cuatro. No obstante, al irse revelando la identidad de
los coroneles, se comprueba que no todos montan a caballo ni se confunden con
aquéllos sino que tienen una personalidad propia y tal caracterización se desprende
de la relación del actor con el color elegido en base a un simbolismo puramente
convencional establecido por el poeta, de manera análoga como lo hizo el escritor
Juan en el primer siglo de nuestra era. Esto da margen para que puedan existir al-

93
Para complacer a la hermosa muchacha que me pidió “un cuento de reinas muy raro”. Aguilar-Madrid, 1955.Obras
Completas de Amado Nervo. “Rimas Irónicas y Cortesanas”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 1591.

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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

gunos paralelos entre los coroneles y los jinetes que serían meramente producto de
la casualidad. Aunque Nervo conocía el libro de Revelación, no es plausible que se
haya propuesto hacer una imitación sutil de los jinetes del Apocalipsis. Y cualquier
parecido es pura coincidencia.
Por otro lado, este raro cuento de reinas no tiene un carácter irónico y se inclina
más hacia lo cortesano. Empero, más allá del carácter ligero que pareciera mostrar a la
primera lectura, hay originalidad y sutil deleite en sus versos. Abundan los lirismos de
misterio, capricho, fantasía y extraña emoción en cada estrofa, que viene a ser como
una breve escena. A modo de pasarela, se abre el telón y emerge el coronel blanco.

EL CORONEL BLANCO
El coronel blanco nunca fue a la guerra;
montaba la guardia cuando los banquetes,
cuando los bautizos y cuando las bodas;
usaba uniforme de blancos satenes;
cruzaban su pecho brandeburgos de oro,
y bajo su frente,
que la gran peluca nívea ennoblecía,
sus límpidos ojos de un azul celeste
brillaban, mostrando los nobles candores
de un adolescente.

En sólo diez versos quedan descritos tanto la actividad como el aspecto del co-
ronel blanco, en el primer verso está la clave para identificarlo. La expresión “nunca
fue a la guerra” simboliza la paz. Además el color blanco se asocia a esta entidad, ya
sea en el caso de una paloma blanca o de un estandarte del mismo color, que indica
rendición o tregua en el caso de una confrontación armada. Aunque el primer jinete
del Apocalipsis es de color blanco parece no tener relación con el coronel: “Y seguí
viendo: Cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero de los
cuatro Vivientes que decía con voz como de trueno: «Ven». Miré y había un caballo
blanco; y el que lo montaba tenía un arco; se le dio una corona, y salió como vence-
dor, y para seguir venciendo.” (Apocalipsis 6:1,2. Biblia de Jerusalén [BJ], 1976). De
hecho, la identidad del primer jinete ha sido la más difícil de establecer94. A pesar

94
“La interpretación del primer caballo sigue siendo la más difícil. Los que insisten en su vinculación con los otros
tres, deducen de ella que debe anunciar también alguna desgracia. Pero parece ser que hay que ir en otra dirección. Y
esto por las siguientes razones. En primer lugar, cuando se menciona de nuevo al caballo blanco y a su jinete (19,11-13),
no cabe duda alguna sobre su identidad: se trata del Verbo de Dios. En segundo lugar, su actividad consiste únicamente
en «vencer»; pues bien, en el Apocalipsis este verbo se aplica principalmente a la victoria de Cristo en su resurrección.
Finalmente, en todos los demás lugares el color blanco es sinónimo de buena nueva y de victoria”. Prevost J.P. 1994. Para
leer el Apocalipsis. Ed. Verbo Divino pág. 38.

81
de su color blanco, no simboliza la paz al portar un arco y una corona. En el Nuevo
Testamento, el blanco representa al mundo divino, a la resurrección, la victoria y la
dignidad.
Los versos siguientes dicen más sobre la personalidad del coronel blanco al
acompañar los banquetes, los bautizos y las bodas. Es común que el color blanco
predomine durante estas ceremonias, basta pensar en el vestido de novia. Llama la
atención que el elegante coronel esté representado por un candoroso varón, vestido
de seda, de ojos azules y peluca semejante a la nieve. Esto habla de la pureza y de la
cualidad de ser pacífico. Nervo le concedía mucha importancia a la paz, en su poe-
ma “Dos sirenas” (Elevación) la consideró como el sumo bien. No hay que perder
de vista que esta composición fue escrita durante el desarrollo de la Primera Guerra
Mundial.
En su prosa abordó este tema en su Pax multa95 y antes de iniciar la Gran Gue-
rra escribió en su Pax96: “Más aún: la paz universal, la paz definitiva, la majestad de
la paz europea, por la cual luchan los aliados, ¡no se cimentará en el mundo sino por la
voluntad de las madres!”. Concluye; “El porvenir reserva para vuestros hijos y para los
hijos de vuestros hijos un milagroso reinado de luz y de paz”. Por desgracia, el anhelo
de Nervo se esfumó al sobrevenir la catástrofe en octubre de 1914. Lo cual significó
el arribo del siguiente coronel.

EL CORONEL ROJO
El coronel rojo, siempre fue a la guerra
con sus mil jinetes
o, llevando antorchas en las cacerías,
con ellas pasaba cual visión de fiebre.
Un yelmo de oro con rojo penacho
cubría sus sienes;
una capa flotante de púrpura
al cuello ceñía con vivos joyeles,
y su estoque ostentaba en el puño
enorme carbúnculo ardiente.

A diferencia del coronel blanco, el segundo coronel siempre fue a la guerra; por
lo que simboliza a la guerra misma. Este personaje tiene un paralelo con el segundo

95
“Hay por dondequiera remansos admirables de quietud, entre los árboles obscuros y las casitas rojas; y flota sobre
el conjunto de canales, de puentes vetustos, de calzadas húmedas, tal descansada melancolía, que no hay de fijo en el
mundo paz de claustro más propicia y hospitalaria para el pensamiento, fatigado de rastrear por los lodos de la tierra”.
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Ellos”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 636.
96
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “En Torno a la Guerra”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 639.

82
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

jinete del Apocalipsis, que también es rojo: “Cuando abrió el segundo sello, oí al se-
gundo Viviente que decía: «Ven». Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba
se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio
una espada grande” (Apocalipsis 6:3,4; BJ). Aunque la descripción se enfoca más en
el caballo que en el jinete, hace mucho énfasis en la relación del color rojo97 con la
guerra. De hecho, este color simboliza poder sanguinario y violencia.
Otra coincidencia es que el coronel rojo aparece en la forma de un jinete, aun-
que no actúa como un llanero solitario sino acompañado por un ejército de mil
jinetes de manera análoga como lo hacía el célebre guerrero huno Atila para invadir
los territorios del Imperio Romano de Occidente en el siglo V de nuestra era. No
sólo iba al campo de batalla sino que gustaba ir de cacería, práctica muy común en
la nobleza medieval. La imagen de un jinete con yelmo de oro y penacho rojo se
aproxima a la de un soldado espartano, o en su defecto, romano, típico del segundo
jinete del Apocalipsis; al igual que la capa flotante de púrpura y su estoque. El puño
de esta espada es de un material como el rubí, de color rojo y brillo intenso. No hay
descripción más vívida de un coronel que representa a la guerra, del mismo modo
que el temible jinete apocalíptico.
El tema de la guerra ya había sido tratado por el poeta en su prosa. La última
guerra es una reflexión sobre las más grandes revoluciones de que se tenía noticia98.
Al declararse el inicio de la Primera Guerra Mundial escribió en Ante la catástrofe99:
“…ya nos explicamos las antinomias de la civilización y nos sorprende menos que los
pueblos, a medida que se civilizan, es decir, a medida que se enferman, cometan más
atrocidades y que una guerra actual supere en horrores y en crueldades a todas las
invasiones de los bárbaros”. Concluyó su ensayo con la siguiente reflexión: “Amarnos,
por tanto, los unos a los otros, ya no será en el futuro próximo sino la mejor forma de
amarse cada uno a sí mismo, y el día llegará en que más que todos nuestros dolores
personales nos atormente el mal -por mínimo que sea- que hayamos podido hacer a
los otros hombres, el daño que hayamos podido causar a la colectividad, a la patria, al
planeta, al universo”.
Hacia 1915 expresó en su libro El estanque de los Lotos: “Poeta, tú no cantes la
guerra”. Y en efecto, no escribió un sólo verso a favor de lo que consideraba una ca-
tástrofe, por fortuna, vivió para ver el final de la misma en 1918. Fue un alivio para
el poeta que proclamaba y ansiaba la paz, aunque un extraño coronel lo sorprendió
un año después de la finalización de las hostilidades.

97
El segundo caballo, rojo, es sinónimo de la fuerza asesina y pondrá fin a la paz en la tierra. Aquí, el símbolo utili-
zado por Juan coincide con un símbolo universal: el color rojo está relacionado con la sangre, con el derramamiento de
sangre. Por tanto, puede hablarse aquí de un poder sanguinario y pensar en las persecuciones y ejecuciones. Prevost J.P.
1994. Para leer el Apocalipsis. Ed. Verbo Divino pág. 38.
98
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Almas que pasan”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 239-44.
99
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “En torno a la Guerra”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 640-44.

83
EL CORONEL NEGRO
El coronel negro para las tristezas,
los duelos y las
capillas ardientes;
para erguirse cerca de los catafalcos
y a las hondas criptas descender solemne,
presidiendo mudas filas de alabardas,
tras los ataúdes de infantes y reyes.

En sólo siete versos, Nervo revela la identidad del tercer coronel. No deja lugar
a dudas, se refiere a la muerte. Esta vez no describe al personaje sino que se enfoca
en las actividades que éste realiza dentro de un entorno fúnebre. El color negro se
relaciona con el luto, esto ocurre por lo menos en los países occidentales, ya que en
algunos países orientales es el blanco el color de las ceremonias luctuosas. El negro
es señal de duelo durante los velorios, cortejos fúnebres y sepelios; y es el coro-
nel, del mismo color quien preside tan solemnes ceremoniales. Por coincidencia, el
tercer jinete del Apocalipsis también es de color negro, aunque no representa a la
muerte sino al hambre100: “Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Viviente que decía:
«Ven». Miré entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía en la mano
una balanza, y oí como una voz en medio de los cuatro Vivientes que decía: «Un litro
de trigo por denario, tres litros de cebada por un denario. Pero no causes daño al aceite
y al vino»” (Apocalipsis 6:5,6; BJ). En este caso el color negro significa desgracia y
miseria101.
Aunque no hay coincidencia con el color pues el simbolismo es puramente con-
vencional, el tercer coronel tiene un paralelo con el cuarto jinete apocalíptico102:
“Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto Viviente que decía: «Ven». Miré
entonces y había un caballo verdoso; el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades
le seguía. Se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra, -para matar con la espa-
da, con el hambre, con la peste y con las fieras de la tierra-” (Apocalipsis6:7,8; BJ). La
clave está en el poder que se le concedió al jinete verdoso para acabar con la vida de
muchas personas ya sea mediante un arma, por inanición o muerte natural, sin im-

100
El tercer caballo es negro. Aunque la descripción de su actividad es más vaga, el fondo sigue siendo evidente.
Se anuncia un período de carestía, de hambre, de penuria. Prevost J.P. 1994. Para leer el Apocalipsis. Ed. Verbo Divino
pág. 38.
101
¿Será preciso recordar que es el mismo Juan el que asocia los colores a los actores, y que el simbolismo es aquí
puramente convencional? Hemos de quedarnos en el interior de una lógica establecida por Juan, sin imponer al texto
las connotaciones modernas de los colores que ha escogido. La opción por el blanco o por el negro, por ejemplo, no
tiene nada que ver con las cuestiones raciales, ni tampoco el verde significa esperanza. Prevost J.P. 1994. Para leer el
Apocalipsis. Ed. Verbo Divino pág. 39.
102
En cuanto al último, de color verdoso, el apodo que se le da no deja lugar a dudas sobre sus intenciones asesinas:
se le llama «la Muerte». Prevost J.P. 1994. Para leer el Apocalipsis. Ed. Verbo Divino pág. 38.

84
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

portar su condición ni clase social. Amado Nervo sentía admiración por las monjas
y los nobles, de ahí que haga alusión a las exequias de infantes y reyes. En este caso
la palabra infante aplica a cada uno de los hijos varones y legítimos del rey nacidos
después del príncipe o de la princesa. Aunque el autor no le concede al coronel ne-
gro tanto poder sobre la vida humana como lo tienen la Muerte y el Hades, su sola
presencia es garantía de duelo y mortaja.
El tema de la muerte no podía faltar tanto en la prosa como en la poesía de
Amado Nervo. En el “Miedo a la muerte” se reflejan los temores y angustias que
el poeta sentía ante el misterioso jinete. Las experiencias de la vida lo habían
convertido más que en una persona temerosa de Dios, en un hombre temeroso
de la muerte. Así lo expresa en uno de los párrafos, “¡Ah!, sí; esto es lo natural, lo
bueno, lo misericordioso: la santa madre Naturaleza debe envolvernos en un suave
entorpecimiento; debe adormecernos en sus brazos benditos durante esa transición
de la vida a la muerte. Sin duda que morimos como nacemos…, en una misteriosa
ignorancia… Pero ¿y si no es así?... ¿si no es así? Me preguntaba yo temblando”103.
En su ensayo “La blandura de la muerte” afirma: “El miedo por excelencia es el
miedo a la muerte. Se nos inculca desde antes que tengamos el uso pleno de la
razón”104.
En sus páginas autobiográficas también aborda este tema que tanta inquietud
había despertado en él. Primero en “Muerte importunada”, imaginario diálogo entre
la Muerte y el poeta105; y luego en “La muerte”, donde se refiere explícitamente al fa-
llecimiento de Fernando VI de España106. Probablemente de aquí deriva la expresión
´tras los ataúdes de infantes y reyes’.
En su poesía, la muerte es un tema muy recurrente, basta con hojear su libro La
Amada Inmóvil para darse cuenta de ello. Un par de ejemplos son “¡Oh, Muerte!”
(Muerte, ¡cómo te he deseado! / ¡Con qué fervores te he invocado!, / ¡con qué anhelares
he pedido a tu boca su beso helado! / ¡Pero tú, ingrata, no has oído!) y “La Santidad de
la Muerte” (La santidad de la muerte / llenó de paz tu semblante, / y yo no puedo ya
verte / de mi memoria delante, / sino en el sosiego inerte / y glacial de aquel instante).
La totalidad de los versos de esta obra están dedicados a una muerta, Ana Cecilia
Dailliez, cuyo fallecimiento ocurrió el 7 de enero de 1912. El poeta debió de figu-
rarse que el coronel negro anduvo rondando durante la capilla ardiente y se encargó
de presidir el acto durante el cual su amada descendió solemne (a la honda cripta).
El coronel de los ataúdes, con su sigiloso andar cede su paso a la reina en la sección
siguiente.

103
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Almas que pasan”, Tomo I, 2ª. Ed. Pág. 236-39.
104
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Ensayos”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 927.
105
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 1065.
106
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “Los Balcones”, Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 1079-80.

85
LA REINA
Mas cuando la reina dejaba el alcázar,
A furto de todos, recelosa y leve;
cuando por las tardes, en su libro de horas,
miniado por dedos de monje paciente,
murmuraba rezos tras de los vitrales;
cuando en el reposo de los escabeles
bordaba rubíes sobre los damascos,
mientras la tediosa cauda de los meses
pasaba arrastrando sus mayos floridos,
sus julios quemantes, sus grises diciembres;
cuando en el ensueño sumergía su alma,
silencioso, esquivo, la guardaba siempre
con la mano puesta sobre el fino estoque,
el coronel verde...

Catorce versos fueron suficientes para describir la actividad de la reina después


de haber presentado a tres de los cuatro coroneles; dos de ellos relacionados con
sucesos fatales. Al igual que los coroneles, la reina no es un individuo sino un sím-
bolo; abandona la habitación real a escondidas de sus coroneles para dedicarse a sus
actividades cotidianas, entre las que destacan rezar y bordar. Este ambiente era muy
característico en las mujeres tradicionales de finales del siglo XIX y no tanto en la
realeza de la época medieval o renacentista. Basta con recordar a la salmantina de
“El Seminarista de los Ojos Negros” de Miguel Ramos Carrión (Una salmantina de
rubio cabello / y ojos que parecen pedazos de cielo / mientras la costura mezcla con el
rezo / ve todas las tardes pasar en silencio / los seminaristas que van de paseo).
Empero la clave para revelar la identidad de la reina no se encuentra en sus
quehaceres, propios de cualquier mujer conservadora de la época de Nervo, sino
en el transcurrir de las estaciones del año, en el paso de los meses, en la cotidiani-
dad misma. Al ser la reina la referencia del tiempo, por consiguiente simboliza a la
existencia misma o Vida como bien la denomina el bardo en algunos poemas tales
como ‘Ante el Sepulcro de Manuel Gutiérrez Nájera’ (Perlas Negras), ‘La Montaña’
(Serenidad) y ‘En Paz’ (Elevación).
Al final de la estrofa, repentinamente entra en escena el cuarto coronel, cuyo co-
lor ya se había citado en el sexteto introductorio. En el momento en que la reina “su-
merge su alma en el ensueño” es cuando recibe la custodia del coronel verde, quien
siempre está presto para defenderla ante cualquier amenaza. La expresión “cuando en
el ensueño sumergía su alma” puede entenderse como el momento en que alguien se
encuentra en estado de éxtasis o arrobamiento. Tal estado afecta la acción de vigilia,

86
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

por lo que se descuida la guardia. La enajenación puede parecerse a un estado de


inconsciencia parcial donde los sentidos se adormecen y hacen vulnerable a la per-
sona, de ahí que sea necesario contar con un vigilante. El coronel verde representa al
centinela que sigue a la reina en corto, a diferencia de los demás coroneles quienes se
desentienden de ella. No obstante, ¿Por qué el coronel verde va tras la reina? ¿Quién
es ese misterioso personaje? La respuesta está en la sección siguiente.

EL CORONEL VERDE
El coronel verde llevaba en su pecho
vivo coselete
color de cantárida; fijaba en su reina
ojos de batracio, destilando fiebre;
trémula esmeralda lucía en su dedo,
menos que sus crueles
miradas de ópalo, henchidas de arcanos
y sabiduría, como de serpiente...

En apenas ocho versos Nervo describe al cuarto y último de los coroneles, úni-
co que se ocupa del resguardo de la reina. No tiene ningún paralelo con el jinete
verdoso del Apocalipsis por lo que se trata de un personaje completamente ajeno a
la literatura neo testamentaria. Su descripción hace de él aparentemente un ser ho-
rripilante y cruel, propio de la mitología griega. Lo pinta como un monstruo verde
semejante a un reptil cuyos ´ojos de batracio destilan fiebre´ al fijarse en los de su
reina. Sin embargo, la esmeralda que porta en su dedo, su mirada llena de sabiduría
y el color verde que lo caracteriza no simbolizan otra cosa más que la esperanza. A
diferencia del simbolismo cromático del escritor Juan, aquí el color verde significa
esperanza, como sucede prácticamente en todos los casos en donde Amado Nervo
recurre a la tonalidad verde.
Al escribir este cuento en general, y esta estrofa en particular, tal vez Nervo
debió tener en mente el relato sobre Pandora107 “a la que Zeus había hecho tan tonta,
malévola y perezosa como bella, la primera de una larga casta de mujeres como
ella. Poco tiempo después abrió una caja que según le había advertido Prometeo a
Epimeteo, debía mantener cerrada y en la cual le había costado gran trabajo ence-
rrar todos los males que podían infestar a la humanidad como la vejez, la fatiga, la
enfermedad, la locura, el vicio y la pasión. Todos ellos salieron de la caja en forma
de una nube, hirieron a Epimeteo y Pandora en todas las partes de sus cuerpos y
luego atacaron a la raza de los mortales. Sin embargo, la Esperanza Engañosa, a la

107
Graves, R. 1985. Los Mitos Griegos, Vol. I. Alianza Editorial Madrid. 1° Ed. Pág. 100.

87
que también había encerrado Prometeo en la caja, les disuadió con sus mentiras de
que cometieran un suicidio general”.
Ciertamente, aunque in sensu stricto sólo los jinetes rojo y negro representan a
los males de la humanidad, el periodo de paz tampoco garantiza una vida libre de
sufrimientos. Incluso la paz puede tener un precio muy alto y las desgracias pue-
den proseguir aún durante los banquetes, los bautizos y las bodas. Sin importar los
instantes de dicha o de tristeza los infortunios están presentes desde el momento
de la concepción hasta la hora del deceso como destino inexorable del hombre. No
hay modo de erradicar el pecado, la enfermedad, la vejez y la muerte, en cualquier
estadio de la existencia, después de haber sido liberados de la misteriosa caja en la
que se encontraban recluidos.
Por ello, la humanidad se aferra a la esperanza como el único contrapeso de
todos los males y tormentos. Sin ella, quizás la vida sería insoportable y carente de
sentido, eso explica por qué el coronel verde siempre está cerca de la reina. Es una
entidad inherente al flujo de la existencia, como bien se expresa en la estrofa final.

