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¿CÓMO?

TRABAJANDO LAS ACTITUDES POSITIVAS DE TODOS LOS IMPLICADOS


MEJORANDO El CLIMA DE LA CLASE
AUMENTANDO LA ATENCIÓN Y CONTROL DE LA CLASE TRABAJANDO LAS ACTITUDES POSITIVAS DE
TODOS LOS IMPLICADOS
1.-¿Es posible cambiar la actitud del alumnado?
Sí porque las actitudes se educan y por lo tanto se pueden aprender en el ambiente escolar.
Plantearse como objetivo de clase cambiar las actitudes negativas hacia las tareas, sus
compañeros/as y hacia el profesorado es posible, trabajando diariamente determinados aspectos
que la vayan cambiando. En primer lugar observándola porque ninguna clase es igual a otra,
aunque prácticamente en todas ellas podemos encontrarnos con tres zonas en función de su
actitud ante el trabajo y la convivencia. o Grupo que trabaja y se esfuerza y que convive
armoniosamente al que hay que seguir motivando y valorando sus logros prestándole la atención
correspondiente. o Una actitud intermedia donde se instalan la mayoría y que pasan de una zona
actitudinal a otra dependiendo en gran medida de la capacidad del profesorado para controlar y
motivar al aula. Es el grupo que marca el clima general del aula por lo que exige de empatía para
acercarlo al polo más positivo. o Alumnado reacio a la tarea escolar y con actitudes
obstruccionistas, al que hay que ir ganando para la zona intermedia con acercamiento personal y
afectivo, pero también marcando las normas claramente. Cuando su número es muy elevado en la
clase hay que arbitrar mecanismos de actuación colectiva del centro así como replantearse los
criterios de agrupamientos. La clase se dispone pues, como un balancín en la que hay que atraer
hacia el polo positivo al grupo de la zona intermedia a fuerza de motivación, control y relaciones
de empatía, valorando el esfuerzo del grupo positivo para aumentar su autoestima. Es necesario
introducir diariamente mensajes de valoración hacia el esfuerzo y la tarea bien hecha, dedicando
más tiempo de la clase a esta tarea que a la de reprimir al grupo que no la hace.

En segundo lugar, provocando interés por la tarea a través de un currículo funcional que dé valor a
otros aprendizajes que se adquieren en otros contextos y que otorgue protagonismo al alumnado
para adquirirlos. En tercer lugar, con una metodología variada y motivadora que contemple desde
el trabajo individual, por parejas, en grupos colaborativos, grupos interactivos, alumnado
ayudante, y un amplio abanico de posibilidades. Sabemos por experiencia que si el alumnado
encuentra utilidad e interés en los que se les propone y rentabilidad en el esfuerzo realizado, su
actitud cambiará notablemente. En consonancia con lo anterior debemos introducir elementos de
evaluación diversificados que vaya desde el trabajo individual al colectivo (cuadernos de clase,
portafolios, trabajo en grupo, diario, observación, proyectos, exposiciones…) 2.- Adoptar desde el
profesorado una actitud positiva que contemple al alumnado de actitud negativa como un reto
profesional a superar más que como un conflicto. Cada profesor/a tiene una forma de afrontar su
papel en el aula, lo que marca su estilo. Simplificándolo mucho, aunque no hay tipos “puros”,
podemos decir:

A/ Profesorado YEMA (Yo Educo a través de la Materia a mis Alumnos). ƒYo: reflexiona sobre sus
características personales para conducir la clase y su grado de implicación. ƒEduco: planifica sus
clases y colabora con el equipo. ƒMateria: domina su materia. ƒAlumnado: se adapta a la
diversidad y da respuesta a todos.

Creemos que es el estilo YEMA el que responde a una mejor gestión del aula y de los
conocimientos que requiere el alumnado de hoy día.

