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Dijo Dios: produzca la tierra hortalizas, plantas que den semilla, y árboles frutales que por toda la
tierra den fruto con su semilla dentro, cada uno según su especia, y así fue.

Señor estamos unidos en tu nombre para compartir el pan; ayúdanos a vivir con sencillez y
humildad en nuestro hogar. Amén.

20.

Dijo Dios: hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre
la tierra y toda clase de árboles frutales.

Bendito seas, señor, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre.

Nosotros lo recibimos de tu bondad.

Amén.

21.

Danos, hoy el pan que nos corresponde; y perdona nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos nuestros deudores. ¡Gracias Señor porque nos permites compartir el pan que nos
das todos los días!

Danos también el amor para perdonarnos mutuamente. Amén.

22.

Anda, pues, come tu pan alegremente y bebe gustoso tu vino, porque Dios ha bendecido tus
trabajos.

Señor, Dios nuestro permite que nuestras acciones te agraden y así podamos disfrutar del pan y de
la bebida que nos das. Amén.

23.

Si estás a la mesa con un noble, mira bien lo que hay ante ti. No seas goloso, no te abalances sobre
sus buenos platos son alimentos engañosos.

Señor, no permitas que la ambición penetre entre nosotros. Dame un nuevo corazón sencillo y
humilde para servir con amor. Bendice esta familia. Amén.

24.

El Señor escogió a Sión quiso que fuera su residencia: Bendeciré sus graneros y a sus pobres los
saciaré de pan. Señor Padre nuestro, habita entre nosotros ayúdanos a agradarte con nuestras
palabras y acciones. Bendice nuestros alimentos y haz que los pobres lo tengan también. Amén.

25.

Pero no por eso dejó de manifestarse, pues continuamente derrama sus beneficios. Él es quien
desde el cielo les da las lluvias y los frutos a su tiempo, dando el alimento y llenando corazones de
alegría. Padre de bondad, todo lo que recibimos viene de ti. Ayúdanos a gozarlo con sencillez y a
compartirlo con generosidad. Bendice nuestro alimento de hoy.

26.

Entonces Jacob hizo una promesa: si dios me acompaña y me protege durante este viaje, si me da
pan para comer y ropa para vestirme. Entonces el señor será mi Dios.

Tú eres nuestro Dios. Te alabamos porque nos cuidas y nos acompañas. Te bendecimos porque
nos recibes con cariño en tu casa. Bendícenos te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

27.

Les haré traer un poco de pan para que recuperen sus fuerzas antes de proseguir su viaje. Pues
creo que para esto pasaron ustedes por mi casa. Ellos respondieron: Hz como has dicho. Te
bendecimos, Señor, por el pan que hoy nos das para reparar nuestras fuerzas y poder seguir
nuestro camino. Amén.

28.

El patrón entonces dijo al sirviente: vete por los caminos por los límites de las propiedades y
obliga a la gente a entrar hasta que se llene mi casa. En cuanto a esos señores que había invitado,
yo les aseguro que ninguno de ellos probará mi banquete. Señor respondemos que sí a tu
invitación. Somos muy débiles por eso necesitamos participar de tu mesa y recibir tu alimento.
Gracias por llamarnos. Amén.

29.

El que tenga dos capas, que dé una al que no tiene, el que tenga de comer que haga lo mismo con
los que no tienen. Señor Dios nuestro, te agradecemos por el pan que nos das. Ayúdanos a
compartirlo con los más necesitados de la Tierra. Bendice nuestra comida de hoy. Amén.

30.

Si uno escucha mis palabras y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y
prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia y se desbordaron los ríos, soplaron los
vientos y se arrojaron contra aquella casa pero la casa no se derrumbó porque tenía los cimientos
sobre roca. Señor queremos edificar sobre ti nuestra familia. Bendícenos este día y ayúdanos a
permanecer unidos ante cualquier dificultad. Bendice el pan que hoy comemos. Amén.

31.

El hombre que comparte su pan con los pobres será bendecido. Señor, Dios nuestro quita de
nosotros todo recelo, envidia o egoísmo. Ayúdanos a mirarnos con bondad y haznos capaces de
compartir lo que tenemos. Amén.

