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Administración
Presidente
Gastón Parra Luzardo
Primer Vicepresidente Gerente
José Manuel Ferrer Nava
LA RECONVERSIÓN
MONETARIA
DE VENEZUELA
2008
CARACAS, 2008
Catalogación en fuente
Biblioteca Ernesto Peltzer
Banco Central de Venezuela (BCV)
Memoria de la reconversión monetaria /
Gastón Parra [presentación].
–Caracas: BCV, 2008. – 88 p.
Edición Especial
Incluye índice y presentación
ISBN: 980-394-044-7
Textos
Departamento de Información
Fotografías
Betzaida Bonilla y facilitadores voluntarios del BCV
Diseño y diagramación
María Gabriela Rangel y Carlos López Chirivella
Impresión
Editorial Arte
INTRODUCCIÓN | 11
1. INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS
Luces para emprender el inédito camino | 15
2. NORMATIVA
Las pautas del estreno | 21
3. ADECUACIÓN TECNOLÓGICA
Rutas en lenguaje de bits | 27
6. BILLETES Y MONEDAS
Innovación, seguridad, ambiente
e historia al portador | 45
8. ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN
Venezuela habla bolívar fuerte | 75
9. RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
1˚ Premio al Mejor Diseño | 87
PRESENTACIÓN
07
En el caso de Venezuela, a partir del 1 de enero
de 2008 se eliminaron tres ceros a la moneda como
resultado de su división entre un factor de 1.000.
Lo que el lector tiene en sus manos es la historia
de cómo el Banco Central de Venezuela, con el concurso
entusiasta de las instituciones públicas, la colaboración
de los agentes privados de la economía y el apoyo de
la población, condujo al país al estreno de siete monedas
y seis billetes, producto de un cambio que refuerza la
confianza en el signo monetario y refleja la fortaleza de
una economía nacional que incluye a todos.
08
09
Luego de 10 meses de intenso trabajo,
las monedas estaban listas para salir al
encuentro de la población.
10
INTRODUCCIÓN
11
reconversión monetaria. Precedida por exhaustivos
estudios por parte del Banco Central de Venezuela (BCV)
y normada en sus aspectos esenciales por el Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reconversión Mo-
netaria, del 6 de marzo de 2007, la introducción de una
nueva escala monetaria implicó un intenso trabajo para
el BCV, así como para diversos organismos, tanto de
la esfera pública como privada, que se unieron en la
construcción de un resistente tejido de cooperación para
hacer posible la llegada exitosa del bolívar fuerte.
Desde su entrada en funcionamiento, en octubre
de 1940, el BCV ha cumplido a cabalidad las compe-
tencias monetarias del Estado venezolano, entre ellas,
la emisión de billetes y la acuñación de monedas. Sin
embargo, el reto planteado en 2007 era de una naturale-
za radicalmente distinta, tanto porque la migración a una
nueva y menor escala monetaria era un cambio inédito
en Venezuela, como por el lapso perentorio en el que
la ley ordenaba realizarlo. En una proporción institucional,
habría que pensar en un corredor de maratón al que se
le presentara el desafío de correr los 400 metros... con
12
vallas. Tiene que repensar rutinas de entrenamiento
y replantear su enfoque de la competencia: ya no se trata
del esfuerzo que dosifica a lo largo de 42 kilómetros, sino
del arranque explosivo, la aceleración en segundos y la
velocidad alta y constante.
El 1 de enero de 2008 se cruzó la meta como estaba
previsto y si bien la satisfacción institucional puede asi-
milarse a la sonrisa del atleta que rompe con su pecho
la cinta de llegada, es sustancialmente diferente la di-
mensión de lo alcanzado: no una hazaña individual, sino
un logro nacional. Asimismo, no fue una medalla colosal
colgada en la fachada de la sede del BCV lo que testificó
el éxito, sino el hecho de que, desde las primeras sema-
nas del año, la población había asumido con tranquilidad
y confianza la nueva escala monetaria.
La moneda, al tiempo que medio de pago, es sínte-
sis de la confianza en la economía de un país y expresión
del sentido de nación que comparten los habitantes de
un territorio. Tras el cambio sin precedentes, el bolívar
fue fortalecido en cada una de esas cualidades.
13
1
INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS
Luces para
emprender
el inédito camino
A partir del 6 de marzo de 2007, Venezuela se sumó al
grupo de países que han realizado cambios en sus conos
monetarios. Al lado de los estudios sobre el fenómeno
inflacionario y las medidas orientadas a controlarla, mu-
chas de las experiencias de otras economías fueron obje-
to de análisis por parte del BCV para derivar enseñanzas
clave a tener en cuenta en el país, que no sustituiría sus
especies monetarias en un contexto de hiperinflación,
como Brasil a mediados de los años noventa del pasado
siglo, ni como expresión de una unión monetaria, como
en 12 naciones de la Europa comunitaria a partir de 1999.
En Venezuela lo planteado era reordenar el cono
monetario en un ambiente de crecimiento sostenido de
la economía, a fin de superar las consecuencias de años
de elevadas tasas de inflación, registradas desde princi-
pios de la década de los ochenta y que tuvieron su cúspi-
de en el 103,2% anual del año 1996. Los venezolanos
no vivieron cambios diarios de precios en los anaqueles
de los supermercados ni llegaron a pagar cantidades
millonarias por un refresco, pero sí vieron cómo a sus
manos llegaban nuevos billetes de denominaciones cada
vez más altas. Si en los años sesenta y setenta, el billete
“más grande” era el de Bs. 100, para los ochenta ya lo
era el de Bs. 500 y para finales de los noventa, los de
Torre financiera del BCV en Caracas:
epicentro del esfuerzo nacional Bs. 10.000 y Bs. 20.000. En 2002 habría todavía cabida
para dotar al país de un nuevo
cono monetario. a uno más: el de Bs. 50.000.
15
Años de altas tasas de inflación sembra-
ron muchos ceros en el papel moneda
venezolano.
16
La moneda venezolana sumaba ceros pero perdía
eficiencia como medio de pago: los consumidores esta-
ban obligados a cargar más efectivo y a realizar cálculos
con cifras de muchos dígitos.
En medio de una tendencia marcadamente alcista
de los precios, se introducen monedas y billetes de ma-
yor denominación y las de menor denominación pierden
sentido, ya que se tienen que utilizar muchas unidades
de ellas para adquirir un bien o pagar un servicio, por
muy bajo que sea su precio entre los que prevalecen en
el mercado.
Sin embargo, cuando comienzan a aplicarse las
medidas de política económica adecuadas, y el control
de la inflación aparece como un objetivo factible de
alcanzar en un plazo razonable, emerge la necesidad
de sustituir el cono monetario existente por otro que
contenga monedas y billetes de menor denominación.