3.- Conseguir afianzar la colaboración de todas las familias. La actitud de las familias de nuestras
clases puede ser muy variada, pero generalmente responden a varios patrones, desde las
colaboradoras hasta las que se declaran impotentes. Su conocimiento nos permitirá determinar
formas de actuar con ellas: o Colaboradoras: proponiéndoles medidas conjuntas de colaboración,
delegados/as de clase, participación en el currículo, lecturas en clase, actividades extraescolares. o
Ausentes: haciéndolas presentes, asegurando contacto telefónico regular, información a través de
agenda escolar, citaciones periódicas, ofreciéndoles

CLIMA DE LA CLASE Las condiciones ambientales del aula permiten crear unas relaciones
personales acogedoras y un clima favorecedor del trabajo necesarios para el mejor aprendizaje.
Para construir un clima de clase adecuado, Juan Vaello propone una serie de medidas que pueden
contribuir a favorecerlo:

Es necesario establecer límites en la primera semana del curso y mantenerlos a lo largo del curso.
Disponer de normas efectivas de convivencia que regulen los comportamientos más frecuentes.
Mantener una relación de confianza con el alumnado. Entrenarles en relaciones de colaboración y
de respeto.

Conocer los roles del alumnado y propiciar que contribuyan a la convivencia no la perturben,
reconduciendo su actitud cuando sea necesario

Establecer límites en la primera semana del curso y mantenerlos. Disponer de normas efectivas.
1.- Establecer con el grupo/clase qué conductas son aceptables y cuáles no en las primeras
semanas porque, si no es así, las normas la acaban imponiendo los líderes negativos quienes
inician conductas de tanteo e incumplimiento de normas desde el principio del curso. Aunque a lo
largo del curso, las normas tienden a relajarse ligeramente, conviene esforzarse en mantenerlas. A
pesar de que cada profesor/a tiene su estilo, las normas no deben ser ambiguas para nadie, sino
claras, realistas, aceptables y funcionales. Esto nos obliga a consensuarlas para toda la comunidad
educativa y especialmente en el claustro. PROCESO PARA ELABORARLAS En todos los centros
existe un Reglamento de Organización y Funcionamiento en vigor. Debemos analizar cuál es la
realidad del mismo, consensuar cómo nos gustaría que funcionara el centro, qué normas están
funcionando y qué no y analizar las causas. También analizar las normas no escritas instaladas
como rutinas y que, en muchos casos, condicionan grandemente el funcionamiento del centro y
de las aulas. Es conveniente consensuar por el Claustro y Consejo Escolar las normas generales del
centro que configurarán un determinado clima, especialmente dirigidas a 3 aspectos: en relación
al aprendizaje, en relación a las personas, en relación al entorno. En la primera quincena de
septiembre el claustro puede abordarlo y realizar una primera propuesta genérica de trabajo, que
cada tutoría concretará en su aula durante la primera quincena. Esta será abordada de nuevo con
posterioridad por el claustro en octubre para su aprobación e inclusión en el Plan de Convivencia y
PAC. a) Elaborar normas explícitas en las aulas: Normas efectivas que regulen los
comportamientos más frecuentes. Redactadas por escrito (pocas, claras, redactadas en positivo,
cumplidas- no admitir incumplimiento, flexibles, no fijar las que no se puedan hacer cumplir). b)
Desvelar las normas implícitas: establecidas por las rutinas, que marcan en gran medida el
funcionamiento del aula y que, en gran medida, conforman su clima para hacerlas explícitas, si son
adecuadas, o eliminarlas si no lo son. c) Velar porque no exista contradicción entre unas y otras, ya
que si es así, éstas se resuelven siempre a favor de las implícitas. Si tenemos como norma
establecida la puntualidad pero se consiente reiteradamente su incumplimiento, se terminará
imponiendo la conducta contraria a la deseable. d) La efectividad de la norma depende de las
consecuencias de su incumplimiento y de su cumplimiento. e) Conviene aplicar, de vez en cuando,
estímulos positivos ante el cumplimiento de las normas para considerarlas.

SUGERENCIAS DE NORMAS BÁSICAS o Asistir a clase puntualmente, con el material y trabajar sin
molestar a los demás ƒConsecuencias de su incumplimiento........... ƒConsecuencias de
incumplimiento reiterado......... o Respeto a las personas y las cosas para que te respeten a ti y a
tus cosas ƒConsecuencias de su incumplimiento........... ƒConsecuencias de incumplimiento
reiterado......... o El profesorado ha de atender a todo el alumnado y ocuparse de que todos/as
aprendan adaptando su enseñanza a sus capacidades e intereses ƒConsecuencias para su
cumplimiento........... ƒConsecuencias de incumplimiento......... Se propone, pues, elaborar en clase
de manera progresiva, durante las primeras semanas, aquellas normas que conforman las rutinas
necesarias, más frecuentes y significativas del aula, pero dejando este proceso abierto a lo largo
del año para revisar e introducir otras normas que se crean necesarias. El proceso puede ser: 1.-
Explicación de las razones de dotarnos de normas. 2.- Mediante lluvia de ideas o trabajo en grupo
que establezca la norma que regule la rutina positiva, su incumplimiento y su reiteración. 3.-
Aceptación en asamblea del grupo de la norma propuesta y el sistema de sanciones ante su no
cumplimiento.

