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1 Clasificación de antropologías

La antropología se interesa por las relaciones sociales y los valores que las
subyacen en el ser humano de manera dinámica desde el aspecto físico como
el socio-cultural.

No existe una disciplina unitaria de antropología. Normalmente se


distinguen dos grandes tipos: la antropología científica o positiva, cuyos
capítulos fundamentales son la antropología biológica o física y la
antropología cultural o social, y la antropología filosófica o filosofía del ser
humano (Parellada, 2007, p. 347)

La palabra “antropología” hace a las concepciones del hombre o de la naturaleza


humana propias de determinadas visiones de la realidad con perspectivas
religiosas, filosóficas y científicas.

La antropología física:

La antropológica física es la única de carácter transversal, es decir, cruza las


múltiples disciplinas y teorías del hombre con relación a su realidad.

La Antropología Física (especializada en los aspectos biológicos)


ha mantenido, en mayor o menor grado según épocas y autores,
una concepción integradora de su objeto, considerando el estudio
de nuestra especie y su biología, desde un contexto biocultural,
ecológico y evolucionista (Varea & Tomás, 2010, p. 1).

El punto final de la evolución de las especies es la inmersión del hombre en su


cultura.

A partir del siglo XVIII, en el contexto de la Europa de la Ilustración,


surge el interés por el conocimiento de lo humano desde el Imperio
de la Razón, y aparecen autores interesados por el hombre como
objeto de estudio de la Historia Natural. Destacando las
aportaciones pioneras de Linneo como precursor de una
concepción científica de la Historia Natural del Hombre (como será
designada inicialmente la Antropología). Junto a Buffon, creador de
la Escuela Francesa (introduciendo el concepto de “raza” en el
estudio de la variedad humana); y Blumenbach, a la cabeza de la
Escuela Germana (usando por primera vez el término
“Antropología” en un sentido no filosófico sino como estudio
naturalista de la especie humana).

La Antropología como nueva disciplina científica fijó su objeto de


estudio en la descripción y explicación de la variación actual y
pasada de la especie, a través del uso de los métodos de
catalogación y clasificación consolidados en las Ciencias
Naturales. (Varea & Tomás, 2010, p. 2).

La antropología arqueológica:

La Antropología nace como una Historia Natural de Hombre, que plantea el


estudio científico de la especie humana, desde una concepción unitaria donde
se incluyen múltiples dimensiones de la realidad de ésta (Varea & Tomás, 2010,
p. 1). Una de estas dimensiones es la arqueológica, la cual estudia, investiga,
describe, comprende, analiza, interpreta, reconstruye y explica la historia de las
primeras actividades del hombre para conocer y comprender también su forma
de vida.

La antropología lingüística:

Estudia la relación existente entre lengua y cultura, enfocando el estudio del


lenguaje de acuerdo con la genética y el desenvolvimiento humanos, siendo el
contexto el mayor proveedor de diversidad de expresiones lingüísticas
“permitiendo así establecer patrones de interacción capaces de revelar una
imagen del mundo antes desconocida y descubrir las relaciones que los
individuos pueden entablar entre sí” (De las Heras, 2006, p. 291).

Por lo que, de manera general, la antropología lingüística analiza el


funcionamiento de la lengua para la construcción de identidades individuales y
colectivas.

La antropología filosófica:
la denominación de antropología filosófica y los intentos de delimitar su objeto y
su naturaleza respecto de las ciencias y el conjunto de la filosofía datan del siglo
XX. El estatuto filosófico y epistemológico de esta corriente de la antropología se
origina en el acto fenomenológico (Parellada, 2007, p. 348).

Une las ciencias positivas del hombre y la metafísica, para elaborar el concepto
de hombre y comprender su esencia, afianzándose de la antropología y la
psicología como ciencias positivas. Con la ayuda de la etnografía que compila y
evalúa las observaciones del comportamiento habitual en una sociedad, y de la
etnología que compara las culturas contemporáneas y evita el aislamiento de los
pueblos.

La antropología filosófica cumple con 3 funciones: crítica, teórica e ideológica.


La función crítica permite ir más allá de la reflexión epistemológica, mientras que
la función teórica relaciona varias realidades alternativas para conseguir insumos
para la labor filosófica, por ejemplo:

El objeto directo de la Antropología filosófica será la delimitación y


desvelamiento del sentido de la realidad humana, es decir, el
desvelamiento de la estructura esencial que configura la realidad
humana en su especificidad y en contraste con el resto de las
demás realidades mundanas (Parellada, 2007, p. 351).