Esta sustitución implica la evaluación de cuál sería el
factor que se tendría que aplicar para llevar los precios
y cantidades que se miden en la moneda nacional
a expresiones más pequeñas, así como de precisión del
momento en el cual es conveniente que entre en vigencia
el nuevo cono monetario. El proceso abarca muchas
actividades, como el diseño, la fabricación y la sustitución
de las especies monetarias; la adecuación de los siste-
mas de pagos y registros contables que utilizan todas
17
Con el empleo de una menor
escala monetaria se simplificaron
las transacciones comerciales.
18
las empresas, instituciones y organismos públicos
y privados, así como el diseño e implementación de
una estrategia de comunicación de los aspectos que
las distintas audiencias, ubicadas a lo largo y ancho
del país, deben conocer para que se preparen y con-
tinúen realizando con la mayor naturalidad posible sus
actividades tras un cambio de esta magnitud.
Para el momento cuando se decide la aplicación
de la reconversión monetaria, la economía venezolana
mostraba más de una decena de trimestres consecutivos
de significativo crecimiento y estaban en marcha diversas
políticas fiscales y monetarias orientadas a asegurar
no sólo su estabilidad, sino también su calidad, reflejada
en el logro de una mayor inclusión social. Como parte
de esas acciones, el cambio de las especies moneta-
rias apuntaba al fortalecimiento del signo monetario y al
compromiso de los responsables de las políticas públi-
cas con el objetivo de controlar la inflación.
Una señal para los agentes económicos, pero
también una medida de efectos prácticos. Se favorecería
el empleo más eficiente de los sistemas de cómputo
y de los registros contables, así como la comprensión
de las cantidades de dinero; se simplificarían las opera-
ciones aritméticas y se facilitarían las transacciones
con dinero.
19
20
2
NORMATIVA
Las pautas
del estreno
21
sería el tratamiento de las obligaciones de pago (rentas,
deudas, préstamos...). También cómo se expresarían
los precios, salarios y otras prestaciones sociales, los
tributos y estados financieros. Asimismo, se determinaron
responsabilidades para el BCV como ente coordinador
del cambio, el sistema financiero y los organismos super-
visores y fiscalizadores del poder público.
El decreto ley precisó asimismo que el viejo y nuevo
cono monetario cocircularían durante una etapa definida
por el Banco Central y cómo se diferenciarían durante
esa transición. Aun cuando desde el punto de vista legal
y comunicacional la denominación de la moneda no cam-
biaría, es decir, seguiría siendo el “bolívar”, a las nuevas
especies monetarias que entrarían en circulación a partir
del 1 de enero de 2008 se les conocería y llamaría “bo-
lívar fuerte”. Este nombre no iba a aparecer impreso en
los billetes ni estaría en las monedas, sólo se trataba de
una convención circunstancial para distinguir los nuevos
bolívares de los que ya estaban en circulación.
El instrumento legal facultó al BCV para regular
mediante resoluciones todo lo relacionado con la ejecu-
ción de la reconversión monetaria. En ejercicio de esta
atribución se dictaron las normas que regirían la reex-
presión monetaria y el redondeo; las reglas aplicables
22
Las normas y resoluciones sobre
aspectos específicos de la reconver-
sión monetaria fueron el fruto de
la cooperación interinstitucional
y la consulta pública.
23
Durante el proceso de reconversión
monetaria hubo frecuentes encuentros
entre las autoridades del BCV y los
medios de difusión masiva.
24
Durante dos semanas, entes públicos, personas,
empresas y gremios remitieron al BCV sus observacio-
nes. Para cerrar el período de intercambio, se convocó
a actos públicos simultáneos en la sede del emisor
en Caracas y en la subsede de Maracaibo. Alrededor
de 800 personas en ambas ciudades transmitieron a las
autoridades y técnicos del Banco Central sus opiniones,
las cuales se consideraron junto con las recibidas por
correo ordinario y electrónico.
25
26
3
ADECUACIÓN TECNOLÓGICA
Rutas
en lenguaje
de bits
Sustituir a un mismo tiempo toda la familia de monedas
y billetes implica un reto logístico y administrativo de
acuñación e impresión, acopio y distribución de nuevas
especies monetarias y retiro de las anteriores; una exi-
gente labor para normar diversos aspectos y el desarro-
llo de una campaña extraordinaria de comunicación que
debe llegar a todos los habitantes de un país. Supone
igualmente un desafío tecnológico de adecuación de
todos los sistemas de cómputo y demás mecanismos
de procesamiento de importes monetarios.
Para llevar adelante la reconversión monetaria, el
BCV tenía que adecuar todos sus sistemas de informa-
ción, entre ellos, los que lo relacionan y son fundamenta-
les para el funcionamiento del sistema financiero nacio-
nal. Igualmente, debía adelantar las acciones necesarias
para que los resultados esperados se dieran en diversos
organismos públicos y privados.
La experiencia de países europeos, así como el
intercambio técnico con México y Perú, sirvieron de apo-
yo al cambio tecnológico. Aquí también mostró todo su
valor la red de cooperación interinstitucional activada por
el BCV, ya que las experiencias y conocimientos de otras
organizaciones permitieron validar los lineamientos para
programadores y áreas de tecnología. Por ejemplo, en
conjunto con el Servicio Nacional Integrado de Adminis-
27
tración Aduanera y Tributaria (Seniat), que regula todo
lo relacionado con la facturación, se establecieron las
guías a seguir en esta materia. Asimismo, hubo un
trabajo coordinado con el Servicio Autónomo Nacional
de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos
Técnicos (Sencamer) para las pautas de calibración
de las máquinas de pesos, surtidores de gasolina y otros
mecanismos de medida utilizados en el comercio.
Otro caso fue el algoritmo de conversión de sueldos
y salarios, así como el efecto del redondeo sobre ellos,
que se abordó de común acuerdo con el Ministerio
del Poder Popular para el Trabajo y Seguridad Social.
El BCV elaboró el documento “Lineamientos
tecnológicos para la adaptación de los sistemas y tecno-
logías de información basados en la reconversión
monetaria”, que guiaría a las empresas e instituciones
y a los organismos públicos en sus procesos de adecua-
ción. Al Banco Central también correspondió hacer el
seguimiento de resultados en diversas entidades de
los poderes públicos y responder las dudas planteadas
por los agentes económicos y el público en general
sobre el impacto tecnológico.
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4
REORGANIZACIÓN INTERNA DEL BCV
Nuevos latidos
para la dinámica
gerencial
El Banco Central de Venezuela vivió tres momentos fun-
dacionales: en 1939 con la promulgación de la ley que
lo creó; octubre de 1940 con el inicio de operaciones
y enero de 1941 con su inauguración formal por parte
del presidente de la República, Eleazar López Contreras.