Mantener una relación de confianza con el alumnado. Entrenarles en relaciones de colaboración y


respeto. El respeto mutuo es el eje de una relación de convivencia positiva, pero no aparece
espontáneamente sino que debe ser practicado y aprendido diariamente en clase, aplicándonos la
máxima: “no hagas conmigo lo que no quieras que yo haga contigo”. Las relaciones entre
profesorado/alumnado deben partir de las relaciones entre personas con similares derechos y
deberes, no pueden estar basada en relaciones de autoridad-poder, sino en relaciones de
reciprocidad y de respeto mutuo. Para ello es imprescindible mantener una relación afectiva entre
alumnado y profesorado, aunque dejando claro el papel que cada cual ocupa en el proceso de
enseñanza y aprendizaje
PROCESO PARA CONSEGUIRLO 1.- Adoptar una actitud de ayuda y de accesibilidad al alumnado
con una comunicación fluida y capaz de captar y comprender los estados emocionales del otro. 2.-
Conocer al alumnado e intentar comprenderlo, conocer sus circunstancias tanto personales como
académicas o familiares, propiciando conversaciones informales, intercambiar información con
otros profesores/as, saber qué se les da bien y qué les gusta. 3.- Saber cómo nos ven para poder
cambiar los rasgos menos aceptados, pactar cambios con ellos, reflexionar sobre el estilo de cada
uno/a. Un instrumento útil puede ser la elaboración de una tabla de perfiles o cuestionario en la
que se les pide 3 aspectos que le guste del profesor/a, 3 que no y 3 propuestas de cambio. 4.- Que
algún alumno/a problemático experimente el mantener el orden en la clase y el trabajo de sus
compañeros durante un día. 5.- La tutoría, tanto individual como colectiva, con la finalidad de
resolver y prevenir los problemas y apoyar el desarrollo personal de nuestros alumnos y alumnas.
6.- El apadrinamiento o tutoría en exclusiva que nos permita tutelar a una persona especialmente
problemática, basándonos en la influencia positiva del profesorado encargado de ejercerla. Puede
haber varias formas: o Exclusiva (se ocupa sólo de uno). o Excepcional (casos especiales, límites,
estratégicos por su capacidad de influencia). o Informalidad (se tutoriza mediante conversaciones
informales). o Carisma (profesorado con capacidad de persuasión, carisma y ascendencia ante ese
alumnado).

Estrategias para captar la atención

1.- Inicio puntual y rápido de la clase sin ralentizarla con otras tareas

2.- Asegurar la atención de todos/as sin excepción y no empezar hasta que ésta no esté
garantizada

3.- Advertir de manera individual al alumnado distraído por su nombre y no de manera general

4.- Detectar y neutralizar el efecto de elementos distractores

5.- Comenzar la clase con actividades que la favorecen: preguntas breves sobre lo tratado en la
clase anterior, actividades prácticas de corta duración, cuestiones o interrogantes que susciten
curiosidad

6.- Cuidar la ubicación: acercar al alumnado de menor rendimiento

7.- Cumplir y hacer cumplir las normas: puntualidad, material... hasta hacer que sean
interiorizadas

8.- Alternar diferentes formas de presentación de los contenidos: lecturas, proyecciones,


videos..... Estrategias para mantenerla

VAELLO ORTS,Juan (2003): Resolución de conflictos en el aula. Santillana.Madrid.

VAELLO ORTS, Juan (2005): Habilidades sociales en el aula. Santillana.Madrid.

VAELLO ORTS, Juan (2007): Cómo dar clase a los que no quieren. Santillana.Madrid
LAS NORMAS EN EDUCACIÓN INFANTIL:

Las normas de la clase es el elemento más importante para el buen funcionamiento de la


dinámica del aula y en casa. Lo que os comento ahora no lo he sacado de ningún libro (aunque
más de uno he leído sobre el tema) sino que es el resumen de lo que he aprendido en mi trabajo
después de equivocarme, reflexionar y corregir mis acciones, así que espero que os sirva para
reflexionar. Aunque los ejemplos están dirigidos principalmente a la clase son perfectamente
aplicables en la familia adaptándolas a las características de la nuestra y su funcionamiento.