32.

El señor de los ejércitos está preparando para todos los pueblos, en este cerro, (Sión) una comida
con jugosos asados y buenos vinos, un banquete de carne y vinos escogidos.
Señor Dios nuestro, encamina nuestros pasos hacia el banquete del reino, donde viviremos en la
alegría permanente. Amén.

33.

Luego Jesús mandó a acercarse a la gente y les dijo: Escuchen y entiendan: lo que no entra por la
boca no hace impura a la persona. Pero sí mancha a la persona que sale de s boca. Señor te
pedimos que de nuestra boca salgan siempre palabras de perdón, de justicia y de paz. Y que el
alimento que vamos a recibir nos fortalezca para servir y amar. Amén.

34.

El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra y la tierra producirá trigo
abundante y fértil. Bendito seas, Señor por la sabiduría y la belleza con que hiciste todas las cosas.
¡Gracias por la naturaleza y por la creación que nos sostiene! Bendice Señor este alimento que
viene de tu mano. Amén.

35.

Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Señor queremos reconocer tu presencia de resucitado en esta mesa. Ven a comer y a beber junto
con nosotros. Amén.

36.

El que come de mi cuerpo y bebe mi sangre, vive unido a mí y yo vivo unido a él.

Bendícenos Señor con la fuerza de tu amor. Ayúdanos a comer tu cuerpo, unidos como hermanos.
Amén.

37.

El padre dijo a sus servidores traigan el mejor vestido y pónganselo. Traigan calzado para sus pies y
el cordero más gordo mátenlo, comamos y hagamos una fiesta. Porque este hijo mío estaba
muerto y ha vuelto a la vida. Gracias, Padre Santo porque tú siempre nos recibes con alegría.
Gracias porque contigo podemos vivir en paz y alegría. Bendícenos con tu amor. Amén.

38.

Mira que estoy a la puerta y llamo: si uno escucha mi voz y abre, entraré en su casa y comeré con
él y él conmigo. Señor te abrimos las puertas de nuestro hogar. Queremos que tú cenes con
nosotros, que tu palabra nos inspire cada día. Bendice el pan que comemos. Amén.

39.

El hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Ven, Señor, a nuestro
hogar.

Danos la salvación y la paz que necesitamos. Bendice nuestra convivencia de cada ´día y el pan que
hoy nos regalas. Amén.

40.
No ensucia a la mujer de su prójimo, no oprime a nadie, devuelve la garantía a quien le debía, no
comete robos, da su pan al que tiene hambre y le pone ropa al que está desnudo. Señor
queremos un mundo nuevo donde todos los hombres puedan comer, beber y vestirse con
dignidad. Danos fuerza para no derrotarnos en nuestro empeño. Bendícenos acompáñanos en él.
Amén.

41.

Compartirás el pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas
desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. Señor, danos un corazón generoso para compartir
nuestro pan y nuestro amor. Ayúdanos a reconocer tu rostro en todos nuestros hermanos. Amén.

42.

Ellos le insistieron diciendo: Quédate con nosotros si ya está cayendo la tarde y se termina el día.
Entró pues para quedarse con ellos. Y mientras estaba en la mesa tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se los dio. Señor, como los discípulos de Emaus, nosotros también te
decimos quédate con nosotros, comparte nuestra mesa, nuestro pan y nuestro amor aquí te
queremos reconocer presente. Amén.

43.

Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del codero. Señor Padre nuestro gracias
por reunirnos alrededor de esta mesa, para gozar la presencia de Jesucristo, él es el cordero que
nos alimenta y nos purifica. Amén.

44.

Con el sudor de tu frente, comerás tu pan hasta que vueltas a la tierra, pues de ella fuiste sacado,
Porque eres polvo y al polvo volverás. ¡Te alabamos Señor, por ayudarnos a ganar el pan de cada
día! Enséñanos a comprar el amor y el alimento con los que no lo tienen. Amén.

45.

Compartan con los hermanos necesitados, y sepan a coger a los que están de paso. Señor
queremos hacer de nuestra casa un hogar acogedor y compartir lo que tenemos con los pobres y
más necesitados. Bendice hoy nuestra familia. Amén.

46.