Con la perspectiva de los desarrollos históricos, quizás
marzo de 2007 figurará en los estudios futuros de su tra-
yectoria como otra fecha fundacional, dada la magnitud
de la tarea asumida: adelantar la primera reconversión
monetaria en la historia de Venezuela en el lapso peren-
torio de 10 meses.
En la práctica, para hacer realidad el cambio en la
moneda nacional, la autoridad monetaria tuvo que repen-
sar prácticas gerenciales y sus flujos habituales de infor-
mación, así como sus mecanismos ordinarios de coordi-
nación, no sólo entre sus diversas unidades, sino también
puertas afuera, con organismos públicos y privados.
La máxima instancia de decisión continuó siendo
el Directorio del BCV, pero se integró un Equipo Guía
de la Reconversión Monetaria con el Presidente del BCV,
su Primer Vicepresidente Gerente, tres de sus seis di-
rectores, los vicepresidentes de Estudios, Operaciones
Nacionales, Operaciones Internacionales, Administración,
Casa de la Moneda, Consultoría Jurídica y Subsede Ma-
racaibo, y los gerentes de Comunicaciones Instituciona-
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ESQUEMA
DE ORGANIZACIÓN
Y FUNCIONAMIENTO
COORDINACIÓN
INTERINSTITUCIONAL
DIRECTORIO
BCV
RECOMENDACIONES INSTRUCCIONES
Y ALERTAS Y LINEAMIENTOS
EQUIPO
GUÍA
SECRETARÍA
TÉCNICA
EQUIPO
TÉCNICO
30
PODER
EJECUTIVO
31
dad de desempeño del BCV y su proyección externa. Se
crearon entonces, a partir de septiembre de 2007, la Sala
de Control para la Estrategia Territorial del Plan Comu-
nicacional; la Sala de Control para la Recepción y Distri-
bución de Especies Monetarias; y la Oficina de Proyectos
para la Adecuación Tecnológica. Hacer seguimiento,
analizar desviaciones en la programación y recomendar
correctivos para procesos operativos críticos, figuraron
entre las funciones de estas instancias.
Así, pues, en la medida en que las áreas jurídica,
técnico-operativa y de estudios, entre otras, formulaban
la base normativa necesaria para avanzar en el proceso
a la velocidad que éste imponía, los procedimientos
administrativos se adaptaron igualmente a este ritmo.
En coordinación con las unidades responsables de cada
aspecto de la reconversión, el área administrativa adelan-
tó rigurosos y veloces procesos de adquisición de bienes
y contratación de servicios, desde las propias especies
monetarias hasta las empresas publicitarias; desde el
alquiler de vehículos y el traslado de personal a todo
el país hasta el reacondicionamiento de espacios físicos.
En sintonía con esta labor, marchó la acción contralora,
a fin de verificar que la efectividad de los procedimientos
se alcanzara sin riesgos de incumplimiento de las nor-
mas internas y las leyes. Todos estos cambios se verifica-
32
ron también en la Subsede del BCV, ubicada en la ciudad
de Maracaibo, desde donde el emisor coordinó y llevó
a cabo acciones en varios estados del occidente del país.
Esta preparación interna resultaba necesaria,
pero era insuficiente para llevar adelante la reconversión
monetaria. Se trataba de un proyecto del Estado vene-
zolano que atañía a toda la sociedad y, por tanto, había
que considerar intereses y recomendaciones de diversos
sectores, así como poner a su servicio capacidades
de supervisión, regulación, almacenamiento, transporte,
custodia y difusión, entre otras, presentes en el poder
público (nacional, estatal y municipal) y en la esfera
privada de la economía.
Más allá de la relación con el sistema financiero
y el despacho ministerial de las finanzas públicas, el
Banco Central configuró una agenda de contactos y se
convirtió en el epicentro de una vasta y efectiva red de
cooperación, que sumó a otras entidades oficiales, secto-
res productivos y comerciales ajenos a sus competencias
monetarias, y a redes sociales de participación, como
los consejos comunales. Se celebró una treintena de
encuentros de alto nivel entre las autoridades del BCV
y sus pares en otras instituciones, que se multiplicaron
en 109 reuniones técnicas, las cuales, a su vez, se concre-
taron en acciones conjuntas. Igualmente, el instituto emi-
33
sor trabajó en conjunto con la Asamblea Nacional.
El Poder Legislativo aprobó los recursos financieros
necesarios para acometer la reconversión, al tiempo
que la Comisión Permanente de Finanzas fue un valioso
interlocutor durante todo el proceso.
Con cambios en su dinámica organizacional y un
enfoque ambicioso de sus vínculos externos, el BCV
estaba listo para llevar adelante la reconversión mone-
taria, a cuyos efectos trabajó en cinco componentes:
dotación, distribución, adecuación tecnológica, plan
comunicacional y aspectos normativos y contractuales.
34
La sede del Banco Central de Venezuela
fue el epicentro de un vasto esfuerzo
de cooperación interinstitucional.
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5
FABRICACIÓN DE LAS ESPECIES MONETARIAS
Trabajo de impresión
y acuñaciones en
la Casa de la Moneda
de Venezuela
La Casa de la Moneda de Venezuela (CMV) inició opera-
ciones en 1999. Dos siglos después del funcionamiento
de la Real Casa de la Moneda (1802-1830) y 100 años
luego de que cerrara sus puertas la última ceca caraque-
ña (1876-1890), el país retomaba la producción de sus
especies monetarias. Ubicada en la frontera sur del Par-
que Nacional Henri Pittier, en Maracay, capital del estado
Aragua, con sus modernas instalaciones el BCV cumple
desde entonces con la dotación de monedas y billetes
requeridos por la economía nacional.
Sin embargo, producir todas las piezas del nuevo
cono monetario en menos de un año era una exigencia
Ubicada en Maracay, capital del estado que excedía su capacidad instalada y fue necesario
Aragua (centro-norte del país), la Casa
de la Moneda de Venezuela entró en que la CMV coordinara con sus similares de otros países
funcionamiento en 1999.
para dotar oportunamente al país de las nuevas especies
monetarias. En paralelo se pusieron en marcha varios
procesos: la procura para la adquisición en el extranjero
de especies monetarias terminadas; el diseño de las
monedas y billetes, y la readecuación de instalaciones
y cambios en rutinas de trabajo en la propia CMV. Con
esto último, la ceca no sólo se preparaba para producir lo
que le correspondiera de los nuevos billetes y monedas
sin descuidar las exigencias ordinarias ya en curso para
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Giseck
& Devrient
Alemania
De La Rue Saxonia
International Eurocoin
Gran Bretaña Alemania
Canadian
Banknote Verres
Canadá Italia
Casa de South
Moneda African Mint
de Chile Suráfrica
Casa de
la Moneda
de Venezuela
38
el año 2007, sino que también se amoldaba para
satisfacer completamente los requerimientos futuros
de numerario.