¿Por qué son tan importantes las normas? Es la Hora de pensar.


Esto es así porque forman el marco de movimiento de los niños y niñas, regula sus interacciones y
también las nuestras, sus movimientos y el tipo de convivencia que queremos.

Los niños traen sus propias reglas implícitas desde casa. La mayoría de las familias no escribe
en un papel las normas de casa pero ellos las van absorbiendo e interiorizandolas de modo
que cuando llegan a la clase actúan como se les ha enseñado a actuar.La cuestión es que las
maestras y maestros también tenemos nuestras normas implícitas: el modelo de
funcionamiento de clase que queremos, pero para que los peques los vayan asumiendo tenemos
que:
 sopesar hasta que punto mi clase puede seguir ese modelo.
 darle forma clara y explícita, a través de frases, imágenes o símbolos, para que ellos lo
vayan interiorizando.
Si no realizamos este proceso no podemos exigir a nuestros alumnos que sigan una normas que o
bien no entienden o bien no están claras.
Pero las normas no solo deben abordar temas como: "Me como el desayuno sentado/a" o "Levanto
la mano para hablar". En las normas también se regulan las relaciones entre compañeros y con la
maestra. Si queremos una clase en la que haya relaciones de cuidado y buentrato, desde las
normas deben regularse las situaciones para que ello ocurra.
Por otra parte este marco les dará seguridad, sobre todo a medida que las vayan asumiendo hasta
constituirse en hábitos que a su vez favorecerán el desarrollo de la autonomía individual.

Características de las Normas de la Clase


Las normas, ya sea en Casa o en Clase, deben cumplir las 5C y la P y la F:
1. CLARIDAD: las normas deben de entenderse fácilmente y estar en
un lenguaje cercano al de los niños y niñas (no por eso infantilizado, hay
que llamar a las cosas por su nombre).
2. CONCRECCIÓN (CORTAS): el mensaje debe ser concreto y con
pocas palabras, para que no se pierdan. Se trata de que sepan
concretamente lo que deben hacer según el caso.
3. COHERENCIA: las normas deben ser cumplidas por todos las
personas de la clase, incluido el profesorado. Nosotros somos los espejos
de nuestro alumnado. Por otra parte no podemos poner una norma si
continuamente nos la estamos saltando. Una norma que no sirve es mejor
cambiarla o quitarla.
4. CONSECUENCIA: Lo mismo pasa con los castigos y recompensas:
no podemos amenazar con algo que luego no vamos a hacer (el hecho de
amenazar es en sí desagradable), en cualquier caso tengamos claras las
consecuencias tanto de cumplir las normas como de nos cumplirlas para
que vayan entendiendo que eso es así "siempre".
5. COLABORACIÓN: la participación de las familias es básica en esta
cuestión. No podremos contar con que todas entiendan las normas (tema
espinoso éste) pero si podemos explicarles lo que pretendemos hacer y
pedir su colaboración. De hecho desde el primer día la familia tiene sus
normas (sobre el desayuno, la ropa, la hora de llegada...) y éste es el punto
de partida de la colaboración. Luego eso se puede extender a otras
cuestiones porque la realidad es que muchas familias desean saber cómo
poner las normas en casa y nosotras podemos echarle una manita.
6. POSITIVACIÓN: las normas deben estar descritas en
positivo. Para mí este punto es uno de los más importantes. A menudo me
encuentro poe r ahí normas que solo dicen lo que el peque no debe
hacer pero no aclara que es lo que sí debe hacer. Por ejemplo, si yo digo:
no se pega, ¿implica eso que sí se puede insultar o empujar, quizá ignorar
y hacer el vacío? Esa frase no aclara a los peques casi nada. Por el
contrario si la norma es: "Somos amigos y amigas por eso nos tratamos
bien". Esto deja claro que todo lo que hagamos que dañe al compañero o
compañera no está permitido y en el día a día se va aclarando y hablando.
7. FLEXIBILIDAD: hay excepciones en las que nos seguimos la norma
porque el tiempo no lo permite, porque ocurre algo especial, porque el
peque en cuestión lo necesita... en cualquier caso en las excepciones es
importante aclarar lo que ha pasado al resto de la clase para que entiendan
que no es una "incoherencia" sino que hay razones para que no se cumpla
esa norma. Aunque sean pequeños saben comprender y aceptar estas
cosas y además les enseña a ser ellos mismos "flexibles" con el
comportamiento de los demás y aprender que hay excepciones para todo.