Porque vino juan, que no comía ni bebía y dijeron: Está endemoniado. Luego vino el Hijo del
Hombre que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un borracho amigo de cobradores de
impuestos y de pecadores. Con todo, se comprobará que la sabiduría de Dios no se equivoca en
sus obras. Señor, ven hoy a nuestra mesa. Ven a comer y a beber con nosotros. Danos tu perdón, u
amor y tu alegría. Amén.

47.

Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea y la Madre de Jesús estaba allí.
También Jesús y sus discípulos fueron invitados. Señor Jesús te invitamos a compartir nuestra
alegría y nuestra fiesta. Aquí tienes tu hogar y tu familia. Queremos que María nuestra Madre nos
acompañe y nos bendiga. Amén.

48.

Jesús regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre por
su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón. Mientras tanto Jesús crecía en su sabiduría, en
edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres. Señor Dios nuestro, ayúdanos a formar un hogar
como el de Nazaret donde podamos crecer diariamente en la fe y en el servicio. Que María nos
fortalezca para vivir en la unidad. Amén.

49.

Jesús les dijo: vamos a un lugar retirado y descasarán un poco. Eran tantos los que iban y venían
que no les quedaba tiempo ni para comer. Gracias, Señor, por darnos el tiempo para compartir el
pan y la amistad, Bendice nuestro trabajo de hoy. Amén.

50.

Entonces Jesús les dijo: “Vengan a desayunar” ninguno de los discípulos se atrevió a preguntar
quién era, pues sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo
hizo con los pescados. Señor Jesús, tú vives resucitado entre nosotros. Muchas veces nuestros ojos
no te ven, pero al compartir el pan percibimos tu presencia. Bendice y alimenta nuestros trabajos.
Amén.

51.

Jesús les dijo: ¡Muchachos, tienen algo que comer? Le contestaron: “nada”. Entonces Jesús les
dijo: “Echen la red a la derecha y encorarán pesca”. Echaron la red y no tenían fuerza para
recogerla por la gran cantidad de peces. Señor Jesucristo hemos echado a la red para conseguir
nuestro alimento. Ven a comer algo con nosotros y haznos gozar de tu presencia y tu bendición.
Amén.

52.

El entonces, levantó los ojos hacía sus discípulos y les dijo: Felices ustedes los pobres porque de
ustedes es el reino de Dios. Felices ustedes los que ahora tienen hambre porque serán servidos.
Felices los que lloran porque reinarán. Gracias señor por darnos hambre de verdad y de justicia.
Permite que un día seamos colmados de la dicha de contemplar tu reino. Que esta comida nos de
fuerza para servirte mejor. Amén.

53.

Entonces Jesús tomó los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo
mismo hizo con los pescados, y todos recibieron cuando quisieron.

¡Gracias señor, por el pan que tú nos das!, ¡Gracias por ayudarnos a compartir el alimento que
recibimos de tus manos! Amén.
54.

Más vale un trozo de pan seco en paz, que una casa bien abastecida donde hay peleas. Padre
enséñanos a vivir en paz unos con otros. No permitas que seamos ambiciosos, ayúdanos a ser
humildes para vivir en armonía. ¡Gracias por el pan que hoy nos das! Amén.

55.

Les dijeron ¿cómo es que ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con personas
malas? . Jesús tomó la palabra y les dijo: “no son las personas sanas las que necesitan médico, sino
las enfermas”. Ven señor, a sanar nuestras enfermedades y a alimentar nuestro amor. Danos valor
para servir a los demás y danos fe para reconocerte. Amén.

56.

Por esto los fariseos los maestros de la ley lo criticaban entre sí: “Este hombre ha dado buena
acogida a los pescadores y come con ellos”. Señor, ven a comer con nosotros. Necesitamos de tu
amor y tu presencia para fortalecernos, para poder darnos a los demás. Bendice nuestro pan.
Amén.

57.

Lo único que el hombre puede esperar es comer, beber y pasarlo bien. Pero he visto que también
en eso está la mano de Dios. Señor, nos has dado la comida y la bebida fruto de nuestro trabajo. Y
te damos gracias porque todo esto que recibimos viene de ti. ¡Bendito seas, Señor!. Amén.

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