En la Casa de la Moneda de Venezuela se estable-
cieron dos turnos de producción en las fábricas de
billetes y monedas. El trabajo en horarios redoblados
se hizo con el equipamiento existente, el cual fue some-
tido a un profundo mantenimiento para funcionar sin
desperfectos bajo las nuevas condiciones.
La ceca venezolana es una instalación fabril
asentada en un área total de 42 hectáreas y en el amplio
espacio a cielo abierto también hubo un cambio desta-
cado. Se construyó un patio para contenedores, a fin
de que, desde las instalaciones de la Casa de la Moneda,
el BCV cumpliera dos funciones particulares: servir de
centro de distribución de monedas metálicas y también
como lugar de acopio de las piezas que saldrían de
circulación y tendrían como destino final la fundición.
El proceso de elaboración de los seis nuevos
billetes y las siete monedas estuvo bajo la responsabili-
dad de la Casa de la Moneda de Venezuela, que recibió
asistencia técnica y apoyo de varias fábricas en diversas
La Casa de la Moneda de Venezuela partes del mundo: Verres (Italia), Saxonia Eurocoin
recibió asistencia técnica y apoyo de
sus pares de varias partes del mundo. (Alemania), South African Mint (Suráfrica), Casa de
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40
Diversos pasos de la producción
de billetes en las instalaciones de la
Casa de la Moneda de Venezuela.
41
La Casa de la Moneda de Venezuela
trabajó en turnos redoblados para
responder oportunamente a la de-
manda planteada por la reconversión
monetaria.
42
Moneda de Chile, Canadian Banknote (Canadá), Giseck
& Devrient (Alemania) y De La Rue International (Gran
Bretaña). En nueve meses se fabricaron más de 1.700
millones de piezas de billetes y más de 10.000 toneladas
de monedas.
No se trataba sólo de ordenar o ejecutar oportuna-
mente una adquisición de grandes proporciones, si no
que tenía que asegurarse la calidad de forma simultánea
en diversas plantas, molinos y fábricas, a fin de igualar
las tintas, acoplar las diversas tecnologías de fabricación
y sustratos para garantizar su fiel reproducción posterior
en la Casa de la Moneda de Venezuela.
El equipo de la Casa de la Moneda coordinó
y tomó decisiones en tiempo real, pues en el período
comprendido entre los meses de agosto a octubre del
año 2007 se contaba con técnicos trabajando simultánea-
mente en Europa, África y América. Se recibían docu-
mentos e informes técnicos cada día y había necesidad
de responder casi instantáneamente, sin importar las
diferencias de horario, porque los técnicos estaban en
medio de los procesos productivos.
43
44
6
BILLETES Y MONEDAS
Innovación, seguridad,
ambiente e historia
al portador
Los billetes que entraron en circulación en 2008 eran
nuevos en más de un sentido, no sólo porque sus deno-
minaciones expresaban el estreno de una menor escala
monetaria. Con anverso vertical y una rica paleta de
colores, con imágenes de personajes históricos que
reflejaban la riqueza del mestizaje y el llamado a pre-
servar el ambiente y proteger animales en riesgo de
extinción, el papel moneda producto de la reconversión
monetaria se diferenciaba radicalmente de lo conocido
hasta entonces en el país.
La selección de las imágenes, el diseño y las ma-
quetas de los billetes estuvieron a cargo de un equipo
multidisciplinario del Banco Central. Se propuso una
primera ruptura: el diseño vertical del billete. Esta orien-
tación se reservó sólo para el anverso, como una fórmula
intermedia de introducir una característica notable sin
abandonar del todo la tradición horizontal. Venezuela
aplicó a toda la familia esta combinación entre las di-
versas posibilidades ensayadas ya por otros países. Por
ejemplo, Colombia (2003) aplicó el diseño vertical para
el anverso sólo en su billete de 50.000 pesos, mientras
que Brasil prefirió la horizontalidad en el anverso y la
verticalidad en el reverso en todas las piezas de su
papel moneda de 1993. En el caso venezolano también
se atendió a la consideración de no hacer un cambio tan
45
Registro perfecto.
Hilo de seguridad.
Imagen oculta.
46
acentuado que, eventualmente, generara algún tipo de
rechazo en la población.
En relación con el sentido de nacionalidad, que
usualmente ha estado presente en el papel moneda
venezolano con las imágenes de próceres de la Inde-
pendencia y de personajes ilustres de los primeros años
de la República, se incorporó por primera vez la imagen
de una mujer: Luisa Cáceres de Arismendi (billete de
Marca de agua.
Bs. 20), quien ha quedado registrada en la historia como
emblema de la participación femenina en las luchas de
liberación frente al poder español.
Igualmente, se incluyeron la figura del cacique
Guaicaipuro (Bs. 10), líder de la resistencia indígena a la
colonización peninsular en el siglo XVI, y Pedro Camejo
(Bs. 5), también conocido como Negro Primero, teniente
de las filas independentistas. Con ambos, no sólo se
Marca para invidentes.
47
reafirmaba el espíritu de oposición a cualquier yugo
extranjero, que está en la base de la venezolanidad, sino
que también se reconocía otro rasgo esencial de ésta:
el rico origen de su población, a un tiempo europeo,
amerindio y africano.
Junto a Cáceres, Guaicaipuro y Camejo, se conser-
varon figuras de otras emisiones: Simón Bolívar, genio
militar e ideológico de la liberación de cinco países sura-
Registro perfecto.
mericanos y visionario propulsor de la integración regio-
nal (billete de Bs. 100); Francisco de Miranda, creador
de la bandera venezolana y precursor de la independen-
cia hispanoamericana (Bs. 2); y Simón Rodríguez, filósofo
y mentor del Libertador, autor de una relevante obra
pedagógica y defensor ferviente de la idea de que la
América libre ensayara sus propios caminos de organi-
zación (Bs. 50).
Hilo de seguridad.
48
Marca para invidentes.
Marca de agua.
Imagen oculta.
49
Imagen oculta. Hilo de seguridad. Marca para invidentes.
50
En el reverso, paisajes y animales autóctonos.
