Você está na página 1de 3

El amor solo puede existir en libertad.

Buda dijo: El mundo está lleno de sufrimientos; la raíz


del sufrimiento es la eliminación del apego.

APEGO Y DESAPEGO

Cuento no 7. —EL MICO Y EL COCO. Una


vez un mico venía saltando por entre las
ramas buscando comida, cuando de pronto
vio unos cocos en el suelo y rápido bajó del
árbol para averiguar si los podía comer.
Pronto se dio cuenta de que los cocos tenían
dos pequeños agujeros y estaban llenos de
maní. El mico metió las manos con cuidado,
porque los agujeros eran angostos, y tomó
un puñado de maní, pero cuando quiso sacarlas no pudo pues los puños no
cabían por el hueco. Entonces apareció un cazador, lo apresó y lo metió en una
jaula y fue y lo vendió en el zoológico.

_______________________________________________________________

¿Cuál creen ustedes fue el problema del mico por el cual lo atraparon y
perdió su libertad de andar feliz por el bosque?

Estudiante. El problema del mico fue por no soltar el maní. Si hubiera soltado
el maní, habría podido sacar las manos del coco y quedar libre de nuevo.

Estudiante. Además perdió su libertad de andar por el bosque por donde


quisiera, en el l zoológico es un lugar cerrado y con rejas de donde no puede
salir

LOBITO. ¡Correcto! Perdió su libertad por no soltar lo que tenía agarrado. Eso
exactamente le sucede a las personas que se agarran de todo: cosas
materiales, riquezas, personas, recuerdos, etc., y por no soltar pierden su
libertad, pero al morir les toca soltar todo a la brava. ! La muerte es desapego
a la brava! ¿No les parece? ¿Qué tiene de inteligente vivir una vida apegado a
todo?

Estudiante. Nada de inteligente hay en esa extraña conducta de estar


apegado a las cosas y a las personas. Donde hay apego no hay libertad, al
contrario, sólo la esclavitud del temor a perder a lo que se está apegado.

Estudiante. Los adultos son peores que los micos, pues los micos hacen eso
por la comida, en cambio los grandes por brutos. Son como las garrapatas en
las vacas, prefieren que las maten antes que soltar.

(Ante la espontánea repuesta de la estudiante, todos soltaron una estruendosa


carcajada)
Estudiante. Lobito, ¿Qué hacer para vivir sin apegarse a las cosas y a las
personas?

LOBITO. El truco es apegarse a algo mejor. Mira, cuando eras pequeño te


apegaste al triciclo, !mío!, decías y no permitías que otro lo tomara. Luego te
regalan una hermosa bicicleta y el triciclo queda abandonado en un rincón del
garaje y te importa un pepino que otro lo tome. Mas tarde creces y te haces a
una poderosa motocicleta y te apegas a ella, luego te ganas en un sorteo un
carro último modelo y ya no te importa ni el triciclo, ni la bicicleta, ni la moto.
En esta secuencia de apegos y desapegos puedes ver que para soltar o
desapegarse de algo hay que apegarse a una cosa mejor.

Estudiante. ¿O sea que para desapegarse de algo hay que apegarse a otro
cosa?…¿Qué apego produce el desapego?