Y desde que el orto sus destellos lanza


hasta que en ocaso toda luz se pierde,
quizás como un símbolo, como una esperanza,
¡iba tras la reina su coronel verde!

Aquí se corrobora el simbolismo empleado por Nervo en todo el contexto del


poema y, en particular, el significado del color verde. Desde que despunta el alba
hasta que anochece; es decir, durante la vida entera la esperanza ha acompañado a
la humanidad para brindarle algún consuelo a sus pesares y fatigas. Suele decirse:
“mientras haya vida, hay esperanza” y eso es justamente lo que significa el hecho de
que el coronel vaya tras la reina. Aun en las circunstancias más adversas siempre hay
lugar para la esperanza, sin importar que ésta sea por demás, improbable o incluso
rayana en lo inverosímil como bien se ilustra en el relato “Una esperanza” donde un
condenado a muerte se aferra tanto a la vida que logra sobornar al jefe del pelotón
antes de ser fusilado junto con otros ajusticiados. Sobrevive, pero por desgracia es
delatado por un granuja y recibe el tiro de gracia108.
En otra de sus prosas, el poeta escribió sobre su esperanza íntima utilizando
como emblema una singular embarcación. Expresó en La barca de mi esperanza109,

108
“El jefe del pelotón se detuvo, vaciló un instante, quiso decir algo al pillete; pero sus ojos se encontraron con la
mirada interrogadora, fría e imperiosa del coronel, y desnudando la gran pistola de Colt, que llevaba ceñida, avanzó
hacia Luis, que, presa del terror más espantoso, casi no respiraba, apoyó el cañón en su sien izquierda e hizo fuego”.
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. Tomo I “Almas que pasan”, Pág. 254-57.
109
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “De mi breviario íntimo” Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 1034.

88
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

“¡Sigamos, barca mía!... Junto a la tenue gasa de tu armadura, que es de luces, de


perfumes y de misterios, van mis músculos, va mi sangre, va mi vida. Nada temas: tú
seguirás incólume. ¡El naufragio no se hizo para ti! ¿A dónde vamos?... Tú eres ilusión,
yo realidad; tú sueñas, yo pienso; tú cantas y ríes, yo bogo y lloro… ¿A dónde vamos?...
No te inquietes, te impulsa mi corazón y te guía mi espíritu. ¡Adelante!... ¡Ya vamos a
llegar!... ¡Ya se ve la costa!... Es probable que Manuel Benítez Carrasco se haya basa-
do en esta figura retórica para escribir en su poema ‘Mi Barca’: “por la quilla, sueño
verde / por la vela, nieve blanca”.
En su libro de poesía El Éxodo y Las Flores del Camino, el poeta manifestó su
esperanza de regresar un día a la ciudad de París110 (¡Oh, sí, yo tornaré….! Mas si
no alcanza / mi alma esta dulce aspiración suprema / ¿qué haré? ¡Clavar, sañudo,
mi esperanza / en el ancla divina que es su emblema!). En un libro posterior, La
Amada Inmóvil, dijo sobre la esperanza de encontrarse con su muerta111 (Esperanza,
pan nuestro cotidiano: / esperanza, nodriza de los tristes: / murmúrame esas íntimas
palabras / que en el silencio de la noche fingen, / en los más escondido de mi mente, /
cuchicheo de blancos serafines…).
Aunque la esperanza del poeta de volver a ver a su amada no se cumplió, fue
uno de los grandes móviles de su existencia. Poniendo toda su alma, hizo un esfuer-
zo supremo por revivirla con el poder sus versos y sólo consiguió inmortalizarla
como su ‘amada inmóvil’. La esperanza de la resurrección era una de las creencias
del bardo tepicense. Los términos ‘pan nuestro cotidiano’ y ‘nodriza de los tristes’
aplican a ese coronel verde que nunca cede ante la inexorabilidad de la muerte, sim-
bolizada por el coronel negro. Esto nos enseña que la esperanza desaparece sólo
hasta cuando muere aquel que la mantiene, porque la esperanza se va con el último
hálito de vida; es decir, ‘hasta que se pierde el último rayo de luz en el ocaso’. Sin
duda alguna, la esperanza es el último reducto del hombre en el transcurso de su
breve, azarosa y peregrina existencia… lo único bueno entre todos los males.

110
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “El Éxodo y las Flores del Camino” Tomo II, 2ª. Ed.
Pág. 1502-03.
111
Aguilar-Madrid, 1955.Obras Completas de Amado Nervo. “La Amada Inmóvil” Tomo II, 2ª. Ed. Pág. 1666.

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Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

91
DOS SIRENAS

S in duda, el libro Elevación puede contarse entre las obras cimeras de Amado
Nervo. Este poemario, escrito entre los años 1914 y 1916, en opinión del mismo
autor, es un “libro sin retórica, «sin procedimiento», sin técnica, sin literatura, (que)
sólo quiso una cosa: elevar tu espíritu. ¡Dichoso yo si lo he logrado!”. Y no sólo lo logró
sino que sobrepasó cualquier expectativa, al igual que en su obra Plenitud, alcanzó
una de las cumbres más difíciles de escalar en cualquiera de las manifestaciones
superiores del espíritu: la de la sencillez.
Entre los números más ilustrativos de Elevación destaca ‘Dos sirenas’. Este poe-
ma de apenas quince versos se escribió hacia 1915 en pleno desarrollo de la Primera
Guerra Mundial, y constituye un esfuerzo por olvidar los horrores de la Gran Guerra
y distraerse en temas menos trágicos. Con el advenimiento de la catástrofe se hizo
más apremiante el acto de confortar y elevar al conturbado espíritu humano dirigién-
dolo hacia aquellos caudales cristalinos donde pudiera encontrar un remanso de paz.
Esta vez el poeta abrevó en las fuentes de la literatura griega enfocándose en el
Canto XII de La Odisea del autor clásico Homero. Aquel en donde Ulises y su tripu-
lación tienen que sortear a las sirenas, seres peligrosos que atraen con sus cantos a
los hombres y los conducen a la muerte112. Al ser advertido por Circe, Ulises toma las
debidas precauciones, entre ellas, la de ordenar que lo aten de pies y manos al mástil
del barco, logrando con esto escuchar el canto de las sirenas sin sucumbir113.Su cau-

112
"Primero llegarás a las Sirenas, las que hechizan a todos los hombres que se acercan a ellas. Quien acerca su nave
sin saberlo y escucha la voz de las Sirenas ya nunca se verá rodeado de su esposa y tiernos hijos, llenos de alegría porque
ha vuelto a casa; antes bien, lo hechizan éstas con su sonoro canto sentadas en un prado donde las rodea un gran montón
de huesos humanos putrefactos, cubiertos de piel seca. Haz pasar de largo a la nave y, derritiendo cera agradable como
la miel, unta los oídos de tus compañeros para que ninguno de ellos las escuche. En cambio, tú, si quieres oírlas, haz que
te amarren de pies y manos, firme junto al mástil que sujeten a éste las amarras, para que escuches complacido, la voz de
las dos Sirenas; y si suplicas a tus compañeros o los ordenas que te desaten, que ellos te sujeten todavía con más cuerdas.”
Homero. La Odisea. Canto XII. pág. 77. Cortesía de http://www.alvarezperea.com/ulysses31.
113
"Vamos, famoso Odiseo, gran honra de los aqueos, ven aquí y haz detener tu nave para que puedas oír nuestra
voz. Que nadie ha pasado de largo con su negra nave sin escuchar la dulce voz de nuestras bocas, sino que ha regresado
después de gozar con ella y saber más cosas. Pues sabemos todo cuanto los argivos y troyanos trajinaron en la vasta
Troya por voluntad de los dioses. Sabemos cuanto sucede sobre la tierra fecunda." Homero. La Odisea. Canto XII. pág.
79. Cortesía de http://www.alvarezperea.com/ulysses31.

92
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

tela y sagacidad lo pusieron a salvo de muchas amenazas, incluyendo a estas hembras


oceánicas. De ahí que el poeta lo considere un modelo a seguir para alcanzar la paz,
el sumo bien. En el poema, las dos sirenas están representadas por el amor y el dinero,
y no dejarse seducir por el canto de las sirenas, implica atarse a un mástil simbólico.
Esto dice el poema:

PRIMERA ESTROFA
Dos sirenas que cantan: el Amor y el Dinero.
Mas tú sé como Ulises, previsor y sagaz:
tapa bien las orejas a piloto y remero,
y que te aten al mástil de tu barco ligero;
que, si salvas la suerte, ¡tu gran premio es la paz!

Es obvio que el amor y el dinero son dos sirenas simbólicas. Cantan en el


sentido de que pueden atraer la atención del hombre hasta el grado de llevarlo
a la perdición o, en su defecto, de desviarlo de sus metas o ideales. En casos se-
veros, pueden incluso conducirlo directamente a la muerte; el concepto de las
sirenas viene desde la antigüedad, aunque no siempre ha sido el mismo. En este
periodo, de la Grecia Clásica, las sirenas no eran como se representan en la ima-
ginación popular de hoy114. No tenían forma mitad humana y mitad pez sino
mitad humana y mitad ave. Independientemente de cómo las haya concebido
Nervo, eso no modifica el hecho de que estas mujeres oceánicas poseyeran los
más dulces y terribles atributos femeninos: la belleza y la crueldad, o el amor y
la perdición.
Durante la antigüedad tardía fue cuando el concepto antiguo de las sirenas su-
frió una transformación115. De ser símbolos de la seducción intelectual pasaron a
ser símbolos de la seducción física, no es de extrañar pues que, para Nervo, una de
las dos sirenas tenga como emblema al amor, pues el Eros, o conjunto de impulsos
sexuales de una persona requiere de la seducción física.

114
“Leyendo el texto de la Odisea, resulta evidente que Homero no hace ninguna descripción física de las si-
renas. La imagen que la mayoría de nosotros tenemos de las sirenas clásicas, de las sirenas griegas, «paganas», nos
viene dada por el tantas veces reproducido σταμνος ático de figuras rojas, al que antes he aludido; en él aparece
representado el episodio de la Odisea: las sirenas son tres (una lleva escrito el nombre de Himeropa; de ϊμερος,
‘deseo’, ‘que inspira deseo o atracción’) y presentan la apariencia de aves con cabeza femenina; no tienen brazos,
sino alas, y además patas con garras; la parte humana se limita única y exclusivamente a la cabeza”. Pena, M.J. 2007.
Sirenas de ayer, sirenas de siempre. A propósito de un racconto del príncipe Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Faventia
29/1: 119-141.
115
“En la antigüedad tardía, tanto la iconografía de las sirenas como su simbolismo sufren una profunda transfor-
mación: pasarán de las mujeres pájaro a las mujeres pez del imaginario cristiano y se convertirán en un símbolo de las
peligrosas seducciones femeninas, fuente de placer y lujuria. De la seducción intelectual, se pasó a la seducción física.
Esta imagen de mujer con cola de pez y mágico atractivo es la que, con algunos matices, pervivirá hasta nuestros días”.
Óp. Cit.

93
Históricamente, las sirenas entraron en el repertorio de la simbología cristiana
hasta el siglo II de nuestra era116, después del periodo apostólico. De la síntesis del
cristianismo con el paganismo surgió esta nueva iconografía de las sirenas donde
éstas pueden ser capaces de arrastrar al hombre hasta el fango de los placeres y los
vicios sumiéndolo en un estado de abyección. El canto de las sirenas se refiere a la
totalidad de los peligros y las tentaciones del mundo, que representan al “camino
espacioso y de entrada ancha que lleva a la perdición a muchos” (Mateo 7:13 Biblia de
Jerusalén [BJ], 1976).En cambio, quienes prefieren el “camino angosto y de entrada
estrecha que lleva a la Vida” (Mateo 7:14, BJ) se cuentan entre esos pocos que son
como Ulises, previsores y sagaces.
La palabra sagaz implica ser astuto y prudente, además de tener la capacidad de
prever y prevenir. Por lo tanto, los términos previsor y sagaz son casi sinónimos, re-
cordemos que Ulises tuvo la ventaja de recibir los consejos de Circe y de ponerlos en
práctica. Tenía la alternativa de taparse los oídos al igual que sus compañeros y no
escuchar el canto armonioso de las sirenas; sin embargo optó por deleitarse con las
embriagadoras melodías de las féminas oceánicas estando bien atado al mástil para
evitar ser atraído fatalmente por sus encantos. También, por razones de seguridad
extrema, dio indicaciones de que lo amarraran con más cuerdas en el caso de llegar
a suplicar que lo desataran.
Al igual que Ulises, un cristiano cauto y sagaz puede escuchar los atrayentes
cantos de las sirenas sin dejarse seducir por ellas; en otras palabras, puede andar en
el mundo sin dejarse entrampar por sus encantos. Algo así como “cruzar el pantano
sin mancharse el plumaje”, en palabras de poeta Salvador Díaz Mirón. Un conocido
versículo del Nuevo Testamento reconoce que “Puesto que todo lo que hay en el
mundo – la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de
las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo”. (1 Juan 2:16, BJ). Desde el punto
de vista bíblico, el mundo y sus concupiscencias vienen a identificarse con ese par de
sirenas que denuncia Amado Nervo. Quien ‘salva la suerte’ tiene su recompensa: la
paz. A simple vista, parecería un premio menor. Veamos la siguiente estrofa.

SEGUNDA ESTROFA
Es engaño el Dinero y el Amor es engaño:
cuando juzgas tenerlos, una transmutación
al Amor trueca en tedio; trueca al oro en estaño...

116
“Fue Tito Flavio Clemente (150-216), una de las grandes figuras de la Escuela de Alejandría, quien practicó una
síntesis entre la nueva religión y la tradición cultural pagana, el primero que utilizó la imagen de Ulises atado al mástil
en clave cristiana: el mástil como antemna crucis, a la cual el cristiano debe atarse para atravesar la vida y huir de sus
peligros y tentaciones; en consecuencia, las sirenas se convierten en el símbolo del naufragio en los placeres y los vicios”.
Óp. Cit.

94
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

El Amor es bostezo y el placer hace daño.


(Esto ya lo sabías, ¡oh buen rey Salomón!)

Durante la edad media, el concepto cristiano de las sirenas sufrió una siguiente
modificación, de la seducción física las sirenas pasaron a encarnar el engaño y la fal-
sedad117. Esto tiene mucho que ver con la forma en que Nervo concibe al emblema
de la primera sirena: el dinero. Existe una canción popular del autor Rodolfo Scia-
marella cuya letra recalca al inicio: “tres cosas hay en la vida /salud, dinero y amor /
el que tenga estas tres cosas / que le dé gracias a Dios. /Pues con ellas uno vive / libre
de preocupación…”. De aquí puede deducirse que el dinero es necesario para la vida.
Entonces, ¿por qué el poeta lo ve como una fuente de engaño? No es el dinero en
sí el problema sino el afán de poseer riquezas o de servir a ellas.
En el Nuevo Testamento hay un versículo que señala: “Porque la raíz de todos
los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la
fe y se atormentaron con muchos dolores” (1 Timoteo 6:10, BJ). Hay otro que afirma:
“nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se
entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. (Mateo 6:24,
BJ). En el mismo evangelio se expresa más adelante: “El que fue sembrado entre los
abrojos, es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de
las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto” (Mateo 13:22, BJ).
La expresión “seducción de las riquezas” se acerca mucho al concepto cristiano
sobre las sirenas. Por otro lado, hay una exhortación “a los ricos de este mundo reco-
miéndales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en lo inseguro de las riquezas
sino en Dios, que nos provee espléndidamente de todo para que lo disfrutemos” (1
Timoteo 6:17, BJ). Al ser las riquezas seductoras e inseguras, se deduce que son en-
gañosas. La seducción es una forma de engaño, cifrar la esperanza en algo inseguro
es caer en el engaño118.
Aunque la segunda sirena, el amor, se relaciona con la seducción física, no pare-
ce ser una entidad tan engañosa como para ponerla a la par del dinero. ¿A qué clase
de amor se refiere Nervo?La clave está en uno de los textos que se vio anterior-

117
“La sirena es una figura de naturaleza fantástica cuyo mito nace en la Antigüedad. La etimología del término se
ha puesto en relación con el vocablo púnico sir –canto– y el semítico seiren –hembra que fascina con sus cantos–. Su
principal atractivo era su seductor canto de amor que ejercía sobre quien lo escuchaba una atracción fatal. Nació como
símbolo de los peligros que entraña el abismo marítimo, pero en la Edad Media se asoció a la lujuria, la tentación y los
peligros que encarna la sexualidad porque eran seres volátiles como el amor, además de encarnar la falsedad, el engaño
y la inconstancia”. Rodríguez P., L. 2009. Las Sirenas. Revista Digital de Iconografía Medieval, vol. I, nº 1, pp. 51-63.
118
El significado fundamental del vocablo es «engaño», «fraude»; «malicia» y «falsedad». Este significado queda
claro cuando shaw< se usa en un contexto jurídico: «No te concertarás con el impío para ser testigo falso» (Éx 23.1
LBA). Cuando se usa en contextos culticos, el término implica los mismos matices pero puede traducirse de diversas
maneras. Por ejemplo, en Sal 31.6 el vocablo se traduce mayormente como «vanidad», aunque también como «vacío»
(NBE) e «inútil» (LVP), en el sentido de «falso» (cf. Ez 12.24 LBA). Elifaz describió a los impíos como los que «se fían en
la vaciedad» (NBE) o que «se engañan a sí mismos» (Job 15.31 RVA, LBA). Unger M.F. and White W. 2000. Diccionario
Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville: Editorial Caribe) Pág. 137.

95
mente (1 Juan 2:16) en donde se incluye la expresión “concupiscencia de la carne”.
La concupiscencia tiene que ver con el apetito desordenado de placeres deshonestos;
en otras palabras, con las apetencias de la carne.
En el Nuevo Testamento pueden leerse las palabras del apóstol Pablo: “Por mi
parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la
carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a
la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley” (Gálatas 5:16-18, BJ).
En otra de sus epístolas señala: “entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro
tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de
la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la
Cólera...” (Efesios 2:1-3, BJ). Por lo tanto exhorta “a despojaros, en cuanto a vuestra
vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concu-
piscencias” (Efesios 4:22, BJ). En una carta anterior había recomendado: “Revestíos
más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concu-
piscencias” (Romanos 13:14, BJ).
Otro escritor del Nuevo Testamento, Pedro, también abordó el tema de las ape-
tencias de la carne: “Hablando palabras altisonantes, pero vacías, seducen con las
pasiones de la carne y el libertinaje a los que acaban de alejarse de los que viven en el
error” (2 Pedro 2:18, BJ). Otra vez aparece la palabra ‘seducción’ que tanto se asocia
con el canto de las sirenas. Quienes se dejen seducir por ellas pueden recibir castigo:
“es porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para
castigarles en el día del Juicio, sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias
impuras y desprecian al Señorío. Atrevidos y arrogantes, no temen insultar a las Glo-
rias” (2 Pedro 2:9,10; BJ). Poco antes había hablado de una promesa para aquellos
hombres que fueran lo bastante prudentes y sagaces, como Ulises: “por medio de las
cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas
os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en
el mundo por la concupiscencia” (2 Pedro 1:4; BJ). Para escapar de esa corrupción es
necesario ‘atarse al mástil del barco ligero’.
Tanto el amor (la concupiscencia de la carne) como el dinero (la jactancia de las
riquezas) comparten un rasgo en común: la temporalidad. Mientras el amor es vo-
látil, las riquezas son inseguras (1 Timoteo 6:17). Ambos están sujetos a los vaivenes
de la fortuna, es por ello que suelen sufrir transmutaciones. ¿Puede el amor conver-
tirse en tedio o en bostezo? No sólo el amor sino cualquier cosa. El Rey Salomón
llegó a afirmar: “Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo
de ver ni el oído de oír” (Eclesiastés 1:8, BJ). También señaló, “He detestado la vida,
porque me repugna cuanto se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y atrapar vientos”
(Eclesiastés2:17, BJ). Todo es vanidad incluyendo al amor. Llama la atención cómo

96
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

se expresa de la mujer, “he hallado que la mujer es más amarga que la muerte, porque
ella es como una red, su corazón como un lazo, y sus brazos como cadenas: El que
agrada a Dios se libra de ella, mas el pecador cae en su trampa (Eclesiastés7:26, BJ).
Esto pareciera aplicar a una sirena más que a una fémina.
Ahora cabe la pregunta: ¿puede el oro convertirse en estaño? Bueno, ese era
el propósito de los alquimistas con su piedra filosofal, pero al revés; buscaban trocar
metales corrientes en oro. Desde luego, nunca lo consiguieron. Lo que los versos
quieren decir es que el dinero, aparte de estar sujeto a pérdidas o devaluaciones,
puede causarle mal a quien lo posee. Sobre esto, el rey Salomón escribió: “Hay un
grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada para su dueño, y que solo sirve
para su mal” (Eclesiastés 5:12, BJ). Además, la riqueza puede ser causa de infortunio
porque “un hombre a quien Dios da riquezas, tesoros y honores; nada le falta de lo
que desea, pero Dios no le deja disfrutar de ello, porque un extraño lo disfruta. Esto es
vanidad y gran desgracia” (Eclesiastés 6:2, BJ). También el amor al dinero es vanidad
debido a que “quien ama el dinero, no se harta de él, y para quien ama riquezas, no
bastas ganancias. También esto es vanidad” (Eclesiastés 5:9, BJ). En efecto, el rey Salo-
món sabía muy bien sobre estos y muchos temas más. Desafortunadamente, muchas
personas no han tomado en cuenta estos sabios consejos para su propio provecho,
como lo expresa la estrofa final.

