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El concepto de movimiento ondulatorio, o más simplemente el concepto de onda, no nos resulta ajeno.
En la naturaleza, el movimiento mecánico ondulatorio es tan frecuente como el movimiento de objetos,
basta citar un ejemplo con el cual ya estamos familiarizados: el sonido.
Cuando los indios pegaban la oreja al suelo para adivinar la proximidad de una manada de búfalos, no lo hacían
esperando la lluvia de piedras que saltaban al paso de los animales; lo único que querían era percibir la
transmisión de las vibraciones a través del suelo. Distinguimos, pues, dos tipos de movimiento: el movimiento
oscilatorio del suelo golpeado por los búfalos y el movimiento de transmisión de la energía de 1as oscilaciones a
larga distancia. Este segundo movimiento, en el que no se propaga materia, es el que conocemos como movimiento
ondulatorio o de propagación de la onda.
Observemos que, para que haya transferencia de energía mediante un movimiento ondulatorio, tiene
que haber una fuente que origine una perturbación (la piedra que golpea el agua, el búfalo que pisotea
el suelo). Según esto, puede afirmarse que: Una onda representa el movimiento de propagación
de una perturbación de un punto a otro sin que exista transporte neto de materia.
Ahora bien, en los ejemplos anteriores hablamos reiteradamente de la presencia de un medio para la
propagación de la perturbación. No obstante, existen ondas que pueden transmitirse por el vacío, sin
necesidad de medio o soporte material. Según este hecho, cabe distinguir dos tipos de onda:
ONDAS MECÁNICAS: Son aquellas que necesitan un medio material para transmitirse. Un ejemplo de
ondas mecánicas es el sonido, que consiste en la propagación de variaciones de densidad a través de
un medio sólido, líquido o gaseoso, pero que no se transmite a través del vacío.
ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS : Son aquellas que no requieren un medio material para su propagación y
pueden transmitirse en el vacío. Son ejemplos de ondas electromagnéticas las ondas de radio, las
microondas, la luz visible, etc.
A B
1 2 3 4 5 6
Figura 1: El movimiento de la bola 1 se transmite a la
bola 6 sin moverse las bolas intermedias
REPRESENTACIÓN DE UNA ONDA
Al hablar de una onda, a todos nos viene a la mente una representación gráfica similar a la de las
ondulaciones que se propagan en el agua del estanque. Sin embargo, sería conveniente que
renunciáramos a esa visión tan restringida, que se limita a la variación de posición de las partículas del
medio.
c resta
Y v a lle
P o s ic ió n
v e r tic a l
X
D ir e c c ió n
d e avan ce
Dado el carácter periódico que presenta una onda, podemos definir una serie de magnitudes que
permanecen constantes durante su propagación. Dichas magnitudes son las siguientes:
O tie m p o
O x
Frecuencia (f): Es el número de veces que se
repite la onda por unidad de tiempo. La
frecuencia es la magnitud inversa del período:
1
f
T
Período (T). Es el tiempo que tarda un punto
cualquiera en repetir un determinado estado de
perturbación u oscilación, es decir, es el tiempo
que tardar en repetirse la onda.
Velocidad de propagación (v): observamos
que la velocidad de la onda corresponde a la v
T
distancia recorrida (longitud de onda) en un
tiempo T (período), por lo que:
PROPIEDADES DE LAS ONDAS
POLARIZACIÓN.: Es un fenómeno
característico de ondas transversales en las que
la dirección de propagación es perpendicular al
plano en el que vibran las partículas del medio.
La polarización consiste en aislar una sola de las
direcciones de vibración.
REFRACCIÓN: Se denomina refracción al cambio
de dirección que experimenta una onda al pasar
de un medio a otro en el que se modifica su
velocidad de propagación.
EL SONIDO
REFLEXIÓN DEL SONIDO: Cuando el sonido encuentra un obstáculo que impide su propagación, invierte
su sentido de marcha y retrocede, volviendo a donde se encuentra el foco emisor. Este
fenómeno se denomina reflexión del sonido.
El eco se produce cuando la distancia que existe entre el foco sonoro y el obstáculo es mayor de 17 m,
y da como resultado el que vuelva a escucharse el sonido que se emitió.