Venezuela es una suerte de muestrario de la diversidad
de ecosistemas del planeta. Basta un recorrido de algu-
nos cientos de kilómetros para conocer costas, nieves
perpetuas, desierto, llanuras, selva y las formaciones
geológicas más antiguas de la Tierra. En los seis billetes
está parte de ese viaje. El Guaraira Repano o Ávila, in-
mensa pared natural que niega a la capital venezolana
Fondo continuo.
la vista del mar Caribe pero a cambio la recompensa
con una cambiante variedad de verdes, en el billete de
Bs. 100; la Laguna del Santo Cristo en la Sierra Nevada,
un espejo de agua para coquetería de las nubes en las
alturas blancas de Mérida, en la pieza de Bs. 50; las
montañas de Macanao en la isla de Margarita, silenciosos
vigías de la inmensidad marina (Bs. 20); el salto Ucaima
y las presencias eternas de los tepuyes Venado y Kurún
Elemento ópticamente variable.
51
en el Parque Nacional Canaima, estado Bolívar (Bs. 10);
los Llanos, ese lugar donde el horizonte tiene cuatro
lados, en el billete de Bs. 5 y finalmente los Médanos
de Coro, una inmensidad de arena moldeada incansa-
blemente por el viento, en el de Bs. 2.
Se buscó resaltar el rico patrimonio natural de
Venezuela y, al hacerlo, mantener vigente la exhortación
de que todos somos responsables de su conservación
Registro perfecto.
para el disfrute presente y futuro. El propósito conser-
vacionista se acentuó con la inclusión de animales
autóctonos en peligro de extinción por la reducción
de sus hábitat, la caza furtiva y los intereses comerciales:
el Cardenalito, el Águila Harpía, la Tortuga Carey, el
Cachicamo y la Tonina.
La escogencia de personajes, paisajes, animales
y colores, así como de otras ilustraciones, buscó la
Fondo continuo.
52
Marca de agua.
Imagen oculta.
Hilo de seguridad.
53
Registro perfecto.
Hilo de seguridad.
Imagen oculta.
54
Marca de agua.
55
Registro perfecto e hilo de seguridad.
56
Marca de agua.
57
y su izamiento en La Vela de Coro, al occidente de
Venezuela, en 1806, cuando desembarcó al frente de la
Expedición Libertadora. En la pieza de Bs. 5, al teniente
Pedro Camejo lo acompañan jinetes, en una referencia
a la Batalla de Carabobo, donde Negro Primero fue
ejemplo notable del arrojo libertador que animaba a los
alzados en armas contra el imperio español. En el de
Bs. 10, Guaicaipuro aparece con un juego de lanzas,
armas cuya desventaja evidente ante el arcabuz y el
caballo europeos no minó la determinación de enfrentar
al conquistador.
Se aprovechó cada oportunidad para el atractivo
visual de los billetes. Así, al unir ambos extremos del
reverso, se completan motivos relacionados con el
concepto de la pieza. En el billete de Bs. 2 se puede ob-
servar una brújula; en el de Bs. 5 un cuatro musical; en el
58
de Bs. 10 una vasija de barro; en el de Bs. 20 una concha
marina; en el Bs. 50 un frailejón y en el de Bs. 100 la
empuñadura de la espada del Libertador Simón Bolívar.
El concepto que rigió el diseño, la selección de
imágenes y las maquetas de los billetes estuvieron
a cargo de un equipo multidisciplinario del BCV. En la
etapa final, se trabajó con la empresa británica De La Rue
Giori, seleccionada mediante una licitación internacional,
para la disposición final de todos los elementos gráficos,
así como la compaginación de los elementos de seguri-
dad con la propuesta estética. El resultado fueron billetes
de una extraordinaria riqueza visual y con sólidas defen-
sas contra la falsificación.
Las características de seguridad, inflexibles en
su misión de frustrar la fabricación fraudulenta de los
billetes, sin embargo son amables con la población: es
59
Recubrimiento de los cuños del bolívar suficiente con tocar y mirar el papel moneda para iden-
fuerte con nitruro de titanio en la Casa
de la Moneda de Venezuela. tificarlas. El tacto revela la impresión en alto relieve en,
por ejemplo, el texto “República Bolivariana de Venezue-
la” y en la imagen del personaje, así como en las figuras
geométricas de las marcas para invidentes.
Si el reconocimiento se deja a la vista, al trasluz
se descubre la marca de agua (imagen del personaje
y la denominación en número) y el registro perfecto, con-
formado por una miniatura del animal en extinción y una
estrella de cinco puntas. Si se inclina el billete y de acuer-
do con el ángulo de incidencia de la luz, aparece en la
franja inferior del anverso la denominación en números
(imagen oculta o latente). Ladearlo muestra también el
elemento ópticamente variable: en el anverso, la denomi-
nación en número cambia de color (salvo en los billetes
de Bs. 2 y Bs. 5). Otras características son igualmente
60
observables pero con alguna ayuda adicional. Por ejem-
plo, una mirada con apoyo de una lupa distingue las
finas líneas, los dibujos alegóricos al concepto visual
del billete y los microtextos que componen los fondos
de seguridad. De igual modo, con apoyo de luz ultra-
violeta se ven fluorescencias en líneas, zonas de fondo,
microtextos y fibrillas multicolores.
Todos los billetes de la nueva familia tienen hilos
de seguridad, que entran y salen del papel (aventanilla-
do), como en las piezas de Bs. 100, Bs. 50, Bs. 20 y Bs.
10, o insertos de forma continua en las de Bs. 5 y Bs. 2.
El billete de más alta denominación es el único con los
dos tipos. Si se les observa al trasluz, los hilos muestran
microtextos y/o imágenes, y bajo la luz ultravioleta,
fluorescencias, cambios de color y una forma continua
en el caso de los aventanillados.
61
Las innovaciones no se limitaron a los billetes, en
las monedas metálicas también se introdujeron cambios
notables. Después de muchos años, volverían a circular
piezas de cinco céntimos, que varios lustros antes se
conocían popularmente como “puyas”, y piezas de
12,5 céntimos, que la gente bautizó en su tiempo como
“lochas”. Además, se estrenarían monedas de un cénti-
mo. En total, siete denominaciones (1; 5; 10; 12,5; 25;
50 céntimos y 1 bolívar) que, entre otras ventajas, harían
más fluidas las transacciones en el comercio minorista
al posibilitar pagos y vueltos justos.
Hay una serie de elementos comunes a las mone-
das en sus dos caras. En el anverso, la denominación
en números en forma destacada, las ocho estrellas de
la Bandera Nacional y asimismo líneas onduladas alegó-
ricas del tricolor patrio, además de la ceca de la Casa
de la Moneda de Venezuela. En su reverso, la inscripción
“República Bolivariana de Venezuela”, el Escudo Na-
cional y el año de la acuñación. Las monedas de 1 y 5
céntimos tienen un color rojizo, propio de su aleación de
cobre y acero, mientras que las de 10, 25 y 50 céntimos
son plateadas: acero y níquel.
62
Del conjunto, se diferencia por su diseño en el
anverso la moneda de 12,5 céntimos, de acero y níquel:
conserva la denominación resaltante y las ocho estrellas,
pero no exhibe las ondas alegóricas de la Bandera
Nacional, sino dos hojas de palmas.