¿Cómo las introducimos en la clase?


Las normas están vigentes desde el primer día aunque aún no las hayamos presentado
oficialmente. Nosotras somos el fiel reflejo de ellas y las vamos nombrando en cada cosa que
hacemos para que entiendan por qué se hace o no cada cosa y las vayan interiorizando.
Independientemente de esto es importante que la lista de normas tenga un lugar fijo y visible
en la clase para que recurramos a él cuando necesitemos hacer referencia explícita a una norma.
Por ejemplo, si la clase está muy desordenada podemos señalar la norma "Mantenemos la clase
ordenada y limpia".
Según la edad de Los niños tendremos que presentarlas una a una a principio de curso (en 3
años) o recordarlas entre todos (4 años), incluso, con los de 5 años, es fácil crear en clase
nuestras propias normas (evidentemente por detrás está la labor de la maestra "sugiriendo"
sutilmente para que estén todas las que sabemos que tienen que estar).
Para ir aprendiéndolas se pueden hacer juegos: adivinar la norma por el dibujo, haciendo mímica
("¿Qué norma estoy representando?"), haciendo un concurso a ver quién se las sabe o cantando
una canción. Yo canto una que dice: "Todo el mundo en esta clase nos queremos divertir. Si
aprendemos nuestras normas seré mucho más feliz: levanto la mano para hablar...".
Posteriormente hay que ir recordándolas en la asamblea y cada vez que sea necesario, antes de
empezar cada actividad, cuando vayamos a hacer algo diferente... pero es más importante la
coherencia que ser "machacones" recitándolas, porque los peques aprenden por lo que viven y las
palabras "se las lleva el viento".

Modos de representar las normas:


 Iconos o imágenes: con o sin mensaje escrito. Representando cada una de las normas de
modo que, con un golpe de vista, sepan a qué nos referimos. Esta es útil sobre todo para los más
pequeños. Puede ser que:
o Usemos imágenes ya diseñadas y plastificadas.
o Si son Los niños los que han "decidido" las normas lo justo es que ellos mismos
hagan los dibujos de las mismas (incluso escribiendo ellos el contenido). Este es
un trabajo que se puede hacer en pareja y da muy buenos resultados. Luego se
presentan en la asamblea de clase y se cuelgan: aunque la imágenes no sean muy
claras todos sabrán a qué van referidas.

Andrea dibuja la norma: "Cuidamos las plantas del patio"

Los carteles elaborados se enmarcan y/o plastifican y se colocan en un lugar visible.


 Lista de normas: Igualmente podemos ser nosotros los que hagamos un cartel
escribiendo las normas (es bueno numerarlas para que sepan a qué número nos referimos porque
les ayuda a situarse en el cartel) o ser ellos mismos los que las escriban "a su manera". Aunque
sea un cartel sin dibujos la referencia a él tiene la misma fuerza que cuando hay imágenes y de
este modo también trabajamos la lectoescritura. Este tipo de norma, no obstante, en mi opinión son
más adecuadas a partir de los 4 y sobre todo a los 5 años.

Lista de normas decidida en asamblea antes de hacer los iconos .