TERCERA ESTROFA
Pero el hombre insensato por el oro delira,
y de Amor vanamente sigue el vuelo fugaz...
Sólo el sabio, el asceta, con desprecio los mira.
Es mentira el Dinero y el Amor es mentira:
si los vences, conquistas el bien sumo: ¡la Paz!

Según el poeta, el acumular riquezas es asunto de personas necias. El delirar119


por el oro sólo puede ocurrirle a un hombre insensato o mezquino. En el Viejo
Testamento se señala lo siguiente: “Para el hombre mezquino no es buena la riqueza,
para el envidioso, ¿de qué sirve el dinero? / Quien amontona a expensas de sí mismo,
para otros amontona, con sus bienes se regalarán otros. / El que es malo para sí, ¿para
quién será bueno? No logrará contento en medio de sus tesoros” (Eclesiástico 14:3-5,
BJ). Hay también una advertencia para los que se dejen deslumbrar por el dinero:
“El que ama el oro no se verá justificado, el que anda tras el lucro se extraviará en él.

119
noseo (nosevw, 3552) significa estar enfermo, tanto de cuerpo como de mente; de ahí, ser arrebatado por un in-
terés tan mórbido en una cosa que llegue a ser equivalente a una enfermedad, delirar (1 Ti 6.4). El significado primario
de delirar es ser insensato (cf. Jer 50.36); el significado evidente de noseo, a este respecto, es estar en error. Unger M.F.
and White W. 2000. Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville: Editorial Caribe). Pág. 809.

97
/ Muchos se arruinaron por causa del oro, su perdición la tenían delante. / Es leño de
tropiezo para los que le ofrecen sacrificios, y todo insensato queda preso en él” (Ecle-
siástico 31:5-7, BJ). En el libro de Jeremías hay una expresión equivalente: “La perdiz
incuba lo que no ha puesto; así es el que hace dinero, mas no con justicia: en mitad de
sus días lo ha de dejar y a la postre resultará un necio” (Jeremías 17:11, BJ).
El rey Salomón se preguntaba: “¿De qué sirve la riqueza en manos del necio?
¿Para adquirir sabiduría, siendo un insensato?” (Proverbios 17:16, BJ). En otro de los
libros que se le atribuyen llegó a afirmar que la sabiduría es mejor que el oro “porque
la sabiduría protege como el dinero, pero el saber le aventaja en que hace vivir al que
lo posee” (Eclesiastés 7:12, BJ). De esto puede deducirse que el dinero, aunque brinda
protección a quien lo posee, no le garantiza una vida larga.
Se considera que el rey Salomón de las antigüedades el sabio por antonomasia.
A la par de la sabiduría existe el ascetismo. A quien lo cultiva se le denomina asceta,
este término no es de origen judío sino griego y se refiere a alguien que sigue una
serie de reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y el logro de la
virtud, por lo que hay coincidencia de éste con el sabio120. Ambos se oponen al necio
o insensato121. Se dice de Salomón que tuvo “un corazón sabio e inteligente como no
lo hubo antes ni después de él” (1 Reyes 3:12, BJ). En el libro de los Reyes se afirma
que “Dios concedió a Salomón sabiduría e inteligencia muy grandes y un corazón tan
dilatado como la arena de la orilla del mar. / La sabiduría de Salomón era mayor que
la sabiduría de todos los hijos de Oriente y que toda la sabiduría de Egipto. / Fue más
sabio que hombre alguno, más que Etán el ezrajita, que Hemán, Kalkol y Dardá, hijos
de Majol; su nombre se extendió por todos los pueblos circunvecinos. / Pronunció 3.000
parábolas y proverbios, y sus cánticos fueron 1.005” (1 Reyes 5:9-12, BJ).
El contraste entre el sabio y el insensato tiene que ver con la actitud que cada
uno demuestra tener ante las dos sirenas. Mientras éste se deleita con los placeres,
aquél los ve con desdén. El mismo rey Salomón se encargó de escribir varios prover-
bios donde se establece una diferencia entre ambos, no sólo en asuntos de dinero y
amor sino en la conducta en general. Para empezar, afirmó: “La gloria es patrimonio
de los sabios y los necios heredarán la ignominia” (Proverbios 4:35, BJ). Luego dijo:

120
jakam (;j;μk, 2450), «sabio; hábil; práctico». Esta palabra más el nombre jakemah y el verbo «ser sabio» (jakam)
indica un elemento importante desde el punto de vista religioso del Antiguo Testamento. La experiencia religiosa no era
rutinaria, ni ritualística ni siquiera de fe. Se percibía como el dominio del arte de vivir en conformidad con las expectati-
vas divinas. En esta definición, los términos «dominio» y «arte» significan que la sabiduría es un proceso de satisfacción
y no un logro en sí. La experiencia secular comprueba la importancia de estas observaciones. Unger M.F. and White W.
2000. Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashvilale: Editorial Caribe). Pág. 380.
121
anoetos (ajnovhto", 453) significa no entendedor (a, privativo; noeo, percibir, comprender), no aplicar nous, la
mente (Lc 24.25); en Ro 1.14 («no sabios»; Gl 3.1,3: «necios»), significa carente de sentido, una indigna carencia de en-
tendimiento. Algunas veces connota un reproche moral; en contraste con sofron, de mente sobria, con dominio propio;
y describe a uno que no gobierna sus concupiscencias (Tit 3.3); en 1 Ti 6.9 se asocia con malos deseos, concupiscencias,
«necias». Unger M.F. and White W. 2000. Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville: Edito-
rial Caribe). Pág. 1088.

98
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

“Los sabios atesoran conocimiento, la boca del necio es ruina inmediata” (Proverbios
10:14, BJ). Más adelante señaló: “El necio tiene por recto su camino, pero el sabio escu-
cha los consejos. / El hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato proclama
su necedad” (Proverbios 12: 15,23; BJ). En el proverbio 14 añadió: “El sabio teme el
mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y confiado” (Proverbios 14:16; BJ). En el
siguiente proverbio sentenció: “La lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la
boca de los insensatos esparce necedad. / Los labios de los sabios siembran ciencia, pero
no así el corazón de los necios. / La necedad alegra al insensato, el hombre inteligente
camina en derechura” (Proverbios 15: 2, 7,21; BJ). Finalmente concluyó: “El necio da
salida a toda su pasión; el sabio la reprime y apacigua” (Proverbios 29:11; BJ).
Si tanto el dinero como el amor son mentira122, eso significa que el insensato es
víctima de un espejismo, de una ilusión vana. En el Antiguo Testamento puede leer-
se lo siguiente: “Las esperanzas vanas y engañosas son para el imbécil, los sueños dan
alas a los insensatos. / Tratar de asir una sombra o perseguir el viento es buscar apoyo
en los sueños. / Espejo y sueño son casas semejantes, frente a un rostro, una imagen de
rostro. / De los impuros, ¿qué pureza puede resultar? de la mentira, ¿qué verdad puede
salir?” (Eclesiástico 34:1-4; BJ).
El insensato también aparece en una de las parábolas de Jesucristo: “Y todo el
que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato
que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vien-
tos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7:26, 27;
BJ). Tanto el buscar apoyo en los sueños (o esperanzas seductoras) como edificar la
casa sobre la arena llevan inevitablemente a la ruina.
A diferencia de la primera estrofa donde figura Ulises, en la tercera no hay una
recomendación de cómo vencer a las dos sirenas, desde la perspectiva cristiana para
así conquistar la paz123. La clave está en pasar de la necedad a la sabiduría. El rey Sa-
lomón dio algunas lecciones de cómo llegar a ser igual que él. Primero exhortó: “es-
cuchad la instrucción y haceos sabios, no la despreciéis” (Proverbios 8:33, BJ) y “escu-
cha el consejo, acoge la corrección, para llegar, por fin, a ser sabio” (Proverbios 19:20;
122
dolos (dovlo", 1388), anzuelo, trampa, engaño. Se halla en Ap 14.5 en el TR, en lugar de pseudos, que aparece en
los mss. más comúnmente aceptados, «mentira». Se traduce «engaño», y se usa en Mt 26.4; Mc 7.22; 14.1. En Jn 14.1 se
usa, negativamente, de Natanael; Hch 13.10, de Barjesús; 2 Co 12.16, en una acusación hecha en contra de Pablo por
parte de sus detractores, de atrapar a los convertidos corintios por engaño; es evidente que el apóstol está citando las
expresiones de sus críticos; 1 Ts 2.3, en sentido negativo, de la enseñanza del apóstol y de sus compañeros de misión; 1
P 2.1, de aquello de lo que deben estar exentos los cristianos; 2.22, del habla sin engaño de Cristo; 3.10, de la necesidad
de que el habla de los cristianos sea sin engaño. Unger M.F. and White W. 2000. Diccionario Expositivo de Palabras del
Antiguo Testamento. (Nashville: Editorial Caribe). Pág. 1205.
123
ShaloÆm es una condición del alma y de la mente que incentiva el desarrollo de facultades y capacidades. Este
estado de bienestar se experimenta tanto en el interior como en el exterior del ser. En hebreo, esta condición se expresa
con la frase beshaloÆm («en paz»): «En paz [beshaloÆm] me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me
haces vivir confiado» (Sal 4.8). En estrecha relación con lo anterior se encuentra el significado de «bienestar», sobre todo
el «bienestar» o la «salud» personal. Esta acepción se puede encontrar en la pregunta de Joab a Amasa: «¿Te va bien,
hermano mío? Y tomó con la mano derecha la barba de Amasa para besarlo» (2 S 20.9 RVA). Unger M.F. and White W.
2000. Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. (Nashville: Editorial Caribe). Pág. 309.

99
BJ). Luego afirmó: “La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas
de la muerte” (Proverbios 13:14; BJ). Por coincidencia, las sirenas representan a las
trampas de la muerte en La Odisea de Homero. Otra de las claves está en el párrafo
anterior donde Jesucristo exhorta a poner en práctica sus enseñanzas.
En una de las cartas a Tito, el apóstol Pablo reconoció que algunos hombres
adoptaron una personalidad cristiana en base a una sana doctrina: “pues también
nosotros fuimos en algún tiempo insensatos, desobedientes, descarriados, esclavos de
toda suerte de pasiones y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y abo-
rreciéndonos unos a otros” (Tito 3:3; BJ).
De lo anterior puede concluirse que quien aspire a obtener la paz como galar-
dón debe hacerlo mediante la adquisición de sabiduría y no de riquezas, puesto que
“la paz del alma no se compra con dinero”, como asevera una popular canción de la
autoría de Chucho Monge cuyos versos finales parecen una paráfrasis de la respues-
ta que dio Pedro a Simón: “Vaya tu dinero a la perdición y tú con él; pues has pensado
que el don de Dios se compra con dinero” (Hechos 8:20; BJ). Puede asumirse que el
don de Dios es sinónimo de paz, según lo expresa un conocido salmo: “En paz,
todo a una, yo me acuesto y me duermo, pues tú solo, Yahveh, me asientas en seguro”
(Salmo 4:8; BJ). Contar con el favor de Dios es lo esencial. Finalmente, 1 Pedro 3:11
exhorta: “apártese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella”. En palabras
de Amado Nervo, se expresaría así: resiste al encanto del amor y el dinero, átate al
mástil como lo hizo Ulises, derrota a las sirenas y conquista el bien sumo: la paz…

100
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101
LA BIBLIA COMO FUENTE DE INSPIRACION
EN LA POESIA DE AMADO NERVO

El Poeta Creyente. Una Presentacion.


Amado Nervo no se consideraba lo suficientemente sabio como para negar la exis-
tencia de Dios, según lo expresa en su poema Yo no soy demasiado sabio:

“Yo no soy demasiado sabio para negarte,


Señor, encuentro lógica tu existencia divina;
me basta con abrir los ojos para hallarte;
la creación entera me invita a adorarte,
y te adoro en la rosa y te adoro en la espina...”

En el cuarto verso parece haberse inspirado en Colosenses 1:16, que reza así
en la Biblia de Jerusalén, 1976, [BJ]: “porque en él fueron creadas todas las cosas, en
los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los
Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él.” Otra fuente bíblica pudo
haber sido Romanos 1:20 “Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo,
se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de
forma que son inexcusables;”. Como todo creyente modestamente sabio, adoraba al
Creador mediante las cosas hechas: “...y te adoro en la rosa y te adoro en la espina...”.
En su poema “Réquiem” presenta al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Y en el
caso del primero, alaba nuevamente al Creador:

“¡Oh, Señor!, Dios de los ejércitos,


eterno Padre, eterno Rey,
por este mundo que creaste
con la virtud de tu poder

102
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porque dijiste: la luz sea


y a tu palabra la luz fue; ...”

Es indudable que los versos cinco y seis provienen de Génesis 1:3, según se
vierte en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, 1987, [TNM]: “Y
Dios procedió a decir: ‘Llegue a haber luz’. Entonces llegó a haber luz”.
El párrafo segundo lo dedica al Hijo, a quien califica como:

“Hijo del Hombre, desolado,


trágico Dios, tremendo juez...”

La expresión ‘Hijo del Hombre’ aparece en el Nuevo Testamento varias veces,


como por ejemplo en Mateo 10:23 “Cuando os persigan en una ciudad huid a otra,
y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de
recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre” [BJ]. El título de
juez aparece en Hechos 10:42 “Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diése-
mos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos” [BJ]. Sin
embargo, los adjetivos de desolado, trágico y tremendo son visiones personales del
poeta.
Llama la atención que en el tercero y último párrafo, dedicado al Espíritu Santo,
Nervo utilice el nombre personal de Dios usado en algunas versiones de la Biblia
dentro del Antiguo Testamento. No obstante lo hace sólo para manifestar su creen-
cia en una trinidad124 o triada de dioses:

“Divino Espíritu, Paráclito,


aspiración del gran Iaveh,
que unes al Padre con el Hijo,
y siendo Uno sois los Tres; ...”

No queda claro si Nervo concebía al Divino Espíritu (Santo) como una per-
sona o como una fuerza activa de Dios; lo cierto es que no vuelve a utilizar ex-
plícitamente a esta entidad como fuente de inspiración de su poesía. Respecto al
Padre y al Hijo, como los consideraba idénticos, es difícil distinguir en algunos
pasajes de su obra a quien se refería realmente. En adelante, se utilizará el nombre

124
Sobre el origen de esta doctrina, The New Encyclopædia Britannica dice: “Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina
explícita como tal, aparecen en el Nuevo Testamento; tampoco se propusieron Jesús y sus seguidores contradecir el
Shema del Viejo Testamento: ‘Oye, oh Israel: El Señor nuestro Dios es un Señor’ (Deu. 6:4). [...] La doctrina se desarrolló
gradualmente en el transcurso de varios siglos y en medio de muchas controversias. [...] Pero a fines del siglo IV [...]
la doctrina de la Trinidad adquirió básicamente la forma que ha mantenido desde entonces” (1976, Micropædia, tomo
X, pág. 126).

103
Yahveh125 tal y como se vierte en las citas bíblicas del Antiguo Testamento para
distinguirlo de Jesucristo de quien, como ya se vio, Nervo respetó la expresión
bíblica ‘Hijo del Hombre’.

Dios
Bien dice un conocido versículo de la Biblia que “Dios es amor” (1 Juan 4:8) [TNM].
Y este es el título de uno de los tantos poemas del bardo tepicense, donde se recurre
a este concepto. No obstante, en su poesía parece coexistir el Dios de la naturaleza
con el Dios del Nuevo Testamento:

“...si palpita el amor en cuanto existe,


si todo lo publica en tono vario:
las estrellas, los mares y las flores;
Dios que de la carne se reviste
muriendo por el hombre en el Calvario
¡no es la inmensa expresión de los amores?”

El “fraile de los suspiros” no se retiene de confesar que es capaz de amar a Dios


‘hasta la médula’:

¡Te amo hasta la médula de mis huesos, Dios mío!


¡Por qué tu faz me ocultas con persistente y honda
lobreguez! No permitas, Señor, que se me esconda,
¡sin ella mi pobre alma se muere de hastío!

Tal parece que Nervo estaba empeñado en obedecer el mandamiento más


grande de la ley, según lo vierte la Biblia Reina Valera, 1960, [BRV]: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mateo
22:37) y con toda tu médula”. Ya que él consideraba a la paz como el sumo bien, ha-
ciendo esto podría obtenerla: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para
ellos tropiezo” (Salmo 119:165) [BRV]. Además, estaba consciente de que “guarda
Yahveh a cuantos le aman, a todos los impíos extermina” (Salmo 145:20) [BJ]. Y des-

125
El Tetragrámaton YHWH aparece sin vocales y por eso se debate su pronunciación exacta (Jehová, Yehovah,
Jahweh, Yaweh, en castellano Yahveh). El texto hebraico introduce las vocales de <adonay, y los estudiosos judíos lo pro-
nuncian <Adonay cada vez que encuentran el tetragrámaton. Este uso de la palabra se encuentra 6,828 veces, en todos
los períodos del hebreo bíblico. Tomado del Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág. 405 Editado
por Merrill F. Hunger y William White.

104
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

de luego, no quería exponerse a ser aniquilado; por el contrario, su intención era


la de contar con el favor divino y, en sentido figurado, tener el derecho de ‘mirar el
rostro del Dios’.
Al manifestar su amor personal por Dios, se siente con el derecho de reclamar
su amor. Eso menciona en el poema “Señor, dame tu amor”...:

“...Quiero amarte, Señor. Tu amor reclamo:


quiero bañar tus plantas con mi lloro;
vivir diciendo sólo que te adoro,
morir diciendo sólo que te amo; ...”

En su “Ofrecimiento”, parece ofrecer más bien una disculpa:

“...Perdona el mezquino lenguaje del hombre;


perdona si en cambio te pido, Señor,
que nunca se aparte del labio tu nombre,
que viva en el alma por siempre tu amor.”.

Sin embargo, tanto su reclamo como su ofrecimiento están acordes con la vo-
luntad de Dios. Bien pudo haber agregado como colofón a este par de fragmen-
tos dos versículos que escribió el Apóstol Pablo: “Porque estoy convencido de que ni
muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni po-
deres, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor
de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:38,39) [TNM].
En uno de sus últimos libros (Plenitud), Nervo retoma el tema del amor a
Dios126, ahora en segunda persona y en forma de implicación:

“...Si amas a Dios,


ya tienes alta ocupación para todos los instantes,
porque no habrá acto que no ejecutes en su nombre,
ni el más humilde ni el más elevado...”

Todo parece indicar que este enunciado pudo haberse inspirado en 1 Corintios
10:31, “Por esto, sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa,
hagan todas las cosas para la gloria de Dios” [TNM]; o bien, pudo basarse en Mateo

126
“El amor de Dios era para él una cosa tan tramada en la vida, que no acertó nunca a desentrañarlo de la materia.
Poseía el poeta una espiritualidad ardorosa y transparente como la llama azul del alcohol; pero chisporroteaban en la
llama, aunque exhaladas hacia arriba, algunas partículas de materia incandescente. No se conformó con el espíritu
puro.” Alfonso Reyes. Tránsito de Amado Nervo (1914-1929). Pág. 15.

105
5:16, “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” [BRV], o tal vez fue una
mezcla de ambos.
El párrafo final enfatiza en la inmutabilidad divina:

“...Si amas a Dios,


ya no podrás establecer con angustia una diferencia
entre la vida y la muerte,
porque en Él estás y Él permanece incólume a través
de todos los cambios.”

Ya en Malaquías 3:6 se atribuyen al mismísimo Dios las siguientes palabras:


“Que yo, Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis nunca” [BJ]. En el
nuevo Testamento, Santiago dijo acerca de Dios: “Con él no hay la variación del giro
de la sombra” (Santiago 1:17) [TNM]. Tales versículos pudieron haberle dado sus-
tento a este enunciado considerando que la palabra ‘incólume’ no aparece ninguna
vez en las Santas Escrituras.
“Uno con Él” pudiera ser el complemento (o cópula) de “Si amas a Dios”:

“Eres uno con Dios, porque le amas


¡Tu pequeñez qué importa y tu miseria,
….................
No podrían separaros
ni el placer de la vida
ni el dolor de la muerte.
….................
Y comprendiendo al fin que es ilusorio
todo pecado (como toda vida)
y que nada de Él puede separarte,
uno con Dios te sentirás por siempre:
uno solo con Dios, porque le amas.