Finalmente, la moneda de Bs 1. Bicolor por su
centro de alpaca y el anillo de bronce y aluminio, con
ella permaneció el diseño novedoso que el país conoció
en 2006 con la introducción de la moneda de Bs. 1.000.
En su anverso, donde se lee “Bolívar Libertador”, se
Las líneas onduladas, alegóricas mantiene la efigie de Simón Bolívar, presente en las
de las franjas de la Bandera Nacional,
son, entre otros, un elemento común monedas metálicas desde 1873, seis años antes de que
a las piezas metálicas del nuevo cono
monetario. el bolívar pasara a ser la unidad monetaria de Venezuela;
fue obra del grabador de la Casa de la Moneda de París,
Albert D. Barre. La imagen del ilustre caraqueño integra
una composición con las ondas del tricolor nacional
y la ceca de la CMV. En el reverso, presenta los elemen-
tos ya descritos para el resto de la familia, además de
su denominación en número.
63
Archipiélago de Los Roques, en el mar
Caribe: el BCV desplegó a sus facilita-
dores en todo el territorio nacional.
64
7
DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES MONETARIAS
Cada ciudad,
cada poblado...
un destino
Venezuela tiene 916.455 kilómetros cuadrados. Hasta
el poblado más remoto de esa inmensa geografía había
que hacer llegar las nuevas especies monetarias. Se
trataba de distribuir en seis meses una cantidad de mo-
nedas y billetes que, en condiciones ordinarias, supone
un año o más de planificadas acciones logísticas y de
seguridad.
Habitualmente, el Banco Central de Venezuela
tiene a disposición de la banca privada y las empresas
de transporte de valores dos centros de distribución
de billetes y monedas: su sede principal en Caracas
y la subsede del BCV en Maracaibo, en el occidente del
país. Sin embargo, por las características especiales
del proyecto de reconversión se habilitaron cinco centros
adicionales: Barquisimeto (centrooccidente), Barcelona
(oriente), Puerto Ordaz (sur), Valencia (centro-norte),
Barinas (región de los Llanos) y un punto especial de
distribución de monedas en la sede de la Casa de la
Moneda de Venezuela, en Maracay.
En Caracas y Maracaibo se distribuyeron billetes
y monedas, en la CMV sólo piezas metálicas y en los
cinco centros especiales restantes únicamente papel
moneda.
65
Como la vanguardia de un entusiasta
equipo, personal del Banco Central
de Venezuela informó directamente
a la población para preparar la llegada
de las nuevas especies monetarias.
66
Después de un ritmo de actividad frenético duran-
te los tres últimos meses de 2007 y el primer trimestre
de 2008, al 31 de marzo de este último año el circulante
de papel moneda de la nueva familia ya había alcanzado
los niveles habituales con respecto a la masa de billetes
y monedas que estaba circulando antes de la reconver-
sión monetaria. En enero de 2008 se alcanzó el pico más
elevado de actividad: se distribuyeron 359,2 millones
de billetes, cifra que representa 40% del total de papel
moneda distribuido desde el 1 de octubre de 2007
hasta el 31 de marzo de 2008.
Para el 15 de noviembre de 2008, el BCV ya había
puesto a circular en el torrente de la economía 1.018
millones de billetes, equivalente a Bs.F. 20.665 millardos,
cantidad suficiente para el perfecto desenvolvimiento
de la economía venezolana. Entretanto, al cierre de 2008,
se había colocado una cantidad significativa de monedas
nuevas que permitió abastecer al mercado de sencillo.
Para lograr estos resultados, el BCV se apoyó
activamente en la banca privada y en las empresas de
valores, las cuales en su mayoría cumplieron a cabalidad
con el cronograma de asignaciones de remesas que
fue diseñado para cada institución, en función de su
67
La distribución de los nuevos billetes
y monedas estuvo acompañada
de actividades informativas y promo-
cionales del canje. Recorrido
del Autobanco del BCV.
68
ubicación geográfica y su proximidad respecto a los
centros nacionales de distribución.
Igualmente se ejecutaron operativos especiales,
entre ellos, canje directo de billetes y monedas a grandes
cadenas comerciales, venta de combos de monedas
en todos los estados del país, en entes gubernamentales
y estaciones del Metro de Caracas, con la finalidad de
familiarizar a la población con las nuevas monedas.
En el caso de las poblaciones más remotas y las
zonas no bancarizadas, la distribución de monedas
y billetes fue desarrollada por la gente del BCV en el
marco de un plan especial de envíos, que en materia
de seguridad contó con la colaboración de la Guardia
Nacional. Uno de los mecanismos empleados fue un
Autobanco que visitó muchas localidades del país.
En forma paralela, el BCV aceleró la recolección
de las viejas especies monetarias. A finales de 2008,
más de 90% de los billetes del anterior cono monetario
estaba en poder del emisor. En el caso de las monedas
metálicas, hubo que hacer frente a la liberación de una
importante cantidad de viejas piezas: a propósito de
la reconversión, la población inundó la economía con
monedas que tenía almacenadas en sus casas.
69
La distribución de cantidades significativas de bi-
lletes y monedas en corto tiempo ameritó asimismo una
estrategia extraordinaria de custodia y protección. En
virtud del lapso perentorio de la reconversión, muchas
de las nuevas especies monetarias se hicieron en el exte-
rior e ingresaron a Venezuela por puertos y aeropuertos,
puntos de partida de los traslados hacia los centros de
distribución definidos por el BCV.
Para el momento de la reconversión, el personal
de seguridad del Banco Central acumulaba amplia expe-
riencia en el ramo de blindados y transporte de valores,
pero el reto planteado superaba sus capacidades. Una
vez más, fue determinante la coordinación con otros
entes del Estado, en este caso, la Fuerza Armada Nacio-
nal (FAN), y la empresa privada (transporte de valores).
Antes del traslado, el BCV desarrolló un mapa de
rutas y sus respectivos análisis de entorno. En esta fase
del proceso, se realizó un estudio riguroso de los riesgos,
fortalezas y vulnerabilidades de los múltiples recorridos
que debieron realizarse hasta los puntos de distribución.
Los traslados comenzaron en octubre de 2007
y hasta finales de febrero de 2008, la movilización realiza-
da equivalió a la ejecutada normalmente en un año:
en el lapso mencionado, se fletaron 1.049 camiones con
70
La llegada de las monedas a manos una capacidad de carga de 25 toneladas cada uno. En
de la población estuvo precedida
por traslados masivos de especies total, el volumen de las remesas de billetes y monedas
monetarias hacia todas las regiones
del país. La actividad tuvo su punto trasladados en el período registró un peso conjunto de
más alto en diciembre de 2007, cuando
se movilizaron 519 unidades de carga. 26.225 toneladas.