EJERCICIO DE VISUALIZACIÓN

El siguiente ejercicio te permite liberarte de los apegos. Debe ser repetido con
regularidad, hasta asegurar que el mensaje haya penetrado, tanto en tu mente
subconsciente, como en la de aquel ser que tú deseas dejar en libertad.
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Imagina que estás trazando alrededor
tuyo un círculo de luz azul, lo suficientemente grande como para albergar tu
cuerpo con los brazos extendidos. Siente que estás sentado en el centro de
ese círculo. Luego visualiza otro círculo similar, que se une al tuyo formando la
figura de un ocho. Dentro del segundo círculo, frente a ti, colocas a la persona
de la que has escogido liberarte. Mentalmente dile que ahora te propones
realizar un ritual para deshacer todos los apegos. Pide su consentimiento.
En seguida visualiza una luz azul, que cae sobre el sitio donde los dos círculos
se unen, este representa el punto de neutralidad. La luz azul cae
simultáneamente sobre tu compañero/a y sobre tu cabeza. Los rayos azules
forman un triángulo luminoso, cuyo vértice superior los conecta a ambos con
sus niveles más elevados de conciencia.
Ahora observa si existen vínculos que te atan a la otra persona. Estos
aparecen simbolizados por cordones que unen dos centros de poder. Puede
haber una sola atadura, o muchas. Comienza examinando el chakra de la base
(dependencia económica), y recorre uno a uno todos los centros energéticos de
tu cuerpo: el chakra sexual (apego sexual), el plexo solar (poder), el corazón
(afecto) y la garganta (comunicación). Revisa donde aparecen estos lazos de
posesión. Una vez que los has localizado, toma nota de sus características:
color, textura y grado de fuerza. Lo que ves es simbólico de la relación, por lo
tanto muy revelador.
Busca un instrumento apropiado para cortar, puede ser un cuchillo, tijeras,
navaja o bisturí. Corta una a una todas las ataduras, haciendo el primer corte
en la mitad, justo sobre el punto de neutralidad en la mitad del ocho. Luego
cercenas su unión con el cuerpo, primero en la persona que está frente a ti, y
después en ti mismo. Si eres diestro lleva tu mano derecha al sitio del corte,
colocando la otra mano encima, para crear un campo de fuerza. Visualiza como
tu compañero/a hace lo mismo. Entonces contempla cómo desde el vértice
superior del triángulo desciende un rayo de luz que sana las heridas.
El mismo procedimiento se realiza para cortar cada una de las ataduras que
percibiste. Luego dirígete al punto donde se unen los dos círculos y acumula
allí todos los segmentos. Haz una hoguera con ellos, y entierra sus cenizas.
Ahora entras en la segunda etapa de la ceremonia: pide perdón a tu
compañero/a por el dolor que tú le hayas causado, consciente, o
inconscientemente. Enumera todos aquellos motivos por los cuales deseas ser
perdonada. Siente que la energía del perdón borra el pasado. Luego
conscientemente otorga tu perdón a ese ser. Enumera las injurias y heridas
que él/ella te hayan causado. Y, en la medida en que las vas procesando,
observas cómo quedan anuladas. Para completar este ejercicio ves descender
un rayo de luz, desde el vértice superior del triángulo. Esa luz limpia todas las
huellas de sufrimiento, que todavía no se hayan esfumado.
En seguida agradeces a tu compañero/a su presencia en tu vida y las
experiencias que compartieron juntos, que fueron muy importantes para el
aprendizaje mutuo. Lo miras directo a los ojos y sientes que ahora lo aceptas
tal como es, que lo comprendes, valoras lo que te enseñó y afirmas que deseas
dejarlo libre para que él/ella escojan su camino. Le pides que abandone la
escena, y mientras lo ves partir afirmas: nada es mío, nada, nadie me
pertenece. Cada relación cumple un ciclo de aprendizaje, y, cuando este se
completa, cada cual debe seguir adelante sin enojo, sufrimiento, ni rechazo.
Debes completar la ceremonia de liberación con un ritual de limpieza. Te
imaginas estar en un sitio donde encuentras agua muy pura, puede ser un
pozo, un río, una cascada, o en el mar. Te desnudas en la orilla, penetras en el
agua y sientes como la corriente, o las olas, se llevan todos los remanentes de
emociones y patrones de pensamiento negativos. Cuando sientas que has
quedado limpio sales a la otra orilla. Un Ser de Luz te espera sosteniendo para
ti una túnica blanca impecable. Al vestirla te estarás abriendo a nuevas
posibilidades que enriquecerán tu vida. Agradece a los seres de Luz que te
apoyaron en la ceremonia, y te enviaron su amor y su luz. Toma tres
respiraciones profundas, y gradualmente vuelve a la conciencia de tu cuerpo fí-
sico.
Es útil saber que, por el hecho de haber cortado el apego en una relación, no
quiere decir que esa relación se acabará. Lo que sí realmente termina es el
sufrimiento, los celos, los rencores y la posesividad, que tanto deterioran el
compartir. Si es el momento de finalizar el ciclo de esa relación, entonces el
compañero partirá en una forma armónica. Si la relación ha de continuar, en
adelante será más libre y menos conflictiva.
Partimos por el mundo en busca de nuestros sueños e ideales. Muchas veces
ponemos en lugares inaccesibles lo que está al alcance de la mano.

Você também pode gostar