Este conjunto de versos parece confirmar lo que se dice en 1 Corintios 6:17


“Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él”, 2 Corintios 5:17 “Por
tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” y
1 Corintios 1:30 “De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para
nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención” [BJ]. Todo
parece indicar que el poeta se inspiró en algunos versículos del Nuevo Testamento
al escribir este poema.

106
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Y volviendo al libro Plenitud, ahora aparece “Este pensamiento te consolará”:

“...Yo no me amo a mí mismo, sino desde la edad de la razón; Dios, en cam-


bio, ya me amaba antes de nacer. ¡Qué digo!, En sí mismo ya desde toda la
eternidad, desde todas las eternidades...”.

En efecto, 1 Juan 4:19 dice que “En cuanto a nosotros, amamos, porque él nos
amó primero” [TNM]. De este modo, no sólo se dispone de un pensamiento conso-
lador sino que además “en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó” (Romanos 8:37) [BRV].
En el mismo libro, Nervo se hizo una pregunta sobre Dios, ¿Cómo es?:

“¿Es Dios personal?


¿Es impersonal?
¿Tiene forma?
¿No tiene forma?
¿Es esencia?
¿Es sustancia?
¿Es uno?
¿Es múltiple?
…......
¿Es como el alma de la naturaleza? ...”

El mismo Nervo no dio respuesta a esas interrogantes y sólo le contestó hipoté-


ticamente a su alma ‹que es una manera de responderse a sí mismo›:

“Lo único que sabes es que le amas”.

Desde luego, en la Biblia no se encuentran las respuestas concretas a cada una


de las cuestiones planteadas por Nervo; no obstante el Rey Ezequías expresó en 2
Reyes 19:15, “Yahveh, Dios de Israel, que estás sobre los Querubines, tú sólo eres Dios
en todos los reinos de la tierra, tú el que has hecho los cielos y la tierra.” [BJ]. Este
versículo por lo menos descarta que Dios sea impersonal y múltiple. Respecto a
que si Dios es esencia o es sustancia, la Biblia dice en Isaías 40:26 “Alzad a lo alto
los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto? El que hace salir por orden al ejército celeste, y a
cada estrella por su nombre llama. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energía, no
falta ni una” [BJ].
El concepto de Dios como alma de la naturaleza ya estaba presente en su libro
Jardines Interiores, donde “Doctrinando”, el poeta expresa:

107
“Dios es el alma inmaterial del mundo,
existe dondequiera en vario modo:
per se, por su virtud y su presencia;
per se, ya que lo invade y llena todo,
penetrándolo todo de su esencia; ...”

Este concepto proviene más bien del panteísmo127, ya que Dios mismo expresa
algo muy distinto en Ezequiel 37:14 ‘Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os
estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de
Yahveh’ [BJ].
En una estrofa posterior Nervo habla de la “omnividencia” de Dios:

“...y en presencia, porque es omnividente:


su pupila equilátera fulgura
en el disco del sol indeficiente
en Arturo, en Capella, en Cinosura...”

En [BJ] tanto Proverbios 15:3 (En todo lugar, los ojos de Yahveh, observando a los
malos y a los buenos.) como 1 Pedro 3:12 (Pues los ojos del Señor miran a los justos
y sus oídos escuchan su oración, pero el rostro del Señor contra los que obran el mal.)
apoyan esta idea que es claramente bíblica.
Nervo continúa interrogándose sobre los atributos de Dios en Inaccesible:

“Dios es inaccesible al instrumento


científico, al crisol, a la retorta...
Pero es siempre accesible para el alma...”

Sobre este concepto, 1 Timoteo 6:16 señala “el único que tiene inmortalidad,
que mora en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.
A él sea honra y poderío eterno. Amén” [TNM]. Por otro lado, Efesios 2:18 aclara:
“porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu
al Padre” [BRV]. Según la Biblia, este acceso puede efectuarse “Porque hay un
solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús” (1
Timoteo 2:5) [TNM]. Parece que Nervo tenía en mente que Dios sí es accesible,

127
El panteísmo (en griego: παν (pan), "todo" y θεος (theos), "dios": literalmente "Dios es todo" y "todo es Dios")
es una doctrina filosófica según la cual el Universo, la naturaleza y Dios son equivalentes. La ley natural, la existencia
y el universo (la suma de todo lo que fue, es y será) se representa por medio del concepto teológico de "Dios". Es in-
compatible con la creencia en un Dios personal. Tomado de Wikipedia. Versión online. http://es.wikipedia.org/wiki/
Pante%C3%ADsmo.

108
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

aunque según el punto de vista bíblico no tanto por el alma128, sino mediante el
espíritu129.
De esto podría deducirse que si Dios es accesible entonces hay que buscarle,
como bien lo indica el poeta en su composición ¿Le buscas? Es que le tienes:

“...El que busca, en efecto, a Dios con ahínco, es porque le ama, y el que le
ama, ya le posee.
Amar a Dios y poseerle, es todo uno...”

Isaías 55:6 nos exhorta: “Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle
mientras está cercano” [BJ]. Para ello juega un papel muy importante la fe, además
del amor, según lo expresa Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan” [BRV].
El tercer elemento -La esperanza- aparece es su poema “Diálogo” después de
“El desaliento”:

“...Hay que empeñarse en buscar


a quien se quiere esconder.
Si Dios no se deja ver,
alma, le tienes que hallar
por fuerza.
…..
¡Si la Fe llama a una puerta,
al Amor siempre responde!

Sobre esto 1 Corintios 13:13 nos recuerda que: “Ahora, sin embargo, perma-
necen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor”
[TNM].

128
psuque (yuchv, 5590) denota el aliento, el aliento de la vida, y luego el alma, en sus varios significados. El lenguaje
de Heb 4.12 sugiere la extrema dificultad de distinguir entre el alma y el espíritu, similares en su naturaleza y en sus
actividades. Generalmente hablando, el espíritu es el elemento más elevado. El espíritu puede ser reconocido como el
principio vital dado al hombre por Dios, y el alma como la vida resultante constituida en el individuo, siendo el cuerpo
el organismo material animado por el alma y el espíritu. Tomado del Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo
Testamento. Pág.540 Editado por Merrill F. Hunger y William White.
129
pneuma (pneu`ma, 4151) denota en primer lugar el viento (relacionado con pneo, respirar, soplar); también
aliento; luego, de forma especial, el espíritu, que, a semejanza del viento, es invisible, inmaterial y poderoso.»El cuerpo
y el alma son los constituyentes del hombre, según Mt 6.25; 10.28; Lc 12.20; Hch 20.10; cuerpo y espíritu según Lc 8.55;
1 Co 5.3; 7.34; Stg 2.26. En Mt 26.38 se asocian las emociones con el alma, en Jn 13.21 con el espíritu; cf. también Sal
42.11 con 1 R 21.5. En el Sal 35.9 el alma se goza en Dios, en Lc 1.47 el espíritu.»Evidentemente, entonces, las relaciones
se pueden resumir de la siguiente manera, «Soma, el cuerpo, y pneuma, el espíritu, pueden separarse, pneuma y psuque,
alma, solo pueden distinguirse». Tomado del Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág.540 y 941
Editado por Merrill F. Hunger y William White.

109
El concepto de la justicia en relación con Dios fue una de las inquietudes de
Amado Nervo. En su composición XVI “El fiel” (Plenitud) afirma:

“...Dios no tiene que intervenir en las sanciones de los actos. Cada acto lleva
en su germen mismo el premio y el castigo, como en cada bellota están la
encina o el roble con todas sus posibilidades, su majestuosa sombra futura y
hasta los pájaros que anidarán en sus ramas.
La invisible fuerza que distribuye los bienes y los males es una Ley; ...”

Es dudoso que tales afirmaciones provengan de la Biblia. Por ejemplo, el Salmo


103:6 dice, “Yahveh, el que hace obras de justicia, y otorga el derecho a todos los oprimi-
dos” [BJ]. Las siguientes son palabras atribuidas a Jesucristo: “¿Y acaso Dios no hará
justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
(Lucas 18:7) [BRV]. En el versículo siguiente responde: “Os digo que pronto les hará
justicia”. Al recomendar que prestemos más de la acostumbrada atención a las cosas
que oigamos, Hebreos 2:2 señala: “Porque si la palabra hablada mediante ángeles resul-
tó firme, y toda transgresión y acto de desobediencia recibió retribución en conformidad
con la justicia” [TNM]. Por si esto fuera poco, Romanos 9:14 afirma categóricamente:
¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera” [BRV]. Esa
fuerza invisible que distribuye la justicia no encaja con las ilustraciones bíblicas y más
bien se aproxima al panteísmo, ya mencionado con anterioridad.
Dentro del mismo libro, sobre la compasión de Dios, Nervo asegura:

“Dios tiene piedad en tu corazón y en todos los corazones humanos”.

En efecto, “Dios es misericordioso y benévolo” (Salmo 86:15) [TNM]. Aunque


tal parece que no para todos los corazones humanos, como lo creía el poeta. En Joel
2:18 resuenan estas palabras: “Y Yahveh se llenó de celo por su tierra, y tuvo piedad
de su pueblo” [BJ]. Por otro lado, Salmos 103: 13, 14 expresa: “Cual la ternura de un
padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen; que él sabe de
qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo” [BJ].
Ciertamente Dios muestra piedad a los corazones, pero nomás a los que le te-
men. No es descabellado, en modo alguno, que un Dios personal pueda comportar-
se como un Dios selectivo130.

130
El ejercicio selectivo de la presciencia de Dios, tendría que estar de acuerdo con sus propias normas de justicia
y ser consecuente con lo que Él revela de sí mismo en su Palabra. Contrario al predestinacianismo, varios textos de la
Biblia muestran que Dios analiza una situación que se estaba produciendo y luego decide sobre la base de su examen
de los hechos. Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol. II, Pág. 703. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society
of New York, Inc.

110
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En otra de sus obras, Nervo nos invita a tener “Colaboración” en el propósito


de Dios:

“Ayuda con tus obras al intento divino


de mejorar el mundo: sé colaborador
de Dios, ve despejando de zarzas el camino
de su divino amor.

No hay mejor sustento de este enunciado que 1 Corintios 3:9 “Porque somos co-
laboradores de Dios. Ustedes son campo de Dios bajo cultivo, edificio de Dios” [TNM].
Desde luego, esto es aplicable a los verdaderos cristianos. Sin embargo, la invitación
que hace el poeta se extiende al género humano:

“Dios necesita de ti... ¡Labora y ama con Dios!”.

“De ti podrá decirse” es un poema que, presumiblemente, Nervo se aplicó a sí mismo:

“De ti podrá decirse:


tuvo un incandescente
anhelo, una gran ansia
de santidad. Quería
llegar a la excelencia
cristiana; ser perfecto
como el Padre Celeste
es perfecto;
…....
Amaba a Dios, acaso
como pocos le aman
(Dios, que lo ve, lo sabe)...”

Sin duda, Nervo tomó muy a pecho la exhortación de Mateo 5:48 “Ustedes, en
efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto” [TNM]. Ciertamen-
te, el hombre, no puede alcanzar la perfección absoluta131. Lo que se valora aquí es el

131
La perfección de cualquier otra persona o cosa es relativa, no absoluta (compárese con Sl 119:96); es decir, una
cosa es “perfecta” en relación con el propósito o fin para el que su diseñador o hacedor la designa, o el uso al que la
destina su receptor o usuario. El significado mismo de perfección requiere que haya quien decida cuándo algo está
“completo”, las normas de excelencia, los requisitos que han de satisfacerse, así como los detalles que son esenciales. En
última instancia, Dios, el Creador, es el Árbitro supremo de la perfección, Aquel que fija las normas de acuerdo con sus
propósitos e intereses justos. Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol. II, Pág. 638. Editado por la Watchtower Bible and
Tract Society of New York, Inc.

111
esfuerzo por mantenerse en el amor de Dios. En cambio la excelencia moral sí es una
meta alcanzable, aunque sólo por unos cuantos elegidos. El poeta creyó no haberla
alcanzado según lo expresa en el último verso de la misma composición poética:

“...y él gemía: ¡no puedo!”.

Su “Benedictus” es apropiado para cerrar este apartado. Amado Nervo nunca


se retuvo de rogarle a Dios que bendijera a los que alguna vez le ofendieron:

“... ¡Vosotros, sí, los de mi mal autores,


necesitáis la bendición del Padre
que hace nacer el Sol para que alumbre
por igual a los malos y a los buenos!..”.

Este cuarteto es casi una paráfrasis de Mateo 5:45 que forma parte del sermón
del monte: “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir
su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” [BRV]. En efecto,
contar con la bendición de Dios eso es lo esencial, según lo expresan estos tres ver-
sículos de Números 6:24-26:

“Yahveh te bendiga y te guarde;


ilumine Yahveh su rostro sobre ti y te sea propicio;
Yahveh te muestre su rostro y te conceda la paz” [BJ].

Jesucristo
Para comenzar, Nervo dedicó a Jesucristo su poema “Él”, del libro El estanque de los
lotos.

Ha dos mil años que pasó


sembrando paz, vertiendo miel,
y de la tierra se adueñó.
¡Ha dos mil años que murió,
y el mundo aún vive por Él!

Sobre la muerte de Cristo dice Romanos 6:8 “Y si hemos muerto con Cristo, cree-
mos que también viviremos con él” [BJ]. También han pasado casi dos mil años desde
que se escribieron estos versículos, que muy probablemente inspiraron al poeta.

112
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

En su poema “Jesús”, Nervo hizo una disertación sobre el origen de Jesucristo:

“Jesús no vino al mundo de ‘los cielos’.


Vino del propio fondo de las almas;
de donde anida el yo: de las regiones
internas del Espíritu.
…..................
No descendió: emergió del océano
sin fin del subconsciente;
volvió a él, y ahí está, sereno y puro.

La expresión ‘vino al mundo de los cielos’ también podría escribirse como ‘as-
cendió a lo alto’. Efesios 4:9,10 explica lo siguiente: “Ahora bien, la expresión ‘ascen-
dió’, ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la
tierra? El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de
todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas” [TNM]. El mismo Jesucristo,
cuando comenzó su ministerio, les advirtió a sus discípulos en Juan 6:62, “¿Qué hay,
pues, si contemplaran al Hijo del hombre ascender a donde estaba antes?” [TNM].
Una vez resucitado, dirigiéndose a María, Jesús le dijo: “No me toques, porque aún
no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro
Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” (Juan 20:17) [BRV]. Es obvio que la pretensión
de Nervo no era la de contradecir las Santas Escrituras, sino la de expresar poética-
mente su propia vida interior.
Su tono se vuelve elegíaco en el poema “¡Oh Cristo!”:

“Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor;


ya ningunos ojos lloran, ya ninguna alma se angustia
sin que yo me angustie y llore;
…..................................
El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.
¿Rosas de pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia,
purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,
¡oh Cristo!”

Naturalmente, la sangre de Cristo es un tópico de los evangelios. En


[BRV] el mismo Jesucristo expresó durante la última cena: “porque esto es mi
sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pe-
cados” (Mateo 26:28). Hay palabras idénticas también en Marcos 14:24, “Esto
es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada”. Llama la atención

113
que diga en favor de ‘muchos’ y no en favor de ‘todos’. Seguramente Nervo,
al decir ‘por nosotros’, se incluía entre esos ‘muchos’ que esperan la resurrec-
ción132 de los muertos cuando haya “cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales
mora la justicia” (2 Pedro 3:13).
Este misterio133 del nuevo pacto fue expresado por el apóstol Pablo en 1 Corin-
tios 11:23-25: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria
de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa
es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria
de mí” [BRV].
En “Al Cristo” continúa el tono lamentoso, aunque su emoción es más conteni-
da. En la primera estrofa, el cuarto verso expresa:

“... ¡mi espíritu está triste hasta la muerte!..”

Este enunciado podría denominarse el lamento del Getsemaní. La clave está


en Marcos 14:34, Jesús les dijo (a Pedro, Santiago y Juan): “Mi alma está muy triste,
hasta la muerte; quedaos aquí y velad” [BRV]. El tercer y el cuarto verso, pero ahora
de la tercera estrofa, encierran la siguiente frase:

“... ¡se pierden en la noche mis estrofas,


como el grito de Agar en el desierto!..”

La historia de Agar se narra en el capítulo 16 de Génesis. Aunque la Biblia no


menciona que ella emitiera algún grito, efectivamente, huyó al desierto: “La en-

132
Anastasis (ajnavstasi", 386), denota: (I) un levantamiento (ana, arriba, y jistemi, poner en pie) (Lc 2.34: «levanta-
miento»); el Niño iba a ser como una piedra contra la que muchos en Israel tropezarían, en tanto que otros encontrarían
en su fortaleza y firmeza un medio de su salvación y vida espiritual; (II) de la resurrección de entre los muertos: (a) de
Cristo (Hch 1.22; 2.31; 4.33; Ro 1.4; 6.5; Flp 3.10; 1 P 1.3; 3.21); por metonimia, de Cristo como el autor de la resurrec-
ción (Jn 11.25); (b) de aquellos que son de Cristo, en su parusia, véase ADVENIMIENTO (Lc 14.14: «la resurrección
de los justos»; Lc 20.33,35,36; Jn 5.29a: «la resurrección de vida»; 11.24; Hch 23.6; 24.15a; 1 Co 15.21,42; 2 Ti 2.18; Heb
11.35b; Ap 20.5: «la primera resurrección»; de ahí que la inserción de «es» denota la finalización de esta resurrección,
de la que Cristo fue «las primicias»; 20.6;. (c) del resto de los muertos, después del milenio, cf. Ap 20.5 (Jn 5.29b: «la
resurrección de condenación»; Hch 24.15b: «de los injustos»); (d) de aquellos que fueron resucitados en una relación
más inmediata con la resurrección de Cristo, y que así ya tuvieron parte en la primera resurrección (Hch 26.23 y Ro
1.4; siendo que en ambos pasajes «muertos» es plural; véase Mt 27.52); (e) de la resurrección mencionada en términos
generales (Mt 22.23; Mc 12.18; Lc 20.27; Hch 4.2; 17.18; 23.8; 24.21; 1 Co 15.12,13; Heb 6.2); (f) de aquellos que fueron
resucitados en los tiempos del AT, para volver a morir (Heb 11.35a, lit. «fuera de resurrección»). Tomado del Diccionario
Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág.1511 Editado por Merrill F. Hunger y William White.
133
Ningún rito de los Misterios paganos encerró nunca más sentido, ni más seductoras esperanzas, que la eucaristía
paulina, pero era de la familia de los Misterios y no del espíritu judío; introducía en la Iglesia., apostólica un “trozo de
paganismo”. Los cristianos la aceptaron, además, porque aportaba a su fe un mayor valor, y ése fue el tema inicial de
una amplia especulación teológica, generadora de varios grandes dogmas. Charles Guignebert. El Cristianismo Antiguo
(1921). Pág. 71.

114
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

contró el Ángel de Yahveh junto a una fuente de agua en el desierto - la fuente que
hay en el camino de Sur -y dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde
vas?» Contestó ella: «Voy huyendo de la presencia de mi señora Saray»”. «Vuelve a
tu señora, le dijo el Ángel de Yahveh, y sométete a ella»” (Génesis 16:7-9) [BJ]. El
grito de Agar tal vez representa, simbólicamente, a la Lírica de Nervo que no sólo
había sido mal comprendida por ‘los mundanos’ de su tiempo sino que, además, fue
objeto de ‘mofas’. En la quinta estrofa señala:

“...Yo, Maestro, cual tú, subo al Calvario,


y no tuve Tabor, cual lo tuviste...”

El monte Calvario (o Gólgota) es bien conocido, no así el monte Tabor, con el


cual Nervo hace el contraste. Habría que remitirse al capítulo 4 del libro de Jueces,
“Esta mandó llamar a Baraq, hijo de Abinoam, de Quédes de Neftalí, y le dijo: ‘¿Acaso
no te ordena esto Yahveh, Dios de Israel: ‘Vete, y en el monte Tabor recluta y toma con-
tigo 10.000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón.’’” (Jueces 4:6) [BJ].
Mientras el Calvario representa un lugar de muerte humillante; el Tabor fue el lugar
donde Baraq concentró a su ejército para derrotar a Sísara; el primero representa a
la angustia por la derrota, mientras el segundo, al gozo por la victoria. Lo extraño es
que Nervo sugiera que Cristo haya estado en el monte Tabor. No hay evidencia bí-
blica para asegurar eso134. Sin embargo, la forma de contrastar a las dos elevaciones,
revela el talento creativo del bardo tepicense.
Su poema con título en latín “Via, veritas et vita”, también se refiere a Jesucristo.
Conviene presentar la estrofa final:

“... Aunque nada sepamos del destino,


la noche a no temerlo nos convida.
Su alfabeto de luz, claro y divino,
nos dice: ‘Ven a mí: soy el Camino,
la Verdad y la Vida’.”