REFRACCIÓN DEL SONIDO: Seguro que más de una vez habrás escuchado sonidos procedentes de
alguna fuente que sabes lejana, como la bocina de un tren o los altavoces de una estación. Lo
peculiar de este fenómeno es que, a tales distancias, sería normal que no nos llegue el sonido.
¿Cuándo y por qué ocurre esto?
Según hemos explicado, una onda se desvía de su trayectoria al pasar de un medio a otro cuya
velocidad de propagación es diferente. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando un sonido es emitido
en la superficie; al ascender sufre diversas refracciones debido a que, a medida que se aleja de la
superficie, la temperatura de las distintas capas de aire aumenta, con lo que se incrementa también la
velocidad de propagación.
LA DIFRACCIÓN DEL SONIDO: Las ondas sonoras también dan lugar a fenómenos de difracción, es
decir, bordean los objetos que se interponen en su camino. Dicho fenómeno es el responsable de que
podamos escuchar el claxon del carro a la vuelta de una esquina o de una curva cerrada. Es una
práctica corriente hacer sonar el claxon cuando la curva no tiene suficiente visibilidad; ahora bien, si el
sonido no tuviese naturaleza ondulatoria, de nada serviría esa costumbre.
EFECTO DOPPLER
Seguramente habrás observado alguna vez el fenómeno siguiente. Cuando una ambulancia se
aproxima a un observador parado el tono del sonido que emite la sirena varía; es más agudo mientras
se aproxima y se hace más grave cuando la ambulancia se aleja. Lo mismo ocurre si la ambulancia
está parada y es el observador el que se mueve.
Este cambio en la frecuencia del sonido cuando existe movimiento relativo entre la fuente
que lo emite y es el observador que lo percibe recibe el nombre de efecto Doppler.
CONTAMINACIÓN SONORA
A nuestro oído les resultan agradables y armoniosas las mezclas de sonidos cuyas frecuencias
guardan entre sí relaciones sencillas, a las que llamarnos música. Por el contrario, sonidos cuyas
frecuencias no guardan ninguna relación nos parecen desagradables y los denominamos ruido.
Indudablemente que el mismo daño hace al oído una música que un ruido, si sus intensidades son
elevadas.
El ruido no afecta por igual a todas las personas. A unas les produce una ligera molestia, a otras las
vuelve irritables y otras se sienten más cómodas, sobre todo durante el día, con suaves ruidos de
fondo de pequeña intensidad.
En los últimos treinta años se ha producido un importante incremento del ruido ambiental, debido al
aumento de la densidad de la población, la mecanización de las actividades humanas y la utilización
masiva de vehículos de motor.
El ruido es un agente contaminante del medio ambiente por dos razones fundamentales:
1. Los ruidos de gran intensidad, por encima de 120 dB, causan dolor al oído. Exposiciones breves
a niveles de 140 a 150 dB pueden romper el tímpano y ocasionar sordera permanente.
2. Las exposiciones más prolongadas, para niveles superiores a 60 dB, también pueden dañar el
oído. Por ejemplo, puede haber pérdida de audición en cierto intervalo de frecuencias.
Entre los jóvenes aumentan los problemas acústicos derivados de la utilización de cascos para
escuchar música y también del elevado nivel de ruido existente en sus lugares de diversión.
El problema de la contaminación acústica tiene su máxima expresión en zonas urbanas (en especial
en aquellos puntos en los que la densidad del tráfico es elevada) y en áreas colindantes con
aeropuertos. Los niveles de intensidad de ruido recomendados se superan también ampliamente tanto
en locales de ocio (discotecas, pubs, etc.) como en numerosos centros laborales e industriales; a este
respecto, la contaminación acústica se ha convertido en uno de los problemas contemplados en las
normativas de seguridad e higiene en el trabajo.
Pasivas. No actúan contra los focos emisores, sino que tratan de amortiguar la propagación del
sonido o su impacto. Ejemplos de estas medidas serían la insonorización de locales o viviendas, las
«barreras verdes» (arbolado denso) o las medidas de protección individual en el trabajo, como el
empleo de cascos antirruido.
Activas. Actúan contra los focos emisores de ruido. En esta línea se engloban el uso de
silenciadores y filtros para reducir la emisión de ruidos en los motores.