El ritmo de trabajo fue ascendente y tuvo su pico
de máxima actividad durante diciembre de 2007, cuando
se contabilizó el movimiento de 519 camiones. En octubre
del mismo año viajaron 73 unidades de carga, en noviem-
bre 167, mientras que en enero de 2008 se movilizaron
239 unidades y en el mes de febrero 202 unidades.
En el caso de los centros de distribución de efectivo
propios del BCV (Caracas, Maracaibo y Maracay), las
tareas de protección y custodia del personal especializa-
do del emisor no terminaban con el traslado, ya que
una vez colocado el dinero en las bóvedas esa tarea
siguió siendo responsabilidad del emisor. En los otros
cinco centros especiales que se habilitaron la custodia
pasó a ser responsabilidad de las empresas contratadas
para tal fin.
El Banco Central fue completamente autónomo
para desarrollar, instrumentar y ejecutar los operativos
especiales de protección y custodia para trasladar y mo-
vilizar este volumen extraordinario de billetes y monedas
en un lapso también extraordinario. Sin embargo, en esta
71
fase del proyecto de reconversión el BCV contó con la
estrecha colaboración de todos los componentes de
la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Aviación, Arma-
da, Ejército y Guardia Nacional).
La FANB fue un apoyo esencial y especial para la
seguridad de todo el plan de distribución. Tuvo una
participación importante en las labores de inteligencia,
puesto que el Departamento de Protección y Custodia
del BCV presentaba de manera regular y con anticipa-
ción los mapas de rutas y los cronogramas de trabajo
para que los efectivos militares efectuaran sus reco-
mendaciones.
72
La distribución masiva de especies
monetarias se cumplió a través del
sistema financiero y de diversas
cadenas comerciales, pero la población
también pudo acceder a las monedas
en centros de canje que funcionaron
en las estaciones del Metro de Caracas,
mercados municipales y plazas.
73
74
8
ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN
Venezuela habla
bolívar fuerte
75
a las interrogantes de cuándo y cómo tendría lugar el
cambio y por qué y para qué el Estado lo emprendía.
Pese a que Venezuela sólo estrenaría una nueva
escala monetaria y su signo monetario continuaría siendo
el bolívar, la asignación comunicacional resultaba des-
comunal tanto en su alcance (el mensaje debía llegar
a cada rincón del país), como en su contenido, pues se
Como parte de las iniciativas de comu-
nicación, facilitadores del BCV dictaron trataba no sólo de educar sobre una operación matemá-
charlas en todo el país.
tica para hacer la conversión y favorecer la comprensión
de las equivalencias, sino también de retomar el empleo
de las monedas fraccionadas y, más importante, formar
conciencia sobre el valor del bolívar.
El BCV hizo un empleo creativo y audaz de todos
los medios, tradicionales y alternativos, para que el men-
saje llegara a todo el país, oportunamente y de manera
diferenciada a diversas audiencias para contribuir en
forma decisiva a que toda la población, infantil, joven
y adulta, sin distingos de clases ni de credo político,
asumiera con facilidad y confianza la escala monetaria
que Venezuela estrenaría el 1 de enero de 2008.
Escogidas mediante procesos de selección rigu-
rosos, el BCV trabajó con varias empresas publicitarias
para desarrollar el concepto rector de la campaña, las
piezas audiovisuales e impresas y el material POP.
76
La referencia al contexto económico Toda la estrategia comunicacional se ejecutó bajo el
favorable, la reafirmación de la con-
fianza en el signo monetario y la idea eslogan “Una economía fuerte, un bolívar fuerte, un país
de un país con unas bases sólidas
para mirar al futuro se recogieron en fuerte”, que resumía el ánimo de la reconversión, la cual
la composición del logotipo que identi-
ficó la campaña. era reflejo y parte a su vez de las políticas económicas
orientadas a la estabilidad del crecimiento económico,
en el marco nacional de las transformaciones sociales,
económicas y políticas en marcha.
La estrategia de comunicación desarrolló la inten-
ción de la frase publicitaria, al explicar ampliamente el
cambio del cono monetario, sus motivos, condiciones,
características y contexto. Al mismo tiempo, los mensajes,
productos e iniciativas comunicacionales reflejaron, con
su tono, contenidos implícitos del eslogan, como el senti-
do de logro nacional propio de una medida de Estado
y el orgullo de nación sintetizado en su signo monetario.
El BCV ejecutó la estrategia comunicacional en
etapas de dos niveles: temporales, las primeras; concep-
tuales y de énfasis de la orientación de las iniciativas de
comunicación, las segundas. La estrategia fue formulada
para atender tres dimensiones: emocional, informativa
y educativa, y es el acento otorgado a ellas entre ciertos
límites de tiempo lo que determinó las etapas de su
ejecución. A fin de conocer el impacto en la población
objetivo, en términos del conocimiento, percepciones
77
El contacto directo fue una valiosa y expectativas generadas por la acción comunicacional,
herramienta para explicar los detalles
del cambio en la escala monetaria. la Gerencia de Estadísticas Económicas del BCV realizó
una secuencia de sondeos entre abril de 2007 y enero de
2008. Los resultados de estos estudios contribuyeron a la
determinación de los énfasis en los mensajes y asimismo
brindaron una valiosa retroalimentación para calibrar la
efectividad de los medios empleados.
La primera etapa de la campaña comunicacional,
correspondiente al lanzamiento, cubrió el trimestre
marzo-mayo de 2007. Inicialmente, estuvo centrada en
acciones informativas, con alta exposición de las máxi-
mas autoridades del BCV en los medios de difusión
masiva para posicionar el mensaje institucional sobre
el cambio monetario; en el arranque, el Presidente del
Banco Central, acompañado por los miembros del
Directorio, se dirigió al país en cadena de radio y televi-
sión; esta cobertura nacional se repitió a finales de
2007, a propósito de la entrada en vigencia del nuevo
cono monetario a partir del 1 de enero de 2008 y tam-
bién en ocasión de la transmisión de varios micros
audiovisuales.
Luego, en este mismo período, se enfatizó toda
la identidad visual de la reconversión monetaria y, en
correspondencia con esta orientación, se otorgó mayor
78
relevancia al componente propiamente publicitario de
la estrategia. En otras palabras, hubo un énfasis en la
dimensión emocional sin descuidar lo informativo.