Esta frase, pronunciada por Jesucristo en Juan 14:6, fue la respuesta que dio a
Tomás cuando éste se atrevió a preguntar: “¿Cómo sabemos el camino?” Jesús le

134
La cima del monte Tabor era una posición dominante y una ubicación idónea para una ciudad fortificada. Las
ruinas muestran que allí floreció una ciudad de esa naturaleza antes y después del siglo I E.C. Este hecho da base para
dudar de la tradición según la cual el monte Tabor fue el lugar de la transfiguración de Jesús, pues el relato especifica
que Jesús y sus tres discípulos estaban “solos” en la montaña. Es más probable que aquella “montaña encumbrada” fuera
el monte Hermón, que está, además, cerca de Cesarea de Filipo, en las cabeceras del Jordán, donde Jesús se encontraba
poco antes de la transfiguración. (Mt 17:1, 2; Mr 8:27; 9:2.). Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol. II, Pag. 1081.
Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

115
dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” [TNM].
La invitación ‘Ven a mí’ más que deducirla de este versículo, encuentra su sentido
pleno en Mateo 11:28, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar” [BRV]. En muchos pasajes de los evangelios, Jesucristo invita ama-
blemente a las personas de aquel tiempo a convertirse en un seguidor (o discípulo)
suyo. Aquella invitación no ha perdido su vigencia, como bien lo sugirió Amado
Nervo.
En “Ultima verba”, aparece un singular diálogo entre el alma y Cristo, cuyo
desenlace es alentador:

EL ALMA embelesada
-¡Luz...!

CRISTO
-Yo enciendo las albas.
¡Amanece!

Cristo no sólo dijo que él era el camino y la verdad y la vida, sino también
que era la luz. Para comprender el significado de éste término conviene incluir tres
versículos completos de Juan 3: 19-21, “Y ésta es la condenación: que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran ma-
las. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que
sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que
sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” [BRV]. Estas también son palabras
atribuidas a Jesucristo: “‘Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinie-
blas, sino que tendrá la luz de la vida’” (Juan 8:12) [BRV].
Esto explica por qué el alma (de Amado Nervo) se sintió embelesada cuan-
do recibió la luz después de andar en la oscuridad. Fue un amanecer precedido
por las aterradoras sombras de la noche, y no es porque el poeta amara la os-
curidad más bien que la luz, sino que sufría de ‘penas turbadoras’ y le reclamó
airadamente al Cristo. Éste lo llamó: ¡Insensato! aunque a cambio lo premió
con la luz de la vida en el momento que Nervo estuvo resuelto a convertirse en
seguidor suyo.
El bien conocido poema “Si tú me dices: ‘¡Ven!’” revela la buena disposición del
poeta, que viene acompañada de una renuncia a la vida mundana:

“Si tú me dices: ‘¡Ven!’, lo dejo todo...


No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...

116
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

…................
mas de de compensarte mi retardo,
difundiéndome, ¡oh Cristo!, como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!

Es probable que ese elocuente ¡Ven! provenga de Revelación 22:17, “Y el es-


píritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que oiga, diga: ‘¡Ven!’. Y
cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la
vida” [TNM]. Lo cierto es que el poeta admite haberse demorado en aceptar el
agua de la vida para calmar su sed, su sed de eternidad; tópico que se analizará
más adelante.
La prosa poética de Nervo contiene reflexiones profundas. Tal es el caso de “La
aparición”, cuyo tema central está basado en un texto del Nuevo Testamento. Su
relato comienza así:

“Cristo dijo que allí donde nos reuniéramos en su nombre, estaría Él en me-
dio de nosotros. No es, pues, extraño que aquella noche misteriosa...
….............................................................
-Señor, ¿qué puedo anhelar, si todo está bien? Yo sólo deseo que se haga en
mí tu voluntad...
Cristo me miró con ternura (¡qué mirada de éxtasis!); pasó su mano traslú-
cida por mis cabellos...
Después se alejó sonriendo, como había venido.”.

Ciertamente el relato fue construido gracias a la imaginación creativa de Nervo.


Aunque es hipotético, encierra dos grandes verdades bíblicas. Esta frase se atribuye
a Jesucristo: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos” (Mateo 18:20) [BJ]. No hay duda que a partir de este versículo Nervo
desarrolló todo su discurso.
El tema de conclusión no es menos importante que el inicial, ya que habla de
hacer la voluntad de Dios. Ya en el Antiguo Testamento aparecen diversas citas bí-
blicas. El salmista dijo, “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley
está dentro de mis entrañas” (Salmo 40:8) y “Enséñame a hacer tu voluntad, porque
tú eres mi Dios. Tu espíritu es bueno; que me guíe en la tierra de la rectitud” (Salmo
143:10) [TNM]. Parece que el segundo es el que más se acerca al anhelo de Amado
Nervo.
En el Nuevo Testamento abundan expresiones parecidas. No hay que olvidar
las palabras de Jesucristo en el monte de los Olivos, “Padre, si quieres, pasa de mí
esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42) [BRV]. En el

117
evangelio de Juan, también señaló Cristo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo;
según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la volun-
tad del que me envió, la del Padre” (Juan 5:30) [BRV]. El apóstol Pablo nos aconseja,
“Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad de Señor” (Efe-
sios 5:17) [BJ]. Y no pueden pasarse por alto las palabras de Juan: “El mundo y sus
concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siem-
pre” (1 Juan 2:17) [BJ]. Creo que Nervo tuvo muy en cuenta este último versículo
y de ahí la sonrisa de aprobación de Cristo que el poeta recreó mediante su prosa.
Hacer la voluntad de Dios quizás sea la única misión del hombre en su penoso
peregrinaje por la tierra.
En los evangelios son muy características las parábolas que empleó Jesús para
ilustrar o reforzar alguna idea, como parte de sus enseñanzas. El concepto del ‘hijo
pródigo’ ya forma parte de la cultura popular y no podía faltar en la obra de Nervo.
En un poema dedicado a Leopoldo Lugones cuyo lema es: En el Camino me levan-
taré e iré a mi padre, la égloga dos (De cómo se congratularán del retorno), dice lo
siguiente:

“Tornaré como el pródigo doliente


a tu heredad tranquila;...
…....................
Tú saldrás e encontrarme diligente;
de mi mal te hablaré, quedo, muy quedo...
…....................
clamarás con profundo regocijo:
‘¡Gozad con mi ventura, porque el hijo
que perdido llorábamos, regresa!’”.

Este relato completo forma parte del capítulo 15 del Evangelio de Lucas. Es con-
veniente rescatar algunos pasajes: “Me levantaré y haré el viaje a donde mi padre, y le
diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lucas 15:18) [TNM]. De aquí tomó
Nervo el lema principal. Más adelante dice: “De modo que se levantó y fue a donde
su padre. Mientras él estaba todavía lejos, su padre alcanzó a verlo, y se enterneció, y
corrió y se le echó sobre el cuello y lo besó tiernamente. Entonces el hijo le dijo: ‘Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme
como uno de tus asalariados’” (Lucas 15:20,21) [TNM]. La exclamación de regocijo
del padre se recoge en los versículos 23 y 24: “Y traigan el torillo cebado, degüéllenlo,
y comamos y gocemos, porque este hijo mío estaba muerto y volvió a vivir; estaba
perdido y fue hallado’. Y comenzaron a gozar” [TNM]. El poeta transformó estos
dos versículos en dos versos equivalentes con los que concluye la égloga. No queda

118
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

claro si el hijo pródigo a que se refiere era Lugones o él mismo, tampoco queda claro
quién es el padre. Hay que recordar que el padre del poeta tepicense murió siendo
éste un niño. Ciertamente, Amado Nervo jamás regresó a Tepic, su ciudad natal,
durante la edad adulta.
En otra de sus obras, “Parábola”, el poeta compara a Jesucristo con el samarita-
no de Lucas 10:33-37:

“Jesucristo es el buen samaritano


yo estaba malherido en el camino,
y con celo de hermano,
ungió mis llagas con aceite y vino;
…....................
y Él me dijo muy quedo: ‘te perdono
tus pecados, ve en paz; sé siempre bueno
y búscame...
…....................
-’¿Señor, a qué buscar si nada encuentro?
¡Mi fe se me murió cuando partiste,
y llevo su cadáver aquí dentro!’
…..................
Y Jesucristo respondió: -Ya hiede.

Hay que recordar la parábola del samaritano: “Pero un samaritano, que iba de
camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó
sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al me-
són, y cuidó de él” (Lucas 10:33,34) [BRV]. Aunque este pasaje define el carácter de
esta composición poética, no hay que perder de vista que Nervo coloca a Cristo en
lugar del samaritano, por lo que el discurso asume la forma de diálogo entre ambos
(muy parecido al Diálogo entre el alma y Cristo ya analizado con anterioridad). San-
tiago 2:26 asegura que “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también
la fe sin obras está muerta” [BRV]. Y esto parece aplicarle al poeta cuando acepta
que su fe ha muerto presumiblemente por falta de obras (no literarias, se entiende).
El cadáver de su fe yace en su interior y apesta (en sentido figurado). Nervo pide a
Cristo que la resucite.
Aunque el diálogo parece no tener una conclusión clara. Hay que remitirse al
poema “Ultima verba” y suponer que el alma embelesada del poeta recibió, para su
beneplácito, la luz de la verdad lo cual contribuyó a resucitar su fe. Se considera que
este tópico la fe merece una exégesis más detallada.

119
La Fe
No hay mejor aperitivo para la fe, que estos versos del poema “Tú”:

“Señor, Señor, Tú antes, Tú después; Tú en la inmensa


hondura del vacío y en la hondura interior:
Tú en la aurora que canta y en la noche que piensa;
Tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor.
…..................................
Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo;
si sus labios te niegan, yo te proclamaré.
Por cada hombre que duda, mi alma grita: Yo creo.
¡Y en cada fe muerta se agiganta mi fe!”.

Nervo vacila en regresar al panteísmo; sin embargo su fe es puramente cristiana.


Es probable que sus fuentes hayan sido algunos textos del Nuevo Testamento. Estas
palabras se atribuyen a Jesucristo, “El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me
envió; y el que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo
aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Al que oye mis palabras, y no las
guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo”
(Juan 12:44-47) [BRV]. En el libro de los Hechos se dijo sobre Jesucristo, “De él dan
testimonio todos los profetas, que todo el que pone fe en él consigue perdón de pecados
mediante su nombre” (Hechos 10:43) y en la carta a los Filipenses, “porque a ustedes se
dio el privilegio a favor de Cristo, no solo de poner su fe en él, sino también de sufrir a
favor de él” (Filipenses 1:29) [TNM]. Teniendo en mente tales pasajes bíblicos, el poeta
pudo acrecentar su fe a niveles gigantescos, asumiendo así el rol de un paladín de la fe.
“Fides” es una composición relativamente extensa, donde Nervo diserta sobre
el tema. Su tono es altisonante, casi imperativo. Al final dice:

“... ¡No cedas ni a los hombres ni a los ángeles!


(con un ángel luchó Jacob, inerme,
por el espacio entero de una noche,
...y en ángel le bendijo, complaciéndose
en la suprema audacia del mancebo,
a quien llamó Israel, porque era FUERTE
CONTRA Dios...)
Ama mucho: el que ama embota
hasta los aguijones de la muerte!
Que tu fe trace un círculo de fuego

120
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

entre tu alma y los monstruos que la cerquen,


y si es mucho el horror de los fantasmas
que ves, cierra los ojos, y arremete!”

La penúltima estrofa está basada en el capítulo 32 de Génesis, el primer libro


de la Biblia, es una buena ilustración de una fe firme. Hay que recordar ese pasaje
bíblico: “Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta
rayar el alba. Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y se
dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquél. Este le dijo: «Suéltame, que
ha rayado el alba» Jacob respondió: «No te suelto hasta que no me hayas bendeci-
do» Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» - «Jacob.» - «En adelante no te llamarás
Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has
vencido»” (Génesis 32:25-28) [BJ]. Prácticamente, Nervo tradujo en versos este
pequeño relato.
En la última estrofa, Nervo siguió el consejo del apóstol Pablo: “¿Tienes tú
fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a
sí mismo en lo que aprueba” (Romanos 14:22) [BRV]. Esta fe le ayudó al poeta a
poner un cerco metafórico entre su alma y los monstruos; es decir, los obstáculos
a vencer. De este modo, el poeta hizo suyas las palabras del mismo apóstol, “He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7)
[BRV].
“El Milagro” (otro de sus poemas) aborda el concepto de la fe, bajo otra óptica:

“¡Señor, yo te bendigo, porque tengo esperanza!


Muy pronto mis tinieblas se enjoyarán de luz...
…......................
...Dudé ¿por qué negarlo? Y en las olas me hundía
como Pedro, a medida que más hondo dudé.
Pero tú me tendiste la diestra, y sonreía
tu boca murmurando: ¡hombre de poca fe!

¡Qué mengua! Desconfiaba de ti, como si fuese


algo imposible al alma que espera en el Señor;
como si quien demanda luz y amor, no pudiese
recibirlos del Padre: fuente de luz y amor...”

Los dos primeros versos se asemejan a un salmo. Ciertamente la luz de la ver-


dad puede conseguir que alguien se vuelva de su mal proceder. La siguiente estrofa
proviene de un conocido pasaje del capítulo 8 de Mateo: “Y entrando él en la barca,

121
sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan
grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le
despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué teméis,
hombres de poca fe?’” (Mateo 8:23-26) [BRV]. Entre los discípulos de Jesús, se in-
cluía Pedro. El poeta bien pudo haber añadido a la penúltima estrofa los versículos
del Salmo 36:9, “Porque contigo está la fuente de la vida; por luz de ti podemos ver
luz” [TNM].
La fe es un concepto muy recurrente en su libro Plenitud. Recordemos que este
libro fue escrito en prosa poética; en el capítulo XVIII aparece “La Fe”, del que se
extraen algunos aforismos:

“No temas. En los casos angustiosos, decir una palabra optimista.


…..................................
Tu fe abre los caminos de tu morada.
La duda es un material inextricable por entre el cual no pueden pasar los
genios del bien.
Coge tu hacha y corta enérgicamente la maleza; hablo del hacha de tu fe.
Verás cuan espaciosa se vuelve la ruta y cómo convida a recorrerla a todas
las venturas.

En sus últimos libros, da la impresión de que Nervo pretende emanciparse del


concepto tradicional sobre la fe cristiana. Sin embargo, al sentirse con autoridad
para aconsejar a otros es porque consideraba, al igual que el apóstol Pablo, que la
fe nos fortalece, “para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no
es de todos la fe” (2 Tesalonicenses 3:2) [BRV]. En este sentido, se le puede comparar
con un hacha. No hay que olvidar que la fe fue definida como “la expectativa segura
de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se con-
templen” (Hebreos 11:1) [TNM]. Por ello, la duda constituye un material inextricable
que impide tener fe. Presumiblemente, Nervo nunca perdió de vista que “sin fe es
imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6) [BRV].
El capítulo XXXV, Organizado para creer, también aborda este importante con-
cepto:

“El hombre es un ser organizado para creer. Cuando no puede creer en Dios
(por indigestión de ciencia), cree en cualquier otra cosa:..
….............................
La fe en algo tan necesaria como la respiración. Es el punto de apoyo de la
vida.
….............................

122
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Cree, pues, sin rubor, amigo. Si te engañan, cuando menos tuviste la dicha
de haber creído.
Y si crees muy firmemente, será tu fe una coraza tal que no habrá quien
pueda burlarla”.

El hecho de que Nervo considerara a la fe en algo como una necesidad vital,


demuestra la importancia que le concedía a ella. La fe cristiana, en particular, se
compara a “la victoria que ha vencido al mundo” (1 Juan 5:4) [BRV]. Y cuando es una
fe firme puede asemejarse a una coraza. Curiosamente, en la Biblia es la justicia (y
no la fe) la que se compara con una coraza. El apóstol Pablo exhortó a los cristianos
para que tomaran “el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno” (Efesios 6:16) [BRV]. El poeta supone que la coraza es una armadura
espiritual tan efectiva como el escudo, para que nadie pueda burlarla.
“Vale más errar creyendo”, es el título del capítulo XLVIII de Plenitud. Es el
complemento del anterior; o en su defecto, la continuación:

“Vale más errar creyendo que errar dudando.


Si dudas de todo, en todo hallarás el aguijón de la pena...
…........................
En cambio, si en todo tienes fe, tus propios desengaños te serán gratos...
….......................
La belleza muchas veces sólo necesita, para realizarse, como condición últi-
ma, tu fe en ella.
El amor que vacilaba al nacer, rompe resueltamente su capullo si lo atrae la
primavera de la fe,...
Si crees, habrá, además, en tus ojos, algo imperioso y dulce al propio tiempo,
que sojuzgará y avasallará las almas.
…..........................

Puede ser que Nervo haya escrito tan inspirada pieza poética con el propó-
sito de “continuar mostrando misericordia a algunos que tienen dudas (Judas 22)”
[TNM]. También, pudo haberse basado en la carta de Santiago, donde se exhorta al
cristiano a que “pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago
1:6) [BRV]. Ya anteriormente había escrito el apóstol Pablo; “Pero el que duda sobre
lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es
pecado” (Romanos 14:23) [BRV]. En cambio, cuando hay fe no sólo los desengaños
pueden ser gratos sino que se pueden mover montañas. Estas son palabras atri-
buidas a Jesucristo: “En verdad les digo que cualquiera que diga a esta montaña: ‘Sé

123
alzada y echada al mar’, y no duda en su corazón, sino que tiene fe en que va a ocurrir
lo que dice, así lo tendrá” (Marcos 11:23) [TNM]. En el evangelio de Mateo, casi se
repiten las mismas palabras, “En verdad les digo: Si solo tienen fe y no dudan, no
solo harán lo que yo hice a la higuera, sino que también si dijeran a esta montaña: ‘Sé
alzada y arrojada al mar’, sucederá” (Mateo 21:21) [TNM]. Aquí aparece la higuera
como un elemento adicional.
La higuera, es un concepto que el poeta insertó en su “Increpación”:

“...En mi alma todo es sombra y en ella


jamás ¿jamás! Titilan los oros de una estrella;
mi alma es como la higuera por el Señor maldita,..”

¿Qué fue lo que Jesucristo le hizo a la higuera? La Biblia lo relata en Mateo


21:18,19, “Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera
cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo:
Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera” [BRV]. Nervo comparó a su
alma con esa higuera135 marchita, que nunca produciría fruto (También aparece en
Marcos 11:13). No hay que olvidar que ‘todo lo que no es por fe es pecado’. De modo
que si el alma de Nervo estaba marchita, era porque había pecado. En el siguiente
apartado se analizará este tópico.

El Pecado
Para abordar esta materia, no hay mejor muestra que su poema “Pecar”...

“En la armonía eterna, pecar es disonancia;


pecar proyecta sombras en la blancura astral.
El justo es una música y un verso, una fragancia
y un cristal.
….........................
...pecar es negro nudo, tosco nudo aislador.
Pecar es una piedra tirada en los caminos
del amor...

135
Una higuera con hojas debe ya tener frutos en crecimiento, o será estéril aquella temporada. Los primeros higos
maduran a fines de mayo o a comienzos de junio. El árbol en Mc 11.13 hubiera debido tener fruto, ciertamente aún no
maduro, pero existente. En algunos países las higueras tienen los higos tempranos debajo de las hojas y los tardíos sobre
las hojas. En este caso las hojas eran señal de que hubiera debido existir fruto, no visto a distancia, debajo de las hojas.
La sentencia contra esta higuera fue motivada por la ausencia de fruto. Tomado del Diccionario Expositivo de Palabras
del Antiguo Testamento. Pág.1041 Editado por Merrill F. Hunger y William White.

124
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Pecar es red de acero para el plumaje ingrávido;


….........................

Llama la atención que el poeta compare al pecado con una nota disonante que
viene a romper la armonía eterna (del universo); con un tosco nudo, con una piedra
tirada en el camino y con una pesada malla de acero sobre el plumaje (de un ave).
En el plano moral, pecar es “errar, obrar inicuamente” (1 Reyes 8:47) [TNM]. Podría
compararse a una flecha que no da en el blanco136. El justo, al no obrar inicuamente,
se asemeja a una música sinfónica, a un verso inspirado, a un perfume exquisito y
a un cristal fino. Proverbios 15:28 establece que “El corazón del justo recapacita para
responder, la boca de los malos esparce maldades” [BJ]. En ese sentido es como una
dulce fragancia. El apóstol Pablo escribió, “Bienaventurados aquellos cuyas maldades
fueron perdonadas, y cubiertos sus pecados. Dichoso el hombre a quien el Señor no
imputa culpa alguna” (Romanos 4: 7,8) [BJ].
Con respecto a la génesis del pecado, éste se origina de la carne y no del espíritu;
eso es lo que sugiere el poeta en su poema “Delicta carnis”:

“Carne, carne maldita que me apartas del cielo;


carne tibia y rosada que me impeles al vicio;
ya rasgué mis espaldas con cilicio y flagelo
por vencer tus impulsos, y es en vano...
…................
Y no encuentro esperanza, ni refugio ni asilo,
y en mis noches, pobladas de febriles quimeras,
me persigue la imagen de la Venus de Milo;...
…................
¡Oh, Señor Jesucristo, guíame por los rectos
derroteros del justo;...!