Recursos para reforzar las normas

A veces cuesta mucho que las normas se instauren. Primero tenemos que revisar nuestra parte del
trabajo y sopesar si las normas que hemos puesto cumplen las 5C, la F y la P que antes comenté,
si no son un número excesivo de normas y si hay otro problema. Si vemos que el problema
persiste es el momento de hacer algún tipo de acción en clase. Se trata de reforzar, hacer
visible, lo que hacen bien, de modo que los buenos comportamientos tiendan a repetirse y los
malos se vayan acabando.
Yo lo que suelo hacer es: El Club de los Buenos Compañeros. En realidad es un contrato de
contigencia. Se trata de presentar una tabla grande y bien visible con todos los nombre en un lado.
En la asamblea final de clase todos los niños que hayan cumplido las normas ponen una pegatina
en su nombre. Se acuerda que el que tenga cierto número (5, 10, 15... depende de la edad) tiene
un premio: una medallita de cartulina, un diploma,... En esto hay que ser un poco flexibles con
algunos niños y niñas que intentan cumplir las normas pero sus nervios no se lo permiten. A éstos
hay que ayudarles y guiarles, colaborando en lo posible con sus familias, para que aprendan a
regular su comportamiento. Lo que no podemos es pedirle por ejemplo a un niño hiperactivo que
esté todo el día quieto; es evidente que hay que adapatarse.
Otro recurso que he probado es el "Álbum de las normas", una cartulina con espacio para pegar
los iconos o nombres de normas que ya cumplan (al final también hay diploma). Este tipo de
recurso necesita que los niños tengan bastante autonomía si no el álbum se pierde entre sus
papeles. Se puede hacer algo parecido pero en vez de álbumes individuales en un gran panel con
una tabla.

Es importante darles a ellos la oportunidad de reflexionar sobre si cumplen o no las normas y para
eso utilizo fichas como ésta que hacen conmigo y de cara a su grupo:

Otra forma de abordar las normas es convertirlo en un "reto de la clase", o sea, proponer todos los
días ciertas normas para cumplir y que luego, en la asamblea final, evaluemos si, como clase, se
han cumplido las normas, por que sí o por que no. Este panel de normas al que poníamos disco
sonrisas contentas (verdes) o tristes (rojas); hoy lo plantearía de otra manera pero el ejemplo sirve
y seguro que se os ocurren otros más "artísticos".
.

Un panel para evaluar las normas que se van cumpliendo.

Otro recurso muy sencillo es el sellito "Cumple normas": al salir de la clase se le pone un sellito
con tienta en la mano a los peques que han cumplido las normas (también se puede usar una
pegatina). Éstos salen radiantes y los que no lo tienen deben reflexionar sobre su comportamiento.
También se les puede pedir a ellos que consideren si se merecen tener el sellito o no, para que
vayan aprendiendo a autorregularse. Este método debe usarse con cuidado porque si las familias
entienden que no llevar el sello es malo se convierte en un castigo y no es esa la intención.

CAMBIAMOS "LA SILLA DE PENSAR" POR EL RINCÓN TRANQUILO

Todos necesitamos ratitos para reflexionar... pero ¿cómo?

Cuando hay un niño que insistentemente incumple una norma en ocasiones necesita un tiempo
fuera. Ha habido años en los que he usado la Silla de Pensar, pero hace tiempo que no lo hago y
me va bien. Sencillamente mando a los niños a una silla cualquiera aparte del grupo donde pueda
seguir la clase, explicándole las razones por las cuales lo envío allí y que, cuando se sienta con
ganas de estar en el grupo sin molestar pude volver por propia voluntad.
El rincón Tranquilo es un buen sustituto. Un lugar en la clase donde se puedan ir a descansar si se
sienten muy neviosos, asustados, tristes... con recursos que les ayuden: peluches, botes de la
calma, el espejo mágico, un cojín... A la larga, cuando entienden su sentido, ellos mismos van al
rincón y no lo ven como una exclusión sino como un privilegio, sintiendo así que sus emociones
son respetadas.

Y no olvidemos nunca que la asamblea de la clase tiene mucha fuerza. Cuando alguien tiene que
dar explicaciones o pedir perdón al grupo por incumplir las normas y éste decide qué debe hacer
estamos enseñando a los peques a tomar decisiones, a reflexionar y que las acciones tienen
consecuencias.
En cualquier caso reforzar las normas es un trabajo que tendremos todo el año. Lo queramos o no
el entornos social, la tele, los tiempos... no ayudan mucho. Pero ¡No hay que desanimarse!
Siempre hay recompensas cuando somos perseverantes.

Colaboración Familia-Escuela
Sobre este punto hay mucho que decir y se pueden realizar diferentes actividades tanto grupales
como individuales, porque hay niños y niñas que necesitan un tratamiento individualizado para
adaptarse a las normas y en esos casos es importante reunirse con la familia y proponer un plan.

Algunos sistemas de colaboración son:

 Escuela de familias
 Los Cupones de la Escuela y el Hogar
 Contratos de contingencia (sobre todo para casos concretos)
.

Publicado por Marian Vidal

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