Entre junio y noviembre de 2007, tuvo lugar la etapa
que bajó el perfil del elemento emocional para centrarse
en iniciativas educativas e informativas. Este arco de
tiempo, denominado “fase racional”, encerró a su vez
dos segmentos definidos en función de su contenido. En
este sentido, el trimestre junio-julio-agosto estuvo do-
minado por mensajes asociados al contexto económico
nacional en el que se estaba dando el proceso de re-
conversión monetaria; por qué era necesario el cambio
y cuáles eran sus ventajas; explicación de la operación
de conversión y de las reglas del redondeo, así como los
aspectos inherentes a la adecuación tecnológica de los
sistemas informáticos y contables en general.
Mientras, el trimestre septiembre-octubre-noviem-
bre fue un espacio con dos hitos del proceso: la doble
exhibición de precios, en bolívares actuales y bolívares
fuertes, y el conocimiento de las nuevas monedas
y billetes, sus características formales y elementos de
seguridad. Asimismo, en este trimestre se abordó el tema
del canje y se mantuvo la presencia, aunque con menos
énfasis, de los otros aspectos mencionados arriba.
79
80
En diciembre, la estrategia comunicacional
comenzó a cerrar su círculo, con un nuevo énfasis en la
dimensión emocional. A la etapa iniciada entonces se
le denominó “clímax” y fue marcada por el ánimo de
que el país ya estaba listo para asumir la reconversión
el 1 de enero de 2008. Canje y cocirculación de las
viejas y nuevas especies monetarias fueron dos mensajes
resaltantes de esta etapa.
Finalmente, la curva del énfasis comunicacional
comenzó a declinar hacia finales de febrero de 2008,
a efectos de abrir la última etapa, bautizada como
“acompañamiento” y cuyo final estaría marcado por
el fin de la cocirculación.
El BCV hizo un uso intensivo y complementario
de medios. Las dimensiones emocional e informativa
tuvieron espacio privilegiado en la televisión (pública,
Los mensajes sobre reconversión
regional y por suscripción), la prensa (nacional y regio-
monetaria se diferenciaron por tipo nal) y la radio (comercial y comunitaria). Se realizaron
de audiencia: el BCV editó 5.000.000
de ejemplares de un cuaderno infantil 20 cuñas para TV con versiones para radio y ocho micros
que se distribuyó en 20.000 escuelas
públicas. de cinco minutos; se publicaron más de 2.000 avisos de
prensa y se instalaron vallas (publicidad exterior) en todo
el país. El Banco Central mantuvo durante seis meses
su propio espacio radial con entrevistas a autoridades
y técnicos del emisor que explicaban aspectos clave
81
82
del proceso; Al día con la reconversión, con una hora de
duración, se transmitió semanalmente por Radio Nacional
de Venezuela.
La dimensión informativa se cruzó con la pedagó-
gica en la impresión de alrededor de 30 millones de
diversos materiales, como trípticos, afiches y encartes,
además de cinco millones de un cuaderno educativo
dirigido especialmente a la población escolar. Los niños
de las más de 20.000 escuelas públicas recibieron esta
publicación, que los iniciaba en la reconversión moneta-
ria y favorecía su papel de eventuales multiplicadores
del mensaje en sus hogares. Igualmente, el emisor pu-
blicó la guía Aspectos fundamentales de la reconversión
monetaria, que ofreció un panorama completo del com-
plejo proceso de cambio que se estaba instrumentando.
Igualmente, al servicio del aspecto educativo
estuvo la celebración de encuentros cara a cara en todo
el país. Personal del BCV dictó más de 2.400 charlas
en empresas públicas y privadas, así como en espacios
de las comunidades organizadas, al tiempo que el emisor
se convirtió en una escuela de formación de facilitadores
de la banca privada y redes públicas (bibliotecas, info-
centros), de algunas instituciones de educación superior
Publicidad exterior y avisos en diarios
nacionales, regionales y locales: el y del Instituto para la Defensa de las Personas en el Ac-
Banco Central hizo un uso intensivo
y complementario de medios. ceso a los Bienes y Servicios (Indepabis, anteriormente
83
El BCV editó impresos en altos tirajes Indecu) entre otras entidades. Ya en la etapa de acom-
para informar en detalle la medida
de reconversión monetaria, incluyendo pañamiento, los expositores del BCV fueron responsables
ediciones especiales para discapacita-
dos visuales. de los Centros de Atención a la Comunidad: puntos de
información itinerantes, instalados en mercados munici-
pales, plazas, centros comerciales..., que también sirvie-
ron como taquillas para realizar canjes que contribuyeron
a familiarizar a la población con las nuevas monedas.
El BCV estuvo presente en todo el país. Con los
contactos directos se atendieron a las comunidades
indígenas en los estados Amazonas y Bolívar, al sur;
Delta Amacuro, en el este; y Zulia, al oeste. Asimismo,
a los poblados fronterizos, como la localidad de Santa
Elena de Uairén, en los límites con Brasil, y sitios remotos
de la costa venezolana, como el poblado de Güiria,
en la península avistada en 1498 por Cristóbal Colón,
cuyo asombro ante el imponente paisaje quedó encerra-
do para el futuro en el nombre “tierra de gracia”. Los
expositores del Banco Central visitaron también a la
población penitenciaria en los estados Barinas, Portugue-
sa y Nueva Esparta.
Aquí nuevamente la cooperación interinstitucional
se reveló como un efectivo mecanismo para llevar
adelante una acción de Estado. Gobernaciones, alcaldías,
empresas, misiones (programas sociales) oficiales,
ministerios y universidades prestaron su apoyo para la
84
movilización y la organización de los encuentros cara
a cara. Cuando los Centros de Atención a la Comunidad
funcionaron como puntos de canje, se contó con el apoyo
de la Fuerza Armada Nacional e igualmente del sistema
financiero, público y privado.
Los mensajes asociados a la reconversión monetaria
fluyeron así desde y por diversos medios, con inclusión
del ciberespacio: se abrió un sitio en Internet, donde
se podía acceder a toda la información oficial, descargar
recursos comunicacionales y un conversor, así como
consultar un tutorial con ejemplos prácticos. Los niños
tuvieron su “mini-site”, con juegos y mensajes propios,
al tiempo que escolares de todo el país tuvieron opor-
tunidad de participar en el concurso interactivo (vía
Internet) De la Primera Moneda al Bolívar Fuerte, con el
que aprenderían sobre las diversas especies monetarias
que han circulado en Venezuela desde tiempos colonia-
les al presente.
El BCV complementó estas acciones con un centro
de atención telefónica (0-800-Bolívar) y con el envío
de mensajes cortos de textos a través de la telefonía
celular. Igualmente, distribuyó lapiceros, lápices, borra-
dores, reglas, llaveros y monederos con el motivo de
la reconversión monetaria entre la población escolar
y el público en general.
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86
9
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
1˚ Premio
al Mejor Diseño
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Esta edición de 225.000 ejemplares,
se imprimió en los talleres de Editorial Arte,
durante diciembre de 2008.