‘Carne maldita’ es el término que utiliza Nervo para referirse a las obras de
la carne que “son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería,
odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces,
orgías y cosas semejantes” (Gálatas 5:19-21) [BJ]. Estaba consciente de que “quienes
136
Jamartia (aJmartiva, 266), es, lit., errar el blanco, pero este significado etimológico se pierde de vista en gran
medida en el NT. Es el término más inclusivo de distorsión moral. Se usa del pecado como principio o fuente de la
acción, o un elemento interno productor de acciones, p.ej., Ro 3.9; 5.12,13, 20; 6.1,2; 7.7, abstracto por concreto; 7.8,
dos veces, 9,11,13: «el pecado, para mostrarse pecado», esto es, «el pecado me vino a ser muerte, a fin de poder quedar
evidenciado en todo lo repelente de su carácter». En la última cláusula: «el pecado llegase a ser sobremanera pecami-
noso», esto es, mediante la santidad de la ley, el propósito era que la verdadera naturaleza del pecado fuese manifestada
a la conciencia. Tomado del Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág.1324 Editado por Merrill F.
Hunger y William White.

125
hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios” y de que “el salario del pecado es la
muerte” (Romanos 6:23) [BJ].
Lo de su autoflagelación lo dice en sentido figurado. Siendo Afrodita y la Venus
de Milo diosas del Eros puede deducirse que el ‘vicio’ de Nervo pasaba más por el
apetito desordenado de placeres sensuales, vinculado a la fornicación. Y eso le lasti-
maba la conciencia; sabía, por el apóstol Pablo, que “Pues las tendencias de la carne
son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne llevan al
odio a Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; así, los que están en la
carne, no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:6-8) [BJ]. Y debido a ello, solicita deses-
peradamente la guía de Jesucristo desconociendo tal vez que “La integridad de los rec-
tos los encaminará” (Proverbios 11:3) [BRV]. No obstante, aquí encajan muy bien las
palabras del salmista: “Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu
santo monte, Y a tus moradas” (Salmo 43:3) y “Enséñame a hacer tu voluntad, porque
tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Salmo 143:10) [BRV].
A la solicitud expresa hecha por Nervo, Jesucristo pudo haber respondido:
“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues
no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de
venir” (Juan 16:13) [BJ].
El aguijón o espina137 es un elemento digno de análisis y reflexión. En Plenitud
pueden recogerse las siguientes palabras:

...Y tú, por último quien me pinchó con aquel aguijón...Ahora lo comprendo,
Dios mío, ahora lo comprendo, a pesar de que ello era tan fácil de compren-
derse...

El aguijón de que habla Nervo quizás sólo sea un recurso para ilustrar sus ideas
panteístas, no obstante, puede tener algún sustento en las Santas Escrituras. El após-
tol Pablo confesó alguna vez: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exal-
tase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás
que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Corintios 12:7) [BRV].
Por analogía ¿será que el poeta creyó que Dios mismo se manifestó para advertirle
de las cosas que hacen daño? ¿Para exhortarle a que siempre fuera cauto? Es una
posibilidad.

137
Kentron (kevntron, 2759), de kenteo, pinchar. El término denota: (a) aguijón (Ap 9.10); metafóricamente, del
pecado como el aguijón de la muerte (1 Co 15.55,56); (b) en Hch 26.14, y en el TR también en 9.5, se dice de las llamadas
y de las preocupaciones que Pablo había sentido y resistido antes de su conversión. 2. skolops (skovloy, 4647) denotaba
originalmente cualquier cosa aguzada, p.ej., una estaca; en vernáculo griego, una espina (y así se usa en la LXX en Nm
33.55; Ez 28.24; Os 2.6¶); del «aguijón en la carne» del apóstol (2 Co 12.7). Su manera de hablar indica que se trataba de
algo físico, doloroso, humillante. Se trataba también del efecto de un antagonismo satánico permitido por Dios. Tomado
del Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág.527 Editado por Merrill F. Hunger y William White.

126
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

En “El dolor vencido” (Elevación), el aguijón simboliza al dolor:

Dolor, pues no me puedes


Quitar a Dios, ¡qué resta a tu eficacia!
“¡Dónde está tu aguijón!
En cambio, en la Biblia, el aguijón representa al pecado, pero éste produce
la muerte. En el libro de Oseas leemos: “De la mano del Seol los redimiré; de la
muerte los recobraré. ¿Dónde están tus aguijones, oh Muerte? ¿Dónde está tu poder
destructor, oh Seol? La compasión misma estará oculta de mis ojos” (Oseas 13:14).
[TNM].
En la primera carta a los Corintios se repiten casi las mismas palabras, “¿Dónde
está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de
la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley” (1 Corintios 15:55,56) [BRV].
El aguijón mencionado en este último poema de Amado Nervo tal vez encaje mejor
en este contexto. En vista de la vinculación tan estrecha entre el pecado y la muerte,
se abordará también este profundo tema.

La Muerte
Lógicamente, La Amada Inmóvil es el libro donde el poeta más se adentra en este
tópico. Sus motivos para escribirlo son bien conocidos, se puede decir que es su
obra necrológica por excelencia. Su obsesión por la muerte es tal, que apenas hay
verso donde no la mencione. Sin embargo sólo se analizarán algunos enunciados
claves.
“¡Qué bien están los muertos!” nos dice Nervo:

¡Qué bien están los muertos,


ya sin calor ni frío,
ya sin tedio ni hastío!
Por la tierra cubiertos,
en su caja extendidos,
blandamente dormidos...
…............
¡Qué bien estás, mi amor,
ya por siempre exceptuada
de la vejez odiada,
del verdugo dolor...!
…...........

127
Ciertamente los muertos ya no pueden sentir ni el calor ni el frío; tampoco
pueden expresar emoción alguna. El rey Salomón dijo lo siguiente: “Porque los vivos
saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos,
pues se perdió su memoria. Tanto su amor, como su odio, como sus celos, ha tiempo
que pereció, y no tomarán parte nunca jamás en todo lo que pasa bajo el sol” (Ecle-
siastés 9:5,6) [BJ].
La muerte se compara con el acto de dormir138. En el Nuevo Testamento aparece
este versículo: “Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron” (1 Corintios
15:18) [BRV]. El relato de la lapidación de Esteban es muy conmovedor: “Y apedrea-
ban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto
de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo
dicho esto, durmió” (Hechos 7:59,60) [BRV].
Nervo pasó de lo general a lo particular. Después de hablar del bienestar de los
muertos, se dirigió a su amada quien “se durmió” joven aún. El suponer que ella
estaba exenta del dolor y la vejez no le evitó sentir “Impotencia”. Este es el título del
siguiente número:

“Señor, piedad de mí porque no puedo


consolarme... Lo intento, mas en vano.
…..................
...es mi resignación sólo impotencia
de vencer a la muerte,...
….................
Señor, no puedo resignarme, no!
¡Si te digo que ya estoy resignado,
y si murmuro fiat voluntas tua,
miento, y mentir a Dios es insensato!
¡Ten piedad de mi absurda rebeldía!
….................
Y revive a mi muerta como a Lázaro...

Quizás uno de los textos que pudo haber consolado al poeta está en el libro
de Isaías: “¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de
alegría, pues Yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido”

138
Este uso metafórico de la palabra dormir es apropiado, por la similitud de apariencia entre un cuerpo dormido
y un cuerpo muerto; por lo general lo que caracteriza a ambos es el reposo y la paz. El objeto de la metáfora es el de
sugerir que, así como el que duerme no deja de existir mientras su cuerpo duerme, de la misma manera la persona que
ha muerto sigue existiendo a pesar de su ausencia de la región en la que los que permanecen se pueden comunicar, y que,
así como se sabe que el sueño es cosa temporal, lo mismo sucederá con la muerte del cuerpo. Tomado del Diccionario
Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág.873 Editado por Merrill F. Hunger y William White.

128
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

(Isaías 49:13) [BJ]. Aunque tal parece que su dolor no conocía límites. Su expresión,
pudiera asemejarse a la del salmista: “Y tú, Yahveh, no contengas tus ternuras para
mí. Que tu amor y tu verdad incesantes me guarden” (Salmo 40:11) [BJ].
La composición, por momentos, asume la forma de un Miserere aunque ya no
se pide misericordia tanto por la amada sino por la absurda rebeldía, casi insolente,
del poeta no resignado. Éste, casi al borde del delirio, pide que se resucite a su amada
inmóvil. Nervo tuvo en cuenta este pasaje sobre Lázaro: “Seis días antes de la pascua,
vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había
resucitado de los muertos” (Juan 12:1) [BRV].
Y ya que se toca el tema de la “Resurrección”, así se llama precisamente el si-
guiente poema:

“Yo soy tan poca cosa, que ni un dolor merezco...


Mas tú, Padre, me hiciste merced de un gran dolor.
Ha un año que lo sufro, y un año ya que crezco
por él en estatura espiritual, Señor.
¡Oh Dios, no me lo quites! Él es la sola puerta
de luz que yo vislumbro para llegar a Ti.
Él es la sola vida que vive ya mi muerta:
mi llanto, diariamente, la resucita en mí.”

Este breve poema es como una segunda versión de su “Ofertorio” (primer nú-
mero de la Amada Inmóvil) un año después. Al principio, ofrecía su dolor139 y ahora
pide que no se le prive de éste su único patrimonio, es el único medio por el que su
amada vive en su yo interior. En efecto, figurativamente hablando, nadie muere has-
ta que es completamente olvidado, a pesar de que la resurrección de que habla Ner-
vo no es en carne sino en espíritu (o mejor dicho, In memoriam), conviene recordar
un par de pasajes bíblicos sobre la resurrección de Jesucristo: “al cual Dios levantó,
sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella”
(Hechos 2:24) y “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de
su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección” (Romanos 6:5) [BRV]. A
diferencia de Jesús, la amada inmóvil duerme aún en espera de “la resurrección de
los muertos” (1 Corintios 15:42) [BRV].
El dolor del poeta también está expresado en su “Nihil novum” (nada nuevo):

139
Los dolores también pueden estar relacionados con una circunstancia angustiosa. El apóstol Pedro escribió con
referencia a Jesucristo: “Dios lo resucitó desatando los dolores de la muerte, porque no era posible que él continuara
retenido por ella”. (Hch 2:24.) Si bien es cierto que los muertos no se hallan en estado consciente, la muerte no deja de
ser una circunstancia angustiosa y amarga tanto por el dolor que ocasiona antes de consumarse, como por la inactividad
e inmovilidad que sufre la persona que la padece. (Compárese con Sl 116:3.). Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol.
I, Pág. 716. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

129
“¡Cuántos, pues, habrán amado
como mi alma triste amó...
¡Cuántos habrán padecido
lo que padecí!
Y cuántos habrán perdido
lo que perdí!
….......
Mi libro sólo es, en suma,
gotícula entre la bruma,
molécula en el crisol
del común sufrir, renuevo
del Gran Dolor: ¡Nada nuevo
bajo el sol!”.

¡Nada nuevo bajo el sol! es una de las conclusiones más lúcidas del sabio rey
Salomón140 de la antigüedad, fue la que inspiró a Nervo. El versículo completo se
reproduce aquí: “Lo que fue, eso será; lo que se hizo, ese se hará. Nada nuevo hay
bajo el sol” (Eclesiastés 1:9). El versículo siguiente aclara más la idea, “Si algo hay
de que se diga: «Mira, eso sí que es nuevo», aun eso ya sucedía en los siglos que nos
precedieron” (Eclesiastés 1:10) [BJ]. Ciertamente, el dolor que Nervo sentía ya ha-
bía tenido existencia por tiempo indefinido; por lo tanto, no era algo nuevo bajo
el sol. Antes de él, habían existido tantas personas que lloraron y padecieron por
haber perdido a sus seres queridos que el caso particular de Nervo sólo fue una
estadística más. La diferencia fue que el poeta dejó un testimonio literario de su vía
dolorosa. Después de Nervo (su amada murió en 1912) millones de seres humanos
han pasado por la experiencia común de llorar a sus difuntos, ¡que sigue sin haber
nada nuevo bajo el sol!
En su composición “Los muertos”, el poeta asegura que existe el paraíso:

“El Paraíso existe;


pero no es un lugar (cual la creencia
común pretende) tras el hosco y triste
bregar del mundo; el paraíso existe;
pero sólo es un estado de conciencia.
Los muertos no se van a parte alguna,…”

140
La identidad del predicador anunciada en Eclesiastés 1:1 parece una clara indicación de que el que habla es Sa-
lomón, y con frecuencia así se ha considerado. Pero esto no es más que la atribución habitual de casi todas las obras de
literatura sapiencial a Salomón. En realidad, el libro parece posterior al Exilio y, en el mejor de los casos, debió de escri-
birse entre el 300 y el 200 aC. Isaac Asimov Guía de la biblia, Antiguo Testamento (1988) pág. 262. Plaza & Janes Editores.

130
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

La idea sobre un paraíso siempre ha estado presente en la conciencia común


de la humanidad, casi tanto como la existencia de la Atlántida. En ambos casos, se
evoca algo que se perdió en el tiempo indefinido. Incluso, El Paraíso Perdido es el
título de un famoso libro del escritor John Milton. Mucho tiene que ver el Capítulo
2 de Génesis: “Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para
que lo labrase y cuidase” (Génesis 2:15) [BJ]. Son bien conocidas las causas de la ex-
pulsión, eso se relata en el Capítulo 3: “Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para
que labrase el suelo de donde había sido tomado.”(Génesis 3:23) [BJ].
Cuando el poeta afirma que el paraíso existe, no se refiere a un paraíso restau-
rado sino a un estado de conciencia. Debió de tener presente aquella promesa hecha
por Jesús al malhechor141, cuando éste le pidió que se acordara de él cuando entrara
en [posesión de] su reino: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás
conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43) [BRV]. El estado de conciencia (sobre la exis-
tencia del paraíso) sólo puede entenderse en relación a los vivos; de otro modo es-
taría en contradicción con Eclesiastés 9:5, que ya se discutió anteriormente. La idea
de que los muertos no van a ninguna parte supone que duermen en “la esperanza
de la resurrección” (Hechos 23:6) [TNM]. La promesa de un paraíso venidero cobra
su expresión plena en el último libro de la Biblia: “El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual
está en medio del paraíso de Dios” (Apocalipsis 2:7) [BRV].
El último libro de la Biblia se llama Revelación o Apocalipsis. En una singular
composición, dentro del libro “Místicas”, Nervo plasmó su propia visión “Apocalíp-
tica”:

I
“Y vi las sombras de los que fueron,
en sus sepulcros, y así clamaron:
Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!

VI
Y he aquí los astros -¡chispas de fraguas
del viejo cosmos! -que descendían
141
En Lc 23.43, la promesa del Señor al ladrón arrepentido se cumplió en el mismo día; Cristo, en su muerte, habien-
do encomendado su espíritu al Padre, fue de inmediato en espíritu al cielo mismo, la morada de Dios (la mención del
Señor de aquel lugar como paraíso debe haber sido un gran aliento para el malhechor; para la mente oriental expresaba
la suma total de bendición). Allá fue que el apóstol Pablo fue arrebatado (2 Co 12.4), y le da el nombre de «el tercer cielo»
(el v. 3 no introduce una visión diferente), más allá de los cielos de la creación natural; véase Heb 4.14, con referencia a
la ascensión. Esta misma región es mencionada en Ap 2.7, donde el «árbol de vida», el antitipo figurativo del que estuvo
en Edén, ofrecido al vencedor, es mencionado como estando en «el paraíso de Dios»; cf. Gn 2.8. Tomado del Diccionario
Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento. Pág.1309 Editado por Merrill F. Hunger y William White.

131
Y, al apagarse sobre las aguas,
en hiel y absintio las convertían.

VII
Y a los fantasmas su voz unieron
los Siete truenos; estremecieron
el Infinito y así clamaron:
Ay, de los vientres que concibieron!
¡Ay, de los senos que amamantaron!”.

Los dos versos característicos del poema aparecen también en las estrofas III
y V (que no se presentan aquí), y funcionan a manera de estribillo. Curiosamente,
no pertenecen al libro Apocalipsis sino al evangelio de Mateo: ¡Ay de las que estén
encinta o criando en aquellos días!” (Mateo 24:19). Pero, ¿por qué se pronuncian
estos lamentos? Jesucristo responde: “Porque habrá entonces una gran tribulación,
cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haber-
la” (Mateo 24:21) [BJ]. Este versículo parece estar relacionado con Daniel 12:1, “En
aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo.
Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que
existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren
inscritos en el Libro” [BJ]. La expresión ‘tiempo del fin’ aparece unos versículos des-
pués: “Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del
Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará” (Daniel 12:4).
De la estrofa I, los dos primeros versos parece que sí pertenecen al libro Apoca-
lipsis: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras” (Apoca-
lipsis 20:13) [BRV]. Tal parece que a estos muertos (en sus sepulcros) se refiere el
poeta. La estrofa VI reproduce la escena del tercer toque de trompeta142: “El tercer
ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha,
y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre
de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos
hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas” (Apocalipsis

142
“Las trompetas anuncian aquí la desgracia y la destrucción para diversas partes de la creación: los árboles, el mar,
las criaturas, las naves, el sol y la luna, etc. Hay que deplorar estos acontecimientos: toda destrucción, por parcial que
sea, es lamentable. Pero hay que destacar debidamente lo que se destruye y lo que se preserva. Es verdad que se anuncian
y se realizan algunas desgracias, pero observemos que aquí no se trata más que de la tercera parte, y no del conjunto
de la creación. Siempre quedan supervivientes, y éstos, en proporción, son dos veces más que lo destruido. Al emplear
una fracción, Juan indica los límites reales de los fenómenos que se producen ante sus ojos. Lo mismo ocurrirá para
la muerte de los seres humanos (9,15.18): se verán libres dos de cada tres. Por tanto, el primer tercio es sinónimo de
una mala noticia, pero los otros dos tercios permiten albergar las mejores esperanzas.” Jean- Pierre Prévost, Para Leer el
Apocalipsis (1994) Pág. 40. Ed. Verbo Divino.

132
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

8:10,11) [BRV]. Nervo únicamente agregó la hiel, que junto con el absintio (otro
nombre del ajenjo) son sustancias igualmente amargas.
La estrofa final menciona siete truenos, el número 7 aparece 54 veces en total
en el libro Apocalipsis. Sin embargo, los siete truenos se describen en el Capítulo
10, donde dice: “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube,
con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas
de fuego. Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y
el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo
clamado, siete truenos emitieron sus voces. Cuando los siete truenos hubieron emiti-
do sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas
que los siete truenos han dicho, y no las escribas” (Apocalipsis 10:1-4) [BRV]. Desde
luego, Nervo simplificó bastante este pasaje y lo redujo a tres versos solamente. El
escritor Juan no escribió lo que clamaron los siete truenos; ante tal mutismo, el
poeta se adelantó a adjudicarle las palabras del evangelio de Mateo, ya menciona-
das, bajo su propia responsabilidad. A propósito del evangelio, éste será el tema del
próximo apartado.

El Evangelio
“El evangelio” es el título de la composición LXIII de Plenitud, libro muy estudiado
en el presente ensayo. Como es una composición en prosa algo extensa sólo se pre-
sentarán porciones relevantes. Casi al inicio, escribe:

“...De los dogmas yo no digo nada. Pero del evangelio pregunto: ¿Y por qué
no?
¿Jesús no ha de caber dentro de la visión actual de las almas?
Él no ha fracasado.
Han fracasado los sedicente-cristianos, que no tenían de ello más que el cas-
carón.
Y en cuanto a la ciencia de la naturaleza, no veo por qué habría de rechazar
las palabras de Cristo.”

No hay que perder de vista que estas palabras se escribieron hace casi un siglo,
cuando comenzaron los grandes adelantos en la ciencia y la tecnología que carac-
terizan al mundo de hoy. ¿Qué si Cristo ha fracasado? El apóstol Pablo escribió en
el primer siglo de nuestra era: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado,
evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente lla-
mada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo.

133
Amén” (1 Timoteo 6:20,21) [BRV]. El evangelio es intemporal, por consiguiente, sólo
han fracasado los que se desviaron de la fe. Más adelante dice El evangelio:

“...Jesús, que estaba en perfecta comunión con el Padre, que sabía todo lo que
sabía el Padre, ¿conocía el Génesis del mundo tal cual lo concibe la ciencia
actual?
¿Sabía de cataclismos geológicos, de fuerzas primordiales? ¿Sabía de
nebulosas, de soles, de planetas? ¿Creía en el sistema geocéntrico, o
estaba enterado del estupendo funcionamiento de la máquina del cosmos?