La tercera corresponde a la función ideológica o utópica de la antropología


filosófica, donde es la idea la que conduce a importantes consideraciones
axiológicas y normativas del hombre.

La antropología filosófica no se limita a datos aportados por la biología o en


conjunto con la sociología a datos sociales-culturales; sino que pretende ofrecer
una visión de la naturaleza más auténtica o profunda con la ayuda de las ciencias
positivas con las que el hombre logra ser autor y creador de su conocimiento con
la finalidad de proyectarse hacia una teoría y praxis educativas que eviten
enmascarar la realidad de estereotipos o concepciones subjetivos.

Toda praxis educadora -familiar, escolar u otra- está inserta en una antropología
filosófica desde la cual se vuelve coherente e inteligible, lo cual, sin embargo, no
quiere decir que quede justificada (Aguilar, 2016).
La teleología de la educación

La teleología educativa se refiere a los principios, fines y objetivos de la


educación. Los fines de la educación participan implícita o explícitamente en toda
la problemática pedagógica. Por lo que se dirá:

La educación es producto del ser humano y de la cultura, y el


resultado de la acción que se descubre por anticipado en los fines
que se diseñan y se proponen. Los fines controlan, prejuzgan,
predicen y definen el efecto de la educación, antes de que éste
ocurra. El fin es una elaboración abstracta de la razón,
comúnmente integrado a propósitos políticos, ideológicos,
religiosos, científicos, tecnológicos, industriales, comerciales,
económicos.

La teleología analiza las funciones de la educación y sus rasgos específicos


procurando que los fines en los que se rigen estén objetivamente presentes en
el proceso educativo, fuera de la imposición que puede darse por la ciencia o la
técnica.

Concepciones teleológicas de la educación

Aristóteles: “el fin de la educación es conseguir la felicidad mediante la


perfección virtuosa” (Cimaomo, 2010, p. 45).

Tomas de Aquino: “el fin último de la educación es ser un hombre cabal e


integral” (Cimaomo, 2010, p. 45).

PROBLEMAS

1. De acuerdo al estatuto epistemológico de la antropología filosófica,


podemos cuestionarnos sobre la explicites y veracidad del tipo de
conocimiento que ésta aporta a la comprensión del hombre en su realidad.

No existe una sola respuesta o dirección para la labor de la antropología


filosófica ya que esta tiende a ir más allá de la fenomenología en la que se
construye y toma campos metafísicos, por lo que es necesario delimitar su
estudio a temas que involucren conocimientos relacionados con el aspecto
científico o propios del hombre sin pasar al campo religioso u otro que desvíe
el objeto de estudio.

2. Dificultad de concretizar la función teórica de la antropología filosófica.

La propuesta de solución a este problema, es la de concretar el estudio de


una realidad coherente hacia los actos fenomenológicos del hombre, sin caer
en ciclos repetitivos o ismos que mantengan la función teórica en una mera
redundancia sin respuestas o que la cieguen hacia inclinaciones subjetivas.

3. Mantener la transversalidad de la antropología física, sin que otra


disciplina cambie su línea de trabajo sobre su objeto de estudio.

Es apropiado mantener limites en los campos de estudio de cada corriente


antropológica, sin mezclar herramientas de estudio o métodos que distinguen
una de otra, por ejemplo, Se debe evitar que la antropología física sea
entendida desde la antropología arqueológica, ya que esta sólo se centra en
entender y explicar la forma de vida del hombre en el pasado, mientras que,
la antropología física abarca la dinámica del hombre en el pasado, presente
y su proyección como la evolución de su especie mediante los cambios
biológicos y fisiológicos.

4. Mantener un fine o fines objetivos en la labor educativa.

Aunque es evidente que la educación siempre será afectada por intereses


sociales, económicos, religiosos, entre otros. Es necesario mantener un
punto objetivo que atraviese toda la labor educativa para darle sentido y
proyección, y es en este caso que el fin objetivo más evidente sea el de
estructurar al ser humano como un ser racional y social.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguilar, F. (2016). Filosofía de la Educación. Quito.


Cimaomo, G. (2010). Filosofía de la Educación.

De las Heras, M. (2006). Antropología lingüística: nuevas relaciones entre lengua


y cultura. Instituto Cervantes, 291–295.

Parellada, R. (2007). Las formas de la Antropología. Thémata. Revista de


Filosofía, 39, 347–353.

Varea, C., & Tomás, R. (2010). Antropología Física: Aportaciones fundamentales


y proyecciones como ciencia interdisciplinar. Comisión Docente de
Antropología Física. Dpto. Biología. Universidad Autónoma de Madrid, 48,
1–13.

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