¿O bien tenía creencias tan primitivas e ingenuas como las de sus


discípulos?

¿Por qué nunca expresó una verdad científica?..”

Aquí Nervo parece tener un lapsus. No es plausible que Jesucristo supiera lo


mismo que el Padre, según lo expresa el siguiente versículo: “Mas de aquel día y
hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo
24:36) [BJ]. No obstante, en el libro de los Proverbios, presumiblemente Jesucristo se
identifica con la sabiduría: “Antes que los montes fuesen asentados, antes que las coli-
nas, fui engendrada. No había hecho aún la tierra ni los campos, ni el polvo primordial
del orbe. Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre la faz
del abismo, cuando arriba condensó las nubes, cuando afianzó las fuentes del abismo,
cuando al mar dio su precepto - y las aguas no rebasarán su orilla - cuando asentó los
cimientos de la tierra, yo estaba allí, como arquitecto” (Proverbios 8:25-30) [BJ]. Con
este texto en la mano el poeta hubiera podido responder a la mayor parte de las in-
terrogantes con un rotundo ¡sí! aunque, sorprendentemente, no lo tomó en cuenta.
Lo de las verdades científicas que tanto añora en los evangelios, ciertamente no
existen allí, pero sí hay algunos esbozos en el libro de Isaías: “Él está sentado sobre
el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos
como una cortina, los despliega como una tienda para morar” (Isaías 40:22) [BRV].
Como el término círculo, en el antiguo arameo, designa también a una esfera (cír-
culo de tres dimensiones), puede deducirse que desde la antigüedad, al igual que en
la cultura griega entre los israelitas ya se sospechaba de la redondez de la Tierra143.

143
En la Biblia también se registra: “[Dios] ha descrito un círculo sobre la haz de las aguas” (Job 26:10.) Las aguas
están limitadas a su propio lugar por decreto del Creador. No suben e inundan la tierra, ni tampoco se elevan hacia el
espacio. (Job 38:8-11.) Desde el punto de vista de Jehová, la faz de la Tierra o la superficie de las aguas tendrían una
forma circular, tal como el contorno de la Luna nos parece circular a nosotros. Antes de que apareciesen las masas de
tierra seca, la superficie de todo el globo era una masa circular (esférica) de aguas agitadas. (Gé 1:2.). Tomado del Libro
Perspicacia (1991), Vol. I Pág. 1122. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

134
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Es una pena que para la época de Nervo todavía se descubriera la estructura


del ADN que tuvo que esperar hasta los años cincuenta con los descubrimientos de
Watson y Crick. El salmista, probablemente prefiguró a la ciencia Genética por lo
menos tres mil años antes: “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas
todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (Salmo 139:16)
[BRV].
Ciertamente, los genes son como libros que almacenan información de los seres
vivos que van a ser formados en las generaciones subsiguientes. La secuencia de los
nucleótidos viene a ser como el orden de las consonantes y vocales dentro de una
palabra u oración, de ese orden dependen los caracteres hereditarios del individuo,
según la especie a la que pertenezca. Biológicamente hablando los genes son prácti-
camente inmortales, no así los seres humanos.
Hay otro fragmento de El evangelio donde se lee:

“...En otra ocasión, el Maestro, en forma sencilla al parecer, familiar y en-


cantadora por todo extremo, exclamó: -En la Casa de mi Padre hay muchas
moradas.

Los astrónomos admirables de hoy, los Pickerings, los Lowell, los Flam-
marion, los Comas Sola, los Martín Gil, podrían grabar con estrellitas de oro
ese divino versículo en sus observatorios, bajo sus giratorias cúpulas, frente
a sus ecuatoriales...”

El texto que cita Nervo es Juan 14: 2, 3 “En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis” [BRV]. Creo que los versículos no se refieren
al espacio sideral observado por los telescopios sino a la región celestial invisible
(que transciende el espacio tridimensional) que es la morada de los seres espiritua-
les.
Las muchas moradas probablemente designan a las diversas categorías de
criaturas (arcángeles, querubines, serafines y ángeles) que habitan en los cielos144
figurados. Cuando habla de recibirlos en casa, presumiblemente Jesucristo estaba
dirigiéndose a sus discípulos, es decir, a “los 144.000 rescatados de la tierra” (Apoca-

144
«El cielo» es la morada de Dios: «El que habita en los cielos se reirá, el Señor se burlará de ellos» (Sal 2.4; cf. Dt.
4.39). Nótelo de nuevo en Dt 26.15: «Mira desde tu santa morada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel». Otra
expresión que representa la morada de Dios es «los cielos de los cielos», lo cual indica un absoluto, es decir, la morada de
Dios es un ámbito tan incomparable que no se puede identificar con la creación física: «He aquí, de Jehová tu Dios son
los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay» (Dt 10.14). Tomado del Diccionario Expositivo de
Palabras del Antiguo Testamento. Pág.83 Editado por Merrill F. Hunger y William White.

135
lipsis 14:3) [BJ]. Son los únicos que “han sido rescatados de entre los hombres como
primicias para Dios y para el Cordero” (Apocalipsis 14:4) a quienes se les prometió
vida inmortal en los cielos.
Hay otro fragmento digno de análisis:

“...Por otra parte, Él se dirigía a los corazones: los cerebros están dentro del
tiempo, condicionados por el tiempo y en un perenne divorcio.

Los corazones no. Él hablaba al Amor, que siempre es el mismo. Él no quería


convencer como un doctor, él quería persuadir como un padre.

Anhelaba que le amasen y le siguiesen...”

Cuando se usa la palabra corazón145, a menudo se refiere a la persona misma


o al yo interior. En el libro de los Proverbios puede leerse: “El corazón apacible es
vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30) [BRV].
Nervo opone el corazón al cerebro pese a que “engañoso es el corazón más que todas
las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9) [BRV]. Aun así, en opinión
del poeta, el corazón (engañoso o no) tiene la ventaja de no estar condicionado por
el tiempo. Quizás una de las razones por las que Jesús se dirigía al corazón de los
hombres y no al cerebro es porque “con el corazón se cree para conseguir la justicia”
(Romanos 10:10) [BJ]. Además él mismo había declarado “bienaventurados los lim-
pios de corazón” (Mateo 5:8), por lo que la hipótesis del poeta está bien sustentada.
Más adelante puede leerse:

“...Por lo demás, Dios no pretende que le comprendamos, porque sería una


pretensión insensata; yo he dicho a propósito de esta comprensión: Y en
suma: ¿la ciencia ha encontrado ya la verdad?

¿No decía William Crookes que con lo que ignoramos se podría construir el
universo?

¿No dijo Newton que los conocimientos del hombre con respecto a lo ignorado
son como un grano de arena en comparación del océano?..”

145
El «corazón» simboliza el fuero interno del ser humano, su propia persona. Como tal, es la fuente de todo lo que
hace (Pr 4.4). Todos sus pensamientos, deseos, palabras y acciones fluyen desde lo más profundo de su ser. Con todo,
ninguna persona logra entender su propio «corazón» (Jer 17.9). Al seguirel ser humano su propio camino, su «corazón»
se endurece cada vez más. Pero Dios circuncidará (recortará la inmundicia) del «corazón» de su pueblo, para que le
amen y obedezcan con todo su ser (Dt 30.6). Tomado del Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento.
Pág.107 Editado por Merrill F. Hunger y William White.

136
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Es plausible que Dios no exija que se le comprenda. Ya se vio anteriormente,


que ‘Él se acuerda de que somos polvo’. Respecto a la primera interrogante, la Biblia
afirma que “perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de
sus entendidos (Isaías 29:14) [BRV]. Jesucristo dijo en alguna ocasión refiriéndose
a la verdadera sabiduría: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños”
(Mateo 11:25) [BJ]. El apóstol Pablo pronunció una frase análoga: “pues la sabi-
duría de este mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: ‘el
que prende a los sabios en su propia astucia.’” (1 Corintios 3:19) [BJ]. Sumando a
estos tres textos la opinión de Crookes y Newton, puede deducirse que Dios se
reserva el derecho de revelar las verdades profundas (o absolutas) a los hombres
de ciencia.
Finalmente, concluye:

“...Vistos desde este ángulo los Evangelios, y sentidos con amor, sin exégesis
vanas, acaso pudieran ser, después de la guerra, el código moral de los hom-
bres cultos y libres”.

Cuando habla de la guerra, se sitúa en el año de 1914, mientras todavía se en-


contraba en Europa. Ese fue un año crucial para la historia de la humanidad, el
mundo no volvió a ser el mismo. Eso explica por qué cuestionaba tanto la validez de
los códigos morales vigentes, mientras vislumbraba la posibilidad de que los evan-
gelios vinieran a suplirlos al finalizar las hostilidades.
En relación a esto, el apóstol Pablo sugirió en una de sus epístolas: “Con nadie
tengáis otra deuda que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la
ley. En efecto, lo de: ‘No adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás’ y todos los
demás preceptos, se resumen en esta fórmula: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’
La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud” (Ro-
manos 13:8-10) [BJ]. En otra carta agregó: “Ahora bien, mediante el Cristo tenemos
esta clase de confianza para con Dios. No que de nosotros mismos estemos adecuada-
mente capacitados para estimar algo como proveniente de nosotros mismos, sino que
el estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios, quien verdaderamente
nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros de un nuevo pacto, no de un có-
digo escrito, sino de espíritu; porque el código escrito condena a muerte, pero el espíritu
vivifica” (2 Corintios 3:4-6) [TNM].
De esto puede concluirse que ningún código moral va a funcionar si no existe
el amor al prójimo que tanto predican los evangelios. Mediante la caridad, por ejem-
plo, se puede demostrar el amor al prójimo. Creo que éste sería un buen tema de
discusión en el próximo apartado.

137
La Caridad
Para empezar, El poeta exhorta en “Sueña” (El arquero divino):

Si vivir sólo es soñar,


hagamos el bien soñando.
Sueña que vives amando,
que es tu solo fin amar;
y sueña que sin cesar
vas los bienes derramando.

La exhortación de hacer el bien, vivir amando y de ir derramando los bienes


sobre los demás parece haberse inspirado en las palabras del apóstol Pablo: “Vues-
tra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos
cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros” (Romanos
12:9, 10) [BJ].
En “Da” (La Última luna) también exhorta:

Da rosas si eres rosal,


refleja, si eres cristal,
de la mañana el fulgor;
brinda miel, si eres panal…

Al dar (al prójimo) de lo que se tiene, ya sea en forma simbólica de rosas, de


fulgor o de miel (según los dones del dador) se cumple con la ley, como bien lo ex-
presa Romanos 13:10: “La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto,
la ley en su plenitud” [BJ].
Otro de sus poemas, “Propósito” (El estanque de los lotos), también contiene
una singular exhortación:

¡Y tu corazón sea
urna que guarde un poco
de la piedad de Cristo!

La piedad o compasión está estrechamente vinculada a la caridad, como bien


lo expresa Romanos 14:15; “Ahora bien, si por un alimento tu hermano se entriste-
ce, tú no procedes ya según la caridad. ¡Que por tu comida no destruyas a aquel por
quien murió Cristo! [BJ]. Cuando se actúa conforme a la caridad también se guarda
un poco de la piedad de Cristo; además, los actos caritativos deben proceder de un

138
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

corazón que “ama a todos y late por todo anhelo santo” como bien lo dice 1 Timoteo
1:5: “El fin de este mandato es la caridad que procede de un corazón limpio, de una
conciencia recta y de una fe sincera” [BJ].
Por otro lado, dice Nervo en su ‘Irás por el camino’:

“Irás por el camino buscando a Dios; pero atento a las necesidades de tus
hermanos.
En cualquier momento, en cualquier lugar, entre cualquier compañía, te for-
mularas la admirable pregunta de Franklin:
-”¿Qué bien puedo hacer yo aquí?”
Y siempre encontrarás una respuesta en lo hondo de tu corazón.
Apareja el oído, los ojos y las manos para que ninguna necesidad, ninguna
angustia, ningún desamparo, pasen de largo.
Y cuando a nadie veas en la carretera llena de huellas, que relumbra al sol,
cuando el camino esté ya solitario, vuélvete inmediatamente hacia tu Dios
escondido...”

El camino a que se refiere el bardo, tal vez coincida con el que se menciona en
el libro de Isaías, por boca de Dios: “‘Ese es el camino, id por él’, ya sea a la derecha,
ya a la izquierda” (Isaías 30:21) [BJ]. Ir por el camino buscando a Dios resume
mucho de la visión personal de Amado Nervo, a pesar de su vocación literaria:
“Y pudiendo ser rico, preferí ser poeta {místico}”, dijo en sus versos autobiográfi-
cos. De haber sido rico, seguramente se habría dedicado a hacer labores con fines
filantrópicos.
Al interesarse por las necesidades de los demás146 tomó muy a pecho las pala-
bras del apóstol Pablo: “pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor
no fuese como de necesidad, sino voluntario” (Filemón 14) [BRV]. Al volverse a su
Dios escondido, seguramente hubiera pedido en oración: “Muéstrame tus caminos,
Yahveh, enséñame tus sendas” (Salmo 25:4) [BJ].
Ahora veamos lo que “Dice el caritativo” en el libro de Elevación:

“Dice el caritativo: «Que aumenten mis denarios,


¡oh, Padre! Quiero irlos derramando al pasar.

146
En las Escrituras Griegas Cristianas no solo se estimula a ser hospitalario y compartir con otros, sino que se
muestra que mantener a la propia familia y ayudar a los hermanos necesitados son requisitos cristianos. (Ro 12:13; 1Ti
5:4, 8; Snt 2:15, 16; 1Jn 3:17, 18.) La preocupación sincera por los pobres caracteriza a la religión verdadera. (Snt 1:27;
2:1-4.) Jesús indicó que el hacer el bien a “los más pequeños de estos [sus] hermanos” distingue a las “ovejas” de las
“cabras”. (Mt 25:31-46.) Ahora bien, la ayuda que prestan las “ovejas” se debe a su reconocimiento de la posición de los
seguidores de Cristo más bien que ser un simple acto humanitario. (Mt 10:40-42.). Tomado del Libro Perspicacia (1991),
Vol. I, Pág. 620. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

139
La mies de pena es mucha; pocos los operarios,
y el corazón del hombre muy duro para dar...
…..........
»Enciende, ¡oh Padre!, tantos corazones de hielo,
y enseña al opulento que Tú en el pobre estás;
que es dar la dicha máxima; la caridad un vuelo
sublime, y que las rosas extáticas del cielo
florecen en las almas que se difunden más!»”.

En la primera estrofa, de manera ingeniosa, Nervo modificó las palabras de


Jesucristo que originalmente dicen: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros
pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37)
[BRV]. Jesús hablaba de la labor de predicación de las buenas nuevas del Reino de
Dios. Sin embargo, el poeta lo contextualizó en otra circunstancia. La demanda de
necesidades humanas siempre es superior a la oferta de dádivas de misericordia, y
en un mundo insensible al dolor humano, el poeta, al igual que Jesucristo, se con-
mueve de las multitudes “porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que
no tienen pastor” (Mateo 9:36) [BRV]. Por ello solicita que el Amo intervenga y envíe
una mayor cantidad de personas caritativas. El poeta afirma que dar es el mayor de
los privilegios147.
Eso nos remite a uno de sus creaciones más edificantes, “Dar”, tomado del libro
Plenitud:

“Todo hombre que te busca, va a pedirte algo. El rico aburrido, la amenidad


de tu conversación; el pobre, tu dinero; el triste, un consuelo; el débil, un estí-
mulo; el que lucha, una ayuda moral...
…...........................
¡Infeliz! La LEY escondida que reparte misteriosamente las excelencias, se
ha dignado otorgarte el privilegio de los privilegios, el bien de los bienes, la
prerrogativa de las prerrogativas: ¡DAR! ¡tú puedes DAR!
…...........................
Debieras caer de rodillas ante el Padre y decirle; “¡Gracias porque puedo
dar, Padre mío! ¡nunca más pasará por mi semblante la sombra de una
impaciencia!»

147
Para que el dador obtenga verdadera felicidad, nunca debe dar nada rezongando ni de mala gana o como obliga-
do, pues “Dios ama al dador alegre”. (2Co 9:7; Hch 20:35; 1Pe 4:9.) Por otra parte, las dádivas de misericordia materiales
no son suficientes en sí mismas para conseguir la vida eterna, y Jesucristo no les atribuyó importancia primordial. (Jn
17:3; 12:1-8.). Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol. I, Pág. 620. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society
of New York, Inc.

140
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

***
“¡En verdad os digo que vale más dar que recibir!”

Conviene recordar el texto base de este poema, que más que poema asume la
forma de una oración. Estas son palabras del libro de los Hechos: “Ni plata ni oro ni
vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesa-
rio a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado
que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor
Jesús, que dijo: ‘Más bienaventurado es dar que recibir’” (Hechos 20:33-35) [BRV]. Ner-
vo no se limitó a parafrasear las palabras de Hechos, fue más allá de los versículos y le
dio un sentido y significación plena a este pasaje del Nuevo Testamento.
El que cumple con el precepto de experimentar ‘más bienaventuranza en dar
que en recibir’ es, según Nervo, Como un venero:

“Recibe el don del cielo, y nunca pidas


nada a los hombres, pero da si puedes
da sonriendo y con amor; no midas
jamás la magnitud de tus mercedes.
Nada te debe aquel a quien le diste;
por eso tú su gratitud esquiva.
Él fue quien te hizo el bien, ya que pudiste
ejercer la mejor prerrogativa,
que es el dar, y que a pocos Dios depara.
Da, pues, como el venero cristalino,
que siempre brinda más del agua clara
que le pide el sediento peregrino.”

Hay un proverbio que posiblemente pudo servir como fuente de inspiración.


Estas son palabras atribuidas al Rey Salomón: “El de buena intención será bendito,
porque da de su pan al débil” (Proverbios 22:9) [BJ]. Por otro lado el apóstol Pablo ex-
hortó a los romanos a que “den a todos lo que les es debido” (Romanos 13:7) [TNM].
Principio que también puede ser aplicable a esta composición. Otro principio que
Pablo dirigió a los corintios es que “cada uno dé como propuso en su corazón: no con
tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7) [BRV].
Por lo anterior dar es la mejor prerrogativa, reitera el poeta, aunque éste es un pri-
vilegio de unos cuantos.
En resumen, el dador alegre es como un venero cristalino que le da agua clara y
refrescante al maltrecho sediento. A propósito de la sed, éste es un tópico que obse-
sionó al bardo tepicense y eso es lo que se analizará a continuación.

141
La Sed
De entrada pareciera no ser éste un concepto puramente religioso, pero como el
poeta no se refiere a una necesidad física sino espiritual, se vincula necesariamente
con el Ser supremo. Leamos un fragmento de “La Sed”:

“Inútil la fiebre que aviva tu paso;


no hay fuente que pueda saciar tu ansiedad,
por mucho que bebas...
El alma es un vaso
que sólo se llena con eternidad.
…........
Displicente marchas del orto al ocaso;
no hay fuente que pueda saciar tu ansiedad,
por mucho que bebas... ¡El alma es un vaso
que sólo se llena con eternidad!”.

Al igual que en muchos de sus poemas escritos en segunda persona, pre-


sumiblemente el poeta habla de sí mismo. Cuando habla de fiebre, probable-
mente se refiere a un estado emocional al borde del delirio, por eso no existe
fuente que pueda saciar esa sed, esa ansia por lo infinito, por lo eterno… por
lo arcano.
Hay una fuente que se menciona en un conocido pasaje de los evangelios, cuan-
do Jesús le respondió a la samaritana: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener
sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo
le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna” (Juan 4:13,14)
[BJ]. Poco más adelante, el mismo Jesús dijo: “‘Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba
el que crea en mí’, como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva” (Juan
7:37,38) [BJ]. Eso explica por qué el alma (del poeta) sólo podía saciarse con la vida
eterna que Jesús prometió impartir. Cuando su fe flaqueaba, el poeta parecía correr
en pos de una quimera.
En el poema “Sed”, del libro El Arquero Divino, escribió lo siguiente:

“Cada día que pasa sin lograr que me quiera


es un día perdido...
¡Oh Señor, no permitas por piedad que me muera
sin que me haya querido!
Porque entonces mi espíritu, con su sed no saciada
con su anhelo voraz,

142
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

errará dando tumbos por la noche estrellada,


como pájaro loco, sin alivio ni paz...”

Puede observarse que el poeta utiliza indistintamente los términos alma y es-
píritu en dos poemas diferentes pero con el mismo contexto, aunque lo destacable
es que ratifica que su sed (de vida eterna) no estaba satisfecha todavía a pesar de la
oferta que hizo Dios: “a cualquiera que tenga sed le daré de la fuente del agua de la
vida gratis” (Revelación 21:6) [TNM]. No había encontrado el rumbo ni había alcan-
zado la paz, andaba como nauta sin brújula.
En “Los Pozos” su sed era tan insoportable que se arriesgó mucho hasta llegar a
ellos para saciar su sed con aire líquido:

“Madre, madre, me muero de sed!


Si supieras qué sueño he tenido...»
— «¿Qué soñabas, mi amor?» —Pues soñaba
que vivía en un raro planeta,
glacial, cristalino...
…....
...había unos pozos
unos pozos hondos, hondos,
de aire líquido...
…....
Esos pozos estaban cubiertos,
y muy recatados, y muy escondidos.
... Pero yo, muriendo de sed, fui a buscarlos,
fui a buscarlos, madre, por entre los riscos
de hielo, con ansias de apagar la lumbre
de mis fauces ávidas...
…....
¡Era yo un cadáver de cuarzo! ¡un cadáver
infinitamente frío, frío, frío!
... ¡Pero libre, madre, de sed para siempre!
¡de esa sed inmensa que ya no resisto!»

«¿Por qué he despertado? ¿por qué volví al horno


de este lecho?... ¡Madre, tu vaso está tibio!
... ¡Llévatelo! ¡Quiero que me des un vaso
de aquel aire líquido!»”.

143
Este poema no deja de ser producto de la fantasía del autor; sin embargo recalca
que el poeta es consciente de su necesidad espiritual148 no satisfecha y de que debe
buscarla en fuentes de vida eterna, simbolizadas por los pozos. Según el Libro de los
Proverbios, el pozo (o fuente) representa al temor de Dios: “El temor de Yahveh es
fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte” (Proverbios 14:27) [BJ].
Además, es el “Principio del saber, el temor de Yahveh” (Salmo 111:10) [BJ].
Puede inferirse que la sabiduría (de arriba) ayuda para apartar los lazos de la
muerte. Respecto a esto, Salomón también dijo: “existe un camino que es recto de-
lante del hombre, pero los caminos de la muerte son el fin de él después” (Proverbios
16:25) [TNM]. Se hará un paréntesis aquí para hablar de lo transitorio de la existen-
cia humana.

La Existencia
En su breve composición “El viaje”, de El Arquero Divino, Nervo compara a la exis-
tencia con una breve travesía:

Bendigamos la breve travesía, el miraje


de la isla encantada que se esfuma detrás;
bendigamos las olas de esmeralda y encaje;
y guardemos, amiga, del sublime viaje,
un sabor infinito que no muera jamás…

El poeta invita a guardar un sabor inmortal del viaje siendo la existencia tan
sólo un breve trayecto del que no hay retorno. Bien pudo expresar como Job: “¿No
son bien poco los días de mi existencia? Apártate de mí para gozar de un poco de con-
suelo” (Job 10:20) [BJ]. En verdad, no queda más que bendecir las glorias pasadas en
el ocaso de la vida. Por otro lado, el Salmo 90:10 señala, “Los años de nuestra vida son
unos setenta, u ochenta, si hay vigor; mas son la mayor parte trabajo y vanidad, pues
pasan presto y nosotros nos volamos [BJ]. No cabe duda de que los años de nuestra
existencia pasan pronto cual si se tratara de una breve travesía por la mar.
La locución en latín Sicut nubes, quasi naves, velut umbra..., ya había sido uti-
lizada por Nervo en La Mañana del Poeta (1886-1891), en el poema del mismo
nombre:

148
El que busca la vida debe seguir a Cristo, pues “no hay otro nombre debajo del cielo que se haya dado entre
los hombres mediante el cual tengamos que ser salvos”. (Hch 4:12.) Jesús mostró que hay que tener conciencia de la
necesidad espiritual y tener hambre y sed de justicia. (Mt 5:3, 6.). Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol. II, Pág.
1202. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

144
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poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

De otras edades
dulces memorias
tan sólo guarda
la mente loca;
que es la ventura
tan transitoria
¡como las nubes,
como las aves,
como la sombra…!

También aparece en su poema “A Kempis” del libro Místicas:

“...que el hombre pasa como las naves,


como las nubes, como las sombras...”.

En su libro Elevación, la simplificó a “Sicut naves”... He aquí algunos fragmentos:

“Los hombres son cual naves que pasan en la noche. . .


¡Adónde van, adónde!
¡Qué negro está en redor
el mar! Chocan las olas con el casco, y producen
un plañido monótono. . . Hace frío. Los astros
se recatan; el viento su látigo implacable
chasquea entre las sombras.
…....
...«No estás solo. La noche es un engaño.
Dios hizo las tinieblas para obligar al triste
a que cierre los ojos y mire en su interior
la verdad escondida.
Si los ojos abiertos son para ver la vida,
con los ojos cerrados es como ve el amor.
»La rosa del arcano tiene invisible broche;
pero tenaz perfume, que denuncia el camino.
Los hombres son cual naves que pasan en la noche;
¡mas en el alma llevan un timonel divino!»

La comparación de la existencia del hombre con una nave que pasa en la noche
se adjudica al poeta inglés Longfellow. En cambio, el salmista la compara con la hier-
ba del campo: “¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así

145
florece; pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle”
(Salmo 103:15,16) [BJ]. El mismo salmista, dirigiéndose A Dios, ya antes había hecho
la siguiente petición: “Hazme saber, Yahveh, mi fin, y cuál es la medida de mis días,
para que sepa yo cuán frágil soy. Oh sí, de unos palmos hiciste mis días, mi existencia
cual nada es ante ti; sólo un soplo, todo hombre que se yergue” (Salmo 39:4,5) [BJ].
En efecto, la vida del hombre pasa como una exhalación, como un suspiro.
“Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de
tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14) [BRV]. Sin embargo, Nervo señala que
el nauta (o sea, el hombre), a pesar de su abandono ‘entre las cosas hostiles e ig-
noradas’ no está solo sino que cuenta con la guía divina, mejor entendida como la
palabra de Dios. La segunda carta a Timoteo dice: “Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”
(2 Timoteo 3:16,17) [BRV]. Después de todo, “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y
lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105) [BRV].

La Lámpara
Amado Nervo nos exhorta a encender nuestra lámpara interior en su composición
“La Lámpara” del libro Plenitud:

“En cuanto caiga la noche, enciende tu lámpara.


No permanezcas en la obscuridad.
Enciende cuidadosamente tu lámpara.
El viajero que pase, dirá: ‘cuánto reposo debe haber cerca de esa luz, y cuánta
paz’.
…....
Muchos, al internarse en la selva, se sentirán confortados por tu luz.
En verdad te digo que es misericordioso, a las primeras sombras, encender
nuestra lámpara: la buena lámpara de que el Padre ha provisto a los cami-
nantes de la vida”.

La exhortación de Nervo se parece mucho a una frase de Jesucristo: “Estén ceñi-


dos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas” (Lucas 12:35) [BRV]. ‘Estén vues-
tras lámparas encendidas’ es lo mismo que decir ‘enciendan sus lámparas’, o dicho
en singular, ‘enciende tu lámpara’ (cuando caiga la noche); es decir, derrama sobre
los demás tus dones, que tus buenas obras resplandezcan sobre el fondo oscuro del
mundo. Muchas expresiones de la Biblia no deben interpretarse en sentido literal.

146
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

La segunda exhortación es no estar a oscuras. Sobre esto, Jesucristo dijo: “Así


que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mateo
6:23) [BRV]. Ya se comentó que la palabra de Dios es una lámpara y, por lo tanto,
produce luz. No es de extrañar que, en la antigüedad, el profeta Samuel haya expre-
sado: “Tú eres, Yahveh, mi lámpara, mi Dios que alumbra mis tinieblas” (2 Samuel
22:29) [BJ]. Esta misma expresión se repite en el Salmo 18:28 [BJ]. Siendo esa lám-
para una luz para el mundo debe estar a la vista del viajero, la mujer solitaria, el niño,
e inclusive, el ladrón furtivo. No hay razón para recatarse.
En “Almas recatadas” (Plenitud) puede leerse:

“Si recatas demasiado tu alma, sólo tú cosecharás la experiencia de tu vida.


Ni abreviarás la faena de los otros, ni aumentarás con tu aceite la luz de su
lámpara. Más bien será como si escondieses tu candil bajo el celemín...”.

Es clara la analogía que existe con un conocido pasaje del sermón del monte:
“Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alum-
bra a todos los que están en casa” (Mateo 5:15) [BRV]. Y como ya se vio, esa luz debe
reconfortar no sólo a los propios sino también a los extraños; debe resplandecer en
medio de la oscuridad [espiritual] del mundo. Ya en su poema “¡Hoy he nacido!”
(Elevación) Nervo había expresado su deseo de “volcar la dicha sobre el mundo,
además de verter el vino de la bondad sobre las bocas ávidas en redor suyo”; en otras
palabras, de alumbrar como un lámpara puesta sobre el candelero.
Otra parte del sermón del monte149¿ dice: “La lámpara del cuerpo es el ojo; así
que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo
tu cuerpo estará en tinieblas” (Mateo 6:22,23) [BRV]. En este contexto, analicemos
ahora el significado del cuerpo.

El Cuerpo
“Tu cuerpo”, es otra de las composiciones del poeta, escrita en estilo de prosa:

“Por qué has de menospreciar tu cuerpo?


Es, en primer lugar, el templo maravilloso de un dios escondido.

149
“El Sermón de la montaña está íntimamente vinculado, como era de esperar, a enseñanzas del Antiguo Testamen-
to. Muchas frases que asociamos estrechamente con el Sermón y con las doctrinas de Jesús, tienen paralelos cercanos
en el Antiguo Testamento. Así, aparece en los primeros versículos del Sermón un pasaje frecuentemente citado; en él
se bendice a diversos grupos de individuos y por eso se le llama de las «Bienaventuranzas», término derivado del latín
que significa «felicidad» o «beatitud».” Isaac Asimov Guía de la Biblia, Nuevo Testamento (1988) pág. 134. Plaza & Janes
Editores.

147
Es, asimismo, una obra de arte del ignoto Escultor.
…....
Dios mismo ha modelado su forma.
…....
¿No te da él las ventanas de los cinco sentidos para asomarte al Universo?
Es sagrado tu cuerpo; sus deseos son sagrados también, cuando no nacen de
la vida ficticia con que torturas la vida natural que se te otorgó.
…....
No lo mancilles jamás con bajezas. La estatua es de barro, mas no pongas
lodo en ella...”

La comparación del cuerpo con un templo sagrado nos remite necesariamente


a las palabras del apóstol Pablo: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional” (Romanos 12:1) [BRV].
Nervo concibe al cuerpo como una obra de arte de un escultor. Como el hom-
bre fue “formado del polvo de la tierra” (Génesis 2:7) [BRV]; es decir del barro, al
artífice se le denomina alfarero en lugar de escultor. Por ejemplo, en el libro de Isaías
dice: “Pues bien, Yahveh, tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y tú nuestro alfa-
rero, la hechura de tus manos todos nosotros” (Isaías 64:7), y en el de Jeremías: ¿No
puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? - oráculo
de Yahveh -. Mirad que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en
mi mano, casa de Israel” (Jeremías 18:6) [BJ].
Lógicamente, el Alfarero es quien ha modelado su forma. Observemos la des-
cripción del salmista: “Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre
de mi madre; yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus
obras. Mi alma conocías cabalmente, y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo
formado en lo secreto, tejido en las honduras de la tierra. Mi embrión tus ojos lo veían;
en tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno
solo de ellos” (Salmos 139:13-16) [BJ].
En la parte final, Nervo sugiere que tanto el cuerpo como sus deseos son sagra-
dos150, por lo que el primero no debe mancillarse con bajezas. En otras palabras, no
debe ser un “vaso para uso deshonroso” (Romanos 9:21) [TNM]. Hay que recordar
150
El cristiano debería apreciar el cuerpo que Dios le ha dado y amarse a sí mismo lo suficiente como para cuidar de
su cuerpo de manera apropiada a fin de poder presentarlo en servicio sagrado aceptable a Dios. (Ro 12:1.) Esto requiere
hacer uso de la razón y suministrar al cuerpo el alimento y las demás cosas necesarias, así como mantenerlo limpio. No
obstante, hay otras clases de cuidado que son aún más importantes y que tienen que ver con la espiritualidad, el buscar
el reino de Dios y su justicia y el ejercicio de la rectitud moral. (Mt 6:25, 31-33; Col 2:20-23; 3:5.) El apóstol aconseja: “El
entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto
que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir”. (1Ti 4:8.). Tomado del Libro Perspicacia (1991), Vol.
I, Pág. 609. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

148
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

la exhortación que hizo el apóstol Pablo a los corintios: “Huid de la fornicación.


Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica,
contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vues-
tro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:18-20) [BRV]. Para el poeta, pecar
contra el cuerpo equivale a ‘ponerle más lodo al barro’.
La estatua hecha de barro (o con pies de barro) nos remite al libro de Daniel. A
pesar de que ésta imagen posee forma humana no simboliza a persona alguna, no
obstante forma parte de las expresiones coloquiales, tales como “era un ídolo con
pies de barro”. La interpretación del sueño de Daniel excede el alcance del presente
trabajo, por lo que sólo se cita el siguiente versículo: “En aquel tiempo el hierro, el
barro moldeado, el cobre, la plata y el oro fueron, todos juntos, triturados, y llegaron a
ser como el tamo de la era del verano, y el viento se los llevó, de modo que no se halló
ningún rastro de ellos. Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen, llegó a ser una
gran montaña y llenó toda la tierra” (Daniel 2:34) [TNM]. El concepto de la monta-
ña, es el último que se abordará aquí.

La Montaña
Del libro Serenidad (1912), “La montaña” es uno de sus más elevados (y serenos)
poemas:

“Desde que no persigo las dichas pasajeras,


muriendo van en mi alma temores y ansiedad:
la Vida se me muestra con amplias y severas
perspectivas, y siento que estoy en las laderas
de la montaña augusta de la serenidad.
…....
Mis labios, antes pródigos de versos y canciones,
ahora experimentan el deseo de dar
ánimo a quien desmaya, de verter bendiciones,
de ser caudal perenne de aquellas expresiones
que saben consolar.

Finé mi humilde siembra; las mieses en las eras


empiezan a dar fruto de amor y caridad;
se cierne un gran sosiego sobre mis sementeras;

149
mi andar es firme... ¡Y siento que estoy en las laderas
de la montaña augusta de la Serenidad!”.

La primera estrofa convida a evocar al popular poema “En paz”, de quien es


pariente cercano. Como alpinista sincero, el poeta afirma haber llegado sólo hasta
las laderas ya próximas a la cúspide de la montaña de la serenidad. En el Antiguo
Testamento la montaña (o monte, en algunas traducciones) representa algo sagrado:
“Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte” (Salmo 2:6) [BRV]. El profeta
Isaías tuvo una visión sobre el futuro: “Sucederá en días futuros que el monte de
la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima
de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos.
Dirán: ‘Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que
él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos’” (Isaías 2:2,3) [BJ]. El
capítulo 11 es una continuación de la misma visión: “Nadie hará daño, nadie hará
mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh,
como cubren las aguas el mar” (Isaías 11:9) [BJ].
Como ya se ha analizado en los apartados anteriores, Nervo buscaba a Dios
(o la santa montaña de Dios) y anhelaba elevarse hacia la perfección cristiana, o
en su defecto, hacia la realización de un ideal ascético. El amor al prójimo (véase el
apartado ‘La caridad’) caracteriza a las dos últimas estrofas. Tanto el amor como la
caridad son el ‘fruto del Espíritu’ (Gálatas 5:22,23) [BRV]. Para las fechas que escri-
bió Serenidad, el poeta creía estar muy ‘cerca del ocaso’, mientras escalaba las laderas
de la montaña augusta151. Geológicamente hablando, una montaña es una elevación
y este es el título que recibe un libro posterior al de Serenidad.
En Elevación Nervo incluyó su composición “Sé como la montaña”.

“Se como la montaña, que mira al sol primero


que el valle. ¿Por ventura con la Poesía, el don
no se te dio más alto, más noble y verdadero
la ventana escondida por donde el prisionero
yo se asoma al arcano del mundo: la Intuición?
Sé también como torre, que platea la luna
antes que el caserío, y sé como fanal
que atalaya el océano más que mirada alguna.

151
Se atribuye a las montañas las cualidades de estabilidad y permanencia. (Isa 54:10; Hab 3:6; compárese con Sl
46:2.) Por lo tanto, cuando el salmista escribió que la justicia de Jehová era como “montañas de Dios” (Sl 36:6), pudo
querer decir que la justicia de Jehová es inmutable; o, en vista del encumbramiento de las montañas, quizás se refirió a
que la justicia de Dios está muy por encima de la del hombre. (Compárese con Isa 55:8, 9.). Tomado del Libro Perspicacia
(1991), Vol. II, Pág. 423. Editado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

150
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Empina bien tu ensueño, para que a su oportuna


luz divises más pronto tu lejano Ideal.”.

En este poema, Nervo menciona tres grandes elevaciones equivalentes, a saber;


la montaña, la torre y el fanal. Siendo una montaña, se debe mirar primero hacia el
sol en lugar del valle aunque la distancia al sol sea considerablemente mayor. Sin
duda, la poesía permite asomarse al arcano del mundo (en dirección del sol) desde
la posición de una montaña.
Respecto a la segunda, existe una expresión del salmista, donde se dirige a Dios,
de quien dice “pues tú eres mi refugio, torre fuerte frente al enemigo” (Salmo 61:3)
[BJ]. Y a eso invita el poeta a ser una torre, donde se divise la luna antes que el
caserío. Aunque la palabra fanal no existe en la Biblia (no obstante el famoso faro
de Alejandría, una de las siete maravillas del mundo antiguo), la acción de atalaya
cobra su expresión en el libro de Isaías, donde el vigía exclama: “Sobre la atalaya,
mi señor, estoy firme a lo largo del día, y en mi puesto de guardia estoy firme noches
enteras. Pues bien: por ahí vienen jinetes, troncos de caballos” (Isaías 21: 8, 9) [BJ].
A diferencia de la torre, donde sólo pueden observarse los ejércitos del enemigo a
la luz del día, el faro permite ver los barcos sobre el océano durante la noche. Y en
general, los tres elementos (la montaña, la torre y el fanal) permiten vislumbrar el
lejano ideal que se proyecta sobre el horizonte.
En uno de sus últimos poemas, “La Nieve Misteriosa de la Montaña” (El Estan-
que de los Lotos), Nervo exigió no ser molestado durante un sublime momento de
meditación:

-Poeta, el mundo tiembla de expectación, la Horda


científica destruye cuanto la especie humana
supo crear… Asómate a la lucha, comparte
la ambición de los fuertes, que triunfarán mañana,
o el temor de los débiles…
-Déjame: ¡estoy mirando
La nieve misteriosa de la montaña!

La actitud del poeta ante la barbarie humana es, a todas luces, contemplativa.
Cuando Nervo escribió estos versos estaba por finalizar la Primera Guerra Mundial.
A pesar de las calamidades nunca perdió su optimismo de que pronto vendría un
mundo mejor.
El acto de contemplar la nieve de la montaña quizás haya inspirado su breve
poema “Pensando”, donde se atrevió a profetizar sobre el futuro de la especie hu-
mana:

151
¿Cómo será la humanidad futura?
Yo me la finjo llena de nobleza,
Yo me la finjo llena de hermosura.
Ni negocios, ni guerras, ni tristeza.

Parece que tuvo muy en cuenta Apocalipsis 21:4, “Y enjugará toda lágrima de
sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo
viejo ha pasado” [BJ].

152
Vieja llave amado nervovieja llave y otros ensayos sobre
poesía de amado nervo. Siete ensayos cortos más uno largo

Estimado lector:

Después de haber discurrido por la obra de Amado Nervo cuyos tintes de inspi-
ración poética han salido a flote, me gustaría concluir la presente obra presentando
los versos del último poema que el bardo tepicense escribió algunos días antes de
morir. Se trata de "Novissima verba" del libro La última Luna. Espero que funcione
como una coda:

Mi verso es una oración


misteriosa y solitaria.
Júntalo tú a la plegaria
de tu noble corazón,
y llévalo con tu alma fiel
como en un celeste nido.
… Ya oirás que dice a tu oído:
“Recemos los dos por él…”

Bien pudiera complementarse con el siguiente versículo:

“Escucha tú desde los cielos su oración y su plegaria y hazles justicia”.


“Que tus ojos, Dios mío, estén abiertos, y tus oídos atentos
a la oración que se haga en este lugar” (2 Crónicas 6:35, 40) [BJ].

153
TOMO 55 DE 100
Vieja llave Amado NervoVieja llave y otros ensayos sobre
poesía de Amado Nervo. Siete ensayos cortos más uno largo
se terminó de editar en las oficinas de Visual Arte,
ubicadas en la ciudad de Tepic, Nayarit. Se utilizó la fuente tipográfica Minion Pro
y el diseño editorial estuvo a cargo de Sthephany M. Ramírez Nava.
Mayo de 2017.

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